Los Vikingos
Los Vikingos
Los Vikingos
Durante siglos los habitantes de las tierras del norte de Europa (las que
hoy ocupan los países de Noruega, Suecia, Dinamarca y Finlandia, así
como algunas islas cercanas) tuvieron en la agricultura, la pesca y la
ganadería las fuentes de subsistencia necesarias para el desarrollo de
las formas básicas de organización de su sociedad: las aldeas y los
clanes. Con el tiempo estas pequeñas formaciones se fueron
convirtiendo en colectivos humanos más amplios y de mayor
complejidad, al frente de los cuales aparecía la figura de un rey,
acompañado de un grupo social que se constituía como el sector
privilegiado y dirigente, separado del grueso de la población que
conformaba “el pueblo llano”. Hacia los siglos VII y VIII muchos de
estos pequeños reinos encontraron en el comercio por el mar Báltico y
con las poblaciones del norte de la actual Rusia una actividad
económica que les proporcionó notables ganancias, y que, además, los
puso en contacto con un mundo en gran medida desconocido como lo
era del resto de la Europa medieval.
Imagen 2. El particularmente crudo invierno del norte de Europa determinó en gran medida el
carácter recio de los vikingos, enfrentados a permanentes condiciones ambientales hostiles.
Como ya se indicó, entre los siglos VII y VIII los vikingos iniciaron un
proceso de integración comercial con el resto del norte de Europa.
Productos como el marfil (obtenido de los colmillos de las morsas), las
pieles y ciertos artículos de madera producidos en el norte de Rusia y
en la misma Escandinavia eran especialmente valorados en la Europa
occidental.
Así como los vikingos llevaban sus productos hasta puertos del Mar
del Norte, numerosos comerciantes de otros reinos llegaban hasta los
mercados de las tierras vikingas para llevar armas, vidrios, metales
preciosos y joyas, los cuales eran especialmente codiciados por los
“hombres del norte”. Este permanente ir y venir de riquezas y
mercancías motivó las primeras acciones de piratería llevadas a cabo
por grupos de vikingos que asaltaron no solo embarcaciones sino
también mercados y puertos, tanto en Escandinavia como fuera de ella,
desde finales del siglo VIII. Esta es apenas una manifestación de las
transformaciones que se estaban llevando a cabo en el extremo norte
de Europa y que van a encontrar otras formas de expresión a través de
la expansión vikinga propiamente dicha, que incluyeron no solo
actividades de saqueo y robo sino también de intimidación y coacción
en ciertos lugares, así como la colonización de territorios.
Imagen 5. Rutas de ataque y exploración vikingas sobre el Mar del Norte y Norteamérica (en
blanco), sobre Eurasia (en rojo) y sobre las costas europeas en el Atlántico y el Mediterráneo (en
amarillo).
A partir de las bases que habían establecido, los vikingos inician una
serie de ataques por Europa y parte de Asia. En 845 una fl ota
conformada por 120 barcos inicia su recorrido hacia París ingresando
por el río Sena, con el objetivo de tomar la ciudad. Los vikingos se
encontraron en el camino con la primera línea defensiva francesa, a la
que superaron sin mayor inconveniente y de la que quedaron 111
prisioneros que fueron luego ejecutados, mostrando con ello la poca
compasión que tendrían frente a quienes se les opusieran. En la
medida en que la expedición avanzaba más naves vikingas se les
unieron de tal forma que al llegar a las puertas de París representaban
una terrible amenaza para la ciudad y sus habitantes.
Imagen 7. Naves ligeras como las “drakkars” eran ideales para las rápidas incursiones de los
vikingos.
Frente a esta situación el rey Carlos el Calvo decidió negociar con los
líderes vikingos a quienes entregó seis toneladas de oro y plata a fi n
de que desistieran de la idea de tomar la ciudad y se retiraran sin
causar problemas. En primera instancia los invasores cedieron, pero
ante la facilidad con que se obtuvo el botín decidieron volver, mientras
que las incursiones por el resto de Europa se multiplicaron.
Imagen 9. Exploraciones des vikingos en las costas de Norteamérica casi 500 años antes que Colón.
Imagen 10. Los vikingos que se asentaron en territorio de la actual Francia fueron conocidos como
“Normandos”, que significa “Hombres del norte”. Hoy esa región es llamada Normandía.
Imagen 11. Con el tiempo los normandos se hicieron vasallos del rey de Francia. La paulatina
adopción de la cultura gala implicó también un desprendimiento de algunas tradiciones vikingas.
Al mismo tiempo otras quedaron y se insertaron en la cultura nativa.
Uno de los casos más representativos del proceso político que vivieron
los reinos escandinavos fue el de Noruega. Hacia el año 1030 el país se
hallaba sumido en una guerra civil entre dos grande bandos que
buscaban cada uno imponer su hegemonía. Uno de los bandos, el que
finalmente fue derrotado, estaba comandado por el rey Olaf, quien a su
vez tenía un hermano menor llamado Harald. Este último, siendo aún
muy joven, fue herido en la misma batalla en que murió su hermano,
debiendo huir hacia Suecia y luego a Kiev en 1031. Por esos años Kiev
seguía siendo una floreciente ciudad comercial donde los vikingos,
instalados desde hacía más de 100 años, se habían convertido en los
principales agentes dinamizadores del comercio entre Escandinavia y
el norte de Rusia. Estando en Kiev, Harald se hizo un poderoso
mercenario al mando de un ejército de hombres que combatía las
insurrecciones por todo Oriente, contratados por diferentes señores y
acumulando prestigio y riquezas. Mientras tanto Harald había
desarrollado la idea de unificar Noruega, que seguía siendo presa de
las divisiones internas. Hacia 1046 Harald regresó a Escandinavia y se
encontró con que un sobrino suyo estaba ocupando el trono, por lo que
decidió negociar con éste para ejercer el gobierno de manera conjunta.
Al poco tiempo el sobrino de Harald muere y el derecho de gobernar
recae exclusivamente en quien se va a convertir en el principal artífice
de la unificación noruega en ese momento, Harald. Para lograr esto el
nuevo rey decidió en 1047 deshacerse de todos sus rivales políticos y
arrasar todas las poblaciones que se le habían opuesto.
Adicionalmente, Harald se preocupó de convertir su ciudad capital,
Oslo, en el principal centro comercial del país, convencido de que la
riqueza obtenida a partir del comercio podía servir como uno de los
pilares fundamentales de la unidad noruega.
Imagen 12. Haral Hardrada, rey de Noruega, fue el artífice de la unificación de su pueblo.
Imagen 13. Una vez unificado el reino de Noruega, Harald quiso iniciar un periodo de conquista
sobre el norte de Europa. En su intento por invadir Inglaterra Harald murió en la batalla de
Stamford Bridge.
Imagen 14. Imagen que representa al dios vikingo Odín. Las figuras del panteón escandinavo
encarnaban características relacionadas con la fortaleza física y el carácter recio, las cuales eran
especialmente valoradas por los vikingos. El entorno geográfico en el que se desarrolló este pueblo
pudo incidir en gran medida en la construcción de unos rasgos culturales que se manifestaban
también en su sistema de creencias.
Bibliografía
BAYARD, Georges. Yo, Eric el Rojo: el vikingo que bogó antes que
nadie hacia el Oeste, en busca de un nuevo mundo. Madrid, Editorial
Anaya, 1990.