Europa Contra Europa
Europa Contra Europa
Europa Contra Europa
Europa contra Europa es una obra de Julián Casanova que busca analizar el
surgimiento del comunismo y el fascismo durante la primera mitad del siglo XX.
Para esta investigación Casanova analiza el origen, la formación, el
desenvolvimiento dentro de un contexto de guerras y la respectiva caída de
cada uno de estos movimientos sociales, comenzara analizando el contexto
mundial en el que surgen ambos regímenes y posteriormente pasa a explicar
su desarrollo y su formación individualmente uno de otro sin desprenderlo del
panorama europeo el en el que se desarrollaron para concluir con un análisis
de ambos movimientos que con distintos impulsos y diferentes desarrollos se
convirtieron ambos en dictaduras que produjeron grandes genocidios bien por
su procedencia o por conflictos políticos.
En gran parte de toda Europa, una reducida oligarquía de ricos, nobles y
burgueses mantenían su poder social a través del acceso a la educación y a
las instituciones de prestigios. El mundo, a inicios del siglo XX, estaba
dominado por vastos imperios territoriales, gobernados, excepto en Francia,
por monarquías hereditarias. El autor pronuncia que para 1919, tras la primera
Guerra Mundial, sólo quedaban el imperio británico y el francés. Cabe resaltar
que durante el periodo anterior al primer conflicto mundial estaban emergiendo
abruptamente las masas populares que buscaban acercarse a la vida política,
los sindicatos que comenzaron a desarrollarse y los partidos políticos que
buscaban atraer a amplios sectores de las clases trabajadoras que, con sus
organizaciones, movilizaciones, disturbios y huelgas, aparecieron en el
escenario público y político.
El autor se propone exponer la relación que hay entre el surgimiento del
comunismo y del fascismo y la primera guerra mundial que, con su comienzo,
el destino de Europa comenzó a decidirse por la fuerza de las armas. Puesto
que como afirma Casanova “La guerra duró mucho más de lo que se preveía,
causó más de ocho millones de muertos y derribó imperios y dinastías
centenarias, y con ellos a sus ejércitos y clases dominantes”.
Por lo tanto, tras la Primera Guerra Mundial y la súbita caída de las
monarquías, sumándole la revolución bolchevique y el incremento de los
derechos políticos para las masas produjo que las clases dominantes hasta el
momento, percibieran a la democracia como la puerta de entrada al gobierno
por el proletariado y las clases bajas. De este modo con el surgimiento del
comunismo comenzó a engendrarse en la Europa de los años 20´ su
contraparte, la semilla del fascismo, los dos fenómenos más influyentes de las
siguientes décadas. Por estas razones para Casanova La Primera Guerra
Mundial es la auténtica línea divisoria de la historia europea del siglo XX.
Por esta razón los movimientos contrarrevolucionarios, antiliberal y anti-
socialistas se incrementaron en varios países de Europa. Italia fue el primer
escenario político que comenzó a exteriorizar la preocupación de que el
comunismo invada a las masas populares por lo que con la aparición de
Mussolini en la Italia durante la profunda crisis posbélica que sacudió a ese
país entre 1919 y 1922, fue clave para el nacimiento del fascismo que culminó
con la subida al poder de Hitler en 1933. Una buena parte de esta reacción se
organizó en torno al catolicismo, puesto que en el comunismo se le expropio a
la iglesia su poder por la relación que había entre esta y la monarquía rusa, por
otro lado, los distintos regímenes fascistas buscaban defender el orden
nacional y la propiedad privada que buscaba apropiarse el comunismo.
Tanto el comunismo como el fascismo se convirtieron en alternativas
intelectuales, además como ya dijimos proporcionaban un acercamiento a la
vida política para las masas populares, tanto en el régimen comunista como
con el régimen fascista se generaron rupturas radicales con las antiguas
monarquías y sus respectivas alianzas como los nobles, la aristocracia o ya
mencionada, la religión católica. De este modo como expone el autor “Los
extremos dominaban al centro y la violencia a la razón”.
El autor coloca el foco del análisis en las tres grandes dictaduras que
envolvieron a Europa antes de la segunda guerra mundial, siempre
manteniendo la coherencia entre la relación que existió en los dos formatos que
adquirieron, es decir, comunismo o fascismo.
Durante la primera Guerra Mundial se produce la caída del Imperio de
los Romanov, monarquía zarista que sobrevivió 300 años en el poder, con la
revolución de octubre más las dos revoluciones y la guerra civil que le precedió
a la toma de poder por los bolcheviques se originó un nuevo Estado, el
comunista, pero el proceso duró alrededor de una década, y le costó a Rusia
diez millones de muertos. El hambre se extendió sobre todo el país entre 1921
y 1922, mató más que la revolución y la guerra civil, llevándose a las tumbas a
unos cinco millones de personas. Como afirma Casanova “antes de la
revolución, Rusia era ya una sociedad con altos niveles de violencia, pero el
derrumbe del orden y de la autoridad del Estado, la guerra y la desmovilización
de millones de ciudadanos armados, el delineamiento ideológico, revolucionario
y contrarrevolucionario, con diversas divisiones internas en los dos bandos,
abrieron las puertas a múltiples manifestaciones de violencia y terror”.
Durante la revolución y el establecimiento del estado comunista amplios
sectores de las clases populares fueron los principales personajes que hicieron
la guerra contra los privilegiados del viejo régimen, los burgueses, la nobleza y
el clero. El conflicto siempre estuvo tolerado y ratificado por Lenin quien como
afirma el autor “siempre abogó por utilizar la violencia contra los enemigos de la
revolución”, en esa explosión de violencia, se encuentran las bases de lo que
sería el aparato de seguridad y represión de la dictadura estalinista tras la
defunción de Lenin.
En el mismo periodo que Lenin intentaba restablecer el orden dentro del
territorio ruso en Alemania se había creado la República de Weimar que para
Casanova se desarrolló habiendo tenido tres periodos importantes durante los
14 años que se mantuvo, un periodo de inestabilidad (1919-1923), un periodo
de equilibrio (1924-1929) y la caída de la democracia y ascensión de Hitler al
poder (1930-1933).
Casanova expone que la Dictadura de Hitler no puede separarse del
sistema de campos de concentración y exterminio, de la guerra ideológica y
racial contra todo el que era considerado enemigo durante el análisis el autor
explicara como evolucionaron los métodos de castigo y exterminio por parte de
los alemanes, quienes eran los que serían asesinados y que trabajos los
obligaban a realizar, estos campos de concentración es lo que hace a las
dictaduras de Hitler y Stalin ser distintas respecto a otras formas de
autoritarismo moderno. Como afirma Casanova “Ser un judío para Hitler o un
kulak para Stalin fue equivalente a un certificado de muerte.”
Como ya comentamos en “Europa contra Europa” es muy importante
para entender el desarrollo de la segunda guerra mundial la sombra que dejo
la primera puesto que sin esta y sus consecuencias, Ni Hitler ni Stalin hubieran
podido hacerse con el poder en sus respectivos países, no solo alcanzaron el
poder sino que Rusia pasó de la aristocracia zarista a una República comunista
en nueve meses; y Alemania apenas tardó una semana en hacer el recorrido
desde el Imperio autoritario a una República parlamentaria. En ambos casos el
autor afirma que estos cambios fueron las razones entre otras que ocasionaron
una violencia política y la severa crisis económica.
La Unión Soviética por un lado ya al mando de Stalin iniciaría un
programa de modernización militar e industrial que los colocaría a la cabeza del
poder militar durante las siguientes décadas, aunque este programa fue muy
agresivo y por no debe ser estudiado fuera del contexto de dictadura y
represión en la que encontraba. Por las mismas fechas, los nazis, con Hitler al
frente, se comprometieron a echar abajo los acuerdos de Versalles y devolver a
Alemania su dominio territorial y la grandeza que les fue arrebatada tanto por la
guerra como por el tratado.
El autor señalara las similitudes de ambas dictaduras fascistas y
comunistas y entre estas también encontramos que además ambos Estados
fueron tratados como «parias» por el resto de los países europeos, uno por ser
comunista y el otro porque fue considerado el responsable del estallido de la
guerra en 1914. Esa percepción de aislamiento empujó a Rusia y a Alemania a
formas extremas de hacer política y a la dictadura. Por otro lado, tanto Stalin
como Hitler, Mussolini y Franco gozaron de poderes excepcionales, con
amplios apoyos populares, basados en el culto a la personalidad y en la
adulación, Casanova no deja fuera a la psicología que se desarrolló con
relación al culto que se creó en torno a esas dictaduras. El culto a esos líderes
fue aceptado por una parte importante de la población, que veía en ellos
seguridad frente al desorden de la Europa de ese momento.
Para concluir dos guerras mundial y la mayor crisis económica marcaron
la historia de Europa del siglo XX que se inundó por las mentiras o falsedades
de los medios de comunicación que buscaban acrecentar la valía de los
dictadores como si fueran los salvadores de sus respectivos países obviando o
escondiendo las atrocidades cometidas, Casanova analizará la importancia de
la guerra civil española que pareció ser la antesala y el primer choque de
ambas ideologías que buscaban dominar el escenario mundial.