Programa de Pre y Pro de La Salud 1

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“UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO”

FACULTAD DE MEDICINA HUMANA

ESCUELA DE PSICOLOGÍA

CURSO:

PROGRAMA DE PREVENCIÓN Y PROMOCIÓN DE LA SALUD

TURNO:

5:05 a.m. a 7:45 p.m.

DOCENTE:

Ojeda Vivanco, Carlos Eugenio.

ESTUDIANTES:

Solis Salazar, Diego.

Trujillo - 2020
“PROGRAMA DE PREVENCIÓN DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR EN
MUJERES DE UN CENTRO DE SALUD”

I. DATOS GENERALES:

Responsable:

Solis Salazar, Diego.

Población:

Estudiantes de VII ciclo de la carrera de Psicología de una Universidad Privada.

Lugar:

En una universidad privada de Perú.

Duración:

1 mes

N° de Sesiones:

5 sesiones
II. INTRODUCCIÓN

Según Valdez e Hijar (2002) el problema de violencia intrafamiliar no siempre fue de


dominio público, hace unos años se mantenía en privado y quienes lo padecían, sufrían las
consecuencias en silencio, sin recibir ningún tipo de ayuda de parte de los servicios de salud,
asistencia social, ámbito legal y el sector académico. Esta tendencia empezó a cambiar en los
años 90, debido a movimientos sociales en favor del reconocimiento de los derechos de la
mujer, y el impacto que tiene el maltrato en la calidad de vida de las personas y sus
capacidades productivas. Duany y Ravelo (2005) afirman que en 1998 se empezó a percibir a
la violencia familiar como un problema de salud pública multifactorial. Minayo y Souza
(1997) concluyen que se deben crear propuestas y acciones para la prevención de este
problema. Vaiz y Nakano (2004) señalan que la violencia contra las mujeres ha tomado
importancia, debido a la magnitud en las consecuencias que esta tiene en la calidad de vida,
tanto en la morbilidad y mortalidad de las mujeres. Garbarino et al. (1998) manifiesta que
tiene una repercusión emocional negativa, y esto a su vez afecta en otras áreas y etapas
posteriores de desarrollo. Ferrari y Vecina (2002) indican que los sentimientos de impotencia
y la reducción de la confianza en las propias percepciones son características producidas por
la dinámica de violencia, esto es aumentado por la falta de afecto, la auto imagen deteriorada,
la dificultad de relaciones familiares y la orientación hacia la violencia. Da Silva (2017)
afirma que los niños que sufren violencia familiar, están más predispuestos al estrés y a la
violencia en ámbitos sociales. Según Izaguirre (2018) se han venido haciendo esfuerzos para
prevenir los casos de violencia familiar, a través de programas enfocados en padres, otros a
niños, a maestros, e intervenciones multimodales. Por último, Izaguirre (2018) manifiesta que
estos programas actúan sobre el problema para modificarlo, mas no aborda lo que causa este
problema, lo cual hace que las intervenciones se realicen constantemente. Asimismo, esto
programas tienen un enfoque educativo y su efectividad puede ser cuestionable, puesto que
los lugares donde se desarrollaron tenían niveles de pobreza más bajos.

III. FUNDAMENTACIÓN:

La problemática de la violencia familiar surge siempre dentro de un contexto de abuso de poder, como
un acto intencional para causar un daño y que trasgrede un derecho. Es un fenómeno social recurrente
y cíclico, considerado como una forma de vida en la que se usa la fuerza para imponerse y dominar, y
que genera un ambiente que atenta contra la convivencia armónica de la familia e impide el debido
desenvolvimiento y desarrollo de sus miembros.

La violencia familiar, a pesar de que se genera y ocurre en el ámbito de la vida privada afectando a
todos los integrantes de la familia, es un asunto que incumbe a toda la sociedad por su enorme costo
social, por el impacto que tiene sobre la salud física y mental de las víctimas y por sus vinculaciones
con la violencia social.
Así, la violencia familiar genera un impacto negativo en la economía, el desarrollo social y la salud.
Además de ser considerado como un grave problema de salud y de seguridad pública, la violencia
familiar es un delito poco denunciado que afecta los espacios vitales de hombres y mujeres, donde se
espera recibir afecto, protección y ayuda. De este modo, constituye una violación a los derechos de las
personas que la padecen e impide su desarrollo integral y la convivencia pacífica para llevar una vida
digna.

Los efectos que la violencia familiar trasciende y afecta a todas las esferas política, económica, social,
cultural y civil, pues menoscaba y anula el goce de los derechos fundamentales.

En la violencia familiar, subsisten profundas inequidades, que propician situaciones de maltrato y


violencia hacia los miembros de la familia o de los más débiles (en función del sexo, la edad o la
condición física), que se manifiestan cotidianamente. Ello ocurre tanto en el medio familiar, como en
el ámbito público. La desigualdad existente tanto en la vida pública como en la privada facilita el
abuso de poder, exponiendo a situaciones de violencia a los grupos que socialmente son más
vulnerables: las niñas, niños, adolescentes, mujeres embarazadas o personas en situaciones
especialmente difíciles; adultos mayores; hombres y mujeres con enfermedad física o mental
incapacitante, o en desventaja, física, económica o cultural.

Independiente de su estructura, la función básica de los arreglos familiares o domésticos deben en la


formación de personas contribuir a establecer con los demás, relaciones respetuosas y equitativas, lo
que seguramente incide positivamente en el control de formas de relaciones sociales violentas.

Aun cuando en nuestro país no se conoce de modo preciso y directo la magnitud y repercusiones de
este problema de salud pública, la violencia familiar no debe minimizarse. El espectro de daños a la
salud se da tanto en lo biológico desde retraso en el crecimiento de origen no orgánico, lesiones que
causan discapacidad parcial o total, pérdida de años de vida saludable, hasta la muerte, como en lo
psicológico y en lo social, pues existe un alto riesgo de perpetuación de conductas lesivas,
desintegración familiar, violencia social e improductividad.

El compromiso del Estado de Quintana Roo es coadyuvar a la prevención y disminuir la violencia


familiar, así como promover estilos de vida saludables, por la frecuencia en que, según estimaciones
sucede, y las consecuencias que genera, afectando la vida, la salud, la integridad y el desarrollo de las
personas, las familias y las comunidades.

Para hacer frente a la violencia familiar y promover la convivencia pacífica, y un derecho un ambiente
adecuado libre de violencia, es necesario fomentar la igualdad sustantiva entre los géneros y entre
todas las personas, y construir espacios donde el rescate de la tolerancia, el respeto a la dignidad y a
las diferencias entre congéneres, sean las bases de las relaciones interpersonales y sociales.

Asimismo, se requiere realizar nuevas investigaciones en el tema, que permitirán conocer la magnitud
y algunas características del problema, para estar en condiciones de afrontarlo mejor, de diseñar o
reforzar políticas públicas y tomar decisiones para su prevención y la atención integral de los
involucrados y lograr su paulatino abatimiento.

Contar con un modelo de prevención, en el Estado de Quintana Roo, representa la construcción de un


estado garante y de una democracia moderna en donde impere la igualdad sustantiva entre mujeres y
hombres, asimismo representa el compromiso del Estado por construir una cultura de prevención
como el primer paso para erradicar la violencia contra las mujeres.
La prevención, para todas las instituciones, incluye las políticas y acciones encaminadas a evitar los
actos de violencia familiar, sexual y contra las mujeres.

La promoción de una cultura de la no-violencia y la resolución pacífica de los conflictos, implican un


cambio profundo de mentalidades, creencias, estereotipos y actitudes relacionados con la valoración
social de las mujeres y los hombres, y con el desequilibrio de las relaciones de poder en la familia, las
comunidades y la sociedad. En el sector salud, las acciones de prevención operan a través de la
inclusión del tema en las acciones de promoción de la salud y la coordinación intersectorial que debe
darse desde el nivel local hasta el nacional.

El modelo de prevención, conduce a evitar, detectar y corregir la violencia familiar, de tal suerte que
incluye políticas y procedimientos que permiten identificar a las personas que viven o han vivido en
situaciones de violencia, con el fin de brindarles atención y asesoría y/o canalizarlas a las áreas e
instituciones adecuadas.

IV. DESCRIPCIÓN DE LA REALIDAD PROBLEMÁTICA:

La violencia familiar se presenta como una problemática a nivel mundial, que no llega a
concretarse como una enfermedad, pero si como un factor de riesgo que logra propiciarla, la
OMS (2005) determinó que un estudio realizado
Según Yugueros (2018) diversos estudios de organizaciones internacionales han declarado
que una de cada tres mujeres sufre violencia en algún momento de su vida, por lo que se ha
convertido en una “pandemia silenciosa“, y se ha pronosticado que podrá ser incluida como
una de las primeras quince causas de enfermedad y muerte en 2020.
La Dirección Territorial-Salud de Caldas (2017) señaló que el porcentaje de mujeres 15 a 49
años que han sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja a lo largo de su vida se
sitúa entre el 15% y el 71%. La violencia perpetrada por la pareja es la forma más común de
violencia que sufren las mujeres, el 30% de las mujeres en América Latina y el Caribe han
vivido violencia sexual o física a manos de la pareja, mientras que un 11% ha sufrido
violencia sexual perpetrada por un tercero.
A nivel nacional los datos son alarmantes, en un estudio del movimiento Manuela Ramos
(2001) en el año 2000, declarado de "Lucha contra la Violencia Familiar" se realizaron
69,179 reconocimientos clínicos por casos de violencia familiar que en promedio indican 190
casos de violencia doméstica al día, aproximadamente 8 casos por hora; o la Policía Nacional
del Perú, en el año 2001, sólo en la Comisaria de Mujeres de Lima, recibió un total de 1533
casos de violencia familiar o el Instituto de Medicina Legal del Ministerio Público, atendió a
75,213 personas para reconocimientos clínicos asociados a este problema.
Según datos de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar ENDES (2000), el 41% de les
mujeres alguna vez unidas ha sido empujada, golpeada o agredida físicamente por su esposo
o compañero, la mayoría de ellas 83% a veces y un considerable 16% lo ha sido
frecuenternente. Las mujeres que son o han sido "frecuentemente agredidas" por su esposo o
compañero, en mayor proporción son mujeres de 45 a 49 años de edad (23%); un 26% son
mujeres no tienen educación; y un 32 por ciento de ellas son separadas, viudas o divorciadas.
Según el lugar de residencia, las mayores proporciones se presentan entre las mujeres
residentes en los departamentos de Cusco (26 %) y Huánuco (28 %). El Movimiento Flora
Tristán (2002), reveló que en el Perú 6 de cada 10 hogares viven con violencia, en una
prevalencia de 35% para la agresión psicológica y 17% en la física. En un sondeo realizado
en el Distrito de Independencia de Lima el 30% de las mujeres han sufrido violencia física, el
48% violencia psicológica y el 12% violencia sexual, siendo el principal motivo de la
agresión los celos por parte de los cónyuges.

V. FINALIDAD:

El presente programa tiene como finalidad desarrollar acciones de prevención de la violencia


intrafamiliar.

VI. OBJETIVOS:

Objetivo General:

● Desarrollar acciones que faciliten la prevención violencia intrafamiliar en mujeres de


un centro de salud.

Objetivos Específicos:

● Sensibilizar a la población frente al tema de violencia familiar, y la importancia que


tiene prevenirlo.
● Promover la adquisición del conocimiento sobre temáticas de género, derechos
humanos y violencia familiar.
● Facilitar mecanismos para la detección y derivación en casos de violencia.
● Incrementar la estima personal y la toma decisiones asertivas para generar
empoderamiento.
● Fortalecer las redes de apoyo, para garantizar un acceso rápido a los centros estatales
contra la violencia.

VII. BASE LEGAL

La 49º Resolución de la Asamblea Mundial de la Salud de 1996, declaró que la violencia es


un problema de salud pública mundial, en respuesta al cual se ha despertado interés de
abogacía en pro de la familia, la mujer y la infancia, demandando más atención ante el abuso
físico, psicológico y sexual, por lo que se ofrecen diversos programas de asistencia, se han
reformulado legislaciones y desafiado las actitudes y creencias que mantienen los
comportamientos violentos, incrementándose las organizaciones estatales y no
gubernamentales de prevención, defensa, y atención a las víctimas.
Constitución Nacional:
- Art. 54: De la protección al niño: La familia, la sociedad y el Estado tienen la
obligación de garantizar al niño su desarrollo armónico e integral, así como el
ejercicio pleno de sus derechos, protegiéndolo contra el abandono, la desnutrición, la
violencia, el abuso, el tráfico y la explotación. En este artículo taxativamente se
establece que los derechos de niñas, niños y adolescentes son prevalecientes a
cualquier otro derecho.
- Art. 60: De la protección contra la violencia: El Estado promoverá políticas que
tengan por objeto evitar la violencia en el ámbito familiar y otras causas que atenten
contra su solidaridad.
- Art. 106: De la responsabilidad del funcionario y empleado público: Ningún
funcionario o empleado público está exento de responsabilidad. En los casos de
transgresiones, delitos o faltas que cometiesen en el desempeño de sus funciones, son
personalmente responsables, sin perjuicio de la responsabilidad subsidiaria del
Estado. Con este artículo los servicios ofrecidos a mujeres, niñas, niños y
adolescentes deben garantizar calidad y calidez en la atención.

Normas de rango legal:


En el Perú, la Ley No. 26842, Ley General de Salud, incluye como problema de salud pública
y mental a la violencia familiar, establece que la atención a la violencia familiar es
responsabilidad primaria de la familia y el estado.
Asimismo, la Ley Nº 30364 – “Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las
mujeres y los integrantes del grupo familiar”, la misma que tiene como objetivo principal la
protección de la víctima, pretendiendo extraerla de la situación de violencia en la que se
encuentra y así evitar que esta se prolongue obteniendo alguna consecuencia grave, por ello
dicha normativa regula el procedimiento específico para tramitar las denuncias en los casos
de violencia, brindando así de manera oportuna las medidas de protección, los cuales son
mecanismos procesales destinados a neutralizar o minimizar los efectos nocivos del ejercicio
de la violencia por parte de un agresor, asegurando de esta manera la integridad física,
psicológica, moral y sexual de la víctima (Ministerio Público, 2006).

VIII. ANTECEDENTES:

● INTERNACIONAL:

❏ El Centro Asesor de la Mujer del Gobierno de la Rioja (2016) diseñó el “Programa


de prevención e intervención para hombres con riesgo de violencia familiar”,
cuyo objetivo era el de prestar una atención integral a las mujeres víctimas de
violencia de género interviniendo simultáneamente con el varón. Enseñándole a los
hombres a vivir su vida conyugal o de pareja de forma distinta, a través de terapia
individual y/o grupal y mejorar la calidad de vida de las mujeres con las que
conviven. La población objetivo eran hombres mayores de 16 años que están
ejerciendo violencia en la familia así como aquellos en situación de riesgo de
ejercerla.

● NACIONAL:

❏ Izaguirre, D. y Díaz, P. (2000). “Programa para disminuir la violencia


intrafamiliar”. La muestra estuvo constituida por 42 mujeres mayores de 19 años de
edad, que tienen una familia formada. Los resultados obtenidos identificaron que el
55% de las mujeres sufrían abuso severo, el 36% estaba en el primer nivel de abuso y
el 9% en abuso peligroso; la medición de la funcionalidad familiar en el pre y post test
indicaron que un 43% son familias con disfuncionalidad severa, cambiaron con la
intervención al 21%. Se identificó en el post test 12% de familias funcionales. El
programa educativo aplicado para prevenir la violencia intrafamiliar, ha sido validado
en esta investigación.

IX. MARCO TEÓRICO :

● La violencia intrafamiliar

La violencia intrafamiliar es un fenómeno social que impacta la seguridad de gran


cantidad de hogares en el país, porque atenta contra la vida, el cuerpo, la dignidad, la
integridad psicológica o la libertad de los miembros del núcleo familiar, y constituye
un importante factor de riesgo de delincuencia. Para Guirado (2011) el término alude
a toda forma individual o colectiva de abuso, ejercida por integrantes de la familia en
un contexto de desequilibrio de poder, practicada intencional, impulsiva o
deliberadamente, por acción u omisión, que genera un daño en el aspecto físico,
psíquico, emocional, sexual y/o patrimonial de uno o varios de los integrantes del
grupo familiar.
De esta forma, conocer y reconocer sería la primera complejidad a desentrañar, para
poder abordar esta problemática: Los efectos de la violencia familiar son devastadores
a todo nivel, sobre todo para las víctimas, porque comprometen su salud física
(fracturas y traumatismos craneales), y dejan huellas a nivel psicológico, moral y
espiritual. Por un lado, existe una negación por parte del agresor que le imposibilita
tener una visión clara y acertada de su problema; por el otro, se produce sumisión y
miedo en la víctima ante la posibilidad de un nuevo evento violento. Se produce
entonces una dinámica entre víctima y victimario que tiende a perpetuarse y a
convertirse en un fenómeno cíclico (Campo-Redondo 2002).
A esto se suma que en nuestras sociedades existe una tendencia a que tanto victimario
como víctima legitimen el uso de la violencia, producto de la concepción que
históricamente se tienen de la relaciones de poder y jerarquía entre el hombre y la
mujer. Como parte de una conducta aprendida, estas relaciones se asumen dentro de la
desigualdad en el seno familiar: Tal fue el origen de la monogamia, según hemos
podido seguirla en el pueblo más culto y más desarrollado de la antigüedad. De
ninguna manera fue fruto del amor sexual individual, con el que no tenía nada en
común, siendo el cálculo, ahora como antes, el móvil de los matrimonios. Fue la
primera forma de familia que no se basaba en condiciones naturales, sino económicas,
y concretamente en el triunfo de la propiedad privada sobre la propiedad común
primitiva, originada espontáneamente. Preponderancia del hombre en la familia y
procreación de hijos que sólo pudieran ser de él y destinados a heredarle: tales fueron,
abiertamente proclamados por los griegos, los únicos objetivos de la monogamia. Por
lo demás, el matrimonio era para ellos una carga, un deber para con los dioses, el
Estado y sus propios antecesores, deber que se veían obligados a cumplir. En Atenas,
la ley no sólo imponía el matrimonio, sino que, además, obligaba al marido a cumplir
un mínimum determinado de lo que se llama deberes conyugales (Engels 1981).

● Tipología de la violencia intrafamiliar: víctimas y categorías


En el contexto de la cultura patriarcal, género y generación han sido los dos factores
claves para establecer la distribución del poder en la organización familiar. De esta
forma, podemos identificar los miembros en riesgo o víctimas más frecuentes: las
mujeres; los niños, niñas y adolescentes; y los ancianos; a quienes se agregan los
discapacitados (físicos y mentales), por su particular condición de vulnerabilidad.
○ Conyugal:
Cuando el agresor y la víctima tienen una relación de pareja, legalizada o no.
Difícilmente, este tipo de violencia se hace visible hacia los demás, ya que
esto ocurre solamente cuando hay daños graves físicos o psicológicos. La
víctima más frecuente en estos casos es la mujer. En 1993, la Asamblea
General de las Naciones Unidas definió la violencia contra las mujeres como:
“todo acto de violencia basada en la pertenencia al sexo femenino, que tenga o
pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico
para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación
arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública, como en la
vida privada” (Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la
Mujer, 1993)
○ Infanto-adolescente:
Cuando la víctima es un niño, una niña o un o una adolescente y resulta de
cualquier acción u omisión, no accidental, que provoque un daño físico o
psicológico a un niño por parte de sus padres o cuidadores. Incluye, entre otras
categorías: abuso y maltrato físico y sexual; abandono y abuso emocional;
abandono físico; testigo de violencia. La violencia en el seno del hogar suele
provenir de las figuras parentales o responsables de su cuidado. En algunos
casos se trata de madres, padres o padrastros golpeadores que fueron
maltratados en su propia infancia y quienes repiten patrones vividos en los
modelos de crianza recibidos. Otras veces, padres y madres tergiversan el
objetivo de la disciplina y asumen que la autoridad debe ejercerse de cualquier
manera, incluso con la violencia física (Bertrán Molina 2006).
○ De los adultos mayores:
Cuando la víctima es un adulto mayor y la agresión proviene de su núcleo
familiar. Incluye: agresión verbal, física, descuido de su alimentación, abuso
financiero y amenazas por parte de los hijos o de otros miembros de la familia.
En la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), se plasman ciertos
derechos fundamentales, entre ellos la igualdad y la prohibición de
discriminación por cualquier condición, el derecho a la seguridad social y a
condiciones de vida adecuadas. Todos estos derechos son extensivos a las
personas mayores y de importancia fundamental para el desarrollo de las
libertades en la vejez. Por lo tanto, constituyen un modelo o patrón moral para
guiar las iniciativas de los Estados en la materia. Las disposiciones
establecidas en los Principios de las Naciones Unidas en favor de las personas
de edad (la 46/91 de 1991) abarcan la necesidad de que los Estados garanticen
los derechos de los adultos mayores especialmente en cinco temas:
Independencia, Participación, Cuidados, Autorrealización y Dignidad.
○ De las personas con discapacidad o necesidades especiales:
Cuando la víctima es un miembro del núcleo familiar que tiene alguna
discapacidad física o intelectual. En este caso, se considera que mujeres,
niños, niñas y adolescentes y adultos mayores con presencia de algún tipo de
discapacidad se encuentran en una situación de alto riesgo de maltrato y
abuso. Verdugo 2004 presenta algunas hipótesis respecto a las razones que
justifican la posición de alto riesgo de maltrato asociada con la presencia de
una discapacidad (Burrell, Thomson y Sexton 1994):
1. La discapacidad puede percibirse como símbolo de castigo o
puede ser un constante recuerdo del fracaso en las expectativas
del padre y la madre de los padres (Morgan 1987; Arruabarrena
1987).
2. Alteración de los miembros de la familia, roles y rutinas de un
modo particularmente estresante, unido al gran número de
adaptaciones que deben realizarse (Farran, Metzger y Sparling
1986; Kazan y Marvin 1984).
3. Alteración de los recursos familiares (financieros,
socioeconómicos y sociales) producto de los cuidados médicos
y atención continuada (Sherrod et al. 1984, Huntington 1988,
Krents et al. 1987, Singer e Irvin 1989, Thorin e Irvin 1992,
Masters 1993; Verdugo y Bermejo 1994).
4. El aislamiento de las familias con respecto a su comunidad (lo
cual repercute en menos apoyo por parte del entorno); y la falta
de apego entre la persona con discapacidad y su padre y madre,
u otras personas miembros de la familia (Sobsey 1994).
○ Hacia otros parientes:
Cuando el agresor y la víctima tienen algún parentesco a excepción de la
relación conyugal. Incluye: abuso y maltrato físico, sexual; abandono y abuso
emocional; abandono físico y financiero.
● Maltrato físico:
Según Sacroisky (2003) es la forma más evidente y llamativa de maltrato. Es también
una emergencia médico-social con elevado impacto psicológico. Existe una red de
profesionales que encara diferentes aspectos del problema desde diferentes
perspectivas (el enfoque médico, el psicológico, el legal, el sociológico y el de la
asistencia social).
● Abuso sexual:
El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (2012) refiere que el abuso
sexual es toda interacción donde se utiliza a un niño, niña o adolescente para la
satisfacción sexual de una persona adulta (o de un o una adolescente con diferencia
significativa de poder). Puede producir con contacto físico o sin él, por lo que abuso
sexual no solo significa violación sexual sino también tocamientos y otro tipo de
interacciones que aunque no incluyan contacto físico constituyen una interferencia en
el desarrollo sexual del o la menor de 18 años. Suele ser perpetrado por personas
cercanas a la víctima, inclusive familiares, por lo que sus consecuencias son de
especial gravedad.
● Abandono y abuso emocional:
Soriano (2015) manifiesta que son acciones, actitudes que generan incapacidad para
proporcionar un ambiente emocional propicio para el desarrollo psicológico, físico
que permita lograr independencia y seguridad, estas acciones pueden ser: conductas
de ignorar al menor, o conductas como gritar al menor, enfurecerse con él, regañarles
violentamente, amenazarlos.
● Abandono físico:

● aquella situación de
desprotección donde las
● necesidades físicas básicas del
niño (alimenta-
● ción, higiene, vestido, protección
y vigilancia en
● las situaciones potencialmente
peligrosas, edu-
● cación y/o cuidados médicos) no
son atendidas
● temporal o permanentemente por
ningún
● miembro de la unidad donde
convive el menor
● (Arruabarrena y de Paúl, 1994)
● aquella situación de
desprotección donde las
● necesidades físicas básicas del
niño (alimenta-
● ción, higiene, vestido, protección
y vigilancia en
● las situaciones potencialmente
peligrosas, edu-
● cación y/o cuidados médicos) no
son atendidas
● temporal o permanentemente por
ningún
● miembro de la unidad donde
convive el menor
● (Arruabarrena y de Paúl, 1994)
aquella situación de desprotección
donde las
necesidades físicas básicas del niño
(alimenta-
ción, higiene, vestido, protección y
vigilancia en
las situaciones potencialmente
peligrosas, edu-
cación y/o cuidados médicos) no son
atendidas
temporal o permanentemente por
ningún
miembro de la unidad donde convive
el menor
(Arruabarrena y de Paúl, 1994)
Es aquella situación de desprotección donde las necesidades físicas básicas del niño
(alimentación, higiene, vestido, protección y vigilancia en las situaciones
potencialmente peligrosas, educación y/o cuidados médicos) no son atendidas
temporal o permanentemente por ningún miembro de la unidad donde convive el
menor (Arruabarrena y de Paúl, 1994).
● Malos tratos de tipo material o económico:
Según la OMS (2002) consiste en explotar a una persona mayor o hacer uso de sus
fondos o recursos en forma ilícita o indebida.
● Testigo de violencia:
En una investigación realizada por Vargas (2012) una de las vivencias más difíciles
para las y los jóvenes fue el haber sido testigos de violencia de pareja, de los padres
hacia sus madres. Al recordar esas situaciones, predominan los sentimientos de miedo
y dolor, y una sensación de impotencia al no haber podido evitar el maltrato hacia sus
madres.

X. METODOLOGÍA

➔ Responsable:

- Solis Salazar, Diego.

➔ Participantes:

Estudiantes de VII ciclo de la carrera de Psicología de una Universidad Privada.

➔ Actividades del Programa de Promoción de la Salud Sexual y Reproductiva en


Estudiantes de VII Ciclo de la Carrera de Psicología de una Universidad
Privada.

SESIONES OBJETIVO ACTIVIDADES MATERIALES TIEMPO


Sesión 1 : Sensibilizar a la Inicio: - Diapositivas 40 minutos
“Algo población frente al El responsable de la sesión se - Videos
tema de violencia presenta, hace una pequeña
preocupant
familiar, y la introducción del tema, y propone una
e” importancia que tiene lluvia de ideas acerca de violencia
prevenirlo. familiar, a modo de compartir
conocimiento.
Desarrollo:
Se colocará un breve video donde se
explique la realidad problemática de
la violencia familiar. Se pedirá la
intervención de las participantes,
haciendo preguntas o solicitando
algún comentario acerca del video.
Se invitará a compartir una anécdota
acerca de violencia familiar, ya sea
que se haya vivenciado de forma
directa o indirecta.
Final:
Se expondrá acerca de los beneficios
que implica la prevención de la
violencia familiar, a través de
diapositivas. Para finalizar, el
encargado hace un pequeño
agradecimiento por la participación y
se despide.
Sesión 2 Promover la Inicio: -Diapositivas 40 minutos
“Conociend adquisición del El responsable de la sesión se - Video
conocimiento sobre presenta y hace una pequeña didactico.
o los
temáticas de género, introducción del tema. Formula unas - Diapositivas
derechos” derechos humanos y preguntas para estimular la - Aplicaciones
violencia familiar. participación y evaluar los
conocimientos.
Desarrollo:
Se expondrá el tema utilizando
diapositivas, luego se utilizará la
aplicación de Kahoot!, por el cual de
forma lúdica se podrá afianzar el
aprendizaje, mediante preguntas que
las participantes deben responder para
ganar puntos.
Luego se presenta un caso que
ejemplifique el uso de derechos para
prevenir la violencia familiar.
Final:
Se presenta un video corto que
refuerce lo trabajado en la sesión, y
para finalizar el encargado hace un
pequeño agradecimiento por la
participación y se despide.

Facilitar mecanismos Inicio: -Diapositivas 40 minutos


Sesión 3: para la detección y El responsable de la sesión se -Video
derivación en casos presenta y hace una pequeña
“Detectand
introducción del tema. Se solicita una
o a tiempo” de violencia.
lluvia de ideas respecto a cómo
detectar casos de violencia a tiempo.
Desarrollo:
Se trabajará con una dinámica de
roles, donde las participantes
adoptaran papeles tanto de víctimas
como victimarios, luego se
preguntará a los demás participantes
en qué casos se reflejó la violencia
intrafamiliar.
El encargado expondrá el tema
utilizando diapositivas.
Final:
Se hace una pequeña ronda de
preguntas, donde las participantes
podrán aclarar sus dudas sobre el
tema hablado. Finalmente el
responsable se despide y agradece la
atención de las participantes.

Incrementar la estima Inicio: -Diapositivas 40 minutos


Sesión 4: personal y la toma El responsable de la sesión se presenta -Video
decisiones asertivas y hace una pequeña introducción del - Trípticos
“Tomando
tema. A continuación, se solicita la
un poco de para generar
intervención de las participantes para
control” empoderamiento. que opinen de la importancia de la
estima personal y la tomar decisiones
asertivas.
Desarrollo:
El encargado expone el tema mediante
diapositivas, luego se le pedirá a cada
participante que comente acerca de
dos puntos fuertes que tenga,
asimismo comente qué se necesita
para tomar buenas decisiones. Se hace
una pequeña ronda de preguntas,
donde los participantes podrán aclarar
sus dudas sobre el tema hablado.
Final:
Se reparten trípticos dónde se indica
formas de mejorar estas capacidades.
Finalmente el responsable se despide
y agradece la atención de las
participantes.

Fortalecer las redes de Inicio: - Diapositivas 40 minutos


Sesión 5 : apoyo, para garantizar El responsable de la sesión se presenta para la charla
un acceso rápido a los y hace una pequeña introducción del - Videos
“La ayuda
tema. Luego se preguntará acerca de - Infografías
está a la centros estatales
algún contacto con estas redes de
vuelta de la contra la violencia. apoyo.
esquina” Desarrollo:
El encargado expone el tema mediante
diapositivas, luego se colocará un
breve video informativo acerca de las
redes de apoyo. Se realizará la
dinámica “reflejando nuestros
conocimientos” donde las
participantes darán a conocer los
conocimientos que tienen sobre el
tema.
Final:
Se reparten infografía acerca de las
redes de apoyo. Finalmente el
responsable se despide y agradece la
atención de las participantes.

REFERENCIAS:
● MINISTERIO DE LA MUJER Y POBLACIONES VULNERABLES. (Julio de 2016).
mimp. Obtenido de mimp: https://www.mimp.gob.pe/files/direcciones/dgcvg/mimp-
marcoconceptual-violencia-basada-en-genero.pdf
● OMS (2002). Informe mundial sobre la violencia y la salud. Washington, DC: OPS

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