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MANZANA
de las LUCES
crónicas de su historia 19

Los misioneros jesuitas


y la naturaleza americana
Horacio A. Aguilar

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MANZANA
de las LUCES
crónicas de su historia
Nº 19 - Año 2017

Los misioneros
jesuitas
y la naturaleza
americana

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Cuaderno nº 19
4 MANZANA DE LAS LUCES

En síntesis, territorio y poder guardan de pensar, la lengua, la cultura, la comunicación


una estrecha relación y se influyen mutuamente; y la economía. La producción social del espacio y
la acción de los jesuitas -por ejemplo- lo demues- la organización del territorio se vinculan induda-
tra. Saben que el poder es complejo y contradic- blemente a la capacidad desigual que los sujetos
torio. Como diría Stuart Hall (2011), el poder ope- sociales tienen para capturar los recursos natu-
ra en forma hegemónica, “nunca está condensado rales y los que la sociedad genera. Este trabajo
en un solo lugar, circula por todas partes, está extendi- erudito es producto, en suma, de un juego de es-
do a lo largo del tejido social entero.” El recorrido rea- calas donde la micro historia permite compren-
lizado a lo largo de estas páginas es un ejemplo der los procesos macro históricos múltiples y
contundente de cómo se entrelaza con los modos heterogéneos.

Noemí M. Girbal-Blacha
(CEAR-UNQ/CONICET)

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A María Cristina Setrini


por su paciencia y amor
incondicional.

Los misioneros jesuitas


y la naturaleza americana

Introducción

El descubrimiento del Nuevo Mundo marcó


una nueva etapa en la investigación de las cien-
cias naturales y generó importantes cambios en
el conocimiento y la economía de la época. Los
estudios de astronomía y matemática mejoraron
sensiblemente los instrumentos de navegación,
por consiguiente los viajes de exploración au-
mentaron significativamente.
La flora y fauna sudamericana, al ser distinta
a la ya conocida, produjo un notable incremento
en el desarrollo de industrias como la textil, far-
macéutica, alimentaria, etc. En este aspecto, la
botánica fue la ciencia que más creció ya que el
transporte de semillas, gajos, etc. era de fácil
manipulación y ocupaba poco lugar. Descubrimiento de América
El interés por lo novedoso y desconocido cau-
tivó a cronistas, viajeros y conquistadores y los
llevó a ocuparse del tema, dando rienda suelta a
En su primer viaje Cristóbal Colón transportó a Europa des-
la imaginación. Esto dio lugar a los famosos
de tierras americanas plantas como maíz, ají, mandioca, ba-
“bestiarios” renacentistas o a los animales fan-
tata, etc. y posteriormente hizo lo propio con el aloe, canela,
tásticos que se desparraman por el territorio
pimienta, cacao, etc. También llevó aves que fueron muy co-
americano en los mapas de la época.
diciadas por los reyes, así le escribían desde Segovia, con
Tengamos presente que en el siglo XVI, no só-
fecha 16 de agosto de 1494. “Enviadnos todos los más halco-
lo se estaba aún en tiempos pre-científicos sino
nes que de allá se pudieren enviar y de todas las aves que
que, incluso los límites entre las distintas ramas
allá hay y se pudieren haber, porque queríamoslas ver todas”
del conocimiento todavía eran confusos. Las
proto-ciencias químicas y astronómicas estaban
aún ligadas a la alquimia o a la astronomía, por
ejemplo. Las ciencias naturales, por su parte, se

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enseñaban dentro de los ámbitos filosóficos. El A principios del siglo XVII, se dio forma a la
criterio científico tal como se lo entiende actual- Provincia Jesuítica del Paraguay, que con es-
mente, no existía entonces, la búsqueda de la tructura religiosa y ayuda política y militar in-
verdad se efectuaba en torno a la Corte, a través tentó organizar la conquista espiritual de tan
de la credibilidad que tenían los científicos y los
amplio territorio, que cubrió prácticamente
tecnólogos del momento y el Rey. La influencia
todo Paraguay, norte de Argentina, Bolivia y
de autores clásicos, como Platón o Aristóteles,
sur de Brasil. Mapa publicado en 1670 realiza-
era enorme y sólo fue debilitándose con el paso
del tiempo y el reemplazo del principio de auto- do por J. Blaeu (1596-1673)
ridad por criterios más modernos. Las nuevas
ideas renovadoras se pondrán en práctica a par-
tir del siglo XVII, aunque será en el siglo XVIII
que alcanzarán su apogeo y las ciencias natura-
les no quedarán exentas a los cambios y experi-
mentaran su transformación con la aparición de
las clasificaciones sistemáticas.
Los primeros misioneros pertenecientes a la
Compañía de Jesús llegaron a Sudamérica en el
año l586 procedentes de la región peruana del
Cuzco. Los Padres Francisco Angulo y Alonso
Barzana, se internaron en la Provincia del Tucu-
mán, (Gran Chaco) para evangelizar etnias Mata-
rás, Tonocotes y Lules. Otra ruta de penetración
utilizaron los sacerdotes Tomás Fields y José Or-
tega, quienes desde de Brasil recorrieron la re-
gión del Guayrá, expandiendo su labor entre los
indios guaraníes principalmente.
Misioneros de otras Órdenes recorrieron la re-
gión chaqueña antes que los jesuitas, Fray Luis
de Bolaños, por ejemplo, dejó aportes sustancia-
les. Sin embargo los jesuitas fueron quienes más
sobresalieron y escribieron muchísimo sobre la
naturaleza que los rodeaba. La escritura comuni-
taria fue uno de los pilares en los que se apoyó la

“…viajeros infatigables [los misioneros]


abrían sin cesar a las ciencias campo para
sus exploraciones. La geografía, la lingüís-
tica, la botánica y la historia les deben en
América sus primeros rudimentos, incontro-
vertible blasón que hace glorioso su nom-
bre en los anales de nuestra civilización”.
Juan Manuel Estrada. Fragmentos históri-
cos, 1901.
Bestiario de Aberdeen, considerado como uno de los mejores ejemplos
de su tipo. Siglo XXII.

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“Es de lamentar –señala Lascano (1980)– que


el extrañamiento cumplido en 1767, por orden
de Carlos III, el mismo monarca que habría de
crear el Virreinato poco después, con el aleja-
miento y dispersión de los hijos de San Igna-
cio, haya arrastrado la de sus manuscritos ori-
ginales correspondientes a trabajos que de tal
modo se perdieron para el conocimiento pú-
blico y que ese desparramo de investigadores
notables y papeles haya truncado un proceso
cultural de valorización inapreciable para la
evolución posterior de las zonas que afectó”.

Compañía de Jesús desde su creación, justamen-


te para el enriquecimiento cultural de los pue-
blos y todos sus miembros. La actuación misio-
nal instauró a partir de su llegada a América en
el siglo XVI, un contacto pacífico y beneficioso
para con los aborígenes, favoreciendo de esa ma-
nera la colonización y exploración de áreas cada
vez más alejadas de las costas. Ello posibilitó en
poco tiempo la fundación de nuevos y numero-
sos asentamientos llamados “Reducciones” o
“Misiones Jesuíticas”.
El corpus documental jesuítico dedicado al te-
ma que nos ocupa, comprende un conjunto im-
portante que, por su volumen y riqueza, debe es-
tudiarse prolijamente, sin buscar en ellos linea-
mientos científicos de relevancia pero rescatan-
do un valioso tesoro de información bajo la for-
ma de descripciones de los pueblos con los que
interactuaban, sus lenguas, sus costumbres y
también acerca de los animales y las plantas, con
sus características y usos.
Muchos misioneros sobresalieron en los temas
que nos interesan. En el contexto sudamericano
debemos destacar la obra del Padre José de Acosta,
el primero que se esforzó en el siglo XVI por divul-
gar lo poco que se conocía sobre la flora y fauna
desde México hacia el sur. Su “Historia Natural y
Moral de las Indias”, editada en castellano en 1590 le Portada del libro del Padre José de Acosta “Historia Natural y
valió el apelativo de Plinio del Nuevo Mundo. Moral de las Indias”, publicado en castellano en 1590.

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Francisco de Paula Bucareli y Ursúa, gobernador del Río de la Plata


entre 1766 y 1770, fue el encargado de llevar a cabo la expulsión de
los jesuitas en el Río de la Plata. Llegado el momento de la expulsión,
los religiosos no pudieron llevarse consigo casi ningún documento
escrito. La siguiente misiva, copiada del original por Ricardo Gutié-
rrez en 1865, fue dirigida por Bucareli a don Francisco González “Se-
ñor mío: He visto con mucho disgusto que a los Padres de la Compa-
ñía, de cuya custodia y seguridad está usted cuidando, se les ha de-
jado y permite escribir y aún tratar con algunas personas, contrario
todo a las órdenes del Rey y a las mías, y en este concepto prevengo
a usted que por ningún pretexto ni motivo vuelva a suceder, y que les
registre a todos uno por uno, y les quite papel, tintero y plumas y cual-
quier otro instrumento con que puedan hacerlo, diciéndoles en mi
nombre que si no se moderan y contienen tomaré providencias arre-
gladas a las órdenes del Rey con que me hallo, que les serán muy sen-
sibles, y usted me avisará de haberlo ejecutado. Nuestro Señor guar-
de a usted muchos años. Buenos Aires 5 de julio de 1767”.

Las obras historiográficas de carácter general, fueran cartas a familiares u otros documentos
como las de Ludovico Muratori publicada en originales.
1743-1749, Francisco Charlevoix en 1756 o José Muchos renombrados naturalistas y hombres
Gumilla en 1745 por citar sólo algunas, han con- de ciencia del siglo XIX como Charles Darwin,
tribuido enormemente a difundir algunas curio- Alcides d‘Orbigny, Martin De Moussy, Germán
sidades de la naturaleza del nuevo mundo. Luego Burmeister o Félix de Azara, que recorrieron
de la expulsión, ya en el exilio muchos misione- nuestro territorio de punta a punta, leyeron con
ros dedicaron su tiempo a redactar sus crónicas avidez algunas de esas crónicas, al tiempo que
sobre “Las Indias”. Algunas obras se editaron con- ponderaron su valor documental. Otra fue la
forme fueron escritas, mientras otras quedaron suerte que tuvieron los escritos no publicados
inéditas. También hubo ma-
nuscritos o libros a medio ter-
minar que por la muerte de
sus autores no vieron la luz en
su tiempo.
La bibliografía jesuítica es
vastísima, calculándose en
miles las obras, documentos o
cartas de valor científico con
referencia específica a temas
de filosofía natural aristotéli-
ca, física, matemáticas o as-
tronomía. Los misioneros
describieron con prudencia
los hechos relacionados con
la biogeografía y naturaleza
de su entorno. El saber sobre
la naturaleza tuvo una di-
mensión significativa, si se
tiene en cuenta que en el exi-
lio escribieron muchas veces
de memoria y con espíritu co- Reconstrucción de la Manzana de las Luces hacia la época de la expulsión
munitario compartiendo sus de la Compañía (Acuarela de Lola. Freixas, 1924-2011). Colección Instituto de
fuentes documentales, ya Investigaciones Históricas de la Manzana de las Luces).

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durante algún tiempo, que privaron a los mis- (1707-1778), médico y botánico, fundador de la
mos investigadores de noticias significativas, tal Academia Sueca de Ciencias, ideó a partir de
las obras de Pedro Montenegro, Segismundo 1735 una nueva forma de ordenar las especies
Aperger, Cayetano Cattaneo o Florián Paucke, a animales y vegetales. Su postura consistió bási-
lo que debemos sumarle algunos textos aún in- camente en utilizar dos palabras (género y espe-
éditos como los de, por ejemplo, José Francisco cie) para designar a un animal. Esta clasificación
Sánchez Labrador. se llamó Systema Naturae (Sistema de la Naturale-
En los trabajos de los misioneros expulsos za). La primera edición fue apenas un folleto, lle-
puede observarse una mejora en las descripcio- gando en la 12ª edición a tener 2400 páginas. Es-
nes de la naturaleza americana si se los compara tas postulaciones tardaron algún tiempo en ser
con aquéllos textos escritos en América. Esto se aceptadas universalmente, y sufrieron conforme
debe a que en Europa pudieron reorganizar los a los adelantos de las ciencias y los descubri-
datos a la luz de las nuevas ideas. mientos, modificaciones más o menos substan-
ciales.
La ambición de fomentar el estudio de la natu-
En la Manzana de las Luces raleza con criterio científico y hacerlo a la vez ac-
cesible a todo público impulsó por otro lado, al sa-
La mayoría, por no decir todos los misioneros bio francés Jorge Luis Le Clerc, Conde de Buffon
jesuitas incluidos en esta publicación, se relacio- (1707-1788), a producir una suerte de paralelismo
nan de una u otra manera con la hoy llamada “La con los científicos coetáneos seguidores de la doc-
Manzana de las Luces”. Es sabido que apenas lle- trina linneana. Buffon, consideraba que no había
gaban de Europa, los misioneros pasaban unas en la naturaleza más que individuos. “Los géneros,
semanas en la Buenos Aires de entonces, repo- órdenes y clasificaciones sólo existen en nuestra imagi-
niendo fuerzas para luego seguir a los distintos nación”. Tuvo gran difusión e influencia su obra
centros de estudio o reducciones. Por sus cróni- “Historie Naturalle des animaux”, editada en 1749,
cas conocemos muchos detalles que tanto enri- destacada por el estilo literario, sin nomenclatura
quecen la memoria del lugar. Asimismo al mo- científica pero precisa y de enorme riqueza infor-
mento de la expulsión pasaron por el lugar en mativa, caracterizada por los extravagantes nom-
calidad de detenidos o presos, esperando ser em- bres que aplicó a las especies que llegaban a sus
barcados para Europa. Sobresalen por su interés manos para ser clasificadas.
las crónicas de Thomás Falkner como boticario y El celo por mantener o instaurar ideas renova-
asesor de establecimiento. Poco tiempo después doras propias de la época, motivó un antagonis-
de su llegada al Río de la Plata Florián Paucke mo entre ambos naturalistas, a tal punto que
anotó muchos datos descriptivos y agregará más Linneo, bautizó con el nombre de Buffonia una
cuando visite el lugar como director de una ban- planta de aroma nauseabundo. Como intendente
da musical de niños que había sido invitada des- del jardín del Rey, Buffon se encargó muy bien de
de Santa Fe expresamente para tocar allí. Ade- hacerse conocido y amigo de todas las clases so-
más Martín Dobrizhoffer, Antonio Sepp, Carlos ciales, convirtiéndose hasta comienzo del siglo
Gervasoni, Cayetano Cattaneo, José Peramás, XIX en un referente importante, casi obligado,
Buenaventura Suárez y tantos otros describen principalmente del clero y muchos viajeros natu-
en sus obras interesantes anécdotas. ralistas. Tal fue su reputación, que los piratas de-
volvían las cajas y baúles destinadas a él. En la
práctica, la literatura jesuítica relacionada con las
ciencias naturales escrita desde mediados del si-
La clasificación de las especies glo XVIII en adelante se vio notoriamente influen-
(Linneo y Buffon) ciada por los argumentos de Buffon. Muy pocos
misioneros incorporaron en sus textos la clasifi-
Hacia mediados del siglo XVIII, las ciencias cación binominal, excepción hecha por Ignacio
naturales, en su acepción actual, estaban en sus Molina y Sánchez Labrador quién a punto estuvo
comienzos. El naturalista sueco Carl von Linné de utilizar el sistema linneano en sus obras.

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Carlos Linneo por A. Roslin (1775). Retrato en Georges Louis Leclerc, Conde de Buffon. Portada del 1er Tomo del
la Real Academia Sueca de las Ciencias. Retrato por François-Hubert Drouais “Systema Naturae”de Linneo,
(1727-1775). publicado en 1758

Biografías de algunos importantes tas de interés histórico que intercambió con Am-
brosio Funes -quién además era su apoderado- y
misioneros relacionados con
algunas otras que escribió al Padre Provincial Ni-
las ciencias naturales colás Contucci. Al momento de la expulsión Ca-
Ordenados alfabéticamente maño partió desde El Callao con destino a Cádiz,
juntándose con compañeros de la orden llegados
desde las misiones de Chile. Se radicó en Faenza
(Italia) y allí se dedicó al estudio de la lingüística
Segismundo Aperger americana y la etnografía. De ese período se co-
nocen varias misivas intercambiadas con el gran
Nació en Alemania en 1687, falleció en Após- matemático y astrónomo Lorenzo Hervás y Pan-
toles, Misiones en 1772. Fue médico de profesión, duro. Fue además un destacado naturalista, his-
aunque sin título. Su acción misionera la efectuó toriador, geógrafo y cartógrafo, relacionándose
en Apóstoles desde 1753 hasta sus últimos días. con conocidos miembros de la Compañía que ha-
Se le atribuye un herbario, que de manera ma- bían actuado en tierras americanas. Elaboró algu-
nuscrita, llegó a tener gran difusión. Fue elogia- nos mapas de la región, sobresaliendo su “Mapa
do por diversos naturalistas, entre ellos Félix de de la Región del Chaco”, publicado en la obra de
Azara, Martín De Mussy, Eduardo Holmberg. Al José Jolís. Alrededor de 1778 escribió una carta re-
momento de la expulsión se encontraba muy en- lación que Guillermo Furlong publicó bajo el título
fermo, por ello fue el único misionero jesuita que
se quedó en el Río de la Plata.

“El calor del clima, y la humedad de las


Joaquín Camaño y Bazán lluvias, y de las inundaciones producen una
cantidad prodigiosa de reptiles venenosos,
Nació el 13 de abril de 1737 en territorio de la
víboras de muchas especies, ciempiés, y
actual provincia de La Rioja, que por entonces
una multitud mucho mayor de insectos vo-
pertenecía al Virreinato del Perú. Murió en Valen-
lantes molestísimos, que inquietan con sus
cia (España) en agosto de 1821. Es uno de los pocos
aguijones, y quitan el reposo unos de día, y
“argentinos” miembro de la Compañía de Jesús.
otros de noche, especialmente en cercanías
Estudió Filosofía y Teología en Córdoba. Su deseo
de los ríos y lagunas”. Joaquín Camaño y Ba-
de misionar entre los aborígenes se cumplió a
zán, Noticias del Gran Chaco.
partir de 1763, cuando pasó a las reducciones de
indios chiquitos en Bolivia. Se conocen de él car-

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servador de los tres reinos de la naturaleza, sien-


do muy aficionado a las ciencias naturales, las
matemáticas y la física sin olvidar la lingüística
guaraní. A partir de 1745, Cardiel debió hacer un
viaje a los mares del sur por orden de la Corte de
España. El objetivo fue el reconocimiento de la
costa atlántica al sur de la provincia de Buenos
Aires. En la Fragata San Antonio navegaron lo
más cercano posible a las costas hasta la Bahía
de San Julián. El viaje representó grandes ade-
lantos cartográficos y observaciones fidedignas
de la topografía de nuestras playas. Aportó datos
de interés sobre la fauna y flora de los lugares re-
corridos. El viaje fue publicado por diversos au-
tores como Francisco Charlevoix, Pedro Lozano,

Mapa del Chaco elaborado por Joaquín Camaño y


Bazán y publicado en la obra de J. Jolís.

de “Noticias del Gran Chaco”, en ella Camaño vol-


có mucha información referente a la ubicación y
extensión de la región. Además se explayó sobre
los principales ríos, explicando también el origen
del vocablo “Chaco”.

José Cardiel

Nació en La Guardia (España) en 1704. Murió


en Faenza (Italia) en 1781. Cursó filosofía y teolo-
gía. Llegó a Buenos Aires en 1729. Terminó sus
estudios dentro de los ámbitos académicos de la
provincia de Córdoba. A partir de 1731 actuó co-
mo párroco en las reducciones de indios Guara-
níes de Santiago Apóstol, San Cosme y Damián,
San Ignacio etc. En 1743, encontrándose Cardiel
en la provincia de Corrientes, fue llamado por
sus superiores para reforzar la presencia religio-
sa dentro de las misiones recientemente funda-
das de indios Abipones y Mocobíes. De esta ma-
nera se consolidaron las reducciones de San Ja-
vier en la provincia de Santa Fe, y San Gerónimo
(actual Reconquista) dentro de la provincia del
Chaco. Ramón Termeyer, ya en el exilio italiano, Mapa del Paraguay y Buenos Aires dibujado por José Cardiel
nos recuerda que el Padre Cardiel era un gran ob- en 1752

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Pedro D´Angelis, y su compañero de viaje José


Quiroga, lo que explica las sutiles diferencias
que se encuentran al cotejar los textos. Al regre-
so de aquella aventura por mar, realizó varias in-
cursiones por tierra a las denominadas misiones
Pampas. El más fructífero y arriesgado fue el rea-
lizado al Río de los Sauces (Río Negro). El padre
Cardiel fue también cartógrafo, conociéndose de
su pluma algunas piezas, entre ellas un mapa del
Gran Chaco. En 1767/68 recibió la orden de expul-
sión y fue trasladado en la fragata “El Diamante”
a Cádiz, luego a Faenza donde desarrolló sus ac-
tividades como consultor, escritor y cartógrafo.

Don José Andonaegui (gobernador de Buenos Aires


por entonces), se refiere a Cardiel “…el Padre Josef Cardiel
ha salido de esta ciudad [de Buenos Aires en 1748] en pro-
Diversas especies de peces: Palometa, Raya, Armado.
secución de su celoso anhelo de reconocer por tierra la des-
Dibujo Martín Dobrizhoffer.
embocadura del Río de los Sauces al Mar, que está en la
costa del sur, lo que no pudo ejecutar por los vientos con-
trarios cuando fue en la fragata San Antonio…”.
Félix Outes quién en 1930 analizó el viaje opinó “el texto
que me propongo analizar y criticar es claro, preciso y cir-
de debían terminar sus estudios. Martín Dobri-
cunstanciado; nada escapa, absolutamente nada, a la ob-
zhoffer junto a Florián Paucke y otros recién lle-
servación perspicaz y cabal del misionero”. José Cardiel
gados viajaron a esa ciudad. Los pormenores de
ese viaje quedaron retratados en la obra de Pauc-
ke. De él sabemos que desde La Chacarita partió
una gran caravana formada por unas noventa
Martín Dobrizhoffer carretas y carretones, arriando con ellos bueyes,
caballos y provisiones. Paucke y Dobrizhoffer
Nació en Graz, Estiria (Alemania Occidental) pronto simpatizaron, jineteando a campo abier-
el 7 de septiembre de 1717 ó 1718. Falleció en to cazando inambúes (Perdices) y venados.
Austria el 17 de julio de 1791. Sus estudios inicia- Ordenado sacerdote, Dobrizhoffer paso a
les tuvieron base humanística. Aprendió latín y cumplir quehaceres dentro de las misiones de
griego, filosofía, lógica, etc. Fue profesor de sin- indios mocovíes, abipones y guaraníes princi-
taxis latina y retórica en renombrados institutos palmente, conocidas como “Misiones del Gran
europeos. De joven ingresó a la Compañía de Je- Chaco”. Reducciones como La Concepción (en
sús. Sin haber completado todos sus estudios, Santiago del Estero), San Gerónimo, (hoy Recon-
solicitó ser enviado a las “Misiones del Para- quista), San Fernando, (actual ciudad de Resis-
guay” para misionar entre las etnias aborígenes tencia en la provincia del Chaco), etc. fueron al-
del Gran Chaco. Es uno de los más importantes gunas en las que participó como párroco. En
misioneros jesuitas y debe ser destacado por el 1763, fundó la reducción del Rosario del Timbó
aporte efectuado a las ciencias naturales. Hacia en donde hoy se asienta el pueblo de Herradura,
fines de 1748 Martín Dobrizhoffer junto a otros en el sur de la provincia de Formosa.
misioneros llegó a Montevideo y de allí vino a Al momento de la expulsión en 1767/68, Dobri-
Buenos Aires. Los estudiantes jesuitas que arri- zhoffer embarcó en fragata “La Esmeralda”, que
baban al Río de la Plata pasaban a Córdoba, don- partió desde Montevideo hacia Cádiz. Al tiempo

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das con la naturaleza de aquellos pueblos y su


región. Ésta contiene muchísimas descripciones
del primitivo paisaje, sus árboles, ríos y anima-
les de todo tipo. Las detalladas anotaciones so-
bre la biología de muchas especies hoy muy re-
ducidas en número de ejemplares, la convierten
en una de las obras clásicas más consultadas.
Al ocuparse de las aves escribió: “Paracuaria no
Reducción de Rosario del Timbó. Dibujo de Dobrizhoffer tiene aves Europeas fuera de golondrinas, pero en
cambio tiene aves indígenas que en Europa se descono-
cen por completo... He de describir sólo algunas de esta
gran cantidad”. Con el título de “Picaflores, Cóndores
o buitres” escribe “Pasemos desde la ave más peque-
se trasladó a Viena, siendo ayudante de bibliote- ña a la más grande”. Además trató en su libro otras
cario y confesor de la Reina María Teresa de Aus- especies como ñandú, cardenal varias palomas
tria, quién lo interesó a escribir las historias de silvestres, algunas especies de loros, etc.
sus andanzas por América. Así nació su obra “His- Capítulo aparte merece el referido a los Gua-
toria de los Abipones” dedicada a los indios abipo- camayos ya que sus párrafos encierran riquísi-
nes del chaco, publicada originalmente en latín mas anotaciones de especies que, lamentable-
en el año 1784. Por su interés e importancia se tra- mente, hoy se encuentran prácticamente desa-
dujo enseguida al inglés y más tarde al castellano. parecidas de aquellas regiones.
Martín Dobrizhoffer vivió durante casi dos Respecto a la botánica recordará a su amigo mi-
décadas en suelo chaqueño, por lo que la rela- sionero Thomás Falkner como “… uno de los médicos
ción con los aborígenes y su entorno le permitió más expertos y botánico …decía frecuente y públicamen-
escribir una de las mejores historias relaciona- te que la Naturaleza benéfica habría brindado a Paracua-

Palo Borracho: “La forma del Zamuu es tan ridícula como su de-
nominación. Los Españoles le dan el nombre de palo borracho, el
árbol ebrio. Crece muy alto. Su tronco está ceñido con grandes
espinas en todas partes. Sus flores son grandes y de bello color
rojo. Su tronco tiene un aspecto extraño. Arriba y abajo es delga-
do pero en el centro es ancho cual un barril. Por esto mismo se
fabrican de buen grado de su madera blanda unas botijas o ba-
rriles. Cuanto más dista de los ríos, tanto más se expande. Tanto
teme al agua, pero no por ello es estéril pues produce una fruta
redonda parecida a los zapallos grandes y de cáscara dura que
al quedar madura se abre por sí misma y entonces exhibe en su
interior unas vedijas lanosas cual algodón. Estas son finas como
la seda pero de hebritas tan cortas que solo con mucho trabajo
pueden hilarse. Las espinas del Zamuu parecen haber crecido no
en perjuicio del ser humano sino para su provecho pues macha-
cadas y hervidas en agua, la enrojecen y la hacen muy curativa
para ojos enfermos. Igual virtud tienen también sus hojas.” Texto
Martín Dobrizhoffer.

El Palo Borracho dibujo de Florián Paucke.

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ria tantas plantas, raíces, resinas, maderas y frutas que de una nave que comercializaba esclavos desde
si se conocieran todas sus fuerzas y cualidades, no se África a América. La Royal Society lo comisionó
necesitarían para ninguna enfermedad las farmacias eu- para estudiar los beneficios terapéuticos de algu-
ropeas pues, según el testimonio de Séneca, la ciencia nas especies vegetales americanas.
médica consistió en tiempos antiguos en el conocimiento En 1730 desembarcó en Buenos Aires, donde
de unas pocas hierbas de modo que recién poco a poco ha inesperadamente contrajo una enfermedad que le
sido ampliada a este grado su inmensidad actual”. impidió seguir camino y tuvo que quedarse. Su sa-
El libro de Dobrizhoffer merece ser estudiado lud quedó a cargo de los misioneros jesuitas y se-
detenidamente ya que en toda la obra se encuen- guramente esta fue la causa que lo motivó a incor-
tran desperdigadas noticias enriquecedoras so- porarse a la Compañía de Jesús. Dos años más tar-
bre historia natural. Tal el caso de la descripción de, fue formalmente aceptado como miembro y
de los curanderos indígenas mencionando mu- cumpliendo con las normativas, estudió en Córdo-
chísimas propiedades farmacológicas tanto de ba Teología y Filosofía y ejerció durante un tiempo
animales como de vegetales que aquellas etnias la medicina e instaló una botica muy famosa (véa-
utilizaban para aliviar dolencias e infecciones. se al respecto el Nº 18 de esta serie de Cuadernos),
Reconocidos naturalistas del siglo XIX como que fue la primera establecida en dicha Ciudad. A
Darwin, d´Orbigny, etc. leyeron y aprovecharon partir de 1744 formó parte de un grupo de misio-
su obra. Mencionemos de paso que Darwin, al neros seleccionados para recorrer el sur de Buenos
describir para la ciencia al Ñandú Petiso, comentó Aires con la intención de fundar nuevos asenta-
haber encontrado en el libro de Dobrizhoffer refe- mientos, entablar amistad con los indígenas y
rencias concretas sobre la especie citándolo espe- avanzar las líneas de frontera. Los viajes se hicie-
cíficamente. Se puede afirmar que el contenido de ron por tierra, a considerable distancia de la costa
la obra del Padre Martín Dobrizhoffer mantiene del mar y por caminos que sólo transitaban perió-
aún vigencia pese a los adelantos científicos. dicamente algunos comerciantes e indios. Muchos
lugares de la costa bonaerense, actualmente “tu-
rísticos”, fueron descriptos en la obra de Falkner.
Tomás Falkner En sus páginas no faltan encuentros con tigres o
relatos de caza de ñandúes o venados, pasando re-
Nació en Manchester (Inglaterra) el 6 de octu- vista por toda la fauna y flora autóctona, incluyen-
bre de 1702 y murió en ese mismo país el 30 de do la observación de bosques de tala (talares), cuya
enero de 1784. Tomás Falkner realizó sus prime- presencia en la zona hoy está notoriamente empo-
ros estudios en su ciudad natal y luego viajó a brecida. En los alrededores de Magdalena, se creó
Londres donde, según Guillermo Furlong, estudió la reducción Ntra. Señora de la Concepción, varias
medicina siendo alumno de Isaac Newton. Una veces trasladada por diferentes motivos, de allí la
vez graduado se embarcó como médico a bordo dificultad de hallar el sitio arqueológico. A pocos
kilómetros de Mar del Plata, se estableció un nuevo
asentamiento, llamado Ntra. Señora del Pilar (ac-
tual Laguna de los Padres) y en cercanías de la Sie-
rra de la Ventana la denominada “Sierras del Vol-
La sabiduría y humildad de Dobrizhoffer queda demostrada cán”. Diversas cuestiones hicieron que estas re-
por su propia pluma “…con razón podría reprocharse a mi his- ducciones no prosperaran pese a todos los esfuer-
toria de insuficiente si yo no mencionara brevemente y como zos realizados. Desde 1756 en adelante, encontra-
al pasar por lo menos las propiedades más memorables de los mos al Padre Falkner en diferentes establecimien-
cuadrúpedos, anfibios, aves, peces, plantas, árboles y sus fru- tos (estancias) que los jesuitas disponían para su
tas. Sin duda yo habría contemplado de más cerca y con ma- abastecimiento y se localizaban en los alrededores
yor atención estos espectáculos de la naturaleza en Paraqua- de Santa Fe, Córdoba y norte de Buenos Aires.
ria, si hubiera previsto que escribiría acerca de ellos en Aus- Instalado nuevamente en Córdoba ejerció co-
mo profesor de matemáticas y allí recibió la or-
tria”. Martín Dobrizhoffer
den de expulsión. Fue trasladado a Buenos Aires
con otros misioneros. Enseguida fueron embar-

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Portada Opúsculo
sobre La Patagonia,
escrito por Thomás
Falkner

Detalle de la desembocadura del Río Negro en un mapa


de Falkner. la Compañía completo sus estudios en el Colegio
Máximo de Córdoba. Se desempeñó en las misio-
nes del Gran Chaco. Entre 1762 y 1768 realizó va-
cados en el buque Venus, que esperaba en la Ense- rias incursiones hacia el interior de nuestro país,
nada de Barragán para trasladarlos a Cádiz. Su llegando en sus viajes a orillas del río Bermejo. Su
obra Descripción de la Patagonia y de las partes conti- principal obra fue Saggio sulla storia naturale della
guas de la América del Sur fue editada en 1774 en provincia del Gran Chaco que se editó en 1789, que-
Inglaterra. El libro, traducido al castellano y ree- dando la obra inconclusa por su fallecimiento.
ditado varias veces, es de consulta imprescindi- El volumen editado fue dividido por su autor en
ble para estudiar los ambientes prístinos del sur libros y artículos y en él describe la geografía, la
de Buenos Aires y norte de Patagonia de media- botánica, los mamíferos, las aves, los reptiles e in-
dos del siglo XVIII, los que Falkner recorrió más
de una vez en busca de buenos lugares para el
asentamiento de las futuras reducciones deno-
“La inmensa llanura en la cual se extiende y dilata el país del
minadas genéricamente “de Indios Pampas”.
Chaco, se presenta diversamente a los observadores. Está
poblada de espinosos y tupidos bosques y en los muchos lu-
gares está privada de casi todo no observándose otra cosa
José Jolís
que muchas especies de Palmeras dispersas aquí y allá y
Nació en un pueblo de Cataluña (España) en tan proporcionalmente alejadas una de otra, como si hubie-
1728, y murió en Bolonia (Italia) en 1790. Llegó a sen sido plantadas con orden y simetría”. Texto José Jolís.
América en 1755 y como tantos otros miembros de

Descripción de un gliptodonte, según Falkner “…en


los bordes del río Carcarañá… hay gran cantidad
de huesos, de tamaño descomunal…”, “Yo en perso-
na descubrí una coraza de un animal que constaba
de unos huesecillos hexágonos, cada uno de ellos
del diámetro de una pulgada cuando menos…”. El
hallazgo se convirtió en el primer registro paleon-
tológico que se hizo en nuestro país de ese animal
prehistórico. Años más tarde, Alcides d´Orbigny y
Charles Darwin, -naturalistas de gran prestigio-,
dejaron constancia de los hechos y elogiaron las
observaciones del misionero. Tomás Falkner Palmeras del Chaco. Dibujo Florián Paucke

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Cuaderno nº 19
16 MANZANA DE LAS LUCES

sectos y los indígenas, mencionan- tarde Asunción del Pa-


do las ciudades más importantes raguay. Entre sus obras
de la región. Entre lo publicado hay se destacan la Descrip-
abundantes testimonios faunísti- ción Corográfica del Gran
cos y florísticos de la región cha- Chaco Gualamba y la His-
queña, que recorrió en más de una toria de la Conquista del
oportunidad. La obra fue reeditada Paraguay, editadas en
en 1972 por la Universidad Nacio- 1733 y 1873 respectiva-
nal del Nordeste con el título “Ensa- mente. Durante toda su
yo sobre la Historia Natural del Gran vida recopiló informa-
Chaco”. Ernesto Maeder, en el estu- ción sobre ciencias na-
dio preliminar de la obra, comentó turales, que luego in-
que “...de unos 150 nombres [de per- cluyó en sus obras.
sonas citados por Jolís] la tercera Portada de “Descripción
Portada del libro Saggio sulla parte son naturalistas, médicos, zoólo- Corográfica...” editada en
storia naturale della pronvincia
del Gran Chaco, 1789
gos o botánicos”. Juan Ignacio Molina 1733.

Fue un abate jesuita de origen chileno, nacido


Pedro Lozano el 24 de junio de 1740 en Guaraculén y fallecido en
Bolonia (Italia) en setiembre de 1829. Fue acepta-
Nació en Madrid (España) el 16 de setiembre de do entre los jesuitas a los quince años de edad y
1697 y falleció en Humauaca en 1752, localidad por misionó en su país de origen. En Italia luego de la
entonces perteneciente al Virreinato del Perú. Sus expulsión fue nombrado profesor de ciencias na-
restos están enterrados allí, en la iglesia de San turales en 1803. Escribió varias obras, siendo las
Antonio de Padua, en el pueblo de Uquía. Fue des- principales Compendio sulla storia geográfica, natu-
tinado a las Misiones del Paraguay en 1717(¿?) y rale e civile del Reyno del Chile, editada en 1776 y Sa-
completó sus estudios en la Universidad de Córdo- ggio sulla storia naturale del Chile editada en 1782.
ba. En 1730 fue designado Cronista de la Compañía Describió unas treinta especies de aves, debida-
y en dicha universidad enseñó Filosofía y Teología. mente ordenadas de acuerdo a la clasificación bi-
Luego pasó a Santa Fe, donde hizo sus votos y más nominal de Linneo. Citó por primera vez al Pudú,

Oso Hormiguero: “… hay osos que llaman hormigueros por su or-


dinario mantenimiento, que son hormigas, su cabeza es larga, el
hocico como de puerco dos veces más largo y más agudo, pero
sin tener boca sino a la punta un pequeño agujero, por donde sa-
cando la lengüecita, que es también muy aguda la mete en los
hormigueros, siéntanse en ella muchas hormigas y el oso con
presteza recoge la lengua, la encierra, y con ellas se sustenta. Su
cola es muy larga y ancha que parece un plumero grande, al ca-
minar con gran pausa, la encoje pero al reclinarse la despliega y
ensancha para cubrirse con ella todo el cuerpo de pies a cabeza.
La diligencia, que dijimos hace en los hormigueros, ejecuta en las
colmenas porque también se alimenta de la miel y halla siempre
de los dos manjares copiosa abundancia, por la que hay en el El oso hormiguero. Dibujo de Florián Paucke.
Chaco.” Texto de Pedro Lozano.

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Abundancia de peces en el río Bermejo “… es


abundante de pescado, y con veintidós espe-
cies las que hasta ahora se han reconocido,
pueblan sus aguas sábalos, dorados, bogas
mayores que sábalos, armados, surubí, palo-
meta, patí, pejeblanco, dentudo, pacu, raya
mayor que una adarga, y algunas que no pu-
de alzar un hombre del suelo, nandi, bagres,
machete, suchi, mojarra, anguila, morena, sar-
dina, cangrejos, almejas muy grandes, ostras Tapa del Compendio sulla storia
de perlas,…” Texto de Pedro Lozano. geográfica, naturale e civile del Reyno
del Chile, editada en 1776

que es el ciervo más pequeño del mundo y se lo


considera autor de las primeras descripciones re- “El cisne Chileno, Anas Melancoripha, viene a
ferentes al cisne de cuello negro Cygnus melan-
ser del tamaño del cisne europeo, al cual se
coryphus.
asemeja mucho en la figura del cuerpo, pero se
distingue de él en el color de las plumas le le
cubren la cabeza hasta la mitad del cuello, y
Pedro Montenegro
las cuales son de un hermoso color negro.” Tex-
De este Misionero Jesuita pocos datos biográfi-
to Ignacio Molina
cos se conocen. Nacido en Galicia (España) en 1663
y fallecido en territorio de la actual provincia de
Misiones en 1728, a
pesar de ser consi- Biblioteca Nacional de Buenos Aires. Manuel Tre-
derado misionero lles lo publicó bajo el título de “Materia Médica Mi-
fue en verdad Her- sionera” y así se lo conoce actualmente. Fue publi-
mano Adjuntor. Fue cado por primera vez (aunque de manera incom-
destinado a las mi- pleta) en los tomos I y II del año 1888, de la Revista
siones del Paraguay Patriótica del Pasado Argentino. Más adelante la
donde actuó como Biblioteca Nacional realizó una nueva edición en
enfermero en dis- 1945. La obra, contiene abundantes descripciones
tintas reducciones. de plantas sudamericanas con las correspondien-
Dejó una importan- tes virtudes medicinales. Fue ilustrado con 136 di-
te obra manuscrita bujos de autoría incierta.
dedicada al trata-
miento de las enfer-
medades que for-
man un volumen Florián Paucke
encuadernado, sin
Un pliego del manuscrito sobre título, de alrededor Nació en Wiñsko (Polonia) el 24 de septiembre
cirugía atribuido por G. Furlong de 460 páginas, que de 1719 y falleció en Swettl (Austria) en 1780. Estu-
al Padre Montenegro. se conservan en la dió Filosofía en Praga y dictó clases de Humanida-

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Cuaderno nº 19
18 MANZANA DE LAS LUCES

Lapacho: “Los españoles llaman lapacho a este árbol, pero los


indios enedagangat. En la estación de primavera se halla com-
pletamente cubierto de flores, cuyo color semeja, en un todo al
dela flor de los duraznos. La madera interior es verde oliva.
Cuando se abate el árbol, sale del árbol un polvo como si estu-
viera seco, se podría estimar este polvo por su aspecto como
tabaco del Brasil. También puede obtenerse de las astillas algu-
na utilidad. Sobre tres o dos ladrillos se coloca un recipiente
hondo, dado vuelta, debajo de éste se hace un fuego de estas
astillas, el humo pega entonces contra el recipiente y el hollín
queda allí pegado. Este se quita con una pluma y se usa para
escribir. En vez de tinta. Es también una perfecta tinta negra.
Las astillas de esa madera siendo verde oliva sirven para teñir.
De las ramas corvas se fabrican los arcos para las ruedas de los
carros de carga, que son muy duraderos. Un carro elaborado
con madera semejante, se vende cincuenta y también sesenta
pesos o Thaler duros.” Texto de Florián Paucke

Lapacho, dibujo de Florián Paucke

Sobre el guanaco: “…es muy semejante a los


gamos en la ligereza y color, en grandor como
un potrillo pequeño, Habita en las montañas y
por lo común huye de la gente, más cogido se
domestica fácilmente. En su vientre se halla la
célebre piedra bezoar tan estimada; son muy
mansos y la única demostración que hacen
cuando se los persiguen es escupir. Salen a las
cimas de las montañas cuando sienten pasar
gente por los valles, y en descubriendo las
gentes hacen ruido con un relincho bien desa-
pacible. De ellos cuentan que para descargar
el vientre se juntan muchos y van a un deter-
minado lugar…” Texto de Florián Paucke
El guanaco, dibujo de Florián Paucke.

des en Breslau, Silesia. Ingresó a la Compañía de reducción, llamada San Pedro, asentada pocos ki-
Jesús en 1736 y tempranamente solicitó su trasla- lómetros al norte de la anterior.
dado a América. El anhelado proyecto se concretó En 1767 los jesuitas fueron expulsados de los te-
a mediados de 1748, cuando el Procurador ante las rritorios de España y Paucke, junto a otros misio-
Cortes de Madrid y Roma, Ladislao Oroz, se encon- neros, parte desde Montevideo con destino a Cádiz
traba en Europa reuniendo misioneros para la Pro- embarcado en la Fragata de guerra “La Esmeralda”.
vincia Jesuítica del Paraguay. Paucke, llegó a Bue- Pasado el tiempo se instaló en el monasterio Cis-
nos Aires a principios de 1749 junto a otros miem- terciense de Swettl, Austria, y allí escribió e ilus-
bros de la Compañía. Terminó sus estudios en Cór- tró sus vivencias americanas, las que quedaron
doba y en 1752 fue destinado a las reducciones de inéditas debido a su fallecimiento. Las memorias
indios mocovíes en San Javier, provincia de Santa de Paucke se publicaron mucho tiempo después
Fe. Posteriormente fue artífice y fundador de otra de su fallecimiento, de manera entrecortada o re-

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sumida en partes, tanto en alemán como en cas-


tellano. Tal sería el caso de las ediciones de Frast
“Tres diversas especies de puercos monteses [pecaríes] una que 1829, Kobler 1870, Auttweiler 1900, Bringmann
los indios llaman jongaec, corren reunidos por centenas, tienen 1908, o Furlong 1936 y 1938. La versión completa
sobre el lomo una excrescencia hedionda, que algunos conside- en nuestro idioma se realizó en 1944 y estuvo a
ran el ombligo, pero no es así. Las otras especies son denomina- cargo de la Universidad Nacional de Tucumán y la
das por los indígenas Alimagze y Lolo” Texto de Florián Paucke. Institución Cultural Argentino-Germana, siendo
Es importante señalar que a principios del siglo XX nuestro país
contaba con solo dos especies de pecaríes. (El Pecarí Labiado
y el Pecarí de Collar). El Pecarí Quilmilero fue catalogado para
la ciencia recién en 1975.

Yaguareté, dibujo de Florián Paucke

El Tigre americano o Yaguareté y su abundancia


histórica: “El animal más peligroso y peor allá es el
tigre, que se encuentra por todas partes y vuelve
Cacería de Pecaríes. Dibujo de Florián Paucke.
muy inseguros los campamentos nocturnos y los
caminos. Se encuentran tigres, no sólo en el lado
oeste de este valle sino también en el lado este del
[río de La Plata] y Paraná en tanta abundancia
que los españoles en la costa del este organizan
continuas cazas al tigre y en un año envían hasta
cuatro mil cueros de tigre a España. Ahora, si en el
costado este se encuentra una cantidad tan gran-
de de tigres donde se persiguen tan continuamen-
te por los españoles y anualmente se matan en
tantos miles ¿Cuán plagado de tigres estará y se-
rá peligroso para los viajeros el costado oeste don-
de yo vivía donde sólo se mata lo que se presenta
a la lanza o al fusil y no se organiza tal caza?”. Tex-
Naipes con dibujos de aves, obra de Florián Paucke. Foto cortesía del to de Florián Paucke.
Barón Kast.

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20 MANZANA DE LAS LUCES

Descripción del Zorrino: “… animal hermoso; su


color blanco y negro; su grandor como un gati-
to; el hocico como de puerco espín y la cola de
zorra. No tienen enemigo alguno, porque cuan-
do se ve perseguido arroja un humor tan pesti-
Detalle del manuscrito depositado en el Monasterio de Swettl Austria.
(Foto cortesía Alvaro Mones) lente que no se puede sufrir, y si llega a caer en
la ropa conserva por mucho tiempo el olor. Son
de buen gusto…” Texto de Manuel Peramás
traducida por Edmundo Wernicke quién la tituló
“Hacia allá y para Acá una estada entre los indios
mocovíes”. Esta edición es considerada en la ac-
tualidad como la más completa y fiel que se cono- Faenza, dentro de los estados pontificios, reali-
ce de las memorias del padre Paucke. Comprende zando tareas literarias. Su obra más conocida es
más de mil páginas dispuestas en 3 tomos y en De vita et moribus tredecim virorum paraguay – corum
ella se incluyeron más de cien ilustraciones. (Faventiae MDCCXCIII), que consta de dos partes.
También se conservan unas 20 estampas de Fue traducida en 1946 al castellano como La Re-
9x6 cm. dibujadas en el dorso de un mazo de nai- pública de Platón y los Guaraníes. Sin embargo,
pes dedicados exclusivamente a la ornitología. su Annus patines, conocido como “Diario del des-
Sobre éstos últimos la versión más difundida tierro o la expulsión de los jesuitas de América en
cuenta que habrían sido confeccionados por el tiempos de Carlos III”, debe considerarse el más
misionero en América y utilizados en el exilio co- valioso documento referido a la naturaleza de
mo ayuda memoria a la hora de escribir sus re- nuestras tierras. Fue escrito en 1768 y en él pue-
cuerdos. den encontrarse deliciosas noticias referidas a
nuestra fauna y flora.

José Manuel Peramás


José Sánchez Labrador
Nacido en España en 1732, falleció en Faenza en
mayo de 1793. En 1755 vino a América y luego de Nació en Toledo (España) el 19 de setiembre de
una breve estadía en Buenos Aires pasó a Córdoba 1717 y falleció el 10 de octubre de 1798 en Ravena
para terminar sus estudios. En 1758 escribió algu- (Italia). Llegó al Río de la Plata en 1734 y completó
nas cartas anuas, recibiendo el elogio de sus pares sus estudios en Córdoba. Entre 1740 y 1743 estuvo
tanto de aquí como en Europa. Fue destinado las en Montevideo y Buenos Aires. Vuelto a Córdoba
misiones Guaraníticas, pero a pedido de las auto- pasó a las misiones guaraníticas. La copiosa do-
ridades de la universidad de Córdoba regresó a cumentación producida por Sánchez Labrador
esa ciudad para ocupar una cátedra como profe- ocuparía actualmente unos 40 volúmenes. Su
sor. Se sabe que estuvo algún tiempo en Santa Fe, obra “El Paraguay Catholico” se editó en Buenos Ai-
Tucumán, Salta, Jujuy y Buenos Aires. Recibió la res en 1910, no así “El Paraguay Natural”, escrito
orden de expulsión estando en Córdoba y viajó a entre 1778 y 1790, que se conserva inédito pero
la Ensenada de Barragán en las cercanías de la lo- circula en forma manuscrita dentro de los ámbi-
calidad de Quilmes, viaje que hizo por tierra y du- tos académicos. Allí Labrador puso todo el cono-
ró 27 días. Con él viajaban otros renombrados mi- cimiento que tenía sobre la naturaleza, las cien-
sioneros como Falkner, Iturri, Guevara, Andreu, cias, los animales y las plantas en general. La
Oroz, etc. El grupo se distribuyó en tres naves (El obra trata temas como: Tierra, Agua, Aire. Botá-
Venus, la Esmeralda y la Liebre) y, previo paso por nica, Mamíferos, Aves, Peces, Reptiles e Insectos.
Montevideo, recaló en Cadíz. Ya en Europa, Pera- El historiador Guillermo Furlong nos recuerda
más, como muchos otros jesuitas, se instaló en que “... es posible que en todo el continente americano

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nadie lo haya superado como investigador de los fenó-


menos de la naturaleza, y como sabio divulgador de los
Algunas aves de la-
mismos...”
guna: “... Bandadas
Al momento de la expulsión fue embarcado en
la fragata de guerra La Esmeralda rumbo a Cádiz, de pájaros de todos
con el tiempo se instaló en Ravena donde escribió colores... concurren
sus obras. Es importante señalar que Sánchez La- a divertirse sobre la
brador conoció el sistema binominal de Linneo, y arena de sus ori-
a punto estuvo de utilizar esa clasificación en sus llas...” Los Guiratis,
obras, y así lo aclara en la introducción referente Cisnes o Apocolo-
a los mamíferos “Linneo divide los animales en seis gos, los Yahas, o Ch-
clases...”. Tal fue su conocimiento que sabemos, ahas, los Ayayas, los
por referencias del Dr. Ruiz Moreno, que Sánchez Tuyuyus y otras in-
Labrador conoció lo publicado en el Journal des
numerables especies de patos; ánades, garzas, papagayos,
Savants, (una de las primeras revistas científicas
Muyhis, los Yacus o pavas del monte,... Se bañan unas a su
del mundo). Basta dar una ojeada a su obra y ob-
gusto, otras pescan y todas se retiran como pesarosas cuan-
servar que está repleta de citas y referencias a
hombres de ciencia como Aristóteles, Plinio, Bo- do las sombras lo cubren todo de oscuridad...” Texto de José
mare, Lemery, Geoffroy, Boyle, Buffon, etc., para Sánchez Labrador. Dibujo Florián Paucke
tomar idea de sus conocimientos.

Antonio Sepp

Antoni von Sepenburg Zu Salegg, tal su nombre Tucanes: “… se domestican con gran facilidad y en breve,
completo, nació en Bolzano (Italia) en 1655 y falle- teniéndolos en el cuarto, y dándoles de comer y beber (…)
ció en la Reducción de San José (actual provincia Los mansos se alimenten de carne, frutas, y de las semillas
de Misiones, Argentina) en enero de 1733. Era el arracimadas de los árboles de la famosa yerba del Para-
guay o té del sud, donde los hay. Son parecidas estas semi-
llas a las aceitunas chicas (…)”
“La carne del tunca es muy poco y negruzca, sus plumas
“Una vez que navegamos en el Río de la Pla- hacen aparecer grande a esta aves. El pico tiene una sen-
ta, pasamos ora a la derecha, ora a la izquier- sibilidad extraña, bas-
da delante de islas, una cada vez más grande ta que lo toque y ras-
y hermosa que la otra. Los ojos y el corazón pe un perdigón, para
se deleitaban en los espléndidos verdes ár- que el tunca caiga
boles nunca vistos, en las plantas y montes, muerto, como lo expe-
en los arbustos y cercos. Aquí las más lindas rimenté por mí mismo.
palmetas llenas de tempranos frutos amari- De este pico y de la
llos, nos convidaban con sus sombras segu- lengua del tunca, dice
ras, allí el laurel perenne ofrecía amparo de Bomare se supone
las tormentas y los martillazos de los truenos. tenga grandes virtu-
Limeros y limoneros, cargados de sus aromá- des médicas, sin seña-
ticos frutos e innumerables otras, extrañas lar cuales ni cuantas.”
frutas, llamaban al hambriento y al sediento, Texto y dibujo de Sán-
de modo que creíamos navegar en otro pa- chez Labrador.
raíso” Texto de Antonio Sepp.

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22 MANZANA DE LAS LUCES

“No pudiera haber hecho tales observaciones


por falta de instrumentos de no haber fabrica-
do por mis manos los instrumentos necesarios
para dichas observaciones. Cuales son reloj de
péndulo con los índices de minutos y segundos,
cuadrante astronómico para reducir, igualar,
ajustar el reloj a la hora verdadera del sol, divi-
dido cada grado de minuto en minuto, telesco-
pio, o anteojos de larga vista de vidrios conve-
xos de varias graduaciones desde ocho hasta
veintitrés pies…” Texto Buenaventura Suárez.

el 24 de agosto de 1750 en Uruguay. Por parte de


Página del índice manuscrito sobre Ictiología del Paraguay Natural.
Pecaríes y felinos dibujados por Sánchez Labrador. madre estaba relacionado Juan de Garay, funda-
dor de Buenos Aires y Santa Fe. Se educó dentro
de los establecimientos jesuíticos incorporándo-
se a la Compañía de Jesús en 1691. Con el tiempo
misionó en reducciones de San Ignacio Guazú,
hijo primogénito de una familia noble. Estudió en Itapuá, Santa María la Mayor, Apóstoles, San Cos-
Viena, donde fue un distinguido integrante de los me, San Damián, Candelaria etc., y participó en
niños cantores de la Corte Imperial e ingresó a la los Colegios jesuíticos de Asunción y Corrientes.
Compañía de Jesús a los 19 años. Visitó Inglaterra, Su fama de astrónomo trascendió las fronteras
manteniendo un trato cordial con importantes americanas, ya que sus trabajos tuvieron recono-
personas cultas y de jerarquía. Luego de varias cimiento mundial. En las lejanas reducciones de
súplicas a sus superiores para conseguir el trasla- San Cosme y Damián, Buenaventura Suárez le-
do a las Misiones y un sinnúmero de adversidades vantó un observatorio astronómico, primero en
para embarcarse, en enero de 1691 partió desde América, construyendo además sus propios apa-
Cádiz al Río de la Plata. Se lo considera un impor- ratos. El padre Sánchez Labrador ponderó su labor
tante misionero principalmente dedicado a la en- “…Buenaventura Suárez, misionero de los indios guara-
señanza de la música y la confección de instru- níes, y célebre matemático, [labró cristales] muy bue-
mentos. Sin desmedro de lo dicho, subrayamos nos [e] hizo algunos anteojos muy claros…”. También
también sus descripciones de fauna y flora por el naturalista Félix de Azara, de paso por aquellas
entenderlas de gran valor documental. Su viaje a reducciones en 1797, se refirió a él “…además de la
las Reducciones de Indios Guaraníes en Yapeyú, pequeña librería que cada cura tenía en su pueblo, ha-
quedó inmortalizado en sus textos, en ellos se re- bía aquí una mayor que [de a poco] pasó a Buenos Ai-
fleja el amor y la sabiduría para describir la exu- res … [allí] vi un juego de globos podridos con varios
berante naturaleza que lo rodeaba. En su obra in- tubos de anteojos comunes y astronómicos”.
cluyó además interesantes párrafos que explican Hacia 1720 escribió una obra que compendiaba
cómo sembrar maíz, yerba, algodón, tabaco, o las observaciones de eclipses en la región donde
cuándo realizar diversos trasplantes etc. vivió y misionó durante 30 años. Se conoce con el
título de “Lunario de un siglo que comienza en enero
del año 1740 y acaba en diciembre del año 1841, en que
Buenaventura Suarez se comprenden ciento un años cumplidos. Contiene los
aspectos principales del Sol, y Luna, esto es las Conjun-
Misionero jesuita argentino. Nació en la pro- ciones, Oposiciones, y Cuartos de la Luna con el Sol se-
vincia de Santa Fe un 14 de julio de 1679 y murió gún sus movimientos verdaderos; y la noticia de los

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Curiosidades de las arañas: Co-


mo dato ilustrativo puede citar-
se que Termeyer tejió un par de
guantes de seda de araña que
A Buenaventura Suarez, “… se lo colocará al lado obsequió a Josefina (empera-
de Franklin, entre aquellos que por un amor inna- triz de Francia y primera esposa
to a la naturaleza y una propensión imperiosa del de Napoleón Bonaparte). Ade-
espíritu hacia la investigación de sus leyes, culti- más como puede observarse en
varon las ciencias exactas sin maestros y sin más sus trabajos, en mayo de 1788
auxilio que la inspiración propia” Juan María Gu- remitió al Rey de España un par
tiérrez, nuestro gran hombre de letras, adelan- de medias fabricadas con seda
tando en su tiempo las virtudes científicas del ci- de araña “…y junto con el obse-
tado misionero. quio le envié un memorial supli-
cándole aceptara ese pequeño
Página del Libro un Opúsculo presente de mi industria”. Texto
de R. Termeyer con ilustración de Ramón Termeyer.
del autor.
Eclipses de ambos Luminares, que serán visibles por to-
do el Siglo en estas Misiones de la Compañía de Jesús en
la Provincia de Paraguay…”.
Cabe destacar que recién a partir de 1745 pudo
realizar observaciones con instrumentos com-
prados en Europa, cuya calidad lógicamente era
superior a los instrumentos elaborados artesa- Conclusiones
nalmente.
La nómina de misioneros jesuitas que dejaron
aportes relacionados con las ciencias naturales es
larguísima y excede las posibilidades de esta pu-
Ramón María de Termeyer (Wittermeyer)
blicación. Nombres como Nicolás del Techo, Gas-
par Juárez, Antonio Ruiz de Montoya, Diego de Ro-
Nació en Cádiz (Es-
sales, Cristóbal Altamirano, Alonso Barzana, Do-
paña) en 1737 y murió
mingo Muriel, José Guevara, Roque Gorostiza,
en 1814 en Faenza
Francisco Javier Iturri, Nicolás Mascardi, Vicente
(Italia). Llegó a Bue-
Olcina, Ladislao Orosz, Gabriel Patiño, José Quiro-
nos Aires en 1764. Fue
ga, Justo Van Suerck, Matías Strobel, y muchos
compañero de Florián
más quedan en el tintero.
Paucke en los últimos
años de estancia en
las reducciones de
San Pedro y San Ja-
vier, en la provincia
de Santa Fe y se espe- Araña y Picaflor, dibujo de
Termeyer
cializó en la investi- Los misioneros fueron prácticamente la úni-
gación entomológica. ca expresión de la cultura y la investigación
Se comenta que introdujo el gusano de seda en científica en el territorio que luego pasaría a
Uruguay, Buenos Aires y Córdoba. Se conocen de
denominarse Virreinato del Río de la Plata.
él varios trabajos editados en revistas extranje-
Produjeron obras que aún hoy tienen vigen-
ras, que abordan la utilización de sedas de arañas
cia y son fuentes de imprescindible consulta,
para uso industrial y las investigaciones eléctri-
cas en peces y anguilas. Sus “Opúsculos”, cuyo no sólo en temas como la botánica o la fauna,
nombre completo es Opuscoli scienifici d`entomología, sino también de la geografía, la antropología
di física e d´agricoltura (publicados en Milán entre y la lingüística de las etnias nativas.
1807-1810) contienen todos sus trabajos reunidos
en 5 volúmenes.

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Iconografía Pauckense costumbres. Años después con las ediciones de


sus libros “Entre los Mocovíes” y “Entre los Abipo-
La obra dibujada por Florián Paucke, se compone nes” amplió la muestra dando a conocer 78 ilus-
de 104 cuadritos de 20cm x 16 cm. aproximadamen- traciones más, incorporando nuevas imágenes re-
te, originalmente encuadernados junto con el texto. ferentes a la fauna y flora, aunque en reducido ta-
Por separado existen algunos cuadros más, de maño e impresas en blanco y negro.
unos 46cm x 36 cm., que representan -al decir de La versión de Edmundo Wernicke reprodujo
Furlong- paisajes rioplatenses. La obra pictórica todas las imágenes respetando el tamaño origi-
de Paucke fue difundida por varios autores y edi- nal. Corresponden 37 de ellas a la flora, 33 a fauna
tada parcialmente en infinidad de publicaciones y 34 a trajes y costumbres. Si bien se publicaron
sin haber recibido en muchos casos el análisis co- en colores, las mismas fueron coloreadas a mano
rrespondiente. Ya Guillermo Furlong alertó sobre en base a las fotografías obtenidas por Furlong
la necesidad de estudiar e interpretar debidamen- con anterioridad. Fue imposible conseguir nue-
te aquellas pinturas. Él mismo obtuvo las prime- vas tomas, cuentan los editores de ese entonces,
ras copias que se conocieron y publicaron a partir por la conflagración mundial que envolvía a Eu-
de 1936, mostrando dibujos referentes a trajes y ropa. Pese a todo, con el descubrimiento y publi-

Víboras y Serpientes
denominadas
“Sabandijas”
por Paucke en
los ejemplos
Lampalagua y
Serpiente Cascabel.

Varias aves rapaces


diurnas y nocturnas.
Pájaros de todo tipo
y color. Distintas
especies de loros.

Venados de las Pampas.


Carpinchos o Capybaras,
Nutrias y Coypos.

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Plantas textiles y Tunas.

Peces, lagartos, iguanas y yacarés

cación de esta serie de dibujos la iconografía ar- ros aportes referidos a la ecología regional, que in-
gentina amplió considerablemente sus fronteras. cluye además información sobre la distribución
Vale la pena detenerse un instante para observar histórica de algunas especies hoy desaparecidas o
los desfiles o paradas militares, algunos rituales difíciles de observar. Una ojeada a las ilustracio-
indígenas, los trajes de época, las máscaras, los nes permite reconocer casi un centenar de aves,
gorros o corazas, para darse cuenta de la impor- destacándose diferentes especies de patos, galla-
tancia histórica y etnográfica que encierran di- retas, garzas, cigüeñas, rapaces diurnas y noctur-
chos dibujos. Paucke también ilustró instrumen- nas, loros, guacamayos y pájaros en general como
tos de música y labranza, útiles personales, ele- cardenales, horneros o boyeros, estos últimos con
mentos de equitación, boleadoras, arcos y flechas sus característicos nidos. También fueron inmor-
o lanzas. Historiadores y especialistas como Bo- talizados por el misionero los principales peces de
nifacio del Carril y Aníbal Aguirre Saravia en su la cuenca paranaense, como dorados, bogas, suru-
“Iconografía de Buenos Aires” por ejemplo, seña- bíes, patíes, bagres, sábalos, rayas, etc. Entre los
laron a un pequeño dibujo de Paucke como uno mamíferos se destacan el yaguareté, tapir, puma,
de los primeros en mostrarnos la ciudad de me- carpincho, pecaríes, armadillos y ciervos. Asimis-
diados del siglo XVIII, observada desde el río, con mo Paucke ilustró roedores, nutrias, coipos, vicu-
sus pescadores montados a caballo y algunos ñas, guanacos etc., sin olvidar reptiles, lagartos,
edificios. tortugas y víboras. La botánica fue también copio-
Desde el punto de vista de las ciencias natura- samente ilustrada con muchas especies de árbo-
les sobresale un importante muestreo de la fauna les, palmeras y gran cantidad de plantas herbá-
y flora de la región chaqueña que, indiscutible- ceas agrupadas por especies de interés alimenti-
mente, debe considerarse como uno de los prime- cio, medicinal, textil o tintóreo.

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26 MANZANA DE LAS LUCES

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Cultural del Río de la Plata. 1536-1810 - El documentos Nº 13 Buenos Aires. 317p.

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Agradecimientos
A Julio Rafael Contreras Roqué, Claudio Bertonatti, Carlos Fernández
Balboa, Pablo Iglesias y Alejandro Digiácomo. A Roberto Elissalde y José
Sellés Martínez por la lectura crítica del manuscrito.

Diseño gráfico
Estudio Massolo

Impresión
Celugraf
Javier Alejandro do Brito Cuit 20.23148874.0

Aguilar, Horacio A.

Los misioneros jesuitas y la naturaleza americana / Horacio A. Aguilar ; prólogo de


Noemí Girbal Blacha. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Instituto de
Investigaciones Históricas Manzana de las Luces, 2017.

28 p. ; 28 x 20 cm. - (Cuadernos Manzana de las Luces, crónicas de su historia ; 19)

ISBN 978-950-9410-38-1

1. Historia Argentina. 2. Ciencias Naturales. I. Girbal Blacha, Noemí, prolog. II.


Título. CDD 509

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COLECCIÓN DE CUADERNOS
“MANZANA DE LAS LUCES –
CRÓNICAS DE SU HISTORIA”

Cuaderno Nº 1
Quiénes y cómo la construyeron por Carlos Moreno

Cuaderno Nº 2
Su significación histórica por Marcela F. Garrido

Cuaderno Nº 3
La pintura en la Manzana de las Luces
por Jorge López Anaya

Cuaderno Nº 4
La historia de nuestras instituciones republicanas y la
Manzana de las Luces por María Sáenz Quesada

Cuaderno Nº 5
La ciencia en la Manzana de las Luces por Julio Orione

Cuaderno Nº 6
Los túneles en la Manzana de las Luces por Enrique M.
Mayochi, Néstor Poitevin y Jorge O. Gazaneo

Cuaderno Nº 7
De la Biblioteca Pública a la Biblioteca Nacional en la
Manzana de las Luces 1810-1884-1901 por Néstor Poitevin

Cuaderno Nº 8
El Colegio Nacional de Buenos Aires
por Gustavo Brandariz

Cuaderno Nº 9
Félix Luna: el oficio de historiador
por María Sáenz Quesada

Cuaderno Nº 10
Domingo Faustino Sarmiento y sus ideas sobre el uso de
la tierra. En el bicentenario de un hombre polémico
por Noemí Girbal-Blacha

Cuaderno Nº 11
Historia del Museo Público de Buenos Aires
por Hugo P. Castello

Cuaderno Nº 12
La Manzana de las Luces en los Planos Antiguos de
Buenos Aires por Elisa Radovanovic

Cuaderno Nº 13
La Academia Nacional de la Historia en la Manzana de las Complejo
Luces (Septiembre 1904-diciembre 1906) MANZANA Histórico
Cultural
por Néstor E. Poitevin DE LAS LUCES Manzana
De Las Luces
Cuaderno Nº 14
Memoria, historia y olvido. Silencios institucionales en
la Manzana de las Luces por Noemí M. Girbal-Bacha

Cuaderno Nº 15
Exactas en la Manzana de las Luces. Memoria de una Complejo
Facultad por Victor A. Ramos MANZANA Histórico
Cultural
DE LAS LUCES Manzana
Cuaderno Nº 16 De Las Luces
El diario La Prensa de Buenos Aires: mucho más que un
diario por Nestor E. Poitevin
Instituto de Investigaciones Históricas Manzana de las Luces
Cuaderno Nº 17 Perú 272 (C1067AAF)
La Compañía de Jesús. De la Plaza Mayor a la “Manzana Ciudad Autónoma de Buenos Aires – Argentina
de las Luces” 1609-1662 por Roberto L. Elissalde Tel / Fax. 54-11-4342-3964
www.iihml.org.ar
Cuaderno Nº 18 [email protected] / [email protected]
La botica del Colegio por José Sellés-Martínez
y Eduardo Vázquez

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