Historia - Resumen Calcani
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Historia - Resumen Calcani
RESUMEN DE LA MATERIA
Definiciones de historia:
Muchos autores han dado definiciones del concepto “historia”. Tomando en cuenta algunos de ellos
podemos concluir que:
La historia tiene como objeto de estudio el pasado humano. Varios autores coinciden al afirmar que
este pasado no se explica por sí mismo sino que es necesario descubrirlo y estudiarlo a partir del
presente. Para estos estudios el historiador deberá analizar objetos, obras, documentos testimonios,
para luego, vincular las causas con las consecuencias y así entretejer las relaciones que lleven a dar
una explicación. Este estudio refleja lo que las mentes han hecho en el pasado, permitiendo realizarlo
nuevamente en el presente.
La historia como ciencia cuenta con ciencias auxiliares con las que trabaja en conjunto. Algunas de
estas ciencias son la antropología, la sociología y la arqueología.
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El cambio cuantitativo, en cambio, se refiere a la expansión de la historia en el tiempo y el espacio. El
autor asegura que “la historia se hace más rápido de lo que podemos absorberla”. El pasado no es sino
nuestro pensamiento actual acerca de lo ocurrido antes de nosotros. Una de las razones por las que
este pasado cambia con rapidez es nuestra manera de pensar que tiende al flujo y la expansión.
Los documentos escritos que se encuentran del pasado generalmente representan la visión de la clase
alta. Esto significa que hay otra historia por descubrir. Para los historiadores “gran parte de la vida se
escapa de los documentos”.Conociendo la historia y la prehistoria se obtiene el beneficio de
conocer la historia de la humanidad y no solo la de la aristocracia.Al investigar la subhistoria, el
estudioso encuentra relaciones que han tenido tremendos efectos sobre la cultura "superior", pero
sobre los cuales no existen testimonios escritos. Antes de la invención de la rueca, Alrededor del año
1300 d C., el proceso del hilado constituía una de las etapas más costosas en la producción de tejidos
ordinarios. La rueca, que fue perfeccionándose en forma gradual, redujo enormemente el precio de las
telas; el mercado se extendió y la gente común empezó a usar, por primera vez, camisas, ropa interior,
pañuelos, sábanas y toallas de lino. Como resultado, el precio del trapo de lino, que entonces era la
principal materia prima para el papel europeo, disminuyó también y, con ello, el costo del papel mismo.
Antes de que el papel llegara a ser mucho más barato que el pergamino, no era muy probable que
alguien emprendiera la ardua tarea de imprimir con tipos movibles. Aun cuando la imprenta redujera el
costo de mano de obra representado por los copistas, los libros seguirían siendo un artículo de lujo,
inadecuado para la producción en serie, mientras la materia prima necesaria fuera tan cara como el
pergamino. El desarrollo de las ciencias naturales ha permitido enriquecer el equipo del historiador con
nuevas y poderosas herramientas.
Los problemas de la época actual son:
La historia se hace más rápido de lo que se absorbe.
La historia se tornó universal con gran cantidad de material testimonial.
Las tecnologías de la información causan cambios en las formas de conocer. En cuanto a las
técnicas no se trata sólo de la fabricación de cosas sino también del manejo de ellas.
La reflexión sobre la historia implica también una reflexión sobre el hombre.
William Moss define a la historia oral como aquella que se basa en la historia documental y en la
tradición oral. Esta, según aportan los historiadores orales, se inició con anterioridad a la palabra
escrita.
La historia oral se basa en las experiencias directas de la vida de individuos particulares. Estas
experiencias se obtienen, recuperan y registran a través de la entrevista. De la entrevista de historia
oral se produce un documento, un registro de lo que el entrevistador y el entrevistado descubren en una
experiencia de vida y que desean transformar en un documento durable para futuras referencias. Esto
significa que la historia oral no depende exclusivamente de una memoria individual sino de dos y de su
interacción. El papel del entrevistador en la historia oral es siempre activo, una interacción dinámica con
la persona entrevistada. El entrevistador busca recuerdos y provoca reflexiones y evaluaciones
significativas; incluso propone hipótesis que pueden ser comprobadas a través de la experiencia
personal del individuo, y desafía al entrevistado a nuevos exámenes y reflexiones sobre las
suposiciones y afirmaciones formuladas en primera instancia
La tradición oral se trasmite de una persona a otra y tiene la finalidad de moldear y dar forma a la
cultura. Son comprensiones del pasado que surgen dentro y fuera de las dinámicas culturales de una
sociedad. A diferencia de esta los documentos están limitados en lugar, época y acción, tornándose
significativos después de un largo período.
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Cuando la tradición oral se registra con un grabador o por escrito se convierte en un documento.
Sitton al hablar de historia oral la definirá como “las memorias y recuerdos de la gente viva sobre su
pasado”. Como tal, está sometida a todas las vaguedades y debilidades de la memoria humana; no
obstante, en este punto no es considerablemente diferente de la historia como un todo, que con
frecuencia es distorsionada, subjetiva y vista a través del cristal de la experiencia contemporánea.
La historia oral y la búsqueda de las raíces también se ajustan al esfuerzo académico reciente de
incorporar la experiencia de grandes sectores de la población en el registro histórico y sociológico. A un
nivel más popular, el renacimiento de la historia oral está relacionado con el esfuerzo de autentificar las
experiencias de diferentes grupos étnicos en la cultura estadounidense. Así, representa un compromiso
con el pluralismo, y manifiesta el resurgimiento de rasgos étnicos y su aceptación como un aspecto vital
de la cultura.
La historia oral escolar sirve para salvar la brecha entre lo académico y la comunidad; trae la historia
al hogar, ya que relaciona al mundo del aula de clase y el libro de texto con el mundo social directo y
diario de la comunidad en que vive el estudiante. Con demasiada frecuencia éstos pueden tener la idea
de que la historia es sólo algo que se encuentra en los libros de texto, que fue algo que pasó ya hace
mucho tiempo, muy lejos y a otra persona, y que casi nada tiene que ver con ellos.
La historia oral escolar promueve efectivamente este conocimiento interior al hacer que los
estudiantes participen en la investigación histórica viva en el mundo social que mejor conocen: el de sus
familias, etnias y comunidades en que viven.
La historia oral es una especie de investigación de campo, y los métodos de ésta son una forma
sistemática de dar "sentido" social a entornos sociales familiares en que participan los propios
investigadores.
GARCIA BELSUNCE, César A. Archivos del Campo en la Argentina. En: El Correo.
París:UNESCO.AñoXXXVIII(feb.1985).p.25
FRANZ, Eckhart G. Los archivos y la escuela. En: El Correo. París : UNESCO. Año
XXXVIII(feb.1985).p.28-31
Franz también dedica un texto a la historia oral y su importancia y desarrollo en la educación. Coincide
con Sitton al mencionar que “el conocimiento de la historia debe resultar de un esfuerzo personal del
alumno.”
Para el autor existe una nueva mirada sobre los archivos que va más allá de cuidar los documentos y
se vincula con las nuevas tendencias en investigación y enseñanza de historia.
García Belsunce continúa con la misma mirada y resalta la importancia que en el aprendizaje tiene
este nuevo enfoque de la enseñanza de la historia donde los alumnos construyen, el saber, a partir de
la investigación y el trabajo del historiador, de su historia cercana, recurriendo a documentos escritos,
fotográficos pero sobre todo a las historias orales brindadas por quienes vivieron en la época estudiada.
Dora Schwarzsteín asegura que la “Historia oral" es un fenómeno de las últimas décadas, Asociada a
la Historia Social contemporánea, más preocupada por los procesos que por los personajes
destacados, ha desempeñado un papel importante contra la vieja historiografía puramente descriptiva
de héroes y acontecimientos. Esta "nueva" historia presta mas atención a los actores anónimos, y a
esferas mucho más diversificadas de la actividad humana, su interés no son sólo los actores políticos,
también las fuerzas contestatarias de oposición, los movimientos sociales.
Esta renovación temática trajo como consecuencia cambios importantes en la relación de los
historiadores con las fuentes en general. Nuevas fuentes escritas se incorporaron como válidas, y
también otro tipo de materiales, como objetos, fotografías, y finalmente, testimonios orales. La tradición
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positivista del siglo XIX que establecía la supremacía absoluta del documento escrito, se vio así
cuestionada.
La autora le otorga a la historia oral distintas etapas o escuelas. Esta surge en Estados Unidos a
través de las entrevistas. En este primer momento en el acento estaba puesto en obtener una fuente,
por esto mismo las entrevistas eran desgravadas con especial cuidado pero las cintas no se mantenían,
sino que se almacenaba el documento escrito. En una segunda etapa, una nueva generación de
historiadores amplia el horizonte de la historia oral El foco de interés pasó de las elitess a los actores
anónimos. Por otra parte, los testimonios orales comenzaron a ser vistos no sólo como una fuente más.
Sin embargo, el interés seguía centrado en la obtención de información y datos a través de una
metodología no convencional. Es sólo en las dos últimas décadas que el método ha permitido una
notable expansión, con fuertes preocupaciones metodológicas.
En la década de 1970 la historia oral pasa a Europa. Los historiadores orales europeos se han
diferenciado de los norteamericanos por sus objetivos y preocupaciones metodológicas. A diferencias
de aquéllos no se han dedicado a la formación de grandes archivos de testimonios orales.
La práctica de la historia oral se inició en América Latina a finos de la década de 1960.
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Dice Juttard que por medio de la acumulación de testimonios la historia oral tiende a enriquecer y
completar la tendencia racionalizante de los historiadores.
“Uno de los méritos de la fuentes orales es haber aclarado cuál es la distancia entre las experiencias de
vastas capas sociales y las estructuras supraindividuales de la historia”, dice Luisa Passerini
En nuestro país es utilizada con frecuencia por los interesados en hacer la historia de barrios de
algunas ciudades y los antropólogos utilizan las historias de vida.
En Mar del Plata, el Museo del Puerto Cleto Ciocchini, está realizando la recolección de testimonios de
habitantes de la zona con el fin de reunir fuentes orales sobre historia del Puerto.
Una inquietud similar tuvieron dirigentes de la Biblioteca. Juventud Moderna, quienes están recogiendo
historias de vida de antiguos asociados de la institución.
Nosotros estamos utilizando las fuentes orales como parte de nuestra investigación de cátedra.
MULTIPLICADORES CULTURALES.
Los multiplicadores culturales permiten transmitir y generar más cultura a través del intercambio entre
sociedades como así también entre una misma sociedad en diferentes tiempos históricos. Se les dice
ortopedia de la memoria porque le dan forma a esta, es decir, que cada multiplicador cultural imprime
una manera de recordar, de transmitir, de informar, de comunicar, etc.
1. EL lenguaje.
A través de este se realiza la transmisión cultural humana.
Es una construcción colectiva.
Las palabras multiplicaron la capacidad de recordar.
Inicio del lenguaje:
Aurora Chiriello comenta acerca de la comunicación, que esta, en las primeras épocas, utilizaba todos
los sentidos:
1. Uso variado de gestos: facilitado por la gran movilidad de músculos de su rostro, mayor que en
cualquier otro animal.
2. Uso de exclamaciones puramente emotivas.
3. Uso de parloteo o gritos expresivos. Sistema de llamada basado en vocablos fonéticos con
repeticiones rítmicas, con Variaciones de tono, volumen y vocablos: este sistema de llamadas ya era un
instrumento social de grandes posibilidades.
4. Uso de sonidos imitativos: casual al principio, utilizados luego en la caza.
Sostiene que a partir de estas maneras de comunicación surge el lenguaje como un sistema
convencional de sonidos, que es en primera instancia, emotivo, luego un medio de acción y por
último un medio para razonar.
Victor Bunak asegura que es el lenguaje,como rasgo fundamental que diferencia al hombre de los
animales, se inicia con pocas palabras monosilábicas, luego, un largo proceso de evolución hizo el
resto. Para el científico el progreso sustancial fue a fines de la Edad de Piedra (hace 50.000 a 30.000
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años), posteriormente se elaboraron los diversos sistemas de expresión hablada, las lenguas, con el
léxico y la estructura fonética y gramatical propios de cada una de ellas. La historia, la arqueología y la
lingüística parecen mostrar que la aparición de los sistemas lingüísticos tuvo lugar a comienzos de la
Edad de los Metales (hace unos 6.000 a 9.000 años), en tanto que la formación de muchas lenguas
contemporáneas data de tiempos relativamente modernos.
Zumthor Paul menciona 4 tipos de oralidad:
1. primaria: no posee contacto con la escritura. sólo se desarrolló plenamente en comunidades
arcaicas ya hace tiempo desaparecidas y, todavía hoy, en las llamadas culturas primitivas que
subsisten, en vías de desaparición, en las regiones ecuatoriales del planeta.
2. mixta: coexiste con la escritura. Esta última realiza una influencia parcial sobre la primera.
3. secundaria: se recompone a partir de la escritura, se lee lo escrito.
4. mediatizada: es ofrecida por la radio, el disco y otros medios de comunicación.
La escritura entraña valores propios y la voz desborda a la palabra.
Similitudes entre oralidad mediatizada/ escritura:
- Suprimen la presencia del portador de la voz.
- El mensaje vocal que transmiten es repetible de manera idéntica.
- Suprimen las diferencias espaciales de la voz viva y recomponen artificialmente el medio en que ésta
actúa.
Los medios de comunicación difieren de la escritura por lo siguiente:
-Lo que transmite la oralidad mediatizada es percibido por el oído y, por consiguiente, no puede ser
leído.
Pero lo que con los medios de comunicación modernos se ha perdido definitivamente es la corporeidad,
el peso, el calor, el volumen real del cuerpo del que la voz es sólo expansión.
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La información se genera de manera permanente y las sociedades necesitan almacenarla para
poder transmitirla a las nuevas generaciones. Históricamente este almacenamiento se realizada con
la memoria y se trasmitía de manera oral. Con el tiempo las sociedades fueron evolucionando dando
origen a la escritura. La escritura permitió y permite almacenar más cantidad de información y
presenta, frente a la memoria, ventajas en cuanto a la transmisión y el almacenamiento de la info.
TIPOS DE ESCRITURA
ESCRITURA PICTOGRÁFICA: Es la primera escritura utilizada por el ser humano y un magnífico
auxiliar de la memoria. Las oraciones y los preceptos comunicados oralmente se recordaban mejor
haciendo resaltar los puntos más importantes a través de la imagen. Cada pictograma es la traducción
de una frase o de un enunciado completo, la representación de ideas y cualidades. Un paso importante
de la pictografía fue el descubrimiento de la relación entre el objeto y una idea abstracta: por ejemplo el
sol podía simbolizar el día. Pero la desventaja es que no cualquiera podía realizar esa lectura, solo
lograba hacerlo quien ya conocía el texto, por lo tanto la transmisión seguía vinculada al maestro.
La ventaja que este tipo de escritura presenta es que los textos pueden ser leídos por personas que
hablan distintas lenguas. Se ha denominado a esta etapa en algunas ocasiones como “precedente de la
escritura” o “preescritura”.
ESCRITURA DEL SIGNO: En todos los signos de las distintas escrituras puede hallarse un fundamento
pictográfico; lo importante es llegar a descartar la idea de que todos los signos deben tener
forzosamente una relación de semejanza con los objetos simbolizados. Comienzan a separarse así las
dos funciones: la pintura comprenderá las imágenes dotadas de belleza y la escritura abarcará las q
posean carácter representativo. El valor de los signos está dado por las diferenciaciones que indican la
propiedad sobre los objetos. El signo da indicaciones evidentes y emotivas. Son ejemplos de ellos los
emblemas, distintivos de grupos sociales, clanes, tribus y primeras ciudades. Los signos geométricos
permiten la indicación de ideas abstractas, números y relaciones gramaticales. Con el signo se llega al
final de la prehistoria. El signo es hoy parte de nuestras vidas. Lo encontramos en las señales de
tránsito, las marcas de fábrica de diversos productos, etc.
La ventaja del signo es que puede convivir con las escrituras sistemáticas presentando su valor
directamente expresivo y sintético opuesto al carácter reflexivo, intelectual y analítico de la escritura
alfabética principalmente
ESCRITURA IDEOGRÁFICA: Hacia el 3000 a C. todo podía ser escrito, a cada palabra le correspondía
un signo o sea un ideograma. Surge así la escritura ideográfica.
El aspecto de los símbolos se ve constantemente modificado por la necesidad práctica de simplicidad.
Son reducidos a combinaciones de escasos elementos base (nuestros palotes) acaso para tener que
adaptarse a los materiales donde se plasman. Los signos se vuelven cuneiformes y pierden toda
relación con el objeto representado.
En Mesopotamia: sumerios y babilonios forman los signos con 5 elementos distintos con aspecto de
fina cuña para grabarlos sobre tabletas de arcilla
En China los ideogramas se obtienen combinando 9 tipos de pinceladas lineales y angulosas hechas
con tinta sobre papel o seda. Estos signos aun hoy en día conservan sus significados y evocan
imágenes pictóricas para quienes están familiarizados con ellos.
En Egipto se desarrollaron tres tipos de escritura: la jeroglífica (usada en las inscripciones oficiales) y
las dos formas de cursiva, la hierática (hasta el 650 a.C.)
y la demótica (del c. 650 a.C. al 450 a.C.) para la escritura rápida sobre papiro, madera o ladrillo, estas
dos últimas de carácter cuneiforme. En las tres, los símbolos han representado 3, 2 o 1 consonante y
determinadores (ayudas para interpretar los símbolos que tengan más de un significado). Las vocales
no están representadas en la escritura, han de ser determinadas por el propio lector.
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Sin embargo los jeroglíficos mantienen su forma pictórica sugestiva mostrando una gran indiferencia
respecto de los materiales donde son plasmados.
Con la evolución de la lengua y la pérdida de algunos sonidos en la pronunciación de ciertas palabras,
los ideogramas correspondientes representaron grupos de dos consonantes y finalmente reducidas a
una sola, sus símbolos pasaron espontáneamente a expresar sonidos simples y a cumplir idéntica
función que nuestras letras alfabéticas. Es así que ideogramas y signos fonéticos
logran juntamente registrar con exactitud las palabras en sus relaciones gramaticales y transmitirnos los
primeros ecos de las lenguas humanas.
Como ejemplo actual de esta escritura podemos citar la escritura china y japonesa.
ESCRITURA FONÉTICA: Es el gran paso dentro de la escritura que, no obstante, no todas las grandes
culturas lo cumplen, como por ejemplo China y Japón con sus escrituras ideográficas. Es un sistema de
escritura que cuenta con un signo para cada uno de los sonidos fundamentales de una lengua., por
consiguiente expresa los sonidos del lenguaje. No obstante la evolución de un tipo de escritura
sintético a otro analítico es muy largo y supone la observación atenta del mecanismo de las palabras y
de los sonidos en las distintas lenguas.
El primer alfabeto conocido surgió hacia el 1500 a.C. en la costa oriental del Mediterráneo confluencia
de muchas civilizaciones y habitados por pueblos llamados genéricamente fenicios. Destinado a
satisfacer las crecientes necesidades comerciales y sociales esta escritura se difunde entre el 1200 y el
1000 a C. Hacia el 900, el alfabeto se generaliza entre la población semita de la costa mediterránea. El
alfabeto fenicio como todos los lenguajes semitas contaba solamente con las consonantes careciendo
de los signos correspondientes a las vocales.
Entre los años 1000 y 900 a.C. los griegos habían adoptado la variante fenicia del alfabeto semítico y a
sus 22 consonantes le agregaron un sistema de vocales
Después del año 500 a.C. el griego ya se escribía de izquierda a derecha. Para el S IV ( 300 a C.) el
mundo griego contaba con su único y clásico alfabeto.
Su alfabeto se difundió por todo el mundo mediterráneo y de él surgieron otras escrituras como la
etrusca, osca, umbra y romana. Como consecuencia de las conquistas del Imperio romano el alfabeto
griego pasó a este pueblo donde se desarrolló el latín o latino, el que se convierte en el básico de todas
las lenguas europeas occidentales.
La ventaja que presenta la escritura fonética es que con un inventario muy reducido y cerrado de
grafías puede representarse un número ilimitado de palabras y mensajes lingüísticos, incluidas las
nociones abstractas.
GRECIA:Los copistas o escribas eran independientes. Su remuneración dependía de su letra y del
número de líneas que tuviera el texto.
La producción de libros era individual, personal (la producción masiva la trae la imprenta). Los escribas
no estaban organizados ya que la demanda de libros no era tan grande (en la Edad Media si lo
estaban), lo más parecidos a escribas organizados fue quizás el Museo de Alejandría, o quizás de
Pérgamo. Hubo allí estilos y escuelas de escrituras, pero no se llegó a un estilo estereotipado: la
mayoría de los papiros tienen origen local o privado.
Escribas mesopotámicos y egipcios: semejanzas y diferencias.
ESCRIBAS
MESOPOTÁMICOS EGIPCIOS
Profesión de prestigio, hereditaria
Acompañaban las expediciones Poseían un nivel de poder e influencia
militares para escribir despachos y considerables. La vida que llevaban era
relaciones, para actuar como furrieles privilegiada y se creían superiores a los
en la distribución de raciones y demás
equipos, para registrar el botín y
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contabilizar las bajas enemigas.
Eran una fuerza conservadora. No tenían interés en hacer accesible la escritura
para que la sociedad no dejara de depender de los escribas profesionales
No hubo escribas femeninos profesionales
LA ESCRITURA ANTES DEL PAPEL: Los antiguos egipcios descubrieron que podían confeccionar un
material excelente para sus documentos, partiendo de la planta llamada papiro. La ciencia de preparar
hojas de papiro se difundió por todo el mundo mediterráneo antiguo. Cuando comenzó a agotarse el
suministro de papiro, se empezó a buscar un sustituto. El resultado fue el pergamino, que se hacía de
pieles de corderillo o similares. Hasta que el papel llegó a Occidente en la Edad Media, el pergamino
fue el principal soporte para la escritura.
Los escribas pegaban por los bordes hojas de papiro para formar largos rollos.
El pergamino.
¿Qué es? Es una piel de animal sometida a un tratamiento apropiado con vistas a transformarla en un
material apto para recibir la escritura. Generalmente se suelen emplear para tal fin terneros, cabras,
carneros y ovejas. Se extrae de la segunda capa o dermis.
Su uso se remonta a tiempos muy antiguos: la IV dinastía (2.700-2.500 a.C.).
El papel.
Es un producto originario de la China, donde fue descubierto al inicio del siglo II d. C.
Tradicionalmente se atribuye el invento en el año 105 d. C. a un cierto Tsi Lun, habitante de la región de
Hunan y oficial de un emperador de la dinastía Han. Los primeros testimonios conocidos son unas
cartas que datan del año 137 d. C. Este hallazgo desplazó las otras materias escriptorias allí usadas,
tales como la madera, el bambú y la seda. Durante la etapa de su difusión en Oriente se fueron
introduciendo innovaciones en la forma de confeccionarlo, de ahí las distintas variedades en aspecto,
color y calidad. Fuera de la China el papel se conoce tan sólo a partir del año 751. Desde aquí se inicia
la ruta del papel hacia el oeste.
LOS CÓDICES. ENCUADERNACIÓN
Ya sean de papiro o pergamino, los códices presentan las hojas pegadas en el anverso y reverso, y
están cubiertas por tapas de pergamino.
Esta aparición del CÓDICE no provoca de inmediato la desaparición del rollo de papiro; ambas formas
subsistirán por largo tiempo. Pero este nuevo tipo de libro crea la encuadernación, constituyendo,
además de un elemento de protección, una decoración.
Los griegos y los romanos tenían un tipo de encuadernación: Se llamaba díptico a las dos tablillas;
tríptico, las de tres, y las de más tablillas políptico.
2. La imprenta: primera industria cultural. (surje en el siglo XVI)
Es el procedimiento mecánico de reproducción en serie de textos, como respuesta a la
necesidad del capitalismo financiero, que se organiza, impuesta con fines mercantiles.(es
considerado un multiplicador cultural que produjo una revolución en todos los niveles de la
vida: el comercio, la política, la educación, la vida cotidiana)
Petrificó las lenguas nacionales al mismo tiempo que las unificaba.
La consolidación del periodismo masivo produjo una revolución en el comercio, la política,
la educación y la vida cotidiana.
El tiempo se torna lineal, histórico.
El paso del siglo XVIII al XIX marca un período decisivo en la historia de la imprenta. No fue un
rompimiento con el pasado sino más bien un brusco salto hacia delante. Afectó a la técnica de la
imprenta, los métodos de publicación y distribución y el hábito de leer.
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Contexto histórico: la cultura de las masas creaba una demanda superior, la organización nacional e
internacional del comercio ampliaba los canales de distribución y facilitaba el paso de los libros desde
los almacenes de los editores a los estantes de los detallistas.
dificultades técnicas:
La técnica de impresión a mano posee tres elementos esenciales: los caracteres móviles en
metal fundido, la tinta grasa y la prensa.
El desafío consiste en componer una página por medio de estos caracteres independientes.
En el estudio del surgimiento de la imprenta hay pocos datos y muchos supuestos.
Personalidades importantes para la imprenta: Coster (Holanda), Gutenberg, Fust y Schoeffer
(Maguncia) y Waldefoghel (Aviñon).
El inicio de la imprenta se fijó en Maguncia alrededor de 1445.
A partir de 1450 el invento de la imprenta entra en una fase industrial y comienza a difundirse
por Europa.
La fabricación de los caracteres se fue perfeccionando con el tiempo, variando los materiales. El
desafío era encontrar un material que fuese resistente al desgaste. Con el fin de mejorar surgieron
tipógrafos especializados al mismo tiempo que se plantea una unificación de caracteres.
La composición se realiza a través de una serie de operaciones donde se reúnen a los caracteres en
páginas o grupos de páginas. Esta luego se coloca debajo de la prensa para el paso siguiente: la
impresión. El trabajo era realizado por el cajista. Este se sentaba con su caja y ordenaba los
caracteres. Para realizar bien el trabajo y no tener problemas en la composición era elemental tener la
caja bien ordenada.
La impresión se realizaba utilizando una prensa sólida y rústica. Los problemas que esta podía
presentar son:
1.- poder entintar la forma.
2.- en la impresión, propiamente dicha, no debía mancharse la hoja, sobre todo en los márgenes.
3.- el tamaño reducido de la platina.
También era necesario contar con papel de buena calidad, atender al plegado y la encuadernación de
los mismos.
Las imprentas rioplatenses.
La imprenta en las reducciones del Paraguay.
Las misiones jesuitas tuvieron su origen en 1610. Desde allí la congregación pidió a Roma el envío
de una persona con los conocimientos de la impresión con el fin de que esta pudiese imprimir sermones
en la lengua indígena. El pedido no fue tenido en cuenta.
A fines del siglo XVII las reducciones de los guaraníes tenían una actividad cultural intensa y poseer
una imprenta propia era cada vez más necesario. Por la falta de la posibilidad de realizar las
impresiones los libros de las misiones eran manuscritos y aun así la caligrafía era tan buena que se
veían mejores que los impresos en Europa.
Mucho tiempo después se obtuvo una prensa xilográfica y tiempo más tarde, en el año 1690, cuando
Neumann llegó a las misiones es que se realiza la primera impresión argentina. Esta imprenta que
utilizaba tipos metálicos comenzó con mucha fuerza y calidad pero no logro superarse ni mantenerse
sino que desaparece sin que se pueda saber la causal. En cuanto esto se puede agregar que tal vez
sea la falta de licencia para imprimir, aunque no es seguro que no la tuviesen, otros autores expresan
que el problema puede haber sido el idioma. Por aquellos tiempos se intentaba implantar la lengua
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española y dejar de lado el guaraní. En este contexto imprimir textos en la lengua nativa no era bien
visto a los ojos de los españoles. En esta zona no se desarrolló la industria del papel.
Con la caída de la ciudad de Maguncia en 1462, el éxodo de los tipógrafos que se encontraban al
servicio de Fust y Schöeffer, antiguos socios de Gutenberg, dio como resultado inmediato la rápida
expansión del arte de la imprenta. Algunos artesanos se establecieron en ciudades alemanas y otros,
llevaron la nueva técnica a Francia, Italia, Holanda y Suiza
Los impresores ambulantes contaban con prensas portátiles, éstos recorrían los caminos estampando
imágenes religiosas xilografiadas, oraciones y cartillas gramaticales. Estos impresores nómades,
siguieron trabajando esporádicamente hasta fines del S XV.
Estos impresores acompañaban a los aventureros, pequeños comerciantes de baratijas por caminos a
veces intransitable, hasta llegar a un monasterios, un castillo o un palacio comunal, para estampar
como diríamos hoy “al paso”, libros de rezos, estatutos, ordenanzas y edictos.
Italia: Las primeras noticias concretas sobre la introducción de la imprenta en Italia informan sobre un
clérigo alemán Pennarz que había aprendido el arte en la editorial de Fust-Schöeffer y se radico primero
en Subiaco y luego en Roma, el utilizó para su primer libro impreso unos caracteres llamados
“minúscula humanística” en 1467. Su mayor producción fue la de divulgar los autores latinos.
La imprenta se expande por toda Italia, no queda ciudad que no posea una imprenta, pero en Roma,
Florencia y Venecia es donde se hallan mayor cantidad.
Francia: Dos miembros de la universidad de París son lo que se comienzan a interesar por la
introducción de la imprenta. Ellos consiguen que tres impresores alemanes se hagan cargo de la
organización de una imprenta para la Universidad, esto es llevado a cabo de inmediato y comienza a
funcionar en 1470. Luego de esta fecha la expansión de la imprenta fue vertiginosa y son muchos los
impresores distinguidos que aportaron a este arte, que paulatinamente se iba transformando en
industria, innovaciones y perfeccionamientos. De todos ellos el que más se impone es Verard.
Desde luego la industria del libro crea la competencia, una competencia en que la calidad tienen mayor
importancia que la cantidad. La ciudad de Lyon como Basilea, se convierte en un importantísimo centro
editorial y la primera imprenta aparece tres años después de la de París, en 1473.
La imprenta en Bélgica y Holanda: Un flamenco Martens funda el primer taller en Bélgica en 1473. En
1984 un francés Mansión edita el primer libro belga ilustrado con grabados, novedad que sería muy
pronto imitada por otras imprentas.En Holanda 1º taller tipográfico 1485
La imprenta en Inglaterra: Caxton fue el primer impresor en Inglaterra, aprendió el arte en el taller de
Zell, en Colonia, a su vez Zell había trabajado en la editorial Fust-Gutenberg y vuelto a Colonia fundó en
1460 la primera imprenta conocida de esta ciudad. Caxton regresó a Londres en 1474 e imprimió su
primera obra con fecha cierta: un Cicerón, en folio (1481).
La imprenta en España: En 1475 se introduce la imprenta en España. Los impresores que llegan son
de origen alemán, algunos de ellos de Maguncia. Llevan equipos volantes y trabajan esporádicamente
durante sus viajes, hasta sentar verdaderos talleres en ciudades españolas. Sus cajas tipográficas
están equipadas con caracteres góticos, viñetas y adornos xilográficos.
La trayectoria del libro en España va adquiriendo creciente interés, destacándose como ejemplos de
verdadera artesanía los llamados libros de caballerías.
A medida que pasa el tiempo los caracteres góticos son reemplazados por los romanos y las viñetas se
van haciendo cada vez menos pesadas. Algunos impresores mezclan los caracteres góticos con los
itálicos.
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Incunable
Son las obras impresas hasta el 1500 (puede extenderse hasta el 1520 – 30 si responde a las
características) ya sean impresos con el sistema tabular o con tipos móviles.
Características:
Se dividen en xilográficos, quiroxilográficos y tipográficos, es decir, los que fueron impresos por
medio de una tabla enteramente gravada de signos y figuras, los que luego de ser impresos así,
eran completados con anotaciones manuscritas y aquellos que los fueron con tipos aislados o
monotípicamente.
Notas marginales manuscritas con letras de la época.
Irregularidad en la composición tipográfica.
Papel fuerte, áspero, desigual.
Falta de foliación.
El título escrito en los cantos.
Se intentaba que los incunables sean lo más parecido a los manuscritos de los primeros tiempos, y
comerciarlos guardando el secreto de que no había sido hecho mecánicamente, ya que en esa época
se consideraba a la imprenta como un arte bastardo o negro. Pero lamentablemente la simulación no
pudo durar mucho tiempo y el libro impreso se descubría por la comparación entre sus copias, que
tenían todas los mismos errores en las mismas páginas.
Algunos de los incunables más importantes del siglo XV en Alemania son: La biblia de las 42 líneas
por su perfección tipográfica; el Catholicón de 1460, del cual quedan poquísimos ejemplares completos,
algunos impresos sobre pergamino; el Psalterio de 1457, el más hermoso libro producido por Fust y
Schöeffer. En Italia, en Subiaco, aparece el primer incunable en 1464, no identificado pero que parece
ser obra de Pannarz. Entre las mejores obras de Francia se conocen La Merdes Hystoires, impresa por
Le Rouge en París en 1488, dos volúmenes in folio, conhermosísimas letras capitales y profusamente
ilustrado.
Van apareciendo poco a poco las portadas, los índices, las fe de erratas, la división en capítulos y de
párrafos. Justamente por eso se llaman “incunables” porque se encuentran en la cuna, en la infancia,
para llegar al S XVI a su mayoría de edad.
Clasificación:
A) Libros preciosos y raros por la naturaleza de su contenido;
B) Libros raros y curiosos por su edición;
C) Libros raros y curiosos en un determinado aspecto particular.
A su vez estas tres clasificaciones se descomponen en 25 categorías.
La imprenta en Italia: Aldo Manucio.
Aldo Manucio el Viejo fue el príncipe de los impresores italianos del renacimiento. A sus 40 años
organiza su famosa imprenta en Venecia, de la que salen hermosas ediciones que, hasta hoy,
mantienen inalterable fama por la corrección de sus textos y la perfección tipográfica. La fama de Aldo
se consolida con las obras de Aristóteles, de grandes márgenes y nítidos caracteres griegos,
terminadas en 1498.
Perfeccionando cada vez más su equipo y sus materiales de trabajo hace grabar un tipo de letra
llamado “cursivo” (Itálica, Aldina).
Debido a los conflictos en Venecia tuvo que exiliarse dos veces, a su regreso, había perdido todo su
taller, pero con la ayuda de su suegro pudo recomponer la imprenta. Los problemas económicos y
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laborales le fueron perjudicando su salud, hasta que en 1515 fallece. Su hijo tomo su trabajo y luego su
nieto.
El libro en el S XVI se convierte en un poderosísimo instrumento de divulgación; es un arma peligrosa,
tanto para el ataque como para la defensa de los grandes movimientos políticos, sociales y religiosos.
Desde Alemania, llega a la tempestad de la Reforma con Lutero y la violencia se desata; todo es crítica
y censura. En este momento crucial, la imprenta y el libro viven y participan de esta lucha. Nunca se
imprime tanto, ni es tan peligroso ser impresor porque no queda otra que estar a favor o en contra de
una doctrina. Muchos impresores ocultan su identidad en sus libros para no ser descubiertos.
Los impresores se rodean de eruditos porque la competencia consiste en esta época de polémica, en
dar al público textos depurados y correctos.
Las revisiones de la Sagrada Escritura, de los escritos de los Santos Padres o de los autores clásicos,
imponen conocimientos indiscutibles y los correctores son verdaderos eruditos.
La demanda crece incesantemente, y con el movimiento protestante y la contrarreforma iniciada por la
iglesia, se multiplican las imprentas y las ediciones, comenzando la estandarización de libro.
En este siglo aparecen los más grandes tipógrafos de la historia de las Artes Gráficas, como por
ejemplo los Aldo en Venecia y Roma.
La multiplicación de las imprentas y la creciente demanda, no significan que el negocio editorial, no
ofrezca grandes peligros económicos; una obra puede traer la ruina del editor si no ha sido hecha de
acuerdo a las exigencias imperantes, por un error psicológico, un cambio de política o una guerra
inesperada. Ser impresor significa obtener privilegios pero una palabra mal puesta puede llevar al autor
a la prisión, al descrédito y a la ruina inmediata. Como por ejemplo le sucedió a Dolet y a Estienne.
En este siglo la conformación del libro llega a su madurez y también a su estandarización; posee como
el libro actual su portada, su prefacio, compaginación completa, índice; el carácter romano se impone
definitivamente sobre el gótico; se comienza a emplear el grabado en talla dulce sustituyendo el
grabado en madera.
El libro español en el siglo XVI mantiene muchísimas características ya descriptas en el siglo XV:
pesadas portadas góticas recargadas de xilografías y de ilustraciones anacrónicas, textos compactos,
de identidad germánica, y medianos de impresión. Libros religiosos y de caballerías mantienen su
prestigio y su rareza.
PRIVILEGIOS REALES Y CENSURA
Los primeros tiempos de la imprenta no existían disposiciones legales que reglamentaran la publicación
de libros, tampoco existían aquellas necesarias para proteger los intereses de los editores.
Para la solución de ambos problemas se crearon los "Privilegios reales", esto es, "un amparo" que, al
mismo tiempo, establecía condiciones y penas para quienes "impriman, o hagan imprimir, vendan o
hagan vender" libros que sólo podían ser editados y comercializados por quien poseía el privilegio real
para hacerlo. La venta de libros se encontraba muy poco organizada y los derechos de autor casi
inexistentes. El primer proceso conocido por usurpación de derechos, lo sufrió el impresor de Milán,
Alejandro Minuciano a principios del siglo XVI.
Estas censuras y privilegios se extendían no sólo para el lugar de origen y reino sino también para las
posesiones territoriales dependientes de las Coronas Reales. No existían limitaciones locales y su
aplicación era única.
S XVI: con la fiebre productora y del estandarizamiento del libro, se ha perdido el sentido artístico, la
verdadera artesanía y la legítima vocación tipográfica. Ciertas reglas estéticas desaparecen para
siempre.
La renovación de las matrices tipográficas, la perfección formal y la calidad de los materiales empleados
ya no importan mucho, y el libro como expresión de alta artesanía declina rápidamente.
Después del siglo XVI, el libro se estanca durante todo el siglo XVII; se produce una pausa para caer en
el barroquismo del siglo XVIII del cual será salvado por estos cuatro célebres artesanos.
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En el siglo XVII, la decadencia del libro es evidentemente real. A movimientos de luchas religiosas,
suceden otros de carácter político. La controversia entre la reforma protestante y la contrareforma
católica se encuentra perfectamente definida y asentada por límites geográficos establecidos. Por su
parte, los impresores no se sirven ya de sus propios materiales sino que recurren a empresas
fundadoras perdiendo con ello personalidad. A esta falta de personalidad "tipográfica", se la compensa
con la decoración gráfica, el adorno y la ilustración (movimiento barroco). En realidad no existían
problemas técnicos que resolver y el libro es arquitecturado según la moda y las nuevas costumbres. Es
en esta época de vacilaciones cuando una nueva familia de impresores, libreros y editores, mantienen
no sin grandes esfuerzos, la tradición de un arte que parecería terminar en la pura vanidad decorativa e
insustancial. Esta familia que hizo escuela en todo el mundo fue la de los Elzevir, Elsevier o Elzevirio.
Las ediciones elsevirianas:
Todas las impresiones efectuadas posteriormente al año de 1664 son muy raras porque, debido a las
guerras de Francia e Inglaterra contra Holanda, el taller de Daniel Elzevir, al que corresponden
cronológicamente estas obras, sufrió irreparables pérdidas materiales.
Estos impresores corrieron más de una vez el peligro que importaba la edición de libros cuyo contenido
no siempre estaba de acuerdo con la política de su tiempo
El Siglo XVIII es el del "rococó". en él se manifestó una inclinación a la afectación, a las palabras
rebuscadas y a la hipocresía social que se infiltran también en la producción gráfica. Imprimir deja de
ser un arte útil para convertirse en un oficio de utilidad; la invasión del papel sinfín, los procesos
mecánicos de composición y el afán vendible hacen el resto.
PROCESOS ARGENTINOS PROPULSORES DE BIBLIOTECAS: IMPRESORES Y LIBREROS DEL
RÍO DE LA PLATA
En 1780 se produce un acontecimiento en Buenos Aires: el establecimiento de la imprenta. Otras
ciudades americanas habían sido más afortunadas. México la tuvo en 1535, Lima en 1584, Guatemala
en 1660, las reducciones jesuíticas del Paraguay en 1700, La Habana en 1707, Bogotá en 1738,
Córdoba en 1766. Solamente Montevideo, Santiago de Chile, Venezuela y Panamá tuvieron su
imprenta tiempo después.
Los jesuitas, como en todas las empresas culturales hispanoamericanas, fueron los que dieron solución
al angustioso problema de la impresión de libros. Ellos mismos construyeron la primera imprenta
rioplatense que se estableció en las misiones guaraníticas (actual Paraguay), alrededor de 1700. La
segunda imprenta rioplatense y primera de nuestro actual territorio, también jesuítica, fue adquirida en
Europa para la Universidad de Córdoba, pasando luego al Colegio Monserrat, donde en 1766 dio a la
estampa su primer libro. Esta es la primera obra impresa en territorio argentino.
Al producirse la expulsión de los jesuitas, la imprenta de Córdoba quedó abandonada, y en 1780 Vértiz
la trasladó a Buenos Aires. El 21 de noviembre de 1780 se instaló bajo el nombre de Real Imprenta de
los Niños Expósitos, siendo su primer tipógrafo Augusto Garrigós, y su primer administrador don José
de Silva y Aguiar, bibliotecario del Colegio de San Carlos y primer librero de Buenos Aires. Aunque
haya habido algún pequeño taller anterior, ello no basta para poder asegurar que ésta fue la primera
imprenta de Buenos Aires, y la única hasta 1815.
La imprenta de los Niños Expósitos comenzó a trabajar de inmediato, pero sus primeras
producciones fueron formularios, bandos, pastorales, catecismos, almanaques, etc. En 1781 se
imprime el primer libro: "Carta pastoral segunda", del obispo Josef Antonio de San Alberto, que
consta de 99 páginas in 4º. En 1783 aparece el primer libro didáctico: "Construcción de las reglas de los
géneros y pretéritos".
Coincidiendo con el establecimiento de la imprenta, aparecieron en Buenos Aires los primeros
libreros. José de Silva y Aguiar, ya mencionado, habría abierto su comercio librero algunos años
antes de 1780, en la calle San Miguel, hoy Suipacha. Contemporáneo de Silva y Aguiar fue otro librero,
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Ramón de la Casa. En estos negocios, además de libros se vendían comestibles, medicinas y artículos
de mercería.
Los jesuitas, ya se ha dicho, vendían también en sus colegios libros de texto y otras obras, a precios
razonables.
Algunas observaciones:
Durante los primeros dos siglos después de la aparición de la imprenta no se produjo en forma
masiva la adopción del libro y la lectura. Eso se fue dando muy lentamente y recién a fines del
siglo XVIII y principios del XIX se puede comenzar a hablar de masificación.
Las bibliotecas públicas en su formato moderno y que perduran en la actualidad, las ubicamos en
Inglaterra a fines del siglo XVIII y principios del XIX, observen que coincide con la dispersión y
difusión del libro y la lectura. Luego su colonia americana las adaptará a su territorio.
La CONABIP es un ente oficial de más de ciento treinta años de existencia, creado por
Sarmiento para proteger a las Bibliotecas Populares, también ideadas por el sanjuanino y que
tomara como modelo a las norteamericanas.
Se denomina Siglo Bibliográfico al siglo XIX, que coincide con el surgimiento de los grandes
teóricos de la Bibliotecología. Luego el siglo XX será el de la Documentación.
STEINBERG: EL SIGLO XIX Y LOS TIEMPOS POSTERIORES
El paso del siglo XVIII al XIX marca un período decisivo en la historia de la imprenta. No fue un
rompimiento con el pasado sino más bien un brusco salto hacia delante. Afectó a la técnica de la
imprenta, los métodos de publicación y distribución y el hábito de leer. Cajistas e impresores, editores y
libreros, compradores de libros o aficionados a tomarlos a préstamo, adoptaron, o se vieron obligados a
adoptar, nuevas formas de producción y consumo. Nuevos inventos habían
rebajado el costo de producción; la cultura de las masas creaba una demanda superior, la organización
nacional e internacional del comercio ampliaba los canales de distribución y facilitaba el paso de los
libros desde los almacenes de los editores a los estantes de los comercios.
La casi completa mecanización de todo el proceso, desde la fundición de tipos hasta la encuadernación,
ni quitó el pan a los artesanos ni rebajó la calidad de sus productos; tampoco, por otra parte, la baja de
los costos se vio acompañada por una disminución en los salarios ni en los beneficios. Al contrario,
todos los sectores del comercio librero aumentaron en número al tiempo que aumentaba también su
seguridad económica, en tanto que el público comprador de libros cosechaba los frutos de la mayor
eficiencia, la mejor calidad, y los precios reducidos.
El clima intelectual de la época favorecía los cambios fundamentales, y el comercio de la imprenta se
esforzó por responder a la necesidad. Los logros pedagógicos de los pensadores racionalistas habían
multiplicado el número de personas que sabían leer; periódicos, almanaques y diarios penetraban en
clases que hasta entonces no habían tenido contacto con la literatura.
La Revolución Industrial había creado un nuevo público de, gran riqueza que, en la segunda
generación, estaba deseosa de llenar los huecos de su cultura intelectual y literaria. Las Revoluciones
americana y francesa despertaron un poderoso interés por la política, la economía y la sociedad. Locke
y Hume los Enciclopedistas franceses, y Kant habían enseñado al público a razonar, a inquirir, y a
discutir los problemas y las instituciones que hasta entonces se habían aceptado sin espíritu crítico. La
marea creciente del liberalismo y la democracia hacía comprender a los poderes que era aconsejable
para ellos justificar su política y sus acciones; el criticismo exigía refutación. En suma, la opinión pública
era retada, y como sea que escritores de ambos bandos recogieron el reto, el impresor tuvo que
satisfacer una demanda de materia impresa sin precedentes.
Trescientos cincuenta años transcurrieron desde el invento de Gutenberg sin que se produjera ningún
cambio básico en la técnica de la imprenta. Nuevos inventos alteran totalmente el oficio.
3. Explosión de la información.
Es el crecimiento inusitado de la información en relación a la cantidad, variedad y calidad
que se produce en el siglo XX.
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Hay más información que capacidad en el cerebro para abordarla.
1.- CANTIDAD, la explosión informativa tuvo (y tiene) un crecimiento exponencial en áreas temáticas
como la Física y la Psicología Experimental, en las cuales la información se duplica cada diez años. La
mayor preocupación de muchos científicos es la imposibilidad de informarse; muchas veces es más
fácil redescubrir un fenómeno que enterarse que ya fue descubierto. Otra de las características de la
literatura científica propia de nuestro tiempo es su rápido envejecimiento: se afirma que existe una
relación inversa: la información de la disciplina que crece con mayor aceleración, envejece más
rápidamente.
Pero no siempre la CANTIDAD significa CALIDAD: existe redundancia y duplicación de las
publicaciones; hay trabajos publicados de poca importancia y viceversa. Ante esta situación, la función
de bibliotecarios y documentalistas es reducir la inmensa masa de información a proporciones
manejables.
Así, todo proceso bibliotecario y documentalista es una tarea de SÍNTESIS. Catalogar, clasificar,
indizar, no son más que una forma de sintetizar.
2.- VARIEDAD. Es lo propio de nuestra época la diversificación de canales de información: nuevas
formas de registro.
Hace 3 siglos sólo existía el libro.
En el siglo XVI, aparecen las revistas científicas y en el siglo XX:
Informes Patentes Tesis
Nuevos procedimientos de impresión Películas cinematográficas Casetes de audio.
Casetes de video.
Disquetes, CD- ROM, discos láser manuales para máquinas, Normas, leyes, etc. Todos, nuevos
soportes o nuevas formas de presentar documentos.
3.-CALIDAD. Cambió el concepto mismo de ella: hoy es un hecho vivo, dinámico, urgente e
impostergable. ¿qué le sucede a una empresa sin información exacta y oportuna? La institución
pierde dinero. La urgencia por conseguir información tiene ya desde 1950 caracteres obsesivos.
La información es un elemento de consulta e inversión, de valor decisivo para el avance
científico y tecnológico, para el desarrollo económico, social, político y educativo.
Los medios que se contaban desde principios de siglo para procesar información resultaban impropios
ya que no respondían a las necesidades de las empresas ni al crecimiento del estado y su
requerimiento informativo, razón por la cual para CONTROLAR LA INFORMACION surge en 1895 la
DOCUMENTACION en Europa que se difunde después de 1930. Esta incorpora los servicios de
resúmenes, nuevos métodos fotográficos y la maquinaria electrónica que más adelante conducirá a la
automatización de la información.
Una de las concepciones que se afirman con la explosión de la información es la COOPERACION:
desde principios del siglo veinte la información total no está localizada en ninguna parte. Es la suma
de distintos depósitos que existen en el mundo. Ya desde 1895 hubo intentos de centralizar esos
depósitos pero murieron con la 2da. Guerra Mundial. Otlet y Lafontaine pensaron organizar un
catálogo que contendría la información existente en todo el mundo. Para ello, elaboraron un sistema
de clasificación. La CDU (Clasificación Decimal Universal) que aún utilizan los bibliotecarios.
Actualmente la centralización se considera imposible, razón por la cual se recurre a las redes
documentales y a la cooperación.
En el presente, nadie puede adjudicarse el monopolio de la información: ni los gobiernos, ni los grupos
políticos, ni las empresas.
Somos dueños de los documentos pero no de la información.
En la actualidad se recurre cada vez con más frecuencia a la automatización: proceso por el cual se
delega en las máquinas las actividades humanas que aquéllas realizan con más efectividad.
Podríamos reafirmar entonces que la información total no está en ninguna parte sino en muchos
fondos y que en principio no deben existir fondos aislados, usuarios aislados, ni la distancia
puede ser un impedimento para el acceso intelectual y físico de quien necesita la información,
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especialmente si tomamos conciencia de las necesidades de cooperación, coordinación y
normalización propias de nuestra época.
4. Nuevo orden digital
Bautizado así por Bill Gates. Se refiere a un mundo en el que toda palabra, imagen o
sonido puede ser reducido a una secuencia binaria reconocible por una computadora. 0
mejor todavía, por una máquina multimedia desde la cual se comandarán el teléfono
celular, el fax, los compact discs interactivos, CD-ROM, videocámaras ,etc.
se agrega la aparición de sistemas interactivos, con la posibilidad de crear una realidad
virtual y comunidades virtuales en las cuales la creación de vínculos se produce a
distancia por medios telemáticos.
Hemos llamado a la última etapa en la historia de la transferencia cultural de la información: la NUEVA
ERA DIGITAL, iniciada en esta última década del siglo en la cual la computadora, el teléfono y el
televisor están ligados y nos posibilitan el participar -por ejemplo- en comunidades académicas
temáticas, controlar el ritmo de aprendizaje y tomar parte en seminarios y congresos sin salir de casa.
Ello responde a la necesidad de tener nuevos medios para formar más gente y para mantenerlos
actualizados sobre mayor cantidad de temas. La aplicación de tecnologías avanzadas de la información
y la comunicación supone el manejo de aspectos tecnológicos que se refieren a técnicas en perpetua
evolución, como la informática, telecomunicaciones, telemática, etc. Y a ciencias como pedagogía,
lingüística, teoría de los sistemas, entre otras.
Hay en esta época cambios en los soportes de la información: hemos pasado del soporte papel al
soporte magnético. Sin embargo, no murió el libro pero la computadora entró en él para construirlo con
los sistemas de edición computarizada y almacenarlo en soportes láser.
Registramos asimismo un cambio en los modelos de acceso a la información: tal el caso de los
MULTIMEDIA, computadoras para manejar multitud de dispositivos en los que la información se
presenta en diversas formas: texto, imagen y sonido.
La integración de videodisco, texto escrito y CD ROM nos muestra el grado de complementariedad de
los distintos medios.
Hoy es posible crear vínculos a la distancia por medios telemáticos, dando lugar a la aparición de las
comunidades virtuales.
Sin embargo, es el ciberespacio la última etapa que marca el siglo veinte. El término ciberespacio fue
acuñado por el escritor de ciencia ficción William Gibson en su novela Neuromancer, El término luego
fue aplicado al espacio generado por software en la computadora, que produce una experiencia de
Realidad Virtual (RV; sigla en inglés: VR). La RV es una experiencia multisensorial mediada por la
computadora, diseñada para engañar nuestros sentidos y convencernos de que estamos "en otro
mundo". En la RV, la computadora toma el control y guía la forma de sentir y pensar de los
participantes. En términos más generales el ciberespacio es ese "espacio inmaterial" en la línea
telefónica entre quien se comunica y las cosas on line; el paisaje artificial, redes que conectan a
millones de usuarios a lo largo y ancho del mundo, donde uno puede moverse, bajar información, hablar
con otros usuarios, asistir a foros de debate, comprar, hacer reservas de vuelo y hotel.
Ciber es uno de los prefijos más utilizados en los noventa, para referirse a un mundo dominado por las
computadoras y la experiencia descarnada. Quienes buscan trascender por computadora y viajar por el
ciberespacio, son cibernautas. La palabra que dio inicio a todo este entusiasmo, ciberpunk, comenzó
como un subgénero de la ciencia ficción que se popularizó en los ochenta. Ciberpunk representa la
implosión de futuro en el presente y la intrusión total de la tecnología en la vida humana. En este mundo
las corporaciones gigantescas tienen más poder que los gobiernos, hackers anarquistas lideran
rebeliones contra ellas en la nueva frontera de las redes globales, el cuerpo se toma ciborg, reforzado
por sustancias químicas, prótesis biónicas e implantes neurológicos. ¿Cómo puede llamarse esta
cultura engendrada por ciberpunks y cibernautas? Cibercultura. Y la civilización que emerge de la
línea: Ciberia.
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TRANSFERENCIA DE LA INFORMACIÓN:
El grabado en color:
Este fue precursor de la imprenta y del libro. Surge con la decadencia del orden feudal y el
crecimiento de una clase media ávida de cultura. El arte popular se hace más fuerte por sobre el caro y
ostentoso.
El grabado o xilografía fue utilizado para estampar telas que reemplazaban a los frescos en iglesias
que no tenían dineros para obtenerlos. También se usada para la impresión de cartas de juego y las
estampas piadosas creadas para exaltar el fervor religioso y relatar la historia de los santos.
La xilografía fue uno de los primeros ensayos de la imprenta y que sólo era necesario recortar las
letras de esas planchas o bien, formarlas separadamente a fin de hacerlas movibles para poder imprimir
a voluntad palabras o frases de un texto. Esto es lo que ejecutó, hacia el año 1438, Juan Gutenberg,
de Maguncia .
Los libros tabelarios
Se denominan de esta manera los libros cuyo texto e ilustraciones se tallaron enteramente en blocks de
madera. La aparición del libro grabado xilográficamente significó una verdadera revolución dentro de
las formas tradicionales de la producción, tanto del libró religioso como del tratado profano.
El libro
La palabra, herramienta creada por el hombre, se perfecciona, a la mirada de Escolar, con la aparición
del libro. Este permitió mayor capacidad de memoria y trascender las barreras espacio-temporales para
el intercambio de la información.
El autor realiza una diferenciación entre el libro como objeto y el libro como contenido. El libro, en su
forma material, ha sufrido cambios a través del tiempo. Se fue adaptando a las características de las
civilizaciones y a las nuevas situaciones sociales:
objetos sueltos
rollo o tira continua
códice o cuaderno
disco
cinta
Se denomina libro oral o prehistórico a los conjuntos de pensamientos o mensajes estructurados y
ordenados para su transmisión oral en el tiempo y en el espacio que se concibieron, crearon y
difundieron antes de la invención de la escritura o con independencia de ésta cuando estaba en uso.
Además de como vehículo para la transmisión de cosmogonías, mitos, normas religiosas y códigos
legales, el libro prehistórico sirvió para la transmisión de la poesía, fundamentalmente épica y lírica,
recitada o cantada con o sin acompañamiento de instrumentos musicales, y orientada, más que al
recreo y diversión, a la consolidación de los vínculos comunitarios, los sentimientos religiosos y los
valores sociales. Igualmente para narraciones de aventuras y de magia, que si en Egipto se
transcribieron en una fecha relativamente temprana, en Mesopotamia, donde con probabilidad
circularon oralmente, no se llegaron a escribir. También de los rudimentos de un saber, fruto de la
acumulación de experiencias, práctico y útil al hombre, expresado en forma de proverbios y aforismos,
procedimiento que ha perdurado hasta nuestros días en el refranero, como en el romancero y en la
canción popular se ha conservado la poesía. En Egipto y en Mesopotamia, cuyos pueblos crearon los
primeros libros históricos, los himnos y los poemas míticos se transcribieron tardíamente, después de
haberse transmitido por vía oral de generación en generación.
El libro histórico es el transcrito mediante un sistema de escritura en una materia duradera que puede
ser transportada con facilidad y a cuyo contenido se tiene acceso sin que sea precisa la presencia del
autor del mensaje y de su recitador. También encontramos inscripciones con narraciones largas en
monumentos arquitectónicos, en estelas o en rocas como en el antiguo Egipto, en la China primitiva, en
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Persia, Asiria, en el mundo clásico y en el islámico. Pueden considerarse libros, aunque no se puedan
trasladar, pero sí copiar para que sean conocidos en otros lugares.
Entre el libro histórico o escrito y el libro prehistórico u oral hay una etapa a la que podríamos llamar,
siguiendo denominaciones tradicionales protohistoria del libro, en la que el hombre intentaba liberarse
de las limitaciones de la comunicación oral, que debía producirse justo en el lugar y momento en los
que se pronunciaban las palabras.
El libro posee elementos constantes que lo definen. Estos son el género (volumen de partes u hojas) y
la especie (se concreta en el contenido). El libro requiere aplicar en él una lectura o percepción directa,
sin aparatos intermedios. En cada época el libro se ha adaptado a los cambios.
Los procesos de renovación tecnológica, en los medios de comunicación social, han sido
acompañados históricamente de un considerable impulso cultural.
Cada cultura se distingue por la forma de analizar y codificar la realidad conforme los diferentes
sistemas de percepción-comunicación.
Cultura oral, cultura escrita y cultura impresa son términos que expresan las fases de la historia
de la civilización, caracterizadas esencialmente por el vehículo de difusión.
La permanencia de la palabra impresa es cuestionada. Se cree que esta morirá, por lo cual es
necesario que la cultura impresa se proyecte al futuro de manera armónica.
La comunicación escrita provoca la actividad parcial o unidimensional del ser humano al impedir
el ejercicio de su condición multisensorial.
Los medios de comunicación modernos son el instrumento para el retorno de la comunicación a
su naturaleza comunitaria de percepción sensorialmente múltiple
A pesar de que se crea lo contrario los números de las ediciones impresas aumentan cada año.
La telemática introduce nuevas perspectivas en la comunicación escrita pues la palabra leída
abre sus cauces dentro de las nuevas tecnologías culturales.
Las tecnologías de expresión alfanuméricas:
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SALTERIOS: Los salterios estaban compuestos por 150 salmos. Se encontraban en los libros de
estudio o plegaria más importantes, y fue el libro laico más popular antes de la llegada de los libros de
las horas, a finales del siglo XIII.
LOS LIBROS DE LAS HORAS: Los libros de las horas eran libros de plegarias personales, basados en
las ocho horas canónicas, u Oficios Divinos. Fueron los más adquiridos a finales de la Edad Media por
la realeza, la nobleza y otras personas adineradas. Debían su popularidad al cambio de actitud que la
Iglesia había experimentado durante el siglo XIII sobre la devoción personal, así como a un alfabetismo
creciente y un aumento de la riqueza a lo largo de los siglos XIV y XV. Muchos de ellos eran de
pequeñas proporciones, tamaño de bolsillo, y por tanto de Fácil manejo.
APOCALIPSIS: El Apocalipsis, también conocido como Libro de las Revelaciones, es el último libro del
Nuevo Testamento.
MANUSCRITOS MUSICALES: El gradual constituía el principal libro de coros empleado durante las
misas; por otra parte, el antífonal, otro de los libros, contenía fragmentos de canciones del Oficio Divino.
Todas las iglesias medievales poseían ambos libros.
VIDAS DE SANTOS: En estos libros se explicaban diversos episodios de las vidas de los santos,
algunos reales y otros apócrifos, entre los que se relataban milagros y martirios.
HISTORIAS Y CRÓNICAS: La realeza y nobleza medieval se deleitaban con el estudio de la historia,
tanto antigua como contemporánea, real o imaginaria. Les complacían las historias bíblicas así como
las clásicas de Tito Livio y Herodoto, y en especial los relatos de Troya y de Alejandro el Grande.
TEXTOS ANTIGUOS: A lo largo de la Edad Media existió un extenso legado de textos antiguos en toda
Europa. Religiosos y laicos recopilaron, tradujeron y leyeron copias en griego y en latín de historia
clásica, filosofía, poesía, geografía e historia natural.
BESTIARIOS: Los bestiarios eran libros de uso privado, que contenían descripciones y cuentos de
animales, pájaros y criaturas imaginarias y fantásticas.
HERBARIOS: Eran grandes libros de ciencia y medicina ilustrados destinados a practicantes. También
contenían consejos sobre aspectos de la vida que causaban enfermedades físicas y mentales.
LIBROS DE CARALLERÍAS Y LITERATURA: Los libros de caballerías, que relataban hazañas
heroicas, grandes aventuras, romances y acciones caballerescas, eran los textos seculares más
populares de los tiempos medievales. Estos libros abrieron posibilidades más allá de los límites de los
textos religiosos. Se hallaban ricamente iluminados, de modo que el lector podía entender las historias
a partir de las ilustraciones, si su capacidad de lectura era limitada.
LIBROS DE TEXTO PARA ESTUDIANTES: Los libros de texto para estudiantes se elaboraron de
forma creciente a partir de siglo XII. Destinados al estudio, se realizaban con un coste relativamente
bajo, y con escasas iniciales decoradas.
Elaboración de los manuscritos(medievales)
Se realizaba en fases.
Estas fases las llevaban a cabo un equipo de artesanos con diferentes habilidades.
A partir de la piel de los animales se elaboraba el pergamino. Los de mejor calidad eran
casi transparentes. Para lograrlo se utilizaba la piel de animales jóvenes.
Hacia el siglo XV comenzó a utilizarse el papel pero sólo para libros económicos y
populares, no para los lujosos.
Las pieles de pergamino se agrupaban formando hojas que se denominan pliegos. Sobre
estas páginas se distribuía el texto. El texto era escrito por los escribas con tinta negra y
detalle de pigmento rojo.
Los libros religiosos eran los más decorados y los menos los libros para los estudiantes.
Los artistas no tenían demasiada libertad de creación sino que más bien respondían a
convenciones de la época.
El color más utilizado era el dorado.
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Los elementos decorativos más utilizados son las miniaturas, las iniciales, los bordes de las
páginas.
Los artistas encargados de la decoración solían ser monjes y monjas o sacerdotes.
Una vez terminada la labor de los escribas y los artistas se encuadernaba cosiendo los pliegos y
colocándolos entre tablas de madera que se cubrían con piel o tejido.
Los libros medievales tuvieron tres momentos de esplendor diferentes.
HISTORIA DE LAS BIBLIOTECAS
Las protobibliotecas: En los primeros momentos archivo y biblioteca se confundían en sus
características. Los documentos se guardaban junto a los libros de todo tipo. Fueron los reyes y
sacerdotes quienes decidieron separar los repositorios. Los pueblos antiguos del oriente (previos a
Egipto) ya tenían bibliotecas. Allí guardaban de manera ordenada sus tabletas. El lugar era llamado “la
casa de las tabletas”. En estas salas había bancos y repisas. Existen registros que ya en las bibliotecas
hititas existía una ordenación particular de las tabletas y listas de carácter bibliográfico. Estas
bibliotecas se encontraban en los palacios.
Las bibliotecas egipcias: Estas estaban conectadas con palacios y templos y se encontraban bajo la
dirección de escribas especialmente entrenados. Por aquellos años muy pocas personas podían leer y
escribir y el arte de los escribas era considerado místico y sagrado.
Algunos templos poseían dos bibliotecas: una general y otra específica e interna para la realización de
los trabajos teológicos.
Comienzan a surgir las bibliotecas privadas. Para formar estas era necesario contar con un escriba que
copie los libros de interés del coleccionista o bien comprarlos. La biblioteca no era más que una sala
con muebles especiales para el guardado de papiros.
Lo que se conoce sobre las bibliotecas egipcias permite asegurar que eran muy similares a las de
Palestina.
El bibliotecario era una persona importante y muy educada.
EDAD ANTIGUA
GRECIA: Primeras bibliotecas griegas
La rica literatura del pueblo griego fue oral hasta el siglo VIII a.C., cuando se inventó el alfabeto. A partir
de entonces se inició la composición escrita, quizá con la redacción definitiva de los poemas homéricos.
Pero las obras que componían por escrito los autores, se difundieron oralmente mediante el canto, la
recitación de memoria o la lectura en voz alta.
Es durante siglo V a C, cuando empieza a generalizarse la lectura individual. Aumentó notablemente la
producción de libros e incluso surgieron en Atenas talleres que, fabricaban y exportaban libros. Los
griegos heredaron el tipo de libro usado por los egipcios, el rollo de papiro, aunque también las tabletas
enceradas o enyesadas (pínaques y deltoi) para notas, y los óstraca, material muy socorrido para la
emisión del voto.
Parece que esta afición por los libros se debió en parte a los sofistas, que fueron los maestros de la
juventud ateniense a partir de la segunda mitad del S V a.c., y recomendaban a sus alumnos la lectura.
Tan rápida fue la aparición de la lectura privada, que no dejó de sorprender y suscitó una reacción en
su contra en los medios conservadores, Sócrates desconfía de la nueva moda de la lectura privada,
pues el libro, en su opinión, no podía sustituir al maestro y podía, en cambio, debilitar la memoria y
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hacer a los lectores sabios en su opinión e ignorantes en realidad, llenos de ideas que no entendían y
repetían jactanciosamente.
En Atenas en el siglo V había personas que poseían colecciones, más o menos abundantes, de libros,
pero hasta el siglo siguiente no se puede hablar de bibliotecas.
En cambio, pueden llamarse bibliotecas las más abundantes colecciones que se van acumulando a lo
largo del siglo IV en los centros atenienses de enseñanza superior (escuela de Isócrates, Academia,
Liceo, etc.) o en otros fuera de Atenas, como la escuela hipocrática de medicina de Cos.
Estos centros fueron promotores de la creación intelectual, de la producción de libros y de su difusión
fuera de la ciudad hacia personas que, por haber sido alumnos, al volver a sus ciudades, seguían
interesados en conocer las novedades intelectuales atenienses, reunieron en su seno, primero las
obras de los directores y de sus principales miembros; después las producidas fuera que pudieran
resultar de interés para la formación de los alumnos y para la labor investigadora de sus miembros
Biblioteca de Alejandría
La ciudad de Alejandría fue fundada por Alejandro Magno tras la ocupación pacífica de Egipto (332
a.c.). A su muerte Ptolomeo Lago obtuvo la gobernación de Egipto, que transformó en reino en el año
304. Ptolomeo consolidó su dinastía, que perduró tres siglos, y creó un rico y complejo reino, en el que
convivían la vieja cultura egipcia y la moderna griega. Creó una institución cuya importancia en la
transmisión de la cultura griega fue mucho mayor de lo que él mismo pudo imaginar, el Museo de
Alejandría.
El museo fue centro de estudios superiores.
No se sabe con certeza quién fue el fundador del Museo y de su biblioteca. En la Antigüedad la idea se
atribuyó indistintamente al primer Ptolomeo y a su hijo sucesor Ptolomeo Filadelfo. Probablemente el
padre empezó y el hijo completo su labor.
El fundador reunió y alojó en el Museo, a poetas y estudiosos, tras liberarles de preocupaciones
económicas y dejarles todo el tiempo libre para el diálogo, para llegar al conocimiento, o para la lectura,
la nueva vía facilitada por el desarrollo del libro, así como para dar a conocer sus pensamientos
oralmente o por escrito.
Para dotar a la nueva ciudad de libros y especialmente para atender las necesidades de los miembros
del Museo,
La biblioteca de Alejandría fue la mayor de toda la antigüedad, estuvo asociada a la investigación
científica y también fue consultada por eruditos de todos los puntos del Mediterráneo. En un principio la
Biblioteca estaba situada cerca del Mouseion, dentro del recinto de los palacios reales que dominaba el
puerto. 50 años más tardes cuando la cantidad de libros superó la capacidad de la Biblioteca, Ptolomeo
III decidió abrir un anexo que pudiera acoger el excedente.
En cuanto a la organización de la Biblioteca, existía un cargo de director de la Biblioteca, esto
demuestra que la administración de la Biblioteca era independiente a la del Museo. Además el
presidente o jefe de la Biblioteca gozaba de gran prestigio ya que solía ser también el preceptor real.
Los Ptolomeos adquirieron los libros mediante compras, transcripciones e incautaciones a los barcos.
Los Ptolomeos deseaban que la biblioteca fuera universal. No sólo debería contener lo fundamental del
saber griego, sino escritos de todos los países, que luego había de ser traducíos al griego.
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Catalogación y clasificación de los libros y los rollos: la biblioteca tenía un depósito de adquisición
situado en ciertos edificios donde se depositaban todos los libros y rollos. Allí los funcionarios de la
Biblioteca llevaban a cabo el registro y la clasificación. El registro mencionaba la procedencia del libros
por ejemplo “de los fondos del barco”, o el lugar de origen seguido del nombre del dueño, cuando era
conocido. Además del nombre del autor figuraba el del erudito que había “corregido” o editado el texto.
Otro método de clasificación era en etiquetar los libros o los rollos como “mezclados”, cuando
comprendían más de una obra, o “no mezclados”, cuando sólo incluía una. Por último se señalaba la
extensión del texto contando el número total de líneas que lo componía.
Existía también un libro de registro de los fondos de la Biblioteca, así como un catálogo detallado
destinado a ayudar a los estudiosos a encontrar los libros que buscaban ( inventario) Era necesaria una
guía crítica del contenido de las bibliotecas. Una obra de tal envergadura requería un autor dotado de
un saber y una erudición enciclopédicos, así como de una energía sin límites, como Calímaco, el autor
de las Pinakes. El método de clasificación de Calímaco se basaba en los géneros (Retórica, Derecho,
Poesía. Etc) En cada apartado los autores estaban clasificados por orden alfabético. Cada nombre iba
seguido por una breve nota bibliográfica y un estudio crítico sobre los escritos del autor.
El volumen de los libros de la Biblioteca del museo obligaría pronto a buscar un local adecuado donde
instalar los rollos y a establecer unas normas para que fueran ordenados depositados y finalmente
localizados.
Estas necesidades llevarían a la idea de crear un organismo que las resolviera, dando una nueva
dimensión a la palabra biblioteca, que evolucionó de mero “depósito de libros” a “ institución que
adquiere libros apropiados a una finalidad y los guarda con un cierto orden para facilitar su rápida
localización y consulta”.
La historia del Museo y de la Biblioteca de Alejandría realmente debería haber acabado en el año 30
a.c. con la muerte de Cleopatra y el final del reino de los Ptolomeo incorporando al naciente Imperio
Romano. Pero ambas instituciones pervivieron hasta el S IV a.c.
La Biblioteca de Alejandría vivió durante ocho siglos aproximadamente acogida al Museo hasta los
tiempos del declive del Imperio Romano. Varias son las teorías sobre la destrucción de la Biblioteca,
aunque no se puede afirmar cual de ellas es la correcta, se es que alguna los es:
Destrucción en un incendio provocado por Cesar en el puerto durante un ataque del general
egipcio Aquila, dicho incendio que tenía como propósito impedir que las naves que había en el
puerto cayeran en manos del enemigo, pudiera haberse extendido a la ciudad y acabado con
algunos edificios, entre ellos la Biblioteca.
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El Mouseíon era básicamente un centro de investigación y no se tiene constancia de que se
dispensara allí ningún tipo de enseñanza regular en la época de los Ptolomeos. Sin embargo, las
biografías de los eruditos suelen mencionar el hecho de que éstos eran profesores o alumnos de uno u
otro de los eminentes miembros del Mouseion. Tal vez esto se deba a la costumbre de incorporar
jóvenes prometedores como ayudantes de investigación.
En época romana, el Mouseion siguió funcionando, pero cada vez más como una institución dedicada
a la enseñanza. Con el dominio romano de Alejandría, cambió el carácter del Mouseion. Disfrutó de la
protección de los emperadores, pero ésta fue totalmente diferente del patrocinio y el interés personal
mostrado por los Ptolomeos.
La Biblioteca de Pérgamo.: es la única biblioteca que pudo rivalizar con la de Alejandría en el mundo
griego. Fue fundada, por Eumenes II y su primer director fue Crates de Malos, un filósofo estoico que
alcanzó gran prestigio en Roma, siendo embajador del rey. Estuvo situada junto al templo de Atenea.
Junto a éste había un gran patio cerrado por dos pórticos con columnas, y adosada a uno de ellos, una
gran sala en la que los restos arqueológicos parecen indicar que estaba instalada la biblioteca.
Emplearon como soporte para los libros el pergamino en lugar del papiro. Este soporte obtenido del
tratamiento de la piel de los animales ya era conocido y había sido utilizado en otros lugares, pero el
nuevo nombre que recibió se debe a esta ciudad y probablemente a que se fabricaron allí pieles para
escribir en gran escala y se exportaron en grandes cantidades, por ser abundante la materia prima, el
ganado.
El pergamino mucho más resistente al paso del tiempo que el papiro, se irá imponiendo poco a poco a
éste, hasta llegar a sustituirlo por completo en la Edad Media. Al principio el pergamino adopto el
formato rollo del papiro, pero luego dará lugar a un nuevo tipo de libro, los códices, compuestos de
láminas de piel cosidas lateralmente, más parecidos a los libros actuales.
ROMA: En Roma primero fueron los archivos y luego las bibliotecas.La existencia de literatura romana
no se puede asegurar hasta el S III a.c. y como resultado de la entrada de la influencia griega en Italia.
Toda la cultura romana se apoyó en la griega: la cultura de las clases altas era griega, como la
enseñanza. Y así toda la literatura romana crece sobre los modelos griegos.
Las primeras bibliotecas fueron privadas y estaban constituidas con los libros que se trajeron de Oriente
los generales victoriosos, junto con esclavos cultos, los primeros en organizarlas y en utilizarlas. El
primero en tener una biblioteca privada fue Lucio Paulo, que ofreció a sus hijos los libros de la biblioteca
del último rey de Macedonia, Perseo. Los dueños las abren a quienes deseen consultarlas.
Aunque en el S II a.c. ya circulaban libros latinos, estas primeras bibliotecas estaban constituidas
principalmente por obras griegas.
Las bibliotecas privadas se generalizaron en todo el imperio en el S I d.c.
Era común en la época que la gente de clase alta tuviera una biblioteca en cada una de sus mansiones
como por ejemplo Cicerón. Esto provocaba que personas estén en contra de esto ya que consideraban
que las tenían para ostentar y que no las utilizaban, si no que eran personas ignorantes que las tenían
como adorno y no para aprender.
De todas formas las bibliotecas privadas fueron útiles a los amigos e invitados del dueño y
especialmente a los esclavos de la casa, entre lo que no faltarían personas cultas que actuaban de
secretarios, bibliotecarios y profesores. Además, con frecuencia los propietarios eran realmente cultos e
incluso algunas bibliotecas respondían a la formación y especialización de sus dueños.
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Las bibliotecas públicas que se construyeron después. Proliferaron por todas las ciudades del imperio.
Fueron fundadas por las autoridades locales, por generosos ciudadanos o por los propios emperadores
Se inspiraron en la de Pérgamo, y fue el director de ésta biblioteca retenido a causa de un accidente en
Roma quien con sus charlas los inspiró. Situadas junto a un templo, constaban de una sala para
depósito y un pórtico para leer, todo adornado con pinturas y bustos de escritores célebres. En cuanto
al contenido, estaban divididas en dos secciones, a veces con edificios diferentes, destinadas a los
libros latinos y a los griegos respectivamente.
En tiempo de Constantino (S IV d.c.) había en Roma 28 bibliotecas.
Por ser bastante las bibliotecas sostenidas por los emperadores, se creó el cargo de Director General
de Bibliotecas, a cuyas órdenes estaban lo bibliotecarios que trabajan en cada una de ellas. En un
principio el cargo lo tenía un esclavo pero luego en el mismo S I d.c. fue dado a personas
pertenecientes al ejército de caballería. En el S III desapareció el cargo y y cada biblioteca tuvo al
frente un director.
Las bibliotecas depositaban los libros en estanterías que estaban fijas en la pared. También se usaron
armarios para guardar libros y su uso de generalizo cuando el códice fue sustituyendo al rollo, ya que el
armario era conveniente para guardar los dos tipos de libros.
Pero debido a que los emperadores estaban en continuos conflictos no paraban en Roma y por lo tanto
no mostraban interés o no podían hacer uso de la biblioteca. En el S IV se hablan de bibliotecas
cerradas como tumbas.
No hubo una doctrina bibliotecaria aunque se sabe cuáles eran las obligaciones de un buen
bibliotecario: conocer y mantener ordenados los libros, buscar copistas escrupulosos y hombres cultos
para corregir su trabajo; repararlos libros deteriorados y no encargar, salvo orden expresa del
emperador, ejemplares lujosos sobre pieles de púrpura; sugerir a su señor los libros que debe leer
personalmente o escuchar su lectura y comentar en su presencia aquellos que pueden serle útiles en
su gobierno más que los que simplemente puedan deleitarle.
El funcionamiento de las bibliotecas dependió del gusto de los emperadores. Los edificios y las
colecciones fueron pequeños porque era poca la demanda de lectura pública, ya que los romanos
preferían trabajar asilados en sus bibliotecas privadas y sólo acudían a la pública en busca de un libro
raro, que normalmente retiraban en préstamo. A veces se alojaban en edificios construidos con otra
finalidad.
No fueron las bibliotecas romanas una parte importante de las instituciones educativas, ni muy
frecuentadas por los escritores. Tampoco los bibliotecarios se creyeron en la obligación de fijar,
jerarquizar y conservar la literatura romana para las generaciones futuras, como hicieron los de la
Biblioteca de Alejandría.
Las bibliotecas cristianas
A principios del S IV el imperio Romano sufrió grandes cambios que afectaron a las formas culturales
en general y a l libros y las bibliotecas en particular. Todo comenzó con el edicto por parte de
Constantino y Licinio en donde se devolvían a los cristianos los bienes que les habían incautados y se
declaraba la libertad de cultos.
A partir de estos momentos el libro y las bibliotecas cristianas recibieron protección oficial pudieron
actuar a la luz del día y alcanzaron un creciente desarrollo frente a la decadencia de la cultura pagana.
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Tan importante fue para su actividad el libro, que acabaron cambiando su forma al optar por una
nueva, el códice, que terminó formado por hojas de pergamino, en vez de las primitivas tabletas
enceradas y las posteriores hojas de papiro.
A pesar de todo no se puede suponer que el hábito de leer se difundió rápidamente: la educación se
limitó a la clase alta. Con la literatura griega vinieron sus libros, y con ellos el papiro fue familiar a los
romanos, y se convirtió en el libro estándar romano.
La Edad Media Comienza en el S V con la caída del imperio romano a causa de las invasiones
bárbaras, que provocan un clima de incultura e inseguridad. Se divide en alta y baja edad media.
Como consecuencia surgen los monasterios como reducto de paz, de florecimiento cultural, las artes, la
cultura. En los conventos existía una dependencia llamada escritorio donde se copiaban los libros.
Estaban constituidos por monjes y novicios dirigidos por un bibliotecario.
El monje elaboraba el libro desde su etapa inicial: recortar el pergamino con su cuchillo y regla, pulir y
satinar su superficie, trazar las líneas con plomo o grafito y señalar los márgenes. Sentados en su
pupitre individual, de banqueta sin soporte para la espalda, sobre el pupitre los dos tinteros de tinta roja
y negra, el monje trabajaba incansablemente. Su trabajo es agotador y duro. Debían trabajar en silencio
y respetar las tareas que le eran asignadas.
La España visigoda: La decadencia general del Imperio Romano, que sobrevino con las invasiones en
el S V alcanzó también a la Península Ibérica, aunque en distinto modo, ya que se logró una unidad
política, religiosa y cultural fruto de la simbiosis entre los invasores y la sociedad hispanoromana, que a
cambio de su sometimiento político, impuso su lengua, el latín, y su credo, el cristianismo. Todo ello
proporcionó un desarrollo cultural en la España visigoda muy superior al conseguido en otras tierras
europeas en aquellos tiempos, hasta el punto de haberse denominado el S VII el primer Siglo de Oro
español.
El renacimiento cultural que vivió la España visigoda se debió en gran parte a la influencia externa,
procedente de Italia, con la que la Iglesia mantuvo estrecho contacto a causa del papa, y del Norte de
África, desde donde acudió, entre otros, Donato, huyendo de los vándalos, que llegó en barco con
setenta monjes y muchos códices. Igualmente llegó la influencia de la lejana Constantinopla, de donde
vinieron religiosos, como San Martín Dumiense.
Fue preciso crear escuelas episcopales, bajo la directa supervisión de los prelados, para atajar la
incultura de parte del clero. También fueron importantes en la renovación religiosa las escuelas de los
monasterios, algunas con tanta fama que recibían alumnos de tierras lejanas y donde se formaron
varios de los más ilustres obispos de ambas diócesis.
También tenemos que hablar de las bibliotecas, las más importantes fueron las episcopales. La más
voluminosa de todas fue la que en Sevilla acrecentaron primero San Leandro y después su hermano
San Isidoro creador de Etimologías. La biblioteca de Toledo reunió obras de escritores cristianos
Las bibliotecas eran una sala con armarios para los códices, con pocos asientos y alguna mesa,
principalmente para la copia y redacción de textos, pero también para la lectura silenciosa. Se sustituye
la silla por la mesa, que es más cómoda para el códice y más molesta para el rollo que debía
sostenerse con las manos.
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Estas bibliotecas no estaban al servicio de toda la población capaz de leer, sino al de los clérigos de la
institución propietaria y al de algún que otro colega al que se le pueden prestar libros. Por lo tanto, no
se pueden considerar públicas, sino especiales por la especialización de sus fondos y por el poco
número de lectores a los que sirven.
Los monasterios visigodos, que solían tener una escuela anexa, contaron con una pequeña colección
de libros o biblioteca desde los primeros momentos. Estas se centraban alrededor de la Biblia y los
comentarios más autorizados sobre ella.
Los libros eran muy caros porque escaseaba el pergamino, y porque además ya casi no quedaban
escribas profesionales y eran muy pocos los civiles que sabían escribir. Dentro de esta penuria general,
los obispos pudieron tener copistas propios y los monasterios atender sus necesidades dedicando
algunos monjes a esta tarea.
Si bien los monasterios ocuparon durante la alta Edad Media un primer puesto en el campo educativo y
en el del libro y de las bibliotecas no faltaron en las ciudades ni centros de enseñanza, ni libros, ni
bibliotecas.
La época dorada del monacato.
Durante la Edad Media los monasterios se rigieron por las reglas establecidas por sus respectivos
fundadores, pero terminó imponiéndose la dada por San Benito de Nursia,
La colección de libros de una biblioteca, que en España generalmente no sobrepasó los 250 obras, y
en Europa los 500, estaba integrada por: Los libros fundacionales, los libros esenciales, como la Biblia,
las obras de los Padres de la Iglesia latina y de la griega, traducdios al latín, ejemplo obras de San
Agustín, finalmente estaban los libros dedicados a la enseñanza.
No había comercio del libro y consecuentemente la compra no era el procedimiento normal para la
formación de las bibliotecas. Generalmente se pedía los libros en préstamo a otros monasterios para
copiarlos, sino también podían conseguirlo por donación o legado.
Los libros se guardaban en armarios, que podían estar en el escritorio, en la Iglesia , en un pasillo o
en el claustro, pero hasta el S XII, no se dedicó un lugar determinado para guardarlos, es decir, no
apareció el depósito de la biblioteca. Tampoco había sala común de lectura. Cada monje leía en
su celda o paseando y la entrega de los libros lo hacía el bibliotecario de acuerdo con la regla.
En el siglo XI decayó la tradición cultural española - rito mozárabe, letra visigoda y reglas monásticas
independientes- bajo la influencia de Cluny, cuya reforma, facilitó la acumulación de riqueza en los
monasterios, con sus secuelas en la vida religiosa, en la cultural y en la artística, pues a ellos se debe la
influencia europea y con ella la difusión del arte románico.
Cultivando la tierra y cultivando el espíritu, los monjes dieron de comer a mucha gente que se
estableció a su alrededor y dieron formación intelectual, aparte de a los futuros monjes y sacerdotes, a
los infantes y a los hijos de la nobleza.
En estos monasterios había un escritorio o lugar destinado a la copia de los escritos, que eran de doble
naturaleza, administrativos y literarios, incluidos en estos últimos los religiosos. Estos documentos, que
son más propios de un archivo que de una biblioteca, y de los que han llegado a nosotros en España
más de 100.000 escritos en pergamino, terminaron, para evitar su pérdida o extravío, copiándose en
grandes libros llamados cartularios y libros de testamentos, por su contenido, libros becerros, por la piel
que se utilizó como materia escritorio, y tumbos, porque, dadas sus dimensiones, tenían que guardarse
tumbados.
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Esta documentación, constituyó el fondo inicial del archivo-biblioteca, escaso, pues se llamó armarium,
quizá porque todos los escritos cabían en uno sólo. También se llamó secretarium, archivum,
chartularium, scrinium, y librarium. La persona responsable de los libros y documentos recibió nombres
muy variados: antiquarius, bibliothecarius, chartigraphus, chartularius, scrinarius, notarius, custos,
secretarius y armarius, entre otros varios. Los que trabajaban a sus órdenes se llamaron scribae, librarii,
notarii y bibliatores, en los monasterios y en la vida seglar capellani, graphiarii, scribones, etc.
Aunque las bibliotecas características de la Edad Media en Occidente fueran las monásticas, hubo otras
en las ciudades y principalmente en las cortes imperiales y reales. Por ejemplo, no faltaron libros en las
poderosas cortes imperiales, iniciadas con la de Carlomagno, que, en el paso de los S VIII al IX,
promovió un movimiento cultural, llamado en su honor, renacimiento carolingio.
LA CIVILIZACIÓN CAROLINGIA . Jaques Boussard
Durante las invasiones bárbaras existían en los dominios romanos círculos literarios y escuelas. estas
tenían un carácter literario y oratorio. Se estudiaban los principios de la elocuencia, la retórica, la
gramática y también la poesía; se pretendía conocer la historia, la geografía y la historia natural.
Aunque aparentemente se mantenía así la cultura, en realidad, la ignorancia del griego y, por ende, la
imposibilidad de nutrirse de las fuentes griegas y de su filosofía, se tradujo en un empobrecimiento de
los conocimientos y del pensamiento.
Una nueva sociedad se va formando y en ella se saber se ve relegado. Los monasterios permanecen
como lugares de estudio, donde se refugian los que quieren dedicarse al estudio. La ignorancia se
generaliza. La decadencia cultural significó también la del pensamiento.
A fines del siglo VIII y principios del siglo IX tiene lugar un florecimiento de la cultura en todos sus
aspectos al cual se ha llamado con toda justeza renacimiento carolingio. Los soberanos jugaron un
papel activo en este movimiento que fue empezado y dirigido por la Iglesia.
Carlomagno desempeñó un papel esencial: contribuyendo mediante la legislación, atrayendo a una
corte de sabios alrededor de su trono, e impulsando personalmente el estudio. La evolución de este
renacimiento fue continua: al iniciar su reinado, la cultura era casi exclusivamente monástica; más
tarde, como consecuencia de la legislación, se abrieron otros centros de estudio, surgiendo escuelas
cerca del palacio real, de las catedrales e incluso en las parroquias.
El primer esfuerzo se dirigió a la producción y multiplicación de los libros. Comienzan a aparecer,
ejemplares más valiosos, dibujos e ilustraciones cada vez más cuidados y suntuosos. El papiro, había
desaparecido y el pergamino era raro y había que economizarlo, pero la necesidad de libros era tan
grande que esta actividad aumentó considerablemente. Es el momento en que tiene lugar una
verdadera revolución en el arte de escribir: la escritura merovingia, desigual e irregular, llena de trazos
que crean confusión, y la angulosa, importada de las islas Británicas por los escribas irlandeses y
anglosajones, se ven desplazadas, poco a poco, por una caligrafía de pequeño módulo, de letras
visiblemente separadas y de formas redondeadas, muy legible, conocida con el nombre de minúscula
carolina, cuyas ventajas fueron tantas, que, con pequeñas variaciones, fue adoptada por los
impresores del siglo XVI, dado la complicación de la gótica, y es la que en nuestros días usamos como
caracteres de imprenta.
La obra de Carlomagno consistió en buscar y atraer sabios extranjeros, sobre todo procedentes de
países como Italia e Inglaterra, en donde las escuelas eran aún florecientes, en sentar, por medio de la
legislación, las bases de una enseñanza todavía modesta, pero destinada a ser el primer jalón de la
cultura, y en fundar, al lado de su corte, un verdadero centro científico, artístico y literario. El año 780
señala el comienzo de esta empresa.
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BAJA EDAD MEDIA
Durante la Baja Edad Media las bibliotecas fueron más abundantes que en la Alta, se desarrollaron
notablemente las de las catedrales que crecieron en los últimos siglos medievales como exponentes de
la rica vida, material intelectual, de las ciudades, no tanto por las compras sino por los donativos Estas
bibliotecas ya contaban con una pequeña colección de libros, fundamentalmente para el culto, pero
también al servicio de la enseñanza religiosa y de otras disciplinas como matemáticas, medicina, etc. , a
miembros del clero y los laicos. Entre estos volúmenes, había que distinguir tres grupos, los utilizados
en el culto, los de carácter teológico, que constituían la parte principal, y los destinados a la enseñanza,
Una de las bibliotecas catedralicias más antiguas de la que conservamos noticias es la de York, Los
libros al principio estaban en armarios o alacenas del claustro, y allí debían ser leídos.
Al crecer el número de libros fue preciso destinar una habitación para guardarlos; más tarde, al final de
la Edad Media, empezaron a construirse salas especiales para alojar las bibliotecas. Tenían una forma
alargada con numerosas y pequeñas ventanas, Para que los libros pudieran ser localizados con
facilidad, se colocaban en los armarios según su contenido y se le ponían unas tiras de piel que
indicaban el contenido de los mismos. Los catálogos de las catedrales eran más que nada inventarios.
Dentro de la colección se distinguía entre los libros de lujo o joyas, que se encerraban en la sacristía,
los de uso en el culto religioso, que están a mano cerca del altar, y los de la biblioteca, al frente de la
cual había un canónigo, al que se hacía responsable de los daños que pudieran sufrir los libros o de su
pérdida. Los préstamos eran muy restringidos y solo se concedían mediante fianza.
Bibliotecas universitarias
Las Universidades comenzaron a tomar forma en la segunda parte del S XII y superaron las escuelas
catedralicias en el S XIII.
Fueron una derivación de las escuelas catedralicias, cuyos planes de estudio superaron ampliamente.
El éxito de las universidades se debió al deseo de los estudiantes de alcanza una formación prácticas
que les permitiera ganarse la vida.
Esta formación práctica se reflejó en el contenido de las bibliotecas, cuyos libros se consideraban como
un instrumento para la transmisión de los conocimientos y no eran objeto de veneración ni lujosos.
Las bibliotecas universitarias eran dirigidas por los estacionarios, libreros que alquilaban cuadernos de
las obras corregidas y aprobadas por las autoridades académicas para que fueran copiadas por
profesionales o por los propios interesados, alumnos o profesores. El alquiler y la copia de hacía por el
sistema de pecia, (pieza o trozo), nombre que se le daba a cada uno de los pliegos o cuadernos en que
se fragmentaba el ejemplar o modelo, texto corregido y aprobado por la universidad El sistema
resultaba barato ya que el lector podía personalmente copiar los libros que precisaba. El precio del no
era accesible para los estudiantes pobres.
Los libros de la biblioteca procedía de compra pero los ingresos más importantes provenían de las
donaciones.
Normalmente, en las universidades no hubo una biblioteca general, sino bibliotecas de facultad o
colegio, y no siempre fue fácil la colaboración entre ellas.
Tenían bastantes asientos para lectores y sus libros eran muy utilizados por lo que era necesario
renovarlos e incluso tener varios ejemplares.
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Había dos secciones, la que podríamos llamar de consulta, con libros encadenados y otra formada por
las obras que se prestaban a sus usuarios. A veces se necesitaba para retirar un libro pagar una fianza
y otras veces, solo se prestaban aquellos libros de los cuales había muchos ejemplares.
No desaparecieron las bibliotecas monásticas e incluso algunas se incrementaron con las donaciones y
herencias. Pero en el mejor de los casos llevaron un vida lánguida, con frecuencia decreció o
desapareció la copia de libros, los viejos no se renovaron al ritmo debido y hasta las comunidades
permitieron, sin gran dolor, que se dispersasen los más valiosos y venerables solicitados por personas
poderosas cuando no desaparecieron como consecuencia de las guerras. La decadencia de los
monasterios prosiguió hasta que por razones políticas fueron cerrados y sus libros incautados por los
gobiernos cuando no habían sido destruidos previamente en las contiendas religiosas.
Otras bibliotecas.
Hubo algunas colecciones de libros, que sin llegar a ser públicas, pudieron ser utilizadas por personas
distintas del dueño como la reunida por Carlomagno.
En el S XII comienzan a aparecer bibliotecas privadas. Sus creadores son religiosos, en general
obispos o profesores de escuelas catedralicias y luego de universidades, cuyos ingresos le permitieron
adquirir ejemplares de algunas obras y ordenar, cuando no lo hicieron personalmente, la copia de otros.
Eran obras útiles, no lujosas. Aunque también podían ser juristas, médicos u hombres de letras.
BIBLIOTECAS DEL RENACIMIENTO (XV –XVI)
El renacimiento surgió en Italia en el S XIV y se difundió por toda Europa en el S XV. Se llamó así
porque parecía que, después de los siglos oscuros medievales, la cultura greco-latina había resucitado.
El renacimiento coincidió con una intensa vida urbana que permitió un gran desarrollo de las letras y el
libro. El interés de los renacentistas se centró, por una lado, en mejorar su conocimiento de la
Antigüedad clásica y consiguientemente de la lengua latina y griega, por otro, adquirió gran importancia
la literatura en lengua vernácula, cuyos mensajes llegaban a mucha más gente.
Las bibliotecas italianas:
Es el momento dorado de las bibliotecas privadas. Estas eran para el uso de sus dueños y algunos
amigos y eran signo de la modernidad de su propietario. Estos fueron denominados bibliófilos. Este
término caracteriza a las personas que tenían interés por libros especiales: por un lado aquellos textos
desconocidos o difíciles de encontrar y por otro manuscritos rica y bellamente presentados. Un
adelantado a los bibliófilos fue Petrarca.
Florencia fue el foco más importante del Renacimiento. Entre las familias más poderosas e influyentes
del renacimiento se encuentran los Medici. El jefe de la familia, Cosimo el Viejo, tuvo de consejero para
sus aficiones bibliográficas a Niccolo Niccoli. La colección pasó a su muerte a Cosimo de Medici, el
instaló la colección en una sala en el convento de San Marcos. Cabe señalar que éste contrató a
Parentucceli, uno de los hombres más eruditos de la época. Sus hijos, como así también su nieto
Lorenzo (de Cosimo Medici) fueron grandes bibliófilos. Es en la época de este último que la biblioteca
familiar “Medicea” alcanza su esplendor. Llegó a tener 1000 obras y fueron puestos al servicio de los
estudiosos, a los que prestó libros con liberalidad. Luego de su muerte parte de las obras conformaron
la Biblioteca Laurenziana. Fue abierta al público con 300 manuscritos. Hasta la tercera década de este
siglo los libros se mantuvieron encadenados en la sala.
La biblioteca de Domenico Malatesta de Cesena es considerada la primera biblioteca pública moderna.
Sixto IV (1471-84) fue otro gran favorecedor de la Biblioteca. Dispuso nuevos locales para ella y la abríó
al público, aunque con los libros encadenados como era costumbre en aquellos tiempos.
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La dividió La primera noticia de una biblioteca vaticana se refiere a la que estaba instalada en el palacio
de Letrán, en la propia residencia de los papas.
En el siglo xv cambió notablemente la figura del bibliotecario, que ya no fue sólo un responsable de la
conservación y reposición de los libros. Ahora los príncipes italianos nombran bibliotecario a una
persona de gran formación intelectual, capaz de asesorarlos en las compras. A su cargo suelen estar
los copistas, iluminadores y encuadernadores y una de sus misiones principales es garantizar la
corrección de los libros. Por ello suelen estar pagados con generosidad. Existe un tratado donde
constan las actividades que este bibliotecario debe desarrollar. Algunas de estas son: mantener la sala
sin humedad y ventilada, mostrar los libros (de diferente manera según el grado de cultura), realizar el
inventario, mantener el orden y la limpieza, entre otras.
Siglo XVI: difusión del libro y la lectura.
En Europa crece notablemente la lectura. Las causas son:
Mayor cantidad de libros. Se realiza un cambio en la tipografía lo que permite utilizar menos
papel. Esto se traduce en menor costo de impresión y transporte. La existencia de mayor número
de libro y la diversidad de estos cumplen mejor con la satisfacción de las necesidades de los
lectores.
Aumento de la riqueza general. Si bien los ricos no son necesariamente más cultos es cierto que
compran más libros y tienden a la formación de bibliotecas.
La Reforma de Lutero causó la destrucción de muchos libros y bibliotecas en Alemania. Las luchas
religiosas en Francia y los reyes Enrique VIII y Eduardo VI en Inglaterra. Igualmente, más tarde, se
publicaron muchos más libros y aparecieron bibliotecas nuevas.
Lutero pidió a los consejeros alemanes que no repararan en esfuerzos ni en dineros para establecer
buenas bibliotecas en edificios adecuados. Como consecuencia surgieron pequeñas bibliotecas en las
iglesias y bibliotecas municipales.
Las características de todas ellas fue su colección reducida, en general de carácter teológico, su
pobre instalación, la poca atención que les prestan las autoridades y el escaso uso que de ellas hace el
público.
Se crearon nuevas universidades en toda Europa, a las que fue preciso dotar de biblioteca.
Las mayores colecciones privadas de libros pertenecían a los reyes y a los miembros de alta nobleza.
Luego seguían los mercaderes, la aristocracia, los médicos, políticos y administrativos, etc. Pero la
colección de muchos libros no implicaba que sean buenos lectores.
En las bibliotecas creadas por los reyes y los príncipes en el S XVI han perdurado, tras varios siglos de
continuado crecimiento, tres que tienen hoy categoría de nacionales (la francesa, la Bávara y la
austríaca) y otras dos (Wolfenbuttel, en Alemania, y la de El Escorial, en España) que mantienen su
prestigio y riqueza.
Los escritores pobres como Cervantes posiblemente conseguían los libros a través del préstamo
conseguido del propio autor, del mismo librero y de las casas nobles.
Los libros que se importaban a América no solo servían para evangelizar a los indios y para la acción
apostólica sobre los españoles, sino que también se utilizó para cultivar los estudios superiores, razón
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por la cual se abrieron universidades y se procuró que llegaran muchos libros. De esta manera se
mantuvo al tanto del pensamiento y de la literatura de Europa y formaron bibliotecas privadas, aunque
los libros en América eran muy caros, a pesar de la imprenta.
SIGLO XVII
Este fue un siglo de crisis económica y demográfica que empobrecieron en Europa. Ésta pobreza se
reflejó en el mal papel y en la descuidada impresión del libro.
Hay un mayor interés en la producción literaria en lenguas vernáculas, destacándose grandes
escritores como Cervantes en España, Shakespeare en Inglaterra y Moliére en Francia, entre otros.
Las guerras originaron la destrucción de muchos libros y cambios en la posesión de bibliotecas y libros
valiosos.
Pero también hay hechos positivos, aparecen las primeras bibliotecas públicas, creadas por hombres
generosos, que pensaban que valía la pena emplear su dinero en poner al servicio de los hombres la
enorme cantidad de conocimientos e ideas nuevas que se habían ido acumulando en los libros. Para
ellos tenía más valor el contenido del libro que su apariencia exterior. Incluso valían aún más los libros
actúales que los antiguos.
La intervención de bibliotecarios profesionales favoreció la transformación de las bibliotecas en
instrumentos de trabajo al servicio de la cultura superior. Ellos insisten en tener presupuestos
permanentes y que su colección sea amplia y que represente la mayor cantidad de autores. Además de
que ésta pueda ser utilizada por muchas personas y aprovechadas de la mejor manera. Su actividad
queda centrada en la adquisición de libros y en el asesoramiento de los lectores. Para orientarlos a
éstos confeccionarán catálogos.
Además de éstas bibliotecas de nuevas características, hay otras muchas que se crean o aumentan en
este siglo. Como por ejemplo la de los reyes y miembros de la alta nobleza que siguen incrementando
las suyas como símbolo de prestigio.
También aumentan mucho las Bibliotecas privadas de la pequeña nobleza o de la burguesía, que les
suelen ser útiles para el desempeño de su cargo o profesión.
Cambiaron las instalaciones de las bibliotecas. En vez de los anteriores pupitres perpendiculares a los
muros, se fue imponiendo el sistema de El Escorial, con estanterías adosadas a las paredes, en las que
los libros no están defendidos con cadenas, sino con telas metálicas.
En unas bibliotecas se colocarán los libros en las estanterías de acuerdo a un sistema clasificatorio, en
otras, para ahorrar espacio se seguirá el orden de entrada, respetando los tamaños.
Durante este siglo aparecieron bibliotecas importantes como la de la Universidad de Oxford (1602),
llamada Bodleian en honor al mecenas que la creó, la biblioteca del College of Cambridge
(Massachussets, 1638) posteriormente Universidad de Harvard, la de Trinity Collage (Dublín). Cabe
mencionar especialmente otras dos bibliotecas, la Ambrosiana de Milán y la del cardenal Mazarino, ya
que supusieron una novedad al estar abiertas al público desde sus inicios.
SIGLO XVIII: Inicios de la lectura pública.
Una de las principales características de este siglo es el triunfo de la cultura secular frente a la religiosa
y de los libros en lenguas vernáculas frente a los latinos, lo que trajo aparejado el comienzo de la
lectura pública frente a la lectura institucionalizada.
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Los centros intelectuales ya no son las viejas universidades ni los monasterios o los conventos. Estos
son desplazados por nuevos centros como las academias, los salones de las casas nobles, los cafés y
las bibliotecas.
El contenido de los libros varió notablemente. Descendieron mucho los temas religiosos, lo mismo que
la producción en latín. Los autores clásicos son más leídos en traducciones que en la versión original.
Se abre paso a la literatura en lenguas vernáculas. La utilización de esta lengua favoreció la circulación
interior del libro por ser muchas las personas que sabían leer, pero ignoraban el latín y el griego.
En este siglo se crearon nuevas bibliotecas o se hicieron más accesibles las existentes, para que
puedan acceder a la lectura aquellas personas que no tenían los recursos suficientes para la compra de
libros:
En unos casos los gobiernos crearon bibliotecas nacionales poniendo al servicio de los ciudadanos las
bibliotecas reales, en otros los nobles abrieron las de sus casas, siguiendo las recomendaciones de
Naudé, en otros las iglesias fuerono las que se preocuparon de facilitar los libros, en otros, finalmente,
los lectores recurrieron a la compra cooperativa o al simple alquiler de los libros.
En Inglaterra y sus colonias americanas (que en este mismo siglo EE.UU se independizó) aparecieron
las bibliotecas parroquiales. Su colección estaba destinada a la formación de los religiosos pero
también se ofrecieron a los laicos. En el desarrollo de estas bibliotecas tuvo un papel importante el
reverendo Thomas Bray. Su idea era crear bibliotecas y coordinarlas a través de una principal
establecida en cada colonia. Esta idea también fue desarrollada en Inglaterra por Brown y en Escocia
por Kirkwood.
En Inglaterra también aparecieron los clubes del libro o sociedades de lectura, asociaciones creadas
para la adquisición cooperativa de libros.
Junto a los clubs aparecieron otras formas de adquisición cooperativa de libros, las denominadas
bibliotecas sociales, con dos modalidades, de acciones y de suscripción. En las primeras la propiedad
pertenecía a los accionistas, que podían regalar, vender o ceder sus acciones libremente a otras
personas; en las segundas, el pago de una cuota daba derecho al uso. La primera biblioteca de
carácter asociativo fue creada en Norteamérica, llamada Library Company of Philadelphia.
En Inglaterra y Norteamérica se estableció otro tipo de biblioteca llamada de préstamo. La finalidad de
estas era comercial, los usuarios mediante un abono tienen derecho a retirar libros para su lectura en
casa, o pueden tener acceso a libros y periódicos en el local de la biblioteca pagando una cantidad.
Dos grandes bibliotecas nacionales, el British Museum y la Biblioteca Nacional española, se crearon en
este siglo, y otra, también de importancia extraordinario, la Biblioteca Nacional francesa, quedó
constituida al transformarse en ella la Biblioteca Real y al incrementar sus fondos a causa de la
Revolución, por la incautación de los libros a la Iglesia y de la nobleza. En Italia tres de sus bibliotecas
nacionales fueron creadas en este siglo, La Biblioteca Nacional Florentina, la de Vittorio Emmanuelle III,
de Nápoles, y la Braidense de Milán.
SIGLO XIX:
Las bibliotecas públicas en Inglaterra.
Uno de los fenómenos más importantes en la historia de las bibliotecas es la aparición de las bibliotecas
públicas en los países anglosajón, EE.UU e Inglaterra principalmente, en este siglo. Con ellas se
pretendía originariamente proporcionar libros para su formación profesional y moral, y también para su
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recreo, a clases sociales cuyos miembros no tuvieron acceso en los siglos anteriores no ya al libro, sino
ni siquiera a la enseñanza.
Estos nuevos lectores propiciaron un gran cambio en la industria editorial, que pudo lanzar por primera
vez colecciones de libros baratos porque el precio de producción había disminuido.
Las bibliotecas parroquiales se encargaban de mejorar la formación religiosa y moral. Además
surgieron los mechanics institues, centros de formación de adultos financiados por los obreros que
acudían a recibir enseñanza y por algunos filántropos. Su misión era educar a las clases trabajadoras, y
alejarlos del crimen, la miseria y el alcohol y demostraron que los que la frecuentaban también
mejoraban sus comportamientos y hábitos.
Luego de muchas polémicas, se aprobó la ley para la creación de bibliotecas públicas, la primera en
usarla fue Manchester.
Las bibliotecas públicas en EEUU.
El nacimiento y desarrollo en Estados Unidos de las bibliotecas públicas no fue tan polémico como en
Inglaterra y lo hicieron posible la creciente urbanización y la riqueza de algunas personas, que fueron
después generosos benefactores, así como el que las finanzas de las ciudades fueran suficientes para
sostener tanto los gastos de la enseñanza como los de bibliotecas. También el que las personas cultas
e influyentes que habían visitado Europa envidiaban las facilidades para el trabajo que en sus
bibliotecas encontraban los estudiosos. Existía en la sociedad americana una creencia generalizada en
la perfectibilidad del hombre a través de la enseñanza y de la lectura y por ello ambas debían ser
gratuitas y pagadas con fondos públicos. Las bibliotecas americanas no buscaron la recogida y
rehabilitación de los pobres. Fueron concebidas por personas con buena cultura y ricas y no se
orientaron fundamentalmente a satisfacer necesidades elementales.
Las legislaciones estatales fueron autorizando la constitución de bibliotecas públicas, pero, como en
Inglaterra, no todas las ciudades respondieron con prontitud a la invitación y hasta los últimos años del
siglo el desarrollo fue lento
El establecimiento de las bibliotecas públicas en Estados Unidos supuso un cambio radical en la función
bibliotecaria. Las bibliotecas, a partir de entonces, ya no fueron consideradas como memorias del
pasado y archivos de la sabiduría humana, sino como instituciones educativas, y como tales influyeron
fuertemente en la conformación de la civilización norteamericana primero y en la del resto de los países
después, pues ellas, y las universitarias y escolares que se fueron desarrollando paralelamente dentro
del mismo espíritu, elevaron el nivel cultural del pueblo, favorecieron su formación política y ayudaron a
los individuos en su trabajo personal y en su lucha por el triunfo en la vida
Las mercantile libraries, surgen para cubrir las necesidades de determinados grupos, dirigidas en primer
lugar, a mejorar la formación de los empleados administrativos de los comercios, aunque no estuvieran
cerradas a otras personas.
Otro tipo de bibliotecas fueron las de los aprendices que fue similar a las los mechanics institute de los
ingleses.
La primera biblioteca pública americana fue la de Boston, creada en 1852. Poco a poco, la idea se fue
extendiendo, aunque lentamente al principio (la Biblioteca Pública de Nueva York no se abrió hasta
1895), y el fenómeno fue paralelo al desarrollo de la biblioteconomía por parte de los bibliotecarios
americanos (Cottón, Cutter, Dewey, etc.) y las asociaciones de bibliotecarios, a la creación de
bibliotecas por entidades privadas (como el YMCA), a la aparición de grandes filántropos benefactores
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de las bibliotecas (Carnegie, Morgan, etc.) y a la creación de la biblioteca del Congreso. La biblioteca
del Congreso de los EEUU nació a principio del siglo como centro de apoyo a las tareas del Congreso.
Después de varios incendios, se instaló definitivamente en 1897 en el edifico que hoy ocupa, aunque ha
sido necesario la construcción de varios anexos, y consiguió su carácter de biblioteca nacional gracias a
los esfuerzos de Spofford.
SIGLO XX
Durante este siglo se produce una gran expansión de las bibliotecas como consecuencia del
crecimiento del nivel de vida de la población, del aumento de lectores a causa del desarrollo
generalizado de la enseñanza, y del considerable crecimiento de la producción de libros, revistas y
prensa, que naturalmente se corresponde con la demanda.
La oferta de las bibliotecas por otra parte se ha diversificado, tratando de facilitar a cada lector el libro
de interés para él y han consolidado varios tipos de bibliotecas para hacer frente tanto a la gama cada
vez más amplia de las apetencias del público lector como a la gran cantidad de libros que aparecen de
las materias más dispares. Los tipos de bibliotecas son:
Escolares: tienen como fin satisfacer las necesidades formativas, informativas y recreativas de la
comunidad educativa principalmente en primer lugar a los alumnos y en segundo lugar a los docentes.
Nacionales: los fines de éstas dependen de cada país, suelen ser ricas en fondos antiguos y prestan
una especial atención a su conservación, ya que tiene muchos ejemplares únicos o raros. Sus usuarios
son investigadores de la historia y la literatura. En algunos países son beneficiarias del depósito legal,
produciendo la bibliografía nacional.
Universitarias: cumplen una doble función: facilitar libros de estudio a los estudiantes y de
investigación a los profesores. Suelen tener una biblioteca central y bibliotecas en cada facultad
ofreciendo libros modernos a unos pocos usuarios, pareciéndose a las bibliotecas especiales.
Especiales: su misión es facilitar exclusivamente información de la forma más eficiente y económica, a
diferencia de otras bibliotecas que pueden tener fines recreativos o educativos. Generalmente los
usuarios son grupos reducidos con una preparación intelectual similar y con necesidades idénticas. El
bibliotecario debe ser un especialista en la materia.
Públicas: Su finalidad se fue alejando de los objetivos primeros, centrados en la atención de los grupos
sociales con menor formación intelectual y con ingresos económicos más bajos. Se dirigen hoy al
ciudadano medio. Son instituciones al servicio de la educación individual y colectiva de los ciudadanos,
cualquiera que sea el nivel alcanzado en los centros docentes, como medios para proporcionar a todos
información rápida y actual sobre temas de interés general; como centros de vida cultural que
promueven la apreciación y disfrute de las obras de arte, y, finalmente, como lugares donde se pude
emplear el ocio de forma positiva.
Época Hispánica
Los libros y las bibliotecas en el territorio argentino durante los S XVII y XVIII.
Las primeras bibliotecas fundadas en la época colonial son la consecuencia de la relación con el
estado de los estudios, con el grado de cultura alcanzado, con el establecimiento de la imprenta, y con
la acción de sacerdotes y militares, que fueron, principalmente los primeros que permitieron el
establecimiento de éstas en las universidades, conventos, colegios, y casas particulares.
A los jesuitas corresponde la creación de las bibliotecas más importantes en el S XVII y XVIII. Hasta la
expulsión de ellos en 1767, es Córdoba el centro cultural de la Argentina.
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La biblioteca más antigua del país es la Biblioteca Mayor de la Universidad de Córdoba. Su Reglamento
y catálogo es nuestro primer antecedente bibliotecológico. Se llegaron a contabilizar aproximadamente
10000 volúmenes, colección significativa para la época. Esta biblioteca estaba a cargo de los jesuitas.
Se originó con la colección de Fray Trejo y Sanabria.
Los jesuitas dotaron de bibliotecas a los colegios de Córdoba, Bs. As., Santa Fe, Mendoza y Santiago
del Estero.
Además los franciscanos, dominicanos y mercedarios acrecentaron sus bibliotecas gracias a la
expulsión de los jesuitas en 1768. Las obras de los jesuitas se donaron con la condición de que fueran
para uso público.
Las bibliotecas privadas.
Comenzaron a formarse en el S XVI. Tenían un sistema de préstamo intenso contribuyendo a la
formación ideológica de sus frecuentadores, por ejemplo la influencia que tuvo sobre Mariano Moreno
la biblioteca particular del canónigo Terrazas. La primera biblioteca privada fue la del predicador de la
catedral de Santiago del Estero, Francisco Salcedo. Esta prestaba servicio a los estudiosos. Luego con
la llegada de los jesuitas Salcedo se las entregó.
Desde principio del S XVII, Córdoba fue el centro cultural por excelencia. La primera biblioteca privada
de importancia fue la de fray Fernando de Trejo y Sanabria, que sirvió de base a la biblioteca
universitaria. Durante el siglo XVIII siguen formándose en Córdoba bibliotecas jurídicas, teológicas,
literarias y de carácter general, pero ya comienza Bs. As. a mostrar interés por la cultura. Desde que
España suprimió el impuesto a la exportación de libros, Bs. As. comenzó a tener un interesado mercado
de libros, también entraban por contrabando obras prohibidas, pero el progreso material y cultural más
importante se produjo a fines de este siglo con la expulsión de los jesuitas, que hizo caer el nivel de los
estudios cordobeses. Una de las bibliotecas porteñas más importantes a principio de siglo es la de
Miguel de Riglos, A fines de siglo, la biblioteca del deán Juan Baltazar Maziel, es considerada la más
importante de Bs. As. colonial. Llegó a tener 2000 volúmenes, adquiridos a través de la compra. Estos
estaban al servicio de la gente. La mayoría de la colección era sobre historia. A su muerte, la biblioteca
se dispersó.
Por lo tanto, durante la época colonial, solo Córdoba y Bs. As. (en especial ésta última) cuentan con
verdaderas bibliotecas privadas. Las sigue Mendoza, cuyas principales familias poseen pequeños
repositorios. Las demás provincias no ofrecieron nada interesante al respecto, y esta situación
continuará durante largos años de la era independiente.
Hábitos de lectura de los habitantes del territorio argentino
Las primeras bibliotecas privadas contenían libros de moral y religión en los primeros tiempos, pero
luego los hábitos de lectura evolucionaron gracias al intenso comercio de libros prohibidos (de
imaginación y de ideas liberales) que se realizó desde el S XVI. La lectura de las obras sobre ideas
liberales como las de Montesquieu, Voltaire y Rousseau, fueron decisivas en la formación ideológica de
los hombres de Mayo.
Siglo XIX: primera década. Bs. As. y su hegemonía cultural en el virreinato del Río de la Plata.
En el último tercio del S XVIII Córdoba pierde su hegemonía cultural en el Plata, siendo sustituida
definitivamente por Bs. As., que desde entonces conservó su posición.
La imprenta de Niños Expósitos y los primeros periódicos.
En el año 1801 surge el primer periódico de Bs. As.
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Algunas bibliotecas conventuales y privadas
Expulsados los jesuitas, pasaron los franciscanos, los dominicanos y los mercedarios a desempeñar el
principal papel como orientadores de la juventud. Las bibliotecas de los conventos, fueron lugares de
reunión de los patriotas. Se destaca la figura de fray Cayetano Rodríguez, mentor de Moreno y
nombrado primer bibliotecario de la biblioteca pública, en la biblioteca franciscana de Bs. As.
Época independiente La Biblioteca Pública de Bs. As.
Se crea en 1810 por la Junta de Gobierno.
Polémica en torno a su fundación (Moreno o Chorroarín)Se discute quien fue su fundador si Moreno
O Chorroarín, pero teniendo en cuenta los intereses bibliotecarios en nuestro país desde los albores del
S XVII de algunos miembros del primer gobierno patrio, en particular Belgrano, Saavedra y Moreno, nos
llevan a la conclusión de que la fundación de la Biblioteca Pública no es la obra de una persona, sino la
suma de esfuerzos de todos los componentes de la Primera junta gubernativa.
Formación del fondo bibliográfico.El primitivo fondo se formó rápidamente, ya que se integró con los
libros que dejó el obispo Azamor y Ramírez, con los de la biblioteca del Colegio de San Carlos, con los
de la Biblioteca Mayor y Menor, que habían pertenecido a los jesuitas de Córdoba, con los de las
bibliotecas confiscadas a los conspiradores de Córdoba, y con espontáneos donativos que elevaron la
cifra de volúmenes de 4000 y la de dinero a 10000 pesos en los primeros meses de su fundación.
A todo el país se pidieron libros para la biblioteca.
Con el pedido de donación por medio del periódico la Gazeta (de Mariano Moreno), se acercaron
numerosos donantes particulares, entre ellos hay que destacar a Chorroarín, Belgrano, el clero, entre
otros.
Los libros provenientes de embargos de bienes también se destinaron a la biblioteca.
Además de libros y dinero se adquirieron mapas geográficos y topográficos, piezas para un museo de
historia natural, instrumental para gabinete, y un monetario.
También se hacían compras de libros en el exterior. Como así también algunas donaciones provenían
de allí.
Rivadavia tuvo gran preocupación por la biblioteca, le destinó un ingreso anual, y llevó su fondo a
20.000 volúmenes en 1820. El interés cultural de Rivadavia y la excelente gestión de Moreno al frente
de la Biblioteca Pública (1822-1828) engrandecieron la institución y la convirtieron en centro de
múltiples actividades.
Pero en 1829, con el comienzo del gobierno de Rosas la biblioteca sufrió una mala administración y su
abandono por algunas décadas, hizo parar el crecimiento, y además por la difusión del bienestar y la
formación de bibliotecas privadas tenían como consecuencia una disminución en la asistencia a la
pública., a la caída de su gobierno en 1853, el fondo de la biblioteca había disminuido a 15.000
volúmenes. Pero en 1871 bajo la dirección de Quesada la Biblioteca comienza a crecer nuevamente.
La sede de la BibliotecaMariano Moreno estableció la biblioteca en una casa desalojada, pero esta
quedó chica con las innumerables donaciones, luego fue trasladada un par de veces más hasta que en
1901 la biblioteca pasó a una sede construida por la Lotería Nacional.
Los primeros bibliotecariosSon confusos los datos que se tienen de los primeros directores y
bibliotecarios. El artículo concluye que el primer director fue Chorroarin (1811-22), éste es reemplazado
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por Segurola, pero duró pocos meses su dirección y desde 1822 a 28 estuvo en la dirección Manuel
Moreno. Desde 1810 a 1821 existieron dos cargos de bibliotecario que fueron desempeñados por varias
personas. Las más ilustres fueron, fray Cayetano Rodríguez, Saturnino Segurola y Antonio Larrañaga.
La ley de protección de las Bibliotecas Populares (1870)Todos los esfuerzos de Sarmiento hallaron
su coronación el 23 de setiembre de 1870, cuando se promulgó la Ley nº 419. En sus siete breves
artículos, la ley legaliza la situación de las bibliotecas populares ya creadas, en buena parte por impulso
de Sarmiento o por efectos de su campaña infatigable, y da normas para las que vayan a establecerse
en el futuro.
Se crea una Comisión para fomentar e inspeccionar esas bibliotecas, que se fundan por iniciativa
privada de grupos de vecinos, y ser el vehículo a través del cual el Poder Ejecutivo Nacional les remitirá
los fondos que les otorgue. Pero luego ésta tuvo problemas de organización y por la crisis que sufría el
país fue suprimida en 1876, provocando la desaparición de numerosas bibliotecas. En 1908 se
restablece la desaparecida Comisión. En 1919 Rodríguez inaugura la biblioteca n° 1000 y dicta un
reglamento orgánico, y por último en 1950 se comienza un periodo de labor constructiva.
La primera que se funda es la Biblioteca Popular de San Juan en 1866, luego pasa a llamarse Franklin,
hasta el día de hoy. Su fundador fue Quiroga y Mallea, un amigo de Sarmiento. Su colección al
momento de la fundación era de 2.000 volúmenes provenientes de la donación. Lamentablemente,
luego tuvo que empezar a vender libros para poder pagar el alquiler, por lo que comenzó un periodo de
decadencia, posteriormente los libros quedaron abandonados, pasando a la superintendencia Escolar
en 1878. En 1984, Sarmiento la vuelve a reorganizar, haciendo además nuevas donaciones.
La historia posterior es la de la disminución de su colección, trasladándose de un lugar a otro, en 1892,
sufrió también un incendio perdiendo toda la colección primitiva. Los vecinos hicieron nuevas
donaciones para recomponerla. A partir de 1900 se inicia su etapa de vida estable, que no será ya
alterada. Ésta como todas las bibliotecas populares estaba dirigida al pueblo.
También en 1866, Juana Manso funda otra biblioteca popular en Chivilcoy, ella misma donó sus libros.
Hasta el día de hoy sigue funcionando, también fue influía por los escritos de Sarmiento.
Pronto siguieron otras fundaciones, como la de San Vicente, también en el mismo año.
En 1870 se funda la Biblioteca Popular de San Fernando, de la mano de Madero. Esta biblioteca es un
ejemplo de cuánto podía lograr el entusiasmo y la dedicación de un hombre al servicio de una
biblioteca. El gobierno impresionado por su tarea, le dio un subsidio y el derecho de disponer de un
ejemplar de cada publicación oficial. Hoy en día sigue manteniendo su prestigio. Su colección es de
gran riqueza. Madero logró en dos años, en población reducida y poco literata, difundir el gusto por la
lectura, hacer circular por centenares los pocos libros que poseía, con pocas pérdidas, gracias a su
cuidado.
En 1879, se funda la Biblioteca Popular del Municipio en la ciudad de Buenos Aires. Su primer
presidente y Protector fue Narciso Martínez de Hoz. Ante la pobreza de libros, una parroquia le donó
sus libros, sus penurias siguieron hasta que en 1882 logra una ayuda del gobierno y comienza una
marcha ascendente hasta hoy. La Biblioteca se inspiró siempre en los postulados de Sarmiento, y puso
su acento en los servicios, en especial el préstamo de obras a domicilio y en su papel de complemento
de la escuela, sobre todo para las clases pobres. Todos los fondos provenientes de la cuota de los
socios se gastaban en el sostenimiento para su funcionamiento, el pago de los salarios y la compra de
obras para el fondo. En 1884 tenía cerca de 7000 obras. En 1882, estuvo amenzada de desaparecer ya
que se la quería refundir con otra biblioteca, pero se logró que no sucediera. La Municipalidad
colabora en su sostenimiento, es una de las bibliotecas de la red municipal de bs. as. pero conservando
su nombre original.
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En 1882, nace la Biblioteca Popular “Bernardino Rivadavia”, de Bahía Blanca. Al igual que en el caso
anterior se formó una asociación, tenía como misión satisfacer las necesidades de instrucción de todo
el vecindario, sin exclusión de nacionalidad alguna. Ese mismo año se realizan préstamos a domicilio,
pero la sala de lectura se habilita más tarde. Desde 1930, está en su edificio actual.
Este fue un breve recorrido de las principales bibliotecas populares fundadas en el S XIX, y que todavía
existen, las cuales debieron afrontar numerosas complicaciones.
Bibliotecas Públicas de los Colegios Nacionales
Además de las Bibliotecas Populares, Sarmiento se preocupó por las bibliotecas de las escuelas
primarias, recomendando su ministro Avellaneda a la creación Nacional de Escuelas, la entrega de
libros con el fin de formar bibliotecas escolares.
También fomentó las bibliotecas de los colegios secundarios y les dio carácter de públicas, buscando
siempre la propagación de la sabiduría que los libros encierran en “todas las clases sociales y que no
sea el monopolio de una de ellas”.
Las bibliotecas científicas
El estudio de las ciencias, que empezaba a imponerse en la época, fue principal preocupación de
Sarmiento. Aparte de las bibliotecas generales, le interesaron en gran medida las especializadas, y con
tal fin, al par que su ministro Avellaneda proveía a algunos colegios de gabinetes de física y de química
y creaba en otros departamentos de agronomía, se recomendaba a los directores la formación de
bibliotecas especiales correspondientes a química, física, botánica y otras ramas científicas,
enviándoseles además ejemplares de obras fundamentales. Por ej. la Academia de Ciencias de
Córdoba creada en 1874.
Habilitación de la Biblioteca del Congreso de la Nación
Durante la presidencia de Sarmiento tendrán lugar las primeras tentativas para establecer la biblioteca.
En 1869 una comisión mixta de diputados y senadores tendrán a su cargo la organización de la
Biblioteca y dictará el Reglamento.
En 1878,hay en realidad dos bibliotecas la del Congreso y otra más pequeña en la secretaría del
Senado. Esta situación se solucionará más tarde.
En 1906 se inauguró el nuevo palacio del Congreso, y quedó definitivamente instalada la Biblioteca,
habilitándose el gran salón de lectura para los legisladores.
LOS NUEVOS LECTORES DEL SIGLO XIX: MUJERES, NIÑOS, OBREROS
Mujeres: En este mismo siglo surgen las revistas femeninas y las mujeres escritoras (consideradas
como amenaza a la estabilidad doméstica). Anteriormente ellas eran las encargadas de leer en la
familia pero, en su mayoría, no sabían escribir, siendo esta una tarea asignada a los hombres. El papel
de la lectora había sido tradicionalmente el de salvaguardar la costumbre, la tradición y el uso familiar.
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La imagen tradicional de la mujer lectora tendía a ser la de una lectora religiosa, devota de su familia,
muy lejos de las preocupaciones que agitaban la vida pública.
Las nuevas lectoras del S XIX, sin embargo, daban pruebas de tener otros gustos, más seculares, y
hubo que diseñar nuevas formas de literatura para su consumo. Entre los géneros destinados a este
sector se encontraban los libros de cocina, las revistas, y sobre todo, la novela popular barata.
Aunque las mujeres no eran las únicas que leían novelas, se las consideraba el principal objetivo de la
ficción popular y romántica. La feminización del público lector de novelas parecía confirmar los
prejuicios imperantes sobre el papel de la mujer y su inteligencia. Se creía que gustaban de la novela
porque se las veía como seres dotados de gran imaginación, de limitada capacidad intelectual, frívolos
y emocionales. La novela era la antítesis de la literatura práctica e instructiva. Exigía poco, y su único
propósito era entretener a los lectores ociosos. Y, sobre todo, la novela pertenecía al ámbito de la
imaginación.
Esto suponía una amenaza para el marido y padre de familia burgués del S XIX ya que la novela podía
provocar el adulterio o que las mujeres se despreocupen de sus tareas cotidianas.
Las mujeres comenzaron a exigir que se las reconozca como lectoras. A ellas puede asociarse el
desarrollo de la lectura silenciosa e individual.
Niños: en el siglo XIX era común aprender a leer y escribir con la biblia hasta que aumentó la demanda
de una literatura pedagógica laica. En este siglo al literatura persigue fines didácticos a consecuencia
de esto los cuentos siempre terminaban con un final feliz dejando una enseñanza moral.
Clases trabajadoras: la alfabetización masiva más la reducción de la jornada laboral dieron origen a
estos nuevos lectores, usuarios de las bibliotecas de préstamo. A ellos se les recomendaba la lectura
de los clásicos pero ellos luchaban por crear su propia cultura literaria, lejos del control burgués,
burocrático o católico. Los intereses de los bibliotecarios y obreros eran distintos, los primeros
buscaban conducir al lector desde las obras de entretenimiento hasta el material de estudio, pero
generalmente siempre perdían ya que los obreros se interesaban por el material de entretenimiento. No
obstante, cierto estrato de la clase trabajadora se embarcó en la ardua lucha por emanciparse de la
ignorancia y la dependencia. Eran autodidactas, es decir personas que habían aprendido por sus
propios medios los que sabían. Estos adoptaron un estilo de lectura intensiva, basada en la
memorización de los textos a través de la recitación y de la lectura en voz alta.
El aumento de lectores no fue en todo el mundo por igual Es evidente que la mayor producción y las
más difundida circulación de libros y de periódicas se sitúan en los países más alfabetizados y los más
poderosos económicamente; y, en particular, en algunos países europeos con una tradición cultural
antigua. Las áreas en las que la circulación de textos escritos es menor o ínfima son aquéllas no sólo
débiles económicamente, sino también donde la presión demográfica es más fuerte y se mantiene a la
mujer al margen del proceso educacional.
Las campañas de alfabetización se inclinan siempre por la lectura más que por la escritura y ejercen, a
través del corpus de obras que presentan, un control y marcan un límite.
En estados unidos cada vez es mayor la brecha entre la escuela media pública y la privada, en la
primera la lectura se desvanece mientras que en la segunda se mantiene siendo complementada con
las nuevas tecnologías, la concurrencia al cine y al teatro. En Europa las editoriales no logran
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asegurarse un mercado seguro y en expansión. Japón mantiene un público lector de nivel cultural
elevado.
Otro problema de la lectura es la puesta en discusión del canon tradicional. El modo de leer
posmoderno es desordenado. Cada uno lee lo que le parece. Esto se ha originado a causa de:
La crisis de las estructuras institucionales e ideológicas que hasta ahora habían sustenta el
anterior “orden de la lectura”, es decir, la escuela como pedagogía de la lectura dentro de un
determinado repertorio de textos autoritarios;
Más allá del repertorio único y jerarquizado de obras existían determinados comportamientos a seguir
por los lectores y del uso del libro. La lectura teniendo en cuenta esto es una actividad seria y
disciplinada, que exige esfuerzo y atención, que se realiza con frecuencia en común, siempre en
silencio, según unas rígidas normas del comportamiento: los demás modos de leer son considerados
secundarios, potencialmente subversivos.
En cambio los jóvenes representan potencialmente a un público que rechaza todo esto y que prefiere
elegir anárquicamente. Ellos leen de todo, siempre y en cualquier lugar. Los jóvenes lectores están
cambiando las reglas del comportamiento de la lectura que hasta ahora han condicionado rígidamente
este hábito. Y esto se advierte en las bibliotecas, lo cual significa que el modelo tradicional ya no tiene
validez ni siquiera en ella.
Estos nuevos modos de leer que representan los jóvenes se configuran en una disposición del cuerpo
totalmente libre e individual, se puede leer están tirado en el suelo, apoyado en una pared, sentado
debajo de la mesa de estudio, poniendo los pies encima de la mesa, etc. En segundo lugar, los nuevos
lectores rechazan casi en su totalidad o los utilizan de manera poco común o imprevista los soportes
habituales de la operación de la lectura: la mesa, el asiento y el escritorio. Ya que ellos raramente
apoyan en el mueble el libro abierto, sino que más bien tienden a usar estos soportes como apoyo para
el cuerpo, las piernas y los brazos, con un infinito repertorio de interpretaciones diferentes de las
situaciones físicas de la lectura. Así, el nuevo modo de leer comprende asimismo una relación física
con el libro intensa y directa, mucho más que en los modos tradicionales. El libro está enormemente
manipulado, lo doblan, lo retuercen, lo transportan de un lado a otro, lo hacen suyo por medio de un uso
frecuente, prologando y violento.
El libro es un objeto de consumo que luego de utilizarlo ya no sirve, se tira, se pierde, se destruye
IV.El “Martín Fierro” brindó la 1ra objetivación d la capacidad d lectura creada x las campañas d
alfabetización (fuera d los ej d la prensa periódica). El txt d 1872 estaba dirigido a un púb gral,
compuesto x eventuales lectores d la ciudad y las áreas rurales. En la línea d compromiso p/ cubrir este
frente d lectura el autor se esfuerza x hacer comprender las particularidades del habla y la vida
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campesina. D todas maneras la rta efectiva la dio el lector rural. A pesar d ciertas esperanzas d
reivindicación d la figura del gaucho c/ la inclusión del “Martín Fierro” en las Bibliotecas Populares éstas
fueron desbordadas o evitadas x el fenómeno d recepción q acompañó al poema.
Con “La Vuelta”, Hernández lanzó 20.000 ejemplares d la 1ra edic, confiando en q serviría d lugar d
encuentro p/ los 2 ftes d lectura, la ciudad y el campo, ilustrando la idea romántica de que la lit nac sólo
era concebible si se correspondía c/ una lectura d alcance nac. S/ embargo, el grueso d los ejemplares
fue absorbido x las áreas rurales.
La obra d Hernández carecía d presencia urbana p/ el observador profesional, p en los años
inmediatamente posteriores se producían señales en el campo d lectura popular urbano, y
modificaciones profundas en la geog y connotación social de sus niveles.
Los personajes y la tradición: Adolfo Prieto recorre en su libro, los autores, las obras y las ediciones
de la literatura gauchesca del periodo 1880-1910. Indaga su público, analiza las claves de los éxitos
editoriales.
Martín Fierro y Juan Moreira son los más famosos personajes de la literatura gauchesca; poesía
que se entrometió en el lenguaje y se convirtió en un signo de argentinidad.
Son hombres que se destacan por su coraje, cuchilleros, que expresan cierto romanticismo por una
forma de vida propia y libre, nostálgicos, desposeídos, bravos, no les tiembla la mano con el enemigo
(policías y milicias), caen en el crimen y son perseguidos por la ley. Son aficionados al canto y la
guitarra, payadores.
¿Qué expresan estas obras o la literatura? ¿Qué significados tiene en sus lectores? La literatura
gauchesca asume un lenguaje socialmente descalificado, promueve al heroísmo a personajes vulgares,
tiene una inscripción en la tradición cultural popular.
Prieto engloba en la idea de función del criollismo las claves del proceso de modernización de la
sociedad Argentina que incluye la asimilación de la herencia cultural de los inmigrantes.
SARLO ISABEL
EL IMPERIO DE LOS SENTIMIENTOS: NARRACIONES DE CIRCULACIÓN PERIÓDICA EN LA
ARGENTINA
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Introducción
Las novelas semanales tuvieron su apogeo entre los años 1917-1925.
Características: de barrio y sobre todo para mujeres o adolescentes y jóvenes de sectores medios y
populares, apuntaban al conformismo, textos claros y económicos que demandaban muy poco de su
lector.
La autora le da el nombre de novelas regionales, por tratar siempre de la misma temática: el amor, el
deseo y la pasión.
No fueron escritas desde la perspectiva del realismo. Los lectores populares buscan en esta literatura
ese lugar de la ensoñación, de la evasión o de la aventura.
Su público lector adquiría estas novelas en el kiosco, a través de vendedores ambulantes, distribuidas
por todo el barrio.
Estas narraciones semanales colaboraron con la implementación del hábito lector,
desarrollando y afirmando destrezas adquiridas durante la alfabetización escolar.
Los lectores: una vez más el enigma
Con la alfabetización masiva surge un nuevo público lector. Pero éste todavía no está capacitado para
dirigirse a librerías o bibliotecas. Surge una oferta que se adecua a su situación: las novelas semanales,
que podía adquirirlas en el quiosco o vendedor domiciliario a muy bajo precio.
Por lo tanto: proceso de urbanización y alfabetización, desarrollo comercial y administrativo, expansión
del aparato escolar y del normalismo producen las condiciones sociales del nuevo público.
Estas novelas eran consideradas “literatura para mujeres” aunque no se debería dejar afuera los
hombres jóvenes. Estas publicaciones cuando se dirigían a su público hablaban de “lector”. Estos
hombres le acercaban las novelas a sus hermanas o novias, ya que a ellas les solía resultar dificultoso
transitar por Bs. As.
Según algunos testimonios recogidos tienden a indicar que las mujeres leían más que los hombres. Por
ejemplo la concurrencia a la biblioteca estaba compuesta mayoritariamente por niños/as y sobre todo
mujeres adolescentes o jóvenes.
No existió un discurso crítico sobre estas narraciones excepto cuando se la trató de literatura
despreciable y menor. Los comentarios que las revistas hacían sobre ellas eran de tipo publicitario.
El nuevo público popular carecía de los recursos intelectuales que le permitieran cultivar sus opiniones
y sus juicios, porque ni los diarios ni las revistas que también leían le proporcionaban discursos críticos,
al contrario las críticas eran similares a la publicidad.
Modos de lectura
Se exponen 3 modos de lectura: a) la lectura factual que “registra en el curso de la lectura las
peripecias de la acción y se limita en sus respuestas al nivel de los simples hechos”; b) la lectura
identificativo-emocional, que explica “los hechos y comportamientos por el carácter de los personajes
o por la dinámica de sus relaciones recíprocas y se caracteriza por “una tendencia constante a elegir y
rechazar los personajes de la novela, elección y rechazo que se relacionan con la importancia que para
estos lectores tiene el proceso de identificación; y c) la lectura analítico-sintética, que “intenta una
interpretación englobadora de las situaciones, busca las causas y señala las consecuencias”.
Las novelas semanales trabajan sobre el horizonte cultural de los lectores, reforzando ciertos hábitos de
lectura, a partir del tipo de material proporcionado, por lo tanto en primer lugar la cantidad de
ejemplares que circulaban semanalmente se dirigen a un público ampliado que desborda los circuitos
tradicionales,. Hay razones para suponer, entonces, que franjas importantes de este nuevo público,
adquieren en estas narraciones y en los magazines su primera condición de lectores. En segundo lugar,
no cualquier material literario podía producir un fenómeno tan extenso y persistente. Evidentemente,
hay rasgos que definen el material, y, si por una lado explican su éxito, por el otro marcan los límites del
horizonte de expectativas con el que se encuentran y que han contribuido a definir.
Las expectativas a las que ellas responden son :
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1. La popularidad de la ficción breve. El Magazine, el folletín publicado en los diarios abría la
posibilidad de que, en una sesión de lectura, el lector pudiera finalizar el texto o quedara lo
suficientemente comprometido con su lectura. Además tenían pocos personajes y su lectura no
era complicada. Se realizaba una lectura veloz, más de placer que de aprendizaje.
2. La necesidad de una ficción vinculada a referentes que no sean los sucesos de la vida cotidiana.
3. Un gusto por la peripecia sentimental, más que por la aventura o la recreación histórica.
4. La necesidad de que las historias narradas tengan una fuerte y repetida estructura funcional, con
tramas altamente redundante, sin ambigüedades, por lo tanto, las destrezas que necesita el
lector para abordar este tipo de lecturas son reducidas.
El consumo cultural.
El teatro equivalía o superaba en importancia a las narraciones semanales. Junto a él, pero sin
disputarle su primacía, está el cine; luego, la difusión discográfica y por partituras de la canción
internacionales, pero en español, y del tango. Son años, los de las primeras décadas del siglo XX
donde la oferta cultural se multiplica.
En este clima de ampliación de la oferta cultural, se inscribe la aparición de las revistas de narraciones
y su crecimiento. Estas eran muy económicas, mucho más baratas que los libros.
Parte de una oferta cultural ampliada, las publicaciones semanales de ficción compiten por su
público con el teatro, el cine, los magazines, las primeras revistas femeninas. Y compiten en
buenas condiciones: ofrecen un material barato, que no pierde actualidad, que puede circular de
mano en mano y que, por su carácter coleccionable puede constituirse en elemento iniciador de
una biblioteca. Abre y responde a las ilusiones culturales de un público ampliado, sin exigir
esfuerzos intelectuales o económicos descomunales
Jaim Echeverry dice que en la actualidad hay un continuo desprestigio respecto al pasado y que
ignoramos nuestra herencia cultural, lo que hace a nuestra falta de vínculos con él. Nos dice que quien
recurre a la historia descubre nuevas dimensiones de si mismo, reconoce su propia naturaleza. A través
de las formas de la cultura el hombre transmite a las generaciones siguientes no solo información sino
pensamientos y sentimientos (su mundo subjetivo e individual)
Nos cuenta como la tecnología actual ha aumentado la posibilidad de las nuevas generaciones de
acceder al pasado.
Hace hincapié en la educación para poder enseñar y aprovechar ese pasado. Pero considera que ésta,
está anclada y que hay que encarar un re-aprendizaje.
Nuestros jóvenes necesitan un entrenamiento en cuanto a lo intelectual y lo moral que les permita
argumentar y justificar la realidad y para esto la educación es fundamental. Dice que los jóvenes deben
reencontrarse con su herencia moral producto de su cultura y del simple hecho de haber nacido
humanos.
COMUNICACIÓN Y GLOBALIZACIÓN: EL SIGLO XX Y LOS COMIENZOS DEL XXI
El siglo veinte y los comienzos del siglo veintiuno constituyen el período en que la globalización y las
consecuencias de esta nueva conformación mundial afectan el mundo de la comunicación.
Dado que en esta unidad nos acercamos al tiempo presente su historia tiene aún bastante de ensayo y
mucho de opinión. Dada la importancia que el tema tendrá directamente en el desarrollo de su profesión
como bibliotecario se incluyen lecturas que hacen referencia particular a América pero muy
especialmente a la República Argentina. En esta unidad, más aún que en las otras, nos encontramos
frente al devenir de la historia para estudiar el presente e imaginar el futuro. Las lecturas que siguen a
continuación constituyen sólo una aproximación al tema. Le sugerimos que aún después de concluida
su carrera, se mantenga informado sobre estos temas que constituirán la trama sobre la que Ud. tejerá
su futuro profesional.
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