bt-CAP XXI
bt-CAP XXI
bt-CAP XXI
Falsacionismo
XXI
Neopositivismo. Falsacionismo
21.1.Contextos Epistemológicos.
21.2.Neopositivismo y verificabilidad.
21.2.1.Clasificación de las proposiciones según Carnap.
21.2.2.Observación objetiva e inducción.
21.3. Karl Popper y el falsacionismo.
21.4. Inductivismo, falsacionismo y explicación científica.
21.4.1.El problema de la verificación de las proposiciones universales
21.4.2.Crítica al inductivismo y al falsacionismo.
21.4.3.¿Pero existen las proposiciones observacionales puras?
EJERCICIOS
El siglo XX consagró la idea de que es más profunda la pregunta por el hacer que por el
ser. En particular, la Epistemología ha ido dejando de lado la pregunta por el ser de la
ciencia, para preguntarse qué hace la ciencia, qué hace el científico cuando hace ciencia o
qué clase de acto es el acto de explicar científicamente. Y en tal sentido, el objeto de
estudio de la Epistemología es, pues, la ciencia como proceso, y en este objeto ella coincide
con la Metodología y con la Sociología y la Historia de las Ciencias, aunque ingresen a él
desde posiciones distintas. O sea que, como lo manifiesta Jean Piaget, se trata de una
materia necesariamente interdisciplinaria. Y más. El carácter procesual de la ciencia que
trata de explicar, pone de relieve la importancia de ubicarse históricamente, de discernir los
momentos fundamentales para comprender la investigación científica como parte de los
procesos sociales concretos, los que operan como condiciones de su realización.
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XXI. Reseña de algunas epistemologías. Neopositivismo . Falsacionismo
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matices que más se acentúan en unas y otras corrientes. De hecho, en la actualidad, otros
autores proponen ampliar el número de contextos, poniendo especial énfasis en las
interacciones que existen entre los mismos. G. Klimovsky, por ejemplo, sostiene la
necesidad de hablar, además, de un contexto de aplicación; “en el que se discuten las
aplicaciones del conocimiento científico, su utilidad, su beneficio o perjuicio para la
comunidad o la especie humana”1. Y, J. Echeverría2, recogiendo el punto de vista de no
pocos epistemólogos e historiadores y/o sociólogos de las ciencias, propone agregar un
contexto de educación (enseñanza y difusión de la ciencia): “La ciencia está socialmente
regulada y posee sus propias técnicas de presentación, justificación, valoración y aplicación
de las teorías científicas, que no tienen por qué ser las mismas que las usadas en los
restantes ámbitos de la actividad científica.” (Ver LECTURAS del capítulo).
Las notas más relevantes de los dos contextos distinguidos por Reichenbach se podrían
esquematizar así:
Normativas Descriptivas
● Ahistoricidad Historicidad
A lo largo del siglo XX, y al lado de las epistemologías normativas, se abren paso y
coexisten otras elaboraciones epistemológicas correspondientes al llamado contexto del
descubrimiento, conocidas también como epistemologías descriptivas o epistemologías con
sujeto. Estas utilizan criterios más laxos, considerando aspectos históricos, sociológicos,
psicológicos, etc.; su atención se centra en el proceso de producción del conocimiento y,
1
Op.cit. p.30.
2
Javier Echeverría: Filosofía de la ciencia, p. 60.
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XXI. Reseña de algunas epistemologías. Neopositivismo . Falsacionismo
Por el contrario, uno de los aportes fundamentales de estas corrientes radica en enfocar
los problemas de la producción del conocimiento desde distintos ángulos. Sin abandonar la
lógica, y trabajando siempre con un tipo de descripción-explicación interdisciplinaria, unos
autores ponen el acento en las determinaciones históricas y sociales de todo conocimiento
(T.Kuhn); otros, marcan la relevancia de la trama psicológica (G.Bachelard) o psico-
sociológica (J.Piaget-R.García), o se detienen en el carácter ideológico subyacente a toda
elaboración teórico-científica (P.Feyerabend), o plantean la imperiosa necesidad de un
autoconocimiento del conocimiento científico (E.Morin), o ponen el énfasis en el aspecto
constructivista de todas las fases del conocer (G.Fourez)... y la lista no se termina. Es obvio
que no podemos referirnos con cierta extensión a todos ellos; estamos obligados a hacer
una selección, a pesar de la conciencia de que dejamos por fuera autores de primera línea.
Recogen la tradición empirista (doctrina que considera que el conocimiento surge de los
datos de los sentidos, o sea de la experiencia sensible), y también asumen los aportes de la
lógica matemática. Combaten en particular a la metafísica, afirmando que este tipo de
discurso es carente de sentido. Tal acusación supone establecer un criterio de
significatividad o sentido, al que nos hemos referido en capítulos anteriores.
Las proposiciones que consideran con sentido las clasifican en dos tipos: las
proposiciones lógico matemáticas y las empíricas. Según R. Carnap las proposiciones
significativas son de tres formas y cualquiera que no pertenezca a ellas es una pseudo
proposición.
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XXI. Reseña de algunas epistemologías. Neopositivismo . Falsacionismo
Enunciados sintéticos: son verdaderos o falsos por razones extralógicas, o sea, que
dependen de la experiencia.
Ejemplo: A
Es preciso aclarar que no es lo mismo falso que sin sentido. Para que un enunciado
pueda ser declarado falso debe ser posible evaluarlo, es decir tratarlo lógica o
empíricamente. Como señala M. Schlick, tal distinción es fundamental para entender
algunos de los postulados básicos del neopositivismo. [Ver la cita de Schlick en las
Lecturas de este capítulo, p.354].
Mediante la inducción se obtienen las leyes a las cuales Carnap define como: “La
enunciación más precisa posible de regularidades constantes observables en la naturaleza.”
Si la regularidad se afirma en todo tiempo y lugar sin excepciones, se trata de una ley de
tipo universal o general, de la forma “todo x es f”.
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Inducción Deducción
Criterio
Este x es f, este x es f, este x es f, este x es f ... este x es f Prueba verificacionista
Popper afirma que una teoría es científica si puede separar por vía deductiva los
enunciados singulares compatibles con ella y los incompatibles, y agrega respecto de estos
últimos, que la clase o conjunto de los falseadores potenciales no debe ser vacía, sino que
siempre debe ser mayor que cero. En la medida que los falseadores (como realidades
empíricas o “hechos”) no aparezcan, es decir, que no se logre falsar la teoría
empíricamente, se dirá de la misma que está corroborada o aceptada, que “tiene temple”;
esto no significa que en el futuro pueda aparecer algún falseador con lo cual la teoría caería.
El mecanismo utilizado consiste en una regla lógica llamada Modus Tollens y que opera
con el siguiente esquema deductivo:
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A B
~B
-------------
~A
Usted dispone, entre los materiales anexos, de un texto cuya lectura es imprescindible
para la comprensión de algunos de los conceptos medulares que estructuran la concepción
popperiana: Karl Popper, La lógica de la investigación científica. Cap. I: Panorama de
algunos problemas fundamentales.
La tarea principal de la ciencia es ofrecer explicaciones. Ahora bien, ¿qué es dar una
explicación? Explicar es responder a la pregunta ¿por qué? O más específicamente,
responder a las preguntas del tipo: ¿por qué ocurrió tal cosa?, ¿por qué existe tal otra?, ¿por
qué se da tal estado de cosas? O sea, preguntas que versan sobre el por qué de ciertos
hechos, o cómo estos se producen3. Como esta pregunta puede contener significados muy
distintos, que, a su vez, admiten respuestas diversas, existen muchas clases de
explicaciones. Aquí nos limitaremos al género de explicación que es usual en las ciencias
empíricas (la física, la química, la biología, etc.) y que ha sido estudiado por filósofos
contemporáneos como Popper o Hempel, para cuya exposición nos apoyaremos en un
artículo muy sencillo, titulado La explicación.4 Veamos.
Tenemos un hilo, llamémoslo H, uno de cuyos extremos está unido al techo y del otro
cuelga un peso, P. Después de unos instantes, el hilo se rompe. Nos preguntamos ¿por qué
se ha roto H? Un físico nos daría más o menos esta respuesta:
3
Alberto Cha, Elementos de Epistemología,.Cap.11: La explicación científica.
4
En: Porlán, García y Cañal (1988), op. cit.
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1. Todo hilo (y, en general, todo cuerpo físico) de una estructura dada E (un
determinado grosor, un determinado material, etc.) puede soportar sin romperse una
tracción, por ejemplo, un peso de valor F. Si la fuerza de tracción que ha de
soportar el hilo es mayor que F, el hilo se rompe.
2. Un hilo de estructura de E1 puede soportar sin romperse una tracción de valor F1. Si
aumenta la fuerza de tracción, el hilo se romperá.
3. H es un hilo de estructura E1.
4. P, el peso colgado de H, es superior a F1.
5. El hilo H se rompe.
Ln significa ley científica (todas las leyes científicas son proposiciones universales).
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Cn, es una abreviatura de proposición observacional que expresa una de las condiciones
iniciales y E está en lugar de la proposición observacional que ha de ser explicada. La raya
horizontal quiere indicar que lo que viene tras ella es consecuencia lógica de lo escrito
sobre ella.
Sin embargo, estos entimemas a menudo esconden una mala explicación. Para que una
afirmación sea científica debe poder funcionar como predicción. No basta afirmar que,
puesto que el hilo se rompió, hemos suspendido de él un peso excesivo. Es indispensable
prever, antes de colgar el peso, si el hilo lo soportará o no.
¿Qué pasaría si alguien explicase la ruptura del hilo declarando que se ha roto porque
un geniecillo (por ejemplo, un gnomo) invisible lo ha cortado con unas tijeras también
invisibles? Indudablemente, nos reiríamos de él.
Como ya hemos visto, el empirismo no admite que tenga sentido ninguna proposición
que no sea verificable. ¿Qué ocurre entonces con las proposiciones universales? Sabemos
que tales proposiciones no pueden ser verificadas por medio de la observación sensible. Se
puede verificar que un fenómeno enunciado por una proposición universal se da, digamos
unas 1010 veces, pero es lógicamente imposible que se verifique en todos los casos. De
modo que desde el punto de vista empirista las proposiciones universales que expresan
leyes carecen de sentido. ¿Se desdibuja, por tanto, la diferencia entre las dos explicaciones
(la mágica y la científica)?
Para escapar a esta incómoda conclusión, los filósofos empiristas han intentado dos
caminos: el inductivismo y el falsacionismo. Los inductivistas, encabezados por R. Carnap,
estiman que, si bien es verdad que las proposiciones universales no pueden ser verificadas
totalmente, y por consiguiente, nunca podremos estar absolutamente seguros de su verdad,
la verificación de proposiciones singulares que caen bajo ellas, aumenta la probabilidad de
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XXI. Reseña de algunas epistemologías. Neopositivismo . Falsacionismo
su verdad. Dicho con un ejemplo. Es imposible verificar en todos los casos lógicamente
posibles la ley de Newton de atracción gravitatoria, sin embargo, podemos verificar
proposiciones singulares (observacionales) que se deducen de la ley de Newton, por ej.,
aquella que enuncia en qué modo se ha de atraer estos dos cuerpos concretos. La
verificación de un caso singular no confirma plenamente la ley de Newton, la hace un poco
más probable, o sea, aumenta su probabilidad de que sea verdadera.
Sea la proposición universal “el azufre arde con llama azul”; de esta proposición y de la
proposición singular “este objeto es azufre” se deduce la proposición también singular “este
objeto arde con llama azul”. Si realizamos el experimento: acercamos a la llama el objeto
en cuestión y observamos que efectivamente arde con llama azul, la proposición universal,
en opinión de los inductivistas, queda confirmada. Podemos resumir lo que acabamos de
decir en un esquema lógico:
L O E L O E
E E
------------------ lo que es lo mismo: ----------------
L L
donde L es una variable que representa una ley científica (por tanto, una proposición
universal). O está en lugar de una proposición observacional (en nuestro ejemplo, “este
objeto es azufre”) y E significa también una proposición observacional (“este objeto arde
con llama azul”).
Sin embargo, es fácil ver, por los conocimientos de lógica que posee, que el anterior
esquema de razonamiento es incorrecto. Comete lo que suele llamarse falacia de la
afirmación del consecuente. ¿Quiere esto decir, por consiguiente, que de la experiencia no
podemos inferir –mediante un razonamiento deductivamente válido nada sobre las
proposiciones universales? Los falsacionistas creen que no. Sostiene que si predecimos un
fenómeno a partir de una ley científica y, al realizar la experiencia, observamos que el
fenómeno no se da, entonces podemos inferir, con necesidad lógica, la falsedad de la ley
que hemos utilizado para llevar a cabo la predicción. En el ejemplo que estamos
manejando, podríamos inferir que el azufre no arde con llama azul si este trozo de azufre
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XXI. Reseña de algunas epistemologías. Neopositivismo . Falsacionismo
que tengo en las manos no ardiese con llama azul. El esquema del razonamiento
falsacionista es el siguiente:
L O E L O E
E ~E
------------------ -------------------
L ~ L
Nos limitaremos a la critica del falsacionismo porque todo lo que digamos a este
respecto vale, a fortiori (es decir: con más razón, a mayor abundamiento) del inductivismo.
E ~ E
________________________________________ ________________________________________
( L 1 L2 L3 ....) ~ ( L 1 · L2 · L3 · ....)
Millikan en 1909 trató de probar que la electricidad presentaba una estructura atómica,
esto es, que no puede existir una carga eléctrica menor de un cierto valor (justamente el
valor del átomo de electricidad) y que toda carga eléctrica es múltiplo entero del valor
mínimo de carga eléctrica. A tal fin, construyó un dispositivo que le permitiese medir la
carga eléctrica de una minúscula gota de aceite (o de mercurio) calculando la velocidad con
que dicha gota caía por la fuerza de la gravedad o subía por un campo magnético situado
por encima de ella. El valor de la carga eléctrica atómica calculado por este procedimiento
fue de 4,774 x 10-10 unidades electrostáticas. Posteriormente otros investigadores midieron,
utilizando otros medios, pequeñas cargas eléctricas y hallaron que no eran múltiplos enteros
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XXI. Reseña de algunas epistemologías. Neopositivismo . Falsacionismo
Una primera respuesta consiste en afirmar que de ambos experimentos se deduce que la
estructura que presenta la electricidad no es atómica, ya que la predicción que la
experiencia ha mostrado falsa se realizó partiendo de la ley científica: “la electricidad
presenta una estructura atómica”. Pero no es la única respuesta, pues para realizar dicha
predicción se tuvieron que tener en cuenta otras muchas leyes. Experiencias posteriores se
mostraron que precisamente fue una de estas leyes accesorias la que era falsa. Millikan se
había equivocado ligeramente en el valor de la viscosidad del aire.
Hasta ahora se ha dado por supuesto que es posible conocer la verdad o falsedad de una
proposición observacional con toda certidumbre mediante la experiencia. Precisamente esta
es la afirmación básica del empirismo. ¿Es de hecho así?
En el siglo pasado se había observado que el planeta más exterior, Urano, no seguía
completamente la órbita que era de esperar de ser ciertas las leyes de Newton. Nadie, por
eso, puso en duda seriamente la verdad de las leyes de Newton (ni de ninguna de las leyes
utilizadas para predecir la órbita, que eran, sobre todo leyes matemáticas). Todos confiaban
en que pronto se encontraría una solución para esa situación anómala. Independientemente,
uno del otro, el astrónomo inglés Adams y el astrónomo francés Leverrière descubrieron
que, si existiese un planeta de una determinada masa más exterior que Urano, la órbita de
este quedaría, de acuerdo con las leyes de Newton, modificada lo suficiente como para
coincidir con la órbita observada. Galle, otro astrónomo, dirigió su telescopio hacia donde
según Adams y Leverrière debía encontrarse en ese momento dicho planeta y descubrió el
planeta Neptuno.
Vemos, pues, que no siempre que la experiencia muestra que una predicción es falsa
podemos sacar en conclusión que una de las leyes científicas que hemos utilizado es falsa,
ya que el error puede encontrarse en alguna de las condiciones iniciales (expresadas por
proposiciones observacionales) tenidas en cuenta para realizar la predicción.
Igualmente en el siglo pasado, se conocía que la órbita del planeta más cercano al Sol,
Mercurio, no era exactamente la que se deducía a partir de las leyes de Newton y las
condiciones iniciales conocidas. Se intentó una solución semejante a la utilizada en el caso
de Urano. Los mismos astrónomos propusieron que había de existir un planeta de poca
masa cercano a Mercurio, al que llamaron Vulcano, responsable de la desviación orbital de
este planeta. Todavía nadie ha encontrado con su telescopio a Vulcano.
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XXI. Reseña de algunas epistemologías. Neopositivismo . Falsacionismo
El siguiente es un texto de Alan Chalmers, ¿Qué es esa cosa llamada ciencia?, que
muestra cómo las proposiciones observacionales dependen de proposiciones universales
(leyes científicas) y que, por tanto, son dudosas como estas.
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XXI. Reseña de algunas epistemologías. Neopositivismo . Falsacionismo
SLECTURASLECTURASLECTURASLECTURASLECTURA
Si alguien quiere calificar como positivista a toda opinión que niegue la posibilidad de
la metafísica, como una mera definición no tiene nada de objetable y en ese sentido yo me
designaría a mí mismo un estricto positivista; pero naturalmente esto sólo es válido en el
supuesto de una específica definición de «metafísica». Qué definición de metafísica es la
que debe tomarse aquí como base, por el momento no interesa [...]. Si en concordancia con
lo que se ha repetido desde tiempos remotos, afirmamos que la metafísica es la teoría del
«verdadero ser», esta aseveración supone que frente al verdadero y auténtico ser se
encuentra un ser inauténtico menospreciado, sólo aparente, situación que en verdad han
sostenido todos los metafísicos desde los tiempos de Platón y de los eleatas. Este ser
aparente es el elemento constitutivo del reino de las «apariencias», y en tanto que la
auténtica realidad trascendente no puede ser alcanzada sino con dificultades y mediante los
esfuerzos del metafísico las ciencias específicas solamente se reservarán las apariencias que
resultan las únicas asequibles a su forma de conocimiento. La oposición entre estas formas
para conocer dos «modos de ser» se justifica mediante la afirmación de que las apariencias
están inmediatamente presentes, nos son «dadas», en tanto que la realidad metafísica tiene
que ser inferida de ellas de alguna manera indirecta. Parece que así llegamos a un concepto
fundamental en los positivistas, ya que siempre hablan de «lo dado», y habitualmente
formulan su principio fundamental en la proposición que afirma que el filósofo y el
científico deben permanecer siempre dentro de lo dado, que ir más allá, como intenta el
metafísico, es imposible o carente de sentido.
Esto equivale a identificar «lo dado» del positivismo con «las apariencias» de la
metafísica, y a considerar que el positivismo es en el fondo una metafísica de la cual se ha
excluido o seccionado lo trascendente; tal opinión pudo verdaderamente con frecuencia
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XXI. Reseña de algunas epistemologías. Neopositivismo . Falsacionismo
haber inspirado los argumentos de los positivistas del mismo modo que los de sus
adversarios, pero con esta creencia nos encaminamos hacia errores peligrosos [...].
2) El principio anterior no supone ni significa que sólo lo dado sea real; semejante
afirmación es un sin sentido.
4) No es una «teoría del como si»; no afirma que todo se comporta como si
existiesen cuerpos físicos independientes, ya que para él es igualmente real
aquello que el científico que no filosofa llama real. El objeto de estudio de la
física no son las sensaciones, sino las leyes. La formulación usada por algunos
positivistas relativa a que los cuerpos son sólo «complejos de sensaciones», debe,
en consecuencia, rechazarse; lo correcto es que sólo proposiciones relativas a
cuerpos puedan ser transformadas en proposiciones equivalentes, relativas al
desarrollo de sensaciones en concordancia con las leyes respectivas.
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XXI. Reseña de algunas epistemologías. Neopositivismo . Falsacionismo
tú afirmas es falso», sino «lo que tú afirmas no dice nada en absoluto». No lo contradice,
sino que le dice: «No te entiendo».
Pero, ¿cuáles son estos «métodos de las ciencias empíricas»? Y, ¿a qué cosa llamamos
«ciencia empírica»?
1. El problema de la inducción
De acuerdo con una tesis que tiene gran aceptación -y a la que nos opondremos en este
libro-, las ciencias empíricas pueden caracterizarse por el hecho de que emplean los
llamados «métodos inductivos»: según esta tesis, la lógica de la investigación científica
seria idéntica a la lógica inductiva, es decir, al análisis lógico de tales métodos inductivos.
Ahora bien, desde un punto de vista lógico dista mucho de ser obvio que estemos
justificados al inferir enunciados universales partiendo de enunciados singulares, por
elevado que sea su número; pues cualquier conclusión que saquemos de este modo corre
siempre el riesgo de resultar un día falsa: así, cualquiera que sea el número de ejemplares
de cisnes blancos que hayamos observado, no está justificada la conclusión de que todos los
cisnes sean blancos.
5
Hemos suprimido las notas a pie de página para hacer menos engorrosa la lectura y porque en su mayoría
son notas técnicas, no imprescindibles para esta primera aproximación. De cualquier manera, en el caso que el
estudiante considere necesario su consulta, tiene las referencias bibliográficas completas del texto.
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XXI. Reseña de algunas epistemologías. Neopositivismo . Falsacionismo
Pero tal principio de inducción no puede ser una verdad puramente lógica, como una
tautología o un enunciado analítico. En realidad, si existiera un principio de inducción
puramente lógico no habría problema de la inducción; pues, en tal caso, sería menester
considerar todas las inferencias inductivas como transformaciones puramente lógicas, o
tautológicas, exactamente lo mismo que ocurre con las inferencias de la lógica deductiva.
Por tanto, el principio de inducción tiene que ser un enunciado sintético: esto es, uno cuya
negación no sea contradictoria, sino lógicamente posible. Surge, pues, la cuestión acerca de
por qué habría que aceptar semejante principio, y de cómo podemos justificar
racionalmente su aceptación.
..................................................................................................................................................
Por mi parte, considero que las diversas dificultades que acabo de esbozar de la lógica
inductiva son insuperables. Y me temo que lo mismo ocurre con la doctrina, tan corriente
hoy, de que las inferencias inductivas, aun no siendo «estrictamente válidas», pueden
alcanzar cierto grado de «seguridad» o de «probabilidad». Esta doctrina sostiene que las
inferencias inductivas son «inferencias probables». (...)
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XXI. Reseña de algunas epistemologías. Neopositivismo . Falsacionismo
La teoría que desarrollaremos en las páginas que siguen se opone directamente a todos
los intentos de apoyarse en las ideas de una lógica inductiva. Podría describírsela como la
teoría del método deductivo de contrastar, o como la opinión de que una hipótesis sólo
puede contrastarse empíricamente -y únicamente después de que ha sido formulada.
Para poder desarrollar esta tesis (que podría llamarse «deductivismo», por
contraposición al «inductivismo» es necesario que ponga en claro primero la distinción
entre la psicología del conocimiento, que trata de hechos empíricos, y la lógica del
conocimiento, que se ocupa exclusivamente de relaciones lógicas. Pues la creencia en una
lógica inductiva se debe, en gran parte, a una confusión de los problemas psicológicos con
los epistemológicos; y quizá sea conveniente advertir, de paso, que esta confusión origina
dificultades no sólo en la lógica del conocimiento, sino en su psicología también.
He dicho más arriba que el trabajo del científico consiste en proponer teorías y en
contrastarlas.
La etapa inicial, el acto de concebir o inventar una teoría, no me parece que exija un
análisis lógico ni sea susceptible de él. La cuestión acerca de cómo se le ocurre una idea
nueva a una persona --ya sea un tema musical, un conflicto dramático o una teoría
científica-- puede ser de gran interés para la psicología empírica, pero carece de
importancia para el análisis lógico del conocimiento científico. Este no se interesa por
cuestiones de hecho (el quid facti? de, Kant), sino únicamente por cuestiones de
justificación o validez (el quid juris? kantiano); sus preguntas son del tipo siguiente:
¿ puede justificarse un enunciado?; en caso afirmativo, ¿de qué modo? ¿es contrastable?;
¿depende lógicamente de otros enunciados?; ¿o los contradice quizá? Para que un
enunciado pueda ser examinado lógicamente de esta forma tiene que habérsenos propuesto
antes: alguien debe haberlo formulado y habérnoslo entregado para su examen lógico.
..................................................................................................................................................
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XXI. Reseña de algunas epistemologías. Neopositivismo . Falsacionismo
contraste, procede siempre del modo que indicamos a continuación. Una vez presentada a
título provisional una nueva idea, aún no justificada en absoluto, sea una anticipación, una
hipótesis, un sistema teórico o lo que se quiera-, se extraen conclusiones de ella por medio
de una deducción lógica; estas conclusiones se comparan entre sí y con otros enunciados
pertinentes, con objeto de hallar las relaciones lógicas (tales como equivalencia,
deductibilidad, compatibilidad o incompatibilidad, etc.) que existan entre ellas.
Lo que se pretende con el último tipo de contraste mencionado es descubrir hasta qué
punto satisfarán las nuevas consecuencias de la teoría -sea cual fuere la novedad de sus
asertos- a los requerimientos de la práctica, ya provengan estos de experimentos puramente
científicos o de aplicaciones tecnológicas prácticas. También en este caso el procedimiento
de contrastar resulta ser deductivo; veámoslo. Con ayuda -de otros enunciados
anteriormente aceptados se deducen de la teoría a contrastar ciertos enunciados singulares
-que podremos denominar «predicciones»-; en especial, predicciones que sean fácilmente
contrastables o aplicables. Se eligen entre estos enunciados los que no sean deductibles de
la teoría vigente, y, más en particular, los que se encuentren en contradicción con ella. A
continuación tratamos de decidir en lo que se refiere a estos enunciados deducidos (y a
otros), comparándolos con los resultados de las aplicaciones prácticas y de experimentos. Si
la decisión es positiva, esto es, si las conclusiones singulares resultan ser aceptables, o
verificadas, la teoría a que nos referimos ha pasado con éxito las contrastaciones (por esta
vez): no hemos encontrado razones para desecharla. Pero si la decisión es negativa, o sea, si
las conclusiones han sido falsadas, esta falsación revela que la teoría de la que se han
deducido lógicamente es también falsa.
Conviene observar que una decisión positiva puede apoyar a la teoría examinada sólo
temporalmente, pues otras decisiones negativas subsiguientes pueden siempre derrocarla.
Durante el tiempo en que una teoría resiste contrastaciones exigentes y minuciosas, y en
que no la deja anticuada otra teoría en la evolución del progreso científico, podemos decir
que ha «demostrado su temple» o que está «corroborada» por la experiencia.
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XXI. Reseña de algunas epistemologías. Neopositivismo . Falsacionismo
4. El problema de la demarcación
Entre las muchas objeciones que pueden hacerse contra las tesis que he propuesto ahora
mismo, la más importante es, quizá, la siguiente: al rechazar el método de la inducción
-podría decirse- privo a la ciencia empírica de lo que parece ser su característica más
importante; esto quiere decir que hago desaparecer las barreras que separan la ciencia de la
especulación metafísica. Mi respuesta a esta objeción es que mi principal razón para
rechazar la lógica inductiva es precisamente que no proporciona un rasgo discriminador
apropiado del carácter empírico, no metafísico, de un sistema teórico; o, en otras palabras,
que no proporciona un «criterio de demarcación» apropiado.
Hume conoció este problema e intentó resolverlo; con Kant se convirtió en el problema
central de la teoría del conocimiento. Si, siguiendo a Kant, llamamos «problema de Hume»
al de la inducción, deberíamos designar al problema de la demarcación como «problema de
Kant».
De estos dos problemas -que son fuente de casi todos los demás de la teoría del
conocimiento- el de la demarcación es, según entiendo, el más fundamental. En realidad, la
razón principal por la que los epistemólogos con inclinaciones empiristas tienden a prender
su fe en el «método de la inducción», parece ser que la constituye su creencia de que este es
el único método que puede proporcionar un criterio de demarcación apropiado: esto se
aplica, especialmente, a los empiristas que siguen las banderas del «positivismo».
.................................................................................................................................................
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XXI. Reseña de algunas epistemologías. Neopositivismo . Falsacionismo
tiene que ser, en última instancia, objeto de una decisión que vaya más allá de toda
argumentación racional.
Las metas de la ciencia a las que me refiero son otras. No trato de justificarlas, sin
embargo, presentándolas como el blanco verdadero o esencial de la ciencia, lo cual serviría
únicamente para perturbar la cuestión y significaría una recaída en el dogmatismo
positivista. No alcanzo a ver más que una sola vía para argumentar racionalmente en apoyo
de mis propuestas: la de analizar sus consecuencias lógicas - señalar su fertilidad, o sea, su
poder de elucidar los problemas de la teoría del conocimiento.
Así pues, admito abiertamente que para llegar a mis propuestas me he guiado, en última
instancia, por juicios de valor y por predilecciones. Mas espero que sean aceptables para
todos los que no sólo aprecian el rigor lógico, sino la libertad de dogmatismos; para quienes
buscan la aplicabilidad práctica, pero se sienten atraídos aún en mayor medida por la
aventura de la ciencia y por los descubrimientos que una y otra vez nos enfrentan con
cuestiones nuevas e inesperadas, que nos desafían a ensayar respuestas nuevas e
insospechadas.
El hecho de que ciertos juicios de valor hayan influido en mis propuestas no quiere
decir que esté cometiendo el error de que he acusado a los positivistas -el de intentar el
asesinato de la metafísica por medio de nombres infamantes. Ni siquiera llego a afirmar que
la metafísica carezca de valor para la ciencia empírica. Pues no puede negarse que, así
como han salido ideas metafísicas que han puesto una barrera al avance de la ciencia, han
existido otras -tal el atomismo especulativo- que la han ayudado. Y si miramos el asunto
desde un ángulo psicológico, me siento inclinado a pensar que la investigación científica es
imposible sin fe en algunas ideas de una índole puramente especulativa (y, a veces,
sumamente brumosas): fe desprovista enteramente de garantías desde el punto de vista de la
ciencia, y que -en esta misma medida- es «metafísica».
Una vez que he hecho estas advertencias, sigo considerando que la primera tarea de la
lógica del conocimiento es proponer un concepto de ciencia empírica con objeto de llegar a
un uso lingüístico -actualmente algo incierto- lo más definido posible, y a fin de trazar una
línea de demarcación clara entre la ciencia y las ideas metafísicas –aun cuando dichas ideas
puedan haber favorecido el avance de la ciencia a lo largo de toda su historia.
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XXI. Reseña de algunas epistemologías. Neopositivismo . Falsacionismo
Con objeto de precisar un poco más esta afirmación, podemos distinguir tres requisitos
que nuestro sistema teórico empírico tendrá que satisfacer. Primero, ha de ser sintético, de
suerte que pueda representar un mundo no contradictorio, posible; en segundo lugar, debe
satisfacer el criterio de demarcación (...), es decir, no será metafísico, sino representará un
mundo de experiencia posible; en tercer termino, es menester que sea un sistema que se
distinga -de alguna manera- de otros sistemas semejantes por ser él que represente nuestro
mundo de experiencia. Mas, ¿cómo ha de distinguirse el sistema que represente nuestro
mundo de experiencia? He aquí la respuesta: por el hecho de que se le ha sometido a
contraste y ha resistido las contrastaciones. Esto quiere decir que se le ha de distinguir
aplicándole el método deductivo que pretendo analizar y describir.
Según esta opinión, la «experiencia» resulta ser un método distintivo mediante el cual
un sistema teórico puede distinguirse de otros; con lo cual la ciencia empírica se caracteriza
-al parecer- no sólo por su forma lógica, sino por su método de distinción. (Desde luego,
estas es también la opinión de los inductivistas, que intentan caracterizar la ciencia empírica
por su empleo del método inductivo.)
Por tanto, puede describirse la teoría del conocimiento, cuya tarea es el análisis del
método o del proceder peculiar de la ciencia empírica, como una teoría del método
empírico -una teoría de lo que normalmente se llama experiencia.
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XXI. Reseña de algunas epistemologías. Neopositivismo . Falsacionismo
Ahora bien; en mi opinión, no existe nada que pueda llamarse inducción. Por tanto, será
lógicamente inadmisible la inferencia de teorías a partir de enunciados singulares que estén
«verificados por la experiencia» (cualquiera que sea lo que esto quiera decir). Así pues, las
teorías no son nunca verificables empíricamente. Si queremos evitar el error positivista de
que nuestro criterio de demarcación elimine los sistemas teóricos de la ciencia natural,
debemos elegir un criterio que nos permita admitir en el dominio de la ciencia empírica
incluso enunciados que no puedan verificarse.
Dicho de otro modo: no exigiré que un sistema científico pueda ser seleccionado, de
una vez para siempre, en un sentido positivo; pero sí que sea susceptible de selección en un
sentido negativo por medio de contrastes o pruebas empíricas: ha de ser posible refutar por
la experiencia un sistema científico empírico.
Puede también hacerse de nuevo un intento de volver contra mí mi propia crítica del
criterio inductivista de demarcación: pues podría parecer que cabe suscitar objeciones
contra la falsabilidad como criterio de demarcación análogas a las que yo he suscitado
contra la verificabilidad.
Más grave puede parecer una tercera objeción. Podría decirse que, incluso admitiendo
la asimetría, sigue siendo imposible -por varias razones- falsar de un modo concluyente un
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XXI. Reseña de algunas epistemologías. Neopositivismo . Falsacionismo
sistema teórico: pues siempre es posible encontrar una vía de escape de la falsación, por
ejemplo, mediante la introducción ad hoc de una hipótesis auxiliar o por cambio ad hoc de
una definición; se puede, incluso, sin caer en incoherencia lógica, adoptar la posición de
negarse a admitir cualquier experiencia falsadora. Se reconoce que los científicos no suelen
proceder de este modo, pero el procedimiento aludido siempre es lógicamente posible; y
puede pretenderse que este hecho convierte en dudoso -por lo menos el valor lógico del
criterio de demarcación que he propuesto.
Me veo obligado a admitir que esta crítica es justa; pero no necesito, por ello, retirar mi
propuesta de adoptar la falsabilidad como criterio de demarcación. Pues voy a proponer (en
los apartados 20 y siguientes) que se caracterice el método empírico de tal forma que
excluya precisamente aquellas vías de eludir la falsación que mi imaginario crítico señala
insistentemente, con toda razón, como lógicamente posibles. De acuerdo con mi propuesta,
lo que caracteriza al método empírico es su manera de exponer a falsación el sistema que ha
de contrastarse: justamente de todos los modos imaginables. Su meta no es salvarles la vida
a los sistemas insostenibles, sino, por el contrario, elegir el que comparativamente sea más
apto, sometiendo a todos a la más áspera lucha por la supervivencia.
Para que la falsabilidad pueda aplicarse de algún modo como criterio de demarcación
deben tenerse a mano enunciados singulares que puedan servir como premisas en las
inferencias falsadoras. Por tanto, nuestro criterio aparece como algo que solamente
desplaza el problema -que nos retrotrae de la cuestión del carácter empírico de las teorías a
la del carácter empírico de los enunciados singulares.
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XXI. Reseña de algunas epistemologías. Neopositivismo . Falsacionismo
Por tanto, los problemas de la base empírica -esto es, los concernientes al carácter
empírico de enunciados singulares y a su contrastación- desempeñan un papel en la lógica
de la ciencia algo diferente del representado por la mayoría de los demás problemas de que
habremos de ocuparnos. Pues gran parte de estos se encuentran en relación estrecha con la
práctica de la investigación, mientras que el problema de la base empírica pertenece casi
exclusivamente a la teoría del conocimiento. Me ocuparé de ellos, sin embargo, ya que dan
lugar a muchos puntos obscuros: lo cual ocurre, especialmente, con las relaciones entre
experiencias perceptivas y enunciados básicos. (Llamo «enunciado básico» o «proposición
básica» a un enunciado que puede servir de premisa en una falsación empírica: brevemente
dicho, a la enunciación de un hecho singular.)
También en este caso puede encontrarse una solución, según creo, si separamos
claramente los aspectos psicológicos del problema de los lógicos y metodológicos. Hemos
de distinguir, por una parte, nuestras experiencias subjetivas o nuestros sentimientos de
convicción, que no pueden jamás justificar enunciado alguno (aun cuando pueden ser
objeto de investigación psicológica), y, por otra, las relaciones lógicas objetivas existentes
entre los diversos sistemas de enunciados científicos y en el interior de cada uno de ellos.
[Más adelante] trataremos con algún detalle los problemas referentes a la base empírica.
Por el momento, he de volverme hacia el problema de la objetividad científica, pues los
términos «objetivo» y «subjetivo» que acabo de utilizar necesitan aclaración.
Las palabras «objetivo» y «subjetivo» son términos filosóficos cargados de una pesada
herencia de usos contradictorios y de discusiones interminables y nunca concluyentes.
El empleo que hago de los términos «objetivo» y «subjetivo» no es muy distinto del
kantiano. Kant utiliza la palabra «objetivo» para indicar que el conocimiento científico ha
de ser justificable, independientemente de los caprichos de nadie: una justificación es
«objetiva» si en principio puede ser contrastada y comprendida por cualquier persona. «Si
algo es válido -escribe- para quienquiera que esté en uso de razón, entonces su fundamento
es objetivo y suficiente».
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XXI. Reseña de algunas epistemologías. Neopositivismo . Falsacionismo
Ahora bien; yo mantengo que las teorías científicas no son nunca enteramente
justificables o verificables, pero que son, no obstante, contrastables. Diré, por tanto, que la
objetividad de los enunciados científicos descansa en el hecho de que pueden contrastarse
intersubjetivamente.
Quizá fue Kant el primero en darse cuenta de que la objetividad de los enunciados se
encuentra en estrecha conexión con la construcción de teorías -es decir, con el empleo de
hipótesis y de enunciados universales. Sólo cuando se da la recurrencia de ciertos
acontecimientos de acuerdo con reglas o regularidades -y así sucede con los experimentos
repetibles- pueden ser contrastadas nuestras observaciones por cualquiera (en principio). Ni
siquiera tomamos muy en serio nuestras observaciones, ni las aceptamos como científicas,
hasta que las hemos repetido y contrastado. Sólo merced a tales repeticiones podemos
convencernos de que no nos encontramos con una mera «coincidencia» aislada, sino con
acontecimientos. que, debido a su regularidad y reproductibilidad, son, en principio,
contrastables intersubjetivamente.
...................................................................................................................................................
Cualquiera que sea la respuesta que demos finalmente a la cuestión de la base empírica,
una cosa tiene que quedar clara: si persistimos en pedir que los enunciados científicos sean
objetivos, entonces aquellos que pertenecen a la base empírica de la ciencia tienen que ser
también objetivos, es decir, contrastables intersubjetivamente. Pero la contrastabilidad
intersubjetiva implica siempre que, a partir de los enunciados que se han de someter a
contraste, puedan deducirse otros también contrastables. Por tanto, si los enunciados
básicos han de ser contrastables intersubjetivamente a su vez, no puede haber enunciados
últimos en la ciencia: no pueden existir en la ciencia enunciados últimos que no puedan ser
contrastados, y, en consecuencia, ninguno que no pueda -en principio- ser refutado al falsar
algunas de las conclusiones que sea posible deducir de él.
Podría pensarse que esta tesis lleva a una regresión infinita, y que, por tanto, es
insostenible. En el apartado 1, al criticar la inducción, opuse la objeción de que llevaría a
un regreso infinito; y puede muy bien parecerle ahora al lector que la misma objeción
exactamente puede invocarse contra el procedimiento de contrastación deductivo que
defiendo a mi vez. Sin embargo, no ocurre así. El método deductivo de contrastar no puede
estatuir ni justificar los enunciados que se contrastan, ni se pretende que lo haga; de modo
que no hay peligro de una regresión infinita. Pero ha de admitirse que la situación sobre la
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XXI. Reseña de algunas epistemologías. Neopositivismo . Falsacionismo
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XXI. Reseña de algunas epistemologías. Neopositivismo . Falsacionismo
CICIOSEJERCICIOSEJERCICIOSEJERCICIOSEJERCICIO
1 ¿Qué significa para los neopositivistas que los problemas filosóficos son en realidad
problemas sintácticos?
5. Indique los puntos de coincidencia y los aspectos diferenciadores entre este texto y el
texto anterior del apartado «Positivismo y Neopositivismo».
6. De los siete puntos en que Schlick resume los principales rasgos del neopositivismo (o
«empirismo consecuente»), ¿cuáles son a su entender los más característicos del llamado
Círculo de Viena? Razone la respuesta.
7. Identifique y elabore un listado con las críticas que aquí hace Popper al neopositivismo
(llamado en el texto positivismo, a secas).
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