El Arbol Viejo
El Arbol Viejo
El Arbol Viejo
ARBOL: soy el árbol más grande, más hermoso, todos me quieren me siento muy pero muy feliz
Era tan viejo y hermoso que todos los animalitos del bosque lo conocían y siempre estaba lleno de
pajaritos y animales que se sentaban en sus ramas.
Todas las primaveras el árbol se llenaba de bonitas hojas verdes y de riquísimos frutos y eso hacía que
se sintiese muy feliz.
-ARBOL: ¡Vengan a mis ramas yo los cobijare del sol y además podrán comer todo lo que
quieran!
Un día, unos niños pasaron por allí y vieron al hermoso árbol y jugaron en él. El árbol estaba muy
contento porque estaba haciendo feliz a los niños.
Los niños iban cada día a jugar al árbol y como no tenían ningún cuidado y sólo se preocupaban por
pasárselo bien, arrancaban sus hojas y partían sus ramas.
Cuando los animalitos veían que los niños se acercaban gritaban diciendo:
El pobre árbol estaba cada vez menos frondoso y tenía muchas ramas partidas. Se sentía muy débil y
mustio y echaba de menos a los animalitos que ya no se atrevían a subirse a sus ramas.
ARBOL: oohhh. Me siento muy cansado, siento que me estoy muriendo poco a poco.
Los animalitos se dieron cuenta de que el árbol estaba muy triste y se acercaron a preguntarle:
JIRAFA E HIPOPOTAMO :Viejo árbol, ¿Por qué estás tan triste?
EL ARBOL : Me encanta que todos vengan a jugar con mis ramas y a comer mis frutos, pero hay
unos niños que cada vez que vienen me hacen mucho daño y asustan a los demas.
Los animalitos se quedaron muy tristes al ver que aquel árbol tan viejo estaba perdiendo toda su
hermosura y fuerza. Tenían que conseguir concientizar a los niños para que pudiese seguir haciendo
feliz a todos.
Entonces, fueron a hablar con los niños:
JIRAFA E HIPOPOTAMO: Amigos acabamos de ver al Viejo árbol del bosque y nos ha contado
que le están haciéndole daño en sus ramas y tronco. Se siente cada vez más débil y el resto de
animalitos se asustan mucho al verlos.
Los niños, que no eran conscientes de que realmente estaban comportándose mal con el árbol,
respondieron:
NIÑOS: A ese viejo árbol no le pasa nada porque nosotros juguemos en sus ramas. Si se las
partimos y le arrancamos las hojas ya le saldrán otras. ¡Los árboles están para eso!
Los animalitos advirtieron a los niños de que era necesario cuidar a los árboles y plantas porque si no los
cuidaban cada día, habría un día en el que perderían toda su fuerza y nunca más podrían brotar hojas ni
dar frutos para comer, pero a los niños les dio igual y siguieron actuando igual.
El Viejo árbol estaba cada vez más débil. Todos los animalitos estaban muy preocupados sobre todo
cuando vieron que al llegar la primavera el árbol no tuvo ni una sola hojita verde y no dio ningún fruto
del que pudieran comer.
Entonces, fueron a hablar con los niños de nuevo para que vieran lo que estaban consiguiendo. Pero por
mucho que los animalitos les explicaban lo que pasaba, a los niños les daba igual.
NIÑOS: ¡No pasa nada! ¡Ya darán hojas y frutos! ¡Nosotros no tenemos la culpa! ¡A los árboles se
les pueden arrancar las hojas y partir las ramas!
Pasaron los años y el Viejo árbol ya no tenía ninguna fuerza y los animalitos no sabían qué hacer.
HIPOPOTAMO Y JIRAFA ¿ven como llevábamos razón? Este árbol dejará de vivir si no le dejan
de tratarlo mal
Los niños, al ver que el árbol realmente estaba tan débil, se dieron cuenta de que habían cometido un
error muy grande y se sintieron muy mal.
NIÑOS: Esto es por nuestra culpa, lo sentimos muchísimo. No lo hemos tratado bien y ahora el
árbol está a punto de morir... Tenemos que hacer algo.
Los niños aprendieron la lección y nunca más trataron mal a los árboles y las plantas y con la ayuda de
los animalitos mimaron tanto al árbol que consiguieron que volviera a estar frondoso y lleno de hojas y
frutos.