Los 4 Corazones
Los 4 Corazones
Los 4 Corazones
Los 4 corazones
La Palabra de Dios hace que las personas puedan seguir correctamente los pasos de Dios,
ya que Su Palabra es como la lámpara que alumbra los pasos de los creyentes. Y es con la
obediencia a esta Palabra que una persona puede ir transformándose cada día más y más a
la imagen de nuestro Señor.
Pero la única manera en que esta Palabra puede alumbrar la vida de una persona es cuando
dicha persona dispone su corazón para recibirla. Por tanto, existen 4 tipos de personas en
este sentido, y nuestro Señor nos habla de estas cuatro personas con corazones distintos.
3 Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar.
4 Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la
comieron.
5 Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía
profundidad de tierra;
8 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta
por uno” (Mateo 13:1-8).
A través de esta parábola nuestro Señor Jesús quiso dejar en claro que tipo de corazones
existen y cuál es el tipo de corazón que está buscando; estos corazones fueron 4.
Las personas con este tipo de corazón son aquellas a quienes se les ha predicado muchas
veces, pero nunca han llegado a practicar y poner por obra algo de lo que hayan oído, pues
el enemigo siempre los distrae con algo que para ellos es “más importante”. Por esta razón,
su mente esta tan concentrada en aquello, que la Palabra de Dios se les termina olvidando.
Estas personas difícilmente tendrán una relación con Dios, pues para ellos todo esto es
algo sin importancia. Dios no quiere que nosotros tengamos un corazón así.
2) El corazón emocionado
“ Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe
con gozo;
21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la
persecución por causa de la palabra, luego tropieza” (Mateo 12:20-21).
Hay muchas personas que reciben a Cristo en sus corazones y este acontecimiento les
produce tanta alegría que hacen diversas cosas. Estas personas al inicio buscan de Dios a
cada instante, todos los días, pero movidos por una “EMOCION” y no por la
“CONVICCION” de que Cristo es su Señor y Salvador.
Las personas con este corazón “emocionado” con mucha facilidad se dan por vencidos
cuando llegan los momentos difíciles y la razón es porque su confianza no ha echado raíces
en Dios. O sea, no han aprendido a sujetarse a Dios.
Ten en cuenta esto: “Si tú sigues a Dios a causa de alguna emoción, ten por seguro que a su
momento llegará una emoción más fuerte, ya sea por problemas o alguna otra cosa y esta
nueva emoción te apartará de Dios”.
Tú tienes que seguir a Dios no por lo que te hace sentir su maravillosa Presencia, sino por
la convicción de que Él es tu Dios.
3) El corazón afanado
“El que fue sembrado entre espinos, este es el que oye la Palabra, pero el afán de este siglo
y el engaño de las riquezas ahogan la Palabra, y se hace infructuosa” (Mateo 10:22).
Las personas con este corazón son aquellas que viven siempre afanados con el trabajo, con
los negocios o con alguna otra actividad, ya sea productiva o no; de manera de que el
tiempo “nunca les alcanza” para estar en la casa de Dios.
Estas personas, generalmente, no congregan y si lo hacen, tan solo lo hacen una vez por
semana o por mes; pues consideran que es su “máximo” tiempo que pueden invertir en
Dios. A consecuencia de estas cosas, ellos viven una vida infructuosa, ya que no logran
nunca hacer algo para la gloria de Dios, pues están tan ocupados con sus negocios que
nunca disponen su tiempo para servir a Dios. Sin embargo, Dios anhela que nosotros
pasemos más tiempo con él y que le sirvamos, pues Él es la fuente de nuestra bendición.
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Los 4 corazones
La Palabra de Dios hace que las personas puedan seguir correctamente los pasos de Dios,
ya que Su Palabra es como la lámpara que alumbra los pasos de los creyentes. Y es con la
obediencia a esta Palabra que una persona puede ir transformándose cada día más y más a
la imagen de nuestro Señor.
Pero la única manera en que esta Palabra puede alumbrar la vida de una persona es cuando
dicha persona dispone su corazón para recibirla. Por tanto, existen 4 tipos de personas en
este sentido, y nuestro Señor nos habla de estas cuatro personas con corazones distintos.
3 Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar.
4 Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la
comieron.
5 Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía
profundidad de tierra;
8 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta
por uno” (Mateo 13:1-8).
A través de esta parábola nuestro Señor Jesús quiso dejar en claro que tipo de corazones
existen y cuál es el tipo de corazón que está buscando; estos corazones fueron 4.
Las personas con este tipo de corazón son aquellas a quienes se les ha predicado muchas
veces, pero nunca han llegado a practicar y poner por obra algo de lo que hayan oído, pues
el enemigo siempre los distrae con algo que para ellos es “más importante”. Por esta razón,
su mente esta tan concentrada en aquello, que la Palabra de Dios se les termina olvidando.
Estas personas difícilmente tendrán una relación con Dios, pues para ellos todo esto es
algo sin importancia. Dios no quiere que nosotros tengamos un corazón así.
2) El corazón emocionado
“ Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe
con gozo;
21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la
persecución por causa de la palabra, luego tropieza” (Mateo 12:20-21).
Hay muchas personas que reciben a Cristo en sus corazones y este acontecimiento les
produce tanta alegría que hacen diversas cosas. Estas personas al inicio buscan de Dios a
cada instante, todos los días, pero movidos por una “EMOCION” y no por la
“CONVICCION” de que Cristo es su Señor y Salvador.
Las personas con este corazón “emocionado” con mucha facilidad se dan por vencidos
cuando llegan los momentos difíciles y la razón es porque su confianza no ha echado raíces
en Dios. O sea, no han aprendido a sujetarse a Dios.
Ten en cuenta esto: “Si tú sigues a Dios a causa de alguna emoción, ten por seguro que a su
momento llegará una emoción más fuerte, ya sea por problemas o alguna otra cosa y esta
nueva emoción te apartará de Dios”.
Tú tienes que seguir a Dios no por lo que te hace sentir su maravillosa Presencia, sino por
la convicción de que Él es tu Dios.
3) El corazón afanado
“El que fue sembrado entre espinos, este es el que oye la Palabra, pero el afán de este siglo
y el engaño de las riquezas ahogan la Palabra, y se hace infructuosa” (Mateo 10:22).
Las personas con este corazón son aquellas que viven siempre afanados con el trabajo, con
los negocios o con alguna otra actividad, ya sea productiva o no; de manera de que el
tiempo “nunca les alcanza” para estar en la casa de Dios.
Estas personas, generalmente, no congregan y si lo hacen, tan solo lo hacen una vez por
semana o por mes; pues consideran que es su “máximo” tiempo que pueden invertir en
Dios. A consecuencia de estas cosas, ellos viven una vida infructuosa, ya que no logran
nunca hacer algo para la gloria de Dios, pues están tan ocupados con sus negocios que
nunca disponen su tiempo para servir a Dios. Sin embargo, Dios anhela que nosotros
pasemos más tiempo con él y que le sirvamos, pues Él es la fuente de nuestra bendición.