Ensayo de Historia de La Seguridad

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 3

ENSAYO

DISCENTE: DUBRASKA PARAGUATE

CEDULA: V-19.948.033

LICENCIATURA 1-2021 POLICIAL

PROCESOS HISTORICOS QUE DIERON ORIGEN A LAS FORMAS


ACTUALES DE CONCEBIR LA SEGURIDAD EN VENEZUELA

Cuando se habla de seguridad ciudadana, se ven involucrados distintos


actores: distintas instancias públicas y privadas, organizaciones
gubernamentales y no gubernamentales, y sobre todo la sociedad civil como
parte importante para la solución de los asuntos públicos; sin embargo -y muy
especialmente- son las actividades desarrolladas por (y desde) el Estado las
que ponen a prueba la coherencia política e institucional de todo el sistema, por
cuanto el desarrollo de la política de seguridad requiere de la intervención de
una multiplicidad de organismos, y en su debida articulación, el Estado tiene
una gran responsabilidad. Específicamente a los organismos del Poder Público
Nacional (Asamblea Nacional, Ministerio del Interior y Justicia, Ministerio
Público y Tribunales de la República entre otros) les corresponde desempeñar
un papel fundamental en el desarrollo de la política nacional de seguridad.

La historia de Venezuela ha estado marcada por acontecimientos políticos


decisivos, los cuales han influido en los demás aspectos de la sociedad.
Muestra de ello lo constituyen los diversos gobiernos que desde 1948 hasta
1957 condujeron el país y dieron paso a la instauración de un régimen
democrático, diferenciado de otros episodios históricos similares por su
carácter de jornada colectiva tanto en lo militar como en lo civil.

El origen del concepto actual de la seguridad ciudadana es consecuencia


directa de los acontecimientos en Europa proveniente de la Edad Media,
donde, prevalecía el sistema feudal y existía una fuerte asociación entre el
imperio y la iglesia; es allí donde nace uno de los sistemas más significativos
en la historia del castigo y la pena; el proceso inquisitorio, practicado por un
tribunal integrado por sacerdotes juristas, que posteriormente se extendió
geográficamente. Ahora bien, llevando la atención a Venezuela, recordamos el
mandato de Marcos Pérez Jiménez, caracterizado por fuertes restricciones de
libertades y garantías civiles y políticas, donde el apartado policial asumió un
rol protagónico en el mantenimiento del orden público, funcionando como el
arma principal del régimen dictatorial, fortaleciéndose un modelo autoritario en
el qu8e los intereses sociales quedaban subordinados a los políticos. Este
periodo concluye con brutal represión. El fin de esta dictadura no termino los
hechos políticos violentos en la historia venezolana puesto que el control y
represión se mantendría, solo que vestida de civil.

A partir de los años 60 penetra definitivamente en Venezuela la Doctrina


de la Seguridad Nacional (DSN), que definía los problemas de subsistencia y
mantenimiento de la soberanía que se presenta en todo Estado nacional. A
través de esta doctrina los cuerpos de militares y policiales venezolanos
adquirieron conceptos y herramientas ideológicas y operativas para actuar
contra las personas que no están de acuerdo con la política y no como
defensores del bienestar de los habitantes. En el periodo de Rómulo
Betancourt 1959-1964, corresponde el advenimiento de una nueva etapa
democrática para el país luego de una década de gobierno dictatorial. Bajo este
régimen se promulga la Constitución de 1961, esta retoma y redefine los
preceptos sociales contenidos en la Constitución de 1947, resurge así el
Estado social en el cual se da prioridad a la familia, y a los trabajadores en
materia de salud, educación, vivienda, cultura y seguridad social. El gobierno
se ve gravemente afectado por la lucha de los distintos movimientos sociales y
repetidas rebeliones, trayendo como consecuencia la periódica suspensión de
garantías constitucionales. Los nuevos cuerpos de seguridad del Estado
actuaron apoyados en la DSN y amparados en la suspensión de las garantías,
en la búsqueda del orden público; reviviendo la represión sistemática y lucha
armada comunista. Gobierno y oposición utilizaron la violencia como medio de
comunicación, estableciéndose, de esta manera, un círculo vicioso y
destructivo al menos para el Estado. Durante los Gobiernos siguientes, en
cuanto al papel del Estado con respecto a la seguridad nacional, las fuerzas
represivas se acabaron, tomando un contexto generalizado y alejándose de los
focos políticos. De esta manera la seguridad ciudadana en la actualidad puede
ser definida como acciones democráticas en pro de los habitantes y sus bienes,
ajustada al derecho de cada país.

Para resumir esta perspectiva sobre el desarrollo institucional de la


policía venezolana en los últimos setenta años, podríamos decir que se ha
caracterizado por la centralización, la rígida jerarquización y los estilos
militarizados de gestión, que incluyeron, a partir de 1969, la designación de
oficiales de la Guardia Nacional como directores de las policías en los estados.
Entre 1989 y 1999, surgieron policías municipales de perfil descentralizado y
con autonomía local en los municipios con mayores recursos, al amparo del art.
30 de la Constitución de 1961. Estos cuerpos se han multiplicado, en muchos
casos sin estándares mínimos que permitan hacer predecible y auditable su
desempeño. La nueva Constitución, aunque en los arts. 164, n. 6, 178, n. 7 y
332 reconoce competencias estatales y municipales en materia policial, adopta
un modelo de seguridad ciudadana con gran énfasis en el centralismo y en el
componente militar, y la legislación promulgada con posterioridad a su entrada
en vigor, así como la proyectada, ha tendido a concentrar la función policial
dentro de un modelo vertical con gran pendiente hacia el control militar de la
policía, pese a la retórica sobre su carácter civil. La tendencia se acentuó
después de 2002 (Gabaldón, 2004a), cuando, como consecuencia de eventos
como la deposición del Presidente, el paro petrolero y el proceso del referendo
revocatorio, la polarización política alcanzó niveles insospechados y las policías
locales fueron percibidas por el gobierno como focos de desestabilización
territorial, mientras las policías centralizadas generaron desconfianza al ser
percibidas por la oposición como estructuras al servicio de un modelo
autoritario, que pretendería, en última instancia, la militarización de la sociedad.
Sin embargo, a partir de abril de 2006, con ocasión de la instauración de la
Comisión Nacional para la Reforma Policial, un nuevo énfasis en el carácter
civil de la policía y en la cooperación de todos los cuerpos dentro de un sistema
integrado, pero que admita la autonomía regional y local, parece orientar el
modelo para un nuevo consenso.

También podría gustarte