Plan Pastoral 2015 Arquipanama

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ARQUIDIÓCESIS DE PANAMÁ

NUEVO PLAN ARQUIDIOCESANO DE PASTORAL


2015
ELABORACIÓN:
EDAP (Equipo de Animación Pastoral)
Alis A. López
Arnulfo Jiménez, pbro.
Eusebio Muñoz, pbro.
Jaime Patiño, pbro.
Miguel A. Keller, o.s.a.
Zitta Díaz
Zuleika Mena

ASESORÍA
Lcda. María Libia González
(Movimiento Mundo Mejor y CEBITEPAL).

CONSULTAS al Pueblo de Dios:


Consejo Presbiteral
Asambleas y Semanas de Pastoral
Parroquias, Vicarías, Zonas

APROBACIÓN:
Mons. José D. Ulloa Mendieta OSA
Arzobispo Metropolitano de Panamá
(firma y sello)
PRESENTACIÓN

Afirma el Documento de Aparecida (371) que “El proyecto pastoral de la diócesis, ca-
mino de pastoral orgánica, debe ser una respuesta consciente y eficaz para atender las
exigencias del mundo de hoy, con “indicaciones programáticas concretas, objetivos y
métodos de trabajo, de formación y valorización de los agentes y la búsqueda de los me-
dios necesarios, que permiten que el anuncio de Cristo llegue a las personas, modele las
comunidades e incida profundamente mediante el testimonio de los valores evangélicos
en la sociedad y en la cultura”. Los laicos deben participar del discernimiento, la toma
de decisiones, la planificación y la ejecución. Este proyecto diocesano exige un segui-
miento constante por parte del obispo, los sacerdotes y los agentes pastorales, con una
actitud flexible que les permita mantenerse atentos a los reclamos de la realidad siempre
cambiante”.

Desde la Asamblea pastoral de febrero de 2011 y por decisión de nuestro Arzobispo, el


Equipo de Animación pastoral de la Vicaría de pastoral ha trabajado, con la colaboración
de todo el pueblo de Dios, en la elaboración del PLAN que hoy presentamos.

El Plan pastoral es un instrumento para la conversión pastoral y la renovación misionera


de nuestra Iglesia local, para anunciar mejor el Reino de Dios, para responder mejor a los
signos de los tiempos, para ofrecer un servicio evangelizador más eficaz e iluminar los
problemas de la sociedad panameña. Por eso, lo importante no son los documentos ni la
metodología, sino la espiritualidad : espiritualidad de comunión para la misión, de acuer-
do al Concilio Vaticano II, las Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano
y la primavera que el Papa Francisco sueña para la Iglesia.

Damos gracias al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que con la luz de su Espíritu
Santo nos ha guiado y animado en este caminar. Damos gracias a todos los miembros del
pueblo de Dios que peregrina en Panamá y que han colaborado con entusiasmo en todo
el proceso de elaboración del Plan.

Somos una Iglesia que camina en la esperanza y bajo la protección de Santa María La
Antigua. Por eso pedimos y esperamos que todos los agentes de pastoral (laicos, religio-
sos y religiosas, ministros ordenados) conozcan, apliquen en la práctica y hagan producir
frutos concretos este nuevo Plan pastoral. Es nuestra responsabilidad y debe ser nuestro
generoso compromiso.

Panamá, 30 noviembre de 2014, I domingo de Adviento

Miguel A. Keller osa, Vicario pastoral


I. HIPÓTESIS DE TRABAJO
Sombras por áreas:
DESTINATARIOS
• Falta el sentido de pertenencia y espíritu comunitario
• Falta corresponsabilidad, compromiso y perseverancia en los bautizados
• Falta comunicación y diálogo
• Pocos laicos comprometidos; siempre los mismos y la mayoría de tercera edad.
• Existe una notable deserción de católicos hacia otras confesiones.
• Falta capacidad para integrar jóvenes y personas nuevas en la comunidad
• Mucha piedad pero poco compromiso (espiritualismo individualista)
• Poca Oración personal y en familia

SERVICIOS
• Falta de seguimiento después de los sacramentos (la catequesis es para recibir el sacra-
mento y no para la vida comunitaria), no hay vivencia del verdadero sentido y compromiso ,
porque no hay buena preparación de acuerdo a la realidad ni seguimiento
• Faltan más catequistas y mejor formados: y hay poco compromiso de los padres de familia
(específicamente de los papás)
• Catequesis demasiado teórica, no se usan medios modernos
• No hay catequesis de adultos, por ello existen y se mantienen grupos cerrados, separados,
individualistas que no dan apertura a que otros bautizados se integren a las pastorales.
• No existe una Pastoral familiar organizada ni específica.
• No hay planes organizados de Pastoral juvenil ni de Pastoral vocacional; faltan líderes
jóvenes comprometidos y bien formados, poco apoyo de la familia
• Pastoral Social: asistencialismo y poca conciencia de la dimensión social de la fe (con-
ciencia crítica en política, denuncia de injusticias, promoción de los derechos humanos)
• Al no existir planes de seguimiento a los sacramentos, en especial la catequesis de adultos,
existen y se mantienen grupos cerrados, separados, individualistas que dan apertura a que
otros bautizados se integren a las pastorales.
• Falta la dimensión social y la adaptación a niños y jóvenes
• No hay tiempo ni horario para confesiones

AGENTES
• Faltan líderes laicos (especialmente jóvenes) comprometidos y bien formados
• Falta más apertura y acompañamiento del párroco con los demás agentes de pastoral (diá-
conos, religiosos/as, laicos); delegar funciones (menos centralismo del párroco).
• Pocos Sacerdotes con demasiadas tareas, agotados, débiles y malhumorados
• Pocos laicos comprometidos: siempre los mismos
• Faltan misioneros laicos
• Falta corresponsabilidad y compromiso de parte de los agentes de pastoral
• Agentes de pastoral: son pocos

MÉTODOS
• No hay conciencia de que la Misión y la Evangelización son centrales en la vida de la
Iglesia y tareas de todos los cristianos, por lo que falta compromiso y corresponsabilidad
• Poca integración: Grupos cerrados, sectores separados –comités que van por la libre,
individualismo… En síntesis: “Falta de unidad de criterio y visión de conjunto”
• La poca conciencia de la dimensión social de la fe, causa muy poco compromiso laical y del
clero
• Existe falta de conversión pastoral pedida insistentemente en Aparecida
• Falta de comunicación y diálogo (islas), divisiones, sectarismos y fariseísmos..
• Tensiones, conflictos, envidia, crítica de estructura
• Falta un proceso sistemático de formación integral y de iniciación cristiana de adultos.
• Falta más formación y acompañamiento; hay mucha piedad, pero poco compromiso
(espiritualismo individualista)
• Falta de seguimiento a proyectos y procesos

ORGANIZACIÓN
• “Falta de unidad de criterio y visión de conjunto”
• Grupos cerrados, sectores separados –comités que van por la libre, individualismo
• Deficiente organización parroquial
• No hay consejo económico y se valora más el rendimiento económico que la actividad pastoral
• No se da informe económico y no se auditan las parroquias
• Falta capacidad para integrar jóvenes y personas nuevas en la comunidad
• Centralismo del párroco y falta de pastoral de conjunto
• Si partimos del tema de la comunión del pueblo de Dios, hay una falta de compromiso,
corresponsabilidad, formación integral para hacer una verdadera familia en la fe.
• Organización, planeación, seguimiento: falta corresponsabilidad y compromiso de parte de
los agentes de pastoral
• Templos pequeños con estructuras inadecuadas como: falta de salones parroquiales y de man-
tenimiento
• No existe organización en Pastoral social, Pastoral familiar, Pastoral juvenil y/o Pastoral vo-
cacional…

HIPÓTESIS DE TRABAJO
(primera aproximación al problema pastoral fundamental)
“Débil conciencia de que la evangelización y la misión son centrales en la vida de la Iglesia y
responsabilidad de todos los cristianos para ser transformadores de la sociedad”
Esto se manifiesta en la falta de:
• Sentido de pertenencia, compromiso y responsabilidad de muchos laicos
• Estructuras de comunión en la parroquia para que sea realmente comunidad de comunidades
y toda ella ministerial
• Actitudes de acogida (frente a los alejados y jóvenes), y de diálogo entre los diversos grupos
eclesiales, sacerdotes y laicos, clero y obispos
• Una pastoral orgánica y de conjunto que unifique los criterios de acción pastoral, permita la
elaboración y ejecución de proyectos y procesos, para responder a los problemas de nuestra
realidad social, eclesial y religiosa.
II. MODELO DE SITUACIÓN
Memoria histórica: visión retrospectiva

La primera evangelización del istmo panameño se realizó en un contexto de luces y sombras: entrega de
los misioneros a la causa del Evangelio y defensa de los indígenas, pero en un contexto de afán de dominio
y violencia por parte de los conquistadores. De acuerdo a la mentalidad de la época, aunque con excepcio-
nes, se privilegió la administración de sacramentos sobre la evangelización y la catequesis.
La “cristiandad colonial” se caracterizó por la misma tónica, con esfuerzos evangelizadores importantes
pero también con grandes limitaciones (escasez de clero y agentes de pastoral, mezcla del ámbito eclesiás-
tico con el poder civil, dependencia civil y eclesiástica del extranjero, desintegración familiar…).

La época republicana, tras la independencia, trajo consigo una nueva situación, no exenta tampoco de
problemas y dificultades para la Iglesia. Menos afectada que en otras naciones por las guerras de indepen-
dencia, sufrió también las consecuencias del creciente liberalismo, con sus leyes laicistas y crisis de las
vida religiosa. Crece el número de bautizados, pero con escasas posibilidades una seria catequesis. Hay
una cierta “descristianización”, aunque los sectores populares mantienen su religiosidad.

Ya a finales del siglo XIX, se reanuda la llegada de misioneros extranjeros y comienza la reorganización
de la Iglesia en el istmo y el Continente. Y en el siglo XX tendrá lugar un importante proceso de coordi-
nación y revitalización de la Iglesia latinoamericana: el nacimiento de la Acción católica, y la creación del
CELAM son los primeros signos de un despertar eclesial que, aún en medio de un ambiente de cierta
intranquilidad social y política, llegará fructificar entorno al Concilio Vaticano II.

Nuestra Iglesia panameña tiene una gran deuda de gratitud con Mons. Marcos Gregorio Mc Grath, de-
cidido impulsor de la aplicación del Concilio Vaticano II en Panamá y protagonista desde el CELAM de
la renovación que supusieron Medellín y Puebla para la Iglesia latinoamericana y panameña. Su largo y
fecundo episcopado(obispo auxiliar de 1961 a 1963 y arzobispo de 1969 a 1994) dejó una rica herencia
a este pueblo de Dios, pastoreado luego por Mons. José Dimas Cedeño (1994-2010) y actualmente por
Mons. José Domingo Ulloa OSA. No por más conocida podemos por eso dejar de recordar nuestra más
reciente historia, en la que destacaremos algunos de los logros más importantes del episcopado de Mons.
Mc Grath junto a otros datos posteriores del camino pastoral recorrido hasta hoy por la Arquidiócesis.
Entre otros muchos aspectos, es preciso destacar tres importantes aportes de Mons. Mc Grath a la Arqui-
diócesis de Panamá y a toda la Iglesia panameña:
• La recepción y aplicación del Concilio Vaticano II: fue sin duda su pasión y la gran meta de su
ministerio episcopal, como lo expresaba ya el significativo título de su Carta pastoral programática
“La renovación de la Iglesia al servicio de Panamá” (1971), cuyas líneas pastorales fueron pro-
gresivamente desarrolladas en las sucesivas Asambleas Pastorales de la Arquidiócesis (1974, 1976,
1982-84, 1989-90). Y enriquecidas por supuesto con los aportes de Medellín y Puebla, Conferencias
en las que el mismo Mons. Mc Grath desempeñó un importante papel. Una ardua tarea de estudio
de la realidad, reflexión teológica y planificación pastoral, que todavía al final de su vida le seguía
ilusionando y preocupando: el Vaticano II –afirmaba- desencadenó un proceso de renovación de la
Iglesia que aún no está concluido y que exige creatividad y fidelidad.
• La presencia dinámica y liberadora de la Iglesia en la sociedad: siempre a favor de los más pobres y
en defensa de la dignidad y libertad de las personas y los pueblos. Los múltiples programas de Cáritas
y Pastoral social, la seria reflexión que culminó en la publicación del estudio “Hacia una economía
más humana para el desarrollo de Panamá y con prioridad en los pobres” (1985), el compromiso por
la soberanía nacional en la causa del Canal y frente a los abusos de la dictadura militar, los innume-
rables pronunciamientos iluminadores en los momentos de crisis y falta de libertad de prensa…No
es fácil resumir en este sentido el servicio prestado por la Iglesia panameña a su pueblo, que está sin
duda en la base de la credibilidad y confianza que hoy merece a los panameños y panameñas.
• Las numerosas iniciativas concretas que fortalecieron y enriquecieron la vida de la Iglesia arquidio-
cesana: reapertura y nueva sede del Seminario Mayor San José (1970 y 1980), Cena de Pan y Vino
(1970), Cita eucarística (1971), Madres maestras (1973), Campaña de promoción arquidiocesana
(1975), Comisión de reflexión teológico-pastoral (1981), Panorama Católico (1985), Comisión de
Justicia y Paz (1990), Documentos de la CEP, Congresos de Educadores católicos, Cursos de teolo-
gía y pastoral para la formación permanente del clero, religiosos/as y laicos…

Las estructuras pastorales de la Arquidiócesis se desarrollaron así progresivamente, y el dinamismo de la


vida eclesial continuó durante el episcopado de Mons. José Dimas Cedeño. Buena muestra de ello es la or-
ganización periódica de las “Semanas de pastoral”, la gran participación en la consulta de preparación para
Aparecida y la organización y planeación de las varias etapas de la Misión continental en la Arquidiócesis.
No obstante, es preciso reconocer también un cierto desgaste eclesial durante las últimas décadas. Más o menos a
partir de la invasión norteamericana (1989), se pueden percibir los efectos del cambio social acelerado y el boom
de la economía, el impacto del crecimiento urbano y los influjos culturales de la secularización contemporánea.
Cada vez más se siente la necesidad de mayor reflexión teológica y dinamismo pastoral. Desafíos nada
fáciles para un clero frecuentemente absorbido por el activismo y el sacramentalismo, un ambiente pasto-
ral más tendiente a la rutina que al dinamismo renovador, y un laicado comprometido pero necesitado de
mayor formación y especialmente urgido a superar el “capillismo” y los elitismos excluyentes. Sin olvidar
nunca el permanente desafío de la opción preferencial por los pobres, en un país situado desde hace tiempo
entre los tres con peor distribución de la riqueza en América Latina.
Frente a todo esto, somos una Iglesia que camina en esperanza. Buscando el tiempo de Dios y confiando
en la acción del Espíritu, pero también en actitud sincera de conversión pastoral, en línea con la vivencia
y conclusiones de las recientes Asambleas de pastoral (Arquidiocesana en 2011 y Nacional 2012). Y po-
niendo nuestro anhelo en las manos maternales de Santa María La Antigua, bajo cuyo patrocino comenzó
hace ya más de 500 años el caminar en la fe de este pueblo y esta Iglesia.
Tendencias y pronóstico de futuro
Después de haber hecho un recorrido por el pasado, tratamos de entresacar las tendencias fundamentales
que aún están presentes y tienden a marcar el futuro para descubrir cuál es la tendencia que tiene el poder
y la capacidad de vencer o de imponerse sobre las otras y determinar la situación global de futuro. Que
nos ayude a tener un nuevo punto de vista para una nueva comprensión, no ya estática, sino dinámica de
la primera apreciación del problema fundamental.
Si seguimos como estamos, seremos una Iglesia de muchos bautizados, pero pocos catequizados; de mucha
religiosidad y espiritualidad, pero sin enfoque social; de muchos grupos, pero sin pastoral de conjunto; con
muchos jóvenes alejándose cada más de la Iglesia; con muchas actividades puntuales, carentes de sentido pro-
cesual; con gran población católica congregada en los templos, pero lejos del resto de la sociedad; con menos
vocaciones y sin serios programas pastorales ; laicos formados, pero con poco compromiso misionero.
Si, a pesar de nuestros pecados, nuestras debilidades y limitaciones, intentamos hacer la pastoral de conjunto
fortaleciendo el dinamismo misionero, preocupándonos por los más pobres y más necesitados, es de esperar
que haya un renacimiento de la fe; y todo esto exige mucho de todos los agentes pastorales (conversión pasto-
ral, espiritualidad de comunión, trabajo en conjunto-laicos/clero, planes y programas procesuales).
1. ESTUDIO DE LA EALIDAD ACTUAL Y SUS
REPERCUSIONES (Hoy)

1. CONTORNO

Elementos
Elementos 2. ENTORNO geográficos
socio-
familiares
2.1 PASTORAL COMUNITARIA
Elementos
2.2. PASTORAL SECTORIAL demográficos
Elementos
socio-
religiosos 2.3. SERVICIOS PASTORALES

2.4 PASTORAL MINISTERIAL

2.5. ESTRUCTURAS Elementos


Elementos
étnicos-
socio-
culturales
políticos

Elementos socio- económicos


CONTORNO (REALIDAD SOCIAL)
C. Elementos socioculturales
INSTRUCCIÓN ESCOLAR DE LA POBLACIÓN

En el 2010 se matricularon un total 976,451 estudiantes en los centros escolares oficiales y particulares
del país. De ese total, el 9.3 por ciento corresponde a la educación preescolar, 45. por ciento a la pri-
maria, 28.1 por ciento a la promedia y media, 13.8 por ciento al nivel superior universitario y el 3.6 por
ciento restante corresponde a las modalidades de educación especial y laboral. El porcentaje del gasto
público dedicado a la educación fue del 12.6%, y en relación al PIB se empleó en educación el 2.5%.

En general, La tasa de graduación es del 96.5% en educación primaria, 55.1% en premedia y 40.5%
en media. Datos oficiales señalan una reducción en el porcentaje de analfabetas. En la Provincia de
Panamá el índice es 1.8 (varones) y 2.2 (mujeres).

CULTURA
La institución encargada de la difusión cultural en el país es el Instituto Nacional de Cultura (INAC)
el cual “fue creado mediante la ley # 63 del 6 de junio de 1974, por el Consejo Nacional de Legisla-
ción. Según dicho decreto le corresponde primordialmente “La Orientación, Fomento, Coordinación
y Dirección de las actividades culturales en el Territorio Nacional”.
En el panorama cultural urbano merece destacarse la Biblioteca Nacional Ernesto J. Castillero, los
diversos museos , teatros y editoriales. Así como la presencia e influencia de medios de comunicación
escritos, radiales y televisivos.

D. Tiempo libre
Encuestas realizadas hace años por la Escuela de Estadística de la Universidad de Panamá reflejaron
que para el 47% de los entrevistados la actividad principal del tiempo libre es “mirar TV”. La segun-
da, es “escuchar música”, en un 34.8%; y luego le sigue “hacer trabajos en casa” con un 33.9%. El
menor porcentaje lo obtuvo “ir al cine o al teatro” con un 11.3%.
Actualmente, y de forma especial entre los jóvenes, el fenómeno del “chateo”, la navegación por in-
ternet, y la tecnología celular, están fomentando un notable cambio cultural y creando adiciones en
algunos casos.

E. Grupos religiosos no católicos


El gobierno panameño no recopila estadísticas sobre las afiliaciones religiosas de los ciudadanos; pero,
varias fuentes estiman que del 75 al 85 por ciento de la población se identifica como Católica Romana,
y entre 15 al 25 por ciento como Cristiano Evangélico.
Junto a la Iglesia católica, forman parte del Comité Ecuménico de Panamá la Iglesia Ortodoxa Griega,
la Iglesia Episcopal de Panamá, la Iglesia Evangélica Metodista de Panamá, la Iglesia Metodista del
Caribe y las Américas, y la Iglesia Bautista Calvario.
Entre otros grupos religiosos se encuentran : la comunidad Bah’aí, la Iglesia de Jesucristo de los Santos
de los Últimos Días (mormones), los Adventistas del Séptimo Día, Testigos de Jehová, … Judíos y Co-
munidades musulmanas, Hindúes, Budistas, y otros, además de religiones indígenas como allbeorgun
del pueblo guna, y Mamatata entre los ngöbe.

F. Economía
Todos los últimos Informes de la OCDE señalan como el alto índice de desarrollo de Panamá va acom-
pañado de un endémico problema de mala distribución de la riqueza, la tercera peor de América Latina
después de Brasil y Perú. Rasgos que caracterizan a economías como la nuestra, centradas en el sector
“terciario” o de servicios (Canal, Zona libre, Bancos, Turismo…), que típicamente producen mucho
pero reparten mal. Existen así “dos Panamás”, como suele decirse en el lenguaje popular, de forma no
científica pero sí acertada, al describir nuestra realidad económica. Lo que no impide, quizás debido a
nuestra idiosincrasia, que los índices de felicidad y satisfacción de los panameños y panameñas sean
realmente muy altos (entre el 80 y 98%, de acuerdo al PNUD). Si bien los índices bajan hasta niveles
entre el 54 y el 82% al referirse ya a datos concretos de bienestar social: vivienda, atención a la salud
y la educación, calidad del aire y el agua.
El Informe 2012 del Departamento de Pastoral Social de la Arquidiócesis ofrece otros datos in-
teresantes, a la vez complementarios y coincidentes, sobre esta aproximación global a la Economía
panameña:
• Producto interno bruto anual : 23.253.6 millones de dólares.
• Índice de crecimiento económico : 10.6%
• Exportaciones e importaciones: 785.2 vs 6.377.6 millones de dólares.
• Distribución de la riqueza:
10% más pobre recibe el 1.1% del total de ingresos
10% más rico recibe el 39.6% del total de ingresos
• Áreas de concentración de riqueza y producción:
La provincia de Panamá acapara el 57% de toda la actividad económica del país (Zona urbana de
Panamá, Canal, Centro bancario, Hoteles…)
• “Bolsillos” de pobreza, grupos sociales más desventajados:
Barriadas populares marginadas, población indígena desplazada a la ciudad…
Los mayores niveles de pobreza los tienen los jornaleros o peones (70.7%) y los trabajadores fa-
miliares (69.4%), seguidos por los trabajadores independientes (35%) y los asalariados (16.6%).
• Efectos de la riqueza y la pobreza, injusticias más notables:
Crecimiento económico sin desarrollo social integral, equitativo y sostenido
Desigualdad exagerada a nivel salarial y de oportunidades
Pérdida de poder adquisitivo frente al aumento del costo de la vida
Deficiencias e inequidad en la educación, salud, alimentación, servicios básicos
Lucro a costa de los recursos naturales sin respeto al medio ambiente
Comarcas indígenas pobres y sin luz eléctrica deben soportar las explotaciones mineras e hidroeléctricas
Cierto racismo
• Personas bajo el nivel de pobreza
En el área urbana la incidencia de pobreza es de 17.7%, en el área rural es de 50.7% y en las áreas
indígenas de 96.3%.

G. Elementos socio-familiares

INFORMACION PERIODO PANAMA REPUBLICA

2010 1,713,070 3,405,813


POBLACIÓN TOTAL
2010 849,077 1,712,584
HOMBRES
2010 863,993 1,693,229
MUJERES
1 DE JULIO DE 2010 1,796,674 3,504,483
POBLACIÓN ESTIMADA - TOTAL
1 DE JULIO DE 2010 896,162 1,765,734
POBLACIÓN ESTIMADA - HOMBRES
1 DE JULIO DE 2010 900,512 1,738,749
POBLACIÓN ESTIMADA - MUJERES
2010 470,465 896,050
VIVIENDAS PARTICULARES OCUPADAS
2010 33,762 67,955
NACIMIENTOS VIVOS
2010 8,192 16,542
DEFUNCIONES
2010 5,975 9,900
DEFUNCIONES FETALES
2010 6,439 12,981
MATRIMONIOS
2010 2,020 3,583
DIVORCIOS

COMPOSICION DEL HOGAR


247,963 hogares conformados por parejas (hogar nuclear).
83,084 hogares compuesto por el jefe o la jefa, o algún familiar

FACTORES QUE AFECTAN LA FAMILIA


Desempleo (con cifras del 6.6% en algunos sectores populares)
Analfabetismo y deserción escolar
Casos de embarazo precoz, en aumento: de cada 100 nacimientos 20 corresponden a adolecentes,
de entre 10 y 14 años de edad.
Enfermedades de transmisión sexual: Grupos de mayor riesgo = de 20 a 44 años (por transmisión
sexual 84% : relación heterosexual 44%, homosexual/bisexual 40%; por transfusiones 1%, peri-
natal 5%. La provincia de Panamá registra el con 77% de los casos, y van en aumento.
Violencia intrafamiliar: dos mil denuncias en el 2012, pero por supuesto podrían ser muchos más.
ESTABILIDAD FAMILIAR, MATRIMONIO Y DIVORCIO
Cada vez es más palpable en las comunidades la desintegración familiar y el surgimiento de familias
incompletas. En el año 2011 se celebraron en la República 15.135 matrimonios y se tramitaron 3.848
divorcios; en la ciudad de Panamá, aproximadamente el 50% de los matrimonios y el 56% de los
divorcios.
Un 42.2% de parejas se divorciaron antes de los primeros 10 años de vida matrimonial. Por edades,
de los 40 a 49 años se da el mayor número de divorcios (hombres 29.3%, mujeres 31.7%).
Las uniones libres y consensuadas se estiman en una 3.582 (ciudad ) y 1.677 (áreas rurales).
Estadísticas de la Contraloría General de la República dan cuenta de que, durante el año 2010, 56.566
de los 67.995 niños que nacieron en el país (el 83%) pertenecen a hogares en los que los padres no
están casados. De esta cifra, 46.613 casos corresponden a mujeres que están en unión libre o concubi-
nato con sus parejas; mientras que 9.740 son de madres solteras y 213 pertenecen a viudas o mujeres
separadas.

MENTALIDAD DEL PUEBLO SOBRE LA INSTITUCION FAMILIAR


La familia es una institución apreciada en Panamá como célula básica de la sociedad. Ningún pana-
meño es insensible al calor del hogar y la ternura de la figura materna. Pero el concepto de familia en
Panamá está cambiando poco a poco. Y cada vez es más frecuente tener hijos sin casarse y establecer
una familia..
Pero la familia panameña atraviesa por una crisis, ante el desequilibrio que vive como resultado de los
cambios sociales, económicos, políticos, culturales, jurídicos e ideológicos. Se traduce en la reduc-
ción de su tamaño, la creciente inestabilidad de la unión reflejada en las tasas de aumento del divorcio
y separaciones, incremento que ha traído por consecuencia que poco a poco se vaya aceptando sin
mayores reacciones. El incremento de las relaciones sexuales prematrimoniales, se perciben como
algo normal y natural por lo más jóvenes, y la mayoría del pueblo lo ve con menos rigor que en el pa-
sado. El adulterio se desaprueba por la mayoría, aunque también se ha ido incrementando su práctica.
La unión libre, y el matrimonio sólo por lo civil, cada día es más común y se acepta con más libertad,
sobre todo por las nuevas generaciones que no lo ven como algo incorrecto.
El aborto es rechazado por el pueblo en general, y la prostitución se juzga negativamente, pero su
práctica va en aumento.

H. Elementos socio-políticos

EL ESTADO PANAMEÑO
La Constitución Política panameña contempla la división de poderes, la organización de partidos po-
líticos representativos y la celebración de torneos electorales cada cinco años. El sistema está basado
sobre el supuesto que el poder político emana de la soberanía popular.
La Constitución de la República de Panamá en su artículo 1 establece que la Nación Panameña está
organizada en Estado soberano e independiente, cuya denominación es la República de Panamá. Su
gobierno es unitario, republicano, democrático y representativo.
En el artículo 2 establece que el poder Público sólo emana del pueblo. Lo ejerce el Estado por medio
de los Órganos Legislativo, Ejecutivo y Judicial los cuales actúan limitada y separadamente, pero
con armónica colaboración.
PROBLEMAS E INTERROGANTES
Contar con una justicia pronta, independiente, accesible y confiable es indispensable para una socie-
dad democrática y permite avanzar hacia nuevas metas de desarrollo humano sostenible. En sentido
contrario, si no se cuenta con un buen sistema de justicia, es impensable garantizar la convivencia
democrática, la equidad social y el progreso económico. La legitimidad de un sistema se garantiza
mediante el apego al conjunto de principios sobre los más diversos aspectos de la vida de las personas
y del país pero, al mismo tiempo, a través de la forma en la que se administra la justicia, se aplican
las normas y se genera satisfacción y confianza en los usuarios de todas las capas sociales merced al
acceso a los servicios que se les ofrece, la transparencia y eficiencia de los procesos y la imparcialidad
y eficacia de los resultados que obtiene. De ese modo, la sociedad aspira a contar con buenas insti-
tuciones de justicia, cimentar el Estado de Derecho y contar servicios de justicia en todo el país, con
servidores competentes y motivados.

Pese a los esfuerzos realizados como país en las últimas décadas, a inicios del siglo XXI, la deuda
pública sigue siendo alta, y se incrementa la informalidad laboral. Por su parte, la pobreza y la des-
igualdad de ingreso y consumo no han retrocedido en términos absolutos, al tiempo que persiste como
problema la desnutrición infantil. Enfocando otro orden del desempeño institucional, encontramos
que las percepciones de dentro y fuera del país acerca de que Panamá no está exento de problemas de
corrupción, delincuencia y narcotráfico revelan que existen debilidades institucionales importantes
del ámbito de la justicia porque se trata de instituciones que deben velar por la seguridad ciudadana y
el cumplimiento de las normas formales.

No obstante, en Panamá se hacen esfuerzos y existe conciencia creciente en cuanto a la necesidad de


reorientar el uso de los recursos que el Estado y la sociedad invierten en aras de eliminar o acortar las
brechas que se dan entre áreas y grupos sociales del país. Pero se percibe un alto grado de desconfian-
za de la ciudadanía hacia las instituciones gubernamentales, ante las fuertes debilidades de éstas para
responder a las demandas ciudadanas y crear mecanismos de comunicación y participación efectivos.
Otro punto neurálgico en torno a la gobernabilidad es la presencia de prácticas clientelistas que favo-
recen el predominio de intereses individuales por encima del bien común; que desincentivan la apor-
tación real de las personas a la política, más allá de las contiendas electorales, y limitan la formación
de capital social al privilegiar relaciones de intercambio de favores, más que de cooperación.
ENTORNO (REALIDAD ECLESIAL)

A. PASTORAL COMUNITARIA

1. Pastoral de multitudes

MENTALIDAD RELIGIOSA
Nuestro pueblo es rico en devociones y tradiciones; unas provienen desde el tiempo de la colonia; otras,
surgen desde la propia cultura istmeña. Juntas constituyen el patrimonio religioso y cultural de la nación,
aunque algunas han sido abandonadas por causa del desarraigo hacia nuestras costumbres y creencias
populares.

La religiosidad popular está ampliamente extendida, incluso en sectores no populares. Dios es el Padre
bueno; Jesucristo el Salvador; la Virgen María y los Santos son intercesores; la Iglesia ofrece sobre todo
sacramentos y oraciones, pero también ayuda y orientación, el mundo y el hombre son vistos con mucho
realismo como mezcla de cosas buenas y malas… Los grupos con mayor formación han asimilado las
ideas de la renovación del Vaticano II, especialmente en la participación activa en la Iglesia, el compro-
miso en el mundo y los conocimientos teológicos. Se carece de coordinación entre los diversos grupos
apostólicos.

2. Pastoral de familia
Sólo en 32 Parroquias existe un Equipo organizado de pastoral familiar; pero en la mayoría hay activi-
dades, al menos ocasionales, para la familia. Además de la Sección de Pastoral familiar, hay diversos
grupos, no siempre coordinados que trabajan en este importante campo: Movimiento familiar cristiano
(MFC), Encuentro Matrimonial, Matrimonios para Cristo, Matrimonios en Victoria, Sanando para amar,
Retrouvaille, Encuentros Católicos para Novios… Es notable también el aporte de la Catequesis familiar,
“Madres maestras y padres maestros” y Centro para la orientación y educación familiar (COEFAM).

SACRAMENTO DEL MATRIMONIO


Este es, tradicional e históricamente, uno de los puntos débiles del catolicismo panameño. De cada 100
panameños(as) que nacieron el año 2010, solamente 17 lo hicieron de padres que están casados civil o re-
ligiosamente. El 83 % de recién nacidos fue de padres no casados): 46.613 casos corresponden a mujeres
que están unidas con sus parejas; mientras que 9. 740 son de madres solteras y 213 pertenecen a viudas o
mujeres separadas. Estos datos nos hablan mucho de una sociedad inestable, sin valores y sin responsabi-
lidades. El matrimonio ya no es considerado una opción para tener hijos.

Hay un alto número de embarazos de adolescente, y son muchas las madres panameñas vive en condicio-
nes de pobreza, y una importante proporción de ellas, en pobreza extrema. Un cuadro así describe la grave
crisis de la institución familiar en Panamá, afectada por la carencia de oportunidades concretas para la
maternidad y la paternidad responsables.

Es obligatorio el Curso prematrimonial (con diversas modalidades y posibilidades) para las parejas que
solicitan el sacramento del matrimonio, al menos 6 meses antes de la fecha fijada. Los agentes de Pastoral
familiar y especialmente el MFC realizan un gran esfuerzo en este sentido, con resultados positivos. Pero
es insuficiente para la realidad panameña, dado el escaso porcentaje de matrimonios por la Iglesia.
3. Comunidades eclesiales de base

La Iglesia panameña, adelantándose al Concilio Vaticano II y Medellín, fue pionera en la organización


de comunidades eclesiales de base (CEBs), en las que se basó fundamentalmente la experiencia eclesial
de San Miguelito (1963). La II Asamblea Nacional de Pastoral (1990) retomó las CEBs como una de las
opciones pastorales de la Iglesia panameña.
No obstante, la realidad de las CEBs sufrió en Panamá el mismo proceso que en otros lugares de América
Latina y en la Iglesia universal: entusiasmo y florecimiento, recelo y reservas, reivindicación y norma-
lización. Desde noviembre de 2004, se viene dando un esfuerzo de coordinación de parroquias y comu-
nidades para acompañar los procesos de comunidades eclesiales de base en la Arquidiócesis de Panamá.
El EPACEB (Equipo de Promoción y Animación de Comunidades Eclesiales de Base) organiza con esta
finalidad encuentros trimestrales y un curso anual, además mantiene comunicación con las CEBs de otras
Diócesis y a nivel Continental.

B. SECTORES HUMANOS EXISTENTES

1. Pastoral juvenil
La Sección de Pastoral juvenil arquidiócesana tiene como objetivo promover la formación integral de los
y las jóvenes a la luz del Evangelio, para que puedan descubrir su vocación humano-cristiana y se com-
prometan en la transformación del mundo.
De las 94 parroquias, 56 tienen grupos conectados con el Equipo Arquidiócesano, cuyos objetivos princi-
pales son: Revitalizar las estructuras arquidiócesana de PJ, Animar los procesos de PJ en las parroquias, y
Preparar a los jóvenes para una participación no masiva y comprometida en la JMJ.

2. Otros sectores
a. PASTORAL INDÍGENA
Sus objetivos son: Defender y apoyar las iniciativas (de los kunas) en la ciudad para que no se pierda su
esencia de pueblo; Dar a conocer los derechos del pueblo indígena y sus valores culturales; Promover la
atención a los grupos indígenas que pertenecen a parroquias y vicarias…
Urge su reorganización, dado el alto número de indígenas que viven en la ciudad de Panamá, no suficien-
temente atendidos, sobre todo los gnäbe-buglé.
b. PASTORAL AFRO
Objetivos : Hacer presente a la iglesia en las poblaciones afro panameñas; Articular el proceso de la
pastoral afro panameña con el quehacer pastoral de la Iglesia arquidiocesana; Formar agentes de pastoral
capaces de insertarse en las comunidades parroquiales y en la labor pastoral, transversal izando el trabajo
con las poblaciones negras.
c.PROGRAMA DE PREVENCIÓN DEL USO INDEBIDO DE DROGAS
EL programa de prevención de Drogas en su labor evangelizadora y de formación capacita a Diáconos,
catequistas, y grupos que forman parte de las parroquias.
La Oficina de prevención de drogas brinda atención a personas en riesgos y con problemas de consumos
y/o familiares de personas afectadas por la enfermedad de la adicción. Ofrece a demás asistencia espiritual
individual a los residentes de Hogares Creas en Cermeño y Las Cumbres, con la finalidad de promover
factores que orienten al desarrollo de la personalidad sana.
d.FUNDACIÓN PARA EL APOYO A LA NUEVA EVANGELIZACIÓN Y A LA SOLIDARIDAD
EN LA FE CRISTIANA (PRO-FE)
La Fundación Pro-Fe es una organización de laicos comprometidos, con una doble finalidad:
a) Como medio de “pastoral para los que trabajan”, ofrece una formación integral para servidores pú-
blicos y trabajadores de la empresa privada, impartiendo temas de Superación Personal y Crecimien-
to Espiritual.
b) Además, sumamos a nuestra misión el esfuerzo por proveer a la Arquidiócesis de los recursos eco-
nómicos necesarios para evangelizar y continuar las obras de solidaridad cristiana. Esto se logra
mediante los aportes laborales mensuales y voluntarios, realizados por descuento directo a los traba-
jadores y a los servidores públicos que se afilian a la fundación.

e. CAPELLANÍA PARA LA FUERZA PÚBLICA


Cuenta en la Arquidiócesis con 3 sacerdotes capellanes de la Policía Nacional, 2 del Servicio Aeronaval,
y otros 2 del SPI y SENAFRONT.
Su labor pastoral ordinaria incluye asesoría, formación y celebraciones, preparación para los sacramentos
de iniciación y matrimonio.
C. SERVICIOS PASTORALES
1.Catequesis
A. LA SECCIÓN DE CATEQUESIS del Arzobispado dirige y orienta los procesos catequéticos en la Ar-
quidiócesis, promueve y acompaña la formación y el desarrollo de la educación en la fe y ofrece recursos/
materiales para los diversos niveles, incluida la catequesis de adultos. La Escuela parroquial de catequistas
(ESPAC) ofrece diversos cursos de formación para catequistas, cuya adecuada preparación es sin duda
un reto importante; así como: el apoyo de los párrocos a la labor catequética, el establecimiento de un
proceso catequético continuado y de inspiración catecumenal y la superación del concepto de catequesis
como preparación para el sacramento y no para la vida .
B.LA CATEQUESIS FAMILIAR funciona desde hace 10 años en 32 parroquias, con el objetivo específico
de evangelizar el núcleo familiar. La dificultad de involucrar a la familia como principal responsable de la
educación cristiana de los hijos es el principal reto de los párrocos, parejas guías y jóvenes animadores que
trabajan en la catequesis familiar, para el crecimiento de la vida de fe y el trabajo evangelizador en equipo.
2. Pastoral de las celebraciones litúrgicas
Recientemente se publicó el Directorio de Pastoral Litúrgica de la CEP para una mejor orientación de las
celebraciones y con algunas normas concretas. En algunos casos ha habido problemas en su aplicación,
por falta de estudio del Documento, situaciones particulares u otros motivos..

Las personas que están en situaciones irregulares constituyen un problema no resuelto para participar ple-
namente en la celebración de los sacramentos.

Las celebraciones litúrgicas son realizadas por presbíteros, diáconos y delegados laicos. En general, las
celebraciones de la liturgia les ocupan la mayoría del tiempo; en zonas urbanas con gran frecuencia de ho-
ras, mientras que en las zonas rurales el número de celebraciones y accesibilidad para el pueblo es menor.
El Existen departamento de Liturgia de la Arquidiócesis promueve la formación de los distintos ministerios:
Grupo de liturgia, lectores y salmistas, coros, ministros extraordinarios de la comunión, monaguillos…
3. Servicios de pastoral social
La Pastoral social arquidiócesana (Pastoral social-Caritas) es la conciencia de la Iglesia que despierta y
reaviva el compromiso social de toda comunidad cristiana; es la opción para que toda la comunidad viva
el compromiso de Jesús con los más pobres y cumpla la voluntad de Dios Padre en el aquí y ahora de la
historia.
Su objetivo es organizar la pastoral social en todos los niveles y estructuras de la Arquidiócesis con medios
permanentes y adecuados, para dar a la vivencia de la caridad cristiana la coherencia y eficacia necesarias
y practicar la ayuda fraterna.

PROGRAMAS DEL DEPARTAMENTO DE PASTORAL SOCIAL:


1. Programa de formación y campañas: Campaña cuaresmal, Curso anual de pastoral social,Visitas a
las parroquias que así lo soliciten, Reunión mensual de coordinación
2. Programa de Adulto Mayor
3. Programa de Emergencias y Ayuda Humanitaria
4. Programa de Promoción Humana y Microempresarios
5. La Pastoral del Turismo

COMISIÓN DE JUSTICIA Y PAZ


Es un organismo que tiene como finalidad promover la justicia y la paz en la sociedad, basada en el Evan-
gelio y en la Doctrina Social de la Iglesia, mediante la investigación de la realidad y la incorporación del
pueblo de Dios a la acción social. Labora con los siguientes cuatro ejes de trabajo:
➢ Promover un desarrollo económico con Equidad y Justicia Social
➢ Fomentar la participación ciudadana de los grupos populares con conciencia crítica
➢ Promover una administración de justicia independiente, expedita e imparcial
➢ Fomentar el respeto y el cuidado de los bienes de la creación
La Comisión presta un inestimable servicio a la Iglesia y el pueblo de Panamá, siempre trabajando por los
derechos humanos y ayudando a los más desfavorecidos. Ha participado en los diversos procesos de me-
diación en que ha sido solicitada la intervención de la Iglesia para resolver serios conflictos sociales. Y ha
promovido la firma del Pacto ético electoral, capacitando miles de observadores electorales voluntarios.

PASTORAL PENITENCIARIA
La Iglesia católica sólo dedica un 1% de sus agentes de pastoral a la promoción misionera y atención a
los centros penitenciarios. La consecuencia es que difícilmente se logra dar en los centros carcelarios una
asistencia constante y sistematizada o que sólo se hace para un grupo reducido de internos.

La labor que realiza en la Arquidiócesis la Pastoral penitenciaria se centra en: Celebración de la Eucaristía
y los sacramentos, Catequesis de Iniciación cristiana, Acompañamiento espiritual de los internos y sus fa-
miliares, Ayuda humanitaria (útiles de aseo, medicamentos, ropa, alimentos…), Rehabilitación mediante
cursos de estudio y talleres de manualidades, Orientación y tramitación de asistencia legal, Enlace entre
los privados de libertad y los diferentes organismos del Estado y las respectivas Embajadas, Ayuda a en-
fermos crónicos y Especial atención a las personas que no reciben visitas

PASTORAL DE LA SALUD
En relación con los enfermos y su atención, los agentes de pastoral que colaboran en esta área suelen ser
adultos mayores voluntarios. Además de otros grupos parroquiales, representantes de 38 a 40 parroquias
reciben formación quincenal en la Arquidiócesis. Se celebra anualmente un Congreso de pastoral de la
salud y se atienden grupos de médicos y personal sanitario.

PROMOCIÓN DE LA MUJER
Ejecución de programas y proyectos de capacitación, formación religiosa o pastoral, salud, nutrición,
desarrollo comunitario, organización de mujeres … : Desaparecida la Federación de Mujeres Católicas
(1963-98), otros organismos e instituciones trabajan en este campo: Caritas y Pastoral social, Madres
maestras….

ECOLOGÍA Y PROTECCIÓN DEL AMBIENTE


Los proyectos de hidroeléctricas y minería (sobre todo en las Comarcas indígenas y en las comunidades
campesinas de Veraguas) han sido fuente de serios conflictos sociales. Menos conocido pero también gra-
ve es el tema de la deforestación y destrucción de manglares (Darién).
En muchas comunidades existe confusión y temor, presiones y manipulaciones. El periodo 2010-2012 fue
especialmente conflictivo. La manera impositiva de gobernar y legislar dio origen a numerosas protestas
y manifestaciones, violentamente reprimidas y con varios muertos y numerosos heridos, sin nadie ha sido
juzgado ni condenado por tales hechos.
En todos estos casos, la Comisión de Justicia y paz y el Arzobispo de Panamá han intervenido reclaman-
do diálogo para una solución justa y pacífica, efectuando una eficaz tarea de mediación y apoyando a las
víctimas, en colaboración con las Diócesis y Vicariatos directamente afectados.
Además de las declaraciones de los Obispos, diversos grupos, comunidades e instituciones católicas ha
mostrado su preocupación por el medio ambiente, apoyando y participando en movilizaciones y protestas
públicas, realizadas también en Panamá capital.

4. Misiones

OBRAS MISIONALES PONTIFICIAS


Fomentan la conciencia y la espiritualidad misionera, animan la celebración del Domund y trabajan con
grupos de Infancia Misionera y Juventud misionera, presentes en 45 parroquias.
COMISIÓN NACIONAL DE ANIMACIÓN MISIONERA (CO.N.A.M.)
En la Arquidiócesis de Panamá, la Comisión apoya en la formación de misioneros en las parroquias que
lo solicitan, impartiendo semanalmente Círculos de Formación. Además, colabora con actividades de for-
mación permanentes en la Policía del área metropolitana, Ofrece Campamentos Juveniles dirigidos a los
jóvenes de confirmación de diversas parroquias, y mantiene el comedor Santa Teresita (obra social para la
alimentación de 50 niños/as. Atiende grupos parroquiales y apostólicos que solicitan servicio en el centro
para retiros espirituales y formaciones.

COMISIÓN ARQUIDIOCESANA PARA LA MISIÓN CONTINENTAL

Los cursos de formación, los retiros misioneros y la elaboración de material de formación fueron las ac-
tividades más importantes de la Comisión, presente de alguna manera en todas las parroquias, para acom-
pañar durante los años 2009-2010 el proceso de la Misión Continental en la Arquidiócesis, estructurado
en las tres fases de formación, misión y celebración.
5. Pastoral educativa católica

La sección de Pastoral educativa de la Arquidiócesis tiene tres opciones: Evangelización integral y perma-
nente (acompañamiento a los miembros de la comunidad educativa en su proceso permanente de conver-
sión para que a la luz del evangelio asuman responsablemente su misión evangelizadora en la escuela, la
familia y su comunidad); Formación integral de los agentes de pastoral (actualización y profundización
del Educador en su vocación: Seminario de formación integral, con Educadores de colegios particulares y
oficiales); Colaboración en la pastoral de conjunto (distribución de materiales, programa radial, jornadas
y encuentros de pastoral educativa..).
(No hay datos de pastoral universitaria)

6. Espiritualidad, movimientos de espiritualidad


a. Grupos, Movimientos de espiritualidad y apostolado presentes en la Arquidiócesis (con muy diversas
características, estructuras y actividades)
Apóstoles de Jesús y María
Camino neocatecumenal
Comunidad Católica Fuerza de Dios
Comunidad Magnificat
Comunidad Siervos de Cristo Vivo
Cursillos de Cristiandad
Encuentro Católico para novios
Encuentro Familiar
Encuentro Matrimoniales
ESCOGE - Programa Inter-Parroquial
Fraternidad Cristiana de Personas Enfermas y con Discapacidad (FRATER)
Legión de María
Misioneros de Jesús
Movimiento Divina Misericordia y María Rosa Mística
Movimiento Los Focolares
Movimiento Familiar Cristiano
Organización de Madres Maestras y Padres Maestros – Jardines de Párvulos
Pastoral de Medios de Comunicación en La Roca
Renovación Carismática – Pastoral Renovación en el Espíritu
Semper Gaudens
Talleres de Oración y Vida

D. PASTORAL MINISTERIAL
AGENTES DE PASTORAL
Aunque las cifras exactas son difíciles de establecer por las continuas variaciones, la Arquidiócesis cuenta
aproximadamente con 150 sacerdotes, de los cuales 84 son diocesanos y el resto religiosos, 60 Diáconos
permanentes y 290 religiosas.
El número estimado de laicos que prestan sus servicios en el trabajo pastoral de la Arquidiócesis es aproxi-
madamente de 30,000 a 35,000, de diversos niveles de formación y profesiones: jóvenes que participan de
los grupos Juveniles, catequistas, de diversos niveles, participantes en pastoral familiar, litúrgica y social,
secretaría, colaboradores…
La FEPAR es el ente que aglutina el trabajo conjunto de los religiosos y religiosas de Panamá. Está ads-
crita a la Conferencia Episcopal y a la Conferencia Latinoamericana de Religiosos y Religiosas (CLAR).
Su Objetivo General es: Fortalecer el trabajo conjunto de las congregaciones religiosas, femeninas y mas-
culinas, presentes en Panamá; tanto en el aspecto espiritual como el pastoral. Para apoyar el trabajo de la
Iglesia local en pro de la construcción del Reino de Dios.
La Vida Religiosa Panameña tiene una participación activa en la dinámica pastoral de la Arquidiócesis.
Ya sea desde los proyectos particulares, que se pueden incluir en dos categorías esencialmente: centros
de formación formal (escuelas, colegios, párvulos, institutos, etc) y centros de promoción humana y so-
cial (atención psicológica, ancianos, niños, niñas, mujeres, etc). O insertos en los trabajos pastorales de
las Parroquias o Centros de formación y promoción humana regidos por la Arquidiócesis. En total, los
religiosos/as presentes en Panamá pertenecen a unas 40 congregaciones (femeninas y masculinas) con un
número aproximado aproximado de 350 religiosos y religiosas.

SEMINARIO MAYOR SAN JOSÉ


Forma actualmente a 65 seminaristas, de los cuales 28 pertenecen a la Arquidiócesis de Panamá. Cuenta
con un cuadro docente de 52 profesores (laicos, religiosos y sacerdotes) y está dirigido por un Equipo de
formación compuesto 4 sacerdotes.
El modelo de caridad pastoral de nuestro Señor Jesucristo, buen Pastor, es el ideal de todo auténtico sa-
cerdote y pastor. La formación pastoral del seminarista incluye por eso la educación para la opción prefe-
rencial por los pobres, tal y como lo entiende la Iglesia, y la comprensión del sentido global de su misión.

CENTROS DE ESTUDIOS TEOLÓGICOS

a. Instituto de formación de agentes de pastoral

Desde los tiempos de Mons McGrath, el Instituto Teológico Pastoral (ITEPA) desarrolló una benemérita
labor de formación de catequistas y otros agentes de pastoral, como instancia de formación básica de la
Arquidiócesis.

A partir de enero de 2013, continuando y ampliando la labor realizada por ITEPA, se crea El INFAP
(Instituto de Formación de agentes de pastoral), dirigido a todo bautizado que quiera prestar un servicio
específico a la comunidad parroquial y a la Iglesia Universal y quiera superarse mediante la formación
permanente.
Su objetivo brindar la formación a la mayor cantidad de laicos comprometidos en cada parroquia. El pro-
grama está diseñado para que a partir de un año introductorio, permita el acceso a las diversas instancias
formativas ya existentes: Biblia, Catequesis, Diaconado permanente… y la posibilidad de ingresar a una
carrera específica en la USMA. Consta de cuatro módulos de dos materias cada uno. 24 horas presenciales
cada materia, distribuidas en 8 semanas, con tres horas semanales cada materia.
Este año, se llevó el programa a varios sectores o sedes, en los que se abrieron 6 grupos. También se
ofrecieron cursos en el Centro Penitenciario La Joya.
b. Asociación Bíblica arquidiocesana

La Asociación Bíblica Católica Arquidiocesana (ABCA), es un movimiento sin fines de lucro que nació
hace 23 años, organizada para leer, estudiar, proclamar, celebrar y anunciar la Palabra de Dios en las di-
ferentes comunidades.
Dirige el Centro de Formación Bíblica (CEFOBI), que tiene entre sus responsabilidades la Escuela de
Formación Bíblica (EFB) y los Cursos Especiales de Biblia (CEB), además de las formaciones en parro-
quias. Cuenta con un consejo académico y un equipo de facilitadores calificados integrado por sacerdotes,
diáconos religiosos y lacios. Este centro educativo está afiliado, por medio de la Arquidiócesis de Pa-
namá, a la Federación Católica de Centro de Formación Bíblica de México (FECCEFOBI) que garantiza
todo su apoyo y aval.

c. Universidad Santa María La Antigua (USMA)

La ya casi cincuentenaria Universidad católica de Panamá, “a través del cultivo de la Teología en diálogo
con las diferentes ramas del saber humano, contribuye a la evangelización de la cultura y a la encarnación
plena de la vida del Pueblo de Dios en la realidad contemporánea” (Estatutos, art.2).

Ofrece a todos los estudiantes, en cualquier carrera en la que deseen formarse, una formación integral
cuyo modelo pedagógico está construido desde la perspectiva cristiana. Desarrolla un programa de Pasto-
ral universitaria (Capellanía). Y se proyecta al servicio de la Iglesia y la sociedad panameña apoyando al
Seminario Mayor San José; desarrollando programas de formación de laicos, profesores de religión y diá-
conos permanentes; y constituyéndose en espacio de diálogo para el nuevo escenario político, impulsando
y siendo l custodia de los Pactos ético-electoral Santa María la Antigua I y II. Ha propiciado el diálogo
en diversos temas de interés nacional, organizando debates, discusiones y conversatorios entre candidatos
políticos, sobre decisiones en torno al Canal de Panamá, sobre proyectos de ley, etc.

E. ESTRUCTURAS PASTORALES
En el organigrama adjunto se pueden apreciar las estructuras arquidiocesanas al servicio de la comunión y
participación en sus distintos niveles: Estructuras de propuesta y diálogo, Estructuras de decisión, Estruc-
turas de conducción y coordinación, Estructuras de actuación e implementación.
Economía para la acción pastoral
La vida y la acción pastoral de la Arquidiócesis se mantiene gracias a la generosidad de los católicos pa-
nameños. La principal fuente de recursos proviene de la “Campaña de promoción”, establecida por Mons.
Marcos G. McGrath en 1976 con un doble objetivo : Evangelización (Asambleas vecinales) y Promoción
(recolección de fondos por medio de alcancías) la cifra recaudada este año por la Campaña en las parro-
quias y colegios católicos fue de 1.215.347 balboas
Estructuras físicas
Normalmente, cada Parroquia tiene, además del templo parroquial, centros de formación o salones y ofi-
cina. La mayoría tiene otros templos o capillas (unos 500 en total en la Arquidiócesis). También poseen
vehículos de transporte, equipos de computación y otros medios técnicos (telefonía celular, data show,
equipos de sonido, etc.)
Además de los 2 edificios que componen la Curia Metropolitana, la Arquidiócesis cuenta con 3 Colegios,
una Universidad (USMA), Seminario Mayor, un Centro de acogida para enfermos de VIH-SIDA (Casa
Hogar Buen Samaritano) y otro para Acogida de Migrantes.
Medios de comunicación social arquidiocesanos
-1 Canal de Televisión: - Canal 5 (FETV 5)
- 1 Semanario Nacional informativo (Panorama Católico)
-1Radio Emisoras: - Radio Hogar en A.M
-1 Pagina WEB www.arquidiocesisdepanama.org
Es posible y frecuente la utilización de otros medios, religiosos (Radio María) o privados (Cadenas de TV
y Emisoras radiales).

F. RELACIONES EXTERNAS
1. Relación con estructuras / organismos dentro de la misma Iglesia (a nivel de Provincia Eclesiástica,
Nunciatura, CELAM, Santa Sede…)
La Arquidiócesis de Panamá es la Metropolitana del resto de las Diócesis de la República. Panamá capital
es sede de la Conferencia Episcopal Panameña y de la Nunciatura Apostólica: con ambas la relación es
fluida y positiva. Actualmente existe un proyecto gubernamental de reubicación de la Nunciatura que ha
originado ciertas críticas.
Tanto el Arzobispo como el Obispo auxiliar han sido o son miembros de algunas de la Comisiones o De-
partamentos del CELAM. El SEDAC (Secretariado Episcopal de América Central) eligió recientemente
como Presidente y Secretario, respectivamente, para el próximo período Mons. José Domingo Ulloa OSA
y Mons. Pablo Varela.
2. Relación con estructuras / organismos gubernamentales
Tanto el Gobierno como la oposición, además de otros grupos sociales, piden con frecuencia la mediación
de la Iglesia (Arzobispo, Comisión de Justicia y Paz, representantes designados…) en caso de conflictos
sociales.
En general, los organismos gubernamentales y especialmente algunos Ministerios se muestran anuentes a
colaborar con la Iglesia católica. Puede decirse que la relación con el Gobierno es buena, de mutuo respe-
to, aunque lógicamente hay fricciones ocasionales por cuestiones concretas o ante las ocasionales críticas
por parte de la Iglesia a la gestión gubernamental.
3. Relación con otras confesiones religiosas cristianas y con religiones no-cristianas
No existen conflictos serios con otras confesiones cristianas ni con otras religiones (judaísmo, musulma-
nes, hinduismo…).
Las relaciones con las Iglesias cristianas “históricas”, que participan también en el Consejo Ecuménico, es
buena y positiva. Otros grupos más sectarios mantienen siempre una actitud más hostil, pero sin grandes
enfrentamientos.

LISTA FINAL (COMPLETA) DE TODOS LOS PROBLEMAS DE TODAS LAS ÁREAS

PASTORAL DE MULTITUDES
• Se mal entiende esta Pastoral de Multitudes. Se confunde con una “pastoral de religiosidad popular”,
o con una “pastoral de masas”
• Se desaprovecha el uso de esos enormes espacios que brinda la rica religiosidad popular que tiene
nuestra Arquidiócesis, para integrar ese conjunto de bautizados y de personas de buena voluntad,
en un camino común de fe, y de evangelización permanente.
• Las acciones de religiosidad popular se quedan, generalmente, en tradiciones culturales y frías de-
vociones.
• Algunos sacerdotes no ven con muy buenos ojos las expresiones de religiosidad popular
• A veces, la gente le da más importancia a estas tradiciones, que a los sacramentos
• Se crea apertura de la gente al fanatismo religioso
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PASTORAL FAMILIAR
• Los contenidos temáticos de las catequesis prematrimoniales, muchas veces no responden ya a la
situación actual que viven nuestras familias
• Con tristeza notamos el incremento de las situaciones irregulares de las parejas, que exige con prio-
ridad, acciones pastorales de acompañamiento y orientación
• La mayoría de las parroquias no cuentan con una Pastoral Familiar debidamente estructura y or-
ganizada
• La sociedad y los medios masivos de comunicación, fomentan conductas contrarias a los valores
familiares; y es tal la fuerza de persuasión, que debilitan las pocas iniciativas pastorales a favor de
las familias
• La pobreza, el desempleo, la inseguridad en las calles, el problema de transporte, la complicación
de los horarios laborales, hacen cada vez más difícil la incidencia de la Pastoral Familiar en las
parroquias
• Se cuenta con muy poco, o casi nada, asesores profesionales laicos capacitados que apoyen progra-
mas de atención familiar
• En el seno de las familias encontramos serios problemas
• Alto índice de madres solteras, ausencia de los padres en el hogar, incremento de divorcios o se-
paraciones, muchas parejas en unión libre, matrimonios a corta edad e improvisados, embarazos
prematuros
• La drogadicción está presente en muchos hogares, así como la violencia intrafamiliar, especialmen-
te el maltrato a la mujer y a los niños. El número de infantes y niños golpeados y/o quemados es
alarmante, así como también de abuso sexual
• Presencia de la pornografía, prostitución infantil y de jóvenes
• El crecimiento del alto costo de la canasta básica y artículos de primera necesidad, crea frustracio-
nes y angustia en las familias
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COMUNIDADES ECLESIALES DE BASE

Como en casi toda América Latina, las Comunidades eclesiales de base (CEBs) tuvieron en Panamá un
período de fuerte florecimiento, fueron miradas a veces con recelo, para ir decayendo después progresiva-
mente. A pesar de ser una de las opciones de la Iglesia panameña, su presencia y su importancia pastoral
no son tan importantes como debieran.
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PASTORAL JUVENIL
• La Pastoral Juvenil se reduce a los pocos jóvenes y adolescentes que responden a un llamado parro-
quial
• Los grupos juveniles parroquiales, excelentes para socializar, no logran una conversión real que
originen un compromiso cristiano
• Se carece de un proceso sistemático de evangelización, acompañamiento y organización pastoral
• Falta liderazgo juvenil, creatividad y estrategias efectivas para la atracción de jóvenes
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PASTORAL INDÍGENA
• Ni la sociedad ni la Iglesia comprenden el desafío de los pueblos indígenas y, menos el de la migra-
ción indígena a la Ciudad de Panamá
• La Pastoral Indígena atiende solo a la comunidad de los Gunas, y quedan desatendidos el resto de
los grupos. Pero, a nivel de algunas parroquias atienden a los Wuannan y a los emberá sin tener
articulación con la pastoral arquidiocesana
• Escasez de recurso humano y a tiempo completo para dar atención a los grupos indígenas
• Debilidad para transmitir los valores espirituales y culturales a las nuevas generaciones
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PASTORAL AFRO

• Altos niveles de violencia familiar, drogadicción y prostitución, parecen tener mayor incidencia en
las comunidades afro-panameñas
• Los estereotipos que los caracterizan como delincuentes, indolentes, mendigos, con baja auto-es-
tima y con poca intención de superación, parece justificar su poca presencia en cargos de decisión
del sector público y privado
• Poca participación de los sacerdotes afro-panameños, en la Pastoral Afro
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PREVENCIÓN DE DROGAS
• Alto índice de toxicomanía
• Tráfico y comercialización de drogas intensivo
• Explotación de la fragilidad de personas indefensas
• Destrucción de la familia por los efectos de la droga
• Dignidad humana pisoteada
• El problema de la droga no reconoce fronteras, ni geográficas ni humanas

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CAPELLANÍA DE LA FUERZA PÚBLICA
Dificultades propias de la “cultura castrense” frente a los valores cristianos. Necesidad de clarificar
siempre el sentido de la presencia de la Iglesia y sus ministros en este campo. Recelo social ante una
posible “militarización” de la Fuerza pública.
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CATEQUESIS
• Escasez de catequistas mejor formados; y poca conciencia de compromiso en algunos de ellos
• Falta de dedicación o atención de los párrocos en la formación de sus agentes de pastoral
• En la mayoría de la parroquias se maneja el concepto de que la catequesis prepara el sacramento
y no para la vida
• Catequesis muy teórica, y no se usan métodos modernos
• Falta de compromiso, desinterés e inconsciencia de muchas padres y madres de familia para vivir
su fe, para orientar a sus hijos, y para asistir a la formación ofrecida en las parroquias
• La exigencia que se pone a los padres y madres de familia en la catequesis familiar, causa fuga
hacia las parroquias que ofrecen catequesis tradicional
• No existe unificación de criterios pastorales en el itinerario de catequesis en las parroquias
• Se teme al compromiso que supone la catequesis familiar, la formación de adultos, y una catequesis
parroquial bien organizada
• La mayoría de las parroquias no brindan ayuda económica a los catequistas para la adquisición de
materiales didácticos, bibliográficos; para cursos de formación, y para transporte
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PASTORAL LITÚRGICA
• Indiferencia de mucha gente a la Eucaristía y otros actos litúrgicos
• Débil formación de agentes de Pastoral Litúrgica
• Poco interés de párrocos a las inquietudes litúrgicas, y a promover los cursos de formación litúrgi-
ca para los laicos
• Falta de unificación y coordinación de la Pastoral Litúrgica
• Escasez de sacerdotes ante la abundancia de necesidades y demanda de los servicios
• Rutina y monotonía en algunas celebraciones

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PASTORAL SOCIAL

• Falta una pastoral orgánica


• Una visión dualista de la vida, por lo que muchas personas y movimientos en la Iglesia promueven
una espiritualidad desencarnada
• Falta de una conciencia crítica en el pueblo, frente a los grandes problemas que afectan a la nación,
y poca participación en las organizaciones sociales
• Muchas parroquias se quedan con una pastoral social asistencialista, con poca incidencia en los
grandes problemas sociales que afectan al país
• Aún no se ha logrado una total coordinación/integración con Cáritas Arquidiocesana
• Falta una Pastoral Penitenciaria organizada y estructurada, con programas integrales de evange-
lización y promoción social
• No hay conciencia religiosa hacia los privados de libertad. La Iglesia Católica sólo dedica 1% de
sus agentes pastorales a la promoción misionera y atención a los centros penitenciarios
• Problemas concretos de acceso a los internos por parte de los agentes de pastoral penitenciaria
• Muy escasa formación en la Doctrina Social de la Iglesia en los agentes de pastoral y en la mayoría
de los católicos
• Hace falta una clara opción por los más pobres, y una mayor conciencia del valor de la solidaridad
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MISIÓN
Resulta difícil pasar del concepto tradicional de misión o misiones a la propuesta formulada en Apa-
recida de una “Iglesia en estado de misión permanente .Falta de dinamismo misionero y resistencia al
cambio por parte de algunos sacerdotes y comunidades.

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PASTORAL EDUCATIVA
• Los padres de familia, primeros educadores, por sus compromisos laborales no organizan el tiempo
para dedicarse a sus hijos
• Muchos docentes, producto de esta sociedad que se debate en una cultura consumista y materialista,
acceden al sistema educativo sin poseer una real vocación educativa
• A los administrativos se les ha multiplicado sus tareas y han descuidado la supervisión a los docentes
• Los estudiantes han sido absorbidos por distractores tecnológicos, con los cuales, la escuela aún no
puede competir
• En las políticas educativas del Estado, se observa que cada gobierno trae sus propias innovaciones,
sin darle seguimiento a las ya existentes. Priman los intereses partidistas, gremialistas y personales
por encima del beneficio de la sociedad
• Niños y jóvenes excluidos de la educación gratuita y obligatoria, y deserción de estudiantes en todos
los niveles
• Cada año, aumenta la cantidad de fracasos
• En la Pastoral Educativa, se presenta una falta de fe adulta en los docentes, que impide el llamado al
compromiso de bautizados, a ser discípulo misionero de Jesucristo
• Gran porcentaje de párrocos que no se interesan en comunicarse con las escuelas de sus parroquias
• La burocracia estatal dificulta que las invitaciones a las direcciones de los colegios, sean atendidas
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ESPIRITUALIDAD Y MOVIMIENTOS
Los distintos carismas, grupos y movimientos están llamados a enriquecer con su espiritualidad a toda
la comunidad cristiana, pero no siempre es así. A pesar de los esfuerzos de la “Comisión Arquidiocesana
de Laicos y Laicas” , la coordinación entre ellos es una tarea pendiente todavía. Se dan además algunas
actitudes de cerrazón, elitismo y exclusivismo, contrarias a la eclesiología de comunión
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PASTORAL MINISTERIAL
En conjunto: Escasez de agentes de pastoral, a veces de edad avanzada y cansados por las múltiples
ocupaciones.
Laicos: “Siempre los mismos en todo, cada vez más mayores”, fue la evaluación hecha en la Asamblea
de pastoral, que expresa acertadamente el problema principal en este aspecto . Hay además un peligro de
tendencia al clericalismo, que es también un problema.

Diáconos: Necesidad de aclarar la identidad y funciones del diácono permanente y de revisar su forma-
ción, aspectos que fueron descuidados en los últimos años.

Vida consagrada: Necesidad de fortalecer y reorganizar la FEPAR al servicio de la espiritualidad y pro-


yección pastoral de los religiosos y religiosas.
Seminario Mayor: La tarea formativa en el Seminario ha sido siempre difícil. Más en estos tiempos,
cuando la sociedad actual está inmersa en un ambiente consumista; y los jóvenes son bombardeados por
la tendencia a lo más novedoso, lo más atractivo, aquello que más sensaciones despierte. Pero tampoco
se puede convertir el Seminario en una “burbuja” aislada de la sociedad ni de los problemas y desafíos
pastorales de la Iglesia.
La diversidad cultural de los seminaristas, cierta tendencia al clericalismo e insuficiente aplicación al
estudio son otros de los problemas o deficiencias señalados al evaluar el Seminario.

Sacerdotes diocesanos :en su mayoría, tienen una parroquia bajo su pastoreo; y se les asignan tareas
adicionales. Van entrando en una gran demanda pastoral que produce agotamiento, dejando poco tiempo
para su formación continuada. Con poca espiritualidad y poca disposición para el estudio, con el riesgo
de caer en una especie de sacerdote “funcionario”

Centros de estudios teológica : A pesar del esfuerzo realizado desde hace muchos años, el nivel de for-
mación teológica deseado no es fácil de alcanzar. Hoy influye mucho, para las actividades y cursos pro-
gramados, los condicionamientos externos (tiempo, trabajo, transportes, tranques, temor a la noche…) y
a veces también la falta de interés de algún sector del clero, religiosos y laicos.

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ESTRUCTURAS PASTORALES
Actualmente se trabaja en mejorarlas, superando dos problemas fundamentales: las deficiencias de co-
ordinación y comunicación, y la excesiva centralización en la Curia de muchos servicios pastorales, con
poca presencia en las Vicarías.
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ECONOMÍA PARA LA ACCIÓN PASTORAL
Falta mucho para llegar a una economía solidaria y de comunión. Hay diferencias entre comunidades/
parroquias pobres y ricas, abusos en los estipendios, etc.
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FACILIDADES FÍSICAS Y SERVICIOS TÉCNICO-PASTORALES
Los centros de culto existentes son insuficientes, especialmente teniendo en cuenta el crecimiento acele-
rado de la ciudad de Panamá, con nuevos condominios y barriadas en las que no hay un lugar apropiado
para la acción pastoral de la Iglesia. Esto plantea el problema de la necesidad de nuevas parroquias,
revisión de límites parroquiales, distribución del clero, programas de atención pastoral a comunidades
sin templo, etc.
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MEDIOS DE COMUNICACIÓN
• Escasez de personal y presupuesto para llevar adelante todo el trabajo de divulgación de la oficina de
Comunicación y Prensa.
• La Carencia de un Vicario Episcopal para las Comunicaciones y de una Comisión Arquidiocesana de
Pastoral de Comunicación
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III. MODELO IDEAL
La Iglesia que soñamos

IDEA FUERZA

El pueblo de Dios que peregrina en la Arquidiócesis de Panamá

es casa y escuela de comunión en el Señor abierta a todos,

con una atención preferencial por los pobres;

Iglesia discípula y misionera,

con un servicio compartido desde los ministerios, dones y carismas,

a través de una pastoral orgánica y de conjunto;

que camina en la esperanza y construye el Reino de Dios

en justicia, fraternidad y solidaridad,

bajo la protección de Santa María de la Antigua


El pueblo de Dios que peregrina en la Arquidiócesis de Panamá
La Arquidiócesis de Panamá es una IGLESIA LOCAL. No es simplemente una “parte” de la Iglesia, es la
Iglesia que está presente en este lugar (la Arquidiócesis panameña). Somos nosotros (la Iglesia eres tú), el
pueblo de Dios, la comunidad de todos los que estamos unidos en “una sola fe, un solo bautismo, un solo
Dios y Padre”, los hombres y mujeres que, siguiendo a Jesús y con la fuerza del Espíritu, peregrinamos,
recorremos juntos el camino y la aventura de la vida cristiana.

es casa y escuela de comunión en el Señor abierta a todos


Casa donde vive la familia de los hijos de Dios, templo construido con piedras vivas donde habita el Se-
ñor. Escuela donde se aprende a compartir la fe y la vida, como aquellos primeros cristianos de Jerusalén.
Nuestra espiritualidad es y quiere ser una espiritualidad de comunión, que implica unidad y diversidad
(personas distintas unidas en un mismo amor, imagen de la Trinidad), participación en la vida y la misión
de la Iglesia (como los miembros de un mismo cuerpo), compartir fraternalmente los bienes espirituales
y materiales...

Nuestra comunión es en el Señor: nos une su Espíritu, su presencia y la fe en Él; por eso esta comunión se
alimenta en la oración y se manifiesta privilegiadamente en la celebración litúrgica, especialmente de la
Eucaristía (fuente y cimbre de la vida cristiana) y de los demás sacramentos. Y es una comunión abierta
a todos : pobres y ricos, creyentes y no creyentes, cristianos y no cristianos, cercanos y alejados. No tiene
el Espíritu de Cristo quien excluye a alguien de su amor y le irrespeta, condena y discrimina, porque el
corazón del Evangelio –como repite el Papa Francisco- es precisamente la buena noticia de que Dios ama,
acoge y perdona siempre; de que su amor y su misericordia son para todos sin excepción. La persona o el
grupo que se encierra en sí mismo, desprecia o discrimina a los demás, rompe la comunión eclesial.

con una atención preferencial por los pobres


Jesús de Nazaret pasó su vida haciendo el bien, fue pobre y vivió entre los pobres, entre ellos eligió sus
discípulos, proclamó que eran los primeros en el Reino y señaló su evangelización como signo caracte-
rístico de su misión. Así expresa Puebla su teología de la “opción preferencial por los pobres”, reitera-
damente confirmada por el magisterio de la Iglesia universal y latinoamericana y panameña. Una opción
que, para no quedar en lindas palabras y declaraciones retóricas, nos exige a todos conversión a la po-
breza evangélica y a la causa de los pobres, acciones concretas y eficaces para compartir lo que somos y
tenemos y para defender la justicia, compromiso para que las estructuras sociales y políticas no opriman
a los más pobres y estén realmente al servicio del bien común. La pastoral social, la promición humana,
la defensa de los derechos humanos, la opción preferencial por los pobres, son una dimensión esencial
y parte integrante de la misión evangelizadora de la Iglesia. Urge recordarlo en nuestros tiempos de glo-
balización y crisis económica y en nuestro Panamá (inequidad en la distribución de la riqueza, alza de la
canasta básica, machismo, problemas de salud y cárceles…). Como lo hace continuamente Francisco con
su llamado a atender a los marginados e ir a las periferias.

Iglesia discípula y misionera


Solamente una Iglesia evangelizada puede evangelizar. Está llamada por eso a ser discípula por la escucha
de la Palabra de Dios, la profundización en la tradición viva de la comunidad eclesial, la fidelidad creativa
al magisterio de la Iglesia. Y desde ahí, a ser misionera, a anunciar con obras y palabras el Evangelio: el
testimonio de vida es la primera y más importante forma de evangelizar; la preocupación por los alejados
y los bautizados no evangelizados son hoy un desafío para nuestra Iglesia; la educación en la fe de niños,
jóvenes y adultos, una tarea fundamental; el diálogo con la cultura actual y las demás religiones, con
todos los hombres y mujeres de buena voluntad, una exigencia del plan universal de salvación del Padre
Dios. En el Documento de Aparecida encontramos la mejor descripción del ideal de una Iglesia discípula
y misionera, y de sus dimensiones fundamentales: encuentro con el Señor, comunión con los hermanos,
formación para la misión, conversión pastoral para responder a la nueva realidad de América Latina y que
todos nuestros pueblas tengan vida de acuerdo al plan amoroso de Dios.

con un servicio compartido desde los ministerios, dones y carismas


Como el mismo Jesús, la Iglesia no puede pretender ser servida, sino servir: servir al Reino de Dios, y por
eso lavar los pies de sus hermanos, mirar al mundo con ojos de buen samaritano. Un servicio correspon-
sable, al que, desde el bautismo-confirmación y según su vocación específica, están llamados todos sus
miembros, que enriquecen y llevan adelante este servicio de acuerdo a los distintos ministerios (servicios
o funciones a desarrollar en la comunidad), dones (personales y según las vocaciones específicas) y ca-
rismas (formas de entender y vivir el único Evangelio). Todos somos necesarios en la Iglesia, nadie puede
ser miembro simplemente pasivo de la comunidad, todas sus estructuras tiene también que estar al servicio
del testimonio del Reino y el compromiso evangelizador que constituyen la identidad fundamental de la
Iglesia de Jesucristo.

a través de una pastoral orgánica y de conjunto


Por exigencia de la comunión y como requisito para su eficacia, la acción pastoral de la Iglesia no puede
estar marcada por la desorganización y el individualismo. La acción pastoral de la Iglesia (todo lo que
tiene que hacer hoy y aquí para cumplir su misión evangelizadora) tiene tres dimensiones fundamentales:
pastoral profética o de la Palabra (evangelización, catequesis, homilía, enseñanaza...), pastoral litúrgica
o de los sacramentos (oración comunitaria, celebraciones, Eucaristía y otros sacramentos...), pastoral
social o de la caridad (toma de conciencia, asistencia, promoción humana, cambio de estructuras...). Res-
ponde al mandato misionero del Señor resucitado (Mt 28,19-20) de hacer discípulos de todos los pueblos,
comunicar la vida de la gracia por el bautismo y demás sacramentos, y enseñar a vivir según su manda-
miento del amor.

Es preciso que las tres dimensiones se realicen de forma equilibrada, integrando las diversas acciones den-
tro de una pastoral orgánica (organizada, programada y realizada corresponsablemte con la participación
de todos y estableciendo procesos serios y evaluables) y de conjunto (con visión global, criterios comunes,
objetivos claros y acciones coordianadas). No se trata de hacer todos lo mismo y de la misma forma, pero
sí de excluir los individualismos, los grupos o comunidades cerrados en sí mismos, los “francotiradores”
aficionados a ir “por la libre”.

que camina en la esperanza y construye el Reino de Dios


Desde hace tiempo, nuestra Iglesia arquidiocesana ha querido subrayar que es una Iglesia que camina, y
que camina en la esperanza. “Somos un pueblo que camina”, como cantamos, un pueblo peregrino; una
Iglesia por eso imperfecta, a la vez santa y pecadora, que tiene que convertirse, avanzar, progresar. Olvidar
esto, creerrnos ya perfectos, rechazar cualquier cambio, instalarnos en la autosatisfacción, es empobrecer
nuestra experiencia de fe y traicionar el espíritu del Evangelio, que nos llama a ser personas nuevas, en
comunidades nuevas para una sociedad nueva.
Caminamos y peregrinamos en la esperanza. Sabemos que no caminamos solos, sino con el Señor. Y
acompañados también, por la comunión de los santos, por una multitud de creyentes que ya llegaron a la
meta (los santos) o que aún luchan como nosotros en este mundo. Es Dios quien guía a su Iglesia y quien
realiza su obra salvadora en el mundo. Pero confiar en su gracia y en la fuerza del Espíritu no puede ser una
disculpa para no hacer nada. La esperanza cristiana es activa : lucha, trabaja, camina, se esfuerza para con-
seguir la santidad de la Iglesia y construir un mundo mejor. Es un compromiso que nadie puede descuidar.
Y la meta de ese camino/peregrinación es el reino de Dios. Queremos un mundo mejor, más justo y más
humano. Pero nuestra meta va aún más allá: “venga a nosotros tu Reino”. Un Reino que no es de este
mundo, pero que ya está en medio de nosotros, y que llegará a su plenitud en la segunda venida de Cristo,
al final de nuestra peregrinación en este mundo.

en justicia, fraternidad y solidaridad


Queremos entonces que Dios reine, que se haga su voluntad en la tierra como en el cielo, que los valores
del Reino (verdad, vida, santidad, gracia, libertad, justicia, paz, amor...) se hagan realidad progresivamen-
te. Y en este mundo tan lleno de injusticias de todo tipo (sociales, económicas, políticas, judiciales...), en
el que la fraternidad y la solidaridad se destruyen con tanta frecuencia por el egoísmo, el individualismo,
el materialismo y la violencia, el testimonio y la construcción del reino de Dios pasan necesariamente
por compromisos reales y prácticos, a todos los niveles, con la justicia, la fraternidad y la solidaridad. Es
la hora de “menos predicar y más dar trigo”... Cada católico y cada comunidad tiene que interpelarse y
buscar la forma de hacer reales estos compromisos. De lo contrario, la Iglesia perderá credibilidad, la fe
se reducirá al ámbito puramente privado y devocional, la presencia y la misión de la Iglesia dejarán de
ser evangelizadoras y de tener una presencia realmente significativa al servicio de la sociedad panameña
presente y futura.

La equidad o justa distribución de bienes, la gobernabilidad y los problemas típicos de nuestra cultura po-
lítica, la lucha contra la corrupción pública y privada, la necesidad de una justicia independiente y fiable,
los múltiples problemas que aquejan a la célula bñasica de la sociedad (familia), la forma poco evangélica
de entender la autoridad y el manejo de la economía al interior de la misma Iglesia... son seguramente al-
gunos puntos de partida importantes para plantear nuestra búsqueda comprometida de justicia, fraternidad
y solidaridad.

bajo la protección de Santa María de la Antigua


Desde hace 500 años, la Virgen María, bajo la advocación de Santa María de la Antigua, ha acompañado
y protegido con su intercesión maternal el peregrinar de nuestra Iglesia. Así lo atestigua nuestra historia
pasada, y así queremos que sea también hoy y mañana.
La verdadera devoción a María, que nunca se confunde con la adoración que solamente prestamos al
mismo Dios y que siempre quiere centrarse en la imitación de sus virtudes, es característica y riqueza
de la Iglesia católica, especialmente en América Latina. Y el pueblo panameño quiere vivir así su fe y su
peregrinación, y canta por eso “Ven con nosotros al caminar...”.

CONFIGURACIÓN Y ROLES
1. Espacios de integración de las diversidades (ideal de COMUNIÓN)
La familia
Comunidad de personas: fundamentada en el amor, que se manifiesta en la comunión y la fideli-
dad, el diálogo y el respeto mutuo, el respeto a la vida, la alegría y la responsabilidad, en el testimonio de
un modelo de convivencia realmente humano.

Comunidad de fe: verdadera Iglesia doméstica en la que se ora y se comparte la Palabra, que parti-
cipa en la vida de la Iglesia (celebraciones de la parroquia, actividades...), está unida por el sacramento del
matrimonio y partipa en los demás sacramentos, es escuela y testimonio creíble de fe y valores, promotora
de vocaciones laicales y sacerdotales o religiosas, afronta con esperanza los problemas y situaciones difí-
ciles.
Comunidad transformadora de lo social: consciente y comprometida con la realidad social en que vive,
solidaria con los necesitados, que transmite los valores evangélicos y éticos educando responsablemente a
los hijos, ejemplo de unidad frente a la desintegración, protectora de la vida a nivel humano y ecológico,
involucrada en la transformación de lo político.

Las comunidades eclesiales de base


Comunidad de personas: que estén formadas por personas responsables y comprometidas (preferente-
mente por familias y de unas 30 ó 40 personas); ); que sean solidarias y creativas, dinámicas, con con-
ciencia crítica, espacio de encuentro y diálogo, abiertas a la diversidad, atrayentes para los jóvenes, en
formación permanente

Comunidad de fe: en ellas se vive y celebra la fe, meditan y llevan a la práctica la Palabra, son orantes y
centradas en Jesucristo, solidarias, obedientes al pastor y dinamizadoras de la vida parroquial, misioneras
y abiertas a los cambios de la Iglesia, ecuménicas.
Comunidad transformadora de lo social: espacio de encuentro y sana convivencia, capaces de analizar
la realidad social, comprometidas con los pobres y excluidos, críticas, agentes de cambio, defensoras de
la justicia social, interesada por el bien común, capaces de descubrir los dones que los alejados pueden
aportar para solucionar los problemas, dialogantes y reconciliadoras.

La parroquia

Comunidad de personas: Fraterna y acogedora, que valore la diversidad y respete los criterios de cada
persona, activa y viva, participativa con corresponsabilidad, sensible ante las realidades de los hermanos,
alegre y dialogante.

Comunidad de fe: Comunidad de comunidades, que convoca para la construcción del Reino; evangelizada
y evangelizadora (misionera); que vive, celebra y testimonia su fe; casa y escuela de oración, en continuo
proceso de formación y conversión; con pastoral de conjunto, organizada con un plan pastoral global y
sectorizada; signo de comunión y de esperanza, coherente en lo que se predica y se hace, sabia en la lec-
tura de los signos de los tiempos, peregrina y no de pura conservación y confort, con templos abiertos y
no cerrados.

Comunidad transformadora de lo social: Fermento de la sociedad, anima a la formación de comunidades,


servidora y defensora de los derechos de los marginados y solidaria con ellos; en diálogo con las demás
confesiones religiosas y ambientes políticos, abierta a cambios, luchadora por la justicia y la paz, forma-
dora en valores, actualizada en la tecnología.
La Arquidiócesis
Comunidad de personas: Abierta al pueblo, participativa y fraterna, cercana y acogedora, dinámica e
innovadora, servicial y sencilla, transparente, descentralizada y coordinadora de la continuidad de los
procesos, con autoridad para seguir la ejecución de las normas dadas para el bien común.

Comunidad de fe: Evangelizada y evangelizadora, en constante conversión, inculturada y misionera, fra-


terna y coherente, reconciliada (entre obispos, presbíteros, diáconos, religiosos/as, laicos), preocupada
por la renovación de las parroquias, promotora de una pastoral urbana, que incluye a los jóvenes en sus
programas y actividades patorales, con un clero en vida de comunión y obediencia, con manejo transpa-
rente de las donaciones, que redescubre la vocación y misión del laicado para hacer real la comunión y la
participación.
Comunidad transformadora de lo social: No se queda en la simple piedad y devoción, sino que de acuerdo
a Aparecida se abre a la participación de la vida social y política del país a la luz del Evangelio; no “ca-
sada” con la política ni instrumentalizada por el gobierno o unida al sistema económicamente poderoso;
forma, guía, acompaña y lanza a los laicos hacia la participación en la política; educa en la Doctrina social
de la Iglesia y fomenta la economía de comunión; promotora de la participación ciudadana y presente en
los medios de comunicación social; respetuosa del ambiente y defensora de la vida; con una pastoral de
la salud renovada.

2. Espacios de expresión de las diversidades (ideal de PARTICIPACIÓN)


Obispos
Características humanas: Pastor y padre, cercano al pueblo y a las comunidades, sensible a las necesida-
des de la gente y de los pobres, con capacidad de liderazgo y discernimiento, ecuánime y coherente, afable
y transparente, que sepa escuchar, firme y paciente, bien formado y abierto a la realidad, amigo de todos
y capaz de dialogar, está abierto a nuevas ideas.
Características de fe: Padre y amigo, especialmente de los sacerdotes y los pobres; más pastor que funcio-
nario; servidor de su diócesis; orante, místico, santo; hombre de esperanza y sensible a la realidad social;
testigo de la fe en comunión con la Iglesia universal; abierto a la conversión; defensor de la equidad y la
justicia social; misionero y misericordioso; capaz de acepter el sufrimiento; animador de la comunidad y
abierto a sus carismas.
Roles o funciones para la edificación de la Iglesia: Cumple su triple función de santificar, enseñar y go-
bernar a su pueblo; es signo de unidad y compromiso, que congrega, anima, confirma en la fe y comparte
la misión con su pueblo; promueve una Iglesia sencilla y cercana a la comunidad; conoce la realidad de la
Iglesia y del país; tiene especial atención (opción preferencial) por los pobres; promueve la unidad de la
diócesis, aprobando, dando seguimiento y evaluando los planes y programas pastorales; promueve las vo-
caciones sacerdotales, religiosas y laicales, preocupándose de su formación; acompaña, apoya y comparte
a los jóvenes en su camino de evangelización; hace la visita pastoral a todas las parroquias.
Sacerdotes
Características humanas: Accesible y cercano, disponible y fraterno, alegre y humilde, sociable y co-
municativo, comprometido y coherente, servicial y abierto (a la comunidad, a los cambios sociales, a
propuestas positivas...), tolerante y con dominio de sí, que sepa escuchar, responsable y prudente, crítico
pero conciliador, que cuide su salud integral y el uso de su tiempo, hombre de comunión, sin rencores,
promueve el bien común y acompaña al pueblo en sus luchas (falta de agua, vivienda, canasta básica...),
no preocupado por el dinero.
Características de fe: Experiencia de Dios (orante, espiritual, abierto al Espíritu, como Jesús...), testigo
del amor de Dios, coherente y fiel a su identidad y vocación, profeta, consagrado a Dios y los hermanos,
con espiritualidad de comunión, evangelizador, tiene sentido de pertenencia a la Iglesia (obediencia al
Obispo, fraternidad con los demás presbíteros).

Roles o funciones para la edificación de la Iglesia: Colaborador del Obispo y garante como él de la
unidad, testigo del Evangelio, formador y evangelizador, celebrante de los sacramentos (especialmente la
Eucaristía bien celebrada y la disponibilidad permanente para la Reconciliación), predicador convincen-
te, orientador (acompañante de enfermos, familias, jóvenes, grupos de oración...), visitador de hogares y
colegios, promueve el bien común, participa en la vida de la Vicaría, forma a los laicos y delega en ellos
algunos ministerios.
Párrocos
Características humanas (además de la mayoría de las señaladas para los sacerdotes): Dinámico, ma-
neja bien su carácter, conoce la realidad de su comunidad, sensible al dolor de sus fieles, es desprendido
y objetivo, promueve la superación humana, está abierto a la novedad y la tecnología, con conocimientos
administrativos, ordenado y organizado, es líder no autosuficiente y trabaja en grupo, austero, amistoso y
no prepotente.
Características de fe (además de la mayoría de las señaladas para los sacerdotes): Celo apostólico y
misionero, promotor de vocaciones en su parroquia, guarda equilibrio entre su labor pastoral y la adminis-
tración parroquial, coherente entre su fe y su vida, director espiritual y acompañante de los fieles.

Roles o funciones para la edificación de la Iglesia (además de la mayoría de las señaladas para los
sacerdotes): Fortalece la pastoral de conjunto, tiene visión de comunión en la diversidad; en comunión
con el Obispo, actúa en coordinación con la Arquidiócesis; delega y coordina, promueve la formación y la
santidad de los agentes pastorales, anima a participar a nuevos agentes en la pastoral, crea comiunidades,
permanece en la parroquia (sin largas ausencias) y está disponible para ir a donde le llamen, evalúa los
planes pastorales de la parroquia; trabaja para la formación de los laicos, la promoción de vocaciones y
fomenta las actividades de pastoral familiar.

Vida consagrada (religiosos/as)


Características humanas: Testimonio de comunión y de vida, castos y pobres, humildes y accesibles, di-
námicos y alegres, humanos y pacientes, con buena formación humana, comunicativos y con lenguaje ac-
cesible, corresponsables con los problemas sociales y comunitarios (especialmente de pobres y enfermos)

Características de fe: Hombres y mujeres de Dios, orantes y motivadores/maestros de oración, testimonio


de coherencia entre la fe y la vida, con una vida al estilo de Jesús, testigos del amor de Dios, en comunión
pastoral con el Obispo, evangelizadores, misericordiosos y solidarios especialmente con los más pobres,
más preocupados por lo social que por lo económico, fieles al carisma de su fundador pero sobre todo al
Evangelio, con conciencia crítica desde el Evangelio
Roles o funciones para la edificación de la Iglesia: Discípulos y misioneros, verdadera opción por los
pobres, participación en la acción pastoral al servicio de la diócesis, participan según su carisma en las
parroquias, inmersos en la realidad para iluminarla con la Palabra, orientadores de los laicos, promotores
de vocaciones para su congregación y para la diócesis, motivadores de unidad-reconciliación-diálogo,
corresponsables en la formación de comunidades eclesiales de base.
Diáconos permanentes
Características humanas: Fraternos y humildes en el servicio, pacientes y solidarios, ejemplo de vida
familiar, buen humor, capacitados y organizados, acogedores y comprometidos, puntuales y responsables,
creativos.
Características de fe: Hombres de oración y de Eucaristía, obedientes y con disponibilidad al obispo,
familia crsitiana ejemplar, comprometidos con la comunidad, solidarios y misericordiosos, expresan la
alegría de su misión
Roles o funciones para la edificación de la Iglesia: Trabajo en comunión y obediencia con el párroco,
cercanos a la comunidad, diversas funciones (pastoral familiar y vocacional, formación de líderes, escue-
las y hospitales, cárceles...), reconocen y viven su identidad (no son sacerdotes ni monaguillos...), agentes
de cambio en su ambiente laboral, promueven y trabajan la pastoral social (no sólo funciones litúrgicas),
reciben apoyo económico para proyectarse en la comunidad.
Laicos comprometidos
Características humanas: Humildes y sencillos, cercanos y acogedores, serviciales y abiertos, solidarios y
caritativos, dinámicos y alegres, ejemplo de vida familiar, dialogantes, agentes de reconciliación y perdón
Características de fe: Discípulos y misioneros, evangelizados y evangelizadores, servidores de Dios y del
hombre, amantes de la Palabra (lectio divina) y la Eucaristía, coherencia de fe y vida, hombres y mujeres
de esperanza, fraternos y serviciales, responsables, de fe madura (no solo emocional), dispuestos a forma-
ción constante y permanente, viven y celebran los sacramentos, actitud de servicio en la comunidad sin
buscar “poder”.
Roles o funciones para la edificación de la Iglesia: Fermento en la sociedad (sal y luz del mundo), evan-
gelizan y dan testimonio en los diferentes ambientes donde se mueven, colaboran con los pastores, sen-
tido y testimonio de pertenencia eclesial, capaces de planificación y trabajo en equipo, asumen diversas
funciones en la comunidad cristiana (pastoral social, consejos económicos y pastorales, pastoral familiar,
multiplicadores de la Palabra, catequesis y formación...), son protagonistas en lo social (economía, polí-
tica, familia...), “luz en la Iglesia, en casa y en la calle”, son solidarios con los problemas de los demás,
son agentes de cambio social.

FIN Y OBJETIVO ÚLTIMO


Objetivo último
Renovar la vida y la acción pastoral de la Iglesia local arquidiocesana bajo la acción del Espíritu Santo
y desde la espiritualidad de comunión y participación, mediante un proceso de conversión y planeación
pastoral, para ser fieles al querer de Dios y responder evangélicamente a los desafíos de la cultura y la
realidad actual de Panamá.

Fin último

Anunciar, construir y sensibilizar progresivamente en la sociedad panameña el Reino de Dios, con el tes-
timonio de palabra y de obra del Evangelio, para que la comunidad católica presente en el territorio de la
Arquidiócesis asuma y promueva los valores del Reino que Jesús enseñó y vivió.
IV. MODELO DE DIAGNÓSTICO

Es aquel que surge de una confrontación entre el Modelo de Situación y el Modelo Ideal, de la dialéctica
entre el Ideal y la Realidad. Se realiza así la evaluación de la situación presente desde el futuro deseado.

Es un momento crucial de la metodología prospectiva, el más delicado, el que tiene más carga de futuro.
Del diagnóstico aceptado, como en el caso de un médico, depende poder señalar después la terapia adecuada.

1.- FORMULACIÓN DE NÚCLEOS TEMÁTICOS

1. REALIDAD SOCIAL Y CULTURAL


La Iglesia Católica es la institución más antigua de nuestro país. Nació seis (6) años antes que la ciudad
de Panamá, y trescientos noventa (390) años antes que nuestra amada República. Esta Iglesia ha acompa-
ñado el nacimiento y del devenir del pueblo panameño, y continua siendo el ente de mayor credibilidad;
de mediadora en los conflictos nacionales.
Su situación de lugar de tránsito hizo del pueblo panameño desde sus orígenes, portador de una herencia
cultural enriquecida por los aportes de otras culturas, y su rol determinante jugando en la geopolítica
mundial ha condicionado su pasado, presente y futuro. El influjo del sistema neoliberal permea el ámbito
económico, social, político y cultural. Las ferias de Portobelo, la construcción del ferrocarril, la cons-
trucción del Canal Transístmico, e inclusive los tiempos de la guerra mundial, resultaron beneficiosos
para el movimiento económico. En la misma separación de Colombia, en 1903, tuvo mucha incidencia
lo económico y en la visión de país de los protagonistas de la creación de la República, la cual acogió las
corrientes de pensamiento político predominantes en Colombia: liberales y conservadores.
En el ámbito político, el sistema de gobierno de la nación panameña, en la práctica ha llegado a ser ex-
cesivamente centralista, lo que agrava la crisis social en todo los ámbitos; y el modelo económico y las
políticas que se aplica para promover el desarrollo equitativo y sostenible del pueblo no se aplican en la
búsqueda del bien común, sino que priman el interés personal, grupal, partidista y gremialista, por encima
del beneficio de la sociedad. La administración pública fue perdiendo eficiencia a favor del bien común
por la mentalidad creciente del clientelismo y de la mayor importancia por los líderes de partido que de la
solidez de las instituciones públicas. En ello, encontramos una fuerte causa del golpe de estado militar de
1968, que siguió con una marcada política populista; pero al mismo tiempo puertas abiertas al llamado
modelo neoliberal, que quedó adoptado por la economía del país, causando mayor inestabilidad laboral,
desempleo y subempleo. Sin embargo, la misma mano fuerte militar logró conducir un proceso de diálogo
con Estados Unidos de América respecto a la soberanía sobre el Canal Transístmico que culminó con los
Tratados Torrijos-Carter.

Aunque la recuperación de la democracia por la caída del régimen militar, como consecuencia de la dolo-
rosa invasión norteamericana el 20 de diciembre de 1989, permitió un relanzamiento de la vida política y
el sistema de partidos; la economía siguió el mismo camino anterior y muy sensible a la dinámica mundial,
por lo cual no mayor dificultad el ingreso en el mundo globalizado.
El proceso electoral anticipado para los comicios de mayo de 2014, han generado un clima de confronta-
ción y agresividad a través de los medios de comunicación y por ello que la Iglesia Católica ha propuesto
a los sectores políticos, medios de comunicación y al gobierno, la firma del Pacto Ético Electoral, y el
Compromiso Ciudadano para que los hombres y mujeres que conforman la Nación asumamos el reto de
fomentar una cultura democrática que consoliden los tres Poderes del Estado panameño y creen la cons-
ciencia de una ciudadanía que sea responsable con el devenir histórico de nuestra sociedad.
En materia educativa, el gobierno militar impulsó una reforma educativa con visos de su modernización,
pero su no buena presentación y explicación, más el recelo del poder ideológico sostenido por el régimen
imperante en Cuba y su posible influencia, generaron rechazo a esa reforma hasta lograr impedirla. Visto
con perspectiva histórica, se puede decir que al país le ha faltado por años una modernización del sistema
educativo. La tendencia de que cada gobierno trae su propia innovación sin darle seguimiento a los pro-
cesos ya existentes, generan un volver a empezar y empobrecimiento de la educación panameña: la inicia-
tiva subsidio otorgado por el gobierno a través de la beca universal no han dado respuesta al problema de
la deserción escolar y fracasos en todos los niveles.
La migración de nacionales y extranjeros agudiza el problema de la zona metropolitana creando los cin-
turones de pobrezas. Los derechos humanos de los ciudadanos son vulnerados y se da la explotación de
los más frágiles e indefensos; se le reprime políticamente y policialmente cuando luchan por su derecho
al agua, a vivienda digna, al transporte eficiente. Por otro lado, las condiciones inhumanas en que viven
muchas familias panameñas viviendo en cuartos de alquiler y en casas condenadas, u otros en áreas de
riesgo, que por los nuevos proyectos de construcción no se toman en cuenta los perjuicio que ocasionan
a lo ya existente.
Los programas de capacitación de pequeños empresarios han originan una situación de microempresas
sin garantía de futuro, sin seguridad social ni de ahorro, debido a que solo los ingresos que se generan son
para subsistir ante el elevado costo de la vida.
El debilitamiento de la justicia hace que la crisis en el sector judicial y legislativo se haga más profunda,
generando la corrupción, la impunidad en incertidumbre en la población.
2. REALIDAD ACTUAL DE LA FAMILIA
La familia en la cultura del pueblo panameño tiene todavía un fuerte arraigo e importancia como expe-
riencia relacional y de encuentro; esto se ve por ejemplo en la participación conjunta de padres e hijos en
las actividades comunitarias y eclesiales; se conserva aún la tradición de estar juntos en las celebraciones
sacramentales y la oración en el seno de la familia. Existen familias donde es posible ver la responsa-
bilidad y compromiso de padres y madres en la educación de los hijos. Por otra parte vale destacar la
preocupación de la Iglesia arquidiocesana por implementar y fortalecer la Pastoral Familiar con diversos
programas y actividades.
No obstante, se percibe una CRISIS DE IDENTIDAD EN LA FAMILIA causada entre muchos cosas
por el desentendimiento en la educación de los valores en los hijos; la gran influencia de los medios de
comunicación social que fomentan modelos de familia sin valores, con tal poder persuasivo, que logran
un influjo creciente de las culturas advenientes en detrimento de los valores personales y comunitarios,
especialmente en los jóvenes y niños que usan los TCS sin crtierios claros; la problemática ecomómica:
aumento de la canasta básica y artículos de primera necesidad, el desempleo y la pobreza, la inseguridad
en las calles, el problema del transporte, la complicación del horario laboral; sin olvidar que la mentalidad
machista todavía persiste.
La crisis de identidad afecta grandemente la dignidad y valor del estamento familiar, por lo que esta
no logra cumplir su misión entre otras muchas cosas porque los padres y madres no dedican el tiempo
necesario a la educación de sus hijos; es frecuente el ausentismo del hogar, el desinterés en unos casos, y
dificultad en otros, de transmitir formación humana, cultural, espiritual y religiosa.
Esta situación de crisis de identidad de la familia ha permitido que se registre un alto índice de madres
solteras, de parejas en unión libre, de matrimonios y embarazos improvisados y prematuros, de infide-
lidad, de divorcios y separaciones, de violencia doméstica….., a lo cual se añade, lamentablemente, la
drogadicción, pornografía, abusos de menores, prostitución, frustraciones y angustias por problemas eco-
nómicos que van teniendo fuerte impacto en los niños y jóvenes, que son las víctimas principales de esta
situación familiar, y que van en búsqueda de refugio en el uso exagerado y alienante de las redes sociales,
con casos frecuentes de ausentismo, fracaso y deserción escolar que, indudablemente compromete de for-
ma preocupante el futuro de la familia y sociedad panameña.
En este cuadro de problemática familiar vemos que la pastoral familiar encuentra, cada vez más, dificulta-
des para cumplir su misión por la mentalidad y paradigma de pastoral familiar entendida como “de pare-
ja” y según el “modelo tradicional”, por el aumento de situaciones irregulares de las familias, que exigen
que el acompañamiento y orientación sea diversificado y con contenidos que respondan a la realidad.

3. VIDA PASTORAL:
Es de reconocer que la cultura del pueblo panameño en sus diferentes ámbitos ha tenido y tiene hoy un
destacado influjo de la experiencia de fe y de la labor que la Iglesia ha hecho a lo largo de su historia: 500
años de evangelización!.
Una infinidad de muestras de esta presencia y esfuerzos podríamos anotar en cuanto a la formación en la
fe, en el compromiso social; en cuanto a la formación y celebración de la fe; en cuanto a la organización
eclesial y social; en cuanto al aporte a la problemática de las personas, familias y comunidades. Igualmen-
te es grande el elenco de Obispos, Sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas, laicos comprometidos y
comunidades cristianas que han dedicado su vida a la evangelización.
Sin embargo, este gozo no nos puede opacar el reconocimiento de que, a pesar de todos los esfuerzos rea-
lizados y de los avances logrados persisten situaciones tanto en la mentalidad como en la forma de actuar
que frenan, condicionan y desvirtúan nuestra misión evangelizadora.
Constatamos que, la resistencia al cambio por parte de algunos sacerdotes y comunidades, la mentalidad
pastoral más sacramentalista, reduccionista y parcial que no permite llegar a todas las realidades y diversi-
dades del pueblo, la poca conciencia de compromiso en algunos agentes quedándose muchas veces como
funcionarios, junto al débil interés por una formación integral y permanente; todo esto unido a la visión
dualista de la vida, al débil dinamismo misionero y a la fuerte influencia que ejerce en agentes y pueblo en
general las nuevas culturas advenientes, consumistas y alienantes, han agudizado el INDIVIDUALISMO
personal y grupal que está presente en la cultura, la DEPENDENCIA (CLERICALISMO) históricos que
genera a su vez el CONFORMISMO.
Este problema se ve reflejado tanto en la forma de pensar, de todas las personas e instituciones que somos
responsables de la misión de la Iglesia.

En cuanto a la mentalidad pastoral podemos anota como consecuencias:


• Una acción pastoral tradicional que llega a los mismos de siempre.
• La resistencia al compromiso permanente, queriendo estar los mismos en todos los servicios, con
poco acompañamiento y escasa inversión económica en la formación.
• La rutina y monotonía en algunas celebraciones
• Una comprensión errada de la religiosidad popular y la pastoral de multitudes que genera el no apro-
vechar y acompañar las diversas expresiones del pueblo, que tiene como conciencia que las expresio-
nes se quedan en tradiciones culturales y sin sentido de fe.
• El temor y rechazo al compromiso y a la toma de conciencia de lo comunitario
• La dificultad de pasar del concepto tradicional de misión a una Iglesia en estado de misión permanente.

Consecuencias en la forma de actuar o “hacer” pastoral entre otras encontramos:


• La separación entre la experiencia cristiana y testimonial de la realidad social reduciendo el compro-
miso al campo asistencial.
• Actitudes de rechazo y exclusivismo contrarias a la eclesiología de comunión
• Catequesis teórica que no usa métodos modernos
• Poco interés, especialmente en los párrocos a las inquietudes litúrgicas, a promover los cursos de
formación, a invertir en la pastoral.
• Acciones puntuales y descoordinadas que agotan y producen poco fruto

Este problema también está presente en el aspecto organizativo pastoral en los siguientes aspectos:
• Centralismo del párroco en detrimento de su identidad ministerial por el recargo de actividades y
funciones que pueden ejercer otros agentes de pastoral
• Conflicto entre las diversas instancias y actividades pastorales, económicas, de movimientos por el
afán de protagonismos
• Abuso en la recepción y manejo de estipendios en algunos agentes
• Centralismo de algunas estructuras pastorales y administrativas y ausencia de otras
• Dificultad para que todos los organismos de la Arquidiócesis se sientan plenamente dentro de la vida
pastoral (Seminario, Curia…)
• Carencia de un proyecto orgánico y dinámico de pastoral de conjunto que incluya los diversos cam-
pos pastorales y ayude a la coordinación, comunicación y diálogo entre las personas y las estructuras
2.-PROBLEMA FUNDAMENTAL

El “problema fundamental” es aquello que, de hecho, se esconde detrás de todos los demás problemas de
nuestra realidad social y eclesial. El EDAP (Equipo de Animación Pastoral) de la Arquidiócesis, después
de confrontar el Modelo de situación y el Modelo Ideal, y analizando los aportes recibidos, ha formulado
la siguiente redacción del PROBLEMA FUNDAMENTAL de la Arquidiócesis:

PROBLEMA FUNDAMENTAL:

Crisis de Identidad a todo nivel: personal, familiar, comunitario, étnico-cultural y so-


cial, agravada especialmente por el individualismo de persona y grupo que está presente
en el actuar cotidiano; por la dependencia (también en forma de clericalismo), y el con-
formismo que tienen su raíz histórica y cultural, y que en los últimos años se ve afectada
por la concepción neoliberal predominante en lo económico, político y cultural.

Crisis de fe: la Iglesia comunidad, los agentes, y la evangelización, viven también esta
situación de crisis que se manifiesta en el poco compromiso y testimonio, resistencia
al cambio y seguimiento deficiente, que impiden que la misión pastoral logre incidir
con mayor efectividad en el cambio social, y construir el modelo comunitario que Dios
quiere.

EXPLICACIÓN

A.-CRISIS DE IDENTIDAD

La palabra crisis no tiene necesariamente un significado negativo. Hay crisis nerviosas que afectan a la
salud, pero también hay crisis de crecimiento que hacen madurar física y psicológicamente. Lo que sí es
cierto es que toda crisis trae consigo una situación nueva o difícil, ante la que hay que pensar y tomar
decisiones.
En este sentido, crisis significa cambio, y es evidente que el cambio es una de las características de nues-
tra época. Un cambio tan acelerado y en tantos aspectos que ha llegado a decirse que estemos no sólo en
una época de cambio, sino incluso en un cambio de época. De hecho, todos tenemos experiencia de que
hoy cambia todo y rápidamente: las formas de comunicación, la manera de relacionarse, las ideas sobre
economía o familia, etc.
La situación de cambio puede y suele producir una crisis de identidad. Mi identidad es lo que yo soy, y los
cambios ponen en crisis esa identidad y hacen que me pregunte ¿quién soy yo realmente?
Hoy en Panamá pareciera que, ante los cambios, no sabemos muy bien qué es realmente ser persona, qué
es realmente vivir en familia, qué es realmente ser panameño, cuál es realmente nuestra cultura, cómo
debemos organizar nuestra convivencia social, cuál es nuestra identidad…
Lo que, como hemos dicho, no es necesariamente malo, pero sí exige pensar y aclarar conceptos, tomar
decisiones, qué modelo de familia, sociedad, iglesia, cultura y convivencia social queremos.
“Hoy se puede advertir en muchos agentes pastorales, incluso en personas consagradas, una preocupa-
ción exacerbada por los espacios personales de autonomía y de distensión, que lleva a vivir, las tareas
como un mero apéndice de la vida, como si no fuera parte de la propia identidad…Así, pueden advertirse
en muchos agentes evangelizadores, aunque oren, una acentuación del individualismo, una crisis de
identidad y una caída del fervor. Son tres males que se alimentan entre sí” (Francisco, Evangelii gau-
dium. La alegría del Evangelio = EG, 78).
En nuestra realidad, hay tres elementos que agravan la crisis e influyen en ella negativamente, y que tiene
su raíz en nuestra historia y nuestra cultura o estilo de vida:

Individualismo

Es la forma de pensar que antepone el individuo (cada persona humana) a la comunidad. Significa pensar
solamente en sí mismo, actuar aisladamente, rechazar el compromiso con los demás y busca los propios
intereses sin pensar en sus consecuencias para otras personas.
El individualista prefiere el “yo” al “nosotros”, con una actitud egoísta y egocéntrica, que influye negati-
vamente en las relaciones humanas, la colaboración, la solidaridad y los proyectos comunes a todos los
niveles.
No es difícil imaginar la repercusión de esta actitud en la familia, la sociedad, la comunidad cristiana, la
acción pastoral…
“Muchos laicos siente temor de que alguien les invite a realizar alguna tarea apostólica, y tratan de esca-
par de cualquier compromiso que les pueda quitar su tiempo libre… Pero algo semejante sucede con los
sacerdotes, que cuidan con obsesión su tiempo personal. Esto frecuentemente se debe a que las personas
necesitan imperiosamente preservar sus espacios de autonomía, como si una tarea evangelizadora fuera
un veneno peligroso y no una alegre respuesta al amor de Dios que nos convoca a la misión y nos vuelve
plenos y fecundos” (EG, 81).

Dependencia

Significa falta de autonomía, no ser independiente ni autónomo. No soy yo mismo sino los demás quienes
solucionan mis problemas económicos (dependencia económica), marcan mi estilo de vida (dependencia
cultural), o toman las decisiones importantes que me afectan (dependencia personal).
Naturalmente, esto es un signo de inmadurez y falta de libertad, que afecta negativamente a la persona y a
la sociedad. La dependencia suele ir unida al “paternalismo” (mi papá o el Estado resuelven y deciden, y
yo me acostumbro a ello porque es cómodo…) y con frecuencia tiene causas históricas (falta de soberanía,
influencia decisiva de otras personas o naciones en la política, la economía, la cultura).
La actitud de dependencia tiene muchas manifestaciones en nuestra realidad: la mujer debe depender del
marido (machismo), el párroco decide y hace todo sin consultar (clericalismo), lo mejor es lo que viene de
fuera, el presidente o el alcalde tiene que resolver todos los problemas…
En la misma Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium (EG,80), dice el Papa: “ llama la atención que
aun quienes aparentemente poseen sólidas convicciones doctrinales y espirituales suelen caer en un estilo
de vida que los lleva a aferrarse a seguridades económicas, o a espacios de poder y de gloria humana que
se procuran por cualquier medio, en lugar de dar la vida por los demás en la misión”.

Conformismo

Es la actitud de la persona o grupo que se conforma fácilmente con todo, aunque sea malo o no esté de
acuerdo con ello, ya sea por pereza, cobardía, comodidad o falta de interés. Se opone directamente al
deseo de cambio y superación, al compromiso por ser mejor y hacer un mundo mejor: “así es la vida”,
“qué le vamos a hacer”, “no se puede hacer nada”, “para qué me voy a complicar la existencia”, “no es mi
problema”, “siempre se ha hecho así”, “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”…
La pasividad del conformista es un serio obstáculo para él mismo y para los demás. Bloquea el desarrollo
humano, personal y social. Y es contrario al deseo de superación que caracteriza a las personas dinámicas,
y también a la necesidad de cambio y conversión que pide la vida cristiana.
En el conformismo “se gesta la mayor amenaza, que <es el gris pragmatismo de la vida cotidiana de la
Iglesia en el cual aparentemente todo procede con normalidad, pero en realidad la fe se va desgatando y
degenerando en mezquindad> (DA 12). Se desarrolla la psicología de la tumba, que poco a poco convier-
te a los cristianos en momias de museo. Desilusionados con la realidad, con la Iglesia o consigo mismo,
viven la constante tentación de apegarse a una tristeza dulzona, sin esperanza, que se apodera del cora-
zón… Llamados a iluminar y a comunicar vida, finalmente se dejan cautivar por cosas que sólo generan
oscuridad y cansancio interior, y que apolillan el dinamismo apostólico” (EG, 83).

Concepción neoliberal

Constantemente se oye hablar de “globalización”, aunque no se entienda muy bien su significado. Es


importante saber que no es solamente un fenómeno económico, sino también cultural, que consiste en
pretender imponer a todo el mundo él modelo neoliberal.
El neoliberalismo (nuevo liberalismo) es la tendencia cultural que, de forma muy marcada en los últimos
años, intenta imponer el liberalismo: Doctrina política, económica y social, que establece la primacía de
la libertad individual, y defiende una intervención mínima del Estado en la vida social y económica.
La libertad es una exigencia fundamental de la dignidad humana: el reconocimiento de los derechos hu-
manos, la libre participación democrática en la política, la libre organización económica de las personas y
las naciones son pilares de la cultura occidental.
Pero cuando se olvida que “mi libertad termina donde comienza la libertad de los demás”, se reduce la
democracia a la participación en las elecciones (frecuentemente condicionadas por poderes ideológicos o
económicos), se absolutiza la propiedad privada y se diviniza la economía de mercado, entonces el neoli-
beralismo causa graves problemas culturales, sociales, económicos y políticos.
La actual crisis económica a nivel mundial lo confirma. Ya lo señaló con claridad el Documento de Apare-
cida: “La afirmación de los derechos individuales y subjetivos, sin un esfuerzo semejante para garantizar
los derechos sociales, culturales y solidarios, resulta en perjuicio de la dignidad de todos, especialmente
de quienes son más pobres y vulnerables….Sentimos un fuerte llamado para promover una globalización
diferente, que esté marcada por la solidaridad, por la justicia y por el respeto a los derechos humanos…
El desarrollo no puede reducirse a un mero proceso de acumulación de bienes y servicios. Al contrario,
la pura acumulación, aún cuando fuese en pro del bien común, no es una condición suficiente para la
realización de una auténtica felicidad humana” (DA 47,64 y 69).
Y Francisco ha repetido el mismo diagnóstico: “los mecanismos de la economía actual promueven una
exacerbación del consumo, pero resulta que el consumismo desenfrenado unido a la inequidad es doble-
mente dañino del tejido social. Así la inequidad genera tarde o temprano una violencia que las carreras
armamentistas no resuelven ni resolverán jamás. Sólo sirven para pretender engañar a los que reclaman
mayor seguridad, como si hoy no supiéramos que las armas y la represión violenta, más que aportar solu-
ciones, crean nuevos y peores conflictos. Algunos simplemente se regodean culpando a los pobres y a los
países pobres de sus propios males, con indebidas generalizaciones, y pretenden encontrar la solución en
una «educación» que los tranquilice y los convierta en seres domesticados e inofensivos. Esto se vuelve
todavía más irritante si los excluidos ven crecer ese cáncer social que es la corrupción profundamente
arraigada en muchos países –en sus gobiernos, empresarios e instituciones– cualquiera que sea la ideo-
logía política de los gobernantes” (EG 60)
La realidad panameña, sin duda, refleja estas consecuencias negativas del influjo del liberalismo: inequi-
dad (uno de los países latinoamericanos con peor distribución de la riqueza), crisis de institucionalidad
(concentración de poder, actitudes poco democráticas y poco respetuosas a la separación de poderes), trá-
fico de droga, violencia, y aumento de las protestas de los diversos grupos que se sienten excluidos hasta
de lo más esencial (agua, servicios públicos, transporte)…

B.-CRISIS DE FE

La Iglesia comunidad, los agentes de pastoral, y la acción evangelizadora, viven también esta situación
de crisis, que impide que la misión pastoral logre incidir con mayor efectividad en el cambio social y que
podamos construir el modelo comunitario de Iglesia que Dios quiere.
El Papa ha señalado que “si parte de nuestro pueblo bautizado no experimenta su pertenencia a la Iglesia,
se debe también a la existencia de unas estructuras y a un clima poco acogedores en algunas de nuestras
parroquias y comunidades, o en una actitud burocrática para dar respuesta a los problemas, simples o
complejos, de la vida de nuestros pueblos. En muchas partes hay un predominio de lo administrativo so-
bre lo pastoral, así como una sacramentalización sin otras formas de evangelización” (EG 63). .
La nueva evangelización requiere una fe renovada, capaz de anunciar el Evangelio en la cultura actual, de
leer los signos de los tiempos, de ser luz y sal para la sociedad panameña de hoy. Porque “No resistiría a
los embates del tiempo una fe católica reducida a bagaje, a elenco de algunas normas y prohibiciones, a
prácticas de devoción fragmentadas, a adhesiones selectivas y parciales de las verdades de la fe, a una
participación ocasional en algunos sacramentos, a la repetición de principios doctrinales, a moralismos
blandos o crispados que no convierten la vida de los bautizados. Nuestra mayor amenaza “es el gris prag-
matismo de la vida cotidiana de la Iglesia en el cual aparentemente todo procede con normalidad, pero
en realidad la fe se va desgastando y degenerando en mezquindad”. A todos nos toca recomenzar desde
Cristo, reconociendo que “no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por
el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una
orientación decisiva” (DA 12).

Poco compromiso

Creer es comprometerse. Lo saben muy bien la multitud de creyentes que en nuestra Iglesia se esfuerzan
cada día por ser fieles al Señor como auténticos discípulos y misioneros.
Pero se da también en muchos bautizados una cierta incoherencia a la hora de comprometerse realmente:
en la formación, en la participación activa y corresponsable en la Iglesia, en la vida familiar, en la política,
en la solidaridad, en la misión.
La Arquidiócesis necesita más agentes de pastoral, bien formados, sinceramente comprometidos, adecua-
damente organizados, generosamente disponibles. No basta con rezar, ir ocasionalmente al templo o ser
religioso y devoto. El compromiso cristiano en el seguimiento de Cristo y la construcción de su reino es
mucho más que eso, y nos llama a la conversión personal (actitudes), comunitaria (dimensión social de la
fe) y pastoral (acción misionera de la Iglesia).
“Los desafíos están para superarlos. Seamos realistas, pero sin perder la alegría, la audacia y la entrega
esperanzada. ¡No nos dejemos robar la fuerza misionera! (EG 108).
Testimonio

La Arquidiócesis necesita sobre todo testigos creíbles del evangelio (se cree más a los testigos que a los
maestros). Más vale un ejemplo que mil palabras, y el testimonio de vida es la primera forma de evange-
lizar.
La incoherencia y actitudes poco evangélicas de los católicos (obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos/
as y laicos) escandalizan y hacen infecunda la labor evangelizadora. En la vida de cada día y en todos los
ámbitos (religioso, familiar, social, económico, político, cultural…) estamos llamados a ser testigos del
evangelio. No podemos ser discípulos sin ser misioneros, y el testimonio de vida es el primer compromiso
de quien quiere evangelizar.
“En cualquier caso, todos somos llamados a ofrecer a los demás el testimonio explícito del amor salvífico
del Señor, que más allá de nuestras imperfecciones nos ofrece su cercanía, su Palabra, su fuerza, y le da
un sentido a nuestra vida”(EG 121).

Resistencia al cambio

En todas las consultas realizadas durante el proceso de elaboración del Plan Pastoral Arquidiocesano, se
repite constantemente esta “sombra” u obstáculo: la resistencia al cambio, la rutina, la pereza, la cerrazón
a nuevos desafíos, la obstinación en seguir haciendo siempre lo mismo.
Afecta a todos, quizás especialmente a los sacerdotes pero también a los laicos, por diversos motivos: la
edad, el cansancio, el exceso de actividades cultuales, el miedo, la comodidad. Y se buscan mil excusas:
siempre se ha hecho así, la propuesta es muy complicada, los cambios no sirven para nada, para qué tantas
reuniones”…
Pero lo cierto es que no querer cambiar es no querer convertirse. Y la resistencia a la conversión es una
actitud de pecado, mientras que ponerse en camino de conversión es ponerse en camino hacia la santidad.
Siempre ha sido así, y más todavía en el tiempo que vivimos, para poder ser fieles instrumentos del querer
de Dios y su plan de salvación hoy y aquí.
De nuevo en palabras de Francisco, “La pastoral en clave de misión pretende abandonar el cómodo
criterio pastoral del <siempre se ha hecho así>. Invito a todos a ser audaces y creativos en esta ta-
rea de repensar los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos evangelizadores de las propias
comunidades”(EG 33).

Seguimiento deficiente

Otro punto débil de nuestra espiritualidad y nuestro caminar en la Iglesia, y seguramente también de nues-
tra cultura: la inconstancia, la falta de seguimiento, la dificultad de hacer procesos serios, con seguimiento
y evaluación adecuados.
Empiezan cincuenta, siguen veinte y terminan diez. Empezamos varios proyectos y hacemos muchos pla-
nes, pero duran poco, no se terminan, no se evalúan. Y hasta se considera una ofensa que alguien intente
acompañar y recordar, y más aún controlar o evaluar.
El éxito del Plan pastoral dependerá del grado de participación en su elaboración, y del compromiso de
seguimiento y evaluación de su desarrollo. Participación y compromiso de todos: “Ninguna comunidad
debe excusarse de entrar decididamente, con todas sus fuerzas, en los procesos constantes de renovación
misionera, y de abandonar las estructuras caducas que ya no favorezcan la transmisión de la fe” (DA
365).
3.-OBSTÁCULOS Y POTENCIALIDADES

En el mismo problema fundamental encontramos obstáculos pero también potencialidades.


OBSTÁCULO: Aquello que nos impide alcanzar el Ideal, según aparece en cada nivel pastoral.
POTENCIALIDADES: Valores o aspiraciones escondidas detrás de los problemas que hacen que las
personas encuentren algo de positivo en esos problemas. Si se aprovechan las potencialidades en el Plan,
se pueden eliminar de raíz los obstáculos.

3.1.. -PASTORAL COMUNITARIA


3.1.1 A NIVEL DE LA MULTITUD (PUEBLO EN GENERAL):

OBSTÁCULOS POTENCIALIDADES
1.-Crisis de identidad (Baja autoestima, com- 1.- Búsqueda de ser auténticos, volver a los
plejos, egocentrismo, autosuficiencia, medio- orígenes; espíritu de lucha por la vida y dere-
cridad, conformismo, juega vivo, inseguridad, chos humanos (pueblos originarios, principal-
adicción). mente los Ngäbe, los trabajadores, los estudian-
tes, grupos urbanos).
2.-Carencia de valores morales (Crímenes,
corrupción, violencia se aceptan como situa- 2.- Alegría de pueblo sano; desprendido, aco-
ciones normales). gedor, generoso y hospitalario.

3.- Débil compromiso social (Indiferencia 3.- Aspiración al progreso (mejor educación
ante los problemas sociales, sus causas ycau- académica, moral y espiritual).
santes; marginación y prejuicios hacia los indí- 4.-Búsqueda de nueva cultura de vida basada en
genas; inconsciencia al elegir a los gobernan- la fe, respeto a la dignidad humana, justicia, to-
tes; búsqueda sólo de intereses personales. lerancia, responsabilidad, amor, paz.
5.- Solidaridad y simpatía hacia los pueblos in-
dígenas.
6.- Apertura al mensaje de salvación.

El pueblo atraviesa por una crisis de identidad en la dirección de su personalidad, produciéndole una pro-
funda autoestima baja; igualmente en el campo de las relaciones entre las personas, que le produce comple-
jos, egocentrismo, autosuficiencia, conformismo, juega vivo, intolerancia, servilismo, individualismo…
Es tal la crisis de valores morales, que se aceptan como normales, situaciones que casi cotidianamente se
están dando: criminalidad, corrupción, violencia, irrespeto, injusticia, clientelismo político, marginación,
y prejuicio hacia los indígenas. Es marcada la indiferencia al compromiso ante la realidad social que se
vive. Ante esa crisis de identidad, el pueblo prefiere evadir el enfrentamiento consigo mismo, y recurre a
un desenfreno de acciones como la diversión y juegos de azar, al excesivo consumismo y conformismo. A
esto, añadimos el mal servicio del transporte que resta calidad de tiempo en las relaciones familiares.; la
influencia de los medios de comunicación que promueven un modelo y estilo de vida agresivo y opuesto
a los valores del ser humano; la migración hacia la metrópolis de la población rural e indígena, que suma
a la ya pobreza urbana.
Pese a esto, el pueblo muestra estar en un permanente esfuerzo por sobrevivir, a luchar por la vida y su
familia, por los derechos humanos, pueblo a mejorar su estatus social, educativo, profesional, moral y
espiritual. El país ofrece muchas facilidades y oportunidades, pero muchas veces no se sabe cómo hacer
uso de ellas.
La experiencia de religiosidad, refleja la disposición de este pueblo a buscar en lo religioso la más seria
de sus alternativas; a buscar el anhelo profundo de Dios y de sentido en la vida.

3.1.2.-NIVEL FAMILIA

OBSTÁCULOS POTENCIALIDADES

1.-Crisis de identidad en la familia. 1.-Existe buena participación de hombres, mu-


jeres, niños y jóvenes en la catequesis, que ayu-
2.-Bajos ingresos económicos que restan tiem- da en la interacción familiar, formándolas en va-
po a la convivencia familiar. lores para hacerle frente a situaciones difíciles,
2.-Familias que celebran los sacramentos.
3.-Medios de comunicación social que fomen-
tan conductas contrarias a los valores familia-
res.

4.-Indiferencia y falta de compromiso de los


padres.

La familia atraviesa por una crisis de identidad con múltiples problemas, uno de estos es la falta de ingre-
sos económicos que obligan a los padres y madres a trabajar más tiempo fuera de sus casas, restándoles
tiempo a la convivencia familiar.
Otros obstáculos importantes nacen de las familias disfuncionales, violencia doméstica, embarazos pre-
coces y el aborto.
Medios de comunicación social que transmiten modelos, costumbres y criterios que atentan contra la es-
tabilidad y composición de las familias, en donde el uso inapropiado y excesivo de los mismos (internet,
celulares, etc.) va tomando el control de las familias.
Los padres no llevan una educación, responsabilidad ni testimonio de convivencia humana.A pesar de
todo existe buena participación de las familias, formándose en valores, haciendo frente a situaciones difí-
ciles, y que celebran los sacramentos, creando nuevas alternativas para la integración familiar.
3.2.- PASTORAL MINISTERIAL
3.2.1.- NIVEL AGENTES

OBSTÁCULOS POTENCIALIDADES
1.- Carencias en formación (buena voluntad, Laicado como fuerza de la Iglesia. Toma de
pero poco estudio. Asisten a formaciones que conciencia, también entre los jóvenes, del papel
luego no saben implementar. Desconocimien- del laico comprometido. Integración en la co-
to de lineamientos de la Arquidiócesis, princi- munidad parroquial de laicos ávidos de forma-
pios de pastoral social, de catequesis… ción y prestos a colaborar con el párroco.
2.- Poco compromiso (divorcio entre fe y vida
Actitudes positivas Disponibilidad de compro-
impide el testimonio. Hay miedo a comprome-
miso apostólico, deseo de formarse y de trans-
terse ante la realidad nacional, en el apostola-
mitir la fe. Búsqueda de Dios y deseo de encon-
do….Por inmadurez personal, edad y cansan-
trar relevo de agentes de evangelización.
cio de los misioneros, conformismo y falta de
motivación).
Riqueza Testimonio de los mártires del pueblo,
3.-Clericalismo (fuerte mentalidad clerical, memoria de Héctor Gallego, N. Van Kleef y de-
mucho autoritarismo, demasiado centralismo más mártires de América Latina.
por parte del sacerdote y una dependencia a
veces infantil hacia los superiores jerárquicos. Pastores dispuestos y comprometidos a hacer
cambios y evaluar mensualmente las comunida-
4.- Sacerdotes (demasiado centrados en lo des. Participación de religiosas en la pastoral.
cultual. Muestran resistencia frente a las exi- Grupos dinámicos y organizados dispuestos a
gencias de la pastoral de conjunto, frente a formarse para servir en la misión de la Iglesia.
cambios comprometedores desde las exigen-
cias del Evangelio, frente al desafío de la libe- Familia Testimonios de vida que contagian a
ración integral. No ofrecen apoyo y presencia otros.
suficientes.
5.- Laicos (duplicidad de trabajo, a la vez en Indígenas Misioneros con amplia y larga tra-
varias acciones pastorales o pasan constan- yectoria, hablan su lengua, conocen su cultura,
temente de una parroquia o movimientos a han compartido sus dolores, luchas y sueños.
otros). No hay relevo generacional en la pasto- Indígenas católicos bien preparados en biblia,
ral, lo que favorece el caciquismo que no acep- catequesis, etc., bien vinculados a sus pueblos
ta nuevas ideas o criterios y las situaciones de y culturas.
desigualdad o privilegio.
Pastoral Social Formación y actualización a
los agentes de pastoral.

Pastoral Educativa Interés de los educadores


para potenciar su compromiso de bautizados
para lograr una formación integral de la persona
humana.

Movimientos Descubrimientos de Dios en la


vida del laico a través de la espiritualidad, des-
cubrir su “dignidad” de hijo.
Es preciso superar obstáculos como el clericalismo, la resistencia al cambio, las deficiencias de forma-
ción. Y sobre todo fomentar el sentido de pertenencia y la actitud de servicio de los agentes de pastoral,
subrayar la importancia de su testimonio de vida, y esforzarnos por buscar el necesario relevo genera-
cional.

La Arquidiócesis necesita más agentes de pastoral, pero reconoce el compromiso y participación activa
de gran número de laicos, su deseo de formación y su disponibilidad. Son la fuerza de la Iglesia, espe-
cialmente cuando crecen en la espiritualidad, son acompañados por los pastores, reciben formación y se
organizan para participar en la vida y acción de la Iglesia.

La participación de religiosos/as en pastoral es otro elemento positivo, así como el testimonio de muchas
familias y la memoria de los testigos y mártires de nuestra Iglesia y de América Latina.

La buena planeación y evaluación de la acción pastoral y una actitud de apertura a la renovación por
parte de los presbíteros es importante para la vida de las parroquias, así como la inserción de los Movi-
mientos en la pastoral Arquidiocesana.

3.3. SERVICIOS PASTORALES


3.3.1.- NIVEL EVANGELIZACIÓN

OBSTÁCULOS POTENCIALIDADES

1.- Débil espíritu misionero. Concepto erró- Pueblo panameño abierto a la iglesia y a ser
neo de la evangelización y del compromiso del evangelizados, recibe con alegría el Evangelio.
bautizado, no hay una “cultura evangelizado-
ra” ni una actitud de misión permanente. No Inquietud: Deseo de ayudar a que todo el
hay coherencia entre fe y vida, la evangeliza- pueblo de Dios descubra su compromiso mi-
ción queda lejos de la vida. sionero, búsqueda de creatividad e innovación
deseos de salir de los templos. Aspiración a ac-
2.-Problemas concretos: Religiosidad popular ciones programadas dirigidas; deseos de coor-
no evangelizada. Mayoría de sacerdotes de- dinación, organización, reuniones periódicas,
dicados solo al culto y muy poco a la evan- consejos parroquiales para revisar la pastoral.
gelización. Escasez de recursos económicos Memorial y deseo de retomar el Vaticano II y
para evangelizar (materiales, transporte). Indi- los documentos y testimonios de la Iglesia La-
vidualismo pastoral. Parroquias sin formación tinoamericana (lectura de la Biblia, volver al
sistemática, sin planes ni organización. Reino como proyecto de Jesús, opción prefe-
rencial por los pobres, comunidades eclesiales
3.-Situación de la familia: No es fácil encon- de base, justicia social, soberanía, compromiso
trar espacios de evangelización para TODA la político, derechos humanos…).
familia. Los padres no asumen su responsa-
bilidad en la educación en la fe de sus hijos.
Poco compromiso de los jóvenes, que dificulta
el relevo generacional necesario para evange-
lizar.
4.-Débil dimensión social de la evangelización: Procesos de educación en la fe y fomento de es-
Desconocimiento en la práctica de la dimensión pacios formativos Arquidiocesanos y en vicarías.
social de la pastoral. Se limita a lo litúrgico, sin Impulso a la pastoral de conjunto Arquidiocesana;
solidaridad. Ausencia de programas y de coor- integración de las tres dimensiones de la acción
dinación en la pastoral social. Asistencialismo. pastoral. Programación y seguimiento de prácti-
cas pastorales de participación y con sentido co-
munitario.

Laicado como fuerza de la Iglesia.

Uso de nuevas tecnología y redes sociales para


evangelizar.

Labor evangelizadora firme, también en sectores


de la juventud y la familia.

Instituciones educativas católicas.

Movimientos apostólicos y pastoral familiar a


favor de la familia y la vida.

Catequesis centrada en Jesús y su Palabra, que


logra madurar la fe, llama a la conversión, ani-
ma a la esperanza, integra en la comunidad y
anima compromiso.

Movimientos con carismas propios que ayudan


a ser discípulos y misioneros: “no apagar los ca-
rismas” y “ la Iglesia es una” (Benedicto XVI)

El llamado de Aparecida para ser discípulos y misioneros pide un serio compromiso de conversión pas-
toral. No es fácil pasar de una actitud pastoral de conservación a una pastoral misionera, cambiar el
concepto tradicional de misión por un proceso de misión permanente… En esta línea, se señalan los
principales obstáculos para una renovada evangelización, indicando algunos problemas concretos (que
son otros tantos retos o desafíos para la acción evangelizadora) y subrayando la necesidad de atender es-
pecialmente a la evangelización de la familia y la religiosidad popular, así como a la dimensión social de
la evangelización.

Es preciso reconocer, sin embargo, la receptividad del pueblo y, sobretodo la inquietud de renovación y
compromiso evangelizador que existe en nuestra Iglesia local, especialmente en el laicado. El proceso de
elaboración de un nuevo Plan Pastoral es una gran esperanza para lograr esta renovación y ser más fieles
a la misión evangelizadora en la Arquidiócesis, contando también con la riqueza de las varias instancias
que se citan expresamente como potencialidades.
3.3.2.- NIVEL ASPECTO RELIGIOSO

OBSTÁCULOS POTENCIALIDADES
1.- Fe inmadura (poco crecimiento espiritual 1.- Cultura:
en relación a con la madurez humana). Presencia de una cultura de la vida, basada en la
fe, el respeto a la dignidad humana, la toleran-
2.-Fe desencarnada, espiritualismo:Se mani- cia, la responsabilidad, el amor y la paz.
fiesta en el divorcio entre fe y vida, fe y política,
espiritualidad y compromiso social. Alienación 2.-Iglesia:
política y religiosa. Lectura de la Biblia desde Caminar histórico de la Iglesia en Panamá, cer-
el individualismo, devocionismo y espiritua- cana al pueblo y con presencia social positiva.
lismo, desde la dominación (reafirmación del Acercamiento afectivo de muchas persona a la
colonialismo). Interpretación acomodada del Iglesia. Religiosidad popular transmitida de ge-
Evangelio, que favorece el “consumismo espi- neración en generación. Testimonio de los már-
ritualista” (formación sin compromiso). tires panameños y de América Latina, Iglesia
base (San Miguelito). Movimientos apostólicos
3.-Sincretismo, visita de católicos a santeros que son para muchos su “hogar espiritual”.
y parapsicólogos, incremento del esoterismo.
Sectas en auge y conceptos de la Nueva Era se 3.-Práctica religiosa:
integran en la fe católica. Celebraciones de bautizo y matrimonios en la
comunidad. Parejas jóvenes que buscan el sa-
4.-Desencanto por falta de compromiso evan- cramento del matrimonio a ejemplo de sus pro-
gélico de los líderes religiosos (laicos, religio- genitores. Niños con mucho ánimo a participar
sos, sacerdotes, obispos). A veces, falta de hu- en la Eucaristía (proclamadores de la Palabra,
mildad en el clero y formas de actuar de algunos colecta...). Utilización de signos, como la ima-
sacerdotes (lenguaje, opiniones, personas con gen de la Virgen peregrina en los hogares.
que se relacionan, forma de vestir…) que de-
cepcionan y alejan a feligreses.

5.-Antitestimonio de los católicos:Indiferentes


y sin compromiso cristiano, con una vida ale-
jada de Dios. Sin tiempo para Dios en su vida,
piensan que la Iglesia le hace perder mucho
tiempo, afectan su vida laboral.

6.-Débil conciencia de que evangelizar es mi-


sión de todos los bautizados.

7.-Familia: Poco alcance de la acción pastoral


de la Iglesia a favor de la familia, por desidia de
la misma y por falta de divulgación de los re-
cursos ofrecidos por las parroquias en favor de
la familia. Padres católicos no practicantes o de
diferentes religiones, lo que afecta a sus hijos.
8.-Jóvenes: Antitestimonio y falta de enfoque
cristiano por parte de los adultos. Caso en que
no hay pastoral juvenil organizada y operante.

9.-Indígenas: Amplios sectores de la Iglesia


no comprenden la situación y reivindicaciones
de los pueblos indígenas.

El ambiente religioso panameño es el típico de la religiosidad popular, con grandes riquezas pero
también con defectos y necesitada de purificación y evangelización. Especialmente en relación con
la educación en la fe, sentido comunitario de la vida cristiana, compromiso sociopolítico de los cre-
yentes y corresponsabilidad activa en la misión de la Iglesia.
Familia, juventud, cultura urbana y pueblos indígenas son realidades que merecen especial atención
desde el punto de vista religioso. Sin olvidar el desafío que suponen el sincretismo y las sectas,
además de la emergente secularización de ciertos sectores de jóvenes, universitarios, profesionales e
intelectuales.
El caminar de nuestra Iglesia, su presencia y prestigio, y la religiosidad del pueblo permiten sin
embargo mirar el futuro con esperanza. Y nos exige evangelizar la cultura panameña desde un com-
promiso misionero que se haga realidad por el testimonio de los católicos y la conversión pastoral de
nuestra Iglesia.
V. MODELO OPERATIVO

1. NIVELES DE ACCIÓN PASTORAL

Naturalmente, hay y puede haber muchas formas de clasificar y agrupar los diversos niveles de planifica-
ción o campos de acción pastoral. En la metodología prospectiva que estamos utilizando se suelen dividir
en 6 niveles que llamamos “fundamentales” y que son los siguientes:
1. Pastoral comunitaria : acciones dirigidas a todos los bautizados, como la pastoral de multitudes,
pastoral parroquial, pastoral de pequeñas comunidades, pastoral familiar
2. Pastoral sectorial : acciones dirigidas a un sector especial del pueblo de Dios, como pastoral infan-
til, juvenil, pastoral indígena, pastoral afro, pastoral de la Fuerza pública, pastoral universitaria…
3. Servicios pastorales : servicios específicos ofrecidos por la Iglesia, como evangelización y cateque-
sis, pastoral litúrgica, pastoral social, medios de comunicación social…
4. Pastoral ministerial : acciones dirigidas a los mismos agentes de pastoral, como formación de
sacerdotes, diáconos, religiosos, laico comprometidos, seminaristas…
5. Estructuras pastorales : que facilitan la realización de todo lo anterior y que pueden ser de diálogo,
elaboración, decisión, conducción y coordinación, implementación. Como, por ejemplo, Los Con-
sejos y Comisiones, las reuniones de Zona y Vicaría, el Consejo presbiteral y Consejo de consul-
tores, la Curia con sus Departamentos y secciones, el Equipo de animación pastoral…
6. Relaciones con otras realidades : ya sean eclesiales (Conferencia Episcopal, CELAM), de ecume-
nismo y diálogo religioso, o con entes gubernamentales o privados.
2. CRITERIOS DE ACCIÓN PASTORAL
Son las características que indican cómo debemos realizar la acción pastoral, es decir califican nuestro ac-
tuar pastoral. Constituyen la luz que ilumina la acción pastoral para ser coherentes con el Modelo ideal de
Iglesia, los principios orientadores necesarios para responder positivamente al Diagnóstico elaborado. En
cada uno de ellos encontraremos una breve descripción, su fundamentación, las convicciones que supone
y la conversión que exige.

CRITERIO 1 - PRIVILEGIAR LA EVANGELIZACIÓN COMO PROCESO PERMANENTE

El sentido fundamental de la acción pastoral es siempre evangelizar, anunciar a Jesucristo, anunciar el


Reino. Entendiendo la evangelización de forma dinámica y permanente, como un proceso en constante
desarrollo y no sólo con acciones puntuales.

La evangelización es lo prioritario, de acuerdo al mandato misionero de Jesús: “Vayan a todos los pue-
blos y hagan discípulos…” (Mt 28,18;Mc 13, 10). Es la misión de la Iglesia: “Evangelizar constituye, en
efecto, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda. Ella existe para evangelizar”
(Evangelii Nuntiandi 14). “La tarea fundamental a la que Jesús envía a sus discípulos es anunciar la Buena
Nueva, es decir la evangelización” (Ecclesia in America, 66). Los discípulos de Jesús “somos misioneros
para proclamar el Evangelio de Jesucristo, y, en Él, la buena nueva de la dignidad humana, de la vida, de la
familia, del trabajo, de la ciencia y de la solidaridad con la creación” (Aparecida 103). La vida del cristiano
debe irradiar “la dulce y confortadora alegría de evangelizar” (Evangelii Gaudium 10).

Evangelizar a todos y en todo tiempo y lugar, con la palabra y el testimonio de su vida, forma parte de la
identidad y el compromiso del cristiano. También hoy, en un mundo a la vez sediento de Dios y en crisis de
fe, con tantos alejados, en medio de la confusión que producen algunas sectas y de la falta de pertenencia
y corresponsabilidad eclesial que afecta a muchos cristianos e impide que las nuevas generaciones crezcan
en la fe y que la Iglesia responda adecuadamente a los nuevos problemas y los cambios que caracterizan a
nuestro tiempo. Aquí y ahora estamos llamados a ser testigos de la verdad, el amor y la paz de Dios.

Todo ello nos exige una actitud de conversión y renovación permanentes, a nivel personal, comunitario y
pastoral. Es preciso:
➢ Testimonio y coherencia de vida
➢ Motivar al esfuerzo y el compromiso misionero permanentemente (en homilías, catequesis, charlas
de bautismo, convivencias, retiros, grupos, movimientos…)
➢ Transmitir el mensaje con alegría y esperanza, sin miedo, en la familia y en la sociedad
➢ Pasar de los eventos sin relación entre sí, ni continuidad, a un plan con objetivos bien definidos
(más evangelización y menos “eventos”)
➢ Pasar del sacramentalismo a la motivación de seguimiento a Jesús y se entre en un proceso de con-
versión
➢ Propiciar acciones evangelizadoras que incluyan el proceso evangelizador en sus diversas etapas:
misionera, catequética, apostolado
➢ Intensificar la iniciación cristiana para adultos; implementarla para jóvenes y niños. Los catequis-
tas y demás agentes pastorales deben conocer este proceso evangelizador
➢ Salir de los templos : Buscar a los alejados sin esperar a que ellos se acerquen
➢ Pobreza evangélica y atención a los necesitados
➢ Adaptarse a la cultura de los grupos y personas, aceptar las diferencias
➢ Promover los valores cristianos con creatividad (evangelización integral con valores como ejes
transversales)
➢ Visitas constantes casa por casa y a las escuelas, con mayor acompañamiento del sacerdote
➢ Mejor organización
➢ Formación permanente y actualizada de todos los agentes de pastoral

CRITERIO 2 - OFRECER LA EVANGELIZACIÓN A TODAS LAS PERSONAS.


La acción evangelizadora se dirige a todas las personas, para construir el Reino de Dios y el modelo ideal
de Iglesia y sociedad según el proyecto de Dios

Dios ama a todos, y “quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (1
Tim 2,4), todos somos hijos de Dios. Cristo se acercó a todos y murió por todos, nos envió a todos (Mt
18,19; Mc 16,15). El Evangelio es un mensaje de esperanza para todos, para que puedan conocer el per-
dón y la misericordia de Jesús: “la mies es mucha” (Mt 9,37). La Iglesia es y quiere ser católica, universal,
abierta a todos: evangeliza “para anunciar el Reino a todos los pueblos” y a todas las personas: creyentes
y no creyentes, cristianos no católicos, bautizados alejados…(Santo Domingo 121-156). Es y quiere ser
una Iglesia “con las puertas abiertas”, “la casa abierta del Padre”, “debe llegar a todos sin excepciones”,
salir para “ofrecer a todos la vida plena de Jesucristo” (EG 46-49).

La apertura misionera pertenece a la vida y la misión de la Iglesia; es el gran reto de hoy, y exige nuestro
compromiso misionero. Muchos no conocen a Cristo por no formar parte de la Iglesia; necesitan conocer
a Jesús. Muchas personas están sedientas de la Palabra. Todos necesitamos crecer en la fe: hay muchos
bautizados, pero pocos católicos auténticos; católicos cada vez más inmersos en el mundo y alejados de
los valores del Reino, o que incluso se cambian a las sectas. Ante la ignorancia de su fe en gran parte del
pueblo de Dios, hay que llegar a cada cristiano católico y no católico y darle a conocer el Reino de Dios.
Todos tenemos derecho a ser evangelizados; pero solo se evangeliza a los que asisten a los templos. Es-
tamos llamados a evangelizar a todos, privilegiando como Jesús a los niños y a los pobres, anunciando el
Evangelio con responsabilidad y audacia.. Y para ello hay que estar abiertos a todos, no basta sólo predicar.
Por ello, nuestro proceso de conversión nos pide:
➢ Dejar de creernos el centro de todo, salir hacia afuera, ir a las bases
➢ Testimonio y ejemplo, no sólo palabras; ser luz y sal
➢ Respetar más a la gente, a los destinatarios; conocer sus necesidades y sus anhelos
➢ Prepararnos y conocer las personas y los ambientes a evangelizar, respetar las culturas
➢ Acoger a todos con sus capacidades y diferencias, apertura sin distinción de raza o religión
➢ Dejar atrás el estilo dogmático de presentar el Evangelio, el lenguaje y los materiales que resultan
anacrónicos
➢ Actuar permanentemente en las familias, escuelas, jóvenes, barriadas, vecinos…en el ámbito don-
de nos movemos
➢ Evangelización puerta a puerta, casa por casa: formación permanente de agentes de pastoral, con
las herramientas necesarias y el acompañamiento de los pastores
➢ Usar todos los medios a nuestro alcance (radio, TV, internet, redes sociales, publicidad, programas
de promoción de valores…), y no sólo los medios de comunicación de la Iglesia
➢ Llegar a los alejados sin temor, superando estigmas y estereotipos
➢ Caridad y compasión con los necesitados
➢ Llegar a los lugares y colectivos más vulnerables
➢ Mejor organización pastoral
➢ Sectorizar las comunidades parroquiales
➢ Preparar líderes y agentes pastorales

CRITERIO 3 - TODOS LOS BAUTIZADOS SOMOS EVANGELIZADORES

El compromiso de evangelizar, compartir y difundir el tesoro de la fe no es sólo de los sacerdotes, sino de


todos los bautizados y bautizadas, llamados a ser discípulos y misioneros.

Todos los bautizados somos Iglesia, miembros vivos y activos de su Cuerpo, llamados a ser discípulos y
misioneros según el mandato de Jesús (Mt 28,19-20). Es responsabilidad de cada cristiano, evangelizar
de palabra y con el ejemplo (testimonio): sal y luz del mundo (Mt 5,13-16). En el bautismo recibimos
esa misión como sacerdotes, profetas y reyes: hay que meditarlo y vivirlo. Para eso recibimos la fuerza
del Espíritu, sus dones y carismas, en el bautismo y la confirmación. El Concilio Vaticano II insistió en
el “apostolado de los laicos” (Decreto Apostolicam actuositatem); el Documento de Santo Domingo (97,
103) afirmó que los laicos son los protagonistas de la nueva evangelización; en Aparecida, con palabras
de Benedicto XVI, se nos recuerda que “el discípulo, fundamentado así en la roca de la Palabra de Dios,
se siente impulsado a llevar la Buena Nueva de la salvación a sus hermanos. Discipulado y misión son
como las dos caras de una misma medalla: cuando el discípulo está enamorado de Cristo, no puede dejar
de anunciar al mundo que sólo Él nos salva” (146). “Tu corazón –dice Francisco a todos los bautizados-
sabe que no es lo mismo la vida sin Él; entonces eso que has descubierto, eso que te ayuda a vivir y que te
da una esperanza, eso es lo que necesitas comunicar a los otros” (EG121).

La mies es mucha y los obreros pocos. Nos corresponde a todos comunicar, anunciar a Cristo el Señor
resucitado, a nuestra sociedad, que le desconoce o le rechaza porque vive inmersa y sometida a la cultura
de la violencia y de la muerte. Tenemos el compromiso de hacer presente a Cristo como luz del mundo
vencedor de las tinieblas, nuestro redentor, en la familia, en la comunidad, en la sociedad. Porque hace
falta promover y fortalecer los valores humanos y cristianos de la sociedad para que sea más justa, más
fraterna, más humana, sembrar en ella la semilla del Reino, ser instrumentos de la gracia del Señor de la
vida y de la historia.
He aquí entonces de nuevo el llamado a la conversión:
➢ Tomar conciencia y asumir responsabilidad en la Iglesia: “Iglesia eres tú”. El slogan está perfecto;
pero no sólo en plan de promoción económica: el mensaje debe calar en la mente y corazón de
los creyentes
➢ Vivir el compromiso del bautismo y la confirmación
➢ Padres y padrinos conscientes y practicantes, que el bautismo no sea un simple acto social
➢ Conversión personal, encuentro personal con Cristo
➢ Dar testimonio, actuar con honestidad: ser coherentes, ser luz y sal
➢ Despertar el compromiso misionero en todos los fieles (desde la catequesis)
➢ Sacerdotes más accesibles
➢ Laicos con mayor compromiso evangelizador, más amor y menos críticas.
➢ Laicos más unidos en la comunidad eclesial
➢ Dejar el egoísmo del “no tengo tiempo”, la seducción del mundo
➢ Salir del estatismo y conformismo
➢ Dejar atrás el celo y la inseguridad
➢ Formación para la misión (proceso de formación de los discípulos misioneros según Aparecida 278)
➢ Evangelizar a los evangelizadores, que tengan un encuentro con Jesús: retiros, oración, escucha
de la Palabra, Eucaristía…
➢ Salir a la calle, fuera del templo
➢ Hablar de Dios con sencillez y humildad

CRITERIO 4 - EVANGELIZAR LA VIDA EN ACTITUD DE CONVERSIÓN Y DE SERVICIO

Como la primera comunidad cristiana de Jerusalén, estamos llamados a evangelizar la vida y en la vida,
por el testimonio de comunión fraterna según los distintos carismas y servicios.

Jesucristo, primer evangelizador, se encarnó en la vida de su pueblo, en actitud de servicio para proclamar
el Reino y llamar a la conversión: “vine a servir, no a ser servido” (Mc 10,45); “conviértanse, porque el
Reino está cerca” (Mc 1,14). Los cristianos de Jerusalén atraían por el testimonio de su vida fraterna:
“alababan a Dios y gozaban de la simpatía de todo el pueblo; el Señor agregaba cada día a la comunidad a
los que se habían de salvar” (Hech 2,47). La evangelización “no sería completa si no tuviera en cuenta la
interpelación recíproca que se establece entre el evangelio y la vida concreta, personal y social del hom-
bre…El hombre contemporáneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan, o si
escuchan a los que enseñan es porque dan testimonio” (EN 29 y 41).”El testimonio de vida cristiana es la
primera e insustituible forma de evangelización”, como lo hizo presente Jesús y enseñaron los Apóstoles
(SD 33). “Todos los miembros del pueblo de Dios, según sus vocaciones específicas, estamos convocados
a la santidad en la comunión y la misión” (Aparecida 163).

Evangelizar es anunciar; orando conocemos a Dios; formándonos anunciamos su Palabra, para convertir-
nos y servir. Somos testigos del amor de Dios. Lo importante es evangelizar la vida desde el amor y con
alegría, no con conceptos abstractos. El testimonio de vida es la primera forma de evangelizar, mantener
viva la fe y construir el Reino. El servicio, compromiso del cristiano que sigue a Jesucristo. Para servir,
hay que convertirse; las dos cosas van de la mano. Para evangelizar, hay que ser evangelizados antes. Por
la falta de testimonio de los creyentes mucha gente ha dejado de creer.

Estamos llamados a la conversión, a un cambio de mentalidad y actitudes:


➢ Asumir apostolados y servicios, poniendo nuestros dones y carismas al servicio de la comunidad
➢ Sentido de disponibilidad, servicio, desprendimiento, motivación, estudio, solidaridad, fraternidad,
desprendimiento
➢ Unión y ayuda entre los grupos, diálogo y respeto con las personas
➢ No criticar ni dejarse llevar por caprichos
➢ Ser humildes, responsables, sin egoísmos
➢ Valoración de la vida
➢ Coherencia y testimonio de vida
➢ Actitud de conversión permanente
➢ Signos de solidaridad y fraternidad, compartir
➢ Signos de auténtico desarrollo humano, no solo material
➢ Laicos comprometidos en constante formación, también en Doctrina social de la Iglesia
➢ Escrutar las Escrituras, formación bíblica y lectio divina
➢ Programas de catequesis dinámicos, sensibles y actualizados, que promuevan la integración y cuen-
ten con el apoyo de la comunidad
➢ Anunciar con alegría el Evangelio de la paz
➢ Ponernos al lado del débil, pobre y enfermo, como Jesús, con humildad, servicio y entrega
➢ Compromiso hacia una sociedad más justa, construir el Reino de Dios
➢ Reconciliación), amor a los enemigos, optar por lo más pobres
➢ Ecumenismo
➢ “Dejemos que Dios vea con nuestros ojos y ame con nuestros corazones”

CRITERIO 5 - CREAR ESTRUCTURAS DE COMUNIÓN Y PARTICIPACIÓN PARA UNA


PASTORAL DE CONJUNTO
La organización y las estructuras de la acción pastoral deben estar al servicio de la comunión y la partici-
pación, haciendo posible y fomentando una pastoral orgánica y de conjunto. Las estructuras de comunión
distribuyen responsabilidades, fomentan la unidad e igualdad, favorecen el crecimiento y la integración de
los agentes de pastoral, aprovechan los carismas y talentos de todos

Jesús no cumplió solo su misión, sino en colaboración con los apóstoles. A Jesús se le sigue en comunidad,
actuando como miembros del mismo cuerpo, igual que las primeras comunidades (Hech 2,42-47). La Igle-
sia es comunión de fe, esperanza y caridad (Lumen Gentium 8), es imagen de la Trinidad y tiene su mismo
dinamismo como Cuerpo de Cristo (1Cor.12, 12-30). El Documento de Aparecida nos llama a un proceso
constante de conversión pastoral y renovación misionera, abandonando “las estructuras caducas que ya
no favorezcan la transmisión de la fe” (365) y elaborando “el proyecto pastoral de la Diócesis, camino
de pastoral orgánica” como “respuesta eficaz y consciente para atender las exigencias del mundo de hoy”
(371). Francisco sueña “con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres,
los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la
evangelización del mundo actual más que para la autopreservación” (EG 27)

La comunión fortalece la Iglesia al servicio del Reino, la pone en estado de conversión y renovación per-
manente. La división es del maligno, hay que evitarla; la fuerza está en la unión. Crear estructuras de co-
munión y participación exige la práctica del amor: apertura, tolerancia, solidaridad, aceptación, respeto al
prójimo y a la Iglesia. “Muchos haciendo poco, no pocos haciendo mucho”: participación real, superando
el trabajo pastoral aislado e individualista; no somos islas. Hay que estructurarse en comunión para ser
efectivos; es mejor trabajar en equipo. Para poder asegurar un proceso adecuado de evangelización, dar
testimonio de unidad y llegar a los pobres y alejados, hoy es necesaria una pastoral organizada y sistema-
tizada, con objetivos y metas comunes. Esa es la finalidad del nuevo Plan pastoral arquidiocesano, coordi-
nando los planes de grupos, parroquias, vicarías y zonas. Para lograr la Iglesia que soñamos se necesita de
las opiniones, dones y capacidades de cada uno; trabajar en hermandad con visión clara hacia la misión, y
el rol de cada uno en la comunidad; trabajar hombro con hombro.

En este punto se hace especialmente urgente y concreto el llamado a la conversión pastoral:


➢ Orar por la unidad, vivir la fe en comunidad, consolidar la unidad y comunión eclesial
➢ Fomentar el sentido de pertenencia y comunión, sin aislarse cada uno en lo suyo, ni creerse mejor
que los demás
➢ Hablar un mismo lenguaje, saber escuchar, respetar la opinión de los otros y tomar en cuenta a to-
dos.
➢ Trabajar en unidad de metas y objetivos todos los grupos, con el mismo Plan arquidiocesano, pero
respetando la contextualización de las parroquias.
➢ Comunicación e interrelación continua entre los grupos y pastorales, asociaciones, sectores, minis-
terios, movimientos…
➢ Apertura y búsqueda de nuevos métodos pastorales, aceptar los cambios, romper los propios esque-
mas.
➢ Renovar las pastorales; preparar y actualizar a los agentes de pastoral que puedan implementar la
pastoral de conjunto que nos pide el Plan Pastoral Arquidiocesano
➢ Revisar y evaluar las estructuras vicariales y zonales, las pastorales, los grupos y movimientos
➢ Participación y representatividad de laicos, religiosos/as y sacerdotes de las parroquias en las re-
uniones de vicaría.
➢ No sólo reuniones, sino otras actividades (convivios, ferias, concursos, deportes…) que promuevan
la integración de los grupos.
➢ Pastoral de conjunto en la comunión del Espíritu Santo, como las primeras comunidades, más
trabajo de equipo y menos individualismo; evaluar este aspecto y formar en él a los agentes de
pastoral.
3. ETAPAS

1ª Etapa 2ª Etapa 3ª Etapa

Nombre Llamados a vivir Acogida y Vivir el compromiso


en comunidad crecimiento en la fe y la alegría de la fe en
en comunidad comunidad

Objetivo El pueblo de Dios que El pueblo de Dios que El pueblo de Dios que
peregrina en la peregrina en la peregrina en la Arqui-
Arquidiócesis de Arquidiócesis de diócesis de
Panamá, está convo- Panamá, vive en Panamá, vive y celebra
cado y sensibilizado comunidad, acoge y en esperanza el alegre
a vivir su identidad profundiza el anuncio compromiso de la fe en
comunitaria para eficaz y gozoso del comunidades
la construcción del Reino de Dios a los dinámicas-orgánicas
Reino, en orden a hombres y mujeres, y que transforman la
ser casa y escuela de continúa caminando realidad, y construye
comunión en el Señor a ser casa y escuela casa y escuela de
abierta a todos, con comunión en el Señor comunión en el Señor
una atención abierta a todos, con abierta a todos,
preferencial por los una atención con una atención
pobres preferencial por los preferencial por los
pobres

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