7 - Sacramentos

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SACRAMENTOS PP.

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EL TRATADO DE LOS SACRAMENTOS EN GENERAL EN EL MARCO DE LA TEOLOGÍA
¿Cuál es la importancia del tratado de los sacramentos en general para una síntesis teológica?

Decimos que este tratado es reduplicativamente teológico ¿Por qué reduplicativamente teológico? Porque el
sacramento existe como un segundo momento de la reflexión que a partir de los dos sacramentos mayores
(bautismo y eucaristía) encontró aquello en lo que se llamó siete sacramentos.

En vistas a una síntesis teológica es clave este tratado porque tiene un papel de clave hermenéutica
privilegiada… así desde la clave de lectura de la noción de sacramento se puede interpretar desde la creación
hasta la escatología.

 El lugar de los sacramentos en la Iglesia

El tiempo de la Iglesia. Ese tiempo se caracteriza como: el tiempo de la dispensación (economía) del misterio. Es
el tiempo en que se va dispensando el misterio realizado una vez y por siempre por Cristo y que se concentra
en el misterio pascual.

1. El misterio pascual en los sacramentos de la iglesia (1113-1134)

Sobre esto, el catecismo señala cinco puntos:

1. Sacramentos de Cristo (desde un punto de vista de síntesis teológica puede pensarse en: la relación
entre Cristología y sacramentos).
2. Sacramentos de la Iglesia (desde un punto de vista de síntesis teológica puede pensarse en: la relación
entre eclesiología y sacramentos).

Los tres últimos genitivos son genitivos objetivos:

3. Sacramentos de la fe (desde un punto de vista de síntesis teológica puede pensarse en: la relación
entre la respuesta humana al que se le ofrece).
4. Sacramentos de la salvación (desde un punto de vista de síntesis teológica puede pensarse en: la
relación entre soteriología y sacramentos).
5. Sacramentos de la vida eterna (desde un punto de vista de síntesis teológica puede pensarse en: la
relación entre escatología y sacramentos).

1. Los sacramentos son de Cristo:

a. porque Cristo es el autor de los sacramentos porque los sacramentos provienen de Cristo.
b. porque Cristo los ha instituido
c. porque Cristo sigue siendo el verdadero ministro de los sacramentos

2. Sacramentos de la Iglesia,

a. porque han sido confiados a ella. Esto está claro en el bautismo (evangelio de Mt) y en la Eucaristía (de
lo cual solo habla Pablo).
b. Porque los sacramentos son principios constitutivos de la iglesia. Una iglesia sin sacramentos es una
iglesia incompleta.

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3. Sacramentos de la fe. Como dice san Pablo: porque el poder de Cristo nos alcanza solo mediante la fe. Por lo
tanto el poder de los sacramentos procede principalmente de la fe en el misterio pascual de Cristo. La relación
fe y sacramentos sea considerada desde tres centros de interés: Lex credendi, Lex orandi, Lex vivendi / agendi

4. Los sacramentos de la salvación. Los sacramentos son la proclamación y actuación de la salvación de Cristo
en el HOY de la Iglesia.

5. Los sacramentos de la vida eterna. Porque todos los sacramentos encierran una dimensión profética: son un
anticipo de la gloria futura. Por eso dijo Newman: “La gracia es la gloria vivida en el exilio y la gloria es la gracia
vivida ya en la patria”.

1. La justificación de un tratado de sacramentos en general en el marco del estudio y de la praxis


sacramental de la Iglesia. El estatuto epistemológico de la teología fundamental de los sacramentos.
Ubicación del tratado en el contexto de la Teología Dogmática. Los vínculos con otros tratados
dogmáticos

LOS SACRAMENTO COMO FORMANDO UN GÉNERO. Los sacramentos son diferentes, no constituyen un todo genérico,
sino un todo orgánico. Un todo orgánico del cual las partes no se unen en razón de un elemento que
poseerían en común, sino que se unen por sus mismas diferencias, en la medida que esas diferencias son
complementarias y se imbrican unas en las otras a la manera, por ejemplo, de los diferentes órganos del
cuerpo humano.

VÍNCULOS ENTRE EL TRATADO DE SACRAMENTOS EN GENERAL CON OTROS SACRAMENTOS.

Su relación con los tratados dogmáticos…

1. La primera relación la establecemos entre la Teología trinitaria – Cristología – Penumatología. Apertura


trinitaria de los sacramentos, la que les da la dimensión estrictamente sobrenatural y teológica. Y permite
superar toda tentación de mecanicismo aplicada a la instrumentalidad sacramental. Y reafirmar los
sacramentos como acción y alejar la tentación de cosificarlos.

2. La relación con la Eclesiología. No es posible hablar de los sacramentos sin referencia a la eclesiología:

a. Ecclesia congregans, es la que transmite la palabra y los sacramentos.


b. O communio sanctorum (neutro plural), que es la comunión en las cosas santas que suscita la
communio sanctorum en masculino plural. Aquí la iglesia es el sujeto agente y paciente de los
sacramento. Los celebra y se edifica a través de los sacramentos.

3. La antropología teológica. Aquí es preciso remarcar el simbolismo y el misterio de la salutis carnis. La


salvación que se da en la carne es lo que celebramos en cada sacramento. La relación que se da entre la gracia
y la experiencia de sus consecuencias que muestran la condescendencia de Dios con nuestra propia fragilidad.

Su relación con otras disciplinas teológicas…

4. Teología fundamental. La Sacramentalidad es una de las dimensiones constitutivas de la fe y de la existencia


cristiana. Y esas mediaciones visibles, en las cuales se ofrece la gracia, exigen la teología fundamental.
Debemos dar razón de los sacramentos.

5. Relación con la teología pastoral. Gran parte de la pastoral de la iglesia pasa por la pastoral de los
sacramentos.

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6. Relación con la teología moral. La teología clásica habló de la fructuosidad de los sacramentos. Que aquello
que los sacramentos realizan en nosotros efectivamente se manifiesta en la vida de los cristianos. El misterio
celebrado debe traducirse en el misterio vivido.

Su relación con otras disciplinas…

7. Una antropología cultural. Y esto en relación a las grandes tradiciones rituales en el contexto en que se
recibió el evangelio que configura una tradición armenia, alejandrina, etc.

RELACIÓN ENTRE TEOLOGÍA SACRAMENTAL Y LITURGIA. La Liturgia es la cumbre y fuente de la vida eclesial. La Liturgia
es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda su
fuerza. Pues los trabajos apostólicos se ordenan a que, una vez hechos hijos de Dios por la fe y el bautismo,
todos se reúnan para alabar a Dios en medio de la Iglesia, participen en el sacrificio y coman la cena del Señor

Distinguimos aquí entre vida litúrgica y teología sacramental.

1. Vida litúrgica. La vida litúrgica se trata de una acción simbólica y ritual que se da a través de palabras y
gestos. Es a través de la celebración litúrgica como participamos del acontecimiento de la salvación.

Es esta vida litúrgica de la Iglesia la que debe ser el primer referente de una teología de los sacramentos. Una
prioridad que es lógica y ontológica respecto de esa teología. Y si es cierto que el sacramento es un signo es un
signo porque en primer lugar es un rito que hemos celebrado.

2. Teología sacramental. Es un discurso que se hace sobre la celebración de los actos litúrgicos que la fe ha
discernido como papel privilegiado en orden a nuestra salvación. Por lo tanto toda teología sacramental para
elaborar su discurso debe observar la acción litúrgica en su acción, estructura.

SACRAMENTOS/SACRAMENTALIDAD EN LA ECONOMÍA DE LA SALVACIÓN


1. De la noción de “sacramento” en sentido estricto a la noción amplia de “sacramentalidad”

LA CATEGORÍA DE SACRAMENTALIDAD ES UNA CATEGORÍA TEOLÓGICA-HERMENÉUTICA QUE BUSCA EXPRESAR Y AL MISMO TIEMPO
DEVELAR COMO LA REALIDAD INTERIOR DEL DIOS TRASCENDENTE SE SIRVE COMO MEDIO DE LA REALIDAD EXTERIOR E INMANENTE.

 Sacramentalidad en sentido amplio

Sacramentalidad en el orden de la creación. Partimos de una comprensión de la sacramentalidad basada en la


creación. Esta perspectiva nos invita a leer toda la realidad en categorías simbólicas. La creación se convierte
en un lugar privilegiado del hombre con Dios, pues todo fue creado por Él y para Él.

Sacramentalidad en el orden de la redención (en los misterios de la redención y de la pascua). Son misterios
que llevan la creación a cumplimiento. En Cristo toda la creación se integra y se expresan los signos de la
voluntad salvífica universal de Dios. Desde entonces, la autocomunicación de Dios en la historia capacita a lo
inmanente para ser signo de lo trascendente: “quien me ha visto a mí ha visto al padre”.

2. LECTURA SACRAMENTAL DE LA PRESENCIA, MANIFESTACIÓN Y ACCIÓN EN LA CREACIÓN, EN LA


HISTORIA DE LA SALVACIÓN Y EN SU PALABRA. LOS SACRAMENTOS DE LA ANTIGUA ALIANZA

La sacramentalidad de la creación. El AT se revela la creación es como un Lenguaje y comunicación de Dios. En


donde se evidencia: El hablar de Dios al hombre y la posibilidad del hombre un encuentro con Dios.

La SE hace referencia a la realidad creada como huella de Dios, de su sabiduría, poder y belleza. Por ejemplo:
Dn 3, 51, 90: “todas las criaturas bendecid al Señor”. Texto que evidencia que la naturaleza creada fue creada

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para proclamar la grandeza de Dios. Para san Pablo las cosas creadas manifestación del poder Padre: Rm 1,
20: “Lo invisible de Dios se deja ver a los hombres a través de lo visible de la creación”.

También los padres de la Iglesia interpretaron al mundo creado como un vestigio de Dios . San Agustín: “el
hombre es portador de la imagen de Dios y los creado vestigio de lo divino”.

El ser humano puede ser contemplado en su realidad de cuerpo y alma como una estructura sacramental. El
ser humano vive su corporeidad como un espíritu en el mundo. Si aplicamos lo sacramental al ser humano
señalamos como lo exterior significa y expresa su realidad interior. Y también lo inverso, lo interior del ser
humano, su ser más profundo, se realiza gracias a la comunicación e intercambio que precisa de lo corpóreo.

b. la sacramentalidad de Dios en la historia y en su Palabra. La historia es el lugar y el medio de la revelación


divina. A esta historia corresponden dos cosas:

- la palabra de la promesa, que es la que mueve a Abraham: “deja a tu tierra…” (palabra).


- el hecho histórico (gestos).

Esto es recogido por DV.2. que señala que la revelación es conocida por gestos y palabras.

Las palabas crean lo que dicen y los hechos tienen carácter de palabras en cuanto que son epifánicos de la
gloria divina. La palabra de suyo (dabar) es eficaz: “Dios dijo” y el solo hecho de decir Crea.

Sacramentalidad de la palabra. En los padres de la Iglesia no hay problema en asumir que la palabra de Dios es
sacramento. Agustín: “la palabra es un sacramento audible así como el sacramento es un verbo visible”.

Sacramentalidad de la historia. Aquí partimos de la expresión signos de los tiempos: una llamada a leer el
actuar de Dios en los movimientos de la historia, y esto se funda en el orden natural de la creación de Dios. La
historia es en cierto modo un signo sacramental de Dios.

Sin embargo distinguimos. Si la historia es el lugar de la revelación de Dios, no todo hecho histórico participa en
sentido propio de esa realidad de signo (de ser palabra de Dios). Sino que tienen que ser hechos, bajo algún
respecto, de portadores de salvación. Que expresen de algún modo el querer salvífico de Dios.

c. Los sacramentos de la Antigua alianza. San Agustín cuanto Santo Tomás usan una noción de sacramentos lo
suficientemente amplia como para englobar en ella los “sacramentos de la antigua alianza”. En el AT no
aparece en sentido estricto la realidad de los sacramentos. Entonces, ¿qué encontramos? La presencia de
realidades, lugares y tiempos privilegiados que hablan de la presencia y del encuentro con Dios.

Pablo en 1Cor 10, 1 ss al hablar del bautismo lo compara con el paso del mar Rojo. Así compara el bautismo no
con un ritual sino con un acontecimiento. Cuando Juan habla de la Eucaristía habla del maná, no se trata de un
rito, sino de una experiencia de ser saciado por Dios. O lo mismo al hablar de la columna de nueve, o la roca de
agua.

- MEMORIAL. En hebreo recordar significa que con esa acción establecemos un puente que salva una
distancia en el tiempo y el espacio. En este caso, recordar no significa retrotraer nuestra mente hacia algo
que ocurrió en el pasado u hacia una persona ausente, sino más bien en situarse de algún modo respecto de
aquel pasado o de aquel lugar distante, a través de cosas que están sucediendo aquí y ahora.

Cuando el israelita recuerda significa que el pasado es traído al presente. Y ese pasado traído al presente se
convierte en impulso para hacer algo ahora.

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1Cor cap.10-11 san Pablo transmite lo que él recibió en estos términos de memorial. Por lo tanto cuando
celebramos la eucaristía no hacemos solo memoria, sino que a través de la palabra y del rito esa acción de una
vez y para siempre se hace actual aquí y ahora en vistas de algo…

 Jesucristo “sacramento primordial”; la Iglesia “sacramento fundamental”

Jesucristo es quien realiza de modo pleno lo que queremos significar al hablar de sacramento. Él es el sumo
analogado al hablar de los sacramentos.

En él, y por el misterio de la Encarnación, el ser humano se convierte en un símbolo real, definitivo y universal
de Dios. Se trata de un signo irrevocable de la presencia de Dios en la historia. Esto llevó a decir que Cristo es el
Sacramento del encuentro con Dios. Así como Cristo es sacramento del Padre la Iglesia es sacramento de
Cristo. Lo que en sentido estricto se menciona con la palabra sacramento se efectúa propiamente en Cristo
ya que Él es el signo y el órgano supremo de la gracia de Dios. Él es, en el sentido originario porque:

1. Jesucristo es sacramento de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. A través del misterio de Cristo se nos
hace presente el misterio de la Trinidad.
2. Cristo en el misterio de su vida y su muerte actuó siempre como sacramento de Dios.
3. Cristo es sacramento de Dios para los hombres. Porque todo el dinamismo que él se encarnó por
nosotros y por nuestra salvación.

Estas tres afirmaciones responden a tres preguntas:

1. ¿Qué? En efecto, en la humanidad de Cristo reside la plenitud de la divinidad; y Cristo es al mismo


tiempo el hombre perfecto, Aquél en quien el hombre descubre su identidad más perfecta. Aparecen
aquí las dos perspectivas del sacramento: descendente —transmisión de la gracia—, y ascendente —en
sentido de culto.
2. ¿Cómo? El mismo actuar de Cristo reviste carácter sacramental por la duplicidad de las palabras y los
gestos. Por las palabras y gestos se hace presente la gracia de Dios
3. ¿Para qué? Sería la finalidad por nosotros y por nuestra salvación.

Si por sacramentalidad entendemos la eterna realización del designio de salvación de Dios, esto acontece en
Cristo como signo y como acción. Y es lo que ha llevado a afirmar siempre con tanta claridad a la Iglesia que
los sacramentos son sacramentos de la humanidad de Cristo. En efecto, la Eucaristía es su cuerpo y su
sangre.

La Escritura nunca habla de Cristo como sacramento. Sí habla de μυστήριον —mystérion—: “el misterio de
Dios, es decir, de Cristo” (Col 2,2). ¿Qué es ese misterio de Cristo? Es el misterioso designó de Dios, de su amor
predestinante, que desde el principio estaba oculto con él y es realizado por él mismo en su acción salvadora en
la historia. Asimismo, ese misterio es revelado en la vida, muerte y exaltación de Jesucristo. Y, de acuerdo con
Col 3, 16 y ss., esto hace que la tarea de la vida Cristiana sea dejarse captar por el Misterio, ser alcanzados por
Cristo.

 Teología que surge de la vida y actos de Jesús de los evangelios

Aquí podemos realizar un doble camino: a. una Cristología ascendente (evg. sinópticos), b. una Cristología
descendente (evg. Jn).

Cristología descendente. Es la Cristología que parte de la divinidad de Cristo para revelar también su
humanidad. Jn 1, 14: “vino a los suyos y aquellos que lo recibieron les dio el poder de ser hijos de Dios”.

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Calcedonia, sigue la secuencia descendente al decir que lo humano es la comunicación de lo divino. En
Jesucristo lo uno no se da sin el otro. Uno se convierte en el encuentro con lo otro: encontrar a Jesús es
encontrar a Dios.

Cristología ascendente. Es la Cristología que parte de la humanidad de Cristo para revelar también su
divinidad. Jesús nos lleva por un camino de ascenso para conocer su misterio (Mt.). Los únicos que reconocen
a Jesús son sus enemigos y solo hay confesión plena cuando está en la cruz: “este era el hijo de Dios” (Mc).

 La Iglesia: sacramento fundamental

La Iglesia es Sacramento fundamental o Sacramento raíz. De la Iglesia como sacramento se puede decir
analógicamente lo dicho con respecto a Cristo. Al respecto, es pertinente traer a colación LG:

i. Si pensamos en el qué de la Iglesia, se puede recordar la afirmación de una “no mediocre analogía” entre el
misterio de la Iglesia y el Misterio del Verbo Encaramado. Así como en el Verbo Encarando se da la plenitud de
las dos naturalezas, en la unidad de la única realidad Iglesia se dan los dos elementos: espiritual y visible. De
esa manera, la estructura de la Iglesia, ya señala una estructura sacramental. (Lg.8)

ii. La Iglesia es en Cristo como un Sacramento. La Iglesia es al mismo tiempo “signo e instrumento”. Estas dos
palabras buscaban señalar el orden de la manifestación y de la significación. (LG.1)

iii. Aparece ya la expresión “La Iglesia como sacramento universal de salvación”. La realidad de la Iglesia no es
una realidad que se explique para sí misma ni obtengan su sentido para sí misma: está ordenada a la salvación.
Es, pues, para los hombres. Y, en cierto modo, es también de los hombres para Dios. (LG.48)

Dispensación. Durante el tiempo de la iglesia Cristo vive y actúa en ella. En este tiempo de la iglesia y
dispensación del misterio es posible reconocer diversos modos de presencia. Y esa dispensación del misterio,
esa dispensación hace a toda la iglesia y en sus tres dimensiones constituyentes:

a. Martyria (testimonio y confesión de fe)


b. Liturgia (sacramentos)
c. Diaconía (servicio).

Es la integridad de la iglesia la que es sacramento. Desde esta comprensión decimos que Cristo sigue operando
en el tiempo de la Iglesia.

Unidad 3 – La reflexión sobre los sacramentos en la historia de la Iglesia


1. Periodo neotestametarios: de los actos y palabras de Jesús a los sacramentos celebraros en y por la
Iglesia

Desde pentecostés se presentan dos ritos que dan estructura a la comunidad cristiana: bautismo y santa
cena.

1. PABLO. Cristo es el fundador y el fundamento de los sacramentos. Tanto acerca del bautismo Rm 6 y la
Cena 1Cor 10, 14-22. Por el bautismo el creyente no solo adhiere a Cristo sino que se agrega a la comunidad, es
incorporado a la Iglesia. Por el bautismo se constituye la Iglesia y por el Bautismo (Ef. 5) la iglesia es purificada.

2. SAN LUCAS. En Lc los ritos de iniciación son el medio habitual de la efusión del espíritu en el nuevo
convertido: Hch 2, 14-36: “La misma mañana de pentecostés… que cada uno sea bautizado en el nombre de
Jesucristo para el perdón de los pecados y recibirá el Espíritu Santo”

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3. En Juan, Siguiendo los pasos de Bultman encontró alusiones: Al matrimonio: bodas de caná, Unción: la
unción en Betania, Penitencia: 20, 22-23

La sotereología de Jn está permeada apabulladoramente de los aspectos fundamentales: “Fe en Jesús el


salvador Recepción de la vida eterna que viene de Dios y a través de la participación en la vida misma de
Jesús”. Esas realidades están representadas por el bautismo y la eucaristía, son las realidades
sotereológicas/salvíficas que se encuentran focalizadas en los sacramentos pero que siempre los exceden.

1. Antigüedad cristiana: discernimiento de lo específico de las celebraciones cristianas –mysterion y


sacramentum-; la praxis sacramental en la Iglesia de los Padres.

¿Cómo aparece la palabra sacramento? La primera palabra que fue utilizada para referirse a los ritos de la
Iglesia fue la palabra mystéria, del singular μυστήριον —mystérion—. Esta palabra fue transliterada al latín
como misterium:

1. Apocalíptica: en Daniel, misterio significa: revelación del designio secreto de Dios


2. Sabiduría y eclesiástico: misterio: manera de vivir purificada de las pasiones

San Pablo va a seguir la línea de Daniel, para indicar el plan salvífico secreto de Dios que se ha realizado
definitivamente en Cristo.

Partiendo de la palabra mysterium, los padre griegos utilizaron la palabra en plural (mysteria), para referirse a
los ritos cristianos. Los misteria son signos o prodigios que realizan el designio de salvación por medio de la
Iglesia y que ellos actualizan el signo y prodigio fundamental que es Cristo.

¿Cómo se pasa de los misteria y mysterium a sacramentum? Hay diversas interpretaciones:

- En el ámbito de la traducción bíblica. África del norte, s. II, al traducir la sagrada escritura estaba
presente la preocupación de que fuera confundido el misterio cristiano con las religiones mistéricas. Y
en la traducción de la SE cada vez que aparecía la palabra misterio se la cambio por la palabra
sacramentum.

San Agustín, definición de sacramento. El sacramento es un signo. Lo propio de esto es que se trata de un
signo sagrado, signo sagrado.

Dimensiones de los sacramentos:

a. Una dimensión gnoseológica. Es decir una realidad de conocimiento: porque el signo presenta algo a la
inteligencia y al mismo tiempo remite a una realidad que está más allá de sí misma.

b. Una dimensión tipológica. “si los sacramentos no tuvieran alguna semejanza con aquellas realidades
con la que son sacramentos, no serían en absoluto sacramentos.

c. Dimensión eclesial. “los hombres no pueden llegar a fundirse en una ordenada comunidad bajo
cualquier denominación religiosa verdadera o falsa si no se unen entre sí por alguna manera de participación
en signos visibles o sacramentos”.

3. Significado.

a. Signum – res. Todos los sacramentos significan a Cristo, él es la res sacramental. Agustín utiliza el
binomio signum – res (la res es Cristo). En los medievales la res viene a significar la gracia y no a Cristo.

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En el ámbito del significado Agustín dice que los sacramentos de la AT significan al Cristo que debía venir. En
cambio los sacramentos de la Nueva Ley significan al Cristo que ha venido.

1. EDAD MEDIA

a. Teología de los sacramentos. Si uno caracteriza el pensamiento de los autores del siglo XII vemos concebían
los sacramentos como mediaciones salvíficas del poder salvador de Jesucristo y de los misterios de su vida.

b. Comprensión de la composición del sacramento. Se distingue entre un elemento que hace de materia 1 y
otro de forma. La forma alude a las palabras sacramentales y la materia a algo concreto. Por eso el agua era
solo agua sin la invocación de la trinidad.

c. Una visión tripartita de los sacramentos en contra de una visión bi partita que venía de Agustín . Así hablan
de signum et res para hablar del sacramento (signum) y de la gracia (res). Esta distinción señala tres
distinciones que se aplican al septenario:

I. Sacramentum tantum.- [Sólo el sacramento] Apariencia de pan y vino, que es sólo signo y no la
realidad que parece ser.
II. Res tantum.- [Sólo la realidad (comunicada)]. Es la gracia.
III. Res et sacramentum.- [La realidad y el sacramento] Se trata de un elemento intermedio. Esto ya que,
entre aquello que es sólo signo —sacramentum tantum—, este elemento interior ya es realidad. Pero
a su vez ese elemento interior es signo respecto de la realidad profunda y que siempre es realidad:
res tantum. Esta res et sacramentum es la realidad de la presencia real del cuerpo y sangre de Cristo;
aquello que se produce cuando la misa es bien celebrada. Pero esa realidad es signo porque está
ordenada a una realidad más profunda y que sólo es realidad: el efecto o beneficio derivado de la
presencia real de Cristo, y es la caridad como vínculo de comunión en la Iglesia.

Esta triple distinción nos permite responder entre la objetividad del sacramento y la moralidad. i y ii
responden a la objetividad del sacramento, y iii responde a la fructuosidad del que lo recibe (moralidad).

d. Eficacia. La eficacia sacramental es introducida por Pedro de Poitiers. Se pregunta si la pasión de Cristo fue
algo bueno o algo malo. Y distingue para responder entre operans y operatum. Y dice de parte de aquellos que
lo condenaron fue un acto malo, pero de parte de la muerte de Cristo, entrega por la redención, es un acto
bueno. Por lo tanto la distinción entre el que obra y la realidad operada lleva a la distinción en la teología
sacramental:

i. Opus operantis: para hablar del ministro y el fiel que recibe el sacramento
ii. Opus operata: para hablar de la realidad misma del sacramento.

Santo Tomás. En su teoría general de los sacramentos reconocemos:

1. Los sacramentos como causas. En las Sentencias, sigue la opinión de Alberto y Alejandro de Hales: los
sacramentos ejercían una causalidad dispositiva: disponían el alma para que Dios infundiera la gracia.
En la Suma, señala que directamente se tratan los sacramentos una causa instrumental: es en y a
través del sacramento que Dios comunica la gracia.
2. El modo de la eficacia de los sacramentos. En las Sentencias, la distinción ex opere operantis y ex
opere operato, en la Suma dicha expresión está ausente.

 MAGISTERIO EN LA EDAD MEDIA

1
Materia, no en términos aristotélicos sino como materia como algo concreto.
8
El decreto para los armenios del Concilio de Ferrara-Florencia, que se inspiró en el opúsculo de santo Tomás:
“Artículos de la fe y los sacramentos”: Asume el septenario, Vocabulario hilemórfico, Señala el lugar del
ministro en los sacramentos.

¿Cuáles son los rasgos de este magisterio?

1. Se afirma una teología de tipo ternario, aplicada a dos niveles diferentes:

a. Aquello que es necesario para que exista un sacramento: i) el material, ii) las palabras
sacramentales, iii) el ministro con su intención.
a. La realidad sacramental o el sacramento como cosa: Aquí vemos dos esquemas ternarios que se
complementan: i) El elemento sensible, ii) las palabras, iii) La res o realidad de gracia dada por el
sacramento

Y el otro ternario: i) el elemento sensible (sacramentum tantum), ii) realidad de la gracia (Res tantum),
iii) el plano intermedio (Sacramentum et res)

2. En el vocabulario sacramental se incorporan de las nociones: materia y forma. Sin embargo, solamente a
mediados del siglo XIII estas expresiones van a ser cargadas de una compresión técnica-metafísica en sentido
aristotélico, que no era el caso en el siglo XI y XII. Por lo tanto esto aplica una dificultad en la comprensión de la
penitencia y del matrimonio, porque ninguno de los dos contaba con un elemento material

3. Aparece y se afirma el elemento causal. Si no todos los autores hablan de causa, sí se utilizan verbos que
indican eso. Señalando que los sacramentos contienen y confieren la gracia.

4. La intención del ministro. El ministro tiene que tener la intención de hacer lo que hace la Iglesia. Y por lo
tanto, esa intención es una intención objetiva demostrable. 4. Carácter. Se proyecta sobre la noción de
“carácter” la reflexión hecha sobre la eucaristía acerca del sacramento interior y se piensa desde allí la realidad
intermedia que es el carácter.

Hay también temas que son de escuela y que son discutidos. Estos temas son:

1. La interpretación de la causalidad sacramental. ¿Qué tipo de causalidad ejercen los sacramentos? Hay tres
corrientes:

a. Ocasionalismo sacramental, san Bernardo, Buenaventura, Duns Scoto, Guillermo de Ockam: Dios
confiere la gracia con ocasión de la celebración del sacramento. El sacramento es solo ocasión para que
dé la gracia.
b. El continentismo, Hugo de san Victor: los sacramentos son como vasos de la gracia.
c. Causalidad dispositiva, Alejandro de Hales, Alberto Magno, Santo Tomás (en el comentario a las
sentencias).
d. Causalidad instrumental (causalidad perfectiva), lleva la realización del efecto hasta las últimas
consecuencias. Es la visión de la Suma de teología
e. La causalidad moral, es una reformulación de la causalidad dispositiva. Por ej. Melchor Cano.

2. La institución de los sacramento. Una noción que en los escolásticos es teológica y analógica. No se trata de
una cuestión histórica. Se trata de saber en quién pueden tener origen los sacramentos y no cuando Cristo
instituyó este o aquel sacramento. Y esto va a tener dos respuestas:

f. Institución inmediata: Cristo habría instituido inmediatamente cada uno de los sacramentos.
g. Institución mediata: fueron instituidos por la Iglesia y Cristo lo hizo como principal legislador.

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 EDAD MODERNA
 La respuesta del Concilio de Trento (1545-1563)

Trento no define los sacramentos. Lo más cercano a una definición va a estar en el primer decreto sobre la
Eucaristía. Y esa definición es: “Signos sensibles de una cosa sagrada”, y “forma visible de la gracia invisible”.
Los sacramentos serán los medios a través de los cuales llega la justificación:}

1. Los sacramentos son 7 y que todos ellos han sido instituidos por Cristo.
2. Los sacramentos están mutuamente relacionados y hay una jerarquía entre ellos.
3. En relación con la fe y claramente en oposición a la sola fidei: se afirma la necesidad salvífica de los
sacramentos, al menos de su deseo.
a. Los sacramentos son signos eficaces. No solo alimentan la fe, sino que comunican la gracia.
4. Los sacramentos, en algunos casos, imprimen un carácter en la persona. Se afirma la realidad del
carácter, pero no se dice cuál es su naturaleza.
5. Los sacramentos son actos de Dios y acciones eclesiales. Es decir que la obra santificadora de Dios de
la que los sacramentos son signos eficaces se da en la iglesia. Dios actúa a través de esa mediación
ministerial. El ministerio está regulado por la iglesia, y por eso se trata de hacer aquello que hace la
iglesia. Es la objetividad la que procura salvar la acción de Dos.

NOCIÓN Y NATURALEZA DEL SACRAMENTO


1. INTENTOS DE DEFINICIÓN DE LA REALIDAD SACRAMENTAL: “SIGNO”, “CAUSA”, “SÍMBOLO”

La definición de sacramento fue un desarrollo progresivo que culmina en el siglo XIII.

PADRES DE LA IGLESIA

a. San Agustín: ubica los sacramentos en el marco de un signo. ¿Qué entiende él por signo? El signo “… es una
cosa, que además de su apariencia sensible, por su naturaleza sugiere otro pensamiento”. Es algo que se
presenta a los sentidos y nos reenvía a otra realidad. Los sacramentos son: “SIGNOS... que se refieren a las
realidades divinas”. Lo que caracteriza al sacramento entre todos los signos es que este signo remite a las
realidades divinas.

Para Agustín el sacramento es el signo de una realidad sagrada y ser una realidad sagrada es lo que lo
distingue de otro tipo de signo y ser un signo lo distingue de otras realidades sagradas.

Pero también hablamos de una dimensión tipológica del sacramento (cierta semejanza: el baño significa
purificación, la eucaristía como alimento nos hace entrar en el misterio de Cristo): “Porque si los sacramentos
no tuvieran alguna SEMEJANZA con aquellas realidades de las que son sacramentos, no serían en absoluto
sacramentos”.

b) Trento: No ofreció ninguna definición técnica de sacramento, pero afirmó en un texto eucarístico de 1551,
recordando una frase de san Agustín: “Esto es ciertamente lo común a la Eucaristía y a los demás sacramentos:
ser símbolos de una realidad sagrada y forma visible de la gracia invisible” (Dz 846)

c) Vaticano II: “Los sacramentos están ordenados a la santificación de los hombres, a la edificación del cuerpo
de Cristo y, en definitiva, a dar culto a Dios; pero en cuanto signos, también tienen un fin pedagógico. No sólo
suponen la fe, sino que a la vez la alimentan, la robustecen y la expresan por medio de palabras y de cosas; por
esto se llaman sacramentos de la fe. Confieren ciertamente la gracia, pero también la celebración prepara

10
perfectamente a los fieles para recibir con fruto la misma gracia, rendir culto a Dios y practicar la caridad”. (SC
59).

Al respecto, podemos hacer tres comentarios:

1) Los sacramentos implican un movimiento descendente y un movimiento ascendente. En la conjunción de


ambos movimientos se dan diferentes funciones:

– Una función personal descendente: santificar a los hombres.

– Una función descendente eclesiástica: la edificación del cuerpo de Cristo.

– Una función ascendente: el alcance litúrgico del sacramento, pues los sacramentos son caracterizados
como acto de culto.

Estas tres funciones parecen señalar las tres dimensiones de eficacia de los sacramentos: santificar al hombre,
edificar la Iglesia, rendir cultos Dios. Finalmente, aparece una cuarta función, que consiste en un fin
pedagógico. Y parece que esta función está en relación con la noción de signo del sacramento: llevar de lo
visible a lo invisible.

d) Catecismo de la Iglesia Católica: “1131 Los sacramentos son signos eficaces de la gracia, instituidos por
Cristo y confiados a la Iglesia por los cuales nos es dispensada la vida divina. Los ritos visibles bajo los cuales los
sacramentos son celebrados significan y realizan las gracias propias de cada sacramento. Dan fruto en quienes
los reciben con las disposiciones requeridas.”

2. RES ET VERBA: PRIMERA COMPRENSIÓN DE LA ESTRUCTURA DEL SIGNO SACRAMENTAL. LA INTRODUCCIÓN DE LAS CATEGORÍAS
HILEMÓRFICAS COMO EXPLICACIÓN DE LA COMPOSICIÓN ENTRE Y ELEMENTO DETERMINABLE (GESTO) Y UN ELEMENTO
DETERMINANTE (PALABRA SACRAMENTAL)

a. Res et verba: Primera comprensión de la estructura del signo sacramental

Si ubicamos al Sacramento bajo la noción de signo, hay al menos dos consecuencias que se hacen manifiestas
de entrada:

1) Plano humano.- En primer lugar, en el plano verdaderamente humano, el Sacramento se encuentra en el


orden de la comunicación espiritual y social. Los sacramentos, como signo a nivel humano, ejercen una función
de comunicación espiritual y social.

2) Plano sobrenatural.- En el plano de la vida espiritual, los sacramentos funcionan como signos mediadores de
conocimiento. Es decir, el sacramento es un medio de comunión con el misterio.

Estas dos afirmaciones nos permiten de entrada sacar al Sacramento del mundo de lo mágico, y poder colocar
los sacramentos en lo que ha sido el modo de intervención de Dios en la historia. Se trata, pues, de un modo de
intervención que siempre respetó la naturaleza humana: nunca la violentó. Esta explicación es compatible con
la naturaleza del ser humano.

Ahora bien, ¿qué implica hablar de los sacramentos como signo? Es preciso hacer aquí cinco precisiones:

1- Identificación intencional.2 Lo esencial del signo es que la identificación entre signo y significado es
intencional, es decir, es puesta por la inteligencia. Al ser intencional, la identificación se da al nivel de la

2
Intencional, en cuanto que se manifiesta al entendimiento, en el orden de la intención.
11
inteligencia, y o de lo sensible. Así, esa identificación entre signo y significado sólo existe para el conocimiento.
En el caso de los sacramentos, esa identificación exige sólo para los creyentes.

2- La convención. Los sacramentos son signos convencionales. Ahora bien, el signo convencional es una cosa o
un gesto al que se atribuye por un acto de voluntad una significación determinada.

3- Se trata de signos prácticos. Un conocimiento práctico está ordenado al hacer. En el sentido de estar
destinado a ordenar la voluntad de quien lo recibe a realizar el significado. En el caso en que el significador es
Dios su palabra es eficaz. Cuando el significador es Dios, su palabra es de suyo eficaz.

4- Los sacramentos, como signos, son símbolos. Porque un signo puede llevarnos a conocer la realidad
significada en virtud de una simple conexión sin ser su imagen. Por ejemplo una palabra. Pero siendo más o
menos, la imagen viva del significado. Cuando se da esa semejanza el signo es también símbolo, el símbolo
por la forma que hace nacer en el conocimiento evoca en el conocimiento una realidad.

El símbolo, por la forma misma que hace nacer en el conocimiento, evoca en él una realidad. Esto era lo que
San Agustín señalaba al hablar de realidad tipológica.

5- Son signos de la fe. Los sacramentos son signos de la fe ¿de qué fe?

a. De la fe de aquel que los recibe. Es la aceptación de su obra redentora ¿Cómo hacer concreta esta
actitud en cuanto que Cristo no está presente corporal y concretamente y su muerte pertenece al
pasado? Lo que permanece es el signo, el signo en el cual y por el cual Cristo es representado. El signo
del cual, y a través del cual se hace presente el misterio redentor de una vez y para siempre aquí y
ahora para mí. Es decir mi posibilidad de encontrar a Cristo en los sacramentos y en ellos expreso mi fe
en el Cristo salvador.

b. De la fe de la iglesia. El sacramento es signo de la fe de la iglesia. Porque no es la fe del que lo recibe lo


que hace existir al sacramento como tal. Es la fe de la iglesia, porque el sacramento no es solo un acto
personal sino una acción eclesial. la iglesia media entre Cristo y nosotros para acercarnos su poder
salvífico y pascual de Cristo.

LA INTRODUCCIÓN DE LAS CATEGORÍAS HILEMÓRFICAS COMO EXPLICACIÓN DE LA COMPOSICIÓN ENTRE Y ELEMENTO


DETERMINABLE (GESTO) Y UN ELEMENTO DETERMINANTE (PALABRA SACRAMENTAL)

Concilio de Florencia: Todos los sacramentos se confieren a través de tres realidades: 1) Sensible como
materia, 2) Palabra como forma y 3) El ministro. Si falta alguna de estas tres realidades no se da el sacramento

La realidad corporal:

a. puede ser una cosa (pan o vino),

b. puede ser un gesto (la ablución del agua en el bautismo),

c. pero puede ser un acto humano (como en el sacramento de la penitencia)

La estructura sacramental se adapta al conocimiento humano en cuanto que el hombre solo puede llegar al
conocimiento de las realidades inteligibles a partir de las realidades sensibles.

¿Cómo se puede comprender la composición de esta res corporalis y de las palabras? En primer lugar, tenemos
que excluir la idea realista al punto de ser cosista, de teólogos escolásticos que buscaban una composición
física. Esto cosifica el sacramento haciendo de él una realidad absoluta.

12
La posición de santo Tomás q.60 es que esa composición (res corporalis y palabras) es puramente intencional.
Es decir, concierne a la significación que afecta a la sola cosa como objeto de conocimiento. Q.60 a.6 ad.2:
“Aunque las palabras y las otras cosas sensibles pertenezcan a diversos géneros por su diversa naturaleza,
coinciden, sin embargo, en la función de signo… Por eso, de las palabras y de las cosas se constituye en cierto
modo una sola realidad en los sacramentos, como ocurre con la materia y la forma, en cuanto que las
palabras perfeccionan el significado de las cosas. Pero bajo el nombre de cosas hay que entender también las
acciones sensibles, como la ablución, la unción y similares, ya que en ellas se encuentra la misma función de
signo que en las cosas”.3

Las expresiones: materia y forma se utilizan metafóricamente. Son un criterio interpretativo, en la cuestión 60
a.7, dice per modum. Lo que queda es la relación entre la palabra determinante y el elemento determinado
que constituyen un solo signo y un elemento determinado.

EL SIGNIFICADO DE LOS SACRAMENTOS: EL ORIGEN DE LA SANTIFICACIÓN EN EL MISTERIO PASCUAL (SIGNOS MINORATIVOS); LA


SANTIFICACIÓN ACTUAL (SIGNOS MANIFESTATIVOS); SU CONSUMACIÓN EN LA GLORIA (SIGNOS PRONÓSTICOS)

El significado último del Sacramento es la gracia (causalidad formal). Es necesario comprender la gracia en toda
su extensión. No se la debe considerar sólo formalmente, sino que se debe tener también en cuenta causa
eficiente y su causa final:

1- Bajo el ángulo de la causa eficiente: la pasión de Cristo.


2- Bajo el ángulo de la causa formal: gracias y las virtudes.
3- Bajo el ángulo de la causa final: la gloria eterna.

Esto explica que bajo estos tres respectos que los sacramentos son:

a. Bajo el ángulo de la causa eficiente: la pasión de Cristo: signos rememorativos. Cada vez que
celebramos los sacramentos rememoramos la pasión de Cristo.
b. Bajo el ángulo de la causa formal: gracias y las virtudes: signos manifestativos y demostrativos de la
santificación.
c. Bajo el ángulo de la causa final: la gloria eterna: son signos proféticos o anticipadores de la gloria
futura.

EL SACRAMENTO ES EMINENTEMENTE UNA ACCIÓN ECLESIAL

EL sacramento no es una acción eclesial en la cual la Iglesia nos da a Cristo, sino que es también un acto de
Cristo a través de la Iglesia. Cristo sigue siendo el ministro de esa acción.

El sacramento como acción comprende:

a. El acto salvador de Cristo. Por eso decimos que en cada sacramento significamos y rememoramos la
pasión de Cristo. Esta acto salvador de Cristo que misteriosamente aquí y ahora a mí.
b. El acto de la Iglesia. Es el acto de la Iglesia que realiza esa presencia activa de Cristo por la acción
sacramental. El modo en el cual la iglesia realiza más eminentemente su servicio de mediación.
c. Actitud de quien recibe el sacramento. De aquel que libremente busca responder a la gracia de Dios a
través del sacramento. Que se deja conformar con Cristo a través de la gracia sacramental.

Por lo tanto, esta acción implica tres actores: Cristo, la Iglesia y quien recibe el sacramento

3
Ha de quedar bien claro que las categorías materia y forma se utilizan solo de forma analógica.
13
Y en la acción de estos tres actores la iglesia juega su papel de mediador. Por eso lo propio de la gracia de los
sacramentos es que es una gracia eclesial: una gracia que es siempre mediada por la iglesia.

1. LAS TRES INSTANCIAS DEL SACRAMENTO: "SACRAMENTUM TANTUM, RES ET SACRAMENTUM, RES
TANTUM"

A. Sacramentum tantum. B. Res et sacramentum. B. Res tantum.

Sacramentum tantum Res et Sacramentum Res tantum


Bautismo Ablución + formula Carácter Incorporación a Cristo
Eucaristía Consagración del pan y del Presencia real de La unidad del cuerpo eclesial
vino Cristo en las especies
de pan y vino.
Matrimoni Expresión del consentimiento Vínculo indisoluble. Una participación intrínseca en el
o Se da aún cuando el misterio de la comunión de Cristo
sacramento no se y la Iglesia
recibe en gracia

Por último, la res tantum no se produce de modo necesario por los dos primeros elementos. Un bautismo
valido imprime carácter pero no produce la gracia si el bautizado no recibe la gracia bautismal. Cristo está
presente en las especies consagradas pero la comunión no produce sus efectos en un alma mal dispuesta. Dos
personas se unen en matrimonio, pero por el pecado no reflejan el misterio de Cristo y la iglesia.

También se da lo inverso, es posible acceder a la res sacramental sin pasar por los otros dos elementos: por
ejemplo el bautismo de sangre y de deseo. Por lo cual se podía recibir la gracia sacramental sin haber pasado
por el Sacramentum tantum y por la res et Sacramentum.

Este triple nivel nos ayuda a comprender la objetividad del sacramento como el modo en el que la realidad
profunda de la gracia depende de aquel que la recibe.

Esta triple significación podemos aplicarla a la Iglesia:

- Sacramentum tantum (realidad del signo), la realidad fenomenológica de la iglesia. Se refiere al signo
eclesial exterior (lg.8) “la iglesia se encuentra construida y edificada como una sociedad”. Este es el
aspecto de la iglesia que es perceptible a todos. Como en el sacramento es la dimensión visible, lo que
perciben los sentidos.
- Res et Sacramentum (signo interior), la realidad meta-empírica de la iglesia. Como signo eclesial
interior es la iglesia como comunidad de creyente. Es decir la comunidad de fe, esperanza y amor
convocada por la confesión de fe, sacramentos y los pastores (Lg. 8;14). Esta iglesia es solo perceptible
por la fe.
- Res tantum, la realidad ontológica de la iglesia. La iglesia como realidad de filiación divina y de
fraternidad. “la iglesia es en Cristo como un sacramento singo e instrumento de la comunión con Dios y
unidad del género humano”. Esto expresa la realidad teologal de la iglesia, cuya realidad más profunda
es la gracia: “sacramento universal de salvación” (Lg. 48).

Estos tres niveles en la iglesia no son solo una distinción de razón: “muchos que están dentro están fuera y
muchos que están fuera están dentro”. Pues así algunos viven la realidad de la iglesia ( res tantum) no
participan del sacramentum tantum y de la res et sacramentum. Y otros que participan del sacramentum
tantum no son parte de la res tantum.

14
NECESIDAD Y CONVENIENCIA DE LOS SACRAMENTOS
1. LA NECESIDAD DE LOS SACRAMENTOS CON RESPECTO AL SUJETO PERSONAL Y A LA IGLESIA EN SU
CONJUNTO

La necesidad no se toma del lado de Dios, porque siendo todopoderoso nos podría haber salvado sin los
sacramentos. No hay necesidad, pero sí hay conveniencia: una adaptación misericordiosa por parte de Dios a
la naturaleza del ser humano y a su condición desordenada por el pecado.

LA CONVENIENCIA DE LOS SACRAMENTOS

Argumentos de santo Tomás, sobre la conveniencia y necesidad de los sacramentos. III q.61 a.1 co. Las
primeras tres razones que da santo Tomás son de orden antropológico, uno de orden social, uno de orden
Cristológico y uno de orden escatológico:

De orden antropológico.

1. La naturaleza del ser humano. “Cuya naturaleza es propio dirigirse a las cosas espirituales e inteligibles
mediante las corporales y sensibles. Y como a la divina providencia corresponde atender a cada cosa según su
propia condición, queda claro que es conveniente que la sabiduría divina ofrezca al hombre los auxilios de la
salvación a través de signos corporales y sensibles, que se llaman sacramentos”.

2. Por el estado actual del ser humano. Señala los sacramentos como remedios: “el estado del hombre, cuyo
afecto, al pecar, quedó sometido a las cosas corporales… Si se le ofrecieran las cosas espirituales desnudas de
corporeidad, su ánimo no se interesaría por ellas, por haber quedado tan inclinado a las cosas corporales”.

3. El predominio que en la actividad humana tienen las cosas de orden material. “Sería muy duro para el
hombre prescindir totalmente en su actividad de estas cosas materiales. Por eso le fueron propuestas en los
sacramentos algunas actividades materiales, para que ejercitándose en ellas provechosamente, evite la
superstición, como es el culto a los demonios, o cualquier otra práctica nociva y pecaminosa”.

4. Dimensión social – eclesial. III q.61 a.1, sc. Para Agustín los sacramentos tienen una triple función: i.
Gnoseológica, ii. Tipológica, iii. Social / eclesial: “: Los hombres no se pueden unir bajo el nombre de ninguna
religión, verdadera o falsa, sin que se unan en la participación de ritos o sacramentos visibles. Ahora bien, es
necesario para salvarse que los hombres se unan bajo el nombre de la única religión verdadera. Luego los
sacramentos son necesarios para la salvación del hombre” (Contra Faustum).

5. La analogía con el misterio del Verbo encarnado. A partir de Cristo vemos estos medios subordinados a su
humanidad que son los sacramentos. Y así como en Jesucristo la persona divina se manifiesta en una
naturaleza humana, del mismo modo en los sacramentos la virtud divina se hace conocer por signos terrestres.
Es la analogía con el misterio del Verbo encarnado.

6. Razón escatológica. La gloria in misterio. Los sacramentos como signos proféticos anuncian y anticipan la
vida eterna. La vida eterna ya está incoada en nosotros.

2. ¿DE QUÉ MODO SON NECESARIOS LOS SACRAMENTOS?


- Necesidad relativa. No se trata de una necesidad absoluta, sino relativa en referencia a la voluntad de
Dios y a las características del ser humano (naturaleza sensitiva, racional, social) y que necesita signos para
el proceso cognoscitivo o para pertenecer a una comunidad concreta.
- Necesidad de m
- Medio. En la cual llegado el caso es suficiente con el deseo.

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FINALIDAD Y EFECTOS DE LOS SACRAMENTOS
1- La doble finalidad de los sacramentos:

a- La vida eterna. Desde este punto de vista, esta primera finalidad de los sacramentos. En la economía
de la redención el ser humano no decide de inmediato la vida eterna consumada, sino que la recibimos
oculta en la fe y para vivirla en primer lugar en las condiciones de esta vida temporal.
b- Incorporación a Cristo. Los sacramentos designan también la salvación comenzada aquí abajo, en la
entrada del ser humano en el camino de la salvación, se trata de:
i. la incorporación a Cristo
ii. Cuerpo de Cristo que es la Iglesia.

Por lo tanto, los sacramentos tienen una finalidad más inmediata que la vida eterna y están orientado a
significar la pertenencia a Cristo y a su Iglesia. Pertenencia que es primera etapa obligada para alcanzar la vida
eterna. Pues no hay salvación que no pase por la incorporación a Cristo por medio de su iglesia. Los
sacramentos aseguran de una manera visible y publica la pertenencia del redimido a la iglesia.

RELACIÓN ENTRE LAS DOS FINALIDADES Y EL DOBLE EFECTO DE LOS SACRAMENTOS

Estas dos finalidades explican el doble efecto de los sacramentos

1. Efecto principal: la gracia. Este es el efecto en sentido formal y absoluto. Pero este es un efecto, segundo
relativo y temporalmente. Porque accedemos solo a la gracia a través del segundo efecto que es por la
finalidad por la cual fueron instituidos los sacramentos:
2. Efecto secundario: carácter. Esta es la res et sacramentum. Es efecto relativa y temporalmente más
importante que la gracia, pues es signo de la gracia —res et sacramentum—, pero que siempre permanece
como un medio respecto. Es decir, es algo secundario respecto a la gracia

LA GRACIA SACRAMENTAL: EFECTO PRINCIPAL DE LOS SACRAMENTOS. LA ÚNICA GRACIA DIVERSIFICADA SEGÚN SIETE MODOS
DIFERENTES. LA GRACIA PROPIA DE CADA SACRAMENTO: ASPECTOS CONFIGURANTES (CON CRISTO) Y SANANTES.

Los sacramentos comunican la gracia en cuanto que son signos eficaces de la gracia. A través de los
sacramentos nacemos a la vida de la gracia. Esta crece, se fortalece y, si se pierde, es recuperada. En el canon
VI, Trento enseña: que los sacramentos confieren la gracia en tanto que no se ponga óbice:

- Los sacramentos confieren la gracia


- La confieren siempre y a todos
- Confieren esa gracia ex opere operato

Si lo propio de los sacramentos es significar la gracia que es conferida, y también son instrumentos, en esto
tenemos una dificultad: hay una sola gracia que es la participación en la naturaleza divina. Y es esa gracia la que
nos conforma con Cristo ¿Si la gracia es una cómo explicar siete sacramentos y que además de ser siete son
distintos y no son intercambiables entre sí? ¿Por qué siete signos distintos cuando hay un solo significado? ¿Por
qué siete instrumentos diferentes si se trata de producir un solo efecto?

Si estos siete signos corresponden a siete gracias tendríamos que ser capaces de distinguir siete gracias

¿La distinción entre gracia santificante y sacramental es real o se trata de una distinción de razón predicable

Jean H. Nicolá. Señala que la gracia sacramental es la única gracia de Cristo diversificada según siete modos
distintos. Aquí juegan dos principios:

16
i. No porque haya siete sacramentos distintos debe haber siete gracias sacramentales distintas. Hay siete
sacramentos porque hay siete gracias que deben ser producidas. Si se instituyeron siete es porque hay siete
gracias que deben ser instituidas.

ii. La gracia considerada en sí misma es una: La gracia es la participación en la infinitamente simple


naturaleza divina. Por lo tanto, la distinción de varias gracias solo puede tomarse de un principio extrínseco a
la gracia que modifica la gracia y esa realidad extrínseca tiene que estar en íntima relación con ella. Esto se
observa en la unidad de la acción sacramental. Esta acción produce dos efectos: res et sacramentum y la res
tantum, se trata de dos efectos esencialmente subordinados. Y el efecto principal es el que especifica a la
acción. La gracia es la que especifica el signo sacramental. Y por eso hablamos de gracia sacramental, sin
embargo no podemos descuidar el primer efecto. Porque el primer efecto es un intermediario exigido por la
naturaleza misma de la acción sacramental. Es decir, la gracia sacramental es la gracia en tanto que depende
de la res et sacramentum. La gracia que causan los sacramentos es una gracia de incorporación a la iglesia. El
cuerpo de Cristo: ahora bien, por una parte la gracia da la filiación divina y por otra la incorporación a Cristo en
la iglesia. Si se da esa dependencia entre la res et sacramentum y la gracia como efecto profundo y la res et
sacramentum es signo respecto de la gracia, ese elemento extrínseco a la gracia que nos permite distinguir la
gracia especial de cada sacramento está dada por la res et sacramentum. Por ejemplo

Si la res et sacramentum de la eucaristía es la presencia del cuerpo y sangre de Cristo entregada por nosotros
eso señala que la gracia especial de ese sacramento es una gracia especial de unidad para reconciliarnos entre
nosotros y el padre.

Si la res et sacrmentum del matrimonio es un vínculo indisoluble que solo la muerte puede destruir, la gracia
propia de este sacramento es una gracia de unidad.

 ¿LA GRACIA QUE RECIBIMOS EN LOS SACRAMENTOS ES UNA GRACIA SANTIFICANTE O UNA GRACIA
DISTINTA?

La gracia producida por medio de los sacramentos, ¿es diferente de la gracia producida por vía extra-
sacramental o es la misma?

La gracia sacramental es la gracia de Cristo a través de la mediación de la iglesia, y esa gracia que recibimos en
la acción sacramental es la gracia santificante en relación a la res et sacramentum esta relación entre la gracia
santificante (producida por el sacramento) y la res et sacramentum puede existir antes de que la res et
sacramentum haya sido producida.

Para el sacramento del bautismo y la penitencia esto es claro, nadie puede recibir la gracia del perdón de los
pecados sin al menos el deseo de recibir el sacramento: el que tiene un acto de contrición perfecta manifiesta
que Dios ya lo ha perdonado. Ese deseo es una verdadera presencia anticipada del sacramento. Que de esta
manera es el medio con el cual Dios se sirve para dar la gracia a este ser humano.

Ahora bien, si decimos que el sacramento del bautismo es absolutamente necesario para la salvación es en el
sentido en que no puede haber salvación para el ser humano sin que este tenga al menos en su querer este
sacramento que en su querer Dios lo tiene como realizado.

En esos casos en que se da el bautismo de deseo es sin duda la misma gracia significada y causada por la acción
sacramental. Es la causa en relación con el sacramento no realmente recibido sino realmente decidido. Esto no
convierte a los sacramentos en inútiles, sino en útiles por adelantado.

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Y esto que se aplica al bautismo y la penitencia se aplica a otros sacramentos. Hay un único sacramento en el
que la gracia sacramental solo puede recibir en cuanto el sacramento celebrado: el orden sagrado.

¿Cuál es la diferencia en recibir un sacramento en cuanto celebrado y en cuanto deseado? En cuanto deseado
el arraigo del sacramento depende totalmente de la disposición de la persona. Por lo tanto la gracia que es
estable en cuanto Dios, de parte del ser humano depende de las fluctuaciones y de la disposición de la persona.
En cambio cuando el sacramento se recibe a través del sacramento efectivamente celebrado esa gracia tiene
un arraigo en la persona, porque incluso si la pierde la res et sacramentum funciona como signo y disposición
para que uno viva en función de aquello para lo cual ha sido sacramentalizado.

EL CARÁCTER, EFECTO SECUNDARIO DE TRES SACRAMENTOS. EL DESCUBRIMIENTO ECLESIAL DEL "CARÁCTER SACRAMENTAL".

 El carácter, efecto secundario de tres sacramentos

Fue la necesidad de reconocer en los sacramentos un efecto durable, independiente de la situación personal
del beneficiario respecto a la salvación, lo que llevó a descubrir este segundo efecto de los sacramentos.
Segundo efecto que se reconoce únicamente en tres sacramentos: Bautismo, Confirmación y Orden sagrado.

El hecho de que estos tres sacramentos imprima carácter explica que no sean iterables: una vez recibidos, se
recibe para siempre. Así, si bien la santidad depende de la libertad humana y puede ser dañada por el pecado;
el carácter, en cambio, ordenado al bien de la sociedad, no depende del bien de cada uno.

El hecho de reconocer la existencia del carácter como distinto de la gracia ha permitido articular la realidad del
sacramento —Res tantum— con la visibilidad y solidez de la Iglesia — Res et sacramentum.

 El descubrimiento eclesial del "carácter sacramental".

1. Doctrina del carácter. El primer desarrollo doctrinal se dio en la controversia del bautismo. Tertuliano habla
del bautismo como un sello y lo mismo hace san Agustín.

Esto lleva a distinguir dos efectos:

- Principal: La gracia, que puede ser no recibido cuando el sacramento fue celebrado o si fue recibido
puede ser perdido por la realidad del pecado
- Un segundo efecto que siempre que es celebrado y es causado y este efecto no se puede perder.

CIC 1121: “El Bautismo, de la Confirmación y del Orden sacerdotal confieren, además de la gracia, un carácter
sacramental o "sello" por el cual el cristiano participa del sacerdocio de Cristo y forma parte de la Iglesia según
estados y funciones diversos. Esta configuración con Cristo y con la Iglesia, realizada por el Espíritu, es indeleble
(Trento); permanece para siempre en el cristiano como disposición positiva para la gracia, como promesa y
garantía de la protección divina y como vocación al culto divino y al servicio de la Iglesia. Por tanto, estos
sacramentos no pueden ser reiterados.”

3. En el NT. Ef. 1, 13-14 “Ustedes los que escucharon la palabra de verdad, la buena noticia de la salvación y
creyeron en ella también han sido marcados por un sello por el Espíritu Santo prometido”.

Ef. 4,30: “No entristezcan al espíritu santo de Dios que los ha marcado con un sello para el día de la redención”

 LA NATURALEZA DEL CARÁCTER: SIGNO DISTINTIVO, INDELEBLE, Y PARTICIPATIVO EN EL SACERDOCIO DE CRISTO.

Partimos de la idea de que el carácter es el signo y causa formal de nuestra pertenencia a la iglesia en cuanto
ella es visible, terrestre y la finalidad inmediata de los sacramentos.

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a. El carácter es un signo distintivo, produce una consagración que es signo de pertenecía a Cristo.
b. Se trata de un poder espiritual, es una participación en el sacerdocio de Cristo. Tomás define los tres
caracteres como participación en el sacerdocio de Cristo y como aquello que conjugaba la organización
exterior de la iglesia y la vida interior de la gracia. ¿Cómo participar en el culto cristiano si no participáramos
de algún modo en el sacerdocio de Cristo?
c. Se trata de un signo indeleble. Es una modificación ontológica. Porque el ser humano no participa
naturalmente del sacerdocio de Cristo. Para cumplir lo propio de ese sacerdocio es necesario recibir un
poder que no está en nuestra naturaleza sino que está en el carácter. Esto se ve claramente en el
sacramento del orden, porque se trata de cumplir acciones sacramentales que son eficaces. Esta acción
viene de Cristo, pero también del hombre porque Cristo se expresa a través del ministro. Esto supone que el
ministro está dotado del poder de hacer esas acciones.

SACRAMENTOS QUE IMPRIMEN CARÁCTER.

El bautismo y la confirmación aseguran la pertenencia a la iglesia y esto porque es preciso una consagración
estable. Lo mismo del orden, que constituye al ministro. Y por lo tanto es preciso que el ministro sea designado
de una manera verificable estable y definitiva.

RELACIÓN ENTRE EL CARÁCTER Y LA GRACIA

Sacramentum tantum, Res et sacramentum (carácter), Res tantum (gracia). La finalidad del sacramento no es
solo consagrar a alguien (bautismo, orden), sino que eso lo realiza en vista de la gracia.

El carácter es signo de la gracia, y al mismo tiempo que es signo de la gracia es causa de esa gracia, en el
sentido de que se trata de una disposición previa a la producción de la gracia. Si somos consagrados en el
bautismo es porque lo somos para vivir la gracia de la filiación divina.

¿Qué ocurre si se recibe el carácter sin la gracia, es decir en un estado de no disposición para la gracia? En
ese caso el carácter conserva la doble función de signo y de poder espirituales. Es decir: signo de pertenencia a
la iglesia que es real, aunque sea deficiente. Y poder espiritual: poder activo si se trata de un sacerdote:
siempre puede realizar las acciones sacramentales de las cuales él ha sido instituido a pesar de que él no esté
en gracia.

Quitado el óbice Cristo produce esa gracia retomando la acción sacramental pasada a partir de la huella que la
acción ha dejado en la persona. Quitada la no disposición la gracia del sacramento comienza a ser fecunda.
Esto se ha dado en llamar la revivicencia del sacramento.

CAUSA Y EFICACIA DE LOS SACRAMENTOS


Ahora al hablar de la causa de los sacramentos nos preguntamos ¿Qué agente da vida a los sacramentos?
¿Cómo los sacramentos pueden ser acciones de Dios y al mismo tiempo realidades humanas?

1. La acción trinitaria en la economía sacramental. Los sacramentos están ordenados a producir la gracia en el
sujeto y esta acción solo puede tener su origen en Dios: única fuente de la gracia y del carácter. Por lo tanto,
solo Dios es la causa principal de la eficacia sacramental. El ministro y los sacramentos solo cooperan
ministerial o instrumentalmente en la obtención de la gracia y del carácter.

Los sacramentos no son el origen de la gracia, ni siquiera como verdaderos recipientes de la gracia. Los
sacramentos son instrumentos de la gracia de Dios en manos de Dios y de sus ministros. Cuando hablamos de
Dios como origen afirmamos una dimensión trinitaria.

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EL ORIGEN DE LOS SACRAMENTOS EN CRISTO. EL MISTERIO PASCUAL OPERANTE EN LOS SACRAMENTOS. LA “INSTITUCIÓN” DE LOS
SACRAMENTOS POR CRISTO.

Jesucristo:

1. en cuanto Dios ejerce un poder sobre los sacramentos por propia autoridad. Por lo tanto, en cuanto
Dios, Jesucristo es causa principal de los sacramentos.
2. en cuento hombre Jesucristo produce el efecto del sacramento. Y produce el efecto meritoriamente
porque él es el hombre que contiene la Gracia Capital. Nosotros somos salvados gracias a los méritos
de Cristo. Y al mismo tiempo produce, ese efecto eficazmente, siendo su humanidad instrumento de la
divinidad. Como instrumento ejerce cierta principalidad y causalidad con respecto a los instrumentos
separados.

LA INSTITUCIÓN DE LOS SACRAMENTOS POR CRISTO

Contexto de la enseñanza tridentina. El cuestionamiento de los reformadores tenía una preocupación


histórica: ¿en qué momentos de los misterios y de la vida de Cristo se ubica la institución de cada uno de los
sacramentos?

Este problema no lo conoció santo Tomás y los medievales. Para ellos la institución de los sacramentos era una
conclusión teológica, no es el resultado de una investigación exegética. Estos tenían una noción de institución
analógica: Institución inmediata o Institución mediata.

Padres de la Iglesia. Nunca hablan de institución, utilizan imágenes y una imagen de peso es la de Jn 19, 34:
“los sacramentos han brotado del costado abierto de Cristo en la cruz

Santo Tomás señala que los sacramentos reciben toda su eficacia de la pasión de Cristo y solo de la pasión de
Cristo. Para santo Tomás instituir un sacramento no quiere decir determinar su materia y su forma. Sino que
significa establecer el significado y su eficacia. No se detiene en la esencia física del sacramento. Y en ningún
lugar busca en la escritura donde el Señor determinó en el bautismo su fórmula y materia, lo que le interesa es
el significado profundo del sacramento. El concepto de institución es un concepto teológico no un concepto
histórico bíblico.

Al afirmar que la institución de los sacramentos fue inmediata otros autores sostiene que fue mediata: por los
apóstoles o la iglesia.

Concilio de Trento. “si alguien afirma que los sacramentos de la Nueva Ley no fueron instituidos por nuestro
Señor y que no son siete sea anatema”.

Post Trento. Antes de Trento se afirmaba que la institución de los sacramentos podía ser mediata o inmediata.
Después de Trento se dice que la institución podía ser:

- In concreto: determinando la especie de modo inmóvil y hasta en lo más mínimo. Cristo determino la
materia y la forma de todos los sacramentos y luego la Iglesia agrega condiciones para la celebración.
- In genere: determinando la especie de modo movible con la única excepción del bautismo y de la
eucaristía. Jesucristo al instituir los sacramentos solo determinó el signo como elemento a significar y
su finalidad: la gracia.

CEC 1114 “profesamos que "los sacramentos de la nueva Ley fueron todos instituidos por nuestro Señor
Jesucristo"

20
1115 “Las palabras y las acciones de Jesús durante su vida oculta y su ministerio público eran ya salvíficas.
Anticipaban la fuerza de su misterio pascual. Anunciaban y preparaban aquello que él daría a la Iglesia cuando
todo tuviese su cumplimiento. Los misterios de la vida de Cristo son los fundamentos de lo que en adelante,
por los ministros de su Iglesia, Cristo dispensa en los sacramentos, porque "lo que era visible en nuestro
Salvador ha pasado a sus misterios

EL MINISTERIO SACRAMENTAL DE LA IGLESIA, PARTICIPACIÓN EN EL SACERDOCIO DE CRISTO Y ACCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO.

Ya en Mt. 28, 19, incluso si interpretamos los relatos de la institución de la eucaristía Cristo dejó a la Iglesia la
misión de dispensar los sacramentos. Es importante recordar la doble relación que se da entre iglesia y
sacramentos:

a. Los sacramentos constituyen la iglesia


b. Los sacramentos continúan siendo para la iglesia la presencia continua de Cristo.

Al mismo tiempo la iglesia es aquella que dispensa los misterios (administra los sacramentos). El servicio que
presta la iglesia respecto de los sacramentos es un servicio instrumental – ministerial.

No tiene el poder para instituir sacramentos. Pero al mismo tiempo Cristo no determinó de manera inmutable
lo que se requiere para la validez de los sacramentos. En cuanto esposa administra la herencia con libertad.

EL MINISTRO DE LOS SACRAMENTOS Y SU “INTENCIÓN”

Decimos que el ministro es ministro de la Iglesia: in persona ecclesia, y en algunos sacramentos se dice que el
ministro actúa: in persona Christi. Nadie, a no ser el ministro puede actuar in persona Christi. Para lo cual es
necesario recibir un poder para hacer esto, y ese poder viene por el carácter.

1. El ministro actúa instrumentalmente, se trata de un instrumento animado y separado. Habiendo sido


consagrado por el carácter y recibiendo un poder recibe el poder de santificar que no dependen de la propia
santidad.

1. El acto de celebrar el sacramento es un acto personal y libre. La celebración de un sacramento, en tanto


acto humano, puede ser un acto moral virtuoso o puede ser un acto inmoral e incluso pecaminoso. Porque
para ser un acto virtuoso tiene que ser un acto informado por la caridad.

2. El sacramento es un acto de la iglesia. En este caso el valor depende de la institución de Cristo y de la


regulación de la iglesia que es la que fija las reglas para señalar la validez del sacramento. Y esto hace que una
acción sacramental perfectamente válida y santificante para los que reciben el sacramento puede ser como
acto humano un pecado grave del ministro.

3. La intención. Hace a la estructura del sacramento, porque un acto humano es ante todo un acto de la
voluntad. Y donde no hay voluntad tampoco hay acto humano, por ello sería imposible considerar que haya
verdadera acción sacramental. Las palabras sacramentales hacen siempre referencia a una intención, a un
querer (yo te bautizo…) es necesario la intención humana. Por ejemplo si alguien tiene que bautizar bajo
coacción.

¿Qué intención se requiere para celebrar el sacramento? El orden de los fines puede ser objetivo (construir
una casa para habitarla) o subjetiva (construir una casa para venderla). Así el orden objetivo está establecido
por la obra, mientras que el orden subjetivo está determinado por el agente.

¿Qué intención se requiriere para que un acto sea un acto humano? La intención de hacer la acción, que
supone que sabe lo que hace. El agente tendrá siempre muchas intenciones subjetivas. Para que sea una acto
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humano tiene que tener como intención o como objeto el acto exterior mismo: en este caso celebrar el
sacramento y celebrar la acción misma: realizar el ritual.

Si lo que se requiere es la acción subjetiva de realizar el acto, se trata de intenciones objetivas inscriptas en la
acción sacramental. Y el ministro de quien se pide un ministerio y servicio personal debe asumirlas pero puede
no hacerlo, no estando de ese modo asegurada su santidad. Pero no se pide más que él quiera realizar la acción
en sí misma. ¿Qué es lo que podría impedir esto? La incapacidad de un acto humano.

Pero para la validez se requiere que el ministro tiene que querer hacer lo que hace la Iglesia. A menos que lo
contrario, el rechazo de seguir la intención de la iglesia sea exteriormente significado ya sea por el ministro
ya sea por el beneficiario.

3. DISTINTOS MODOS DE COMPRENDER LA EFICACIA SACRAMENTAL. LA CAUSALIDAD INSTRUMENTAL


PERFECTIVA DE LOS SACRAMENTOS. LA EFICACIA DE LOS SACRAMENTOS EN RELACIÓN CON LA FE DE
LA IGLESIA Y DEL MINISTRO

Si los sacramentos causan algo ¿qué tipo de causalidad ejercen?

La causa instrumental es descrita analógicamente como una especie de causalidad eficiente. Porque la
verdadera causa eficiente de los sacramentos es la pasión de Cristo. Santo Tomás dice que: los sacramentos
son causa instrumentales perfectivas de la gracia. Los sacramentos contienen la gracia como un instrumento
contiene el efecto final que procura el artista. Se trata de una verdadera participación en el poder de la causa
principal.

Juan Damasceno afirmó que Cristo es el órgano de la divinidad, de allí parte santo Tomás para hablar de la
instrumentalidad de la humanidad de Cristo y luego aplicarla a los sacramentos

a. La humidad de Cristo, que actúa meritoria y eficazmente


b. De los instrumentos separados que son los sacramentos

A través de los sacramentos y en los sacramentos que entramos en comunión con el único acontecimiento de
la vida de Cristo. Por lo tanto la humanidad de Cristo y los sacramentos están indisociablemente unidos en la
economía de la salvación.

LA EFICACIA SACRAMENTAL Y LAS DISPOSICIONES DEL SUJETO: EFICACIA EX OPERE OPERATO Y EFICACIA EX OPERE OPERANTIS

Esa eficacia sacramental juega y se relaciona con la disposición del sujeto. Distinguimos entre la eficacia:

1. Ex opere operato
2. Ex opere operantis

Pedro de Potiers se preguntaba si la pasión de Cristo era buena o mala:

1. Opus operans, es mala.


2. Opus operatum, es buena.

Esta distinción fue asumida por la teología sacramental.

Cuando se afirma que la gracia es causada por el sacramento ex opere operato se quiere decir que es
causada por la acción sacramental que ejerce el ministro y que la virtud causativa de la gracia radica en esa
acción del ministro usada instrumentalmente por Dios y no en las disposiciones particulares del que lo
celebra.

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Decir que producen la gracia ex opere operato significa que lo hacen en virtud de que se es movido
instrumentalmente: por Cristo. La virtud que opera en los sacramentos es la virtud de Cristo.

Pero el sacramento exige una respuesta por parte del ser humano. Y esa respuesta tiene que darse:

a. por parte de quien recibe el sacramento y


b. por parte del ministro que celebra el sacramento, que tiene que adecuar su vida a lo que celebra: “imita lo
que tratas”

LA RECEPCIÓN FRUCTUOSA DEL SACRAMENTO

La intención de recibir lo que la iglesia entiende dar.

Aquí también distinguimos entre ex opere operato y ex opere operantis. Este acto, o estas disposiciones
(abandono del pecado, movimiento interior hacia Dios y de conformarse a Cristo) son disposiciones sin las
cuales la acción salvífica no puede ejercerse.

¿Qué pasa si no hay una disposición a la gracia? No queda cuestionada la objetividad misma del sacramento.
No es la causa la que no sea eficiente, sino que aquel a quien está destinada la gracia presenta un defecto.

Trento señala que los sacramentos causan la gracia y la causan siempre ex opere operato a no ser óbice. Por lo
tanto se requiere una disposición de total apertura al don de la gracia. Solo la plena correspondencia a la gracia
hace que el sacramento será fructuoso.

LA ECONOMÍA SACRAMENTAL EN LA VIDA DEL CRISTIANO Y DE LA IGLESIA


Organismo sacramental: Los sacramentos como formando un todo. Los sacramentos debemos entenderlos no
como las especies de un mismo género sino como un género formando un todo orgánico en cuanto que cada
uno aporta lo propio.

Santo Tomás atendiendo a la explicación principal de la Suma, justifica el orden en los siete sacramentos, por
las diversas necesidades de la vida cristiana que los sacramentos satisfacen . Allí vemos una organización
tripartita de los sacramentos:

1. Sacramentos de la iniciación cristiana:


a. Bautismo, nacimiento.
b. Confirmación, crecimiento y vida social.
c. Eucaristía, alimento que mantiene y perfecciona la vida cristiana.

Si el ser humano fuera un ser carente de deficiencia, estos tres sacramentos serían suficiente. Pero como el
hombre está sujeto a la deficiencia se agregan otros dos sacramentos:

2. Remedio a las deficiencias del alma:


a. Penitencia, enfermedad del alma
b. Unción de los enfermos: la enfermedad del cuerpo.

Estos cinco sacramentos tienen por fin el bien de la persona. Pero otros dos sacramentos tiene como fin la
comunidad:

3. El fin de la comunidad:
a. Orden: que ordena los miembros de la comunidad
b. Matrimonio: suministra los miembros

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Esta visión de santo Tomás la recoge el CIC 1210: “Los siete sacramentos corresponden a todas las etapas y
todos los momentos importantes de la vida del cristiano: dan nacimiento y crecimiento, curación y misión a la
vida de fe de los cristianos. Hay aquí una cierta semejanza entre las etapas de la vida natural y las etapas de la
vida espiritual”.

Los sacramentos inscriben el misterio pascual en el cuerpo de los cristianos. Los sacramentos son:

- Signos rememorativos
- signos manifestativos
- Signos proféticos

3. El centro del organismo es, indudablemente, LA EUCARISTÍA, El orden y la reconciliación son dos
condiciones de posibilidad:

1. El orden… sobre el lado institucional. Este se encuentra en el ámbito de la institucionalidad. “La relación
intrínseca entre Eucaristía y sacramento del Orden se desprende de las mismas palabras de Jesús en el
Cenáculo: «haced esto en conmemoración mía» (Lc 22,19).

2. La reconciliación… Se celebra la reconciliación para desembocar en la comunión eucarística cuando algo lo


impida.

El bautismo y la confirmación se celebran en el marco de la eucaristía, lo mismo el sacramento del orden.


Mientras que la reconciliación se celebra al margen de la eucaristía.

Los otros dos sacramentos son de otro orden: ellos se refractan la Eucaristía en situaciones personales
particulares, basadas en el orden natural, que hacen que ese orden natural se eleve al orden de la redención:

3. Matrimonio, la celebración del amor conyugal. Una especial relación existente entre la Eucaristía y el
matrimonio, pidiendo que habitualmente éste se celebre «dentro de la Misa».

4. Unción de los enfermos, reconfortar en la enfermedad grave. Si la Eucaristía muestra cómo los sufrimientos
y la muerte de Cristo se han transformado en amor, la Unción de los enfermos, por su parte, asocia al que sufre
al ofrecimiento que Cristo ha hecho de sí para la salvación de todos…

LA INICIACIÓN CRISTIANA
2. IC en la SSEE. Desde el comienzo fue generada una unidad de tradición bautismal que marcaba el inicio en la
vida cristiana, personal y eclesial. Lo vemos en el libro de los Hechos, no hay detalles rituales, pero si se ve un
proceso que consta de cuatro momentos:

a. Proclamación de la palabra. Se trata de una confesión de fe abreviada centrada en la confesión de la fe


pascual: Eje. Pedro en la mañana de pentecostés.
b. Fe / conversión. La palabra recibida suscita la fe y llama a la conversión. Se trata de una conversión
intelectual, dejarse iluminar descubriendo el misterio de Cristo y que luego tiene implicancias morales.
c. Recepción del bautismo. Es el modo de entrar en comunión con Cristo y realiza la:
d. La incorporación a la comunidad cristiana.

Al hablar de IC designamos el proceso que en lo sacramental forman los dos sacramentos que determinan la
identidad cristiana: bautismo y eucaristía.

EL BAUTISMO
1. FIGURAS Y PROFECÍAS RELATIVAS AL BAUTISMO

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- Creación, agua como fuente de fecundidad: “el espíritu de Dios se cernía sobre el agua”. Este ayuda a
comprender la relación entre creación y nueva creación.
- La imagen del diluvio, el arca de Noé prefigura es prefigurada como lugar de salvación. El agua significa
aquí purificación, y unos pocos que se salvan.
- El paso del mar rojo, es el primer paso hacia la tierra de la libertad.
- Paso del Jordán, se llega a la tierra prometida que es la tierra eterna. Pasando el Jordán y llegando a la
tierra prometido alcanzamos la vida divina.

En las figuras del AT vemos experiencias reales de liberación, que en la historia de la salvación no tienen
retroceso.

2. El bautismo en el NT, vemos que las prefiguraciones de la AT culminan en Jesús. El texto más significativo es
El bautismo de Jesús. Con él comienza el ministerio público de Jesús. Se sometió, Jesús, a un bautismo de
purificación. Un bautismo de pecadores. Mt 3, 15 dice que lo hizo para cumplir toda justicia. Para solidarizarse
con los pecadores.

En Jn19, 34 vemos el costado abierto del Señor del que brotaron agua y sangre, figuras del bautismo y la
eucaristía. Vemos, en este contexto, que las aguas bautismales brotan de la pasión de NSJ. Y es en este
contexto de la pasión que se explica el mandato de Mt 19, 20.

SIGNO SACRAMENTAL Y MINISTRO


1. EL SIGNO SACRAMENTAL:

a. EL GESTO. Si aplicamos analógicamente la noción de materia y forma. La materia es un gesto que consiste
en la inmersión del hombre acompañada de la fórmula prescripta.

Lo que para nosotros es la ablución del agua ha revestido tres modalidades diversas:

i. La inmersión, Santo Tomás justificó la infusión en la cabeza por una cuestión práctica, pero esa infusión
en la cabeza es un sustituto imperfecto en la significación porque carece de todo el valor simbólico.
ii. Infusión de agua en la cabeza, aparece en la Didajé, y luego en Cipriano y quedó instaurada en
occidente por cuestiones prácticas.
iii. Aspersión, la disciplina católica señala que el bautismo por aspersión no es válido. San francisco Javier
dice que usó este método cuando bautizó a 3000

El ministro derrama el agua como instrumento agente, en nombre del autor principal del bautismo que es
Jesucristo.

Tanto los que conservan i. y ii. se trata de un triple gesto: triple sumergiese en la piscina o triple infusión de
agua en la cabeza. La triple ablución o la triple inmersión ¿hacen a la validez de los sacramentos? La mayoría
dice que es algo accidental. Si bien ha sido vista simbólicamente. La triple ablución no hace al sacramento, sino
que la fe en la trinidad está expresada suficientemente en la fórmula del sacramento. Y una única inmersión
simbolizaría la unidad divina.

b. LAS PALABRAS. Han sufrido fluctuaciones a lo largo de la historia:

i. En los hechos de los apóstoles se hace en nombre de Jesucristo


ii. En MT se hace en nombre de la trinidad

Si pensamos en las fórmulas y palabras, de acuerdo a la concepción de sacramento que asumió santo Tomás,
es por estas palabras sacramentales que pasa la virtud del sacramento.

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c. EL MINISTRO DEL BAUTISMO

1. El Ministro. El ministro ordinario del bautismo es aquel que está normalmente habilitado para celebrar
válidamente el sacramento del bautismo. Desarrollo histórico:

a. CVII, se reconoce la primacía del obispo que tiene la plenitud del orden. Y, no solo al presbítero, sino
también al diácono le compete ser ministro ordinario del bautismo solemne LG. 26; 29.
Cuando se trata del bautismo de un adulto, esto se reserva al obispo, porque en el caso del adulto se
conserva la unidad en la celebración de los tres sacramentos de iniciación y por cuanto es recibido por la
cabeza de esa comunidad.

En la tradición latina incluso un no bautizado puede bautizar, realizando el rito de manera válida y si tiene la
intención de realizar lo que realiza la iglesia (CEC 1256).

Por ser el bautismo un don gratuito nadie puede bautizarse a sí mismo, ni si quiera en caso de necesidad. Pues
el solo deseo del bautismo nos salva.

2. Padrinos. Esta figura también conoció evoluciones:

CVII, trató de definir mejor el significado de los padrinos en el bautismo de los adultos y de los niños.

i. En los adultos, se prevé la figura de un garante que conoce al candidato y puede dar testimonio de su
fe. Pero el padrino puede ser alguien diferente del garante y tomar su lugar a partir del llamado
decisivo durante el tiempo de la purificación e iluminación, etc.
ii. En los niños, el lugar insustituible es el lugar de los padres. El lugar del padrino ha sido modificado,
pues el CIC dice: “en la medida de lo posible que haya un padrino”. Y la misión del padrino es
subsidiaria a lo de los padres en la educación en la fe. Y el rol que ocupa es el de ser representante de
la comunidad.

VALIDEZ Y LICITUD DEL BAUTISMO

En cuanto a la validez del sacramento del Bautismo, se tienen que tener tres condiciones: materia, forma y
ministro. La materia es el gesto con agua: ablución o inmersión. La forma está dada por la literalidad de la
fórmula trinitaria como expresión de una fe: la de la Iglesia. Esto no es negociable. El ministro que ya hemos
visto.

En cuanto a la licitud: CIC n. 868 § 1. Para bautizar lícitamente a un niño, se requiere:

1- que den su consentimiento los padres o al menos uno de los dos, o quienes legítimamente hacen sus
veces;
2- que haya esperanza fundada de que el niño va a ser educado en la religión católica; si falta por
completo esa esperanza, debe diferirse el bautismo, según las disposiciones del derecho particular,
haciendo saber la razón a sus padres.
3- El niño de padres católicos, e incluso de no católicos, en peligro de muerte, puede lícitamente ser
bautizado, aun contra la voluntad de sus padres.

EFECTOS PROPIOS DEL SACRAMENTO DEL BAUTISMO


CIC 1262: “Los dos efectos principales, por tanto, son la PURIFICACIÓN DE LOS PECADOS y el NUEVO
NACIMIENTO EN EL ESPÍRITU SANTO”.

1. EL BAUTISMO COMO BAÑO DE PURIFICACIÓN

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El bautismo es un baño de purificación de los pecados. Ef. 5, 25-37: “la iglesia como esposa purificada por el
baño del agua y de la palabra, sin mancha ni arruga para presentarla santa e inmaculada”.

Al considerar el bautismo como baño de purificación hemos de observar tres momentos:

i. Remisión de los pecados; el perdón es un acto gratuito de Dios.

ii. Significa y realiza el perdón divino. El bautismo, desde quien lo recibe, comporta una actitud personal:
conversión. De esa actitud el bautismo es signo y expresión, porque esa actitud compromete a todo el hombre
y esa actitud interior tiene que tener una expresión exterior. Y aquí el acto de recibir el bautismo, tampoco
agrega nada al acto de la conversión. Ambos constituyen una sola actitud humana así como el cuerpo y el alma
constituye una única persona humana. De esta actitud Dios es la causa primera. Dios no nos espera en la
fuente bautismal, sino que nos conduce allí.

iii. Participación en la muerte y resurrección de Cristo. Rm. 6, 11. El bautismo no se agrega al sacrificio
redentor, sino que es la aplicación a esta persona del único acto redentor.

2. EL BAUTISMO COMO NUEVO NACIMIENTO

1. Una vida nueva en Cristo, una filiación divina producida por medio de la gracia santificante. Por el bautismo
el creyente se convierte en hijo de Dios.

2. Las virtudes sobrenaturales / los dones del espíritu Santo. Esto lo relacionamos con la divinización.

EL BAUTISMO, BAÑO DE CONFIGURACIÓN DEL PUEBLO DE DIOS: LA INCORPORACIÓN A LA IGLESIA

El bautismo hace de nosotros el cuerpo de Cristo. Y por lo tanto somos miembros los unos de los otros. Este
tercer efecto del bautismo (que es el carácter) está ordenado a los dos primeros. Recibir el bautismo significa
comenzar a entrar a la Iglesia

¿Quién entró libremente a la iglesia, puede salir libremente de ella? ¿Se pueden suspender los vínculos
establecidos? ¿A qué iglesia incorpora el bautismo?

EL CARÁCTER PROPIO DEL BAUTISMO: EXISTENCIA, NATURALEZA Y PARTICIPACIÓN EN LA MISIÓN DE LA IGLESIA

El carácter es:

- un signo invisible en sí mismo, que se hace visible por su vínculo con el rito bautismal.
- Un signo indeleble, porque si dependiese de la participación actual en la comunidad actual esa
pertenencia sería de suyo invisible e inverificable.
- En cuanto signo es más que un signo porque comporta el poder de participar en la actividad de la iglesia,
sobre todo en su culto. Nadie puede participar en los frutos del sacrificio de Cristo ni ofrecerlo si no es
incorporado a la iglesia: bautismo es la puerta de todos los sacramentos. Por eso debemos concebir al
bautismo como una modificación real (ontológica), si no se produjera esa modificación ontológica no
sería posible, por eso ya no se puede borrar el carácter bautismal.

No disociamos el carácter de la gracia. El carácter bautismal por su misma naturaleza está ordenado a la gracia
y a la caridad.

NECESIDAD DEL BAUTISMO

El significado del bautismo para la salvación, también quiere decir que el bautismo es necesario para la
salvación. Mc 16, 16: “el cree y se bautiza se salvará”. El CVII mientras reconoce completamente la necesidad

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del bautismo para la salvación se refirió también a la voluntad salvífica universal de Dios 1Tim 2, 4: “Dios quiere
que todos los hombres se salven”.

Por lo tanto la teología católica habla de una necesidad de medio (condicional) del bautismo para la
salvación. Es para aquellos a los cuales el evangelio se ha predicado y puede elegir por la fe o contra la fe. En
cambio a aquellos que no ha recibido el evangelio no, han de vivir de acuerdo a su recta conciencia.

EL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN
Jn, 3, 5: “quien no nace del agua y del espíritu no podía entrar en el reino de Dios”.

EL SIGNO SACRAMENTAL, MINISTRO, NECESIDAD Y SUJETO


1. El signo. El ritual vigente en la iglesia latina, señala que el sacramento de la confirmación es conferido por la
unción del crisma sobre la frente por medio de la imposición de manos y las palabras. i. Imposición de manos.
Es el símbolo de una invocación a lo alto, ii. La unción con el crisma. Significa el don del Espíritu Santo, iii. La
fórmula.

EL MINISTRO

El CVII respetando la tradición oriental, va a hablar en LG 26 de “ministro originario”, se trata del ministro en el
cual tiene origen la celebración. EL paso que dio el concilio retrocede en el CIC al decir que el obispo es el
ministro “ordinario”. En cambio el CEC dice en el 1312 que el obispo es “el ministro originario”. Pero en el 1313
dice que el obispo es “el ministro ordinario”.

Ellos quienes detentan la autoridad suprema y última de regular la concesión de la gracia y de los ministerios.
Esa facultad, no compete de por sí a los presbíteros. Y solo es comunicada de modo extraordinario.

2. NECESIDAD DEL SACRAMENTO Y EL SUJETO: EDAD - PREPARACIÓN

La confirmación no reviste la misma necesidad absoluta y en peligro de muerte, más allá de la edad del
enfermo con tal que esté bautizado un sacerdote puede administrar la confirmación.

El sujeto de la confirmación. Solo los que fueron bautizados pueden recibir la confirmación sin límite de edad.
La preocupación de la iglesia en lo que respecta al receptor es doble:

1. Que la confirmación se confiera en torno a la edad de uso de razón. Sin eliminar otras opciones que
permitan al confirmando el valor salvífico específico y pasando así a una vida de compromiso en la
iglesia.
2. Dada la necesidad de ser introducida en la vida plena de la iglesia se confiera el sacramento de la
confirmación lo antes posible.

EFECTOS DEL SACRAMENTO: EL DON DEL ESPÍRITU SANTO


Hay efectos que podemos referir a uno y otros gestos del rito. Señalamos dos gestos:

1. Unción con el crisma: Implica una consagración. Consagración a Cristo. Referencia a la res et
sacramentum: el carácter.
2. Imposición de manos: Bendición y enriquecimiento interior. Don del Espíritu: res tantum: la gracia.

“Por el sacramento de la confirmación aquellos que han renacido del bautismo reciben el Espíritu Santo. Ellos
son provistos por él de una fuerza especial y marcados por el carácter de este sacramento son vinculados más
perfectamente a la iglesia y son obligados más estrictamente a anunciar la fe y al mismo tiempo y a defenderla
por la palabra y por la acción”.
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"1303. Por este hecho, la Confirmación confiere crecimiento y profundidad a la gracia bautismal:

– nos introduce más profundamente en la filiación divina que nos hace decir "Abbá, Padre";
– nos une más firmemente a Cristo;
– aumenta en nosotros los dones del Espíritu Santo;
– hace más perfecto nuestro vínculo con la Iglesia (Cf. LG 11);
– nos concede una fuerza especial del Espíritu Santo para difundir y defender la fe mediante la palabra y
las obras como verdaderos testigos de Cristo, para confesar valientemente el nombre de Cristo y para
no sentir jamás vergüenza de la cruz (...)

Los cuatro primero dones son todos relativos al bautismo (ya había una incoación de estos dones en el
bautismo). No así con el 5.

A. EL CARÁCTER

CIC 1304: “La Confirmación, como el Bautismo del que es la plenitud, sólo se da una vez. La Confirmación, en
efecto, imprime en el alma una marca espiritual indeleble, el "carácter" que es el signo de que Jesucristo ha
marcado al cristiano con el sello de su Espíritu revistiéndolo de la fuerza de lo alto para que sea su testigo”.

Si este sacramento imprime carácter, debe ser distinto del bautismal y del carácter del Orden. Ahora bien,
siendo distinto del carácter bautismal, se encuentra en la misma línea de éste.

El carácter bautismal incorpora a la Iglesia. El de la confirmación, nos vincula más perfectamente a ella. El CEC
1305: “El "carácter" perfecciona el sacerdocio común de los fieles, recibido en el Bautismo, y "el confirmado
recibe el poder de confesar la fe de Cristo públicamente, y como en virtud de un cargo". El carácter crismal
exige, por lo tanto, la plena participación en la vida eclesial.

B. LA GRACIA SACRAMENTAL.

¿Qué sería lo específico de la gracia santificante comunicada por este sacramento? Si lo privilegiado en este
sacramento es el vínculo confirmando-Iglesia, la gracia consiste en el don necesario para edificar y difundir el
Reino de Dios mediante el anuncio, la vida y las obras. Y así, incluye una gracia que da vigor en la lucha
espiritual, que hay que desarrollar en la tierra por el camino hacia el Reino de los Cielos.

PLENITUD DEL SACERDOCIO COMÚN DE LOS FIELES

El carácter está ordenado a una participación activa en el sacerdocio de los bautizados y, de manera particular,
en la celebración eucarística. Por eso, si todo bautizado participa en la vida sacerdotal profética y real de la
Iglesia, con mucha más razón participa aquél que ha sido confirmado. Y porque está llamado a ser testigo del
Reino de modo más eminente, el primer sacrificio que tiene que ofrecer es el de la propia vida. Ofrecerse a sí
mismo y ofrecer todo al mundo de Dios siendo testigo visible y público de Cristo. Esto, gracias a la fuerza del
Espíritu

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LA EUCARISTÍA EN LA FE DE LA IGLESIA
1. PREFIGURACIÓN EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

Textos referenciales en el AT:

I. Melquisedec que ofrece pan y vino.


II. En el contexto del éxodo, los panes ázimos que Israel comen en cada pascua y la salida de Egipto. Pan es
singo de la liberación, de la salvación.
III. El recuerdo del maná en el desierto que sugiere:

LA PROMESA EN EL SERMÓN DEL PAN DE VIDA (JN 6, 26-58)

1. Multiplicación de los panes. Allí pronuncia la bendición y parte los panes y los discípulos los reparten. Esto
prefigura la abundancia del nuevo pan que es la eucaristía.

2. El agua convertida en vino. Anuncia la hora de la glorificación de Jesús y anticipa el reino en donde se
beberá el vino nuevo.

3. Sermón del pan de vida. Jn no conserva el relato de la institución, pero le dedica 5 capítulos a la última cena
(13 al 17).

EL SIGNO SACRAMENTAL. Desde este punto de vista la eucaristía se entiende como el signo que expresa la
entrega incondicional. La actitud del siervo doliente que se solidariza con todos los que sufren.

2. LA INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTÍA SEGÚN LOS RELATOS BÍBLICOS DE MT, MC, LC Y 1CO

Las cuatro narraciones de la cena que se nos transmitieron se dividen en dos:

1. Mt y Mc. Coinciden y ha hecho pensar esto en una dependencia literaria. Lo más probable es que Mc
influyese en Mt. Ambos representan la tradición palestinense.
2. Lc y Pa. Lc parece que tuvo influjo de Mc, pero su influencia principal está en la carta a los Corintios.
Este grupo ancla en la tradición transmitida por Pablo en la tradición antioquena.

EL APORTE DE LA TEOLOGÍA

5. San Agustín: La eucaristía es la que hace a la iglesia, es sacramento de unidad. “«Se te dice: “El cuerpo de
Cristo”, y respondes: “Amén”. Sé miembro del cuerpo de Cristo para que sea auténtico el Amén… Siendo
muchos, somos un solo pan, un único cuerpo”. (Sermo 272).
 EDAD MEDIA Y CONTROVERSIAS EUCARÍSTICAS
En medio de las controversias eucarísticas de la edad media, para explicar la presencia de Cristo en la
Eucaristía Berengario de Tours reconocía tres tipos de cambio:
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a. El cambio de un sujeto a un sujeto: generación.
b. El que se da un sujeto a un no sujeto: corrupción.
c. El que se da de un sujeto a un sujeto: movimiento.
Guitmundo agrega un cuarto modo de cambio: es el que se da según el cual un sujeto existente es cambiado
en un sujeto ya existente. El segundo sujeto no existe como consecuencia del cambio, ya existía. Y comparando
la mutación eucarística.
Aljer de Lieje resuelve el problema de la presencia de Cristo íntegro y a la diferencia entre las dos
consagraciones. De las cuales una no es la simple repetición de la otra. Aljer distingue entre la presencia:
a. Presencia vi sacramenti, la presencia por la virtud sacramental
b. Presencia per concomitantia.
Y señala que si es por la fuerza de la acción sacramental –vi sacramenti– la presencia que se da por la
consagración del pan es la presencia del cuerpo de Cristo. Pero como la presencia es del Cristo glorificado se da
por concomitancia la presencia del cuerpo, sangre y alma.
En la consagración del cáliz se da por la fuerza sacramental –vi sacramenti– se da la presencia de la sangre.
Pero por concomitancia, como se da la presencia del cuerpo glorificado está también presente el cuerpo, la
sangre y el alma glorificada de Nuestro Señor.
Cristo está integro bajo una y otra especia.
La presencia de los accidente se da por la omnipotencia divina que puede conservar esos accidente.
A raíz de esto se dan las primeras definiciones dogmáticas… que intentan responder a las afirmaciones de
Berengario que cuestionaba la presencia real.
1. Nicolás II, confirmada por el sínodo Romano de 1059: “El pan y el vino sobre el altar, después de la
consagración, no son solamente signo (sacramentum) de nuestro Señor Jesucristo, sino su cuerpo y sangre
verdaderos, de modo sensible (sensibiliter), son tocados y partidos con las manos por los sacerdotes y
triturados por los dientes de los fieles»”.
2. Gregorio VII, aprobada por el Concilio Romano 1079, señala la siguiente retractación para las tesis que
sostenía Berengario: “Yo, Berengario, creo de corazón y confieso de boca que el pan y el vino que se
ponen en el altar, por el misterio de la sagrada oración y por las palabras de nuestro Redentor, se
convierten sustancialmente en la verdadera, propia y vivificante carne y sangre de Jesucristo Nuestro
Señor, y que después de la consagración son el verdadero cuerpo de Cristo…; y la verdadera sangre de
Cristo… no sólo por el signo y virtud del sacramento, sino en la propiedad de la naturaleza y verdad de la
sustancia...”

 LA TRANSUBSTANCIACIÓN
Aparece primero como adjetivo, luego como verbo, por último como sustantivo. Este término en cuanto
sustantivo, se ha constituido como medio para expresar el cambio real que se produce en la sustancia del pan y
del vino para convertirse para convertirse en el cuerpo y la sustancia del cuerpo y de la sangre de Cristo.
El término transubstanciación aparece por primera vez en un texto del magisterio en el IV concilio de Letrán
1215 -Inocencio III-: “el mismo sacerdote es sacrificio, Jesucristo, cuyo cuerpo y sangre se contiene
verdaderamente en el sacramento del altar bajo las especies de pan y vino, después de transustanciados, por
virtud divina, el pan en el cuerpo y el vino en la sangre...”

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El concilio de Florencia define de modo solemne la presencia de Cristo íntegro bajo cada especie y el carácter
sacrificial de la eucaristía
3. LA REFORMA. EL CONCILIO DE TRENTO. LA PROGRESIVA RECUPERACIÓN DE UNA CONSIDERACIÓN
UNITARIA DEL MISTERIO EUCARÍSTICO.
El concilio de Trento al tratar de la eucaristía responde a las tres cautividades señaladas por Lutero:
- En la sesión XIII (1551) afirma la doctrina sobre la transubstanciación y el culto eucarístico.
- En la sesión XXI del concilio (1562) es relativa a la comunión bajo las dos especies
- En la sesión XXII (1562) será relativa al sacrificio de la misa.
La enseñanza de Trento, de si tuvo o no en cuenta a los reformadores, es que Trento no se limitó a emitir
cánones de condena, sino que los cánones están precedidos por la doctrina. Por eso los cánones hemos de
leerlos a la luz de los decretos doctrinales.
La enseñanza de Trento marca los siglos posteriores y marca por qué el acercamiento a la eucaristía se centró
en dos aspecto: presencia real y sacrificio, y perdiendo de vista la enseñanza de los padres: dimensión eclesial
de la eucaristía, la dimensión de la eucaristía como memorial.

DEL SIGNO A LA REALIDAD


Nombres. (CEC 1328 a 1322). El nombre expresa la realidad significada.

1. Eucaristía. Pone de manifiesto una acción de gracias. Lc 22,19 y Mt 26,26.

2. Comida del Señor. Aparece en el siglo III, se trata de la memoria de la cena que el Señor celebró con sus
discípulos.

3. Fracción del pan. Este rito propio del banquete Judío (Jer 16,7) y fue utilizado por Jesús cuando bendecía y
distribuía el pan como cabeza de familia, sobre todo en la última cena.

5. Memorial de la pasión y resurrección del Señor.

6. Santo sacrificio. Porque actualiza “re-presenta” vuelve a hacer presente el único sacrificio de Cristo que
incluye ahora la ofrenda que en Cristo, por Él y en Él ofrece la Iglesia de sí misma a su Señor.

8. Comunión. Que alude al modo de participación en la cena. Una participación plena y perfecta.

9. Nombres de sentido escatológico: Pan de ángeles, pan del cielo, medicina de inmortalidad.

10. Santa Misa. Porque la liturgia con la que se celebra el misterio de la salvación concluye con el envío de los
fieles (missio).

LAS TRES INSTANCIAS DEL SACRAMENTO

Sacramentum tantum (signo sacramental o rito exterior): Materia (gesto) pan y vino ofrecido como comida.
Forma (palabras): palabras de la consagración.

Res et sacramentum (efecto que responde a la finalidad eclesial de los sacramentos): presencia real del Cuerpo
y la Sangre del Señor.

Res tantum (efecto que responde a la finalidad última de los sacramentos: la vida eterna): gracia de la unidad
de la Iglesia en la caridad.

LA CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA
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El signo sacramental. Dentro del signo sacramental distinguimos dos elementos: gestos y palabras.

1. EL GESTO. Pan y vino, Florencia en el decreto para los armenios señala que la materia es el pan de trigo y el
vino de uva.

EL PAN. Según los relatos de la institución Jesús instituyó la eucaristía con el pan. La norma es que el pan sea
de trigo.

EL VINO. Puro de la vid, original, sin sustancias extrañas, mezcladas con un poco de agua:

a. Jn 19,34 se relaciona con la sangre y el gua que brotaron del costad de Cristo.
b. San Cipriano ve en el agua mezclada con el vino la participación de la iglesia en el sacrificio de Cristo.
c. En el agua mezclada con el vino señala la doble naturaleza de Cristo: “el agua unida al vino sea signo de
nuestra unión a la vida divina…”

LAS PALABRAS

El decreto para los coptos añade: “son consideradas como palabras que constituyen como forma de la
eucaristía aquellas que se encontraban en el canon romano ad literam: hoc est enim corpus meu… hic est enim
calix sanguinis mei…”. Con la constitución apostólica Missale Romanum de 3 abril de 1969 Pablo VI modifica
estas palabras en el canon Romano, añadiendo a esa fórmula el: “quod pro vobis tradetur” y quitando de la
fórmula del cáliz el “misterium fidei”.

¿Cuál es la estructura teológica de la plegaria? En el centro de la plegaria se encuentran las palabras de la


institución. Y ese relato se actualiza en el memorial/oblación que sigue a la consagración y responde al
mandato del Señor: Hagan esto en memoria mía. La iglesia celebrando el memorial entrega lo que ella ha
recibido.

Es en el marco de la plegaria eucarística donde captamos el sentido profundo material y formal de las palabras
de la consagración. Fuera de ese marco están privadas de ese sentido.

Teología de la epíclesis. ¿Cuál es el momento en que se produce la consagración: en la epíclesis o al pronunciar


las palabras sobre el cáliz? Para los occidentales solo las palabras de la consagración tiene fuerza sacramental.
Para lo orientales es la epíclesis.

Hoy se puede decir sin duda que la polémica decayó algo por parte de los católicos. Creemos que la
consagración se realiza por la acción de Cristo y del Espíritu, y esa acción de expresa en la proclamación de las
palabras de la institución y la epíclesis. Es interesante ver que el Catecismo de la Iglesia Católica habla de la
presencia de Cristo obrada en el poder de su palabra y de la acción del Espíritu Santo. Es la acción conjunta de
las palabras del Señor y de la acción del Espíritu Santo lo que hace a la consagración

EL MINISTRO DE LA EUCARISTÍA

Inocencio III en la confesión de fe escrita para los Valdenses y luego por el concilio de Letrán y Trento. Es
habitual afirmar en la tradición latina que el ministro actúa in persona Christi. En una identificación específica y
sacramental. Pues Cristo es el autor del sacrificio.

La expresión in persona Christi tiene un sentido funcional y espiritual y no ontológico y jurídico. Y sabemos que
esto se produce en el presbítero por el carácter se hace capaz de realizar las acciones de Cristo en donde
ningún ser humano es capaz de realizar.

LA CONCELEBRACIÓN

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Esa doctrina presente en Tomás, III q.82 a.2 ad.2-3 y dice: “multi sunt unum in Christo”. Todos actúan en la
misma persona de Cristo. Por eso ante la pregunta ¿Cuántos sacrificios se ofrecen en una concelebración:
tantos cuantos celebrantes haya o uno solo porque todos coinciden en las palabras de la consagración? La
respuesta es en la línea de Tomás es la de un solo sacrificio que viene de un solo sacerdote.

Algunos decías: “Si la concelebración de muchos presbíteros es un solo sacrificio sería mejor no concelebrar,
sino celebrar singularmente para no privar a Dios y a la iglesia de los fines y de los frutos que corresponderían a
tantas celebraciones como sería la misa de cada sacerdote en individual”. Se trata de un argumento sutil pero
que en realidad no podemos aceptar tan fácilmente porque la concelebración no resta valor al sacrificio de
Cristo porque es el único sacrificio suficiente para la salvación del mundo. Un sacrificio, el de Cristo, que tiene
valor infinito y por lo tanto el valor de cada misa es un valor infinito. Tanto una única misa concelebrada como
una misa en singular depende todo de los méritos infinitos de Cristo. Por lo tanto hay que señalar que debe
darse un plena participación de modo tal que esa participación nuestra en la eucaristía produzca todos los
frutos.

La concelebración ofrece ciertas ventajas pastorales y funcionales:

I- Ventajas teológicas y espirituales porque permite que se manifieste la unidad del sacramento del
orden como también la unidad del pueblo de Dios.

Todo lo demás viene a nivel de lo que es la disciplina litúrgica:

II- La actual disciplina como la establece el rito romano establece como se ha de participar en la
celebración sino que se funda en la concepción sacramental: “para ofrecer el sacrificio de la
eucaristía se pronuncian las apalabras de la consagración”.
III- Todos los concelebrantes deben pronunciar las palabras de la consagración. Sin esa participación
no se daría una verdadera concelebración sacramental. Y además, todos los celebrantes deben
participar además de la plegaria eucarística y comulgar bajo las dos especies:
IV- Siempre concelebrar según las otras prescripciones de la iglesia:
a. Es uno el que preside

EL SUJETO DE LA EUCARISTÍA

Todos y sólo los bautizados pueden recibir la Eucaristía de modo válido. Y para recibirla de modo fructuoso, se
requiere el estado de gracia. Quienes se consideran en pecado mortal y creen sentir contrición deben realizar
la confesión sacramental.

 NECESIDAD DE LA EUCARISTÍA

Es el sacramento más importante y, sin embargo, es el menos necesario. Es el sacramento más importante.
Santo Tomás —III, q65, a3, c— presenta tres motivos:

1. Argumento Cristológico.- Sólo en la Eucaristía está presente Cristo de modo sustancial, mientras que en
los demás sacramentos está por modo de participación.
2. Argumento sacramental.- Todos los otros sacramentos tienden a Cristo como a su fin.
3. Argumento ritual.- Casi todos los sacramentos se celebran en la eucaristía y se cumplen en ella.

Serían más importantes los sacramentos conferidos por un maestro más importante -Confirmación y Orden-.
Responde: “El sacramento de la eucaristía, sin embargo, no habilita al hombre a función alguna especial, sino
que este sacramento es, más bien, el fin de todas las funciones”.

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LA EUCARISTÍA COMO SACRIFICIO DE LA NUEVA ALIANZA
Para los padres la eucaristía es sacrificio. La dificultad de la cuestión no está tanto en la demostración de un
cierto carácter sacrificial de la Eucaristía a la luz de la Escritura y de la Tradición. En cambio, la cuestión es
cómo explicitar la relación que se da entre el único sacrificio redentor de Cristo y el sacrificio eucarístico. Es
una relación de sotereología y teología sacramental.

1. El sacrificio eucarístico en la A.T. El holocausto claramente había un reconocimiento de la soberanía de Dios.


Esto suscita dos actitudes:

- recibir los bienes de mano de Dos y alabarlo


- despojarse radicalmente de esos bienes en honor de Dios.

3. EN el NT, la institución con el sacrificio del calvario. SACRANENTUM CARITATIS. Eucaristía: Jesús, el
verdadero Cordero inmolado. La nueva y eterna alianza en la sangre del Cordero 9. La misión para la que Jesús
vino a nosotros llega a su cumplimiento en el Misterio pascual. ». Jesús es el verdadero cordero pascual que se
ha ofrecido espontáneamente a sí mismo en sacrificio por nosotros, realizando así la nueva y eterna alianza.

Los testimonios de los padres los agrupamos en dos:

San Juan Crisóstomo (s. IV): “¿Acaso no ofrecemos nosotros el sacrificio cada día? Ciertamente, pero
celebrando la memoria de su muerte, y este sacrificio es uno solo y no muchos. ¿Cómo uno sólo y no muchos?
Porque él fue ofrecido sólo una vez, como también la víctima de expiación llevada al santuario. Este sacrificio
de Cristo es un tipo de aquello, así como el nuestro es un tipo de aquél… Nosotros no celebramos un sacrificio
diferente de aquél que ofreció entonces el sumo sacerdote, sino siempre el mismo. O mejor, nosotros
celebramos el memorial del sacrificio (anámnesim)”.

San Agustín: “Un único y verdadero sacrifico antes de la venida de Cristo era prometido mediante víctimas
prefigurarías, en la pasión de Cristo fue ofrecido en la realidad, después de la pasión de Cristo es celebrado en
el sacramento memorial”.

Santo Tomás: q. 73, a.4, ad3: La Eucaristía “es conmemoración de la pasión del Señor, que fue un verdadero
sacrificio, como se ha dicho ya. En este sentido se le llama sacrificio”. “A este sacramento se le denomina
sacrificio por representar la pasión de Cristo”.

Si establecemos una relación entre la cena, la pasión y la misa, decimos según Trento que:

En la cena, Cristo anticipa sacramentalmente su sacrificio de la cruz, y dispone que se repita en adelante como
su memorial. En la cruz. Tenemos el misterio pleno y absoluto de la inmolación de Cristo. Y en la celebración de
la misa se cumple el memorial de la cruz a partir del mandato de la cena y con su estructura de banquete
sacrificial. Pero. De acuerdo a la enseñanza de Trento, la misa no representa o hace presente la cena. Sino que
represente o hace presente de nuevo de manera directa el sacrificio de la cruz.

CEC 1362 a 1372:

1362 La Eucaristía es el memorial de la Pascua de Cristo, la actualización y la ofrenda sacramental de su único


sacrificio, en la liturgia de la Iglesia que es su Cuerpo.

1363 En el sentido empleado por la Sagrada Escritura, el memorial no es solamente el recuerdo de los
acontecimientos del pasado, sino la proclamación de las maravillas que Dios ha realizado en favor de los
hombres (cf Ex 13,3). En la celebración litúrgica, estos acontecimientos se hacen, en cierta forma, presentes y
actuales.

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1364 El memorial recibe un sentido nuevo en el Nuevo Testamento. Cuando la Iglesia celebra la Eucaristía, hace
memoria de la Pascua de Cristo y esta se hace presente: el sacrificio que Cristo ofreció de una vez para siempre
en la cruz, permanece siempre actual

1365 Por ser memorial de la Pascua de Cristo, la Eucaristía es también un sacrificio.

1366 La Eucaristía es, pues, un sacrificio porque representa (= hace presente) el sacrificio de la cruz, porque es
su memorial y aplica su fruto:

1367 El sacrificio de Cristo y el sacrificio de la Eucaristía son, pues, un único sacrificio:

NATURALEZA DEL SACRIFICIO EUCARÍSTICO

¿Cuál es la naturaleza de este sacrificio? Para responder partimos de la unidad del sacrificio: la identidad entre
el sacrificio y el sacrificio del calvario. Tenemos claro que el sacrificio de Cristo es absolutamente suficiente
para realizar eficazmente de todo culto. El sacrificio de Cristo consistió en su inmolación. Él es el nuevo cordero
pascual. Por lo tanto esto nos lleva a excluir del sacrificio eucarístico toda nueva inmolación: ya sea de otra
víctima como así también la inmolación de la misma víctima (que Cristo en la celebración de la eucaristía se
inmole una vez más).

Podemos destacar dos aspectos: 1) Como el sacrificio redentor es único, ese sacrificio es siempre presente y
actual a los ojos de Dios. Adquiere, por la nueva condición de Cristo, una eterna actualidad. Somos tan
contemporáneos a ella como lo fueron los primeros cristianos. No entra el tiempo entendido
cronológicamente.

2) Lo que hace la Eucaristía es aplicar a nosotros ese eterno sacrificio siempre presente.

MEMORIAL. Por la idea de memorial del sacrificio es tal porque la pasión era el sacrificio de Cristo su
representación sacramental es sacrificio de Cristo, porque el misterio contiene en sí la realidad significada.

 LA PARTICIPACIÓN DEL SACERDOTE Y LOS FIELES EN EL SACRIFICIO DE LA MISA

En efecto, la misa considerada como acto de Cristo tiene valor infinito con independencia de la devoción de los
asistentes y del sacerdote. Pero considerada como acto de la Iglesia, su valor, su eficacia sacrificial, está en
función de la santidad de la iglesia en el tiempo de la eucaristía que celebramos. Es decir, depende del fervor
del sacerdote y la comunidad.

No es a causa de Cristo, ni para completar su sacrificio que la eucaristía fue instituida, porque desde el punto
de vista de Cristo el sacrificio está acabado. Sino que la eucaristía fue instituida a causa de la iglesia, para que
ella pueda ofrecerlo con Él. Así cada misa, teniendo un valor infinito, cuanto más uno la celebra mejor es,
cualquiera sea la devoción con la que ella es celebrada.

 EFECTOS DE LA EUCARISTÍA: FINES Y FRUTOS

La iglesia habló de efectos y consecuencias del sacrificio:

1- Es lo que el concilio de Trento y retomó Pío XII en mediator Dei. Se habla de cuatro fines:
a. Latréutico:
b. Eucarístico (acción de gracias)
c. Propiciatorio
d. Impetratorio

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Los dos primeros hacen referencia a actos y sentimientos en relación a Dios. El tercero y el cuarto se refieren a
la iglesia y la humanidad. La dificultad está en el modo de aplicación de los dos últimos. Y lo que significa estos
fines

1- Latréutico. La misa es un acto supremo de adoración y culto. Es acto de latría. Y este aspecto lo vemos en la
dimensión real del amor filial de Cristo al Padre en la cruz y en la perenne actualidad de sus actitudes de
oblación en el cielo. En este acto supremo Cristo implica ahora su cuerpo que con él y en él adoran al padre en
el espíritu santo.

Y la máxima glorificación de Dios está en que él sea reconocido y amado con los mismos sentimientos de Cristo.

2- Eucaristía (acción de gracias). Es acción de gracias por antonomasia, Cristo celebró la última cena en actitud
de alabanza y acción de gracias al Padre, anticipando, de este modo, la oblación de la cruz. Vemos que todas las
plegarias eucarísticas están invadida de esa alabanza y acción de gracias (Eucaristía). Es acción de gracias por
Dios mismo, por los dones con los que nos colmó a lo largo de la historia de la salvación y por el misterio que se
hace presente en cada celebración.

3- Impetratorio. La misa es un sacrificio de intercesión y suplica tanto por vivos como por difuntos. La misa
tiene una peculiaridad especial porque se funda en la misma intercesión de Cristo glorioso. Cristo es nuestra
intercesión viviente, porque en él no hay diferencia entre la persona y la intercesión, su misma persona se hizo
intercesión ante el Padre por nosotros.

Esa intercesión por vivos y por difuntos se expresa por claridad en las plegarias eucarísticas (memento de vivos
y difuntos). Ese sacrificio fue ofrecido por todos sin exclusión.

4- Propiciatorio. Significa que se trata de un sacrificio para la remisión del pecado y de las culpas. Que en
absoluto hace sombra al sacrificio de la cruz que es el único sacrificio que nos ha redimido de los pecados. La
doctrina católica afirma al mismo tiempo el carácter sacrificial, sus efectos, pero también como ese carácter
sacrificial debe ser acogido con las debidas disposiciones por parte de los fieles.

EL VALOR DE LA EUCARISTÍA COMO SACRIFICIO

1- El sacrificio de Cristo y su memorial sacramental tiene un valor infinito, esto vale de modo absoluto y sin
límite para los dos primeros fines (latréutico y eucarístico).
2- Los otros dos fines (impetratorio y propiciatorio) se debe hablar de un valor infinito en sí mismo pero de
una aplicación limitada por tres factores:
a. Por la voluntad salvífica de Dios que permanece libre en la aplicación de la impetración y de la
propiciación.
b. Por la capacidad de receptividad de los seres humanos que también permanecen libres delante de
Dios.
c. Por la necesaria y activa cooperación de las personas con la gracia impetrada y con la remisión de los
pecados obtenida.

La misa tiene un valor infinito en sus fines, ex opere operato, sin embargo, cuando nos referimos a la eucaristía
tenemos que decir que ese valor infinito es ex opere operantis Crhisti. Todo lo hemos recibido de Dios pero
gracias a los méritos operantes de Cristo. Pero su aplicación queda limitada ex opere operantes hominis. Ya sea
porque está limitada a la capacidad limitada de recepción de los seres humanos o por una cooperación
imperfecta al don de Dios.

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PRESENCIA REAL DE CRISTO EN LA EUCARISTÍA
La res et sacramentum. Trataremos ahora del efecto que celebrada sí o sí se produce.

El memorial de la pasión del Señor comporta su presencia con su cuerpo y su sangre, según el sentido genuino
de las palabras de la institución.

1. La S.E. La interpretación de la escritura para afirmar la presencia real nos lleva a tener en cuenta las palabras
de la institución, marcadas por el verbo ser: “esto es mi cuerpo”, “esto es mi sangre”. Que establece la
identidad del pan con el cuerpo y el vino con la sangre: “les aseguro que si no comen la carne del hijo del
hombre, ni beben su sangre, no tendrán vida en ustedes. Mi carne es la verdadera comida y mi sangre es la
verdadera bebida”.

Trento afirma que: “el pan y el vino contienen a Cristo todo entero”, es decir, con su alma y divinidad incluidas.
La pregunta es ¿Cómo es posible afirmar que el cuerpo y la sangre contienen a Cristo todo entero sin exceder
la fórmula consagratoria que habla sólo del cuerpo y de la sangre?

Aljer de Lieja distingue una doble eficacia de las palabras sacramentales:

1- Por virtud propia: vi sacramenti. Por virtud propia las palabras realizan lo que significan de modo
directo.
2- Per concomitantia. Este cuerpo y esta sangre son consagrados en la eucaristía tal como ellos son
actualmente.

Las palabras se pronuncian en indicativo: “este es mi cuerpo” este pan que tengo en mis manos; “esta es mi
sangre”, el cáliz que tengo entre mis manos. La consagración establece una relación particular entre los
elementos que tengo en el altar y el Cristo glorioso.

La consagración de la eucaristía hoy hace venir bajo las apariencias de pan el cuerpo viviente que ya no puede
ser separado de su sangre, alma y divinidad. Así la concomitancia arrastra el cuerpo, la sangre y el alma de
Cristo que se encuentra enteramente bajo cada una de las especies consagradas.

En efecto,

1- En virtud del sacramento, cada una de las especies eucarísticas contiene el cuerpo y la sangre de Cristo
2- En virtud de la concomitancia, cada una contiene a Cristo vivo y resucitado.

Por eso el misterio de la concomitancia explica no solo que la Iglesia introdujo y consolidó la práctica de la
comunión bajo una especie, sin reducir en nada el valor de la comunión eucarística. Y todos los misterios de
Cristo los celebramos en la eucaristía.

LA REALIZACIÓN DE LA PRESENCIA

Al formular la doctrina de que ese cambio podía ser calificado como transubstanciación se afirma que Cristo
está presente al modo de la sustancia.

La transubstanciación es el mejor modo que la razón ha descubierto para darse cuenta de la no imposibilidad
de la presencia real. Se trata, en primer lugar, de un dato teológico.

Canon 2, sesión XIII "Si alguno dijere que en el sacrosanto sacramento de la Eucaristía permanece la sustancia
de pan y de vino juntamente con el cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo y negare aquella maravillosa
y singular conversión de toda la sustancia del pan en el cuerpo y de toda la sustancia del vino en la sangre,

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permaneciendo sólo las especies de pan y vino; conversión que la Iglesia católica aptísimamente llama
transustanciación: sea anatema."

Los otros sacramentos contienen y transitoriamente una virtud participada. El agua del bautismo no deja de
ser agua. Ni la bendición del agua bautismal, ni la consagración de los óleos son un sacramento o constituyen el
sacramento. El santo Crisma no es un sacramento como la eucaristía que reservo. Por el contrario Cristo en
persona reside de manera sustancial y permanente en la materia eucarística.

Por eso solo la eucaristía se constituye en sacramento como tal en la consagración de su materia antes de todo
uso. De modo contrario el bautismo solo se produce el bautismo en la acción bautismal.

- Si hubiera consustanciación (que permanecieran las dos sustancias), no se podría decir: “esto es mi
Cuerpo”; sino que debería decirse: “aquí está mi Cuerpo, junto al pan”.
- Si habría aniquilación se diría: “esto será mi cuerpo cuando desaparezca todo sustancia y accidentes”.
- Si hubiera transformación sucesiva se diría: “esto se convierte en mi cuerpo”.

Solo la transustanciación explica la afirmación: “esto es mi cuerpo”

EL MODO DE LA PRESENCIA REAL

Cristo no está presente en la hostia como una persona natural puede estar encerrada en una caja. O que Cristo
puede ser partido sin lastimarse, puede ser consumido sin disminuir y puede ser multiplicado sin aumentar.
Todas estas categorías las pensamos desde espacio temporales. Esto está mal. La doctrina de la
transustanciación nos señala que Cristo está presente realmente, íntegro, con todos sus accidentes, con
todas sus facultades vitales, pero todo eso reducido al modo de la sustancia.

La transustanciación establece una nueva relación entre Cristo vivo e impasible y las especies del pan y del
vino de la que él remplaza sus sustancias. Esa relación solo afecta a las especies sacramentales pero no
afecta a Cristo.

A continuación las propiedades de Cristo en la eucaristía:

1- Se trata de una presencia al modo de la sustancia, por ende los accidentes de Cristo están en el por
real concomitancia
2- Se trata de una presencia indivisible, Cristo no puede ser dividido por ninguna acción que se ejerza
sobre la hostia. Está en cada fragmento
3- Es una presencia extensiva, todas las dimensiones de Cristo están allí realmente, pero no al modo de la
cantidad (primer accidente). Simplemente forman parte del sujeto que termina en la relación de
presencia. No está presente en razón de las dimensiones.
4- Es una presencia no local, porque el cuerpo se localiza por sus propios accidentes, es necesario que
Cristo no está localizado por los accidentes. No sufre cambio local.
5- Es una presencia invisible, como toda sustancia que por sí misma es invisible
6- Se trata de una presencia espiritual, es el ser de Cristo en sí mismo corporal pero presente de una
manera no corporal.

Si la presencia de Cristo es al modo de la sustancia ¿qué ocurre con los accidentes? Por la consagración y
transustanciación toda la sustancia del pan se ha convertido en cuerpo de Cristo. Para la experiencia no ha
cambiado nada, se ve pan y se gusta pan ¿Cómo conciliar dos datos indudables: que dice que Cristo está
presente, y el dato de la experiencia sensible: que dice que hay pan? Aquí está el misterio más grande de la
eucaristía. Porque no podemos servirnos de ninguna constatación sensible para afirmar esta realidad.

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En la eucaristía no hay ningún milagro ¿porque? Porque si una analiza los milagros:

a. La transubstanciación se realiza necesariamente puestas unas condiciones. Así yo puedo querer que algo
biloque pero no lo puedo hacer. Pero por el poder que Jesús dejó sí o sí se produce.
b. Los milagros afectan a los sentidos. Vemos que el agua se transforma en vino. Antes se tomaba agua y
luego vino. En cambio si la eucaristía es por lo sensible el dato sensible permanece inalterable.
c. La fe es requerida para que el Señor haga el milagro: “tu fe te ha salvado”. Y en el evangelio de Jn los
signos provocan la fe. En la eucaristía, la transubstanciación, no provoca la fe, sino que exige una fe
perfecta porque se cumplen en el misterio.

LOS ACCIDENTES DEL PAN Y DEL VINO Y LA EUCARISTÍA. Por definición el accidente solo puede inherir en otro (la
sustancia) y la sustancia le da un ser que el accidente no puede tener por sí mismo. El accidente solo puede
subsistir en su sustancia. Es más un accidente propio revela la naturaleza de cada sustancia. Por lo tanto, lo
primero que conocen los sentidos son los accidentes y permiten a la inteligencia alcanzar la sustancia que por sí
misma es incognoscible. Esto pone de relieve la anomalía que constituyen los accidentes eucarísticos. No solo
subsisten fuera de la sustancia propia, sino que al mismo tiempo revisten una sustancia extraña: la de Cristo.

No podemos decir que al desaparecer la sustancia del pan, los accidentes del pan y del vino inhieren en la
sustancia del cuerpo y de la sangre de Cristo. Esto además del absurdo sería una aberración. El cuerpo de
Cristo actualmente impasible y glorioso no puede ser modificado por la injerencia de accidentes extraños.

Los accidentes del pan, después de la consagración subsisten por ellos mismos. Quedan en el aire, porque la
sustancia en la cual deberían inherir a partir de la cantidad no existe más.

Santo Tomás dice que esto solo se puede explicar gracias a una intervención especial de la virtud divina:
“porque el efecto depende más de la causa primera que de la causa segunda. Dios que es la causa principal de
la sustancia y accidente, puede por su virtud divina conservar el accidente en el ser. Mientras que es retirada la
sustancia por la que este era conservado en el ser como por su propia causa”.

Si Tomás hace intervenir en este nivel la causalidad divina, no la hace intervenir luego en otros niveles. Así
admite que los accidentes inhieren en la sustancia en un cierto orden. Y el primer accidente que sostiene a
todos los demás es la cantidad extensa. Este accidente primeramente sostenido en el ser por la omnipotencia
hace que los demás se sostengan sobre él como obrando al modo de la sustancia.

Gracias a la intervención divina se respeta el orden natural y los accidentes del pan a pesar de carecer su
sustancia habitual se comportan como de ordinario. Y el pan eucarístico no siendo ya pan se comportará como
pan: conserva la misma forma, el mismo peso, el mismo color, el mismo gusto, y podrá alimentar, alterarse y
corromperse a la manera del pan ordinario.

EUCARISTÍA: SACRAMENTUM CARITATIS


EL SACRAMENTO DE LA UNIDAD. DEL CUERPO SACRAMENTAL DE CRISTO AL CUERPO ECLESIAL-

“Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa. Pues quien come y bebe sin discernir el
Cuerpo, come y bebe su propio castigo…” (1 Co 11, 17-34)

En cierto modo, si la comunión eclesial es la res tantum de la Eucaristía, aquí se aplica lo dicho respecto de la
res tantum en general: la presencia real no es de suyo fructuosa, sino en la medida que se reciba el cuerpo y la
sangre con las disposiciones requeridas.

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La eucaristía hace a la iglesia, mientras que la iglesia es la que hace, en cuanto celebra, a la eucaristía. Esto
lo sintetizamos en dos afirmaciones

1- Cristo dándose a la iglesia en la eucaristía la convierte en su cuerpo


2- Y Cristo que sigue presente en la iglesia dándose en la eucaristía la celebra y la da a los suyos.

En esto se funda la expresión: “iglesia como cuerpo de Cristo”.

San Agustín de Hipona “¿Qué ves sobre el altar? El pan y el cáliz (...) pero para la ilustración de vuestra fe, os
decimos que este pan es el cuerpo de Cristo y el cáliz es su misma sangre... Pero si queréis comprender qué es
el Cuerpo de Cristo escuchad al apóstol que os dice: “Vosotros sois el cuerpo de Cristo” (...). Así pues, vosotros
sois el cuerpo de Cristo y sus miembros, lo que está sobre el altar es el símbolo de vosotros mismos, y lo que
vosotros recibís es vuestra realidad. Vosotros mismos lo confirmáis diciendo: Amén. Se os dice: He aquí el
cuerpo de Cristo; y vosotros respondéis: Amén, así sea. Sois, pues, miembros de Cristo para responder en
verdad: Amén”.

Si para los padres

Cuerpo:

1- Iglesia: cuerpo de Cristo (real)


2- Eucaristía: cuerpo de Cristo (mistérico)

Vemos que para los medievales se da un cambio:

1- Iglesia: cuerpo de Cristo (mistérico)


2- Ecuarstía: cuerpo de Cristo (real).

En el siglo XX la vuelta a la escritura y a los padres de la iglesia ha producido un redescubriemiento de la


dimensión eclesial y de caridad de la eucaristía. Hay dos interpretaciones a quien permitió cada cosa:

1) La experiencia en la liturgia oriental de los misterios seguía expresando más claramente esa realidad
eclesial. Occidente, cada vez más fue desarrollando su Eucaristía en una clara referencia al sacrificio.
 ESTA REALIDAD ES VOLCADA EN EL MAGISTERIO

LG.3.: “La obra de nuestra redención se efectúa cuantas veces se celebra en el altar el sacrificio de la cruz. Y, al
mismo tiempo, la unidad de los fieles, que constituyen un solo cuerpo en Cristo, está representada y se realiza
por el sacramento del pan eucarístico”.

LG.7. El Hijo de Dios, en la naturaleza humana unida a sí, redimió al hombre... Y a sus hermanos, congregados
de entre todos los pueblos, los constituyó místicamente su cuerpo, comunicándoles su espíritu.

Participando realmente del Cuerpo del Señor en la fracción del pan eucarístico, somos elevados a una
comunión con Él y entre nosotros. «Porque el pan es uno, somos muchos un solo cuerpo, pues todos
participamos de ese único pan» (1 Co 10,17). Así todos nosotros nos convertimos en miembros de ese Cuerpo
(cf. 1 Co 12,27) «y cada uno es miembro del otro» (Rm 12,5).

EN CUATRO ASPECTOS LA DIMENSIÓN DE LA EUCARISTÍA COMO SACRAMENTO DE COMUNIÓN Y SACRAMENTO DE LA CARIDAD

1. LA EUCARISTÍA ESTABLECE LA COMUNIÓN CON CRISTO. En ella nos alimentamos del cuerpo y la sangre de Cristo. El
signo propio de la eucaristía es que recibimos a Cristo. A través de su entrega entramos en su comunión
profunda con el Padre y el Espíritu. Esa comunión con Cristo no se realiza en nosotros, sin que Cristo en la

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eucaristía nos transforma a nosotros en él. El efecto propio de la eucaristía es la trasformación del hombre en
Cristo.

2. LA EUCARISTÍA COMO COMUNIÓN EN LA IGLESIA. La comunión en la eucaristía se extiende entre los que
compartimos la fe y los pastores. Es en el fondo la traducción visible de la communio sacntorum (participación
en la cosas santas) que establece el vínculo en la communio sanctorum (de los que son santificados).

3. LA EUCARISTÍA Y LA FRATERNIDAD HUMANA. Sacramentum Caritatis: “de la eucaristía brota un modo de ser
cristiano”. Ese modo de ser cristiano implica una ética que compromete a cada uno según su propia vocación
en la iglesia y en el mundo: es importante una espiritualidad eucarística: “una piedad eucarística que influya en
el cuerpo social. Al dar gracias por la eucaristía, el pueblo cristiano, lo hace por toda la creación…”

4. LA EUCARISTÍA EN DIMENSIÓN ESCATOLÓGICA. La comunión en el tiempo y más allá del tiempo. Ahora bien, si
nosotros entendemos la escatología. Para santo Tomás la eucaristía es el sacramento de nuestra peregrinación
hacia la patria, sacramento de esperanza, por eso se llama viático. “El tercer nombre es en cuanto al futuro: en
cuanto es prefigurativo de la fruición divina que tendremos en la patria. En este sentido se llama viático,
porque nos pone en camino para llegar hasta allí”.

 LA EUCARISTÍA Y LOS OTROS SACRAMENTOS

Incorporar aquí lo desarrollado en el organismo sacramental.

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