Aurora Venturini Tapas Libro
Aurora Venturini Tapas Libro
Aurora Venturini Tapas Libro
AURORA VENTURINI
AURORA VENTURINI
La Maldita
Tcherkaski, Jose / Seoane Maria Jose
Aurora Venturini. La Maldita
1° edicion xx ejemplares
1. Entrevistas. Ensayo.
ISBN:
(…) Alvear era más francés que argentino. Vivía en patas ca-
minando por la arena, con un batón. Yo salía corriendo y lo
agarraba de las piernas. Me levantaba y me pegaba a su cara,
era suavecita. Estaba enamorada de Alvear. “¿Dónde está la
mamá de esta niña?”, decía. Yo decía que me iba a casar con él.
Cada vez que lo veía él me agarraba en brazos. Fueron como
cuatro veces. Mi mama era maestra, se pasó la vida trabajando.
Hay cosas que se olvidan y de pronto te vuelven a la memoria.
Mi familia era radical. Había plata. Después vino el año ´30 y a
mi mama la trasladaron a una escuela, muy lejos.
¿Cómo se llama?
Está en la imprenta. Es “Castadiva?, peludos y orejudos”. Los
peludos son los radicales.
¿Porque?
Porque los chicos lo imitan y hacen pavadas. Yo también le
hice mal a la literatura.
¿Por qué?
Porque me imitan y ponen porquerías.
Si, por eso mismo, pero ¿por qué ese respeto a la poesía?
Porque la poesía es arte. La inventó Homero. Es más fácil es-
cribir en prosa. Fijate que para escribir un soneto hay que sa-
ber matemática. Hay que tener sentido prosódico, mantener el
lirismo, la rima consonante, la cantidad de sílabas,… no cual-
quiera hace sonetos. Yo hago sonetos. Prosa empecé cuando
aprendí a leer y escribir. ¿Te das cuenta?
¿Lautremont?
Lautremont. Él era uruguayo ¿sabías, no? El padre era un mili-
co que no lo quería porque le decían loco. La tía le había dicho
que era un loco y escribía cosas malas. Se fue a Francia y no
volvió nunca. Murió como un reo casi pidiendo limosna. Mu-
rió en la portería de un hotel, asistido por el portero. Fue un
maldito ¿te das cuenta?
Y François Villon..., también fue un maldito, y también lo
tradujo….
También lo traduje. Por ahí está el libro. La iglesia tiene su ca-
non. Yo estoy también estoy entre los malditos aunque tengo la
bendición papal. El papa me mandó la bendición.
Es un papa maldito…
Yo soy cristiana. Creo en el Señor, en María, en todo. Lugo-
nes también es maldito. Ese libro “La guerra gaucha”, uno ve
los cuentos que tiene, “El rastreador”, nunca lo pude ver hasta
el fin. Tremendo. Ese Lugones toca los nervios con punta de
acero. Es un grande. En el mismo lugar donde él se suicidó,
“el descanso del toro”, en tigre, Miguel Ángel Asturias escribió
“Mulata de …”.
Es un lugar misterioso…
No, es un lugar donde va todo el mundo. A los chicos de la
escuela se los lleva. Cuando yo fui profesora los llevé. Nos ba-
ñábamos en el rio. Llevábamos maya. Yo también.
¿Josefina Passadori?
No. Ella era maestra en geografía. Estaban todos los libros mal
escritos, equivocados.
¿Y Porque?
Pensaría que no éramos dignas de estar con ella. Era muy or-
gullosa. Lo único que la sacaba de ese orgullo era los pobres,
los viejos y los niños. Nunca se sacó fotos ni con su madre, ni
con blanca, la hermana. Así fue mi vida. Ahora ya estoy un
poco cansada. Voy a cumplo 9-3.
¿Cuándo?
No se dice.
Solo sabemos que va a cumplir 93.
Es un espanto.
ESAMUJER, DORMIDA
Ella duerme a la sombra de altas escaleras
en dura arquitectura que hoy han socavado,
ni mueta ya, ni viva extrañamente inquieta
no la vencieron; creen haberla sofrenado.
(Aurora Venturini)
La generación del ´40 tenía como referentes a los escritores
el ´20, Roberto Arlt, Nicolás Olivari…
Olivari fue amigo mío. Un tipo muy que venía de genoveses.
Tenía esa nostalgia de los genoveses. Me acuerdo que vivía
con las hermanas. Era silencioso, alto, rubio. Cuando vi la
habitación me devasto. Me daba pena. Una vez me dice: “¿te
parece que va a quedar algo de lo que escribo?” Le dije el tan-
go. Va a quedar ese. No era una gran poesía, me parece.