2017 Tesis Ferrer Vazquez Mario

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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

Tesis doctoral
_____

Las patologías infantiles en la medicina greco-


greco
helenística. Estudio y análisis historiográfico
desde la práctica de la pediatría moderna.

__________

Autor:
MARIO FERRER VÁZQUEZ
__________

Directores:
Dr. RICARDO TOSCA SEGURA
Dr. JUAN JOSÉ FERRER MAESTRO

Castellón, Junio, 2017


Imagen de portada: Hipócrates examinando a un niño. Cuadro de
Robert Thom, 1952. Museo de Arte de la Universidad de Michigan
(USA).
ÍNDICE

Introducción 9

Agradecimientos 15

Primera parte: la medicina y la infancia en la historia antigua.

1. Objetivos 19

2. Metodología y plan de trabajo. 23

3. La infancia en el mundo clásico. 27


3.1. Primeras aproximaciones a la investigación: fuentes, 27
materiales y limitaciones.
3.2. ¿Qué es un niño en la antigüedad clásica? Estado de la 36
cuestión.

4. La medicina en la antigüedad. 47
4.1. La medicina irracional y pre-racional en las culturas 47
Arcaicas.
4.2. La aparición del pensamiento racional. Tales de Mileto y 52
los presocráticos.
4.3. El nacimiento de las primeras escuelas médicas. 57
4.3.1 . La escuela de Crotona. 59
4.3.2 . La escuela de Cnido 60
4.3.3 . La escuela de Cos 61
4.4. Medicina y filosofía. Aristóteles. 63

5. La práctica médica en sus inicios. 67


5.1. El ejercicio de la medicina. 70
5.2. Medicina y sociedad. 72
5.3. La medicina y la mujer. 74
6. Hipócrates. 77
6.1. Conceptos de salud y enfermedad en la medicina 80
hipocrática.
6.2. Hipócrates y la medicina hipocrática. 83
6.3. El Corpus Hippocraticum. 90

7. La medicina helenística. 99
7.1. El Museion de Alejandría. 100
7.2. La medicina en Roma. 107
7.3. La infancia en Roma. 111
7.4. La cuestión de los expósitos. 115
7.5. La educación de la infancia en Roma. 119

Segunda parte: la pediatría en los textos médicos de la


antigüedad. Estudio, análisis y comentarios.

8. La “pediatría” en la medicina de las culturas antiguas. 128


Análisis de textos clásicos. De Alcmeón a Galeno.
8.1. Introducción. 128
8.2. Referencias a la medicina infantil en la era 130
prehipocrática.
8.3. La “pediatría” en el Corpus Hippocraticum 132
8.4. La cuestión de la terapia y la medicina infantil en la 136
época hipocrática.
8.5. Los textos hipocráticos. 141
8.5.1. Aforismos (Aphorismoí). 141
8.5.2. Juramento (Hórkos). 165
8.5.3. Sobre la ciencia médica (Peri téchnēs). 168
8.5.4. Pronóstico (Prognōstikón). 170
8.5.5. Sobre la dieta en las enfermedades agudas 179
(Perì diaítēs oxéōn).
8.5.6. Sobre la enfermedad sagrada 181
(Perì bierês nósou).
8.5.7. Sobre los aires, aguas y lugares 194
(Perì aèrōn, hydátōn, tópōn).
8.5.8. Predicciones I (Prorrētikón α). 204
8.5.9. Predicciones II (Prorrētikón β) 206
8.5.10 Prenociones de Cos (Kōiakaì prognóseis). 212
8.5.11. Sobre la dieta (Perì diaítēs). 224
8.5.12. Sobre las afecciones (Perì pathōn). 227
8.5.13. Sobre el alimento (Perì trophēs). 235
8.5.14. Sobre las enfermedades de las mujeres I-II (Perì 237
gynaikeíōn prōton-deúterōn).
8.5.15. Sobre la superfetación (Perì epikyēsios). 245
8.5.16. Epidemias (Epidēmia). 247
8.5.17. Sobre las enfermedades (Perì noúson). 281
8.5.18. Sobre las afecciones internas 289
(Perì tôn entós pathôn).
8.5.19. Sobre las heridas en la cabeza (Perì ton en 293
kephalêi traumatōn).
8.5.20. Sobre las fracturas (Perì agmôn); Sobre las 295
articulaciones (Perì árthrōn).
8.5.21. Sobre las fístulas (Perì syríngōn); Sobre las 309
hemorroides (Perì haimorroídōn).
8.5.22. Sobre las úlceras (Perì ton hélkōn). 310
8.5.23. Sobre la naturaleza del hombre (Perì phýsios 312
anthropōu).
8.5.24. Sobre las carnes (Perì sarkôn). 319
8.5.25. Sobre la generación (Perì gonês). 326
8.5.26. Sobre la naturaleza del niño (Perì phýsios 332
paidiou).
8.5.27. Sobre las enfermedades IV (Perì noúsōn Δ). 346
8.5.28. Sobre el parto de ocho meses (Perì oktamēnou). 351
8.5.29. Sobre la dentición (Perì odontophylēs). 358
8.5.30. Sobre las semanas (Perì hebdomádōn). 363
9. Otras referencias en la Grecia clásica y helenística. 365
9.1. La Grecia clásica poshipocrática. 365
9.2. El mundo helenístico. La supremacía cultural de 373
Alejandría.
9.3. Roma: la evolución de la medicina hipocrática y su 378
relación con la infancia.
9.3.1. Cornelio Celso, De medicina. 387
9.3.2. Dioscórides, De materia medica. 396
9.3.3. Areteo de Capadocia. Sobre las causas y 402
signos de las enfermedades.
9.3.4. Sorano de Éfeso. Tratado de ginecología 436
(Gynaecia).
9.3.5. Sorano: Sobre las enfermedades de las mujeres. 470
9.3.6. Galeno de Pérgamo. Obra médica. 473
9.3.6.1. Sobre la localización de las enfermedades 479
(De locis affectis. Perìtôn peponthótōn tópōn)
9.3.6.2. Las facultades del alma siguen los 493
temperamentos del cuerpo.
9.3.6.3. Procedimientos anatómicos. Libros I-IX. 495
9.3.6.4. Sobre cómo hay que proteger la salud. 497

Tercera Parte: la visión del pediatra actual.

10. La influencia de la medicina clásica en el nacimiento de la 508


pediatría moderna y en la sociedad actual.

10.1. La infancia y su tratamiento en los textos de la 509


antigüedad.
11. Conclusiones. 525

Bibliografía y fuentes. 543


A Aina, mi hija, por serlo todo en mi vida.

A María, mi mujer y mi compañera, por ser mi faro.

A mi madre, por haberme transmitido los valores que me han hecho crecer
como persona, por haberlo dado todo por mi y por ser el impulso que
necesitaba para el estudio de esta maravillosa profesión. No pasa un día en
el que no esté presente en mi vida.

A mi padre, por ser mi sombra, por el humanismo transmitido, por ser


ejemplo, porque sin él no estaría donde estoy ahora.

A mi familia y a aquellos que se han convertido en ella.


Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

«La medicina hace tiempo que tiene todo lo que


se requiere para ser un arte, pues ha descubierto
un punto de partida y un método con el que se
han conseguido muchos logros y valiosos
descubrimientos a través del tiempo. Y los demás
se irán descubriendo y alcanzando en el futuro, si
aquél que está capacitado conoce ya la ciencia
médica y parte de ahí su investigación».

Sobre la medicina antigua. Tratados


Hipocráticos, ed.. C. García Gual , Madrid, 1990.

INTRODUCCIÓN

Es sabido que las sociedades antiguas nos han proporcionado las


herramientas para construir el mundo tal y como lo conocemos hoy.
Por eso debemos prestar especial atención a cuanto conservamos de
ellas, a cómo ha funcionado y evolucionado la herencia que nos
transfirieron y hasta qué punto su influencia ha marcado no sólo
nuestro proceder político, social y administrativo, sino también nuestra
cotidianeidad y discernimiento. Viendo lo que el mundo antiguo ha
legado a nuestra sociedad actual, es natural sentir un profundo
respeto por el conocimiento del pasado y esforzarnos en
comprenderlo. No en vano, los avances sociales y científicos que
percibimos en nuestro presente son fruto de la sedimentación histórica
que puso las bases para conseguirlos.
En mi caso, estos conocimientos me han llevado a entender mejor la
importancia de mi profesión y ejercer la medicina pediátrica como un
férreo compromiso social hacia el paciente, pero también como un
reconocimiento a todos aquellos médicos que a lo largo de la historia
se esforzaron en un imparable avance de progreso científico. Entre el
amplio devenir histórico he mostrado especial atención al periodo

9
Mario Ferrer Vázquez

clásico, y más en concreto a la extraordinaria ciencia helenística, que


se nutrió del rico clasicismo griego y del racionalismo filosófico nacido
en los territorios fronterizos de Jonia, y maduró tras el espectacular
proceso de aculturación generado por las expediciones de Alejandro
de Macedonia y su imperio multiétnico y universal. Este vigoroso fruto
helenístico provocó el más fuerte impulso científico de la Antigüedad,
contagió a Roma y esta, tras conquistar el oriente mediterráneo, y a
partir de su imperio, lo transmitió a la Europa posterior. He de
reconocer que, con toda seguridad, esta predilección por la cultura y
las aportaciones del helenismo no habría nacido en mi ánimo sin la
influencia de mi padre, experto conocedor del pasado y apasionado
humanista.
La contribución más genuina de la cultura helenística fue la formación
de ciencias diferenciadas que se desarrollaron a partir de la filosofía.
Las ciencias naturales, empíricas y exactas vivieron un impulso sin
precedentes. La medicina practicada por Herófilo de Calcedonia (335 -
280 a. C.) fundó la moderna anatomía, practicando disecciones
anatómicas públicas de seres humanos. Herófilo avanzó en el estudio
del encéfalo y a él se debe el nombre de una de sus estructuras –la
llamada “prensa de Herófilo”– y llegó a sostener que la inteligencia se
hallaba en este órgano y no en el corazón, como era creencia
generalizada en su época. Herófilo creó y dotó de prestigio científico a
la Escuela de Alejandría, junto a otro conspicuo médico del siglo III a.
C., Erasístrato ( 304 - 250 a. C.), –nacido en Cos, como Hipócrates–
cuyos trabajos y descubrimientos convergían en los campos de la
neurofisiología, la neurología y la estructura cerebral. En las escuelas
médicas de Cos, Pérgamo y Cnido ejercían reputados médicos cuyos
servicios terapéuticos atraían a pacientes de todas las latitudes, pero
el centro científico por excelencia se hallaba en el Museion de
Alejandría, la institución de enseñanza e investigación más prestigiosa

10
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

de la Antigüedad, creada por Ptolomeo I Sóter, el amigo y leal


compañero de armas de Alejandro de Macedonia, fundador de la
última dinastía de faraones egipcios. Esta “residencia de las Musas”
se dotó de una grandiosa e incomparable biblioteca que actuó como
foco de atracción de sabios y sustento de programas formativos e
investigaciones avanzadas. Todas las disciplinas tuvieron cabida en
esta magna institución en la que cupieron, como si se tratase del
paradigma de las modernas universidades, la enseñanza y la
investigación, la educación en el progreso científico y la búsqueda de
respuestas mediante el uso de instalaciones y métodos que permitían
indagar en el conocimiento del universo y de la naturaleza, los astros,
las plantas, lo animales y los seres humanos.
Las aportaciones de la ciencia helenística fueron fundamentales en el
devenir histórico, y su difusión tuvo a la lengua griega como vehículo
comunicativo. Euclides trabajó e investigó intensamente en Alejandría
bajo el reinado del primer faraón de la dinastía greco-macedónica,
Ptolomeo I Sóter, y su tratado Elementos le ha valido el nombre de
“padre de la geometría moderna”. Apolonio de Perge fue el precursor
de la trigonometría; introdujo elipses, hipérboles y parábolas en las
matemáticas. Pero el científico más excepcional de la época fue
Arquímedes de Siracusa, quien descubrió la ley de la palanca y el
peso específico, y el cálculo del número pi (π). Sus máquinas de
guerra, que fueron empleadas en el asedio de su ciudad natal,
alcanzaron un alto grado de sofisticación. También en la astronomía y
en la geografía se realizaron hallazgos muy destacados. Hiparco de
Bitinia calculó las órbitas de los planetas y el año solar. Aristarco
expuso la teoría del heliocentrismo, según la cual era el Sol, y no la
Tierra, quien se situaba en el punto central de nuestro sistema

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Mario Ferrer Vázquez

planetario. El alejandrino Eratóstenes, que partió de la forma circular


de nuestro planeta, supo calcular su órbita casi con total exactitud1.
No es de extrañar, por tanto, que aquellas aportaciones científicas de
la época helenística iluminaran el camino que, tras el paréntesis
medieval, retomaría el humanismo. En esta extraordinaria y
científicamente productiva época de la humanidad centro mis
objetivos, buscando entre los textos del pasado las huellas de quienes
nos precedieron en el arte de la medicina, y cualquier pista que me
indique cuál fue el tratamiento de la sanidad infantil.
Mi análisis se inicia contextualizando la situación, en primer lugar con
una introducción a la infancia en el mundo clásico, de un modo
genérico. Posteriormente con una descripción de los inicios de la
medicina, de sus protagonistas más directos, de un modo puramente
historiográfico. Situando al lector de este trabajo, como bien dice Laín
Entralgo2 “en el suelo de la hazaña”, en el contexto más idóneo para
comprender el largo camino iniciado hace más de dos mil quinientos
años, desde que Alcmeón de Crotona publicara su primer trabajo
sobre el arte de la medicina. Hablando de la emergente nueva
disciplina surgida desde la filosofía presocrática, la medicina, hasta la
aparición de las escuelas, la figura de Hipócrates de Cos, sus
discípulos y seguidores y “su” medicina. Las relaciones de ésta con la
filosofía, la herencia hipocrática, le medicina alejandrina y, por
extensión, helenística. La influencia de ambas en la medicina en
Roma y su contexto social.
En una segunda parte, paso a analizar los tratados propiamente
dichos. En cada época y tratado se realiza una breve introducción,

1
Schneider, 1969: 339-438.
2
Laín Entralgo, 1970, 22-25.

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Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

que servirá a modo de cimiento para construir la historia relatada de la


forma más entendible.
Si inicia analizando el Corpus Hippocraticum en su conjunto, obra por
obra en busca de la referencia a la infancia o la medicina infantil,
además de recoger algunos datos que me parecen de interés para
contextualizar del modo correcto el texto. Esta es la parte más
extensa, pues también es la parte que ha servido de base a la
medicina galénica y, por ende, a la medicina tardorromana y medieval
europea. Analizando en profundidad estos textos, y comentando,
desde el punto de vista del pediatra moderno, cada uno de los
hallazgos que, con mi especialidad, tienen que ver, así como algún
otro que sea interesante.
Se continúa, siempre en una línea temporal para facilitar la
comprensión y la correcta situación histórica, con la medicina
helenística, Alejandría y sus protagonistas en la época griega. Para
continuar durante la época de la República e Imperio Romano. El
estudio de estas épocas comienza, como en el resto, con una
introducción, para posteriormente analizar aquellos tratados más
importantes donde aparecen historias clínicas, patologías o terapias
específicas atribuibles a lo que hoy denominamos pediatría.
En esta línea temporal aparecen autores como Celso, Diocles de
Caristo, Areteo de Capadocia. Finalizando con dos de los tres pilares
en los que se apoya la medicina infantil de la Antigüedad: Sorano de
Éfeso, y su tratado de Ginecología, y la extensa obra de Galeno de
Pérgamo. Me detengo en él, por tratarse de un antes y un después en
la medicina europea desde Hipócrates hasta el renacimiento. Galeno
fue un erudito, un sabio, un científico prolífico que ejerció la medicina
en Roma, y cuyos tratados médicos que recogen el testigo hipocrático,
pasaron a la historia como la base del conocimiento de cualquier
médico europeo en la edad media, y las teorías hipocráticas como las

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Mario Ferrer Vázquez

teorías médicas más aceptadas por la comunidad científica durante


siglos. Sin ninguna duda, podríamos titular esta recopilación, este
estudio, como “desde Alcmeón a Galeno”.

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Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

AGRADECIMIENTOS

El proceso de gestación, análisis y escritura de una tesis es costoso,


duro y requiere una gran dedicación. Desde el inicio de esta idea, que
vino motivada por mi profesión y por los valores transmitidos por mi
padre, decidí embarcarme en un trabajo que era muy novedoso, que
me infundía al mismo tiempo pasión y respeto, con el apoyo de mis
directores de tesis, de mi familia y amigos, decidí iniciar este proyecto
humanístico que, confieso, parecía alejado de mi actividad profesional,
pero que necesitaba demostrar que no era así, que el profesor López
Piñero no estaba equivocado, que el humanismo es parte de nuestra
profesión y la historia parte de la vida de todos y cada uno de
nosotros, y así se gestó y así me embarqué en este proyecto.
No puedo terminar esta introducción sin agradecer a las personas que
han hecho posible esta realidad.
En primer lugar a mis directores de tesis:
Al Dr. Ricardo Tosca, por su paciencia, por sus enseñanzas, por ser
mi tutor durante tantos años, mi espejo y mi ejemplo a seguir, sus
aportaciones médicas y humanas han sido imprescindibles.
Al Dr. Juan José Ferrer, mi padre, por su idea, su insistencia y su
apoyo incondicional. Su dedicación al humanismo y la docencia; a él y
a mi madre les debo la vocación docente, y su extenso conocimiento
de la cultura y la sociedad grecorromana, así como de la historia en
general. Obviamente sin su participación este proyecto no hubiera
sido posible.
A mi familia, mi mujer y mi hija, por robarles el tiempo que prometo
devolverles.
A mi hermana, Core Ferrer, historiadora y continuadora de la tradición
paterna. Una gran conocedora de la cultura del mundo clásico, sin su

15
Mario Ferrer Vázquez

ayuda y conocimientos de idiomas no hubiera podido terminar esta


tesis.
A los miembros del tribunal que amablemente aceptan juzgar mi
trabajo.
A mis compañeros y amigos, los doctores Ignacio Manrique y Juan
López, por su dedicación, por sus enseñanzas, por su amistad y por
confiar en mí.
Al Dr. Rafael Ballester, esforzado decano en el sostenimiento y
progreso de nuestros estudios de salud en la Universitat Jaume I.
Al Dr. Pedro Barceló por estar siempre dispuesto a demostrar su
bonhomía, su afecto personal y su extensa y abundante sabiduría
científica.
Al Dr. Alejandro Marín-Buck, mi gran amigo, por su apoyo,
predisposición y contribución al diseño de este trabajo.
A “mis” residentes de todos estos años, por transmitirme el cariño, las
ganas de seguir en la docencia y por permitirme continuar con un
espíritu crítico, con un aprendizaje continuo, por ser el motor de la
pediatría y de mi inquietud científica; en definitiva, las ganas de seguir
aprendiendo para seguir enseñando.
A mis compañeros de trabajo, tanto en el servicio de pediatría del
Hospital General Universitario de Castellón, como del Centro de salud
de Almazora. Por sus aportaciones, su paciencia y su compañerismo,
todos aprendemos de todos.
Y finalmente, al querido profesor José Mª López Piñero († 2010) que
fue de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia, por
saber transmitir a sus estudiantes la pasión por la medicina más
humana, por lo que será siempre recordado.

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Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

PRIMERA PARTE

LA MEDICINA Y LA INFANCIA EN LA HISTORIA ANTIGUA

Epitafio del médico Publio Sertorio Niger, que ejerció su profesión en Emérita
Augusta (Mérida) durante el Imperio Romano.
Museo Nacional de Arte Romano, Mérida.

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Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

1. OBJETIVOS

El proyecto de tesis parte de una idea extraída de la práctica


profesional de la pediatría y el interés en conocer quiénes y de qué
modo iniciaron esta ciencia. La idea, comentada con ambos
directores, se fue desarrollando hasta adoptar los presupuestos
científicos que me propongo.
En síntesis, se trata de obtener todos los datos posibles de la
medicina de la Antigüedad, que puedan ser catalogados como
prácticas diagnósticas y curativas infantiles, para comparar su modus
operandi, su nivel de conocimientos empíricos, y su percepción
científica con los conocimientos y prácticas de la moderna pediatría.
Parafraseando al recordado profesor López Piñero, “conocer la
historia de la ciencia médica es ocuparse de las enfermedades como
estados de la vida humana en cualquier tiempo y lugar, y las
actividades destinadas a combatirlas y a promover la salud”3. De ahí
que haya configurado mi trabajo de investigación desde la perspectiva
histórica para conocer, profundizar y valorar respetuosamente el
esfuerzo de los científicos precursores del arte curativo infantil, en las
difíciles condiciones de una tan época lejana en lo material como en lo
social e ideológico.
El primer gran avance de la medicina, se produce en la época de
Hipócrates, siglos V y IV a.C., fruto de la integración de la filosofía
presocrática en la sociedad y las prácticas médicas, de la fusión de
conocimientos arcaicos y de la aportación de las escuelas médicas,
entre ellas la de Cos, escuela del genio Hipócrates, un eslabón
importantísimo en la vida espiritual del mundo. Su estudio ha

3
Tomado literalmente por mí de sus clases en la Facultad de Medicina de Valencia.

19
Mario Ferrer Vázquez

trascendido fronteras y lenguas, creencias y filosofías. Hipócrates y lo


que de él se deriva, magnificada o no su figura, es reinventado una y
otra vez a lo largo de los siglos, se corrige lo que se ha dicho sobre él,
se adaptan sus ideas, se replantean sus principios terapéuticos y
éticos. Su escuela y sus seguidores y otros muchos escritos de la
época y posteriores, basados en ese nuevo pensamiento y corriente
cultural y social, integran el Corpus Hippocraticum, conjunto de
tratados médicos que proporciona material para reflexionar sobre las
relaciones entre el saber teórico y el saber experimental y las
conexiones que existían entre ambos.
Pero el culmen de la ciencia médica del mundo antiguo es la medicina
helenística. Ella recoge la herencia hipocrática y de las escuelas de
medicina griega clásica, y la enriquece al compás de la extensión del
imperio de Alejandro, que unió las culturas orientales y mediterráneas.
El importante cambio de la práctica anatómica a la escuela empírica
se produjo en el seno de la medicina alejandrina y en el marco
científico del Museion de Alejandría, la gran “universidad” y centro de
investigación del mundo antiguo. Posteriormente, Roma nos dará a
conocer a alguno de los mejores médicos de la antigüedad, de
procedencia e incluso de formación greco-helenística, como
Asclepíades, Sorano de Éfeso o Galeno de Pérgamo, cuya obra
extensísima supone la gran culminación de la medicina helenística.
Los tratados y métodos de este médico del emperador Marco Aurelio
se han venido utilizando durante toda la edad media y hasta bien
entrada la edad moderna, considerándolo como una de las máximas
autoridades de la medicina.
A pesar de las obvias dificultades con las que se enfrentaron, y la
ausencia de una específica rama de la medicina infantil, creo que es
posible vislumbrar en muchos casos las prácticas relacionadas con
esta especialidad. Médicos como Sorano de Éfeso en siglo II, con su

20
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

tratado de ginecología, o la enciclopedia médica de Cornelio Celso,


por poner sólo dos de los muchos autores que he consultado, aportan
datos de enorme interés. Por no decir del Corpus Hippocraticum o la
obra de Galeno.
La ciencia en general es deudora de aquellos esforzados
investigadores helenísticos y el gran avance que propusieron. En
ocasiones parece que somos nosotros, o a lo sumo nuestros
predecesores inmediatos, quienes hemos “inventado” el método
científico y los avances en la medicina. Perder la perspectiva histórica
nos hace perder gran parte del conocimiento en el que se basa
nuestra práctica médica diaria. Desconocer nuestros orígenes y
centrarnos en los últimos avances, nos hace ser menos humanistas,
condición imprescindible para ejercer nuestro noble arte, y tener una
escasa percepción científica, lo que sin duda redunda en la reiteración
de ideas y errores, y por ende, en la falta de rigor científico.

En resumen, me propongo:
1. Obtener la visión médica de los científicos greco-helenísticos y
romanos.
2. Escrutar sus conocimientos pediátricos y valorarlos en su
contexto social.
3. Elaborar un corpus de estos mismos conocimientos.
4. Establecer la relación con los conocimientos pediátricos
actuales, tanto a nivel de patología y terapéutica como a nivel
social. Analizando los conocimientos heredados y de cómo el
conocimiento de los hechos históricos puede repercutir en la
ciencia pediátrica actual y el humanismo médico. Reflexionando
sobre la evolución del tratamiento a la infancia dentro de la
sociedad, y como ha repercutido éste en la medicina moderna,

21
Mario Ferrer Vázquez

o de cómo ha repercutido la medicina en el cambio del


concepto social de infancia.

Actualmente existe muy poca información al respecto de la medicina


infantil en la etapa greco-helenística, dispersa y en tratados médicos
generales o sobre las mujeres. Me propongo el esfuerzo de reunir la
información, contextualizarla y analizarla con la perspectiva de la
práctica clínica actual de un pediatra, tratando de obtener un
compendio de la medicina pediátrica helenística, cuando aun no
existía tal concepto.

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Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

2. METODOLOGÍA Y PLAN DE TRABAJO

La metodología básica se centra en el proceso básico de


documentación bibliográfica y localización de autores clásicos,
selección de textos, clasificación por época, extracción de datos,
análisis crítico de los mismos y establecimiento de conclusiones.
La revisión de textos médicos de la época, tanto traducciones como
recopilaciones y tratados, se establece de modo cronológico y
ordenado para seguir, en una línea temporal y de manera global, el
cambio en el pensamiento científico médico y específicamente la
asistencia y tratamiento a los pacientes, más concretamente en lo
referido a la medicina en la edad infantil.
Se inicia la recopilación bibliográfica en la época de la Grecia clásica,
entre los siglos VI y V a.C., con el estudio de autores modernos en los
que se analiza la ciencia y medicina de la época, contextualizando con
la estructura social y política. En primer lugar para entender los
profundos cambios que se desarrollaron en el pensamiento científico y
la influencia de la filosofía, y en segundo lugar para identificar los
textos clásicos médicos de referencia que han llegado hasta la
actualidad.
Dentro de esa misma época, caracterizada por la integración de la
racionalidad filosófica presocrática, la observación clínica y las
aportaciones de las recién creadas “escuelas médicas”, como las de
Crotona, Cnido y Cos, emerge la figura de Hipócrates y sus
aportaciones a la ciencia moderna, sobre todo al devenir científico y
médico de la Grecia y Roma clásicas, influenciando a gran parte de
los médicos de varios siglos posteriores, entre ellos al prolífico
Galeno, y con ellos a la ciencia médica hasta la época moderna. De
entre ellas se recogen datos existentes en el Corpus Hippocraticum,

23
Mario Ferrer Vázquez

de autoría diversa, de su propia escuela o seguidores de sus


doctrinas, en colecciones que han llegado traducidas y comentadas
hasta nuestra época. Los datos que se registran tendrán que ver con
ese cambio de mentalidad y con sus teorías de la enfermedad, la
prognosis, la observación y el tratamiento; con las características de la
medicina en general y las patologías y problemas de la infancia en
particular.
Al mismo tiempo se recogen datos sobre el tratamiento que a la
infancia se da por la sociedad de la época.
Continuamos ya en la época helenística, época imperial romana
donde la ciencia y la medicina tienen un origen griego, del que
mantiene incluso su lengua, y donde Alejandría se convierte en el
centro de la cultura y la ciencia del mundo en la Antigüedad.
En este contexto aparecen grandes médicos como Cornelio Celso o
Areteo de Capadocia, de los que se recogen alguna de sus obras.
Sorano de Éfeso, y su tratado de Ginecología, un amplio estudio sobre
la ginecología y la obstetricia utilizado durante siglos, donde aparecen
capítulos dedicados al recién nacido, su asistencia, su alimentación y
algunas de sus patologías. La medicina de la época, consideraba, en
muchos aspectos, al recién nacido un “apéndice” de la madre, y como
tal entraba en los tratados de la época. Sin olvidarnos del médico más
famoso y prolífico de la época, que bajo las enseñanzas de la escuela
hipocrática revolucionará la medicina con sus numerosísimos tratados,
y que será la referencia para la medicina medieval y moderna, Galeno
de Pérgamo.
Dentro de esta extensa época tiene lugar la aparición de otras
escuelas y teorías del noble arte de la medicina, distintas a las
hipocráticas, algo menos extendidas y con menos seguidores, pero de
una enorme importancia cuando las analizamos desde la perspectiva
de nuestro conocimiento actual, como la escuela metodista de

24
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Asclepíades de Prusa, basada en la teoría atomista de Demócrito, que


Lucrecio había puesto de moda con su poema De re natura.
Con todo ello, y la información extraída de los textos sobre la sociedad
y la política, la organización y la importancia de la medicina militar y el
trato de la infancia en la época helenística, elaboro un compendio
específico de medicina infantil en la era greco-helenística.
Al mismo tiempo, comparo los datos con los conocimientos actuales,
desde la teoría de los grandes maestros de nuestra época, los
tratados más importantes y la experiencia de la práctica clínica diaria
en la pediatría, para analizar la importancia que los conocimientos y
prácticas de la antigüedad han tenido en la medicina pediátrica
moderna, qué ha llegado hasta nuestros días y en qué podemos
aprender de otros grandes maestros del noble oficio médico. Datos
que generalmente desconocemos o que creemos actuales, prácticas
humanas y clínicas y teorías que posteriormente se han demostrado
válidas o erróneas. Recojo todos estos datos al mismo tiempo que
recopilo la información clásica, de tal manera que el lector no tendrá
que desplazarse por el texto para comprender algunos de los datos,
ya que estarán analizados mientras se leen.
Para finalizar reflexiono sobre los cambios en la visión de la edad
pediátrica, del tratamiento a la infancia en ambas sociedades,
utilizando la medicina como claro ejemplo representativo de dicho
cambio, y de cómo este cambio ha podido y podrá repercutir en el
futuro de nuestra sociedad y de nuestra ciencia.
En resumen, el plan de trabajo ha sido el siguiente:
1- Recopilación de títulos genéricos modernos, búsquedas
bibliográficas y lectura y recopilación de información
2- Posteriormente, y basados en estos textos, se buscan
traducciones de textos clásicos, bien en bibliotecas locales o
por préstamo o descarga legal.

25
Mario Ferrer Vázquez

3- Todo ello de toda la época que comprende este análisis,


recopilando la información de forma ordenada para su posterior
análisis.
4- Una vez realizado esto, se recopilan los datos y se transcriben
a una primera parte de la tesis, más histórica y humanista, que
será el germen del compendio médico y pediátrico, en el
contexto social de cada época. A modo de introducción a la
sociedad y la medicina en general de la época. Desde los
primeros albores de la medicina hasta el tardío Imperio
Romano.
5- En una segunda parte recopilo la información que de las
patologías infantiles aparece en los tratados de la época que
han llegado hasta nuestros días. Al mismo tiempo que recojo
esta información se procede al análisis desde el punto de vista
de la pediatría moderna, tal y como se ha comentado.
Realizando siempre una introducción en cada texto analizado y
cada época, para situar al lector en el contexto médico y social
adecuado, para conocer al autor y para detallar la situación de
la infancia en la época u obra analizadas.
6- Para finalizar a modo de conclusión, con la reflexión señalada,
a la vista de los datos que se obtengan, tanto del contexto
médico y social, como de los hallazgos que de esta segunda
parte respecto de la primera se desprenden. Por último
realizaré las conclusiones pertinentes a los objetivos marcados.

26
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

3. LA INFANCIA EN EL MUNDO CLÁSICO

3.1. PRIMERAS APROXIMACIONES A LA INVESTIGACIÓN:


FUENTES, MATERIALES Y LIMITACIONES

Aunque el mundo antiguo ha ido dando forma al mundo actual, la


escasez de fuentes es un problema con el que nos topamos al intentar
desentrañar alguno de los misterios y entresijos de la historia de la
antigüedad. En el caso del estudio de la infancia resulta aún más
complejo.
La limitación de fuentes literarias se debe a dos inconvenientes
principales, de los cuales el primero resulta no sólo fundamental, sino
también más que evidente: los niños no escribieron su propia historia.
Lo cual quiere decir que no disponemos de testimonios infantiles
directos –salvo alguna curiosa excepción4–, bien porque no se han
conservado, bien porque nunca se produjeron. El segundo problema
en relación a las fuentes surge de la limitada información que se
desprende de los textos conservados. En estos, la costumbre
promueve que sean los varones adultos quienes dejen impronta de
sucesos que ellos consideran relevantes.
La dificultad para encontrar noticias y hechos directamente surgidos
de experiencias infantiles, me hizo suponer que el protagonismo de

4
Un niño escribe a su madre en la Babilonia de Hammurabi. El pequeño reprende
acerca de cómo abarata los ropajes que ella teje para él, dudando incluso del amor
que le profesa; se compara con un compañero suyo, inferior en clase social, quien a
pesar de ser adoptado lleva unos trajes mejores que los suyos: “tú me engendraste
y él fue adoptado, pero mientras su madre le quiere, tú no me quieres a mí”
(Pritchard, 1975, 191-192).

27
Mario Ferrer Vázquez

las mujeres, en tanto que madres, podría facilitar la búsqueda, pero


tampoco ellas dejaron excesiva huella de su tránsito a través del
medio escrito5, sobre todo si lo comparamos con el global de los
textos clásicos. Se hace necesario, por tanto, utilizar otro tipo de
materiales para estimar las percepciones sobre la infancia en los
periodos greco-helenístico e imperial.
Otros recursos que pueden ser útiles en la investigación pueden ser la
literatura trágica griega o la comedia romana. En el primer caso, los
niños desempeñan cierta actividad en el ámbito familiar usual, no
obstante son principalmente actores de actividades o sucesos
traumáticos y así se los presenta en las obras trágicas6; en el segundo
caso, la cotidianeidad prima sobre la profundidad social del infante7.
La mitología también es una buena fuente a la que recurrir, siempre y
cuando se tenga en cuenta la perspectiva ficticia de los relatos que
disimula la existencia de un trasfondo realista. En la actualidad
tenemos acceso a miles de relatos del género de ciencia ficción,
donde prácticamente nada de lo que el contexto de la narración nos
ofrece es verídico, sin embargo, hallamos elementos ordinarios y
comunes de nuestro día a día, sin los cuales el lector se sentiría
desconectado de la cotidianeidad del hilo narrativo y abandonaría
rápidamente la lectura. Así que en la mitología, como en la ciencia
ficción, no todo es verídico, pero existe una base auténtica y
verdadera con la cual podemos trabajar para progresar en nuestra
investigación. Por ejemplo, el tema del abandono infantil en la
antigüedad es un argumento muy recurrente dentro de la mitología
grecorromana: los célebres Hércules y Asclepio son muestras de ello.
5
Kennell, 2013, 396-417.
6
El infanticidio es condenado por el autor clásico Eurípides en su obra Medea,
donde relata el mito de la esposa de Jasón, protagonista de la leyenda de los
Argonautas. Grimal, 1981, s.v. Medea, 336-338.
7
Sobre cómo evitar inmoralidades para educar a un hijo ver Juvenal, Sátiras, XIV,
45.

28
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Hércules, objeto de numerosas leyendas, es hijo de Zeus y una mortal


y fue odiado por la diosa Hera, quien lo expulsaría tras el episodio de
la Vía Láctea; el niño fue criado por su madre mortal y su esposo,
quienes también pensaron en abandonarle para evitar la ira divina.
Asclepio (el Esculapio romano), hijo del dios Apolo y una mortal, fue
abandonado al nacer, y según una de las muchas leyendas fue
amamantado por una cabra y criado por un lobo hasta que un pastor
se hizo cargo de él, aunque poco después los dioses lo
encomendaron al cuidado del centauro Quirón, quien le descubrió la
medicina mediante el conocimiento de plantas medicinales y la
aplicación de remedios curativos. Los hijos de Asclepio siguieron su
arte y entre ellos destacaron dos mujeres –Panacea e Higía– que
acabaron simbolizando el tratamiento médico y la salud por la higiene,
respectivamente.
Otros famosos personajes de la historia, reales como Sargón de Acad
o Ciro de Persia, y más misteriosos como Moisés o Rómulo y Remo,
fueron abandonados en su infancia. Sargón, que creó el primer
imperio de la historia en la Baja Mesopotamia a finales del siglo XXIII
a. C., fue abandonado en las aguas del río Éufrates, tal como cuenta,
en primera persona, en una leyenda neo-asiria:

“Mi madre me concibió, en secreto ella me dio a luz. Ella


me dejó en una cesta de junco, con betún selló mi tapa.
Ella me llevó al río que pasó sobre mí. El río me llevó a
Akki, el extractor de agua. Akki, el extractor de agua, me
llevó como un hijo y me crió. Akki me nombró su jardinero.
Mientras que era un jardinero, Ishtar (la diosa) me aseguró
su amor y en cuatro y [...] años me convertí en rey”.8

8
King, 1907, 87–96.

29
Mario Ferrer Vázquez

Lo mismo ocurrió con Ciro el Grande, rey aqueménida, que en el siglo


VI a. C. creó el fastuoso imperio persa que se extendía desde el
Mediterráneo hasta la cordillera del Hindu Kush, entre los actuales
territorios de Afganistán y Pakistán. El mismo imperio –más Egipto–
que Alejandro de Macedonia hizo suyo dos siglos más tarde y que
serviría como inicio del fecundo contacto europeo y asiático que
originó la cultura helenística. En la leyenda, Ciro fue abandonado en
una montaña, siendo rescatado por un pastor. Otros ejemplos de
abandono que revierten en heroicidad y poder fueron los de Moisés en
las aguas del Nilo, los gemelos Rómulo y Remo amamantados por
una loba en la ribera pantanosa del Tíber hasta que también un pastor
se hizo cargo de ellos. Y podríamos añadir el sumerio Gilgamesh, el
troyano Paris, y los personajes trágicos griegos Ión, Edipo o Perseo.
Una nómina extensa que atrajo el interés de Otto Rank, el discípulo de
Sigmund Freud, y que queda relatada en su famosa obra Der Mythos
von der Geburt des Helden : Versuch einer psychologischen
Mythendeutung (El mito del nacimiento del héroe: un intento de
interpretación psicológica del mito), Viena, 1909 y 1922. Todas ellas
son historias que mezclan realidad y ficción, pero demuestran que los
abandonos o expositio de niños en la antigüedad fueron frecuentes9, y
resulta natural que fuesen pastores quienes los recogiesen en parajes
desabrigados.
Junto al relato del héroe, que señala una mitificación del abandono
infantil, tenemos otras fuentes literarias que, de modo menos prosaico,
nos informan de las dificultades que impulsaban a la expositio, la
limitación de nacimientos e incluso al infanticidio en las sociedades

9
Sobre todo si se trataba de niñas. Se conserva un ejemplo en una carta del siglo I
a.C., dirigida por un marido a su esposa embarazada, donde le urge a exponer a su
bebé si nace niña, Papiro de Oxirrinco 744G en Lefkowitz & Fant, 2005, 187.

30
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

arcaicas. El primer ejemplo en la literatura europea es la obra de


Hesíodo: Los trabajos y los días. Este poema fue escrito en torno al
año 700 a. C., una época de escasez y miseria en Grecia que impulsó
la aventura de las colonizaciones en busca de tierras de las que poder
subsistir. En su contenido, el autor recomienda limitar a un solo hijo la
descendencia, dadas las dificultades para alimentar a las
depauperadas familias.10
En el debate teórico sobre la mortalidad infantil en la Antigüedad,
aparecen dos tendencias entre los autores que estudian este carácter.
De un lado, quienes opinan que tal mortalidad obedece
exclusivamente a causas naturales y que el infanticidio es inviable en
sí mismo dada la tendencia de toda sociedad a aumentar sus proles;
posición esta poco avalada por las fuentes consultadas. En una
posición contraria se hallan los que aseguran que el infanticidio es
real, pero se halla enmascarado como un proceso tradicional de la
cultura que lo practica11, y lo ratifica la expresión de Séneca en su
diálogo moral Sobre la ira, 1, 15, 2:

“Exterminamos a los perros rabiosos y al buey salvaje e


indomable lo matamos, y a las reses enfermas, para que
no contagien al rebaño, les clavamos el hierro; hacemos
desaparecer los fetos monstruosos, incluso a los hijos, si
han nacido inválidos y malformados, los ahogamos; y no
es ira sino razón separar de los sanos a los inútiles” (trad.
Juan Mariné).

10
Trabajos y días, 378; también Aristóteles (Política, 4, 14) y Platón (República, 5, 2)
abogan por restringir la natalidad y reconocen la habitual exposición de recién
nacidos.
11
Peña, Ruiz y Wagner, 1995; Evans-Grubbs, 2013.

31
Mario Ferrer Vázquez

La ejecución del infanticidio fue una acción legal, ejecutada siempre


por el paterfamilias romano, recogida y justificada por el derecho
arcaico recogido en la Ley de las XII Tablas.
Otra de las disciplinas que nos pueden ayudar a conocer mejor el
difícil campo de la historia de la infancia es la arqueología. A pesar de
la amplitud temática que proporciona la arqueología infantil, la
investigación tiende a dividirla en dos áreas principales de estudio,
referidas ambas al mundo funerario: la osteoarqueología12 y el ámbito
iconográfico13. Sin embargo y a pesar de las buenas intenciones de
los investigadores, el principal obstáculo que plantea la arqueología
infantil es que es muy dada a la interpretación. Los materiales que
puede proporcionarnos un enterramiento infantil –huesos, juguetes,
biberones, amuletos…– desvelan poca información verificable sobre la
cotidianeidad de los niños. Por ejemplo, un amuleto puede
transmitirnos la existencia de supersticiones e incluso ciertos rituales,
el carácter del niño que los usó e incluso su pertenencia social14, pero
no es fácil vislumbrar a través de un amuleto el tipo de rituales se
llevaban a cabo en esos enterramientos. El especialista, al fin y al
cabo, debe interpretar estos materiales aislados como elementos de
un contexto más explícito. Es cierto que los restos funerarios son
numerosos15, pero sería un desatino no acertar en el modo de llegar a
sustraer las conclusiones adecuadas en un campo desmedidamente
hipotético, cuyos resultados son, en ocasiones, más supuestos que
realidades tangibles. Pero eso es lo que nos ofrece la arqueología y el
estudio material y simbólico, los especialistas no pueden ir más allá, y
si la antropología médica se encuentra muy limitada en el

12
De Miguel Ibáñez, 2010.
13
Huskinson, 2007; Rawson, 2003.
14
Terranova, 2014.
15
Morris, 1992

32
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

conocimiento de las enfermedades de los adultos de la antigüedad,


mayor dificultad encuentra en el análisis aplicado a la infancia.
Por otro lado, se está descuidando un componente especialmente
particularista en el análisis histórico de la infancia: el territorialismo. El
hecho de que nuestra información quede sesgada por la falta de
fuentes no solo es atribuible a la ausencia de ellas en sí, sino también
a que dicha información se encuentra localmente circunscrita. La
tendencia mayoritaria entre los investigadores es la de generalizar los
datos aplicándolos a todos los territorios del periodo temporal que aquí
nos ocupa: el de la Antigüedad clásica. Ello podría provocar
resultados erróneos o, al menos, considerablemente sesgados. En el
caso de Grecia, solo tenemos información de la infancia en Atenas y
en Esparta, gracias a los escritos de Platón y Aristóteles y la
legislación de Licurgo. Del mismo modo sucede con Roma, donde la
información nos llega a través de pergaminos egipcios del periodo
romano.
He mencionado anteriormente a Aristóteles en relación a la limitación
de nacimientos, pero conviene añadir que en su tratado sobre Política
dedica varios capítulos a la educación, en concreto uno sobre la
primera infancia donde habla de la calidad de los alimentos y del
influjo que ésta otorgará sobre las fuerzas corporales, o sobre la
conveniencia de ir “endureciendo” a los niños acostumbrándoles a
situaciones extremas como el frio16. También opina sobre la
progresión de los hábitos y la libertad de movimientos, y el paulatino
acercamiento a la vida adulta mediante el uso del juego, vigilados y
basados en imitaciones serias de los tiempos que les esperan en su
madurez. Habrá que controlar, continúa Aristóteles, el lenguaje que
llegue a sus oídos, puesto que todo lo que el niño oiga en esta etapa,

16
Aristóteles, Política, 4, 15.

33
Mario Ferrer Vázquez

será tributario de realizarlo en etapas futuras, y deberán evitarse


cuidadosamente los comportamientos deshonestos. Todo ello hasta
los 5 años, etapa en la que Aristóteles recomienda no orientarlos
hacia estudios o trabajos coactivos. De los 5 a los 7 años opina que
los niños deben asistir a ciertas lecciones, que más adelante recibirán
de forma amplia, diferenciando dos etapas educativas: de los 7 hasta
la pubertad, y desde la pubertad hasta los 21 años. En otro capítulo
habla de la educación en la ciudad perfecta, poniendo especial
hincapié en que la formación de los niños debe ser uno de los objetos
principales en los que debe ocuparse el legislador.17
En otro orden, para desentrañar los misterios que oculta la infancia en
el mundo antiguo, junto al estudio de las fuentes literarias o la
arqueología también debemos prestar atención a los datos que puede
aportarnos la demografía18, y por supuesto, la principal información
procede del ámbito médico en los textos clásicos, a pesar de la
escasez de noticias que tienen al párvulo como protagonista. Este tipo
de fuentes se ocupan normalmente de la mujer encinta, su dieta y los
cuidados que ha de recibir para no dañar al bebé; de los recién
nacidos, sobre quienes establecen una serie de normas a seguir de
manera estricta –primer contacto y cuidados, alimentación láctea para
prevenir enfermedades, vendajes en sus primeros años de vida,
enfermedades comunes…–; tratamientos para enfermedades
típicamente infantiles; cómo enfrentarse a la primera dentición, e
incluso cuál es el comportamiento habitual del infante ante diversas
situaciones cotidianas, todas relacionadas bien con un correcto
crecimiento, bien con posibles afecciones.
Finalmente, la filología aporta grandes contribuciones a la
investigación. Debido a que el concepto de infancia era de difícil

17
Aristóteles, Política, 5, 1.
18
Scheidel, 2007; Parkin, 2013.

34
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

definición en el mundo clásico, algunos autores se han dedicado a


investigar su significado a través de la terminología que caracteriza al
niño19. En griego clásico, encontramos la palabra país como
denominación genérica del infante, así como nephios, teknon o
paidion que lo denominan de forma más particular. En el caso del
latín, hallamos términos tales como puer, o puella en femenino, e
incluso podemos conocer su edad puesto que existe diferenciación
dependiendo del nominador escogido. Por ejemplo, si un niño es
llamado puer bimus o bimulus sabemos que se trata de un párvulo de
dos años de edad y, por tanto, existe con seguridad uno o varios de
otras edades, de los que se distingue.
Como hemos ido viendo, las fuentes se ocupan de la infancia desde
puntos de análisis diversos y distantes entre sí. Esta información
selectiva impide que podamos realizar afirmaciones certeras sobre la
infancia como algo universal, impide que obtengamos una definición
general de la misma. Llegados a este punto, mi objetivo ha de ser
reunir los distintos y escasos aspectos y particularidades de los niños
que la información de la que disponemos nos ha legado con tal de
averiguar qué entendían los antiguos por infancia.

19
Dasen, 2011.

35
Mario Ferrer Vázquez

3.2. ¿QUÉ ES UN NIÑO EN LA ANTIGÜEDAD CLÁSICA?


ESTADO DE LA CUESTIÓN

Hasta ahora, el estudio de la infancia en la Antigüedad ha ido


tendiendo a bifurcarse en minúsculos subtemas en lugar de aportar
una definición compendiaria. Ello trae consigo cierta impresión de
renuncia a la idea de una explicación prudentemente cimentada para
nuestra comprensión. La historia infantil es un conjunto aún no
definido con claridad y ello es debido tanto a los datos aislados de que
disponemos, como a la prudencia en el mundo académico. Así, los
investigadores han ido trabajando sectores independientes dentro de
lo que podría considerarse una sola área. Dicho de otro modo, no es
una temeridad pensar que toda esta labor debiera concentrarse en un
único campo de investigación, en lugar de fraccionarse en pequeños
grupúsculos encuadrados dentro del estudio de la infancia en las
sociedades antiguas. El afán por aunar esta disparidad existente en el
mundo de la investigación es, precisamente, lo que me empuja a
intentar resolver mis dudas acerca de la infancia en el mundo antiguo
y su relación con la existencia de una medicina infantil.
Parafraseando a Ada Cohen al comienzo a su trabajo sobre la infancia
en el mundo grecorromano, lo primero que habríamos de
preguntarnos es ¿qué es la infancia?, ¿qué es un niño?20
Para hacernos una idea, sólo tenemos que echar la vista atrás, hacia
nuestra propia infancia. Desde luego, la niñez fue una época muy
valiosa para nosotros: es una etapa llena de experiencias y constante
aprendizaje, quizás la mayor absorción de conceptos de nuestras
vidas; un periodo de permanente alegría, juegos, tiempo libre y

20
“What is a Child?”, de esta forma tan directa y acertada da comienzo el artículo
introductorio de Cohen, 2007.

36
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

diversión; una fase de credulidad irracional e ignorancia cándida;


naturalmente, salvo casos de extremo dramatismo social. Así lo
vislumbramos nosotros gracias a nuestros propios recuerdos, y así lo
plantean los sociólogos especializados en la infancia21. Sin embargo,
nuestros recuerdos han de ser matizados con datos más amplios. Hoy
en día, no todos los niños viven la misma infancia, algunos de ellos ni
siquiera viven una infancia “adecuada” bajo nuestro punto de vista
occidental, y eso es una realidad constatada: abusos, violencia infantil,
explotación laboral… La sociología de la infancia establece un claro
esquema según el cual puede ser ubicado el niño como sujeto de
estudio. Este esquema consta de tres procesos: en primer lugar, el
análisis del contexto o entorno en el que vive; en segundo lugar, el
establecimiento de comparativas entre la infancia de un determinado
sujeto y otro con distinta realidad social; y, finalmente, el cambio
entendido tanto entre las fases que suele experimentar el niño en su
infancia, como los cambios que sufre la figura del niño a lo largo de la
historia22. Debido a ello, la sociología como método investigador –en
especial la obra de Boocok y Scott–, representa un gran apoyo para
vislumbrar que no todas las infancias son comparables, también
durante el periodo que aquí nos ocupa; y por ello debemos partir del
hecho de que en el mundo greco-helenístico y romano existieron
varias maneras de ser niño.
Visto desde la perspectiva biológica actual, las “edades del niño” se
extienden desde el periodo neonatal hasta la adolescencia, pasando
por diversas etapas como la de lactante, preescolar, escolar y
pubertad. Nótese que en el mundo occidental las estas etapas
centrales están contextualizadas en la escolarización, mientras las de
lactante -que comprende básicamente el primer año de vida- y la de

21
Boocock & Scott, 2005, 3-8.
22
Boocock & Scott, 2005, 15-17; 19-32.

37
Mario Ferrer Vázquez

pubertad se fundamentan en cambios físicos y hormonales. En


cambio, las etapas clásicas venían definidas principalmente por la
dentición.
De esto se desprende que las etapas de la infancia, así como la
infancia en sí, no son tanto fases biológicas (que lo son, sin duda),
como estándares definidos por la sociedad de la época o comunidad
en la que viven. Como resulta fácil deducir, el concepto que tenemos
actualmente de la infancia en el mundo desarrollado no se sostiene en
países subdesarrollados o expuestos a situaciones límites, o incluso
en nuestra propia sociedad si diferenciamos los distintos estratos
sociales. En consecuencia el niño es sin duda un ente biológico, pero
también un sujeto cultural, sometido y supeditado a las normas,
condicionantes y tradiciones en las que se desenvuelve su vida.
Al igual que sucede con otros campos de investigación dentro de la
historia clásica –como sucede, por ejemplo, con el estudio de la mujer
y con el de los denominados “excluidos” u “olvidados”23–, el estudio de
la infancia es considerado minoritario dentro del mundo académico,
aunque ha ido ganando seguidores a lo largo de las últimas dos
décadas. En principio, los investigadores han ido recogiendo lo que
les ofrecía una tradición que viene dándose desde Platón y
Aristóteles, como ya he puesto de manifiesto con anterioridad. No
obstante, no sólo los pensadores de la antigüedad se hallaban
preocupados por la correcta formación de estos futuros ciudadanos de
un idílico estado perfecto. No ha de sorprendernos pues el interés que
la educación infantil despertó en las mentes de los ilustrados John
Locke y Jean Jacques Rousseau, quienes mantienen viva la idea

23
Knapp, 2011.

38
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

clásica del perfeccionamiento del niño percibido como proyecto de


individuo político, con obligaciones y moral a la que responder.24
Saciados quizás de esta corriente tradicional, se alzan dos
historiadores franceses cuyos trabajos se centran en la historia de las
familias. Los metódicos trabajos de los pioneros Phillipe Ariès y
Georges Duby (colección A History of Private Life), supusieron en la
década de los 60 del pasado siglo el inicio de una innovadora carrera
en el seno de la historia social y, más concretamente, en la esfera de
la historia infantil, puesto que consideraban necesario darle el
protagonismo que se merecía dentro de la historia familiar25. Paul
Veyne es el encargado de documentar la infancia en la antigüedad
dentro de la colección de Duby y Ariès26, realizando un exhaustivo
reconocimiento sobre la vida de un sujeto desde que nace hasta que
muere. Entonces, resultó una forma tremendamente original de
compendiar de forma ordenada asuntos tales como el parto, la
expositio o abandono de algunos recién nacidos, las medidas
abortivas, el cálculo de hijos por familia, la existencia de amparo legal
al infante, el estatus social del niño y su entorno, la educación privada
y escolarización, los juegos infantiles, las adopciones, las diferencias
sociales establecidas por el sexo, los ritos de paso o qué significaba
para los niños la llegada a la adolescencia. Así, la llamada escuela

24
Gianoutsos, 2006: el autor considera que distintos ángulos de vislumbrar la
sociedad hacen diferente al niño de Locke y al de Rousseau; no obstante, es
necesario señalar que la finalidad objetiva del propósito de ambos niños es la de
llegar a diluirse en el entramado social y alcanzar la madurez de forma responsable
y acorde a sus pares. Por tanto, como en Grecia y Roma, el niño no es más que un
proyecto de ciudadano moralmente capacitado para participar en un gobierno,
administración o régimen establecido.
25
Ariès,1962. Ya en la introducción (p. 10), el autor habla de la historia familiar como
una necesidad que hay que explicar para poder ser comprendida dentro de los
parámetros de nuestra visión actual. Asimismo, determina la historia de la infancia
como una historia “silenciada”, por tanto, la considera existente y útil para una
comprensión global de la historia social y de las familias.
26
Veyne, 1962, en el capítulo dedicado al nacimiento y desarrollo de un individuo en
el mundo antiguo.

39
Mario Ferrer Vázquez

francesa abrió las puertas a un nuevo método investigador, despertó


el interés del mundo académico y ayudó a desarrollar el estudio de la
historia infantil.
Pero además de este impulso conferido desde el mundo de la historia
social, el último envite viene dado desde el lado de la psicología. Los
trabajos sobre la infancia de Sigmund Freud resultaron enormemente
útiles para otro de los padres de la historia de la infancia, el
estadounidense Lloyd DeMause. En la década de los 70 del siglo
pasado, los trabajos de DeMause forman parte de la especialidad que
él mismo ayudó a configurar, denominada psicohistoria. Según el
esquema propuesto por este autor, los datos aportados por el análisis
de un evento o suceso pueden notificar la personalidad de cierto
sujeto histórico. Con todo, uno de los elementos del análisis
psicohistórico es la historia infantil, examen que persigue los mismos
fines que una década atrás pretendían Ariès y Duby: comprender al fin
la incógnita que suponen el niño y la infancia, estableciendo un hilo
conductor –en este caso de la mano de la psicología– entre el
pequeño individuo en la antigüedad y su alter ego actual.27
Es momento de recordar lo que me preocupaba al principio de este
capítulo, la diversidad de trabajos aislados que existen acerca de la
infancia en la Antigüedad y mi inquietud al tratar de condensarlos
todos para configurar una idea general sobre qué es un niño. Como se
ha evidenciado, tanto la sociología y la psicología, la historia social y
la psicohistoria, han ido reduciendo el cerco analítico, facilitando la
visión del objeto de mi estudio. Gracias a ello, hoy en día son muchas
las investigaciones que giran en torno a la infancia en el mundo
grecorromano.

27
DeMause, 1982.

40
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Llegados a este punto, es necesario mencionar los trabajos más


importantes dentro de la historia familiar e infantil. En primer lugar, la
obra de Beryl Rawson28 resultó extraordinariamente revolucionaria y
configuró en la década de los 80 un nuevo estilo analítico en temas de
historia social, apoyándose en el derecho, Rawson fue capaz de
configurar el primer compendio sobre la familia romana que aún hoy
sigue siendo característico debido a su precisión. Del mismo modo
que Rawson es un hito para la infancia en Roma, la obra de Mark
Goldman supuso en los 90 un antes y un después en la historia infantil
ateniense29. La originalidad de este trabajo reside, en primer lugar, en
que el protagonista es el niño, y en segundo lugar, que la falta de
información directa ha sido suplida con testimonios y relación
interpersonales del niño con sujetos que convivieron con él, es decir,
las relaciones que el niño de la Atenas clásica mantuvo con parientes,
educadores y esclavos domésticos. Es así como la legalidad romana y
los testimonios indirectos en el mundo heleno serán utilizados de
ahora en adelante por expertos en historia social, familiar e infantil
para tratar de configurar al fin qué entendían los antiguos por infancia
y cómo deberíamos interpretar nosotros qué pudo representar un niño
en la antigüedad.
Producto de esta novedosa tendencia son los estudios sobre historia
infantil en el mundo antiguo llevados a cabo por Suzanne Dixon, Mary
Harlow y Ada Cohen, siendo el trabajo recopilatorio de esta última
especialmente revelador y tremendamente ventajoso para el análisis
de la infancia helenística. Lo novedoso en el trabajo de Cohen30 es la
perspectiva artística del análisis histórico infantil y la peculiar
28
Rawson, 1986, 1-57 y 170-200, este último siendo un capítulo dedicado por entero
a la infancia dentro de la familia romana mediante el análisis de inscripciones sobre
vernae y alumni. El trabajo de toda una vida dedicada a la historia de la infancia en
la antigua Roma puede verse en Rawson, 2003.
29
Goldman, 1990.
30
Cohen, 2007.

41
Mario Ferrer Vázquez

espontaneidad con la que redacta todos sus trabajos, aportando por


un lado más información al conocimiento del niño en la antigüedad, y
por otro haciendo que esta investigación llegue de forma accesible a
todos los públicos.
A pesar de estar ligado a campos como el de la mujer en el mundo de
la medicina, puesto que los tratamientos infantiles se llevaban a cabo
por un especialista en parturientas, o encontrarse evidentemente
vinculado al de la unidad doméstica o la familia, el niño y la infancia
buscan su espacio dentro de los estudios de la Antigüedad. Los
numerosos trabajos que he señalado así lo corroboran. El niño
merece un lugar propio dentro de la historia.
Así, como anunciaba al comienzo de este capítulo, la escasez de
fuentes provoca aquello que planteaba Ada Cohen en la obra antes
citada: ¿descubrimos situaciones o las creamos?31 ¿Descubrimos
nuevas situaciones o acaso legitimamos nuevos escenarios que no
son fidedignos? ¿Sabemos qué es la infancia en la antigüedad o la
construimos a partir de la exigua información de que disponemos?
¿Somos víctimas, aún queriendo evitarlo, de nuestra propia
percepción de la infancia?
Ciertamente, las posibilidades interpretativas son diversas. Es por ello
que necesitamos del uso de ciencias complementarias mediante las
cuales poder configurar una definitiva historia de la infancia en los
periodos helenístico e imperial.
Por otro lado, esa escasez de datos provoca que reflexionemos sobre
la importancia dada en la antigüedad a la infancia; la ausencia, habría
que decir, de protagonismo social para este sector de la población. Tal
vez el punto de vista de la sociedad actual modifica los esquemas de
nuestra percepción hasta el extremo de sospechar que la infancia tuvo

31
Cohen, 2007

42
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

mayor importancia de la que en realidad le dieron nuestros


antepasados. Será difícil averiguar cuan significativo fue todo lo
relacionado con la enfermedad –conocemos el caso excepcional de
Esparta que no permitió ningún ciudadano primogénito con
32
malformaciones – o puede que la educación de los niños, y aquí de
nuevo es ejemplo Esparta y la agogé, su exigente sistema educativo
basado en la milicia, o los ciudadanos de un estado ideal, como los de
Platón y Aristóteles, llegando a los ilustrados Locke y Rousseau. Por
no hablar de la vida común de niños y niñas hasta que dicho estado
hace notoria la necesidad de su disgregación antes de alcanzar la
pubertad, con tal de corresponder a los destinos que éste plantea para
su integración en algo más grande, en la idea de un pueblo unido por
tradiciones y moralidad. He ahí que la mayor información literaria se
ocupe de estos asuntos, de cuestiones vinculadas con la política
griega y romana en lugar de otorgarle mayor protagonismo a la
infancia en general.
Aún vislumbrando este panorama tan poco halagüeño, hay que
agradecer la información que nos viene dada de forma especialmente
importante para mi propósito: los tratados médicos, a los que me
referiré con detalle posteriormente
Volviendo de nuevo al supuesto de si descubrimos o creamos, no
debemos despreciar la especulación puesto que el método
especulativo es la mejor vía para aunar los materiales y fuentes que
tenemos en nuestras manos hoy, con unas conclusiones llenas de
cotidianeidad y naturalidad. Escribir desde la perspectiva que otorga la
distancia temporal y sociológica del término infancia, es positivo en
cuanto que promueve un nuevo punto de vista alejado del aportado
por la fuente canónica cuyos temas principales sobre los que se

32
Cartledge, 2002

43
Mario Ferrer Vázquez

expresa son moral, historia y vida política masculina. Y, en efecto,


para ello es necesario acudir a los datos que aportan el derecho
romano, los tratados filosóficos griegos, las inscripciones de todo tipo
o los textos médicos y especializados. Sin embargo, la investigación
social y el método especulativo pueden contribuir a la formación de un
enfoque crítico y más cómodo para analizar las fuentes mencionadas
anteriormente e ir llenando los vacíos de conocimiento, como vimos
en Goldman. Todo ello da paso a la interpretación, una compleja pero
gran herramienta para el estudio de la antigüedad en su totalidad, ya
que de la interpretación nace el acierto.
Retomando la pregunta que se hacía Ada Cohen al comienzo de su
trabajo, podemos finalmente comprender qué fue un niño durante el
periodo clásico tras la exposición y análisis llevados a cabo a lo largo
de este capítulo.
A pesar de la tendencia aislativa y particularista en la investigación
referente a la infancia, mi pretensión ha sido la de intentar compendiar
los datos que las distintas disciplinas nos han ido confiriendo, creando
una síntesis inteligible y viva para poder ampliarla en investigaciones
concretas:

• La infancia es, por un lado, un fenómeno biológico. Niños


queridos, no queridos, análisis acerca de si engendrar hijos
es una necesidad pública o una elección personal, si sirve
para algo biológicamente ocuparse de ellos …
• Por otro, un fenómeno cultural. La actualidad en la que nos
movemos ha mancillado nuestra propia comprensión,
intentando hacer encajar eventos y sucesos en un mismo
espacio (infancia) sin dejar pasar las particularidades y
situaciones especiales y poco habituales –para nosotros–
que también nos facilitan información acerca de la infancia.

44
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Un fenómeno cultural porque tiene sus propias


particularidades y vive dentro de un entorno histórico que no
lo contempla como figura digna de ser recogida en los
tratados de historia y política, pero sí influye en otros
elementos cotidianos, como la comedia, la tragedia, el
derecho, la medicina, el arte figurativo y pictórico, la
mitología, la religión, etc. En suma, un fenómeno cultural en
tanto que su definición va cambiando y es voluble a lo largo
del mismo periodo y en el conjunto del devenir histórico.
• Lo que vemos y lo que no: abusos, violencia, expositio,
rituales, tratamientos médicos, trabajo extremo33.
• Desde el punto vista biológico, la infancia es un estadio o
fase que encamina a la madurez a través de la
adolescencia, y requiere especial atención y cuidados
médicos específicos, distintos a los aplicados en adultos. En
nuestra mente siempre está el axioma que seguimos los
pediatras desde el inicio de nuestros estudios: “Un niño no
es un adulto pequeño”.
• Desde el punto de vista de la historia social, el niño es un
ser potencial en clave de futuro que colabora en el trabajo
familiar o ajeno, que podrá ocuparse de sus progenitores en
la madurez, engrosará el censo ciudadano y militar, y a su
vez seguirá la norma moral de engendrar hijos para
convertirlos en elemento material de trabajo o sujetos de
ciudadanía política.

33
En este sentido es desgarrador el trabajo del psicohistoriador Lloyd DeMause,
1974, en el que lleva a cabo un explícito repaso sobre la historia de la infancia y los
abusos que sobre ella se han realizado. Tanto mayores cuanto más se retrocede en
el pasado.

45
Mario Ferrer Vázquez

Lejos de criticar negativamente la diversidad de los resultados en la


investigación acerca de la infancia, reconozco la gran cantidad de
trabajos y el tremendo esfuerzo volcado en ellos, pues son las piezas
esenciales del gran diseño que componen la idea del niño en la
Antigüedad.

Vasija griega del siglo V a.C. Dibujo de Peter Connolly.

(Extraído de: www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-


reportajes/como-se-criaba-a-los-ninos-en-la-antigua-grecia_8929/2)

46
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

4. LA MEDICINA EN LA ANTIGÜEDAD

4.1. LA MEDICINA IRRACIONAL Y PRE-RACIONAL EN LAS


CULTURAS ARCAICAS

En las culturas del antiguo Egipto y Mesopotamia, las manifestaciones


de la enfermedad eran interpretadas como manifestaciones de la ira
de los dioses, y como tales tratadas34. Los “médicos” de la época no
eran sino sacerdotes o curanderos mágicos, que encomendaban la
sanación o la enfermedad a los dioses, sus consecuencias y su
devenir. Sin embargo se conservan prescripciones médicas, con
fórmulas magistrales, lo que refleja una utilización más “racional” de la
medicina, con remedios tan populares posteriormente y hasta la
actualidad como el opio, utilizado ya en el antiguo Egipto y las culturas
orientales (Arribas, 1997).
Sin embargo la mayor parte de la “medicina” eran rituales mágicos y
exorcismos, como se recoge en algunos escritos35 atribuidos a dioses
y llevados a cabo por magos o sacerdotes. Cabe recordar lo
mencionado sobre Asclepio, Dios griego de la medicina, y que gran
parte de las prácticas sanatorias giraban en torno a su figura. Asclepio
(el Esculapio romano), hijo del dios Apolo y una mortal, y
encomendado por los dioses al cuidado del centauro Quirón, quien le
descubrió la medicina mediante el conocimiento de plantas
medicinales y la aplicación de remedios curativos. A él se le atribuían

34
Ferrer Maestro, 2016
35
Longrigg, 1998, 5-8.

47
Mario Ferrer Vázquez

las capacidades de sanar e incluso devolver a la vida, razones por las


que, finalmente, Zeus lo fulminó con un rayo.36
En su nombre se erigieron multitud de templos donde, de una manera
o de otra, se trataba de sanar a la gente que acudía allí con la
esperanza de la curación, con técnicas diversas pero siempre
relacionadas con la magia y la superstición. En su nombre, pues, se
erigieron templos donde los iatros37 (médicos que en realidad eran
sacerdotes-magos) aceptaban ofrendas y ofrecían sanación o al
menos alivio para sus males. Estas prácticas mágico-médicas, eran la
única fuente de sanación durante siglos, o al menos la más popular,
recordando que por aquel entonces la concepción de la propia
existencia era casi exclusivamente atribuida a los dioses, y de ellos
era todo lo que nos rodeaba y a sus designios estaban, sin remedio,
condenados. En suma se trataba de una mezcla de magia y
empirismo, pues no hay que obviar que existe una cierta utilización de
“medicamentos” y sustancias con potencial de aliviar o sanar, que
eran ya conocidas en las distintas civilizaciones arcaicas, y
entremezcladas de forma magistral con la magia y las creencias.38
Este tipo de prácticas “pseudomédicas”, siguen hasta nuestros días,
volviendo a vivir una época de esplendor en la oscura edad media.
Asclepíades y más tarde Esculapio, siguieron siendo parte de la
“medicina” hasta la caída del Imperio Bizantino. Tras esto, otro tipo de
rituales y otro tipo de dioses ocuparon su lugar hasta nuestros días.
No obstante esto, fue absolutamente imprescindible la aportación de
las medicinas arcaicas y su conocimiento sobre las mismas, para el
desarrollo de la ciencia posterior.

36
Pérez Tamayo, 1997; Giné, 1968-1969.
37
De este término deriva hoy, por ejemplo, el vocablo “yatrogenia” o “iatrogenia”,
definido como alteración, especialmente negativa, del estado del paciente producida
por el médico (RAE).
38
Martí Ibáñez, 1962; Arribas, 1997.

48
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

A pesar de las limitaciones y la dificultad de la interpretación de la


arqueología en el campo médico, se encuentran evidencias
paleopatológicas de la existencia de enfermedades en restos fósiles
halados en esqueletos infantiles de descubrimientos arqueológicos
datados con más de 7000 años de antigüedad. Restos óseos que
ponen en evidencia patologías del sistema nervioso central,
osteomielitis y el “mal de Pott”, así como rastros en costillas que
evidencian alteraciones respiratorias o pleurales. Asimismo se
encuentran evidencias de trepanaciones, una de las pocas prácticas
médicas prehistóricas de las que tenemos evidencia.39
También se conocen antecedentes de prácticas sanatorias en los
antiguos pobladores del Éufrates y el Tigris, o en las medicinas
indias, chinas o egipcias. Como bien recogen varios de los autores40.
Los mesopotámicos, orientales y egipcios, e incluso africanos,
contribuyeron de forma inequívoca y fundamental, a consolidar las
bases de la cultura griega antigua, tanto de su civilización como de su
pensamiento. Del mismo modo que las bases de la “medicina”
mágico-religiosa, popular o folk-medicina (término utilizado
repetidamente por el profesor López Piñero en sus clases), de la que
tanto presumían como propia los romanos, por ejemplo, y muchos de
los pueblos posteriores. Como vemos, hasta este tipo de prácticas,
tienen una historia más o menos común, más o menos arraigada en
las creencias de cada pueblo pero todas ellas con raíces en las
civilizaciones arcaicas.
En la Grecia arcaica y civilizaciones anteriores, como hemos visto, el
pensamiento era dominado por la mitología y la magia. Como así lo
reflejan La Ilíada y La Odisea, los primeros relatos de la literatura
39
Arribas, 1997.
40
Autores varios recogen estas influencias en sus tratados e investigaciones sobre
la medicina clásica, entre ellos: Pérez Tamayo, 1997; Martí Ibáñez, 1962; Arribas,
1997; King & Dasen, 2008; Longrigg, 1998; Samama, 2003.

49
Mario Ferrer Vázquez

europea. Estos textos, como ya he dicho, no son más que historias


mitológicas pero que están dentro de un marco sociológico real que
las hace totalmente creíbles, y de las que se extraen numerosas
enseñanzas en la época. En dichos escritos se hacen referencias a
enfermedades y plagas atribuidas a los dioses, así como rituales de
sanación41. Algunos autores42 dividen este periodo de la historia de la
medicina, separándolo de la fase claramente mágica (Asclepíades),
para determinar otra fase, la Homérica, puesto que como ya hemos
visto en sus escritos se encuentran alusiones a la medicina de la
época y a un recientemente iniciado proceso de diagnóstico, aunque
aun en un sentido muy amplio y vago de la palabra, que ya aparece
en esos escritos, el verbo diagignôskein43 con el sentido de ‘distinguir’,
para más tarde ir concretando su significado. Finalmente se alcanzaría
la medicina hipocrática propiamente dicha, donde todos estos
conceptos se afianzarían y reforzarían como más tarde veremos.
La mitología y la magia cobran un papel primordial tanto en la difusión
de las prácticas pseudomédicas, como en la magnificación de
supuestas curaciones mágicas. La mitología griega es el conjunto de
mitos y leyendas que tratan sobre los dioses y héroes de la antigua
Grecia. Es, por tanto, un conjunto de relatos, en su mayoría
transmitidos de forma oral, y que han llegado hasta nuestros días
gracias a la transcripción escrita (fuentes literarias) y las esculturas y
artes figurativas (fuentes arqueológicas). Forman parte de la religión
de la Grecia clásica. Poco o nada nos queda de la obra de los
filósofos presocráticos que inspiraron el inicio del pensamiento
racional, en cuanto a la concepción de la physis (la naturaleza) del
hombre, aunque se conoce de su estudio y de su importancia.

41
Longrigg, 1998.
42
Rangroo, 2008.
43
Laín Entralgo, 1981.

50
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Cuenta el profesor Juan Giné, que a los primeros pobladores de la


península, unos 4000 años a.C., se les atribuía la costumbre de
exponer a sus escasos enfermos a fin de que alguien pudiera
ofrecerles remedio. Si éste se producía, escribían en la puerta los
remedios usados. Estas noticias son las que llevaron los griegos a sus
tierras, esculpiendo los remedios en tablas de bronce y mostrándolos
en los templos44.
Esta historia, cierta o no, pone de manifiesto dos conceptos
primordiales de la medicina arcaica: uno de ellos el absoluto
empirismo y falta de profesión de las prácticas sanatorias antiguas, y
otro la utilización de los descubrimientos, útiles o no, del hombre para
atribuirlo a los dioses y generar mitos.

44
Giné, 1868, 48.

51
Mario Ferrer Vázquez

4.2. LA APARICIÓN DEL PENSAMIENTO RACIONAL. TALES


DE MILETO Y LOS PRESOCRÁTICOS

En la historia de la ciencia y el pensamiento existe un hito sin


precedentes, la aparición de los primeros pensadores racionales y sus
aportaciones a la estática y mágica concepción de la existencia de los
antiguos pobladores de nuestra tierra.
La cultura o civilización griega antigua se extiende desde los siglos
VIII a I a.C., que van desde la caída de las civilizaciones Micénica y
Minoica, que marcan la aparición de las poleis griegas y las colonias;
hasta el fin de la era helenística, tras la conquista y anexión de Egipto
al Imperio Romano, por parte del emperador Octavio Augusto en el
año 30 a.C.
Dentro de este período se subdivide la historia de la civilización griega
en tres periodos:

1. Arcaico, que se situaría entre los siglos VIII-V a.C.


2. Clásico, entre los siglos V-IV a.C: corresponde esta fase al
periodo entre guerras, e incluye el denominado siglo de oro de
la Grecia clásica o siglo de Pericles
3. Helenístico, un tercer periodo que abarca desde el siglo IV/III al
I a.C., y que se desarrolló desde el reinado de Alejandro
Magno, hasta la caída de Egipto y anexión al Imperio Romano
del último reducto del antiguo imperio macedónico. Este
periodo viene marcado por la homogeneización del mundo
oriental que incluía el núcleo del antiguo imperio persa, junto a
Grecia, Macedonia y Egipto, bajo una misma lengua,
costumbres, ciencia y arte, iniciado en el periodo del reinado de
Alejandro Magno (oikoumene).

52
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Se les denomina presocráticos a aquellos filósofos pertenecientes al


periodo de la historia del pensamiento que se extiende desde el
comienzo de la filosofía griega, sobre el siglo VII a.C., hasta las
últimas manifestaciones del pensamiento filosófico griego no influidas
por Sócrates (470-399 a.C.), ya sean anteriores o posteriores a éste.
La medicina, en sus inicios, no fue una ciencia ni un arte desvinculado
del conocimiento y el pensamiento griego de la época, sino más bien
una disciplina incluida dentro de la filosofía. Pensar que la medicina y
las prácticas curativas surgen de la mano de Hipócrates es simplista e
irreal. Las prácticas sanatorias existen desde que el hombre es
hombre, y se integran en el pensamiento y sentir de cada pueblo y
cada época. Así pues, mientras la explicación del universo y lo que
rodea el mundo conocido, se basaba en la mitología y los dioses, la
salud y la medicina estaba influida por este tipo de pensamiento.
Fue en la ciudad griega de Mileto -en las costas de la actual Turquía-
el lugar en el que nació el filósofo y matemático Tales, al que se le
atribuye el origen de la filosofía y el pensamiento racional. Alrededor
del siglo VI a.C., evolucionó una corriente de pensamiento, hito en la
historia de la ciencia, que cuestionaba el origen de las cosas, de la
materia y del universo, escapando de la concepción simplista y
adquirida de la naturaleza y el cosmos como lugares y experiencias de
seres mitológicos. A Tales de Mileto se le reconoce haber
abandonado el uso de la mitología para justificar los elementos
circundantes, y en su lugar explicar los objetos y fenómenos naturales
por teorías e hipótesis, es decir, abriendo el pensamiento a la ciencia.
Fue seguido por la práctica totalidad de los filósofos presocráticos en
el intento de desmitificar las leyendas y las explicaciones sobre la
realidad, aportando un esfuerzo intelectual crítico sobre todo lo que
afectaba a los seres humanos, mediante la observación y el

53
Mario Ferrer Vázquez

razonamiento. Todo cambió a partir de Tales, como reconoce Laín


Entralgo:

“Con anterioridad a Tales de Mileto -ha escrito Zubiri- la idea


griega del Universo era pura cosmogonía; sólo por obra de los
pensadores presocráticos surgirá una verdadera cosmología.
Utilizando este mismo esquema, diremos que antes de la
nosología ‘fisiológica’ de Alcmeón de Crotona, la interpretación
griega de la enfermedad fue -cuando la hubo- simple
‘nosogonía’, visión del origen y la consistencia real de la dolencia
dentro de una concepción mítica acerca del origen del mundo y
de las cosas.” 45

Este concepto se maneja asimismo con posterioridad, para referirse a


la concepción de la medicina como una técnica, un arte, una ciencia
cuyo punto de inflexión fue la asimilación y el manejo del concepto de
“naturaleza” (physis), sobre la cual versará toda la obra de las
escuelas médicas creadas alrededor del siglo VI-V a.C. Los médicos
en la sociedad griega clásica eran considerados artesanos. Éste será
el germen de la medicina, consecuencia directa del cambio de
pensamiento generado por los filósofos presocráticos, una necesidad
de encontrar el origen racional del mundo y las cosas, sin recurrir a la
mitología. La concepción de la medicina orientada a la práctica,
teniendo en cuenta el cuerpo como un todo, era el enfoque clásico de
la filosofía presocrática.
Con el auge del colonialismo griego, y muy probablemente por la
influencia del mismo en el pensamiento de la época, surge alrededor
de los siglos VI y V a.C. la concepción de la medicina como un arte,

45
Laín Entralgo, 1970, 74.

54
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

como una técnica, con el enfoque presocrático y el concepto del


médico artesano, técnico, del que tanto se habla.
Empedócles describió la teoría de los cuatro elementos, el aire, la
tierra, el agua y el fuego; a los que asoció cuatro cualidades: frío,
sequedad, humedad y calor. Pensaba que la sangre contenía en
equilibrio los cuatro elementos, encerrados en el corazón. Demócrito,
por su parte, pronunció la teoría de que todo estaba formado por
minúsculas partes indivisibles, en perpetuo movimiento, naciendo así
la “teoría atomista” y el concepto de átomo, (atomon: literalmente “sin
división”), que se utiliza en la actualidad. Así mismo se le atribuye
también la teoría y la primera idea de la que se tiene noticia de que el
sexo del embrión no era tan sólo determinado por la temperatura de la
matriz (fría niña, caliente niño), idea extendida en la época e incluso
posteriormente, sino que dependía de la combinación de “semillas” de
ambos progenitores46. Así pues Demócrito promulgó dos ideas que,
actualmente siguen en vigor con los correspondientes cambios
referentes al conocimiento actual. Demócrito fue muy prolífico en su
obra y longevo, coetáneo de Sócrates aunque considerado
presocrático por sus ideas y su filosofía. Excéntrico y extravagante,
odiado por Platón, aunque su obra fue muy estudiada por Aristóteles.
El texto al que hace alusión Laín Entralgo sobre Alcmeón de Crotona,
donde pone de manifiesto su “concepción fisiológica de la salud y la
enfermedad”47 constituye para el autor y, por ende, para el resto de
médicos, el primer indicio de este cambio fundamental del
pensamiento racional en la historia de la medicina del que después, y
por su importancia, se atribuirá en inicio a Hipócrates de Cos. En
efecto varios historiadores médicos, entre ellos el siempre presente
profesor López Piñero, hacen alusión a este texto como “el primer libro

46
King & Dasen, 2008.
47
Laín Entralgo, 1970.

55
Mario Ferrer Vázquez

médico griego del que se tiene noticia”, recalcando su importancia en


la concepción de salud como un equilibrio entre las cualidades o
“potencias” y la enfermedad como un desequilibrio48. Incluso hoy en
día esta concepción puede tomarse como cierta, de ahí la importancia
de este texto en el inicio del largo recorrido de la ciencia médica.
También se atribuye a Alcmeón de Crotona la tesis de que “el cerebro
es el órgano central de la comprensión y la sensación”49
Así, entre los siglos VI y V a.C., es decir, hace más de 2500 años,
tuvo su inicio el primer entramado de médicos y escuelas médicas
fundacionales, basado en unos conceptos que, aparte del lógico
desconocimiento de mucha de la fisiopatología actual, no distan tanto
de nuestra concepción actual. Nacía el preludio de la medicina como
ciencia, el arte curativo como se denominó en la época.

48
López Piñero, 1998.
49
Citado en la introducción que C. García Gual hace del tratado hipocrático Sobre la
Enfermedad Sagrada, 1983.

56
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

4.3. EL NACIMIENTO DE LAS PRIMERAS ESCUELAS


MÉDICAS.

Uno de los errores más difundidos en el conocimiento de la historia de


la medicina es pensar que la medicina nace con Hipócrates, y que
todo aquello anterior a él era sólo caos e ignorancia. Como ya hemos
visto, tal aserto está lejos de la realidad. Sin la participación de las
medicinas arcaicas y la influencia de otros pueblos y rituales, no
hubiera existido el germen de la medicina en la misma filosofía. Del
mismo modo que pensar en la medicina moderna no es posible sin los
avances de los últimos siglos, y los conocimientos adquiridos no son
sino una variación de los heredados, afán del conocimiento de los
científicos y la curiosidad especulativa. Nos es fácil imaginar que la
filosofía y el nacimiento del pensamiento racional, al menos como hoy
lo conocemos, no tuvieron lugar de la nada, sino de la maduración de
ideas más o menos arraigadas en el colectivo intelectual de la época.
La medicina no nació como un arte independiente, sino formando
parte de la filosofía y el pensamiento racional, de los pensadores y
“científicos” de la época. Es en las escuelas médicas donde este arte
se afianza y se empieza a convertir en disciplina, para independizarse
de la filosofía, y es ahí donde adquiere la verdadera dimensión el
genio de Cos.
La doctrina mítica y religiosa del origen del cosmos y la materia,
anterior a Tales de Mileto y Anaximandro, así como la concepción de
la filosofía y las ideas posteriores, exceden el ámbito de este trabajo.
Sin embargo situar el correspondiente hito, en el lugar y circunstancias
adecuados, nos hará comprender mejor la dimensión de este cambio.

57
Mario Ferrer Vázquez

Con el movimiento colonizador griego, grupos de ciudadanos de las


poleis tradicionales, depauperados y faltos de medios para sostener el
crecimiento demográfico de las familias, se lanzaron a la aventura
marítima para establecerse en las costas e islas jonias –actual
Turquía occidental-, en Sicilia y sur de la península itálica,
Mediterráneo occidental y mar Negro. En estas colonias, los médicos
de la época eran considerados meros “técnicos”, trabajadores para el
pueblo que aprenden su “oficio” de la forma más empírica imaginable.
Las maneras en las que van aprendiendo esta profesión, como bien
podremos imaginar, son principalmente dos: bien como aprendices
formándose al lado de un maestro, o bien acudiendo a alguna de las
escuelas médicas que empezaban a proliferar en las comunidades
griegas.
Como artesanos, los médicos, se nutrían de las técnicas (technê)
adecuadas al ejercicio de su profesión, un concepto que incluía las
competencias en habilidades manuales, un “saber hacer”, así como
unos conocimientos teóricos. Sin duda ambos se adquirían en estas
escuelas y se ampliaban y perfeccionaban con la práctica posterior50.
Entre estas escuelas se encuentran las de Cnido, Cos, Crotona y
Cirene. Extraídos de testimonios del propio Galeno, o de Heródoto,
plasmadas en los importantes estudios de Laín Entralgo (1970). No
sabemos a ciencia cierta qué se enseñaba en ellas. A tenor de los
escasos testimonios previos a Hipócrates, como los de Alcmeón de
Crotona, además de cierta farmacopea era necesario tener nociones
de anatomía animal, a juzgar por los trabajos del propio Alcmeón
(recordemos que se trata probablemente del primer trabajo médico
propiamente dicho del que tenemos constancia).

50
King & Dasen, 2008.

58
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Así pues, del pensamiento presocrático pasamos, hacia finales del


siglo VI a.C., a una técnica basada en la physiología, es decir, en un
arte surgido en el seno de la filosofía, desarrollado por filósofos (de los
que después veremos alguna muestra de sus aportaciones) y que
poco a poco se iría gestando como un arte diferenciado, con escuelas
propias y médicos reputados.
Los Asclepíades, -así se conocen a los médicos de la época en
diversos textos por su relación con Asclepio-, empezaban a ser
discípulos y, los más reputados, también maestros integrantes de una
escuela. De entre ellas destacaré a tres: Cnido, Crotona y Cos. Este
término, “Asclepíades”, parece que se hizo muy popular en la época, y
así se denominaban a los médicos, tanto si provenían de una escuela
como de otra, aprendieran su oficio de padres a hijos o de forma
técnica. Con el paso de los años parece que este término se utilizó
más para aquellos mejor formados, como una suerte de prestigioso
apelativo de reconocimiento, y siempre con un carácter mitológico,
puesto que existía la creencia de que éstos estaban emparentados
con el mismísimo Asclepio. Del mismo modo que actualmente se
utiliza el apelativo de “Galeno”, a manera de reconocimiento de
antigüedad y prestigio de la profesión.

4.3.1. LA ESCUELA DE CROTONA:

En el sur de Italia, la importancia del florecimiento y desarrollo de la


cultura griega entre las colonias allí establecidas, generó en la
historiografía moderna el nombre de Magna Grecia para este territorio
(Barceló y Hernández de la Fuente, 2015 ). En la costa oriental de la
actual Calabria, frente al Mar Jónico y en uno de los dos extremos en

59
Mario Ferrer Vázquez

los que se abre el golfo de Tarento se encuentra la ciudad de Crotona,


cuna del movimiento filosófico más importante de la antigüedad, de
donde surgió el pitagorismo y las bases de la filosofía. En ese centro
cultural desarrolló su actividad Alcmeón, del que ya he hablado, quien
aunó en sí mismo el empirismo y la especulación, que realizó estudios
en cadáveres y que propuso el desequilibrio para la causa de la
enfermedad. En esta escuela filosófica se integró y surgió el nuevo
concepto de la medicina, que empezaba a caminar de la mano de la
filosofía, para convertirse primero en una técnica, después en un arte,
y finalmente en una ciencia.

4.3.2. LA ESCUELA DE CNIDO

Ciudad situada en Asia Menor, en la actual Turquía, donde se formó


una de las primeras escuelas médicas de las que se tiene noticia.
Escuela empirista, donde la enfermedad era más importante que el
enfermo, donde los tratamientos se centraban en el mal y no en el
enfermo. Se atribuyen a esta escuela las célebres Sentencias cnidias,
desaparecidas pero nombradas tanto en textos hipocráticos como por
Galeno. Eurifonte fue uno de los médicos más famosos integrante de
esta escuela. Conocimientos de anatomía, descripciones de
enfermedades y una vasta estirpe de Asclepíades surgieron de sus
doctrinas.
Esta escuela es probablemente más antigua que la de Cos. Agrupa
los casos en tipos abstractos de enfermar, daban más importancia a
los diagnósticos que a los enfermos, y tenía probablemente más
influencia de culturas arcaicas (López Piñero, 1998).

60
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

4.3.3. LA ESCUELA DE COS:

En la isla griega de Cos, cuna de Hipócrates, nace esta famosa


escuela médica, la hipocrática sensu stricto. Se caracterizó por ser la
más prolífica de la época y ha adquirido una dimensión extraordinaria
gracias a Hipócrates, considerado para muchos el “padre de la
medicina”, aunque como ya he comentado esto no es exactamente
así. Sin embargo sí podría considerarse el padre de la medicina
científica, por las importantes aportaciones de la medicina hipocrática
al método científico, en la historia de la medicina.
En la escuela de Cos se atribuyó una importancia suprema a la
historia clínica, al paciente, a la observación y al pronóstico. La
recomendación de sus integrantes era la de estudiar al paciente con
todos los sentidos, otorgando menos importancia al diagnóstico
(López Piñero, 1998). La enfermedad era considerada como una
reacción de la naturaleza (physis) frente a materias morbosas
resultantes del desequilibrio de los humores.
Hablaré posteriormente con más detalle sobre esta escuela, a la que
me referiré como la estrictamente hipocrática, en el capítulo
correspondiente.
En estas escuelas, no existía una formación reglada en el sentido
actual, no había un tiempo determinado, no había documentos
acreditativos ni pruebas exámenes. Se trataba de una especie de
formación maestro-discípulo grupal, donde el tiempo de formación era
muy variable y donde generalmente el médico, tras su formación
viajaba, bien para adquirir nuevos conocimientos, bien para
establecerse como médico (Samama, 2003).
Estas dos últimas –Cnido y Cos- fueron las principales escuelas y,
pese a que por la importancia posterior de la medicina hipocrática

61
Mario Ferrer Vázquez

estemos tentados de encumbrar la escuela de Cos en detrimento de la


de Cnido, de ambas se extraen prácticas y conocimientos de sumo
interés para el devenir de la medicina. Por ejemplo, los médicos de la
escuela de Cos criticaban a los de Cnido por realizar distinciones
entre entidades patológicas que ellos consideraban iguales o
similares, y además ponían nombres distintos a estas diferentes
entidades. Esto no es precisamente un defecto, sino más bien una
virtud, así que podemos concluir que ambas escuelas poseían
prácticas que han contribuido, en generaciones posteriores, a la
definición del arte médico.

62
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

4.4. MEDICINA Y FILOSOFÍA. ARISTÓTELES

Como vengo comentando, la filosofía y la medicina son en inicio


indivisibles, formando parte la otra de la una. Naciendo y nutriéndose
de la filosofía y de los cambios en el pensamiento crítico de la época
aparece la disciplina médica, el nuevo Asclepio, la desmitificación de
la enfermedad y la sanación.
Es por tanto de esperar que grandes filósofos de la época dediquen
gran parte de su obra a la medicina, tanto en tiempos presocráticos y
en la Grecia clásica y helenística, coexistiendo con la medicina
hipocrática. De todos ellos, quisiera apuntar una breve disquisición
sobre uno de ellos que, por la importancia histórica, no debo dejar
fuera de esta primera parte, se trata de Aristóteles (384-322 a.C.).
Nacido en Estagira (Macedonia), hijo de un médico de la corte real,
fue tutor de Alejandro Magno, hecho de magnífica importancia para el
devenir de la historia y cultura helenísticas y, por ende, del mundo
clásico. Se trasladó a Atenas para estudiar en la academia de Platón,
coetáneo de la Grecia clásica. Heredero del pensamiento
presocrático, desarrolló su pensamiento y su amplísima obra filosófica
a partir de las enseñanzas de su maestro, Platón.
A él se atribuyen los fundamentos de embriología y anatomía
estructural, así como los términos de “analogía”, aplicable a partes
anatómicas de la misma función, y “homología” o semejanza
estructural y de origen (López Piñero, 1998). Unas de las primeras
descripciones del embrión humano se las debemos a él, aunque por
“analogía” no habla tan solo del embrión humano, y establece
paralelismos entre el útero y la tierra que nutre las plantas. Describe
sin embargo los vasos que salen del corazón y van al útero,
localizando así el cordón umbilical. Llevó a cabo varias

63
Mario Ferrer Vázquez

aproximaciones interesantes a la formación de los órganos,


obsesionado probablemente con el origen de la materia51.
En el pensamiento aristotélico el hombre es quién posee el principio
creativo, y la mujer es tan sólo un receptáculo, punto de vista acorde
con la sociedad de la época pero evidentemente opuesto a nuestra
realidad, y ofrece tan sólo el punto de vista “social” de la formación.
Los hipocráticos sin embargo, y de forma general, consideran que las
“semillas” (gones) vienen de ambos progenitores, utilizando el útero
como receptáculo, y siendo las más vigorosas de ambas los que
definen las características del sexo. Como vemos esta visión es algo
más científica, sin dejar de lado la sociedad de la época, pero
establece una frontera entre los filosófico y lo científico, evidente en
estas dos escuelas, una filosófica y la otra médica.52
Un discípulo de Aristóteles, Diocles de Caristo (aprox. 300 a.C.)
escribió el primer tratado de “dietética preventiva”, entendida la
dietética como la regulación desde la medicina, de todos los aspectos
de la vida, no solo la alimentación como entendemos hoy en día.
La contribución de la filosofía presocrática, del concepto de
physiología, de la desmitificación de la existencia, de la metafísica, del
logos, del kosmos, y en general de todo aquel pensamiento crítico y
de base racional para con la existencia y el ser humano de la época,
fue absolutamente fundamental en el desarrollo de todas las ciencias
y artes que hoy conocemos. ¿Hasta qué punto esto fue definitorio en
el origen de la medicina?, pues hasta el extremo de que sin su
existencia y su influencia no se podría haber desarrollado nuestra
ciencia actual. Pero, ¿en qué medida influyó en la época?, pues
obtenemos numerosas muestras escritas de filósofos, como hemos

51
Como hemos visto anteriormente, en la amplia obra de Aristóteles también cupo
la educación en la infancia (Política, 4, 15), a la que otorga una gran importancia.
52
Evans, 2013.

64
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

visto, aventurados en las artes médicas a lo largo de los siglos,


coexistiendo con la medicina propiamente dicha y aquellos que se
dedicaban de una manera o de otra, a su ejercicio. Como aseguran
Laín Entralgo y López Piñero en sus estudios hipocráticos, no será
hasta la aparición de Alcmeón y su concepción fisiológica de la
medicina –y a pesar de que años después coexistan filosofía y
medicina como entidades relacionadas, véase Platón, Aristóteles, etc.-
que la medicina comienza a ser doctrina y no disciplina filosófica,
marcando el comienzo de lo que hoy se conoce comúnmente como
medicina hipocrática y que también podríamos definir como medicina
científica.

En efecto, el nacimiento de la medicina como un saber técnico, como


téchne iatriké, como ars medica, es el acontecimiento más importante
de la historia de la medicina. La transformación de esta primera
medicina científica, medicina hipocrática, duró alrededor de
trescientos años a partir del siglo VI a.C. Consistente en eliminar de la
explicación de la salud y enfermedad todo elemento mágico y
sustituirlo por una teoría en la que los protagonistas eran el ser
humano y la naturaleza. La observación racional en el marco de esa
teoría, conforma la base de este nuevo arte médico, de esta nueva
disciplina.

65
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

5. LA PRÁCTICA MÉDICA EN SUS INICIOS

En la antigua Grecia existían varias maneras de dedicarse a la


medicina. Poco a poco, una vez instaurada la disciplina entre las
gentes y los filósofos, dejaba de ser una rama propia de la filosofía
para, sobre finales del siglo VI a.C, convertirse en una tëkhnē basada
en la physiología (Laín Entralgo, 1970).
En sus inicios, la medicina en Grecia no relacionada con los dioses,
era un oficio más o menos artesanal, los médicos, al igual que
adivinos, arquitectos o bardos, eran considerados trabajadores para el
pueblo, démioergoi (Laín Entralgo, 1970). Un oficio aprendido de un
maestro o bien en una escuela, y que podía ejercerse de varias
maneras, de forma itinerante o establecido.
El tipo de formación cada vez menos empírica y rutinario, para pasar a
ser más metódico, más inteligente y más reflexivo, hizo ganarse el
apelativo de “técnico”, y el inicio del prestigio del oficio. Básicamente
había tres maneras de aprender el arte de la medicina, bien al lado de
un maestro (maestro-discípulo), bien por tradición familiar o bien
asistiendo a alguna de las escuelas que existían en las colonias
(Samama, 2003). He hablado de algunas de ellas. Cnido, Crotona,
Cirene, Rodas, Cos, Elea…y probablemente otras tantas de las que
no tenemos noticias. Este tipo de aprendizaje reglado, ya he
comentado, fue la tierra donde la semilla del arte de la medicina
enraizó.
Varios tratados recogen la manera de ejercer la medicina, así como su
remuneración, su estatus social y sus características demográficas.53
El médico tras su formación, se trataba de un hombre libre en la era
de la antigua Grecia, ejercía su profesión de forma establecida en una

53
Samama, 2003; Massar, 2005; King & Dasen, 2008; Martí Ibáñez, 1962.

67
Mario Ferrer Vázquez

ciudad, o bien de forma itinerante. Cuando un médico recorría el país


o las distintas polis ejerciendo su oficio, se denominaba periodeuta.
Existen evidencias de la existencia de “médicos municipales”, también
llamados médicos públicos, contratados por una ciudad para cuidar la
salud de sus habitantes, generalmente de hombres libres. Los
esclavos tenían sus propios “médicos”. Tenían un contrato y cobraban
un salario público. Además de existir los médicos de corte, que
formaban parte de los cortesanos de toda corte real.
Contratar a un medico podía ser parte de los preparativos de guerra
de una ciudad, era muy importante. Contrariamente a lo que se creía,
un médico público es generalmente contratado para un fin concreto.
En época de guerras era muy importante contar con la figura de un
facultativo para sanar y devolver a los soldados a la guerra. En épocas
de catástrofes naturales y epidemias, imprevisibles, a veces no se
puede contratar un medico para hacerlas frente antes de que se
produzcan y si hay uno en ocasiones se ve impotente para hacer
frente a la demanda. En estas circunstancias la labor del médico que
hace lo que puede sin huir, merece ya el reconocimiento de la ciudad.
La ciudad deberá al menos intentar mantener al médico que tiene.
El ejercicio de la medicina: ¿cuándo intervenía un médico en las
ciudades?, pues en épocas de guerras, epidemias, para tratar
enfermedades de su población y siempre que existieran circunstancias
difíciles. Además debían estar versados en farmacopea y manejo de
remedios así como en artes quirúrgicos.
En la época griega-hipocrática, no existen evidencias de
especialización médica, , lo que como mas tarde mostraré, dificultó
mucho la búsqueda en fuentes de la época para tratar de identificar
problemas infantiles, que por supuesto existían. Si existía alguna
“especialidad” esta estaba más relacionada con la guerra, medicina
militar o incluso algo similar a lo que hoy conocemos como

68
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

traumatología. Sin duda una especialización, no médica pero si


relacionada, era la de las matronas o comadronas, oficio del que
existen evidencias muy primitivas (Samama, 2003. Longrigg, 1998).
Sin duda en los registros de la época abundan los éxitos y curaciones
sobre los fracasos, probablemente porque no eran registrados o bien
eran ocultados. Puesto que no hay duda de que existieran. Existe
documentado el epitafio de un niño54, presentado como una “víctima”
de un cirujano, catalogado como único, y donde podemos poner en
duda de si se trató de una negligencia, o quizá de una venganza
personal.

54
Samama, 2003, 36.

69
Mario Ferrer Vázquez

5.1. EL EJERCICIO DE LA MEDICINA

Tras el periodo pre-filosófico, e iniciada ya la actividad en las escuelas


y establecido un ejercicio médico, éste empezaba a necesitar de una
localización más allá de los primitivos templos dedicados al culto de
Asclepio. Es así como surge la figura del iatreion.
En ausencia de los hospitales, que llegarían mucho más tarde bajo la
influencia del cristianismo, se hacía necesario un lugar donde recibir y
sanar, una “consulta médica” donde ejercer la profesión. El iatreion
cumplía ese propósito, un lugar donde recibir, donde ejercer la
medicina, dotado de los instrumentos que necesitara el médico a fin
de conseguir su propósito. Un antecedente de las actuales consultas e
incluso clínicas.
Los médicos de prestigio eran raros, provenientes de escuelas
reconocidas o bien formados al lado de maestros con experiencia y
formación acreditadas. Es por esto que los griegos idearon un sistema
de “médicos públicos”, como he comentado anteriormente, que
gozaban de cierto prestigio y privilegios dentro de la compleja
sociedad griega. No se contrataba a cualquier asclepíade, debían ser
hombres de experiencia y que acreditaran servicios previos a su
elección como médicos públicos, con contratos municipales
generalmente por un año, renovables.
Asimismo parece que la mayoría de estos médicos ejercían también la
medicina “privada” dentro de la misma ciudad en la cual estaban
contratados. Este tipo de ejercicio, la contratación y la actividad de los
médicos griegos, difiere en el fondo muy poco de la actual
organización, del mismo modo que otros aspectos de la sociedad
griega han sido la base de nuestra propia organización política y
social.

70
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Estos médicos públicos ejercieron su actividad durante los periodos


clásico y helenístico, generalmente no eran ciudadanos de la polis
donde ejercía, y empezaban a formar parte de la vida política y social
de la ciudad, y a gozar de prestigio y de una buena posición
financiera. Poco a poco la sociedad va mostrando su diferenciación, y
también con la medicina, donde empezó a crearse una suerte de
médicos de “élite”, aquellos que gozaban de más prestigio o
contactos, que se dedicaban a medicina de “corte” o bien a medicina
de las clases preferentes, y que empezaron a denominarse archiatroi,
“archi-médicos” o “médicos jefe”.55

55
Para más información sobre el ejercicio de la medicina, los médicos públicos y la
organización médica dentro de la compleja sociedad griega se pueden consultar los
textos: Samama, 2003; Massar, 2005.

71
Mario Ferrer Vázquez

5.2. MEDICINA Y SOCIEDAD

La sociedad griega estaba compuesta por tres estratos: un reducido


número de hombres libres y ricos, otro de hombres libres y pobres,
fundamentalmente comerciantes y artesanos, y una gran masa de
esclavos que mantenía con su trabajo al estrato privilegiado. Como
demostró Laín Entralgo, la medicina era distinta para los tres. En el
primero era individualizada y exquisita, con los mejores médicos,
dirigiendo su vida. La del segundo, a cargo de médicos, consistía en
una terapéutica que intentaba ser eficaz a corto plazo, es decir, a
tratar los problemas sin atender a la “dieta” (entendida ésta no tan solo
en lo alimenticio, sino en los hábitos de vida)56. La del tercero,
realizada por sanadores empíricos esclavos, quedaba limitada a una
tosca veterinaria para hombres57.
Los médicos pertenecían al estrato artesanal, eran oficiantes sin título
ni aprendizaje reglamentado como hemos visto, lo cual no quiere decir
que no estuvieran formados, puesto que prácticamente todos habían
recibido la formación de maestros y bien directa o indirectamente, de
alguna de las famosas escuelas repartidas principalmente por los
territorios coloniales griegos.
En la Grecia clásica, como en todas las épocas posteriores e incluso
actuales, junto a los médicos, existían un buen número de
“sanadores”, empíricos en el mejor de los casos, que en la época de la
antigua Grecia y también en Roma, eran principalmente esclavos, y
una heterogénea serie de servidores de la medicina médico-religiosa.
En esta, como en tantas otras cuestiones, la historia es el reflejo del
presente, y la sociedad griega se erige como la primera de las

56
A este respecto me remito al capítulo sobre la medicina en Roma.
57
López Piñero, 1998.

72
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

grandes sociedades desde la que hemos extraído no tan sólo


aspectos positivos, sino también la parte menos ejemplar de sus
comportamientos. Ejercicio este, el de conocimiento histórico, que
debe ser divulgado a fin de proporcionar herramientas que nos hagan
conocedores de las bondades y las miserias de nuestra sociedad en
constante evolución.
Principalmente estos sanadores y demás pseudomédicos, atendían a
los esclavos, y en ocasiones a los hombres libres pobres,
simplemente por una cuestión tan actual como poco sorprendente, por
falta de cultura y por falta de medios para el acceso a la medicina
racional, a la “moderna” medicina.

73
Mario Ferrer Vázquez

5.3. LA MEDICINA Y LA MUJER

Capítulo aparte merece la relación de la medicina y la mujer, pero me


centraré en la puramente médica en cuanto al ejercicio de la
profesión, puesto que el rol de la mujer en las sociedades arcaicas era
el que todos imaginamos, al menos el que nos han querido transmitir
dada la escandalosa ausencia o reducida presencia de textos
femeninos y de la figura de la mujer en los mismos. El papel
secundario otorgado durante siglos por el hombre a la mujer, que dista
obviamente mucho de la realidad.
En lo concerniente exclusivamente a la relación de la mujer con la
medicina, ésta se hallaba íntimamente ligada a los niños, puesto que
éstos eran considerados parte de la mujer, en su primera infancia, y
como tales tratados en muchos de los escritos médicos de todo el
mundo clásico griego, helenístico y romano.
Las mujeres estaban relegadas a los problemas estrictamente
femeninos. Existen evidencias de mujeres matronas desde las
culturas arcaicas, incluso desde la prehistoria con imágenes de
mujeres atendiendo partos de mujeres en pinturas rupestres;
testimonios en la cultura egipcia bien documentados, alrededor del
año 1700 a.C.; y testimonios en el Antiguo Testamento, en los
Evangelios apócrifos y en otros textos58.
Las matronas recibían una formación práctica rudimentaria de otras
matronas, existía probablemente una tradición familiar, y la idea de
que debía ser una mujer quien atendiera los problemas de su género
durante la época clásica y helenística, así su gran destreza en
obstetricia y problemas ginecológicos hacía confundir en ocasiones
las funciones de matronas y médicos. Poco se conoce acerca de la

58
Manrique, 2014.

74
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

formación de las matronas, y de las matronas propiamente dichas en


la llamada medicina hipocrática; fue Sorano de Éfeso, de quien
hablaré en profundidad más adelante, quien reflejó en texto y dignificó
el papel de la matrona en la atención al parto.
Es improbable que las mujeres se formaran en las escuelas clásicas
griegas, más factible y así se refleja en varios escritos, es la formación
familiar, así hijas de médicos como Antiochis, Pantheia, Domnina,
recibieron formación por parte de sus padres (recordamos que era un
tipo de formación médica extendida y aceptada en el mundo clásico,
que capacitaba a quien la recibía), y no sólo se dedicaron a los
problemas de las mujeres, sino a todo tipo de patologías59, del mismo
modo que sus homólogos masculinos.
Durante la época de la Grecia clásica, bajo la influencia de la medicina
hipocrática, a las mujeres se les “permitía” estudiar el arte de la
obstetricia, la ginecología y la partería y ejercer como tal60. Sin
embargo en la época helenística, en Atenas se prohibió este ejercicio
de las mujeres, aduciendo que ellas practicaban abortos61. Se conoce
el caso singular de Agnódice, una mujer ateniense que, en el siglo IV
a. C., decidió estudiar medicina y, animada por su padre, acudió a la
escuela de Alejandría donde, siempre disfrazada de hombre, se formó
con Herófilo, el famoso anatomista, y obtuvo el título de lo que hoy
podríamos denominar “ginecología y obstetricia”. Comenzó a ejercer,
siempre con aspecto masculino, y su fama en Atenas creció entre las
mujeres que deseaban que fuera “él” quien las atendiera, aunque al

59
Retief, 2005.
60
Como afirma Nutton (2003, 314-315), a pesar de los recientes esfuerzos
dedicados al estudio de las mujeres en la antigüedad, sabemos poco acerca de la
participación femenina en la medicina antigua.
61
El aborto se practicaba en la Grecia clásica de forma amplia, como así lo recogen
textos de Platón, Aristóteles e incluso los tratados hipocráticos. Sin embargo parece
ser que en Atenas estaba prohibido (González Gutiérrez, 2015). En Roma éste era
más común en los estratos altos, y en los bajos, entre las prostitutas (Samama,
2003).

75
Mario Ferrer Vázquez

parecer desvelaba ante ellas su identidad para proporcionarles


confianza y cuidados. Pronto la envidia se apoderó del resto de
médicos que comenzaron a acusar a Agnódice de seducir a las
mujeres e incluso de violarlas, y se le convocó a juicio donde ella, para
descargarse de las acusaciones, mostró su identidad y fue condenada
a muerte. Sin embargo la intervención de sus pacientes reconociendo
su valía, hizo retroceder en esa sentencia y cambió las normas de la
época aboliendo la ley que no permitía ejercer la medicina a las
mujeres62.

62
Samama, 2003, 15.

76
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

6. HIPÓCRATES

Como hemos visto hasta ahora, la medicina arcaica, prefilosófica y


prehipocrática63 se basa en una mezcla variable entre lo sobrenatural,
la magia y el empirismo. Herencia que las primeras escuelas médicas
tomaron y posteriormente desarrollaron para, con los preceptos de la
filosofía, desmitificar la medicina, en el contexto “científico” de la
época, y otorgar grados variables de “fisiología”.
En este contexto surge, como vimos, la figura de Alcmeón de Crotona,
quien para una figura trascendental en la historigorafía médica como
Pedro Laín Entralgo, es considerado el verdadero precursor de la
medicina, sin restar méritos a la figura e importancia crucial de
Hipócrates y todo de lo que él deriva. Citando un texto de Aecio, Laín
Entralgo dice así en su obra hipocrática:

“Afirma Alcmeón que la salud está sostenida por el equilibrio de


las potencias (isonomía tōn dynámeōn ): lo húmedo y lo seco, lo
frío y lo cálido, lo amargo y lo dulce, y las demás. El predominio
(monarkhía) de una de ellas es causa de enfermedad. Pues tal
predominio de una de las dos es pernicioso. La enfermedad
sobreviene, en lo tocante a su causa, a consecuencia de un
exceso de calor o de frío; y en lo que concierne a su motivo, por
un exceso o defecto de alimentación; pero en lo que atañe al
dónde, tiene su sede en la sangre, en la médula (myelós, en el
sentido primitivo de ‘parte blanda contenida dentro de un tubo
duro’) o en el encéfalo (enképhalos). A veces se originan las
enfermedades por obra de causas externas: a consecuencia de

63
Omito ya el término presocrática ya que éste lo considero referido a la filosofía y
parece más certero hablar, por trascendencia y rigor médico, de medicina
prehipocrática e hipocrática, marcando un claro punto de inflexión.

77
Mario Ferrer Vázquez

la peculiaridad del agua o de la comarca, o por esfuerzos


excesivos, forzosidad (anánkē) o causas análogas. La salud, por
el contrario, consiste en la bien proporcionada mezcla de las
cualidades”

Y concluye: “Alcmeón, en consecuencia, debe ser para nosotros el


iniciador de la medicina que desde hace siglos todos llamamos
hipocrática”.64
Este texto pone de manifiesto la magnificencia de la figura de
Alcmeón, se trata de una visión de la medicina que, hasta la época,
era básicamente mágica y a lo sumo empírica al extremo, en la que
pone de manifiesto la visión fisiológica del origen de la enfermedad, no
como un castigo, sino con unas causas concretas y con una
racionalidad que fue la base del pensamiento crítico y científico de la
ciencia y la filosofía coloniales de la Grecia clásica. Ese desequilibrio
como causa de enfermedad, esa definición de salud e inclusive las
causas que enumera, podrían ser válidas hoy en día y de hecho
siguen en el subconsciente colectivo como causa de enfermedad, por
encima en muchos casos de la evidencia científica actual. Tal es el
arraigo de las culturas clásicas en nuestro pensamiento, y ni siquiera
nos damos cuenta ni nos planteamos cuán importante es la evolución
cultural y social, y que improntas deja en nuestro ADN colectivo.

La medicina hipocrática nació, pues, de la filosofía y luego se


especializó, pero continuó ligada al saber general. La idea
fundamental que esta nueva medicina, de concepción científica, tomó
de la filosofía presocrática fue la de naturaleza. La physis según los
hipocráticos posee una fuerza que no puede ser superada por el ser

64
Laín Entralgo, 1970, 78-79.

78
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

humano; y por lo tanto, en relación con la enfermedad, no se puede


traspasar ese límite que la propia naturaleza impone.

Escultura de Hipócrates enseñando, en Cos, Grecia.


(Extraído de www.galenusrevista.com/Hipocrates.html. Revista Galenus, 03, Puerto
Rico)

79
Mario Ferrer Vázquez

6.1. CONCEPTOS DE SALUD Y ENFERMEDAD EN LA


MEDICINA HIPOCRÁTICA

La salud fue concebida como una buena mezcla de los humores,


como una eyctasía, lo que representaba armonía en la naturaleza del
ser humano. En tanto la enfermedad era un cambio de esta
naturaleza, que resultaba de una mala mezcla de los humores, era
una dyscrasía, un desequilibrio general, y, por consiguiente, el
paciente enfermaba en su totalidad. En la medicina actual es
frecuente calificar la salud como un estado de equilibrio y a la
enfermedad, como un desequilibrio.
Como hemos visto, este concepto no es hipocrático sensu stricto
puesto que fue Alcmeón quien primero formuló esta teoría. Una teoría
que no sólo se afianzó en la medicina hipocrática, sino que ha sido y
es la base de la definición de salud y enfermedad,
independientemente de las causas que provocan el desequilibrio, y
que serán objeto del avance del conocimiento médico a lo largo de los
siglos: “la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y
también social, no solamente la ausencia de enfermedad o
dolencia”.65
La enfermedad, la nósas, era concebida como un proceso evolutivo,
con cambios en el tiempo, de la misma manera que lo hacemos ahora.
El proceso de la enfermedad general de la medicina hipocrática era
concebido así: por alguna causa, en el alimento, en el aire, en las
aguas o por la propia naturaleza, se producía el exceso de un humor,
que debía ser expulsado para restaurar el equilibrio. Para eso, esta
sustancia pasaba por un proceso de cocción producido por el calor

65
Definición de la OMS: constitución 1984. Se aprecia en esta definición una
evolución de la clásica basada en el equilibrio y desequilibrios, ¿qué es un estado
completo de bienestar en varios ámbitos sino un equilibrio entre todos ellos?

80
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

innato, la pépsis, por lo que se mezclaba y era eliminada por la orina o


las heces o por alguna vía. Si la eliminación era rápida, se llamaba
crisis, si era lenta, se denominaba lysis. Otras veces la materia se
separaba y depositaba en algún órgano, por ejemplo, como un
absceso. El depósito se producía en algún órgano, pero el que
ocurriera en éste o en ese otro era más bien un accidente y no se le
atribuía de forma general, causa alguna para esa preferencia.
Como vemos todos estos conceptos se siguen utilizando hoy en día, y
en contextos muy similares. Las enfermedades tenían días críticos,
días en que podía ocurrir la crisis, estos días se basaban en la
observación pero también tenían cierta influencia mágico-religiosa.
La enfermedad es la lucha entre la naturaleza del hombre y el mal,
siendo el síntoma la expresión de esta lucha. La idea de
enfermedades diferentes era vaga, con frecuencia lo que hoy para
nosotros es un síntoma o signo, era para ellos una enfermedad. Hay
claras descripciones de cuadros patológicos que hoy no vacilaríamos
en catalogarlos como entidades nosológicas bien determinadas, y
que, sin embargo, no se reconocían como una enfermedad definida.
El estudio de las causas de las enfermedades, la etiología, aunque de
reconocida importancia teórica en la medicina hipocrática, se
desarrolló poco porque los métodos de examen eran muy
elementales. Los factores etiológicos principales eran el clima, en
particular, las estaciones, los vientos y los lugares, los alimentos y los
traumas físicos. El pneuma, es decir, el aire, llegó a tener un papel
importantísimo.
Aparte de la teoría de los humores, tampoco se investigó más sobre la
patogenia, es decir, la secuencia del desarrollo de la enfermedad. A
esta situación contribuyeron dos aspectos arraigados en el médico
hipocrático: por una parte, más allá de lo mucho que observó, su
fuerte tendencia a la especulación, formulando hipótesis sin base real;

81
Mario Ferrer Vázquez

por otra, la falta de desarrollo del pensamiento anatómico. En la


medicina hipocrática no se encuentra suficientemente desarrollado el
concepto de contagio a pesar de los tratados sobre epidemias, las
causas de las mismas eran atribuidas más bien a los climas y lugares
concretos, de lo que existen evidencias en situaciones como la peste
de Atenas que azotó Grecia en el siglo V a. C., durante la guerra del
Peloponeso. Hoy se cree que fue un tipo de fiebre tifoidea, y que tuvo
un papel muy importante en la derrota de las tropas atenienses.

82
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

6.2. HIPÓCRATES Y LA MEDICINA HIPOCRÁTICA

Poco se conoce a ciencia cierta sobre el personaje real de Hipócrates.


Se sabe que nació en la isla de Cos, en el Mar Egeo, hacia el año 460
a.C., por tanto, era coetáneo de Demócrito y unos diez años menor
que Sócrates. Se sabe, además, que fue un médico destacado y que
ejerció como periodeuta (itinerante), como era costumbre en la época,
ejerciendo la medicina en la isla de Tasos, en Tracia, cerca del Ponto
Euxino y en la región de Tesalia, donde murió, según se cree, en
Larisa cerca de los 85 años. Viajó por distintos países y tierras, lo que
le permitió observar la constitución física de los habitantes de diversas
tierras, así como sus enfermedades más frecuentes y su relación con
los climas y el entorno, lo que se puede deducir de sus textos (Varela,
1997), en lo que consideraríamos una auténtico estudio y análisis de
epidemiología.
Hay varios relatos sobre Hipócrates en los que aparece como un
médico legendario, y estas leyendas pueden tener algo de verdad,
como ya he comentado, la línea que separa la leyenda de la realidad
es a veces extremadamente difusa. Existían numerosos volúmenes
con la biografía de Hipócrates de Cos en las bibliotecas antiguas, con
narraciones fantásticas, con descripciones de sus viajes, y con sus
disputas legendarias con los pseudomédicos-magos, a quienes
combatió duramente66 como veremos más adelante. Parece cierto que
para los alejandrinos fue el introductor de la dietética67. Desde
entonces su fama creció de siglo en siglo y en particular, desde que

66
Varela, 1997.
67
De nuevo sobre esta disertación me remito al capítulo sobre Roma, donde se
compara, de forma somera y breve eso sí, la dietética hipocrática y su repercusión
galénica.

83
Mario Ferrer Vázquez

Galeno lo consideró el médico perfecto68. Para el mundo de Occidente


es el padre de la medicina y personifica el ideal de médico con los
valores eternos de la profesión médica.
Se le atribuyen méritos, acciones y trabajos que muy probablemente
no realizó él, como diversos escritos del llamado Corpus Hipocraticum
(los alejandrinos comenzaron a atribuir a Hipócrates textos médicos
anónimos de la biblioteca de Alejandría) y otras atribuciones que le
han valido el apelativo de “padre de la medicina”, influenciado sin
duda por la figura de Galeno, el más prolífico de los médicos clásicos
e influencia de la medicina durante siglos, quien tomó como ejemplo al
médico de Cos, perpetuando así su figura hasta el día de hoy.69
Pero no hay duda de que la medicina hipocrática es la base de la
medicina actual, lo que conocemos con este nombre es el inicio de
una medicina racional, de una medicina basada en la observación
clínica, la fisiología, el pronóstico. Huyendo definitivamente de las
causas mágicas de la enfermedad y del empirismo irracional. Así
como el germen precursor de la medicina científica.
En un mundo donde la enfermedad era considerada un castigo divino
o causada por “espíritus malignos”, donde estar enfermo era
consecuencia de los actos en vida y siempre se encontraba alguna
circunstancia a la que atribuir la causa de la ira de los dioses, donde
los médicos eran sacerdotes o charlatanes y la única “curación” que
ofrecían era a través de rituales mágicos, en el mejor de los casos, o
de ofrendas a costa del patrimonio del incauto enfermo; aparecen

68
Los comentarios de Galeno de Pérgamo sobre los tratados adjudicados a
Hipócrates son voluminosos y se acompañan con datos biográficos del coico; dada
su extensión y profundidad me remito al trabajo de Kollesch y Nickel, 1979.
69
Numerosísimas fuentes son las que se pueden consultar acerca de la biografía del
médico de Cos. No existe tratado sobre la medicina hipocrática que no contenga su
apunte biográfico. Se nombra a Varela por tener un específico tratado sobre la
pediatría, pero podría nombrarse a Laín Entralgo o López Piñero, entre otros, puesto
que existe un consenso más o menos claro sobre la biografía de Hipócrates, no así
sobre su mito, imagen personal que trato de transmitir a lo largo de todo el texto.

84
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

nuevos pensadores, filósofos, intelectuales que se plantean el origen


de la vida y de las cosas que les rodean, la fisiología y las causas de
enfermar, ciertas o no con nuestros conocimientos actuales eso poco
importa, pues la importancia radica en el hecho en sí, en la conjunción
de pensamiento y racionalidad. En ese contexto aparecen las
escuelas, aparece Hipócrates, con teorías sobre el origen de las
enfermedades, que universalizaba esa nueva ciencia y que sería la
referencia de todo buen médico que se preciara durante siglos.
Tomando una cita del propio médico de Cos:

“(…) Cubren su incapacidad con el manto de la divinidad. Las


extrañas curas provienen, según ellos, de dios. Se le indica al
enfermo de epilepsia que se vista de negro, que no ponga un pie
sobre el otro, que no se abrigue con pieles de cabras. Si,
cayendo, grita como una cabra, es culpa de la diosa Cibeles; si
tiene espantos nocturnos, será culpa de otros dioses que lo
persiguen, manteniéndolo en vela”70.

A propósito de esta separación entre lo mágico o lo divino y la


medicina, no se puede dejar de citar el comienzo de una de las obras
más célebres de entre las conservadas del corpus, Sobre la
enfermedad sagrada, de autor desconocido, aunque la mayoría de los
estudios datan este tratado sobre los años 430-420 a.C. y algunos
autores ven detrás del mismo a un joven Hipócrates de Cos71, lo cual
podría ser dado el estilo y, sobre todo el comienzo del mismo. Este
tratado comienza con un auténtico alegato de la medicina y contra las
prácticas mágicas y pseudomédicas, que tanto irritaban a los médicos

70
Tomado de Varela, 1997, 15.
71
García Gual, 1983.

85
Mario Ferrer Vázquez

de la época (y a los actuales, doy fe de ello), y en especial a


Hipócrates (y por ende a sus discípulos) por su falta de rigor, la falta
de escrúpulos y la intención de aprovecharse del mal ajeno:

“Acerca de la enfermedad que llaman sagrada sucede lo


siguiente. En nada me parece que sea algo más divino ni más
sagrado que las otras, sino que tiene su naturaleza propia, como
las demás enfermedades, y de ahí se origina. Pero su
fundamento y causa natural lo consideraron los hombres como
una cosa divina por su inexperiencia y su asombro, ya que en
nada se asemeja a las demás. Pero si por su incapacidad de
comprenderla le conservan ese carácter divino, por la banalidad
del método de curación con el que la tratan vienen a negarlo.
Porque la tratan por medio de purificaciones y conjuros.
Y si va a ser estimada sagrada por lo asombrosa, muchas serán
las enfermedades sagradas por ese motivo, que yo indicaré
otras que no resultan menos asombrosas ni monstruosas, a las
que nadie considera sagradas. Por ejemplo las fiebres
cotidianas, tercianas y cuartanas no me parecen ser menos
sagradas ni provenir menos de una divinidad que esta
enfermedad. Y a éstas no les tienen admiración. Y, por otro lado,
veo a personas que enloquecen y deliran sin ningún motivo
evidente y que realizan muchos actos sin sentido; y sé de
muchos que sollozan y gritan en sueños, de otros que hasta se
ahogan, y otros que se levantan deprisa y se escapan fuera de
sus casas y desvarían hasta que despiertan, y que luego están
sanos y cuerdos como antes, quedando pálidos y débiles, y eso
no sólo una vez, sino muchas. Hay otros muchos casos y muy
varios, que hablar de cada uno haría prolija la charla.

86
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Me parece que los primeros en sacralizar esta dolencia fueron


gente como son ahora los magos, purificadores, charlatanes y
embaucadores, que se dan aires de ser muy piadosos y de
saber de más. Estos, en efecto, tomaron lo divino como abrigo y
escudo de su incapacidad al no tener remedio de que servirse, y
para que no quedara en evidencia que no sabían nada
estimaron sagrada esta afección. Y añadieron explicaciones a su
conveniencia, y asentaron el tratamiento curativo en el terreno
seguro para ellos mismos, aduciendo purificaciones y conjuros,
prescribiendo apartarse de los baños y de un buen número de
comestibles que serían comida inconveniente para los enfermos.
De entre los pescados de mar (prohibieron) el salmonete, la
raya, el mújol y la anguila -éstos son, por lo visto, los más
mortíferos; entre las carnes, las de cabra, ciervo, cerdo y la de
perro -éstas son, pues, las carnes más alborotadoras del
estómago-; de las aves, el gallo, la tórtola y la avutarda -que se
considera que son durísimas-; entre las hortalizas la menta, el
ajo y la cebolla -ya que lo ácido no es nada adecuado para un
convaleciente-. En cuanto al vestido (prohibieron) llevarlo negro
-porque lo negro alude a la muerte-; y (prescribieron) no yacer
sobre pieles de cabra ni llevarlas; y no estar con un pie sobre el
otro, ni mano sobre mano -ya que todo eso son actitudes
prohibitivas. Eso lo ordenan de cara a lo divino, como si tuvieran
un saber superior, y formulando otros motivos, de modo que, si
el enfermo llegara a curarse, de ellos sea la gloria y la destreza,
y si, se muere, quedara a salvo su disculpa, conservando la
excusa de que de nada son ellos responsables, sino sólo los
dioses, ya que no les dieron ningún medicamento para comer o
beber ni los trataron con baños de modo que pudieran ser
culpables de algo.

87
Mario Ferrer Vázquez

Yo supongo que de los libios que habitan en el interior de su


país ninguno puede andar sano, si viven a base de pieles y
carnes de cabra, porque lo que es allí no tienen ni manta ni
vestido ni calzado que no sea de cabra. Pues no tienen más
ganado que cabras.
Y si el comer y llevar eso produce y desarrolla la enfermedad, y
el no comerlo la cura, tampoco entonces es la divinidad la
responsable, ni son de provecho las purificaciones, sino que lo
que cura y lo que daña son los comestibles, y se esfuma el
influjo de lo divino”.72

Como podemos apreciar en este texto, existe un claro distanciamiento


de las nuevas corrientes médicas y filosóficas, con respecto a
prácticas catalogadas de mágicas, y embaucadores o charlatanes a
quienes las practican. Si detrás de esta obra pudiera estar la autoría
del propio Hipócrates, entenderíamos el porqué de su importancia.
Como vemos, se atribuyen causas a las enfermedades, causas
físicas, causas naturales bien sea por desequilibrio de humores, por la
propia naturaleza del hombre o de la tierra que habita, de los vientos y
climas, de la dieta; pero causas al fin y al cabo, dejando de atribuir a
los dioses la explicación de todo y, aunque hoy sabemos que muchas
de esas teorías no eran acertadas, no existían los medios para
comprobar la mayoría de ellas. Sin embargo, de forma especulativa,
de forma racional y en suma “científica”, se desarrollaban teorías
sobre dolencias clásicamente atribuidas a los dioses como la
enfermedad sagrada, la apoplejía e incluso las enfermedades
mentales73, naciendo así “el pensamiento científico”.

72
Tratados Hipocráticos. Sobre la enfermedad sagrada. Tomado del Volumen I de la
colección de tratados hipocráticos, traducción de C. García Gual. 1983, 399-401.
73
Longrigg, 1998.

88
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Los hipocráticos elaboraron, de forma especulativa, la idea de que la


enfermedad es un desequilibrio entre la mezcla de los humores del
organismo, recogido en el tratado sobre la naturaleza del hombre,
segunda mitad del s. IV a. C., donde reduce la composición del
organismo a mezclas en diferentes proporciones de los cuatro
humores cardinales: sangre, bilis amarilla, bilis negra y flema o pituita.
Probablemente buena parte de esta teoría está basada en la ya citada
teoría de la enfermedad de Alcmeón de Crotona, olvidado por la
historiografía general, pero de un peso específico importante en la
historia real de la medicina. Combinaron esta idea con la teoría
ambientalista, esto es, el estudio de las enfermedades en relación con
el ambiente.
El principio básico de la terapéutica hipocrática es la "fuerza curativa
de la naturaleza", que el médico favorecía con los fármacos, la cirugía
y la dieta, entendida ésta no sólo como la alimentación, sino como un
régimen de vida como ya he anticipado74.

74
López Piñero, 1998.

89
Mario Ferrer Vázquez

6.3. EL CORPUS HIPOCRATICUM

El corpus hipocraticum es, pues, un conjunto de 53 tratados que han


llegado hasta nuestra época, tradicionalmente atribuidos a Hipócrates
de Cos (s. V a. C.), por su gran fama y la labor realizada por sus
predecesores en la medicina del mundo helenístico. Sin embargo, los
textos están escritos por varios autores y proceden de escuelas
distintas y épocas diferentes. La mayoría corresponden a los s. V y IV
a. C. y a las escuelas de Cos y Cnido75. Esto significa que, en
ocasiones, muchos de estos tratados ni tan siquiera están escritos por
médicos pertenecientes a la misma escuela de Hipócrates. Sin
embargo, la mayoría de ellos comparten una doctrina común, lo que
denominamos “medicina hipocrática”, debido a su carácter médico
estilístico, por tanto, resulta adecuado suponer que en su mayoría han
sido escritos bajo la influencia de Hipócrates, por él mismo, por sus
discípulos de Cos, por sus seguidores o por sus descendientes, en
varios siglos.
La Escuela de Cos, que como hemos visto es la hipocrática en el
sentido estricto, se caracteriza por la minuciosidad y objetividad con la
que recogen los fenómenos que se observan en los enfermos, con
historias clínicas minuciosas que cumplen la recomendación de
"estudiar al enfermo con la vista, tacto, oído, nariz, lengua y
entendimiento, con lo que puede conocer todo aquello que
conocemos". Algo parecido sucede con la importancia de las
descripciones que refieren al pronóstico de la enfermedad, como la
actualmente vigente facies hipocrática, en un paciente agonizante y
que ha perdido muchos líquidos. Menos importancia conceden al

75
López Piñero, 1998.

90
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

diagnóstico específico76. De hecho en el Asklepion de Cos había una


especie de registro de historias clínicas, y parece que había una
comunicación entre la medicina religiosa y la técnica de Hipócrates77.
Quizá el tratado más famoso y atribuido a Hipócrates, son los
Aforismos, que han sido la base de la enseñanza médica durante
siglos, asumido por Galeno, así como el resto de doctrinas
hipocráticas, hasta bien entrada la edad media78. Una curiosa
mención especial requiere el tratado Juramento, siempre recordando y
parafraseando las enseñanzas del profesor López Piñero:

“Sus normas éticas (refiriéndose a los médicos de la época) no


incluían la asistencia a los incurables ni el acto médico
desinteresado o con peligro de la propia vida. Todo ello, además
de la prohibición de extraer cálculos, se refleja en el juramento
hipocrático, escrito tardío procedente de un grupo de médicos
del s. IV a.C, influidos por el pitagorismo, Resulta curioso y
paradójico que se utilice, más o menos modificado, para que los
médicos actuales se comprometan a seguir las normas éticas de
su profesión.”

El fundamento de la patología hipocrática es la doctrina humoral, que


recoge Galeno y que será la más influyente en la antigüedad y luego
en la edad media por la influencia de éste último. Como ya reflejé
anteriormente, la filosofía naturalista distinguía cuatro elementos que
eran la base del universo: tierra, agua, aire y fuego, con sus
cualidades elementales: seco, húmedo, frío y caliente. Pues bien, con
estos elementos es fácil imaginar que el científico extrapolara al

76
López Piñero, 1998.
77
Ordoñez, 2012.
78
De Arana, 2011.

91
Mario Ferrer Vázquez

cuerpo humano en cuatro elementos, o humores, que constituyen la


composición del organismo: sangre, pituita, bilis y acrabilis. La salud
es el equilibrio (eucrasis), el cual se mantenía por la expulsión del
cuerpo mediante orina, vómito, sudor, entre otras secreciones. En su
obra Sobre la naturaleza del hombre afirma que la enfermedad es
debida al desequilibrio entre ellos (discrasis). Por simple que nos
parezca hoy, la importancia estriba en considerar al cuerpo como un
todo, y por tanto se vea afectado por la enfermedad en conjunto, y no
solo a una parte. Resumiendo la doctrina del Corpus:

“(…) cuidadosas observaciones; importante función del aire


(pneuma); teoría de los cuatro humores; fuerza curativa de la
naturaleza humana; la naturaleza de las enfermedades según el
predomino de los humores; las tres fases de la enfermedad; la
periodicidad numérica de las fases de éstas; el pronóstico;
conocimientos especiales, en particular embriológicos; factores
del ambiente (aires, aguas, lugares), así como los alimentos en
la salud y la enfermedad.”79

Los fenómenos naturales eran causantes o favorecedores de la


enfermedad (sol, viento, agua, clima, herencia biológica, costumbres,
alimentación…), así se expresa en su Tratado de los aires, las aguas
y los lugares. Se considera la herencia biológica como causa principal
de la “enfermedad sagrada”, apoyado esto por el hecho de que alguno
de los progenitores la sufriera. Hoy en día sabemos que la epilepsia
tiene una indudable carga genética. Diferencia asimismo ‘hereditario’
de ‘espontáneo’ para las enfermedades causadas de forma
impremeditada. Sin atribuir causas biológicas o hereditarias, aconseja

79
Varela, 1997, 18.

92
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

en general remedios naturales, sin embargo para las hereditarias se


muestra más cauto80. De forma menos sistematizada y menos
exhaustiva que en la gran obra de Galeno, llega a hablar de todo tipo
de patologías y tratamientos, recopilando los conocimientos de la
época para convertirse en un auténtico tratado extenso sobre
patología general, además de textos sobre anatomía, sobre práctica y
organización médica, epidemiología y nociones de terapéutica.
Los escritos “hipocráticos” conocidos y recopilados, un total de 53,
siguiendo los datos de la edición de Littré, con la clasificación temática
de Haeser, con la traducción publicada por la editorial Gredos 81, y a la
que hace referencia Laín Entralgo en su obra “La medicina
hipocrática”82, serían los siguientes y ordenados de esta manera:

- Escritos de carácter general: El Juramento. La Ley. Sobre el


arte. Sobre la medicina antigua. Sobre el médico. Sobre la
decencia. Aforismos.
- Escritos de contenido anatomofisiológico: Sobre la anatomía.
Sobre el corazón. Sobre las carnes. Sobre las glándulas. Sobre
la naturaleza de los huesos. Sobre la naturaleza del hombre.
Sobre la generación. Sobre la naturaleza del niño. Sobre el
alimento.
- Escritos de tema dietético: Sobre la dieta
- Escritos de carácter patológico general: Sobre los aires, las
aguas y los lugares. Sobre los humores. Sobre las crisis. Sobre
los días críticos. Sobre las hebdómadas. Sobre las
ventosidades. Predicciones I y II. Prenociones coicas.

80
Varela, 1997.
81
Tratados que se pueden consultar en la bibliografía
82
Publicación actual que data de 2012, Alicante, Biblioteca Virtual Miguel de
Cervantes. Extracto del original de Pedro Laín Entralgo, en: Historia universal de la
medicina. Tomo II. Antigüedad clásica, Barcelona, Salvat, editores, 1972, 73-116.
Obra considerada fundamental para el estudio de la medicina hipocrática.

93
Mario Ferrer Vázquez

- Escritos sobre patología especial: Epidemias. Sobre las


afecciones. Sobre las enfermedades. Sobre las afecciones
internas. Sobre la enfermedad sagrada. Sobre los lugares en el
hombre.
- Escritos de contenido terapéutico: Sobre la dieta en las
enfermedades agudas. Sobre el uso de los líquidos.
- Escritos quirúrgicos: Sobre la oficina del médico. Sobre las
articulaciones. Sobre las fracturas. Sobre la palanca. Sobre las
heridas de la cabeza. Sobre las úlceras. Sobre las hemorroides.
Sobre las fístulas.
- Escritos oftalmológicos: Sobre la visión.
- Escritos ginecológicos, obstétricos y pediátricos: Sobre las
vírgenes. Sobre la naturaleza de la mujer. Sobre las
enfermedades de la mujer. Sobre la superfetación. Sobre el
parto de siete meses. Sobre el parto de ocho meses. Sobre la
embriotomía. Sobre la dentición.

Como se puede apreciar son múltiples y variados los escritos


conservados, algunos de ellos sólo en parte. Tratados como
Epidemias, por ejemplo, constan de varias partes y no todas parecen
atribuidas al mismo autor. Durante siglos la discusión historiográfica
ha sido si atribuir los escritos al propio Hipócrates, como se idealizaba
clásicamente (ya hemos visto que esto no es posible), o bien, en el
otro extremo y como se llegó a decir en algún momento, ninguno de
los escritos pertenecía al “padre de la medicina”. En la actualidad la
corriente más extendida es que existen tratados que por diversas
razones, parecen ser escritos por el propio Hipócrates, algunos otros
por discípulos cercanos, e incluso algunos por médicos de otras
escuelas o influenciados de alguna u otra manera por la medicina

94
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

hipocrática. La mayoría de los escritos del Corpus se podrían datar en


los siglos V y IV a.C. Y algunos escritos tardíos en el siglo III a. C.
Pero independientemente de la autoría material o no de estos escritos
del Corpus, es indudable la influencia que sobre ellos, y éstos sobre la
práctica médica futura, ha tenido el “genio de Cos”. No es un
desprestigio atribuir uno, dos o acaso ningún tratado al puño y letra de
un médico, heredero de los presocráticos y de los conceptos de
filosofía y, sobre todo, physiología; que ha representado la evolución y
la revolución del concepto de medicina hasta el punto de atribuir a su
figura todo un conjunto de tratados, todo un conjunto de actuaciones y
toda una época histórica. No es fruto de un capricho ni del azar.
Galeno, uno de los más grandes médicos de la época clásica, tomó
como referencia esta medicina para actuar sobre ella y sumar,
dejando un legado que ha sido, hasta hace muy poco tiempo, la base
de la medicina occidental.
Obviamente no podemos ver estos avances sólo con el prisma actual,
sino situarlos en contexto, de una época donde la medicina era una
técnica, un arte integrado dentro de una corriente de pensadores
filosóficos que deseaban encontrar explicaciones racionales a todo
aquello que les rodeaba, de una época de auténtica revolución
intelectual a la altura de cualquier revolución industrial o tecnológica
actual. En esa época los primeros médicos (Alcmeón, Hipócrates…),
las primeras escuelas de medicina, situaron lo que hoy es mi
profesión, en el zénit del pensamiento racional avanzado, el
nacimiento de la ciencia.
No es el objeto de este trabajo analizar en profundidad la medicina del
Corpus, sino situarme en un contexto histórico previo al análisis de la
medicina infantil dentro de la incipiente profesión médica y en una
sociedad donde los niños no tenían la consideración y el trato que de
ellos hoy tenemos. Este punto, el hecho de que la historiografía es

95
Mario Ferrer Vázquez

casi exclusivamente masculina (recordemos que los niños y las


mujeres estaban íntimamente ligados en lo que a medicina respecta),
y la escasez de fuentes conservadas, hace extremadamente compleja
la tarea de recopilar los datos que, sobre los niños, su evolución y su
medicina, existen en las fuentes clásicas de contenido médico.
Entre otras muchas consideraciones, dentro del Corpus, se procede al
estudio de las enfermedades en relación con el ambiente: cuando un
médico llega a una ciudad que no conoce debe considerar su
situación, sus vientos, el sol; las aguas, pantanosas y blandas o duras
y altas o salinas e indigestas, lo mismo de la tierra, los árboles, la
humedad; el modo de vida de los habitantes, si tienen afición al vino,
merendones y amigos del descanso o ejercitados y laboriosos, buenos
comedores pero sin beber vino. Según el tiempo y la estación podrán
pronosticar qué enfermedades ocurrirán, la astronomía, el cambio de
estaciones, climas, etc.; y como según la mudanza de las estaciones
mudan también las enfermedades y los órganos internos del
hombre83.
Notemos que estas actuaciones tan clásicas, tan hipocráticas,
entonces tan científicas, y hoy sabemos que no tan ciertas, han
llegado a calar tan hondo en el subconsciente social que la mayoría
de nosotros, médicos o no, interiorizamos que la causa de las
enfermedades son los climas, los cambios de temperatura. Del origen
de las enfermedades tenemos amplio conocimiento hoy en día,
conocimiento que científicamente nos ha hecho desterrar de nuestro
pensamiento médico racional aquellas causas que no están probadas
ni evidenciadas, del mismo modo que la medicina “racional”, la
“fisiología” de la época hipocrática desterró del pensamiento científico
la magia y la irracionalidad de la enfermedad atribuida a los dioses;

83
López Piñero, 1998.

96
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

¿para siempre?, probado queda que no, que coexiste incluso hasta la
actualidad. Entonces, ¿cómo creer que vamos a desterrar de nuestro
subconsciente creencias tan arraigadas durante más de treinta y cinco
siglos?, obviamente no es tarea fácil. Precisamente esto nos debe
hacer valorar la importancia de la historia, de conocer el pasado, de
saber de dónde viene aquello que damos como cierto, como actual; de
conocer lo que se pensaba en aquellos años, de obtener una
perspectiva clara del avance actual de la medicina, sobre una sólida
base construida a lo largo de los siglos, y especialmente en el mundo
clásico, en la Grecia hipocrática.
Como hemos visto de Hipócrates y la escuela de Cos, la historia
clínica es parte fundamental en toda la medicina hipocrática. Una
sucesión de hechos bien relatados, dando mucha importancia a la
observación y anotación de los síntomas, signos y cronología, muy
descriptivos; sientan sin duda las bases de nuestra historia clínica
actual, quizá la mejor herramienta para un médico a pesar de todos
los avances actuales.
Por poner un ejemplo, el pronóstico, auténtica base de la medicina de
Cos, la conocida como “facies hipocrática”:

“Nariz afilada, hundidos los ojos, caídas las sienes, frías y


encogidas las orejas y sus pulpejos retorcidos, dura la cutis del
rostro, tirante y árida y la color de todo el semblante amarilla y
amoratada. Se preguntará si no hay otros signos si el enfermo
estuvo desvelado, si tiene mucha hambre, si padece abundantes
cámaras, si confesara algunas de estas cosas debe tenerse
cuidad, observando al menos un día y una noche, pero sin nada

97
Mario Ferrer Vázquez

confiesa y en el tiempo dicho no se compone su rostro,


entiéndase que es señal de muerte”.84

En la segunda parte de este trabajo, se analiza en profundidad las


fuentes existentes del Corpus, en busca de referencias claras o
veladas a la medicina de la infancia y lo que a este periodo rodea.

Vaso de perfume que presenta una consulta médica en tiempos de Hipócrates:


En la parte superior un joven médico practica una sangría.
En la inferior, un enano servidor del médico recibe el pago del paciente por el
servicio prestado.
Museo del Louvre, París
(Extraído de: www.cervantesvirtual.com)

84
López Piñero, 1998.

98
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

7. LA MEDICINA HELENÍSTICA

Recordemos que llamamos “periodo helenístico” a la fase cultural que


abarca desde el siglo IV/III al I a.C., y que se desarrolló desde el
reinado de Alejandro Magno (Alejandro III de Macedonia, 336-323
a.C.), hasta la caída y anexión al Imperio Romano de Egipto, el último
reino helenístico, gobernado por una estirpe de faraones de origen
macedónico, tras la batalla de Actium (30 a.C.) ganada por el ejército
de Octavio Augusto, el primer emperador de Roma. El periodo
helenístico viene marcado por la homogeneización del mundo griego
de los territorios orientales de Asia Menor, Egipto, la franja sirio-
cananea y Mesopotamia –que constituyan el antiguo Imperio persa− y,
por supuesto, Grecia y Macedonia, bajo una misma lengua,
costumbres, ciencia y arte. Se sitúa el inicio en dos periodos, según
las teorías existentes: bien en el año 336 a.C (año de la muerte de
Filipo II, rey de Macedonia y padre de Alejandro Magno, y por tanto,
fecha de su coronación), o bien en el año 323 a.C., fecha de su
muerte y posterior desmembramiento de su imperio, pero
manteniendo la idea de la oikoumene, la homogeneización del mundo
oriental bajo la misma lengua, cultura, arte, ciencia y costumbres85.
Durante todo este periodo se cimenta una hegemonía de la cultura
griega, la educación de las elites se transmitía en esa lengua, el arte y
la ciencia eran griegos, las costumbres eran también helenas. Las
antiguas poleis de Atenas, Esparta, Corinto o Tebas eran poco a poco
superadas en importancia por ciudades donde bullía la cultura y la
civilización, como Pérgamo, Antioquía y, por supuesto, Alejandría. La
más importante y trascendental de todas las ciudades fundadas por el
conquistador Alejandro de Macedonia a los largo de su imperio.

85
Barceló, 2011.

99
Mario Ferrer Vázquez

7.1. EL MUSEION DE ALEJANDRÍA

Tras la muerte de Alejandro Magno, el imperio fue dividido por sus


generales en varios reinos y Ptolomeo I Sóter, amigo y compañero de
armas del monarca, se convirtió en faraón de Egipto, fundando una
dinastía que lo gobernó durante tres siglos, hasta la anexión por los
romanos en tiempos de Cleopatra.
Los Ptolomeos se establecieron en Alejandría, ciudad fundada por
Alejandro Magno en 322 a.C sobre las ruinas de un pequeño
asentamiento de pescadores egipcios, convirtiéndola en el más
importante centro cultural, científico y médico del mundo antiguo,
siguiendo el espíritu multicultural y cosmopolita del propio Alejandro y
la influencia recibida de su maestro, Aristóteles. Sobre esta base los
Ptolomeos engrandecieron la ciudad, intentando emular a la Atenas
clásica. Fueron capaces de atraer hasta la nueva ciudad a filósofos,
matemáticos, artistas, mercaderes, poetas, médicos y todo tipo de
oficios y profesiones capaces de engrandecer la ciudad y la cultura, en
una de las más grandes manifestaciones de respeto y
engrandecimiento del arte y la cultura de la historia.
El fundador de la dinastía, creó el Museion (hogar de las musas) a
principios del s. III a.C., una institución en la que residían todo tipo de
científicos, con grandes medios a su alcance, una gran biblioteca e
instalaciones adecuadas para la disección de cadáveres y el estudio
de plantas y animales. Confluyeron todo tipo de hombres, ideas y
materiales, fue el centro científico y cultural, desde el Mediterráneo
hasta el oriente próximo, pasando por territorios más lejanos como la
India, así como la tradición egipcia local. Sin embargo todo ello fue
asimilado desde el punto de vista griego, la lengua griega fue la
utilizada en todas las manifestaciones de la cultura. La medicina fue

100
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

un desarrollo de la existente en Grecia durante el periodo pos-


hipocrático.
El Museion era un centro cultural, de enseñanza, donde se
aglutinaban todas las materias y aspectos de la cultura y el arte,
incluida la medicina (considerada un arte). El antecedente más claro
de una universidad actual, pese a que en él no existía una enseñanza
reglada tal y como conocemos actualmente. Se trataba de una
transmisión de sabios a jóvenes; hay que tener en cuenta que ese era
el método de transmisión de conocimientos en el mundo clásico, como
vimos en las escuelas médicas, y por lo tanto era un centro de
adquisición de conocimientos por aquellos jóvenes que querían ser
instruidos por los mejores, ¿acaso ese no es el espíritu de una
universidad actual de prestigio?, piensen en las más prestigiosas del
mundo, y observarán un modelo similar, la cultura helenística es la
base de la cultura occidental.
En el museo los investigadores eran libres de realizar sus propias
indagaciones y experimentos; en el caso de la medicina eran libres de
llevar a cabo autopsias, por ejemplo. Investigación científica y método
científico, con libertad y autonomía, fueron desarrollados de forma
pionera en el Museion de Alejandría. Desgraciadamente, no tuvo
continuidad en las civilizaciones posteriores hasta pasados varios
siglos.
Otro lugar destacado en Alejandría, y en la historia, fue su famosa
biblioteca, construida en el siglo III a. C. durante el reinado de
Ptolomeo II Filadelfo (285-246 a. C.), hijo del fundador de la dinastía,
quien tal vez fuera el promotor de su creación86. Este centro cultural,
ligado al Museion fue dirigido por un προστάτης, una alta autoridad
designado directamente por el rey. A sus órdenes trabajaba un equipo

86
Bagnall, 2002.

101
Mario Ferrer Vázquez

altamente capacitado de gramáticos y filólogos que tuvieron la tarea


de observar y corregir los textos de las diversas obras allí
conservadas. Se calcula que en el reinado de Filadelfo los rollos
conservados fueron de aproximadamente 490.000. Colmada la
capacidad del primer edificio se construyó una segunda estructura, la
Biblioteca del Serapeo, aumentando el número de textos archivados87.
Se han llegado a identificar cuatro ocasiones en las que se produjo
una destrucción parcial o total de la Biblioteca, por conflictos bélicos o
consecuencias de la intolerancia religiosa: el incendio del 48 a. C. por
el ataque de las tropas de Julio César; el ataque ordenado por el
emperador Aureliano, alrededor del 270 d.C.; el decreto del
emperador Teodosio en el 391 d. C., cuando el Museion y su
biblioteca, la biblioteca del Serapeum y el templo de Serapis fueron
asolados; y la conquista árabe de Egipto en 642 d. C.88
Como vemos, Alejandría concentraba el grueso de la cultura y ciencia
de la época, envidiable hoy en día.
La anatomía experimentó en esta ciudad un importante progreso,
gracias a la práctica autorizada de las autopsias, y a las
investigaciones de Herófilo y Erasístrato, médicos que como bien dice
López Piñero en uno de sus muchos trabajos (1998):

“No eran anatomistas en el sentido moderno de este término,


sino médicos prácticos que pensaban que la anatomía y los
demás conocimientos científicos constituían el fundamento más
sólido para diagnosticar y tratar a los enfermos”.

Un aserto absolutamente verídico en cualquier época. Ambos médicos


realizaron autopsias en animales y cadáveres humanos. Herófilo, por

87
Casson, 2001.
88
Canfora, 1986.

102
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

su parte, estudió el encéfalo, describiendo muchas de sus estructuras


(una de ellas sigue llamándose la prensa de Herófilo), el globo ocular,
los órganos sexuales y el intestino delgado, a cuya primera porción
llamó “duodeno”. Erasístrato (que había nacido en Cos, como
Hipócrates), contribuyó al conocimiento del sistema circulatorio y
nervioso, describió las válvulas cardíacas, el cerebelo, las
circunvoluciones –cuyo diferente desarrollo relacionó con el grado de
inteligencia de las especies animales–, y distinguió claramente entre
nervios sensitivos y motores y entre arterias y venas. Por otra parte
creo el término ‘parénquima’, que se sigue utilizando hoy en día.
Erasístrato observó en autopsias de humanos algunas lesiones
consecuencia de las enfermedades, a su criterio, y según creyó
demostrar, por esta y otras razones se opuso al humoralismo de los
hipocráticos, destacando la importancia de los trastornos de las partes
sólidas del cuerpo89. Este tipo de estudios contribuyó al gran espíritu
científico y crítico de la época y el conocimiento para llegar a la causa.
Muchas de estas teorías que hoy sabemos ciertas no se tuvieron en
cuenta en la época, como en tantas otras a través de los siglos, y esto
también es condición humana.
Recuerda López Piñero en el mismo trabajo (1998) que en el paso de
los siglos III a II a.C. se produjo en la medicina alejandrina una
corriente de autores como Serapión y Glaucias, fundadores la escuela
empírica, contra la postura que pretendía fundamentar la práctica
médica en la anatomía y otros saberes científicos, esto es, contra el
avance científico y los conocimientos (seguro que este tipo de
posturas no es desgraciadamente familiar…).
Crearon dicha escuela basándose en tres aspectos: la observación
propia de los enfermos, la tradición propia de las observaciones de

89
López Piñero, 1998.

103
Mario Ferrer Vázquez

reunidas por médicos anteriores y la deducción por analogía de cosas


semejantes de las enfermedades desconocidas (para aquellos casos
en los que no alcanzaban a diagnosticar o encontrar explicación, pues
simplemente la encontraban en lo más parecido). Los empíricos, a
pesar de su actitud, impulsaron a lo largo del siglo II a.C., la cirugía y
el estudio de la acción de los medicamentos, como nos recuerda el
profesor López Piñero.90
Así pues, alrededor de los años 200 a.C., nace una corriente médica
llamada empirismo, o método empírico, motivados principalmente por
el rechazo a la realización de autopsias. Según sus teorías no
importan las causas ocultas de las enfermedades, sino la práctica
terapéutica, esto es: observación, experiencia y solución, lo que según
ellos redundaba en una mayor eficacia; no se hace necesario el
estudio de los cadáveres, nada aportarían al estudio de las
enfermedades. Como se recoge en el trabajo de Helen King en 2001,
y como parte de la obra de Cornelio Celso en su Prefacio:

“Después de abrir el cuerpo, el color, la suavidad o la firmeza, y


todas las características de este tipo no son como lo fueron en el
cuerpo intacto. No hay nada más absurdo que creer que en un
hombre que está muriendo, y mucho menos cuando ya está
muerto, todo es exactamente como cuando estaba vivo”91

La escuela de Alejandría, en lo que a medicina se refiere, adopta los


postulados naturalistas, physiophilia o amor a la naturaleza. La
medicina es eminentemente técnica o fisiológica, predominan el
conocimiento del origen de las enfermedades por su causa natural, y
90
(1998). Extenso trabajo del añorado profesor José María López Piñero donde
hace un metódico repaso por las figuras más relevantes de la medicina a lo largo de
la historia, introduciendo cada capítulo con sus propias opiniones y conocimientos, lo
que convierte esta obra en insustituible para el estudio de la historia de la medicina.
91
Traducción propia.

104
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

la cura con remedios de plantas junto a curas quirúrgicas.


Recordemos que el conocimiento de la anatomía en este periodo es
máximo gracias a la posibilidad de realizar disecciones a cadáveres
humanos, y vivisecciones en sujetos vivos. Existía un calendario
dietético, que indicaba qué se podía y qué no se podía consumir a lo
largo del año y era ampliamente utilizado.
Demetrio de Apamea, médico del siglo III a.C. y discípulo de Herófilo
de Calcedonia pertenece a la escuela helénica médica denominada
post-hipocrática, encargada entre otras cosas de los primeros
conocimientos prácticos sobre disección de cadáveres y de la
recopilación de las obras de Hipócrates y su clasificación, creándose
el Corpus Hipocraticum atendiendo al examen crítico de la
enfermedad que éste introdujo.
Como Hipócrates, Demetrio considera la medicina un arte, el más
noble sin duda, cuyo fin primordial consiste en el cuidado y curación
completa del hombre, enfrentando la enfermedad con sus fuerzas
propias, sus recursos personales. Un arte que busca el bienestar del
enfermo, y no sólo el estudio de la enfermedad92.

Demetrio, según algunos historiadores fue autor de un famoso tratado


de pediatría, pero solo sabemos a ciencia cierta sobre sus trabajos de
obstetricia. Sorano menciona un tratado de Demetrio, Semeiótico,
dedicado a aspectos obstétricos, pero al que se adosa un apéndice
pediátrico que expone enfermedades ya tratadas en anteriores
escritos, de este apéndice parece que se deriva su fama de
puericultor93. Demetrio empleaba un método del diagnóstico basado
sólo en los síntomas, no sobre elementos etiológicos, anatómicos y

92
Varela 1997, 33-36.
93
Eijk , 1999, 414.

105
Mario Ferrer Vázquez

funcionales; como los demás tratadistas de la antigüedad, desde la


época de Hipócrates94.
Cierto es que nos referimos al periodo Helenístico como un periodo
concreto dentro de la historia de la antigüedad, pero no es menos
verdad que este concepto abarca mucho más, en el mundo de la
cultura y el arte y, en lo que nos atañe, en la medicina. Venimos a
llamar medicina helenística a aquella medicina griega y todas aquellas
prácticas médicas que de ella derivan. Del mismo modo que
utilizamos el término medicina hipocrática para referirnos a los albores
de la medicina, la cuna de la práctica médica y lo que podemos
denominar medicina científica. Utilizamos el término de medicina
hipocrática para referirnos a toda aquella medicina nacida de la
evolución de la que fue aplicada en las escuelas médicas clásicas, de
la unificación de la misma en el Museion y lo que de él emana, cultura
y arte, conocimiento y práctica, en un momento de la historia sólo
comparable al Renacimiento o la revolución científica del siglo XX. El
helenismo y la medicina helenística se aplica, pues, a toda aquella
medicina practicada en esa época o posteriores que tiene su base en
los conocimientos derivados de la reflexión y el pensamiento griegos.
Como vamos a ver ahora, el vasto imperio Romano, adopta la cultura
griega y la hace propia, así pues la medicina helenística y la medicina
hipocrática tendrán su continuidad en el mundo romano de la mano de
médicos, en su mayoría de origen griego, nacidos en los territorios
que anteriormente formaban parte del imperio de Alejandro Magno, y
de formación e influencia netamente helenísticas.

94
Varela 1997, 33-36.

106
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

7.2. LA MEDICINA EN ROMA

Como hemos visto, Roma anexiona Egipto en el siglo I a.C.,


culminando así la conquista de los territorios helenísticos. A ciudades
de gran prestigio intelectual como Pérgamo y Antioquía se une
Alejandría, con su enorme reputación científica.
La medicina griega se impuso en Roma rápidamente, pues la romana
era mucho más primitiva, de fundamentos mágico-religiosos,
recordando a la medicina pre-hipocrática. Este hecho, sin embargo, no
era bien visto por muchos en Roma, ya que se atribuía a una pérdida
de identidad como pueblo, una especie de atentado a la tradición del
mos maiorum, algo que en la antigua Roma era fundamental.
Para los romanos la figura del médico no era necesaria, lo cual no era
sinónimo de vivir sin medicamentos. Esta afirmación venía dada por el
hecho de su procedencia griega, y esto ponía en peligro la hegemonía
romana y su superioridad, lo que en algunos ámbitos y círculos no
estaba bien visto. Por tanto, en ocasiones se recurría a la
automedicación y se volvía a las prácticas mágico-religiosas,
consideradas “más romanas”. Un ejemplo nos muestra hasta qué
punto se carecía de la más mínima reflexión racional. Nos cuenta el
naturalista Plinio el Viejo (siglo I d. C.) cuál era el remedio más
buscado por quienes sufrían la “enfermedad sagrada”:

Los epilépticos beben la sangre de los gladiadores como si


fuera el elixir de la vida (…) Creen que lo más eficaz es, de
largo, tragarse la sangre caliente del hombre mientras da el
último suspiro, poniendo sus labios directamente sobre la
herida, extrayendo la esencia misma de la vida”95

95
Historia Natural, 28, 4-5.

107
Mario Ferrer Vázquez

Una costumbre cuya práctica se sigue llevando a cabo, casi dos siglos
después, como confirma Tertuliano (ss. II-III d. C.), el célebre
apologista cristiano:

“Del mismo modo, aquellos que se lanzan a la arena con una


sed voraz, para recoger la sangre que brota a borbotones de la
garganta de los gladiadores degollados tras un combate, y se la
llevan para usarla como cura en las convulsiones de la
epilepsia”96.

Catón el Cénsor incluso consideraba que los médicos griegos


perjudicaban más que resolvían lo problemas de salud. Su defensa de
la oligarquía romana más conservadora y la advertencia del “peligro
griego” todavía fue recordada entre escritores más tardíos, como
Plinio, quien nos transcribe algunos fragmentos de los consejos que
Catón daba a su hijo mientras le reprendía con severidad: “te he
prohibido tratar con médicos”; una advertencia que llevaba implícito el
repudio hacia los griegos, pues la medicina en Roma era
mayoritariamente practicada por ellos. Le parecía a Catón que estos
individuos eran inútiles e intratables, capaces de corromper y arruinar
a Roma (Plinio, Historia natural, 29, 14; Plutarco, Catón el Viejo, 23).
Pero la realidad social fue bien distinta, los asuntos griegos fueron
bien aceptados por un sector de ciudadanos romanos deseosos de
adquirir una paideia de cultura helena. Cuenta Polibio que en su
tiempo había en Roma muchos griegos a los que se podía acudir para
aprender, especialmente el filósofo Panecio de Rodas, miembro del
círculo de amigos de Escipión Emiliano, al que acudían los personajes

96
Apologética, 9, 10.

108
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

más destacados del sector filoheleno. Naturalmente, esta educación


no formaba parte de la esencia más conservadora de la cultura
romana, y en tanto podía influir negativamente en ella, era detestable
para los amantes más radicales de la tradición97.
La mayoría de grandes médicos de la roma republicana e imperial
fueron de origen griego. Así lo eran Asclepíades, anatomista de origen
y formación griega, de gran influencia en la escuela metodista (López
Piñero 1998). Dioscórides de Anazarba (autor de Materia Médica,
tratado sobre plantas medicinales y venenosas, además de productos
animales y minerales, fundamental en la historia de la farmacoterapia,
traducido a varios idiomas y utilizado hasta el siglo XVIII), Areteo de
Capadocia o Galeno de Pérgamo son algunos ejemplos.
Aulo Cornelio Celso, sin embargo, fue un enciclopedista y,
probablemente, médico romano, que vivió entre finales del siglo I a.C.
y principios de nuestra era. Se le atribuye una extensísima obra
enciclopédica denominada De Artibus o Artes. Dentro de dicha obra
se encontraba Re Medica o De Medicina, uno de los pocos textos
médicos originalmente en latín, sin embargo éste era probablemente
una traducción o recopilación de textos clásicos griegos, pero éste es
un mérito que se le atribuye, un recopilatorio en latín de medicina
Alejandrina. La enciclopedia se perdió en su gran mayoría,
conservando tan solo fragmentos, pero el Papa Nicolás V, sobre el
año 1450, encontró la obra De Medicina, que fue además una de las
primeras obras llevada a la reciente imprenta, en 1478, lo que la hizo
muy popular entre los médicos de la época e inicio de la moderna.
Adquiriendo así más importancia tras el redescubrimiento de su obra.
Como vemos, hablar de medicina romana es hablar de medicina
griega o helenística, la cual continuaba siendo una disciplina sin

97
Ferrer Maestro, 2015.

109
Mario Ferrer Vázquez

aprendizaje ni titulación reglados. El griego seguía siendo el idioma


científico utilizado y los principales centros médicos seguían
ubicándose en Alejandría y las ciudades griegas del Mediterráneo
Oriental.
Con respecto a los años del Bajo Imperio romano y la aparición del
cristianismo, extraigo la siguiente conclusión en la obra de López
Piñero:

La asistencia médica se universalizó con la difusión del


cristianismo, apareciendo el concepto de caridad, asistencia a
enfermos incurables y la aparición de la medicina como
asistencia desinteresada, incluso con peligro de la propia vida,
un gran cambio con respecto a las anteriores condiciones en
las que se había desarrollado la actividad médica. Esta
universalización de la asistencia y este cambio de valores fue la
causa de la aparición de una asistencia organizada para toda la
población y la creación de instituciones específicas como el
hospital. Sin embargo, esta inicial universalización de la
asistencia e igualdad en el cristianismo primitivo, pronto fue
absorbida por la sociedad y el compromiso de esta religión con
las estructuras sociales, económicas y políticas durante el
periodo postconstantiniano, tras la conversión del cristianismo
en religión oficial del Imperio Romano (dada por decreto del
emperador Teodosio), no pudiendo superar la diversificación
socioeconómica de la sociedad esclavista, apareciendo de
nuevo la desigualdad98.

98
Extraído de su obra Antología de clásicos médicos, 1998, 73.

110
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

7.3. LA INFANCIA EN ROMA

En la antigüedad la infancia era un periodo de peligro, de inseguridad;


la muerte, como una amenaza omnipresente, se cernía sobre las
familias y sus hijos, sin distinción de clases sociales. Las clases
sociales bajas por razones obvias, y las altas por la tasa elevada de
endogamia que hacía de los abortos, nacimientos con malformaciones
y niños con enfermedades raras, una constante mucho mayor que en
las clases bajas.
Un ejemplo de vida de una mujer libre, perteneciente a una familia
romana de origen humilde, podría ser la que leemos en la lápida de su
sepultura, boda a los 16 años, muerta a los 27 con 6 partos y 5 de
ellos nacidos muertos o muertos a poca edad o bien abortos:

“Aquí reposo por fin, una mujer casada, Veturia por nombre y
descendencia, la esposa de Fortunatus, la hija de Veturius. Viví
tres veces nueve años, pobre de mí, y me casé [cuando tenía]
dos veces ocho. Dormí [solo] con un hombre (unicuba), me
casé [solo] con un hombre (uniiuga). Después de haber tenido
seis hijos, uno de los cuales me sobrevive, yo he muerto. Tito
Julio Fortunato, centurión de la Segunda Legión Adiutrix Pia
Fidelis, lo estableció para su esposa: ella fue incomparable y
notablemente respetuosa con él.” 99

Muchas muertes infantiles ocurrían durante el primer año, periodo de


enorme riesgo, y gran parte de ellas durante los primeros días, la
primera semana, antes de la caída del cordón umbilical, cuando el

99
CIL 3, 3572, procedente de la antigua ciudad de Aquincum, en la provincia
romana de Panonia inferior (sus ruinas pueden verse hoy en día en las afueras
de Budapest).

111
Mario Ferrer Vázquez

recién nacido pasaba a ser niño o niña. Es por esto que habitualmente
los padres dejaban pasar una semana para dar nombre a sus hijos:
“Siete días tras el nacimiento ocurre la caída del cordón umbilical,
hasta entonces el recién nacido es más una planta que un animal” 100
El octavo día se les ponía el nombre a las niñas y el noveno a los
niños. Este día los recién nacidos se presentaban en el hogar como
legítimos, se alzaba al niño con ambos brazos desde el suelo y se
ordenaba amamantarla si era niña. Era el dies lustricus, el día de la
purificación del recién nacido, en el que también recibían su
praenomen (equivalente a nuestro nombre de pila) que les distinguía
del resto de los miembros (los hombres usaban tres nombres:
praenomen, nomen y cognomen: ‘tria nomina’) y se les imponía la
bulla si era varón, el amuleto que les protegería de los malos espíritus
hasta los dieciséis años. Las niñas recibían su nomen, común a toda
su familia, que las identificaba como pertenecientes a la misma101. Se
trataba de una jornada de gozo y celebración repartiendo monedas y
dulces entre los familiares y allegados especialmente invitados al
hogar del paterfamilias.
La mayor parte de las muertes en las sociedades antiguas, y en Roma
en particular, eran de niños y lactantes o recién nacidos
(habitualmente la diferencia entre ambos era la caída del cordón
umbilical), a pesar de su relativamente poca presencia en lápidas
existentes. Cuanto más joven era el niño, más vulnerable resultaba,
particularmente en zonas urbanas, y ello afectaba a todas las clases
sociales. La medicina no estaba desarrollada para este tipo de
problemas y, como explicaré más adelante, no se llevaron a cabo

100
Plutarco, Cuestiones romanas, 102; Obras morales, 288c; Parkin, 2013, 45-46.
101
P.e. Publius Cornelius Scipio Africanus maior (donde Africanus maior es un
apodo que se añade en personajes notables tras el tria nomina), es padre de Publius
Cornelius Scipio (conserva el tria nomina sin apodo) y de Cornelia Scipionis (donde
el nomen de la familia se ha convertido en el identificativo de la hija).

112
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

esfuerzos especiales para encontrar algún tipo de cura específica,


pues no era el cometido principal de la medicina helenística.
Las razones para la elevada mortalidad infantil hoy en día nos parecen
obvias. Enfermedades infecciosas desconocidas en la época, la
vulnerabilidad propia de los niños, que no era tenida en cuenta de
ningún modo ni por los médicos ni por la sociedad en general. La falta
de higiene, el desconocimiento de las causas reales de enfermar, la
ausencia de concepto de contagio y cuarentena, y el azote de
epidemias en una población débil como lo es la infancia, aumentan
dramáticamente la mortalidad infantil sin remedio, no sólo en la
antigüedad, sino hasta bien entrado el siglo XIX y XX.
A la vista de los datos encontrados conviene preguntarnos si
existieron remedios para estas enfermedades, y aunque pronto lo
averiguaremos, ya podemos intuir que no los hubo. Las creencias de
cura en los remedios médicos se ven atajadas en seco por la alta
mortalidad de una población infantil afecta por esas patologías y que,
debido sus características, no responde inmunológicamente a las
mismas. Las curaciones, pues, eran cosa del sistema inmune y no de
los médicos, y mucho menos de los seres inmateriales. Aunque, por
supuesto, esta certeza tan evidente hoy en día no lo fue en el pasado:
“En la enfermedad de la infancia hasta la adolescencia, la medicina en
la edad antigua era un mero espectador.”102
La antigua conciencia de una permanente alta mortalidad en la
primera infancia puede que en ninguna parte sea más claramente
aludida que en las costumbres romanas, instituidas por el legendario
rey Numa Pompilio, en relación con el luto a guardar por los niños
fallecidos:

102
Étienne ,1976.

113
Mario Ferrer Vázquez

“[Numa] reguló el luto por edades y tiempos; para un niño menor


de tres años, no debe guardarse luto; por un niño mayor de esa
edad el duelo no ha de ser de más largo en meses que los años
que vivió, pero diez meses será el periodo de luto más largo, el
mismo por que las mujeres debían permanecer viudas [antes de
volver a casarse].”103

103
Plutarco, Vida de Numa, 12, 2; véase Parkin, 2013, 48.

114
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

7.4. LA CUESTIÓN DE LOS “EXPÓSITOS”

Como ya he comentado, según la tradición romana, el paterfamilias


tenía la potestad de decidir aceptar o no a su hijo. Una vez nacido se
coloca en el suelo frente al padre, y este decide si lo reconoce, en
cuyo caso al varón levanta en brazos en alto y a la mujer la manda
amamantar, después el varón también amamanta. Si no lo reconoce,
se abandonaba al aire libre, destino éste en Roma de muchos niños
ilegítimos y probablemente también de los malformados, enfermos o
discapacitados. A menudo eran recogidos por traficantes de esclavos
(aunque las familias podían reclamarlo posteriormente si así lo
deseaban), o bien por algún transeúnte. En caso contrario morían de
hambre, frio o comidos por perros callejeros104.
A este respecto, en Roma se tomaron algunas medidas por parte de
ciertos emperadores, con el fin de minimizar la crudeza del abandono
infantil. Para evitar la muerte de los hijos no deseados, arrojados al río
por ejemplo, o a las frías calles sin más, los emperadores Nerva,
Trajano y Adriano dictaron leyes para que las criaturas fueran
depositadas (“expuestas”) en el exterior de algunos templos; también
a los pies de las “columnas lactarias”, situadas en los foros y los
mercados, para que los recogiera quien quisiera. Sin embargo, es
posible que la columna lactaria romana no fuera un lugar donde
exponer a recién nacidos en busca de sustento, sino un lugar donde
poder contratar nodrizas, incluidas aquellas encargadas de
amamantar a un expositus. La exposición era el rechazo de un
neonato en la primera semana de su nacimiento, lo que lo diferencia
de un abandono, ya que la exposición se producía antes de su

104
Evans-Grubbs, 2013; Montanini, 1991.

115
Mario Ferrer Vázquez

aceptación en la familia y de someterse a los ritos de purificación e


imposición de nombre105.
Existe un amplio debate sobre el hecho de si la exposición es o no
infanticidio, la intención desde luego no era esa pues había formas de
infanticidio más rápidas que esta, incluso la negligencia podría ser
infanticidio o el abandono en un lugar no frecuentado, pero la
exposición tenía la esperanza de que alguien se hiciera cargo de ellos,
o bien simplemente de aliviar sus conciencias. Los padres, pues,
tenían el derecho de decidir sobre el destino de sus hijos, si no eran
aceptados eran expuestos, abandonados o asesinados. Bajo la ley
romana clásica un paterfamilias retiene la potestad o poder (potestas)
legal sobre cualquier niño nacido de él y sobre sus esclavos e hijos
nacidos de sus esclavas; incluso si él (o cualquier otro como su mujer
o sus esclavas) lo habían expuesto o vendido. Pero quienes habían
recogido al expositus podían pedir una compensación por los costes
de la crianza durante el tiempo que le hubieran dedicado, bajo el
argumento irrefutable de que el niño habría muerto de no ser por ellos.
Un asunto frecuentemente debatido en las escuelas de retórica106.
La exposición estaba ampliamente extendida en el mundo antiguo,
donde los métodos anticonceptivos no eran fiables ni conocidos y el
aborto era muy peligroso para la madre. Eran más frecuentes los
bebés “sin padre” expuestos, no sólo hijos ilegítimos (aunque
probablemente eran los más), sino también aquellos concebidos en el
matrimonio pero nacidos tras el divorcio o la muerte del padre.
Legalmente estos últimos no eran “sin padre” ya que habían sido
concebidos en el matrimonio, pero eran vulnerables a la exposición
debido a la ausencia de un paterfamilias en su nacimiento y en la
toma de decisión formal de aceptar o no al recién nacido. Aunque en

105
Evans-Grubbs, 2013, 83.
106
Evans-Grubbs, 2013, 122.

116
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

realidad la decisión práctica la tomaba muchas veces la madre,


incluso sin consultar al padre o en la ignorancia de este.
Un embarazo premarital probablemente era tapado por un rápido
matrimonio y un nacimiento “prematuro”. Si el padre no puede casarse
(porque ya está casado, o porque son de clases sociales distintas) y
no se encuentra otro marido en un periodo de tiempo razonable, la
situación más frecuente era un periodo de recogimiento de la madre y
una posterior exposición del recién nacido. El aborto era otra opción
pero con mucho más riesgo para la madre107, por lo que generalmente
se prefería la exposición. Un bebé nacido en una relación adúltera
debía ser también expuesto, aunque generalmente era asumido por el
marido de la mujer como hijo propio, salvo que este lo repudiara
expresamente. Otras causas de exposición eran la pobreza, mujeres
esclavas, que podían ser obligadas a ello y en algunas ocasiones
obedecía a las preferencias de sexo en el recién nacido, o en las
circunstancias familiares o el orden de nacimiento.
Algo o alguien debió influir en la conciencia de los gobernantes
romanos para que, durante el reinado de Trajano, se autorizara la
existencia de instituciones que trataban de dar cobijo –tutorizar como
hacían los griegos–, a los niños huérfanos y expuestos, costeadas con
fondos públicos108. No se trató de una política de acción social, tal
como hoy la entendemos, pero sí el germen de una actitud que irá
acompañando otros periodos históricos. Con la llegada del
cristianismo, prolifera la protección a la infancia, sobre todo con fines
caritativos. En el año 318 se prohibió el asesinato infantil bajo pena de
muerte. En el s. V la iglesia organizó la protección a los niños
expósitos que eran abandonados en las conchae marmoreae (pilas de

107
Sobre el tema del aborto en Roma es muy recomendable la obra de Patricia
González Gutiérrez, 2016.
108
De Arana, 2011.

117
Mario Ferrer Vázquez

mármol) a las puertas de las iglesias, sobretodo en la Galia y en


Renania. Estos niños después eran recogidos por los sacristanes que
les buscaban padres adoptivos109. Asimismo se crean los primeros
hospicios por parte de la iglesia católica, para cuidar a niños pobres,
indigentes y expósitos o abandonados, aunque estas instituciones no
tendrán repercusión y tradición hasta su completo desarrollo en el
Renacimiento.

109
García Caballero, 2000.

118
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

7.5. LA EDUCACIÓN DE LA INFANCIA EN ROMA

Los romanos de clase alta se tomaban muy en serio la educación de


sus hijos, sobre todo la de sus hijos varones. Hasta los siete años
estaba al cuidado de una mujer de la casa –generalmente una nodriza
esclava–, pero a partir de esa edad era responsabilidad del padre.
Inculcando las cualidades de un vir bonus (hombre bueno), que eran:
pietas (lealtad y respeto a la autoridad y tradiciones), gravitas (actitud
de seriedad frente a los desafíos de la vida) y fortitudo (virilidad y
coraje)110, comenzaba la etapa formativa. El día escolar de los niños
empezaba al amanecer y terminaba al atardecer, sin ni siquiera
desayunar. Los niños de familias aristocráticas acudían a escuelas
privadas o bien eran educados en casa. Con un sistema rudimentario
de educación muy poco estimulante, basado en las repeticiones y en
el aprendizaje memorístico y casi por hastío. La educación era muy
importante entre las clases altas, y por ello se empeñaban en que ésta
fuera lo más correcta y disciplinada posible, en una sociedad patriótica
y militarizada.
Por lo común, el niño o la niña asistían diariamente a un centro
formativo (scholae) acompañados del paedagogus, un esclavo con
nivel intelectual, encargado del seguimiento de su educación. En la
escuela el ludi magister les iniciaba en los conocimientos
imprescindibles de su formación y, al acabar las clases, el
paedagogus les acompañaba de nuevo hasta la domus y les ayudaba
con tareas complementarias y de refuerzo de lo aprendido. En las
familias más elitistas de la sociedad romana, esta etapa formativa se
realizaba íntegramente en sus casas, y se encargaba a esclavos

110
Everitt, 2008, 18.

119
Mario Ferrer Vázquez

pedagogos especialmente seleccionados por su alta educación y


capacidad intelectual.
La educación secundaria estaba reservada a los varones. Como es
bien sabido, Cicerón reconocía la virtud como esencia propia de
Roma, pero otorgando a los griegos la base de la enseñanza cultural.
El siguiente texto de Aulo Gelio, el abogado y escritor romano del siglo
II, ilustra y refuerza esa idea:

“Quienes acuñaron términos latinos y los utilizaron


correctamente no pretendieron que humanitas, como el vulgo
piensa, fuese sinónimo de lo que los griegos llaman filantropía –
y significase cordialidad, complacencia y benevolencia, hacia
todos los hombres sin distinción–, sino que llamaron humanitas
mas o menos a lo que los griegos denominan paideia y
nosotros educación e instrucción en las bellas artes111.”

Posteriormente, y tan sólo para adolescentes capaces y de clases


altas, aquellos a los que estaba reservado un futuro en el mundo
político o militar romano, existía una educación posterior que
aprendían de los políticos y los intelectuales que éstos alojaban en
sus mansiones; asimismo realizaban una especie de servicio militar,
en un contingente de tropas de algún general importante112.
Como consideración final a esta introducción a la medicina helenística,
conviene tener en cuenta que hasta llegar a la época republicana
romana el médico era una persona que gozaba de un gran estatus y
posición social, como ya he comentado durante toda esta primera
parte, y recogido en numerosos tratados de todas las épocas. Los
médicos hipocráticos tenían un gran concepto de su profesión y

111
Aulo Gelio, Noches Áticas, 13, 17, 1.
112
Everitt, 2008, 21.

120
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

criticaban abiertamente las prácticas supersticiosas y pseudomédicas


de muchos de sus contemporáneos. Esto en Roma ya no era tan
evidente, la imagen del médico no era tan popular como en la época
hipocrática y helenística. La cultura y la ciencia provenían de Grecia, y
este punto no era del todo bien aceptado por muchos de los políticos y
sectores conservadores romanos, lo que se transmitía al pueblo, y
este, a su vez, influenciado por ese carácter conservador y patriótico,
consideraba la práctica médica rigurosa como una intromisión en la
cultura propia romana. Cierto es que muchos médicos griegos
consiguieron la ciudadanía romana, estableciéndose previamente
como extranjeros libres o esclavos liberados (libertos), ejerciendo la
medicina en Roma. También, algunos emperadores, conscientes de la
excelencia de la cultura griega y sus prácticas curativas, se hicieron
acompañar por consejeros o médicos personales de formación y
origen helenísticos. Pero, en general, su procedencia griega
generaba cierto escepticismo entre los romanos y ello provocaba que
muchos de ellos confiaran más en la medicina tradicional romana; una
práctica esta, básicamente empírica y mágica. Este punto debe
considerarse como un retroceso, un freno en los avances de la ciencia
helenística y, por tanto, de la ciencia médica en el mundo clásico y en
la historia en general, habida cuenta de la herencia cultural romana y
su importancia en la cultura occidental posterior.
Precisamente será a comienzos del siglo XV en Italia, en los albores
del Renacimiento, cuando se redescubra la obra De medicina del
enciclopedista Aulo Cornelio Celso –la gran compilación de saberes
médicos alejandrinos– que iniciará la nueva época de conocimientos y
búsquedas en el arte de la medicina. De medicina se convertirá, en
1478, en la primera obra de tema médico antiguo salida de la
imprenta.

121
Mario Ferrer Vázquez

Según Celso, tras Hipócrates la medicina se dividió en tres ramas


diferenciadas: la dietética, la farmacéutica y la quirúrgica. Todo
aquello que no fuera grave era tributario de ser tratado con la
dietética, puesto que ya se conocían los efectos de los fármacos, y se
sabía que éstos, en ocasiones, podían incluso causar más daño que
beneficio; obviamente esto ocurre más cuanto menos conocimiento se
tiene sobre ellos y debido a la utilización de los mismos de forma
básicamente empírica. De ahí la importancia de los tratados
farmacológicos.
En Roma la alimentación era importante, y los romanos preconizaban
los alimentos clásicos y no elaborados, huyendo de la utilización de
especias y en general de todo aquello que no era romano113. Aunque
esto no era nuevo y Séneca ya alertaba de los riesgos de las
“novedades” en alimentación que provenían de otros pueblos, así
como el uso de especias, y se hacía eco de una práctica que fue más
o menos habitual, el vómito voluntario en respecto a estas
transgresiones dietéticas:

“Cada cual conoce los defectos de su cuerpo: por esta razón


unos alivian el estómago por medio del vómito; otros le
entretienen comiendo poco y con frecuencia; aquél se purga y
alivia con el ayuno. Los que padecen gota se abstienen del vino
y del baño, y descuidando todo lo demás, atienden
principalmente al mal que les molesta.” 114

Los fármacos en la Antigüedad se designaban con el vocablo


pharmakon que no diferenciaba los venenos de los medicamentos,

113
King & Dasen, 2008
114
Epístolas morales a Lucilius, 68.

122
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

recordando que la naturaleza también nos provee de los mayores


productos para procesar drogas y venenos, o los falsarios filtros
“curalotodo” y hechizos mágicos. Sobre la importancia de la
farmacopea en relación a la salud, ya dejó escrito Plinio el Viejo esta
reflexión, tan propia del naturalista que fue este escritor romano del
siglo I d. C.:

“Reflexionamos sobre la frágil condición del hombre y


tendremos piedad sobre su suerte, pues está sujeto al azar, a
los accidentes y a miles de enfermedades que amenazan su
naturaleza mortal. Por ello se estima tan importante descubrir
las hierbas y los remedios que pudieran ayudar al género
humano”.115

El médico y farmacólogo Dioscórides (ca. 40-90 d.C.), en su Materia


Medica, recoge más de mil sustancias, así como sus usos y modos de
preparación y sus efectos secundarios. Galeno utiliza la obra de
Dioscórides, y la clasifica en grados. La obra de Dioscórides fue
utilizada por Galeno, clasificándola en grados, y de su importancia y
aceptación habla el hecho de que fuera traducido a varias lenguas y
se constituyera en el referente de la farmacoterapéutica desde la
Antigüedad hasta el Renacimiento.
Con respecto a la dieta, unas últimas consideraciones, por las
alusiones en los capítulos previos, y a fin de situar de forma correcta a
los no versados dada la amplia utilización de esta terapia y esta rama
de la medicina clásica. La dieta no se refiere solamente a la nutrición;
como ya dije existen referencias claras a su uso y lo que ella engloba
en tratados hipocráticos como: Sobre la medicina antigua; Aires,

115
Plinio, Historia Natural, 25, 7, 22.

123
Mario Ferrer Vázquez

aguas y lugares; Sobre la naturaleza del hombre; Epidemias VI; y


Sobre la dieta. En ellos el enfoque dietético del médico comprende un
conjunto de medidas cuyo propósito es el cuidado del cuerpo, y éste
redunda en el cuidado del alma. Según prescripciones sobre los
alimentos y bebidas adecuados a la constitución humoral (según el
conocimiento y teórica de la época) y una regulación del tiempo del
sueño y de la ejercitación corporal, por lo tanto la prescripción de una
forma de vida en que se ponen límites a los excesos.
Ya en la época romana, Galeno se consideraba a sí mismo como un
filósofo y para él, el buen médico debía ser también un filósofo, es
decir, tener conocimientos de lógica, física y ética. Para Galeno el
médico debe, además de conocer la naturaleza del cuerpo humano,
tener formación en filosofía, debe tener principios éticos, ser amigo de
la moderación y compañero de la verdad, y tener entrenamiento en el
método lógico, ya que esta es la herramienta que limita y media en la
especulación física del médico. Este método le permite saber cuántas
enfermedades hay, por especies y por géneros, encontrar la clase de
tratamiento adecuado a cada caso particular, y conocer la naturaleza
propia del cuerpo que depende de tres clases de partes: las
cualidades primarias, las partes homogéneas y las no homogéneas.

“Galeno hizo investigaciones sobre este tipo de teorías de la


dietética y su influencia en el cuidado del cuerpo y del alma, por
parte de Hipócrates y Platón. Según los hallazgos de su
investigación sobre la naturaleza del alma, aun cuando ésta
tuviera una sustancia propia, ajena a las mezclas humorales del
cuerpo, es preciso admitir que sus facultades, incluida la
racional, pueden ser ayudadas o impedidas por el equilibrio o
por el desequilibrio de los humores del cuerpo. Para Galeno,
como antes para Platón y Aristóteles, la forma de vida, que

124
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

incluye la nutrición, incide en la salud y en la enfermedad del


alma. En la tradición que le antecede ya se aceptaba la
dimensión moral de la dietética, pero nuestra tesis es que en
las investigaciones de Galeno sobre la fisiología de las
facultades del cuerpo, encontramos el fundamento empírico
para la afirmación según la cual el cuidado del cuerpo influye en
la salud del alma.”116

116
Con variaciones, extraído de Molina González, 2010.

125
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

SEGUNDA PARTE

LA PEDIATRÍA EN LOS TEXTOS MÉDICOS DE LA ANTIGÜEDAD

ESTUDIO, ANÁLISIS Y COMENTARIOS

Placa de terracota encontrada en la tumba de una comadrona romana, donde se


muestra ejerciendo su trabajo en el parto, auxiliando a la parturienta que está
sentada en una silla. Museo Ostiense, Roma.
(Extraído de M. Beard, SPQR: A History of Ancient Rome, N. York, 2015).

127
Mario Ferrer Vázquez

«In the company of Hippocrates we are far from the dark and numinous world of
traditional Greek religion»

“Magic, Religion and Science: Divine and


Human in the Hippocratic Corpus”, R.J.
Hankinson

8. LA “PEDIATRÍA” EN LA MEDICINA DE LAS CULTURAS


ANTIGUAS. ANÁLISIS DE TEXTOS CLÁSICOS

8.1 INTRODUCCIÓN

En esta segunda parte, me dispongo a recopilar la información que ha


llegado hasta nuestros días, acerca de la medicina ejercida
específicamente en la edad infantil. Comparando esto con nuestra
actual especialidad, la pediatría, sin existir por supuesto dicha
especialización en la Antigüedad, que sepamos al menos. Aunque sí
es cierto que podrían haber existido ciertos asclepíades dedicados en
su mayor parte a la infancia, o bien aquellos dedicados a los
problemas de las mujeres, lo que hoy denominamos ginecología y
obstetricia, podrían haber desempeñado un papel importante en la
medicina de la infancia, o al menos de la primera infancia y recién
nacido. Sin olvidar el papel que las matronas han ejercido en esta
medicina a lo largo de los siglos y de cuya profesión, se tienen
vestigios ya desde épocas remotas, como he contado en capítulos
previos.

El estudio de textos clásicos tropieza con el inconveniente de la


escasez y calidad de ellos que han llegado hasta nuestros días.

128
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Como no podía ser de otro modo, el grueso de las investigaciones lo


he centrado en el Corpus Hippocraticum, por tratarse de una extensa
obra bien conservada y correctamente traducida, donde existen
numerosas referencias a la edad infantil y que ha sido la base del
conocimiento médico a lo largo de los siglos, gracias a la
universalización de la misma realizada por Galeno de Pérgamo. Por lo
tanto el trabajo se centrará en aquellos textos de mayor importancia
para la medicina en la Antigüedad, desde las primeras aportaciones
de Alcmeón de Crotona hasta la culminación del arte médico llevada a
cabo por Galeno, utilizando la base hipocrática. Sin olvidar autores tan
importantes para mi cometido como Areteo de Capadocia o Sorano de
Éfeso, quien escribió el más importante tratado ginecológico de la
Antigüedad, donde se incluyen capítulos acerca del cuidado del recién
nacido.

129
Mario Ferrer Vázquez

8.2. REFERENCIAS A LA MEDICINA INFANTIL EN LA ERA


PREHIPOCRÁTICA

Como ya he comentado, la medicina como tal nace con las


aportaciones de la filosofía presocrática junto a la existente práctica
sanatoria ancestral mágico-religiosa, y la unión de rituales y
pseudomedicinas arcaicas. Una conjunción de estos conocimientos,
en una época propicia para ello, hace germinar la semilla del noble
arte médico en el seno de la filosofía, para independizarse de ella con
posterioridad.

Así, el primer escrito médico del que tenemos noticia, es el atribuido a


Alcmeón de Crotona117, donde existe una definición de los estados de
salud y enfermedad y donde no encontramos referencias directas ni
indirectas explícitas a la infancia, en aquellas fuentes consultadas. No
obstante algunas de sus teorías médicas fueron después asumidas
por la escuela hipocrática y, como tal, forman parte de la historia
médica y el desarrollo de este noble arte.

Otra de las disciplinas que nos pueden ayudar a conocer mejor el


difícil campo de la historia de la infancia es la arqueología, como ya
comenté. El principal obstáculo que plantea la arqueología infantil es
que es muy dada a la interpretación. Así pues el hallazgo de cráneos
trepanados, de restos en huesos que pueden orientarnos a patologías
concretas, tan sólo nos dan la idea de la existencia de las mismas y
de ciertas prácticas sanatorias, pero en ningún caso la de la existencia
de una disciplina clara, y mucho menos infantil.

117
A este respecto remito al capítulo de “La medicina en la antigüedad” de este
mismo trabajo.

130
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Referencias explícitas a la infancia y sus tratamientos médicos se


hacen en textos de la medicina arcaica egipcia, como la utilización de
calmantes opioides para apaciguar los llantos de los niños
relacionados con la dentición118, lo que nos da una idea de los
problemas principales de la sociedad egipcia, y de las clases sociales
a quien asistían estos médicos-sacerdotes. Existen otro tipo de
referencias, sobre todo en la cultura egipcia, que relacionan las
prácticas sanatorias de la época con la infancia y otros rituales. Sin
embargo se encuentra enmarcado dentro de las prácticas mágico-
religiosas premédicas, por lo que no entraré a analizar en profundidad
esta época.

118
Arribas, 1997, 14-14.

131
Mario Ferrer Vázquez

8.3 LA “PEDIATRÍA” EN EL CORPUS HIPPOCRATICUM

El conjunto de obras que hasta nuestros días han llegado,


provenientes del legado de la Escuela de Cos –fuente fundamental del
saber médico durante la Antigüedad y la Edad Media–, gracias a
Galeno de Pérgamo, reciben el nombre convencional de Corpus
Hippocraticum.

Estas obras se cree que estaban almacenadas en la biblioteca de la


afamada Escuela de Cos, probablemente fundada por el propio
Hipócrates, y escritas en su mayor parte entre los años 420 y 350 a.C.
Esta datación nos permite asegurar que las obras fueron escritas o
bien por el propio coico y sus discípulos, o bien por la generación
inmediatamente posterior.

La autoría de dichos tratados ha sido y es objeto de numerosas


investigaciones, excede al propósito de este trabajo y, por tanto, no
entraré en este tipo de disquisiciones. Lo que nos interesa realmente
es que, sean o no directamente escritos por el médico de Cos, todos
ellos tienen su base en lo que hemos denominado “medicina
hipocrática”, es decir, la naciente cultura médica, arte, ciencia aplicada
y oficio técnico, es decir, téchnè. La finalidad de este tipo de escritos
era mantener y transmitir el conocimiento del maestro y la escuela, y
perpetuarlo a través de los siglos. En esa época, el medio escrito
superaba ya a la transmisión oral de conocimiento, y se implantó
como la metodología perfecta para dejar constancia y transmitir las
doctrinas de los maestros, por encima de una arcaica tradición oral.

Así pues la aparición de esta floreciente literatura médica, se produce


en un contexto de extraordinaria ebullición cultural en el Mundo
Clásico, y una téchnè, un arte basado en la observación minuciosa, el

132
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

razonamiento y la especulación razonada sobre el hombre y la


naturaleza, el comentado concepto de physis aplicado al arte médico.

Platón ya citaba frecuentemente a los médicos como ejemplo de


profesionales doctos, y la medicina como la mejor téchnè (García
Gual. 1983).

Sobre el siglo III a.C., se unificó en la Biblioteca de Alejandría, la


inmensa mayoría de tratados médicos de la época. Puesto que es
conocida la existencia de otro tipo de “literatura médica” más allá de la
dirigida al profesional, es decir, libros dirigidos al público culto que sólo
deseaba conocer acerca de las distintas disciplinas sin el menor
interés en convertirse en médico; así como, probablemente, existieran
libros dirigidos a la más pura divulgación.

Podemos especular sobre el origen exacto de los libros médicos en la


Biblioteca de Alejandría, de aquellos que constituyeron finalmente el
Corpus Hippocraticum, si todos provenían de la Escuela de Cos, o
fueron allí acumulados y clasificados junto a textos anónimos o de
autores menos conocidos, y finalmente atribuidos para engrandecer
aun más la figura de Hipócrates, a su propia autoría. Sea como fuere,
lo que es seguro es que la base fundamental de lo que actualmente
conocemos como Corpus Hippocraticum tiene su origen en la isla de
Cos, y que el Museion y la Biblioteca de Alejandría, contribuyeron de
una manera definitiva, a establecer estos escritos como un conjunto
de tratados médicos, científicos, que pronto se considerarían la fuente
principal del conocimiento médico durante siglos, fundamentalmente
por la contribución de Galeno a engrandecer la figura del médico de
Cos.

133
Mario Ferrer Vázquez

A Hipócrates, de cuya vida a ciencia cierta se conocen pocas cosas,


como ya he comentado119, se le atribuyen la “doctrina humoral”, de la
que ya he hablado, y que sería definitivamente la base de toda
actividad y especulación médica, durante siglos, desde la Antigüedad
a la Edad Media, a través de la asimilación de la misma por Galeno.
Digamos que fue la base para razonar el origen de las enfermedades,
el funcionamiento de muchas de ellas (la “fisiopatología”), así como el
fundamento en el que apoyar las distintas terapias. Sus contribuciones
a la estricta observación clínica, el razonamiento y la terapéutica
basada en los principios de no maleficencia y no estorbar los procesos
naturales del cuerpo (conocedor sin dudad de las limitaciones
terapéuticas de la época), son y han sido fundamentales en el devenir
histórico de la medicina.

En el tema que nos atañe, la referencia la infancia en los textos del


Corpus Hippocraticum, es importante destacar que no existe una
medicina infantil como tal, ni siquiera un tratado donde se reúna una
parte específica de esta edad, a pesar de que sí existe conciencia de
la misma como edad diferenciada. En el tratado “Sobre la naturaleza
del niño”120, no se alude a las patologías infantiles, sino a la formación
del feto, tal y como se desprende de su título.

119
Se dice de él en algunos escritos antiguos (Dezeimeris JE, Resumen de la
Medicina Hipocrática, 1844) que nació el primer año de la 80ª olimpiada, lo que
correspondería, según ese texto, al año 458 a.C., en la isla de Cos.
120
Sobre el concepto de “naturaleza” o physis, se habló en la primera parte de este
trabajo. Autores como Laín Entralgo, en “La medicina hipocrática” (1970) hablan
ampliamente sobre este tema. En multitud de los tratados médicos del corpus,
aparece la palabra “naturaleza”, haciendo así referencia al concepto más filosófico
de la naturaleza del todo, para conocer la naturaleza de las partes. Conceptos que,
en la parte que nos interesa, serían la base del “método hipocrático”, sobre la
naturaleza de las cosas y el verdadero razonamiento. Como se puede leer en un
fragmento de la conversación de Fredo y Sócrates en la Obra de Platón: Fredo
270b-d: extraída de la Introducción general de las obras de Hipócrates (García Gual.
1983).

134
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Así pues la labor de recopilar la información referida a la infancia, es la


labor de lectura de los textos que conforman el Corpus Hippocraticum
y su recopilación posterior. Es fundamental, ya que lo encontrado en
estos tratados, es base de la medicina en los siglos venideros, gracias
a la asimilación y reorganización de las tesis hipocráticas por parte de
Galeno, y la extraordinaria importancia de éste último en la medicina
de toda la era posterior a la caída del Imperio Romano en Europa,
hasta bien entrado el siglo XIX.

Portada de la edición francesa de E. de Littré del «Corpus Hippocraticum», la más


completa de las realizadas hasta hoy, referencia clave de la historiografía
hipocrática. Biblioteca Central, Barcelona.

(Extraído de: www.cervantesvirtual.com)

135
Mario Ferrer Vázquez

8.4. LA CUESTIÓN DE LA TERAPIA Y LA MEDICINA INFANTIL


EN LA ÉPOCA HIPOCRÁTICA

En el Corpus Hippocraticum existe, como norma general, una


ausencia de terapias específicas para niños (salvo excepciones bien
documentadas). No obstante sí encontramos referencias a la
importancia de la edad en la salud y la enfermedad en varios de sus
tratados, así como problemas específicos y, sobretodo, problemas
relacionados con la formación del feto y el parto.

En los tratados hipocráticos generalmente se clasifican a los


individuos en cuatro grupos: hombre, mujer, ancianos y niños; estos
últimos de ambos sexos.

Existen, eso sí, numerosos tratados dedicados parcial o totalmente a


problemas tocoginecológicos. No existe, por lo tanto, una necesidad
de desarrollar una medicina pediátrica, como sí una ginecológica, por
la propia situación del hombre con respecto a la mujer, para afianzar
su situación de “dominio”, cosa que no necesitan con respecto a la
infancia. Además de las consideraciones que de la infancia se tiene en
el mundo clásico, y que he comentado en la primera parte de este
trabajo (los padres y madres ya cuidan de sus hijos, no precisan de
cuidados médicos), la elevada mortalidad de la misma y las patologías
que en ella acontecen, hacen necesaria una concienciación de la
medicina con respecto a la infancia. Pero esto, que en teoría sí parece
suceder, no sucede de forma fehaciente hasta los últimos periodos de
la Antigüedad, en los tratados de Sorano de Éfeso por ejemplo, y
siempre de una forma claramente tímida e insuficiente.

Otra lectura de la cuestión sería el reto que supone para un médico


hipocrático el cuerpo de un niño, claramente diferenciado en cuanto a

136
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

la teoría de los humores, carece de los “canales” necesarios que en


los adultos están “abiertos”121, esta situación hace que,
probablemente, los médicos hipocráticos intervengan menos en las
patologías de la infancia. Algo que debiera servir de estímulo era más
bien un freno, abrumados por el constante estímulo que suponía dar
explicación a las enfermedades de los adultos que, recordemos, eran
sus principales pacientes.

Los padres seguían recurriendo, especialmente entre las clases bajas,


a curanderos y medicina tradicional para las patologías de la infancia,
creando un importante vacío entre la medicina “científica” y la infantil.

Esta cuestión hace que autores como Evans, Parking y Bell, en su


trabajo sobre la infancia en el mundo clásico (2013), lancen una
pregunta:

“¿Por qué cuando los cuidados tradicionales, la magia y la


folkmedicina son inefectivas para tratar a sus hijos no recurren a
otras posibles terapias?, ¿y por qué los médicos hipocráticos no
desarrollan una cuando pueden ver la necesidad y el mercado
para ella? (Evans, et al., 2013, 134)

Las enfermedades, el desarrollo y la mayoría de los cambios en la


infancia del mundo “hipocrático” y, en general, de la Antigüedad,
venían definidas por las diferentes etapas de la infancia. Éstas están
separadas por acontecimientos tangibles y comunes a todos los niños,
no como actualmente en la escolarización, sino en la dentición.

Marcaría pues unas etapas diferenciadas:

121
Enmarcada en la teoría humoral, estos canales imaginarios permitían la
circulación del pneuma (aliento vital, aire interior), por todo el cuerpo.

137
Mario Ferrer Vázquez

- Recién nacido: desde el nacimiento hasta la caída del cordón


umbilical, considerado clásicamente como un “apéndice” de la
madre, sería tratado por la matrona.
- Etapa de lactancia: desde la caída del cordón hasta el inicio de
la dentición o destete, desde los 6 meses a los 24.
- Primera infancia: hasta el inicio de la segunda dentición o
definitiva, sobre los 6-7 años.
- Segunda infancia: etapa del desarrollo de la segunda dentición.
Para muchos autores este es el inicio de la edad madura, que
abarcará desde los 6-7 años a los 14-15, culminando con la
salida de todos los dientes, excepto las muelas del juicio que no
son consideradas “necesarias”.122
- Adolescencia o pubertad: a partir de la última muela hasta la
madurez o “adultos jóvenes”.

La dentición, pues, marca el inicio de la edad madura y la culmina


cuando tiene todos los dientes, esto es, tiene todas las partes de un
adulto aun cuando no se comporte como tal o no tenga todas sus
funciones. Estas edades las nombran así:

- Paidia o Paides (infancia)


- Epidelos (pubertad)
- Neaniskos o Meirakion (adulto joven, 14-25 años)
- Anthropos (adulto)

Curiosamente existen muy pocas evidencias de patologías infantiles


que en su curso aparezcan con un exantema, al contrario de lo que
conocemos hoy. Esto puede ser debido a la falta de conocimientos

122
Este mismo criterio se ha seguido utilizando en la actualidad, nótese la
coincidencia con las etapas de escolarización, así como la edad considerada hasta
hace escasos 30 años como edad pediátrica, los 7 años.

138
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

sobre el mismo, a la escasa información sobre la infancia registrada, o


bien a que era generalmente considerado una apóstasis123. Una
apóstasis era un depósito de un humor morboso, parte de la doctrina
hipocrática y que desarrollo más adelante, consecuencia de alguna
patología y que se acumulaba en forma de inflamación tumoración o
absceso, para su eliminación y, por lo tanto, se consideraba parte del
proceso morboso y de su resolución. El exantema era considerado así
por los médicos hipocráticos y, como tal, es posible que no aparezca
como tal nombrado, sino como “depósito” de algún tipo de humor.

Lo cierto es que las referencias a este tipo de patología son confusas


en la era hipocrática. Como la apóstasis depende del “fluir” de los
humores por los “canales”, generalmente considerada como algo
beneficioso, en la infancia no se creía posible y se producía menos,
según su criterio, por el carácter compacto del cuerpo de los niños.

Teorías que no hacen sino tratar de explicar los hechos observados


en la práctica diaria, aunque hoy nos parezcan incluso “absurdas”,
debemos mirarlo con la perspectiva de un médico de hace dos mil
quinientos años, cuyos conocimientos eran limitados y basados en la
especulación y la observación minuciosa. No olvidemos, los
hipocráticos, de ascendencia filosófica, eran muy dados a conjeturas
empíricas.

El hecho es que desconocían muchos de los procesos que suceden


en la infancia y que son la diferencia entre la patología de los adultos y
la infantil, -un niño no es un adulto pequeño, recuerdo-, tratando de
explicar lo que para ellos era inexplicable, en ocasiones se
encontraban con el muro de la razón y el desconocimiento. Uno de
esos ejemplos es el escaso conocimiento que tenían sobre la

123
Ver nota 18 y referencias a la doctrina hipocrática en este mismo trabajo.

139
Mario Ferrer Vázquez

naturaleza y significado de los exantemas y de los procesos morbosos


en la infancia.

Otro de los ejemplos, citado en el excelente trabajo de Evans et al.


(2013), es el tratamiento de la hidropesía, uno del los pocos ejemplos
de tratamiento. Cuya base podría encontrarse en las diferentes teorías
sobre la acumulación de depósitos o apóstasis en la infancia. La
hidropesía, definida como acúmulo de líquido en cualquier parte del
cuerpo, muy habitualmente en niños se encontraba en el abdomen. Lo
que, apoyado por las fuentes iconográficas existentes. Me hace
sospechar que en esta distensión abdominal de cuerpo esquelético,
se encuentra una desnutrición o una patología del tipo de la celiaquía,
y no de una ascitis, que sería el equivalente abdominal de hidropesía.
Sin embargo interpretada como tal se trataba con una dieta para hacer
al paciente delgado y “seco”, si esto fallaba se utilizaba la medicación
o bien incisiones abdominales para “drenar” el agua, manteniendo
incluso la incisión abierta todo el tiempo posible con algún tipo de
medicación “caliente”.

En los siguientes apartados realizo una recopilación de los textos en


los que se hace referencia, de una manera o de otra, a patologías o
situaciones típicas de la infancia, para comentar cada una de ellas, en
cada uno de los libros del Corpus Hippocraticum. Del mismo modo
recopilo algunos escritos de otros libros que, aunque sin referencia a
la infancia, nos ayudan a entender la medicina hipocrática y la
sociedad de la Grecia antigua.

140
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

8.5 LOS TEXTOS HIPOCRÁTICOS

8.5.1. AFORISMOS (Aphorismoí)124

El libro de los Aforismos125, es sin duda el libro más famoso de todos


cuantos conforman el Corpus Hippocraticum. Se trata de una
recopilación de sentencias médicas que se consideran el tratado
médico más influyente desde el siglo III a.C. hasta el siglo XIX, donde
aún eran tratadas en la mayoría de facultades de medicina europeas.
Su formación se sitúa, según los más prestigiosos estudios, al menos
de la mayor parte de ellos, desde finales del s. V a.C. hasta mediados

124
Basado principalmente en la traducción realizada por J.A. López Férez, en la
edición de textos hipocráticos realizada en 1983, en su tomo I, por la Ed. Gredos,
páginas 213-297. A su vez, éstos, basan su traducción principalmente en los textos
griegos presentados por W. H. S. Jones, Hippocrates, IV, Londres, 1923 (1967),
págs. 97-22 1, donde aparecen los Aforismos acompañados de traducción inglesa.
Así mismo se dedican comentarios a la clásica y eternamente citada traducción de
los textos hipocráticos realizada por E. Littré, Oeuvres completes d'Hippocrate. 10
vols., Paris. 1839-1861, vol. IV (1962, l ed. 1844). págs. 396-609. Con texto griego y
traducción francesa. Se recogen datos sobre otras traducciones publicadas,
concretamente en los siglos XIX y XVIII: A.M. Sedeño de Mesa, Aforismos de
124
Hypocrates, Madrid 1789, 1-279 ; ed. J.E. Dezeimeris, Resumen de la medicina
hipocrática o Aforismos de Hipócrates, Barcelona 1844. Esta última recoge los
Aforismos según la edición de Dezeimeris, en su texto en latín y su traducción al
castellano. En los diferentes textos de diferentes épocas se aprecia el objeto de los
mismos. Mientras las traducciones actuales tratan los textos como una fuente
clásica, histórica, y como tal la utilizan para comentar con perspectiva histórica los
datos que aparecen, del mismo modo que puedo hacer yo en este trabajo; los textos
de los siglos XVIII y XIX comentan los aforismos, y en general cualquier libro
hipocrático, desde el punto de vista docente y práctico, como manuales de corte
histórico pero con, sino plena, si una importante vigencia en sus teorías y preceptos
124
expuestos en ellos . No en vano servían para la enseñanza de la medicina y para
la práctica clínica, así pues comentan los Aforismos tratando de explicar su
significado, y las razones por las que suceden tales situaciones.
125
Definiendo “aforismo” como “sentencia breve de validez universal”, según la Real
Academia de la Lengua Española: máxima o sentencia que se propone como pauta
en alguna ciencia o arte.

141
Mario Ferrer Vázquez

del s. IV a.C. (López Férez, 1983, 223). Denominados en ocasiones


como “la biblia de los médicos”, sin duda su comentario y lectura han
formado parte de todo tipo de enseñanza médica que se precie en
Europa desde el Imperio Romano hasta casi la era contemporánea.

La forma en que están escritos, en forma de sentencias breves y


frases fáciles de recordar, la hace idónea para el cometido al que ha
sido encomendado durante siglos. Y es que, más que un manual
médico sobre dietética, diagnóstico y terapéutica, se puede considerar
como un libro que despierta la inquietud, “un estímulo, un modo de
excitar la memoria del médico y fortificar su pensamiento” 126.

Parece ser que esta forma literaria gozó de gran favor en la época
helenística y romana, así como en la Edad Media. Su facilidad para
transmitir y recordar, en sentencias cortas y explícitas, la hacen, aun
hoy, especialmente válidas en lo que a estilo literario se refiere.

Se trataban pues de notas simples, tomadas de la práctica diaria y de


la experiencia, y probablemente redactadas a semejanza, por estilo,
de las famosas “Sentencias Cnidias”127, que ya comenté en la primera
parte de este trabajo.

En cuanto a la autoría poco reseñaré aquí, pues como ya dije no es el


objeto del presente estudio, sin embargo no son pocas las voces
autorizadas128 que la atribuyen al mismísimo Hipócrates en el final de
su carrera, a modo de acúmulo de experiencia. Sin embargo esto, que
se ha denominado “la cuestión hipocrática”, es un tema ampliamente
debatido y del que hoy en día existen muchas dudas. Ya desde el
siglo III a.C., los alejandrinos, tuvieron serios problemas a la hora de

126
Como citaba Littré en sus Obras completas de Hipócrates. La gran recopilación
de las obras de Hipócrates de nuestra era. Oeuvres complètes d’Hippocrate, 10
vols., París, 1839-61. Vol. IV. 440.
127
Cuya autoría probable se atribuye al médico cnidio Eurifonte.
128
Littré fue uno de ellos.

142
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

ordenar los escritos médicos y valorar su autenticidad, si bien


generaron el grueso de lo que hoy conocemos como Corpus
Hippocraticum, no es menos cierto que ya generaron dudas sobre
estos mismos textos. Comentados ya por Erasístrato y Herófilo, y por
supuesto por Galeno de Pérgamo. Existieron sin duda traducciones
latinas, hoy desaparecidas para nosotros.

Como ejemplo de sentencias referenciar al Aforismo I, en su primera


frase, que sin duda todos habremos oído en muchas ocasiones y,
muchos, ni siquiera atribuirían ésta a la medicina hipocrática:

“Vita brevis, ars longa, occasio praeceps, experimentum


periculosum, iudicium difficile: La vida es breve, el arte
extenso129, la ocasión fugaz, la experiencia insegura, el juicio
difícil”130

Los conceptos fundamentales manejados en los Aforismos son:

- La mezcla (o Krâsis) de humores o “temperamento”. Cuando


éstos no mezclan bien, por una enfermedad que los afecta o
por el predominio de uno sobre otro, resulta de una afectación o
“intemperancia” (akrasié o apepsíe).

129
Se puede traducir como arte, ciencia, técnica, puesto que la palabra original es la
tan manida téchnè. En los escritos hipocráticos se opone claramente a la rutina y el
empirismo, y tiene una finalidad concreta.
130
Las traducciones del texto griego, al latín y posteriormente a las diversas lenguas
dan como resultado interpretaciones diversas. De este modo, en tan sólo dos textos
a nuestro idioma, uno de ellos del año 1983 (el más actual) y otro del año 1789,
existen diferencias evidentes en la traducción del texto clásico.

143
Mario Ferrer Vázquez

- Cuando existe ésta, la mezcla adecuada se puede obtener


mediante la “cocción” (pépsis)131, para que el humor “crudo”
pase a estar “cocido” o “puro” (katharós)132.
- El médico está atento a los procesos de dicha “cocción”, tales
como la orina, las heces, sudor, fiebre, etc. Que le darán una
idea del proceso y de su resolución (apólysis).
- Otra teoría muy manida en la época y, por ende, en los siglos
siguientes, es la teoría del “calor innato”, que va de más a
menos a medida que avanza la vida.133
- Concepto de “crisis” (Krísis): momento clave de la evolución de
la enfermedad, central, en el que la misma se encamina hacia
su resolución, sea cual sea. La acompañan una serie de signos
externos observables por el buen médico.134
- El acúmulo o depósito de materia morbosa que, tras el proceso
de enfermedad o “cocción” no encuentra una salida, se
denomina apóstasis135. Presentándose de diversas maneras
(gangrena, hinchazón, absceso propiamente dicho, tumoración,
etc.). No existían muchas diferenciaciones sobre estos

131
Hemos conservada este vocablo en la actualidad para referirnos a los procesos
digestivos que tienen lugar en el estómago, en alusión a la “cocción” de humores
que allí tiene lugar.
132
Esta teoría de la “cocción” de los humores es una teoría que se mantuvo durante
siglos, en resumen basada en los cambios que la enfermedad causaba en un
humor, cambios en su consistencia, color, etc. Estos cambios eran atribuidos al
desequilibrio de los mismos, y el adecuado proceso o “cocción” llevaba a su
curación, si no se producía de modo correcto, no se producía pues la misma.
133
Este tipo de procesos sin duda están basados en la observación, ya que un niño,
por su actividad y metabolismo, produce y demanda más energía que un anciano,
de ahí nace esta teoría acorde al pensamiento de la época.
134
Este concepto, como es evidente, ha llegado hasta nuestros días con escasa
variaciones en su significado médico, utilizada más actualmente para referirnos a
una reagudización de una enfermedad crónica, subaguda o latente.
135
Este término se traduce habitualmente, en especial en las obras castellanas
actuales, como recomienda Laín Entralgo (en “La medicina hipocrática”, 1970, 270),
como “depósitos”, en lugar de “apostemas”, que es como lo encontramos en
ediciones de los siglos XIX y XVIII. En otras ocasiones se traduce directamente
como “abscesos”, en los casos en los que ese depósito sea material purulento.

144
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

depósitos, en general, sí entre ellos y el denominado


hypóstasis, que se refería normalmente al sedimento de la
orina, tomado también como un tipo de depósito.
- La utilización del concepto “naturaleza individual” para explicar
por qué una misma afección causaba daños distintos a los
individuos, de cómo la naturaleza universal sometía a esa
naturaleza individual, dando como resultado la diferenciación
entre grupos de individuos más propensos a padecer cierto tipo
de enfermedades, ya sea por sexo, edad, constitución o
procedencia. La forma permanente en la que las condiciones
ambientales, las estaciones y, como consecuencia de ello, el
clima de los distintos países, afectan a un grupo de individuos
de una forma u otra, es uno de los conceptos más manejados
en los Aforismos y en toda la medicina hipocrática y, por
extensión, en la medicina en general hasta hace relativamente
escasos años.136

(López Férez, 1983, 219-221)

Así pues la dieta era, como he citado varias veces, una de las piedras
angulares del tratamiento para los médicos hipocráticos. También lo
era para los niños, aunque en los más pequeños, la escasa variedad y
las características de la alimentación, así como el escaso margen en
el ejercicio, dejaba pocas opciones a los médicos. Los fármacos se
utilizaban con más cautela, en general, en los niños. En cuanto a los

136
Como ya he comentado en alguna ocasión este concepto, completamente
desarrollado en el tratado hipocrático Sobre los aires, aguas y lugares, ha llegado
hasta nuestros días interiorizado en cada uno de nosotros, incluso en aquellos que
poseemos los conocimientos necesarios para rebatirlo, como causa de enfermedad,
cuando sabemos a ciencia cierta hoy en día cuáles son las causas específicas de la
mayoría de afecciones estacionales o con variación geográfica, e incluso
interindividual.

145
Mario Ferrer Vázquez

curetajes, drenajes y cauterizaciones, se consideraban menos


efectivos en los niños, ya que estos no tenían la capacidad de un
adulto de realizar “depósitos” o apóstasis. Lo cierto no es que no
poseyeran esta capacidad, sino que las enfermedades infantiles, en
su mayoría infecciosas, no acostumbran a generar abscesos o
tumoraciones de larga evolución (o exantemas) que requieran la
acción del drenaje o curetaje.

En los Aforismos hay constantes referencias a la medicina de la


infancia, sin embargo no existe una diferenciación clara de las mismas
y, debido al tipo de escritura, es difícil poder encontrar un orden de las
mismas, así que podemos concluir que desde luego no era la finalidad
del autor o autores separar por edades.

AFORISMOS DE HIPÓCRATES:

Recopilación y comentario de textos con referencia a la infancia.


Traducción tomada del texto de López Férez (1983), salvo que se
haga referencia a otras ediciones, cuando sea necesario.

LIBRO I

Esta primera sección o libro se compone de veinticinco aforismos,


tratando principalmente conceptos terapéuticos como las

146
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

evacuaciones y la dieta de los enfermos. Diferenciando por edades el


tipo de dieta a seguir.

AFORISMO I

“La vida es breve, la ciencia extensa, la ocasión fugaz, la


experiencia, insegura, el juicio difícil. Es preciso no sólo
disponerse a hacer lo debido uno mismo, sino además (que
colaboren) el enfermo, los que le asisten, y las circunstancias
externas”.137

“La vida es breve, el arte largo, la ocasión fugaz, la experiencia


engañosa y el juicio difícil de acertar. No basta que el facultativo
haga cuanto esté de su parte, sí que es preciso secunden sus
esfuerzos el enfermo, los asistentes, y las circunstancias
externas”.138

“La vida es breve, el arte larga, la ocasión presurosa, el


experimento peligroso, el juicio difícil. Es, pues, necesario, para
la legítima curación, no sólo aplicar remedios convenientes, más
también que el doliente obedezca, y no haga excesos, que los
asistentes cumplan con su obligación, y que todo lo accesorio
debidamente corresponda”.139

137
Hipócrates, Aforismos, trad. López Férez JA, Madrid, 1983, Gredos. 241.
138
Hipócrates, Aforismos, según la edición de Dezeimeris. Resumen de la medicina
hipocrática, ed. JB y MPG. Barcelona 1844.
139
Hipócrates, Aforismos, trad. Sedeño de Mesa AM, Madrid, 1789.

147
Mario Ferrer Vázquez

Inicio la recopilación con este primer aforismo que, a pesar de no


tener que ver con la medicina infantil me sirve para ilustrar las
diferencias a las que aludía anteriormente.

Los tres escritos pertenecen a la traducción del mismo texto (griego o


latino), el primer Aforismo hipocrático, pero expresados de forma
distinta según la interpretación, la sociedad y el lenguaje de cada
época.

No obstante, en los tres se vislumbra la base del mismo, lo que el


autor original quiso transmitir, y es la base de la enseñanza médica de
la época y, por extensión, de la enseñanza de la medicina hasta casi
nuestros días.

De modo práctico, y a fin de acercarme más a la situación social y al


modo de expresión actual, trabajaré en lo sucesivo con las
traducciones realizadas sobre los textos hipocráticos, publicados por
Gredos.140

AFORISMO XIII

“Los ancianos son los que mejor soportan el ayuno; después, los
de mediana edad; muy poco, los adolescentes, y, peor que
todos, los niños, y, de entre ellos, los que resultan ser más
vivaces de lo que les corresponde”.

Observación esta cierta, de escaso contenido médico, y que en la


actualidad sigue vigente. Debido al gasto que supone la propia
actividad que se sugiere en el texto, y a las características propias del
metabolismo del niño, como vemos en el siguiente aforismo.

140
Al respecto ver bibliografía concreta.

148
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

AFORISMO XIV

“Los que están creciendo tienen muchísimo calor innato, por ello,
necesitan muchísimo alimento, y si no, su cuerpo se consume.
En cambio, los ancianos tienen poco calor; por eso, necesitan
poco combustible pues, con mucho, se apaga. Por tal motivo, las
fiebres tampoco son igualmente agudas en los ancianos, pues su
cuerpo está frío”

De este aforismo extraemos el término “calor innato” que


traduciríamos como metabolismo basal, mucho más aumentado por el
crecimiento y desarrollo en los niños, por lo que necesitan más ingesta
calórica proporcional que un anciano. En cuanto a las fiebre la razón
es parcial, si bien es cierto que los ancianos sufren menos de fiebre
ante una infección, por el propio desarrollo de su sistema
inmunológico, el aumento de fiebres en los niños no es un motivo
exclusivo, ni siquiera ese es el motivo, del “calor innato”, sino más
bien del desarrollo de enfermedades infecciosas, y del sistema
inmunológico, desconocidas en la Antigüedad.

AFORISMO XVI

“Las dietas líquidas convienen a todos los que tienen fiebre,


especialmente a los niños y a las demás personas que están
acostumbradas a seguir tal dieta”.

Traducción muy actual de los términos originales que se referían a


“humedad” en lo líquido. Con dieta entendemos no sólo alimento como
ya he dicho en varias ocasiones, así vemos en la traducción de

149
Mario Ferrer Vázquez

Sedeño de Mesa (1789) la palabra “mantenimientos”. Según la “teoría


de los contrarios” la fiebre, caliente y seca, curaría con dietas o
“mantenimientos” húmedos, según la misma teoría lo semejante se
mantiene y conserva con lo semejante, razón por la que los niños y
aquellos que ya sigan dietas similares, se mantendrían. En el original
griego este aforismo empieza como: “Todas las dietas húmedas”.

LIBRO II

Sección que incluye cincuenta y cuatro aforismos, de temáticas más


heterogéneas que el anterior, aunque principalmente basadas en la
dieta y la alimentación, así como en sentencias más generales sobre
enfermedades y su relación con el enfermo, el sueño y algunos
aforismos sobre la utilización terapéutica de los contrarios.141 En lo
que nos atañe, se trata de sentencias en gran parte referidas a los
más ancianos. En muchas de ellas se habla de la menor capacidad
del anciano en resolver las enfermedades y sobre el curso de las
mismas.

AFORISMO XXXIX

“Los ancianos, generalmente, tienen menos enfermedades que


los jóvenes; pero la mayor parte de las enfermedades crónicas
que les ocurren acaban con ellos”

141
El “método de los contrarios”, cada problema se trata con su contrario. Está
basado, asimismo en una teoría filosófica.

150
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

AFORISMO XL

“Ronqueras y corizas142 no se cuecen en los muy ancianos”

Aunque se refieren a los ancianos, sí quisiera reseñar la diferencia


que hace el autor con respecto a las edades, que nos da a entender
que este tipo de patologías son más frecuentes y se resuelven con
mayor premura y éxito cuanto más joven se es.

AFORISMO XLIV

“Los que son excesivamente gruesos por naturaleza, están más


expuestos que los delgados a una muerte repentina”

Sentencia realizada de forma genérica, tiene validez en la infancia y


adolescencia.

AFORISMO LXV

“A los jóvenes epilépticos les salvan los cambios, especialmente


de edad, y también de estación, lugar y forma de vida.”

Patología atribuida por la clase médica al aumento de humedad


y debilidad del cerebro, por lo que sería más frecuente en la
infancia donde confluyen ambas situaciones. Lo que hace al
cerebro menos capaz de expulsar aquellos humores dañinos.
También se creía, afectaba más a las mujeres, por ser más
húmedo su temperamento y más similar a los niños. Como
veremos más adelante, en otro aforismo, la edad juega un papel

142
La coriza es una inflamación de la mucosa nasal, un catarro nasal o resfriado
común. Ambos términos hacen referencia a cuadros catarrales, uno de ellos faringo-
laríngeo y otro faringo-nasal.

151
Mario Ferrer Vázquez

importante en la resolución del proceso, la dieta es el remedio


para muchas de las dolencias en la medicina hipocrática,
encaminada a “desecar” el cerebro, en realidad se encamina a
mantener una seria de hábitos saludables.

LIBRO III

En este libro se trata de forma más concreta sobre la “naturaleza


individual”, sobre la influencia de las estaciones y el cambio de las
mismas sobre las enfermedades. Así también sobre la influencia de la
edad y las naturalezas individuales más o menos propensas a
padecer según que afecciones en cada época del año. Reconoce, sin
evidentemente citar las causas concretas, que cada enfermedad
mantiene una gran dependencia con las etapas de la vida, las
estaciones del año, países y dietas. Lo que hoy conocemos gracias a
los patógenos, la genética, la epidemiología y diversos estados
individuales así como del desarrollo. Encontrando incluso listas de
enfermedades según las estaciones del año, el clima (de las que no
recogeré los aforismos por no distinguir entre edades) y la edad.
Consta de treinta y un aforismos. En ellos podemos apreciar cómo las
estaciones afectaban de una manera especial a los niños y a las
mujeres embarazadas:

AFORISMO XII

“Si el invierno, con viento del Sur, transcurre lluvioso y sereno, y


la primavera, seca y con viento del Norte, las mujeres cuyo parto
es para la primavera, abortan por cualquier motivo, y las que
logran dar a luz, tienen hijos tan débiles y enfermizos que, o se

152
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

mueren al momento, o son de vida delicada y enfermiza. A las


demás personas les acontecen disenterías y oftalmías secas, y,
a los ancianos, catarros que matan inmediatamente.”

AFORISMO XVIII

“En cuanto a las estaciones, en primavera y comienzos del


verano, los niños y los que les preceden en edad son los que
mejor lo pasan y están más sanos; durante el verano y el otoño,
hasta cierto punto, los ancianos. Durante el resto, y por el
invierno, los de edad intermedia.”

La explicación, hoy la conocemos, es epidemiológica y


microbiológica. Los niños tienen más patología infecciosa,
porque están madurando su sistema inmunitario y creando
anticuerpos, luego habrá repuntes en las épocas del año de más
predominancia de infecciones virales y hacinamiento en los
hogares, que favorece los contagios.

A continuación una serie de aforismos que enumeran patologías


típicas de la edad pediátrica:

AFORISMO XXIV

“Según las edades se producen las siguientes (dolencias): en los


niños pequeños y en los recién nacidos, aftas143, vómitos, toses,
insomnios, terrores, inflamaciones del ombligo y supuraciones
del oído.”

143
Úlceras pequeñas: áphtai. Aunque, en algunas traducciones, también incluyen en
esta definición la candidiasis oral o Muguet.

153
Mario Ferrer Vázquez

AFORISMO XXV

“Cuando se aproximan a la dentición, comezón de encías,


fiebres, espasmos, diarreas, especialmente cuando echan los
caninos, y, también, en los niños más gordos y en los que tienen
el vientre estreñido.”

AFORISMO XXVI

“En los que se han hecho algo mayores, afecciones de las


amígdalas, deslazamiento hacia adentro de la vértebra de junto a
la nuca, asmas, litiasis, lombrices redondas, ascárides verrugas,
hinchazón junto a las orejas, escrófulas y otros tumores.”144

El asma se entiende como un síntoma y no como una patología


concreta, en esta edad son varias las patologías que cursan con
disnea y dificultad respiratoria, también en la primera infancia, sin
embargo no existe mención explícita, posiblemente por la gravedad de
los cuadros o porque no se denominaba asma a los broncoespasmos
que acontecen en la primera infancia, o bien simplemente porque no
existían con la misma frecuencia que hoy en día. Estos episodios hoy
sabemos que son debidos a un cierto desequilibrio, o respuesta
anómala ante algunas infecciones, de carácter probablemente
genético, en el que está implicado el sistema inmunitario que, con el
desarrollo de la medicina, ha sufrido enormes variaciones en los
últimos 2 siglos.

144
Entendiendo como tumores su acepción real de “hinchazón o bulto que se forma
en alguna parte del cuerpo”, relacionada con el proceso de apóstasis o con su
término latino abscessus que hoy ha quedado relegado únicamente a la colección
purulenta.

154
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

El “desplazamiento hacia dentro de la vértebra junto a la nuca” hace


referencia, con toda seguridad y como luego volveré a comentar, a
patología laríngea.

Cuando menciona el autor Griego “los que se han hecho algo


mayores”, rápidamente se nos va la mente a un niño en edad escolar,
sin embargo probablemente se refiere a niños más pequeños, pasada
la primera dentición.

Otro punto a tener en cuenta son los cambios sociales. Los niños se
sociabilizan muy precozmente, por la escolarización, en nuestros días.
Esto conlleva una exposición más temprana a la patología infecciosa
de lo que, a buen seguro, sucedía en la Antigüedad.

AFORISMO XXVII

“En los que son mayores y se aproximan a la pubertad, la mayor


parte de ésas, y además, fiebres crónicas, sobretodo, y flujo de
sangre de la nariz.”145

Aforismo que concreta poco para sacar alguna conclusión, salvo las
cronificaciones de patologías infecciosas y las patologías
reumatológicas. La epistaxis tiene múltiples etiologías.

AFORISMO XXVIII

“La mayor parte de las afecciones de los niños hacen crisis146,


unas en cuarenta días, otras en siete meses, otras en siete años;

145
Epistaxis.
146
Respecto al concepto de “crisis” remito al lector a la nota 17 y su página, de esta
misma sección.

155
Mario Ferrer Vázquez

otras, cuando ellos se aproximan a la pubertad. Pero las que


permanecen en los niños y no se resuelven cerca de la pubertad,
o en las chicas, en torno a la llegada de la menstruación, suelen
hacerse crónicas.”

Una buena observación, probablemente real, la mayoría hacen crisis


(se resuelven), pero muy influenciada por la numerología, puesto que
el número siete esta utilizado con un criterio científico, cuando es
absolutamente arbitrario.

AFORISMO XXIX

“En los jóvenes: hemoptisis, tisis, fiebres agudas, epilepsias, y


las demás enfermedades, pero, especialmente, las mencionadas
anteriormente.”

AFORISMO XXX

“En los que están por encima de esa edad: asmas, pleuritis,
perineumonías, letargos, frenitis causones, diarreas crónicas,
cóleras, disenterías, lienterías, hemorroides.”

De nuevo la mención aquí al asma. Como he comentado antes, el


asma en la literatura médica hipocrática parece más referirse a un
síntoma, derivado del vocablo griego ásthma cuyo significado es
jadear, exhalar con la boca abierta o fuerte, y cuya primera mención
griega aparece en la Ilíada de Homero. Esto explicaría que lo incluya
entre las patologías de edades más adultas, atribuyendo otros
nombres a patologías que hoy conocemos como “asma” en edades
más tempranas. No obstante es posible que el desconocimiento
absoluto de esta patología, y su ausencia de tratamiento, diera como

156
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

consecuencia una cronificación mayor en aquellos que conseguían


superar las repetidas crisis. Recordemos que el asma era una
enfermedad con una elevadísima mortalidad en la Antigüedad, y en
toda la historia hasta hace escasos 100 años. Del asma se tienen
evidencias desde el antiguo Egipto. Séneca, en sus Epístolas morales
a Lucilio, 6.54, también comenta a su amigo su enfermedad:

“Una larga tregua me había concedido la enfermedad; pero de


repente me atacó. “¿Qué clase de dolencia?”, dices. Lo
preguntas con toda razón: hasta tal punto ninguna me es
desconocida. Sin embargo, estoy casi consagrado a una
especial, que ignoro por qué debo designarla con nombre griego,
pues con bastante precisión puede llamarse “suspiro”. Es, en
efecto, una acometida de muy corta duración, semejante a una
borrasca: cesa de ordinario en menos de una hora. De hecho,
¿quién tarda más tiempo en expirar?

Todas las incomodidades del cuerpo, todas sus angustias han


pasado por mi; ninguna me parece más penosa. ¿Y cómo no?
En cualquier otra dolencia uno está enfermo, en esta exhala el
alma. Por eso los médicos a ésta la denominan “preparación
para la muerte”, porque semejante respiración logra por fin lo
que a menudo intentó.” 147

LIBRO IV

En este libro encontramos ochenta y tres aforismos. Tratando de


temas como las evacuaciones artificiales o purgas, el estudio de los

147
Séneca, Epístolas Morales a Lucilio, Ed. I. Roca Meliá, Madrid 1986, 6.54.

157
Mario Ferrer Vázquez

distintos tipos de deposiciones, los sudores y las clases de orina,


también sobre los distintos tipos de fiebres y su observación, haciendo
referencias a su evolución y pronóstico.

En referencia a esto, y puesto que ya lo he comentado con


anterioridad, existen numerosos aforismos y numerosas menciones
en las obras hipocráticas y, en general, filosóficas y de otras
disciplinas en la Antigüedad con constantes referencias a la
numerología. He dicho en repetidas ocasiones que los hipocráticos, en
general los médicos cultivados de la época, criticaban abiertamente
las prácticas supersticiosas y mágico-religiosas, tachando a quienes
las practicaban de charlatanes. Pero la numerología era considerada
una ciencia en la época, practicada por los matemáticos, le atribuían
la categoría de ciencia, actualmente y desde hace ya mucho tiempo,
esta disciplina ha sido relegada a “pseudociencia” o “superstición”.
Así, alusiones al número 7, numerosísimas en todos los escritos de la
Antigüedad, a días pares o impares, y su influencia en cualquier
aspecto médico, están presentes en todos estos tratados. Como en
las fiebres, la gestación, etc.

AFORISMO XXXIV

“Si a quien está con fiebre, sin tener hinchazón en la garganta le


sobreviene un sofoco repentino, es señal mortal.”

AFORISMO XXXV

“Si a quien está con fiebre se le tuerce el cuello de repente y a


duras penas puede tragar, sin tener hinchazón, es señal mortal.”

158
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

En estos dos aforismos, concretamente en el último, nos habla


de una más que probable epiglotitis, afección infecciosa muy
grave que afecta a la laringe, y que provoca un súbito ahogo y
fiebre elevada, que provoca la muerte en su gran mayoría, en la
época pre vacunas y pre antibioterapia. Actualmente casi
desaparecida de nuestro primer mundo, gracias a la vacunación
sistemática contra la bacteria causante de la misma, el
Haemofilus Influenzae b. En anotaciones de traducciones
posteriores aparece, entre los motivos, una inflamación de la
zona, de los músculos que la rodean o bien por retracción de la
vértebra adyacente. Razón por la que debemos interpretar esta
patología cuando nos hablan del desplazamiento de la vértebra.
Cuando a esta descripción se añaden síntomas de hinchazón
maxilar, afectación neurológica y secreción amigdalar, se refiere
probablemente a una difteria, de elevadísima mortalidad también
en la época pre vacunas y antibióticos.

AFORISMO LXVI

“En las fiebres agudas, los espasmos y dolores fuertes en las


vísceras mal síntoma.”

Patologías quirúrgicas en su mayoría hoy en día, por su frecuencia en


la infancia y adolescencia, mortalidad y síntomas similares, a buen
seguro nos habla de la apendicitis aguda. Aunque también podría
referirse a otras patologías como pielonefritis, colecistitis, etc.

AFORISMO LXVII

“En las fiebres, los terrores causados por los sueños, o los
espasmos, mal síntoma.”

159
Mario Ferrer Vázquez

Fiebres que provocan espasmos, delirios, son fiebres elevadas y


generalmente asociadas a patología bacteriana, con una elevada
mortalidad en la Antigüedad.

LIBRO V

Setenta y dos aforismos de temática heterogénea. Aun así


podemos encontrar varias asociaciones. La primera de ellas
habla de convulsiones, epilepsias y tetanias. Otra de
enfermedades pulmonares. Otro sobre indicaciones terapéuticas
del calor y el frío. El que más importancia tiene pare este trabajo,
una recopilación de aforismos referente a menstruaciones,
abortos, embarazo, sexo del feto e indicios sobre la fertilidad de
una mujer.

AFORISMO VII

“La epilepsia tiene cura148 cuando se presenta antes de la


juventud. Pero, cuando ocurre a los veinticinco años,
generalmente termina con la muerte.”

148
En su original aparece el término “metástasis”, actualmente utilizada para
designar la propagación de un foco canceroso, en la época utilizada para señalar un
“desplazamiento del depósito”, de donde se extrae “modificación” o “remoción”. -
Galeno, comentando este pasaje, sostiene que metástasis. por extensión y abuso,
tiene aquí el valor de de solución completa.- Cita de Littré, tomada de: López Férez,
1983, 272.

160
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

“Los que caen en epilepsia antes de los catorce años, suelen


eximirse de ella en llegando a esta edad; pero si les entra
después de los veinte y cinco, casi siempre mueren con ella.”149

Las diferencias entre estas dos traducciones del mismo aforismo son
evidentes, esa es la razón por la que muestro ambas aquí. En el
aforismo del s. XVIII habla de la mayor probabilidad de cura si sucede
antes de la juventud, que marcan con la cifra de catorce años, y de
que la muerte le sobreviene CON ella, al contrario que la traducción
del s. XX, donde no deja claro este término, pareciendo referirse a que
la epilepsia es la causa de la muerte. Quizá sería menos sorprendente
si fuera al revés.

De cualquier modo, hace referencia al carácter más benigno de la


epilepsia en la infancia, carácter que hoy sabemos pues la mayoría de
síndromes que cursan con epilepsia en la infancia son,
afortunadamente, de carácter benigno y transitorio, empezando por
las convulsiones febriles.

AFORISMO XXIV

“Las cosas frías, como, por ejemplo, nieve, hielo, son enemigas
del pecho, producen toses y causan hemorragias y catarros.”

Siguiendo el “método de los contrarios” hay numerosas alusiones a


esto, hoy en día seguimos utilizando el frío para tratar la inflamación
(frío contra caliente). Considerando entonces al ser humano un ser
“caliente”, y a la enfermedad “fría”, entendemos por qué se trataban
las enfermedades, en su mayoría, con algo “caliente”. Origen este del

149
Traducción tomada del texto de A.M. Sedeño de Mesa, Aforismos de Hypocrates,
1789, 115.

161
Mario Ferrer Vázquez

tan utilizado hoy en día “enfriamiento”, y de por qué nos tratamos con
caldos o bebidas calientes, o tapándonos en la cama, los procesos
catarrales víricos.

AFORISMO XXIX

“Púrguese a las embarazadas, si hay turgencia, en el cuarto


mes, e, incluso, hasta menos de siete meses. Cuídese el feto en
su primera etapa y en la última.”

AFORISMO XXX
“Para una mujer embarazada, ser atacada por alguna
enfermedad aguda es mortal.”

En estos dos aforismos vemos referencia a la gestación, y al peligro


en general de las enfermedades durante la misma, y de algunas
terapias sobretodo en ambos extremos del embarazo.

AFORISMO XXXVIII

“Si a una mujer embarazada, que tiene en su vientre gemelos, le


adelgaza un pecho, aquélla pierde uno de los dos fetos. Si se le
seca el pecho derecho, el varón; si se le seca el izquierdo, la
hembra.”

La teoría de la derecha e izquierda está desarrollada en los textos


hipocráticos, y su origen puede estar en ciertos filósofos como
Leófanes o Aristóteles, o bien a Anaxágoras o Parménides150. Sea
como fuere, parece que se atribuía el lado izquierdo a la feminidad, y

150
Al respecto consultar la obra de Laín Entralgo, 1970.

162
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

el derecho a la masculinidad, como podemos ver en el Aforismo XLVIII


de este mismo libro.

AFORISMO XLII

“Si una mujer lleva en su vientre un varón, tiene buen color; si


lleva una hembra, mal color.”

Aforismo sin base científica ni empírica alguna, influenciado


claramente por las creencias sociales de la época respecto al papel de
la mujer.

AFORISMO XLVIII

“El embrión masculino está en la parte derecha, el femenino más


bien en la izquierda.”

Al respecto de las especulaciones sobre el sexo. A lo largo de los


siglos, se vienen añadiendo a estas teorías sin base alguna, y sin
siquiera el apoyo de la observación, basadas únicamente en la ley de
la probabilidad, ya que sólo existen dos supuestos posibles (varón o
mujer), se necesitaría un número extraordinariamente elevado para
asegurar, a ciencia cierta, cualquiera de estas especulaciones. Es
curioso pues, el calado en la sociedad actual de muchas de estas
teorías, afirmándose a ciencia cierta muchas de ellas, aún cuando
carezcan incluso de la razón más simple.

Los Aforismos 28-62, están dedicados a los problemas de las mujeres,


ya sea con su menstruación, con el embarazo o con la fertilidad.
Haciendo una pequeña mención también, en el 63, a la fertilidad
masculina.

163
Mario Ferrer Vázquez

LIBRO VI

Compuesto por sesenta aforismos de temática heterogénea. Tratados


algunos de ellos de forma similar en secciones anteriores de los
Aforismos. Escasas referencias a la medicina infantil, exceptuando
una.

AFORISMO XLVI

“Los que se vuelven jorobados antes de la juventud a causa de


asma o tos, se mueren.”

Sin duda se refieren a patologías respiratorias graves, puesto que


provocan una deformidad en la caja torácica por la dificultad
respiratoria que afecta al crecimiento de la misa, por lo tanto de mal
pronóstico para la época. Recordar el apunte anterior sobre el asma
en la medicina hipocrática.

LIBRO VII

Ochenta y siete aforismos de temática diversa, de nuevo, algunos de


ellos también tomados de secciones (libros) anteriores de los
Aforismos. Entre los cuales no encontramos mención explícita a la
infancia.

164
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

8.5.2. JURAMENTO (Hórkos)151

En este tratado hipocrático, uno de los más breves y más debatido, no


se encuentran referencias a la infancia, sin embargo el curiosos
mantenimiento de este juramento como un principio de ética y
actividad médica desde hace más de dos mil quinientos años,
recordando que en la actualidad se sigue pronunciando, a modo
simbólico eso sí, en las ceremonias de graduación de las facultades
de medicina europeas, e incluso entregado en forma de “papiro” a los
médicos recién graduados, como se puede apreciar en la imagen,
extraída del ejemplar que personalmente me entregaron tras la
ceremonia de graduación.

151
He utilizado la traducción realizada por Mª Dolores Lara Nava del texto clásico,
publicada por Gredos, 1983.

165
Mario Ferrer Vázquez

Los médicos y la medicina de hace dos mil quinientos años poco


tienen con ver con la actual, sin embargo se ha mantenido este
juramento invariable tras los años, y símbolo de la ética médica.
Parece claro que no representaba a la ética de los asclepíades de la

166
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

época, y que en la actualidad tiene más un valor simbólico para todo


médico recién graduado.

El ejercicio de la medicina, así como su enseñanza y aprendizaje en la


antigua Grecia, como en la actualidad, no eran gratuitos como se lee
en el juramento, salvo en los casos de transmisión padres a hijos, y en
la asistencia de esclavos a esclavos por ejemplo; lo que ya da una
idea del carácter del texto. El aborto estaba sancionado en muy pocas
ciudades de la Grecia antigua. Por otra parte la eutanasia no
planteaba problemas éticos en la antigua Grecia, pero sí el suicidio y
el envenenamiento, a esto se refiere al parecer el texto.

167
Mario Ferrer Vázquez

8.5.3. SOBRE LA CIENCIA MÉDICA (Peri téchnēs)

No existe en él ninguna referencia explícita a la infancia, sin embargo,


por la importancia de los comentarios que el autor de la traducción
realiza sobre el vocablo téchnē, de suma importancia en el
conocimiento del inicio de la medicina en la Antigüedad y su
denominación como “arte” o “ciencia”. Cito textualmente:

“El tratado Peri téchnēs es una apología de la medicina en su


conjunto, como profesión y como ciencia práctica, hecha contra
quienes desconfían o niegan tal estatuto y capacidad técnica.
Por su estilo retórico y su argumentación general, así como por
su prosa, parece remontar a la época de la Sofística,
aproximadamente al último tercio del s. v. Es, por lo tanto, uno
de los libros más antiguos del Corpus Hippocraticum, redactado
por alguien que no era un profesional de la medicina, pero que
estaba muy interesado en la defensa de la misma y de su
prestigio social.

No existe en nuestra lengua (como tampoco en otras lenguas


modernas) una palabra que recoja todo el campo semántico del
vocablo griego téchnēs. La traducción más habitual, tradicional
desde la versión latina que dio el título de arte a este escrito, es
la de arte; pero en este caso hemos preferido traducirla por
ciencia, que tampoco es totalmente satisfactoria, pero nos ha
parecido que recoge mejor algunos matices importantes del
sentido del término griego, que en arte resuenan como harto
arcaizantes. La téchnēs es ciencia, arte, técnica, oficio profesión.
Se distingue de epistĕmē por su orientación práctica, mientras
que epistĕmē es un saber teórico constituido sobre bases

168
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

deductivas y axiomas generales y abstractos, y, de otro lado,


frente a la empeiría, comporta un sistema de reglas y categorías
y una base teórica sólida. Examina las causas de lo que realiza y
es capaz de dar explicaciones, como señala Platón, trazando la
distinción, en la que toma precisamente como ejemplo la
medicina frente al arte culinario, que no es téchnē, sino empeiría.

La téchnēs como actividad técnica, no sólo es capaz de producir


unos determinados efectos previstos por sus reglas, sino
también de dar razón (lógon didónai), como destaca Platón, del
proceso y de las causas. En ese sentido se opone a la acción de
la mera práctica rutinaria, tribē o empeiría, y a la actuación del
azar o la suerte, tychē que producen unos resultados que no
pueden explicar o prever.” (García Gual, 1983, 101-102).

169
Mario Ferrer Vázquez

8.5.4. PRONÓSTICO (Prognōstikón)152

Pronóstico, junto a Epidemias I y III y Sobre la dieta en las


enfermedades agudas, son quizá los tratados de Corpus
Hippocraticum en los que más consenso existe de que su autor sea el
propio Hipócrates de Cos (García Gual, 1983, 321).

El pronóstico es sin duda clave en la medicina que denominamos


hipocrática, esto mismo ya lo había expresado Littré en sus
traducciones. La realización de una correcta historia clínica del
paciente mediante la observación, el reconocimiento (sinónimo en los
textos griego, como ya he comentado, de “diagnóstico”:
diagignōskein); junto al correcto análisis de todo ello, su crítica y
criterio, es capaz de ver no sólo el presente, sino el pasado y predecir
lo que va a suceder, es decir, de realizar un pronóstico. Estas
características eran las que encumbraban a los grandes médicos,
cuando algo no tenía cura (desgraciadamente en muchas ocasione,
claro está), la labor más importante del médico era predecir el curso
de esa enfermedad.

Los médicos de Cos se caracterizaban, como ya he comentado en la


primera parte de este trabajo, por una minuciosa observación, historia
clínica y pronóstico; dejando algo más de lado el diagnóstico,
denominación y clasificación de las enfermedades, circunstancias que
parece importaban más a los asclepíades de la escuela de Cnido.
Para los médicos de la Escuela de Cos lo importante no era clasificar
la enfermedad conforme a un esquema previo, sino analizar la

152
He utilizado la traducción realizada por C. García Gual en: Tratados
Hipocráticos.1. Pronóstico, 329-350, Madrid, 1983.

170
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

dolencia de forma individual, y tratar de llevarla a buen fin, o sino al


menos, de predecir su desenlace. Esta observación empezaba entre
otras cosas, por la facies del paciente como aparece en los primeros
párrafos del texto, y que da lugar por ejemplo a la expresión actual
“facies hipocrática”, que se refiere al rostro de aquellos pacientes
agonizantes, que han perdido mucho líquido.

Tras esta observación minuciosa de los síntomas y signos, y una


correcta historia clínica, el médico podía conocer el pasado, el
presente y predecir el futuro de la enfermedad, del mismo modo que
un adivino, lo cual confería al médico un prestigio especial. No
obstante, esta capacidad no era debida a ninguna inspiración divina,
lo que se encargaban de hacer saber de forma adecuada a los
pacientes, sino fruto de la experiencia y el conocimiento.
Desgraciadamente para los pacientes de la época, en muchas
ocasiones al médico le era mucho más sencillo predecir el curso de la
enfermedad, que intervenir de forma decisiva sobre ella.

De este modo, y sin darle demasiada importancia en la mayoría de


textos, nace la auténtica revolución médica de la historia, si no por
encima de los adelantos diagnósticos e incluso terapéuticos, sí al
mismo nivel. La historia clínica, la observación minuciosa de los
síntomas y signos, y la capacidad de poder predecir el curso de la
patología es, sin duda ninguna, una de las cosas más importantes que
un médico, en cualquier parte del mundo, en cualquier momento de la
historia, debe ser capaz de realizar. Sin esto, el diagnóstico puede ser
incorrecto, el tratamiento inefectivo, y el desenlace penoso.

Sin duda, una de las enseñanzas y valores que se inculcan en todas


la universidades y facultades de medicina en todo el mundo, y que
todos aquellos que nos dedicamos a este noble arte, debemos ser
capaces de realizar y de enseñar, y para ellos es fundamental una

171
Mario Ferrer Vázquez

buena base teórica y una práctica, una experiencia, del mismo modo
que realizaban los médicos de hace dos mil quinientos años.

ANÁLISIS DEL TEXTO

“Rechinar los dientes en los accesos de fiebre, entre quienes no


tienen esa costumbre desde niños, es señal de delirio y de
muerte. Y si desvaría al tiempo que lo hace, ya se presenta
decididamente mortal.”

En afecciones urinarias:

“En tanto que la orina es sutil y de un rojo claro, indica que la


enfermedad no ha madurado; en caso de que la enfermedad sea
ya de larga duración y la orina tenga ese aspecto, hay riesgo de
que el paciente no pueda resistir hasta que la enfermedad quede
digerida. Pero más indicadoras de muerte son, entre las orinas,
las acuosas, pestilentes, negras y densas. Para las mujeres y los
hombres las pésimas son las negras; para los niños, las
acuosas. Aquellos que mean orinas ligeras y crudas durante
mucho tiempo, aunque ofrezcan otros síntomas de recuperación,
están propensos a un absceso en las regiones inferiores al
diafragma. También hay que recelar de las que presentan
manchas grasientas en forma de telas de araña, flotando por
encima. Porque son indicios de consunción.”

172
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

En cuanto a afecciones pulmonares:

“En todas las afecciones del pulmón y los costados es


conveniente que el esputo se expectore fácil y rápidamente, y
que lo amarillo aparezca fuertemente mezclado con el esputo.
Pues en caso de que se expectore mucho después del comienzo
del dolor y el esputo sea amarillento o rojizo, o acompañado de
mucha tos, o no muy mezclado, resulta peor, ya que el esputo
amarillento y no mezclado es peligroso, y el blanco, viscoso y
redondo, nocivo. También es malo el que es muy verdoso y
espumoso; si además está poco mezclado, hasta el punto de
parecer negro, éste es mucho más terrible que los anteriores.

<También es malo que el pulmón no se limpie ni expectore nada,


sino que se encuentre lleno y el catarro burbujee en la
garganta.> (Anotación del autor de la traducción, referente a un
escolio de Littré)

Que se presenten al comienzo o más tarde, catarro y estornudos


en todas las dolencias del pulmón es mal síntoma; sin embargo,
en todas las otras enfermedades mortales los estornudos son
provechosos. Un esputo amarillento mezclado a un poco de
sangre en los casos de neumonía, cuando se expectora al
comienzo de la enfermedad, es signo muy indicativo de
restablecimiento. Pero si sucede al séptimo día o después, ya es
menos seguro. Todos los esputos son malos si no hacen cesar el
dolor. Los peores son los negruzcos, como ya se ha descrito.
Mejores son todos los que hacen cesar el dolor al expectorar.”

173
Mario Ferrer Vázquez

Hablando de la formación de abscesos (apóstasis):

“Aquellos a los que se les forman abscesos procedentes de


enfermedades pulmonares junto a los oídos, que les supuran
hacia las partes de más abajo y les producen fistulas, ésos se
restablecen.”

“Conviene advertir todos los abscesos por estos síntomas: en


primer lugar la fiebre no remite, sino que se mantiene más ligera
de día, y más intensa por la noche; se presentan sudores
abundantes; tienen ansias de toser y no expectoran apenas
nada; y los ojos se les quedan hundidos; y las mejillas presentan
rojeces, y las uñas de las manos se curvan y los dedos se ponen
calientes, sobre todo en las puntas; les salen hinchazones en los
pies y pústulas por el cuerpo, y no tienen apetito.”

“Dureza y dolor en la vejiga son siempre malos. Los más


funestos son los que se acompañan con fiebre continua. Pues
entonces los dolores de la misma vejiga son capaces de matar
por sí mismos, y en tales casos los intestinos no evacuan (a no
ser deposiciones duras y a la fuerza). El mal se diluye al mear
una orina purulenta, que deja un sedimento blanco y liso. Pero si
la orina no pasa y la vesícula no se ablanda y la fiebre es
continua, es de esperar que el paciente muera en los primeros
períodos de su enfermedad. Este tipo de mal ataca
especialmente a los niños desde los siete años hasta que
cumplen quince.”

174
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Hablando de algunos tipos de fiebres, como las cuartanas153:

“Las fiebres tienen sus crisis en los mismos días en cuanto a su


número, tanto las que permiten recobrarse a los pacientes, como
las que son mortales. Así que las más benignas de las fiebres y
que han avanzado con los síntomas más seguros cesan al
cuarto día o antes. Las más criminales de las fiebres y que se
desarrollan con los más graves síntomas matan al cuarto día o
antes. El primer ataque febril concluye ahí; el segundo llega
hasta el séptimo día, el tercero hasta el onceno, el cuarto hasta
el día catorce, el quinto hasta el diecisiete, y el sexto hasta el
veinte. Estos (periodos de fiebre) se cumplen cada cuarto día,
por añadidos, hasta el día veinte. Pero nada de esto se puede
calcular exactamente contando por días enteros. Que ni siquiera
el año y los meses están ajustados a cuenta por días enteros.
Después, según el mismo modo de cálculo, por adición sucesiva,
el primer período es de treinta y cuatro días, el segundo de
cuarenta días, y el tercero de sesenta días.

En sus comienzos es dificilísimo pronosticar las fiebres que


harán crisis en un tiempo más amplio, porque los comienzos de
unas y otras son muy semejantes. Pero hay que reflexionar

153
Fiebres tercianas o cuartanas: durante siglos y precisamente influenciados por la
doctrina hipocrática de la observación, se denominó a una enfermedad grave, de
larga duración y con accesos febriles intercalando periodos afebriles, generando una
serie de días “críticos” bien definidos en tratados como Epidemias I. Este tipo de
fiebres hoy se cree, eran debidas a la infección por Plasmodium, es decir, Paludismo
o Malaria, endémico en la región en la época, y que hasta hace relativamente poco
tiempo, e incluso hoy en día en algunos lugares, se seguía o se sigue denominando
“fiebre cuartana”. De una gravedad sintomatológica importante, no siempre era
mortal, de ahí que en las definiciones de estas fiebres no siempre se sea del todo
explícito. Además las fiebres, en el principio de sus síntomas, eran muy similares
para muchas dolencias, lo que hoy denominamos “inespecíficas”, por lo tanto y
como bien se reconoce el texto, muy difícil predecir el curso en sus inicios en la
mayoría de las ocasiones.

175
Mario Ferrer Vázquez

sobre ello desde el primer día y examinar cada cuarto día en la


adición, y no pasará inadvertido adónde se dirige (el curso de la
fiebre).

También la constitución de las cuartanas viene de este


ordenamiento. Las que van a hacer crisis en un tiempo muy
breve son más fáciles de conocer, pues son desde un comienzo
muy grandes los síntomas que las diferencian.

Los que van a reponerse están con buena respiración y sin


dolores, y duermen por las noches y presentan los demás
síntomas muy favorables. En cambio, los que morirán están con
respiración dificultosa, sin dormir, delirantes y con todos los
demás malísimos síntomas. De modo que, conociendo de
antemano esto, hay que hacer las conclusiones de acuerdo cm
la duración y la suma de días en aquellas enfermedades que
progresan hacia la crisis. De acuerdo con el mismo cálculo
tienen las mujeres sus crisis después del parto.”

“De estos casos, aquellos en los que el dolor se produce el


primer día, se encuentran agobiados al máximo el cuarto y el
quinto. Y al séptimo se ven liberados. Sin embargo la gran
mayoría comienzan a sentir dolores al tercer día, y se hallan muy
atormentados el quinto. Se ven liberados de ellos al noveno o al
onceno día. Los que empiezan a sufrir dolores al quinto y todo lo
demás les acontece según la proporción de lo antes dicho, su
enfermedad alcanza su crisis al día catorce. Estos síntomas se
presentan muy frecuentemente en las fiebres tercianas de
hombres y mujeres. A los más jóvenes se les presentan también

176
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

en éstas, pero sobre todo en las fiebres continuas y en las


tercianas genuinas.154”

“Los niños tienen convulsiones si la fiebre es aguda y su vientre


no evacua, y sufren insomnio, y están aterrorizados, y están
llorosos, y cambian de color y lo toman amarillo, pálido o rojo.
Les ocurre eso con mucha facilidad a los niños más pequeños,
hasta los siete años, mientras que los niños mayores y los
hombres ya no se ven atacados por espasmos en las fiebres, a
menos que sobrevenga alguno de los síntomas más violentos y
dañinos, como sucede en los casos de frenitis155.”

Como una especie de alegato final:

“Quiénes van a reponerse y quiénes a perecer, de los niños y de


los demás, hay que deducirlo por todos los síntomas, como han
quedado descritos en cada uno de los casos. Y eso lo digo a
propósito de las enfermedades agudas y de lo que de ellas se
deriva. Aquel que va a hacer su pronóstico correctamente sobre
quiénes van a sobrevivir y quiénes van a morir, y en qué casos
va a permanecer más días la dolencia y en cuáles menos, ha de
tener capacidad para juzgar, después de haberse aprendido
todos .los síntomas, reflexionando las influencias de unos frente

154
Hablando de las fiebres tercianas, como se ve no es más que un criterio temporal
que no parece obedecer a nada más que la pura observación, habiendo pues
enfermedades que les suceda al tercer, cuarto o quinto día. Recordar la influencia
de la numerología como ciencia en la época.
155
Por frenitis hoy en día entenderíamos una inflamación del diafragma. Sin
embargo en la Antigüedad se denominaba así a una enfermedad que hacía perder
la razón al paciente, ya que ésta se localizaba, según ellos, en el phrénes. Se
conserva este nombre aunque más tarde se aceptaron otras zonas del cuerpo como
origen de la razón. Esta enfermedad consistía en una patología aguda, febril, que
asociaba pérdida de peso, mirada perdida, delirios, locura, convulsiones, y que tenía
una alta mortalidad. Hoy en día suponemos se trataba, por lo descrito, de diversos
tipos de meningoencefalitis.

177
Mario Ferrer Vázquez

a otros, tal como se han expuesto tanto en el caso de los


esputos y las orinas como de los demás, y cuando a la vez va
expectorarse el pus y la bilis. Ha de advertir, además, las
tendencias de las enfermedades endémicas rápidamente, y no
pasar por alto la disposición de la época del año. No obstante
debe tener buenos conocimientos acerca de los signos y los
demás síntomas, y que no le pase por alto que en cualquier año
y en cualquier región los malos significan algo malo y los
favorables algo bueno, puesto que tanto en Libia como en Delos
y en Escitia son verídicos los indicios antes descritos.

En fin, conviene saber que no es nada asombroso que en unos


mismos lugares se alcance el éxito en la mayoría de los casos,
siempre que uno, habiendo hecho su aprendizaje, sepa juzgarlos
y considerarlos correctamente. No hay que echar en falta el
nombre de ninguna enfermedad que no se encuentre aquí
registrado156. Pues todas las dolencias que presentan su crisis
en los tiempos antes indicados, las reconocerás por dichos
síntomas.”

156
Como ya he comentado, era característica de Hipócrates y la Escuela de Cos la
enorme importancia conferida a la observación de los signos y síntomas y la historia
clínica, y no tanto al nombre concreto o clasificación de la enfermedad.

178
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

8.5.5. SOBRE LA DIETA EN LAS ENFERMEDADES


AGUDAS (Perì diaítēs oxéōn)

Este tratado está tradicionalmente atribuido al propio Hipócrates de


Cos, como ya he comentado. Tomado de la traducción que de él
realiza B. Cabellos Álvarez, en: Tratados Hipocráticos 1. 351-385.
Madrid 1983.

Un tratado de apuntes sobre la dieta, es tanto como decir un tratado


de terapéutica, dada la importancia que la dieta, en su conjunto
entendida, tenía para la doctrina médica hipocrática.

Se trata de una dieta simple, con escasos medicamentos y remedios


sencillos, aunque sí hay alusiones a purgantes, sangrías, enemas y
supositorios. Régimen alimenticio muy frugal, tisana de cebada (muy
utilizada), hidromiel (miel aguada), oximiel (miel con vinagre) y vino.
Este tipo de dieta es similar a la utilizada en la infancia en cuanto a la
simplicidad, unido a la inexistencia de un tratado propiamente infantil
que pone de manifiesto la escasa preocupación, -pese a la clara
división por edades realizada en algunos textos clásicos-, por los
niños en la medicina de la Antigüedad, pueden explicar la ausencia de
alusiones a este periodo etario en este tratado en concreto. Donde los
tratamientos se suponen para adultos y, en cualquier caso, queda a
criterio del médico generalizar a edades y sexos, aunque es cierto que
en algún párrafo si menciona alguna diferencia entre hombres y
mujeres.

Lo que sí se pone de manifiesto es la postura del autor, posiblemente


el propio Hipócrates, frente a la Escuela de Cnido, atacando desde el
principio el tratado de las Sentencias Cnidias, reprochando a sus
autores su insuficiencia en el pronóstico, guiándose sólo por las

179
Mario Ferrer Vázquez

explicaciones de los pacientes sin atender al cuadro clínico y la rigidez


y poca adaptación a cada caso y evolución de su recetario; así como
la distinción de diversas dolencias mediante nombres distintos sin
atender de forma clara a las causas de la misma (Cabellos, 1983,
357). Resumiendo así los recelos de la doctrina de Cos frente a la de
Cnido, que ya he comentado con anterioridad.

180
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

8.5.6. SOBRE LA ENFERMEDAD SAGRADA (Perì


bierês nósou)

Sobre este tratado ya escribí en la primera parte en relación a la


medicina mágica y la superstición que apunta el autor nada más iniciar
el texto. De una sublime importancia para entender el contexto
histórico de aquello que Laín Entralgo denomina “hazaña”, no es ni
más ni menos que el triunfo de la razón, el lógos frente al mythos, de
la utilización del intelecto y el razonamiento humanos para dar
explicación a aquellos fenómenos de la naturaleza, la physis. Y con
ello, encontrar una explicación racional que triunfe sobre la tradición
“popular, fantástica y temerosa” (García Gual, 1983), en ese fabuloso
periodo de la historia caracterizado por la ilustración, la filosofía, la
sofística; donde el médico se sitúa como uno de los personajes más
representativos de esa corriente cultural y humanística extraordinaria.

El siguiente texto, utilizado a modo de introducción, resume a la


perfección el espíritu de la ciencia y de los hombres y mujeres que,
con el objetivo de mejorar y mejorarse, de encontrar respuestas a
preguntas que la mayoría no saben o no quieren responder, trabajan y
luchan (muchas veces contra fuertes y férreas oposiciones de tipo
ideológico, político o económico), para tratar de encontrar explicación
racional a muchos de los fenómenos que la naturaleza nos ofrece, y
con ello tratar de solucionar muchos de los problemas y retos que ésta
misma nos lanza:

“El escrito Sobre la enfermedad sagrada es la expresión de la


lucha siempre renovada de hombres que piensan científicamente,

181
Mario Ferrer Vázquez

contra la superstición, la necedad y la charlatanería sin


escrúpulos”157

No existe en la Antigüedad un término, como hoy en día sería


“epilepsia”, que englobe este tipo de patologías, por lo que no se
refieren a él bajo ningún término específico y esa es la razón por la
que, pese a su oposición, se sigue denominado así.

No obstante el médico hipocrático se refiere, en términos generales, a


la epilepsia cuando habla de “enfermedad sagrada”, sin embargo una
lectura no demasiado exhaustiva ya nos hace suponer que no se trata
tan sólo de esto, sino que engloba otras patologías con síntomas
similares, ataques, temblores, convulsiones, desfallecimientos,
desvaríos y cualquier síntoma similar. Esto, por lo extraño y
escandaloso, fue el caldo de cultivo ideal para el crecimiento sobre
esta enfermedad, del apelativo de “sagrada” y que, para su curación,
se ofrecieran todo tipo de rituales, pues se trataba de una posesión o
de la ira de los dioses.

El médico hipocrático pues, trata y consigue (a su criterio) de


encontrar una explicación racional a esta patología. NO voy a juzgar la
evidente falta de método y lo rudimentario de los conocimientos sobre
anatomía y fisiología, pues no es ese mi cometido y sería frivolizar en
exceso sobre un hecho de extraordinaria validez. El intento de
racionalización sobre la superstición.

157
Escrito utilizado por C. García Gual y H. Grensemann, para introducir el capítulo
referente a la traducción de este texto del Corpus Hippocraticum. C. García Gual,
Tratados Hipocráticos 1, Sobre la enfermedad sagrada, Madrid, 1983, Pág. 389; H.
Grensemann, Die hippokratische Schrift “Ueber die heilige Krankheit”, Berlín, 1968,
pag. 5.

182
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Basándose en la teoría de los cuatro humores o temperamentos, el


proceso patológico consiste en que la flema, que desciende del
cerebro por los conductos venosos (que distribuyen por todo el cuerpo
el aire y la sangre), se hace más espesa y fría llegando a embotar la
circulación necesaria para la sensibilidad y la actividad racional y
motora. Teniendo en cuenta el temperamento de cada cual (la
constitución de cada uno basada en los cuatro grandes humores)158,
la edad, el sexo y el clima (cambios de temperatura bruscos, vientos,
etc.). Es decir, todo un compendio de los conocimientos que sobre la
nosología y la fisiología se creía tener en la época.

Estas explicaciones se basaban en las creencias, para ellos fundadas,


de que la circulación de la sangre y el aire (pneuma) se producía del
cerebro al resto del cuerpo por las venas (no existía un conocimiento
del sistema veno-arterial, no había diferenciación, ni del papel del
pulmón o el corazón, dando más importancia al hígado y al bazo, de
donde procedían las venas). Pero eso sí, se concede al cerebro el
poder de albergar la razón, y no en el diafragma (phrénes)159 o el
corazón, creencias más arraigadas en la época.

En cuanto a la traducción escogida, de nuevo he seguido el esquema


de C. García Gual en la edición de Gredos, Madrid 1983, págs. 389-
421. Con alusiones a traducciones de Littré y Grensemann, por ser
estas utilizadas por el autor.
158
La teoría de los humores, derivada de la de los cuatro elementos básicos del
universo realizada por Empédocles, otorga una serie de humores: sangre, bilis
amarilla, bilis negra, flema; y una serie de características principales a los mismos.
Basándose en ellos otorgaba también a las personas un fenotipo, característico de
cada uno según se considerara, dividiéndolas en cuatro grupos. Aún hoy llamamos
“flemático” a un individuo cuya característica es la frialdad. Según este
temperamento cada enfermedad afectaba a cada cual de manera distinta. En este
caso la enfermedad sagrada, considerada flemática, atacaba más a los semejantes.
Platón y Aristóteles también abrazaban este tipo de teorías para otorgar carácter
físico a los estados del alma. Galeno, en época romana, desarrollo al máximo estas
teorías que seguirían vigentes hasta los últimos avances de la ciencia.
159
Ver nota 38.

183
Mario Ferrer Vázquez

ANÁLISIS DEL TEXTO

El inicio del tratado resume a la perfección todo aquello de lo que


vengo hablando, la lucha de la razón frente a la superstición y el
empeño, del autor y de los médicos hipocrático, y del propio
Hipócrates de Cos por supuesto, de imponer el lógos frente al mythos.
Cambio fundamental del pensamiento griego y aportación
imprescindible de la filosofía y la medicina a la historia de la ciencia y
el pensamiento.

“Acerca de la enfermedad que llaman sagrada sucede lo


siguiente. En nada me parece que sea algo más divino ni más
sagrado que las otras, sino que tiene su naturaleza propia, como
las demás enfermedades, y de ahí se origina. Pero su
fundamento y causa natural lo consideraron los hombres como
una cosa divina por su inexperiencia y su asombro, ya que en
nada se asemeja a las demás. Pero si por su incapacidad de
comprenderla le conservan ese carácter divino, por la banalidad
del método de curación con el que la tratan vienen a negarlo.
Porque la tratan por medio de purificaciones y conjuros.

Y si va a ser estimada sagrada por lo asombrosa, muchas serán


las enfermedades sagradas por ese motivo, que yo indicaré otras
que no resultan menos asombrosas ni monstruosas, a las que
nadie considera sagradas. Por ejemplo las fiebres cotidianas,
tercianas y cuartanas no me parecen ser menos sagradas ni
provenir menos de una divinidad que esta enfermedad. Y a éstas
no les tienen admiración. Y, por otro lado, veo a personas que
enloquecen y deliran sin ningún motivo evidente y que realizan
muchos actos sin sentido; y sé de muchos que sollozan y gritan

184
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

en sueños, de otros que hasta se ahogan, y otros que se


levantan deprisa y se escapan fuera de sus casas y desvarían
hasta que despiertan, y que luego están sanos y cuerdos como
antes, quedando pálidos y débiles, y eso no sólo una vez, sino
muchas. Hay otros muchos casos y muy varios, que hablar de
cada uno haría prolija la charla.

Me parece que los primeros en sacralizar esta dolencia fueron


gente como son ahora los magos, purificadores, charlatanes y
embaucadores, que se dan aires de ser muy piadosos y de saber
de más. Estos, en efecto, tomaron lo divino como abrigo y
escudo de su incapacidad al no tener remedio de que servirse, y
para que no quedara en evidencia que no sabían nada estimaron
sagrada esta afección. Y añadieron explicaciones a su
conveniencia, y asentaron el tratamiento curativo en el terreno
seguro para ellos mismos, aduciendo purificaciones y conjuros,
prescribiendo apartarse de los baños y de un buen número de
comestibles que serían comida inconveniente para los enfermos.
De entre los pescados de mar (prohibieron) el salmonete, la
raya, el mújol y la anguila -éstos son, por lo visto, los más
mortíferos; entre las carnes, las de cabra, ciervo, cerdo y la de
perro -éstas son, pues, las carnes más alborotadoras del
estómago-; de las aves, el gallo, la tórtola y la avutarda -que se
considera que son durísimas-; entre las hortalizas la menta, el
ajo y la cebolla -ya que lo ácido no es nada adecuado para un
convaleciente-. En cuanto al vestido (prohibieron) llevarlo negro
-porque lo negro alude a la muerte-; y (prescribieron) no yacer
sobre pieles de cabra ni llevarlas; y no estar con un pie sobre el
otro, ni mano sobre mano -ya que todo eso son actitudes
prohibitivas. Eso lo ordenan de cara a lo divino, como si tuvieran

185
Mario Ferrer Vázquez

un saber superior, y formulando otros motivos, de modo que, si


el enfermo llegara a curarse, de ellos sea la gloria y la destreza,
y si, se muere, quedara a salvo su disculpa, conservando la
excusa de que de nada son ellos responsables, sino sólo los
dioses, ya que no les dieron ningún medicamento para comer o
beber ni los trataron con baños de modo que pudieran ser
culpables de algo.

Yo supongo que de los libios que habitan en el interior de su país


ninguno puede andar sano, si viven a base de pieles y carnes de
cabra, porque lo que es allí no tienen ni manta ni vestido ni
calzado que no sea de cabra. Pues no tienen más ganado que
cabras.

Y si el comer y llevar eso produce y desarrolla la enfermedad, y


el no comerlo la cura, tampoco entonces es la divinidad la
responsable, ni son de provecho las purificaciones, sino que lo
que cura y lo que daña son los comestibles, y se esfuma el
influjo de lo divino”.

Pero si el lector piensa, por mis palabras o la de los autores, que los
científicos de la época y los médicos, y en particular Hipócrates y sus
discípulos rechazan todo tipo de creencias religiosas, nada más lejos
de la realidad. Al igual que en nuestros días, durante la historia los
médicos y científicos en general tienen lo que se denomina
“pensamiento científico”, esto es, crítico, racional, con inquietud y
viveza por explicar lo inexplicable mediante la razón; lo que no
significa no tener creencias o rechazar toda religión, fe o doctrina. El
autor dice:

186
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

“Con sus palabrerías y maquinaciones fingen saber algo superior


y embaucan a la gente recomendándoles purificaciones y
expiaciones, y el bulto de su charla es invocación de lo divino y
lo demoníaco. Aunque a mí me parece que no construyen sus
discursos en torno a la piedad, como creen ellos, sino, más bien,
en torno a la impiedad y a la creencia de que no existen los
dioses, y que su sentido de lo piadoso y lo voy a demostrar.”

La primera parte de este tratado versa sobre el rechazo frontal a las


prácticas pseudomédicas, que tacha de charlatanería, con
acusaciones duras y tratando de probar la ineficacia y el carácter
embaucador de este tipo de curanderos.160

En otra parte del tratado se dedica ya a la enfermedad propiamente


dicha. En este pasaje, hablando sobre la formación del feto en el útero
materno, donde debe producirse la purificación del flujo, pasa
posteriormente a describir los síntomas, que más tarde explica uno a
uno, a fin de dejar claro que puede dar explicación racional a todo
cuanto acontece en esta enfermedad:

“Pero si no se produce la purificación, sino que (el flujo) se


concentra en el cerebro, entonces forzosamente (el niño) será
flemático. Y aquellos que de niños les salen úlceras en la
cabeza, en los oídos y en la piel, y que le brotan abundante
saliva y mocos, esos tienen un pasar muy saludable al avanzar
su edad, pues de esa manera expulsan y eliminan la flema que
hubiera debido ser purificada en el útero materno. Y los que se

160
La “lucha” sigue, desgraciadamente, hoy en día; gastando mucha energía,
conocimientos, razones de peso, explicaciones y evidencias científicas en
desmontar teorías pseudomédicas sin base alguna y curanderos que, aún hoy en
día y del mismo modo que en la época de Hipócrates, tratan de aprovecharse del
dolor y las desgracias ajenas.

187
Mario Ferrer Vázquez

han purificado así no llegan a verse atacados por esta


enfermedad en su gran mayoría. Pero aquellos niños que son
puros, y en los que no se presentan ni heridas ni mucosidad ni
abundancia de saliva, ni han experimentado purgación en el
útero materno, éstos corren el peligro de ser dominados por esta
enfermedad.

Si el flujo desciende hacia el corazón161, sobrevienen


palpitaciones y asma, y el pecho queda dañado, e incluso
algunos se vuelven jorobados162. Porque cuando la flema fría
avanza hasta el pulmón y el corazón, la Sangre se enfría.

Las venas, al enfriarse violentamente, baten contra el pulmón y


el corazón, y el corazón sufre palpitaciones, de modo que a
causa de esta violencia se crea el asma y la sensación de
ahogo. Porque no entra todo el aire que desea (el enfermo),
hasta que el flujo queda dominado y, una vez caldeado, se pone
a circular por las venas. A continuación cesan las palpitaciones y
el asma. Cesan en la medida en que cesa el agobio. Si baja el
flujo más abundante, más despacio; si es menor, más deprisa. Y
si los flujos descendentes son frecuentes, tanto más frecuente
resulta atacado el enfermo. Así que eso es lo que sufre cuando
(el flujo) le llega al pulmón y al corazón; cuando le llega al
vientre, le produce diarreas.

Si (la flema) se encuentra cerrados estos caminos, y el flujo va


en descenso por las venas que antes dije, (el afectado) se queda

161
El flujo descendente, katárroos, provocaría estos síntomas. Destacar, la acepción
actual de esta palabra para designar el aumento de flujo, en este caso mucoso, en
los cuadros infecciosos de vías respiratorias, generalmente altas y de curso benigno.
Pues nuestra palabra “catarro” proviene de este vocablo griego.
162
Sobre el asma, traducción de dificultad respiratoria, ya hablé en los comentarios
al libro de los aforismos. Del mismo modo que la alusión en este texto a los
jorobados, consecuencia directa de una vida de dificultad respiratoria extrema.

188
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

sin voz y se ahoga; y le sale espuma por la boca, le rechinan los


dientes, agita espasmódicamente los brazos, sus ojos se
extravían y pierde la razón, y a algunos se les escapan los
excrementos163. Estas manifestaciones se dan unas veces en la
parte izquierda; otras en la derecha, otras, en fin, en ambas.
Cómo padece cada uno de estos síntomas, yo voy a explicarlo.”

Referente ya al curso de la enfermedad en los niños:

“De los niños pequeños que son atacados por esta enfermedad,
la mayoría muere, si el flujo se les presenta copioso y al soplar el
viento del Sur. Pues sus venas menores, que son finas, no
pueden acoger la flema, por su espesor y abundancia, sino que
la sangre se les enfría y se congela, y de ese modo se mueren.
Si es poco y hace su curso descendente no por ambas venas,
sino por una u otra de éstas, sobreviven, pero quedan marcados.
Pues se les queda distorsionada la boca, o el ojo, o la mano, o el
cuello, según por donde la vena menor al llenarse de flema sea
dominada y oprimida. Por tanto, a causa de esa vena menor,
necesariamente esa parte del cuerpo, la dañada, es más débil y
más deficiente. Pero a la larga y con el tiempo resulta
beneficioso, en conjunto. Porque ya no es propenso a los
ataques una vez que está señalado por este motivo: a causa de
esa opresión las demás venas están dañadas y se van
comprimiendo en cierta proporción, de modo que reciben el aire,

163
Definición bastante exacta de la sintomatología de una crisis epiléptica florida,
completa o generalizada como la denominamos hoy en día. Posteriormente hace
referencia a que puede producirse en un lado del cuerpo o en los dos (parciales o
generales), conscientes de que el cerebro humano tiene dos hemisferios y
teorizando sobre su influencia en ambas partes del cuerpo, pese a su
desconocimiento total del sistema nervioso, debido a que allí llegaban venas
diferenciadas del hígado o bazo, es decir, de ambos lados del cuerpo.

189
Mario Ferrer Vázquez

pero la corriente de flema ya no puede circular por ellas. Con que


es natural que esos miembros sean más débiles, estando
dañadas las venas. Aquellos que sufren el flujo con viento norte
y en pequeña proporción y por el lado derecho sobreviven sin
quedar marcados. Pero hay riesgo de que (la enfermedad)
crezca y se desarrolle con ellos; de no ser tratados con los
remedios oportunos. Con que esto es lo que sucede con los
niños, o algo muy próximo a esto.”

Y a las causas de la enfermedad sagrada en la infancia:

“El flujo desciende más por la derecha que por la izquierda,


porque por allí las venas son más capaces y más numerosas
que en el costado izquierdo. El flujo desciende y se licua sobre
todo en los niños, cuando se les ha calentado la cabeza, sea por
efecto del sol o de un fuego, y de repente se les hiela el cerebro,
ya que entonces se separa la flema. Se derrite ahí causa del
calentamiento y la dilatación del cerebro; y se segrega a causa
del enfriamiento y la contracción, y así comienza a fluir hacia
abajo. En unos casos esa es la causa, en otros resulta cuando
de pronto, tras vientos del Norte, irrumpe el viento del Sur, y el
cambio afloja y relaja el cerebro contraído y enfermizo, hasta el
punto de que la flema rebosa, y de ese modo se produce el flujo.
Se derrama el flujo también a causa de un terror oscuro o si uno
se asusta ante el grito de otro, o si en medio del llanto no es
capaz de recobrar pronto el aliento, cosas que les ocurren a
menudo a los niños. Si ocurre cualquiera de estas cosas, en
seguida el cuerpo es presa de escalofríos, y (el paciente),
quedándose sin voz, no recobra la respiración, sino que su
respirar se detiene, y el cerebro se contrae, y la sangre queda

190
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

detenida, y así se segrega y se desliza hacia abajo el flujo de


flema. En los niños éstas son las causas del ataque de la
enfermedad en su comienzo.”

“Cuando uno ya pasa de los veinte años, ya no le ataca esta


enfermedad, a no ser que le sea congénita desde niño; sino que
se presenta en muy pocos casos o en ninguno. Porque entonces
las venas están llenas de sangre abundante, y el cerebro está
compacto y firme, de modo que no sale ningún flujo hacia las
venas. Y en caso de que afluya, no domina a la sangre, que es
abundante y cálida. Pero a aquel que desde niño ha crecido y se
ha desarrollado con la enfermedad, se le hace costumbre el
sufrirla durante los cambios de los vientos, y le sobrevienen
ataques en la mayoría de estos, y sobre todo cuando sopla el
viento del Sur. Y le es difícil librarse. Pues su cerebro está más
húmedo de lo natural, y rebosa por efecto de la flema al punto de
que resultan más frecuentes los flujos, y la flema ya no puede
separarse ni el cerebro recobrar su sequedad, sino que está
empapado y permanece húmedo.”

Acerca del cerebro, dice el autor:

“Conviene que la gente sepa que nuestros placeres, gozos, risas


y juegos no proceden de otro lugar sino de ahí (del cerebro), y lo
mismo las penas y amarguras, sinsabores y llantos. Y por él
precisamente, razonamos e intuimos, y vemos y oímos y
distinguimos lo feo, lo bello, lo bueno, lo malo, lo agradable y lo
desagradable, distinguiendo unas cosas de acuerdo con la
norma acostumbrada, y percibiendo otras cosas de acuerdo con
la conveniencia; y por eso al distinguir los placeres y los
desagrados según los momentos oportunos no nos gustan

191
Mario Ferrer Vázquez

(siempre) las mismas cosas. También por su causa


enloquecemos y deliramos, y se nos presentan espantos y
terrores, unos de noche y otros por el día, e insomnios e
inoportunos desvaríos, preocupaciones inmotivadas y estados de
ignorancia de las circunstancias reales y extrañeza. Y todas
estas cosas las padecemos a partir del cerebro, cuando éste no
está sano, sino que se pone más caliente de lo natural o bien
más frío, más húmedo, o más seco, o sufre alguna otra afección
contraria a su naturaleza a la que no estaba acostumbrado (…)
De acuerdo con esto considero que el cerebro tiene el mayor
poder en el hombre.”

“El diafragma, singularmente, tiene un nombre adquirido por el


azar y la costumbre, pero que no está de acuerdo con su
naturaleza164 (…) Dicen algunos que pensamos con el corazón y
que éste es el (órgano) que se aflige y se preocupa. Pero no es
así.”

Terminando este párrafo, el autor de nuevo nombra a modo de


resumen que la enfermedad sagrada tiene causas, y éstas tienen que
ver con aires, vientos, sol, naturaleza, etc.; que son divinas y causas

164
Diafragma, phrén, o hai phrénes, etimológicamente relacionada con el verbo
“pensar” o “meditar”. En los textos de Homero aparecen las emociones situadas en
el centro del pecho, junto al ánimo (thymos). Posteriormente se localizaron más
concretamente en el diafragma. El nombre se mantuvo, y existían discusiones
acerca del origen de los nombres para los sofistas, por naturaleza o por convención.
Otro apunte que surge de esta nota es la palabra thymos, etimológicamente
relacionada con el ánimo y así lo utilizamos hoy en día (en “distimia” por ejemplo),
también sirve para nombrar a la glándula linfoide responsable de la maduración de
los linfocitos T, el timo, situado en el centro del tórax en los niños.

192
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

de otras dolencias, por lo que no debe ser considerada ni más ni


menos divina que el resto de enfermedades.

Poco sabían de las causas reales, pero sin embargo ya sabían que su
origen estaba en el noble órgano del cerebro. Por lo tanto sus teorías
no eran acertadas, pues de base estaban viciadas por la teoría
general del origen de las enfermedades, sin embargo la observación
sobre estas causas les llevaba a tener claro que el origen era el
cerebro. Muy importante la diferenciación por edades y el
reconocimiento del papel del cerebro sin conocer nada del sistema
nervioso. Tratado éste de los más interesantes a la hora de analizar
los conocimientos y comportamientos de la ciencia médica hipocrática,
y de reflexionar acerca de nuestros propios conocimientos.

193
Mario Ferrer Vázquez

8.5.7. SOBRE LOS AIRES, AGUAS Y LUGARES (Perì


aèrōn, hydátōn, tópōn)

Esta obra es una de las más célebres del Corpus Hippocraticum, una
de las que mejor ilustra el pensamiento científico de la época, que
genera teorías para la etiología no solo de las dolencias, sino del
origen y formación de los hombres y sus características. Por este
motivo se atribuye clásicamente por muchos autores al propio
Hipócrates, muy emparentada con la obra Sobre la enfermedad
sagrada, comparte teorías e incluso estilo literario, razón por la que se
piensa que podría ser del propio Hipócrates, o de alguien muy cercano
a él.

Escrito de marcado carácter racional y sagaz, no está exento sin


embargo de cierto dogmatismo, extrayendo conclusiones en
ocasiones, sin demostrar de forma clara en qué están basadas.
Presenta una importante observación y conjeturas sobre el entorno y
el origen de los procesos naturales y meteorológicos.

El contenido se podría dividir en dos mitades diferenciadas, como bien


nos indica López Férez en la introducción a la traducción que utilizo
para este trabajo165. En una primera parte el autor ofrece al médico
que llega a una ciudad extraña166 la posibilidad de obtener buena
información y conclusiones seguras sobre aspectos esenciales de su
profesión, a partir de determinadas condiciones naturales del lugar.
En la segunda parte se dedica a enumerar las diferencias entre Asia y
Europa, en concreto en lo referente a las peculiaridades físicas y

165
J.A. López Férez, Tratados Hipocráticos I, Sobre los aires, aguas y lugares,
Madrid, 1986, 11.
166
Recordar el marcado carácter itinerante de la profesión médica de la época, los
periodeutas, signo de enriquecimiento cultural y prestigio del propio médico. El
propio Hipócrates ejerció como tal.

194
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

psíquicas de sus habitantes. En la misma introducción al texto por el


autor indica claramente lo que un médico que se precie debe conocer:
estaciones del año, vientos, propiedades de las aguas y situación de
la ciudad. Sobre esto desarrolla toda su disertación.

En cuanto al texto utilizado para el análisis ha sido la traducción


realizada por J.A. González Férez, dentro del volumen II de Los
Tratados Hipocráticos, Sobre los aires, aguas y lugares, Madrid 1986,
págs. 11-88, Ed. Gredos.

A continuación los pasajes referidos a la medicina en la infancia,


objeto de este trabajo.

ANÁLISIS DEL TEXTO

“La ciudad que está expuesta a los vientos calientes -éstos


soplan entre los puntos de salida y puesta del sol en invierno-,
cuando recibe esos vientos como habituales y está al amparo de
los vientos del Norte, en esa ciudad es forzoso que las aguas
sean abundantes, algo saladas y estén a flor de tierra, calientes
en verano y frías en invierno; que sus habitantes tengan la
cabeza húmeda y llena de flema, y se les trastornen
frecuentemente los intestinos a causa de la flema que fluye hacia
ellos procedente de la cabeza; que posean un aspecto bastante
flojo, por lo general, y que no sean buenos comedores ni
bebedores. Efectivamente, los que tienen la cabeza débil no
pueden ser buenos bebedores, pues la borrachera les ataca
más.

Las enfermedades típicas de aquí son las siguientes: en primer


lugar, las mujeres son enfermizas y propensas a flujos, y,
además, muchas son estériles por enfermedad, no por

195
Mario Ferrer Vázquez

naturaleza, y abortan con frecuencia. Los niños les sobrevienen


espasmos, asmas y la afección que, según se cree, la causa una
divinidad y es sagrada; a los hombres, disenterías, diarreas,
escalofríos, fiebres crónicas de invierno, muchas pústulas
nocturnas y hemorroides en el asiento.

En cambio, no se producen, por lo común, pleuritis,


perineumonías, causones, ni las que son consideradas
enfermedades agudas. No es posible, realmente, que estas
enfermedades tengan fuerza donde los intestinos son húmedos.
Sobrevienen oftalmías húmedas, no graves, de corta duración, a
no ser que predomine una enfermedad general a causa de un
gran cambio. Cuando las personas pasan de los cincuenta años,
unos flujos procedentes del cerebro las dejan parapléjicas, si de
repente les da el sol en la cabeza o pasan frío. Ésas son las
enfermedades endémicas que les sobrevienen. Y, además, si
prevalece alguna enfermedad general a causa del cambio de
estación, también la padecen.”

En este párrafo encontramos unas características específicas de las


personas que habitan en ciudades expuestas a un clima que define en
función de los vientos.167 Nótese el paralelismo en este tipo de
explicaciones con el texto Sobre la enfermedad sagrada. De hecho
alude a esta misma enfermedad. Con respecto a esto contar que en el
texto clásico se hace referencia a esta enfermedad como tó paidíon,
es decir, como “enfermedad de la infancia”, aunque muchos editores
posteriores, como el que nos ocupa aunque realiza aclaración a pie de

167
No podemos encontrar una referencia clara ni identificable a nuestros nombres
actuales para los vientos, pues había diversas maneras de nombrarlos en la antigua
Grecia del siglo V-IV a.C. sin que ninguna de ellas se impusiera sobre las demás.

196
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

página, influidos por las conjeturas de los textos de Zwinger


(Hippocratis viginti duo cornmentarii Theodon Zwingeri studio et
conatu, Basilea. 1579, páginas 239-258), prefieren traducir como
“origen divino”. Lo cierto es que Galeno ya comentaba esto mismo,
utilizando una alusión al texto de este tratado para referirse a esta
enfermedad como paidíon. Littré prefiere traducir como “enfermedad
de la infancia”, respetando así el texto clásico. Lo que sí es evidente
es la alusión a la epilepsia, y pos supuesto su relación estrecha con la
infancia. Pero resulta contradictorio que el tratado más crítico con la
propia definición clásica de esta dolencia, no proponga ningún nombre
alternativo, y es en este tratado donde apreciamos un cambio en la
denominación de esta enfermedad. Por otra parte, dado que se refiere
a la infancia en concreto, es posible que el autor del tratado diferencie
esta enfermedad según se presenta en la infancia o en la edad adulta,
como así también lo hace en Aforismos y Sobre la enfermedad
sagrada168, separando por edades y dando un distinto pronóstico a
ambas, de lo que se deduce que no consideraban a ambas
presentaciones exactamente igual, dada la importancia que dan al
pronóstico.

La explicación a esto podría ser la escasa importancia que la Escuela


de Cos y la medicina hipocrática daba a la denominación específica
de las enfermedades, y en general a la infancia, pero su afán
observador y la importancia que daban al pronóstico no podían dejar
de evidenciar que eran distintas, pese a que su origen según sus
teorías fuera el mismo. Sabemos hoy que las convulsiones en la
infancia tienen en general un carácter más benigno que en la edad
adulta, puesto que hoy denominamos con diversos nombres a

168
Ver los capítulos correspondientes de este mismo trabajo.

197
Mario Ferrer Vázquez

patologías que en la época eran la misma, y a los sumo, separadas en


dos, según se presentara en la infancia o en la edad adulta.

Se alude también a otros problemas infantiles como el asma (con una


acepción similar pero no igual a la de hoy en día), con los
conocimientos actuales podemos saber que si existen zonas
húmedas, con este tipo de vientos que parece relatar el autor, puede
favorecer sin duda los problemas respiratorios crónicos, no así los
agudos según el autor hipocrático aunque esto por supuesto
dependerá de la prevalencia de ciertos microorganismos,
desconocidos para le época; en cualquier caso depende del
observador y de la importancia que quiera dar a sus conjeturas
causales, ya que el resto de patologías y explicaciones dadas parecen
poco claras e incluso contradictorias en ocasiones.

“Las ciudades que, al revés de las anteriores, están expuestas a


los vientos fríos que soplan entre los puntos de puesta y salida
del sol en verano, en tales ciudades, que tienen esos vientos
como habituales y están al amparo del viento del Sur y de los
vientos calientes, ocurre como sigue (…) En lo tocante a las
mujeres, en primer lugar, muchas resultan estériles, a
consecuencia de las aguas, que son duras, crudas y frías.
Efectivamente, sus menstruaciones no son las apropiadas, sino
escasas y dolorosas. Además, dan a luz con dificultad y rara vez
abortan. Cuando dan a luz, son incapaces de alimentar a sus
hijos, pues se les seca la leche a causa de la dureza y crudeza
de las aguas. Les sobrevienen tisis, con frecuencia, después de
los partos, pues, por la violencia de los mismos, sufren
desgarramientos y convulsiones. A los niños se les forman
hidropesías en los testículos, mientras son pequeños, pero,

198
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

después, al avanzar la edad, les desaparecen. En esta ciudad


los niños llegan a la pubertad bastante tarde.”

En este pasaje, cambiando de clima y localización, podemos intuir


cierto problema con las aguas y una cierta prevalencia de algunas
enfermedades infecciosas como la tuberculosis. Podría explicar
algunas de las conjeturas del autor, no así la hidropesía en los
testículos, que sería más bien un hidrocele o hernias inguinales, sin
que haya ninguna otra referencia o evidencia de que pueda deberse a
una enfermedad parasitaria, típicas en la época.

“Las que están mirando hacia la puesta del sol, a cubierto de los
vientos que soplan desde el Oriente, e, incluso, de los vientos
calientes y los fríos, procedentes del Norte, pasan de largo por
ellas, esas ciudades están, por fuerza, en una posición muy
malsana. Pues, en primer lugar, sus aguas no son claras. La
razón de ello es que por la mañana predomina generalmente, la
niebla, que, al mezclarse con el agua, le quita la transparencia,
pues el sol no brilla antes de haberse elevado a lo alto (…) Las
aguas quietas, pantanosas y estancadas son, por fuerza, en el
verano, calientes, gordas y fétidas, porque no fluyen, pero, como
las alimenta el agua de lluvia, siempre nueva. y las calienta el
sol, son, necesariamente, de mal color, nocivas y productoras de
bilis; en invierno, son heladas, frías y turbias a causa de la nieve
y los hielos, de suerte que ocasionan, con gran facilidad, flema y
ronqueras. Quienes las beben tienen siempre el bazo grande y
contraído, y el vientre duro, delgado y caliente (…) Esa afección
les acompaña en verano e invierno. Además, sobrevienen

199
Mario Ferrer Vázquez

hidropesías, numerosísimas y mortales en grado sumo.


Efectivamente, en verano, se dan muchas disenterías, diarreas y
fiebres cuartanas de larga duración. Esas enfermedades, al
prolongarse, hacen caer en hidropesía a las personas de tal
constitución y acaban con su vida. Ésas son las afecciones que
les ocurren en verano. En invierno, a los más jóvenes les
sobrevienen perineumonías y achaques de locura; a los de más
edad, fiebres ardientes a consecuencia de la dureza del vientre;
a las mujeres, hinchazones y leucoflegmasía. A duras penas
conciben, y dan a luz con dificultad. Los recién nacidos son
grandes y están hinchados; después, con la alimentación, se
quedan consumidos y enclenques (causan problemas o fatigas)
(…) En las mujeres la menstruación no se presenta bien tras el
parto. A los niños se les forman, especialmente, hernias, y a los
hombres, varices y úlceras en las piernas, de suerte que no es
posible que personas de tal naturaleza sean de larga vida, sino
que envejecen antes que les llegue el momento. Además, las
mujeres creen que han concebido, y, cuando llega el parto,
desaparece la plenitud de su vientre. Eso sucede, cuando la
matriz tiene hidropesía.”

En este párrafo habla claramente de un tipo de tierras cálidas que


presentan aguas estancadas, turbias e insalubres. Por los
conocimientos de la época no podían sobre las causas reales pero,
sin embargo, observaban con mucho detenimiento y deducían que el
clima favorecía una y otra cosa, y que las características del agua
enfermaban a quienes la bebía. Esto es absolutamente cierto. En el
pasaje habla de probables enfermedades parasitarias, con
esplenomegalia, desnutrición e incluso hidropesía general y grave que

200
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

hoy llamaríamos “anasarca”. Manifestaciones larvadas y tan dilatadas


en el tiempo y endémicas que hacen creer que son características
físicas de las personas que allí habitan. Hace alusión también a
fiebres prolongadas que sin duda son fiebres tifoideas e incluso
cólera, acompañadas de disenterías más o menos graves. Incluso
afectación del sistema nervioso central, y otro tipo de patologías
agudas probablemente infecciosas.

En cuanto a la mención de los niños al nacer, es probable que se


refiera a diabetes materna, con afectación de este tipo en los recién
nacidos que asocian otro tipo de problemas (respiratorios, cardíacos e
hipoglucemias), que si no producen la muerte si producen problemas
posteriores ya que, en ningún caso se adaptaba la alimentación a sus
problemas, lo que hace que el autor achaque a la misma su posterior
pérdida de peso, no por la alimentación en sí, sino porque las
costumbres de la época no favorecían en nada la recuperación de una
hipoglucemia neonatal por diabetes materna.

Posteriormente, y en otro pasaje no citado, hace referencia al tipo de


aguas duras que emanan de manantiales de roca, este tipo de aguas
debían ser en exceso mineralizadas, y de ellas dice que son difíciles
de eliminar por la orina. Propone que las aguas que deben beberse
son las más elevadas, además de diversas acciones, en general
encaminadas a purificar el agua de bebida (sobre el agua de la nieve,
de la lluvia, agua hervida, etc.); ofreciendo así una cura, sin duda,
pues evita el contagio de las aguas contaminadas y también los
efectos de beber un agua dura continuamente. Estos efectos, sin
nombrarlo, debían ser francamente demoledores en la infancia.

201
Mario Ferrer Vázquez

Referencias a la mezcla de agua y vino, una costumbre en la época,


como también lo era dar de beber vino a los niños, y es que en los
poemas Homéricos que recordemos eran los “libros de texto” de la
antigua Grecia169, Aquiles ya bebía el vino que le ofrecía Fénix, como
aparece en la Ilíada (9, 487). En este párrafo del tratado, a propósito
de las aguas, ilustra lo dicho:

“Además, afirmo que es mejor darles el vino a los niños,


mezclado lo más posible con agua, pues así quema y reseca
menos las venas.”

Hablando posteriormente de las épocas del año donde más “peligro”


hay de patología, sobre la meteorología e incluso la astrología, habla
de las épocas de ambos equinoccios y solsticios, cosa que hoy en día
también ha quedado en nuestro subconsciente.

En resumen, se trata de un escrito sagaz, científico y avanzado. Con


la simple observación y el análisis crítico el autor es capaz de llegar a
conclusiones muy válidas, algunas como los cálculos renales, incluso
hoy en día. En una época en la que se desconocían la existencia de
los gérmenes, en la que no existía la anatomía y, por lo tanto, muchas
de las disquisiciones eran a ciegas o por anatomía análoga animal.
Con la suspicacia que crea la aparición de una nueva ciencia, los
médicos hipocráticos eran capaces de formular teorías muy válidas y,
capaces de identificar problemas y localizar causas y, en ocasiones,
ofrecer soluciones que siglos después se demostrarán
extraordinariamente válidas, como el cambio o la purificación de las
aguas. Siempre aplicando la razón frente a la etiología “divina” a la

169
Alejandro de Macedonia era un excelso conocedor de la obra homérica, sus
campañas militares y su vida eran reflejo de la admiración del relato de la vida de
Aquiles, a quien emulaba en su grandeza (Barceló, 2011).

202
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

que muchos habitantes de las regiones que nombra, atribuyen sus


males. No obstante, se sigue echando en falta un trato más concreto a
la infancia, ni su alimentación ni su especial idiosincrasia hacen
especial mella en el médico hipocrático.

El libro termina con este alegato a la ciencia y la razón: “Si te vales de


estas pruebas para estudiar lo demás, no cometerás errores.”

203
Mario Ferrer Vázquez

8.5.8. PREDICCIONES I (Prorrētikón α)

Este tratado es uno de los cuatro, junto a Predicciones II, Pronóstico y


Prenociones de Cos, que se dedica al pronóstico dentro del Corpus
Hippocraticum.

Escrito a modo de sentencias, del tipo de los Aforismos, es un libro


que no siempre ha gozado de la autenticidad y de la autoría clara de
los discípulos de Cos, sobre todo por los comentarios negativos que
en su día realizó Galeno sobre él, tratándolo de un texto poco preciso
y confuso, y no atribuible a Hipócrates170. Sin embargo parece que
este comentario venía precedido por un enfrentamiento con un médico
de la época, y que en los principios de su carrera sí lo creía
hipocrático.

Sea como fuere, dado que la autoría no está clara171, sí se puede ver
en él características de la escuela de Cos, mezclando pronóstico con
diagnóstico y ensalzando este acto médico, a pesar de que
ciertamente, se trata de un libro en ocasiones confuso.

El texto utilizado para el análisis es la traducción realizada por E.


García Novo, en los Tratados Hipocráticos II, Predicciones I, Madrid
1986, págs. 151-201.

170
E. García Novo, Tratados Hipocráticos II, Predicciones I, Madrid 1986, 169.
171
El tema de la autoría de textos es algo extensamente debatido y muy importante
para nosotros, sin embargo en la Grecia antigua, Previa a las tragedias de Ática, la
autoría de los textos no era tan fundamental, sobre todo aquellos dirigidos la práctica
profesional, como los textos médicos que, como éste, estaban destinados a la
práctica médica diaria.

204
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

ANÁLISIS DEL TEXTO

“Garganta dolorosa, sin hinchazón, con malestar, y produciendo


sofocación, fatal rápidamente.”

“Quienes presentan la respiración arrastrada hacia dentro, la


voz sofocada, y la vértebra cervical hundida, para ésos, hacia el
final, la respiración es semejante a la del que experimenta
espasmos.”

En estas dos sentencias se hace referencia a algo ya nombrado


anteriormente, a un tipo grave de laringitis o laringoespasmo, que en
el caso de ser febril sería debido a una epiglotitis, y si afebril podría
ser un tipo de alergia con anafilaxia. Sin referencia a la infancia,
sabemos de la frecuencia de éstas durante la misma.

En el análisis de las ciento setenta sentencias de las que está


compuesto este tratado, no se encuentra ninguna referencia a la
infancia, ni a patologías claras de esta edad. Las predicciones son en
general, de curso funesto, que en ocasiones no dejan muy claro el
sentido de las mismas ni a qué se refieren exactamente.

205
Mario Ferrer Vázquez

8.5.9. PREDICCIONES II (Prorrētikón β)172

Tratado sobre pronóstico, escrito esta vez en la modalidad de


narrativa, con un contenido literario de una prosa excelente. No se
trata pues de la segunda parte del anterior, sino de un nuevo tratado
sobre el tema, procedente de un autor distinto, Existe un conocimiento
sobre el pronóstico, importante en todos los autores de libros y con
coincidencias entre ellos, lo que hace pensar en la formación similar
de tales autores y en la proliferación de escritos que trataran sobre
este tema. Esta última posbilidad se sustenta en la afirmación del
autor del tratado Predicciones II, reconociendo que ha leído varios
tratados sobre el tema.

En este libro se dedica el autor a ofrecer una amplia gama de


“señales” de patologías conocidas y desconocidas, tratando también
el tema de las heridas traumáticas. Uno de los aspectos en los que
pone hincapié el autor, es en desmontar las “falsas predicciones de
médicos inexpertos, o poco juiciosos, o que carecen de la formación
necesario; o bien de la propia gente de la calle o de charlatanes”.

Predicciones sin base científica, imposibles de demostrar;


predicciones basadas en habladurías, aquellas que jamás se vieron, y
solo conocidas por relatos. También aquellas predicciones falsas e
irracionales, pues para el autor una buena predicción debe estar
basada en el conocimiento y en la observación de todas las “señales”
(signos y síntomas), y no son válidas las “adivinaciones”. De hecho, el

172
La traducción del texto utilizada para el análisis es la realizada por E. García
Novo, Tratados Hipocráticos II, Predicciones II, Madrid 1986, págs. 205-273.

206
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

autor se opone radicalmente a que se le tache como tal, no se


considera un “adivino” en absoluto, afirmando que:

“(Él) expone los signos y síntomas, tomando una postura clara


al respecto.”

“La auténtica predicción médica no es cosa de adivinos, sino que


se basa en un conocimiento profundo del cuerpo humano. Si el
médico no consigue de antemano un conocimiento completo de
las peculiaridades de las enfermedades y de los pacientes,
preciso es que no pronostique nada”173

Predicciones II, es también uno de los tratados que más habla sobre
la ciencia y su aportación a ciertos procesos, y sobre la incapacidad
de la misma para solucionar algunas cuestiones de la naturaleza que
el tiempo y la ciencia pueden o no recuperar.

Este trabajo está dedicado al estudio de enfermedades de curso


crónico, como reconoce Littré, y el propio autor alude a textos escritos
por él mismo sobre enfermedades agudas y fiebres, sin que sepamos
a cuáles se refiere.

ANÁLISIS DEL TEXTO

Las escasas referencias a la infancia en este amplio texto son las


siguientes:

“A los niños a los que súbitamente se les distorsionaron los ojos,


o padecieron algún mal más considerable, o les crecieron

173
Ambas con variaciones sobre la traducción a la que hago alusión del texto
expuesto (E. García Novo, 1986)

207
Mario Ferrer Vázquez

tumores por el cuello, o se les puso la voz más débil, o les afecta
una tos seca crónica, o, después de haber crecido, sufren con
frecuencia un dolor en el vientre sin que se produzca diarrea, o
tienen luxaciones en los costados, o se les vuelven varicosas
unas venas gruesas del vientre, o el epiplón desciende, o un
testículo se ha hecho grande, o una mano se ha quedado débil y
sin fuerza, o un pie, o toda una pierna se quedó tullida, sin otra
causa (conocida), en todos estos casos está al alcance del
médico saber que la enfermedad surgió con anterioridad a todas
estas afecciones. La mayor parte de los que cuidan a los niños,
al ser interrogados, estarán de acuerdo; a otra parte les pasa
desapercibido, y dicen que no tienen conocimiento de que se
haya producido nada de este tipo.”

Habla en este pasaje de multitud de signos de diferente índole, para


referir que todos ellos tienen una causa previa, advertida o no por sus
“cuidadores” (no alude a padres, lo que ya es significativo), un origen y
que esta no es la enfermedad original sino la consecuencia. Entre
ellos adivinamos probables signos de tumores cancerígenos, de
asma, de patologías parasitarias o del sistema nervioso central.

“En lo que respecta a la edad, los tumores supurantes y los


escrofulosos, son, en su mayoría, propios de los niños, que
fácilmente se ven libres de ellos. A los niños mayores y a los
jóvenes se les forman con menor frecuencia, pero se ven libres
de ellos con más dificultad.”

Con “tumores escrofulosos” se refiere, por el carácter benigno y propio


de la infancia que le da, a adenopatías que, en la infancia como
sabemos, son extremadamente frecuentes y normales ante cualquier

208
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

proceso infeccioso y, en su mayor parte, autolimitadas. En cuanto la


edad avanza, los ganglios linfáticos se afectan en menor medida, por
la propia inactividad de los mimos, y estas afecciones sí pueden ser
por otro tipo de causas, como la escrófula propiamente dicha (afección
ganglionar por tuberculosis), u otro tipo de enfermedades infecciosas
o cancerígenas. Por otra parte, en el capítulo se viene hablando de lo
que se traduce como “llaga” (hélkos), por el contexto pude ser
cualquier tumoración supurante, úlcera o llaga propiamente dicha o
lesión producida por el lecho de una ampolla o una pústula. En este
sentido es normal que califique de benignas estas lesiones en el niño,
pues es proclive a padecer de úlceras orales, lesiones cutáneas
virales, hongos, ampollas y demás lesiones dermatológicas de curso
habitualmente benigno. Aunque hay que recordar una de las
enfermedades más mortíferas de la época, y de todas las épocas
actualmente erradicada gracias a la vacunación, la viruela, que
cursaba con fiebres elevadas y gran malestar, y aparición de
exantema vesiculo-ampolloso, que al romper dejaba úlceras planas y
dolorosas, en ocasiones confluente.

No diferencian la causa de las mismas, salvo cuando ésta causa es


una clara apóstasis o es física, por lesión contigua por fricción o
similar; de este modo incluyen en esta denominación tumoraciones y
úlceras de muy diferente origen y resolución.

No obstante sí realiza varias distinciones entre las llagas, refiriéndose


también a las llagas por herida, las cuales diferencia claramente,
incluso en palabra, y las debidas a lo que denomina herpes
(etimológicamente “reptar”), de curso más benigno y probablemente
igual a las actuales lesiones de herpes simple y varicela zoster, a este
último parece referirse sin duda cuando habla de “herpes
consecuentes a pústulas que se recrudecen por la noche.”

209
Mario Ferrer Vázquez

En otro capítulo, hablando de las enfermedades conjuntivales, separa


en el pronóstico a varones de mujeres y niños, tras argumentar el
tiempo de duración de las más que probables infecciones oculares, de
varios tipos para el médico de hoy, pero que para el médico
hipocrático se diferenciaban básicamente en la duración, la afectación
y los signos externos:

“Si ambos ojos sufrieran esta afección174, tienen más riesgo de


ulcerarse; pero la crisis se producirá en un intervalo menor. Las
legañas secas son muy dolorosas, pero la afección alcanza la
crisis rápidamente, a menos que el ojo tenga una herida. En
caso de que la hinchazón sea grande, indolora y seca, no es
peligrosa; pero si cursara con dolor, sería perniciosa en caso de
ser seca, y habría peligro de que el ojo se ulcerase y se
ocluyese. Es de temer también si cursa con lagrimeo y con dolor;
pues, si la lágrima fluye caliente y salada, hay peligro de que la
pupila y los párpados se ulceren. Si la hinchazón baja, pero la
lágrima fluye en abundancia durante mucho tiempo, y hay
legañas, se ha de predecir a los varones que los párpados se les
volverán hacia fuera, y a las mujeres y a los niños, que se les
ulcerarán y se les volverán hacia fuera.”

174
A la afección que se refiere es a una hinchazón ocular acompañada de lagrimeo
abundante y un grado variable de dolor, a la que confiere un grado más crónico pero
más benigno cuando es unilateral. Lo diferencia también del ojo legañoso y
escasamente doloroso que se “pega” por la noche, y al que confiere un carácter
benigno y limitado en el tiempo, describiendo una conjuntivitis simple, frente a otras
patologías oculares más complejas.

210
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

En otro capítulo, hace referencia a las disenterías175, poniendo énfasis


en la edad pediátrica:

“Las disenterías, que se presentan con fiebre, con heces de


varios colores, con inflamación del hígado, del hipocondrio o del
vientre, las que son dolorosas, las que apartan de la comida y
producen sed, todas ellas son malignas. El que tenga la mayor
parte de estos signos desfavorables morirá enseguida; en
cambio, al que acompañe una mínima parte de ellos cuenta con
las máximas esperanzas. Mueren a causa de esta enfermedad,
sobre todo, los niños de cinco años y mayores, hasta los diez
años; de las restantes edades, menos.”

Haciendo referencia probablemente en su mayoría a enteritis


infecciosas de mala evolución en la infancia, por la ausencia de
tratamientos efectivos y alimentación e hidratación adecuadas. Hoy en
día también denominamos a éstas “diarreas disenteriformes”.

175
Su origen etimológico es la palabra griega plural utilizada en el texto original,
dysenteríai, que hoy designa a las diarreas infecciosas de origen generalmente
bacteriano y de curso no tan benigno.

211
Mario Ferrer Vázquez

8.5.10. PRENOCIONES DE COS (Kōiakaì prognóseis)176

Libro emparentado, en cuanto estilo y contenido, no en cuanto a


datación ni autor. Es un tratado escrito en la forma literaria de
sentencias, con un total de seiscientas cuarenta, con multitud de
similitudes con Predicciones I, y también con los Aforismos, lo que
indica que el autor era gran conocedor de ambas obras. Su datación
es muy probablemente posterior a los anteriores, sobre finales del s.
IV a.C.

Comparado a Predicciones I, éste aparece más ordenado y


sistematizado, por lo que parece claro que el autor trata de mejorar lo
existente aportando su estilo y su experiencia. Aunque buena parte de
este libro está tomado de aquel y de Aforismos, el autor los ordena
sistemáticamente, pese a la composición en sentencias, por
patologías y aparatos.

Existen también similitudes y concordancias con Enfermedades I y III,


lo que refleja el conocimiento del autor sobre éstos.

Sigue el esquema de Predicciones I, basado en nombrar signos


(“señales” para los hipocráticos) y de ahí extraer una conclusión
general, o bien una conclusión concreta.

En cuanto a la pertenencia de este texto a la escuela de Cos, no


parece haber duda entre los expertos. Una serie de preceptos típicos
de la escuela coica aparecen de manera reiterada en el tratado: la

176
Texto utilizado para el análisis: traducción de E. García Novo, Tratados
Hipocráticos II, Prenociones de Cos, Madrid 1986, 277-402.

212
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

crisis y los días críticos177, la cocción178, el depósito (apóstasis)179, la


metástasis180, la recidiva181, el paroxismo182. Así como la atención a la
edad del paciente, presente de una u otra manera en el resto de
tratados como hemos visto (aunque en cuanto a la infancia de manera
un tanto escasa), a su constitución, a la hora del día, a la estación del
año. Todo ello preceptos muy hipocráticos. Poeppel, en su trabajo183,
señala que el libro, por su contenido, parece claro que está realizado
al final del periodo hipocrático de la medicina griega, por discípulos o
seguidores del gran Hipócrates, muy probablemente de la escuela de
Cos184

177
Concepto de “crisis” (krísis): momento clave de la evolución de la enfermedad,
central, en el que la misma se encamina hacia su resolución, sea cual sea. La
acompañan una serie de signos externos observables por el buen médico.
178
El proceso de cocción de los humores es también muy hipocrático, los humores
que no se encuentran equilibrados en un proceso morboso, someten a una cocción
para que el humor “crudo” se presente “puro” o “cocido”. Este proceso de “cocción” o
pépsis, ha pasado a nuestros días para referirse a los procesos de digestión.
179
El acúmulo o depósito de materia morbosa que, tras el proceso de enfermedad o
“cocción” no encuentra una salida, se denomina apóstasis. Presentándose de
diversas maneras (gangrena, hinchazón, absceso propiamente dicho, tumoración,
etc.). Traducido actualmente como “depósito”.
180
Actualmente utilizada para designar la propagación de un foco canceroso, en la
época utilizada para señalar un “desplazamiento del depósito”, de donde se extrae
“modificación” o “remoción”. En ocasiones utilizada para denominar, según apunta
posteriormente Galeno, una solución completa del episodio (ver nota 33 de esta
sección).
181
Como recidiva se conoce actualmente a la situación de repetición o reaparición
de la enfermedad, síntoma o proceso morboso.
182
Como paroxismo entendemos hoy el grado máximo de agudeza o aparición de
una enfermedad o síntoma. A diferencia del previo los paroxismos suceden dentro
de la misma enfermedad, como reagudizaciones sin curación entre ellos.
183
O. Poeppel, Die hippokratische Schritf Koiakai prognoseis und ihre Ueberlieferug,
tesis doct. ined., Kiel, 1959.
184
E. García Novo, Tratados Hipocráticos II, Prenociones de Cos, Madrid 1986, 296.

213
Mario Ferrer Vázquez

ANÁLISIS DEL TEXTO

108

“En los niños, una fiebre aguda y retención del intestino con
insomnio, a lo que se añade dar patadas cambiar de color y estar
enrojecido, anuncio de espasmo.”

109

“Si el malestar se inicia enseguida, con insomnio y heces sólidas


y negras, a veces se produce hemorragia.”

110

“Después de sufrir insomnio con agitación súbita se presenta


hemorragia, sobre todo si antes se ha producido alguna pérdida
de sangre. ¿Acaso se presenta también después de sufrir
escalofríos?”

111

“Quienes durante corto tiempo sufren un enfriamiento general,


tosen en los paroxismos y tienen pequeños sudores, pernicioso;
si se añade dolor en el costado y sofocación, estos pacientes
tienen un absceso.”

112

“A quienes, en el curso de fiebres continuas, les brotan


pequeñas ampollas por todo el cuerpo, mortal, a no ser que se

214
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

produzca un depósito purulento; éste suele producirse, por lo


general, junto al oído en estos casos.”

En esta serie de sentencias, la primera alude claramente a la infancia,


y parece referirse por los datos expuestos, a una invaginación
intestinal. Las otras dos sentencias siguientes van en esta línea, pero
hablando de las hemorragias rectales, se supone francas, precedidas
o no de melenas185. Podrían corresponder todas ellas a cuadros
intestinales infantiles. En la siguiente, 111, habla de un absceso que
bien podría corresponder a una neumonía con derrame, por la clínica
referida. En cuanto a la 112, se refiere a una enfermedad febril
ampollosa fatal, lo que con el curso clínico relatado bien podría
corresponder a la viruela.

131

“En las fiebres del tipo causón186 con un leve enfriamiento


general, con deposiciones frecuentes de heces biliosas y
acuosas, la distorsión de los ojos es perniciosa, sobre todo si los
pacientes entran en estado cataléptico.”

185
Deposiciones negras, malolientes y blandas, producidas por sangre digerida
mezclada con las deposiciones que le dan ese aspecto. Signo de sangrado intestinal
alto.
186
El causón se caracteriza sobre todo por fiebre ardiente (de ahí su nombre, kaúo
«quemar», que les debía parecer a los antiguos el síntoma característico por
excelencia de la enfermedad). Otros síntomas son la sed, sequedad de lengua, orina
oscura, entorpecimiento y delirio. Es problemático identificarla exactamente pues los
síntomas que presenta son los mismos que los de otras muchas enfermedades con
fiebre alta. Parece corresponderse con una afección del sistema nervioso central y

del canal intestinal en enfermedades agudas infecciosas, como algunas parasitosis


o bacteriemias. En ocasiones se utiliza sólo como sinónimo de fiebre elevada, con
características graves. Lo que la diferencia de la actual acepción: “fiebre elevada,
pasajera y habitualmente de curso benigno”.

215
Mario Ferrer Vázquez

134

“Las fiebres del tipo causón hacen crisis a los catorce días,
proporcionando alivio o muerte.”

Probablemente por deshidratación intensa. Este tipo de cuadros de


fiebres elevadas con síntomas gastrointestinales importantes y de
afectación del sistema nervioso central, causones, parecen
corresponder a fiebres tifoideas (ver sentencia 134) o bien a algún tipo
de parasitosis como la leptospirosis. Hablando posteriormente de las
fiebres letárgicas, igual que en otros pasajes, habla de su resolución
generalmente cuando se producen abscesos, es algo que observan
reiteradamente, es la forma que tiene el sistema inmunológico de
contener la infección, posteriormente requiere evacuación. Puede
aparecer en cualquier edad, pero en las edades más jóvenes es
cuando el sistema inmunológico es más activo y se produce esta
resolución con más facilidad, aunque en los niños más pequeños
(sobretodo lactantes) esta capacidad está más disminuida y es más
fácil generalizar la enfermedad y fallecer, por lo que no suelen
aparecer en estos textos en forma de apóstasis. Una referencia clara
la hace en la sentencia 139:

“Para quienes, durante largo tiempo, padecen sin peligro una


fiebre continua, sin que aparezca dolor, o inflamación, o algún
otro motivo, puede esperarse un depósito con dolor e hinchazón,
especialmente en las regiones inferiores. Se esperarán los
depósitos, sobre todo, en personas que tengan hasta treinta
años; en estos pacientes se esperarán depósitos si la fiebre
supera los veinte días. A los enfermos de más edad les
sobrevienen menos, aunque las fiebres duren mucho tiempo. Las
fiebres que se presentan a intervalos y hacen presa del enfermo
de un modo errático es probable que cambien a cuartanas,

216
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

especialmente en otoño, y, sobre todo, en pacientes que superen


los treinta años; en invierno los depósitos se producen con más
frecuencia, cesan más lentamente, y retornan con menos
facilidad.”

185

“Un dolor intenso de oído, con fiebre aguda y algún otro signo
maligno, produce la muerte en siete días o en menor tiempo a
individuos jóvenes, tras haber perdido éstos la razón, a menos
que se produzca abundante secreción de pus del oído, flujo de
sangre por la nariz, o algún otro signo favorable. A las personas
de más edad les produce la muerte más lentamente y con menor
frecuencia, pues los oídos supuran de antemano, y pierden la
razón más rara vez; pero la mayoría de éstos sufren recaídas, y
así perecen.”

Se refiere aquí a una otitis media aguda bacteriana, enfermedad muy


habitual en la edad pediátrica actual.

267

“El dolor de cuello es, por una parte, pernicioso en cualquier


fiebre; por otra parte, es muy pernicioso en aquellos casos en los
que es de esperar que sufran, además, desvarío.”

La importancia dada a este tipo de dolor con la fiebre no es en vano, y


aparece en otras sentencias, pues se trata con claridad de meningitis
o meningoencefalitis.

217
Mario Ferrer Vázquez

274

“Una hinchazón en los hipocondrios, que está dura y dolorosa,


es pésima si se sitúa en las dos partes; de las que se sitúan en
una sola parte, la del lado izquierdo es menos peligrosa. Tales
hinchazones señalan, en el comienzo (de la enfermedad),
muerte rápida, pero si superan los veinte días, y la fiebre
permanece, se produce un absceso. En estos casos se produce,
en el primer período, una hemorragia nasal, y es muy
beneficiosa, pues la mayor parte de las veces tales pacientes
tienen dolores de cabeza y la visión se les obscurece;
especialmente en estas circunstancias espera que se produzca
la hemorragia, y esto en pacientes que tienen hasta treinta y
cinco años; es menos frecuente en los que tienen más edad.”

Se refiere aquí a las hepatoesplenomegalias, aumentos de tamaño de


bazo (izquierdo) y/o hígado (derecho). Se supone en enfermedad
aguda. No debemos pensar en las patologías frecuentes actuales
únicamente, que también, puesto que muchas de estas “megalias”
eran debidas a patología parasitaria por ingesta de aguas infectadas o
contagio por otros vectores, como la leptospirosis por ejemplo, que
podría producir hemorragias y afectación del sistema nervioso central.
De nuevo la resolución era mejor en pacientes jóvenes, sin nombrar
específicamente ningún paciente infantil, a los que generalmente
consideraban por encima de los 6-7 años, al inicio de su dentición
definitiva y de la educación en algunos casos, como el inicio de la
edad adulta.

218
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

333

En los niños de siete años la debilidad acompañada de palidez,


una respiración rápida al caminar, y el deseo de (comer) tierra,
indican corrupción de la sangre y desfallecimiento.

Describe en esta sentencia la sintomatología de una anemia


ferropénica importante, incluso su asociación a la pica187. La edad
señala a un niño en su primera dentición permanente, pues es en esta
edad cuando la sintomatología de una anemia carencial por
problemas alimentarios suele dar sus síntomas más importantes,
aunque ya suele dar la cara con otra sintomatología desde mucho
antes. La ferropenia por hemorragias u otras patologías puede dar la
cara en cualquier edad, es por eso que se supone carencial al indicar
con tanta claridad la edad.

350

“Si sobreviene espasmo consecuente a fiebre, situación fatal,


pero mucho menos fatal para los niños.”

351

“Los mayores de siete años, cuando tienen fiebre, no sufren


espasmos. Si los sufren, situación fatal.”

En estas dos sentencias alude a espasmos convulsivos. En niños


pequeños, menores de 7 años, éstas son mucho menos graves ya
que en su mayoría se tratarán de convulsiones febriles de curso
benigno, sin embargo por encima de esta edad éstas ya son muy
187
Deseo de comer o lamer sustancias no nutritivas y poco habituales,
habitualmente tierra, yeso, cenizas, papel, etc. Su asociación con la anemia
ferropénica es conocida en la medicina actual.

219
Mario Ferrer Vázquez

infrecuentes y un espasmo acompañado de fiebre, suele traducir una


enfermedad infecciosa del sistema nervioso central, generalmente de
curso fatal.

En el capítulo XIX, sentencias 357-372, hace referencia a afecciones


en la garganta, donde parece referirse varias de ellas, especialmente
a difteria e infección por S. Pyogenes. La primera de ellas ya casi
inexistente gracias a la vacunación, de curso mucho más grave y fatal,
la segunda persiste en la actualidad, de curso variable en la
Antigüedad. Sin embargo, la escarlatina188 se acompañaba de mayor
número de secuelas y afecciones posteriores tras la enfermedad,
como afectaciones renales que podían provocar la muerte y fiebre
reumática. En estas sentencias parece hablar de complicaciones por
diseminación respiratoria al pulmón, complicaciones intestinales o
renales y una mención al exantema que encontramos en estas
patologías. No olvidemos además otras posibles causas de afección a
ese nivel. Muchas de ellas, y de ahí la referencia, se producen en la
infancia.

359

“Para quienes presentan enrojecidos, al mismo tiempo, la


garganta, el cuello y el pecho, las afecciones de garganta duran
más tiempo; y los que se curan se cuentan mayormente en este
grupo, a menos que los enrojecimientos vuelvan a presentarse.
Y si desaparece sin que se forme un tumor en el exterior, ni haya
expectoración de pus, suave y sin esfuerzo, ni la desaparición se
produzca en los días críticos, es mortal. ¿Acaso se forma un
188
Infección por ciertas cepas de S. Pyogenes que provoca además un exantema
acompañante en cara, cuello y tronco superior. Con mayor riesgo de provocar
muerte por complicaciones o fiebre reumática, obviamente sin el tratamiento
antibiótico adecuado al que responden en la actualidad.

220
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

absceso en los pacientes? Lo más saludable es que el


enrojecimiento y los depósitos se vuelvan hacia la parte exterior
lo más posible.”

361

“Cuando la afección de la garganta se extiende hacia el pulmón,


de los pacientes, unos mueren en el término de siete días; a los
otros, que se salvan, se les forma un absceso, a menos que se
produzca una eliminación de flema por arriba.”

365-370

“Entre los enfermos con afecciones de garganta, quienes no


expectoran rápidamente esputos cocidos están en situación
fatal.”

“Con la garganta enferma, los dolores en la cabeza, con fiebre,


sin señal, son fatales.”

“Con la garganta enferma, los dolores en las piernas, con fiebre,


sin señal, son fatales.”

“Consecuente a una afección de la garganta sin crisis, un dolor


del hipocondrio que acaece con debilidad y letargo, produce la
muerte inadvertidamente, aunque los pacientes parecieran estar
bien.”

“Consecuente a una afección de la garganta que se ha reducido


sin señal, un dolor intenso que se apodera del pecho y del
vientre provoca la deposición de heces purulentas; de todas las
maneras esto sucede cuando desaparece la enfermedad.”

221
Mario Ferrer Vázquez

“Después de afecciones de garganta, todo cuanto no produce un


dolor evidente, es fatal. En las piernas se presentan con
frecuencia dolores crónicos, y la supuración es difícil.”

En los capítulos XX y XXI, hace numerosas observaciones sobre


enfermedades agudas pulmonares, en su mayoría infecciosas, y sobre
la tisis (tuberculosis pulmonar).

El capítulo XXX incluye una sola sentencia, la 502, que se refiere a


las patologías que, a juicio del autor, no se presentan antes de la
pubertad:

“Las enfermedades que no surgen antes de la pubertad son:


peripneumonía189, pleuritis190, podagra191, nefritis192, varices en
las piernas, flujo sanguíneo, cáncer no congénito, la enfermedad
cutánea llamada “la blanca”193 no congénita, catarro vertebral,
hemorroides, íleo del intestino grueso no congénito. No hay que
esperar que se produzca ninguna de estas enfermedades antes
de la pubertad. Desde catorce a cuarenta y dos años la
naturaleza del cuerpo se hace ya posible portadora de todas las
enfermedades. Pero de nuevo, desde esta edad hasta sesenta y
tres años, no aparecen inflamaciones escrofulosas en las

189
No parece lógico que no se presente este tipo de patologías en la edad infantil,
salvo que su curso sea distinto al resto de edades y eso no las identifique como
iguales. Generalmente con este complejo término se incluyen, mayoritariamente en
los textos hipocráticos, patologías pulmonares de curso muy similar a las actuales
neumonías bacterianas.
190
Enfermedad infecciosa de la región lateral, el concepto de pleura no está
anatómicamente descrito en la era hipocrática, por lo que en ocasiones esta
afección es un tanto confusa y no debe tomarse como infección pleural.
191
Afección gotosa de los pies.
192
Con nefritis se denominaba a un tipo de afecciones renales o en la zona en torno
a ellos, generalmente dolorosas y con determinadas afecciones de la orina, y que no
tiene la acepción actual, por lo que no debe identificarse por el término moderno.
193
Un tipo de dermatitis que asemeja al vitíligo o “lepra blanca”, no bien definida en
los textos.

222
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

glándulas del cuello, ni piedra en la vejiga a menos que se


encuentre allí con anterioridad; ni catarro vertebral, ni nefritis, a
menos que las padezca el enfermo desde otra edad, ni
hemorroides, ni flujo sanguíneo a menos que se haya iniciado
con anterioridad; estas enfermedades están ausentes hasta la
vejez.”

En el capítulo XXXI, una serie de sentencias relacionadas con las


mujeres y con la gestación, pero ninguna de ellas hace referencia a
los fetos, salvo abortos, o al recién nacido.

223
Mario Ferrer Vázquez

8.5.11. SOBRE LA DIETA (Perì diaítēs)194

Este texto, que recoge la dieta no sólo como alimento, sino como
régimen de vida, se subdivide en cuatro partes. En la primera de ellas
el autor recoge una concepción general de la naturaleza humana
tomando como base teorías filosóficas, y llegando a hablar de
embriología. En un segundo libro habla de los lugares y vientos, y de
los tipos de dieta; en él repasa una gran cantidad de alimentos y sus
propiedades, así como ejercicios. En un tercero aparecen ya
tratamientos dietéticos para patologías específicas, así como dietas
más recomendadas en las distintas épocas del año y tipos de
persona. Finalmente, en un cuarto libro, trata acerca de los sueños.

Como he comentado anteriormente, en la dieta no se incluye


generalmente a la infancia, el ejercicio y el tipo de dietas propuestas
generalmente no son para niños, por lo menos para menores de siete
años, en los que hay poco margen de variación. Por lo tanto no
encontraremos, generalmente, alusiones a ellos.

Se trata de un escrito muy amplio y sistemático sobre uno de los


temas más importantes de la medicina hipocrática, el más específico
sobre ello de los que se conservan. Fechado probablemente entre los
años 400-350 a.C.

El conocimiento conduce a poder predecir y a poder actuar ante la


enfermedad. Con la prognosis el médico puede conocer el devenir de
la dolencia y actuar sobre ella si fuera necesario, sin embargo el
conocimiento sobre la naturaleza del hombre y el origen de las

194
Para su estudio he seguido la traducción de C. García Gual, Tratados
Hipocráticos III, Sobre la dieta, Madrid 1986, págs. 9-116.

224
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

enfermedades, del desequilibrio que las provoca, puede hacer que el


médico actúa previamente y prevenga la enfermedad. Este
conocimiento también se integra en el pronóstico, como hemos dicho,
pero es fundamental para actuar mediante la dietética. El corregir esos
desequilibrios puede devolver al enfermo a su situación normal. Con
elementos muy básicos como el ejercicio y la alimentación, evitando
los excesos, el autor pretende no sólo curar, sino prevenir, basándose
en el reconocimiento previo, prodiagnósis, y por ello se ha calificado
este texto como el fundador de la medicina preventiva.

ANÁLISIS DEL TEXTO

En el libro primero, tas un análisis por sexos, el autor propone las


características por edades, que se explican por la mezcla de las
cuatro cualidades básicas: lo seco, lo húmedo, lo cálido y lo frío. En
los posteriores no hay mención a la edad infantil de forma explícita,
pero ya comenté las razones.

“En cuanto a las edades, por sí mismas presentan las


siguientes características: El niño está formado con una
combinación de elementos húmedos y cálidos, porque está
compuesto por ellos y con ellos se desarrolla. En efecto, lo que
está muy próximo al nacimiento es muy húmedo y muy cálido, y
crece al máximo, y de igual manera lo que está más cercano. El
joven es una mezcla de elementos cálidos y secos, cálidos
porque la aportación de fuego se impone sobre el agua; y
secos porque la humedad de la infancia ya se ha consumido,
una parte gastada en el crecimiento del cuerpo, otra en el
movimiento del fuego, y en parte por los ejercicios físicos. El

225
Mario Ferrer Vázquez

hombre, cuando su cuerpo detiene su crecimiento, es seco y


frío, porque el fluir de lo cálido ya no se impone, sino que queda
detenido, y al aquietarse el cuerpo en su crecimiento se queda
enfriado. Pero aún le resta lo seco de la edad anterior, y aún no
tiene la humedad de la edad siguiente y del aflujo de agua (de
la vejez), y por eso está dominado por elementos secos. Los
viejos son fríos y húmedos, a causa de la retirada del fuego, y
del aflujo del agua, es decir, distanciamiento de lo seco y
constitución de lo húmedo.”

226
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

8.5.12. SOBRE LAS AFECCIONES (Perì pathōn)195

Este Sobre las afecciones, que también podría traducirse como Sobre
las enfermedades, es un tratado escrito en estilo divulgativo, como el
propio autor reconoce, “para el público profano”. En él se realizan
concretas definiciones de patologías, una aproximación a su origen y,
en algunas ocasiones, terapéutica. Por el modo en el que está escrito
y analiza las patologías, muchos autores actuales lo sitúan entre los
textos de la escuela de Cnido, por influencia del códice principal de la
misma, las Sentencias Cnidias. Quienes opinan en contra de esta
influencia se basan en el hecho de que en la segunda parte del escrito
se habla de la dieta, sin embargo esto podría ser debido al carácter
divulgador de la obra. Otros datos a favor de la escuela cnidia son la
utilización de un sistema binario de humores: “los padecimientos les
vienen en su totalidad a los hombres por causa de la bilis y de la
flema”; así como utilización de ciertos recursos terapéuticos como los
“gargarismos”. Esta terapia tan sólo aparece, dentro del Corpus, en
este tratado y en “Sobre las enfermedades II”, lo que se podría
interpretar como una peculiaridad de la escuela cnidia.

Sea como fuere, y en el aspecto que nos interesa, ofrece definiciones


de enfermedades concretas de forma bastante interesante, algunas de
ellas de presentación infantil. Precisamente esta profundización en las
patologías, característica de la escuela de Cnido, hace interesante
este tratado.

195
El texto utilizado para el análisis es la traducción de J.M. Lucas, Tratados
Hipocráticos III, Sobre las afecciones, Madrid 1986, págs. 119-177.

227
Mario Ferrer Vázquez

ANÁLISIS DEL TEXTO

“Respecto a las enfermedades del tórax y del abdomen es


preciso tener presente las siguientes: pleuresía, perineumonía,
causón, frenitis196. Éstas reciben el nombre de agudas y surgen
con muchísima frecuencia y muy virulentas durante el invierno,
pero también surgen en el verano, aunque en menor medida y
más suaves.”

La observación de estas patologías, hace conocer al médico


hipocrático su temporalidad, que coincide con la actual. Estas
afecciones suceden en cualquier edad pero, entonces como ahora, lo
hacen también en la infancia y probablemente más agresivas y
virulentas en edades extremas. Ahora daremos un repaso a estas
patologías, según este tratado y los conocimientos del médico
hipocrático, de forma paralela a la ofrecida en el tratado Sobre las
enfermedades II. Con el lenguaje utilizado según el autor, para el
“profano” más que para el profesional, lo que nos acercará más al
conocimiento de las mismas.

PLEURESÍA:

“Se apodera de uno fiebre, dolor de costado, ortopnea y tos. La


saliva de la expectoración es desde el principio biliosa y,
después que llega el quinto día o el sexto, también supurante. A
este enfermo con respecto al dolor de costado darle lo que aleje
del costado la flema y la bilis, puesto que de esta manera el dolor

196
En los siguientes párrafos extraídos del texto se describen estas patologías

228
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

con toda probabilidad será mucho más débil. Tratar el vientre


con una lavativa evacuante y refrescante, porque así se actúa de
forma más conveniente a toda la enfermedad. Administrar bebida
y gachas, y los líquidos darlos más ácidos, a fin de purgar por
arriba el costado de esta saliva. Cuando empiece a purgarse el
pus, conviene calentar desde fuera el costado a fin de
reblandecer lo que esta adherido a él; pero no conviene antes,
porque seca. Esta enfermedad se origina principalmente a
consecuencia de las bebidas, cuando uno, al estar el cuerpo
mojado, ya ebrio ya sobrio tirita de frío, pero también se origina
de otra forma. La enfermedad hace crisis, la más corta en el
séptimo día, la más larga en el decimocuarto; y si en este último
el pus se expectora y el costado queda limpio de él, se vuelve
sano, pero si no se expectora, se vuelve supurante, y la
enfermedad larga.”

Patología similar al dolor pleurítico secundario a una neumonía.


Aunque podría deberse a otras causas, como he apuntado antes el
concepto anatómico de pleura no existe, y se define como “dolor en
costado”. Las causas y tratamiento según los conocimientos de la
época están bien descritos, así como la referencia numerológica en
las crisis. Lo que hace una descripción bastante científica, del mismo
modo que las siguientes.

CONCEPTO DE CRISIS:

“Hay crisis en las enfermedades cuando éstas o se hacen


mayores o decrecen, o se transforman en otras enfermedades, o
desaparece.”

229
Mario Ferrer Vázquez

Ya he comentado anteriormente este concepto, ahora el autor lo hace


en este párrafo, donde además se pone de manifiesto el carácter
divulgativo de la obra, definiendo este concepto, que era conocido
para los médicos.

PERINEUMONÍA:

“Se apodera de uno fiebre y tos, y la flema del principio se


expectora espesa y pura, pero al sexto y séptimo día biliosa y
pálida, y al octavo y noveno supurante. A este enfermo, si le
sobreviene dolor bien de espalda bien de costado, darle lo que
concretamente está prescrito en el recetario para el dolor de
costado en la pleuresía; y tratar con líquidos y gachas también
para la evacuación y refrescamiento del vientre de igual forma
que en la pleuresía. Y para purgar por arriba el pulmón de saliva
y del pus, dar medicamentos líquidos, con los que el pulmón se
humedece y el pus se purga por arriba. Esta enfermedad se
produce cuando la flema fluye abundante desde la cabeza hasta
el pulmón; y, en ocasiones, hay cambio de pleuresía en
perineumonía, y de causón. Hace crisis en unos días, la más
corta en catorce, la más larga en dieciocho. Sobreviven a ésta
pocos, y se vuelven además supurantes a consecuencia de esta
enfermedad, si en los días críticos no se purga el pulmón.”

En el mismo texto hace referencia a la relación entre pleuresía y


perineumonía, dando una descripción bastante clara de una neumonía
típica actual, y de curso más grave que la previa, lo que podría
corresponder a la diferencia entre ambas: neumonía típica en el caso
de perineumonía y otros procesos respiratorios menos graves

230
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

(bronquitis, neumonías por otras causas, casos más leves, etc.) para
la pleuresía. Es decir, diferencian ambas entidades en base a la
observación de los síntomas y de ahí elucubran, en su conocimiento,
sobre las causas.

FRENITIS:

“Cuando le coge a uno la frenitis, se apodera de él fiebre baja al


principio, y dolor en la parte de los hipocondrios, más en el lado
derecho por la región del hígado. Pero cuando llega el cuarto y
quinto día, la fiebre se hace más virulenta, y también los dolores,
y el color de la piel se vuelve bilioso, y hay desvanecimiento de
la mente. A este enfermo, en lo que atañe al dolor, darle lo
mismo exactamente que en el caso de la pleuresía, y aplicarle
fomentos donde esté el dolor. Cuidar el vientre y lo demás con
los mismos procedimientos, a excepción de la bebida. Servirse
de cualquier otra bebida que se quiera excepto el vino, o darle
vinagre, miel y agua, o agua sólo. El vino no es conveniente
cuando la mente se desvanece, ni en esta enfermedad ni en las
demás. Aplicar afusiones abundantes y calientes por la cabeza
en esta enfermedad es conveniente, pues, cuando el cuerpo se
ablanda, brota sudor en mayor medida, y también el vientre y la
orina fluyen mejor y él mismo se encuentra más fuerte. La
enfermedad se produce a consecuencia de la bilis, cuando, al
removerse, se asienta por las entrañas y el diafragma. Hace
crisis, la más corta el séptimo día, la más larga el undécimo.
Sobreviven también a ésta pocos. Se transforma también ella en
perineumonía y, si se da este cambio, pocos sobreviven.”

231
Mario Ferrer Vázquez

Esta patología, como ya he comentado, se caracteriza por la


afectación de la razón en mayor o menor grado, de etiologías
diversas. Bien sea por afectación primaria o, como parece en este
caso, secundaria. La característica era la afectación de la razón que,
como comenté, antiguamente se pensaba que estaba situada en el
diafragma, no obstante en esta época ya no era tal la creencia, pero
se mantuvo el mismo nombre y la propia analogía que daba en
muchas ocasiones en las descripciones clínicas, cierta afectación en
la zona diafragmática.

CAUSÓN:

“Cuando le coge a uno el causón, se apodera de él fiebre y


mucha sed, y la lengua se vuelve áspera y negra por causa
precisamente del calor del aliento, y el color de la piel se hace
bilioso, y las defecaciones biliosas, y la superficie externa se
encuentra fría, mientras que la interna caliente. A este enfermo
es conveniente administrarle remedios refrescantes, tanto en el
vientre como desde fuera por el cuerpo, cuidando de que no
tirite. Y dar líquidos y gachas frecuentes, pero en pequeña
cantidad, lo más frías posible. Y cuidar el vientre y, si no evacúa
lo que hay dentro, purgar con lavativa. Refrescar con lavativas lo
más frías posible o bien a diario o bien cada dos días. Esta
enfermedad se origina a consecuencia de la bilis, cuando, al
removerse, se adhiere a alguna parte del interior del cuerpo.
Suele también transformarse en perineumonía. Hace crisis, la
más corta al noveno día, la más larga al decimocuarto. Y si se
transforma en perineumonía, pocos sobreviven, mientras que si
no se transforma, sobreviven mucho. Estas son, pues, las

232
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

enfermedades que reciben el nombre de agudas, y es preciso


tratarlas de esa manera.”

Como ya comenté el causón es un cuadro febril severo, agudo e


importante, inespecífico en su etiología, ya que puede ser debido a
una enfermedad respiratoria como dice el texto (“transformarse” en
perineumonía) o bien a cualquier otra etiología febril, de la que casi
siempre relatan algún síntoma gastrointestinal.

El concepto de enfermedad aguda, como vemos, se refiere a


enfermedad grave infecciosa. Posteriormente analiza las fiebres en
invierno, con las que se debe tener precaución para no convertirlas en
agudas, de lo que deducimos que existen multitud de casos leves,
como ahora, y muchos de ellos en la infancia como sabemos. Estas
enfermedades agudas son las más peligrosas y que pueden causar la
muerte, y el médico debe dedicarse a ellas, intentar ayudar y no
perjudicar al enfermo.

En el verano son más típicas otro tipo de fiebres, con afectación


gastrointestinal, leves en su mayoría aunque en ocasiones mortales;
ya sea por deshidratación o por la propia severidad de la afectación
(infecciosa bacteriana, tifoidea, parasitaria, fiebres tercianas o
cuartanas197).

“Durante el verano se produce lo siguiente: se apodera de uno


fiebre alta y sed, y algunos vomitan bilis, y a algunos incluso les
ataca la diarrea. A estos enfermos darles de beber lo que a uno
le parezca que es apropiado, y ponerles una dieta de gachas. Y
197
Recordemos que este tipo de fiebres se deben al paludismo, aunque también a
fiebres tifoideas o bien a otro tipo de parasitosis. En otros textos, como epidemias,
se distinguen también las fiebres semitercianas, para aquellas que tienen sus
paroxismos cada 1-2 días. Principalmente producidas en el verano, pero no de
forma exclusiva según el autor.

233
Mario Ferrer Vázquez

si la bilis o la flema se instalan junto al corazón, tras beber agua


fría o aguamiel, vomiten; y si el vientre no defeca, utilizar lavativa
o supositorio. La enfermedad se produce por causa de la bilis, y
se ven libres poco más o menos al séptimo día o al noveno.”

Otras patologías que analiza son: hidropesía, disentería, otro tipo de


diarreas y cólera198, íleo, esplenomegalia, podagra, ictericia, lepra,
artritis, etc. Hablando de sus causas y terapéutica, pero sin mención
específica a la edad infantil.

198
Diferencia entre las tres del mismo modo que actualmente. Diarrea para las
diarreas simples, disentería para aquellas que las deposiciones son mucosas,
biliosas o con sangre, y cólera para las acuosas severas con importante dolor y
vómitos.

234
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

8.5.13. SOBRE EL ALIMENTO (Perì trophēs)

Tratado de marcado carácter filosófico, escrito a modo de sentencias


en ocasiones de difícil comprensión. Datado según la mayoría de
autores sobre el año 400 a.C., aunque existe controversia sobre ello.
Del mismo modo que sobre la autoría, hay quién incluso lo atribuye al
propio Hipócrates, del mismo modo que lo hacía Galeno199.

En lo que respecta a la alimentación propiamente dicha, nada


comentaré puesto que no existe alusión explícita a la edad infantil. Sin
embargo sí menciona algo sobre la formación del feto y sus periodos,
según además dos teorías, y es lo único que comentaré.

Podría llamar la atención, dado el título del tratado, que hable sobre
esta cuestión, sin embargo hay que reseñar que la palabra original
que da nombre al texto, trophēs, tiene un significado mucho más
amplio que el de alimentación o nutrición, y abarca el crecimiento y la
formación del ser humano. De hecho en la actualidad hemos tomado
este vocablo para referirnos a todo aquello que tiene que ver con la
formación y crecimiento: distrofia, atrofia, trófico, trofismo, etc.

En la sentencia número 42 del texto (tomado de la traducción que de


él realizó I. Rodríguez Alfageme, Tratados Hipocráticos III, Sobre la
alimentación, Madrid 1986) dice así:

“Para la formación (del embrión) 35 días, para el movimiento 70,


para estar completo 210. Otros: para la forma 45, para el
movimiento 90, para el alumbramiento 270. Otros: 50 para

199
I. Rodríguez Alfageme, Tratados Hipocráticos III, Sobre la alimentación, Madrid
1986, 244-245.

235
Mario Ferrer Vázquez

formación, para el primer salto 100, para la perfección 300. Para


la formación de miembros 40, para el movimiento 80, para la
expulsión 240.”

236
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

8.5.14. SOBRE LAS ENFERMEDADES DE LAS


MUJERES I-II (Perì gynaikeíōn prōton-
deúterōn)200

Sobre la medicina ginecológica del Corpus Hippocraticum, su autoría y


su pertenencia a una y otra escuela, mucho se ha escrito. Realizaré
sobre este tema una pequeña introducción, por la importancia del
hecho histórico, pese a no ser el objeto de este trabajo.

Clásicamente se atribuyen la mayoría de tratados a la escuela cnidia.


Recordemos que a ésta escuela se le critica su escasa observación
individual al paciente, su enumeración de distintas entidades
nosológicas para una misma patología, su empirismo excesivo y su
terapéutica limitada. Asimismo se le atribuye la teoría dual de los
humores ya comentada, y, por el contrario, una buena descripción de
la enfermedad, debido precisamente a la observación de la misma
como entidad y menos del paciente como persona.

Sin embargo existe una muy amplia discusión sobre este tema, sobre
la diferenciación clara entre ambas escuelas, ya desde tiempos de
Galeno quien reconocía que ambas, pese a haber existido, tenían
fuentes comunes y compartían información, lo cual no es
descabellado, y que no sabía nada acerca de la oposición de las
mismas201.

Sea como fuere, lo cierto es que hasta nuestros días han llegado
trabajos de la escuela de Cos y discípulos de Hipócrates, así como el

200
Utilizo la traducción de L. Sanz Mingote, Tratados Hipocráticos IV, Sobre las
enfermedades de las mujeres I y II, Madrid 1988, págs. 42-290.
201
J.A. Ochoa Anadón, Tratados Hipocráticos IV, Tratados Ginecológicos:
introducción, Madrid 1988, 13.

237
Mario Ferrer Vázquez

análisis de las mismas del propio Galeno. En Alejandría los textos


existentes probablemente se fusionaron en el Corpus Hippocraticum,
lo que aún hacía más indistinguibles ambas y todo lo que hoy tenemos
son disquisiciones semánticas, averiguaciones filológicas y estudios
profusos sobre el tema, sin una clara conclusión y eternas preguntas.

Recordar además que existen muy escasas evidencias escritas de


dicha escuela y que, el principal texto de la misma, las llamadas
Sentencias Cnidias, ha desaparecido para nosotros y encontramos
escasas referencias a las mismas. Así pues, con una visión sesgada
de ambas escuelas, considero muy aventurado elucubrar, por mi
parte, más sobre las mismas, dedicándome a analizar los textos y
recoger opiniones expertas sobre el tema.

Destacar la importancia que, desde siempre, se ha dado a la patología


ginecológica y obstétrica. Sobre este tema también muchas opiniones
se han vertido, pero lo cierto es que siempre existió un hecho
diferencial entre ambos sexos y éste es la capacidad de procrear, lo
que ha hecho que exista desde cualquier época una medicina
dedicada a este hecho, y por extensión a la mujer. Cualquier otra
disquisición nos llevaría textos enteros, y no es el objeto de este autor,
existiendo numerosos trabajos en los últimos años que estudian el
papel de la mujer en las sociedades antiguas y analizan el tema en
profundidad. No así en cuanto a la infancia, lo que como he tratado de
explicar hasta ahora, está íntimamente relacionado para las
sociedades clásicas, relegando a ambos (infancia y mujeres) a un
papel secundario durante siglos; cuando se ha demostrado, y
posteriormente entraré en el tema sobre todo en lo referente a la
infancia, que proporcionando a ambos un papel protagonista una
sociedad es capaz de evolucionar de forma exponencial.

238
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Así pues la ginecología y la obstetricia tendrían un papel muy


importante en la medicina de la Antigüedad, desde la medicina egipcia
a la hipocrática; desde Herófilo y Erasístrato, que ejercieron la
ginecología en Alejandría, hasta Roma con Tésalo, Temisón y, sobre
todo, Sorano de Éfeso.

ANÁLISIS DEL TEXTO

Me centraré en aquello relacionado con el recién nacido y algún otro


tema que me parezca relevante para el trabajo, pese a lo interesante
de esta obra en su conjunto.

No se conoce nada explícito de anatomía, y se realizan suposiciones


sobre la misma, como que el útero (la matriz) es un órgano móvil
dentro del cuerpo de una mujer, lo que provoca una serie de síntomas
y signos. Veamos este párrafo del tratado anatomista Sobre los
lugares en el hombre, incluido en el Corpus Hippocraticum:

“Las llamadas enfermedades femeninas. El útero es la causa de


todas las enfermedades, pues a cualquier punto a donde se
mueva fuera de su lugar natural, provoca enfermedades, tanto si
se adelanta, como si se retrae.202”

El autor de los textos indica en varias ocasiones que la mujer es “de


naturaleza y carne más blandas que el hombre”, lo que le sirve para
explicar que el cuerpo femenino necesite vaciarse periódicamente de
la sangre acumulada, por la propia constitución de la mujer. Esta

202
J. de la Villa Polo, Tratados Hipocráticos VIII, Sobre los lugares en el hombre,
Madrid 2003, 132.

239
Mario Ferrer Vázquez

afirmación obedece a una mera observación racionalizada de la


cotidianeidad, el hombre de habitual realiza las labores más pesadas
que no realiza la mujer, por tanto esto le sirve al observador para
llegar a la conclusión de que en la naturaleza debe haber algo que le
predisponga a ello. Esta concepción no debe tomarse como un
prejuicio ni una actitud dominante o despectiva, sino como mera
observación de la realidad social de la época, en su propósito de
elaborar teorías “científicas” a partir de la misma.

En las sentencias 27 y 28 analiza algunas causas que pudieran influir


en la naturaleza del niño.

“En el caso de aquellas embarazadas a las que en el séptimo u


octavo mes repentinamente, el volumen de las mamas y el
vientre les disminuye, los pechos se les secan y la leche no
aparece, se puede decir que el niño está muerto o que si vive, es
débil.

En el de aquellas embarazadas a las que les viene la regla se


produce aborto, si los menstruos son abundantes y de mal olor.
Puede ser que el niño sea de naturaleza enfermiza.”

En la 43 describe la sintomatología de la pre-eclampsia y la


eclampsia, posteriormente habla de la leche materna, de cómo
aumentar su producción, haciendo referencia a un tratado que pasaré
a analizar posteriormente, Sobre la naturaleza del niño.

“Si después del parto hay vómitos de sangre, eso es que el tejido
hepático está dañado. A los vómitos acompaña un dolor en las
vísceras y el cardias es atacado por espasmos. Conviene lavar a
la enferma con abundante agua caliente, aplicarle los fomentos
que más aguante y darle a beber durante cinco o siete días leche

240
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

de burra y, después de esto, en ayunas leche de vaca negra


durante cuarenta días, si ella lo tolera. Por la tarde, darle a beber
sésamo triturado. Esta enfermedad es peligrosa.

Ya he explicado al hablar de la naturaleza del niño cómo se


produce la leche durante el parto y lo demás es prácticamente
igual a lo que expliqué allí.

Si la leche se retira, triturar puerros, mezclar el triturado con


agua y darlo a beber. Que la paciente se lave con agua caliente
y coma puerros y col. Además, hay que hacer un cocimiento de
hojas de codeso y administrar el jugo. Que beba también el fruto
del hinojo y sus raíces y, cociendo a la vez cebada y manteca,
dárselas a beber después de haberlas enfriado. Son buenos por
igual el hinojo silvestre, el apio caballar y el codeso. Todo esto
junto hace producir mucha leche y la aumenta [lo mismo que la
leche de] las cabras de Esciro y, sobre todo, su queso. También
es bueno el cocimiento de salvia, y añadiendo a él el jugo de
bayas de enebro o de cedro con vino, que lo beba. A los otros
productos, que les eche aceite de oliva y los tome así. Que se
abstenga de tomar alimentos amargos, salados y ácidos,
además de toda verdura cruda. Es bueno el berro bebido con
vino, pues hace liberar la leche. Que la paciente se lave con
agua caliente y beba apotermo. Dar también a beber el fruto de1
sauzgatillo con vino. Hace producir abundante leche el jugo de
acelga, el de sésamo sin lavar y el de cebada de tres meses: se
echan los ingredientes en un almirez y se tritura todo, se separa
el jugo por medio de un trozo de tela a modo de colador, se
mezcla con miel o amamélides y después se da a beber con vino
tinto.”

241
Mario Ferrer Vázquez

Una apreciación sobre las enfermedades de las mujeres y su diferente


tratamiento, sobre todo en lo referente a las menstruaciones:

“También ocurre que los médicos se equivocan por no


informarse con exactitud del motivo de una enfermedad concreta
y tratarla como enfermedad masculina. Ya he visto a muchas
morir por ese tipo de afecciones. Sin embargo, conviene inquirir
enseguida y con exactitud la razón, pues el tratamiento de las
enfermedades femeninas difiere mucho del de las masculinas.”

Durante el resto del contenido de la primera parte de este tratado, se


dedica a varias recetas para favorecer la concepción o para lo
contrario, para diversas patologías menstruales o durante la gestación
o tras la expulsión, la eliminación de los loquios, etc. También
apartados sobre la expulsión del feto muerto, no así del vivo que
apenas nombra, ¿esta era labor de las matronas y el médico no
interfería en ella? Sin embargo sí que habla en alguna ocasión como
se ha visto, de la leche materna.

Al final del libro primero, aparece un texto que, según Littré, es


apócrifo203. Sea como fuere no guarda relación con la temática
general del texto, y sí con la infancia, ya que se trata más bien de un
apartado de recetas generales donde incluye específicamente
problemas de los niños:

“En caso de tos del niño: hacerle tomar tapsia en harina de


cebada. Otro remedio: cocer un huevo, quitarle la yema y
deshacerlo, añadir sésamo blanco tostado y sal y que lo chupe
con miel.”

203
L. Sanz Mingote, Tratados Hipocráticos IV, Sobre las enfermedades de las
mujeres I, Madrid 1988, 188-196.

242
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

“Para soltar el vientre del niño: sumergir en miel un trozo de lana


sin lavar y metérselo como supositorio. Si el niño es algo mayor,
triturar el interior de varias cebollas e introducirle esto como
supositorio. Si no lo es, ponerle una irrigación con leche de cabra
mezclada con miel. En caso de que no se disponga de leche de
cabra, lavar harina de trigo de primavera, mezcIarIe miel aceite,
y ponerle una irrigación con líquido tibio.”

“En caso de dificultad de respiración del niño: incienso en vino


dulce. Quedan prohibidos los baños, y además hay que
administrarle un purgante. Hacer supositorios con una cótila de
miel, un oxíbafo de anís, dos dracmas de betún, bilis de buey,
tres dracmas de mirra y una medida líquida de cohombro;
cocerlo todo en un vaso de cobre, mezclar grasa de ganso y
cuando se vayan a utilizar, untar los supositorios con grasa
blanda de ganso. Se pueden utilizar lana de oveja y aceite de
lentisco y mezclar a esto sangre de dragón.”

“El remedio séptico204 se hace así: eléboro negro, sandáraca y


viruta de cobre; triturar por separado la misma cantidad de cada
uno. Cuando esté bien fino mezclar el doble de una parte de
yeso, empaparlo en aceite de cedro y untar.”

204
La acepción en el texto es “infección”, en general, no la actual que se refiere a
una infección grave de tipo generalizado.

243
Mario Ferrer Vázquez

“Medicamento para las anginas: cacris205, uva pasa silvestre,


ajenjo, cohombro y miel”

“Remedio seco de carácter emoliente: polvo de Chipre, mineral


de cobre sin lavar -bien triturados- y flor de cobre. Mezclar y
triturar bien la misma cantidad de todos.”

En cuanto al segundo libro de las enfermedades en las mujeres, trata


casi en su totalidad de los distintos tipos de flujo y sus causas y
tratamientos; así como las enfermedades de la matriz, incluidas
aquellas que eran supuestamente producidas por el desplazamiento
de la misma por dentro de la cavidad toraco-abdominal, y a la que
atribuían muchas de las patologías y los síntomas que, con alguna
variación, probablemente eran iguales en los hombres. Muy diversas
terapias y recetas para este tipo de afecciones. Por tanto en este
segundo libro, no habla en absoluto del recién nacido ni patologías
relacionadas.

205
Puede referirse a Mijo o a granos de Cebada tostada.

244
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

8.5.15. SOBRE LA SUPERFETACIÓN (Perì epikyēsios)206

Incluido dentro de los textos ginecológicos, que versa sobre la


gestación múltiple, en este tratado si se describe cómo ayudar para
dar a luz en aquellos partos en que el niño extrae una extremidad, o
tiene alguna dificultad, y en partos múltiples. Situaciones en las que
actualmente también asiste, además de la matrona, el o la obstetra.

“En el caso de una mujer que tiene dificultades en el parto, si el


niño está retenido en la matriz y no sale con facilidad sino con
esfuerzo y con ayuda del médico, este niño es difícil que
sobreviva. No hay que cortar su cordón antes de que haya
orinado, estornudado o gritado, sino dejarlo; que la mujer se
acerque lo más que pueda al niño y si ella tiene sed que beba
hidromiel. Si el cordón se infla lo mismo que el cuello del útero, el
niño se moverá, estornudará o gritará y entonces, es cuando hay
que cortar el cordón, cuando el niño respire. Si el cordón no se
infla y el niño no se mueve después de pasar un rato, no
sobrevivirá.”

Una de las creencias y supersticiones más arraigadas es el origen de


los “antojos” en los recién nacidos, desde siglos atrás:

“Si una embarazada siente deseos de comer tierra o carbones y


los come, en la cabeza del niño aparecen, al ser alumbrado,
signos de tales materias.”

206
Tomo como traducción para el análisis el texto de L. Sanz Mingote, Tratados
Hipocráticos IV, Sobre la superfetación, Madrid 1988, págs. 333-350.

245
Mario Ferrer Vázquez

En este texto, y a pesar de su nombre, encontramos más referencias


a partos dificultosos y a soluciones para la concepción, que al
embarazo gemelar propiamente dicho.

Existen otros textos ginecológicos –Sobre la naturaleza de la mujer,


Sobre las vírgenes, Sobre la escisión del feto– donde siguen
describiendo las enfermedades y problemas asociados a las mujeres,
en términos y situaciones muy similares a los dos primeros tratados;
pero sin referencias claras a la infancia o el recién nacido.

246
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

8.5.16. EPIDEMIAS (Epidēmia)

Dentro de este título se esconden siete libros de temática similar, pero


bien diferenciados entre ellos.

En primer lugar debo realizar un apunte sobre el título de los tratados.


No debemos entender el significado actual de la palabra “epidemia”,
sino que en estos tratados la acepción de epidēmia es la de “llegada o
estancia en un lugar”. Por tanto la llegada del médico a un lugar
concreto, y su observación de las características de sus habitantes y
sus enfermedades.

En efecto, en estos libros es donde mejor se puede apreciar la


esencia de la medicina hipocrática, su itinerancia, su observación
minuciosa, la historia clínica y las conclusiones y reflexiones que
sobre todo ello se originan. Hoy podemos comprobar que una
descripción exacta de lo que se observa en una enfermedad, nunca
dejará de ser cierto207, y efectivamente así lo hacemos.

Dentro de los siete libros, se diferencian por estilo y contenido, y así


se encuentran en las traducciones, tres bloques diferenciados: libros
I/III, II/IV/VI y V/VII.

De forma general, en ellos encontramos grupos de historias clínicas


individuales, descripción de afecciones sufridas por la población, o
una parte de ella, en un determinado periodo de tiempo208 y bajo
ciertas circunstancias meteorológicas (lo que se llamó “Katástasis” o
constitución209), y enseñanzas generales.

207
Cita aparecida en: E. García Novo, Tratados Hipocráticos V, Epidemias, Madrid
1989, 7.
208
De donde deriva nuestra actual acepción de “epidemia”.
209
Con katástasis se alude a las condiciones meteorológicas y geográficas de una
región determinada en los textos de Epidemias.

247
Mario Ferrer Vázquez

En cuanto a la autoría, se diferencia también en los tres bloques


anteriormente citados. En concreto para Epidemias I y III la autoría,
según algunos datos literarios y biográficos, podría atribuirse al propio
Hipócrates.

Dividiré pues el análisis en los mismos bloques que los traductores


históricos, comenzando por los libros I y III, y citando en cada caso la
fuente utilizada.

LIBROS I y III210

Las descripciones de las constituciones, de las patologías, las


historias clínicas y las observaciones son un excelente resumen de la
medicina hipocrática en toda su esencia, de la razón puesta al servicio
de la medicina, de la observación al servicio de la ciencia. La
demostración de cómo el ejercicio de la medicina requería de la
itinerancia para el enriquecimiento de los conocimientos médicos y la
cultura en general. En suma se trata de una obra de imprescindible
lectura para los apasionados de la historia y la medicina.

En ellos existe una detallada descripción de varias enfermedades, así


como de los procesos morbosos, de los signos y síntomas propios de
la época, como las fiebres tipo causón, tercianas, cuartanas,
semitercianas. De la relación existente con los lugares, la climatología,
las estaciones, etc. Pura observación, algo de lo que a veces nos
olvidamos hoy en día, en la era de las nuevas tecnologías.

210
Sigo la traducción de A. Esteban Santos, Tratados Hipocráticos V, Epidemias,
Libros I y III, Madrid 1989, págs. 23-127.

248
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

En sus primeros párrafos realiza una descripción de la tisis, muy


propia según autores como Laín Entralgo, de la escuela coica:

“Tenía la mayoría de ellos las afecciones siguientes: fiebres


acompañadas de escalofríos, continuas, agudas, no
intermitentes en general, y de carácter semiterciano: un día más
livianas, alcanzando al otro el paroxismo, y en general yendo a
mayor virulencia. Sudores siempre, no por todo el cuerpo; mucho
frío en las extremidades, que apenas podían volver a calentarse.
Vientres trastornados, con deyecciones biliosas, escasas, no
mezcladas 27, fluidas, mordicantes; frecuentemente se
levantaban de la cama. Las orinas, o bien fluidas, incoloras, sin
cocer 29 y escasas, o bien con espesor y un pequeño
sedimento, no depositando adecuadamente, sino con un
sedimento crudo e inoportuno. Y tosían expectorando esputos
pequeños, frecuentes, cocidos, poco a poco, con dificultad. Pero
en los que coincidían los síntomas más violentos, ni se llegaba
siquiera a un poco de cocción, sino que continuamente escupían
esputos crudos. Y las gargantas, en la mayoría de estos,
doloridas desde el principio y hasta el fin: presentaban rojez con
inflamación; flujos 33 leves, ligeros, acres; consumiéndose y
empeorando rápidamente, inapetentes de cualquier alimento
siempre, sin sed; y muchos, delirantes en la proximidad de la
muerte. Esto hay en relación con los padecimientos de la tisis211”

En los textos de Epidemias, especialmente en los más hipocráticos o


coicos como lo son el I y III, el término frenitis engloba a todos
aquellos trastornos mentales que tienen lugar en las enfermedades

211
Sobre los procesos de cocción y las fiebres semitercianas ya he hablado
anteriormente.

249
Mario Ferrer Vázquez

febriles, y no sólo aquellos atribuibles a una afectación por encefalitis,


derivando del vocablo griego phrenetiká o phrenitís. Anteriormente ya
he hablado sobre el origen de la palabra para designar esta afectación
aunque, sobre todo en los escritos Cnidios, aparece cierta afectación
en la zona diafragmática, como vimos en Afecciones, o como aparece
en Sobre las enfermedades.

Otra parte hace referencia a los espasmos, o crisis convulsivas en los


niños, producidas por la fiebre, aunque la frase resulta algo confusa:

“Fiebres cotidianas, nocturnas y erráticas aquejaban muchas a


muchos pacientes y duraban mucho tiempo: a unos, sin
necesidad de guardar cama, y a otros, postrados en el lecho. En
la mayoría de éstos las fiebres seguían presentes durante las
Pléyades212 y hasta el invierno. Y espasmos en muchos,
especialmente niños: desde el principio no sólo tenían algo de
fiebre, sino que también se producían espasmos después de la
fiebre.”

Hablando de las enfermedades observadas en un grupo de habitantes


de una zona, expuesta a unas condiciones determinadas, hace
referencia a grupos de edad infantil. Estas enfermedades eran fiebres
de varios tipos, la mayoría resolvían en apóstasis también de tipo
abscesos, tumoraciones e incluso habla de exantemas. No queda
claro qué tipo de patologías son, puesto que habla en algunos casos
de disenterías y tenesmos, pero parece referirse a un tipo de
evolución.

212
Periodo que abarca desde el final del verano al principio del otoño.

250
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

En este contexto realiza la siguiente observación, que queda poco


clara, aunque sí pone de manifiesto la debilidad de la infancia frente a
estas patologías de tipo endémico (más que epidémico):

“Y morían a consecuencia de todas las enfermedades; pero la


mayoría a consecuencia de éstas, y, de entre ésos, niños,
cuantos acababan de salir de la lactancia y mayores, de ocho y
diez años, y cuantos se encontraban antes de la pubertad. A
estos pacientes les aquejaban estas últimas afecciones sin faltar
las descritas en primer lugar; pero a muchos las primeras sin
éstas. El único beneficioso y el más importante de los síntomas
aparecidos y que salvó a la mayoría de los que estaban en los
peligros más graves, fue el de aquellos a quienes la enfermedad
derivó en estranguria y hacia ella se orientaban los depósitos. Y
sucedía además que la estranguria213 se daba principalmente en
estas edades, pero se daba también en muchos de los otros
pacientes, tanto los que no se veían obligados a guardar cama
como los que se hallaban dominados por la enfermedad.”

En esta otra apreciación, así como en todas, pone de manifiesto que


en la medicina hipocrática, pese a no existir un tratado específico de
patología infantil, se da mucha importancia a la subdivisión por edades
de la observación de signos y síntomas, algunos de ellos específicos,
como la mayor frecuencia de “espasmo” en los niños a la que se alude
en diversas partes del Corpus Hippocraticum:

“Los dolores en la cabeza y en el cuello y pesadez con


sufrimiento se daban sin fiebre o con fiebre. Espasmos en los
aquejados de frenitis y vomitan una substancia de color verdoso;

213
Micción escasa y penosa, dolorosa. Sinónimo de disuria.

251
Mario Ferrer Vázquez

algunos de ellos, víctimas de una muerte repentina. Pero en el


causón y en las otras fiebres, por un lado, los que presentan
padecimientos en el cuello, pesadez en las sienes,
oscurecimiento en la visión y tensión no dolorosa del
hipocondrio, éstos sufren hemorragias por las narices. Por otro
lado, los que tienen pesadez en toda la cabeza, cardialgia y
náuseas, vomitan sustancias biliosas y con flemas. Y, por lo
general, a los niños en tales circunstancias les sobrevenían
especialmente los espasmos, y a las mujeres tanto esto como
dolores de matriz, y los ancianos y en cuantos ya se retira el
calor sufrían hemiplejía o demencia o privación de la vista.”

Este otro pasaje pone de manifiesto, no sólo lo citado, sino también el


método hipocrático y científico, en un ejercicio de reflexión del autor:

“Éstas eran las circunstancias relativas a las enfermedades, a


partir de las cuales diagnosticábamos, habiendo aprendido de la
naturaleza común a todos y de la peculiar de cada uno, de la
enfermedad, del enfermo, del tratamiento prescrito, del que lo
prescribe -pues de esto se llega a un estado más llevadero o
más grave-, de la constitución, en conjunto y parte por parte, de
los fenómenos celestes y de cada región, de las costumbres, de
la dieta, del género de vida, de la edad de cada uno, por las
palabras, por la actitud, por el silencio, por los pensamientos, por
el sueño o la falta de sueño, por los ensueños, cómo son y
cuándo aparecen, por la acción de arrancarse los cabellos y
rascarse, por las lágrimas, a partir de los paroxismos, por las
deposiciones, por las orinas, por los esputos, por los vómitos, y
cuantos pasos sucesivos de las enfermedades se desarrollan
desde tales circunstancias hasta tales otras, y los depósitos que

252
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

llevan hacia una situación fatal o crítica, el sudor, escalofríos


intensos, frío, tos, estornudos, hipo, respiración, eructos,
ventosidades silenciosas o ruidosas, hemorragias, hemorroides.
A partir de esto hay que investigar también cuanto se origina por
causa de ello.”

El libro I termina con catorce historias clínicas de pacientes, ninguno


pediátrico, aunque si dos mujeres que mueren unos días tras el parto.

Ya en el libro III, también sobre historias clínicas, sí aparecen algunas


que corresponden a niños o adolescentes.

“A la hija de Eurianacte, doncella, la atacó una fiebre violenta,


pero estuvo sin sed hasta el final; no aceptaba alimentos. Y del
vientre eran evacuadas heces en pequeña cantidad, orinas
fluidas, escasas, sin buen color. Y al comenzarle la fiebre sufría
en el trasero. Y cuando se encontraba en el sexto día, sin fiebre,
no sudó: sobrevino la crisis. Y lo que tenía en el trasero le supuró
un poco, se: abrió con la crisis. Pero después de la crisis,
estando en el séptimo día, tuvo escalofríos intensos, se calentó
ligeramente, sudó. Y después extremidades frías siempre. Y
hacia el décimo día, después del sudor originado, desvarió y de
nuevo rápidamente estaba lúcida. Y decían que [le había
sucedido esto] por haber comido un racimo de uvas. Y, tras una
intermisión, en el duodécimo día de nuevo deliraba mucho, el
vientre se trastornó con heces biliosas, no mezcladas, escasas,
fluidas, mordicantes, se levantaba con frecuencia. Y el séptimo a
partir del día en que desvarió por última vez, murió. Ella, al
comenzar la enfermedad, sentía dolor de garganta y tenía

253
Mario Ferrer Vázquez

siempre rojez, úvula contraída. Flujos abundantes, ligeros, acres.


Tosía, pero no expectoraba nada cocido, inapetente de cualquier
alimento durante todo el tiempo y no deseaba nada. Sin sed y no
bebía nada digno de mención. Silenciosa, no hablaba en
absoluto. Abatimiento, estaba sin esperanzas en sí misma. Y
había algo incluso congénito de tendencia a la tisis.”

En este pasaje y el siguiente, se mencionan explícitamente la edad de


los pacientes, lo incluyo a pesar de tener veinte y diecisiete años, por
lo inusual de este hecho y la edad limítrofe, además de las
interesantes historias clínicas. No eran dados a escribir la edad de los
pacientes, pese a que tenían siempre en consideración la misma.

“Al adolescente que yacía enfermo en la Plaza de los Mentirosos


lo atacó una fiebre violenta a consecuencia de fatigas, esfuerzos
y carreras fuera de lo acostumbrado. El primer día, el vientre
trastornado con heces biliosas, fluidas, abundantes, orinas
fluidas, negruzcas; no concilió el sueño, sediento. El segundo día
se exacerbaron todos los síntomas, deposiciones más
abundantes, más inoportunas, no concilió el sueño, la mente
trastornada, sudó ligeramente. El tercer día en mal estado,
sediento, con náuseas, mucha agitación, angustia, deliró,
extremidades lívidas y frías, tensión del hipocondrio algo blanda
en ambos lados. En .el cuarto día no concilió el sueño; iba a
peor. El séptimo murió, a la edad de aproximadamente veinte
años.”

“A una mujer que yacía enferma en la Plaza de los Mentirosos,


tras haber parido entonces por primera vez, con dificultad, un

254
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

varón, la atacó una fiebre violenta. Desde el momento en que


comenzó, sedienta, con náuseas, le dolía algo el cardias, lengua
seca, el vientre se trastornó con heces fluidas, escasas, no
concilió el sueño. El segundo día sufrió además unos pocos
escalofríos intensos, fiebre aguda, segregó sudor frío
ligeramente por la cabeza. El tercero, en un estado penoso; del
vientre evacuaba heces crudas, fluidas, abundantes. El cuarto
día tuvo también escalofríos intensos, todos los síntomas se
exacerbaron; insomne; el quinto, en un estado penoso. El sexto,
en las mismas circunstancias; del vientre evacuó muchas heces
líquidas. El séptimo tuvo otra vez escalofríos intensos, fiebre
aguda, sed, mucha agitación, hacia la tarde segregó sudor frío
por todo el cuerpo, enfriamiento, extremidades frías, ya no
lograba volver a calentarse. Y de nuevo a la noche tuvo
escalofríos intensos, las extremidades no se volvían a calentar,
no concilió el sueño, se perturbó ligeramente, y de nuevo
rápidamente estaba lucida. El octavo hacia el mediodía volvió a
calentarse, sedienta, en estado de coma, con náuseas, vomitó
sustancias biliosas, en pequeñas cantidades, amarillentas. Por la
noche mal, no durmió, emitió mucha orina de una vez sin darse
cuenta. El noveno día disminuyeron todos los síntomas, en
estado de coma. Hacia la tarde sufrió también unos pocos
escalofríos intensos, vomitó sustancias biliosas en pequeñas
cantidades. En el décimo día escalofríos intensos, la fiebre llegó
al paroxismo, no concilió el sueño en absoluto; por la mañana
emitió abundante orina que no tenía sedimento, las extremidades
volvieron a calentarse. El undécimo día vomitó sustancias
biliosas, verdosas. Tuvo también escalofríos intensos no mucho
después, y de nuevo extremidades frías. A la tarde, sudor,
escalofríos intensos, vomitó mucho, por la noche en un estado

255
Mario Ferrer Vázquez

penoso. El duodécimo vomitó abundantes sustancias negras,


fétidas, mucho hipo, sed de forma penosa. El decimotercero
vomitó sustancias negras, fétidas, abundantes, escalofríos
intensos; y hacia el mediodía (quedó) sin voz. En el
decimocuarto, sangre por las narices: murió. En ésta hasta el
final el vientre húmedo; con escalofríos; su edad,
aproximadamente diecisiete años.”

En otro apartado y referida o a otra zona o ciudad, otra constitución.


Hablando de las enfermedades endémicas y epidémicas de la zona:

“Y los trastornos en el intestino resultaron, en muchos,


abundantes y perjudiciales. En primer lugar, tenesmos214 en
muchos de forma penosa, en su mayoría niñitos, y en todos
cuantos estaban antes de la pubertad, y perecía la mayoría de
éstos. Muchos afectados de lientería215, de disentería216; pero
éstos en un estado no demasiado penoso. Las heces, biliosas,
grasientas, fluidas y acuosas; en muchos casos la enfermedad
misma se declaró en esto, tanto sin fiebre como con fiebre. Con
sufrimiento, cólicos y retortijones malignos. Y evacuaciones de
las muchas sustancias que estaban dentro y quedaban
retenidas. Pero lo evacuado no resolvía los sufrimientos y
respondía con dificultad a los remedios administrados. En efecto,
las purgaciones dañaban a la mayoría. Y de los que se
encontraban en tal estado muchos perecían rápidamente, pero
había también algunos a los que duraba más tiempo (la
enfermedad). Para decirlo en resumen, todos, tanto los que eran

214
Sensación continua de defecación, se realice o no, acompañada generalmente
de dolor y malestar.
215
Diarrea con deposiciones con alimentos sin digerir.
216
Diarrea con deposiciones mucosanguinolentas, de origen infeccioso.

256
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

víctimas de una larga enfermedad como de una aguda, morían


principalmente a causa de las afecciones en el vientre, pues a
todos contribuyó a llevárselos el vientre.”

Dentro de las historias clínicas de varios pacientes, aparecen las


referidas a muchachas jóvenes, que en el curso de la enfermedad
tienen su primera regla y, por tanto, debían ser de edad pediátrica.

“En Abdera, a la joven que yacía enferma en la Vía Sacra la


atacó una fiebre del tipo causón; estaba sedienta e insomne. Y le
bajó la menstruación por primera vez. En el sexto día muchas
náuseas, rojez, con escalofríos, inquieta. El séptimo, en las
mismas circunstancias, orinas fluidas, pero de buen color, no la
molestaban afecciones en el vientre. El octavo, sordera, fiebre
aguda, insomne, con nauseas y escalofríos, estaba lúcida, orinas
semejantes. El noveno, en las mismas circunstancias; y los días
siguientes del mismo modo; la sordera persistía. El
decimocuarto, trastornada la mente, la fiebre disminuyó. En el
decimoséptimo día le brotó mucha sangre por la nariz, la sordera
disminuyó ligeramente. Y los días siguientes náuseas, sordera;
había también delirio. El vigésimo, dolor de pies; sordera y delirio
cesaron, sufrió una ligera hemorragia por la nariz, sudó, sin
fiebre. El vigésimo cuarto la fiebre retornó, sordera de nuevo, el
dolor de pies persistía, frenesí. El vigésimo séptimo sudó mucho,
sin fiebre, cesó la sordera, -persistía el dolor de pies; pero por lo
demás alcanzó la crisis por completo.”

257
Mario Ferrer Vázquez

“En Larisa, a una joven la atacó una fiebre del tipo causón,
aguda; insomne, sedienta, lengua fuliginosa, seca; orinas de
buen color, pero fluidas. El segundo día en un estado penoso, no
concilió el sueño. El tercero evacuó del vientre abundantes
heces acuosas y de color verde-amarillo, y en los días siguientes
eran evacuadas otras semejantes de forma benigna. El cuarto
emitió orinas fluidas, escasas, tenían partículas en suspensión
en la parte superior, no depositaban; deliró por la noche. El sexto
le brotó violentamente por la nariz abundante sangre; tras haber
sufrido escalofríos segregó mucho sudor caliente por todo el
cuerpo; sin fiebre; llegó a la crisis. Pero durante las fiebres y ya
pasada la crisis, le bajó la menstruación por primera vez
entonces; pues era doncella. Y estaba durante todo el tiempo
con náuseas, escalofríos, rojez en el rostro, dolor de ojos; con
pesadez de cabeza. Para ésta no hubo recidiva, sino que le
sobrevino la crisis217. Los dolores; en los días pares.”

LIBROS II, IV y VI218

Se diferencian en cuanto a contenido, estilo y composición. Con


menos historias clínicas, más reflexiones generales y escasa
observación en cuanto a las “constituciones”. Debemos atribuir esta
agrupación a los trabajos de Littré. Galeno pensaba que los libros II y

217
El concepto de crisis se refiere a cambio agudo en una enfermedad, ya sea para
empeorar o para mejorar, como se indica en estos dos párrafos.
218
Sigo la traducción de E. García Novo, Tratados Hipocráticos V, Epidemias,
Libros II, IV y VI, Madrid 1989, págs. 131-250.

258
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

IV eran en realidad anotaciones del propio Hipócrates, posteriormente


recogidas y completadas por su hijo Tésalo y otros médicos.

En el libro II la única alusión al periodo infantil es la referente a un


pequeño párrafo hablando de las hinchazones:

“Las hinchazones que mejoran fuera de lo previsto, señal


engañosa -como, por ejemplo, en el niño de Andronico: la
erisipela recidivó- a menos que (la enfermedad), viniendo al
mismo punto, signifique algo bueno. (Una hinchazón) que, de
nacimiento, estaba junto a la oreja, pasó al pubis. En otro (niño)
se formó el tercer día después del nacimiento, supuró al noveno:
éste se curó en una semana. Las (hinchazones) que
desaparecen rápidamente, son de condición bastante mala.”

El siguiente texto es un tanto confuso:

“El niño está formado (en el útero) el séptimo mes, el noveno o el


décimo; empieza a tener voz; la fuerza le viene a continuación; y
domina sus manos. Al soltarse la voz, todo se suelta, pues el
soltarse es semejante a la articulación de la voz; y se suelta en
un día fértil.”

Probablemente la confusión viene de la traducción del verbo como


“estar formado”, sin embargo Littré parece traducirlo como “recibir
alimento sólido”, lo que quizá sería más acorde al párrafo y le daría
mucho más sentido a la frase, al referirse a un lactante y no a un feto.

Otro de los casos donde se nombra la edad del paciente:

“El primero que enloqueció fue un muchacho. De éste, la orina


era pura, ligera; evacuación de todas (las comidas), ligera,

259
Mario Ferrer Vázquez

abundante, no biliosa; lengua muy áspera; fiebre ardiente;


insomne; vientre hinchado. Éste enloqueció, creo yo, el octavo
día, de manera licenciosa: se levantaba, se peleaba, decía
palabras muy indecentes, no siendo él de esa condición. Tras
producírsele una abundante emisión de orina ligera de una sola
vez, consecuente a una retención, le sobrevino un sueño
continuado, y una sudoración que parecía crítica, a partir de otra
que no era tal, quizá hacia el décimo día. Después enloqueció de
nuevo y murió rápidamente el día undécimo; la causa, creo yo,
fue beber vino puro en abundancia un poco antes de sufrir el
desvarío. Tenía cerca de veinte años.”

En esta serie de casos se refiere a varios niños:

“Al niño con la úlcera fagedénica (“que corroe las carnes”)219, se


le cayeron los dientes de abajo, y los delanteros de los de arriba
y de los de abajo. Tenían un hueco. Si se sale un hueso de los
de la bóveda del paladar, la nariz se hunde por su centro; si se
caen los dientes delanteros de arriba, (la nariz) se aplana por su
parte superior. El quinto (diente) contado desde los delanteros:
cuatro raíces unidas de dos en dos hacia cada uno de los
dientes vecinos, vueltas todas ellas en sus extremos hacia la
parte de dentro. En el tercer diente, supuraciones más que en
todos los demás; los flujos espesos de la nariz y los dolores de
las sienes se producen sobre todo por su causa. Éste es el que
más se caria. El quinto tenía en el medio una protuberancia, y
dos delante. La pequeña (protuberancia) de dentro, al lado de las

219
Provocada por una infección bacteriana, de origen, al parecer, orofaríngeo.

260
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

otras dos, se había cariado la primera. El séptimo tenía una sola


raíz grande, puntiaguda.”

“Al hijito varón de Atenades, (se le cariaron) los dientes del lado
izquierdo en la parte de abajo, en la parte de: arriba los del lado
derecho. De éste, la oreja derecha supuró cuando ya no había
dolor.220”

“Después de las Pléyades221, buen tiempo con nubes y nieblas.


Las crisis en el quinto, sexto y séptimo día, y todavía más
tardías. Las fiebres: con recidivas y, en cierta medida, erráticas;
con inapetencia y biliosas; disenterías con inapetencia y fiebre
alta. Hacia el paso de las Pléyades hubo fuertes vientos del Sur,
y hemorragias, fiebres tercianas acompañadas de escalofríos. El
hombre en la zapatería, tuvo una hemorragia, (se le produjo) una
pequeña evacuación de color intenso; tuvo la crisis el séptimo
día con un acceso de escalofríos intensos. El niño que vivía en el
último comercio tuvo una hemorragia abundante el cuarto día. Al
punto empezó a decir tonterías; el vientre se retuvo; hipocondrio
doloroso, pequeño. Con un supositorio se le produjo al sexto día
una evacuación de heces malas, verde amarillentas. El séptimo
día, temprano, mucha inquietud, gritos, pulsación de las venas
en la zona del ombligo.”

220
Podría referirse a una simple asociación casual entre una otitis media supurativa
y unas caries.
221
Es decir, entrado el otoño.

261
Mario Ferrer Vázquez

“El hijo de Timenes tenía un poco de dificultad respiratoria, como


para estar cetrino. A veces estaba cetrino en la zona de los
brazos.”

“El hijo de Potamón no tuvo escalofríos intensos durante dos


días antes de la crisis. Por eso tampoco se retuvo la orina.”

“El niño, que era de la hermana de la mujer de Apemanto:


hipocondrios y bazo grandes, respiración difícil, evacuación
viscosa y biliosa, un tanto semejante a excremento.
Excesivamente agotado por el trabajo. Al vigésimo día,
(depósito) en los pies, y crisis. ¿A caso en las personas
excesivamente agotadas, (depósito) en las articulaciones y no en
el ojo? Los hipocondrios estaban en tensión. Desde luego, había
moderadamente tos seca.”

“En la aldea de Hipóloco, un niño: éste tenía en los hipocondrios,


en ambos lados, una zona delimitada; en el mismo sitio, estaba
dura y por debajo tenía una apariencia brillante -apariencia
comparable a la de la mujer del que trabajaba el cobre, la
hidrópica, a la que al producírsele: le una evacuación de heces
ligeras, una parte se le ablandó; ella tenía eso mismo en el lado
derecho (del hipocondrio), algo homogéneo que destacaba
mucho sobre la zona que estaba un poco delimitada-. A éste, el
ombligo se le ennegreció de nacimiento y se le produjo una
úlcera profunda; el ombligo no se le hizo completamente cicatriz,
y el pene estaba descubierto en su extremo, sin que se le
hubiera puesto así de repente ni fuera congénito. Después, su

262
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

estado empeoró. Éste vomitaba la mayor parte del tiempo.


Fiebre. Inapetencia. Se quedó sin fuerzas Hacia el séptimo día
después de acostarse -pues ya antes estaba enfermo-, por haber
bebido mucha agua –y quizá por otras razones-, perdió un poco
la razón, se revolvía a un lado y a otro en la cama, y tuvo
algunas convulsiones.

Y, al cesar las convulsiones, se murió sin manifestar signos de


ello. Antes de esto, orinó en gran cantidad, tuvo evacuación de
gases con gran ruido, y (esto) no ablandó en absoluto la zona
superior (del vientre). En cuanto murió, aquella zona se ablandó
intensamente, y en las demás regiones todo el cuerpo enrojeció
como al recibir latigazos, excepto la parte en la que estaba
especialmente la inflamación; y él estuvo caliente largo tiempo.”

“La muchacha jovencita, hija de Olimpiodoro, tuvo hemorragia


(nasal) del lado derecho, y le vino la crisis hacia el día vigésimo,
como también (acaece) a los que tienen fiebre. Y evacuaciones
como las que se presentaron también en el verano, como la hija
de Hiponacte…”

“Los afectados de «nictalopía»: los que más orinaban, tuvieron


un poco de tos en la recidiva y les sobrevino fiebre. Y (depósitos)
en los oídos que reventaban hacia el séptimo u octavo día. La
niña que vivía en casa de Miris tuvo fiebre, y del oído (le) fluyó
un flujo purulento hacia el día octavo, no sé bien. En algunos
casos, un diente estaba cariado, especialmente el tercero de los
de arriba; éste se encuentra cariado con preferencia a todos; en
éste hay dolor, y hay casos en que también supuración. A

263
Mario Ferrer Vázquez

quienes les afectó violentamente a los oídos, tosían más que


aquéllos (los del diente cariado). A quienes (llegaban) incluso a
supuración: (la tos) con fiebres.”

En este párrafo aparece la palabra “nictalopía”, se refiere a la pérdida


o disminución de la visión nocturna. En la época podría ser debida a
un déficit de vitamina A con toda probabilidad. Su déficit severo
acabaría produciendo úlceras corneales y ceguera. También puede
estar asociado a un aumento de infecciones, y afectaba con mayor
frecuencia a los niños.

En el libro VI, vuelve a mencionar los niños en varias sentencias:

“El desarrollo repentino de los niños en la pubertad, hay casos


en los que trae consigo también otros cambios.”

“En los niños pequeños, un poco de tos con desarreglo del


vientre y fiebre continua, es señal de que, después de la crisis,
sobre todo a los dos meses y en el día vigésimo, habrá también
hinchazones en las articulaciones. Y si los depósitos se forman
por debajo del ombligo, (esto es), los de: las zonas superiores en
las articulaciones inferiores, buena cosa; pero si se forman por
encima, no resuelven la enfermedad de la misma manera, a no
ser que haya supuración. Las supuraciones en los hombros
producen en los de esa edad brazos cortos y deformes. Podría
resolverla también una erupción de pequeñas pústulas hacia
abajo, siempre que no sean redondeadas y profundas; las de
este tipo son mortales, sobre todo para los niños pequeños.

264
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Podría resolverla también una hemorragia, pero ésta sobreviene


especialmente a los niños mayores.”

En este párrafo no nombra a una niña, pero sin embargo sí deja


entrever que la patología respiratoria, asma, que padecía la padecía
desde pequeña.

“La mujer de Agasis, cuando era muchacha, tenía respiración


rápida. Y después que se casó, estando un poco enferma a
resultas de un parto, levantó un peso grande; al momento le
pareció que se producía un ruido en el pecho, y al día siguiente
tuvo asma, y dolor en la cadera derecha; siempre que hacía
esfuerzo, también entonces tenía asma, pero al cesar aquellos,
cesaba también éste. Expectoró materia espumosa, variada al
comienzo, pero que, al depositarse, se parecía a un vómito
bilioso y fluido. Los dolores aparecían especialmente siempre
que hacía trabajos con sus manos. Ella ha de abstenerse del ajo,
cerdo, cordero, vaca, y, dentro de las acciones, de los gritos y de
la excitación.”

Del siguiente texto –recordemos que hablan de una zona en concreto


y describen lo que allí hallan en función de la época del año y la
climatología– extraemos varias referencias a la “nictalopía” que he
comentado antes, y donde se comenta de forma explícita que es más
frecuente en niños, como ya hemos visto, por el déficit de vitamina A.
Éste es más acusado en este tipo de población debido a su
equivocada y restrictiva dieta. El déficit de vitamina A, además de los
problemas oculares, aumenta el riesgo de enfermedades infecciosas,

265
Mario Ferrer Vázquez

ya que es fundamental para el desarrollo del sistema inmunológico y


se asocia a trastornos del desarrollo.

Las toses comenzaron hacia el solsticio de invierno, el


decimoquinto o el vigésimo día después del cambio frecuente
entre vientos del Sur, vientos del Norte, y tiempo de nieves. De
estas (afecciones), unas fueron más breves y otras más largas, y
hubo frecuentes afecciones pulmonares. Después de esto, antes
del equinoccio, de nuevo hubo recaídas en la mayor parte de los
casos, sobre todo a los cuarenta días del comienzo; y para
algunos, fueron muy breves y de crisis fácil; a otros se les
inflamó la garganta; a otros les sobrevinieron «anginas»; a otros,
parálisis; a otros, «nictalopía», en especial a los niños pequeños;
las afecciones pulmonares fueron muy leves. Así pues,
sobrevino «nictalopía» en vez de tos en aquellos que
posteriormente no tosieron nada o muy poco; las afecciones de
garganta fueron muy leves, la «nictalopía» fue más importante.
Las anginas y las parálisis conllevan expectoración de materia
dura y seca, o bien, expectoración de materias cocidas de
pequeño tamaño y de escasa frecuencia, en algunos casos
incluso abundantes. Los que se habían esforzado en gran
medida con la voz o habían sufrido escalofríos intensos,
acababan por sufrir anginas.”

“Los casos de «nictalopía» se instauraban como los procedentes


de otras causas; las «nictalopías» se daban sobre todo en los
niños. De entre los ojos, (enfermaban) los negros y los
variopintos, los que tienen pequeñas las pupilas y son en su
mayor parte negros; más bien los individuos de ojos grandes y

266
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

no los de ojos pequeños, y en su mayoría los de cabello liso y


negro.”

En cuanto a la diferenciación por edades, habitual en la medicina


hipocrática, encontramos el siguiente párrafo:

“En cuanto a la edad, qué edad tiene, y en cuanto a la edad, o


antes o después de lo debido, como por ejemplo si se le produjo
parálisis en invierno y, en lo que respecta a la edad, a un viejo, o
a un niño pequeño, y en verano; el despuntar de los dientes,
aparición de los pelos, esperma, el que es más y el que es
menos, crecimiento de los pelos, espesamiento, fortalecimiento,
adelgazamiento.”

LIBROS V y VII222

Estos dos tratados fueron clásicamente repudiados por Galeno por


considerarlos corruptos, en contra de los otros cinco de corte
claramente hipocrático, e incluso atribuidos al médico de Cos.

No obstante para algunos autores como Littré o la autora de la


traducción española que me ocupa, B. Cabellos Álvarez, es un error
apartar estos tratados, pues se trata de una serie de casos e historias
clínicas muy bien detalladas, que ponen en práctica la teoría de la
medicina hipocrática en la Grecia clásica.

222
El texto utilizado para el análisis es la traducción de la propia B. Cabellos
Álvarez, Tratados Hipocráticos V, Epidemias, Libros V y VII, Madrid 1989, págs. 253-
353.

267
Mario Ferrer Vázquez

Se trata de doscientas cinco historias clínicas individuales bien


detalladas, constituyendo un manual de patología general. Al estilo
itinerante (“epidémico”) clásico. Con un aspecto meramente práctico y
no tan teórico, y donde se ponen en práctica terapias atribuidas a
ambas escuelas, Cos y Cnido, poniendo de manifiesto que en la
práctica diaria del médico griego se aplicaban los preceptos más
válidos y útiles para cada situación, basado en la teoría pero, por
supuesto, en la propia experiencia.

Entre ellas podemos encontrar interesantes historiales clínicos


pertenecientes a casos pediátricos, que recojo a continuación. En el
libro V:

16: “En Larisa, a un chico de once años, un palafrenero de


Palamedes, le hirió un caballo en la frente, encima del ojo
derecho. Parecía que el hueso no estaba sano y le salió un
poco de sangre. Se le hizo una profunda trepanación hasta el
diploe y estando el hueso recién trepanado, se le cauterizó. A
los veinte días empezó una inflamación junto al oído, fiebre y
escalofríos. La inflamación iba aumentando día a día y le
producía dolores. El estado febril comenzó por escalofríos; los
ojos, la frente y toda la cara se le hinchó, afectando más la
inflamación al lado derecho de la cabeza, pero también se le
pasó al izquierdo, por lo cual, no le molestaba nada. La fiebre
finalmente fue siendo menos continua. Estos procesos duraron
ocho días. Se le cauterizó, se le hizo evacuar mediante
píldoras, se le pusieron diversas aplicaciones a la hinchazón y
logró vivir. La herida en absoluto fue causante de las
dolencias.”

268
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

28: “En Ómilo, una chica de unos doce años murió a mitad del
verano, a los catorce días de haber recibido una herida en la
cabeza. Alguien le dio un golpe con una puerta, fracturando y
contusionándole el hueso. Las suturas se hallaban en la herida.

Se vio atinadamente que requería una trepanación; no se


trepanó lo necesario, sino que en la zona que se le dejó sin
perforar se formó pus. La fiebre y los escalofríos la tomaron al
octavo día. No se encontraba todo lo bien que debía, sino como
los días que precedieron a la aparición de la fiebre. Se le
trepanó el resto del hueso al noveno día, y apareció muy poca
cantidad de pus mezclado con sangre y la meninge limpia; el
sueño la tomó y la fiebre no le dejó. Tenía espasmos en la
mano izquierda pues la herida estaba más bien hacia la
derecha.223”

39: “Un niño murió a los cuatro días de haber sido golpeado por
un cerdo en el vientre y en el hígado; la respiración era intensa,
estaba inconsciente y tenía fiebre.”

40: “El hijo de Hermófilo estuvo once días enfermo, con fiebre,
sin comer ni evacuar. Empezó con un delirio que cesó por la
noche. Al día siguiente estaba ronco, sin voz, con la vista vuelta
y en estado febril. Provocándole vómitos con una pluma metida
en la garganta, devolvió bilis negra, e hizo una abundante
deposición con la aplicación de una lavativa.”

223
Podemos apreciar como la “simple” observación clínica lleva a deducir a los
médicos de la Antigüedad un conocimiento real, de cómo afecta al lado contralateral
del cuerpo una herida o afectación en el encéfalo.

269
Mario Ferrer Vázquez

44: “El niño pequeño de Atenades, un varón, sufría una


ulceración corrosiva en el diente izquierdo de abajo y en el
derecho de arriba. El oído le supuró cuando ya no tenía
dolores.”

66: “Para la sordera del niño de Parmenisco fue útil purificar el


oído con lana únicamente, y no lavárselo con cánulas, echar en
él aceite de oliva o almendras, dar paseos, madrugar y tomar
vino blanco.”

68: “Al hijo de Calimedonte le salió en el cuello un tumor duro,


grande, doloroso y sin cocer. Le fue muy útil una sangría en el
brazo y la aplicación de una cataplasma de lino amasado,
humedeciéndolo en vino blanco y aceite, y aplicado muy bien
cocido en hidromiel, harina de tapsia, cebada o trigo.”

75: “A Teléfanes, el hijo de Hárpalo y la liberta, se le torció la


parte inferior del hueso del dedo pulgar teniéndolo hinchado y
con dolores; cuando se sintió un poco mejor se fue al campo y
al volver sintió dolor de riñones. Se bañó. Por la noche las
mandíbulas se le encajaron, el opistótonos se presentó; apenas
podían salir entre los dientes espumarajos de saliva. Murió a los
tres días.”

76: “Trinón, el hijo de Damón, tenía en la pierna, cerca del


tobillo, una herida próxima a un tendón y ya limpia. Un purgante

270
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

que tomó, le exacerbó la llaga; este enfermo murió con


opistótonos.224”

97: “A un niño de File que se le produjo una descarnadura en la


frente, le dio fiebre a los nueve días. El hueso se le fue
poniendo lívido y murió. Lo mismo ocurrió a los hijos de Fanias
y Everguetes: los huesos se les fueron amoratando, la fiebre les
subió, la piel se desprendió del hueso y no apareció pus.”

100: “En Cardias225, al niño de Metrodoro se le produjo una


gangrena ósea en la mandíbula, a consecuencia de un dolor de
dientes. Las encías se le inflamaron y supuró una cantidad
moderada. Se le cayeron los molares y la mandíbula.”

En el libro VII:

3: “En el equinoccio de otoño, al hijo de Eratolao le dio una


disentería. Tenía fiebre, fuerte dolor de vientre, las deposiciones
biliosas, muy frecuentes, ligeras y con un poco de sangre; los
dolores y la sangre se moderaron bastante bebiendo suero y
leche hervida; la bilis continuó en las evacuaciones, numerosas
aunque menos penosas. La fiebre estaba tan latente que al
enfermo y a los demás les pareció que no existía durante los
cinco o seis primeros días; en las sienes tenía palpitaciones, la
lengua con dificultades de articulación por la sequedad, sed
moderada e insomnio; estaba ya usando líquidos hervidos y vino.
A los catorce días de la enfermedad se le produjeron paperas;

224
Dos casos claros (75 y 76) de tétanos tras una herida infectada.
225
Se refiere a una ciudad del Quersoneso Tracio

271
Mario Ferrer Vázquez

los tumores, duros y sin cocer226, en ambos lados


desaparecieron por completo; fueron moderadamente dolorosos.
Al no cesar las deposiciones y mantenerse las bilis en ellas,
tomó la planta en harina de trigo hervida; la bilis y los dolores se
moderaron por algún tiempo y las deposiciones eran líquidas y
abundantes muchas veces. Padecía una fuerte anorexia,
admitiendo alimentos con un gran esfuerzo. La temperatura, la
lengua y la sed se mantuvieron tal y como se ha explicado; no
sudaba, tenía lapsus de memoria como el siguiente: pregunta
algo que quería saber y al poco tiempo lo preguntaba de nuevo
como si no lo hubiese ya dicho; al sentarse se le olvidaba donde
estaba si alguien no se lo recordaba; era consciente de la
dolencia y no la ignoraba; la respiración, como la de una persona
sana. Pasados los treinta días, y hasta los cuarenta, el dolor de
vientre se le agudizó; era tan terrible que permanecía echado
boca arriba, sin poder volverse ni siquiera un poco, siendo
preciso que alguien le diera de comer. Hacía muchas
deposiciones ligeras, de color vino, en las que se apreciaba todo
cuanto había comido por separado, y a veces sanguinolentas.
Tensión del cuerpo, consunción y adinamia extremas; no podía
levantarse ni aún sosteniéndole alguien. Palpándole la región
comprendida entre el ombligo y el cartílago227, se le apreciaban
unas palpitaciones que no se las habrían provocado en el
corazón un esfuerzo en la carrera o una situación de pánico;
tomó durante dos días unas nueve cótilas áticas de leche hervida
226
La cocción, pépsis, concepto básico de la medicina griega, es creado por el
método de fantasía analógica con el fenómeno doméstico y culinario: igual que el
calor cuece los alimentos, el calor del cuerpo puede cocer un humor crudo, alterado,
haciendo que la materia nociva quede neutralizada (B. Cabellos Álvarez, Tratados
Hipocráticos V, Epidemias, Libros V y VII, Madrid 1989, 299).
227
Probablemente se refiere al xifoides, cartilaginoso durante la primera etapa de la
infancia.

272
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

de burra; se produjo una fuerte evacuación de bilis, cesaron los


dolores y se le abrió el apetito; después, unas cuatro cótilas
áticas de leche de vaca sin hervir -dos cíatos228 al día- en los que
se mezclaba previamente una sexta parte de agua y un poco de
vino tinto y astringente; hacía al día una sola comida, por la
tarde: medio quénice229 de pan de trigo cocido sobre ceniza y un
solo pescado de roca, o un poco de carne de cabra u oveja;
continuó tomando leche cuarenta días, suprimiendo el agua al
cabo de diez y con una pequeña proporción de vino tinto. A los
setenta días sudó un poco por la noche, después del baño; bebía
poco y después de cenar, una bebida astringente, no de otro
tipo.”

5: En el solsticio de invierno, el hijo de Cidis tuvo escalofríos,


fiebre, dolor de cabeza y del oído derecho. El dolor de oído lo
tenía desde su más temprana infancia; tenía una fístula que
supuraba flujo de olor desagradable, aunque no le dolía la
mayoría de las veces; esta vez, en cambio, padecía un terrible
dolor, así como cefalalgia. El segundo o tercer día vomitó bilis, y
al incorporarse arrojó materia un poco biliosa y viscosa como
clara de huevo y ligeramente amarillenta. Pasó delirando el
cuarto día por la noche, y el quinto con fiebre y un terrible dolor
de oídos y de: cabeza. El sexto día, mediante la acción de la
planta mercurial, evacuó y parecía que el dolor y la fiebre
cesaban. El séptimo día se encontraba como si estuviera sano;
pero no le abandonaron las palpitaciones en las sienes. No tuvo
sudor. El día octavo tomó jugo de cebada hervida y por la tarde

228 3
Un ciato equivaldría aproximadamente a 45 cm
229
Un quénice equivale más o menos a un kilogramo.

273
Mario Ferrer Vázquez

de acelgas; pasó la noche durmiendo; ausencia total de dolores.


El noveno día hasta el anochecer se mantuvo consciente; por la
noche se produjo el dolor agudo de oídos y de cabeza; ocurrió
que desde el principio supuraba justamente en el momento más
intenso de dolor. Pasó toda la noche del día nueve, el día diez
completo y gran parte de la noche sin reconocer a nadie y
gritando de dolor; recuperó el conocimiento, cesaron los dolores
y bajaron las temperaturas al día siguiente. El día once volvió a
tomar mercurial hervida, provocándole una evacuación con
flemas y mucosidad, maloliente. Los días doce y trece los pasó
aceptablemente; el catorce estuvo, desde el amanecer hasta el
mediodía, sudando por todo el cuerpo y en un sueño comatoso
profundo del que costaba trabajo sacarle; despertó por la tarde
con el cuerpo medianamente fresco; continuaban las
palpitaciones en las sienes. Los días quince y dieciséis volvió a
utilizar jugo de cebada hervida; el diecisiete por la noche
volvieron de nuevo los mismos dolores, el delirio y la supuración.
Los días dieciocho, diecinueve y veinte estuvo fuera de su juicio:
daba alaridos, intentaba incorporarse sin poder controlar la
cabeza y extendía las manos en el aire tratando en vano de
coger algo. El día veintiuno, sudó un poco por el costado
derecho, el pecho y la cabeza; el veintidós, por casi todo el
rostro. En esta época, si hacía un gran esfuerzo con la voz,
conseguía pronunciar perfectamente lo que quería, pero si no
era así hablaba a medias; tenía la boca entreabierta, con las
mandíbulas y los labios siempre en movimiento, como si quisiera
decir algo. Movía los ojos con frecuencia, la mirada era intensa,
el color del ojo derecho del llamado tipo sanguinolento, el
párpado superior lo tenía inflamado, y hacia el final de la
enfermedad, las mandíbulas enrojecidas. Se le apreciaban todas

274
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

las venas del rostro en distensión; ya no parpadeaban los ojos


sino que miraban fijamente y los párpados vueltos hacia arriba
como cuando se le cae a uno algo en el ojo. Al beber, el líquido
hacía ruido al atravesar el pecho y el intestino como en el caso
de Cartades. La respiración se mantuvo adecuada a lo largo de
toda la enfermedad, la lengua con un tono blanco y amarillento
propio de quien padece una dolencia peripneumónica y la
cefalalgia del principio al fin. El cuello, inmóvil todo el tiempo,
había que girarlo con la cabeza; también la zona dorsal, a partir
del cuello, estaba rígida y sin poderla flexionar. Permaneció
tumbado como se ha dicho, aunque no siempre boca arriba; el
pus era seroso, blanco, abundante, muy difícil de absorber con la
esponja y de un olor excesivamente fuerte. En la etapa final de la
enfermedad, apenas tenía sensibilidad en los pies.”

En estos dos pasajes podemos apreciar unas extensas y minuciosas


historias clínicas referentes a dos niños. El segundo de ellos con
afectación meníngea. En ninguna, como es la tónica general de estos
dos libros, se para a valorar la etiología de los cuadros, sino que
realiza una descripción lo más detallada posible del cuadro clínico y
del tratamiento recibido y el desenlace del mismo.

12: “Al hijo de Anfífrades, durante el verano, le dio dolor en el


costado izquierdo y tos; excrementos abundantes, líquidos, con
un poco de bilis; la fiebre parecía haber cesado a los siete días;
la tos permanecía; el color de la piel pálido y amarillento; hacia
los doce días arrojó esputos un poco verdosos; la respiración, al
ir avanzando la enfermedad, fue en constante aumento; asma,

275
Mario Ferrer Vázquez

un poco de ronquera en el pecho y en la tráquea; utilizó bebidas


hervidas; estuvo en su juicio todo el tiempo; murió a los
veintiocho días; a veces se le produjeron sudores.”

35: “A un niño de Filia se le produjo una descarnadura en la


frente y le dio fiebre a los nueve días; el hueso se le fue
poniendo lívido; murió. Lo mismo ocurrió a los hijos de Fanias y
Evergo: los huesos se les fueron amoratando, la fiebre les subió
y al desprenderse la piel del hueso quedó allí pus. Al practicar a
estos enfermos la trepanación les salió del hueso mismo un
líquido ligero, seroso, amarillento, fétido y mortal; hacia el final de
la enfermedad les sobrevinieron vómitos y espasmos, algunos
gritaban, los que tenían la tensión en el lado derecho perdieron
el control y la sensibilidad del izquierdo, y los que la tenían en el
izquierdo, la del derecho. El hijo de Teodoro tomó el sol a los
nueve días de producírsele la descarnadura; el día diez le dio
fiebre, sin que el hueso tuviese –por así decirlo- nada digno de
interés; durante la fiebre se le puso negra la zona de la lesión; se
le cayó la piel entre grandes chillidos del enfermo; el día
veintidós se le inflamó el vientre, especialmente los hipocondrios;
murió el día veintitrés. A quienes sufren fracturas óseas en la
cabeza les da fiebre a los siete días y si es época de calor,
incluso antes; si la fractura es grave, puede darles
inmediatamente230.”

230
El autor extrae una conclusión médica basada en la práctica. Este pasaje es
ampliado y con una conclusión con respecto al mismo que encontramos en el libro V
y que he reflejado en este trabajo, el párrafo 97 del citado libro.

276
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

37 Y 38: “Teléfanes, hijo de la liberta de Hárpalo, se hirió en la


parte inferior del dedo pulgar; hinchazón y dolores fuertes;
cuando se sintió mejor se fue al campo; dolor por la zona de los
riñones; tomó un baño; las mandíbulas se con-trajeron por la
noche y el opistótono se presentó; la saliva, espumosa, apenas
salía entre los dientes. Murió a los tres días.

Zenón, el hijo de Damón, tenía en la pierna, cerca del tobillo, una


herida próxima a un tendón; ya estaba limpia. Un medicamento
le exacerbó; se produjo el opistótono y murió.231”

52: “El niño pequeño de Hegesípolis tuvo durante cuatro meses


un dolor corrosivo en el ombligo; se le fue agudizando con el
paso del tiempo; se golpeaba el vientre, se mesaba los cabellos,
las fiebres le tomaron, se consumía y estaba en los huesos. Los
pies y los testículos se le inflamaron; en el vientre, por la zona
umbilical, tenía flato como quien va a sufrir un trastorno
intestinal; no comía admitía únicamente leche. Estando ya muy
próximo a morir las deposiciones se hicieron líquidas expulsando
también un líquido sanguinolento y fétido. El intestino, inflamado.
Murió después de un corto vómito pituitoso y expulsó una
materia semejante al germen de una tenia. La sutura de la
cabeza, después de morir, estaba bastante hueca232. Durante
toda su enfermedad, sobre todo al final, se pasaba la mano por
el bregma, aunque no le dolía la cabeza. La parte inferior del
muslo izquierdo, bajo la ingle, se le puso lívida; los testículos,

231
Estos mismos dos párrafos aparecen prácticamente iguales en el libro V, 75 y 76.
También recogidos anteriormente. Correspondientes a heridas tetánicas.
232
Esta referencia a una intervención o actuación post-mortem deja claro que el
texto está dirigido a los profesionales de la medicina. No se trata de una autopsia,
por lo que cumplía con los preceptos éticos de la época (B. Cabellos Álvarez,
Tratados Hipocráticos V, Epidemias, Libros V y VII, Madrid 1989, 328).

277
Mario Ferrer Vázquez

quizá el día antes de morir, se le deshincharon. También al hijo


pequeño de Hegetórides le ocurrió lo mismo, excepto que los
vómitos fueron al final más numerosos.”

63: “Para la sordera del niño de Parmenisco era útil: purificarse


el oído con un trozo de lana y no lavárselo con cánulas,
únicamente echar en él aceite de oliva o de almendras, dar
paseos, madrugar, beber vino blanco, abstenerse de legumbres
y tomar pan de trigo y pescado de roca.233”

105: “En el período comprendido entre la terminación del Céfiro y


el equinoccio de otoño hubo mucha sequedad; durante la
canícula se produjeron calores sofocantes; aire caliente y fiebres
sudorales, que enseguida volvían a ser temperatura. A muchos
individuos les salieron paperas, como a una mujer anciana de
Besas que le ocurrió a los nueve días aproximadamente; a un
joven, hijo de una criada, que padecía del bazo, le dieron por
esta misma época, acompañadas de diarrea. A Ectesifonte, en
época de Arturo, casi a los siete días; a un niño únicamente le
apuntaron y al de Erátilo le desaparecieron, (resolviéndose) en
ambos casos sin sudor, aunque con la lengua torpe por la
sequedad. Los vientos ornitios234 soplaron fuertes y fríos; a
veces nevó después de hacer buen tiempo; tras el equinoccio
hubo vientos del Norte unidos a los del Sur; y lluvias abundantes.

233
De nuevo esta misma historia, aquí algo más completa, aparece en el párrafo 66
del libro V.
234
Vientos del norte al inicio de la primavera. Su nombre viene dado porque
favorecían el regreso de las aves (órnithes).

278
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Se produjo una fuerte epidemia235 de tos que afectó sobre todo a


los niños, saliéndoles a muchos paperas que les hacían parecer
sátiros. Antes de esto, el invierno había sido muy crudo, con
nieve, lluvias y vientos del Norte236.”

106: “Al niño pequeño de Timonacte, de unos dos meses, le salió


una erupción en las piernas, caderas, costados y bajo vientre, y
una fuerte inflamación enrojecida. Una vez contenidos todos
estos accidentes, sufrió durante muchos días espasmos y
ataques sin fiebre; murió.”

113: “En Cardias, al niño de Metrodoro se le produjo una


gangrena ósea en la mandíbula a consecuencia de un dolor de
clientes237.”

117: “Al niño de Dinias, en Abdera, se le practicó un corte no


muy grande en el ombligo, quedándole una fístula por la que a
veces asomaba una gruesa tenia; decía que cuando estaba con
fiebre expulsaba por allí materia biliosa. El intestino se hallaba
caído contra la fístula, corroído como ella, y se estaba
desgarrando; la tos impedía que se mantuviera en su lugar.”

235
En este texto sí aparece el término epidēméō con una acepción muy similar a la
actual, cuando su acepción común era la de desplazarse para el ejercicio de la
medicina (B. Cabellos Álvarez, Tratados Hipocráticos V, Epidemias, Libros V y VII,
Madrid 1989, 346).
236
Este párrafo es el único de los libros V y VII en que se describe una Katástasis
climatológica, que corresponde al periodo primavera-verano, con alguna de las
afecciones más comunes que aun hoy en día conocemos.
237
Este mismo caso aparece en el libro V, 100. Ya apuntado anteriormente.

279
Mario Ferrer Vázquez

118: “En Pela, al niño de Pitón, le empezó de repente una fiebre


alta y un estado fuertemente letárgico238 con pérdida de voz;
sobrevino el sueño y el vientre se le mantenía duro todo el
tiempo; aplicándole un preparado hecho con bilis, evacuó en
abundancia e inmediatamente el intestino se le contuvo;
enseguida el vientre se le volvió a hinchar, la fiebre a agudizarse
y el estado letárgico a aparecer igual que antes. Hallándose la
enfermedad en este punto, se le administró un preparado de
cártamo, pepino y meconio, que le hizo defecar materia biliosa,
desaparecer inmediatamente el coma, mitigarse la fiebre y
aliviarse el estado general. La enfermedad hizo crisis239 a los
catorce días.”

238
Corresponde al término griego Kataphorē, de significado muy similar a kōma, de
cuyo nombre deriva la actual “coma”, con similar acepción. Aparece así algo más
adelante en el mismo párrafo.
239
En este contexto cabe recordar que crisis tiene el significado de final de la
enfermedad.

280
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

8.5.17. SOBRE LAS ENFERMEDADES (Perì noúson)240

Ya he mencionado anteriormente este conjunto de tratados, que en la


edición actual se compone de tres volúmenes.

Es incuestionable que el Corpus Hippocraticum que ha llegado hasta


nuestros días, incluso el que manejaba Galeno, más extenso que el
nuestro sin duda, es una serie de escritos de autores diferentes,
lugares y tiempos distintos (dentro siempre del periodo de la Grecia
pre-helenística). No obstante continuamos llamando a este conjunto
de escritos, “hipocráticos”, puesto que denominamos a la medicina de
aquella época de esa manera por ser el personaje que más ha
trascendido, por ser el que inició una corriente de medicina científica,
de arte médico, de téchnè (con el amplio significado ya conocido de
esta palabra) en su escuela y en la multitud de médicos que le
siguieron y, sobretodo, porque Galeno lo tomó como maestro,
mejorando y actualizando sus doctrinas y pasando a ser el médico
más influyente del médico más influyente de la historia, Galeno de
Pérgamo.

Pues bien, estos tres tratados, que forman parte del Corpus, tienen un
estilo diferenciado y junto a Sobre las afecciones internas y
Afecciones, forman un conjunto de textos atribuidos a la escuela de
Cnido y, por lo tanto, no escritos por Hipócrates ni por ninguno de sus
discípulos. Los escritos cnidios son clásicamente tildados de
excesivamente empíricos y esclavos de los hechos, sin embargo hoy
en día, se ven como una serie de tratados de carácter más terapéutico
y técnico. De forma general no hay grandes planteamientos teóricos

240
La fuente utilizada para el análisis es la traducción de A. Alamillo Sanz, Tratados
Hipocráticos VI, Enfermedades I-II-III, Madrid 1990, 23-187.

281
Mario Ferrer Vázquez

sobre el origen de las enfermedades, pues no era el estilo propio de


Cnido, al contrario que en los escritos de Cos.

En resumen, los pilares básicos de los escritos cnidios son terapia,


síntomas, causas y pronóstico241, como veremos en esta serie de tres
tratados y en el posterior Sobre las afecciones internas, del mismo
modo que lo vimos en Afecciones.

LIBRO I

“Todas nuestras enfermedades se originan a partir de la bilis y


del flegma (la flema) en cuanto a las causas internas, y en
cuanto a las causas externas, por las fatigas, las heridas, el
excesivo calor y el excesivo frío.

La bilis y el flegma nacen juntamente con las personas y existen


permanentemente en el cuerpo en mayor o menor medida. Pero
provocan las enfermedades, que resultan unas, de los alimentos
y bebidas y otras, del exceso de calor y de frio.”242

Vuelvo aquí a hacer mención del subconsciente colectivo y de cómo


estas “causas externas” aun forman parte de nuestro ADN,
mencionándolas continuamente en la práctica clínica diaria.

241
Mª.D. Lara Nava, Tratados Hipocráticos VI, Enfermedades, Introducción, Madrid
1990, 7-20.
242
En cuanto a las causas de las enfermedades, y de la teoría de los dos humores,
remito a lo comentado en Afecciones, puesto que existe un evidente paralelismo,
influencia cnidia. Esto es, sin embargo, de lo poco sobre lo que se teoriza.

282
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

“De las enfermedades es forzoso que produzcan la muerte,


cuando se presentan, las siguientes: tisis243, hidropesía bajo la
carne244; cuando una perineumonía o causón atacan a una mujer
embarazada o cuando se le presenta una pleuritis o «frenitis» o
una erisipela en el útero.

Son dudosas en cuanto al desenlace, si producen la muerte o


no, las siguientes enfermedades: perineumonía, causón,
245
pleuritis, «frenitis», amigdalitis , inflamación de la úvula246,
esplenitis, nefritis, hepatitis, disentería y en la mujer el flujo de
sangre.

Las enfermedades que vienen a continuación no son mortales, si


no sufren alguna complicación: dolores articulares, melancolía247,
podagra, ciática, tenesmo, fiebres cuartanas, tercianas,
estranguria, oftalmía, artritis, lepra248 y liquen249.250”

243
En la Antigüedad la tisis correspondía no sólo a la tuberculosis pulmonar, sino
también a otras patologías de sintomatología y curso similares. Ya he hablado
anteriormente de ella.
244
Probablemente anasarca
245
El término griego era Kynánchē que designaba un conjunto de patologías que
afectaban la garganta y laringe y provocaban dificultades para tragar y respirar.
246
El término griego es Staphylē, se trataba de una afectación del velo del paladar
que adoptaba la forma de uva, y de ahí el nombre. También se utilizaba para
designar la úvula sana, como podemos apreciar etimológicamente. De significado
poco claro.
247
Con este nombre se conocía antiguamente a una patología somática que
asociaba alteración de la psique. No se corresponde con ninguna entidad específica
en la medicina moderna.
248
No se trata de la lepra como la conocemos hoy en día, sino de una afección
cutánea benigna descamativa, que podría corresponder a la psoriasis (léprē). La
lepra en la antigüedad se denominaba Elephantíasis.
249
Leichēn. Término con el que antiguamente se denominaba a una serie de
afecciones cutáneas de diversa índole.
250
El resto de patologías que nombra, o bien son fácilmente identificables, o bien ya
he hablado de ellas con anterioridad.

283
Mario Ferrer Vázquez

Una reflexión sobre las actuaciones del médico, que no dista


demasiado de la actualidad:

“En suma que cuantas desgracias sobrevienen necesariamente


en el transcurso de enfermedades y heridas a resultas de otras
desgracias, se las imputan al médico, una vez sobrevenidas, y
no se dan cuenta de la necesidad de que inevitablemente
sobrevengan. Y si (el médico) visita a alguien que tiene fiebre o
que tiene una herida y, tras prescribirle algo, no le alivia
enseguida, sino que al día siguiente se encuentra peor, inculpan
al médico. Pero si le ayuda, no le alaban en la misma proporción,
pues creen que eso es lo que le tenía que pasar.”

En esta serie de párrafos posteriores, del que incluyo una muestra,


habla de las diferentes características de cada paciente a la hora de
enfermar y evolucionar, hablando por supuesto de la edad; sin
embargo tan sólo habla de jóvenes o viejos, no de niños.

“Entre los que tienen estas enfermedades y otras semejantes


hay diferencia, respecto a la mayor facilidad o dificultad de
curación según sea hombre o mujer, más joven o viejo, una
mujer joven o una de edad madura y además de esto según la
estación del año en la que se cae enfermo y según que se caiga
enfermo después de tal enfermedad y no después de tal otra.
Difiere también un padecimiento de otro, en mayor o menor
medida, y una encarnadura de otra encarnadura y un tratamiento
de otro tratamiento.”

284
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

LIBRO II

En este libro revisa una gran cantidad de afecciones con una


sistemática. Primero nombra la enfermedad, posteriormente los
síntomas y para finalizar la etiología o la terapéutica. De cada
enfermedad o dolencia (pleuritis, amigdalitis, etc.) nombra varios
supuestos clínicos, hecho este característico de la escuela de Cnido.
Sucede así en casi todas las afecciones, y esto es realmente muy
cierto puesto que, con los conocimientos actuales, sabemos que una
patología que los hipocráticos nombraban de una sola manera,
pleuritis por ejemplo, corresponde en realidad a varias entidades
nosológicas concretas, cada una de ellas con su etiología y
tratamiento. Así pues se trata de observaciones clínicas importantes y
de interés, pese a que fueran en ocasiones criticadas por médicos del
método coico.

No existe, sin embargo, referencias explícitas a la infancia, como


tampoco existían en el previo ni, en general, en los tres tratados de
enfermedades.

Nombro aquí lo referido a las anginas, como ejemplo y teniendo en


cuenta que de esta manera se denominaban a una serie de
afectaciones de la zona de muy diversa índole, infecciosas
(bacterianas, víricas…) e incluso también no infecciosas, como podría
ser una anafilaxia o incluso patologías tumorales.

“La angina aparece cuando el flegma, puesto en movimiento en


la cabeza, se desliza, acumulado, hacia abajo y se aposenta en
los maxilares y en la zona del cuello. El enfermo no puede tragar
la saliva, respira forzadamente, jadea y algunas veces también
tiene fiebre. Así pues, la enfermedad se origina por esto; unas

285
Mario Ferrer Vázquez

veces está bajo la lengua misma, otras veces un poco por


encima del pecho.251”

“Angina. La fiebre se apodera del enfermo y el escalofrío y el


dolor de cabeza; los maxilares se inflaman y traga con dificultad
la saliva y escupe flemas duras en poca cantidad; en la parte de
abajo de la garganta se siente un ronquido y, si observas, tirando
de la lengua hacia abajo, la campanilla no es grande sino fofa y
la garganta en su interior está llena de saliva viscosa y no puede
expectorar; no soporta estar echado sino que, si está en esta
postura, se ahoga.252”

“Otra angina. La fiebre aparece y el dolor le coge la cabeza, y la


garganta se inflama así como la zona de los maxilares. No puede
tragar saliva; expectora espeso y abundante y tiene dificultad
para hablar.”

“Otra angina. Se inflama la parte posterior de la lengua y el paso


(a la tráquea) y no puede tragar saliva ni ninguna otra cosa; si se
ve forzado a ello, le sale por la nariz.253”

“Si un racimo de uva254 se forma en la faringe, el extremo de la


campanilla se llena de agua y la punta se vuelve esférica y
transparente e impide la respiración. Y si los maxilares se

251
De las diferentes formas de presentación: con o sin fiebre, en la zona amigdalar o
laríngea.
252
Se puede referir, por la descripción, a una difteria.
253
En esta ocasión parece nombrar una afectación laríngea.
254
Traducción de Staphylē, ya comentado en la nota 119.

286
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

inflaman de un lado y del otro, se ahoga. Pero si le afecta a (la


campanilla) solamente, sin que se inflamen las otras partes, son
menos las ocasiones de muerte.”

En este párrafo nombra otra patología, que parece una afectación


meníngea y en el siguiente párrafo una otitis media. Ambas comparten
etiología en muchos casos, por lo que podrían ser lo mismo.

“Otra enfermedad. Padece un fuerte dolor de cabeza y, a poco


que alguien lo mueva, vomita bilis. A veces también orina con
dificultad y delira. Cuando llega al séptimo día, en algunos casos
muere. Y si logra pasar de este día, es al noveno o al undécimo,
a no ser que se le produzca una erupción por la nariz o por los
oídos. Y si se produce, se libra. Le sale agua ligeramente biliosa,
que después, con el tiempo, cuando se pudre, se vuelve pus.”

“Mueren también si, teniendo un vivo dolor en el oído, no se


produce erupción alguna en siete días. Lávale entonces con
mucha agua caliente y, empapando esponjas en agua caliente,
tras escurrirlas, aplícaselas tibias al oído. Si aun así no hace
erupción, dale baños de vapor en el oído. Que tome los mismos
caldos y bebidas que en los casos precedentes.”

LIBRO III

De similar concepción a los previos, también en cuanto a la patología


explícitamente infantil, de la que adolece.

287
Mario Ferrer Vázquez

Cito un párrafo siguiendo el ejemplo de las patologías


faringoamigdalares, de elevada prevalencia en la población pediátrica
a buen seguro.

“Por efectos de la llamada angina, la persona se ahoga y le


parece que tiene en la garganta como una manzana y no puede
tragar ni saliva ni ninguna otra cosa. Y los ojos le duelen y se le
salen de las órbitas, como en el caso de los ahorcados; mira
fijamente y no es capaz de girar los ojos. Está excitado y da
frecuentes saltos. El rostro y la garganta le arden pero también
el cuello. Bajo las orejas no parece tener mal alguno y ve y oye,
pero no muy nítidamente. Debido al ahogo no es consciente ni
de lo que dice ni de lo que oye ni de lo que hace, sino que yace
con la boca abierta derramando baba. En estas condiciones el
enfermo muere al quinto o séptimo o noveno día255. Cuando
alguno de estos síntomas está ausente, evidencia una
enfermedad más suave a la que llaman parangina.256”

255
Esta descripción bien parece, por la gravedad y la asociación neurológica e
hinchazón, una difteria. Como ya comenté en Aforismos, es una enfermedad de
elevada mortalidad, antes de la vacunación y aparición de los antibióticos. Otra
patología dramática como la epiglotitis, no tiene todas estas características, aunque
si el ahogo, el babeo, la gravedad y la fiebre elevada.
256
Con este término el autor alude a otras patologías infecciosas amigdalares
menos graves. Diferenciándolas así dentro del elenco amplio de “angina”.

288
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

8.5.18. SOBRE LAS AFECCIONES INTERNAS (Perì tôn


entós pathôn)257

Este tratado no era conocido, en la antigüedad por este nombre.


Galeno lo nombra como El libro mayor de las afecciones o El libro
mayor de las enfermedades II. Tanto el estilo, como la descripción de
las diferentes patologías, como la terapéutica utilizada, de nuevo y
como ya comenté, lo sitúa entre aquellos atribuidos a médicos cnidios,
tal y como afirmaba Galeno.

La sistemática seguida es la habitual en estos tratados de origen


cnidio: nombre de la enfermedad, síntomas, etiología, evolución,
tratamiento y pronóstico.

La obra versa sobre enfermedades pulmonares y pleuritis (no


exclusivamente pleural como ya he comentado), abdominales (se
incluyen intestinales, hepáticas, esplénicas, renales, médula espinal,
hidropesías, afecciones flemáticas o de venas) y otras más generales
(ictericias –siempre nombradas a parte como entidad diferenciada-,
tifus, íleos, tétanos, etc.)

De nuevo está ausente la referencia explícita a la infancia, dentro de


la vasta descripción de diversas presentaciones de cada patología,
etiología y tratamientos variados. Nombro aquí la referencia al tifus,
por ser la primera que aparece como tal en los tratados hipocráticos,
refiriéndose a una serie de fiebres tifoideas y paratifoideas, y en
ocasiones parece corresponder a otro tipo de patologías similares
intestinales no tifoideas. No incluiré, por lo general, la parte
terapéutica en este extracto.

257
La traducción utilizada es la de Mª. D. Lara Nava, Tratados Hipocráticos VI,
Sobre las afecciones internas, Madrid 1990, págs. 191-280.

289
Mario Ferrer Vázquez

“Tifus. La enfermedad ataca en el verano, cuando se levanta la


constelación del can, al moverse la bilis por el cuerpo.
Inmediatamente agarran fiebres fuertes, una gran calentura y,
por efecto de la pesadez, debilidad y falta de fuerzas en las
piernas, sus brazos sobre todo se vuelven inútiles; se le suelta el
vientre, las deposiciones son muy fétidas y sobreviene un fuerte
cólico. Esos son los síntomas y, si se le quiere incorporar, no
puede ponerse derecho y ni siquiera puede abrir los ojos a causa
de la calentura; tampoco, si se le interroga, puede responder a
causa del dolor, aunque oiga. Cuando está ya al borde de la
muerte, se le agudiza la mirada y habla animosamente, pide de
comer y de beber y, si se le da y come, inmediatamente muere si
no vomita todo. Esta enfermedad hace crisis en siete o en
catorce días; muchos los sobrepasan y llegan hasta los
veinticuatro, de forma que, si los superan, se curan pues en esos
días revela si es mortal o no. La enfermedad es difícil y pocos
escapan.”

“Otro tifus. Ataca la enfermedad en cualquier estación y se


produce por un exceso de humedad del cuerpo cuando, al tomar
alimentos que son húmedos y gran cantidad de líquidos, las
carnes se impregnan de humedad y se ponen fláccidas; a eso se
debe principalmente la enfermedad. Inicialmente empieza siendo
una fiebre terciana o cuartana y un fuerte dolor se fija en la
cabeza, a veces también de manera intermitente en el resto del
cuerpo, el enfermo vomita flema y eructa mucho, le duele la zona
de los ojos, su rostro se torna blanquecino y hacia los pies le
baja una hinchazón; a veces se hincha también todo el cuerpo y

290
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

el dolor alcanza e:l pecho y la parte alta de la espalda, otras


veces el vientre se revuelve; sus ojos miran con gran intensidad,
escupe mucha saliva en forma de espuma y siente que algo se le
agarra a la garganta y le produce carraspera, a menudo se
inflama igualmente la garganta. La enfermedad es difícil y pocos
se libran.”

“Otro tifus. Viene por lo siguiente: cuando la bilis corrompida se


mezcla con la sangre en las venas y en las articulaciones y se
detiene, se forma una hinchazón, sobre todo en las
articulaciones, y ahí se fija a veces también en el resto del
cuerpo; produce fuertes dolores y la mayoría, a consecuencia de
esta enfermedad, se quedan cojos en cuanto la bilis retenida en
las articulaciones se solidifica formando una callosidad. El dolor
sobreviene de manera intermitente cada tres o cuatro días. Si se
cura, debe protegerse del frío y del calor y no llenarse
demasiado de comida, pues corre el riesgo de recaer. Esta
enfermedad, si se la trata de esa manera, se cura en seis meses
-ya que ellos resuelven si es mortal o no si se la trata al
momento. En efecto, la enfermedad es difícil y a la mayoría los
acompaña hasta la muerte.”

“Otro tifus. El mal se da sobre todo en otoño, cuando uno se ha


hartado de todo tipo de frutas. A muchos les viene también la
enfermedad por lo siguiente: por comer pastel, torta de sésamo y
otros dulces de miel. En efecto, la miel cocida es calorífica y se
adhiere en el estómago; luego, una vez sometida a la cocción en
el estómago, se desparrama y al punto el vientre aumenta de

291
Mario Ferrer Vázquez

tamaño, se distiende y parece rasgarse de arriba abajo;


repentinamente se produce diarrea y, una vez que ha empezado,
evacúa durante muchos días; después de esta evacuación,
muchos se ponen buenos.”

292
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

8.5.19. SOBRE LAS HERIDAS EN LA CABEZA (Perì ton


258
en kephalêi traumatōn)

Este tratado forma parte de una serie de textos de índole quirúrgica,


recogidos de este modo en la colección de la Editorial Gredos que
vengo nombrando para el estudio. Junto a Sobre las fracturas y Sobre
las articulaciones, forma parte de una serie de tres libros atribuidos al
mismo autor, perteneciente a la escuela de Cos, y más concretamente
al propio Hipócrates, ya desde tiempos alejandrinos.

Éste es uno de los textos más nombrados y estudiados de cuantos


forman el Corpus Hippocraticum. Desde la época helenística hasta
Galeno y Celso. En la Edad Media y el Renacimiento fue uno de los
tratados que más interés suscitaba tanto a médicos como a cirujanos.

Recordemos que la práctica de las trepanaciones data desde mucho


antes que la historia pudiera recoger documentos escritos de
actuaciones médicas, en algunos yacimientos prehistóricos se
encuentran ya cráneos trepanados, como he comentado en anteriores
secciones259.

Mucha controversia suscitó la trepanación en la época posthipocrática,


helenística y romana. Así como la doctrina principal de los hipocráticos
era hacia la trepanación precoz, no era esa la opinión general de los
médicos de la época posthipocrática, quienes sostenían que si el
cráneo estaba lesionado y con una fractura, no se debía realizar
intervención alguna. Hipócrates opinaba: “muchas vidas se habrían

258
Utilizo la traducción de Mª. D. Lara Nava, Tratados Hipocráticos VII, Sobre las
heridas en la cabeza, Madrid 1993, págs. 15-39.
259
M.A. Arribas, Historia de la higiene y la salud infantil, Prehistoria, Madrid 1997, 9-
11.

293
Mario Ferrer Vázquez

salvado de haberse hecho una trepanación preventiva”, no obstante


para Celso: “los antiguos aconsejaban la operación inmediata, pero lo
mejor es usar ungüentos y esperar a que aparezcan los síntomas”260.
Este tipo de disyuntiva en cuanto al tratamiento médico contra el
quirúrgico precoz, es una discusión que ha llegado hasta nuestros
días en muchos tipos de patologías.

Muchas de las terapias nombradas en este tratado se han utilizado,


con mayor o menor éxito, en casos clínicos nombrados en los libros
de Epidemias.

Recojo, como siempre, no la terapéutica en general sino aquellas


referencias a la edad infantil, de las que sólo encontramos esta:

“Los huesos de los niños son más finos y más blandos, por esto,
porque están más llenos de sangre261, son huecos, esponjosos y
no son densos ni duros. Cuando sufren una herida, igual e
incluso menor, de armas que son iguales e incluso más ligeras,
los huesos del niño más pequeño supuran más y más
rápidamente que los del mayor, y también durante menos
tiempo. Y cuando de todas formas han de morir a consecuencia
de un golpe, el más joven muere antes que el mayor.”

260
Mª. D. Lara Nava, Tratados Hipocráticos VII, Sobre las heridas en la cabeza,
Introducción, Madrid 1993, 11.
261
Corresponde esta idea a la teoría filosófica que, desde Tales y pasando por
Aristóteles, estaba en vigor en la época de que “el agua es vida”. Los médicos
hipocráticos revierten esta cuestión en la sangre y en la idea de que poco a poco se
va disminuyendo hasta la vejez y la muerte, en la que se produce la ausencia de la
misma, se “seca”.

294
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

8.5.20. SOBRE LAS FRACTURAS (Perì agmôn); SOBRE


LAS ARTICULACIONES (Perì árthrōn)262

Estos dos tratados quirúrgicos son el equivalente de hoy en día a un


tratado traumatológico. Teniendo en cuenta que en la antigua Grecia
no existía una especialización médica como tal, sí que existían, como
vamos viendo, ciertas especialidades que gozaban del privilegio de
tener tratados propios dedicados a patologías y terapéuticas
concretas.

Para los expertos en el Corpus estos dos tratados son los mejores de
cuantos existen actualmente, por contenido y redacción. Ambos
formaban parte, al parecer, de un mismo libro. Junto con el anterior,
son los más elaborados y se consideran lo mejor de la escuela de
Cos.

Uno de los rasgos más importantes de estos escritos es que el autor


habla en primera persona, ofreciendo opiniones sólidas y fundadas,
mostrándose como un experto frente a los otros médicos y justifica su
afirmación y el error ajeno con un razonamiento impecable y
prudencia de científico, ofreciendo pruebas anatómicas concretas.263

Pese a lo que el nombre del segundo texto puede hacer pensar, no se


dedica sólo a las articulaciones, sino a un compendio de
traumatismos, luxaciones y demás problemas y tratamientos
traumatológicos.

262
Utilizo la traducción de H. Torres Huertas y B. Cabellos Álvarez, Tratados
Hipocráticos VII, Sobre las fracturas y Sobre las articulaciones, Madrid 1993, págs.
63-221.
263
B. Cabellos Álvarez, Tratados Hipocráticos VII, Sobre las articulaciones, Madrid
1993, 133.

295
Mario Ferrer Vázquez

Pese a que etimológicamente la palabra ‘ortopedia’ deriva de los


vocablos griegos orthos (recto, enderezar) y pais, paideia (niño); no
hay evidencias explícitas a este tipo de terapias correctoras posturales
origen de la palabra, que posteriormente se aplica al conjunto de
terapias de este tipo, independientemente de la edad.

Pese a lo extenso de los tratados, y lo interesante de lo allí expuesto,


me centro en aquellos pasajes que hagan alusión directa o
indirectamente a la medicina infantil, puesto que ese es mi objetivo.
Unos pasajes, por cierto, escasos debido a las propias características
de la obra, carente de claras diferenciaciones por edad. Sin embargo
aparecen los primeros indicios de la ortopedia, en la patología de la
columna y de traumatología infantil, en el libro Sobre las
articulaciones, que recojo a continuación, además de ciertas
características que hacen tan interesante este tratado.

“A quienes por enfermedades las vertebras de la columna se les


salen hacia afuera, es imposible curárselas y, sobre todo,
cuando se curvan sobre el punto de unión del diafragma; algunas
de las que se forman más abajo se resuelven con la formación
de varices en las piernas y, especialmente en la vena que hay
bajo el ángulo de la rodilla; a quienes se les solucionan les salen
en la ingle y, en algunos casos, lo resolvió una disentería de
larga duración. A los que la columna se les curva cuando son
aun niños, antes de que el cuerpo haya acabado de crecer, el
cuerpo ni siquiera tiende a crecerles en relación con la columna,
pero en cambio los brazos y las piernas acaban su crecimiento y
quedan bastante defectuosos; y a quienes tienen la curvatura en
la parte superior del diafragma, los costados no tienden a
ensanchárseles, sino que el pecho se les pone apuntado hacia
delante, en vez de plano; la respiración es corta y ronca, pues

296
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

las cavidades que toman y expulsan el aire tienen menor


amplitud y están forzados a tener el cuello inclinado bajo la gran
vertebra para evitar que la cabeza se les eche hacia delante,
esto ocasiona a la faringe una gran estrechez y la hace inclinarse
hacia adentro; este hueso, si se hunde, hasta que se le hace
colocarse por presión, provoca, incluso en personas con los
huesos en su lugar natural, una respiración entrecortada; por
esta forma, tales enfermos presentan la garganta mas saliente
que los sanos. Generalmente estos pacientes padecen abscesos
duros y sin cocer en los pulmones, pues la primera manifestación
de la curvatura y la contracción provienen de estos abscesos en
la mayoría de los casos, por estar en contacto con los ligamentos
vecinos. A los que la curvatura se les produce bajo el diafragma,
les sobrevienen, en algunos casos, dolencias de riñón y bajo la
vesícula biliar y abscesos purulentos, crónicos y difíciles de curar
en la región lumbar y las ingles, sin que ninguno de ellos
resuelva las deformaciones curvas; las caderas de estos
enfermos están más desguarnecidas que las de los que están
combados por delante. Su columna vertebral es toda ella más
larga que la de los arqueados hacia delante; la pubertad y el
vello son más lentos y menos desarrollados y su capacidad
genésica es menor también que la de estos otros. Si ocurre la
cifosis cuando ya el organismo ha crecido completamente,
provoca una crisis cara a la enfermedad que aparece en ese
momento; sin embargo, con el paso del tiempo, algunos de los
síntomas se manifiestan más o menos también en pacientes más
jóvenes, pero, en general, son menos malignas. Actualmente
muchos pacientes lo llevan bien y con buena salud hasta la
vejez, sobre todo aquellos a los que el cuerpo tiende a cogerles
carnes y grasa, pero pocos de ellos sobreviven más de sesenta

297
Mario Ferrer Vázquez

años y la mayoría mueren pronto. Las vertebras sufren también


escoliosis laterales hacia un lado u otro; tales casos ocurren por
torcimientos conjuntos desde el interior de la columna; en
algunos casos favorece la enfermedad la forma en que el
paciente acostumbra a echarse; mas sobre esto se hablara en
las enfermedades crónicas de pulmón, pues ahí están los
pronósticos más favorables de ello sobre su futuro desarrollo.”

Describe aquí las lesiones por curvatura de la columna vertebral, en


especial aquellas que se producen desde la niñez. Además menciona
su asociación con patología pulmonar.

Posteriormente analiza diversas terapéuticas y situaciones clínicas, de


entre ello he querido destacar dos párrafos, por cuanto aluden a una
práctica que, sin desaprobarla en el fondo, sí cuestiona y es muy duro
con aquellos que la practican por el simple hecho de ser llamativa,
éticamente reprobable por no ajustar los medios a los fines y realizar
lo que se denomina una “teatralidad terapéutica” con fines puramente
personales y no a favor del paciente, una clara violación del código
deontológico de la época, y una afirmación muy propia de Hipócrates
y de sus discípulos.

“Las sucusiones en una escalera no han hecho ninguna


rectificación que yo sepa; los médicos que usan este sistema son
los que quieren dejar pasmado al vulgo, al que este tipo de
cosas —ver a uno colgado, o lanzado o cualquier cosa de las
que suelen hacer— le parecen dignas de admiración y las
celebran siempre sin importarles que resultado tiene la maniobra,
bueno o malo; los médicos que se dedican a tales cosas son
incompetentes, al menos los que yo he conocido. Yo apruebo sin

298
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

reservas este viejo invento, a su descubridor y cualquier otro


mecanismo pensado con racionalidad natural264. No creo que
haya que desechar que se curen algunos casos si la sucusión se
prepara y se hace bien, pero yo, sin embargo, sentí vergüenza
de todos esos tratamientos por considerarlos más propios de
embaucadores.”

En este párrafo, hablando de una terapia aplicada que no surtió el


efecto deseado, se aprecia una de las enseñanzas médicas y
científicas más importantes que existen: aprender de los propios
errores.

“He comentado esto porque las experiencias que tras ponerlas


en práctica se revelan como impracticables y sin resultados, son
validas”

A continuación un extenso texto que trata de las luxaciones de cadera,


dando mucha importancia a las producidas en la infancia y las
congénitas, hablando de ellas de forma casi individualizada, y según
su orientación. Como corresponde a los médicos hipocráticos, la
enfermedad como noción abstracta nunca les interesó, ni llegaron a
elaborar una tipología morbosa; su objeto de estudio e interés siempre
fue el cuerpo enfermo y el paciente, concreto e individual, resolviendo
su dolencia en relación a sí mismo. De esta manera actuaban los
médicos de la escuela coica, en contrapartida, como ya he
mencionado, con la escuela de Cnido.

264
De hecho utiliza este método para ciertos tratamientos (básicamente
estiramientos y rectificaciones), pero razonados y dentro de un pensamiento crítico y
científico, ofreciendo una terapia para casos concretos.

299
Mario Ferrer Vázquez

“A los que sin haber acabado el crecimiento sufren una


dislocación, pero no se les reduce, la pierna entera —muslo,
pantorrilla y pie— Ies queda lisiada, al no crecer esos huesos de
manera uniforme, al quedar más cortos —el del muslo sobre
todo— y al faltarle volumen muscular a toda la pierna, queda
está más débil y delgada, debido tanto a la falta de espacio de la
articulación como a no poder utilizarla por no estar en su lugar
natural; un poco de ejercicio les preserva de un debilitamiento
excesivo y de un crecimiento escaso; los más perjudicados son
los que tienen dislocada hacia el vientre esta articulación,
después los que son muy jóvenes y, en cambio, los adultos son
los que menos daño sufren. Cuando esta desgracia ocurre
siendo muy pequeños, se esfuerzan en vano intentando
enderezar el cuerpo y van encorvados sobre la pierna sana,
apoyándose, de ese lado, con la mano en el suelo, e incluso lo
hacen así algunos a los que el accidente les ocurre ya de
adultos; pero si estos pacientes de pequeños son bien instruidos
al respecto, usan la pierna sana llevando una muleta en la axila
de ese lado y algunos en ambas; otros se sirven de la pierna
sana para incorporarse y lo hacen con tanta mayor facilidad
cuanto menor es la pierna enferma, y su pierna sana no tiene
menor fuerza que si ambas estuvieran bien; no obstante, a todos
ellos los músculos de las piernas enfermas se les reducen y, por
lo general, mas las carnes de fuera que las de dentro.”

“Cuentan algunos que las Amazonas, cuando sus hijos varones


son muy pequeños, les dislocan las articulaciones —rodillas o
caderas— y, por ello, están cojos y no conspiran los machos
contra las hembras; los dedican a oficios artesanales,

300
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

trabajadores del cuero, del bronce o de cualquier otra actividad


que se practique sentado; si esto es cierto, no lo sé, pero sé que
tales problemas ocurren si se producen dislocaciones en la
infancia temprana.”

“La dislocación en mitad de la cadera es diferente a la


dislocación externa o interna de la misma. También hay
diferencia en la de rodilla, pero menor. Cada cojera es de un tipo,
pues los que sufren dislocación externa, quedan más tullidos y,
en cambio, la dislocación interior les hace mantenerse menos
erguidos. Lo mismo ocurre con la dislocación de tobillo: si es
hacia afuera, quedan tullidos, pero pueden mantenerse en pie; si
es hacia dentro, quedan zambos y su estabilidad es menor.”

“El crecimiento óseo se produce de la siguiente manera: en las


dislocaciones del hueso de la pierna, por el tobillo los huesos del
pie crecen muy poco al hallarse muy cercanos a la lesión y, en
cambio, el hueso de la pantorrilla crece sin demasiado defecto,
aunque el volumen del musculo se reduce; en cambio, a los que
mantienen la articulación en su lugar natural pero se les sale por
la rodilla, el hueso de la pantorrilla no tiende a crecer igual, sino
que queda más corto al hallarse cerca de la lesiona los huesos
del pie se reducen, pero no exactamente como se dijo antes,
sino un poco menos, porque la articulación del pie está sana y si
pudiesen ejercitarlo, como los tullidos, los huesos del pie se les
reducirían menos.”

301
Mario Ferrer Vázquez

“A quienes sufren dislocación de caderas, el hueso del muslo no


tiende a un crecimiento semejante al sano, se queda más corto
que este por estar muy próximo a la lesión. Sin embargo, el
crecimiento de los dos huesos de la pierna no se estanca ni en
este caso ni en el de los pies, porque tanto la articulación del
muslo en la pierna como la de la pierna en el pie se mantienen
en su lugar natural; sin embargo, la masa muscular de toda la
pierna se les reduce, aunque, si pudieran utilizarla, los huesos
tendrían un crecimiento conjunto, según se ha dicho, excepto el
del muslo. También habría un aumento de la masa muscular
aunque mucho menor que si estuviera sana la pierna. Esta es la
señal de que esto es así: los que tienen el codo dislocado, los
“codo-comadrejas”, bien de manera congénita, bien durante el
crecimiento, antes de llegar a adultos tienen el humero corto, y el
antebrazo y el saliente de la mano un poco mas defectuosos que
los del lado sano, por el motivo dicho: el humero está muy
próximo a la lesión y, por ello, queda más corto, pero, en cambio,
el codo no está afectado por e! accidente del igual manera,
porque la articulación del humero por el antebrazo permanece en
su sitio y el saliente de la mano esta mas lejos del lugar
lesionado que el codo; por las razones expuestas los huesos que
no crecen con su desarrollo normal no están bien formados y los
que si lo tienen, lo están; los ejercicios manuales ayudan mucho
al desarrollo de los músculos de la mano y del brazo; los “codo-
comadreja” están muy dispuestos a realizar con la mano
enferma cuantos ejercicios son propios de la mano y pueden
hacer con la otra mano, la sana, y no lo hacen mal, pues el
cuerpo no requiere sostenerse por las manos como por las
piernas y sus actividades son ligeras y, por la actividad que
desarrollan, los músculos de la mano y el antebrazo no se

302
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

reducen en estos enfermos. Y también esto contribuye algo a


desarrollar la musculatura del brazo. Cuando la cadera esta
dislocada hacia dentro, congénitamente o en la primera infancia,
los músculos se reducen más que los del brazo por esto, por no
poder utilizar la pierna. Un testimonio de que esto es así se
revelara en los casos de los que se hablara un poco más
adelante.”

Hablando de la dislocación externa de la cabeza del fémur:

“Los enfermos que sufren esta dislocación en el vientre materno,


o una dislocación violenta durante su crecimiento y no se les
reduce, o bien se les disloca y desencaja por enfermedad —cosa
que ocurre muchas veces— a algunos de ellos, si el hueso del
muslo sufre esfacelo se les producen abscesos crónicos a los
que hay que dar puntos; pero tanto a los que están afectados de
esfacelo como a los que no, el fémur les queda más corto y no
tiende a tener un crecimiento semejante al de la otra pierna,
aunque solo un poco más corto por los motivos antedichos.
Todos ellos pueden andar, unos como andan los adultos que
sufren dislocación y no reducción y otros caminando con todo el
pie pero con andares vacilantes por el acortamiento de la pierna;
tales resultados se consiguen si se instruye al enfermo con
interés y adecuadamente sobre que posiciones son las
correctas, antes y después de que cobre fuerza al andar.
Cuando este accidente ocurre en niños muy pequeños, requiere
una atención y cuidado especialísimos pues, si no se les presta
el interés necesario, a todos la pierna se les queda inútil y no les
crece lo debido y la masa muscular es menor que en la pierna
sana, aunque esta disminución es mucho menor en estos

303
Mario Ferrer Vázquez

enfermos que en los de dislocación interior debido al ejercicio y


la práctica, ya que estos pueden usar su pierna inmediatamente,
lo mismo que los “codo-comadrejas”, según se comento

Antes.・ Hay casos en que al poco tiempo de nacer o por alguna


enfermedad se dislocan las articulaciones de ambas piernas
hacia fuera y los huesos sufren los procesos descritos; sin
embargo, en estos casos apenas hay flaccidez muscular, las
carnes de las piernas están bien compactas excepto alguna
pequeña carencia en el interior. El uso de ambas piernas
indistintamente hace que las carnes estén desarrolladas; su
andar es vacilante hacia ambos lados y las nalgas sobresalen
muy marcadamente debido a la dislocación de las articulaciones;
si los huesos no sufren esfacelos, ni ellos cifosis por encima de
las caderas—a algunos Ies toma—, si nada de esto les ocurre,
gozan, por lo demás, de una buena salud, aunque el crecimiento
general del cuerpo, exceptuando la cabeza, es deficitario.”

“Una dieta natural y el ejercicio físico hacen recuperarse de la


lesión. ¿Alguien podría decir que estas cosas están fuera del
arte medico, pues .porque hay que continuar preocupándose y
prestando atención a casos que son ya incurables? Está muy
lejos de ser así el planteamiento pues saber e investigar esto
atañe el conocimiento mismo y no pueden separarse ambos
aspectos; respecto a los casos curables hay que actuar con
mecanismos que eviten que se conviertan en incurables,
sabiendo en qué punto hay que impedir que vayan a la
incurabilidad; y respecto a los casos incurables, hay que saber
que no se les puede maltratar en vano.”

304
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Este texto que acabo de transcribir nos da reflejo de la fama y


prestigio del propio Hipócrates, pues se trata de una teoría científica al
más puro estilo actual: pregunta y análisis como parte de las labores
médicas habituales e investigación como método de avance. Control
de la naturaleza en su justa medida para intentar detener el proceso
irreversible. Con un gran respeto a la actividad propia como médico y,
sobretodo, un enorme respeto al paciente, su objeto principal. Es
evidente tanto para la autora de la traducción, como para mí como
médico, que pese a haber diferencias obvias debidas al tiempo,
métodos y conocimientos, los mimbres del arte médico estaban
completamente ensamblados, gracias a la aportación del genial
médico de Cos.265

“A quienes se les disloca la articulación hacia atrás y no se les


reduce, Bien sea una dislocación congénita, durante el
crecimiento, a causa de alguna violencia o enfermedad. Bien, si
se les disloca y no se le reduce, el fémur queda corto, toda la
pierna mal, su crecimiento es defectuoso y muy carente de masa
muscular al no poder usar la pierna en absoluto. A estos
enfermos también les queda afectada la articulación de la rodilla,
pues los nervios quedan contraídos por las razones antedichas;
por esto es por lo que lo que los pacientes cuya cadera se
disloca no pueden extender la rodilla.”

“Queda dicho como es una naturaleza sana y también como


andan y por que quienes tienen una articulación dislocada y no
reducida. La pierna tiene menos musculo que la otra por la nalga
y la pantorrilla en toda su parte posterior. A quienes les ocurre

265
B. Cabellos Álvarez, Tratados hipocráticos VII, Sobre las articulaciones, Madrid
1993, 197.

305
Mario Ferrer Vázquez

esta dislocación y no se les reduce cuando son muy pequeños


todavía o bien nacen así, el fémur es más débil que los huesos
de la pierna y del pie, pero, en cambio, se reduce muy poco en
este tipo de dislocación; las carnes, en cambio si se reducen,
sobre todo —como se ha dicho— en las pantorrillas. Si estos
enfermos reciben los cuidados adecuados, pueden, cuando
crezcan, utilizar la pierna aunque Ies quede un poco más corta
que la otra y tengan que apoyarse en una muleta del lado
enfermo, pues apenas pueden usar la parte delantera del pie sin
el talón y lo apoyan como lo hacen algunos en otro tipo de
cojeras. El motivo se ha dicho un poco antes y por ello requieren
una muleta. A quienes no reciben atención y no ejercitan la
pierna andando sino que la llevan levantada, los huesos, durante
el crecimiento, les quedan más debilitados que a quienes la
ejercitan y mucho más aun las carnes. En cuanto a las
articulaciones, este tipo de dislocación genera mayor rigidez de
pierna que otros tipos.”

En el siguiente párrafo nos habla de las luxaciones congénitas del pie:

“Si alguna dislocación congénita es pequeña se la puede llevar a


su lugar natural sobre todo la articulación del pie. Los que al
nacer tienen el pie zambo son casos curables en su mayoría si la
desviación no es muy grande o si el crecimiento no ha avanzado
mucho; lo mejor es curar estos casos enseguida, antes de que
los huesos del pie estén muy deformados y los músculos de las
pantorrillas muy defectuosos. No existe una sola modalidad de
cilosis sino varias; la mayoría no son por una dislocación total
sino por un hábito de la forma del pie, torcido en contracción. Se
requiere atender al tratamiento de la siguiente manera: hay que

306
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

tirar y enderezar el hueso de la pierna por el tobillo desde fuera


hacia dentro y tirar en sentido inverso, hacia afuera del hueso del
tobillo, alineándolo en su dirección natural con el fin de que los
huesos que sobresalen en mitad del pie y de lado se junten entre
ellos. Los dedos, colocados todos juntos, con el dedo grande
inclinado hacia dentro, hay que forzarlos así: hacer un vendaje
muy rígido a base de cera con abundante resina, compresas y
vendas numerosas pero no muy apretado; rodear con vendas —
como estaba el pie en su posición correcta— para que quede un
poco más inclinado hacia afuera. Hay que hacer una plantilla de
cuero no muy duro o de plomo y ponerla no directamente en la
piel, sino cuando vayan a atarse las ultimas vendas; una vez
hecho el vendaje hace falta coser, por la parte inferior del pie, el
extremo de una dándole la tensión que parezca adecuada, hay
que darle vueltas extendiéndolo desde la parte superior de la
pantorrilla para que quede firme. En términos sencillos: hay que
llevar a su posición natural las partes desviadas y contraídas de
forma antinatural como cuando se moldea la cera y hay que
hacerlo con las manos y el vendaje sin violencia, con tacto;
adaptar las vendas para que se pueda efectuar la suspensión
adecuada, pues cada cojera requiere una suspensión especifica,
se podría hacer una bota de plomo abrochada por fuera del
vendaje, del estilo de las botas de Quios; pero nada de esto se
necesita si se practica una buena rectificación manual, se venda
correctamente y se ejecuta bien la suspensión. Tal es el
tratamiento y no hay necesidad de abrir al paciente ni
cauterizarle ni otro tipo de complicación, pues este sistema surte
un efecto más rápido de lo que pueda pensarse; para que el
tratamiento tenga éxito se necesita tiempo. Yendo al tema del
calzado, las botas denominadas “calzado para el barro” son las

307
Mario Ferrer Vázquez

más apropiadas, pues son un tipo de zapatos que se adapta muy


poco al pie, mas bien, el pie se adapta a él. También es
adecuado el calzado cretense.”

308
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

8.5.21. SOBRE LAS FÍSTULAS (Perì syríngōn); SOBRE


LAS HEMORROIDES (Perì haimorroídōn)266

Estos dos tratados, que originariamente formaban parte, con casi total
seguridad, de uno sólo, son trabajo de un mismo autor que
pertenecería a la escuela de Cnido.

La única referencia infantil tiene que ver con una distinta manera de
actuar ante un prolapso rectal.

“Si el recto se sale, empuja para adentro con una esponja suave
y frótalo con caracol; atando por las manos al enfermo tenlo
suspendido un momento y (el recto) entra. Si la parte que se sale
es demasiado grande y no queda dentro nada, rodeando con un
cinturón los costados, pasando por detrás bajo el cinturón una
faja y empujando para adentro el recto, aplícale una esponja
suave empapada en agua caliente en la que hayan hervido
virutas de almez; con esta misma agua irriga el recto y estruja la
esponja. Luego, pasando la faja por entre los muslos, átala a la
altura del ombligo. Cuando quiera hacer de vientre que lo haga
sobre el orinal de boca muy estrecha; si se trata de un niño, que
lo haga entre los pies de una mujer267, sujeta su espalda por las
rodillas de ella268. Y cuando defeque que extienda las piernas,
pues así el recto no se sale.”

266
Utilizo la traducción y notas del texto realizada por Mª. D. Lara Nava, Tratados
Hipocráticos VII, Sobre las fístulas. Sobre la Hemorroides, Madrid 1993, págs. 263-
283.
267
Nótese que se refiere expresamente a una mujer, y no entre las piernas de
alguien, tal y como era costumbre.
268
Para mantener las nalgas bien apretadas

309
Mario Ferrer Vázquez

8.5.22. SOBRE LAS ÚLCERAS (Perì ton hélkōn)269

Finalmente, dentro de los tratados quirúrgicos, se encontraría Sobre


las úlceras, que contiene valiosos consejos para tratar heridas y
quemaduras de diversa índole, sin expresar en ningún momento la
edad del paciente a tratar, por lo que es un texto general en el que no
encontramos referencias explícitas, pero no es descartable que
pudiera haberse utilizado para cualquier tratamiento infantil.

Este último escrito ha sido poco estudiado por los autores en general,
en un principio atribuido a la escuela de Cos, parece que los últimos
expertos lo sitúan en el espectro de autores cnidios.

Tan sólo extraigo, a modo de ejemplo, una serie de tratamientos para


quemaduras, que bien podrían utilizarse a cualquier edad.

“Para las quemaduras. Hay que cocer raíces tiernas de coscoja


que tenga la corteza muy espesa y muy verde, cortada en
trocitos pequeños y metida en vino, cocerla a fuego suave hasta
que parezca tener buena consistencia como para untar; lo mismo
(se hace) con agua— Otro (remedio) que no es mordiente: untar
solo grasa vieja de cerdo derretida y poniendo por encima raíz
de estila partida vendar y al día siguiente aplicar fomentos.—
Otro: se derrite grasa rancia de cerdo y cera y se mezclan con
incienso, aceite, escamas de almez y minio y, una vez untado
eso, cociendo hojas de aro en vino y aceite, aplicarlas y poner un
vendaje.— Otro remedio: después de haber untado grasa rancia
de cerdo, aplicar raíces de asfódelo machacadas y molidas muy
finamente en vino.— Otro: fundir grasa rancia de cerdo y

269
El texto utilizado es la traducción de Mª.D. Lara Nava, Tratados Hipocráticos VII,
Sobre la úlceras, Madrid 1993, págs. 285-303.

310
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

mezclarla con resina y asfalto y, poniendo eso en unas hilas y


calentándolo al fuego, aplicarlo y poner un vendaje.”

311
Mario Ferrer Vázquez

8.5.23. SOBRE LA NATURALEZA DEL HOMBRE270 (Perì


phýsios anthropōu)271

Este es un tratado de relativa brevedad, lo que llama la atención dado


el tema a tratar, ya que un texto titulado así es un texto que trata de
aunar dos ámbitos científicos claves en la Antigüedad, la filosofía por
una parte, con el concepto de physiología, y la medicina. Se trata
además del primer tratado que aborda la famosa teoría humoral, de
extraordinaria importancia en la medicina a lo largo de los siglos.

En cuanto a la autoría parece clara, puesto que Aristóteles en su


tratado Historia de los animales incluye un pasaje de este texto, y lo
atribuye a Pólibo272, discípulo y familiar del propio Hipócrates. Aunque,
no obstante esto, su autoría sigue discutida, sobre todo porque
Galeno la puso en duda. Sin embargo, pese a tales dudas parece
claro que está vinculado a la escuela de Cos.

Una de las ideas fundamentales en este texto es la influencia del


medio ambiente y el clima sobre la naturaleza humana, y la
repercusión de estos aspectos sobre los humores. Es tarea del
médico contrarrestar estos desequilibrios sobre la salud, y conocer las
variaciones que éstos provocan en el bienestar del enfermo y en sus
dolencias.

Este tratado pues, incluye los cuatro humores hipocráticos, así como
el concepto de physiología y los ámbitos científicos que comenté al
270
Léase “hombre” como “ser humano”, en el sentido que otorga el vocablo griego
άνθρωπος (anthropos), distinto de la cualidad masculina de varón, que tiene su
propio término griego “ανδρος” (andros).
271
El texto utilizado como fuente es la traducción de J. Cano Cuenca, Tratados
Hipocráticos VIII, Sobre la naturaleza del hombre, Madrid 2003, págs. 13-63.
272
J. Cano Cuenca, Tratados Hipocráticos VIII, Sobre la naturaleza del hombre,
Introducción, Madrid 2003, 24.

312
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

inicio de esta sección. Por esto, y la lectura que grandes filósofos y


médicos de la Antigüedad como Aristóteles, Platón o Galeno han
hecho de este escrito, es por lo que lo consideramos un texto teórico
de la medicina hipocrática, clave para entender las interrelaciones
entre la filosofía y la naciente rama de la medicina.

El comienzo del texto no puede ser más esclarecedor sobre las


intenciones del autor de desmarcarse de las teorías filosóficas para
disertar sobre las teorías médicas, tengamos en cuenta que en
aquella época, las discusiones y diferencias entre escuelas sobre la
naturaleza de los seres vivos eran el ámbito cotidiano para los
sofistas, médicos y pensadores:

“Quien este habituado a escuchar a los que hablan acerca de la


naturaleza humana en términos que sobrepasan lo
estrictamente médico no hallará provecho en esta disertación
pues de ningún modo afirmo que el hombre sea aire, fuego,
agua, tierra o cualquier otro elemento que no sea visible en el
ser humano, sino que dejo estas ideas a aquel que quiera
explicarlas.”

No pasaré a analizar en profundidad el texto, por exceder el objetivo


de mi trabajo y por haber comentado ya los conceptos básicos.
Recopilaré, no obstante, aquellos datos que a la medicina de la
infancia se refieran.

En un pasaje inicial, y a fin de ilustrar de un modo claro la intención de


razonar y explicar la teoría de los cuatro humores, y dar forma a
aquella idea introducida por Alcmeón de Crotona de que el
desequilibrio producía enfermedad, dejo testimonio de una de las

313
Mario Ferrer Vázquez

afirmaciones del autor en relación a contradecir a aquellos que


afirman que el ser humano está compuesto de una sola sustancia:

“Por mi parte voy a demostrar que aquellos elementos que, en mi


opinión, constituyen al hombre de acuerdo al lenguaje corriente y
a la naturaleza son siempre invariablemente idénticos, sea este
joven o viejo, sea la estación fría o cálida. Además, presentare
pruebas y revelare las causas que hacen que un elemento
aumente o disminuya en el cuerpo.

En primer lugar, es necesario que el nacimiento no se produzca


a partir de un único ser. Pues ¿cómo podría un solo ser llegar a
engendrar por sí mismo sin unirse a otro? Además, si no se unen
seres de la misma especie y que posean las mismas cualidades
no se consuma descendencia alguna. Más aun, si no se da una
proporción justa y equilibrada entre lo caliente con lo frio y lo
seco con lo húmedo, sino que uno predomina sobre el otro —a
saber: el más fuerte sobre el más débil— tampoco se logra
engendrar. De este modo, .como puede uno imaginar que un
solo ser engendre a otro cuando ni siquiera lo consiguen muchos
a no ser que se encuentren adecuadamente mezclados entre sí?

Ya que es así la naturaleza de todos los demás seres y también


la del hombre, es necesario entonces que el hombre no se
componga de un único elemento, sino que cada uno de los
elementos que contribuyen a su nacimiento se mantenga en el
cuerpo con la misma propiedad que aporto. Por otro lado, es
también necesario que, una vez que la vida del hombre llega a
su fin, cada elemento vuelva a su naturaleza: lo húmedo con lo
húmedo, lo seco con lo seco, lo caliente con lo caliente y lo frio
con lo frio. Tal es también la naturaleza de los animales y de
todos los demás seres vivos. Todo surge así y así termina todo.

314
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Por tanto, la naturaleza de los seres se compone de todos estos


elementos a los que me he referido y su fin es tal y como he
dicho: al mismo sitio de donde cada ser se origino, allí regresa.

El cuerpo del hombre tiene en si mismo sangre, pituita, bilis


amarilla y bilis negra273; estos elementos constituyen la
naturaleza del cuerpo, y por causa de ellos se está enfermo o
sano. Se goza de una salud perfecta cuando están mutuamente
proporcionadas sus propiedades y cantidades, así como cuando
la mezcla es completa. Por el contrario, se enferma cuando
alguno de los elementos se separa en mayor o menor cantidad
en el cuerpo y no se mezcla con todos los demás. Así pues,
cuando algún elemento se separa y queda solo, necesariamente
ha de enfermar tanto la parte de la que se ha segregado como
aquella en la que se ha establecido y acumulado, al ser la
excesiva concentración causa de dolor y padecimiento. De igual
modo, cuando uno de los humores fluye fuera del cuerpo en una
cantidad mayor a la que sobra, el vaciamiento provoca dolores.
Si, por el contrario, es en el interior del cuerpo donde se
producen el vaciamiento, el desplazamiento y la separación de
los otros humores, es del todo necesario que se produzca, de
acuerdo con lo dicho antes, un padecimiento doble: en el lugar
del que ha salido y en el que se ha concentrado en exceso.”

273
Se mencionan aquí por primera vez en este tratado, los cuatro humores que
constituyen la naturaleza del hombre, según la teoría de la escuela de Cos, que
después pasó a la posteridad gracias a Galeno. En cuanto a la bilis negra, no es un
humor que suela nombrarse en exceso. Para Laín Entralgo (La medicina hipocrática,
Madrid 1970, 147) un humor es: “un elemento secundario del cuerpo animal,
caracterizado genéricamente por su elementalidad biológica—esto es, por el hecho
de funcionar en la vida normal como sustancia que no se descompone en otras más
simples—, por su fluidez, aunque esta sea tan escasa en la bilis negra, y por su
mixcibilidad.”

315
Mario Ferrer Vázquez

Antes de nombrar las menciones específicas a los niños, dejo este


párrafo que invita al asombro y a la reflexión de aquellos que ponen
en duda la genialidad y los conocimientos de los médicos de la
Antigüedad, o bien de aquellos que la desconocen. Mediante la
observación se formula una teoría que, siglos después, se podría
probar, y es la sospecha de que en el aire que respiramos existe algo
que en ocasiones nos hace enfermar. Ésta idea, al igual que la dieta y
su repercusión en la enfermedad como en la sanación, o la
diferenciación por edades y sexos, son características de la medicina
hipocrática, aceptadas y ampliadas por Galeno, quien las convirtió en
doctrina y base de la medicina. A mi juicio son reflexiones científicas
con total validez en nuestros días, habiéndose demostrado algunas de
ellas y con el resto en absoluta vigencia.

“Las enfermedades surgen o de la dieta o del aire que


inspiramos al vivir31. El diagnostico de cada uno de estos tipos
ha de hacerse del siguiente modo: cuando multitud de personas
sucumben a una misma enfermedad en un mismo periodo de
tiempo, se debe atribuir la causa a lo que es más común y de lo
que todos nos valemos en mayor grado: esto es, el aire que
respiramos.

Es evidente, en este caso, que la dieta de cada uno de nosotros


no es la causa, debido a que la enfermedad ataca a todos sin
distinción, tanto a jóvenes como a ancianos, a mujeres y a
hombres; de igual modo a los que beben vino que a los que
beben agua, a los que comen pan de cebada o de trigo, a los
que hacen mucho ejercicio y a los que hacen poco. Por tanto, la
dieta no podría ser la causa cuando hombres que llevan distinto
tipo de dietas sucumben ante la misma enfermedad. En cambio,
cuando se originan distintas enfermedades al mismo tiempo, hay

316
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

que considerar que la dieta es la causa en cada uno de los casos


y es necesario un tipo de curación que haga frente al motivo de
la enfermedad, como ya he indicado en otro lugar, además de
cambiar la dieta, puesto que, evidentemente, el régimen de vida
que acostumbra a seguir esa persona no es el adecuado, bien
en su totalidad, bien en gran medida, o al menos en una parte.
Es preciso examinar esto con precisión antes de proceder al
cambio, y considerar la edad del paciente, su constitución, la
estación del año y el carácter de la enfermedad antes de
efectuar el tratamiento, unas veces quitando, otras añadiendo,
como ya he dicho antes, para dirigir la medicación y la dieta a
cada edad, estación, constitución y enfermedad.”

En este párrafo hace mención a la infancia, en relación con afecciones


urinarias y la temperatura corporal, en declive durante la vida:

“A los niños se les forman cálculos porque tienen una


temperatura más alta tanto en esta parte del cuerpo en concreto
como en su totalidad; en cambio, a los adultos no les sucede por
la mayor frialdad de su organismo. En relación con esto, es
importante saber que el hombre alcanza su temperatura máxima
en el primer día de su vida, y la mínima, en el último. Por ello, un
cuerpo que está en desarrollo y que realiza sus evacuaciones
con dificultad ha de tener necesariamente una temperatura más
alta; por el contrario, cuando el cuerpo comienza a languidecer,
se llena con facilidad de flujos y se enfría. Según este mismo
principio, como en el primer día el hombre está en su máximo de
crecimiento, también ha de estar en su máxima temperatura; en
el último de sus días, cuanto mayor sea su declive, menor ha de
ser su temperatura.”

317
Mario Ferrer Vázquez

En el siguiente párrafo nos encontramos una mención a la costumbre


de dar vino a los niños, y la frecuencia de los “espasmos” infantiles, o
convulsiones. En un párrafo dedicado específicamente al cuidado de
los niños, aunque muy corto, es ciertamente explícito:

“Los baños de los niños de corta edad se han de hacer en agua


caliente y prolongadamente; también es bueno darles como
bebida vino aguado y no muy frio: el vino que se les dé apenas
ha de hinchar el vientre o provocar flatulencia. Estas medidas
reducirán el riesgo de espasmos, además de favorecer su
crecimiento y el buen color de su piel.”

318
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

8.5.24. SOBRE LAS CARNES (Perì sarkôn)274

Este texto es un tratado sobre la formación de la materia, de los


órganos y las vísceras, aunando filosofía y medicina. Escrito por un
pensador, conocedor de las teorías filosóficas de su época y las
presocráticas, a las que añade su propia opinión posterior. Alude a la
teoría de los elementos arcaicos, como el calor y el frío. Se trata pues
un tratado de marcado carácter científico y filosófico, donde el autor
muestra su propio criterio y lo fundamenta para ofrecer pruebas de lo
que afirma. No parece pues un texto dedicado a la práctica médica,
sino al debate filosófico y científico, con ideas muy similares a las de
Empédocles o Alcmeón de Crotona. En cuanto al título y su
traducción, no parece que quiera referirse el vocablo a la carne
propiamente dicha, sino más bien al conjunto de vísceras y aparatos,
la parte material del ser humano.

Transcribo las alusiones a los niños. En este caso al feto y recién


nacido, a propósito de la discusión sobre la formación de la materia.

“La mayor parte del calor se encuentra en las venas y en el


corazón y por esta razón tiene aire el corazón, que es la parte
más caliente entre las del cuerpo humano. Y es fácil entender
que el aire sea caliente: el corazón y las venas, que son huecas,
se mueven continuamente; y el calor esta especialmente en
estas venas y en el corazón; por esta razón tiene aire el corazón,
que es la parte más caliente entre las del cuerpo humano (…)
También el niño, en el vientre, juntando los labios, chupa de la

274
Utilizo el texto traducido por J. de la Villa Pozo, Tratados Hipocráticos VIII, Sobre
las carnes, Madrid 2003, págs. 139-164.

319
Mario Ferrer Vázquez

matriz de la madre y absorbe el alimento y el aire hasta dentro


de sí gracias al corazón, pues este aire está muy caliente dentro
del niño precisamente cada vez que la madre respira. Tanto al
niño, como al resto del cuerpo (de la madre) el calor les
proporciona movimiento, así como a todas las otras cosas. Y si
alguien preguntara como se sabe esto de que en el interior de la
matriz el niño absorbe y distribuye el aire, es posible responderle
lo siguiente: el niño nace con excremento en el intestino y defeca
en cuanto nace, tanto los humanos como los animales; pues
bien, no podría tener excremento si no se hubiera alimentado en
la matriz, ni sabría mamar del pecho nada más nacer, si no
hubiera chupado ya en la matriz. Y esto es todo con respecto al
movimiento del corazón y las venas.”

En este otro párrafo, habla de la formación de los dientes.


Recordemos que la dentición marca las etapas de la vida infantil para
los médicos de la Antigüedad, de suma importancia en todos los
textos clásicos y con referencias continuas a este proceso de
dentición. Actualmente las etapas son similares en edad, aunque no
se hace referencia explícita a que la dentición sea la que marca el
paso de una a otra etapa, sino el desarrollo psicomotor, la
alimentación o la escolarización.

“Los dientes surgen del modo siguiente: se produce un


crecimiento de los huesos de la cabeza y de ambas mandíbulas;
lo que hay en ellos de viscoso y graso, desecado por obra del
calor, se consume y se hacen así los dientes más duros que el
resto de los huesos, ya que no hay en ellos nada de frio. Los
primeros dientes se le forman al niño gracias a la alimentación
recibida en la matriz y, una vez que nace, gracias a la leche que

320
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

mama275. Y cuando caen estos dientes, los otros se forman


gracias a la comida y la bebida276. Caen los dientes de la primera
alimentación cuando el niño tiene siete años; en algunos casos
antes, si es que se han formado de un alimento insalubre; pero a
la mayoría, cuando tienen siete anos. Los segundos dientes
envejecen junto con el hombre, a no ser que se vean afectados
por una enfermedad.

La razón por la que los dientes se forman después que otras


partes del cuerpo son las siguientes: en la mandíbula hay venas
y estas proporcionan alimento procedente del vientre únicamente
a estos huesos. Los huesos experimentan un crecimiento
correspondiente a lo que son, como también todas las demás
partes del cuerpo experimentan un crecimiento correspondiente
a lo que son. Es así porque las venas absorben desde el vientre
y los intestinos, a los que han llevado la comida y la bebida, una
vez que estas materias se han recalentado, lo más ligero y más
liquido de ellas. Lo más denso del alimento se queda y se
convierte en excremento en la parte inferior de los intestinos.
Pero lo más ligero lo absorben las venas desde el vientre y los
intestinos que están por encima del yeyuno una vez que los
alimentos se han calentado. Sin embargo, cuando el alimento
atraviesa el yeyuno hacia las zonas inferiores del intestino, se
concentra y se convierte en excrementos. El alimento, cuando
llega a cada zona del cuerpo, proporciona a cada cosa la forma
que corresponde a lo que es; pues, nutrido por el alimento, todo
crece: el calor, el frio, lo viscoso, lo graso, lo dulce, lo amargo,

275
La leche es el alimento principal del niño en sus primeros meses de vida, es por
esto que todas las denominaciones que corresponden a esa época derivan de ese
vocablo. En este caso “dientes de leche”.
276
Puesto que la alimentación es ya más madura, atribuyen a la misma la formación
de la dentición definitiva.

321
Mario Ferrer Vázquez

los huesos y todos los demás elementos que hay en el ser


humano277. Por ello los dientes se forman después. Ya he dicho
antes que las mandíbulas son los únicos huesos que tienen
venas en ellos y por ello el alimento les llega en mayor cantidad
que a los otros huesos. Y, al tener más alimento y una
aportación más continua, producen por si mismos un crecimiento
correspondiente a lo que son, mientras el ser humano está
creciendo en su conjunto. El ser humano crece cuando se ha
formado y especialmente se forma desde los siete hasta los
catorce años278; en este periodo se generan los dientes mayores
y también todos los otros, una vez que han caído los que se
crearon gracias a la alimentación recibida en la matriz. Se crece
hasta el final del tercer periodo de siete años, cuando se
convierten en jóvenes, y luego hasta el cuarto y quinto periodo
de siete anos279. En el cuarto periodo de siete años se forman
dos dientes en la mayor parte de los seres humanos, que se
llaman del juicio280.”

En este otro párrafo nos habla el autor de la formación del embrión y


el feto. Un resumen de la embriología, pero con una base
numerológica, pues todo se explica por la proporción pitagórica del
277
Obsérvese en este texto un razonamiento sobre la función plástica de la
alimentación sobre el ser humano, de cómo se le atribuye funciones hoy
comprobadas y conocidas, que los médicos de la Antigüedad deducen mediante el
método de la observación, la analogía y el razonamiento.
278
Ya he comentado anteriormente que el periodo previo a la primera dentición no
se considera al niño o niña un ser humano completo.
279
La dentición y las etapas del desarrollo infantil y adolescente coinciden más o
menos con periodos de siete años, lo que sirve de base para utilizar de nuevo los
grupos de siete, como era costumbre en la época. El número siete servía para
explicar todo tipo de procesos de la naturaleza. Una proporción exacta, y científica
para los médicos de la Antigüedad.
280
“Del juicio” o “de madurez”, con ambas palabras se designan a la dentición del
tercer molar en los textos griegos clásicos. En latín se adoptó la denominación final
de dentes sapientiae.

322
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

siete, como ya he comentado en nota a pie de página previa, haciendo


de ésta la base de sus argumentos, e incluso explicando otros
aspectos médicos dentro del mismo párrafo, para intentar razonarlo.

“Los periodos en el ser humano son de siete días. Primero es


cuando el embrión llega al útero; en siete días adquiere cuanto el
cuerpo debe adquirir. Alguien podría preguntarse cómo se yo
esto; pero yo lo he visto muchas veces del modo siguiente: las
prostitutas lo han experimentado a menudo; cuando han estado
con un hombre, saben cuando han quedado encintas y a
continuación matan al feto en su interior. Y cuando ya lo han
matado, cae como un trozo de carne. Si se echa esta carne en
agua y se la examina dentro del agua, puedes darte cuenta de
que tiene todas sus partes y el lugar de los ojos, así como los
oídos y sus miembros; también los dedos de las manos, las
piernas, los pies, los dedos de los pies, los genitales y todo el
resto del cuerpo están muy claros281. Y es facilísimo para las
mujeres saber cuando han quedado encintas: inmediatamente
tienen escalofríos, notan calor, les rechinan los dientes, los
espasmos les dominan las articulaciones y todo el cuerpo y se
producen retrasos en el útero. Las mujeres que son magras y no
tienen mucho líquido notan todas estas cosas; pero muchas de
las mujeres que son gruesas y tienen abundantes mucosidades
no tienen estas sensaciones. Cuanto a mi me indicaron aquellas
mujeres, es lo que yo sé. Y está claro por lo siguiente que los
periodos en el ser humano son de siete días: si alguien está
dispuesto a no comer o beber nada durante siete días, la mayor
281
Relata aquí el autor cómo realiza observaciones anatómicas en fetos o
embriones procedentes de abortos de prostitutas, y de cómo calcula la edad del
mismo por las referencias de ellas.

323
Mario Ferrer Vázquez

parte de la gente muere en este plazo. Hay también algunos que


sobreviven, pero finalmente mueren282. Hay también otros a
quienes se persuade de que no continúen, sino de que coman y
beban. Pero su interior ya no lo acepta, pues el yeyuno se ha
cerrado en estos días y finalmente mueren también. Además, es
posible probar aquello del modo siguiente: el embrión que nace a
los siete meses, ha nacido y vive según ciertos plazos; y
sobrevive y sigue los plazos y el cómputo exacto que
corresponde a las semanas. Pero cuando nace a los ocho
meses, no puede ya vivir283. A los nueve meses y diez días nace
habitualmente el feto y también sobrevive y tiene el cómputo
exacto que corresponde a las semanas. Cuarenta semanas son
doscientos ochenta días y diez semanas setenta días. Así pues,
el niño que nace a los siete meses tiene treinta semanas; cada
diez semanas son setenta días y, por tanto, treinta semanas son
en su conjunto doscientos diez días. También las enfermedades
se hacen muy graves para los hombres cuando llegan los cuatro
días, media semana, momento en el que se produce la crisis y o
bien mueren o se curan las personas. Una segunda posibilidad
es que se produzca la crisis en una semana. En tercer lugar, en
once días, una semana y media. En cuarto lugar, en dos
semanas. En quinto, en dieciocho días, dos semanas y media. El
resto de las enfermedades no ofrecen indicios que permitan
saber el tiempo en que se puede volver a estar sano. Del mismo
modo sucede también con las heridas grandes que se producen
en la cabeza y en el resto del cuerpo: comienzan a inflamarse al
cuarto día y la inflamación remite en siete, catorce o dieciocho

282
De cómo se explica todo con la proporción del siete, aun cuando el propio autor
reconoce que no siempre es así, termina dando una explicación.
283
Una idea muy extendida en la Antigüedad, sin una base real, ya que está basada
en esta proporción pitagórica y tratan de explicarla por la misma.

324
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

días. Pero si se las cura con descuido y no remiten en este


tiempo esas grandes heridas de la cabeza, la persona muere. Se
podría extrañar quien carezca de experiencia de que un niño
nazca a los siete meses. Pues bien, yo mismo lo he visto en
persona y muchas veces. Y si alguien quiere comprobarlo, es
fácil: que acuda a las comadronas que asisten a las parturientas
y se lo pregunte284. Hay también otra prueba: los niños tienen
todos sus dientes cuando llegan a los siete años; y en siete anos
hay por calculo y numero exactamente treinta y seis decenas y
media de semanas, que son trescientas sesenta y cinco
semanas. La causa natural por la que todo sigue una proporción
de siete la expondré en otro lugar.285”

284
Dado que los tiempos de gestación venía, en la mayoría de los casos, por
testimonio directo de la madre, esto muy probablemente inducía a error. Desde un
punto de vista legal tiene su importancia pues se considera legítimo un hijo que nace
diez meses tras la muerte del marido o siete meses tras el matrimonio legal.
285
Como hemos visto este párrafo es más una argumentación de la proporción
pitagórica del siete, en grupos de siete o múltiplos del mismo, y de cómo ella explica
una serie de fenómenos en la formación del feto y en la salud y enfermedad. No
obstante, y debido a la creencia de la base científica de este argumento, se
considera esta disquisición un razonamiento científico de unos hechos observados.

325
Mario Ferrer Vázquez

8.5.25. SOBRE LA GENERACIÓN (Perì gonês)286

A continuación, y para terminar de analizar los textos del Corpus


Hippocraticum, paso a tratar los siguientes: Sobre la generación,
Sobre la naturaleza del niño y Sobre las enfermedades IV.

Estos tres textos aparecen analizados juntos en muchas de las


traducciones y trabajos realizados sobre el Corpus, tanto en la
conocida edición de Littré287 como en la utilizada para mi análisis. La
razón es que se supone que tienen una autoría común. Los dos
primeros, Sobre la generación y Sobre la naturaleza del niño, son
continuación uno del otro, mientras que Sobre las enfermedades IV se
incluye aquí por las referencias que en ella hace de los otros trabajos
y por el estilo de los tres, que les relaciona con la escuela de Cnido y
su autoría única. Pueden datarse, aproximadamente, entre finales del
siglo V y principios del IV a.C.

En estos tratados aparece una teoría humoral, que supone la


existencia de cuatro humores congénitos: sangre, agua, bilis y flema.
De cuyo equilibrio depende la salud y la enfermedad. Esta misma
idea, pero con los humores sangre, bilis amarilla, bilis negra y flema,
aparece en Sobre la naturaleza del hombre. Pese a diferir en el
nombre de los humores, y probablemente a la escuela a la que
pertenecen ambos autores, la base doctrinal es la misma, lo que pone
de manifiesto las coincidencias de ambas escuelas en ciertos
aspectos, abriendo de nuevo la discusión sobre las obras médicas del

286
He utilizado la introducción y traducción de Mª. E. Rodríguez Blanco, Tratados
Hipocráticos VIII, Sobre la generación, Madrid 2003, págs. 233-257.
287
E. Littré, Oeuvres completes d'Hippocrate, Paris 1851, tomo VII.

326
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Corpus Hippocraticum, un hecho que de nuevo excede con mucho los


objetivos de este trabajo.

Sobre la generación trata el tema general del origen del esperma y la


concepción. Se creía que el esperma provenía de todas las partes y
humores del cuerpo288, tanto de la parte femenina como masculina,
para intentar explicar las diferentes características genéticas del fruto
de esa concepción mediante la observación y razonando sus
argumentos. Para los hipocráticos las semillas (gones) parten de
ambos progenitores, procedentes de todas la partes de cuerpo y
utilizando el útero como receptáculo, mientras las características como
sexo y otras serán determinadas por la más vigorosa de ambas. Para
los aristotélicos, es el varón quien posee el principio creativo, para
ellos la mujer era sólo un receptáculo.

“Es posible concluir a partir de los siguientes hechos evidentes


que tanto en la mujer como en el hombre existe esperma
femenino y masculino; pues muchas mujeres engendraron
hembras en el trato con sus maridos, pero después de haber
tenido relaciones con otros hombres, engendraron varones; esos
mismos hombres con los que las mujeres engendraron hembras,
tras tener relaciones con otras mujeres, produjeron
descendencia masculina; y aquellos a los que les había nacido
una descendencia masculina, tras haberse unido a otras
mujeres, tuvieron descendencia femenina. Este argumento
demuestra que tanto el hombre como la mujer poseen esperma

288
Teniendo en cuenta que, según la unión de ambos espermas, nacen niños o
niñas con características de uno o de los dos progenitores, parece lógico que
lleguen a la conclusión de que se segrega en todas partes, pues lleva todas las
características del cuerpo humano. Esta teoría de la pangénesis también la comenta
Aristóteles, y antes que él, entre los presocráticos, se atribuye a Demócrito.

327
Mario Ferrer Vázquez

femenino y masculino; en efecto, en quienes tuvieron


descendencia femenina, lo más fuerte se vio dominado por la
abundancia de lo más débil y nacieron hembras; en cambio, en
quienes tuvieron descendencia masculina, lo dominado fue lo
débil, y nacieron varones. Por otro lado, la secreción de un
mismo hombre no siempre es fuerte ni siempre débil, sino unas
veces de una forma y otras de otra. Y lo mismo ocurre en el caso
de la mujer. No debe extrañar, por tanto, que las mismas
mujeres y los mismos hombres tengan descendencia tanto
masculina como femenina. Y lo mismo sucede entre los animales
en lo referente al esperma femenino y masculino. A la matriz
llega el esperma de la mujer y del hombre desde todo el cuerpo,
débil desde las partes débiles y fuerte desde las partes fuertes; y
necesariamente se transmite con estas características al hijo. Y
si desde cualquier parte del cuerpo del hombre se aporta más
cantidad al esperma que desde la mujer, el hijo se parece más al
padre; pero si se aporta más desde cualquier parte del cuerpo de
la mujer, entonces el hijo se parece más a la madre. No es
posible parecerse en todo a la madre y en nada al padre, ni lo
contrario, ni tampoco no parecerse en nada a ninguno de los
dos. Por el contrario, forzosamente debe parecerse a ambos en
algo, porque el esperma llega al hijo del cuerpo de los dos; se
parece más a aquel de los dos que contribuya con mas cantidad
al parecido y desde mas partes del cuerpo. Y sucede que una
hija llega a parecerse, en la mayoría de los rasgos, más al padre
que a la madre y que un niño, a veces, es más parecido a la
madre que al padre. Hechos de esta clase son para mí
demostración del argumento anterior: que tanto en la mujer como
en el hombre existe la capacidad de generar varones y
hembras.”

328
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Como vemos trata de explicar por qué se nace varón o mujer, y que
esto debía ser por la aportación de ambos progenitores, heredando
características de ambos en mayor o menor grado. Lo que hoy
atribuimos a la genética, en la medicina hipocrática se explicaba por el
esperma y su procedencia, una forma de “genética” sin duda, una
explicación razonada sobre la observación y utilizando las teorías
científicas de la época sin los recursos actuales. Continúa el autor
razonando sobre las malformaciones y fenotipos y su origen:

“Sucede también que, a veces, los hijos nacen pequeños y


débiles de padre y madre que son gruesos y fuertes; y si esto
ocurre después de haber tenido ya muchos hijos, es evidente
que el embrión enfermo en la matriz y que algo de lo destinado a
su crecimiento se perdió saliendo de la madre, a causa de que la
matriz estaba demasiado abierta y por este motivo el embrión se
volvió débil. Cada uno de los seres vivos enferma en relación
con su propio vigor. En el caso de que todos los niños hayan
nacido débiles, la matriz es la responsable por ser más estrecha
de lo conveniente. Pues si el embrión no tiene espacio amplio en
donde desarrollarse, necesariamente nacerá pequeño porque no
ha tenido para crecer un amplio espacio; por el contrario, si tiene
un lugar amplio y no ha padecido enfermedades, entonces es
natural que de padres grandes nazca un hijo grande.

Sucede igual que cuando se coloca en un recipiente un pepino


ya sin flor pero aun pequeño y todavía dentro de su vaina; en
ese caso, será semejante a la capacidad del recipiente; pero si
se le coloca dentro de un gran vaso, apropiado para contenerlo
pero no mucho mayor que el grosor natural del pepino, este será
igual y semejante a la capacidad del vaso, pues pugna por

329
Mario Ferrer Vázquez

alcanzar el volumen del recipiente. Casi se puede afirmar que


todos los vegetales se comportan según los limites que se les
impongan289. Ocurre lo mismo con el niño: si tiene espacio
amplio para crecer, se hace más grande, pero si el espacio es
estrecho, se hace más pequeño. Sostengo que el niño que ha
sufrido algún daño dentro de la matriz lo ha recibido bien por una
contusión directa, o bien porque la madre haya sufrido un golpe
en la zona del feto, porque se haya caído o porque haya
afectado a la madre cualquier otro tipo de acción violenta. Y si
existe contusión, el niño sufre el daño en ese mismo lugar; si la
contusión es mayor, al romperse la membrana que lo rodea, el
embrión muere.

Los niños pueden sufrir daños también de este otro modo;


cuando en la matriz el espacio en el que se produce el daño es
estrecho, necesariamente, al moverse el cuerpo en la estrechez,
se Dana dentro de ese espacio. Es como los arboles que no
tienen espacio suficiente en la tierra, sino que están bloqueados
por una piedra o cualquier otro objeto; al crecer, nacen torcidos,
anchos por un lado y delgados por el otro. Del mismo modo
ocurre con el niño, si en algún lugar de la matriz unas zonas son
más estrechas que el cuerpo del embrión y otras no.

Sucede a menudo que de personas enfermas nacen hijos sanos,


porque la parte dañada todos los componentes de la parte sana.
Pero si le sobreviene alguna enfermedad, los cuatro tipos de
humor que se dan en el hombre y de los que proviene el
esperma, no proporcionan de forma completa a capacidad
generadora y lo que procede de la parte dañada en el padre es

289
Este tipo de analogías con vegetales era un recurso bastante habitual, podemos
encontrarlas en trabajos de filósofos, así como las analogías animales.

330
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

más débil, por lo que no me parece extraño que el niño se dañe


como el padre.”

331
Mario Ferrer Vázquez

8.5.26. SOBRE LA NATURALEZA DEL NIÑO (Perì


phýsios paidiou)290

Este tratado versa, de forma general, sobre el desarrollo del feto. Cito
el inicio del texto, ya que hay algún concepto que quisiera comentar:

“Si el esperma de ambos progenitores permanece en la matriz


de la mujer, primeramente se mezcla, dado que la mujer no
permanece quieta291 y, al calentarse, se condensa y se vuelve
espesa; después adquiere aliento292, porque está caliente y la
madre respira. Luego, cuando el aliento la llena, el mismo se
hace un camino hacia fuera y sale por medio del esperma; y
cuando se produce un conducto hacia el exterior para el aliento
que está caliente, otro frio penetra a su vez procedente de la
madre; y esto sucede durante todo el tiempo.”

Ahora añado los pasajes del texto que considero más interesantes
desde el punto de vista médico y pediátrico actual, que aparecen en
este tratado completo de embriología hipocrática. Durante todo el
texto se ocupa de la formación del embrión y de cada parte del feto,
razonando y argumentando cada una de sus exposiciones de una

290
Sobre la autoría y características remito al encabezamiento del anterior libro,
Sobre la generación. El texto utilizado para el análisis ha sido la traducción de Mª. E.
Rodríguez Blanco, Tratados Hipocráticos VIII, Sobre la naturaleza del niño, Madrid
2003, págs. 258-291
291
El movimiento produce calor, y en consecuencia vida. Es uno de los conceptos
básicos de la fisiología dentro del Corpus Hippocraticum; traducido de kinēsis.
292
Traducción de pneuma, concepto absolutamente básico y fundamental dentro del
Corpus Hippocraticum. Hace referencia al aire innato, al aliento, vital, a aquel aire
que circula por el cuerpo y que produce vida, alimento e impulso a cualquier ser
vivo. Un concepto hipocrático como pocos, que circulaba por las venas, por ejemplo,
por el corazón. En la primera parte de este trabajo hablé sobre ello, y se puede
consultar el tema en la obra de Laín Entralgo, La medicina hipocrática, Madrid 1970.

332
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

forma que considero claramente científica, a pesar de las obvias


diferencias con nuestra realidad actual.

“El esperma, al hincharse, se rodea de una membrana que se


extiende todo alrededor por la parte externa; es continua porque
es viscosa, de modo semejante a como sobre el pan, cuando se
está cociendo, se forma una ligera película en la superficie
parecida a una membrana; en efecto, el pan, una vez caliente e
hinchado, crece, y por el lugar por donde se hincha es por donde
se forma la película membranosa. En el esperma, al calentarse e
hincharse, se forma alrededor una membrana externa y, en el
medio, hay un paso de entrada y salida para el aire a través de la
membrana293. Y por este lugar de la membrana sale una
sustancia ligera; muy poco esperma hay allí; el resto del
esperma forma una esfera en la membrana. Yo mismo he visto
un embrión que, tras permanecer seis días en la matriz, cayo
fuera. Y tal como me pareció entonces, a partir de aquellos datos
voy a aportar las siguientes consideraciones. Pero explicare
antes como pude ver un embrión de seis días. Una mujer
conocida mía contaba con una cantante famosa, que
frecuentaba a los hombres y a la que no le convenía quedar
encinta para no perder su fama. La cantante había oído lo que
las mujeres hablan entre ellas: que si una mujer va a quedar
embarazada, el esperma no sale, sino que permanece dentro de
la matriz. Comprendió lo que había escuchado y estaba siempre
vigilante; y, cuando se dio cuenta de que el esperma no había
salido, se lo conto a su patrona y el asunto llego a mis oídos. Yo,
tras escucharla, le aconseje saltar hasta llegar con los talones a
las nalgas; y, cuando ya había saltado siete veces, el esperma

293
Un esquema de cómo se forma el saco vitelino.

333
Mario Ferrer Vázquez

cayó al suelo e hizo un ruido; ella, al verlo, lo contemplo y se


lleno de estupor294. Voy a contar como era: era como si al quitar
la cascara a un huevo crudo, el humor apareciese transparente
en la membrana interna; mas o menos esa era la apariencia;
además, era rojo y redondo; en la membrana se podían ver por
el medio fibras blancas y espesas, cubiertas con un humor denso
y rojo, y alrededor de la membrana, por la parte externa, había
coágulos sanguinolentos. Por el medio de la membrana salía
algo fino, que a mí me pareció el cordón umbilical y por ahí se
hacía primero la inspiración y la expiración. A partir de él la
membrana se extendía completamente envolviendo el esperma.
Así era el embrión de seis días que yo vi con mis propios ojos295.
Un poco más adelante añadiré otra observación, evidente para
todo el que quiera saber acerca de este asunto, y será una
prueba de que mi exposición es verdadera, en la medida en que
un hombre puede llegar a conocer un tema de esta naturaleza.
Esto es lo que tenía que decir sobre este asunto: que el esperma
está en una membrana y que tiene inspiración y expiración.

Y aumenta de tamaño gracias a la sangre de la madre que se


derrama sobre la matriz. Efectivamente, cuando una mujer está
embarazada, si el feto está en buen estado, las menstruaciones
no fluyen, a no ser un poco en algunas mujeres el primer mes; la
sangre, que desciende del cuerpo entero de la mujer, se coloca
en forma circular alrededor de la membrana por la parte externa.
Con la inspiración la sangre es arrastrada a través de la
membrana al lugar perforado y saliente; allí se coagula y hace

294
Relato de la historia a la que autor alude, tras un aborto provocado con sus
consejos, pudo examinar el embrión y el saco vitelino.
295
Una clara descripción del embrión en su saco vitelino, que inicialmente describe
como “esperma”.

334
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

crecer lo que va a ser un ser vivo. Y, con el tiempo, muchas otras


membranas finas se extienden en el interior de la primera, y
estas se forman del mismo modo que ella; también se
despliegan membranas desde el cordón umbilical y se entrelazan
unas con otras. Y cuando este proceso se ha realizado, al
descender la sangre desde la madre y coagularse, se forma la
carne; y en el medio de la carne sobresale el cordón umbilical,
que es por donde el feto respira y se desarrolla.”

“Ya el feto está formado; y a ello la niña llega en cuarenta y dos


días como máximo y el niño en treinta. Normalmente se
completa la diferenciación en este periodo de tiempo, poco más
o menos. Después del parto los loquios duran normalmente
cuarenta y dos días en el caso de una niña; es el tiempo más
largo y completo e, incluso, no habría peligro en que durasen
veinticinco días. En el caso de un varón, los loquios duran
treinta; es el tiempo más largo y completo, y no habría peligro
tampoco si durasen veinte.”

“He traído a colación estas consideraciones para demostrar que,


en el feto, la diferenciación de los miembros se produce, como
muy tarde, para la niña en cuarenta y dos días y para el varón en
treinta. La prueba es que el flujo loquial dura como mucho en el
caso de la niña cuarenta y dos días y en el caso del varón
treinta. Pero voy ahora a repetir el asunto en aras de mayor
claridad; afirmo que hay correspondencia porque en la matriz,
durante cuarenta y dos días, muy poca sangre llega al feto desde
la mujer embarazada de una niña y en este periodo de tiempo es
cuando se produce la diferenciación de sus miembros; a partir de

335
Mario Ferrer Vázquez

ese momento llega la sangre en mayor cantidad; y en el caso de


un varón sucede lo mismo durante treinta días.

Muchas mujeres han abortado de un varón un poco antes de los


treinta días y el feto aparecía sin diferenciación de miembros;
pero los de treinta días o más estaban articulados. Y cuando el
aborto es de una niña, la conformación de sus miembros
aparece en relación con los cuarenta y dos días. El aborto, tanto
si se presenta antes o después, demuestra, así, por
razonamiento y por necesidad que la diferenciación de miembros
se produce para la niña en cuarenta y dos días y para el niño en
treinta. De hecho, los abortos y los loquios lo prueban296.”

“Voy a volver de nuevo al asunto que me había llevado a estas


explicaciones. Afirmo que todas las plantas viven del humor
procedente de la tierra y según qué clase de humor tenga la
tierra, así lo tendrán las plantas. Del mismo modo el feto vive en
la matriz a partir de la madre, y según sea la salud de la madre,
será también la del feto. Y quien quiera reflexionar sobre lo dicho
en tomo a estos asuntos, encontrara que, de principio a fin, el
proceso de crecimiento de las plantas y del hombre es en todo
semejante297. Esto es lo que tenía que decir sobre este asunto.”

296
Este complicado y farragoso párrafo acerca de la formación del embrión,
diferenciado en días entre hombre y mujer, es un tema muy mencionado en la
literatura médica de la Antigüedad. No obstante carece de base alguna, tampoco las
pruebas que menciona tienen relación alguna, los flujos loquiales y los abortos. Es
un argumento tan simple como la idea prefijada de la inferioridad de la mujer
respecto al hombre.
297
Una idea muy común en la Antigüedad, nombrada por varios filósofos y médicos,
entre ellos Aristóteles; la de las similitudes y analogismos entre el desarrollo de las
plantas y el ser humano.

336
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

En cuanto a la formación de la leche materna:

“Cuando el embrión se mueve, entonces también aparece la leche


en la madre; los pechos crecen y las mamas se llenan, pero la
leche no fluye. En las mujeres de carne densa, la leche aparece y
fluye más tarde, y en las de carne débil antes. La leche se forma
por la siguiente razón necesaria: cuando la matriz, voluminosa a
causa del feto, presiona el vientre de la mujer y, dado que esta
presión se produce cuando el vientre está lleno, la parte más
grasa de los alimentos y de los líquidos se desplaza hacia el
epiplón y la carne. La parte de la grasa caliente y blanca, que se
ha endulzado por el calor de la matriz, es expulsada y va a parar a
los pechos; y una pequeña parte va también a la matriz a través
de las mismas venas. En efecto, las mismas venas y otras
semejantes van a los pechos y a la matriz. Y cuando la leche llega
a ella, el feto se beneficia un poco de ella; los pechos, al recibir la
leche, se llenan y se hinchan. En el momento del parto, cuando
empiezan los primeros movimientos, la leche afluye a los pechos
si la mujer da de mamar. Ocurre del siguiente modo: debido a la
acción de mamar, las venas que van a los pechos se hacen más
anchas y, al hacerse más anchas, arrastran la materia grasa del
vientre y la llevan a las mamas298.”

El momento del parto:

“Cuando le llega a la mujer el momento del parto, ocurre


entonces que el niño, al moverse y al agitar manos y pies, rompe
una de las membranas interiores; y, cuando una se rompe, las
otras tienen ya menos fuerza; primero se rompen las que

298
Esta idea era la idea más extendida, de que la matriz, con su movimiento y calor,
producía el aporte de leche.

337
Mario Ferrer Vázquez

contienen a la primera, y después la ultima. Cuando las


membranas se han roto, en ese momento el niño se libera de su
atadura y sale de la matriz moviéndose; la atadura ya no tiene
fuerza tras ceder las membranas, y sin ellas la matriz ya no
puede retener al niño. En efecto, las membranas se fijan a la
matriz cuando están rodeando al feto, pero no lo hacen con
mucha fuerza. Cuando el niño sale, fuerza y ensancha la matriz
en su desplazamiento, porque es blanda; sale de cabeza si está
en su posición natural, pues las partes superiores, medidas
desde el cordón umbilical, son las más pesadas. En la matriz es
capaz de romper las membranas al decimo mes, que es cuando
llega el momento del parto para la madre299. Si el niño300 sufre
algún tipo de violencia, sale antes de ese tiempo, al romperse las
membranas; y si el alimento procedente de la madre cesa antes
de tiempo, el parto también se adelanta y el niño sale antes de
diez meses.”

Acerca de la duración de la gestación:

“Por el contrario, todas las mujeres que han creído estar


embarazadas más de diez meses —esto lo he oído yo muchas
veces— han sido inducidas a error del modo que voy a decir.
Cuando la matriz está llena de aire procedente del vientre, que
origina flatulencia, y se hincha —pues esto sucede—, las
mujeres creen entonces que están embarazadas; si las reglas,

299
Una gestación a término se produce a las 40-42 semanas, y se refieren a meses
naturales de gestación, y no a meses de duración. Los meses griegos tenían 29 o 30
días. Recordar que tenía efectos legales, pues el hijo se consideraba legítimo si
nacía 10 meses tras la muerte del marido, por ejemplo. Hay que tener en cuenta
además las teorías numerológicas.
300
En el texto original se utilizan las palabras niño, embrión y feto sin una
diferenciación clara.

338
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

cuando no salen, se acumulan en la matriz y permanecen allí


demasiado tiempo, fluyen continuamente en la matriz, a veces
con el aire procedente del vientre y otras a causa del
calentamiento, entonces también las mujeres creen estar
embarazadas, dado que las reglas no fluyen y la matriz se
hincha.”

“Voy a explicar por qué razón el embarazo no puede durar más


de diez meses. El alimento que, descendiendo de la madre, hace
que el feto se desarrolle, no es suficiente para él cuando han
pasado diez meses y el feto ha crecido. En efecto, este arrastra
hacia si la parte más dulce de la sangre y se beneficia también
de un poco de la leche; pero cuando esto es insuficiente para él
y el feto es robusto, entonces desea mas alimento del que hay,
se mueve y rompe las membranas, A las primíparas son a las
que más a menudo les ocurre esto, pues en ellas el alimento
para el feto es escaso y no es suficiente hasta los diez meses. A
ellas les falta antes por la siguiente razón. Hay mujeres que
tienen reglas abundantes y otras que las tienen menos; y si esto
se produce siempre de forma natural y congénita, es que es
heredado de la madre. Y las que tienen reglas escasas,
proporcionan también escaso alimento al feto al final del
embarazo, cuando ya el niño es robusto, haciendo que se mueva
y que salga antes de los diez meses, ya que poca sangre fluye
de la madre. La mayoría de las veces ocurre también que las
mujeres, que tienen reglas escasas, no tienen tampoco leche,
pues son demasiado secas y de carnes demasiado densas.”

“Ocurre lo mismo con el niño: cuando ha alcanzado cierto


tamaño, la madre no puede ya proporcionarle alimento

339
Mario Ferrer Vázquez

suficiente; y, al tener que buscar más alimento del que hay, el


feto se mueve, rompe las membranas y, liberado de la atadura,
marcha hacia la salida. Esto sucede a los diez meses como
máximo. Según este mismo razonamiento, el parto sobreviene al
ganado y a los animales salvajes en el tiempo fijado para cada
especie, y no más tarde. Efectivamente, para cada especie de
animales necesariamente llega un momento en el que el
alimento para el embrión es poco abundante, escasea y se
produce el parto. Las especies que tienen poco nutriente para los
embriones paren antes, y las que tienen más, lo hacen más
tarde301. Y esto es lo que tenía que decir sobre este asunto.”

Para finalizar un último párrafo que transcribo aquí, nos vuelve a


hablar de nuevo sobre el parto, como siempre ofreciendo
razonamiento a lo observado.

“En cuanto al niño, cuando las membranas se rompen, si


prevalece el impulso de cabeza, la mujer da a luz con facilidad;
pero si el niño sale de lado o por los pies —esto ocurre si el
impulso lo inclina en esta dirección, ya sea por la anchura de la
matriz o porque la madre en los dolores del parto no haya
guardado reposo desde el principio— entonces, si el niño se
presenta así, la mujer parirá con dificultad. Con frecuencia
mueren ellas, o los niños, o los dos a la vez. Las primíparas
sufren más en el parto por su desconocimiento de los dolores;
sufren en todo el cuerpo, pero especialmente en la zona lumbar
y en las caderas, pues estas se distienden. Las que tienen más
experiencia en partos sufren menos que las primíparas, y las que

301
Es característica de la ciencia de la época el formular una teoría, probarla en
parte según los criterios admitidos, y posteriormente generalizarla a casos similares,
para ofrecer una conclusión universal.

340
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

han parido muchas veces, sufren todavía menos. Si el niño viene


de cabeza, es esta lo primero que sale, después le siguen los
otros miembros y, por último, el cordón umbilical al que está
unido el corion. Después de esto, sale agua sanguinolenta,
procedente de la cabeza y del resto del cuerpo como
consecuencia de la fuerza, el esfuerzo y el calor, y abre el
camino para el flujo loquial. Después de la salida de este humor,
los loquios fluyen el tiempo indicado más arriba. Los pechos y las
partes más húmedas del cuerpo de la mujer se dilatan, un poco
en el primer parto y, después, cada vez más a medida que se
producen más alumbramientos, ya que las venas se vacían a
causa de los loquios. Esto es lo que tenía que decir sobre este
asunto.”

341
Mario Ferrer Vázquez

8.5.27. SOBRE LAS ENFERMEDADES IV (Perì noúsōn


Δ)302

Sobre las enfermedades IV es un tratado que versa, en su mayoría,


sobre la teoría de los cuatro humores, su descripción y de cómo su
desequilibrio puede causar las enfermedades. Ya he comentado que
estos humores son agua, sangre, bilis y flema, y sus ciclos y días
críticos. Incluye además disertaciones botánicas, habituales en los
textos clásicos médicos de corte filosófico, y apuntes sobre patologías
concretas.

Tras una larga disertación acerca de los humores, comienza a razonar


el autor sobre enfermedades concretas, y es ahí donde aparecen
alusiones al mundo infantil.

“Ahora voy a tratar sobre las tenias. Mantengo que se producen


en el niño cuando está en la matriz. En efecto, una vez que ha
salido de la matriz, las heces no permanecen en el vientre tanto
tiempo como para que un animal de este tamaño pueda formarse
de ellas por un lento proceso de descomposición. En el caso de
un hombre sano se evacuan cada día los excrementos de lo que
se ha comido la víspera y un animal semejante no podría
formarse incluso si el hombre no hubiera evacuado durante
muchos días. De hecho, muchas de ellas se forman mientras el
niño está en la matriz, del siguiente modo. Cuando se forma pus
ardiente a partir de la leche y de la sangre descompuesta y
demasiado abundante, un animal se forma allí, como

302
Para la introducción general al texto remito a lo dicho al comienzo de Sobre la
generación. Utilizo en este caso la traducción de Mª. E. Rodríguez Blanco, Tratados
Hipocráticos VIII, Sobre las enfermedades IV, Madrid 2003, págs. 293-341.

342
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

consecuencia de su dulzor. Las lombrices redondas se forman


también de este modo. La prueba de que ocurre así es que,
cuando los niños han nacido, las mujeres les dan en trozos
pequeños los mismos purgantes para que los excrementos
salgan del intestino antes de calcinarse y para que, al mismo
tiempo, el intestino se ensanche. Después de habérselos dado,
muchos niños expulsan con los primeros excrementos tanto
lombrices redondas como planas; pero, en el caso de no
expulsarlas, estas se desarrollan en el vientre. Las lombrices
redondas se reproducen, pero no la tenia, aunque se diga que lo
hace. En efecto, la persona que tiene tenia expulsa de vez en
cuando con las heces algo parecido a un grano de pepino y hay
incluso personas que dicen que son las crías de la lombriz. Me
parece que se equivocan los que tal cosa dicen, pues de un solo
animal no pueden nacer tantas crías y no hay tampoco en el
intestino tanto sitio como para alimentarlas. En el niño, cuando
ha salido de la matriz, la lombriz crece en su intestino a partir de
lo que ha entrado en el vientre; llega a alcanzar el tamaño del
intestino, en algunos casos en la pubertad, en otros más tarde y
en otros un poco antes. Y cuando se hace del mismo tamaño del
intestino, sigue aun creciendo, pero todo lo que sobrepase ese
tamaño se separa del ano y se expulsa junto con las heces; lo
que se expulsa es como un grano de pepino y a menudo más
grande aun. En algunos casos, en el curso de una marcha o de
algún esfuerzo, al calentarse el vientre, la lombriz desciende y el
excedente sale del ano y se separa de él a no ser que de la
vuelta. Las pruebas de que no se reproduce, sino que se
comporta como digo son estas. Cuando se trata a una persona
de lombrices y se le da una poción purgante, en el caso de que
la persona esté bien preparada para el tratamiento, la lombriz

343
Mario Ferrer Vázquez

sale completamente entera, redonda como una bola, y el


paciente se cura; pero si toma el purgante sin preparación, una
porción de un tamaño de dos o tres codos o incluso un poco mas
se desgaja de la lombriz; y hasta mucho tiempo después de
producirse el desgajamiento, no aparecen señales en las heces;
pero más tarde la lombriz crece de nuevo. Estos hechos son la
prueba de que la lombriz no cría, sino que se rompe. Su
apariencia es como la de un jirón blanco de intestino. Sus
síntomas son los siguientes: el paciente expulsa heces que
parecen granos de pepino. Si esta en ayunas, la lombriz ataca a
veces al hígado y produce dolor; algunas veces, cuando la
lombriz ha atacado al hígado, afluye saliva a la boca, pero en
otras ocasiones no. Cuando la lombriz ataca al hígado de forma
violenta, puede en algunos casos causar afonía, y hay un
abundante flujo de saliva desde la boca; poco después cesa y se
producen de vez en cuando retortijones en el vientre; el dolor a
veces sobreviene en la espalda, pues se fija también allí. Estos
son los síntomas de la tenia. Sucede también lo siguiente: quien
tiene este animal, no experimentara un daño serio durante todo
el tiempo, pero si cae enfermo, se recupera con dificultad. La
lombriz, en efecto, comparte una porción de los alimentos que
llegan al vientre. Si el paciente es tratado del modo correcto, se
cura; en el caso contrario, la lombriz no sale espontáneamente y,
aunque no provoca la muerte, se mantiene hasta edad
avanzada. Esto es lo que tenía que decir sobre la tenia, cual es
su origen y cuáles son los síntomas de su presencia y los de la
enfermedad.”

En este texto, que habla sobre la tenia, da como origen de la misma la


idea controvertida de una “generación espontánea”. Otro posible

344
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

origen, que descarta, es el que podría partir de elementos


descompuestos o putrefactos, como ya aparece en Sobre las carnes.
No obstante, sabemos que ninguno de éstos es cierto, pese a sus
argumentaciones.

En el siguiente y extenso párrafo, comienza hablando de la litiasis y su


origen en los niños, para terminar disertando sobre la presencia o no
de líquido en los pulmones, de paso del mismo hacia ellos. El autor de
este tratado es contrario a esta teoría, y este debate al parecer existía
entre los médicos y filósofos de la época, del posible paso de líquido
de la bebida a los pulmones, argumentando su posición, que
finalmente es la acertada y ofreciendo su punto de vista de hacia
dónde van los líquidos de la bebida.

“En cuanto a la litiasis, la causa inicial de esta enfermedad


procede de la leche, cuando la leche que el niño mama es
impura. La impureza de la leche aparece en la nodriza cuando
toma una nutrición flemática, de alimentos y bebidas impuras,
pues todo lo que de ellos llega al vientre contribuye a la
formación de la leche. Sucede del siguiente modo. En el caso de
que la nodriza no esté sana y sufra de un exceso de bilis, agua,
sangre o flema, la leche será también mala para el niño, pues el
cuerpo y el vientre contribuyen a la leche y ambos le
proporcionan sobre todo aquel humor del que haya más cantidad
en sí mismo. Y el niño, si mama de la nodriza leche no pura, sino
biliosa, como he dicho, se vuelve también el propenso a la
enfermedad y débil, y padece especialmente mientras siga
mamando leche dañina y mórbida. Ahora, cuando la leche que
mama el niño no es pura, sino que contiene sustancias terrosas
y flemáticas, y las venas que se extienden desde el vientre hasta
la vejiga son anchas y con capacidad de atracción, y cuando la

345
Mario Ferrer Vázquez

bebida y la leche pasan de la nodriza al vientre del niño, la vejiga


arrastra del vientre toda la leche que las venas han podido llevar
hasta él. Y si en la leche hay alguna impureza, lo que es
absorbido por la vejiga, se convierte en piedra del siguiente
modo. Es como si un agua impura se agita en una copa o en un
recipiente de bronce y luego se deja reposar: se formará en el
medio un sedimento compacto; así también ocurre en la vejiga a
partir de la orina que no es pura. Y este sedimento no se expulsa
con la orina porque está en un hueco y sobre todo porque, al
haberse hecho compacto como consecuencia de la convulsión,
no sale con la micción. Se coagula por la flema que está en
estado crudo; la flema mezclada con el sedimento se convierte
en cola; primero se forma una pequeña eflorescencia, después
se añade la arena que llega, pues la flema que está en la vejiga
procedente de la leche, se convierte en cola; aumenta de tamaño
y lo acuoso que había sobrevenido en el proceso de
aglutinación, se expulsa con la micción. Entonces el sedimento
se solidifica y se convierte en algo parecido a una piedra.
También de este modo se forma el hierro a partir de las piedras y
de la tierra que se queman juntas; la primera vez que se ponen
al fuego, las piedras y la tierra se pegan por la escoria, pero a la
segunda y a la tercera vez la escoria se funde y se separa del
hierro; es este un fenómeno bien visible. El hierro se queda
primero en el fuego; luego cae abandonado por la escoria y se
hace solido y compacto. Lo mismo pasa con el sedimento en la
vejiga; la flema se comporta como una cola, que es fundida por
la orina y expulsada con la micción, mientras que el sedimento
se deposita, se vuelve compacto y se solidifica como el hierro.
Cuando se ha depositado y solidificado, es agitado en la vejiga
arriba y abajo y es entonces cuando provoca dolor al golpear la

346
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

vejiga; y algunas veces cuando golpea violentamente y lacera la


vejiga, arrastra de ella cualquier cosa. Lo que es así arrastrado
provoca todavía la aglutinación de la sustancia arenosa que
llega. Es así como se forma la piedra en la vejiga a partir de la
leche. Sucede también si el niño [...] o alguna otra procede de
eso [...].303 De vez en cuando, al orinar, cogerá de repente la
uretra.

Por otra parte, en el caso de que se forme una piedra por comer
tierra, cuando el niño está creciendo, no hay dolor hasta que el
pueda comer por sí mismo. Y esto es lo que tenía que decir
sobre este asunto. La enfermedad tiene cinco síntomas: el
paciente sufre dolor cuando quiere orinar y la orina sale poco a
poco como entre los que padecen estranguria304; la orina es
sanguinolenta dado que la vejiga esta ulcerada por la piedra; la
vejiga se inflama, pero esto no es visible; es en el prepucio en
donde se manifiesta la señal; a veces la orina lleva fragmentos
de arena por las razones siguientes: en ocasiones dos pequeñas
piedras o mas se forman del mismo modo que he contado en el
caso de una sola. Esto ocurre por lo siguiente. Cuando se ha
formado una piedra, la arena, al llegar, puede encontrar un
hueco aislado en la vejiga; la piedra no puede entonces fijar la
arena sobre ella misma, sino que aquella es demasiado pesada
y abundante como para no solidificarse por separado. Se forman
entonces dos piedras o incluso más por el mismo procedimiento
y, como colisionan en la agitación, se rompen y algunas
partículas arenosas pasan a la orina. Este es el caso algunas

303
El texto original está en mal estado, y en este párrafo faltan frases.
304
Disuria. Un síntoma que es nombrado como una entidad nosológica, ya he
hablado de la estranguria anteriormente.

347
Mario Ferrer Vázquez

veces cuando la arena llega a la vejiga y no se adhiere a una


piedra.”

Algunos dicen que lo que se bebe llega al pulmón y, desde allí, al


resto del cuerpo. Los que dicen esto están equivocados por el
siguiente hecho: el pulmón es hueco y la tráquea está unida a él;
si el pulmón no fuese hueco ni la tráquea estuviera unido a él, los
seres vivos no tendrían voz pues emitimos sonidos gracias a que
el pulmón es hueco y la tráquea está unida a él. Las mandíbulas
y la lengua articulan el sonido. He explicado este hecho con
detalle en Sobre la pulmonía305.

Voy ahora a oponerme a la opinión de los que creen que la


bebida llega al pulmón. Ocurre como sigue. La bebida llega al
vientre y el resto del cuerpo la toma de él. Es preciso reflexionar
sobre lo que voy a decir; voy a dar la siguiente prueba de que la
bebida no va al pulmón sino al vientre. Si la bebida fuese al
pulmón, cuando este último estuviera lleno, mantengo que el
hombre no podría respirar ni emitir sonidos con facilidad, pues no
podría hacer resonar el pulmón si estuviera lleno. Esta es mi
primera prueba. En segundo lugar, si la bebida llegara al pulmón,
nuestros alimentos, al quedar secos, no podrían ser digeridos del
mismo modo. Esta es la segunda prueba. Además, cuando
bebemos purgantes, es el vientre quien los evacua. Sucede
también lo siguiente: todos los purgantes, ya sean dados por
arriba, por abajo o por ambos sitios, tienen los mismos efectos;
todos queman fuertemente y los más fuertes de ellos, si rozan
alguna parte tierna del cuerpo, la ulceran; incluso los más
ligeros, si se usan para ungir con ellos alguna parte de la piel,
causan en ella una fuerte agitación. En el caso de que alguno de

305
El autor hace alusión a un texto que no se conserva.

348
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

estos medicamentos purgantes fuese al pulmón, me imagino que


causaría un gran daño, pues la flema que viene de la cabeza
causa ulceraciones en muy poco tiempo; la razón es que el
pulmón es una cosa tierna y porosa y, si es ulcerado, el paciente
lo pasara mal por muchas razones. El vientre, por el contrario, no
es ulcerado por el medicamento pues es una cosa resistente
como la piel. La mayoría de los libios utilizan la piel de sus
animales domésticos como vestidos y sus vientres como sacos,
pues el vientre es una cosa resistente. Además, cuando los
hombres se emborrachan con vino tinto, sus heces son negras.
Esta es otra prueba; y cuando se come ajo o cualquier otro
alimento de olor fuerte, la orina tiene el mismo olor. Estas son las
pruebas. Se puede tomar en consideración también el siguiente
hecho. Si alguien bebiese ciceón306 o un potaje de harina cocida
o cualquier otra cosa de este tipo y esto llegase al pulmón,
opinamos que no podría sobrevivir ni siquiera durante muy poco
tiempo. Pues desde el momento en que una pequeña cantidad
de flema llega al pulmón o a la tráquea, el resultado es un ataque
de tos incontrolable y fuerte. Y en el caso de que el hombre haya
sobrevivido tras haber bebido ciceón o tomado un potaje, creo
que, durante la digestión, se produciría en el cuerpo un calor
muy intenso y fuerte padecimiento, dado que no podría evacuar
como es debido si este hubiera pasado al pulmón.

Esto hace siete pruebas. Además, ¿cómo podría la leche


alimentar al niño si llegara al pulmón?; esta es, a mi entender,
otra prueba adicional, y no habría acumulado tantas en mi
exposición si no hubiera habido una opinión tan generalizada de
que la bebida llega al pulmón; y ante opiniones tan fuertemente

306
Especie de papilla de harina de cebada, agua, vino o miel.

349
Mario Ferrer Vázquez

asentadas, es necesario presentar muchas pruebas, si se quiere


convencer al oyente para que cambie su opinión anterior.

La bebida no va al pulmón sino al vientre porque el esófago307,


que está junto a él, siempre abierto, pasa la bebida al vientre; por
otra parte, sobre la tráquea hay algo parecido a una hoja de
hiedra308, que no dejaría pasar la bebida en el caso de que esta
tomara esa dirección. Esto es lo que tenía que decir sobre este
asunto.”

Dentro de las fuertes argumentaciones en contra de que los líquidos


de la bebida pasen a los pulmones, razonadas y evidentes, aparece
como vemos la de que, si la leche como bebida, como único alimento
del lactante, pasara al pulmón, ¿cómo puede entonces alimentar?
Pues ya ha quedado argumentado y probado que es en los intestinos
donde se produce este aprovechamiento. Desconozco, no obstante,
los argumentos en contra de esta teoría, no son objeto de este trabajo
y, por erróneos, tampoco parece demasiado interesante ofrecerlos
aquí.

307
El término del texto original es Stómachos.
308
Se refiere a la epiglotis, sin dar un nombre concreto a la misma.

350
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

8.5.28. SOBRE EL PARTO DE OCHO MESES (Perì


oktamēnou)309

Este es un texto antiguo dentro del Corpus Hippocraticum, se trata de


un compendio de anteriores conocimientos del embarazo y el parto
hasta el momento de su escritura. Se centra en los partos de ocho
meses, que considera menos viables que los de siete o nueve meses.

La razón para los médicos hipocráticos es que la concepción y


gestación se ajustan a una serie de ciclos relacionados con periodos
de cuarenta días, cuarentenas; aquellos primeros cuarenta días,
aproximadamente, en los que el riesgo de aborto es mayor son los
muy importantes y merecen mayor atención. Tras medio año se
alcanza el séptimo de mes de gestación, que provoca una serie de
cambios en el feto que pueden provocar el parto; este periodo es el de
mayor debilidad y sufrimiento para el feto, coincide, pasada la
cuarentena, con el octavo mes de gestación; una vez recuperados de
estos cambios entran en el noveno mes. Así pues, un parto que se
produzca antes de esos cambios o al inicio, en periodo de viabilidad,
dará como consecuencia un parto con posibilidades de avanzar, del
mismo modo que si el parto tiene lugar durante el noveno mes o
entrado ya el décimo y definitivo, ya que el feto se ha recuperado
completamente y está fuerte. Sin embargo si el parto tiene lugar
durante o al terminar el periodo de cambios, sobre el octavo mes, al
encontrarse en fase de cambios y debilitado, tiene menos
posibilidades de salir adelante. Finalmente el momento del parto es un
momento de sufrimiento, de elevado riesgo para el feto; y los

309
El texto utilizado como fuente para el análisis es la traducción de J. de la Villa
Polo, Tratados Hipocráticos VIII, Sobre el parto de ocho meses, Madrid 2003, págs.
345-373.

351
Mario Ferrer Vázquez

posteriores cuarenta días tras el nacimiento son considerados críticos


también en todos los textos.

Recordar que cuando se refiere a meses lo hace a periodos diarios en


meses naturales de desarrollo de la gestación y no a meses
establecidos. Los meses griegos tenían entre 29 y 30 días para el
cómputo de días que se realiza en ocasiones en los textos. La cuenta
comenzaba, como ahora, a partir de la fecha de la última
menstruación de la mujer, pues la concepción tenía lugar después de
ésta.

Sobre esta circunstancia, el autor comienza así su tratado:

“Con respecto al nacimiento a los ocho meses, sostengo que es


imposible que los niños soporten dos sufrimientos consecutivos y
esta es la razón por la que no sobreviven los nacidos a los ocho
meses. En efecto, a los fetos les sobreviene, uno detrás de otro,
el padecimiento que se produce dentro de la matriz y el que se
da cuando se produce el parto y por esto de los nacidos a los
ocho meses ninguno sobrevive.310”

Existe un tratado posterior, a modo de apéndice, Sobre el parto de


siete meses311, donde el autor reconoce no tener experiencia directa,
sino hablar de ello “de oídas”, por lo que podemos intuir que la
viabilidad de los partos de siete meses era más teórica, por la
numerología y cuestiones pitagóricas, que real (como sabemos hoy a
ciencia cierta).

310
J. de la Villa Polo, Tratados Hipocráticos VIII, Sobre el parto de ocho meses,
Madrid 2003, 360.

311
J. de la Villa Polo, Tratados Hipocráticos VIII, Sobre el parto de siete meses,
Madrid 2003, 377-385.

352
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Por otra parte este texto tiene serios problemas de composición y


adecuación para los traductores, por las condiciones en las que se ha
conservado, con párrafos que podrían no corresponder a las mismas
fechas o bien están corruptos. Del mismo modo resulta difícil atribuir
una autoría concreta, y parece que escrito en la primera mitad del
siglo IV a.C.

El momento del parto y los sufrimientos del feto y recién nacido:

“Las vueltas en el vientre también son otro peligro; los cordones


umbilicales muchas veces aparecen enrollados al cuello de los
niños. En efecto, en el caso de que el niño al darse la vuelta lleve
su cabeza por la zona por donde se encuentra el cordón mas
extendido en el interior de la matriz, engancha el cordón, que se
enrolla en tomo al cuello o por el hombro, y, si sucede esto,
necesariamente la madre sufre mucho y el niño o muere o sale
con más dificultad. En consecuencia, muchos niños ya desde
dentro vienen con un primer paso de la enfermedad, a causa de la
cual unos mueren y otros, tras estar enfermos, sobreviven.”

“Aquellos niños que se han desplazado rápidamente y salen al


exterior con facilidad, extraídos súbitamente de las apreturas del
vientre, se hacen inmediatamente más gordos y más grandes de
lo que corresponde, pero no por que se produzca un crecimiento,
sino por una hinchazón a causa de la cual muchos mueren. En
efecto, en el caso de que no remita la hinchazón pronto, al tercer
día o un poco después se derivan de ella enfermedades.”

En este párrafo parece referirse a casos de hidrops fetal, que en


principio no serían consecuencia de un parto prematuro sino más bien
causa.

353
Mario Ferrer Vázquez

Los próximos párrafos tratan sobre los riesgos al nacer y se


argumenta el porqué de los mismos:

“La alimentación y la respiración son mas débiles al producirse el


cambio312, pues, en el caso de que reciban algo insalubre, lo
reciben por la boca o la nariz. En lugar de que lo que ingieran
sea exactamente lo que se necesita y que no sobre, ahora
reciben mucho mas, de modo que forzosamente, por la cantidad
de cosas que les llegan y por la situación en que se encuentra ya
el cuerpo del niño, algunas cosas salen otra vez por la boca y la
nariz y otras pasan hacia abajo por el intestino y la vejiga; nada
de todo esto sucedía así antes. Igualmente, en lugar de los aires
y líquidos tan afines como, necesariamente, hay en la matriz,
dada la comunidad con la madre y lo favorable del medio, se
hace ahora el niño con todo tipo de elementos ajenos, más
duros, más secos y menos propios de los seres humanos, a
causa de los cuales sobrevienen necesariamente muchos males
y muchos fallecimientos. Porque también a los hombres muchas
veces los cambios de lugar y la forma de vida les provocan
enfermedades.

Y lo mismo puede decirse de la cobertura exterior. En efecto, en


lugar de cubrirse con la carne y los líquidos tibios, húmedos y
familiares, los niños se ven vestidos como los adultos313. El
cordón umbilical es la única entrada al cuerpo de los niños, se
conecta con la matriz y a través de el participa de lo que se
ingiere. Todo lo demás está cerrado y no se abre hasta que el
niño esta en el proceso de salida desde el vientre. Cuando esta
en este proceso todo lo demás se abre, mientras que el cordón
312
Se refiere al momento del parto.
313
De lo que se deduce que tal vez esto no debiera ser así, es decir, no se debería
actuar en un recién nacido como si fuera un adulto pequeño.

354
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

se estrecha, se cierra y se reseca. Del mismo modo que en las


plantas que crecen de la tierra los frutos maduros se separan y
caen a causa de este desprendimiento314, así también, en los
niños que han madurado y se han formado completamente, se
cierra el cordón umbilical, mientras lo demás se abre para recibir
lo que ingieran y tener vías de salida naturales de las que deben
servirse los seres vivos.”

En el párrafo siguiente se refiere a los recién nacidos con bajo paso


peso, atribuyendo esta circunstancia a la teoría de los cambios en el
octavo mes de gestación.

“Constituyen también una prueba con respecto a los


padecimientos de los nacidos a los ocho meses los niños de
nueve meses que nacen con menos peso del que corresponde al
tiempo que tienen y al tamaño de su cuerpo, pues acaban de salir
del padecimiento de las enfermedades. No nacen estos como los
de siete meses, bien provistos de carnes y con la gordura
apropiada, según corresponde a los que han permanecido sin
enfermar el tiempo que se les llevo en la matriz.”

En el texto siguiente se desarrolla la teoría comentada de las


cuarentenas:

“Los periodos de cuarenta días son al principio decisivos para los


fetos. El que supera los primeros cuarenta días evita
generalmente el aborto. Se producen más abortos en el primer
periodo de cuarenta días que en todos los demás315. Una vez

314
De nuevo utilizan analogías botánicas.
315
Esta afirmación coincide con lo que ocurre en la actualidad

355
Mario Ferrer Vázquez

que ha pasado este tiempo los fetos son más fuertes y se


distingue ya en el cuerpo cada uno de sus miembros. En los
varones todo está ya muy claramente visible; en cuanto a las
hembras, en cambio, hasta este momento sus carnes parecen
tener solo bultos, pues lo que es semejante se mantiene
semejante en la semejanza durante más tiempo y se va
diferenciando con mayor lentitud a causa de su similitud y
atracción316. Sin embargo, en lo demás, en cuanto las hijas se
separan de la madre, maduran, adquieren el sentido común y
envejecen más rápidamente que los muchachos, por la debilidad
de sus cuerpos y por su modo de vida317. Otro periodo de
cuarenta días es aquel en el que, en torno al octavo mes, los
fetos enferman en el interior de la madre. Es sobre ello sobre lo
que versa todo este tratado.

Una tercera cuarentena es aquella en la que los niños, una vez


que han nacido, a pesar de los padecimientos, si consiguen salir
de los cuarenta días, resultan más fortalecidos y conscientes318.
En efecto, distinguen la luz más claramente, escuchan los ruidos,
cuando antes no podían, pues este periodo propicia un
desarrollo de la inteligencia a través del cuerpo y también de
todo lo demás. Porque está claro que la propia consciencia se
encuentra en el cuerpo desde el primer día. Así es que, cuando
están en sueños, desde el mismo momento en que nacen, se ve
a los niños reír y llorar; pero, una vez despiertos, ni lloran ni ríen
espontáneamente, antes de alcanzar los cuarenta días; ni se ríen

316
Atribuyen la diferenciación tardía a las supuestas diferencias hombre-mujer, cuya
única base es cultural y social, no científica.
317
Un nuevo ejemplo de cómo la situación cotidiana y social influye en las
conclusiones científicas al respecto de las mujeres frente a los hombres.
318
Esta afirmación da cuenta de la elevada mortalidad de los recién nacidos en la
época.

356
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

cuando se les toca, ni se enfadan antes de que llegue este


momento, porque están sus fuerzas debilitadas por las
mucosidades319.

Incluso, a causa del destino, la muerte natural está sometida a


esta suerte, de modo que constituye un ejemplo ante todos de
que a todas las cosas, al estar formadas por los mismos
elementos, les corresponde por su naturaleza sufrir cambios en
los momentos precisos.

Se confirma otra cosa, además, en cada uno de los seres que


nacen y mueren: al cumplirse un ano se producen muchas
enfermedades y muchas curaciones, según el ritmo del periodo,
siguiendo la distribución de cada mes y de cada día. También
por semanas se producen en los cuerpos otras muchas
variaciones de diferente tipo y a los niños se les caen los dientes
y les salen otros”

319
Hoy sabemos que la sonrisa social, como inicio de un desarrollo psicomotor
correcto y maduración neuronal, se produce alrededor del mes de vida, con lo que
coincide con las afirmaciones del autor. Además de referirse a la sonrisa
inconsciente que se produce durante el sueño de los recién nacidos, que se trata de
un reflejo espontáneo muscular, no relacionado con el desarrollo neuronal.

357
Mario Ferrer Vázquez

8.5.29. SOBRE LA DENTICIÓN (Perì odontophylēs)320

Se trata de un texto escrito al modo de aforismos o sentencias, hasta


treinta y dos en concreto. No es fácil saber la fecha ni la autoría, ni de
dónde procede exactamente, ya que no hay referencias claras a él en
la Antigüedad, sin embargo sí forma parte del conjunto de obras del
Corpus Hippocraticum. “No es fácil adivinar de dónde se ha
tomado”321, como dice Littré en su obra.

Para el tema que me ocupa se trata de un escrito muy interesante,


pues todas sus sentencias se refieren a niños pequeños, el título de la
obra se refiere no sólo a la dentición propiamente dicha sino a otro
tipo de problemas relacionados con la edad.

Así pues los aforismos que hablan de la dentición propiamente dicha


en los bebés, son los numerados del seis al doce. El resto habla de
problemas o dolencias derivados de la lactancia, el destete, las
ulceraciones en las amígdalas, evacuaciones y micciones; todo ello
relativo, supuestamente, a niños pequeños. Muchas de estas
afirmaciones sin base científica actual, aunque aún hoy en día se
atribuye a la dentición multitud de males de los que no es “culpable”.

Sea como fuere, se trata de sentencias que extraen conclusiones


clínicas, asociadas a pronóstico o desarrollo de enfermedades,
basadas en una cuidadosa observación de los casos, como
corresponde a la medicina hipocrática.

320
Utilizo la traducción de Mª.E. Rodríguez Blanco, Tratados Hipocráticos VIII,
Sobre la dentición, Madrid 2003, 396-401.

321
É. Littré, Oeuvres completes d ’Hippocrate, Paris, 1864, tomo I, 415. Citado en:
Mª.E. Rodríguez Blanco, Tratados Hipocráticos VIII, Sobre la dentición, Introducción,
Madrid 2003, 389.

358
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Por su brevedad e importancia, transcribo el texto en su totalidad:

“1: Los niños bien nutridos por naturaleza no maman en


proporción a su masa muscular.

2: Los niños voraces y los que maman mucha leche no


desarrollan su carne en proporción.

3: Los lactantes que orinan mucho son los menos propensos a


los vómitos.

4: Los que evacuan mucho y digieren bien gozan de mejor salud;


los que evacuan poco, y teniendo voraz apetito no están nutridos
en proporción, son enfermizos322.

5: Los que vomitan mucha materia láctea sufren de


estreñimiento.

6: Los que durante la dentición evacuan mucho padecen menos


convulsiones que los que evacuan poco.

7: Aquellos a los que durante la dentición les aparece una fiebre


aguda pocas veces sufren convulsiones323.

8: Los que durante la dentición permanecen bien nutridos, corren


el peligro de sufrir convulsiones al estar somnolientos.

9: Los que echan los dientes en invierno, siendo iguales en todo


lo demás, salen mejor.

10: No todos los que han sufrido convulsiones durante la


dentición mueren; muchos también se recuperan.

322
Podría corresponder a alteraciones metabólicas como hipoglucemias, o diabetes
o de otro tipo, incluso enfermedades parasitarias.
323
Por fiebre aguda se entiende una fiebre severa de duración 2-3 semanas. Las
convulsiones y la fiebre están relacionadas, pero no con el proceso de dentición,
como ya sabemos.

359
Mario Ferrer Vázquez

11: El proceso es más largo para los que echan los dientes
acompañados de tos; adelgazan más cuando asoma el diente.

12: Los que tienen una dentición tormentosa, si son llevados


también de manera adecuada, soportan con mayor facilidad el
proceso de dentición.

13: Los que orinan más que evacuan están, en proporción, mejor
nutridos.

14: Los que no orinan en proporción, pero en cambio su vientre


suelta frecuentemente desde pequeños materias crudas, son
enfermizos324.

15: Los que duermen bien y están bien nutridos pueden tomar
mucho alimento, aun en el caso de que no esté suficientemente
preparado.

16: Los que empiezan a comer durante la lactancia soportan


mejor el destete.

17: Los que expulsan con frecuencia deposiciones


sanguinolentas y crudas, caen en una somnolencia febril la
mayoría de las veces325.

18: Las ulceraciones en las amígdalas que cursan sin fiebre son
menos peligrosas.

19: Los bebes que padecen tos durante la lactancia tienen


normalmente la úvula más grande.

324
Con algún tipo de diarrea malabsortiva (intolerancias proteicas, celiaquía,
transgresiones dietéticas, etc.)
325
Reflejo de patologías infecciosas primarias o bien secundarias a un daño
intestinal severo

360
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

20: En los que rápidamente aparecen llagas en las amígdalas,


con persistencia de fiebre y tos, existe peligro de que se
reproduzcan las ulceras.

21: Las ulceras que recidivan en las amígdalas son peligrosas.

22: Los niños que tienen ulceras considerables en las amígdalas,


si pueden tragar, es señal de que pueden recobrar la salud en
mayor grado que los que antes no podían tragar.

23: En las ulceraciones de amígdalas, vomitar o evacuar mucha


materia biliosa es peligroso.

24: En las ulceraciones de amígdalas la aparición de cualquier


cosa parecida a una tela de araña no es buena326.

25: En las ulceraciones de amígdalas, después de los primeros


momentos, el flujo de flema por la boca, que no existía antes, es
útil y, sin embargo, es necesario que remita; si la remisión
comienza es buena señal; pero si no hay flujo de ese tipo, hay
que estar atento.

26: Cuando hay secreciones en las amígdalas, las deposiciones


abundantes resuelven las toses secas; en los niños los vómitos
de cualquier materia cocida resuelve todavía mas327.

27: Las ulceraciones en las amígdalas que permanecen durante


mucho tiempo sin crecer son inofensivas antes de cinco o seis
días.

28: Los lactantes que toman mucha leche están adormecidos


generalmente.

326
En efecto, pues podría traducir el inicio de una enfermedad bacteriana grave,
como la difteria.
327
Las deposiciones y vómitos no resolvían los procesos, pero forman parte de
procesos generales víricos de curso benigno en la gran mayoría de ocasiones.

361
Mario Ferrer Vázquez

29: Los lactantes que no están bien nutridos se debilitan y se


recobran con dificultad.

30: Las ulceraciones que aparecen en las amígdalas en verano


son peores que las que aparecen en otras estaciones, pues se
extienden más rápidamente.

31: Las ulceraciones en las amígdalas que se extienden a la


úvula cambian la voz en aquellos que las superan.

32: Las ulceraciones que se extienden hacia la faringe son mas


molestas y mas graves, tanto que la mayoría de las veces
producen disnea.”

362
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

8.5.30. SOBRE LAS SEMANAS (Perì hebdomádōn)

Este tratado, desde el punto de vista general dentro del Corpus


Hippocraticum, es uno de los más importantes en cuanto a temas
teóricos y filosóficos. Porque aborda temas fundamentales dentro de
la teoría filosófico-médica de la época, como la cosmología, que ya he
mencionado en la primera parte de este trabajo. Desde el punto de
vista estrictamente médico, incluye una descripción y tratamiento de
las fiebres muy completa, probablemente la más completa dentro del
Corpus.

Sin embargo ha llegado hasta nuestros días en una muy mala


situación, con muy escasas fuentes clásicas griegas, y en su mayoría
con textos latinos, “terriblemente corrompidos” según los expertos,
como el firmante de la traducción que me ocupa, J. de la Villa Polo.

Debido a la complejidad de los temas cosmológicos y filosóficos


puros, no entraré a valorarlos, no es el objeto del trabajo,
centrándome en temas médicos relacionados con el tema infantil.

El texto utilizado para el análisis es la traducción de J. de la Villa Polo,


Tratados Hipocráticos VIII, Sobre las semanas, Madrid 2003, págs.
453-529.

“Así también en la naturaleza del hombre hay siete estaciones, a


las que denominamos edades; niño, chico, muchacho, joven,
hombre, de edad avanzada y anciano. El niño lo es hasta los
siete años y la caída de los dientes; el chico, hasta la aparición
del semen, hasta que alcanza dos veces siete años; el
muchacho, hasta que se cubren de vello las mejillas, hasta que
tiene tres veces siete años; el joven, hasta que crece todo el

363
Mario Ferrer Vázquez

cuerpo, hasta cuatro veces siete años; el hombre, hasta los


cuarenta y nueve años, hasta siete veces siete años; el de edad
avanzada, hasta los cincuenta y seis años, hasta siete veces
ocho; después ya es anciano.”

En ocasiones el sistema se “forzaba” para encajar la teoría septenaria,


pitagórica, que daba equilibrio a la fundamentación en la época.

En las disertaciones cosmológicas y en las descripciones de las


fiebres, no existe referencia explícita ni implícita a la infancia.

364
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

9. OTRAS REFERENCIAS EN LA GRECIA CLÁSICA Y


HELENÍSTICA

9.1 . LA GRECIA CLÁSICA POSHIPOCRÁTICA

El periodo clásico de la cultura griega discurrió, como ya comenté,


entre los siglos V-IV a.C. Es la época de mayor esplendor de las
ciudades helenas y su actividad política e intelectual328. Es en ese
momento histórico cuando se escriben la mayor parte de tratados
hipocráticos y al que, en términos médicos, nos referiremos como
periodo de “medicina hipocrática”
El periodo helenístico discurrirá posteriormente entre los siglos IV/III al
I a.C., y tendrá como detonante el reinado de Alejandro Magno de
Macedonia (336-323 a.C.) y la herencia de su vasto imperio, repartido
entre sus generales tras su muerte, y finalizando con la conquista de
Egipto y su incorporación al imperio de Roma por Augusto en 31 a. C.
‘Helenismo’ es un concepto inexistente en el entramado histórico y
cultural de la antigua Grecia; como es sabido, se trata de un término
creado por el historiador alemán Johann Gustav Droysen en su obra
Geschichte des Hellenismus, a mediados del siglo XIX. Se trataba de
homogeneizar los estudios del amplio territorio conquistado por
Alejandro y los reinos creados tras su muerte, con el argumento de
una lengua común, la griega, impuesta por conquista y prestigio. Una

328
Barceló y Hernández de la Fuente, 2015.

365
Mario Ferrer Vázquez

especie de identidad lingüística con las variantes culturales de cada


reino.329

Este periodo, desde el punto de vista del arte de la medicina es


denominado ‘poshipocrático’ o ‘de la medicina alejandrina o
helenística’, y en él destaca principalmente la creación del Museion de
Alejandría, y con él su biblioteca.
El esplendor del arte médico (téchnēs) que proporciona la escuela de
Cnido y, sobre todo, la escuela de Cos e Hipócrates, tiene lugar entre
los siglos V y IV a.C. principalmente, cuando se escriben la gran
mayoría de tratados hipocráticos (entre los años 420 y 350 a.C.), es
decir, durante el periodo clásico330. En este intervalo de tiempo, la
medicina acomete su definitiva aparición en el mundo cultural y social
de la época, para convertirse en una disciplina aparte de gran fama y
reconocimiento. No es sensato pensar que lo que conservamos hoy
en día sobre nuestro noble arte son los testimonios completos en los
que se apoyaban las enseñanzas y teorías médicas, lo coherente es
imaginar que, en un mundo dominado por la cultura, el pensamiento y
el arte en general, surgirían voces entre los filósofos y demás
pensadores, discordantes con algunas de las teorías sobre la
formación de la materia y la del propio ser humano. Dominados por las
analogías con el mundo animal y vegetal, sin la posibilidad de realizar
autopsias331, pues estas en principio no estaban permitidas, los
“científicos” de la Grecia clásica tenían divergencias en sus teorías y

329
Barceló, 2011.
330
Recordemos que Hipócrates vivió entre los años 460-370 a.C. aproximadamente.
331
Aunque esto no es ciertamente así. Hemos visto ejemplos dentro del Corpus,
explícitos, de autopsias a fetos. Probablemente algunos del los precisos
conocimientos anatómicos de los médicos hipocráticos se debían a la realización de
autopsias, y no sólo a las necropsias en animales. Una mención al conocimiento
anatómico de Alcmeón de Crotona. Es lógico pensar que, pese a la prohibición, un
científico de la época no podía dejar a la imaginación o la analogía, lo que podía
comprobar por sí mismo.

366
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

protagonizaban acaloradas discusiones dialécticas y en tratados


escritos, sobre los más diversos temas; entre ellos, claro está, los
asuntos médicos.
En esta época brillante nació y se formó Aristóteles, uno de los
pensadores, científicos, filósofos y personalidades más extraordinarias
de la historia, quién, claro está, tenía opiniones médicas y
embriológicas.

ARISTÓTELES

Nació en Estagira (384-322 a.C.). Su padre Nicómaco era el médico


personal del rey Amyntas de Macedonia, eso le permitiría conocer y
convivir con los miembros de la familia real macedónica. A la edad de
diecisiete o dieciocho años marchó a Atenas para convertirse en
alumno de la Academia de Platón en Atenas. Volvió a Macedonia tras
sentirse decepcionado con Platón por no nombrarle como su sucesor,
donde el rey Filipo II le encargó la educación del joven Alejandro,
hecho que influyó en la vida del futuro rey macedonio y los sucesos
que le llevarían a crear su gran imperio.
Volvió posteriormente a Atenas donde fundó el Liceo, su propia
escuela, el centro en el que impartía sus doctrinas en numerosos
campos del saber, entre ellos la medicina. Alejandro Magno se
convirtió, a la postre, en su benefactor y protector. Abandonó Atenas
tras la muerte de Alejandro, temeroso de una reacción anti
macedónica que le perjudicara, y marchó a Calcis, en la isla de
Eubea, donde halló la muerte a causa de una úlcera de estómago,

367
Mario Ferrer Vázquez

apenas un año más tarde (322 a. C.) que su joven discípulo, el gran
Alejandro332.
Dentro de sus pensamientos y doctrinas, construye una polis donde
socialmente la familia cobra un protagonismo esencial y eso incluye la
educación, cuidado y asistencia a los más pequeños333. Su amplia
obra es de sobras conocida, incluyendo numerosos escritos sobre
diversos ámbitos de la ciencia como las matemáticas, física, lógica,
biología, política y, por supuesto medicina. Aunque no era médico en
sentido estricto, sí poseía formación médica desde el inicio,
recordemos que era hijo de médico. Asumió en general los preceptos
de la teoría humoral hipocrática y de la doctrina del médico de Cos.

“Los jóvenes son más alegres, y los viejos más desesperados,


pues los primeros son calientes y los segundos fríos; la vejez es
un proceso de enfriamiento.334”

De sus numerosísimos escritos haré aquí un resumen de aquellos


que, consultadas las fuentes secundarias335, nos hablan de la
vertiente “pediátrica” de Aristóteles. Hipócrates y Aristóteles, así como
muchos médicos de la antigüedad adoptan una visión gradual de la
formación del ser humano. Primero la “coagulación” de la semilla,
después formación de partes fetales, progresivamente asociada con
movimientos y finalmente la formación de todas las partes del cuerpo.
Para los hipocráticos las semillas, como ya he comentado, parten de
ambos progenitores y viniendo de todas la partes de cuerpo336,

332
Barceló, 2011.
333
Aristóteles, Política, 4, 15.
334
Varela, 1997, 28. Se aprecia en este párrafo del propio Aristóteles las similitudes
con los preceptos hipocráticos.
335
Varela, 1997; López Piñero,1998; Evans Grubbs,Parkin, & Bell, 2013.
336
Ver los comentarios al tratado hipocrático Sobre la generación.

368
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

utilizando el útero como receptáculo y las características como sexo y


otras serán determinadas por la más vigorosa de ambas. Para los
aristotélicos, es el hombre quien posee el principio creativo, para ellos
la mujer era sólo un “receptáculo”.
Existían en la época ya, como no podía ser de otra manera dada la
trascendencia del asunto, debates sobre el inicio de la vida humana.
Para los aristotélicos empieza en un punto durante el curso de la
gestación, relacionado con los movimientos y la formación de las
partes del feto, sin embargo el alma está desde el principio, ya que es
transmitida por el padre337. Los platónicos creen en la vida desde el
principio. Sin embargo los presocráticos y los estoicos piensan que la
vida empieza en el nacimiento, para los estoicos el feto es parte
visceral de la madre y no una vida en inicio.
Aristóteles establece una serie de premisas favorables para la
reproducción, la edad de los progenitores, ni muy mayores ni muy
jóvenes; ni llevarse entre sí mucha diferencia de edad. Estos
consejos, junto a que la unión de individuos muy jóvenes puede ser
peligrosa tanto para la madre, como para la propia descendencia,
establecen unos de los primeros “consejos prenatales” que se
conocen.
Realiza también consideraciones sobre la inmadurez del recién
nacido, comentando la alta mortalidad los primeros siete días de vida,
por lo que denomina como “satisfactorio” superar este periodo, a partir
del cual son mayores las probabilidades de sobrevivir. Respecto a los
cuidados del recién nacido comenta:

“La sección del cordón umbilical debe ser ejecutada por la


partera con inteligencia y destreza, sea cuando la placenta es

337
Las referencias a la supremacía del género masculino predominan en la obra
aristotélica.

369
Mario Ferrer Vázquez

expulsada fácil y súbitamente, sea cuando es retenida aún


mucho después del parto. Es necesario asegurarse que la
ligadura sea sólida, porque si el nudo se rompe el niño puede
morir desangrado. La partera experta en el arte, cuando el recién
nacido se halla pálido y da signos de escasa vitalidad, aprieta y
exprime el cordón metiendo la sangre en su cuerpo; esta es una
práctica útil de tal modo que el pequeño conquista el color y la
vida338.”

“Si como habitualmente el niño nace presentando la cabeza, a


penas venido a la luz llora y se lleva la mano a la boca, algunas
veces antes y otras más tarde, y habitualmente dentro del primer
día de vida emite las heces primeras de color oscuro339, similar a
las de los peces, adquieren poco a poco el aspecto de heces
normales a medida que toman pecho. Si el niño no llora de
primera cuando viene al mundo es porque cuando hay dificultad
en el parto, tiene sólo la cabeza fuera del útero materno.”

Aristóteles, así mismo, describe también partes de la anatomía del


recién nacido, como las de las fontanelas y suturas. Realiza
descripciones sobre su osificación progresiva y descripciones y
localización de los distintos tipos de fontanelas. Dando tiempos de
osificación y cierre, identificándolos de forma clara mediante la

338
. En este párrafo, que aparece mencionado en Varela, 1997, 28-29, hace
referencia a una técnica que actualmente está muy de actualidad, como es “milking”,
consistente en exprimir el cordón umbilical al recién nacido con el fin de aumentar su
hematocrito, proporcionando así una serie de beneficios que, actualmente, se utiliza
en los bebés prematuros. Además, la referencia a la matrona y la técnica, es similar
a la relatada, siglos después, por Sorano de Éfeso.

339
Se refiere al meconio.

370
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

observación. Rechazaba la idea de que el feto se formaba en uno u


otro lado del útero según su género.
Realiza ciertos comentarios también sobre algún tipo de
malformaciones congénitas, como la transposición visceral,
identificando que en la especie humana éstas son más frecuentes en
varones que en mujeres.

Aristóteles también observa y reflexiona sobre las diversas


convulsiones, consideradas como un mal muy frecuente en la infancia
ya por los hipocráticos, como hemos visto. Aristóteles atribuye una
mayor presencia de éstas en aquellos niños “hiperalimentados”,
desaconsejando suministrar alimentos que favorezcan las
“ventosidades”340, condena el proporcionarles vino, o en todo caso
diluido en agua341. Existen descripciones también de afecciones
meningoencefálicas, con fiebre elevada y contracción del cuello, que
parece diferenciar de los opistótonos y acercarse más al término de
“frenitis acuñado por los hipocráticos. La manifestación convulsiva es
común a otras afecciones. Sigue los preceptos y doctrina hipocráticas
en cuanto a las terapias dietéticas, que aborda en otros de sus
escritos conservados.
A pesar de que Aristóteles no destacó fundamentalmente en el campo
de la medicina, sus estudios son básicos para la articulación del futuro
método empírico científico.
Uno de sus discípulos, el médico Diocles de Caristo, hizo algunas
aportaciones al estudio de la embriología. Diocles perteneció a la

340
Sobre éste tema ya se refieren en diversos textos hipocráticos.
341
Era sin embargo, práctica habitual como ya he comentado en anteriores
apartados, el suministrar vino a los niños, aunque bien es cierto que generalmente
mezclado con agua.

371
Mario Ferrer Vázquez

secta de los dogmáticos y escribió varias obras médicas, de las cuales


sólo quedan los títulos y algunos fragmentos342.

342
Plinio dijo de él que solo fue superado en reputación por Hipócrates (Historia
Natural, 26, 6)

372
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

9.2. EL MUNDO HELENÍSTICO. LA SUPREMACÍA


CULTURAL DE ALEJANDRÍA.

Tras la muerte de Alejandro Magno y el desmembramiento de su


imperio, Atenas pierde la supremacía científica y cultural para
trasladarse al nuevo núcleo de la cultura helenística: Alejandría, la
prestigiosa fundación del monarca macedónico en el delta del Nilo.
Ya comenté en la primera parte de este trabajo en qué consistía el
Museion, y cuál fue la importancia del mismo y del mecenazgo de los
Ptolomeos para el desarrollo de la cultura, la ciencia y el arte; no tan
sólo en la Grecia y Roma de la Antigüedad, sino en la historia de la
humanidad. En íntima relación con el Museion se encontraba la gran
Biblioteca de Alejandría, donde se encontraban miles y miles de textos
de todas las disciplinas, recopilados para mantener la cultura
helenística y promoverla.
Sus muros albergaban varios cientos de miles de tratados y textos,
entre los cuales se encontraban los de asuntos médicos, muy
probablemente en un número extraordinario, dado el afán productivo
de los médicos de la época hipocrática y los numerosos asclepíades
con los que contaba la Grecia antigua. Entre estos textos se
encontrarían los que posteriormente compondrían el Corpus
Hippocraticum, obras de distintos autores y escuelas que
engrandecieron aún más la figura del genio de Cos.
En el seno de esta corriente cultural –el “renacimiento” de la cultura
griega y su expansión por todo el Mediterráneo– surgieron numerosos
médicos, ávidos de conocimiento y deseosos de investigar en un
entorno privilegiado, del mismo modo que ahora nos atrae una
universidad de renombre o centro de investigación sobresaliente.
Permitidos los estudios anatómicos mediante autopsias, esto generó

373
Mario Ferrer Vázquez

un conocimiento mayor del cuerpo humano, que modificó algunos de


los pensamientos previos. Herófilo, Erasístrato y otros muchos
contribuyeron a engrandecer los estudios médicos, éstos, aunque
consideraban a Hipócrates el gran maestro, empezaban a modernizar
su dogma, y gracias a las autopsias describieron muchos conceptos
anatómicos, aunque erraron también en otros.

La escuela médica de Alejandría, adopta los postulados naturalistas,


el desarrollo del manido concepto de physis. La medicina es
eminentemente técnica, o fisiológica, predominando el conocimiento
del origen de las enfermedades por su causa natural, y las terapias
mediante fármacos, cirugía y dieta. Es decir, sigue los preceptos
hipocráticos. El calendario dietético que aconsejaba lo que podía y lo
que no debía comerse a lo largo del año, era ampliamente utilizado.
Comenzaron a generarse escuelas médicas, como la empírica y la
dogmática.
La escuela dogmática –a la que perteneció Diocles de Caristo, como
he anticipado– consideraba necesario tanto el conocimiento de las
causas ocultas y de las evidentes que producían las enfermedades,
como el de los órganos internos. Sostenían que no se puede curar la
enfermedad si no se conoce su origen, y que el tratamiento cambia
según la enfermedad proceda del exceso o del defecto de uno de los
cuatro elementos. Asumían pues la teoría humoral y los preceptos
hipocráticos. Curará con mayor seguridad quien no descuide la causa
primera de la enfermedad, promulgaban. Reconocían también la
necesidad de experiencia, aunque no se puede llegar a ella sin la
ayuda del razonamiento.

La escuela empírica rechazaba para sí los saberes técnicos, las tres


ramas de la medicina clásica, a saber: farmacia, cirugía y dietética.
Los empíricos creen necesario conocer las causas evidentes, pero no

374
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

las ocultas ni las funciones naturales, pues piensan que la naturaleza


es impenetrable. Se apoyan en la discordia que existe entre los que
tratan esas cuestiones para decir que no pueden comprenderse.
Puesto que la ciencia es insegura y oscura, más vale apoyarse en
cosas de probada y reconocida eficacia, en las que la experiencia ha
demostrado su utilidad para el tratamiento de enfermedades. No se
llega a agricultor o filósofo por la controversia, sino por la práctica,
defienden343. Utilizan la analogía. Sus fundadores fueron Serapión de
Alejandría, Glaucias y Filino de Cos344. Este Filino (270-220 a.C.)
rompió con las enseñanzas de su maestro Herófilo, hasta el extremo
de atribuirle la contundente expresión: “los conocimientos anatómicos
que me enseño Herófilo han sido inútiles para mí al tratar los
enfermos”.

A Herófilo se debe la fundación de la moderna anatomía, mediante la


práctica de disecciones anatómicas públicas de seres humanos, y el
avance en el estudio del encéfalo; precisamente por él recibe el
nombre de una de sus estructuras: la llamada “prensa de Herófilo”.
Incluso llegó a sostener que la inteligencia se hallaba en este órgano y
no en el corazón, como era creencia generalizada en su época.
También pudo escribir un tratado para matronas, y otros de carácter
ginecológico, y se le atribuye la formación técnica de Agnódice, la
mujer que se hizo pasar por hombre para ejercer la medicina y
practicar la obstetricia, de la que ya comenté la historia en la primera
parte de este trabajo.

En esta escuela de Alejandría surgen multitud de médicos y eruditos,


muy probablemente muchos más de los que tengamos noticia en

343
López Piñero, 1998, 40.

344
López Piñero, 2000, 74.

375
Mario Ferrer Vázquez

nuestros días, y cuyas aportaciones debieron enriquecer


notablemente nuestro conocimiento de la medicina del pasado345.

Demetrio de Apamea, fue uno de ellos. Nacido en Bitinia (Asia Menor),


durante el siglo II a. C., es famoso por acuñar el término “diabetes”
para referirse a aquella patología en la que se orinaba en exceso,
haciendo referencia a término griego que significaba algo como “pasar
a través”.
Como Hipócrates, Demetrio considera la Medicina un arte, el más
noble, cuyo fin primordial consiste en el cuidado y curación completa
del hombre, coadyuvando la enfermedad con sus fuerzas propias, sus
recursos personales. Un arte que busca el bienestar del enfermo, y no
sólo el estudio de la enfermedad. Conocemos su obra principalmente
por las aportaciones de Sorano de Éfeso.
Según algunos historiadores parece que Demetrio escribió un tratado
de pediatría, sería el primero del que se tendría noticia, sin embargo
no ha llegado hasta nuestros días y lo que conocemos es a través del
trabajo de Sorano, en el que se refiere a un tratado obstétrico del
propio Demetrio que tendría un apéndice pediátrico. Sin embargo,
parece que éste sólo sería una recopilación de cuestiones conocidas
en los tratados hipocráticos a los que él tenía acceso, y muy
probablemente ayudó en su recopilación
Señala una patología ya conocida, el “mal sirio” o “úlcera siríaca”,
propia de la primera infancia y que describen como una inflamación de
las meninges y partes adyacentes al cerebro, fiebre ardiente,

345
Muchos de los conocimientos que, sobre la medicina hipocrática y alejandrina,
tenemos en nuestros días provienen de fuentes secundarias, como Galeno, y por
supuesto las obras del Corpus Hippocraticum, que debieron ser una parte de las
existentes.

376
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

deshidratación del cuerpo, ojos hundidos y estado soporífero, puede


derivar en coma o fuertes convulsiones346.
Define también los “vermes” intestinales, largos y cortos, éstos últimos
llamados “oxiuros” (que significa “el que da brincos”), también
denominados así por Hipócrates347 o Aristóteles y más tarde Galeno,
aconseja medicamentos amargos y diversos emplastos a poner en el
abdomen del paciente.
Respecto a las escoceduras del bebé en nalgas348, lo atribuye a una
corrupción de la leche en el intestino349, y cura con aceite de rosas, o
baño en agua de rosas o emplastos de cera350.

Los médicos de finales de la época helenística y de la era romana,


como Dioscórides o Areteo, que luego trataré, estuvieron ya libres de
dogmatismos de escuela.

346
Esta denominación podría deberse a la analogía con el calor o a alguna
superstición o tradición oriental. Se trata, al parecer, de una meningitis. Y Sorano lo
nombra en su Gynaecia, más adelante me referiré de nuevo a ella.
347
Como vimos en el estudio correspondiente del Corpus Hippocraticum.
348
Exantema de los pañales
349
También la cultura popular actual lo atribuye a estas causas en muchas
ocasiones.
350
Tratamientos que siguen vigentes, con las variaciones obvias de la industria.
Aceite de rosa mosqueta, soluciones grasas emolientes, etc. En: F. Varela, Pioneros
de la pediatría. Desde la antigüedad al renacimiento, Madrid 1997, 33-36.

377
Mario Ferrer Vázquez

9.2 ROMA: LA EVOLUCIÓN DE LA MEDICINA


HIPOCRÁTICA Y SU RELACIÓN CON LA INFANCIA.

Tras la anexión de Egipto, incorporados todos los territorios


helenísticos al imperio romano, la medicina griega se impuso en Roma
rápidamente. Apenas tuvo obstáculos, pues la medicina romana era
mucho más primitiva, con fundamentos mágico-religiosos que
recordaban la medicina pre-hipocrática, como ya he comentado en la
primera parte de este trabajo.
Los médicos griegos eran, en principio, esclavos. Posteriormente ya
ciudadanos libres, libertos (esclavos a los que se les concede, por
algún u otro motivo, la libertad), mejorando su posición social y
económica.
Así pues, los más importantes médicos de la Roma tardorrepublicana
e imperial eran de origen griego. Como Dioscórides de Anazarba
(autor de Materia Médica, tratado sobre plantas medicinales y
venenosas, además de productos animales y minerales. Fundamental
en la historia de la farmacoterapia, traducido a varios idiomas y
utilizado hasta el siglo XVIII), Areteo de Capadocia, Sorano de Éfeso y
Galeno de Pérgamo. Autores estos que se ocuparon, de uno u otro
modo, de algún concepto de la medicina en la infancia y, por tanto, de
interés principal en mi estudio. Así que analizaré a continuación sobre
la base de sus tratados más conocidos y conservados a día de hoy.
Aulo Cornelio Celso fue una excepción en esta primacía griega.
Enciclopedista y médico, vivió entre finales del siglo I a.C. y principios
de nuestra era. Se le atribuye una extensísima obra enciclopédica
denominada De Artibus o Artes. Dentro de dicha obra se encontraba
Re Medica o De Medicina, uno de los pocos textos médicos

378
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

originalmente en latín, probablemente una recopilación y traducción de


textos clásicos griegos, siendo éste el gran mérito que se le atribuye,
al facilitar en latín un manual de medicina helenística.

Como vemos, hablar de medicina romana es hablar de medicina


griega o helenística. El griego seguía siendo el idioma científico
utilizado y los principales centros médicos seguían ubicándose en
Alejandría y las ciudades griegas del Mediterráneo Oriental351.
De forma general, aun con la aparición de las nuevas escuelas, sigue
existiendo una enorme influencia de la medicina hipocrática y de las
teorías de la escuela de Cos entre las obras de los autores que pasaré
a analizar. Evidentemente la influencia es máxima en Galeno de
Pérgamo, quien engrandeció la medicina hipocrática e integró los
conocimientos anatómicos con los fisiológicos, poniéndolos al servicio
del diagnóstico y tratamiento de las enfermedades; mejorando y
adaptando los preceptos hipocráticos y, sobre todo, inmortalizando la
figura del médico de Cos, la medicina griega hipocrática y su propia
persona durante el paso de los siglos hasta la actualidad. Utilizamos
‘Galeno’ como epíteto de médico, y nos referimos a Hipócrates como
padre de la medicina.

A Sorano de Éfeso le atribuimos el mérito de fundador de la


ginecología, cuando ya sabemos que varios tratados hipocráticos
versan sobre este tema, sin embargo su mérito es la amplitud del
texto y los detalles sobre la obstetricia, el recién nacido y la profesión
de las matronas. Interesantísimo desde el punto de vista pediátrico, e
imprescindible para mi estudio.

351
López Piñero, 1998.

379
Mario Ferrer Vázquez

En Roma proliferan los médicos por la numerosa clientela que


solicitaba sus servicios, a pesar de los esfuerzos de ciertos estratos
de la sociedad por desprestigiar la medicina “heredada”. Recordemos
que Trajano, emperador romano, promulgó edictos para el cuidado de
los expósitos con cargo a las arcas públicas. Séneca se convirtió en
un enconado defensor de la lactancia materna, criticando a las madres
de las clases altas que contrataban nodrizas para amamantar a sus
hijos, considerando esto inmoral.
Conviene saber que las mujeres que decidían no amamantar a sus
hijos, bien por tratarse de mujeres nobles de la Roma republicana
donde esta práctica se convirtió en moda, bien por desnutrición o por
otras causas; contrataban los servicios de una nodriza, cuyo nombre
deriva del latín nutrix, que significa nutrir. Ya comenté en la primera
parte que estas nodrizas se podían contratar, en algunos casos, en las
columnas lactarias de algunas plazas públicas.
A este respecto encontramos diversas referencias. Una
interesantísima disertación del filósofo Favorino, recogida por Aulo
Gelio, exhortando a una mujer noble a que alimentara con su propia
leche a los hijos que había parido, en lagar de recurrir a nodrizas352:

“En cierta ocasión, estando presentes nosotros, le fue hecho


saber al filosofo Favorino que la esposa de un discípulo y
seguidor suyo acababa de dar a luz y que este había visto
aumentada su familia con el hijo nacido. “Vayamos -dijo- a ver a
la parturienta y a felicitar al padre”. Pertenecía este a la clase
senatorial y era vástago de una familia noble. Salimos con él los
que allí estábamos, lo seguimos hasta la casa a la que se dirigía
y entramos en ella en compañía suya. Allí, en el recibidor mismo,

352
En su lectura apreciamos algunos de los argumentos más actuales, del mismo
modo que antes cuando hacía referencia a la “moda” en la Roma republicana.

380
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

abrazo al hombre y, tras felicitarlo, se sentó. Y, después de


interesarse por la duración del parto y por la intensidad de los
dolores del mismo y conocer que la muchacha estaba dormida,
agotada por el esfuerzo y el insomnio, comenzó a hablar
largamente y dijo: “No dudo que va a criar al niño con su propia
leche”. Mas, como la madre de la muchacha comentase que no
había que agobiarla y que el niño debía ser confiado a nodrizas
para no añadir a los dolores del parto la ardua y pesada tarea de
la crianza, Favorino arguyo: “Te ruego, mujer, que le permitas
ser una madre completa de su hijo. Porque, ¿qué tipo de
maternidad antinatural, imperfecta y a medias es esta de parir un
hijo y enseguida apartarlo de si? Con su propia sangre alimento
en su vientre a algo que ella no veía, ¿y no va a alimentar con su
leche a ese algo al que ahora ve, que ya está vivo, que ya es un
ser humano y que ya suplica los auxilios de la madre? ¿Acaso -
añadió- piensas tu también que la naturaleza dio a las mujeres
los pezones de las mamas como si fueran unos lunarcitos muy
bonitos para adornar el pecho y no para alimentar a los hijos?
Así -y no es este ciertamente vuestro caso- muchas de esas
pavorosas mujeres ponen todo su empeño en secar y agotar esa
fuente sacratísima del cuerpo, criadora del género humano,
incluso con el peligro que supone la leche que retoma
corrompida, en la creencia de que [la lactancia] arruinaría los
atributos de su belleza. Al hacer esto, demuestran ser tan
insensatas como cuando, recurriendo a ciertas artimañas
fraudulentas, intentan abortar los fetos mismos concebidos
dentro de su cuerpo, para que la tersura del vientre no se les
arrugue, ni se les estríe a causa del peso y de los esnierzos del
parto. Y, si el buscar la muerte de una persona en los momentos
en que empieza a cobrar vida y está en las manos mismas de la

381
Mario Ferrer Vázquez

naturaleza creadora resulta merecedor de la publica execración y


del aborrecimiento de la sociedad, no viene a ser lo mismo privar
del alimento de la sangre que le es propia, a la que está
acostumbrado y le es conocida, a ese ser ya acabado, ya
alumbrado, hijo ya?” ¿Pero qué importa -dice la gente- de quien
sea la leche con que se crie, con tal de que sea alimentado y
viva? Quien así se expresa, dado que su insensibilidad es tal que
le veda percibir los sentimientos naturales, ¿por qué no piensa
también que carece de importancia en que cuerpo y con qué
sangre ha sido engendrado y formado el ser humano? Aunque
ahora se haya tomado blanca a causa de la gran cantidad de
aire y de calor, ¿acaso no es la misma sangre la que ahora está
en las mamas y la que antes estaba en la matriz?353 ¿Acaso no
se pone también de manifiesto la sabiduría de la naturaleza en el
hecho de que, después que aquella sangre creadora haya
formado en sus entrañas todo el cuerpo del ser humano, se
traslade a las partes superiores del cuerpo al acercarse ya el
momento del parto, esté lista para cuidar esos rudimentos de
vida y de luz y proporcione al recién nacido un alimento familiar y
conocido? Por tal motivo se ha creído, y con razón, que, del
mismo modo que la fuerza y naturaleza del semen es capaz de
formar las similitudes físicas y anímicas, idéntica virtud la tienen
también las propiedades naturales de la leche. Y esto no se ha
observado solamente en los seres humanos, sino también en los
animales. En efecto, está demostrado que, si los cabritos son
criados con leche de oveja o los corderos lo son con leche de
cabra, estos suelen tener una lana más dura y aquellos un pelo
más suave. En los arboles y frutos la fuerza y poder de las aguas

353
Se creía que la sangre que alimentaba al feto en la matriz, posteriormente se
trasladaba a los pechos para continuar alimentando al recién nacido.

382
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

y de las tierras que los nutren suelen ser sobre manera más
decisivos para favorecer o contrarrestar su disposición natural
que la de la propia semilla sembrada, y a menudo puedes ver
como un árbol hermoso y esplendido, al ser trasplantado a otro
lugar, muere a causa de la humedad de una tierra de peor
calidad. ¿Cual es, pues, ¡ay! la razón por la que con el alimento
bastardo y descastado de una leche ajena se echa a perder esa
nobleza de la persona recién nacida, así como su cuerpo y su
espíritu cimentados en unos inicios bien dispuestos por la
naturaleza? Especialmente si la nodriza qué vais a utilizar para
proporcionarle la leche es esclava o de origen servil y, como
suele suceder muy a menudo, extranjera y procedente de un
pueblo bárbaro, o es inmoral o deforme o desvergonzada o
borracha; pues generalmente, sin pararse a pensar demasiado,
suele echarse mano de cualquiera que en ese momento esta
amamantando. ¿Vamos, pues, a permitir que ese niño nuestro
se vea inficionado por un contagio pernicioso y que lleve a su
cuerpo y a su espíritu el halito vital procedente de un cuerpo y de
un espíritu degenerados? A menudo nos extraña que algunos
hijos de mujeres honradas no se parezcan a sus padres ni física
ni psíquicamente. Pues ¡por Hércules! he ahí la razón. Nuestro
[Virgilio] Maron demostró gran sabiduría y elegancia, cuando, al
emular aquellos versos de Homero ‘No fue tu padre Peleo, el
conductor de carros, ni Tetis tu madre; el glauco mar fue quien te
dio a luz y las abruptas rocas, pues tus sentimientos son
implacables’, no atribuye el motivo de ello solo al alumbramiento,
como lo hace aquel a quien imita, sino también a la alimentación
de una fiera salvaje, pues de su propia cosecha añadió este otro
verso: Ύ las tigresas de Hircania te ofrecieron sus ubres’, ya que,
efectivamente, en el desarrollo de la personalidad suele tener

383
Mario Ferrer Vázquez

gran importancia el carácter de la nodriza y la naturaleza de la


leche; pues esta, empapada ya desde el primer momento por la
aportación del semen paterno, configura también la índole del
recién nacido según el cuerpo y espíritu de la madre”. “Y, por
otro lado, ¿quien puede dejar de tener en cuenta que las mujeres
que abandonan a sus propios hijos y los alejan de si, dándolos a
criar a otras, cortan o al menos aflojan y descuidan aquel lazo y
vinculo de amor y afecto con el que la naturaleza une a los
progenitores con los hijos? Y es que, una vez que el recién
nacido es confiado a otra mujer y apartado de la vista de la
madre, comienza a extinguirse lenta e insensiblemente aquella
fuerza del calor materno, todo el estrepito de una solicitud repleta
de impaciencia enmudece poco a poco, y el olvido hacia un hijo
entregado a una nodriza no es mucho menor que hacia un hijo
muerto. Así mismo, el afecto, el cariño y la familiaridad del propio
niño acaban dirigiéndose exclusivamente hacia aquella que lo
alimenta; por eso, como suele sucederles a los niños
abandonados, no añora ni echa de menos a la madre que lo
engendro. Consecuentemente, una vez olvidados y eliminados
los lazos de la relación natural, el amor que los hijos así criados
parecen profesar al padre y a la madre es en gran parte un amor
social y de cortesía, no aquel otro amor natural354.”

Se encuentran tanto textos de este tipo, enfervorizados defensores de


la lactancia de sus propios hijos, como escritos donde recomiendan
cómo debe de ser la nodriza más adecuada, del mismo modo que
actualmente recomendamos la lactancia materna, pero ofrecemos
consejo a aquellas madres que no puedan o no quieran hacerlo:

354
Aulo Gelio, Noches Áticas, 2, 11, 20.

384
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

“Preferimos sobre todo las mismas madres, si ésta no puede, las


mujeres próximas, sus parientes, o las mujeres que se le
parezcan por la forma355.”

Posteriormente retomaré este tema en el capítulo dedicado a Sorano


de Éfeso, ya que en su obra habla sobre esto.
La medicina pediátrica y la puericultura, pues, se iban abriendo
camino con la consolidación de especialidades como la ginecología y
obstetricia y la cada vez más importante presencia del mundo infantil
en la sociedad y en la medicina.
En cuanto a las escuelas, y aparte de las ya existentes en la antigua
Grecia, que continuaban su camino, se forma una nueva escuela, la
metodista; que se desmarcaba de la teoría humoral, favorecida por la
mentalidad romana, y basándose en la teoría atomista de
356
Demócrito , según la cual el cuerpo estaba constituido por átomos
que circulaban libremente por los poros. Cuando los tejidos se
estrechaban o dilataban daban como resultado las distintas
enfermedades. La causa de las enfermedades, pues, serían unas
partículas que circulan por el cuerpo humano, por unas zonas
concretas, y de la circulación o no correcta de las mismas depende el
enfermar. Algunos autores han querido ver en esta teoría la primera
que se aproxima a una de tipo microbiológico. Sorano fue seguidor de
esta doctrina, aunque también crítico con ella, pero se le considera
miembro destacado de la misma.

355
Extraído de la obra de Mnesites de Cízico, en López Pérez, 2004-2005, 225-236.

356
Sobre Demócrito y la teoría atomista, me remito a la primera parte de este
trabajo.

385
Mario Ferrer Vázquez

Otra escuela que surgió en la época fue la escuela neumática, de


preceptos similares a la dogmática antes comentada pero que
atribuían la causa de las enfermedades y la vida al pneuma357, y a sus
cambios, desequilibrios o alteraciones. Fundada por Ateneo de Atalia,
en Sicilia.
Sobre el tema de las “nuevas” escuelas médicas, volveré a hablar en
la introducción al tratado Gynaecia de Sorano de Éfeso.

357
Se trata del aire vital, del aliento vital, no del simple aire. Remito al capítulo del
estudio del Corpus Hippocraticum donde lo menciono.

386
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

9.3.1. CORNELIO CELSO. DE MEDICINA

Aulo Cornelio Celso (hacia 14 a.C -37 d.C.) fue un enciclopedista y tal
vez médico, probablemente originario de la ciudad de Roma, aunque
también se sostiene que fuera natural de la Galia Narbonense. Según
el naturalista Plinio no fue médico, aunque él afirma haber ejercido
esta profesión. Su periodo vital coincide con el principado de Augusto
y de su sucesor Tiberio.
Celso es conocido por su obra De medicina, que se cree que es la
única parte conservada de una enciclopedia mucho más amplia (De
artibus) sobre distintas disciplinas (agricultura, derecho, retórica y
artes militares). De medicina es una fuente primaria en aspectos como
la dieta, farmacología y cirugía (la tradicional división tripartita de la
medicina establecida por Hipócrates y Asclepíades), y es una de las
mejores fuentes de conocimiento médico en el mundo romano. Se
trata de uno de los pocos textos médicos originalmente en latín, sin
embargo parece que éste era probablemente una traducción o
recopilación de textos clásicos griegos, con escasas o ninguna
aportación original, sin embargo éste es un mérito que se le atribuye a
Celso un recopilatorio en latín de medicina helenística.
Dividida en ocho libros dedicados, respectivamente, a: la historia de la
medicina (1), patología general (2), enfermedades específicas (3),
partes del cuerpo (4), farmacología (5 y 6), cirugía (7) y ortopedia (8).
Anecdóticamente recordemos que Hipócrates usó la palabra griega
carcinos, que significa cangrejo, para referirse a tumores malignos, y
que fue Celso quien tradujo el término griego al latín cancer, con el
mismo significado.
La primera edición impresa de la obra de Celso fue publicada en
Venecia en 1478 y eso le convirtió en un manual imprescindible entre

387
Mario Ferrer Vázquez

los médicos y humanistas del Renacimiento. Su estilo ha sido muy


admirado por ser igual en pureza y elegancia a la de los mejores
escritores de la época de Augusto, de ahí que haya recibido el epíteto
de “escritor elegante”. Esta característica, combinada con la
oportunidad de aprender en latín un arte tradicionalmente escrito en
griego, causó una gran difusión de su obra, dominando la didáctica
médica en Roma hasta la aparición de Galeno.
A continuación citaré algunos fragmentos de la obra de Celso
relacionados con tratamientos o enfermedades de los niños,
advirtiendo que no he hallado entre los ocho libros que componen el
tratado De medicina, un amplio apartado específico dedicado a la
casuística específica de la infancia.
He utilizado la edición en inglés de W. G. Spencer, traduciendo por mi
parte, al español, los textos que cito. Fue publicada por primera vez en
1938 como parte de la Loeb Classical Library. Actualmente se
encuentra en dominio público358.

LIBRO I

3, 32: “En cuanto a lo que se refiere a la edad, los de mediana


edad sostienen el hambre más fácilmente que los jóvenes,
soportándola aún peor los niños y los ancianos (...) Los niños y
los ancianos deben bañarse en agua caliente. El vino debe ser

358
Consultada en Perseus Project:

http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus:text:1999.02.0142

388
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

diluido para los niños, para los ancianos debe ser puro, pero en
ninguna edad debe administrarse vino que cause flatulencia359.”

LIBRO II

1,17-18: “En lo que se refiere a los diversos momentos de la


vida, los niños y adolescentes disfrutan de la mejor salud en la
primavera y a principios del verano (...) Si se produce cualquier
indisposición, es muy probable que los niños, y aún los de edad
más tierna, sufran úlceras bucales ‒que los griegos llaman
aftas‒, vómitos, insomnio, secreción en el oído e inflamaciones
alrededor del ombligo. Especialmente en las denticiones se
presentan ulceraciones de las encías, ligeras fiebres, a veces
espasmos y diarrea; y sufren más cuando los dientes caninos
están creciendo. Esto ocurre con más frecuencia en niños con
sobrepeso, y con los que sufren estreñimiento360.”

1, 20: “A lo largo de la infancia hay peligros especiales, primero


alrededor del cuadragésimo día, luego en el séptimo mes, el
siguiente en el séptimo año y después de eso en la pubertad.
Los tipos de afecciones que se producen en la infancia, cuando
no terminan en la pubertad, o en las primeras cocciones o en las
primeras menstruaciones de las hembras, generalmente se
vuelven crónicos; Más a menudo, sin embargo, las afecciones

359
Corresponde en su inicio al Aforismo XIII del libro I de los textos hipocráticos: ver
en este mismo trabajo. Posteriormente recoge otras máximas que también se
encuentran en los textos hipocráticos y ya he comentado anteriormente.
360
Se trata también de una recopilación ordenada de aforismos hipocráticos que
podemos encontrar en el libro III de los mismos, y consultar en la parte
correspondiente de este trabajo.

389
Mario Ferrer Vázquez

pueriles, después de persistir por un tiempo bastante largo,


llegan a su fin361.”

7, 3: “En el caso de un niño con fiebre constante, si no se


produce ningún cambio, el color se altera, el insomnio persiste y
el llanto es constante, hay peligro de espasmos.”

7, 7: “Los niños en los que ha habido sangrado de la nariz,


cuando el sangrado haya cesado serán afectados de dolores en
la cabeza, tendrán algunas úlceras articulares severas, o
también se debilitarán por alguna enfermedad.”

8, 30: “En la diarrea hay peligro de muerte cercano si hay fiebre,


si además hay inflamación del hígado o de las partes sobre el
corazón o del estómago, si la sed es excesiva, si la enfermedad
se prolonga en el tiempo, si las deposiciones son variadas y
cursadas con dolor, y especialmente si con estos signos se
establecen verdaderas pruebas de disentería. Esta enfermedad
se presenta principalmente en niños hasta la edad de diez años;
otras edades la soportan más fácilmente.”

10, 1-4: “Extraer la sangre mediante la apertura de una vena es


práctica antigua, pero lo que sí es nuevo es hacer sangrías en
los niños y en los ancianos, y también en las mujeres
embarazadas: de hecho los antiguos eran de la opinión de que el
primer y último año no podía sostener este tipo de tratamiento, y
fueron persuadidos de que una mujer embarazada, así tratada,

361
Paralelismo con Aforismo XVIII del libro III de Hipócrates, comentado en este
trabajo. Refleja la teoría pitagórica de los grupos de siete, ampliamente comentada.

390
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

abortaría362. La práctica posterior demostró de hecho que en


estas materias no hay una regla invariable, y que debe resolverlo
la facultad del médico en lugar de otras consideraciones (…) Un
niño fuerte, o un anciano robusto, o una mujer embarazada en
buena salud, pueden ser tratados así con seguridad. Como
remedio, sin embargo, requiere prudencia y precaución, pues en
ese mismo punto está el arte de la medicina, que no considera
solo los años, ni se ocupa sólo del embarazo, sino que calcula la
fuerza del enfermo, e infiere de ello si es posible o no que el niño
o el anciano soporten el sangrado363, y si la mujer embarazada
tendrá fuerzas para sostenerse a sí misma y a su hijo por nacer.”

LIBRO IV

24, 2: “Para las lombrices cilíndricas que especialmente


perturban a los niños, se pueden administrar los mismos
remedios [que a los adultos] y algunos más suaves, como una
bebida de agua en la que hemos aplastado semillas de ortigas,
col, comino y menta, o una decocción de ajenjo, hisopo en
hidromiel o semillas de berro amasado en vinagre. También es
bueno comer conejo y ajo, o administrar un enema de aceite de
oliva.”

362
Aquí se puede comprobar la correspondencia de este aserto con el Aforismo
XXXI del libro V, prueba evidente de las fuentes utilizadas por Celso, véase Conde
Parrado, 2003, 106-107.
363
A su vez será Galeno, posteriormente, quien insistirá en lo inadecuado de
sangrar a los niños antes de los catorce años (De curandi ratione per sanguinis
missionem liber, XIII, XI 290K).

391
Mario Ferrer Vázquez

LIBRO VI

11, 3: “Pero de lejos las más peligrosas son las úlceras que los
griegos llaman aftas, sobre todo en los niños. En ellos a menudo
causan la muerte, pero no existe el mismo peligro para los
hombres y las mujeres. Estas úlceras comienzan en las encías,
después invaden el paladar y toda la boca, luego pasan hacia
abajo a la úvula y la garganta. No es fácil curar a los niños que
las padecen. Pero la enfermedad es aún peor en un lactante,
pues hay menos posibilidad de su remisión mediante algún
medicamento364.”

LIBRO VII

7, 1: “Pero mientras que los tipos de lesión anteriores no difieren


mucho entre sí ni en el modo de tratamiento, los de los ojos que
exigen medidas quirúrgicas de urgencia son diferentes entre
ellos y deben ser tratados de manera diferente. Por ejemplo, en
los párpados superiores se pueden formar quistes grasos y
pesados, que apenas permiten que se levanten los ojos, y
provocan una leve pero persistente descarga de humor de los
ojos; y esto ocurren generalmente en niños.”

12, 2: “En los niños también, si un segundo diente está creciendo


antes de que el primero haya caído, el diente que debe salir
debe ser liberado en todo y extraído; El diente que ha crecido en

364
Celso se refiere en este pasaje a úlceras de peor pronóstico, habitualmente en la
medicina griega la palabra aphtai, sobre todo en los textos hipocráticos, solía
referirse a úlceras orales infantiles de buen pronóstico. Sin embargo es un término
que en las traducciones crea cierta controversia, como hemos visto a lo largo de
este trabajo.

392
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

lugar del primero es que se presiona hacia arriba con un dedo


todos los días hasta que haya alcanzado su altura adecuada. Y
siempre que, después de la extracción, una raíz se haya dejado
atrás, esto también debe ser eliminado inmediatamente por la
pinza hecha para el propósito que los Griegos llaman ῥιγάζα
(rizagra365).”

20, 1: “Habiendo establecido estas nociones generales, vamos a


ir a los casos particulares. Si la hernia intestinal se produce en
un niño muy pequeño, es necesario, antes de llegar a la
operación, pruebe con un vendaje. Con este fin se dispone una
venda, en el extremo de la cual se cose una pelota rellena de
paños que se aplica contra el mismo intestino para evitar su
escape, y se sujeta la venda fuertemente alrededor del cuerpo. A
menudo, de esta manera hemos conseguido mantener el
intestino en el abdomen, y provocar la adhesión de las túnicas
musculares.”

21, 2: “Pero si ocurre un hidrocele, en los chicos se hace una


incisión en la ingle, a menos que en su caso también la gran
cantidad de líquido lo impida. En los hombres, y cuando hay una
gran cantidad de líquido, se realiza una incisión escrotal. Así
pues, si la incisión se hace en la ingle, cuando las túnicas están
trazadas hacia delante, el humor debe entonces ser evacuado
allí. Si se hace en el escroto, y si el problema está
inmediatamente por debajo, no hay nada más que hacer salir el
líquido y cortar las membranas que lo mantienen; entonces la
incisión se lava con agua a la que se ha añadido sal o nitrógeno.

365
Nombre en uso actual de una pinza de dentista.

393
Mario Ferrer Vázquez

Si el líquido está debajo de la túnica media, o debajo de la


interna, estas túnicas tienen que ser sacadas de la herida
escrotal, y cortadas.”

LIBRO VIII

1, 9: “Los dientes son más duros que el hueso, algunos están


fijados en la mandíbula inferior, algunos en las mejillas. De los
dientes, los cuatro en frente son nombrados por los griegos tomis
(τομεῖς = incisos.) porque cortan. Estos están flanqueados en
cada lado por cuatro dientes caninos. Detrás de éstos a cada
lado es generalmente un sistema de cuatro molares, excepto en
los que tengan cinco un diente en cada lado que viene más
adelante (texto dudoso). Hay algunos en los que los cuatro
últimos, que generalmente pasan tarde, no hacen su aparición.
De estos dientes los frontales están fijados por una sola raíz, los
molares al menos por dos, a veces incluso por tres o cuatro; Y
generalmente la raíz más larga produce los dientes más cortos;
El diente recto tiene una raíz recta; Un diente torcido una raíz
torcida. De la misma raíz en los niños crece un diente nuevo que
general empuja hacia fuera el anterior, pero se muestra a veces
detrás o delante de él.”

Como hemos visto en esta recopilación, los textos de Celso aportan


poco de novedoso a lo ya existente. Basados en textos hipocráticos, a
veces literalmente, y en enseñanzas de la medicina alejandrina,
parece que realmente estamos ante una recopilación latina. A fin de
cuentas, ¿no era acaso la finalidad de Celso?, ¿no se trataba de una
enciclopedia de las artes y no de un tratado basado en la experiencia
médica propia? Yo creo que sí, y que su éxito en la Edad Medía tardía

394
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

y Renacimiento viene por el descubrimiento de un texto médico latino,


más “puro”, descubierto por un Papa y llevado a la imprenta, con un
estilo narrativo elegante y ordenado, que pretendía aportar algo
novedoso a una medicina estancada en antiguas creencias y
restricciones religiosas en el viejo continente, cuando en realidad no
se podía catalogar de “novedosa” con respecto a la medicina galénica,
hipocrática en su conjunto y con aportaciones originales.

395
Mario Ferrer Vázquez

9.3.2. DIOSCÓRIDES, DE MATERIA MEDICA

Pedanio Dioscórides Anazarbeo, fue un médico, farmacólogo y


botánico nacido en Anazarbus, en Asia menor que vivió entre los años
40 y 90 de nuestra era, y que practicó la medicina en Roma siendo
Nerón emperador.
Escribió este tratado, De materia medica, que incluye la descripción
de más de medio millar de plantas medicinales y venenosas, además
de productos animales y minerales. Es un título fundamental en la
historia de la farmacoterapia, traducido a varios idiomas (árabe, latín,
español…) y utilizado hasta el renacimiento.
En España la principal traducción del texto corre a cargo del médico
Andrés Laguna, médico del Papa Julio III, quien realiza una traducción
de la obra latina en el año 1555. Debido a sus frecuentes viajes a
Roma, consultaba diversos códices y libros, como los de Pietro
Andrea Matthioli, y sobre el que ha cernido siempre la sospecha de
plagió la obra de este último366.
Recopilo aquí los pasajes donde hace referencia a la infancia.
El texto utilizado para el análisis es la propia traducción de A. Laguna:

- Pedacio Dioscórides Anazarbeo, Acerca de la materia


medicinal y de los venenos mortíferos, Ed. Andrés de Laguna,
Amberes 1555.

Y el análisis y las anotaciones que sobre él se realizan en:

- M.L. Alía Alberca, ¿La “Materia Médica” de Dioscórides


traducida por Laguna?: aportación de las nuevas teorías
traductológicas, Madrid 2010.

366
Sobre este tema consultar la tesis doctoral de M.L. Alía Alberca, 2010.

396
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

ANÁLISIS DEL TEXTO

Se recogen únicamente aquellos pasajes dentro de la extensa


materia, donde se refiere explícitamente a los niños. Recogidas
literalmente en el castellano de la época, para comentarlo
posteriormente.

Libro I.3: “Del Meu llamado Athamantico, nace gran quantidad en


España, y en Macedonia. La qual yerua en hojas y tallo es
semejante al Eneldo, aun que mas gruessa. Alçase de tierra dos
codos, y esparze al derecho, y al reues, ciertas rayzes luengas,
subtiles, odoriferas, & hiruientes al gusto: las quales cozidas en
agua, ò sincozerse majadas, y beuidas con uino, son vtiles
contra la opilacion de la vexiga y de los riñones: y contra toda
difficultad de orina. Extirpan tambien todas las ventosidades de
estomago, mitigan los torcijones del vientre, y siruen contra la
suffocation de la madre, contra los dolores de las juncturas, y
finalmente contra los humores que de la cabeça destilan al
pecho, dando se majadas, y mezcladas con miel, a manera de
lamedor. De mas d’esto, prouocan el menstruo, à las mugeres
que se sentaren sobre su cozimiento caliente. Aplicadas en
forma de emplastro sobre la vedija à los niños, les hazen luego
orinar.”

Habla aquí del meu athamantico, una especie similar a la planta del
comino. Utilizada, como vemos, como diurético en distintas formas,
una de ellas en forma de emplasto sobre la vejiga de los niños.
También se utiliza para regular la menstruación y algunos síntomas de

397
Mario Ferrer Vázquez

la menopausia (problemas “uterinos” en general), para problemas


estomacales y catarros (mezclada con miel).

Libro I. 116: “Las hojas del Oliuo saluage, aprietan. Majadas y


aplicadas en forma d’emplastro, sanan el fuego de sant Anton,
las postillas llamadas epinyctides de los Griegos, los
carbunculos, las llagas que van cundiendo, las corrosiuas, y
finalmente los panarizos. Aplicadas con miel, hazen caer las
costras engendradas de los cauterios, mundifican las llagas
suzias, resueluen los diuiessos, & inflammationes, y sueldan y
conglutinan el cuero apartado del huesso dela cabeça.
Maxcadas encoran las llagas que en la boca se engendran, y
especialmente las de los niños, lo qual semejantemente haze el
çumo dellas, y el cozimiento.”

Habla aquí del tratamiento de cierto tipo de lesiones cutáneas


mediante emplastos, entre ellas las llagas orales de los niños.
Pese a que realmente las llagas, o aftas, no se asocian únicamente a
los niños hoy en día, ya hemos visto que en los tratados hipocráticos y
veremos en los posteriores que el término griego aphtai se refiere
principalmente a aquellas llagas que aparecen en la boca de los niños,
de diversa consideración aunque la mayoría de veces de curso
benigno; no siempre es así como veremos posteriormente.

Libro I.123: “Es fructo del Roble la Agalla: de la qual se hallan


dos suertes: la vna se llama Omphacitis, y es pequeña,
verrugosa, maciça, y en ninguna parte horadada. La otra es lisa,
liuiana, y llena de mil horados. Tienese por mejor la Omphacitis,
por ser mucho mas efficaz. Entrambas tienen gran virtud

398
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

constrictiva. Molidas resueluen la carne superflua: reprimen los


humores que destilan à las enzias, y tambien à la campanilla: y
sueldan aquellas llagas que en la boca suelen sobreuenir a los
niños”

De nuevo hace referencia a las aftas orales infantiles, y también a los


problemas en las encías. La agalla es, en realidad, una respuesta del
roble a la acción de una serie de insectos, generalmente
himenópteros, y también algunos hongos o bacterias, no siendo un
fruto propio. Rica en ácidos, hoy en día se conoce su efecto
astringente y hemostásico.

Libro II.65: Hazese la buena manteca, de la leche mas grassa de


todas, qual es la ouejuna. Hazese tambien de leche de cabras,
meneada en vnos vasos, hasta que se aparte lo grasso della.
Tiene molificatiua y oleosa facultad la manteca: por donde si se
beue copiosamente, relaxa el vientre: & a falta de azeyte es vtil
contra los venenos mortiferos. Mezclada con miel, y aplicada,
ayuda a salir los dientes presto a los niños, & tiempla la comezón
que les causan en las enzias, quando salen: & finalmente
mitigales las llagas que en la boca se les engendran. Aplicada
por de fuera en forma de vnction, dispone el cuerpo para recebir
mejor el mantenimiento, y preseruale de aquellas postillas
blancas, que suelen por todo el cuero engendrarse. La manteca
fresca, & libre de mal olor, es eficaz remedio para la madre
inflammada, y endurecida: echase en los clysteres contra la
dysenteria, y contra las llagas del intestino llamado colo:
mezclase con las medicinas que maduran los apostemas: y
principalmente aprouecha en las heridas de los neruios, de los
paniculos del celebro, & del cuello de la vexiga. De mas desto,

399
Mario Ferrer Vázquez

mundifica & hinche las llagas, engendra carne, & aplicada en


manera de emplastro, socorre a los mordidos del Aspide.
Mezclase la manteca fresca, en lugar de azeyte, con las viandas:
& en las frituras de sarten, suple la falta de enxundia.”

Referencia a los dolores por la dentición infantil, utilizando una mezcla


de miel y manteca de leche de oveja (o cabra), y aplicándola sobre
ellas. Refiere que calma y acelera el proceso.

Libro II.79: “La leche de la muger, es dulcissima, & mantiene mas


que otra ninguna. Mamada delas tetas, es muy vtil alos que
padecen rosion de estomago, y a los ptisicos. Sirue tambien
contra el veneno dela liebre marina beuido. Mezclada con poluo
de encienso, se instila commodamente en los ojos de algun
golpe sangrientos. Encorporada con meconio & ceroto, se aplica
vtilmente contra la gota. Toda leche es dañosa a los enfermos
del baço, & del higado: a los subjetos a gota coral: a los
vaguedos de cabeça: à los que padecen de flaqueza de neruios:
a los febricitantes: & alos que tienen dolor de cabeça. Saluo si
alguna vez, no queremos darles el suero, para purgarlos, como
arriba expusimos. Escriuen algunos, que la leche de la perra,
parida del primer parto, haze caer los pelos, si se vntan con ella:
y que beuida es remedio contra los venenos mortiferos, y expele
la criatura muerta en el vientre.”

En este párrafo nos habla de algunos usos “poco ortodoxos” de la


leche materna.

Libro IV.89: “La Lenteja aquatica se halla en las aguas que no se


mueuen: y es vna suerte de musgo, que se parece a la lenteja

400
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

infinito, y tiene fuerça de resfriar. Por donde aplicada por si, o


con polenta, en forma de emplastro, es vtil a las inflammationes,
al fuego de S. Anton, y al dolor de la gota. De mas desto, suelda
las quebraduras en los niños chiquitos.”

En este caso he de dudar que un emplasto de lenteja de agua, suelde


las fracturas. Sí que se utilizaba en los edemas e inflamaciones.

401
Mario Ferrer Vázquez

9.3.3. ARETEO DE CAPADOCIA. SOBRE LAS


CAUSAS Y SIGNOS DE LAS ENFERMEDADES.

Areteo fue un médico griego nacido en Capadocia, Asia Menor, que


vivió en la Roma imperial de Nerón o Vespasiano, en el siglo I de
nuestra era. Probablemente contemporáneo de Galeno, no alcanzó su
fama y no fue lo suficientemente valorado hasta los médicos de la
época bizantina.
Debido a sus conocimientos anatómicos y según parece, se forma en
Alejandría, aún importante en aquella época. De su vida pocos datos
se conocen. Se trató de un gran clínico, y en su obra se puede
apreciar un profundo dominio de la prosa, un amplio conocimiento
teórico y un acertado sentido común.
Seguidor de las doctrinas de Hipócrates, ensalza la profesión médica
y la dignifica como un arte, del modo que lo hizo Hipócrates. Adopta la
base de la teoría humoral pero se consideraba seguidor de la escuela
neumática, fundada por Ateneo de Atalia, como ya comenté. Se basa
no en los cuatro elementos fundamentales (aire, fuego, agua y tierra),
sino en sus cualidades: seco, húmedo, frío y cálido. Pero introduce un
quinto elemento, el pneuma367, que todo lo penetra y por lo que todo
está rodeado y gobernado. Causando así las enfermedades, puesto
que penetra en todo. El corazón a través de los pulmones, arrastra el
pneuma necesario para la respiración, debiendo estar en equilibrio
con los humores y los tejidos (los sólidos), que son cosa distinta, con
cuya armonía conveniente la naturaleza da la vida al hombre. En esta
doctrina se encuentran reminiscencias claras de la escuela

367
En cuanto al pneuma remito al lector a lo dicho anteriormente, tanto en este
mismo capítulo como en el análisis del Corpus Hippocraticum.

402
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

hipocrática, según la cual el hombre está constituido por humores,


sólidos y lo que los impulsa.
Este pneuma, si sigue su curso natural, anima toda la vida y
existencia, pero si es retenido o variado, es causante de enfermedad.
Así Areteo explica las causas de las enfermedades con una
debilitación del neuma en diversas formas. En la epilepsia por ejemplo
se calienta dentro del pecho, agitando todos los miembros y emitiendo
humores, al estar encerrado, por su fuerza. Enfriado y humedecido se
sigue asma, mas en las mujeres que en los hombres por su condición
de húmedas y frías.
El pneuma pues, el quinto elemento, junto con los otros cuatro, lo frio,
lo cálido, lo seco y lo húmedo, los cambios que estos provocan en el
mismo y su movilidad o ausencia de la misma, explican casi todos los
tipos de enfermedades y sus curaciones.
Algunos investigadores también ven en Areteo diversos aspectos que
lo acercan a la escuela ecléctica. Escuela que recoge todo lo útil de
las demás para tratar las distintas patologías. Laín Entralgo sitúa a
Areteo dentro de la escuela neumática, pero con estrecha relación con
la escuela ecléctica, “renuncia a la unilateralidad de las distintas
doctrinas médicas, la convicción de que en todas ellas hay una parte
de verdad, y la necesidad de utilizarlas bajo el soberano imperio de la
experiencia clínica368”. Areteo nos habla en numerosas ocasiones de
forma práctica y basada en su propia experiencia.
Escribió un tratado titulado Sobre las causas y los síntomas de las
enfermedades, obra compuesta por ocho libros, organizados en
parejas. Los primeros cuatro libros tratan sobre la descripción de las
causas y síntomas de las afecciones agudas y crónicas, y los otros
cuatro sobre su curación, de tal manera que emparejan. Libros I y II,

368
Laín Entralgo, 1986

403
Mario Ferrer Vázquez

causas y síntomas de enfermedades agudas, con V y VI curación de


enfermedades agudas; los libros III y IV, enfermedades crónicas,
emparejan con VII y VIII.

Utilizo para su análisis la traducción que sobre la obra realiza M.E.


Pérez Molina, Areteo de Capadocia. Obra Médica, Madrid 1998.

Algunos capítulos de la obra se han perdido, lo recopilado en el texto


referido es:

• Libro I: enfermedades agudas. Epilepsia, tétanos, angina,


afecciones de la úvula, ulceraciones de las amígdalas, pleuritis.
• Libro II: enfermedades agudas: perineumonía, expectoración de
sangre, síncope, causón, cólera, íleo, afecciones agudas del
hígado, vena cava, riñones, vejiga, estrangulación del útero,
satiriasis
• Libro III: enfermedades crónicas: cefalea, escotoma, epilepsia,
melancolía, locura, parálisis, tisis, los purulentos, abscesos del
pulmón, asma, afecciones de los pulmones, hígado, bazo,
ictericia, caquexia.
• Libro IV: enfermedades crónicas: hidropesía, diabetes, afección
de los riñones, afecciones de la vejiga, estómago, gonorrea,
diátesis celíaca, disentería, cólicos, lientería, artritis y ciática,
elefantiasis, afecciones del útero.
• Libro V: curación enfermedades agudas: frenitos, afecciones
letárgicas, marasmo, apoplejía, epilepsia, tétanos, cinanquia369,

369
Se trata de un sinónimo de angina que designa una patología severa, que hace
que el paciente saque la lengua fuera, y asemeje a un perro jadeante. Palabra
compuesta de sus vocablos griegos: perro (kyón) y estrangular (ankhei).

404
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

afecciones de la úvula, afecciones pestilentes de la faringe,


pleuritis.
• Libro VI: curación agudas del libro II
• Libro VII: curación del libro II, han llegado cefalea, escotomas,
epilepsia, melancolía, tisis, hígado y bazo.
• Libro VIII: del libro IV: diabetes, litiasis y ulceración de los
riñones, gonorrea, afecciones estomacales, celiaquía370, artritis
y ciática, elefantiasis.

Dentro de la obra podemos reseñar la importancia que le da a los


conceptos anatómicos, pues la considera necesaria para el
entendimiento.
Considera el corazón el principio de la vida y de la respiración, en el
se encuentra el alma y su naturaleza. Situado en medio de los
pulmones y les confieren a estos la respiración y el deseo de atraer
aire frío.
La circulación tiene su origen en el hígado y el bazo, las venas se
originan en el hígado a modo de raíz, recordando al tratado
hipocrático sobre la enfermedad sagrada, orine angiológico en bazo e
hígado. Importancia especial le confiere a la vena cava, de la que
describe su recorrido, hasta caderas y brazos. Son los pulsos de las
arterias lo que mueve la sangre. Menciona también la aorta. El bazo
limpia y elabora la sangre negra.
El estómago, causante de placer y de molestias, y por su cercanía a la
espina dorsal y al corazón y pulmones, influye en el vigor de ánimo, en
su fortaleza y su abatimiento.

370
Se considera históricamente el primer médico que describe la celiaquía.

405
Mario Ferrer Vázquez

El colon es también un órgano importante, desde él se transfiere el


alimento al hígado, es más tolerante a los cólicos y perjuicios por ser
más craso y carnoso.
La cabeza es el origen de los nervios y los sentidos, por eso cualquier
perjuicio que afecte a los nervios no puede librar los sentidos. Areteo
pensó, siguiendo a Erasístrato, que los nervios eran no sólo el origen
de los sentidos, sino también del movimiento de los nervios.

En cuanto a las terapias y procedimientos curativos, éstos están


extraídos de la experiencia propia. Selecciona algunas propuestas de
los antiguos y corrige y modifica otras. Como ejemplos citados en el
propio texto:

• EMÉTICOS: Recomienda los vómitos, apoyado en los


hipocráticos371, en casi todo tipo de enfermedades, no solo para
extraer humores o partes crudas, bilis o flemas, o limpiar las
vías principales, sino que con las sacudidas y temblores que
provoca, estimular las vísceras y los humores para que estos
puedan ser disipados o desarraigados, razón por la cual se
recomienda en el inicio de muchas enfermedades. El más
potente emético es el eléboro, sobre todo el blanco, por sí
mismo o mediante tisanas o hidromiel. También de forma más
suave se puede provocar el vómito con agua templada, aceite o
hidromiel, o ingestión de raíces pequeñas.
• PURGANTES: recomendados en la mayoría de enfermedades
crónicas para desarraigar o expeler o alterar los humores.
Suaves como el tomillo del Ática, el coscojo de Cnido, el aloe y
la hiera; otros más enérgicos como el torvisco, el elaterio, el

371
Las purgas son unas terapias típicamente coicas.

406
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

bronce quemado o el eléboro negro. Pero el más enérgico de


todos, por arriba y por abajo es el eléboro blanco.
• CLISTER372: enemas, en casi todas las enfermedades que
cursen con inflamación se debe hacer uso de ellos.
• SANGRÍAS: Propone sangrías en algunas enfermedades
crónicas o agudas pero sobre todo agudas, y tanto más
generosas cuanto más grave o cuanto más abrase la sangre.
En venas de codo, talón, o incluso en mano, lengua o pubis.
También en venas de la cabeza en cefaleas. Dependiendo de
la situación o enfermedad se procederá de una manera o de
otra, en la angina por ejemplo debe ser de forma pronta y
abundante para mitigar todos los males y la abrasión y el
garrote, en pleuritis, afecciones de hígado, etc. Pero debe
obrarse con cuidado y cautela sin provocar la muerte pero en
enfermedades graves debe ser copiosas y frecuentes. Menor
en las crónicas.
• VENTOSAS: Areteo hace uso de las ventosas con más
frecuencia que en el Corpus Hippocraticum. Utilizándola en casi
todas las enfermedades en las que debe expulsarse sangre,
tanto en situaciones normales como extremas. En sitio y forma
diversa según la afección. Grandes o pequeñas, con poca o
mucha llama.
• SANGUIJUELAS: No utilizadas por los hipocráticos ni los
antiguos, muy escasamente por Galeno y nada por Celso.
Parece que el primero en servirse de este método para extraer
sangre y recomendarlo al resto es Temisón de Laodicea,

372
Enema rectal o lavativa colónica. De nuevo referencia a terapia purgante
hipocrática.

407
Mario Ferrer Vázquez

discípulo de Asclepíades373. Areteo las recomienda en la


satiriasis, en la afección celíaca y en las afecciones del hígado,
junto a otros remedios.
• MEDICAMENTOS: Sigue las doctrinas del Corpus
Hippocraticum, así como en las extracciones de sangre, en lo
relativo a la dieta para el tratamiento de enfermedades agudas.
En las muy agudas además de eméticos y purgantes incluye
también algunos medicamentos. Aunque consideró que el
mejor remedio proviene de los alimentos. Para las
enfermedades febriles alimentos húmedos, como tisanas o
bebedizos, según las doctrinas hipocráticas. Dieta tenue en las
afecciones con fiebres, no así en las que fallan las fuerzas,
sobre todo en las cardiacas, donde recomienda dieta con
alimento poco abundante y una porción de vino, sin
medicamentos. Vino que no emborrache, atempera el frío, da
vigor, mitiga la mente en periodos de ofuscación, atempera la
abundancia de humores. Con cuidado de no utilizar en
inflamaciones pues aumenta el dolor, y tampoco tan puro que
entorpezca los nervios y emborrache, a veces diluido o
mezclado en alimentos. Hace uso de este remedio en
enfermedades agudas acompañadas de fiebres, excepto en
pleuritis y perineumonías, donde utiliza medicamentos que
fluidifiquen los humores y los conviertan en idóneos para
transpirar y se emitidos por las vías superiores. Precisamente
en estas dos enfermedades aconseja ingerir medicamentos
somníferos, que prohíbe emplear so pena de muerte en otras
enfermedades, en las que podría ser el médico acusado de la
muerte del paciente. Aunque sí medicamentos calmantes,

373
Asclepíades de Bitinia (o de Prusa), fundador de la escuela metodista o atomista,
ya comentada en el inicio del capítulo.

408
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

como en el íleo, pero no somníferos salvo para aliviar la


muerte. De todos los medicamentos utilizados, tiene
predilección especial por el castóreo. En las enfermedades
crónicas utiliza medicamentos con poca frecuencia. Emplea
también diversos remedios externos, fomentos, cataplasmas,
etc. Y también en algunas ocasiones remedios quirúrgicos.

Me dispongo ahora a recopilar la información de interés para mi


investigación, que se encuentra en la obra de Areteo. Con referencia
explícita o bien referencia a patologías que se presentan con
frecuencia en la edad pediátrica, así como otros datos que considero
de interés.

LIBRO I

SOBRE EL ATAQUE DE EPILEPSIA

Describe de forma detallada los tipos de ataques, su origen en la


cabeza y los nervios y diversas formas de manifestaciones y
probablemente de auras. Describe como violentos ataques, emisión
de humores y cuando va a ceder hace mención a la relajación de
esfínteres. Areteo hace mención, de forma general y en lo que a los
niños se refiere, al tratamiento por medio del vendaje y la compresión
de los miembros afectos374, pues parece que mitiga los síntomas,
aunque yace insensible, y privados de sentido. Emisión de espuma
por la boca, hecho este muy significativo y ampliamente descrito en la

374
Como también lo hará Galeno

409
Mario Ferrer Vázquez

literatura clásica. También hace mención al estado postcrítico de estos


pacientes.

SOBRE EL TÉTANOS

Describe varias causas de opistótonos (o situaciones clínicas


similares), pero la relacionada con la herida es mortal, es decir, el
tétanos propiamente dicho para nosotros. Los ataques u opistótonos
los atribuye también a otras causas. En los niños los refieren como
“más asiduos”, pero no mueren en gran número porque “la dolencia
les es usual y familiar”375.

SOBRE LA ANGINA

No hace referencia explícita a los niños en los diversos tipos de


angina. Enumera las causas y son múltiples, infinitas dice, la primera
de ellas enfriamientos; también contusiones, sofocos, pinchazos con
espinas de pescado, ingestión de bebidas frías, embriaguez, empacho
y los males relacionados con la respiración, entre otros.

SOBRE LA ÚVULA376

Hace referencia a que a los jóvenes y a los niños les atacan las
membranas. Esta afección, que ya vimos en el Corpus, no tiene una
clara equivalente hoy en día, refiriéndose generalmente a distintos
tipos de afecciones amigdalares.
375
A este respecto afirmaciones similares se hacen en el Corpus Hippocraticum.
376
Una característica de la mentalidad “precientífica” del médico antiguo, y que ya
he comentado, era servirse de la analogía para explicar sus observaciones, como
nombrar las partes anatómicas por su parecido con algo, como la úvula por su
parecido con un racimo de uvas (Staphyle). Comentado en el apartado del Corpus
Hippocraticum.

410
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

SOBRE LAS ULCERACIONES DE LAS AMÍGDALAS

“En las amígdalas se originan úlceras, algunas habitualmente


benignas e inofensivas y otras perniciosas, inusuales o mortales.
Perniciosas cuantas son anchas, cóncavas, pingües y son
invadidas por un humor concreto, blancuzco, lívido o negruzco; a
estas úlceras se les llama aftas377. Afecta mayormente a niños
hasta la pubertad, pues inspiran fundamentalmente aire
abundante y frío, en ellos hay muchísimo calor, son incontinentes
en la comida, desean lo más heterogéneo, ingieren bebidas frías
y en sus enfados y juegos vociferan muy fuerte. Les es frecuente
a las jóvenes hasta su menstruación.”

SOBRE LA PLEURITIS:

“Los niños enferman de pleuritis en menor medida y también


mueren menos, pues sus cuerpos son endebles; los humores,
fluidos; abundantes, la transpiración y la exhalación; por ello, no
les acomete una inflamación grande. En la presente afección tal
es la fortuna de esta edad.”

Se refiere a la afectación más benigna de una patología no bien


definida, entre la neumonía y otras patologías respiratorias más leves.
Inflamación con fiebre, tos y esputos diversos asociada, de una

377
Aphtai, afección ya nombrada en distintos pasajes del Corpus, más frecuente en
niños, y que engloba desde el muguet, a las aftas orales víricas, como a
enfermedades más severas o carenciales. De ahí su diferente pronóstico. Por lo que
no correspondería a la actual acepción de afta. No obstante Areteo se refiere con
este nombre a una afectación más severa, que produce la muerte,

411
Mario Ferrer Vázquez

membrana situada bajo las pleuras y la columna vertebral, hasta las


clavículas, llamada ceñidor378. Habla también del empiema, y lo que
parece corresponder a un derrame pleural.

LIBRO II

SOBRE LA PERINEUMONÍA379

Describe la afección inflamatoria del pulmón: fiebre alta y opresión del


tórax.

“Sin dolor pues en su naturaleza los pulmones son inmunes al


dolor, poco densos y parecidos a la lana y lo recorren arterias
cartilaginosas y ásperas también inmunes al dolor, en alguna
ocasión por causa de una importante inflamación sobreviene
ahogo, afonía, apnea y muerte fulminante380”.

Si se inflaman además alguna de las membranas que lo rodean, se


produce dolor, esputos, respiración difícil e ingurgitación de las
venas381. Describe la posición en trípode típica de la epiglotitis.
Describe también el pus generado por esta afección, si es drenado
fuera del árbol pulmonar sobreviven, si es drenado al interior
sobreviene la muerte por la expectoración, o bien se transforma en

378
Pese a no definirlo aun de forma correcta, el conocimiento anatómico es mayor
que en la época hipocrática.
379
Se refiere a la actual neumonía típica, aunque no siempre.
380
En este caso, si sucede de esta manera, parecería más bien una epiglotitis.
381
Neumonía complicada, la frontera entre perineumonía y pleuritis está en general,
mal definida.

412
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

tisis por una úlcera duradera382, si sobreviven al ahogo inicial del pus.
La espuma para Areteo procede siempre de los pulmones, pues ésta
es su naturaleza. Los ancianos no sobreviven en ningún modo al
absceso y al pus, a la perineumonía, los jóvenes y los adultos. No hay
referencia específica a los niños.

SOBRE EL SÍNCOPE

En cuanto a este pasaje se interpreta como una defensa del origen


cardiaco del sincope frente a los que lo consideran en el estómago,
recordar que Areteo cree que el alma y centro de la vida está en el
pecho junto al corazón, los hipocráticos la consideran una parte más
del cuerpo humano. Erasístrato situó el alma en el cerebro. Puesto
que el síncope es algo casi siempre mortal y el alma es el centro de la
vida la deducción es lógica, que el estómago nutre al corazón al igual
que los pulmones de aire, y que viandas o comidas que perjudiquen al
corazón entran por el estómago y no perjudican a éste, sino al
corazón, todo esto son argumentos. En contra argumentaban que los
alimentos podrían aliviar un síncope. Probablemente ambas corrientes
tenían razón pues hoy conocemos varios tipos y causas de síncopes.
No referencias a niños, pero lo incluyo por lo esclarecedor de los
argumentos y lo novedoso de los mismos frente a lo conocido.

382
Podría corresponde, o no, a la actual tuberculosos pulmonar. Como ya he
comentado. Tisis se puede referir a una tuberculosis o bien a una úlcera duradera y,
generalmente, sangrante.

413
Mario Ferrer Vázquez

SOBRE EL CÓLERA

Afección definida con vómitos y deposiciones diarreicas liquidas y


fétidas. Más en jóvenes y adultos, menos en mayores y más que en
ellos los niños, pero no es mortal383.

SOBRE LA ENFERMEDAD AGUDA DE LA VENA CAVA

No referencia a niños. En ocasiones desgarro y en otras como un tipo


de causón pero con mal desenlace. Vena que, a pesar de los
conocimientos anatómicos ampliados, aún se cree con origen en el
hígado.

SOBRE LAS AFECCIONES AGUDAS DE LA VEJIGA

Sobre estas refiere que la edad más indemne es la niñez. Agudas son
poco frecuentes.

SOBRE LA ESTRANGULACIÓN DEL ÚTERO

“El útero se comporta como un animal en otro animal”.

Es un órgano móvil384. El dolor y la situación similar a una epilepsia sin


espasmos, sofoco, ahogo por presión en diafragma, incluso con
afección de carótidas, afección de pulmón y corazón y de hígado, todo
ello puede provocar apnea y afonía por opresión y sopor.

383
Al menos así lo indica Areteo, lo que hace intuir que no se trata del actual cólera,
sino de cualquier gastroenteritis, vírica, alimentaria o epidémica.
384
Creencia ésta típicamente hipocrática, ya comentado anteriormente en el análisis
correspondiente.

414
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

“La mujer se sofoca entonces del mismo modo que en un acceso


epiléptico pero prescindiendo de espasmos, pues, a causa de
una presión sobre el hígado son oprimidos el corazón, el
diafragma y los pulmones, por tal circunstancia parece
producirse apnea y afonía; además las carótidas por efecto
simpático con el corazón, también son oprimidas; por ello
sobreviene pesadez de cabeza e inestabilidad provocadas por
un inaudito sopor. Se produce también otra afección parecida en
su forma, acompañada de ahogo y afonía, pero no procedente
del útero, pues tal acaece también en los hombres a manera de
catalepsia.”
Estas afecciones son por el desplazamiento del útero hacia arriba
según Areteo. A las jóvenes:
“Se les presenta con más asiduidad, pues en éstas la vida, la
edad y el pensamiento sin más errante y por ello el útero también
lo es”.

LIBRO III: SOBRE LAS CAUSAS Y SÍNTOMAS DE LAS


ENFERMEDADES CRÓNICAS

SOBRE LA EPILEPSIA

Hace referencia a las secuelas en niños:


“A veces puede quedar aletargada por una circunstancia propicia,
por el paso del afectado a otra edad, porque se desvanece al

415
Mario Ferrer Vázquez

llegar a la flor de la vida385; sin embargo deja algunos


penosamente, y pierde a los niños por su deseo de belleza,
provocándoles acrasia386 en una mano, deformaciones en el
rostro, o perosis387 en un sentido. Puede provocar manía. Si la
enfermedad se extiende a lo más profundo, no puede acabar con
ella ni el médico ni la edad, sino que se queda con él hasta la
muerte.”

SOBRE LA TISIS

Herida provocada en los pulmones por un absceso, una úlcera, por


una tos prolongada, por una emisión de sangre, y se tose pus. Lo que
hoy correspondería a una tuberculosis pulmonar, sin embargo ya he
comentado que esta lesión a veces no asienta en el pulmón, como se
menciona, por lo que no siempre corresponde a la acepción actual.
Cuando el pecho o el costado supuran y los pulmones expelen ese
pus, el paciente se denomina purulento, si el pulmón está dañado,
tisis. Areteo menciona una fiebre que se oculta de día en las vísceras
y aparece de noche, aunque para él es continua lo cierto es que es
una fiebre vespertina-nocturna continuada en el tiempo, según el
Pronóstico hipocrático, estos son signos por los que advertir un
absceso, fiebres ligeras de día y más intensas de noche. De día se
manifiestan debilidad, molestias y consunción (cansancio o delgadez
extrema). Esputos de diferentes tipos, todos de pus, aunque cuando
se observan esputos en fuego o en agua (según Areteo en los
Aforismos Hipocráticos, las Prenociones de Cos y Sobre las
385
Como se menciona en los Aforismos y en el Corpus en general, a los epilépticos
les salvan los cambios, especialmente de edad, pero también de lugar, estación y
forma de vida.
386
Debilidad o incapacidad para el movimiento voluntario
387
Del griego perós: estropeado, lisiado, refiere a cualquier formación defectuosa o
anómala.

416
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Enfermedades, este es precisamente un medio de reconocer la tisis).


Refiere también que a los que no tienen herida en los pulmones pero
se consumen con fiebres prolongadas, tosen muy a menudo,
penosamente y sin fin y no expelen nada, se les llama también tísico.
Describe luego los síntomas sistémicos de la tisis, ansiedad, desgana
y aspecto caquéctico388.

“Los ancianos no enferman con frecuencia, pero escapan rara


vez; los jóvenes, en cambio, hasta la madurez389, devienen
tísicos, después de una emisión de sangre; sanan, pero no con
facilidad. Los niños tosen continuamente hasta la tisis y entonces
sanan fácilmente.”

.
SOBRE EL ASMA

“Si por una carrera, por ejercicios, o por cualquier otra actividad,
la respiración se torna dificultosa, se denomina asma390. La
enfermedad del asma también se denomina ortopnea391. Queda
afectado el pulmón y los órganos que contribuyen a la
respiración, por simpatía, tórax y diafragma. Si se afecta el
corazón nunca resiste mucho tiempo392”

388
Como vemos, no siempre parece corresponder a una tuberculosis pulmonar,
podría incluir otras patologías.
389
los Aforismos mencionan esta enfermedad especialmente presente en los
jóvenes y más concretamente entre los 18 y 35 años
390
Como recordaremos asma tiene la acepción de disnea, sin embargo en este
tratado ya se acerca más a la acepción actual, a diferencia de los tratados
hipocráticos.
391
Dicho así porque respiran mejor erguidos. Se trata de la dificultad respiratoria en
posición de decúbito supino.
392
Para Areteo “en tal lugar se encuentra el principio de la respiración y de la vida”,
se refiere al actual cor pulmonale.

417
Mario Ferrer Vázquez

La causa según Areteo, es la humedad y el enfriamiento del pulmón:

“De naturaleza húmeda, crasa y viscosa. Los sufren más las


mujeres que los hombres, por su naturaleza húmeda y fría, los
niños sobreviven más fácilmente que ellas, porque su naturaleza
es más susceptible de calentarse en el crecimiento. Los
hombres, aunque son afectados en menos ocasiones, sin
embargo mueren más rápidamente393. Se retarda en cambio la
muerte a los que el pulmón se calienta y se aviva con la
realización de una actividad o con lana, como les sucede a los
que trabajan la cal, el bronce, el hierro o a los que incrementan el
calor con los baños.394”

Describe los síntomas iniciales:


“Opresión en tórax, dificultad para realizar cualquier acción,
dificultad respiratoria en la carrera o en un camino empinado,
flato en los hipocondrios y eructos impensados, insomnio, calor
escaso por la noche e incierto, nariz afilada y dispuesta para la
respiración395. Si el mal va a más, las mejillas se enrojecen, los
ojos son prominentes, como si se tratara de una estrangulación,
roncan incluso despiertos, tienen gran avidez por respirar y
respiran al raso, voz húmeda e inaudible. Respiran erguidos.
Necesitan respirar por la boca. Sudor, palidez excepto en
mejillas, tos ininterrumpida y violenta, con escasa expectoración,

393
Mediante la observación llegan a conclusiones válidas, sin causas acertadas pero
en su retórica, probadas.
394
El frío es desencadenante de crisis, no causa. No obstante estas terapias se han
utilizado durante siglos, especialmente los baños cálidos o termales, alejados de
zonas con proliferación de alérgenos y contaminantes, mejoraban estos cuadros
respiratorios.
395
Aleteo nasal.

418
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

fría y tenue, si el agobio es muy grande se sofocan en ocasiones


como en la epilepsia.396”

“Si torna a mejor la tos es más pequeña y expectoran pus


abundante y húmedo, secreción de orina abundante, la voz más
clara, se alivian los hipocondrios, y hay dolor que llega a la
espalda en ocasiones en la remisión. El asma es raro leve y
acompañado de cierta ronquera. De este modo evitan la muerte,
pero llevan consigo secuelas de la afección.”

SOBRE LAS AFECCIONES DE LOS PULMONES

“Un tipo de asma es la dolencia de los pulmones; la afección se


origina en el pulmón, como en el asma, y son comunes también
sus manifestaciones, pero hay una diferencia: así son comunes
dificultad respiratoria, tos, insomnio, calor y desgana y debilidad
de todo el cuerpo. El mal se hace duradero, pero no más allá de
un año, pues si el otoño lo inicia, se resiste hasta primavera o
verano; si el invierno, se muere en otoño. A veces también los
ancianos se afectan….inevitablemente un corto tránsito al lecho
de muerte. Todos respiran con la mayor dificultad, el pulso es
débil, pequeño y fuerte. Tales cosas son comunes con el asma;
pero en particular, tosen como para arrojar algo, pero no
expulsan nada, si expulsan algo del pulmón con fuerza es
exiguo, blanco, redondeado y parecido al granizo (Galeno dice:
la pituita viscosa se reseca en los pulmones hasta tal punto que
se endurece tomando el aspecto del granizo o de los altramuces.

396
Sintomatología toda ella reconocible hoy en día en las patologías asmáticas y
pulmonares crónicas.

419
Mario Ferrer Vázquez

Cf. De locis affectis, ed. Kühn, VIII 292). Tienen el pecho muy
henchido, no distorsionado ni ulcerado. Si el pulmón no supura,
se llenan de humores casi solidificados, y los intervalos entre los
ataques son muy prolongados. Algunos se ahogan rápidamente
antes de que el mal se extienda por todo el cuerpo. En otros la
alteración termina en hidropesía alrededor de los costados, o en
anasarca.397”

SOBRE EL BAZO

Habla de la afección en forma de escirro, tumor de consistencia dura y


evolución lenta. Torna duro y consistente si la afección es
generalizada. Refiere también que afecta a niños y jóvenes fácilmente
y es fácil que se salven, no así los ancianos en los que es poco
frecuente y no se salvan398. También hablan de otras afecciones
purulentas. Y de otras más generalizadas con afección pulmonar,
digestiva y general.

SOBRE LA ICTERICIA.

Areteo distingue distintos orígenes de la misma, cree al igual que


Galeno en De locis affectis, que no sólo se origina en hígado como
creen algunos médicos, sino en colon, vientre, bazo y riñones. La dota
de entidad propia. Distingue bilis amarilla o blanca, con heces blancas,
orinas azafranadas, tinte amarillo; de la bilis negra, heces color puerro

397
Se trata, según parece, de otro tipo de asma, mezclando en ambas afecciones
sintomatología similar y común al actual asma, EPOC y otras patologías crónicas
pulmonares.
398
Efectivamente, pues las causas son muy distintas en general, o si son infecciosas
afectan más a un anciano.

420
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

muy negras, orinas tendiendo a negro, tinte más verde oscuro,


melancólicos, desganados. Describe la obstrucción de la salida de la
bilis o no y el concepto de obstructiva, retrocediendo y quedando en
sangre y no tiñendo las heces, o bien por malformación aunque la
vesícula (vejiga la llaman) la expulsa, seguramente habla de los
conceptos directa e indirecta de hoy en día. La negra le da el origen
en el bazo. La procedente de la no cocción de los alimentos en el
colon es distinta pero amarillenta, con heces normales en color pero
consumidos, y no digeridas, incluso individuos de color oro e hígado
normal, dice.
“Es habitual entre adolescentes y jóvenes, y más benigna en
estos. Entre los niños no es, en cambio, infrecuente, ni la
padecen sin peligro.”

LIBRO IV:

SOBRE LA HIDROPESÍA

Edema en sus diferentes tipos, bien anasarca, ascitis, edema cutáneo


o incluso localizado en alguna víscera o hidrocefalia. Edemas
causados por humores de diferentes partes. Aunque Areteo distingue
cuatro tipos: ascitis, timpanía (derrame timpánico en los costados),
anasarca y flegmasía o leucoflegmasía399. Dentro de los síntomas
define el edema con fóvea actual como “tumores de consistencia
blanda que si lo presionas deviene cóncavo durante tiempo”. Como
síntomas de la ascitis, de forma generalizada, abdomen y costados,
manos y pies. En la timpanía sin embargo también se oye y se

399
Derrame de todo el cuerpo con flema blanca, crasa y fría, linfática
probablemente.

421
Mario Ferrer Vázquez

mueve400. En la leucoflegmasía se hinchan cara y miembros, y rezuma


una flema blanca, húmeda y crasa. Todas las especies son
perniciosas, dice:
“Pues la hidropesía es el mal de todas las enfermedades, pero la
leucoflegmasía es más leve, pues si se libera agua por sudor,
orina o vientre, puede eliminarse la hidropesía. Los niños tienden
más a la anasarca y a la leucoflegmasía. Los jóvenes hasta la
madurez se les llenan los costados.”

SOBRE LA DIABETES

La describe como algo admirable y no habitual, en De locis affectis


Galeno dice que sólo ha podido ver dos. La describe aquí sin embargo
como poliuria, avidez por el agua y emisión incontenible de orina, que
causa la muerte rápidamente o de forma más lenta. Habla de curso
crónico o bien de muerte presta si la consunción se produce, pues
emiten humores y carne por la orina, consunción de carnes y
miembros por la orina.

SOBRE LAS AFECCIONES DE LOS RIÑONES

Entre ellas se refiere a los cálculos, hablando de cálculos, forma, tipo


y niños en el siguiente pasaje:

“Pero, unos son más blancos de color y parecidos a la arcilla, la


mayor parte de las veces se generan en los niños; otros

400
Parece más un derrame que un edema en sí.

422
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

amarillos y azafranados, produciéndose entre los ancianos, entre


los que también son usuales los cálculos en los riñones, pues en
la vejiga se dan, sobre todo, entre los niños. Dos son las causas
de la concreción: en los ancianos el cuerpo es frío y la sangre
crasa (en consecuencia, se coagula rápidamente), y el frío
solidifica más rápidamente las materias crasas (…) en cambio en
los niños, con frecuencia, la sustancia limosa, cocida por la
sangre, ofrece la posibilidad de generar el cálculo como el
fuego.”

SOBRE LA DIÁTESIS CELÍACA

“El vientre, víscera digestiva, tiene una cocción deficiente cuando


una diarrea se apodera del enfermo. La diarrea es de sustancias
líquidas no cocidas; pero si no surge de una causa leve durante
un espacio de tiempo de uno a dos días sólo y, además, el
enfermo se debilita completamente por atrofia del cuerpo, resulta
la enfermedad crónica llamada celíaca por la debilidad del calor
de cocción y por el enfriamiento del vientre cuando el alimento se
disuelve por el calor, pero el calor no lo cuece ni lo convierte en
quimo apropiado, y se queda a mitad de su realización por su
debilidad401 (…) La enfermedad no sólo no permite la cocción,
sino que tampoco distribuye su efecto por el resto del cuerpo;
creo yo pues que se trata de una afección no sólo de la cocción,
sino también de la trasmisión (…) en ocasiones la sangre, en
heces que presagia el fin, mana flava, pura, no mezclada (…) El

401
En este punto Areteo describe síntomas sistémicos tipo caquécticos y de
deshidratación y debilidad.

423
Mario Ferrer Vázquez

mal resulta prolongado e incurable, pues si parece cesar, sin un


motivo claro desanda lo andado de nuevo y, retrocediendo,
regresa por cualquier leve accidente; representa, por
consiguiente, un proceso circular. El mal es usual entre los
ancianos, y, en mayor medida, entre las mujeres que entre los
hombres. En los niños, en cambio, la diarrea es continua por su
intemperancia diaria en las comidas, pero la enfermedad no les
afecta al vientre. La produce el verano más que cualquier otra
estación (…). Después de una enfermedad crónica se sucede
esta afección, una disentería o una lientería. Pero la ingestión
ávida de líquidos fríos causa en ocasiones también la
enfermedad.”

Aunque a Areteo se le atribuye la primera definición de celiaquía, ésta,


como vemos, no corresponde concretamente a la actual enfermedad,
sino a un compendio de enfermedades malabsortivas, primarias o
secundarias, e incluso a algunas diarreas estacionales o intolerancias
alimentarias. Puesto que, no nombra una especial predilección por la
infancia tampoco. Sin embargo, es la primera vez que en un texto
médico se menciona este concepto diferenciado.

SOBRE LA DISENTERÍA

Define la disentería como una diarrea donde se producen ulceraciones


en los intestinos, tanto más graves cuanto más altas sean (afecten a
delgado) o más profundas, siendo leves las del intestino bajo y
escoriaciones. Sangrados, emisión de humores biliosos, nauseas,
vómitos, retortijones intensos. Emisión de pus. Fiebre. Todos los
síntomas según sea más o menos alta y más o menos ulcerada. Se

424
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

trataría pues de una acepción muy similar a la actual. Causa la muerte


si hay hemorragias importantes o si hay afectación importante. Sana
los leves. Algunos más importantes sanan pero con secuelas con
intestinos duros y tumefactos que curan al pasar mucho tiempo. Se
originan más en verano y después en otoño. Se producen diarreas en
niños y adolescentes, pero disentería en jóvenes y adultos. Ancianos
sanan muy difícilmente pero las ulceraciones voraces son raras en los
ancianos. Como causas cita:
“Indigestiones, enfriamientos continuos, ingestión de manjares
acres, como picadillo de ajos y aceite,, cebolla, carnes rancias y
picantes, por las que se producen indigestiones; las bebidas
inusuales como el cyceón402, o el bebedizo de orujo de
aceitunas, o todas las que en cada región, en lugar de vino
sirven de remedio para la sed; además golpes, enfriamiento y
bebidas frescas.”

SOBRE LAS AFECCIONES DEL ÚTERO

Se atribuyen numerosas enfermedades, los autores hipocráticos


atribuyen el origen de todas las enfermedades típicas de las mujeres
en el útero. En la obra de Areteo esta posición ya se suaviza un tanto.
Los flujos usuales son inofensivos (rojos y sus tonalidades), aunque el
rojo es ciertamente pernicioso para las ancianas, y poco dañinos los
blancos para las jóvenes403. Habla de un humor blanco con comezón
a la vez que placer, parecido al semen, que denominan gonorrea de
las mujeres. Habla de úlceras también, algunas de ellas benignas y
402
Ciceón, un remedio mágico curativo o bebida que es mezcla de varias cosas
según lugar y época, harina, agua y hojas de menta, por ejemplo.
403
Generalmente por candidiasis, y los rojos en ancianas habitualmente
cancerígenos.

425
Mario Ferrer Vázquez

otras llamadas fagedenas (que devoran), y distingue dos tipos de


cáncer en la zona, los ulcerosos y los silenciosos, con masas y ambos
con afectación general.

SOBRE LA ELEFANTIASIS404

Se trata de lo que hoy conocemos como lepra, como ya he comentado


en anteriores capítulos, y debe su nombre a que los pacientes tienen
la piel como la del elefante (se refiere más bien al color, y no gris sino
negro).
Esta patología comienza, según Areteo, desde el interior, para cuando
da la cara ya es tarde. En la cara aparecen antes que nada eritemas
malares, luego se afila la nariz, se oscurece, entrecejo poblado y cejas
caídas, arrugas, tumoraciones. Así mismo en el cuerpo, tumoraciones,
arrugas y sequedad, orina blanca, dolores, úlceras. Los miembros van
“deshaciéndose”. Es una enfermedad terrible, que causó muchas
muertes en la Roma imperial.

LIBRO V: SOBRE LA CURACIÓN DE LAS ENFERMEDADES


AGUDAS

404
Se refiere a lepra. El concepto actual de elefantiasis, nada tiene que ver con éste,
pues se trata de una afectación en genitales y miembros inferiores, de origen
linfático y causado por filaria o por otras dolencias de muy diversa índole.

426
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

La situación de la cama y la posición del enfermo eran muy relevantes


en la curación de los enfermos desde la época hipocrática, todos ellos
debían situarse en una posición específica y en situación con luz o no,
caliente o fría, húmeda o seca; según el tipo de afección,
contrarrestándola405. Después hacen mención a los medicamentos
(phármakon), y sus diversas formas de aplicación. Así como las otras
partes del tratamiento hipocrático: la dieta y las intervenciones, como
las sangrías.

CURACIÓN DEL ATAQUE DE EPILEPSIA

“Así, a los niños en los que usualmente la afección no sea


causada por la corrupción del alimento o por un fuerte frío les es
muy útil el vómito de los alimentos, de flema o de cualquier otro
humor. Plumas impregnadas con ungüento de lirio promueven
náuseas; pero el lirio no es bueno como untura de las amígdalas
contra los espasmos. Hay que comprimir suavemente el costado
al niño, que debe estar inclinado hacia el vientre, pues tal
postura es la más propicia para el vómito. Pero si desvía o tuerce
la mandíbula inferior, o retuerce las dos manos y las piernas, y
se alarga completamente su cara, hay que ablandar los
miembros con un masaje acompañado de aceite y poner en su
sitio las partes atrofiadas de la cara; hay que tratarlas
suavemente de modo que no se atrofien las rectas. Los
miembros fríos han de ser calentados con lana vieja o con
harapos antiguos. Hay que untar su ano con miel acompañada
de aceite de ruda, de nitro o de resina líquida acompañada de
ellos e introducir suavemente estas cosas en su ano, pues tales

405
Y he comentado con anterioridad esta teoría de los opuestos.

427
Mario Ferrer Vázquez

sustancias provocan la salida de flatos; los niños expulsan así


los flatos de esta enfermedad. Si pueden ingerir alimentos hay
que suministrarles el siguiente fármaco: una parte de
cardamomo y una de fenogreco. Dar de beber esto acompañado
de hidromiel, pues o vomitan con estas sustancias dentro del
vientre o el vientre es purgado por abajo. Mejor el siguiente
electuario: cantidad similar de cardamomo, mostaza y un tallo de
hisopo; una parte de raíz de lirio acompañada del doble de nitro
y un tercio de pimienta; todas estas cosas mezcladas con miel,
aplicadas a la mandíbula, hay que verterlas por la boca y todavía
más dentro de las amígdalas para que las ingieran. Tales cosas
para los niños.”

CURACIÓN DE LA CINANQUIA406

“Hay dos tipos, uno se presenta acompañado de calor, gran


inflamación de las amígdalas y tumor externo, además la lengua,
la úvula y todos los órganos adyacentes se enquistan. El otro
consiste en un colapso de estos mismos órganos y una
compresión interior con un mayor ahogo, puesto que la
inflamación parece llegar hasta el corazón. Es necesario prestar
ayuda muy rápidamente, pues provocan la muerte rápidamente.”

Se pueden llegar a ella por embriaguez y borrachera, en cuyo caso se


debe clisterizar, purgar, el mismo día, además aplicar cataplasmas,
perfusiones y sangrías del codo. No hay nada específico sobre niños

406
Recordemos que se trata de una afección grave de la garganta con sofocación
intensa.

428
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

aunque esta afección, muy probablemente, se daba mucho en la edad


infantil. En la cinanquia por colapso deben ser emitidos al exterior
desde el interior los humores, calor y la propia carne, completamente.
Perfusiones y cataplasmas. No hay una referencia explícita al otro tipo
de cinanquia. Una práctica que desaconseja es la de seccionar la
tráquea para dar hálito. Parece claro que en el texto habla de
afecciones graves como podría ser la difteria (“garrotillo”) o bien una
epiglotitis.

CURACIÓN DE LAS AFECCIONES DE LA ÚVULA

También pueden producir ahogo, especialmente el staphylé407.


Propone sangría profusa del codo, si son jóvenes pues libera del
ahogo como de un ahorcamiento, clister y un método para aliviar
ahogo, también propuesto antes, vendar los miembros de talones y
rodillas y por encima de muñecas y brazo hasta el hombro. Si el
ahogo urge aplicar ventosa en cuello y tórax y seccionar algunas
partes de ellas. Tratamiento similar al anterior. También recomienda
aplicar en la úvula zumo de zumaque.
En resumen, para el ahogo o inflamación se proponen: clister,
flebotomía, perfusiones, cataplasmas, fomentos, vendajes (se hace
uso de ellos abundante en los tratados hipocráticos) y ventosas.

LIBRO VI

CURACIÓN EN LA PERINEUMONÍA

407
Ya he comentado en este mismo capítulo y en los anteriores sobre el Corpus
Hippocraticum.

429
Mario Ferrer Vázquez

Las causas que provocan la inflamación de los pulmones son tres: la


sangre, la espuma y la pituita. Flebotomía de ambos codos, sin que
llegue a la lipotimia. Si la causa es la sangre eliminan el motivo, si son
la saliva o las flemas o cualquier otro humor, las evacuaciones de
sangre consiguen espacio suficiente al pulmón para el paso del aire.
Los remedios son, además, ventosas y purga de humores y flatos por
las partes inferiores empapando el ano. Además de fármacos orales.
Es necesario que los alimentos sean semejantes: acres, tenues,
disolventes de la crasitud y que favorezcan la limpieza. También se
ayudan del vendaje de extremidades, aromas y unturas. Si no
responde a todo esto el paciente está en situación desesperada.
Utiliza pues un compendio de los tratamientos, dado que se trata de
una situación grave. Sin mención explícita infantil, pero es una
patología que nombro mucho en este trabajo.

CURACIÓN DEL CÓLERA

Si es leve propone dejar expulsar los alimentos crudos o no cocidos o


ayudar con agua templada, también masajes en los pies con aceites,
lanas y ungüentos en el vientre. Si hay vómitos y es más moderada la
afección, agua fría. Si el pulso es fino, se vomita todo, se suda, se
tiende al desvanecimiento y distensión de estómago, es más grave,
además necesita mezclar el agua con vino astringente y oloroso, para
recuperar la sensibilidad con su olor, y su poder nutritivo. Añadiendo
harina reciente y aromática. Además alimentación a base de frutos
otoñales astringentes, serbas, nísperos, membrillo o uva, todo esto
anticipándose si no mejora. Si el estómago vomita todo y no retiene
hay que recurrir a las bebidas y comidas calientes. Si nada resulta ya

430
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

a la desesperada, ventosas, ungüentos y los mismos remedios que


para el síncope, pues ciertamente es muy parecido en esta fase. Y
nos dice Areteo que si después de estas cosas se contiene el sudor,
los vómitos y mejora, es de esperar que expela todo en dos o tres días
y mejore, sin embargo si se torna lívido, pulso débil, sudoroso, sigue
con vómitos y frío, ”es bueno que el médico, en estas circunstancias,
busque una salida decorosa.”

CURACIÓN DE LA ESTRANGULACIÓN DEL ÚTERO

Areteo y los antiguos dotaban al útero de cualidades casi humanas, en


él se albergaba todo aquello que hacía diferentes a las mujeres, algo
que no era descabellado pues era el órgano que albergaba la vida y el
que los diferenciaba en una función de extremada importancia. Tenía
unas membranas recubriéndolo que eran capaces de abrirse como
velas de un barco para llevar al útero flotando, huía de los malos
olores y le atraían al placer los buenos, si había un daño en alguna
víscera del tórax o del abdomen, el útero iba para abajo, y al revés.
Sangrías de la vena del talón y remedios similares a los ofrecidos en
patologías como el ahogo.

431
Mario Ferrer Vázquez

LIBRO VII. SOBRE LA CURACIÓN DE LAS ENFERMEDADES


CRÓNICAS

CURACIÓN DE LA EPILEPSIA

Areteo propone varias sangrías, trépanos hasta la parte esponjosa del


hueso, dieta y demás medicamentos, los más efectivos. Defiende
además que el coito y la ira son perjudiciales. En contra de algunos
médicos, debido a que la evolución natural reporta algún beneficio a la
enfermedad (con la edad como vimos) algunos han violentado a los
niños con una relación íntima, como si los pudieran revitalizar con ello
con mas prontitud. Dice Areteo:

“Sin embargo ignoran el plazo espontáneo de la naturaleza en el


que surten efecto todos los remedios, pues ella crea las
características propias de cada edad en momentos oportunos;
en su momento, pues, el semen, la barba y las canas. ¿Qué
medico puede por tanto variar de la naturaleza la aparición inicial
del esperma y el plazo para cada cosa? Además chocan contra
la naturaleza de la enfermedad, pues, algunos quedan
incapacitados para las relaciones íntimas, dañados por la
inoportunidad de la acción408. “

Areteo hace alusión a los periodos en que las enfermedades, por


naturaleza hacen crisis, curándose si se aplican los remedios
oportunos; por ejemplo con determinados tipos de fiebre, según los

408
Aristóteles fija el cambió de edad cuando el hombre puede producir semen,
aproximadamente a los 14 años. Plinio recoge también la idea de que el cambio de
edad motivado por el primer coito favorece la resolución de algunas enfermedades.

432
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

textos hipocráticos, como en la terciana. Sin que sea necesario forzar


la propia naturaleza409.

CURACIÓN DE LA TISIS

Entre otros (falta texto): vida en la mar y navegación. Además las


bondades de la leche como alimento y como medicamento, con dieta
basada en ella. Las habas son buenas para el pecho y la
expectoración de sangre, opinión que también comparte Galeno.
Poleo, menta, miel, vinagre, tallo de ligústico. Comidas de digestión
fácil. Huevos cocidos en agua caliente.

LIBRO VIII410

CURACIÓN DE LA DIABETES

La diabetes, según Areteo, es un tipo de hidropesía, por sus causas y


efectos, difiriendo sólo el lugar por donde sale el humor411. La sed es
lo más importante, es desmedida y no se calma con ningún líquido,
por lo tanto proponen tratar el estómago donde está el origen de la
sed, con la orina además de liquido se pierden licuadas muchas
sustancias del cuerpo. Vinos astringentes para el estómago y un
medicamento elaborado con diversos tipos de fruta cocidas en vino,
también usado para combatir la disentería.

409
Esto es un concepto eminentemente hipocrático.
410
Tanto del libro VIII como del VII falta bastante texto, que no ha llegado hasta
nuestros días.
411
No deja de ser un planteamiento lógico y razonable dados los conocimientos de
la época.

433
Mario Ferrer Vázquez

CURACIÓN DE LA LITIASIS Y DE LA ULCERACION DE LOS


RIÑONES

“Es imposible combatir contra la generación vigorosa de los


cálculos, pues resulta más sencillo esterilizar un útero que
impedir la generación de cálculos en los riñones”.

Es necesario socorrer las vías de salida, continua. Raíces de valeriana


y otras como fármacos. El eneldo, las hojas de romero bebidas con
vino y la mejorana cocida, del mismo modo que la ruda, son útiles
para provocar la orina.

CURACIÓN DE LA CELIAQUÍA

Alimentación astringente, fármacos, tisanas. Pero primero ayuno y


reposo, y si sensación de hartura provocar el vómito. Si tumoraciones
en la zona del hígado o estómago, abrir y hacer ventosa, e incluso
utilizar sanguijuelas412. Sígase comedidamente un régimen de vida y
una dieta. El pan a penas vale para fortalecerlos.

CURACIÓN DE LA ELEFANTIASIS

Es necesario recurrir a todos los fármacos, dieta, hierro y fuego,


sangrías, y en fases iniciales pues si no, es incurable. Aun así muchas
veces también lo es. Ingente mal y contagioso por el aire413.
Finalmente el eléboro blanco:

412
Una de las pocas situaciones en las que Areteo recomienda esta terapia.
413
Recordemos que los afectados por lepra en Roma eran apartados y confinados,
condenándolos al ostracismo por la sociedad y por sus familias.

434
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

“El más potente de los fármacos purgantes, con eficacia similar


al fuego414, lo que hace el fuego cuando quema lo hace en
mayor medida éste cuando circula por las venas interiores, hace
fácil una respiración difícil, torna el mal color en bueno y un
cuerpo descarnado lo vuelve lustroso.”

414
El fuego se consideraba el más importante sanador, y aquello que no respondía
al fuego era incurable.

435
Mario Ferrer Vázquez

9.3.4. SORANO DE ÉFESO. TRATADO DE


GINECOLOGÍA (GYNAECIA).

Sorano nació en Éfeso, Asia Menor, alrededor de la segunda mitad del


siglo I d.C. Como muchos médicos contemporáneos estudió en
Alejandría. Fue médico en Roma en tiempos de Trajano (98-117 d.C.)
y Adriano (117-138 d.C.) y murió más o menos al tiempo en que nació
Galeno. Reconocido como el representante más importante del
metodismo, pese a adquirir su formación bajo los preceptos
helenísticos e hipocráticos, siendo precisamente por esto quizá su
extraordinaria riqueza médica. Podemos decir que se “especializó” en
la ginecología y obstetricia. Aunque escribió una treintena de obras,
será recordado por su obra más universal y una de las más
importantes de la historia de la medicina, su tratado de ginecología y
obstetricia y, por qué no decirlo, de neonatología: Gynaecia.
Si bien es recordado como el “padre” de la ginecología, desde mi
especialidad reclamo el apelativo de “precursor de la neonatología”,
pues del mismo modo que este tratado incluye el embarazo y parto y
las patologías y problemas asociados, incluye también alrededor de
veintitrés capítulos dedicados al recién nacido, a sus cuidados, a la
nutrición, a las matronas y a las primeras fases del crecimiento.
Así pues, ¿por qué no reivindicar el papel fundamental que jugó
Sorano en el desarrollo de una de las partes más diferenciada de
nuestra especialidad?, ¿acaso no es la neonatología una de las
primeras y más claramente identificadas especialidades médicas que
se reconocen actualmente? Para los antiguos lo era, sin duda, del
mismo modo que la mujer, el niño recién nacido ofrecía retos a los
médicos, hombres en su práctica totalidad, desconocedores de los

436
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

unos y los otros, del embarazo, del parto, de los cuidados de un recién
nacido, en una sociedad totalmente masculinizada.
Sorano, pues, escribió el primer tratado eminentemente pediátrico,
dedicado a un conjunto que era madre e hijo, parto y cuidados del
recién nacido, patología de la gestación y desarrollo del niño.
Ofreciendo un punto de vista muy rompedor para la época, otorgando
a las mujeres capacidad de decisión, probablemente porque él mismo
trabajaba día a día con ellas, en las labores de “parteras” e incluso de
médicas dedicadas a los problemas de las mujeres. No mostrando
oposición a ello sino más bien al contrario, señalando la necesidad de
una correcta preparación. Ofreció unos cuidados humanos al recién
nacido, preocupándose por su bienestar y expresando por escrito algo
que, de una manera o de otra, se venía realizando desde que existe la
propia humanidad.
Muchas de las prácticas en ginecología y obstetricia recogidas en este
tratado se siguieron utilizando hasta bien entrado el siglo XVI.

LA ESCUELA METODISTA

Como ya he comentado en la introducción al capítulo, en la medicina


clásica greco-romana nunca se alcanzó una unanimidad de métodos
ni hechos que hubiera hecho progresar un método científico. La
colección o tratado hipocrático, lejos de ser la obra de un autor, es la
obra de de numerosos médicos y de sus diferentes puntos de vista;
pese a tener una base común, ya hemos visto las discrepancias entre
tratados pertenecientes a esta colección, atribuidas a las diferentes

437
Mario Ferrer Vázquez

escuelas, Cos y Cnido415. Durante el siglo III a.C. emergieron dos


escuelas principales, ampliamente divididas por pensamientos
filosóficos y científicos muy diferentes, aunque ello tampoco suponía
una unión dentro de ellas. La autodenominada “escuela dogmática”
creía en la necesidad y posibilidad de la racionalización de la
investigación científica como base de la medicina. Ya que muchas
causas de enfermedades estaban ocultas, ellos debían revelarlas
mediante disecciones anatómicas y modelos experimentales, para
poder explicar racionalmente estas enfermedades y tratarlas mediante
tratamientos guiados por argumentos racionales. Formaban parte los
anatomistas Herófilo416 y Erasístrato417. La escuela empírica surgió en
oposición. Éstos rechazaban encontrar causas a las enfermedades
ocultas, contradiciendo a la naturaleza, ya que rechazaban que ésta
fuera comprensible. En lugar de intentar buscar causas, trabajaban
sobre la propia experiencia, haciendo de ésta su principal motivo.
Reconocerían como evidentes causas como hambre, frío, etc.
Diagnosticarían una enfermedad acorde a sus síntomas y conocerían
el tratamiento que habría probado eficacia en esos casos. Sólo
cuando se encontraban ante una nueva enfermedad razonan, pero por
analogía con lo conocido.
Ambas escuelas se originaron en Alejandría, sin embargo la escuela
metodista, más “moderna”, se originó entre los médicos griegos que
ejercían en Roma. Fue aquí, durante el primer siglo d.C., cuando
Asclepíades de Prusa (Bitinia), elaboró una teoría médica igual a las

415
Quizá una visión un tanto simplista, pero efectiva a la hora de intentar conocer,
para el profano en la materia, la diversidad de la época.
416
Herófilo formuló la teoría de que por las venas circulaba sangre, y no pneuma, no
fue muy seguida esta teoría por sus contemporáneos (véase el cap. 9.2). Ambos de
la escuela Alejandrina.
417
Erasístrato tal vez abandonó dicha escuela para unirse a la teoría atómica de
Demócrito. Según podemos intuir por los ataques recibidos por Galeno en algunos
de sus escritos, como el que analizo posteriormente: Sobre cómo hay que proteger
la salud.

438
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

especulaciones filosóficas del atomismo epicúreo. El cuerpo, un


agregado de átomos en movimiento continuo, está atravesado por
poros que llevan los fluidos y el pneuma. La salud y la enfermedad
dependen del tamaño, forma, número y movimiento de las partículas,
y la condición de los poros y su contenido. Mientras todas las escuelas
destacaban la importancia de la dieta en el tratamiento de las
enfermedades internas, Asclepíades insistió en la moderación en el
uso de comida y vino, y del masaje, paseos y ejercicio pasivo, así
como agua fría y baños, esto le generó críticas enconadas por parte
de Galeno en muchas de sus obras. Aunque las últimas
investigaciones apuntan a que él tan sólo uso las bases para que su
discípulo Temisón la creara, es cierto que Asclepíades fue puente
entre la medicina alejandrina y la “moderna” romana.
El siguiente paso lo dio su pupilo Themisón, del que tenemos pocas
referencias, pero parece ser que se desvió de la doctrina de su
maestro y estableció la doctrina de las “comunidades”, esto es, una
serie de condiciones generales para un gran número de
enfermedades, además en sus tratamientos prestaba atención a los
estadíos de la enfermedad (es probable que Celso reflejara en
algunos aspectos las doctrinas de Themisón). Aunque Themisón no
fue el fundador del metodismo, sentó las bases para su crecimiento en
los inicios del siglo I d.C., como rival de las antiguas escuelas
dogmática y empírica. Thessalus, el denostado médico del emperador
Nerón (54-68 d.C.), aparece como uno de sus principales líderes.
Filosóficamente la diferencia del metodismo con las otras dos
escuelas fue el rechazo de ambas teorías, búsqueda de la etiología y
de la mera experiencia. Probablemente influenciados por el
escepticismo pirrónico, una corriente filosófica, no creían en la
necesidad de buscar causas a las enfermedades y menospreciaban la
anatomía y la fisiología, así como la teoría de los humores. Por otra

439
Mario Ferrer Vázquez

parte pensaban que los médicos necesitaban un conocimiento más


seguro que el que proporcionaba la simple experiencia, conocimiento
que podría ser derivado de los fenómenos de las propias
enfermedades. Según Celso:

“Themison sostiene que no hay una causa, cualquiera que sea,


cuyo conocimiento tenga algo que ver con el tratamiento:
sostiene que es suficiente observar ciertas características
generales de las enfermedades; que de ésta hay de tres tipos,
constricción, flujo y mezcla. Los enfermos a veces segregan en
gran cantidad, otras en poca, otras cambian el patrón, otras
agudas, otras crónicas, otras aumentan, otras disminuyen. Una
vez reconocido en qué momento estamos de la enfermedad se
debe actuar, relajar si está constreñido, si sufre de un flujo
controlarlo, si es una lesión mixta la enfermedad más grave
cuenta primero. Por otra parte, debe haber un tratamiento para
las agudas, otro para las crónicas, otro para las crecientes, otro
para las estacionarias y otro para las que tienden a recuperarse.
Sostienen que la medicina consiste en este tipo de
observaciones; las cuales definen en cierto modo, lo que ellos
llaman métodos, y mantienen que la medicina debe examinar lo
que las enfermedades tienen en común418.”

Estos apuntes representan bien lo que fue el metodismo, aunque


entre ellos no fueran del todo homogéneos. Desafortunadamente los
escritos de los metodistas se han perdido en su mayoría, y sólo por
los escritos de Sorano nos acercamos a su estudio. Sin embargo,
418
adaptación de la traducción de WG Spencer de Celso, Proemium, 54 ff, vol I p
31. En: Soranus, Gynecology, Introduction, ed. O. Temkin, Baltimore, 1956, XXVIII.

440
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Sorano no representaba a esta escuela en todos sus detalles. La


prueba es que Galeno, firme enemigo del metodismo y crítico
vehemente con este y con Thessalus en particular, no criticaba a
Sorano, esto sugiere tanto las diferencias con esta escuela, como la
estima en la que tenían a Sorano, incluso por sus enemigos.
Ha sido frecuentemente remarcado que el metodismo, por sus
orientaciones prácticas y su rechazo de complicadas teorías,
cuadraba bien con el temperamento romano. En las partes orientales
del Imperio, donde predominaba el mundo griego, el metodismo nunca
caló muy hondo. Desde el siglo IV d.C., crecimiento de las doctrinas
de Galeno en Alejandría, hasta el inicio del siglo VI d.C., el sistema
médico de Galeno iba a convertirse en la posición dominante hasta la
aparición de los autores médicos árabes. Excepto en la medicina
ginecológica, Sorano no jugó un papel muy importante en la medicina
de oriente, no así en la parte de occidente del Imperio. La influencia
del metodismo permaneció fuerte hasta los primeros autores
medievales como Vidiciano (siglo IV) y Teodoro Prisciano (alrededor
del 500 d.C.), y la influencia y fama de Sorano igualó a la de Galeno.
Sólo con la difusión de la influencia Árabe, sobre el siglo XI, Sorano
fue definitivamente enterrado y Galeno se convirtió en la gran
autoridad unificadora de la medicina escolástica.

CONCEPTOS TEÓRICOS DE SORANO

Ambivalente actitud hacia la ciencia, muchos aspectos los considera


inútiles para su propósito, aunque mejoran el aprendizaje. Posibles
causas de la condición de la enfermedad son nombradas en la obra,
pero frecuentemente son rechazadas. Sin embargo el desdén que
muestra Sorano a lo que hoy conocemos como ciencia, está más que

441
Mario Ferrer Vázquez

compensado por sus enseñanzas. Pese a esta actitud inherente a su


escuela, muestra un gran interés en la enseñanza, y, para escapar de
la culpa de la ignorancia, da una descripción de los órganos
reproductivos de las mujeres, suficientemente buena como para ser
incluida doscientos años después en la Enciclopedia Médica de
Oribasius. Las partes “doxográficas” de sus escritos fueron usadas por
autores griegos y latinos, y se trata de una fuente de incalculable valor
para nuestro conocimiento de la medicina en la antigüedad. Se
manifiesta su predilección por la etimología. El modo en que explica
términos médicos y anatómicos, puede parecernos extravagante, pues
carece de todo sentido histórico. Sin embargo aquí Sorano también
fue considerado una autoridad, y utilizado por etimologistas griegos
tardíos. Una de las cosas en las que un científico moderno puede
sentir parecido a Sorano, es en el tratamiento de la magia y las
supersticiones. En su descripción de la “partera” ideal, Sorano reclama
que esté libre de supersticiones, cuando tiene ocasión de hablar sobre
creencias populares o magia, lo encontramos en el lado de los
escépticos, del mismo modo que Hipócrates. Utiliza el concepto
simpatía, en el sentido de procesos psicológicos o patológicos en una
parte del cuerpo pueden conducir a reacciones en otra parte. Explica
un proceso de “simpatía natural” entre los pechos y el útero, que hoy
explicamos por procesos hormonales y nerviosos, y el trataba de
darse cuenta de este fenómeno.

NOSOLOGÍA Y TERAPÉUTICA

Describe las enfermedades bajo la denominación de otros médicos


griegos de la época, síntomas y algo sobre la localización y la
etiología, pero atendiendo a las doctrinas metodistas. Siempre

442
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

distingue entre status laxus, status estrictus y status mixtus. Con


tratamiento distintos para cada situación, y atendiendo a sus
síntomas, astringentes y constringentes cuando las partes están
relajadas o fluidas, y relajantes cuando hay constricción o tensión. Los
términos técnicos utilizados por los médicos metodistas para
denominar ambos estados son stegnos (stegnosis), para el status
strictus, y rodees (rhysis) para el laxus. La teoría de Asclepíades
sobre la enfermedad, basada en átomos y poros había sido
reinterpretada por los metodistas, pero no se habían eliminado del
todo estas ideas. Así pues, Sorano, en algunos pasajes como el
temblor que sufre el bebé en el parto, es difícil saber si tiene en mente
el mero hecho del extenuante pasaje o un trastorno del balance
atómico; o en la discusión sobre el destete del niño, Sorano hace
referencia a los poros que pueden ser entendidos como otro de los
hipotéticos intersticios internos de Asclepíades. En cualquier modo, él
mismo habla de “ductos invisibles”, y se entrega claramente a la
filosofía cuando permite al niño llorar ocasionalmente “porque es un
ejercicio natural para fortalecer la respiración y los órganos
respiratorios, y por la tensión de los conductos dilatados la distribución
de la comida se efectúa más fácilmente”. En contra de la siempre
presente teoría atomista, la tendencia fuertemente mecanicista en los
pensamientos de Sorano, sus referencias a los peligros de golpes y
movimientos bruscos, sus frecuentes recomendaciones de ejercicio
pasivo, y finalmente la excelencia de su técnica obstétrica. Cuando
Sorano tiene que lidiar con francos problemas mecánicos, como en
una distocia, no duda en adaptar el tratamiento a las causas.
La relación entre patología y tratamiento es evidente en la atención
que Sorano presta al curso de la enfermedad y su diferenciación en
etapas. Cuando habla de la matrona ideal refiere que no debe cambiar
los métodos por los síntomas, pero si prestar atención y aconsejarla

443
Mario Ferrer Vázquez

de acuerdo al curso de la enfermedad. Como se comentó las


enfermedades pueden ser agudas o crónicas419, o cursar a brotes con
exacerbaciones y remisiones e intervalos entre síntomas. Inicialmente
de forma general, propone tratamientos suaves, pero sobre todo si la
enfermedad pasa a ser crónica aconseja tratamientos más drásticos,
como su famosos “tratamiento cíclico”: encaminado a cambiar de
forma completa la composición del organismo. Consta de dos ciclos
principales: el primero, el tratamiento restaurativo o fortalecedor,
durante el cual fortalece su cuerpo para el siguiente; el segundo, el
tratamiento “metasincrático”, caracterizado por una cuidadosa dieta
dirigida (que incluye sustancias ácidas y causticas) y un tratamiento
local drástico (quirúrgico o farmacológico). Este tratamiento no se
aplica de forma completa en todos los pacientes, especialmente la
parte referente a los fármacos del tratamiento metasincrático y otras
medidas que deben ser prescritas durante bastante tiempo. Pero el
elemento tiempo siempre se considera. Esta es una de las
características principales del tratamiento “metódico” o “metodista” de
las enfermedades, del cual la escuela toma su nombre, y se
manifiesta también en la predilección por los periodos de tres días,
denominados diatritos.
Mientras los metodistas, incluido Sorano, subrayan sus diferencias
teóricas de otras escuelas y destacan sus principios terapéuticos, son
mucho menos exclusivos en su elección de fármacos.

419
Concepto también presente en la obra de Areteo, como ya hemos visto.

444
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

FUENTE

Se utiliza la traducción inglesa del texto original de Sorano, Gynaecia.


Soranus’ Gynecology, ed. Owsei Temkin, Baltimore, 1956.
Utilizando el texto original traducido al inglés, así como la introducción.
Realizo una recopilación y resumen de aquellos aspectos más
importantes relacionados con los niños, con una traducción propia.
La obra está dividida en IV libros:
El libro I, consta de XIX capítulos. La temática comienza con las
matronas y sus características, y sigue con una descripción del órgano
reproductivo de la mujer, de los problemas previos, de la gestación y
del aborto.
El libro II, es el más interesante para mi trabajo. Consta de XXVIII
capítulos. Primero comienza hablando del parto, para después hablar
de todo aquello concerniente al cuidado del recién nacido durante
XXIII capítulos.
El libro IV es un libro ginecológico420.
El libro IV, finalmente, trata el tema de los partos dificultosos.

LIBRO I

Inicialmente describe las cualidades que a su juicio debe tener la


matrona ideal. Algo en lo que estaba muy interesado. Ésta debía de
ser, según Sorano, en resumen:
“Culta o, al menos alfabetizada, fuerte, no discapacitada, con
buena memoria, que ame su trabajo, con sentido común, dedos

420
Sorano ya había escrito un magnífico libro ginecológico: Las enfermedades de
las mujeres, escrito bajo la influencia del metodismo, y alejado de las supersticiones
e irracionalidades que generalmente surgían en torno a estos temas.

445
Mario Ferrer Vázquez

largos y uñas cortas (para palpar las inflamaciones sin dañar) y


ser respetable421. La matrona debe tener conocimientos sobre
las enfermedades femeninas y sobre obstetricia, pues debe
ayudar a traer al mundo niños en las mejores condiciones de
seguridad422.”

Habla de los signos para diferenciar el sexo del feto. Según los
hipocráticos y otros423. Varios signos basados en pruebas que no son
correctas, él mismo reconoce que las ha probado y, que en ocasiones
aciertan y en otras no. Por lo que no reconoce signos claros ni prueba
alguna para saber el sexo del feto.
Nos habla también de la pica o antojos. Haciendo referencia a todos
los trastornos alimentarios de las embarazadas, desde los cambios en
gustos, vómitos, nauseas, antojos, hambre o falta de ella…
Comenta sobre la contracepción y el aborto. Los tratados y la moral
hipocrática prohíben los métodos abortivos. En el texto hipocrático
Juramento, se prohíbe expresamente administrar método abortivo; así
como el testimonio del propio Hipócrates: “no administraré a nadie un
abortivo”. Sin embargo en La naturaleza de los niños, se habla de un
método abortivo en una chica que creía estar en su sexta semana, de

421
El oficio de matrona, comadrona, “partera” u obstetrix, era incluso más importante
que hoy en día. El desconocimiento del hombre sobre la patología femenina y el
cuerpo femenino, en líneas generales y salvo honrosas excepciones, era seguro
debido a que eran mujeres curanderas (maiai) y matronas, las encargadas en primer
lugar de los problemas de las mujeres.

422
En la época existía una elevada tasa de mortalidad durante el parto, tanto de la
madre como del recién nacido.
423
Mucho se ha escrito sobre el tema. En el Corpus recordemos que se hablaba de
la lateralidad, por ejemplo, según si estaba a derecha o izquierda se decidía el sexo.
Todas ellas exentas de rigor y sin base científica alguna. Sorano, en su libro Las
enfermedades de las mujeres ya habla sobre este tema.

446
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

la que ya he hablado anteriormente, en el análisis de dicho texto,


donde por cierto también practica una autopsia.
La postura de Sorano frente a esto es intermedia, según él da pie a
controversia, así pues lo que la naturaleza crea no debe deshacerse,
ni debe administrarse abortivo a mujer por capricho estético o por
adulterio pero sí podría por salud o si se prevé que morirá en el parto
o que habrá peligro en el parto, útero pequeño, u otros problemas. Lo
mismo para los contraceptivos, aunque se admite que es mucho más
seguro evitar la contracepción que pararla, por lo que recomienda lo
primero. Varios métodos como evitar el acto sexual en los periodos
que antes mencionan como fértiles, evitar que el semen (semilla) vaya
dentro, ponerse en cuclillas, beber algo frío, cubrir la parte del útero
con aceite de oliva o miel, o bien cubrir con lana, o antes del acto
sexual diferentes medios para contraer como algunos supositorios, y
muchos otros métodos descritos. También describe supositorios
vaginales abortivos de varias sustancias.
Realiza una detallada descripción del útero y órgano reproductor
femenino. Además Sorano está convencido de que “a las mujeres les
iría mejor si las dejaran vivir a su aire, que no se encontrara con la
presión de tener que elegir marido porque tiene que tener hijos”. Habla
de que es posible tener salud y ser virgen, que no es la naturaleza la
que obliga a la mujer a ser madre. Sorano, pues, aconseja a la mujer
el retraso de su maternidad, espaciar sus embarazos y completar su
educación. Estas ideas, como se puede imaginar, eran impropias de la
época. Se ha dicho de él que es el espíritu más práctico, más humano
y utilizando un anacronismo, el más feminista424.

424
López Pérez, 2004-2005, 232.

447
Mario Ferrer Vázquez

LIBRO II

En la primera parte de este libro, como he comentado en


encabezamiento, se habla del parto normal, antes y durante.
Signos que preceden al parto normal, como prepararse para ello y qué
hacer en el alumbramiento. También cómo situarse para la extracción
del recién nacido. Hablan de la inflamación de los pechos y qué hacer
cuando esto sucede o cuando la madre no quiere darles pecho, que
tratamientos seguir.

SOBRE LOS CUIDADOS DEL RECIÉN NACIDO

El tema de la crianza de los niños es amplio y múltiple. Se considera


cuál de los neonatos es viable425 y cómo reconocerlos, como se debe
cortar el cordón umbilical, envolver y limpiar al recién que va a ser
criado, de qué manera se debe bañar, como se debe acostar, que tipo
de lactancia (o nodriza) se debe elegir, y que leche es la mejor y que
se debe hacer si falla o sale mal. Cómo y cuándo se debe destetar al
recién nacido, dentición y percances que a veces les pueden suceder.

COMO RECONOCER LOS RECIÉN NACIDOS QUE SON


VIABLES426

La matrona que acaba de recibir al recién nacido, debe primero


ponerlo sobre el suelo, habiendo examinado de antemano si el bebé

425
El término en inglés es worth rearing que traduzco como viabilidad, pues es a lo
que se refiere. Literalmente: “válido para la crianza”.
426
Se trata de una costumbre prevalente en Roma y en los pueblos teutónicos, de
hecho el término germano de matrona, Hebamme, se refiere a la tarea de la matrona
de recoger al niño del suelo y ponerlo en brazos del padre.

448
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

es niño o niña, y debe anunciárselo a la madre mediante señas, según


es costumbre. Debe también considerar si es viable o no. Los bebés
que son elegidos por naturaleza para su supervivencia se pueden
distinguir o adivinar en primer lugar porque la madre ha gozado de
buena salud durante la gestación, si ha requerido cuidados médicos
especialmente aquellos referidos al cuerpo, también afectan al feto y
debilitan la vida del recién nacido. En segundo lugar si ha nacido a su
debido tiempo, mejor al final de los nueve meses, y si es así, más
tarde; pero también después de sólo siete meses427. Además por el
hecho de que al ponerlo en el suelo, llora inmediatamente y con vigor;
si uno llora tras un tiempo o llora de forma débil, se sospechará si se
comporta así de forma continuada, de alguna condición desfavorable.
También por el hecho de que sea perfecto en todas sus partes y
sentidos, que no tenga obstrucciones en nariz, oídos, faringe, ductos,
uretra y ano. Que las funciones de cada miembro no sean ni lentas ni
débiles; que las articulaciones se doblan y estiran; que tengan la talla
y forma adecuadas y sensible en todos los sentidos. Esto lo podemos
reconocer apretando con los dedos sobre la superficie del cuerpo, es
normal para el recién nacido sufrir dolor ante un pellizco, apretón o
pinchazo. Y cualquier condición contraria a las mencionadas se
considera como que el niño no es viable y como tal se reconoce.

CÓMO CORTAR EL CORDÓN UMBILICAL

Una vez ha descansado un poco del proceso del parto428, se debe


elevar al niño y cortar el cordón. En principio a unos cuatro dedos del

427
Sobre este tema remito al lector a los textos hipocráticos correspondientes que
he comentado previamente.
428
En inglés utilizan la palabra “shaking”

449
Mario Ferrer Vázquez

abdomen, con algo afilado, para no causar hematomas. Lo mejor es el


hierro, aunque la mayoría mujeres que se dedican a ello no lo utilizan,
sino más bien, una caña, un cristal, un trozo de vasija, o incluso una
corteza de pan duro o retorciéndolo con ayuda de una cuerda. Esto es
porque se creía desde tiempos muy pasados, que cortar con hierro
desde el primer momento, es presagio de malos augurios. Sorano en
su texto defiende que esto es ridículo, argumenta que esta parte del
cuerpo mal cortada puede causar alteraciones e irritaciones o
hematomas429, que es mejor ser menos supersticioso y cortar con un
cuchillo430. Después de esto se debe exprimir el contenido, que no es
más que sangre coagulada, y ligar la parte corta cuidadosamente con
un trozo de lana, o con hilo o algo similar. Sin embargo para realizar
esto debe minimizarse el riesgo de hemorragia, de los vasos que han
servido sangre y pneuma al bebe431, por esto tras la sección, en
algunos casos se cauterizaba con el cuchillo caliente la parte cortada
del cordón umbilical. Sorano rechaza esta práctica pues causa dolor e
inflamación. Sin embargo si la placenta aún no se ha alumbrado o hay
riesgo de sangrado, se debe ligar el cordón en dos partes y cortar
entre ellas. De esta manera la ligadura anterior previene la hemorragia
del niño, y la posterior la de la placenta de la madre que aun sigue
arraigada a ella432.

429
Establece una relación entre el tipo de material y la aparición de complicaciones,
no sólo mecánicas.
430
Un ataque a las prácticas supersticiosas y mágicas de la folkmedicina, de un
modo similar a como lo hacía Hipócrates.
431
La nutrición del bebé no era tan sólo por la sangre, sino que era el pneuma, la
creencia habitual, quién otorgaba la vida al recién nacido.
432
Esta observación es muy interesante y, a buen seguro, salvó vidas.

450
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

COMO LIMPIAR AL RECIÉN NACIDO

Los pueblos que se definen como bárbaros, como los germanos, los
escitas y algunos de los Helenos en ocasiones, lavaban al niño en
agua fría para comprobar si era viable o no, si lo resistía eso era
motivo de firmeza433, otros lo bañan en vino, o en orina de niño, o vino
con salmuera. Sorano rechaza todas estas prácticas, según él (su
escuela), el frío no condiciona la firmeza o viabilidad de un niño,
puesto que siempre lo daña y no está relacionado con ésta, y si le
provoca convulsiones o ataques se ha demostrado que lo convierte en
susceptible a enfermedades. Si es necesario algo de enfriamiento es
suficiente con el aire ambiente, pues el niño enseguida llora cuando se
expone a él, pues viene de un lugar cálido y húmedo y envolvente
como el útero. El vino causa estupor en el recién nacido, por sus
efluvios, y no solo en ellos, también en el resto. La orina igualmente,
pues es maloliente. Se necesita pues un producto que limpie y sea
astringente, para retirar la capa de sangre pegajosa y al mismo tiempo
se prepare la superficie para ser endurecida e inmune contra el
desarrollo de erupciones.
Un método que consideran aceptable es espolvorear al RN con sal
fina y en polvo, o natrón434. Evitando ojos y boca, pues pueden
ulcerarlos, no en cantidad excesiva pero si suficiente para limpiar, en
niños delicados se puede mezclar con miel o aceite de oliva435.

433
Estaban aquellos que no lo soportaban pero morían, los que lo soportaban y
convulsionan posteriormente o lividecen y los que lo soportaban. Evidentemente era
una práctica cruel e irracional, que obviamente aumentaba aún más la mortalidad
neonatal. Afortunadamente Sorano rechazaba estas prácticas.
434
Jabón de carbonato de sodio con varias impurezas, utilizado con detergente,
también para limpiar a los niños, como contraceptivo, y para otro tipo de patologías
de la mujer.
435
Eran conocidas las propiedades emolientes de ambos.

451
Mario Ferrer Vázquez

Después de embadurnarlos bien debe eliminarse la emulsión436,


bañándolos en agua tibia, después debe repetir la operación de
espolvoreado pero lavándolo con agua más caliente. Después se
debe retirar con los dedos el moco que se aloja en los conductos
nasales, la boca y los auditivos, y aplicar aceite de oliva en los ojos437.
Si esto no se realiza los lactante se miopizan438.
Para facilitar el paso de los excrementos uno debe, con el dedo
meñique y la uña bien cortada, dilatar el ano y dividir el fino y
membranoso cuerpo que frecuentemente crece alrededor de él.
Inmediatamente lo que usualmente es conocido como meconio, es
excretado. Se debe tapar el ombligo aplicando una pieza de lana o
pelusa empapada en aceite, pero no comino ya que es picante439. Con
el resto de cordón algunos lo ligaban al muslo, pero es mejor
envolverlo alrededor de lana y situarlo en medio del ombligo, ya que el
peso de éste creará una mejor cavidad posterior440.

COMO ENVOLVER AL RECIÉN NACIDO

El método clásico se denominaba Thessalian, y consistía en envolver


al recién nacido en una especie de colchón de paja o de heno dentro
de un tronco hueco, poniendo al niño sobre un trozo de tela y atándolo
firmemente. Se utilizaba un material suave, lanoso (algo parecido a
unas vendas de lana suave) y no demasiado nuevo ni gastado. Sobre
el regazo de la matrona donde había puesto un poco de lana o una

436
la palabra griega se refiere a una emulsión jabonosa, probablemente resultante
de la mezcla de la vermis caseosa con la sustancia limpiadora aplicada.
437
Primera noticia escrita de profilaxis ocular.
438
Más que miopía, se refería a la pérdida de visión.
439
Profilaxis umbilical.
440
Se refiere Sorano a que el peso de este resto hará que el ombligo que quedé
mejor en cuanto a cicatriz posterior, que no quede herniado.

452
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

prenda. Envolviendo las manos y la parte inferior de los brazos, así


como los pies y por último el tórax y dejándolo con los pies juntos y los
brazos pegados al cuerpo. Evitando así los movimientos espontáneos
del niño, enfajándolos aunque no tan firmemente como los antiguos,
pero si evitando los movimientos. Esto era algo básico que se ha
venido utilizando hasta hace bien poco, que no permitía la libertad de
movimiento pero descargaba a las familias y evitaba que los niños se
hicieran daño o se arrastraran hasta que sepan caminar441.

COMO ACOSTAR AL RECIÉN NACIDO

Evitar superficies muy duras, como los Thracios y los Macedonios,


pues pueden ulcerarlos y dañarlos, y también demasiado blandas,
debe ser un material intermedio, una almohada rellena de lana o en
heno suave, con la cabeza algo incorporada, cubierto con algo acorde
a la estación, en habitaciones ventiladas, moderadamente cálidas y
con tela mosquitera, no demasiada luz ni efluvios u olores y limpia.

441
Se justificaba esa costumbre de enfajar a los niños aduciendo que, con esa
práctica, se conseguía que crecieran derechos y, además, se evitaban las
torceduras que se podían producir en sus frágiles miembros. En segundo lugar,
parece ser que otra de las razones por las que se enfajaba a los niños era para
impedir que se arrastrasen por el suelo como los animales y que gateasen. En tercer
lugar, algunos autores señalan que una de las ventajas que tenía el enfajamiento
era, sin duda, la comodidad que ello representaba para los padres. Esta práctica fue
la habitual desde la Antigüedad hasta prácticamente el siglo XIX e incluso más en
algunas regiones. Muy extendida en la Edad Media: M. Cabrera Sánchez. La
transmisión del saber médico: la vida infantil en la edad media a través de los
tratados pediátricos y de otras fuentes de la época. Meridies, VIII, 2006, 18.

453
Mario Ferrer Vázquez

SOBRE LA ALIMENTACIÓN

Después de todo esto se debe dejar descansar al RN, y en muchos


casos no dar de comer hasta pasados dos días, pues se creía tenían
que digerir alimento que traían del seno materno y que no toleraban
bien. Salvo que el apetito indique lo contrario (de cómo reconocerlo se
habla más adelante), se suele abstener de alimentación hasta como
mucho dos días. Tras este intervalo se debe dar a lamer algo de
comida, esta primera ingesta no debe ser mantequilla, ni malta o
cebada. En lugar de ello se debe dar miel moderadamente hervida,
abrir la boca con el dedo y ungir con unas gotas de hidromiel tibia, de
esta manera se creía que se despertaba el apetito y se preparaba
para la alimentación. A partir del segundo día después del tratamiento,
se puede dar leche de una nodriza. Los primeros veinte días, según
Sorano, la leche materna es incompleta y se digiere mal, debido a que
el cuerpo de la madre ha sufrido mucho durante el parto, y por lo tanto
considera absurdo ofrecer esta leche hasta que el cuerpo y la salud de
la madre se restablezcan. Además critica con firmeza a Damastes,
que sugiere dar inmediatamente la leche materna al recién nacido,
aludiendo que es lo que la naturaleza ha previsto de antemano y
también culpa a aquellos que siguen esa opinión, como Apollonio, por
posturas que según Sorano confunden las evidencias claras. Sólo en
el caso de que no sea posible encontrar otra nodriza, podrá darse la
miel los primeros 3 días, sola o con unas gotas de leche, y después
ofrecer la leche de la madre, tras esos 3 días, pero desechando la
primera parte que considera es difícil de digerir t de succionar y que
puede obstruir al recién nacido.
Si se puede elegir se debe elegir a la mejor nodriza, que no
necesariamente va a ser la madre por lo citado, sin embargo, si la
madre muestra los atributos de una buena nodriza, en igualdad de

454
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

condiciones sí considera que lo mejor es la leche de la madre, es más


adecuado y la madre siente más empatía hacia su bebé442. Pero si
algo lo impide se debe elegir a la mejor nodriza, “no sea que la madre
se vuelva prematuramente más vieja por el desgaste de el
amamantamiento”. Según Sorano la madre está exhausta tras el
parto, y mejor le irá si trata de recuperarse para futuras maternidades,
puesto que el amamantar a un niño tras el nacimiento necesariamente
las cansa y demacra y envejecen prematuramente443. Haciendo una
analogía final: “del mismo modo que los jardineros plantan una semilla
en una maceta y luego la trasplantan para que crezca mejor en otra,
los niños que nacen de una madre y se alimentan de otra, crecerán
más vigorosos, en caso de que la madre por algún problema no pueda
darle de comer.” Justificando así toda su argumentación, dando la
sensación de que el no argumentar más a favor de la lactancia de la
propia madre, no obedece tan sólo a criterios médicos
.

SELECCIÓN DE UNA NODRIZA (AMA DE CRÍA O DE LECHE)

Habla de los atributos de la buena nodriza. Ésta debe tener entre


veinte y cuarenta años y debe haber tenido dos o tres partos. Habla
de cuáles deben ser las características de los pechos y del
temperamento, que sea tranquila y goce de buena salud. Debe
abstenerse de sexo y otros placeres y amamantar durante dos o tres

442
He de recordar que, en las clases altas, la “moda” era contratar a una nodriza
para amamantar a sus bebés. Por lo que lo escrito debe interpretarse no como un
ataque a la leche materna, sino como una adaptación a sus pacientes y a los
tiempos, aun así defendiendo las bondades del propio amamantamiento de sus
hijos.
443
De nuevo podemos intuir que se refiere a las clases altas, y no a las bajas, donde
las opciones eran mínimas y, creyendo que no hacían lo correcto pues no era la
costumbre y recomendación, en realidad ofrecían lo mejor que podían, en muchos
casos lo único que podían, a sus hijos.

455
Mario Ferrer Vázquez

meses, la leche inicial es poco digerible, “gruesa” y llena de partículas


como se dijo, y la final la define como poco nutricional y ligera.

PRUEBA DE LECHE Y RÉGIMEN DE LA NODRIZA

Además de las características anteriores, los niños que haya


amamantado deben gozar de salud y la leche tener unas
características concretas. Debe someterse a un régimen de vida que
asegure esta buena calidad. También algunos consejos o tratamiento
si la nodriza cae enferma o tiene menos leche.

EL BAÑO Y MASAJE DEL RECIÉN NACIDO

Las madres tienden a bañar varias veces al día al recién nacido y por
la noche, y rociarlo con agua, puesto que tras el baño se quedan
tranquilos y duermen. Sin embargo esto puede resultar dañino, dice
Sorano, y deja al recién nacido débil y predispuesto a enfermedades.
Se debe bañar durante el día, nunca por la noche, y una vez y no
varias salvo que lo necesite por que se ensucie continuamente o este
cubierto de una erupción.
Describe la técnica del baño en agua tibia, y el posterior masaje
estirando bien al recién nacido y masajeando todo el cuerpo, para
posteriormente envolverlo de nuevo y poner algo de aceite de oliva en
el cuerpo444.

CÓMO Y CUÁNDO DAR AL RECIÉN NACIDO EL PECHO

444
Salvo el enfajamiento, obviamente, se sigue recomendando lo mismo tras un
baño.

456
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Se debe esperar un tiempo tras el baño, en ocasiones como vimos


hasta dos días, pero siempre esperar tras el baño y también para la
persona que amamante, que se bañe y esté tranquila y deseche la
primera parte de la leche445. Así dar alimento puro cuando ambos
estén preparados.
Describe la técnica de amamantamiento, muy similar a la actual, si la
nodriza se acaba de despertar se creía debía caminar un rato, a veces
beber agua, para eliminar las impurezas de la leche y las partículas
que podían atragantarlo. En ocasiones cubrían los ojos del RN para
que no le molestara y no dañarlos accidentalmente. Se desaconseja el
colecho446 por el riesgo de asfixia, poner la cuna junto a la cama.
Se recomienda dar el pecho varias veces al día, pues a veces no
toman lo que debieran, pero no sin descanso y menos por la noche,
pues deben digerir la toma antes, no antes del baño y no hasta un rato
después, en ocasiones se dan mucho para callar al niño, y esto puede
ser perjudicial. Llama la atención sobre que la leche agria y en mal
estado que de ello pueda derivar puede dañar al sistema nervioso,
haciendo sufrir ataques, apoplejías o epilepsia. Pero lo peor de todo
es dormir con el niño en el pezón para que no llore toda la noche,
pues esto puede asfixiarle, o la leche que sale sin control puede
ahogarle.
No se debe dar alimento cada vez que el niño llora por varios motivos.
Primero el llanto en ocasiones es beneficioso para abrir sus vías

445
Probablemente, ya que el calostro (“la primera parte de la leche”) tiene unas
características organolépticas muy diferentes a la leche “madura”, los antiguos
desechaban éste y, en muchas ocasiones, los primeros días hasta que adquiría un
aspecto de leche. Hoy en día sabemos de los enormes beneficios que proporciona
el calostro, ya no sólo nutricionales, sino para el desarrollo inmunológico. Por lo
tanto, de haber ofrecido la parte desechada por sistema, hubiera mejorado la salud
de los recién nacidos, en una época donde no existía ninguna terapia
antimicrobiana, y éstos, los virus y bacterias, existían pese a no ser conocidos; el
calostro hubiera ofrecido una excelente protección natural.
446
Este tema, también de actualidad, ya aparece en este texto, en los que sería la
primera referencia al riesgo de asfixia, y de muerte súbita del lactante.

457
Mario Ferrer Vázquez

aéreas. Aunque no se debe dejar llorar demasiado, pues a veces


puede hacer salir los intestinos por el escroto447. Hay otras causas de
llanto, dolor, molestias o incomodidad, picaduras o mordeduras de
animales, frío o calor, problemas con el intestino o alguna masa fecal,
o alguna enfermedad. Cada caso se deberá abordar de forma
específica y no siempre es aconsejable dar el pecho448.
En el caso de ver algún hematoma debemos ver los vendajes, que no
estén muy apretados o veamos algún miembro flácido o lívido o en
una postura antinatural. En caso de un mordisco o picadura lo
veremos porque habrá un sobresalto y llanto repentino sin ver ningún
cambio de posición ni de apretura o estrangulación de las ropas o
vendajes. En caso de un exceso de alimentación le faltará el apetito y
eructará o regurgitará en exceso, distensión del hipocondrio, y
podremos determinarlo sabiendo las veces que se le ha alimentado. Si
es por frío o calor será evidente por la temperatura. Si es por heces
duras por el llanto acompañado de encogimiento y enrojecimiento
cuando depone heces duras. Si hay alguna enfermedad o problema lo
notaremos porque sus rasgos se habrán contraído, adelgazado y
rechaza alimento sin ninguna otra causa de las mencionadas.
Cuando la región del hipocondrio está plana, el niño llora y no hay
nada de lo anterior, la nodriza puede darle de comer sin temor a
cometer un error449. No se debe mover mucho al niño tras comer, solo
si está molesto o incómodo o llora tras la comida se le debe
tranquilizar con palabras o movimientos suaves, no se debe mover.
Conforme va avanzando la infancia se le dará más movimiento, a los
cuatro meses por ejemplo ya se puede llevar en carruaje o moverlo
447
Se refiere, claro está, a una hernia inguinal. Quizá el decir que el llanto era
beneficioso, era debido a que, generalmente en la época y en las clases altas, se
era poco “tolerante” con el llanto del bebé.
448
Unos consejos pediátricos sobre crianza del bebé, adaptados a la época.
449
El error no vendría tanto por darle de comer más de lo necesario, sino por dejar
de atender los otros problemas que pueden surgir.

458
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

algo más y pasearlo en brazos. No creen en el hecho de que ponerlo


sobre los hombros y moverlo tenga que ver con que algunos niños
retraigan los testículos, tengan criptorquidia o queden eunucos, como
era creencia popular, y de algunos médicos.

CAÍDA DEL CORDÓN UMBILICAL

Para curar la caída del cordón umbilical recomienda moldear el metal


(plomo) en la forma de una espiral del huso de una rueca y lo aprietan
sobre la región de la cicatriz dejada por la caída, esto cicatrizará mejor
al estar caliente e ir enfriándose y además por su peso dejará un
hueco en el ombligo450.

CÓMO Y CUÁNDO DESENVOLVER AL BEBÉ

Las ropas que envuelven al bebe lo protegen de malas posturas y


deformidades, por lo que deben quitarse poco a poco empezando por
una mano, la derecha para que coja fuerza antes, y pasados unos
días la otra y luego los pies. Si no se hace así es la razón por la que
algunos se vuelven zurdos451 o débiles. Algunos niños son más
fuertes que otros, y no siempre el tiempo es el mismo, la mayoría lo
hacen sobre el día sesenta, algunos pasado el cuarenta. Cuando el
bebé sea más firme también debe dejarse de dar el baño en la
habitación452 y pasarlo al cuarto de baño453, cuidando la temperatura.

450
Una cauterización parecida a lo que se realiza hoy en día con nitrato de plata. Y
una creencia de que dejar algo de peso mejora la cicatriz. Pauta que aún siguen en
algunos lugares.
451
Ser zurdo, pues, era considerado una “enfermedad” o una especie de
malformación, culpándose a una acción.
452
Que ofrecía un entorno más familiar y cálido.
453
No pensemos, por supuesto, en nuestros actuales cuartos de baño.

459
Mario Ferrer Vázquez

Si el bebé tiene úlceras por sus vendajes, deben retirarse, poner algo
más suave, una pequeña camiseta simple, y curar las heridas.

CUÁNDO DEBE SENTARSE Y CUANDO DEBE CAMINAR

Si el niño intenta sentarse se debe ayudar, así como cuando esté


preparado para caminar pero no demasiado pronto pues eso puede
provocarle deformidades en la espalda (joroba) o en las piernas en la
zona de las caderas. Se debe ayudar con ropas y sustento al niño que
empieza a sentarse, pero no por mucho rato al principio. Cuando
empiece a andar apoyado en la pared, con ayuda de una sillita de
ruedas o algo similar, y poco a poco irá caminando mejor, al principio
no pasar mucho tiempo. Refiere que esto es peor en Roma, donde
muchas mujeres cuidan menos de sus niños que en Grecia, no cuidan
mucho de los movimientos de sus hijos ni se ocupan de su crianza
adecuadamente454, además los pavimentos duros no ayudan a ello.

CÓMO Y CUÁNDO DESTETAR AL NIÑO

Mientras el niño no esté firme, sólido, sólo debe alimentarse de leche.


Sus poros aun son estrechos455 y no es seguro darle comida sólida.
Así pues no es correcto darle muy pronto los cereales, sobre los
cuarenta días de vida, como sucede con algunas mujeres que
encuentran una carga el amamantar a los niños. Aunque tampoco es
bueno retrasar mucho la comida sólida cuando el cuerpo empieza a

454
Se refiere mayoritariamente, como podemos intuir, a las clases altas.
455
Según la teoría atomista de Asclepíades, por lo que la comida no podría fluir por
ellos pare repartirse por el cuerpo.

460
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

ser sólido, puesto que la leche convierte al cuerpo en más húmedo, y


más débil por lo tanto, y además “la leche se torna agria en la
enfermedad de forma muy fácil”.
Así pues cuando comience a estar firme, lo que sucede sobre los seis
meses456, se empezará con algo más de alimentación, que
generalmente no suele funcionar bien antes de esos seis meses.
Empezar con algo de cereales, pan o migas reblandecidas con leche,
hidromiel, vino dulce o vino de miel457. Más tarde se puede dar una
sopa hecha con una especie de avena muy húmeda y blanda, y
también puede sorber un huevo. No se debe dar leche durante la
comida, para calmar la sed, pues hace que ésta no se digiera bien; si
tiene sed tras la comida se dará agua o vino aguado a través de una
especie de “pezón artificial”, por el cual el líquido sale poco a poco,
como en un pecho, para no dañarlo. A veces, sin embargo, se debe
ofrecer algo de pan blando mojado en vino diluido, no se debe utilizar
pan reblandecido por mordiscos de la nodriza, pues esto puede llevar
flemas458. No se debe utilizar pan especiado ni con semillas de
amapola o sésamo, que es incluso malo de digerir para los adultos.
Tan pronto el niño tolere bien los cereales, y el crecimiento de sus
dientes asegure una buena trituración y corte de comida más sólida,
en la mayoría de casos en el tercer o cuarto medio año (de doce a
veinticuatro meses), se debe empezar a retirar la leche gradualmente,
disminuyendo su cantidad, e introducir otro tipo de alimentos459. Se

456
Esta observación es real, y en ella se basa también la pauta de inicio de
alimentación complementaria actual, sea cual sea, en el aumento de tono y en la
sedestación.
457
La costumbre de dar vino a los niños, en este caso, el desapego a la crianza y la
escasa tolerancia. El vino, a buen seguro, les ofrecía momentos de “tranquilidad” a
los padres, a costa de la salud y el neurodesarrollo de los niños.
458
Una nueva referencia al contagio, a la manera de la medicina de la antigüedad.
459
Las recomendaciones actuales sobre la lactancia siguen este camino, sin
embargo Sorano recomienda esperar a tener una cantidad de dientes que asegure
la masticación, cuando esto no era necesario siempre que se adaptara el alimento, y

461
Mario Ferrer Vázquez

hará poco a poco para que no sea perjudicial y de la misma manera la


leche de la nodriza se irá secando. No se debe retirar el pecho
poniendo algo amargo en los pezones o maloliente, o de manera
brusca, porque esto es perjudicial para el niño, como todo cambio
brusco y repentino, así pues debe ser gradual.
Sigue con una serie de consejos pediátricos que resumo:
La mejor estación para el destete es la primavera, y no debe hacerse
en otoño, es la peor pues el cuerpo está más predispuesto a
enfermedades y sobre todo si sobrevienen cambios bruscos a los que
no se está acostumbrado460. Mnesitheus y Aristanax mantienen que a
las mujeres se les debe destetar seis meses más tarde porque son
más débiles. Pero esto no debe hacerse así, no se dan cuenta de que
hay mujeres que son más fuertes y rollizas que muchos hombres461.
No se debe alienar al infante de ninguna cosa, pues debe
acostumbrarse desde el principio a todo lo cotidiano y usual, vino,
agua, cosas calientes o frías, grasas. No se debe destetar al niño
antes de que le salgan los dientes462. Si el cuerpo del infante es
demasiado pesado y tiene dificultad para respirar, se debe poner
ciertos límites a la alimentación: la nodriza tomará comidas poco
copiosas y beberá agua, dará infrecuentemente la comida al niño. Si
el niño es glotón se le distraerá con otros juegos o cosas distintas para
que coma menos, y se le darán piezas de pan secas. Si por el
contrario se le da mucha leche y quiere menos se le tentará con otra
variedad de cosas que le abran el apetito. Cuando un niño caiga

a buen seguro provocaba una serie de problemas nutricionales, que hacían al


lactante más vulnerable aún de lo que ya era.
460
Esta idea se repite varias veces, el evitar los cambios bruscos al bebé, de
cualquier índole.
461
Una nueva referencia que pone de manifiesto el pensamiento de Sorano con
respecto a las mujeres.
462
En la práctica, nunca antes de los seis meses de edad, lo que corresponde con la
práctica y recomendaciones actuales.

462
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

enfermo se le pasará a leche otra vez, para volver al destete una vez
se haya recuperado463.

LA DENTICIÓN

Se inicia alrededor del séptimo mes. No se debe dar nada que deba
masticar antes de entonces, aunque sobre el quinto mes se
recomienda masajear las encías durante el baño con los dedos
ungidos y suavizarlas con grasa de pollo. Se puede dar un trozo de
grasa para que el bebe la succione, que sea lo suficientemente grande
para que no se la trague. Pero cuando los dientes hayan roto, se debe
abandonar esta práctica puesto que provoca más dolor y
deformidades cuando trozos de grasa quedan entre los dientes. Evitar
otro tipo de prácticas como untar mantequilla o utilizar cuchillos para
romper. Se deben poner piezas de lana en el cuello, mandíbulas y
cara, suavizadas con aceite de oliva, que también se introducirán en
gotas dentro de los pabellones auriculares. Si continúa la inflamación
se utilizan cataplasmas de harina fina de maíz, fenogreco o linaza y
fomentos con esponjas, especialmente para la encías, y se debe
además untar con miel hervida en su punto justo464.

463
Esta idea refleja que, la observación, les hace llegar a la conclusión de que la
leche materna era una buena terapia. Cierto es, además de ofrecer un excelente
perfil nutricional, ofrece inmunoglobulinas y lactoferrina que, entre otros, contribuyen
a la defensa inmunológica.
464
Una preocupación recurrente, el dolor (y el llanto) de la dentición.

463
Mario Ferrer Vázquez

LA INFLAMACIÓN DE LAS AMÍGDALAS

Instilaremos agua de cebada y miel. La nodriza o cuidadora deberá


poner cataplasmas de comino con agua en la garganta, y untar las
amígdalas con sal y aceite de oliva.

EL MUGUET

Se define como una ulceración superficial de la cavidad de la boca465.


Si es pequeña. Se ungirá con miel, pero si es grande e inflamada se
pondrán fomentos, secos y astringentes o húmedos según las
características de la lesión.

LOS EXANTEMAS Y PICORES466

Para el picor, puede aliviarse con calor, y untando el cuerpo con aceite
de oliva refinado al que se le añade una pequeña cantidad de cera.
Para los exantemas, ampollas y úlceras. Baños con una cocción de
rosas o lentejas467. Para las úlceras más importantes recomienda otro
tipo de fomentos variados.
Cuando los picores ya ceden y disminuyen los exudados468,
recomendaban un baño con agua y aceite de oliva y después untar

465
Se le da un nombre específico a una patología, las aftas, muy nombrada en el
Corpus Hippocraticum como ya me he referido con anterioridad en este texto.
466
De una frecuencia alta en la infancia, sorprende la poca repercusión que en los
textos tiene hasta Sorano.
467
De agua, ver la anotación sobre esta terapia que realizo en el texto de
Dioscórides, De materia médica.
468
literalmente eran reumatismos que fue la palabra usada para denominar
cualquier flujo de humores hasta que en 1642, Baillou en su Liber de Rheumatismo
diera la presente connotación de reumatismo.

464
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

con una especie de clara de huevo y cera suave. Después varios


remedios para cuando vaya cicatrizando. También menciona que es
bueno poner a la nodriza una dieta dulce469 y al lactante una dieta sin
saciarlo ni dejarlo hambriento. Si los intestinos no se mueven hervir
miel hasta darle forma de supositorio, añadiendo algo de trementina si
es necesario en la cantidad de un garbanzo.

LA TOS Y LAS SIBILANCIAS470

Sibilancias o disnea o dificultad para respirar. Lo que los hipocráticos


denominaban asthma.
Dice Sorano:
“Cuando un niño tiene dificultad para respirar (sibilancias) a
causa de la acumulación de mucha flema, hay gente que
prescribe pastillas de cardamomo, comino, pimienta y semillas
de ortiga. Pero nosotros (por Sorano y su escuela) evitamos
estas sustancias ya que son amargas e irritantes y esto provoca
más flujo y más inflamación, en su lugar damos continuas gotas
de agua miel, y si el niño es pequeño y no puede esputar, y se
traga la flema, aprietan la lengua para provocar el vómito y así
expulsarla. Para la tos preparan unas pastillas de pequeñas
piñas de pino, almendra tostada, linaza, jugo de regaliz, semillas
de pino, goma tragacanto y miel, y omitimos el baño, además de
huir de sustancias amargas.471”

469
Existen, como vemos, numerosas referencias a los cambios de dieta de la
nodriza en relación con los problemas del recién nacido.
470
Primera mención a la patología respiratoria del lactante por excelencia
actualmente.
471
Muchas de estas recomendaciones se siguen utilizando como remedios
“naturales”, incluso en preparados farmacéuticos. Recordemos que, hoy por hoy, la
bronquiolitis sigue sin tener una terapia efectiva.

465
Mario Ferrer Vázquez

SIRIASIS O SEIRIASIS472

Según Demetrio en su libro Semiotics, no es más que una fiebre muy


elevada. Según algunos, sin embargo, se trata de una inflamación de
las partes que rodean el cerebro y las meninges, afectándose el
bregma y los ojos, y como consecuencia palidez y sequedad del
cuerpo y anorexia473. Cuando aparece la Siriasis se debe hacer todo
como en caso de inflamación.
Se benefician de la aplicación de yema de huevo diluida con aceite de
rosas y aplicada sobre la fontanela a modo de compresa, y cambiada
constantemente. También puede aplicarse sobre el bregma474 una
hoja de heliotropo, calabaza rallada, la piel alrededor de la pulpa de un
melón o el zumo de hierba mora (Solanum Nigrum), junto a aceite de
rosas.

472
El nombre viene, bien de la estrella Sirius, o por similitud con el calor de la región
Siria; para otros se llama así por el bregma hundido (fontanela), ya que entre los
granjeros seiros es el nombre de un objeto hueco donde guardan las semillas.

473
Parece que esta enfermedad, provenga de donde provenga el nombre y se
atribuya a Demetrio o a Sorano, es una enfermedad típica de la primera infancia, y
parece corresponder a una meningitis en un lactante, que como sabemos difiere en
clínica con la del niño más mayor, en lo que a rigidez y signos meníngeos se refiere.

474
Las referencias al bregma en esta patología sugieren el origen meníngeo de la
misma, y por lo tanto, su gravedad.

466
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

EL FLUJO DE LOS INTESTINOS475

Si sufre de esto se omite el baño y ejercicios pasivos. Se aplican


sustancias astringentes a modo de apósitos o emplastos. Se puede
inyectar un poco de jugo de plátano. En general las mismas cosas
aprobadas para adultos476, siempre que la fuerza lo permita. Si el niño
lactante lo sufre, pondremos a la nodriza a una dieta acorde a la
enfermedad del niño. Dieta astringente, beber agua, abstenerse del
baño, esto se transmite al pecho477.
Como regla general se aplica la dieta a la nodriza cuando el niño esta
lactando, como tratamiento para los males del niño, mientras que para
el niño se hace un uso adecuado de las compresas, cataplasmas y
apósitos. Para un niño ya destetado se pauta una dieta adecuada (un
régimen adecuado), una comida adecuada y se remite al tratado de
tratamientos.

Sobre qué edad el niño debe ser entregado a un pedagogo, y que tipo
de persona debe ser, y sobre cómo debe ser preparado por él si no es
criado por los padres, y todos los problemas de este tipo dice Sorano
no pertenecen al campo de la medicina.

“Pertenecen más al ámbito de la filosofía, debemos dejar que


otros rompan con costumbres y filosofen, mientras nosotros

475
Se traduce así como dije, cualquier exudado o flujo de humores, literalmente
reumatismos.

476
En este caso, una referencia al revés de lo que nos tiene acostumbrados la
literatura médica. Un tratamiento para niños que puede tomarse del de los adultos,
explícitamente.
477
Una creencia aún vigente en la actualidad, sin fundamento científico.

467
Mario Ferrer Vázquez

(médicos) llegamos aquí al fin del discurso sobre la crianza de los


niños.”

LIBRO III

Este libro analiza las condiciones patológicas de las mujeres y sus


especiales particularidades, las cuales argumenta en primer lugar,
para dejar claro que existen. Problemas del útero, como inflamación,
aire, tensión, hemorragia, menstruación y flujo, histerismo
sofocativo478, mola479, y otros problemas uterinos. Básicamente se
trata en general de los problemas del útero y, por ende, de la mujer y
sus características propias. No habla en él, por tanto, de patología
pediátrica.

LIBRO IV. SOBRE EL PARTO DIFICULTOSO O COMPLICADO

Este libro versa sobre las posibles complicaciones que pueden


suceder en el parto, partos complicados y nacimientos dificultosos.
Comenzando el libro con varias definiciones de lo que es un parto
difícil según diferentes escuelas.

Diocles El Caristeo, en su obra Sobre la ginecología, habla de que las


primíparas y mujeres jóvenes tienen partos más complicados y las que

478
En la medicina hipocrática y griega clásica el útero era considerado un órgano
móvil dentro del cuerpo de la mujer, como ya he dicho. El “histerismo” no era más
que una patología somatoforme, psiquiátrica; o bien si era sofocativo, una patología
de cualquier otra índole que, por tener lugar en la mujer, se le atribuía al útero, y de
ahí el nombre.
479
La mola ya era descrita en los tratados hipocráticos, en éstos, como ahora, no se
refiere tan sólo al actual embarazo molar o mola hidatiforme, sino a cualquier otro
crecimiento o tumoración anómala del útero en el curso de una posible gestación.

468
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

ya han tenido varios son más sencillos. También el tamaño del feto es
importante si es grande para dificultarlo, problemas con el útero.
También en su tercer libro habla de fetos atrofiados o muertos como
causa, y más difícil en mujeres “blandas y cálidas”480. Pero comete un
error, según Sorano, no buscando las causas por las que las mujeres
dan a luz de forma sencilla.
Cleophantus habla también de problemas mecánicos por estrechez de
caderas, aunque dicho de otra manera. También cuando el feto no se
presenta de cabeza. También difícil en mujeres nerviosas o que viven
de forma ociosa y lujosa. Pero comete el error de no buscar todas las
causas, de nuevo apostilla Sorano.
Por lo que en todo este apartado se sugiere formar para reconocer las
causas de este parto difícil y actuar en consecuencia481. Tamaño del
feto, inflamación o algún problema en el útero, ligadura de cordón al
cuello, malposición, problemas en el canal del parto, calor o frío,
tumores, tamaño o grasa materna o miedo, pueden ser factores
causales según Sorano.
Tratamiento para aperturas escasas del cuello uterino o para
malposiciones: en la presentación de pies deben estar juntos y dejar
salir, si nalgas o transversa debe intentar reposicionarse a una forma
más sencilla. Si no responde al reposicionamiento manual, se debe
extraer por ganchos o embriotomía, incluso si se pierde al feto se
debe cuidar por la salud de la madre482.

480
Este tipo de definiciones, como hemos visto, es habitual en los textos clásicos, ya
que se deben a la teoría de los cuatro elementos y sus características, de donde se
extrae la teoría humoral y tantas otras. Por lo que era algo muy arraigado en la
cultura médica.
481
El hecho de buscar las causas de un problema y actuar en consecuencia, es una
metodología médica y científica muy vigente en la actualidad, que dice mucho de la
figura de Sorano.
482
Otro aspecto importante en el posicionamiento de Sorano en pro de las mujeres.

469
Mario Ferrer Vázquez

La forma de poner a la mujer sujeta sobre el lecho, con ayuda o


envuelta si no hay ayuda, para no desplazarla con la fuerza. Las
zonas donde enganchar los ganchos, que son uno por cada lado, en
alguna cavidad según la presentación, y bilateral a modo de los
actuales forceps483.
Si el prolapso de un brazo o una pierna es tan fuerte que no se puede
volver a poner en el interior, y no deja avanzar, se debe cortar el
miembro para permitir la extracción. Si sospechamos que está muerto,
por frialdad y lividez, se realizará embriotomía, seccionando las partes
del feto para su extracción a fin de proteger a la madre.
Posteriormente habla Sorano de la retención de la secundina o
placenta, y varios problemas como el prolapso uterino y otras partes
de texto que se han perdido.

Anotaciones finales:

El vino no debe tomarse en el primer trimestre de embarazo, pero


luego se recomienda una pequeña cantidad antes o en las comidas,
Sorano rechaza el baño con vino en los niños. La cebolla se
desaconseja en las embarazadas y nodrizas porque parece que
amarga la leche484. Vinagre para algunos exantemas o heridas y para
el estómago. El aceite de oliva era ampliamente utilizado para multitud
de problemas y en varias formas. El aceite de rosas para exantemas o
úlceras485.

483
Este tipo de extracción instrumental se describe en este tratado de forma
detallada por primera vez.
484
Otra creencia vigente aun hoy en día para muchas personas, pese a no tener
base.
485
Como ya he comentado, las propiedades emolientes del aceite de oliva y
cicatrizantes del aceite de rosas, eran conocidas desde hace siglos. Se siguen
utilizando ambas propiedades.

470
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

9.3.5. SORANO: SOBRE LAS ENFERMEDADES DE


LAS MUJERES

Como ya comenté anteriormente, Sorano escribió un extenso libro


sobre las patologías de las mujeres, donde abarca todo tipo de
patologías, desde uterinas a mamarias, desde cancerígenas a
infecciosas. Un texto fundamental en la historia de la medicina y,
sobre todo, de la ginecología.
En este texto, conservado en parte y recogido en fragmentos en
trabajos, como el que nos ocupa y analizo, aunque existe una
traducción:

- P. Burguière y D. Gourevitch, Soranos d’Éphèse. Maladies des


femmes, I-IV.Paris, Les Belles Lettres, 1990.

Yo he utilizado para el análisis, el trabajo de:


- M. Cabrera Sánchez. La transmisión del saber médico: la vida
infantil en la edad media a través de los tratados pediátricos y
de otras fuentes de la época. Meridies, VIII, 2006. Que recoge
extractos sobre el texto arriba referenciado.

Uno de ellos, tan sólo voy a comentarlo por encima por el interés que
tiene para mi trabajo y sobre el autor que estoy analizando, habla de
las exigencias de la nodriza: la elección de la misma, el examen
probatorio de la leche y el régimen alimentario entre otras cosas.
Al respecto del examen probatorio de la leche, hace referencia a que
ésta es una prueba necesaria para comprobar el buen estado de la
misma. Sorano destaca tres formas de comprobarlo: las
características antes descritas de la nodriza, la salubridad del niño
como señal inequívoca de la validez de la leche y la observación de la

471
Mario Ferrer Vázquez

leche, esto es, el color, el sabor, el espesor, la consistencia y la


resistencia al tiempo.
No obstante para Sorano las características de la leche pasan a un
segundo plano, siendo lo más importante la elección de la nodriza y la
salud del niño486.

Espéculo vaginal romano. Museo Arqueológico Nacional, Nápoles.


(Extraído de M. Beard, SPQR: A History of Ancient Rome, N. York, 2015).

486
Cabrera Sánchez, 2006. 232-233.

472
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

9.3.6. GALENO DE PÉRGAMO. OBRA MÉDICA

Galeno nació en Pérgamo, Asia Menor, en el año 129 d.C., durante el


reinado de Adriano. Murió a una edad inusualmente longeva para la
época, según recientes investigaciones en el 216 d.C., durante el
reinado de Caracalla, es decir, con ochenta y siete años. De su origen
griego se sintió orgulloso durante toda su vida.
Pérgamo, ciudad helenística en todos los aspectos, era una polis
moderna, culturalmente muy activa, que poseía una biblioteca que no
tenía nada que envidiar a la famosa biblioteca de Alejandría487.
De distinguida familia urbana, lo que hoy denominaríamos alta
burguesía, su padre era arquitecto y terrateniente, responsable del
proyecto de ampliación del Asklepion de Pérgamo. Fue precisamente
su padre quien le inculcó la pasión por la cultura, la filosofía y la
medicina, ya que fue él quien insistió para que estudiara el arte
médico e instó a que conociera todas las escuelas para evitar
sectarismos limitantes, tanto de medicina como del resto de escuelas
filosóficas. Inició sus estudios de medicina tras concluir su formación
en filosofía, gramática, retórica, aritmética y geometría, a la temprana
edad de dieciséis años, en Pérgamo. Allí, de la mano del dogmático
Sátiro, comenzó sus conocimientos en anatomía y disección. Se
trasladó un año a Esmima, donde asistió a las cursos de Pélope, allí

487
Pérgamo fue uno de los reinos helenísticos creados tras la muerte de Alejandro.
Bajo el gobierno de los reyes atálidas se convirtió en uno de los estados más
prósperos y poderosos de la época. Allí nació la jardinería como actividad y
profesión, y el coleccionismo de libros y de obras de arte entre la clase dirigente lo
distinguieron como comunidad de diletantes. Amigos y aliados de Roma, el mismo
reino y todas sus riquezas pasaron a formar parte de la república romana en el año
133 a. C. por herencia de su rey Atalo III.

473
Mario Ferrer Vázquez

perfeccionó sus conocimientos de los órganos respiratorios y su


función, y amplió sus conocimientos anatómicos.
Finalmente se trasladó a Alejandría para perfeccionar sus estudios,
donde estuvo al parecer unos cinco años, y en este lugar, epicentro de
los conocimientos sobre anatomía en el mundo clásico, fue donde
completó su formación sobre las disecciones, además de sus
conocimientos en farmacología y el estudio en profundidad de la obra
hipocrática. Posteriormente se trasladó a Roma, en dos etapas, donde
finalmente consolidó su amistad con el emperador Marco Aurelio,
pasando a ser médico personal de su hijo Cómodo, y tras la muerte
del primero el médico de corte del emperador. Ésta fue la etapa más
prolífica en cuanto a producción literaria de Galeno.Tras este periodo,
sigue en Roma realizando viajes a Pérgamo y otros lugares,
falleciendo se cree, en la capital del Imperio.
Galeno fue el médico y filósofo más prolífico no sólo de la historia de
la Antigüedad, sino de todas las épocas. Su extensísima producción
literaria fue en su mayoría médica, propiciada también por la
desaparición de muchas de sus obras filosóficas en un incendio ya
que también escribió obras de gramática y filosofía, se cree que más
de cuatrocientas. Muchas de sus obras más importantes, y debido a la
formación adquirida y que en la época se consideraba a los médicos
más eruditos a aquellos que dominaban los conocimientos en
anatomía, fueron precisamente las que versan sobre ella y sobre
fisiología: Sobre el uso de las partes o Procedimientos anatómicos488.
Galeno se convirtió en el notario de la ciencia médica griega. La
inmensa mayoría de lo que conocemos sobre la medicina de la
Antigüedad se lo debemos a él. Esta condición de notario del

488
Tratados que por sus características descriptivas sobre anatomía y fisiología, no
ofrecen grandes aportaciones directamente a la pediatría, sino a la medicina en
general y a través de ella a todas las disciplinas médicas.

474
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

conocimiento médico, y el hecho de que se conservaran la gran


mayoría de sus obras médicas de diversa índole, textos filosóficos,
sobre anatomía, pronóstico, diagnóstico, terapéutica y otros tantos; ha
provocado que la obra de Galeno haya sido doctrinal durante varios
siglos, hasta bien entrado el siglo XVII, estudiado en todas las
universidades europeas y transmitido por las diversas culturas
continentales.
Galeno fue, como ya he comentado en varias ocasiones en este
trabajo, un continuador de las doctrinas hipocráticas. Nunca situado
en ninguna secta o escuela, estudió y tuvo maestros de todas ellas, de
las más importantes de su época como la dogmática, empirista y
neumática. La primera de ellas con una importancia sublime al método
teórico, sin el cual no consideran que el médico pueda tener el
conocimiento de la enfermedad y su terapia. La empirista, sin
embargo, ofrece una visión de la enfermedad basada en la
experiencia del propio médico y de sus colegas, dando importancia a
la resolución de los problemas como surgen. La neumática toma los
preceptos atomistas para atribuir la base de todos los problemas al
pneuma, a sus desequilibrios durante su circulación y distribución por
las venas. Seguidor y divulgador de la doctrina humoral, con los
cambios aplicados por su conocimiento, la época y las distintas
escuelas que en él influyeron. Planteando la naturaleza como origen y
causa de todo, el médico como observador de la misma y ofreciendo
ayuda para aquellos procesos en los que la naturaleza no pueda ser
capaz de resolver por sí misma, tal y como dictan las enseñanzas
hipocráticas. Todo ello con una adecuada observación, clínica y
conocimiento. El pronóstico parte importante de sus doctrinas, al igual
que en la medicina hipocrática, pero sobre todo la identificación de las
distintas patologías en lugares concretos para poder actuar sobre

475
Mario Ferrer Vázquez

ellas, tema de uno de sus libros más importantes: Sobre la


localización de las enfermedades.
Criticó el metodismo y a los metodistas con ahínco, aunque sin
embargo no lo hizo con Sorano, prueba de que Galeno lo consideraba
un gran médico y no le tenía como un seguidor acérrimo de la doctrina
metodista.
En la época en la que vivió Galeno las disecciones en humanos ya no
estaban permitidas, así que sus amplios conocimientos anatómicos
los adquirió de su formación en Alejandría, donde aun se podía
mantener un cierto contacto con la anatomía y el esqueleto humanos;
y con las disecciones en animales.
La obra de Galeno es, como he dicho, extraordinariamente extensa.
Sus conceptos de “indicación terapéutica”, sus definiciones
anatómicas, su riguroso esquema terapéutico en lo que hoy
conocemos como “patología general” y su dedicación a la ciencia y la
investigación, a la medicina especialmente, durante toda una vida,
siguiendo las palabras que pronunció Erasístrato, en el siglo III a.C.:

“Quien se dedica a la investigación busca afanosamente, no se


da tregua en la tarea; se dedica a ella, no solo día y noche, sino
durante toda su vida hasta que encuentra la solución a su
problema” 489

En definitiva Galeno, escribió sobre multitud de temas médicos y


filosóficos; ofreció su punto de vista y su visión sobre la historia y los
textos hipocráticos, de los cuales extrajo gran parte de sus
conocimientos, sin olvidar las otras doctrinas vigentes en la época, tal

489
García Ballester, 1997, 12.

476
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

y como debe hacer todo buen científico. Sin embargo se ocupó


durante toda su carrera de contradecir a todas aquellas escuelas que
no asumían la tradición hipocrática como base para sus
conocimientos. La metodista, que alcanzó un gran auge en los
primeros decenios de nuestra era, fue quizá una de las más criticadas,
no obstante Sorano, pese a ser representante de la misma, no
aparece directamente entre los aludidos.
Galeno se hizo comentarista y discípulo directo de las doctrinas de
Hipócrates, y de este modo pasó a la historia, probablemente como él
mismo habría querido, como representante de la más auténtica
tradición griega, como discípulo de Hipócrates (pese a sus seiscientos
años de diferencia), como testamentario y comentarista de su obra,
desarrollando lo que Hipócrates aportó a la medicina e incluso
incrementando y adecuando estas aportaciones.
El “galenismo” se convirtió en un dogma, en la doctrina más
importante en la medicina de varios siglos en Europa, donde es
estudiado en todas las universidades y, por lo tanto, la medicina
europea sigue los fundamentos hipocráticos hasta el siglo XVIII e
incluso el siglo XIX para algunos médicos. Y como bien dice Laín
Entralgo: “si esto sucede en Europa, ¿que no podremos decir de
España, donde el lenguaje popular llama ‘Galeno’ a un médico en
ejercicio?”490. La simbiosis creativa entre los dos grandes genios de la
medicina clásica queda bien expresada en estas palabras de Temkin:
“Hipócrates el fundador, Galeno la consumación”491
Analizar la inmensa obra de Galeno, requiere varias publicaciones y
son numerosas las que ya lo han hecho. Galeno, recordemos, escribió
numerosísimos textos, entre ellos autobiográficos de los que se extrae

490
García Ballester, 1997, 7-8.
491
Temkin, 1932, 4, 1 -80.

477
Mario Ferrer Vázquez

su vida como si la hubiéramos conocido personalmente. Gracias a él


conocemos mucho más de la medicina hipocrática492 y la historia y la
filosofía de la época, que desde cualquier otra fuente de la
Antigüedad. Por lo tanto, me dispongo a recopilar aquellos datos
sobre la medicina infantil, escasos en proporción a sus escritos, de
mayor interés para mi estudio y que puedo encontrar en su obra, ya
que su análisis en profundidad y comentando cada obra me llevaría a
sobrepasar no sólo los objetivos de este trabajo, sino también los
límites.

Para el análisis del texto utilizo las traducciones españolas publicadas


por la editorial Gredos, que mencionaré en cada libro en concreto.
Para el análisis introductorio me baso en las introducciones de varios
de estos tratados, que analizan la vida de Galeno y parte de su obra,
como los siguientes:
- Galeno, Sobre la localización de las enfermedades,
Introducción general, trad. L. García Ballester, Madrid 1997, 7-
86.
- Galeno, Procedimientos Anatómicos, Libros I-IX, Introducción,
trad. M. López Salvá, Madrid, 2002, 7-80.
- Galeno, Tratados filosóficos y autobiográficos, trad. T. Martínez
Manzano, Madrid 2002.

492
En ocasiones con la sensación de la magnificación de la figura de Hipócrates, y
la atribución al mismo de textos y doctrinas que, quizá, no le correspondieran; dicho
esto sin restar el protagonismo de ambos en la historia y evolución médicas, tal y
como las conocemos hoy en día. Pero no olvidemos que las conocemos gracias,
sobre todo, a Galeno.

478
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

9.3.6.1. SOBRE LA LOCALIZACIÓN DE LAS


ENFERMEDADES (DE LOCIS AFFECTIS.
PERÌTÔN PEPONTHÓTŌN TÓPŌN)

Este tratado es sin duda, uno de los grandes textos de la patología


médica general de todos los tiempos, un hito en su época que marcó
el arte médico para el resto de los siglos.
El estilo en el que está escrito, sin dejar de ser complejo, está
apoyado por historias clínicas intercaladas que hacen más amenas y
entendibles sus explicaciones.
Esta obra se aleja de especulaciones y ofrece un diagnóstico claro de
las enfermedades, basado en un conocimiento exhaustivo del cuerpo
humano493, en una minuciosa observación e historia clínica y en las
conclusiones a las que llega tras éste análisis. Todo ello apoyado por
casos prácticos que hacen partícipe al lector de este proceso
diagnóstico494. Es pues, un tratado sobre diagnóstico médico y
patología general, un tratado que podríamos y debíamos haber
estudiado en los primeros años de nuestra carrera de haber nacido
tres o cuatro siglos antes, o quizá no tanto. De hecho, es lo que
sucedía. En 1559 Francisco Vallés, profesor de la facultad de
medicina de Alcalá, máximo exponente de la medicina renacentista en
España, escribía sobre este texto en defensa y renovación de un
galenismo que se perdía a la sombra de los nuevos hallazgos y la
nueva anatomía vesaliana que se introdujo desde “nuestra” facultad
de medicina de Valencia, la siguiente frase introductoria:

493
Obviamente con los recursos y conocimientos de la época.
494
Libro de lectura interesante para cualquier interesado en la cultura, la historia y la
ciencia, pero especialmente para los médicos. Fue el primer libro médico clásico que
mi padre me regaló, y supuso una importante aportación al conocimiento humano de
la medicina y a los orígenes de la patología y el diagnóstico.

479
Mario Ferrer Vázquez

“La presente obra de Galeno acerca de los lugares afectos,


benévolo lector, es la más útil de todas las escritas por él,
puedes creerme. En efecto, contiene aquellas enseñanzas que
en nuestro arte son las más difíciles, es decir, el diagnostico de
los males internos y todo lo que se oculta en lo más recóndito del
cuerpo. Esta parte de nuestro arte no es lógica ni se refiere solo
a la especulación, sino realmente médica y abocada sobre todo
a la práctica. Y así, por ser muy útil es también muy difícil.
Porque exige destreza anatómica, el conocimiento de cada una
de las partes, de las diferencias y causas de cada enfermedad y
síntomas.” 495

El diagnóstico griego está basado en la relación del médico con el


enfermo, en el conocimiento de su naturaleza y en el pronóstico de la
enfermedad sospechada. Galeno dice que: “si el diagnóstico y el
pronóstico de las enfermedades no conduce al hallazgo de la curación
óptima, serían cosas vanas”496, lo que es una declaración de
intenciones sobre la investigación de la cura de las enfermedades a
través del estudio de sus causas.
¿Qué aportó de novedoso el diagnóstico galénico frente al
hipocrático?, pues bien, Galeno realiza diagnósticos sobre las
enfermedades de modo racional y localizatorio, exponiendo los
recursos que utilizó y ofreciendo terapias cuando le era posible. El
495
Recogido y traducido por mi admirado y recordado profesor José María López
Piñero: Ciencia y técnica en la sociedad española de los siglos XVI y XVII, 1979
Barcelona.

496
García Ballester, 1997, 92; García Ballester, 1981, 203.

480
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

conocimiento anatómico de Galeno le abre unas posibilidades hasta


entonces inexploradas, esto unido a un mayor conocimiento de la
naturaleza humana (physiologia) y su relación con el entorno y a unos
razonamientos y conclusiones originales y razonados, hace del
diagnóstico galénico una versión actualizada y mejorada en extremo
del diagnóstico y pronóstico observacional, racional y científico
iniciado por la escuela hipocrática.
La exploración completa del enfermo, “con todos los sentidos”, tal y
como comenta García Ballester, la historia clínica completa e
individualizada no sólo del paciente, sino de su entorno y allegados,
así como la información ofrecida al mismo paciente, fueron pilares
fundamentales de este avance diagnóstico galénico.

El tratado está estructurado en IV libros, y en ellos varias secciones,


cada una de ellas con un párrafo introductorio, lo que hace una lectura
mucho más interesante.

Para el análisis del texto utilizo la traducción de:


- S. Andrés Aparicio, Galeno, Sobre la localización de las
enfermedades (De locis affectis), Madrid 1997, 122-437.
Para el análisis introductorio:
- L. García Ballester, Sobre la localización de las enfermedades,
Introducción, Madrid 1997, 89-120.
- L. García Ballester, Experiencia y especulación en el
diagnóstico galénico, Dynamis: Acta Hispanica ad Medicinae
Scientiarumque Historiam Illustrandam, Vol. 1 (1981), 203-223.

481
Mario Ferrer Vázquez

ANÁLISIS DEL TEXTO

LIBRO 1

En una de las historias clínicas relatadas pone el ejemplo de un niño a


propósito de la obstrucción de vías urinarias, analizando
posteriormente el caso y razonando sus conclusiones, en lo que
resulta un ejemplo significativo del estilo general de la obra.

“Sírvanos de ejemplo un niño enfermo que con un historial


antiguo de piedras presenta una orina acuosa acompañada de
ciertas sustancias arenosas. Además, no cesa de rascarse los
genitales que, sin motivo, están unas veces en erección y otras,
relajados497. De repente, sobreviene retención de orina. Con
estos datos se puede sospechar, con razón, que una piedra se
ha encajado en el cuello de la vejiga. Colocando, pues, al niño
boca arriba y procurando que sus piernas estén mucho más altas
que el resto del cuerpo, lo sacudirás de varias formas, cuidando
que la piedra salga del conducto. Una vez hecho esto, ordenaras
al niño que se esfuerce en orinar; si todo ello da resultado y la
orina fluye, tendrás la convicción de haber diagnosticado
correctamente la causa y acertado también en la terapia. Pero si
aún persiste la retención de orina, volverás a moverlo con más
fuerza, y si a pesar de sacudirlo persistiera todavía, utilizando el
catéter alejaras la piedra del cuello de la vejiga y al mismo
tiempo la harás salir con la orina. Ahora bien, si no existiera un
historial de piedras previo a la retención y se expulsara un poco

497
Por las molestias que el niño sufría.

482
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

de sangre, conjeturaremos que un trombo obstruye la uretra. Es


posible también que, al estar lesionada la vejiga, se haya
formado lentamente un trombo sin que haya una previa
expulsión de sangre. También puede producirse un trombo al
fluir sangre desde los riñones a la vejiga a través de los uréteres.
En tales casos es útil el catéter, como también cuando se
sospecha que el conducto esta obstruido por pus o por un humor
espeso y viscoso.
Llegaremos a esta última conjetura mediante el conocimiento de
los síntomas previos. Si en los riñones o en la vejiga ha habido
una afección anterior que pueda hacer sospechar que se ha
acumulado, a consecuencia de ella, tal cantidad de pus y de tal
clase como para haber obstruido el conducto, habrá que
sospechar que ella ha sido la causa de la retención. O bien, si en
alguna otra parte por encima de los riñones ha existido un
absceso, es natural que, al romperse este, el pus se traslade a
los riñones. Si no existe un precedente semejante, indagaremos
el régimen de vida del paciente: si tiene hábitos perezosos o está
acostumbrado a alimentos abundantes que producen humores
espesos y viscosos. Si creemos que una porción de carne
producida por la ulceración obstruye el cuello de la vejiga,
sacaremos igualmente nuestras conclusiones de los síntomas
previos a la ulceración y del hecho de que se evacue orina al
aplicar el catéter.”

Galeno llega a esta conclusión realizando un buen y correcto método


de investigación:

“Hay que examinarlo todo, tanto los síntomas actuales, como los
antiguos, los presentes mediante observación propia y los

483
Mario Ferrer Vázquez

pasados por medio de preguntas al enfermo y también a sus


familiares”.

Con este tipo de ejemplo comenta que en ocasiones se distingue la


causa y otras no, y es entonces cuando nos hacemos valer de lo que
se llama habitualmente “conjetura médica”, que queda a mitad de
camino entre el conocimiento exacto y la perfecta ignorancia, según
Galeno. Al hilo de esto dice:

“No en todas las enfermedades se puede distinguir lo que los


empíricos498 llaman síndromes patognomónicos499, es decir,
síntomas que se aplican y describen a una determinada
enfermedad, (…) es muy cierto lo que solía decir Erasístrato -hay
que acostumbrar la mente a distinguir con claridad no sólo la
afección, sino el lugar afectado-“500.

Galeno decía también que Asclepíades escribió cosas absurdas sobre


la acumulación de orina en la vejiga501.
Galeno y la doctrina galénica, sobre todo en este texto, utiliza
analogías que convierte en criterio de verdad.
De la observación de los síntomas viene la conjetura de lugar afectado
y de ahí la utilización de una u otra terapia, muchas veces la
observación y la experiencia dan a la conjetura diagnóstica y la
utilización de un remedio que, de ser eficaz, corrobora el diagnóstico.

498
Una referencia a la escuela empírica, que ya he comentado, a la que Galeno se
oponía, y éstos a la dogmática, hipocrática.
499
Aquellos patognomónico es aquello que aparece en una determinada patología y,
que por su presencia, diagnóstica la misma. Signos o síntomas patognomónicos.
Son muy pocas las enfermedades que los tienen hoy en día.
500
Enseñanza básica para el diagnóstico galénico.
501
Fundador de la escuela metodista, oposición y crítica claras.

484
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Otro ejemplo lo pone con un joven que sufre una lesión medular por
caída y parálisis por debajo de ella, incluida laríngea, algunos querían
tratar las zonas afectadas por simpatía (la voz, las piernas), pero
Galeno trató la zona afecta, la espalda, disminuyendo su inflamación
hasta recuperar las funciones502.
Galeno llamaba cuerdas vocales a los nervios recurrentes que él
había descubierto y que inervaban la laringe, ya que sus maestros
conocían sólo los que están junto a las arterias. Éstos formaban parte
del aparto fonador de tal manera que su lesión producía la afonía, del
mismo modo que la lesión de la musculatura propia y de la glotis, así
como de los nervios que hasta ahora se conocían junto a las arterias
(junto a la carótida). Ya que los nervios recurrentes se distribuyen de
igual forma por muchos otros sitios se decidió llamar vocales para
distinguirlos. Sobre esto pone dos ejemplos:

“Es el caso de un medico que, al amputar unas tumefacciones


escrofulosas503 situadas en el cuello, no secciono las
membranas con la sonda de cirujano para no cortar algún vaso,
sino que las separo con las unas y no se dio cuenta, por
ignorancia, de que había desgarrado los nervios recurrentes; de
esta forma curo al niño de sus tumefacciones, pero lo dejo mudo.
Otro, al operar a otro niño, lo dejo semimudo al lesionar solo uno
de estos dos nervios. A todos les parecía sorprendente que la
voz resultara lesionada sin que la tráquea ni la laringe estuvieran

502
Sin duda este tratamiento de Galeno fue mucho más efectivo, y da cuenta de la
observación y método del mismo, que trata la zona afectada y no el resto por
simpatía.
503
Inflamación de los ganglios cervicales, generalmente por mycobacterias, aunque
podrían ser en la época por oras causas.

485
Mario Ferrer Vázquez

afectadas. Pero al mostrarles yo las cuerdas vocales504, dejaron


de sorprenderse.”

Sobre la anatomía de los nervios (De nervorum dissectione): libro


donde Galeno explica la anatomía de los nervios, con localizaciones y
acciones de nervios espinales en zonas periféricas y distinción de
sensibilidad y motricidad, voluntaria e involuntaria prácticamente.

Galeno habla en su texto de referencias a otros textos suyos: sobre


las diferencias de las enfermedades y Sobre las diferencias de los
síntomas (De morborum differentiis y De symtomatum differentiis),
Sobre las causas de las enfermedades y Sobre las causas de los
síntomas, (De causis morborum y De symtomatum causis).

Otra historia clínica de dos niños, que sigue el mismo método. Pone
de manifiesto su conocimiento sobre el sistema nervioso (con las
limitaciones obvias y fallos que hoy conocemos), que aporta una
visión más concreta y ampliada de la nosología hipocrática, gracias a
sus deducciones razonadas en el conocimiento teórico previo.

Un niño de aproximadamente seis anos comenzó a defecar de


forma involuntaria, al paralizársele de repente el musculo anal.
Lo mismo le sucedió en otra ocasión a un anciano. También a
otro niño de unos catorce años le sobrevino una expulsión
involuntaria de heces, acompañada de dolores en la vejiga; y a
otro niño, con retención de orina. Había uno que tenia
incontinencia involuntaria de orina y otro de orina y heces.

504
Los nervios recurrentes.

486
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

En todo este tipo de casos, efectivamente, hay que preguntar los


síntomas previos, ya que generalmente hay un previo
enfriamiento o golpe en el raquis; el enfriamiento lesiona solo el
musculo afectado, el golpe normalmente mas músculos. Es muy
raro que solo un musculo se afecte por el golpe en el raquis, al
distribuirse en muchos músculos los nervios que nacen en la
medula espinal. Pero si, después de un golpe, la inflamación del
musculo afectado se descuida y se vuelve escirrosa, resulta una
parálisis de este musculo. Sin embargo, esto sucederá raras
veces. En cambio, el enfriamiento lesiona muchas veces un solo
musculo, sobre todo los superficiales del ano, si se permanece
sentado sobre una piedra fría o más tiempo de la cuenta en agua
fría. Esto fue lo que le ocurrió, por pescar en un rio, al niño que
tenía afectados la vejiga y el ano. A otros les sucedió lo mismo
después de nadar en agua fría. Es conveniente tratar a estos
enfermos aplicándoles remedios caloríficos en los lugares
afectados505. En cambio, en aquellos enfermos que padecen una
lesión de los nervios que salen de la medula, hay que
aplicárselos en el raquis. Muchas veces en las caídas de un
lugar alto o en golpes fuertes en los que sufre mucho el raquis, la
inflamación se extiende a otras partes y lesiona no solo los
músculos sino también la vejiga. En estos casos hay retención
de orina por afección de la propia vejiga. En otros casos hay
además una retención completa de heces por alguna dolencia
intestinal, pues lo mismo que la afección muscular perjudica las
funciones motrices, la de los intestinos y vejiga lesiona las
funciones naturales, cuando por su contracción se expulsa el
contenido.”

505
Basado en la teoría de los contrarios ya comentada, pero de clara vigencia de
hoy en día para este tipo de tratamientos, aunque por un mecanismo algo diferente.

487
Mario Ferrer Vázquez

LIBRO III

Este libro comienza con una disertación sobre empirismo y


dogmatismo, a favor de este último. Utilizando sus reflexiones:
empiristas son aquellos que sin preguntarse el origen de las
afecciones ni impórtales como se tratan, utilizan los tratamientos que
saben por su experiencia que son buenos y efectivos para sanar al
paciente. Ignoran lo que movió a Hipócrates a descubrir los remedios,
les basta con saber utilizarlos, así como el carpintero ejerce su oficio
sin preguntarse un por qué. Se utiliza el término dogmáticos (podrían
llamarse “racionalistas”), de forma amplia, a los seguidores de
Hipócrates; médicos posteriores a Aristóteles, son partidarios del
razonamiento basado en la observación, tratamiento basado por
ejemplo en el conocimiento de la anatomía y la fisiología. Diocles de
Caristo, Erasístrato, Herófilo y Praxágoras representaron esta escuela
en la Grecia helenística. Galeno se declara más cercano al
dogmatismo, pues ha tratado afecciones raras que escapan al
conocimiento empírico, con terapias contrarias a lo indicado por el
empirismo, con buenos resultados.
Defiende la necesidad de conocer los lugares afectados y sus
afecciones para la terapéutica. El empirismo por ejemplo confía a la
memoria y la imitación los casos frecuentes pero descuida los raros,
descuidando no sólo su tratamiento sino su diagnóstico previo. Las
enfermedades raras tienen un diagnóstico científico o sometido a una
conjetura médica, pero siempre deben conocerse las partes afectas.
Busca la parte afecta y después el tipo de afección, teniendo en
cuenta, prestando atención a la edad y la naturaleza del enfermo, a la
época, la región y demás, con esto se deduce enseguida la indicación
de todo tipo de tratamientos.

488
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Este párrafo alude a las características húmedas y cálidas de las


diferentes edades, observado una tendencia en el sueño y
atribuyendo una causa a la misma basada en los conocimientos
teóricos de los que se dispone, es el método racional:

“Por tanto, en el desequilibrio de lo caliente y lo frio reside


principalmente la esencia de las enfermedades de insomnio y
letargo. En segundo lugar, en el desequilibrio de lo húmedo y de
lo seco, pues los baños, al humedecer la cabeza, le producen a
todo el mundo somnolencia; también, la bebida de vino puro y
todos los alimentos humectantes. De las edades, la infantil es
soñolienta por humedad; e insomne, por sequedad, la de los
viejos. Sirva todo ello de prueba de que la humedad anormal
tiene un segundo lugar en la pereza anímica, y el frio, un
primero. Por eso también, la humedad sola, si es excesiva,
produce largos y profundos sueños, de la misma forma que la
sequedad sola origina insomnio, situaciones de las que afirmo
Hipócrates: -El sueño y la vigilia, si son excesivos, son ambos
malos-. Si el frio ataca con bastante humedad, se producen
afecciones letárgicas y comatosas; y sin humedad, lesiones en la
memoria y demencias”

En el capítulo dedicado a las causas y tipos de epilepsia, aparece este


ejemplo dado por Galeno a modo de historia clínica:

“Cuando yo era joven, vi esta enfermedad por primera vez en un


niño de unos trece años, para cuyo tratamiento se habían
reunido los mejores médicos de la ciudad. El niño explico que la
afección le había comenzado en la pierna y que desde ahí le

489
Mario Ferrer Vázquez

había subido rápidamente por el muslo, el hueso iliaco, el


costado correspondiente y el cuello hasta la cabeza; y que en
cuanto la alcanzo, perdió la consciencia. Pero al preguntarle los
médicos de que clase era lo que le subía hasta la cabeza, el
muchacho no supo responder. Por el contrario, otro joven, que
era espabilado, capaz de darse cuenta suficientemente de lo
ocurrido y más apto que el otro para interpretarlo506, afirmaba
que la sustancia ascendente era como un soplo frio.”

“Respecto al niño cuya epilepsia había empezado por la pierna,


los médicos reunidos en consulta decidieron, después de
purgarle previamente todo el cuerpo, aplicarle en esa parte un
fármaco a base de tapsia80 y de mostaza; después de atarle el
miembro por encima de la parte primariamente afectada, evitaron
que se produjera el ataque, a pesar de que antes era diario. Esto
lo he añadido para que nadie se asombre de como una afección
de tal importancia puede tener su origen en una parte no
importante.”

Para justificar esta terapia y la causa de la afectación encefálica por


simpatía, realiza la argumentación por analogía con las picaduras de
víboras, pastinacas marinas o escorpiones en los miembros, de cómo
evitando que progrese puede evitarse, en ocasiones, la muerte.

506
Quizá una de las razones por las que se relata poco a los niños, su falta de
concreción ante las preguntas médicas, y la escasa información que pueden extraer
de ellos.

490
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

Para Galeno, y para los médicos hipocráticos, el mal residía en el


encéfalo, bien directamente porque se originara en él (la mayoría), o
bien porque ascendía desde la boca del estómago, por simpatía507.

Concluye el propio Galeno:

“(…) dejad que cada uno ponga el nombre que desee (a las
enfermedades o afecciones), y vosotros tened como meta el
descubrimiento del lugar afectado y al mismo tiempo, como es
lógico, de su afección; pues si ello no se conoce con exactitud,
es imposible tratar correctamente las partes afectadas (…)”

LIBRO IV

En este apartado Galeno habla de las afecciones de las vértebras y


cuello. Hace referencia a que tan pronto como se afectan las primeras
vértebras, se produce alguna vez una angina, más en niños que en
adultos. Hace referencia a un pasaje del libro Epidemias de
Hipócrates donde habla de las afecciones de los cinánquicos508, así
como del libro de Pronóstico. Galeno las resume en cuatro tipos: la
primera cuando la faringe si inflama (dolor con inflamación y eritemas
en la faringe son enteramente mortales, pero un poco más lentas), la
segunda cuando no aparece inflamada ninguna parte de la boca ni la

507
Galeno distingue entre afecciones simpáticas, aquellas que se producen por
simpatía en un órgano, originándose en otro; y afecciones idiopáticas, aquellas que
su origen tiene lugar en el mismo órgano afectado por los síntomas. En este caso la
afección sería mayoritariamente idiopática, y en ocasiones por simpatía. El término
“idiopático” (del griego idios “propio, particular” y páthos “afección”), tiene
etimológicamente el significado atribuido por Galeno; sin embargo en la actualidad,
curiosamente, se designa con esta palabra, refiriéndose a una enfermedad, a
aquellas que tienen origen desconocido.
508
Afecciones que cursan con ahogo, con o sin inflamación. Ver los comentarios
sobre éstas en los libros hipocráticos referenciados.

491
Mario Ferrer Vázquez

faringe pero el enfermo tiene sensación de ahogo, con muchísima


ortopnea y sufrimiento (ahogan al enfermo rápidamente, mortales), la
tercera cuando la parte exterior de la faringe se inflama (faringe y
cuello inflamados, son menos mortales, algunos se salvan), y la cuarta
cuando la parte externa de la laringe está afectada de igual forma que
la interior. Describe pues varias formas de afección haciendo
referencia tanto a partes blandas como al hueso, por lo que describe
varias afecciones, infecciosas, tuberculosas (pues habla de expulsión
de material de cocción), inflamatorias o tumorales, e incluso se podría
intuir, anafilácticas. Menciona también Galeno otra afección que se
produce cuando el cuello se desplaza hacia delante por algún tumor o
tubérculo (cuello y músculos), o también que afecten además al
esófago o laringe, produciendo sensación de ahogo sobre todo con
líquidos y al tragar sólidos, pero no son mortales.
Habla sobre la disnea y las supuestas causas, de arterias y
traquiarterias. Habla del caso “curioso” de Antípatro (médico
metodista), con una arritmia de pulso, falleció a los meses tras disnea
y se asombraron que fuera como los que padecen del corazón, pues
atribuían la causa a una causa pulmonar, como los asmáticos.

492
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

9.3.6.2. LAS FACULTADES DEL ALMA SIGUEN LOS


TEMPERAMENTOS DEL CUERPO

Tal y como introduce en su traducción Juana Zaragoza Gras509, el


movimiento de todo ser vivo depende del alma, según los principios
platónicos, que son los que adoptará Galeno para evolucionar a lo
mostrado en este tratado.

En este tratado médico-filosófico entra en la definición de la naturaleza


del alma humana, influido por los pensamientos platónicos y
aristotélicos, que identifica con la mezcla humoral, sosteniendo que el
alma depende de los temperamentos del cuerpo y que esto explica
porque alguien debe seguir un tipo de dieta u otro o porque existen
diversos caracteres; y en la que se le da mucha importancia, para
conocer el proceso, a la observación de los niños.

Utilizo para el análisis la traducción de los textos de Galeno de J


Zaragoza Gras, Sobre las facultades naturales y Las facultades del
alma siguen los temperamentos del cuerpo, Madrid 2003, 163-204.

ANÁLISIS DEL TEXTO

“El principio de todo el discurso que sigue es el conocimiento de


la diferencia de las acciones y de las pasiones del alma en los
niños pequeños, a partir de las cuales, resultan evidentes las
facultades del alma. Algunos se muestran muy tímidos y otros
muy avasalladores... y otros, insaciables y golosos, otros tienen

509
Zaragoza Gras, 2003, 163.

493
Mario Ferrer Vázquez

disposiciones físicas contrarias, algunos son impúdicos y otros


pudorosos... y otras muchas diferencias que he descrito en otros
tratados. Pero aquí será suficiente demostrar, por medio de un
ejemplo, que las facultades de las tres especies y partes del
alma son opuestas por naturaleza entre los recién nacidos. Pues
de ello se podrá deducir que la naturaleza del alma no es igual
para todos; y es evidente que en este discurso el sustantivo
‘naturaleza’ indica lo mismo que ‘esencia’. Pues si la esencia de
sus almas fuera idéntica, harían las mismas funciones y, bajo las
mismas causas, les ocurrirían las mismas cosas. Es evidente
que los niños difieren los unos de los otros tanto por la esencia
de las almas como por las funciones y las afecciones de estas, y
en este caso también por las facultades.”

Uno de los pilares de su fundamentación es la diferencia de


caracteres de los niños pequeños, en los que no se ha podido actuar
de forma externa sobre los mismos, por lo que los atribuye a la
naturaleza del alma.
El tratado sigue con las discusiones filosóficas sobre el origen y la
naturaleza del alma, otro de los argumentos es la bondad o no del ser
humano, y en esa disquisición también entran los niños, pues, dice,
niños educados y alimentados de un mismo modo, se comportan de
maneras distintas, unos malos y otros buenos.
Este tipo de cuestiones y argumentaciones de carácter filosófico eran
muy habituales en la época, y aunque excede lo puramente médico, lo
nombro aquí por referirse directamente al proceso de adquisición de
conocimientos y habilidades infantiles, a su carácter y a su educación.
Y en el fondo de la cuestión, ahora mismo quizá nos estemos
preguntando lo mismo que Galeno, y tal vez sigan siendo válidas sus
explicaciones para unos, y otros mantengan el foco en la genética.

494
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

9.3.6.3. PROCEDIMIENTOS ANATÓMICOS. LIBROS I-


IX.

El no poder realizar los experimentos anatómicos en humanos, más


que en algunas ocasiones –quizá más de las nombradas510– lleva a
Galeno a cometer errores por analogía, aparte de errores de concepto
tras sus observaciones como pensar que las venas tienen origen en el
hígado o que las arterias pulsan por sí mismas, que es el aire que se
encuentra en la cavidad pleural el que moviliza el tórax, entre otros
ejemplos. Sin embargo sus aportaciones al conocimiento anatómico
de la época fueron numerosísimas, en la descripción del sistema
nervioso, musculoesquelético, diferenciación de venas y arterias,
descripción más precisa del corazón así como descripciones
minuciosas de otros órganos, junto a su función fisiológica. No sólo en
este tratado, sino en muchos otros generales o específicos. En el
ámbito infantil se le atribuye la primera mención al sistema
cardiovascular fetal, a la relación de los vasos de la placenta y los
umbilicales y el descubrimiento de lo que posteriormente serán el
foramen oval y las comunicaciones interauriculares; sin embargo esto
le condujo a errores como pensar que en el tabique interventricular
existía una comunicación anatómica.
Por tanto, su vasto conocimiento en anatomía desde la escuela de
Pérgamo, pasando por Pélope y finalizando en Alejandría, donde
aprendería de los maestros, de las grandes técnicas y los
procedimientos de la Grecia alejandrina, hacen de Galeno un
excelente divulgador, maestro y clínico, pues en el conocimiento

510
Recordemos que era una práctica que ya se había prohibido de nuevo, aunque
en Alejandría mantenían los conocimientos y, quizá, los privilegios ocultos de seguir
realizando.

495
Mario Ferrer Vázquez

teórico radica el saber médico, el conocimiento de la fisiología, la


deducción tras la historia clínica y la observación, el diagnóstico (que
incluye el pronóstico) y, finalmente, el tratamiento. Todo ello valores
dogmáticos, hipocráticos.
En este tratado no hace referencia explícita a la infancia, por las
mismas características del texto, que describe procedimientos
anatómicos, es decir, un tratado de anatomía del conocimiento de
Galeno, lo cual significa el mejor y más completo tratado de anatomía
de la Antigüedad.
Recojo únicamente este fragmento, a propósito de las disecciones en
cadáveres de niños expósitos, donde Galeno pone de manifiesto
aquello que ya he comentado al principio. Deja intuir que no ha podido
llevar a cabo un número suficiente de estas disecciones infantiles, sin
embargo sí señala las similitudes con el cuerpo de los simios:

“También las grandes heridas y las infecciones profundas ponen


al descubierto muchas partes, que quienes están previamente
entrenados se dan cuenta de que tienen la misma estructura que
los cuerpos de los simios, pero que no les sirven de ayuda a
quienes carecen de práctica. Quienes han diseccionado muchas
veces muchos cadáveres de niños expuestos, han quedado
persuadidos de que el hombre tiene una estructura igual a la del
simio. Y en las mismas cirugías que siempre hacemos, unas
veces amputando carnes gangrenadas, otras cortando huesos,
la semejanza le resulta totalmente evidente a quien tiene
experiencia. Algunos descuidan tanto las cosas más bellas que
ni siquiera quieren aprender lo que es posible conocer con
claridad antes de la disección.”

496
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

9.3.6.4. SOBRE CÓMO HAY QUE PROTEGER LA


SALUD

Esta obra es una de las más recientemente traducidas a nuestra


lengua desde el original griego, por Manuel Cerezo Magán. Se trata
de un texto que, en su versión latina, fue titulado De sanítate tuenda, y
en la versión inglesa Galen’s Hygiene511. Cerezo prefiere traducirla, a
tenor del contenido del tratado, como he citado. Finalmente es un
tratado sobre la salud, sobre cómo mantenerla y cuidarla, en definitiva
una especie de tratado de “medicina preventiva”.
Compuesto por seis libros, y ellos por diversos capítulos a su vez. Nos
interesa el libro I: Sobre el arte de proteger la salud, pues en él
encontramos diversas referencias a la infancia que paso a recopilar,
de forma comentada y resumida.
Como ya he dicho la traducción que utilizo es la de Cerezo Magán,
dentro de su libro La salud según Galeno512, en el que recoge no sólo
la traducción de este tratado, sino además añade un apéndice a modo
de epílogo titulado La salud y la enfermedad según Galeno.

511
Este título inglés, traducido a nuestro idioma daría lugar a confusión, si bien es
cierto que los médicos hablamos muchas veces de “higiene” para referirnos a una
serie de hábitos dietéticos, en el sentido “clásico” del vocablo, la palabra “higiene” no
tiene ese uso de forma habitual, sino más bien se refiere a la limpieza. Aunque el
DRA define “higiene” en su primera acepción como: “parte de la medicina que tiene
por objeto la conservación de la salud y la prevención de enfermedades”.
512
Galeno, Sobre cómo hay que proteger la salud, ed. M. Cerezo Magán, La salud
según Galeno, Lleida 2015, 25-253.

497
Mario Ferrer Vázquez

LIBRO I:

CAPÍTULO VII

Nos habla del niño recién nacido, de la importancia de hacerse cargo


de él y de su salud desde el principio, y éste argumento tiene una gran
importancia para la consideración de la infancia desde otro punto de
vista, que hasta ahora no habíamos visto. Aunque en el desarrollo del
capítulo se diluya entre consideraciones de corte más hipocrático, su
fin último es el de preservar la salud de cara a la edad adulta.
Del niño recién nacido y sus cuidados al nacer nos dice:

“(…) después de haber sido espolvoreado con sal en una medida


prudente, para que su piel se haga más compacta y dura que
sus partes internas.”

En el interior del seno materno, todo era “blando”, sin embargo al


nacer, se debe caminar hacia la insensibilidad del niño, puesto que se
va a enfrentar necesariamente al frío, calor y numerosos cuerpos más
fríos que él. “Conviene que su protección connatural sea preparada
por nosotros de la mejor forma posible con vistas a la insensibilidad”,
termina diciendo Galeno. Considerando, según la teoría hipocrática y
como ya he comentado, que los bebés tienen el temperamento
húmedo, deben alimentarse con una dieta completamente húmeda, a
base de leche, y baños con aguas benignas.
Interpreta la teoría hipocrática de los contrarios y similares, la nombra
dando su punto de vista, de tal manera que la enfermedad se trata con
el contario, como la fiebre con dietas frías, pero el bebé no está

498
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

enfermo, sino que es su condición, por lo que debe utilizarse los


similares513.

“No hay que secar a los niños, pues la humedad es algo natural
en ellos, como se puede ver en las ronqueras, en las corizas y
los catarros514, deben ser dietados en lo que les es pro natura,
humedeciéndolos en baños de aguas potables (pues las aguas
que manifiestan una cualidad medicinal son todas secas, como
las sulfurosas, asfálticas o aluminosas), y suministrándoles
alimentos de una naturaleza de lo más húmeda posible. De este
modo también la misma naturaleza se ha cuidado de los niños
disponiendo de la leche materna como alimento húmedo para
ellos. Por tanto, la leche de la madre es quizás lo mejor en
general para todos los bebés, excepto que casualmente se
encuentre enfermo, y sobre todo para el que está dotado de la
mejor constitución, sobre lo cual trata ahora nuestro discurso. Es
natural que todo el cuerpo y la leche de esa madre sean
irreprochables. Efectivamente de la sangre nos viene el alimento
mientras permanecemos en el vientre de la madre; y de la
sangre también se produce la generación de la leche515, la cual
ha adquirido un mínimo cambio en las tetas. De manera que los
niños que son alimentados con la leche materna hacen uso de
un alimento que no sólo es muy de su costumbre, sino que
además les es el más similar. Es evidente que la naturaleza no

513
Según la teoría hipocrática: la enfermedad se trata con su contrario: “las
afecciones contrarias precisan medicamentos contrarios”, sin embargo según la
naturaleza y la edad o la costumbre, lo que les es más útil es lo similar.
514
Se refiere aquí Galeno a todo tipo de catarros simples, con mucosidad y
húmedos, a los que tan acostumbrados estamos los pediatras, y los padres y
madres.
515
Ya hemos visto que ésta era la creencia de la época. La misma sangre que nutría
al feto ahora nutrirá al bebé, con un cambio que se produce en los pechos.

499
Mario Ferrer Vázquez

sólo ha preparado tal alimento para los bebés, sino que también
ha dispuesto para ellos al punto desde el principio facultades
congénitas para que hagan uso de ella. Y en efecto, si a ellos
cuando han nacido se les pone inmediatamente el pezón de la
teta, maman la leche y tragan con mucha avidez. Y si por
ventura están afligidos y están llorando, no deja de ser una
medicina muy pequeña de su pena para ellos la teta del pecho
nutricio que le alimenta puesta en su boca. Por tanto, estos tres,
efectivamente, son las medicinas que han sido descubiertas por
las nodrizas516 para la pena de los niños, las cuales las han
aprendido por la experiencia; el que ahora hemos dicho y otros
dos, movimiento moderado y cierta modulación de la voz, con el
uso de los cuales no sólo los calman, sino que los conducen al
sueño, mostrando, a su vez, en esto la naturaleza que ellos, los
bebés, están capacitados de forma natural para la música y la
gimnasia. Por lo tanto, todo el que es capaz de hacer un buen
uso de estas artes, éste educará de la mejor manera cuerpo y
alma.”

En este extenso párrafo, no solo nos habla de las aguas y la condición


de húmedo del bebé, sino que hace todo un discurso sobre las
bondades de la leche materna, aunque sin referirse a la propia madre
y, recordando, que en la época no existían más alternativas válidas y
eso, precisamente, es lo que trataban de evitar, la alimentación con
otras leches o con otros alimentos impropios de la edad,
argumentando según los conocimientos que tenían. Para terminar con

516
En esta alusión a las nodrizas, que más que nodrizas son niñeras pues no solo
parece que se dediquen a alimentar, sino también a cuidar; se aprecia a qué clase
de estrato social va dirigido mayoritariamente el texto, y la nula reivindicación que
hace de la leche de la propia madre.

500
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

una observación sobre los cantos y la importancia de transmitir


tranquilidad al bebé.

CAPÍTULO 8

Este capítulo trata sobre el uso de los movimientos en los niños. Tres
movimientos descubiertos por las nodrizas: en cunas, literas y en
brazos. Critica abiertamente a Asclepíades517 y Erasístrato518, al
primero por su oposición al movimiento, que ya he comentado, y al
segundo por hacer lo propio pero de una manera más velada; en
realidad a ambos por haber abandonado la teoría humoral. Según
Galeno, Asclepíades y sus seguidores se oponían a la realización de
ejercicio físico pues no contribuían a la salud, llega incluso a llamarles
charlatanes.
Galeno nos habla de las etapas y los movimientos. Los niños pueden
moverse por sí mismos cuando empiezan a gatear y a andar, pero no
se les debe forzar a caminar para que no se les tuerzan las piernas. A
la edad de tres o cuatro años, pueden hacer otros movimientos como
montar en carro o barco, y a los siete movimientos más fuertes. Según
Galeno, que se opone frontalmente a impedir los movimientos, pues
les son de naturaleza, aunque los encerraras no se les podría impedir
moverse.
Siguiendo las doctrinas de Platón e Hipócrates, se refiere al alma y el
carácter relacionado con la misma, como ya he comentado. El
carácter que es puro, el niño que es bueno en todo, debe protegerse,
el alma se corrompe por malas costumbres en comidas y bebidas,
517
Asclepíades de Prusa, para conocer sobre él ver la introducción al capítulo sobre
Sorano.
518
Erasístrato, comentado en varias ocasiones, ver introducción al capítulo sobre
Roma.

501
Mario Ferrer Vázquez

espectáculos, música, ejercicios, entre otros519. Argumenta


posteriormente sobre el calor innato del cuerpo, para protegerlo se
deben hacer ejercicios moderados y salubres, del cuerpo y del alma.
La ira, la cólera, el llanto, la preocupación, la pena, el insomnio, la
inanición o el desánimo, dicen, provocan enfermedades y atrofian este
calor innato. Recordemos que ya se ha argumentado en la época
hipocrática sobre las constituciones de cada persona y lo que
favorecen éstas al desarrollo de un tipo de patologías, asociadas
siempre con los humores y la teoría de los elementos.
Los niños pequeños que, dice Galeno, tienen el mejor temperamento,
precisan de cuidado para no generar movimientos desproporcionados.
En este párrafo realiza Galeno una argumentación sobre que debe
satisfacerse las necesidades de los niños, para que ese llanto y esa
ira no alimenten su alma de forma negativa, recordando que ellos no
pueden hablar aun, algo que hoy en día alimentaría más de una
polémica, pues es un tema que sigue en boca de todos, aunque los
motivos sean otros:

“(…) es preciso que nosotros, intentando adivinar cuál es su


necesidad, en cada ocasión le sufraguemos ésta antes de que
se acreciente su pena y que su alma, junto con su cuerpo
desemboque en un total movimiento sumamente desordenado;
en efecto, o bien cuando sienten escozor por causa de los
dientes, o están molestos por alguna causa externa, quieren
hacer caca u orinar, o comer, o beber, lloran y se mueven
desordenadamente como si tuvieran convulsiones.”

519
Esta argumentación ya aparece en Las facultades del alma siguen los
temperamentos del cuerpo. Algo similar ya defendía Aristóteles en su tratado sobre
política, que comenté en la primera parte.

502
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

El que cuida y educa a los niños, debe aportarles moderación, según


Galeno. Contando a continuación un caso vivido en primera persona
por el propio médico de Pérgamo, en lo que podría ser un caso en una
consulta pediátrica de hoy en día, dando una lección de puericultura:

“Pues bien, yo una vez a un niño que lloraba durante todo el día
y que estaba irritado y que se cambiaba de posición con
vehemencia y desordenadamente, descubrí qué era lo que le
afligía, estando él falto de alimento; como, efectivamente, ni
poniéndolo en la teta, ni levantándolo la nodriza por si quería
hacer caca u orinar, se calmaba, y no se consolaba en absoluto
ni cuando puesto en sus brazos intentaba acostarlo, advertí que
su cama, sus pañales, y sus indumentarias estaban demasiado
sucios, y que el mismo niño estaba sucio y sin lavar, ordené que
se lavara y se limpiara, y que se le mudara la ropa de cama, y
que se le pusiera el vestido todo limpio; y cuando todo esto se
hizo al punto cesó en movimientos desmesurados, e
inmediatamente cayó en un sueño muy plácido y muy profundo.
Poner bien la mira en las cosas que afligen al niño no sólo es
obra de perspicacia, sino también de la experiencia sobre lo que
continuamente es objeto de su cuidado.”

CAPÍTULO 9

En este capítulo trata sobre las cualidades de la leche, organolépticas,


para saber si es buena, válida, o no. Así como las características de la
dieta de la nodriza, tales como abstención amorosa. De forma similar
a como lo hace Sorano.

503
Mario Ferrer Vázquez

CAPÍTULO 10

Sobre otros alimentos en los niños, que deben ir introduciéndose al


iniciar la dentición, pan primero, legumbres y carnes después,
amasadas para introducirlos en la boca. También sobre las fricciones
con aceite del cuerpo del recién nacido. Todo ellos de forma similar a
como lo refleja Sorano. Galeno, además, parece reflejar lo que hacen
las nodrizas, más que dictar dogma. Lo que hace es argumentar el por
qué de estas acciones, desde un punto de vista hipocrático520.
En un momento Galeno desaconseja tomar alimento antes del baño o
antes de las fricciones, ya que esto podría provocar que la leche sin
digerir pase al resto del cuerpo521. Defiende que esto debe realizarse
de forma ordenada, tranquila y rutinaria. En los niños que son de
mayor edad, “que obedecen con golpes, amenazas, reprimendas y
advertencias”, dice Galeno, el tiempo del baño debe realizarse
ofreciéndoles un chantaje del tipo “si no te bañas no te daré de
comer”. Dando de nuevo lecciones de puericultura.
Sigue Galeno diciendo que a aquel que goce de buena salud corporal,
se le debe educar para que la conserve tal cual, y para eso es
importante no alimentar antes del baño. Galeno tiene muy claro a
quién va dirigido este discurso, pues en un momento habla de
aquellos que no tienen baño en sus casas diciendo que “quizás ni
siquiera lo van a leer”, para atacar posteriormente a los pueblos
germanos que bañan a sus hijos en lagos helados al nacer, y resto de
pueblos “bárbaros”, a los que compara con animales. Diciendo que

520
Me da la sensación de que acepta estos cuidados, y acepta incluso lo dicho por
Sorano, y trata de encontrar el punto hipocrático que éste no le dio a sus
argumentaciones.
521
¿Origen de una de las creencias populares más extendidas?

504
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

este discurso está escrito para “griegos o para aquellos que, a pesar
de ser de naturaleza bárbaros, emulan la cultura griega522”.
Finaliza el capítulo diciendo que a los niños en sus primeros años se
les debe alimentar a base de leche, y dar baños calientes con aguas
dulces, para mantener su carácter húmedo, mencionando de nuevo a
Hipócrates, y evitando ejercicios extremos.

CAPÍTULO 11

En este capítulo razona por qué un niño no debe beber vino, de


ninguna manera523, incluso tampoco en los adultos sin la moderación
pertinente., por razón de la humedad de los niños, lo que les hace no
beneficiarse de las propiedades del vino, y sí de sus daños.
Galeno no aconseja prohibir el agua fría, sobre todo de aguas limpias
y claras, de fuentes frescas. Haciendo después una valoración de
cuáles serían las condiciones de una buena agua de bebida, y del aire
que se respira.

CAPÍTULO 12

En este capítulo trata sobre los niños en la segunda etapa, que como
ya he comentado sería desde los 7 a los 14 años, lo que los griegos
llamaban la segunda hebdómada524. Sobre cuál es su temperamento y
qué régimen necesita. Mediante ejercicio, ni excesivo ni violento,
522
Bien conocido es el chovinismo de Galeno, y en esta frase se refiere también al
pueblo romano, de forma velada. Atacando ferozmente a las culturas de los pueblos
germanos y aquellos que no son griegos o adoptan la cultura griega.
523
Costumbre muy extendida, incluso mencionada en los tratados hipocráticos,
aunque habitualmente rebajado con agua o aguamiel.
524
Periodos de siete años, según la teoría pitagórica, considerada ciencia.

505
Mario Ferrer Vázquez

baños aun calientes, formando su alma (hábitos y estudios nobles),


cultivando la modestia y la obediencia. Conviene hacer que le cuerpo
dure el mayor tiempo posible, y sobre todo aquel que goza de la mejor
disposición natural, como viene argumentando durante todo su
discurso el médico griego. En momentos, nombra aquellos que no
gozan de salud desde el nacimiento, aunque dice que no son el objeto
de su discurso525. Finalizando con una explicación de aquello que la
naturaleza ha dispuesto para eliminar los residuos: hígado, intestinos,
poros, otros conductos y órganos, nos remite a sus tratados de
fisiología y anatomía. Con este discurso continuará.

Hasta aquí lo más importante sobre la infancia de lo analizado en la


obra de Galeno. Existen otras referencias, más escuetas y sin
significado importante o novedoso, recordemos que maneja muchos
de los dogmas hipocráticos y asume muchas de sus teorías y terapias.
Finalizo el análisis en profundidad de las fuentes primarias, en lo que
a medicina infantil se refiere, esperando haber realizado además un
adecuado y correcto contexto histórico, base de la cuestión a tratar,
pues de él dependía la adecuada comprensión de los textos. Me
corresponde ahora pasar a a la última reflexión y conclusiones sobre
el trabajo.

525
Parece que no le interesan, puesto que lo que quiere explicar Galeno es como
preservar la salud, si de ésta ya se adolece difícilmente se puede conservar.

506
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística
greco

TERCERA PARTE

LA VISIÓN DEL PEDIATRA ACTUAL

Posición del feto en el útero. Ilustración que acompaña un texto de Muscio, sobre el
año 900 d.C. Texto ginecológico traducción al latín del Gynaecia de Sorano.
S
(Extraído de Soranus’ Gynecology,
Gynecology O. Temkin, Baltimore 1856, 189.)

507
Mario Ferrer Vázquez

10. LA INFLUENCIA DE LA MEDICINA CLÁSICA EN EL


NACIMIENTO DE LA PEDIATRÍA MODERNA Y EN LA SOCIEDAD
ACTUAL

La medicina de la Antigüedad tiene un papel fundamental en la


conformación básica de la medicina actual. El carácter científico y
crítico de los pensadores clásicos no se transmitió hasta el
Renacimiento, tras el oscurantismo y continuismo de la época
medieval, en la que la cultura en general sufrió un escaso avance,
incluso un retroceso en ciertos ámbitos. En la medicina se confió en
los preceptos galénicos, hipocráticos en sentido general, hasta más
allá del siglo XV. Lo que significa que, con algunas variaciones, los
médicos europeos siguieron utilizando las mismas doctrinas durante
aproximadamente unos dos mil años. Obviamente esto significa que la
inquietud intelectual y científica de la cultura griega, quedó enterrada
en los libros y en la historia hasta el contacto de la Europa medieval
con las culturas orientales, sucesoras de Roma en el control político y
el saber intelectual de los antiguos reinos helenísticos. La herencia del
mundo clásico es en este punto esencial para conocer las bases del
racionalismo, de la cultura europea, de su pensamiento y de su
pragmatismo empírico. Cómo no, la medicina es una parte muy
sensible de esa herencia, tanto en la evolución de sus conocimientos
como en el rasgo humanístico que caracteriza a sus practicantes, con
el añadido de una notable influencia en el pensamiento de los nuevos
y modernos tiempos del Renacimiento.

508
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

10.1. LA INFANCIA Y SU TRATAMIENTO EN LOS TEXTOS


DE LA ANTIGÜEDAD.

Ya he escrito acerca de la consideración de la infancia en la cultura


grecorromana, sin embargo, tras la recopilación de datos médicos,
estoy en disposición de realizar y contestar algunas cuestiones
olvidadas en la mayoría de textos historiográficos y sobre las que
quiero basar mi disertación final.

a) ¿Eran los niños realmente tratados como una parte de la


medicina de la madre?

A la vista de lo recopilado, no. En los textos analizados las referencias


a las patologías de la edad pediátrica se encuentran entre medias de
los numerosos tratados relacionados con temas concretos. Lo que
clásicamente se ha mencionado es debido a que existen tratados de
la mujer específicos, y no de los niños, y que en los tratados
hipocráticos sobre las mujeres se hace mención a sus hijos, tanto a
los non natos como a los recién nacidos, sin hacer mención a nada
más (Sobre las enfermedades de las mujeres, sobre el parto de ocho
meses…). Sin embargo existen muchos otros textos, como hemos
podido comprobar tras el análisis de este trabajo, en los que se habla
de patologías de la infancia, incluso de educación y promoción de
salud, en un contexto separado de la obstetricia.
La idea preconcebida es debida al tratado de Sorano, que fue el texto
ginecológico más consultado de toda la Antigüedad y Edad Media, en

509
Mario Ferrer Vázquez

el que se hablaba de los cuidados del recién nacido, aunque el


nombre del tratado fue el de Ginecología. Sin embargo esto es algo
muy lógico, pues como ya he comentado el varón consideraba lícito
seguir ejerciendo su situación de supremacía sobre la mujer. En esta
historia clásica, escrita y documentada mayoritariamente por hombres,
en la que la medicina femenina se ejercería en la mayor parte de los
casos por mujeres, más o menos preparadas, generar una
especialidad médica (sin el concepto actual por supuesto) dedicada a
las mujeres era algo impensable. Las mujeres, al margen de
diferencias sociales, tenían una diferencia fundamental con el hombre,
su aparato reproductor y su capacidad de engendrar. Esta situación
fue la que motivó la diferenciación de las patologías de la mujer, y
también del recién nacido, como fruto de esa concepción y, además,
porque dicho recién nacido quedaba a cargo de las mujeres, sean las
madres o las nodrizas, durante los primeros años de vida,
especialmente durante su primera hebdómada.

b) ¿Existía un desprecio general por la infancia y en especial


por la infancia femenina?

No se podía considerar un desprecio a la poca aparición de la infancia


en la literatura en general. Los niños eran frágiles, con elevada
mortalidad y morbilidad y generaban trabajo y cuidados que no todos
podían mantener. La cuestión de los expósitos, ampliamente
comentada en la primera parte de este trabajo, es un reflejo de esto
mismo. Sin embargo, ¿a caso si hubieran existido instituciones de
cuidado de niños abandonados o acceso al aborto no lo hubieran
escogido las mujeres?, la respuesta se puede obtener del estudio y

510
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

análisis de todas las épocas de la historia de la mujer y la infancia, por


supuesto que sí526.

c) ¿Diferenciaron los médicos clásicos las patologías propias


de la infancia?

Los médicos hipocráticos y del resto de escuelas, no se preocuparon


en analizar las causas de la elevada morbimortalidad, ni siquiera para
intentar ponerle freno, puesto que la sociedad tampoco invitaba a ello.
Se distinguen patologías que por observación clínica se producen
mayoritariamente en la infancia, pero sin otorgarles la importancia
debida. En cuanto una patología infantil aparece también en la edad
adulta, se habla de ella de forma genérica. Así pues, está claro que
fueron capaces de diferenciar estas patologías por edades, además
recordemos que la medicina hipocrática separaba por edades muchas
de las patologías y su evolución, y que la teoría humoral de los
elementos otorga a la infancia una característica diferenciada respecto
a otras etapas de la vida.

526
Al respecto de este tema, del aborto en la sociedad clásica, recomiendo la lectura
de la tesis doctoral: González Gutiérrez, PA. (2015). El vientre controlado:
anticoncepción y aborto en la sociedad romana. Madrid.

511
Mario Ferrer Vázquez

d) ¿Eran correctas sus aportaciones y conocimientos


médicos sobre las enfermedades infantiles?

La descripción detallada de los síntomas mediante la observación es


una característica primordial del médico hipocrático, y desde luego
debe serlo del médico de cualquier época.
Los textos hipocráticos sobretodo, y también los posteriores, ofrecen
detalladas descripciones de las enfermedades, de sus signos y
síntomas, de las circunstancias que concurren en ellas y en su
entorno; elucubran sobre el pronóstico de las mismas,
indisolublemente ligado al diagnóstico hipocrático, y todo ello desde la
más absoluto rigor científico, es decir, desde el razonamiento y
argumentación en cada una de sus observaciones. No obstante este
método tenía diversas lagunas y problemas. Obviando que las
razones estaban basadas en teorías que hoy se han demostrado
erróneas, la teoría humoral, conocimientos muy limitados sobre
anatomía y fisiología, nosología y terapéutica muy escuetas; existían
errores sobre éstos, como la excesiva elucubración partiendo de
premisas sobre una observación, la facilidad para sacar conclusiones
por analogía, la excesiva utilización de los preceptos filosóficos para
definir según qué estados.
En definitiva, la observación de los síntomas era más o menos
adecuada, pero no podían avanzar porque sus bases eran limitadas,
aun así ejercían el razonamiento de un modo sistemático y metódico.
Los médicos hipocráticos, a diferencia de los cnidios, no diferenciaban
enfermedades concretas en muchas ocasiones, como ya he
comentado con anterioridad, limitándose a describir síntomas y signos
dentro de un contexto específico, razonando sus causas y sobre ellas
ofreciendo el diagnóstico, pronóstico y tratamiento. En ocasiones
puedo identificar enfermedades concretas que los hipocráticos

512
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

designan con un solo nombre, o a veces, como una agrupación de


síntomas.

e) ¿Cómo pudieron obviar una época con una tasa tan


elevada de morbimortalidad?

No considero que la obviaran, al contrario, eran muy conscientes de


ello, y también muy conscientes de las consecuencias que tenía sobre
la población infantil. Pero se atribuían a causas naturales y era
considerado “normal” en la evolución de ciertos niños, pues no todos
tenían la constitución de cuerpo y alma para soportar el paso de los
años. Probablemente la impotencia de los médicos y que no era su
principal objetivo, recordemos que la medicina griega no era
precisamente altruista, hacen que no den la importancia que merece
este tema, al que no se dedicó la atención debida hasta hace poco
más de un siglo.

f) ¿Supieron separar por edades aquellos problemas


relacionados con la medicina y la sociedad?

Las edades infantiles quedaron claramente diferenciadas según las


teorías pitagóricas, en hebdómadas, es decir en periodos de siete
años; así como en los primeros años de vida por otro de los
condicionantes para su crecimiento, desarrollo y alimentación: las
distintas etapas de la dentición.
En efecto las etapas estaban marcadas por las diferentes fases de la
dentición, los primeros 7 meses, los primeros 7 años, los segundos 7
años, que hacían coincidir con este número para confluir con la teoría

513
Mario Ferrer Vázquez

numerológica; dado que coincide aproximadamente con las fechas de


la dentición527.
En la sociedad, generalmente la de las clases altas que es de la que
nos ha llegado casi toda la información, esta subdivisión también tenía
importancia en cuanto a la educación, como podemos ver en los
citados textos de Aristóteles y Galeno, por ejemplo.

g) ¿Existía un trato diferenciado a la infancia en función de


las clases sociales?

Indiscutiblemente sí, y no sólo de la infancia sino que existía un trato


diferenciado y abismal entre las clases sociales griegas y romanas. No
sólo entre los libres, esclavos y libertos, sino dentro de los propios
habitantes libres existía diversidad de derechos entre ciudadanos y
extranjeros, y entre ciudadanos plebeyos –la inmensa mayoría– y la
aristocracia ciudadana; en Grecia, concretamente en la sociedad
ateniense, con parecidas condiciones, y en todos los casos de la
antigüedad con las mujeres en situación de inferioridad jurídica. El
papel de la mujer hija de ciudadano en Roma quedaba sujeto a la
dependencia y autoridad del paterfamilias hasta que se casaban, a
una temprana edad, para pasar a depender de su marido. Sin
embargo, a las meretrices (prostitutas) sí se las consideraba mujeres
libres, aunque no estaban bien vistas.
Como ya dije los médicos griegos eran, en principio, esclavos.
Posteriormente ya ciudadanos libres, libertos (esclavos a los que se
les concede, por algún u otro motivo, la libertad), mejorando su
527
Todo este tipo de hallazgos contribuían a generar más creencia aún en las
teorías numerológicas. Éstas se generan de la observación de ciertos fenómenos
naturales y encontrando en ellos referencias numéricas que agrupaban en
proporciones. Sobre estos temas ya he hablado con anterioridad.

514
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

posición social y económica. Muchos de ellos eran ciudadanos libres,


de familias que hoy consideraríamos burguesas, o bien de alta
sociedad, al menos los médicos más influyentes de la época, gozando
de una buena posición social por ambas situaciones, ser médico y
pertenecer a buena familia.
En cuanto a la infancia, nunca ha tenido una consideración especial
dentro de la sociedad, y contaban con los mismos derechos y
consideraciones que sus progenitores, siempre que éstos lo
aceptaran. No aparecen como estrato social en la mayoría de textos y
se podría considerar que estaban “olvidados” y desde luego afirmar
que no se les daba el trato que la historia ha demostrado más eficaz
para el avance de las sociedades, del mismo modo que a la mujer.
Así pues, los hijos de esclavos eran tratados como esclavos, por
médicos esclavos o, generalmente, curanderos. Los hijos de plebeyos,
en general, por un médico cercano de condición social similar, o bien
por curanderos. Los hijos de las clases altas eran tratados por
aquellos que nos han escrito la historia de la medicina y han llegado
hasta nuestros días, es por esto que la visión de la misma está, muy
probablemente, sesgada por estos testimonios de médicos de clases
altas y con ausencia de mujeres, lo que deja a la infancia en un
discreto segundo plano.

h) ¿Era la evolución de la infancia un marcador de la


evolución de la sociedad?

Absolutamente sí. La evolución de la infancia, de los derechos de los


niños y de las mujeres, ha marcado un avance extraordinario en la
sociedad contemporánea.

515
Mario Ferrer Vázquez

Poco podemos decir sobre este tema en la sociedad grecorromana


clásica, pues no se produjeron grandes avances en el tratamiento
social de la infancia, salvo la creación por parte de los emperadores
Adriano y Trajano principalmente, de instituciones que acogían a niños
abandonados e indigentes y de ocuparse más profundamente del
problema de los expósitos, dictando leyes para que se depositaran en
los exteriores de algún templo o institución. La llegada del cristianismo
supuso la creación de instituciones de carácter caritativo, sin embargo,
y por desgracia, esto se desvirtuó durante la edad media.

i) ¿La medicina infantil en la época galénica era distinta a la


hipocrática?

La medicina infantil en general, y como tal, nunca existió en las


sociedades griegas y romanas, no obstante sí que los médicos como
vimos se ocupaban de ciertas partes de la vida del niño,
principalmente de aquellas relacionadas con la primera infancia.
Conjeturando, es posible y hasta probable que los médicos de los
plebeyos o de los esclavos, se ocuparan de temas más cotidianos en
las dolencias y padecimientos infantiles, del mismo modo que en las
sociedades actuales. No obstante los escritos que nos llegan y sobre
los que construimos nuestro conocimiento histórico, recogen muy
poco sobre este tipo de infancia y de asistencia.
En sentido estricto, la medicina galénica no solo no era distinta a la
hipocrática, sino que era la misma. Influido tan sólo por los escasos
avances sociales en lo que a clases, géneros y edades se refiere, y en
los adquiridos nuevos conocimientos anatómicos, Galeno confeccionó
la medicina sobre las bases de la doctrina hipocrática y, en ese
sentido, no podemos decir que aportara muchas novedades, pero sí

516
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

algunas importantes, junto a la enorme influencia que su inmensa obra


pedagógica ha ejercido en el arte médico y su expansión.
En ese sentido conviene destacar el texto Sobre cómo hay que
proteger la salud, ya que en él se recogen datos anteriormente no
citados de forma expresa en ningún tratado médico hipocrático, siendo
una mezcla entre la promoción de la salud de aquellos que gozaban
de ella y de la educación sobre los preceptos griegos clásicos. Parece
tomar los datos de experiencias propias, de la filosofía aristotélica, de
la medicina hipocrática y, porque no decirlo, se intuye en este tratado
una influencia de los textos de Sorano, pese a no pertenecer a la
misma escuela. Y es que, como ya he dicho, aunque no coincidió por
completo con las doctrinas clásicas de Sorano, nunca ejerció con
vehemencia la defensa de la doctrinas hipocrática frente a las del
efesio, a quien no criticó, y Sorano por su parte, no abandonó de
forma completa las doctrinas hipocráticas, hecho que se puede
deducir de la lectura de sus textos.

j) ¿Qué aportaron Sorano y Galeno a la pediatría?

Ya he comentado la aportación de Galeno, mejorando la medicina


hipocrática y adaptándola a los nuevos conocimientos de la medicina
alejandrina, especialmente en lo que a anatomía se refiere.
Introduciendo variables pedagógicos pero sin demasiados cambios,
pues recordemos que Galeno era ferviente admirador, seguidor y
transmisor de la obra de Hipócrates, rechazando incluso aquellos
textos que, aun incluidos en el Corpus Hippocraticum, consideraba
ilegítimos. Galeno pues, a mi juicio, aportó lo que los hipocráticos
aportaron en la observación y razonamiento de las patologías, pero
sin avanzar demasiado en el tema infantil. Sin embargo sí descubrió

517
Mario Ferrer Vázquez

conceptos anatómicos y contribuyó a conocer mejor la fisiología en


general, y a recoger lo que fue uno de los primeros tratados de
medicina preventiva, incluyendo una parte de puericultura528.
En cuanto a Sorano, su aportación fue quizá de las más importantes
de la historia de la medicina infantil. Su tratado Gynaecia incluye el
primer libro sobre cuidados del recién nacido del que se tiene noticia,
no sobre notas incluidas en otros textos o en aforismos, sino un
tratado de neonatología y puericultura sobre el recién nacido sano y
sus problemas principales. Su aportación es pues, extraordinaria. La
visión de Sorano sobre el papel de las mujeres en la sociedad, y sobre
el papel que desempeñan en la crianza de sus hijos, es
absolutamente novedosa para la época. Esta visión más abierta,
huyendo de la mayoría de dogmatismos, le hace ser crítico cuando lo
requiere la situación, y metódico. La observación de los fenómenos
que se producen en el recién nacido, los razonamientos que ofrece y
las soluciones, no distan demasiado de las actuales como ya he
comentado. Lo referente a algunas fases de alimentación, a la
sospecha de contagios, a los cuidados generales. Muchas de sus
teorías y aplicaciones se han demostrado equivocadas, pero el simple
hecho de la observación razonada, del cuidado con el que trataba al
recién nacido y sus madres, de la especial consideración que daba a
ambos y a la figura de la nodriza, hacen merecedor a Sorano del
apelativo de “padre de la pediatría” en sentido anacrónico, desde mi
punto de vista.

528
Galeno, Sobre cómo hay que proteger la salud, ed. M. Cerezo Magán, La salud
según Galeno, Lleida 2015, 25-253.

518
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

k) ¿Qué hubiera sucedido si Galeno hubiera sido metodista o


pertenecido a otra escuela distinta a la dogmática?

Muchas veces me he preguntado esto, y a buen seguro muchos de los


médicos que se han interesado en la historia de la medicina, ¿era la
teoría humoral la más correcta fisiopatológicamente hablando?, ¿era
la única alternativa existente?, ¿se le dio la importancia debida al resto
de corrientes médicas?
De todas las escuelas se podría extraer una enseñanza correcta, y
muchas de ellas tenían teorías que quizá se acercaban más a los
conocimientos actuales. Desde mi punto de vista quizá las teorías
atomistas indicaban un camino más directo sobre el origen de las
enfermedades y la fisiopatología de muchas de ellas. La escuela
clásica de Cnido ofrecía una mayor importancia a las enfermedades
concretas, la escuela empírica a las soluciones, pero ninguna de ellas
ofrecía una profundización teórica tan importante, ni una búsqueda
constante de las causas para después analizar los tratamientos, el
diagnóstico, el pronóstico.
Así pues, aunque la teoría humoral no era la más acertada, siglos
después se demostró, sí lo era en general la actitud de los médicos
dogmáticos e hipocráticos, puesto que era la base de todo método
científico adecuado. En un contexto filosófico, era imposible separar
completamente ninguna disciplina cultural de la filosofía y los
pensamientos racionales, afortunadamente diría yo, la historia nos
demostrado que apartarse de la razón, no conduce sino al caos y a la
ignorancia.
¿Qué hubiera sucedido?, imposible saberlo, pues la historia no
depende de una doctrina u otra, sino de una concatenación de hechos
que construyen nuestra realizad actual, y nos enseñan el camino para
aprender de él.

519
Mario Ferrer Vázquez

l) ¿Qué hemos aprendido de la medicina de la Antigüedad y


de la infancia que podamos aplicar en nuestra sociedad?

1. Filosofía: las grandes ideas de la humanidad nacen de la


inquietud de algunas personas, que son capaces de realizar
preguntas sobre cuestiones que para el resto de la humanidad
parecen obvias. Este primer paso, esta primera duda, esta
primera inquietud es la base de todo, el inicio de cualquier
descubrimiento, el principio del conocimiento, pese a que
muchas de esas preguntas no tienen respuesta, o es difícil
encontrarla, o no es satisfactoria la misma o incluso errónea.

2. Método: los clásicos seguían una metodología para sus


investigaciones y para sus discursos, éste método, fuera el que
fuese, es el que les permitía seguir un camino sin desviarse, y
poder encontrar las respuestas a las preguntas de manera
correcta. Lo que, para nosotros, es el inicio del “método
científico”: pregunta, búsqueda, hipótesis, metodología, trabajo,
resultados, análisis y conclusiones.

3. Observación: la minuciosa observación de los síntomas, los


signos, el paciente, su entorno, su familia, su vivienda, las
características climáticas y del aire que respira, la bebida y
hábitos dietéticos e higiénicos. Todo ello forma parte de la
historia clínica, que es la principal aportación de la medicina
hipocrática que ha trascendido los siglos.

4. Razonamiento: con esta observación, y la teoría conocida,


realizar una opinión argumentada.

520
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

5. Conclusión: concluir tras ese razonamiento, en un diagnóstico,


pronóstico y tratamiento.

6. Límites: conocer sus límites, los aportados por la naturaleza y


pos sus conocimientos en la época, del mismo modo que ahora
debemos conocerlos.

7. Escuelas: las diferentes escuelas existentes, opiniones todas


válidas y de las que sacar enseñanzas. Tal y como trató de
inculcarle el padre de Galeno, conocer todas las escuelas para
huir de sectarismos limitantes, el conocimiento nos hace duelos
de nuestras propias conclusiones y es la mejor manera de
obtener un criterio propio fundamentado.

8. Transmisión: la importancia de la transmisión de los


conocimientos por medio escrito.

9. Trato a la infancia: del trato dado a la infancia podemos extraer


una serie de enseñanzas. La infancia en el mundo clásico era
considerara una etapa más de la vida, pero sin las
connotaciones actuales ni darle ningún tipo de importancia,
pues no se consideraba hombre pleno (e imaginemos que
ocurriría en el caso de la mujer) hasta que no estaba “formado”,
y en ese camino difícil muchos morían, otros caían en
desgracia, y otro simplemente seguían los pasos de sus
familias. Así pues la medicina ofreció un trato mucho más
diferenciado y humano de lo que la sociedad dispensaba a la
infancia. Hablando de patologías propias, de historias clínicas,
de cuidados específicos, de la importancia de la educación de

521
Mario Ferrer Vázquez

la salud y el alma. Ya desde tiempos hipocráticos el niño era


considerado una etapa más y, sin profundizar en ello eso es
cierto, sí se ofrecía una constitución distinta, una evolución
distinta y una serie de condicionantes distintos que lo hacían
distinto. Así pues el trato a la infancia, no solo en la Antigüedad,
sino a lo largo de los siglos no ha sido el mejor, especialmente
tras las civilizaciones grecorromanas, en la edad media, donde
la sociedad retrocedió y del mismo modo, ¿o quizá debido a
ello?, también lo hizo el trato a la infancia.

10. Calidad asistencial en la infancia: el ofrecer una adecuada


calidad de asistencia a los niños, cosa que sí hicieron los
clásicos pues, en la sociedad en la que vivían, dispensaron una
asistencia médica a la infancia mayor de lo que la sociedad en
general daba por y para ellos, los niños. Extraemos como
enseñanza a lo largo de la historia que de la calidad de la
asistencia general a la infancia, educación, sanitaria y de todo
tipo, depende en gran parte el desarrollo de una sociedad.

11. Medicina basada en la evidencia: actualmente está de


actualidad y casi ninguna acción médica se realiza sin tener en
cuenta la “evidencia529”, pues bien, ese mismo modus operandi
tenían los médicos de la Antigüedad, pero basados en sus
pruebas, absolutamente ciertas para ellos, sin dudas, o tal vez
sí pues algunos cuestionaban los dogmas, pero desde luego
las pruebas eran las que ellos ofrecían basadas en sus propias
teorías que consideraban incluso probadas, ¿toda la evidencia

529
Palabra derivada del inglés, “el actual griego”, que significa “prueba”, sería tal vez
más correcto hablar de medicina basada en pruebas, pero la traducción que se usa
en la actualidad es ésta.

522
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

médica actual es dogma y se considera irrefutable?, dejo esta


pregunta en el aire, para retomarla posteriormente.

12. Humanismo: quizá la enseñanza más importante que debe


extraer un médico en cualquier época de la historia, es que la
medicina y los médicos no son una ciencia exacta ni tampoco
abstracta, no son matemáticas, no son filosofía, la medicina es
un arte por y para las personas, el médico debe ser capaz de
empatizar con el enfermo y con su entorno, debe tratar de ser
lo más humano posible, observar, escuchar y sacar sus
conclusiones en base a sus conocimientos y a su experiencia, y
la experiencia no es tan sólo algo personal, la experiencia
empieza el mismo día que Alcmeón de Crotona se desmarca
de la filosofía para crear un nuevo arte, el médico, que será el
motor de nuestras vidas: “un médico nunca deja de ser un
médico”, y aquellos como yo, que han escogido dedicar su vida
no sólo a la medicina, sino a la medicina de la infancia, el
humanismo es clave para nuestra profesión.

523
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

12. CONCLUSIONES

Durante el análisis de los tratados médicos, he ido recopilando las


impresiones y el análisis de los textos que he leído, desde el punto de
vista actual.
Organizado de una manera cronológica, al más puro estilo
historiográfico. Dividida en dos partes diferenciadas, la una que
repasa la historia de la medicina, la otra que analiza los textos en
profundidad en busca de la infancia en la medicina clásica.
Voy ahora a tratar de resumir aquellos conceptos que los médicos de
la Antigüedad tenían sobre la medicina infantil. Dividido en etapas
para hacerlo, así, más didáctico.

CORPUS O MEDICINA HIPOCRÁTICA

Se trata del análisis más exhaustivo dentro de mi trabajo, por tratarse


del mayor volumen de textos conservados, y por tratarse de la
enciclopedia médica más importante del mundo clásico, aquella en la
que Galeno y el resto de médicos de varios siglos después, basaron
gran parte de sus conocimientos médicos, no todos tenían la
capacidad de poder formarse en Cos, o en Alejandría, o con maestros
de renombre.
He basado gran parte de mis conclusiones en este primer periodo,
considerando que es el cambio más radical, desde la pseudomedicina
mágico-religiosa al arte médico, téchnè.

525
Mario Ferrer Vázquez

Como ya he comentado, socialmente no existe una necesidad de


avanzar en la medicina infantil, necesidad que sí hay en la medicina
femenina. La precaria situación de la infancia, de riesgo, la
consideración de que un niño es un adulto en proceso de formación, y
de que los niños pequeños eran responsabilidad de las madres o
nodrizas, unidos a su elevada mortalidad, hacen de este periodo de la
vida poco atractivo para el médico hipocrático, que en sus comienzos
trata la medicina en su conjunto.

Sin embargo, los hipocráticos tenían muy claro que el temperamento


no era igual en un niño, que en un joven, adulto o anciano, y en
numerosos textos diferencian las edades para según qué procesos.
Existen numerosas referencias a historias clínicas infantiles, a
patologías concretas de la infancia y otras que, sin explicitar, a buen
seguro se daban. En los Aforismos, el periodo infantil está presente.
Los hipocráticos iniciaron el método científico, se comportaban como
médicos racionales y autores de una medicina bien estructurada y de
carácter general, pero más centrada en el joven y adulto de ambos
sexos, aunque sin abandonar las edades extremas donde, en
ocasiones, ponían su punto de mira, conscientes de las diferencias.
Las teorías sobre las que se asentaban sus conclusiones, eran
erróneas desde nuestro punto de vista actual. Sin embargo,
analizando en profundidad su método, éste era correcto, y en cuanto
al mismo, ejecutado de una manera magistral en muchos de los
textos; y ese es el punto de vista que debe tener el interesado en la
materia, y el médico de hoy que busca el contexto histórico, es decir,
la abstracción de toda visión actual y dejarse llevar por la evolución
histórica. La teoría humoral, compuestos de humores que deben estar
en equilibrio, de pneuma que nos da la vida, y de una serie de

526
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

funciones fisiológicas de la materia, no deja de ser una explicación


adecuada a sus conocimientos.
De entre todo lo analizado, voy a extraer aquello me parece más
ilustrativo, y es lo referente a la enfermedad sagrada. Aunque
mantuvo su nombre durante años pese a criticar su carácter de
“sagrada” y desmentirlo, aludiendo causas concretas como a cualquier
enfermedad, es un gran ejemplo de la mentalidad hipocrática, y una
gran reflexión para el médico actual.
La enfermedad sagrada se traduce habitualmente como epilepsia, sin
embargo en la lectura de los tratados sobre la misma, es fácil darse
cuenta de que se refiere a espasmos de diversa etiología, desde los
infecciosos, a los puramente epilépticos, e incluso a espasmos que no
consideraríamos crisis hoy en día. Con el nombre de “epilepsia” o
“enfermedad sagrada” de la Antigüedad hoy se conocen numerosas
entidades distintas, incluso de etiologías distintas, y con tratamientos
distintos, y aunque todavía no conocemos en profundidad esta
patología, sí hemos desvinculado de la misma las infecciosas y
tóxicas, por ejemplo. Este tipo de diagnóstico hipocrático es el típico
de los médicos de la época, que basaban su descripción nosológica
en un síntoma guía y no en una enfermedad.
El asma es otro ejemplo; con esta palabra se conocía en la
Antigüedad un síntoma, de etiología incierta, lo que hoy llamaríamos
disnea. Hoy en día llamamos asma a una enfermedad crónica
inflamatoria de la vía aérea, pero que presenta numerosos y distintos
desencadenantes, varios fenotipos y presentaciones, que difieren
tanto entre sí que a muchos de los que nos dedicamos diariamente a
tratar con ella, nos parece que no estamos ante la misma enfermedad.
Con estos dos ejemplos, ¿no podría ser que en unas décadas, o
siglos, lo que hoy llamamos “asma” tenga, en realidad, varios nombres
y tratamientos distintos?, por supuesto que es posible, y hasta

527
Mario Ferrer Vázquez

probable. ¿Nadie se para a pensar que ocurriría hoy si habláramos


con Hipócrates o Galeno y les contáramos nuestras teorías sobre los
virus y las bacterias, o sobre la genética?
El conocimiento de las patologías y el ser humano avanza cada día,
más o menos rápido, pero es el espíritu crítico, la observación y el
razonamiento el que nos lleva a ello. Eso fue lo que motivó a esos
pioneros de la medicina a contradecir al mundo entero, dando causas
a las enfermedades que, hasta entonces, no eran sino castigos
divinos. Tan sólo por esa enseñanza, ya vale la pena conocer las
bases de nuestra ciencia.
El avance del conocimiento va de la mano con el avance de la
sociedad. Las comunidades de la Antigüedad clásica eran
avanzadas, con respecto a lo previo, con un sistema político y
organizativo que es la base de nuestros actuales sistemas, con una
organización en muchos aspectos similar. Pero con profundas
diferencias sociales, que hacían de la medicina y del enfermar, una
cosa bien distinta según a que estrato social pertenecieras. Como ya
he dicho, la infancia estaba en segundo plano, aunque sí es cierto que
hubo acciones para promover la educación y la sanidad en los niños,
reflejo de una sociedad que quería avanzar.
Como pediatra tiendo a pensar que el avance de la sociedad en el
último siglo o siglo y medio, va de la mano del desarrollo de la
atención a la infancia. Coincide la creación de la pediatría como
especialidad con el auge de la ciencia y el mundo industrializado, en
aquellos países donde este movimiento fue más importante: Reino
Unido, Alemania, y otros países centroeuropeos. La atención
diferenciada a las patologías de la infancia, la atención en general a
los derechos de los niños y la preocupación por la neonatología,
preservar la vida infantil, disminuir la mortalidad, evitar la explotación
laboral, y otros muchos hitos históricos, van de la mano a finales del

528
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

siglo XIX, junto al auge de las teorías bacterianas y los


descubrimientos de vacunas.
Así pues el cuidado de los niños, la atención y la puericultura, forman
parte de una sociedad avanzada. Los indicadores de mortalidad
infantil son de los más importantes a la hora de valorar el grado de
desarrollo de una sociedad.
En la antigua Grecia era difícil disminuir estos índices con los
conocimientos que tenían, pero no nos engañemos, éstos índices no
disminuían por la inoperancia de los médicos, sino porque la sociedad
estaba tan estratificada que la mayoría de niños no tenía acceso las
más mínimas condiciones higiénicas, a la alimentación más básica, y
a muchos directamente los abandonaban.
Los conceptos clave de la medicina hipocrática aplicada a la infancia,
y comparándolos con los conocimientos actuales son:

- La mezcla de humores o temperamento, cada niño tenía el


suyo, correspondería al concepto actual de “congénito”. Los
humores forman parte de la naturaleza del ser humano, va de
la mano del concepto de “naturaleza individual”. Era la manera
hipocrática de referirse al carácter y la predisposición de ciertas
personas a padecer una u otra enfermedad. En la infancia esto
era de gran interés.
- Esta mezcla debe ser equilibrada, cuando se desestabiliza por
algún motivo, produce las alteraciones o enfermedades530 que
pueden volver a equilibrarse mediante una “cocción” adecuada
de los humores. Corresponde ello al proceso o evolución de las
enfermedades, quedando atento el médico a los productos de
esa “cocción”, orina, heces, sudor, fiebre, esputos, etc.; lo que
les da la idea de la evolución de las mismas.

530
Concepto que fue por primera vez citado por Alcmeón de Crotona.

529
Mario Ferrer Vázquez

- El “calor innato”. Los recién nacidos mantienen aún un


importante calor innato, y de naturaleza son húmedos531.
Mantener este “calor innato” y la alimentación y procesos que
mantengan la humedad, son importantes para la salud de los
niños. Este calor va de más a menos con la edad. Si
observamos a niños y ancianos podemos intuir el porqué de
esta apreciación que tanto preocupaba a los hipocráticos,
aunque hoy en día no corresponde con ningún concepto
concreto.
- Apóstasis. En los procesos de “cocción” no siempre los
humores salen al exterior, en ocasiones son acumulados en
forma de abscesos, edemas, gangrenas, incluso algunos
exantemas, etc. Este proceso que marcaba la resolución del
cuadro, en sentido positivo o negativo, es conocido en la
actualidad pero con los diversos nombres de esta resolución
como los que he citado, y con una causa bien definida. En este
proceso entraba cualquier absceso secundario a infección
bacteriana, hablan de las otitis medias por ejemplo; algunos
exantemas infantiles que interpretan, con buen criterio, como
resolución del cuadro y por tanto como un tipo de apóstasis, y
un buen número de diversas patologías que tienen procesos
resolutivos de este tipo.
- Dieta: en cuanto al tratamiento y la prevención, la dieta era una
pieza clave. Entendemos por dieta todo aquello que tenga que
ver con un estilo de vida, generalmente alimentación, ejercicio y
hábitos saludables. Es un concepto hipocrático que se sigue
utilizando en la actualidad, pero más como prevención. En este
sentido se ha demostrado su utilidad, y por tanto la utilidad de

531
Teoría de los humores y de los elementos y sus características.

530
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

una teoría hipocrática y galénica, en contra de las teorías de


Asclepíades de Bitinia y los metodistas, que no creían que el
ejercicio y los masajes, por ejemplo, tuvieran efecto sobre la
salud.
- Áphtai: estas lesiones aparecen con recurrencia en la literatura
hipocrática, refiriéndose a la infancia en la mayoría de
ocasiones y casi siempre a lesiones de curso benigno,
frecuentes en la infancia. Aunque también he podido comprobar
como en ocasiones se refieren a lesiones más graves. Lo cual
es confuso. Corresponde a las aftas orales y al muguet actual,
aunque también a otro tipo de úlceras bacterianas. Los
tratamientos en las leves son como los actuales, con
cicatrizantes y emolientes.
- Las edades siempre están presentes para los hipocráticos, que
amparándose en la mayor o menor hidratación y calor,
aumentan las afectaciones más frecuentes o graves en
ancianos y en niños. Del mismo modo, pero con otras causas,
actualmente se tiene este concepto.
- Los hipocráticos atribuían como causa de enfermedades a las
estaciones, cambios de clima, frío y calor y cualquier condición
que pudiera alterar los humores y las capacidades de cada
naturaleza, physis humana. Hasta hoy en día, en el
subconsciente general, quedan estas causas como
generadoras de enfermedad, actualmente que sabemos cuáles
son las causas concretas de la mayoría de ellas y nada tienen
que ver, claro está, con las antiguas. Sin embargo, entre la
profesión médica incluso, se atribuyen los cuadros infecciosos
a etiologías basadas en teorías de hace más de dos mil
quinientos años.

531
Mario Ferrer Vázquez

- La dentición: sus fases, sus molestias y sus patologías eran un


tema recurrente e importante, pues suponía el cambio de una a
otra etapa de la vida (coincidente con periodos aritméticos,
numerológicos), y por lo tanto marcaba importantes cambios,
debiéndose tratar sus problemas, por muy benignos que fueran.
Esto está bien documentado. Hoy en día las etapas de la vida
tienen que ver más con el destete, con la alimentación
complementaria y con la escolaridad. Se recomienda lactancia
materna exclusiva seis meses y posteriormente iniciar la
complementaria, del mismo modo que los antiguos, al inicio de
la dentición coincidente con la masticación, la sedestación y el
adecuado tono; la mayoría mantienen una lactancia materna
hasta los doce-veinticuatro meses, del mismo modo que los
hipocráticos aunque estos lo hacían por la dentición completa.
En cuanto a la fase posterior, coincide con nuestro inicio de la
escolarización obligatoria y la aparición de la dentición
definitiva, los clásicos la situaban a los siete años, por hacerla
coincidir con la proporción de los siete, en este caso siete años.
Pasando a los catorce años a la pubertad. Como vemos con
periodos que coinciden prácticamente con los habituales. Los
médicos hipocráticos justificaban estos cambios con las
proporciones de los 7, conociendo sin embargo, el resto de los
motivos que actualmente son los que motivan estos cambios,
incluyendo en ocasiones la escolarización pues la edad de los
siete años, en los varones, marcaba el inicio de su educación,
en las clases altas.
- En cuanto a la dentición, aún hoy en día se le atribuyen
patologías y dolencias que no tienen que ver con ella, sino que
son coincidentes en el tiempo, de mismo modo que la leche.
Hemos oído muchas veces: “tiene fiebre porque le están

532
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

saliendo los dientes”, “eso que le sale en la piel es por la leche”,


y otras muchas atribuciones a un periodo en el que el alimento
principal es la leche, y que hay erupción dentaria, por lo tanto
casi cualquier cosa se podría atribuir a ello, y es lo que hacían
en algunas de las observaciones de la antigüedad, sin conocer
las causas que hoy sabemos.
- Nombra afecciones de amígdalas, haciendo referencias
infantiles, y de nuevo nombrando una localización y un síntoma
variable, que incluye diversas patologías actuales de muy
diferente evolución. Las más nombradas son las de evolución
más grave, que parece referirse a la difteria (lo que se llamará
también “garrotillo” en los textos de siglos posteriores en
España), y también a epiglotitis, infecciones estafilocócicas,
viriasis, e incluso posibles anafilaxias. Evidentemente
desconocían las causas que atribuían al los humores y a la
alteración de los mismos por factores externos
- Otras patologías como pleuritis, perineumonía, frenitis,
causones, fiebres tercianas y cuartanas. Todas ellas
comentadas en el texto, sin referencias explícitas a la infancia,
sí que se producían en ocasiones en ella, pero al no ser ni la
edad más frecuente ni exclusivas, no se suele nombrar, parece
lógico además que hable de ellas de forma genérica. La
medicina no tenía una subespecialización como tal. Los
conocimientos sobre ellas estaban condicionados por los
generales, siguiendo los principios habituales de localización y
síntomas. La frenitis, que en realidad era un problema
infeccioso del SNC, inicialmente se localizaba en el diafragma,
puesto que allí se ubicaba el entendimiento, y pese a que los
hipocráticos no creían ya este punto, siguió llamándose así. El
causón era una fiebre aguda, importante, que asociaba en

533
Mario Ferrer Vázquez

ocasiones síntomas digestivos, de etiologías diversas. Las


fiebres terciana y cuartanas corresponden al paludismo
clásicamente, o enfermedades similares las tercianas, que
parecen ser distintas en las descripciones. Como vemos las
enfermedades se nombran por el síntoma y las características
de ese síntoma principal.
- Espasmos y convulsiones son nombrados con frecuencia en la
edad infantil, conscientes de que son frecuentes en la misma:
epilepsias, convulsiones febriles, espasmos del sollozo,
enfermedades del sistema nervioso central, tétanos, etc.
- La medicina femenina tiene un importante lugar en los textos
hipocráticos, con tratados dedicados a las mujeres y a la
gestación, pero con menos detalle que en época romana. No
obstante la idea de que el hecho diferencial, el aparato
reproductor, el útero; sea el causante de todas las diferencias y
enfermedades es una idea que perdura hasta esa época. Hasta
el punto que a día de hoy perdura la palabra “histérico/ca” en
nuestro vocabulario con la acepción de “estar nervioso,
alterado”, cuando etimológicamente proviene de “útero”.
- El libro Sobre la naturaleza del niño, versa principalmente sobre
el origen y evolución del feto.
- Por último, existen numerosas historias clínicas pediátricas. El
antecedente más directo de nuestra historia clínica actual, y
una de las enseñanzas más importantes.

534
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

MEDICINA HELENÍSTICA: ALEJANDRÍA

- Durante el periodo de la helenístico, el arte médico recibe una


importante evolución de la mano de la gran “universidad” de
Alejandría y los que allí se congregaron, los más famosos:
Erasístrato y Herófilo. Permitidas las autopsias, esto generó
una curiosidad y descubrimientos extraordinarios.
- Recopilación de textos hipocráticos en el Museion para formar
lo que conocemos como Corpus Hippocraticum, fuente del
conocimiento médico de la Antigüedad, era la enciclopedia
médica de la época helenística.
- Se continuó el método científico, no se abandona la inquietud,
la observación, la formulación de hipótesis y el razonamiento de
las mismas. Se gestaron nuevas corrientes de pensamiento,
pero seguía siendo mayoritaria la idea humoral. Demócrito ya
formula su teoría atomista532.
- Descubrimientos importantes en anatomía y fisiología, que
marcarían los conocimientos de las generaciones venideras,
como Galeno.
- En cuanto a la medicina pediátrica: sufre un estancamiento, se
da más importancia a los principios generales y la anatomía,
dejando las doctrinas previas.
- La escuela alejandrina, precisamente formaba a los médicos
para tratar que éstos estuvieran libres de dogmatismos
sectarios.

532
Resulta curioso pensar como, de forma cíclica en la historia, alguien formula una
teoría que demuestra ser válida siglos después, pero en su época se le da poca
importancia o se ignora directamente, no es el caso de Demócrito, pero no gozó de
la importancia histórica, ni aún ahora, ni los metodistas, que su teoría merece.

535
Mario Ferrer Vázquez

ROMA

- Absorbe la medicina helenística, casi todos sus grandes


médicos son griegos: Asclepíades, Areteo, Dioscórides,
Sorano, Galeno. Aunque uno de ellos era romano, Celso.
- La medicina que trasciende a la edad media, Celso y Galeno,
era eminentemente hipocrática, con la salvedad de Sorano que,
aunque manejaba los preceptos coicos, no era estrictamente
dogmático sino más bien una mezcla de metodismo y
dogmatismo. Para mí, y para muchos estudiosos de la materia,
Sorano es el gran precursor de la obstetricia y la pediatría.
- Mención especial a las matronas: mujeres que muy
probablemente, se formaban en la experiencia cotidiana,
debían atender no sólo los partos, sino en muchas ocasiones
las patologías relacionadas con él o con la mujer en general, y
los primeros cuidados del recién nacido.
- Areteo de Capadocia es el primero que describe la celiaquía,
aunque no parece en sentido estricto la patología actual por la
descripción de la misma, se trata de la primera aparición en un
texto. Para su tratamiento llega a utilizar sanguijuelas, una
terapia nada hipocrática. En su obra hay aportaciones a la
medicina infantil, sin embargo nada más original que lo citado.

SORANO

- Jugó sin duda un papel fundamental en el desarrollo de la


medicina tocoginecológica, neonatal y pediátrica, así como en
la visión del papel de las mujeres y los niños, donde podrá
haberse catalogado de vanguardista.

536
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

- Describe con detalle cómo y cuándo alimentar a un recién


nacido, bañarle, vestirle o fajarle. Actualmente estas técnicas
están en desuso, pero los baños tienen bastante coherencia, no
así el fajado ni el evitar la alimentación de inicio, en los
primeros dos días.
- En la técnica del corte del cordón umbilical, hace una referencia
a lo que podría entenderse como un contagio, debe utilizarse
un instrumento cortante y limpio.
- Reconoce el alimento de la leche materna, pero sin embargo
rechaza el calostro, como la mayoría de autores de la época,
sin duda por sus características organolépticas,
desconocedores de su contenido. Quién sabe si este gesto
pudiera haber salvado alguna vida…
- En la época, recordemos, estaba de moda ser amamantado por
una nodriza, entre las clases altas, aunque existían voces en
contra, como ya he avanzado, pero no la de Sorano533 que
señalaba las características que debía tener una buena nodriza
en varios de sus tratados.
- Finalmente realiza un resumen de las patologías más
frecuentes de los primeros meses de vida, donde por primera
vez se incluyen las sibilancias del lactante, como patología
diferenciada. En estos cuadros actualmente la causa aún está
poco definida, se continúa investigando sobre el origen y
tratamiento más correctos, puesto que, como he comentado
con referencia al asma534, nos queda aún mucho por conocer
de esta patología.

533
Aunque tal vez sí, pero era consciente del público al que iba dirigido su tratado.
534
Las sibilancias recurrentes del lactante son consideradas un tipo de asma infantil.

537
Mario Ferrer Vázquez

GALENO

- Las doctrinas galénicas eran una evolución de las hipocráticas


- Galeno aportó como importante novedad la adecuación de esas
doctrinas a los nuevos conocimientos anatómicos, realizando él
mismo nuevos descubrimientos que, en lo que a la pediatría se
refiere, fueron básicamente la descripción inicial de la
circulación fetal (de forma rudimentaria), y el descubrimiento de
lo que hoy conocemos como foramen oval y comunicaciones
interauriculares y ventriculares.
- Su aportación a la ciencia y al método diagnóstico fue
extraordinaria, por lo prolífico de su obra, por lo metódico de su
investigación, por las aportaciones al diagnóstico y la
localización de las enfermedades. Recordemos que Galeno se
basó en el correcto diagnóstico de las enfermedades, en su
localización, para a partir de ahí realizar un pronóstico y
tratamiento. Completó el proceso hipocrático: teoría,
razonamiento, localización, diagnóstico, pronóstico y
tratamiento. Con un conocimiento mucho mayor en anatomía y
fisiología, que le hacía ser más exacto y preciso, aunque las
causas y las hipótesis del modo de enfermar eran incorrectas,
el proceso deductivo era extraordinario; así como las
descripciones y observaciones del ilustre médico de Pérgamo.
- Su siguiente mérito fue el de ser notario de la ciencia médica de
la antigüedad, y transmisor del conocimiento a lo largo de los
siglos, hasta que nuevos descubrimientos dejaron anticuadas
sus teorías. No así su método deductivo, que sigue siendo la
evolución del hipocrático y la base de la ciencia médica actual.
- Sin embargo, su contribución a la medicina de la infancia no fue
mucho más allá de la aportada por los hipocráticos,

538
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

lógicamente pues compartían filosofía, pese a ser el escritor


médico más activo y prolífico del mundo clásico, y quizá de
cualquier época, además de un gran pensador, científico y
hombre cultivado.
- Sin embargo mención aparte merece su libro Sobre cómo hay
que proteger la salud, donde se realiza una de las primeras
labores puericultoras de la historia, con consejos para preservar
la salud, a aquellos que gozan de ella (según las teorías
hipocráticas que expuse anteriormente), y sobre la educación.

RESUMEN HISTORIOGRÁFICO SOBRE LOS “HITOS


PEDIÁTRICOS”

- Medicina hipocrática: los niños forman parte de la patología


general, aunque los médicos del corpus diferencian muy bien
las edades y sus características. Medicina infantil marcada por
la elevada mortalidad y los condicionantes sociales.
- Medicina helenística: máxima expresión de la anatomía y
estallido cultural del mundo clásico, no supuso grandes
cambios con respecto al mundo infantil, pero aparecen en los
debates sobre la vida, el aborto, los expósitos y la crianza.
- Medicina romana: Sorano, a la vista de los hallazgos, fue el
primer puericultor, pediatra y neonatólogo de la historia; con
cierta especialización en el campo, se centro en las mujeres, en
su gestación, el parto y las patologías circundantes, y como
prolongación de la situación, del recién nacido en los primeros
meses. Algo lógico, ya que era el fruto de la gestación y no se
podía inhibir de la cuestión, debía seguir siendo el médico de
ese momento concreto de la vida. Su ausencia de dogmas

539
Mario Ferrer Vázquez

rígidos lo hace una figura extremadamente interesante para el


desarrollo de la medicina obstétrica y pediátrica. Galeno
continuó las doctrinas hipocráticas, en lo que a la medicina
infantil se refiere, escribiendo un tratado de medicina preventiva
y social, con un apartado dedicado expresamente a la
puericultura.

RESUMEN DOCTRINAL

- Las doctrinas sobre el origen de la naturaleza y del hombre,


con las teorías de los cuatro elementos y sus características,
marcaron el devenir de las teorías médicas de la época.
- La teoría humoral, el equilibrio entre los humores de la
naturaleza y las características físicas de los elementos (calor,
humedad, frío…), sus desplazamientos, cocciones y
variaciones son el origen de las dolencias, cuya causa inicial es
externa: cambios de clima, temperatura, excesos, etc.
- Las terapias estaban basadas en la restauración de este
equilibrio, además de en los errores anatomofisiológicos que se
tenían entonces. Así como en el drenaje de aquellas apóstasis
que se producían. Por supuesto también, en la dieta, en los
cambios de alimentación, estilo de vida y ejercicio.
- Existe un concepto de epidemiología, que sin ser el actual, si
pone de manifiesto la agregación de cierto tipo de problemas
en poblaciones determinadas, origen del actual conocimiento.
- Otras doctrinas, como la atomista o metodismo, quizá se
acercaban más a redefinir las causas al entrever que existían
pequeñas partículas que afectaban todo, sin ser el concepto
actual, algunos historiadores ven en esto un primer

540
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

acercamiento al conocimiento microbiológico. Faltan datos para


profundizar más en estas teorías, puesto que su legado ha sido
mucho menor.
- La doctrina hipocrática y galénica ha sido la base del
conocimiento médico en Europa durante siglos.

ENSEÑANZAS DEL MUNDO CLÁSICO

- Muchas de las conclusiones y terapias del mundo clásico han


llegado hasta nuestros días; sin saberlo, estamos más cerca de
lo que creemos: el origen de muchas dolencias en el frío o
calor, los cambios de estación, de clima y lugar; la dentición y
lactancia y la atribución de patologías a ambas; la dieta como
terapia535 y las terapias “alternativas”; y las fases de la infancia.
- El método científico: la cuestión y la inquietud como base de los
descubrimientos científicos y el avance de todo arte. El método
clásico sigue vigente, los resultados se reinventan cada día.
- La historia clínica y la observación: es algo que cada día pongo
en práctica y que trato de enseñar tanto a alumnos como
residentes, es fundamental para el buen médico y, en especial
para el buen pediatra, la observación minuciosa de signos y
síntomas en el paciente, pero también en su entorno, familia,
escolarización. Así como una detallada exploración física.
Posteriormente a esto se debe realizar una reflexión y un
razonamiento, hasta aquí la base del arte médico clásico, la
base del arte médico de cualquier época.

535
Esta última cuestión vigente y efectiva, y resurgiendo hoy en día.

541
Mario Ferrer Vázquez

- El avance en el cuidado de la infancia y del recién nacido, es


paralelo al avance de la sociedad y directamente proporcional
al mismo. Esto ha quedado demostrado.
- Por último retomo la pregunta que páginas atrás he realizado,
¿toda la evidencia médica actual es dogma y se considera
irrefutable? Recordemos por ejemplo la historia de la
“enfermedad sagrada” y la epilepsia, del actual asma y el
desconocimiento de gran parte del mismo, de la absoluta
convicción del médico de la Antigüedad en que sus dogmas y
causas eran los correctos. ¿Alguien puede decirme que todo
cuanto conocemos hoy es absolutamente verdad?, ¿alguien
puede asegurar que cualquier evidencia actual es definitiva?,
Hipócrates y Galeno tenían evidencias para muchas de las
cuestiones que se planteaban, argumentaban y razonaban
sobre las mismas. No, no poseemos la verdad absoluta, somos
pediatras, médicos, científicos, tenemos la obligación de
cuestionarlo todo, tenemos la historia para enseñarnos,
aprendamos del pasado y miremos al futuro.

“No se puede desatar un nudo sin saber cómo está hecho”

(Aristóteles, Metafísica, 3, 995a)

542
Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES

AUTORES CLÁSICOS:

1. Areteo de Capadocia, Obra Médica, trad. M.E. Pérez Molina,


Akal.
2. Aristóteles, Política, trad. M. García Valdés, Gredos.
3. Aulo Gelio, Noches áticas, 2 vols., trad. M. A. Marcos Casquero
y A. Domínguez García, trad., Universidad de León.
4. Cornelio Celso, De medicina, trad. W. G. Spencer, Perseus
Project:
http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus:text:199
9.02.0142

5. Galeno, Sobre la localización de las enfermedades,


Introducción, L. García Ballester, Gredos.
6. _______, Sobre la localización de las enfermedades, (De locis
affectis), trad. S. Andrés Aparicio, Gredos.
7. _______, Sobre las facultades naturales, Las facultades del
alma siguen los temperamentos del cuerpo, trad. J. Zaragoza
Gras, Gredos.
8. _______, Procedimientos Anatómicos, Libros I-IX, trad. M.
López Salvá, Gredos.
9. _______, Tratados filosóficos y autobiográficos, trad. T.
Martínez Manzano, Gredos.
10. _______, Sobre el uso de las partes, trad. M. López Salvá,
Gredos.

543
Mario Ferrer Vázquez

11. _______, Sobre cómo hay que proteger la salud, trad. M.


Cerezo Magán, Universitat de Lleida.
12. _______, Galeno, Iniciación a la dialéctica, trad. A. Ramírez
Trejo, UNAM, México.

13. Hesíodo, Teogonía. Trabajos y días, trad. A. y M.A. Martín


Sánchez, Alianza editorial.
14. Pedacio Dioscórides Anazarbeo, Acerca de la materia
medicinal y de los venenos mortíferos, trad. Andrés de Laguna,
Amberes 1555.
15. Platón, República, trad. C. Eggers Lan, Gredos.
16. Plinio el Viejo, Historia natural, obra completa, trad. A. Fontán y
otros, Gredos.
17. Plutarco, Vidas paralelas, trad. A. Guzmán Guerra, Alianza
editorial; Obras Morales y de Costumbres (Moralia), Gredos.
18. Polibio, Historias, trad. M. Balasch Recort, Gredos.
19. Séneca, Sobre la ira, trad. Juan Mariné, Gredos.
20. _______, Epístolas morales a Lucilio, trad. I. Roca Meliá,
Gredos.
21. Sorano de Éfeso, Gynecology, trad. O. Temkin, JHU Press.
22. Tertuliano, Apología, trad. A. Ropero, ed. Clie.

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Las patologías infantiles en la medicina greco-helenística

TRATADOS HIPOCRÁTICOS

1. E. Littré. Oeuvres complètes d’Hippocrate.10 Vol. París 1839-


1861.

2. Tratados Hipocráticos. Sobre la ciencia médica. Ed. García


Gual C. Madrid. 1983

3. Tratados Hipocráticos. Sobre el médico. Ed. García Gual C.


Madrid. 1983

4. Tratados Hipocráticos. El pronóstico. Ed. García Gual C.


Madrid. 1983

5. Tratados Hipocráticos. Sobre la enfermedad sagrada. Ed.


García Gual C. Madrid. 1983

6. Tratados Hipocráticos. Sobre la enfermedad sagrada. Ed.


Alsina J. Sobre la enfermedad sagrada. Boletín del Instituto de
Estudios Helenísticos 1970: 4 (1)

7. Tratados Hipocráticos. Ed. Lara Nava MD. Juramento. Madrid.


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