Proyecto Jabon
Proyecto Jabon
Proyecto Jabon
Objetivos
Objetivo general:
Elaborar jabones de tocador a partir de la saponificación de aceite
de palma, coco, oliva y almendra.
Objetivo específicos:
Estudiar las variables de proceso de la reacción de saponificación.
Determinar el rendimiento del proceso de saponificación de cada
aceite.
Producir jabones con una buena acción limpiadora, humectantes, que
produzcan suficiente espuma y que a su vez tengan bajo contenido de
glicerina.
Descripción del problema del proyecto:
Elaboración de un producto casero y natural, a base de glicerina y aceite de
coco, el cual resulte beneficioso para la salud de la piel de nuestros clientes.
Razón de la elección del problema:
Actualmente, los productos que frecuentemente utilizamos están llenos de
químicos cuyos nombres son impronunciables para la mayoría de la población.
Con nuestros jabones caseros, buscamos la creación de un producto natural y
confiable que traiga consigo todos los beneficios del aceite de coco y se torne en
la mejor opción en el cuidado de la piel.
Contexto del Proyecto:
Para la clase de Control de Calidad (INI 310–01) de la profesora Jessica P.
Feliz, en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), decidimos producir
jabones caseros con un diseño estético y con materiales que sean naturales. Para
este fin, 3 grupos de estudiantes, 2 para el final del curso, nos encargamos de la
elaboración de los jabones.
Introducción
Objetivos del proyecto
Para nuestro primer lote de jabones, queremos que nuestro valor de Cpk
sea, por lo menos, 1. Para el último lote que realizaremos durante el curso,
queremos que este valor sea cercano a 1.33. El valor ideal será 1.45.
Para el final del proyecto, conseguiremos que el proceso se encuentre bajo
control estadístico.
Para la última fase de DMAIC, queremos asegurar la capacidad y la
estabilidad del proceso de fabricación de jabones, es decir, que cumpla con las
especificaciones y sea predecible en un futuro inmediato.
Metodología a usar
Usaremos el método DMAIC para Definir, Medir, Analizar, Mejorar y
Controlar el proceso. A cada una de estas acciones se le dedicará su propia fase,
Razón de la elección del proyecto
Actualmente, los productos que frecuentemente utilizamos están llenos de
químicos cuyos nombres son impronunciables para la mayoría de la población.
Con nuestros jabones caseros, buscamos la creación de un producto natural y
confiable que traiga consigo todos los beneficios del aceite de coco y se torne en
la mejor opción en el cuidado de la piel.
Etapas del proceso
Compra de materiales a utilizar. En esto se incluye: barras de jabón de
glicerina, aceite de coco y esencia aromática de coco.
Preparación de mezcla. Se funde la base de jabón de glicerina. Se añade el
aceite de coco y la esencia de coco.
Mezcla de ingredientes.
Preparación del jabón. Vertemos la mezcla en uno o varios moldes de
silicona. Se deja reposar por 10 minutos.
Finalización del jabón. Se retira el jabón seco del molde. Se da la forma a la
barra.
Materiales y herramientas del proceso
Barras de jabón de glicerina con base de coco.
Vasos y cucharas de medición.
Guantes para hornear.
Ollas.
Recipientes de plástico.
Moldes de silicona.
Balanza.
Historia
La manufactura del jabón existe aproximadamente hace 5000 años.
Ciertos documentos muestran que el jabón fue manufacturado en el Medio
Oriente (específicamente en Babilonia) por la mezcla caliente de cenizas,
agua y grasa animal. El carbonato de potasio en las cenizas reacciono con la
grasa y se convirtió en un jabón. Los antiguos Egipcios regularmente se
bañaban y limpiaban su piel con este jabón. Los Árabes y los Romanos
perfeccionaron el arte de hacer jabón y experimentaron con diferentes grasas
y aceites, incluyendo aceites aromáticos para añadir fragancia a los jabones.
Ellos encontraron que la sal ayudaba a endurecer la pasta de jabón. En las
ruinas de Pompeya (Italia) han sido encontradas fábricas de jabón e incluso
algunas barras.
Alrededor de la Edad Media la fabricación de jabón se extendió por Europa y
algunas ciudades como Venecia fueron el centro de una extensiva industria
jabonera. Los tipos de jabón producidos en el norte de Europa eran
diferentes de aquellos procedentes del Mediterráneo. Los europeos del sur
usaban aceite de oliva para hacer jabón de alta calidad para cuidado
personal y para lavar ropa. Estos jabones estaban prácticamente libres de
impurezas alcalinas. También, el tipo de álcali usado en la fabricación de
jabon afectaba la calidad y las propiedades del mismo
Jabón.
3.1.1. Definición y uso.
El jabón es un agente limpiador o detergente que se fabrica usando grasas
animales y/o
aceites vegetales. Químicamente, el jabón es la sal de sódica o potásica de
un ácido graso
que se obtiene por hidrólisis alcalina de los ésteres contenidos en los
materiales grasos.
(Guerrero González, 2014)
El jabón es soluble en agua y, por sus propiedades detergentes se usa
comúnmente de
productos destinados a la higiene personal y para lavar determinados objetos
o tejidos.
(Guerrero González, 2014)
3.1.2. Tipos de jabón.
En rasgos generales, existen dos grandes grupos de jabones que se
comercializan. Están los
jabones industriales y los jabones artesanales, cada uno con sus diferentes
variedades. La
diferencia entre ambos radica en el proceso de fabricación y en la materia
prima e insumos
utilizados.
3.1.2.1. Jabones industriales.
Normalmente son jabones fabricados a gran escala con maquinaria
automatizada y
semi-automatizada. Trabajan con un proceso de fabricación en línea. Utilizan
en su
mayoría materiales químicos y pocos materiales naturales.
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Son típicamente jabones de poca espuma, lo que obliga el agregado de
productos,
muchos de ellos sintéticos y otros naturales para mejorar su calidad. Como la
glicerina,
aceite de coco, aceite mineral, lanolina, ácidos grasos libres. La función de
éstos
últimos es la de proteger la piel y disminuir el porcentaje de jabón que entra
en contacto
con la superficie cutánea. Otras de las características de este tipo de jabones
es el
elevado nivel de pH. (Caisaguano Chiquito, 2010).
3.1.2.2. Jabones artesanales.
“Son aquellos fabricados manualmente, con incorporación de productos
naturales, sin
colorantes u otros químicos que puedan irritar la piel, además para que un
jabón pueda
ser considerado natural, 80% de su materia prima e insumos no debe
contener tóxicos
perjudiciales para el consumidor”. (Caisaguano Chiquito, 2010)
“El carácter de jabones naturales hace que sea un producto que puede ser
utilizado en
cualquier tipo de piel, además de ser recomendados para personas que
sufren de piel
sensible o propensa a alergias, dermatitis, o que no pueden tolerar las barras
de jabones
convencionales”. (Caisaguano Chiquito, 2010)
3.1.2.3. Variedad de jabones.
Según los insumos que se utilizan en la fabricación de jabones, se pueden
obtener éstos
con diferentes propiedades. Los cuales se describen a continuación:
● Jabones comunes: Sólidos y espumosos, hechos por lo general con grasa
animal y
sodio o potasio. Se indica para varios tipos de pieles y en algunos casos
pueden
usarse para lavar el cabello. (Leyva Arévalo & Torres Gómez, 2016)
● Jabones humectantes: Suelen tener aceites vegetales, otros poseen
cremas
humectantes en su composición, o grasas enriquecidas con aceite de oliva,
avellana
y otros. Los hay también de glicerina. Son útiles para las pieles secas o
dañadas por
el uso de detergentes. (Leyva Arévalo & Torres Gómez, 2016)
● Jabones suaves: Tienen en su composición aguas termales y son
recomendados para
pieles sensibles. (Leyva Arévalo & Torres Gómez, 2016)
● Jabones líquidos: Se presentan como una loción de limpieza. Su poder
efectivo varía
y no todos tienen la misma eficacia. (Leyva Arévalo & Torres Gómez, 2016)
● Jabones dermatológicos: Contienen agentes de limpieza sintética muy
suave, a los
que se añaden vegetales que contribuyen a cerrar los poros, aliviando las
irritaciones
y frenando la aparición de acné o puntos negros. Con estos jabones la piel
no se
descama. Son recomendables para pieles que arrastran inconvenientes, ya
sea de
modo permanente o estacional, o ante apariciones puntuales de irritaciones.
(Leyva
Aré● Jabones de glicerina: Son neutros, no suelen humectar la piel, al
contrario, en
algunas ocasiones tienden a resecarlas y se recomienda para pieles grasas.
La
glicerina tiene un efecto más duradero que los jabones comunes. (Leyva
Arévalo &
Torres Gómez, 2016)
● Jabones terapéuticos: Son recetados por los médicos, algunos se
recomiendan para
psoriasis, para micosis cutáneas y otros para limpieza profunda de cutis.
(Leyva
Arévalo & Torres Gómez, 2016)
valo & Torres Gómez, 2016)
Métodos de obtención.
Hay muchas maneras de hacer jabón, pero básicamente hay 2 procesos
para elaborar
jabones naturales artesanales: proceso en frío y proceso en caliente (Aula
Natural, 2016).
3.1.3.1. Proceso en frío.
Es una técnica para fabricar jabón que se basa casi exclusivamente en el
calor generado
por la reacción química de los ácidos grasos y el álcali para producir jabón.
No se aplica
calor después de haber mezclado los ingredientes.
Sus principales ventajas son: Como la saponificación se realiza sin fuente de
calor
externo los aceites, al no estar sobrecalentados, no se desnaturalizan y
mantienen sus
propiedades. No se evaporan sustancias y se genera la glicerina natural, que
es uno de
los mejores agentes hidratantes.
Este tipo de proceso tiene los siguientes inconvenientes: Una vez hecho el
jabón hay
que esperar 4 semanas para que el proceso de saponificación termine y
disminuya el
pH. Los aditivos añadidos en la traza (aceites esenciales, hierbas,
colorantes, aromas…)
pierden parte de sus propiedades debido al alto pH que tiene en ese
momento el jabón.
3.1.3.2. Proceso en caliente.
Es otro procedimiento de fabricación de jabón en el que se cuecen grasas,
aceites y una
solución cáustica a 50 ºC - 80 ºC durante varias horas. Es el que se utilizaba
antiguamente para hacer jabón. El jabón permanece en un estado fluido y de
mucha
viscosidad (gelificación). De esta forma se consigue que la saponificación se
complete
(por lo que el jabón obtenido no es necesario curarlo). Actualmente este
método se
utiliza sobre todo para hacer jabones líquidos (con potasa cáustica) y bases
de jabón de
glicerina.
Las ventajas que posee este proceso son: el jabón se puede utilizar una vez
frío. No
hace falta esperar 4 semanas. Además, los aditivos no pierden sus
propiedades y
preservamos sus componentes. Los inconvenientes que tiene: el proceso es
mucho más
lento y laborioso.
Aceite de coco
El aceite de coco constituye el elemento principal de la mayoría de las formulas de
jabón líquido, el motivo es que el ácido láurico que predomina en él es muy soluble
en agua.
La solubilidad también conlleva que el jabón haga una espuma rápida
y abundante. Los minerales que contienen las aguas duras disminuyen la
espuma, ya que forman sales de calcio y magnesio insolubles, por lo tanto
los jabones de aceite de coco son los que dan mejor resultado con aguas no
desmineralizadas.
Un jabón de aceite de coco al 100% es líquido incluso cuando la
proporción es de 40% de jabón y un 60% de agua. Por su parte, un jabón de
aceite de oliva empieza a cuajar a concentraciones más bajas (20%).
Un inconveniente del aceite de coco es el efecto deshidratante del
ácido láurico. Esta inconveniencia se puede remediar mezclándolo con
aceites líquidos, como los de oliva o cánola. El aceite de semilla de palma se
puede sustituir por aceite de coco porque tienen una distribución de ácidos
grasos similar, pero necesita aproximadamente un 20% menos de solución
caústica para ser neutralizado.
Al nivel más básico y sencillo, las grasas están constituidas de ácidos grasos, los
cuales son cadenas de átomos de carbono enlazados por enlaces sencillos o
dobles y con un cierto número de átomos de hidrógeno. Las grasas saturadas no
contienen dobles enlaces (insaturaciones), por lo que su geometría les permite
reunirse de forma compacta y constituir así un estado sólido. Ahora bien, los
ácidos grasos pueden tener diferente longitud, desde cadenas de 4 átomos de
carbono hasta 22 átomos de carbono. La mayoría de los aceites están constituidos
por triglicéridos de cadena larga los cuales presentan más de 12 carbonos, pero
también se han caracterizado triglicéridos de cadena media (MCT) de 6-12
carbonos, tales como los que se pueden encontrar en el aceite de coco.
Entre las propiedades del aceite de coco para jabones destacan:
Hidratantes
Protectoras
Purificantes
Antioxidantes
A esto hay que sumar el poder antifúngico, es decir, ayuda a mantener la piel libre
de hongos y bacterias. Por eso los jabones elaborados con aceite de coco son
ideales para tratar pieles con problemas de acné o psoriasis.
Entre los componentes del aceite de coco se encuentra el ácido láurico, presente
también en la leche materna. Este ácido es uno de los encargados de aportar la
actividad protectora del aceite de coco.
Glicerol (glicerina):
Es un ingrediente común para el cuidado de la piel debido a sus propiedades
hidratantes. Un 10% de glicerina ha demostrado que cambia significativamente la
suavidad de la piel del consumidor.
Desafortunadamente, niveles altos de glicerol pueden volver el jabón
extremadamente suave y pegajoso.
El propano-1,2,3-triol, glicerol o glicerina (C3H8O3) (del griego glykos, dulce) es
un alcohol con tres grupos hidroxilos (–OH). Se trata de uno de los principales
productos de la degradación digestiva de los lípidos, paso previo para el ciclo de
Krebs y también aparece como un producto intermedio de la fermentación
alcohólica. Además junto con los ácidos grasos, es uno de los componentes de
lípidos como los triglicéridos y los fosfolípidos. Se presenta en forma de líquido a
una temperatura ambiental de 25 ° C y es higroscópico e incoloro. Posee un
coeficiente de viscosidad alto y tiene un sabor dulce como otros polialcoholes.
Pasos
1.- Pesar todos los ingredientes por separado y mezclar la sosa y el agua hasta
que esté completamente disuelta. Dejar que repose para que descienda de
temperatura.
4.- Añadir una pizca de dióxido de titanio para aclarar la traza y agregar pigmento
líquido verde oliva. Batir de nuevo para que se disperse bien el color.
5.- Incorporar el aceite de romero y los aceites esenciales y remover con una
espátula de silicona.
7.- Dejar secar 48 horas y desmoldar. Solo queda cortar en pastillas y dejar que
saponifique durante 40 días.