Abraham y Sara
Abraham y Sara
Abraham y Sara
5. Los dos hombres se quedaron con el burro mientras Abraham e Isaac subieron la montaña a pie. Abraham llevaba
un cuchillo e Isaac llevaba la leña. Génesis 22:5–6 Moriah
Adoración a dios
Cuál es el acto de adoración podemos hacer nosotros en amor a dios
Se supone que fue Dios quien le dio al profeta ese hijo en la vejez. —Por otra parte, por lo que sabemos, de ese hijo iban a
nacer millones de descendientes, muchos reyes, una nación poderosa a través de la cual el mundo entero iba a ser
bendecido, una posesión eterna de la tierra prometida y un pacto eterno con Jehová
Nosotros vemos como un acto sanguinario, pero fue un acto de adoracion y obedencia
6. Isaac le preguntó a su padre dónde estaba el cordero para el sacrificio, pero Abraham le dijo que no se preocupara
por eso. Génesis 22:7–8
Dentro de unos miles de años, verán a otro joven subir al monte del sacrificio. Pero con dos diferencias significativas, en
lugar de doce, tendrá treinta y tres años, y en vez de leña, cargará una cruz.
Usted que hiciera si alguien le pidiera que sacrificara a su hijo. No podríamos creer, tal vez pensar una o dos semanas para
pensar.
Pero Abrahám fue obediente y Dios le dijo que esa era la forma de adoración. No lo pensó
Cada paso rumbo a la cima del monte fue difícil para el. Estaba cansado pero no por el camino, ni por la edad que tenía.
sino por la carga emocional que destroza su corazón. Su fe no ha declinado, Una prueba de su fidelidad.
Era el único hijo de Abraham. Pero Dios le había prometido durante toda su vida que iban a tener una gran nación.
Ten la seguridad de que si Dios lo permite, es porque hay un loable propósito detrás. Que juntamente con la prueba,
preparó la salida. Abraham puede quedarse tranquilo, a pesar del angustiante dolor, sabiendo que Dios está presente.
Abraham no entendía lo que Dios le pedia, pero desde el primer paso que dio a la montaña fue un acto de adoracion a Dios.
Tiene la amarga sensación de sentirse solo, en medio de la nada. También cree que ya es hora de decírselo al muchacho.
Durante tres días ha estado meditando en cuáles podrían ser las palabras correctas. Cómo decirle a la razón de su vida, que
debe asesinarlo y lo que es mucho peor, en nombre de Dios. También ha pensado mucho en Sara. No está demasiado
seguro de que lo comprenderá tan fácil. Quizá le reclame por no habérselo dicho, habría tenido la oportunidad de estar allí
en las horas finales de su hijo, por lo menos.
Así que, saca una soga del improvisado equipaje y le pide a Isaac que una sus muñecas y sus pequeños tobillos. El niño
obedece, mientras solloza casi en silencio.
8. Abraham ató a Isaac, lo puso sobre el altar y levantó el cuchillo para sacrificarlo. Entonces un ángel le habló y le dijo
que no matara a Isaac. Abraham había sido obediente, y por eso Dios lo amaba. Génesis 22:9–12
9. Abraham miró a su alrededor y vio enredado en las zarzas un carnero que Dios había puesto para hacer el sacrificio.
Abraham lo sacrificó en el altar. Génesis 22:13
Abraham levanta el cuchillo mientras que el muchachito cierra los ojos para no ver el impacto. El hombre observa el cielo
gris por última vez, y finalmente, baja el cuchillo. Es cuando todo el monte oye el grito de un ángel:
«¡Abrahaaaaaaaaaaaaam!». El patriarca detiene el puñal apenas a pocos milímetros antes del pecho de su hijo. El ángel se
recuesta sobre una de las rocas. «Tengo un mensaje de parte de Dios, no tienes que matarlo, no le hagas daño —dice,
mientras desenvuelve un pergamino—. Él dijo que conoce que le temes, porque no le has negado a tu único hijo». Estoy
seguro de que ahora no quieres irte del monte, justamente ahora.
Es exactamente la misma expresión que tendrás cuando el ángel grite tu nombre. El mismo gesto de aquella vez que
apareció justo cuando no lo esperabas. La misma sonrisa de cuando te enteraste que no todo estaba perdido en tu familia.
O cuando bebiste del néctar de una nueva oportunidad divina. O aquella vez, que ni siquiera sabes de dónde, apareció el
dinero para pagar esas mortificantes cuentas.
10. Dios estaba contento con Abraham porque era obediente, y le dijo que bendeciría a su familia. Génesis 22:16–18
11. Abraham e Isaac regresaron a su hogar. Abraham había demostrado ser obediente a Dios al estar dispuesto a
sacrificar a su hijo. Génesis 22:16, 19
El hombre desata al niño que, confusamente, llora y ríe a la vez, haciendo honor a su nombre. Y la potente voz del cielo
vuelve a oírse.
12. Lo que hizo Abraham es igual a lo que hizo nuestro Padre Celestial. El estuvo dispuesto a dejar que su hijo
Jesucristo muriera por nosotros. Tanto nuestro Padre Celestial como Abraham amaban a sus hijos, y del mismo
modo Jesús e Isaac amaban a sus padres y les obedecieron. Jacob 4:5
Le habla de multiplicación y de bendiciones. Menciona que sus hijos serán tantos como las estrellas de cielo. También le
dice que su descendencia será más fuerte que cualquier enemigo. Y que por cada grano de arena que se le haya
incrustado en el alma, le dará un hijo. Pero nota cómo se lo dice Dios: «Tus hijos serán como la arena que está a la orilla
del mar».
Pero estas son lágrimas distintas. Ya no hay dolor en el corazón del viejo patriarca. Son las lágrimas de quien ha terminado
una crisis y recibe su diploma de honor.
ES difícil adoraren tiempos de angustia, en el ajetreo, cuando tenemos cargas y preocupaciones, debemos aprender a dejar
las cargas atrás.
Preparemos nuestros corazones para entrar en un tiempo de adoración, porque la adoración regocija el corazón de Dios.
Dios bendijo a Abraham eternamente, obtuvo Abraham algo de la Adoración? Claro que si. Enfrento la prueba mas grande
de su vida.
Cuando usted adora a dios, dios bendice. La adoración viene del corazón, amemos a dios con todas nuestras fuerzas, con
toda nuestra mente, con nuestro corazón.
Usted siente esa voz que le habla a su conciencia y a su corazón, escuche con atención que el señor le está diciendo. No hay
cosa más grande en mi vida que ame más, de lo que te amo a ti….