El Delito de Omision de Asistencia Familiar VBM Publicacion Octubre 2018

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Reflexiones para resolver el problema del incumplimiento de deberes

alimentarios en el Perú: entre la prisión penal y la prisión civil

Dr. Victor Alberto Martin Burgos Mariños


Juez Superior de la Corte Superior de Justicia de la
Libertad. Miembro de la Comisión Consultiva de Justicia
de Género del Poder Judicial. Profesor de la Academia
de la Magistratura y de la Universidad Nacional de
Trujillo.

Sumario: I. Introducción; II. El derecho a la prestación alimentaria es el derecho


que reclama ser protegido por el sistema jurídico del Estado Constitucional; III.
¿La solución que brinda el Estado Peruano a los menores alimentistas les resuelve
el conflicto de forma oportuna?; IV. ¿La solución a través de la pena privativa de
libertad efectiva le resuelve el conflicto a la víctima?; V. La prisión civil como
solución del incumplimiento alimentario; VI. Conclusiones

I. INTRODUCCIÓN

La humanidad a lo largo de la historia ha buscado que en el mundo impere la justicia,


erradicando todo acto de opresión, arbitrariedad o abuso de derecho. Así, desde una visión
cósmica, lo justo es cuando la existencia de algo no interfiere con el orden al que pertenece
y que cada cosa ocupe su lugar en el universo. Existe injusticia cuando una cosa usurpa el
lugar de otra, o, cuando no se confina a ser lo que es o se produce alguna desmesura. La
corrección y el castigo de tal exceso es el cumplimiento de la justicia, que restaura de este
modo el orden originario 1. Claro que en la actualidad existen diversas visiones y
concepciones sobre la justicia.

Así, en un primer momento, frente a la agresión injusta apareció la “venganza” como forma
primitiva de justicia 2. Luego, aparece el Estado que instaura “la justicia pública” a través del

1
Aranda Fraga, Fernando (2015) “Debates actuales sobre la justicia: historia y desarrollo” En Revista
DavarLogos Número XIV, 2. Editorial Universidad Adventista del Plata.
2
La venganza privada era una reacción directa, desproporcionada, inhumana e ilimitada que trascendía al autor
de la conducta lesiva. Directa, por cuanto la reacción se aplicaba sin admitir oposición (juicio previo, derecho
de defensa). Desproporcionada, porque la venganza lesionaba bienes jurídicos de mayor importancia;
Inhumana, porque la vida humana era fácilmente sacrificada. E, ilimitada, porque la venganza no sólo se
aplicaba al autor de la conducta lesiva, sino también, a su familia, tribu, gens, etc.
proceso previo y prohíbe la venganza privada, pero incorpora sanciones basadas en la Ley
del Talión, las ordalías y las pruebas de Dios a través del proceso inquisitivo y la autorización
del uso de la tortura. Estas formas de justicia, a lo largo de la historia, privilegiaron la
imposición del castigo como sinónimo de justicia. El orden alterado por el delito se restauraba
con el castigo. Fue a las claras una sustitución de la venganza privada por la venganza
pública.

Luego de un mayor desarrollo cultural, surge el Estado moderno basado en un orden jurídico
constitucional, donde el respeto a la dignidad de la persona humana y la defensa de los
derechos fundamentales, determinan la reconfiguración de la justicia penal, pues al nivel de
las penas, se incluyen los fines de prevención, protección y resocialización de las penas que
se oponen a la mera retribución, dándole un sentido de humanidad a la reacción penal. Y, a
nivel del proceso penal, se incluye como nuevos fines, la solución del conflicto penal a la
víctima, con fórmulas alternativas de carácter reparatorio. Entonces, una solución justa en el
marco de un proceso penal, será aquella que resuelva el conflicto a la víctima, o si se tiene
que imponer la pena, ésta sea impuesta de acuerdo a sus fines constitucionales y no
únicamente por un criterio retribucionista, y sin olvidar a la víctima.

Además, los diversos instrumentos internacionales sobre derechos humanos que protegen a
víctimas en situaciones de mayor vulnerabilidad, como el caso de los niños, niñas y
adolescentes3, así como la discriminación de la mujer por su condición de tal 4, entre otros,
nos imponen una especial y poderosa obligación de optimizar la respuesta penal, conforme a
los principios del interés superior del niño y el principio de igualdad material (no

3
Ver Declaración de los derechos del Niño proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20
de noviembre de 1989 y Ratificado por el Perú el 14 de agosto de 1990, establece en el Principio 2: «El niño
gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades y servicios, dispensado todo ello por la ley y
por otros medios, para que pueda desarrollarse física, mental, moral espiritual y socialmente en forma saludable
y normal, así como en condiciones de libertad y dignidad. Al promulgar leyes con este fin, la consideración
fundamental que se atenderá, será el interés superior del niño.»
4
La Convención para la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres (CEDAW),
adoptada en 1.979 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, define la discriminación contra las mujeres
como “... cualquier distinción, exclusión a restricción basada en el sexo que tenga por objeto o por resultado
menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer, independientemente de su estado civil,
sobre la base de la igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamentales en
las esferas política, económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera.”
androcéntrico), para resolver el conflicto a las víctimas, la falta de prestación alimentaria, y
la violencia intrafamiliar (de género), respectivamente.

El problema del incumplimiento de la prestación alimentaria, tiene su origen en una


concepción machista que abusa de su poder, gracias a las desigualdades económicas y de
género que existen en nuestras sociedades, que al final, afectan gravemente a la familia. Es
una forma de violencia económica que sufre la madre y también los hijos, y que muestra, la
relación de poder del hombre sobre las mujeres, imponiendo su sumisión o subordinación5.
No hay duda que el incumplimiento de los deberes alimentarios motivados por razones de
género, son los actos más inhumanos que pueden realizar los padres con sus hijos.

A los operadores de justicia, y en especial a los jueces, nos interesa velar por que se imparta
la justicia, que al decir de Rawls, la justicia debe ser la primera virtud de las instituciones
sociales, así como la verdad lo es de los sistemas de pensamiento6.

Quisiera llamar la atención sobre la forma como se viene abordando el problema del
incumplimiento de los deberes alimentarios en nuestro país a través de las siguientes
interrogantes: ¿cuál es el derecho que se afecta a los menores alimentistas? ¿se les resuelve
el conflicto a estas víctimas de forma oportuna? ¿la solución a través de la pena privativa de
libertad efectiva le resuelve el conflicto a la víctima? Cuál es la verdad en las respuestas y si
estamos siendo justos con las víctimas.

II. El derecho a la prestación alimentaria es el derecho que reclama ser


protegido por el sistema jurídico del Estado Constitucional

Está plenamente reconocido en el Código civil, el derecho a la prestación de alimentos entre


parientes, y en especial, para los menores alimentistas. Se trata de una conducta que se
materializa con el incumplimiento realizado por el titular de los deberes de asistencia en favor
del alimentista- víctima. Pero más allá de sus consideraciones legales, desde el derecho civil
o del derecho penal, el incumplimiento del deber alimentario genera una afectación a un

5
Cfr. MEDINA, Graciela, Violencia de género y violencia doméstica. Responsabilidad por daños, Rubinzal-
Culzoni Editores, 2013, pág. 107.
6
Rawls, A Theory of Justice, 3.
derecho fundamental a la subsistencia del alimentista, de forma actual y continua, que
reclama una respuesta que resuelva el conflicto de forma rápida y oportuna. Para ello debe
de atenderse al carácter vital de los alimentos para la subsistencia de los integrantes de la
familia, a lo que se suma la existencia de grupos vulnerables producto de hogares
desintegrados, con madres solteras –en su mayoría-, obligadas a sortear una serie de
vicisitudes para llevar el sustento a sus hijos. Su razón de ser no se deriva de consideraciones
de orden ético, moral o piadoso, como alimentar al necesitado, socorrer al desvalido o vestir
al desnudo, sino que proviene del principio de solidaridad familiar, que obliga a los parientes
a suplir las necesidades vitales que cualquiera de ellos tenga o no puede autosatisfacer 7.

Por ello el derecho y la obligación de prestar alimentos se “… deriva de una relación


alimentaria legal, de contenido patrimonial, pero cuyo fin es esencialmente extrapatrimonial:
la satisfacción de necesidades personales para la conservación de la vida, para la subsistencia
de quien los requiere”8.

La obligación alimentaria no es solamente una prestación de carácter económico sino,


especialmente, una manifestación del deber constitucional de solidaridad y de
responsabilidad que debe tomar en cuenta fundamentalmente la necesidad del alimentista,
pero también, la capacidad del deudor alimentario. Hay que tener en cuenta que lo
reprochable es la violencia económica de género, aquél en que el deudor alimentario se
sustrae dolosamente de su obligación.

En este contexto, lo que el sistema jurídico del Estado Constitucional debe de priorizar y
optimizar, es el derecho a la prestación alimentaria de los niños, niñas y adolescentes, incluso,
en los casos de incumplimiento doloso. Cuando ello ocurre, los instrumentos jurídicos
disponibles deben de garantizar el rápido restablecimiento de dicha prestación, porque la real
y más importe verdad, es resolverles el conflicto a las víctimas, que la falta de sustento
económico, más si están en situación de vulnerabilidad.

7
Ver DÍEZ PICAZO, L & GULLÓN, A. (2002). Sistema de Derecho Civil. (vol. 4): Derecho de familia.
Derecho de sucesiones (8.ª ed.), Editorial Tecnos. Madrid, España. Pág. 47.
8
BOSSERT G. A., & ZANNONI, E. A. (2008). Manual de Derecho de familia (6ª. ed.) Buenos Aires Editorial
Astrea. Pág. 47.
Tal solución jurídica debe tener en cuenta que, debido a las situaciones sociales preexistentes
referidos a la discriminación económica y de género, no va a ser la solución real al
incumplimiento de los deberes alimentarios, pues para que ello sea posible, se deberá acabar
con dicha discriminación, que es una tarea de largo aliento por que incumbe diversas políticas
públicas, educación y participación de toda la sociedad.

La solución jurídica entonces, debe de priorizar la protección de la prestación alimentaria,


que los menores reciban sus alimentos y no sufran por falta de ellos. Esta debe ser la principal
preocupación del Estado Constitucional. Pensar que con el solo castigo al deudor alimentario
se va a resolver el problema a los alimentistas, es falso, pues es solo una solución aparente,
simbólica, estadística, pero no real. En tanto no se resuelvan las desigualdades económicas y
sociales en nuestros países, los deudores alimentarios continuarán siendo la principal fuente
de ingresos de la familia, y este es un hecho que el Derecho no puede dejar de tener en cuenta,
para definir como les resuelve mejor el problema a los alimentistas: protegiendo la prestación
alimentaria o castigando al deudor alimentario.

III. ¿La solución que brinda el Estado Peruano a los menores alimentistas les
resuelve el conflicto de forma oportuna?

El problema que se presenta por el incumplimiento de los deberes alimentarios, tiene raíces
estructurales, sociales, culturales como ya se indicó. Su naturaleza jurídica está configurada
por la conjunción de elementos de carácter patrimonial, ético y social que la convierten en
una obligación sui generis; que pese a ser una prestación económica, tiene características
singulares como ser irrenunciable, imprescriptible, intransferible, inembargable y no
compensables, ya que guardan relación con el interés público de protección de la familia, sus
integrantes y de nuestra sociedad.

No puede resolverse este problema condenando a la prisión al deudor alimentario, es una


solución muy fácil frente a un problema que es complejo. Además, es una solución ficticia y
simbólica, que no les resuelve el problema a los menores alimentistas, y que por el contrario
les perjudica, pues al final, el castigo al deudor trae la perdida de la libertad y de la fuente de
ingresos principal de la familia. Es decir, la condena penal termina afligiendo a las víctimas.
La solución debería estar en el ámbito del derecho civil o de familia.

La criminalización del delito de omisión a la asistencia familiar, se dio con la Ley N°13960.
Luego, la Constitución de 1979 estableció que “no hay prisión por deudas”, salvo en los casos
de mandato judicial por incumplimiento de deberes alimentarios; lo que fue reiterado por la
Constitución de 1993. Finalmente, con el Código Penal de 1991, se consumó la
criminalización del delito de omisión a la asistencia familiar.

Esta solución, no ha sido la mejor, pues con dicha criminalización, se apuesta a la pena
privativa de libertad como solución al problema, expropiación los poderes de ejecución de
sentencia del Juez civil en materia de alimentos. La imposibilidad de ejecutar la sentencia de
alimentos, ha perjudicado el derecho alimentario de los niños y la familia, y al tener que
recurrir a la vía penal para “ejecutar” la sentencia de alimentos, se ha originado una
sobrecarga procesal inútil, en sede fiscal y judicial. Ya que la víctima, a fin de obtener una
pensión alimentaria, luego del proceso civil, debe continuar litigando en la vía penal para
lograr el pago de las pensiones alimenticias, lo que implica varios años de litigio, para al
final, en vía de ejecución, el sentenciado se vea obligado a pagar por la revocatoria de la pena
suspendida.

Desde el 24 de octubre del 2010, fecha en que hice público mi artículo sobre la libertad
anticipada 9, ya anticipábamos que la solución penal de la cárcel no resolvía el problema a las
víctimas alimentistas. Por ello interpretamos, que, pese haberse revocado la libertad al
sentenciado, si pagaba las pensiones alimenticias, debería de otorgarse su libertad, para que
siga trabajando y así, la familia no pierda su fuente de ingresos principal. Era una forma
precursora de proteger el derecho alimentario, en un escenario procesal pensado sólo en el
castigo, la cárcel.

9
Ver artículo completo “La Prisión Preventiva en el Nuevo Código Procesal Penal Peruano” En Estudios de
Derecho Procesal Penal. Ediciones BLG & Cerjudel. Trujillo, 2010. En aquella oportunidad sostuve que “…la
regulación de la ejecución de la sentencia penal, en el Nuevo Código Procesal Penal, correspondiente al Libro
Sexto, artículos 488 y ss, persigue también mejorar los conceptos y la interpretación de las normas de ejecución
penal, desde las normas de garantía del proceso penal. Ello sin duda compromete a los Jueces de Ejecución en
la verificación real de la necesidad de la pena al caso concreto y su aporte a los fines resocializadores y
preventivos de la pena”.
Lamentablemente la Corte Suprema, primero a través del A.P. 03-2012 “Función y
operatividad de la libertad anticipada”, y, luego con la Casación N° 189-2011 sobre libertad
anticipada, dictada por la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema 10, establecieron que
como la norma era defectuosa puesto que no había supuestos específicos para la libertad
anticipada señalada en el artículo 491 del CPP, el pedido de libertad anticipada debería ser
declarado improcedente. Pero esta Casación advierte que hay un problema de fondo, pero en
lugar de hacer uso de la prescripción constitucional del artículo 139 inciso 8 que señala que
“No se puede dejar de administrar justicia por defecto o deficiencia en la ley”, opta por remitir
oficio al Congreso para que se legisle al respecto. Hasta ahora no hay respuesta. Las demás
casaciones existentes sobre esta temática son más sencillas, pues “resuelven” el problema de
las víctimas alimentistas de forma muy fácil, a través de la improcedencia de la libertad
anticipada. Lo que significa que el sentenciado cuya pena suspendida se le ha revocado, y
luego de ello ha pagado las pensiones, debe de cumplir su condena en la prisión. Esto ha
traído consigo, la completa desprotección de las víctimas alimentistas, pues con ello, los
condenados ya no pagan la pensión y, además, pierden su fuente de ingresos. La condena
termina afectando a los alimentistas y a toda la familia.

En Colombia también se encuentra criminalizado el incumplimiento de deberes alimentarios,


sin embargo, allí la Corte Suprema de Justicia aseguró que las personas que han sido
condenadas por inasistencia alimentaria pueden pagar sus penas de cárcel en sus casas,
siempre y cuando "cumplan a cabalidad las obligaciones económicas con sus hijos e hijas".
Para ello, mientras están purgando la pena en su casa (detención domiciliaria), los
condenados pueden pedir permiso de trabajo al juez de ejecución de penas para reparar los
daños que se le han ocasionado a sus hijos y poder tener ingresos para brindarles alimentos.
Para la Corte, esta decisión es la que más puede beneficiar a los niños. Puesto que “una
comprensión meramente retributiva de la sanción penal, sesgada por la absoluta
preponderancia de la prisión, conlleva a limitar las posibilidades fácticas de garantizar los

10
Esta sentencia se encuentra fechada 17 de abril de 2012, y se logró luego de un amplio debate por una mayoría
de 4 votos contra 3. En una primera votación, la posición a favor de la libertad anticipada con la ponencia del
Dr. Javier Villa Stein, obtuvo 3 votos (Villa Stein, Rodríguez Tineo y Morales Parraguez), mientras que la
posición en contra de la libertad anticipada, con la ponencia del Dr. Neyra Flores, obtuvo 2 votos (Neyra Flores
y Salas Arenas). Posteriormente, al voto en minoría se sumaron los votos del Dr. Principe Trujillo y la Dra.
Tello Gilardi.
derechos de los menores víctimas a recibir alimentos. El encarcelamiento del padre infractor
lejos está de facilitar la adquisición de los medios económicos para reparar los perjuicios
causados con su conducta y cumplir a futuro con la obligación alimentaria”. 11

IV. ¿La solución a través de la pena privativa de libertad efectiva le resuelve el


conflicto a la víctima?

La solución penal actual al problema del incumplimiento alimentario en el Perú, es el


encarcelamiento del deudor alimentario. Ya no importa que pague las pensiones. La solución
penal le ha extendido, inconstitucionalmente, el tiempo de litigio a los menores alimentistas,
obligándolas injustamente, pese a su estado de vulnerabilidad, a que luego del proceso civil
de alimentos, deben de continuar litigando por años en el proceso penal y su ejecución, lo
que resulta incongruente con la naturaleza urgente de la prestación alimentaria. Pero al final,
lo más grave es que la solución penal se limita a encarcelar al deudor alimentario,
ocasionando que ya no pague las pensiones atrasadas, y poniendo en serio compromiso las
futuras, por la consiguiente pérdida de la fuente de ingresos.

El tratamiento penal del incumplimiento alimentario, ha venido a distorsionar la


funcionabilidad de todo el sistema penal, de los fines de la pena, del proceso penal, la
ejecución penal y el cumplimiento mismo de las penas. Además, de los conocidos problemas
de sobrecarga procesal que ha traído este delito, la aplicación de la pena efectiva, va a
promover que los sentenciados vuelvan a cometer el delito, pues con el encierro, perderán su
trabajo, no tendrán ingresos, no podrán pasar pensión al alimentista ni a los otros hijos, y
lamentablemente, volverá a cometer delito, no porque así lo quiera el autor, sino por la pena
efectiva impuesta. El profesor ROXIN 12 al respecto señala que “el fin de la ejecución
penitenciaria es el de poner al interno en condiciones de llevar en el futuro una vida en

11
Ver Sentencia SP918- 2016, Radicación N° 46.647. (Aprobado Acta Nº 25). Bogotá D.C., tres (03) de febrero
de dos mil dieciséis (2016).http://www.cortesuprema.gov.co/corte/wp-content/uploads/novejuri/penal/SP918-
2016(46647).pdf ; además, En https://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-16510767.
12
ROXIN, C. (2008) Fundamentos político criminales del Derecho penal. Editorial Hammurabi. Buenos Aires.
Pág. 419.
libertad socialmente responsable. La ejecución de la pena privativa de libertad sirve también
a la finalidad de proteger a la comunidad de la comisión de nuevos delitos”.

Según el Tribunal Constitucional 13, los únicos fines de la pena que se reconocen como
legítimos son: el fin de preventivo, protector y resocializador, aun cuando la pena tenga
siempre un contenido retributivo. EL profesor Mir Puig, menciona que ¨el derecho penal
tiene el deber de respetar la dignidad de todas las personas, mayorías y minorías, incluyendo
al condenado, a quien debe ofrecer posibilidades para su resocialización y reinserción
social¨14. Sin embargo, en la forma como se ha configurado la solución penal a las víctimas
alimentistas, es el sistema penal –al encarcelar al deudor alimentario-, el que priva la libertad,
con lo que pierde la fuente de ingresos, le genera una nueva liquidación de pensiones, luego,
lo convierte automáticamente en reincidente y una y otra vez es condenado a pena efectiva,
sumándose las penas por años, y en tanto, la familia y los alimentistas se ven privados,
generalmente, de la única fuente de ingresos.

Hasta febrero del año 2018 se han registrado un total de 2501 internos sentenciados por OAF,
lo que implica un incremento desmesurado, en los últimos 7 años, que coincide con las
casaciones sobre libertad anticipada dictadas por la Corte Suprema.

AÑO TOTAL INTERNOS OAF


2011 452
2013 771
2015 1441
2018(Hasta el mes de febrero) 2501

Según el propio INPE, de los 1,714 internos que ingresaron el mes de febrero del 2018 al
sistema penitenciario, la mayoría fue por el delito de robo agravado (17.4%), seguido por el

13
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL, Pleno Jurisdiccional del Tribunal Constitucional. Sentencia 0019-2005-
PIITC Lima, 21 de julio de 2005.
14
MIR PUIG, Santiago. El derecho penal en el Estado social y democrático de derecho. Barcelona: Ariel, 1994,
p. 37.
delito de incumplimiento de la obligación alimentaria que se encuentra dentro del tipo
genérico de omisión a la asistencia familiar (11.8%), seguido por los delitos de Tráfico Ilícito
de Drogas (7.7%), y Violación sexual de menor de edad (7.7%). Lo que revela sin duda, que
el problema de los alimentistas se viene agravando cada vez más, al preferirse el solo castigo
penal.

Fuente: INPE 15

En todos los casos de revocatoria, el deudor alimentario, por acción de la propia condena,
volverá a delinquir al acumularse una nueva liquidación de pensiones, convirtiéndolo en
reincidente, una y otra vez, sumándosele sus condenas. Esta especie de circulo pernicioso,
no toma en cuenta a las víctimas y solo le interesa castigar al deudor alimentario, por un
criterio meramente retributivo.

No se ha tenido en cuenta que el deudor alimentario, es, generalmente, la única fuente de


ingresos económicos para la familia y, lo que el derecho debe perseguir es el cumplimiento
de la obligación alimentaria, evitando que se pierda esa fuente de ingresos. Debe buscarse un
mecanismo que permita el cumplimiento de los pagos sin que se pierda la fuente de ingresos,
de lo contrario la condena del deudor alimentario afectará también a las víctimas y a la
familia. Definitivamente, la respuesta penal no resuelve el conflicto originado por el
incumplimiento alimentario, por el contrario, la agrava.

15
Informe Estadístico Penitenciario 2018.
https://www.inpe.gob.pe/documentos/estad%C3%ADstica/2018/657-febrero2018/file.html
V. La prisión civil como solución del incumplimiento alimentario

De acuerdo a lo expuesto hasta aquí, la solución penal del incumplimiento alimentario no les
garantiza a las víctimas, una solución real y rápida a la falta de sustento que padece. Sin
embargo, atendiendo a la idiosincrasia de nuestra sociedad, también es una verdad que no se
podría prescindir del uso de la prisión. Pero la prisión a la que nos referimos, no es a la prisión
que proviene de la respuesta penal, sino a la prisión que debería ser utilizada como apremio
por el Juez civil para poder ejecutar la sentencia de alimentos. Una prisión que, sin tener los
efectos negativos de la prisión penal, contribuya con eficacia preventiva, por su rápida
aplicación, al cumplimiento oportuno del pago de las pensiones alimenticias por parte del
deudor alimentario, sin comprometer la fuente de ingresos. Así, en el caso que no pague y
deba de ir preso, una vez que realice el pago, recuperará su libertad.

Desde el punto de vista constitucional, no se ha establecido que la prisión en alimentos, deba


de provenir necesariamente de un proceso penal. Además, la naturaleza del incumplimiento
alimentario no deja de ser el de una deuda, por ello el sentido común práctico 16 indica que si
no paga se aplicará la prisión civil, pero luego, si paga debe salir libre. Esto permitirá que el
problema del incumplimiento alimentario pueda ser resuelto rápidamente en el proceso civil,
que los jueces de alimentos puedan ejecutar sus sentencias y brindar así, una mejor tutela a
los alimentistas. También permitirá proteger la fuente de ingresos familiar, no habrá
reincidencia, y se pensará más en las víctimas y en la familia. Esta propuesta de lege ferenda,
además traerá consigo, un fuerte impacto en la gestión del sistema de administración de
justicia, pues eliminará de los despachos fiscales y judiciales, los cuantiosos casos de OAF a
nivel de proceso y de ejecución penal, evitando el círculo pernicioso de la mera retribución.

De incorporarse la figura de prisión civil en el proceso de alimentos, permitirá que el juez


civil, una vez concluido el proceso de alimentos, le notifique debidamente al demandado,
con el apremio de que, si no paga las pensiones alimenticias en el plazo de ley, se ordenará

16
En nuestro país, producto de la idiosincrasia, se ha impuesto como regla en los delitos de omisión a la
asistencia familiar que “si es que no paga va preso”. Por ello, se le debe amenazar institucionalmente con la
privación de la libertad, de lo contrario no pagará.
su prisión civil. De esta manera el juez civil, no solo podrá ejecutar su sentencia, sino que se
tutelará mejor los intereses constitucionales de los niños y la familia en juego.

Para el éxito de esta solución resulta clave la correcta y oportuna notificación del demandado,
por ello se debería realizar convenio con la RENIEC, para que, mediante el D.N.I electrónico
-el cual cuenta con un chip- pueda ser fácilmente ubicado y, notificado electrónicamente.

La solución al incumplimiento de los deberes alimentarios, debe garantizar la protección de


la fuente de ingresos del obligado, la misma que permitirá en adelante, la cobertura del pago
de la pensión alimentaria. De este modo, el deudor que viene gozando de su libertad, al verla
en peligro, se verá compelido a pagar de inmediato las pensiones que venga adeudando, o, si
ya estando privado de ella, efectuará el pago de inmediato, a fin de recuperarla. Incluso en la
experiencia colombiana 17, se han abierto las cárceles para estos condenados y se les ha
impuesto arresto domiciliario, para que el obligado pueda continuar trabajando y con ello
cumplir con las pensiones alimentarias. La idea es siempre cuidar la fuente de ingreso, y
desde la vía civil se podrá garantizar el objetivo más importante, que es la cautela del derecho
a la pensión de alimentos.

La solución civil del incumplimiento de deberes alimenticios protege mejor a los niños y la
familia, por cuanto erradica la violencia penal y acorta el tiempo de litigio, se garantiza la

17
Ver http://www.cortesuprema.gov.co/corte/index.php/2016/02/15/prision-domiciliaria-por-inasistencia-alimentaria-si-condenados-
cumplen-obligaciones-con-los-ninos-y-ninas/
fuente de ingresos y se reducen los costos de la administración de justicia. Pero, además, la
reducción de la violencia, permitirá que la familia se reintegre y mejore las relaciones entre
alimentista y deudor. Esto es lo más importante.

Sin embargo, la redefinición de la gestión de la conflictividad del incumplimiento alimentario


hacia la prisión civil, permitirá, además, la eliminación de la carga procesal de los despachos
fiscales y judiciales a nivel del proceso penal y su ejecución en delitos de omisión de
asistencia familiar de todo el país, optimizando la justicia penal. En relación a ello, en la
Corte Superior de Justicia de la Libertad, desde el año 2016 fecha en la que se instauraron
los procesos inmediatos, el delito de omisión de asistencia representaba el 56%; en el año
2017 el 68%, por lo que solo imaginemos el efecto optimizador del sistema penal que traería
esta reforma, si lo proyectamos a nivel nacional. Tales procesos en sede penal son una carga
inútil, porque como se ha indicado, la solución penal no resuelve el problema a las víctimas
del incumplimiento alimentario, sino por el contrario la agrava. Entonces, creo es el tiempo
de que nuestras instituciones de justicia, garanticen la justicia como primera virtud, a los
menores alimentistas, que son víctimas en situación de vulnerabilidad.

VI. CONCLUSIONES

La pena privativa de libertad no soluciona el conflicto generado por el incumplimiento de


deberes alimentarios, sino por el contrario la agrava y la hace más violenta alcanzando a toda
la familia.

La prisión civil constituye la solución que mejor tutela a los alimentistas y la familia, acorta
los tiempos del litigio, protege la fuente de ingresos, no genera antecedentes ni reincidencias,
y permite la integración familiar.

La prisión civil permitirá la descriminalización en los delitos de omisión a la asistencia


familiar, eliminando la violencia penal inútil, y optimizando el Sistema de Justicia de nuestro
país.

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