El Camino A La Reconciliación

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EL CAMINO A LA RECONCILIACIÓN

INTRODUCCIÓN : Desde el lunes nos hemos encaminado en un proceso de cuidado de


la salubridad espiritual , ayer trabajamos el proceso de limpiar el corazón de aquellos
sentimiento y actitudes que nos afectan y afectan a todas las personas que están
alrededor y que nos alejan de Dios. en este proceso de reconocimientos hoy vamos a
enfocarnos en el proceso de reconciliación

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ESPIRITUALIDAD

El examen de conciencia no es para hacer una lista de pecados para tu siguiente


confesión. Tampoco se trata de ver qué cosas equivocadas tienes que cambiar. se trata de
entrar en ti mismo, y descubrir en tu corazón, cómo está tu vida espiritual. Se trata de un
diálogo: entre Dios y tú corazón ¿Hace cuánto tiempo que no le dedicas al Señor un buen
rato para conversar? «Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la
puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo».

Dios quiere habitar en tu corazón, podemos ser llamados en cualquier momento.

Hoy continuando en este camino a la reconciliación , los invito a que se disponga , deje
todas las cosas que debe de llegar hacer a casa, preocupaciones , disponga su corazón
para un momento de diálogo con aquel que siempre está llamando a tu puerta.

2. No tengas miedo y sé honesto

Allí en su silencio mira tu interior y revisa tu corazón, no tengas miedo y sé honesto,


sincero contigo mismo. Delante del Señor, no hay cómo mentir.
recuerda que en este momento estás tú y el Señor. Es el Señor quien te pregunta si lo
estás siguiendo en tu vida cotidiana. Recuerda que Jesús mismo nos enseña el
mandamiento principal, Jesús le respondió: «Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón,
con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más grande y el primero de los
mandamientos. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo».

3. Jesús siempre nos ilumina la conciencia


Por ello, tómate tu tiempo, piénsalo con calma. ¿Estás viviendo la caridad? No te olvides
que el amor no se vive en abstracto. No es algo teórico que, mientras más lo entendamos,
mejor lo vivimos con nuestras acciones y actos , no es solo saber sino ser y estar..El amor
siempre se vive en relación con otras personas.
hoy en este momento con El , examinemos en tres aspectos importantes conmigo mismo,
con Dios y el prójimo. preguntémonos Dios… ¿es lo primero en tu vida?, , ¿cuánto tiempo
le dedicas a tu oración?, ¿separas algún momento del día para rezar? No importan las
respuestas correctas, o lo que tú —supuestamente— crees que deberías estar viviendo.

En este momento, trata de mirarte cara a cara con el Señor, y dejar que Él te ayude a darte
cuenta de cómo estás viviendo realmente.

En segundo lugar, ¿cómo está tu caridad hacia los demás? Empezando por tu casa. Si
estás casado… ¿Cómo está tu relación matrimonial? ¿tu dedicación a tus hijos?, ¿cuáles
son tus prioridades? O el trabajo y el dinero consumen tanto tu vida, que no puedes amar
cuánto quisieras a tu esposa (o) y tus hijos (as).

¿Cómo está tu apostolado? La primera expresión madura del amor hacia los demás, es el
mandato apostólico que Jesús nos dejó proclamando el Evangelio a toda la creación.

Pregúntate: ¿Cuánto recurres realmente a Jesús como el «Pan» que te da fuerzas para
vivir?, ¿es Jesús el que te saca de apuros, el que te da la energía que necesitas para tus
responsabilidades diarias? o, normalmente, en tus labores ordinarias ¿muy poco tienes
conciencia de la presencia de Dios?

¿Haces las cosas sin la conciencia clara de que deben ser un acto de oración? Y, por lo
tanto, te percibes cansado, vacío, a veces triste, sin ganas de seguir adelante, o sin
fuerzas para hacer lo que sabes que es lo correcto… y, si profundizamos un poquito más…
¿Cuánto terreno has dejado que el mal gane en tu vida?

Luz ( repartir la luz) Jesús siempre nos ilumina la conciencia

Te das cuenta de que hay dimensiones, o «áreas» de tu vida, que tienen muy poca «luz»,
incluso a veces, tienes miedo de iluminar. Pero pensemos realmente, quién es más fuerte:
¿la luz o la oscuridad?

Mira tu vida. Mira tu cotidiano. Mira cómo actúas. Cómo te relaciones con los demás.
Cómo cumples tus responsabilidades. ¿Eres una oveja que se deja guiar por el Pastor?.
¿qué aspectos o preocupaciones del mundo están siendo la guía de tus acciones?,
¿cuáles son las puertas que sueles abrir, vivir, para encontrar – literalmente – descanso?
¿Estás abriendo puertas que solo te brindan ratos de compensaciones, que te alienan de
tu verdadera vida, y te alejan de tus seres más queridos, así como de Dios?

¿Cuál es para ti el tesoro de tu vida?, ¿está aquí en la tierra, o allá en el Cielo? Porque
dónde está tu tesoro, ahí está tu corazón. Así que ¡ánimo! Corrige lo que creas necesario,
y levántate con esperanza para seguir luchando. para que el señor sea quien ilumine cada
rincón de tu corazón , de tu vida , de tu caminar , que él sea esa luz que Jesús siempre
nos ilumina la conciencia.

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