LOS SACRAMENTOS DE LA IGLESIA
Los sacramentos de la iglesia católica son siete y los podemos encontrar la Eucaristía, que
es el culmen de nuestra fe y oración son signos sensibles que Jesucristo lo
SACRAMENTO DE INICIACIÓN CRISTIANA
BAUTISMO
Este sacramento que es de la iniciación cristiana recibe el nombre de Bautismo. Es el rito
central que se celebra y significa “sumergir” en el agua porque tiene como signo ser
sumergido en la muerte de cristo y al mismo tiempo resucitar con Él, siendo por
consiguiente una nueva criatura. Puede ser llamado también “baño de renovación” e
iluminación porque nos convertiremos en hijos de la luz. Podemos entender desde la
antigua alianza que se encuentra el bautismo: el agua que siempre va hacer fuente de vida y
de muerte en algunas ocasiones como en el arca de Noé, que se puede decir que salva por
medio del agua, o también el paso del mar rojo que nos recuerda la libración del pueblo de
Israel para entrar en la llamada tierra prometida, estas imágenes hacen recordar la vida
eterna
¿Quién hace que se cumplan este signo?
Las cumple Jesucristo, podemos ver en su evangelio que comenzando su vida pública hace
que Juan el Bautista lo bautice. También al llegar a su muerte se puede conocer que de su
costado brotan sangre y agua, que son signos de la Eucaristía, y en su resurrección les dice
a sus discípulos que “vayan por el mundo haciendo discípulos y bautizándolos en el nombre
del Padre del Hijo y del Espíritu Santo”. Por esto desde el día de Pentecostés, la Iglesia ha
administrado el Bautismo a todos los que creen en Jesucristo y quieren profesar su fe. Este
rito consiste en derramar agua sobre su cabeza del candidato, mientras se invoca el nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
¿Quién puede recibir el Bautismo?
El Bautismo lo puede recibir cualquier persona que no esté aún bautizada. A todo el que va
hacer bautizado se le exige la profesión de fe y esta es personal. Cuando es niño se les
exige a sus padres y padrinos la formación cristiana del niño. Este bautismo lo puede
realizar el obispo, el sacerdote y diacono. En caso extremo lo puede realizar cualquier
persona invocando la santísima trinidad, creyendo en el signo.
CONFIRMACIÓN
Se puede conocer en las escrituras que en la Antigua Alianza, los profetas anunciaron que
el Espíritu del Señor reposaría sobre el Mesías esperado y sobre todo el pueblo. También se
conoce que los Apóstoles reciben el Espíritu Santo en Pentecostés y anuncian “las
maravillas de Dios”. Comunican a los nuevos bautizados, mediante la imposición de las
manos, el don del mismo Espíritu. Todo esto se ha realizado por la tradición oral y escrita.
Se llama Confirmación, porque confirma y refuerza la gracia bautismal. También está la
Crismación, que es el rito esencial de este sacramento siendo la unción con el Santo
Crisma es (aceite de oliva mezclado con perfumes, consagrado por el obispo), que se hace
con la imposición de manos por parte del ministro, pronunciando las palabras
sacramentales propias del rito. “Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo”. Le da al
alma un carácter indeleble y otorga un crecimiento de la gracia bautismal.
¿Quién puede recibir este sacramento?
Debe recibirlo una sola vez, aquel que ya ha sido bautizado. Hay que estar en gracia de
Dios.
¿Quién es el ministro de la Confirmación?
Es el obispo quien manifiesta así el vínculo del confirmado con la Iglesia. También pude
administrar este sacramento un presbítero, con el permiso concedido del Obispo al no poder
realizarlo.
EUCARISTÍA
Se puede decir que es el sacrificio mismo de Jesucristo de su cuerpo y de su sangre. El
mismo la instituye para que se perpetuara hasta el final de los siglos. Este sacrificio lo
realiza en memorial de su muerte y resurrección siendo el signo de unidad al cual estamos
todos invitados a este banquete, para recibirlo y así nuestra alma se llene de gracia.
¿Cuándo instituyó Jesucristo la Eucaristía?
En semana santa podemos vivirla el Jueves Santo, “la noche en que fue entregado” cuando
celebraba con sus Apóstoles la Última Cena. Después de reunirse con los Apóstoles, Jesús
tomó en sus manos el pan, lo partió y se lo dio diciendo: “Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo que será entregado por vosotros”. Después tomó en sus manos el
cáliz con el vino y les dijo: “Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi
Sangre, Sangre de la Alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos
los hombres, para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía”.
La Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana. En ella alcanzan su cumbre la
acción santificante de Dios sobre nosotros y nuestro culto a Él nos unimos a la liturgia del
cielo y anticipamos la vida eterna. También se conoce la Eucaristía como, Santa Misa,
Cena del Señor, Fracción del Pan, Celebración Eucarística, Memorial de la Pasión, Muerte
y Resurrección del Señor, Santo Sacrificio, Santa y Divina Liturgia, Santísimo Sacramento
del Altar, Sagrada Comunión. La celebración de la Eucaristía se realiza en dos grandes
momentos: liturgia de la palabra y liturgia eucarística.
¿Quién es el ministro de la celebración de la Eucaristía?
El ministro de la celebración de la Eucaristía es el sacerdote (obispo o presbítero), este
actúa en la persona de Cristo Cabeza y en nombre de la Iglesia.
¿Cuáles son los elementos para celebrar la Eucaristía?
Son el pan de trigo y el vino de vid.
Se puede decir que la Eucaristía es memorial del sacrificio de Cristo, ya que es el sacrificio
que Cristo ha ofrecido al Padre, en favor de la humanidad. Son las palabras de la
institución: “Esto es mi Cuerpo que se entrega por vosotros” y “Este cáliz es la nueva
alianza en mi Sangre que se derrama por vosotros”. El único sacrificio.
SACRAMENTOS DE CURACIÓN
LA PENITENCIA Y LA RECONCILIACIÓN
Llamado sacramento de la Penitencia, de la Reconciliación, del Perdón, de la Confesión y
de la Conversión.
Sabemos que en nuestra naturaleza humana siempre va haber una inclinación al pecado y
esto se llama concupiscencia. Por esto Cristo instituye este sacramento para la conversión
de todos los bautizados y que por algunas causas se han alejado de Él por culpa del pecado.
En su palabra podemos encontrar esta institución con sus propias palabras diciéndole a sus
apóstoles: “Recibid el Espíritu Santo, a quienes perdonéis los pecados, les quedan
perdonados, a quienes se los retengáis, les quedan retenidos”. Para recibir el perdón se debe
tener un corazón contrito, y que sea movido por la gracia del Espíritu Santo.
¿Cuáles son los elementos?
Los elementos esenciales del sacramento de la Reconciliación son dos: los actos que lleva a
cabo el hombre, que se convierte bajo la acción del Espíritu Santo, y la absolución del
sacerdote, que concede el perdón en nombre de Cristo y establece el modo de la
satisfacción.
Los actos propios del penitente son: examen de conciencia; la contrición (o
arrepentimiento), incluye el propósito de no volver a pecar, la confesión, que consiste en
decir los pecados delante del sacerdote; el cumplimiento de ciertos actos de penitencia, que
el confesor impone al penitente para reparar el daño causado por el pecado.
¿Quién es el ministro del sacramento de la Reconciliación?
Cristo confió el ministerio de la reconciliación a sus Apóstoles, a los obispos, y a los
presbíteros, colaboradores de los obispos. Ellos ejercen el poder de perdonar los pecados en
el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
UNCION DE LOS ENFERMOS
La enfermedad podía tener también un valor redentor de los pecados propios y ajenos en
cada parte del mundo. La enfermedad se vive ante Dios, de quien el hombre implora la
curación.
Siempre la compasión de Jesús hacia los enfermos y las numerosas curaciones realizadas
por él son una clara señal de que con él había llegado el Reino de Dios y, por tanto, la
victoria sobre el pecado, el sufrimiento y la muerte. Con su pasión y muerte, Jesús nos da
un nuevo sentido al sufrimiento, puede convertirse en medio de purificación y salvación,
para nosotros y para los demás.
¿Quién puede recibir el sacramento de la Unción de los enfermos?
El sacramento de la Unción de los enfermos lo puede recibir cualquier fiel que comienza a
encontrarse en peligro de muerte por enfermedad o vejez. El mismo fiel lo puede recibir
también otras veces, si se produce un agravamiento de la enfermedad o bien si se presenta
otra enfermedad grave
¿Quién administra este sacramento?
El sacramento de la Unción de los enfermos sólo puede ser administrado por los sacerdotes
(obispos o presbíteros).
LOS SACRAMENTOS AL SERVICIO
EL SACRAMENTO DEL ORDEN
Es aquel mediante el cual, la misión confiada por Cristo a sus Apóstoles, sigue siendo
ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos. Especial consagración (Ordenación), que,
por un don singular del Espíritu Santo, permite ejercer una potestad sagrada al servicio del
Pueblo de Dios.
El sacramento del Orden se compone de tres grados de la Iglesia: el episcopado, el
presbiterado y el diaconado.
¿Cómo se celebra el sacramento del Orden?
Sus tres grados el sacramento del Orden se confiere mediante la imposición de las manos
sobre la cabeza del ordenando por parte del obispo, quien pronuncia la solemne oración
consagratoria. Con ella, el obispo pide a Dios para el ordenando una especial efusión del
Espíritu Santo y de sus dones, en orden al ejercicio de su ministerio.
¿Quién puede conferir este sacramento?
Corresponde a los obispos válidamente ordenados, en cuantos sucesores de los Apóstoles,
conferir los tres grados del sacramento del Orden.
¿Quién puede recibir este sacramento?
Sólo el varón bautizado puede recibir válidamente el sacramento del Orden. La Iglesia se
reconoce vinculada por esta decisión del mismo Señor.
EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
Dios que es amor y creó al hombre por amor, lo ha llamado a amar. Creando al hombre y a
la mujer, los ha llamado en el Matrimonio a una íntima comunión de vida y amor entre
ellos, “de manera que ya no son dos, sino una sola carne” Dios les dijo: “Creced y
multiplicaos”
¿Con qué fines ha instituido Dios el Matrimonio?
Está ordenada por su propia naturaleza a la comunión y al bien de los cónyuges, y a la
procreación y educación de los hijos ese es el fin último del matrimonio. Jesús nos enseña
que según el designio original divino, la unión matrimonial es indisoluble: “Lo que Dios ha
unido, que no lo separe el hombre”.
El sacramento del Matrimonio crea entre los cónyuges un vínculo perpetuo y exclusivo que
solo la muerte los puede separar. Dios mismo ratifica el consentimiento de los esposos. El
Matrimonio consumado entre bautizados no podrá ser disuelto nunca. Este sacramento
confiere a los esposos la gracia necesaria para alcanzar la santidad en la vida conyugal y
acoger y educar responsablemente a los hijos quienes son los frutos del matrimonio.