Hay que inculcar a nuestros hijos y a nuestros pequeños un gran
cariño y respeto por las personas mayores, bien sean sus abuelos,
bien sean vecinos o conocidos mayores.
Las sociedades más industrializadas, por regla general, y la pérdida
de muchos de los valores tradicionales hace que cada vez más las
personas mayores sean marginadas e incluso, ignoradas, dando a
entender su aparente inutilidad para una sociedad movida
solamente por las prisas, el estrés y los valores materiales.
Una persona puede aportar experiencia, formación y cultura a los
más pequeños. El cariño y el respeto suele tener un efecto
"boomerang"; si no lo damos y enseñamos, es difícil que lo
obtengamos en un futuro.
Algunos de los puntos clave para educar a los más pequeños de la
casa pueden ser (válidas no solo para el trato con las personas
mayores, sino para el trato con cualquier otra persona):
1. Hablar con respeto a todas las personas mayores, sean o no
conocidos.
2. Evitar poner malas caras o hacer gestos despectivos cuando los
mayores les dicen algo. Les cuentan una historia, les dicen algún
halago, o simplemente les hacen un gesto amable (aunque a ellos
no se lo parezca).
3. Debe reprenderles cuando hagan críticas despectivas a la espalda
(viejo, chocho, tocado, pesado, etc.). Estas palabras pueden herir a
la persona mayor que las escucha.
4. Recuerde que den siempre las gracias, por una propina que les
han dado, por una golosina o juguete que les han comprado ... y
por cualquier otra cosa. A la hora de pedir, recuérdeles también
que utilicen siempre "por favor".
5. Comprensión. Hay que enseñarles a que admitan de buen grado
las pequeñas manías, cabezonerías, etc. que puedan tener sus
abuelos u otras personas mayores.
6. Hay que aprender a escuchar a los mayores. Da lo mismo que la
historia o "batallita" la haya contado anteriormente; la felicidad
que para ellos supone, en la mayor parte de los casos, tener un
público entregado merece la pena. Se puede, con cierta prudencia,
recordarle al narrador que esa historia ya la saben, que les cuente
otra.
7. Saludar. Hay que saludar cuando nos visitan o visitamos a otras
personas. No se puede pasar sin hacer un saludo como si no
existieran. Lo mismo a la hora de despedirse.
8. Ayuda. En algunos casos puede que necesiten ayuda para
sentarse o levantarse, llegar hasta el coche, leer una letra
demasiado pequeña para ellos, tomar algo que se ha caído al suelo,
etc. Hay que estar siempre dispuestos y atentos.
9. Ignorar. Ni cuándo van de visita ni cuando vienen los abuelos u
otras personas se puede consentir que los peques de la casa estén
con la televisión o radio encendida, jugando a la consola o
simplemente "desapareciendo" en cuanto hay la más mínima
oportunidad. Es de mala educación "ignorar" a los invitados o
"huir" de ellos. Si quiere que se vayan los pequeños debe decírselo
de forma expresa: salir a jugar al jardín, iros a vuestra habitación,
etc.