El Olfato
El Olfato
El Olfato
FACULTAD DE MEDICINA
DEPARTAMENTO DE FISIOLOGÍA
EL OLFATO
I. La membrana olfatoria
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La proteína G está acoplada a la proteína receptora y está compuesta por las subunidades α, β y γ.
El mecanismo descrito actúa como una cascada de reacciones; en otras palabras, permite que un pequeño
estímulo vaya amplificando su efecto con cada paso del proceso hasta que sea capaz de transmitir la señal a
través del nervio olfatorio.
Características que deben de tener las sustancias olorosas para ser percibidas:
● Ser volátiles
● Ser poco hidrosolubles
● Ser poco liposolubles
El potencial de membrana basal de las células olfatorias aproximadamente es de -55 mV ; a este voltaje, la
célula genera potenciales de acción continuos pero a una baja frecuencia. Durante la despolarización, el
potencial de la célula aumenta hasta -30 mV y genera un aumento en el número de potenciales de acción:
“frecuencia de impulsos del nervio olfatorio cambia en proporción al logaritmo de la intensidad del
estímulo”. Lo que significa que dependiendo de la calidad o intensidad del odorante, será la amplitud de
potencial de acción generado
La mitad de los receptores olfatorios se adaptan durante el primer segundo y después de 1 minuto se adaptan
casi por completo. Sin embargo, la adaptación psicológica tiene más impacto que la adaptación de los
receptores. Los genes que codifican a los receptores olfatorios, pertenecen a la familia más grande que se ha
descrito, aproximadamente más de 1000 genes, de los cuales en el humano se han encontrado mas de 659
genes lo que explicaría la gran cantidad de olores que pueden ser percibidos, sin embargo en algunos otros
mamíferos se encuentra una cantidad mayor de genes, lo que les confiere mayor capacidad para detección de
olores.
Se dice que el mecanismo neuronal para la adaptación consiste en fibras nerviosas centrífugas (eferentes) que
llegan a los granos, las cuales son células inhibidoras especiales del bulbo olfatorio. Después de que ocurre
un estímulo doloroso, el sistema nervioso central genera una señal de retroalimentación negativa que suprime
la transmisión de señales que vienen desde el bulbos olfatorio.
Existe un fenómeno llamado ceguera olfatoria, en la que los sujetos no tienen receptores de una sensación
olfatoria específica, provocando que no puedan percibir alguna sensación u odorante.
Es interesante el hecho que el olfato es determinante para la selección de los alimentos, pues los olores tienen
una cualidad afectiva agradable o desagradable. Por esta razón, un olor que le recuerde al sujeto de alguna
experiencia buena, va a generar emociones positivas en él, al contrario, si el olor le recuerda una experiencia
mala, entonces evocará emociones negativas.
El sentido del olfato detecta la presencia o la ausencia de los odorantes más que la intensidad de estos. La
razón de lo anterior es que el umbral del olor es pequeño; inicia con cantidades muy pequeñas de la sustancia
olorosa y termina con valores de 10 a 50 veces por encima del inicial. Esto quiere decir que el valor máximo
del umbral es el límite de la percepción de la intensidad del olor, debido a que se puede alcanzar con
facilidad dicho umbral, el humano no siempre puede detectar el olor como una sensación progresiva en
aumento o disminución. .
Las partes de la corteza cerebral que se encargan de la percepción del olfato se desarrollaron en animales
primitivos hace millones de años. Algunas de estas estructuras encargadas del olfato evolucionaron hacia las
partes del cerebro que intervienen en las emociones y la conducta humana, este sistema se denomina el
sistema límbico.
El nervio olfatorio entra al sistema nervioso central justo en la unión del mesencéfalo con el cerebro, mismo
lugar donde se divida en dos vías (figura 3):
1. Una vía se sigue medialmente hasta el área olfatoria medial del cerebro que pertenece al:
a. sistema olfatorio primitivo: zona más vinculada con el comportamiento básico tal como
lamerse los labios y salivar. Consta de:
i. núcleos en las porciones basales intermedias del cerebro que se localizan anteriores
al hipotálamo
ii. núcleos septales de la línea media nutridos por el hipotálamo y por el sistema límbico
2. La otra vía se va lateralmente al área olfatoria lateral que pertenece al:
a. sistema olfatorio antiguo: lugar de partida para las vías activadoras que van al sistema
límbico (especialmente el hipocampo) y que se encargan de integrar las sensación
agradables y desagradables de los olores de acuerdo a las experiencias personales de manera
automática. Algunas vías activadoras nutren a la paleocorteza (lóbulo temporal), donde llegan
las señales sensitivas sin pasar por el tálamo. Este sistema consta de:
i. cortezas prepiriforme y piriforme
ii. porción cortical de los núcleos amigdalinos
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Solo pasa un nervio por cada perforación.
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Los cuerpos neuronales de las células mitrales y las células en penacho se disponen sobre los glomérulos dentro del bulbo
olfatorio.
b. sistema olfatorio moderno: atraviesa el núcleo dorsomedial del tálamo y después va hacia
el cuadrante lateroposterior de la corteza orbitofrontal, este sistema es importante para
percibir y analizar los olores de manera consciente.
IV. Referencias
1. Hall, John E. Los sentidos químicos: gusto y olfato. 13era edic. Barcelona: Elsevier España; 2016. p.
685-688.