La Vida de Daniel Lección 10
La Vida de Daniel Lección 10
La Vida de Daniel Lección 10
Daniel 12:3: “Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que
enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.”
En este último estudio de la serie, consideraremos una declaración importante que contiene
Daniel 12:3.
y el acto supremo de servicio en cuanto toca a nuestros semejantes, es traer a otros a Cristo:
ganar almas.
Compare el vs 2, por ejemplo. La enseñanza es esta: Cuando los juicios de Dios se realicen sobre la
tierra, vs 2, habrá una gran compañía de evangelistas, los judíos, que saldrán para “enseñar la
justicia a la multitud”.
Pero estas palabras también tienen una aplicación inmediata a los creyentes que vivimos hoy.
Son palabras de desafío para cada cristiano para animarnos a participar en nuestra suprema tarea
de ganar a los perdidos al Salvador. Note primero en Daniel 12:3:
Este es el trabajo principal de un cristiano: ayudar a otros a conocer a Cristo, así como Andrés trajo
a Pedro, Juan 1:41;
Proverbios 11:30 dice algo semejante: “El fruto del justo es árbol de vida; y el que gana almas es
sabio.
Sin embargo, ¡es especialmente maravilloso ganar a MULTITUDES a Cristo! Dios anhela que
muchos sean salvos.
Los pocos podemos ser instrumentos en las manos de Dios para traer a muchos a la justicia,
Hechos 18:8.
Es bueno instituir reformas sociales, crear mejores condiciones de vivir para la gente, es grato ser
doctor, o maestro, pero la tarea más grande de todas es ganar un alma a Cristo.
Vea Santiago 5:20, y contemple el significado de las palabras: “salvará de muerte un alma” Ahora
lea Daniel 12:3 otra vez.
Hay dos frases en este versículo que indican esfuerzo: “Los entendidos...” Esto indica trabajo,
iniciativa y energía. La otra frase es: “Enseñan la justicia a la multitud...” Esto también implica
trabajo y esfuerzo.
Hay cristianos que tienen un ministerio especial de la oración. Se comprometen a orar por la
salvación de las almas. Muchas almas han sido salvas como resultado directo de sus oraciones.
Todos debemos ganar almas.
Pero hasta una persona minusválida, que no puede salir de su casa, puede orar por la
salvación de otros.
Vea Santiago 5:17. Todo ganador de almas debe orar antes de salir a ganar almas, y 20
mientras está ganando almas.
(2) Ganar almas requiere el esfuerzo de una vida consistente que produce un testimonio
creíble en la casa, en la calle y en el trabajo.
Muchas almas han sido salvas del pecado a la salvación simplemente por un cristiano con una vida
consistente.
Toda la presión y el intento de “sacarle una decisión” a una persona no logran una verdadera
conversión.
Nada es más poderoso que el testimonio de un cristiano que vive una vida consistente. Lea Hechos
4:13.
(3) Ganar almas requiere el esfuerzo de mantener un deseo ardiente para alcanzar a los
perdidos.
No hay límite de las armas que el enemigo usa para apagar el espíritu de ganar almas en una
iglesia y en la vida de un cristiano individual.
La iglesia que mantiene un énfasis constante, ardiente, en el asunto de ganar almas año tras año,
es la rara excepción. El cristiano individual que lo hace es aún menos común. Lo que sí es
indiscutible es que NUNCA es el Espíritu Santo que dirige en ese sentido.
5. LA RECOMPENSA PROMETIDA
Compare Eclesiastés 8:1 con Daniel 12:3. Esto habla de la recompensa por el servicio fiel que Dios
promete a cada ganador de almas.
Sólo Dios puede prometer una recompensa eterna. Compare Gálatas 6:9.
Esta recompensa es para siempre. Nada ni nadie nos la puede quitar. Si un cristiano quiere poseer
algo por la eternidad, debe ganar almas.
Vea Salmos 126:6. Entonces, esta es la tarea suprema del cristiano en que el Señor quiere que
todos participemos. Nos promete una gloriosa recompensa en la eternidad.
¡Permite que Daniel 12:3 cautive tu alma y te motive a mantener un corazón ardiente con el
mensaje del evangelio en tus labios al buscar “enseñar la justicia a la multitud”!