Estrategias de Lectura
Estrategias de Lectura
Estrategias de Lectura
1. Proceso de lectura
En buena medida, los conocimientos que adquiere un estudiante,
en cualquiera de los niveles del sistema educativo, los obtiene a través
de la lectura. Pero, ¿Qué es leer?
Una definición sencilla del término es la que proporciona Cassany
y otros (1994:44) al afirmar que “es comprender un texto”. Por su parte,
León (1999: 21) agrega que “es un proceso cognitivo y comunicativo,
que dinamiza interacciones entre autor, lector y texto, poniendo en
juego simultáneamente actividades intelectuales, afectividad,
operaciones de la memoria y tareas del pensamiento; todos, factores
estratégicos para alcanzar la comprensión”.
Entendida así, la comprensión lectora se basa en establecer
relaciones entre lo que ya sabe (conocimientos previos del lector) y lo
que se desconoce de un texto (información nueva). Es decir, es un
proceso activo y personal en el que intervienen el lector y el texto,
alimentándose mutuamente.
2. Tipos de lectura
4.4. El subrayado
Consiste en trazar una línea por debajo de las ideas principales
de un texto con el fin de ponerlas de manifiesto para que en sucesivas
lecturas pueda concentrarse en ellas la atención. Es decir, es una
técnica que suele utilizarse para la selección/diferenciación de la
información principal de la información principal de lo accesorio o
secundario. Estas operaciones (selección /diferenciación) implican, por
tanto, la realización de un análisis comparativo entre los distintos
conceptos desarrollados.
En consecuencia, el texto subrayado debe tener sentido por sí y
en sí, puesto que si sólo se señalaran ideas o palabras aisladas, la tarea
no cumpliría su cometido. No obstante, es importante remarcar que la
cantidad de texto a subrayar depende de los fines para los que se haya
encomendado dicha labor, de la importancia del tema y del
conocimiento previo que se tenga del mismo.
Es posible que, en un principio, captar las ideas fundamentales
sea un trabajo que demore la lectura. Esto resulta habitual en la etapa
de iniciación en la técnica.
Asimismo, es conveniente no subrayar en la primera lectura, que
es de carácter exploratorio, sino en un segundo momento, cuando
resultan más claros los distintos conceptos desplegados en el texto a
estudiar.
Por último, el subrayado sirve, además, para concretar otras
técnicas posteriores, como el resumen y el esquema de contenido.
Cuando se subraya es preciso:
Durante la primera lectura, no debe aplicarse la técnica, puesto que
representa una exploración del texto.
Señalar lo fundamental, es decir, las ideas principales con la menor
cantidad de palabras posibles, pero cuidando que no pierda claridad ni
sentido.
Si la idea se repite en el texto, optar por los enunciados que la expresen de
forma más clara.
Resaltar ideas, hechos, conceptos y omitir ejemplos, detalles, explicaciones.
Mantener una línea de continuidad entre las palabras que se destaquen.
Si se considera importante el contenido de todo un párrafo, es conveniente
marcarlo con un trazo vertical sobre el margen derecho para realzar su
importancia. Sin embargo, no debe olvidarse que subrayar el o los párrafos
casi en su totalidad demuestra que hay dificultad para distinguir lo
fundamental de lo accesorio en el texto que se analiza.
Efectuar notas en el margen izquierdo para estructurar mejor el tema,
asentar dudas y aclaraciones o titular los diversos párrafos.
Recordar que no resulta aconsejable estudiar de un texto subrayado por
otra persona.
5.2. La síntesis
propios.
A continuación se ofrece un cuadro comparativo entre las
aquí analizado:
asociación y análisis.
cuadro mismo.
sinóptico
importancia
Leer el texto
Reconocer Idea Central (IC), generalmente expresada en el título, y
colocarla en el centro de la llave mayor.
Identificar las Ideas Principales (IP), secundarias- o accesorias- (IS) y
terciarias- o detalles- (IT).
Recordar que cada concepto ocupa un lugar en la hoja, según la
relevancia que reviste. En consecuencia, debe dividirse la página en
tres franjas y ubicar las ideas intercalando entre ellas llaves o
flechas para indicar sistemas de inclusión y jerarquía: IP en la
primera línea; IS en la segunda e IT en la tercera franja.
Colocar subtítulos a cada subconjunto de ideas.
Reemplazar estructuras extensas por frases cortas, oraciones
bimembres por unimembres, enunciados verbales por nominales,
verbos por participios. Ejemplos: La producción es un factor es un
factor (por: Se produce); Producen una escala (por: Producido).
Utilizar los dos puntos para indicar secuencia o aplicación.
6.2. El esquema de contenido
contenido.
Suficiente información
Una visión rápida global del tema
La estructura textual con sus jerarquías relaciones
La organización de las ideas, expuestas con brevedad
6.2.1. Pasos a seguir
Leer el texto
Subrayar las ideas principales y secundarias
Observar las relaciones establecidas entre los conceptos
Respetar las jerarquías detectadas al momento de numerar el
contenido
6.2.2. Tipos de esquemas
De llaves o gráficos: es útil para presentar taxonomías, y no es
recomendable para incluir definiciones o múltiples subdivisiones.
Numérico o decimal: Conveniente para clasificar ideas
principales y secundarias. Se optimiza, empleando diferentes
sangrías.
De letras: Igual que el anterior
Mixto: Combina números y Letras. Utilizado en muchos libros de
texto. Requiere el dominio de la técnica y actitudes personales
como las de ser detallista y ordenado.
Actividades Prácticas
Trabajo Práctico n° 1
Tema: Paratextos
Actividades:
a) ¿De qué tratará el libro al cual pertenece el fragmento que acaba de leer?
Di Bella, M., “Los orígenes del enfoque interpretativo en Ciencia Social” en González, M. C.
(comp.),
Temas de pensamiento científico, Buenos Aires, Eudeba, 2003, p. 88.
c) ¿Qué informaciones obtiene usted de los elementos agregados? ¿Para qué
le sirven? Vuelva a la pregunta a). ¿Ahora podría contestarla de otra manera?