Jostin Prado - Consulta-Analisis .Relaciones Internacionales

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RELACIONES COMERCIALES

INTERNACIONAL

Jostin Prado Figueroa

Eco. Paco Granoble Chancay

Octavo “A”

Noviembre - Marzo
2020
TEMAS:
❖ Las relaciones internacionales Ecuador en el marco de las relaciones
exteriores.
❖ La Política Externa Ecuatoriana.
Las relaciones internacionales Ecuador en el marco de las relaciones
exteriores

Las relaciones exteriores de la República del Ecuador son el conjunto de relaciones


diplomáticas y de otra naturaleza que la República del Ecuador mantiene con otros Estados
soberanos.

Ecuador, como muchos otros Estados latinoamericanos, fue objeto de las ambiciones de
potencias imperiales. España, Francia, Inglaterra, Brasil y Estados Unidos, entre 1830 y
1870, contemplaron la posibilidad de ejercer algún tipo de control o presencia en Ecuador y
compitieron entre ellos por esa influencia. Los intereses de las grandes potencias frente al
minúsculo Ecuador variaban según la misión imperial de las potencias, aunque tenían en
común el hecho de que se enmarcaban en proyectos imperiales más amplios, en los que el
control sobre Ecuador era un trampolín para acceder a espacios más extensos. Notaremos
que esos intereses ultrapasan esa fecha y que, en la conmemoración del I Centenario de la
Independencia del Ecuador, en 1909, todavía se mantienen. (Santos, 2009)

La Política Externa Ecuatoriana.


Rafael Correa encara su tercer año de mandato con índices de popularidad sin precedentes.
Al cumplir dos años en el cargo tenía un 60%, una cifra destacada ya que ninguno de sus
predecesores había registrado una aprobación superior al 40% en su segundo año. Tras una
década de convulsiones políticas, con la salida precipitada de ocho presidentes por la presión
popular, Correa ha gozado de una calma social inédita y gran adhesión a su gestión. Esto ha
sido propiciado por la bonanza económica del pasado lustro, centrada en el sector petrolífero,
que aportó las divisas necesarias para llevar a cabo un ambicioso programa de políticas
sociales.

En diciembre de 2008, el 63,9% de los ecuatorianos aprobó en referéndum la nueva


Constitución, que entre otras cuestiones permite la reelección presidencial. Esta Constitución
sintoniza con las de Venezuela (1999) y Bolivia (2009), impulsa el “socialismo del siglo
XXI” y está marcada por un fuerte estatismo. Según Correa, en su discurso a la nación de
2009, es “la mayor realización de este segundo año de revolución ciudadana”, que “permite
superar el… el neoliberalismo” y “nos distancia de los nefastos paradigmas que hoy vemos
fracasar a nivel planetario”. El texto promueve un amplio catálogo de derechos ciudadanos
y la recuperación de los sectores estratégicos, como hidrocarburos y agua.

En política exterior, además de la Constitución, Ecuador sigue el Plan Nacional de Política


Exterior 2006-2020 (Planex 2020), una suerte de “libro blanco” coordinado por el embajador
Javier Ponce Leiva entre 2005 y 2006.

El Plan recoge los que deberían ser los consensos básicos de la política exterior, al margen
del juego partidista, aunque hay un amplio margen para la acción de Correa. El presidente,
según la nueva Constitución, es el encargado de “definir la política exterior, dirigir las
relaciones internacionales, celebrar y ratificar los tratados y convenios internacionales, previa
aprobación del Congreso Nacional, cuando la Constitución lo exija” (Art. 171.12), así como
de “velar por el mantenimiento de la soberanía nacional y por la defensa de la integridad e
independencia del Estado” (Art. 171.13).

Por eso, el Planex prevé que el Ministerio de Exteriores elabore un plan de actuación por
períodos cuatrienales, cuyos lineamientos estratégicos respondan a las prioridades y
objetivos determinados por el presidente.

Este contexto favorable a la acción presidencial podría cambiar en 2009 ante la crisis
económica, que afectará la entrada de remesas (en 2008 supusieron casi 3.000 millones de
dólares, un 5,4% del PIB) y los ingresos por las exportaciones de crudo. Esto podría poner a
Ecuador en una situación difícil, reforzada por las decisiones sobre el impago de la deuda
externa y la amenaza a empresas extranjeras, que podrían cerrar las puertas a nuevos créditos
y alejar a los inversores.

También hay que considerar el resultado de las próximas elecciones. Si bien se da por
descontado el triunfo de Correa, la amplitud de la mayoría que obtenga Alianza País podrá
condicionar su línea de acción internacional. Quedan en la agenda exterior otros temas
importantes como la integración regional, las relaciones con sus vecinos, tanto del norte como
del sur, y las alianzas con terceros países. El sello personal que otorga Correa a la política
exterior la dota de un fuerte contenido nacionalista y antiimperialista, a la vez que de un
incuestionable toque populista. La apelación a la “Patria, altiva, digna y soberana” recuerda
a la “Patria justa, libre y soberana” del primer peronismo.

Ecuador en el escenario regional

El reciente “giro a la izquierda” en América Latina reactivó la voluntad integradora regional


con el discutible argumento de que la mayor sintonía política e ideológica favorecería el
acercamiento entre países y eliminaría muchos de los obstáculos hacia la integración. Frente
al Mercosur y la Comunidad Andina de Naciones (CAN), sumidos en sendas crisis, están
surgiendo proyectos alternativos de integración regional. Con un exceso de retórica y de
optimismo, la energía y las infraestructuras se presentan como dinamizadores de la
integración. Estos proyectos responden básicamente a los intereses de Brasil y Venezuela,
que disputan por el liderazgo suramericano. Con agendas y estilos diferentes, Hugo Chávez
y Lula da Silva ven en la integración regional la forma de consolidar su posición
internacional. Mientras Brasil apuesta por la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur),
Venezuela se inclina por la Alternativa Bolivariana de los Pueblos de nuestra América
(ALBA), aunque sin dar la espalda a Unasur.

La política exterior ecuatoriana tiene como su principal límite al contexto institucional


doméstico en donde se genera. La inestabilidad y turbulencia de la política han creado un
escenario marcado por la erosión de las instituciones y la inestabilidad. A lo largo del tiempo
el único tema que de alguna manera pudo escapar a los avatares de la confrontación entre los
actores políticos ecuatorianos fue el procesamiento y finalización del conflicto con Perú.
La capacidad del Ecuador de generar agendas propias con temas de mediano y largo plazo,
se limita extraordinariamente si la orientación de las políticas pudiera ser estable, pero la alta
movilidad y circulación de los decision-makers, la fragilidad de las posiciones de dirección,
sumada a lógicas depredadoras de grupos de interés genera escenarios organizacionales
también inestables a al procesamiento de temas en medio de disputas y superposiciones
institucionales y legales.

La consecuencia de estas dinámicas es la producción de una política exterior reactiva, sin


capacidad de producir iniciativas ni de identificar intereses nacionales que puedan legitimarse
como unitarios, a partir de un proceso de decisión racional dirigido a maximizar ganancias y
minimizar riesgos.

La reactividad de la política exterior supone la pérdida de posibilidades de manejo de temas


en las relaciones bilaterales lo que se concreta en agendas subordinadas cuando las relaciones
son asimétricas. Específicamente, el Ecuador tiene pocas posibilidades de incluir puntos
adicionales o contestar temas impulsados por los Estados Unidos. La historia del
relacionamiento contemporáneo de los dos países ha estado marcada por procesos políticos
en donde constantemente se han representado los intereses de Washington, que ha logrado
una base militar, una política de seguridad que asume todos los puntos de su agenda y un
marco comercial de negociación ventajoso para sus productos.

Cuando la asimetría es menor, que es el caso de las relaciones con Colombia y Perú, el patrón
de conducta ecuatoriano puede volverse contradictorio y eventualmente conflictivo, y las
agendas se vuelven mucho más vulnerables a la influencia de intereses específicos de grupos
de poder y actores políticos específicos. Finalmente, un estado pequeño y débil en escenarios
multilaterales tiene pocas posibilidades de avanzar tópicos propios.

El Ecuador en Naciones Unidas, OEA y otras entidades o vota de acuerdo a tradiciones de


grupo latinoamericanas, siguiendo patrones preestablecidos que no supongan exposición al
riesgo ni tampoco a oportunidades políticas, a menos que presiones concretas y estímulos o
expectativa de represalias hagan cambiar el modelo de conducta. (Mendieta, 2012)
ANALISIS: La actual Política Exterior del Ecuador y su relación con la nueva Constitución
- Galo Yépez Holguín*

La política exterior de un país, en una concepción amplia, es la acción «que realiza un Estado
para alcanzar en el ámbito externo los objetivos inspirados en sus intereses nacionales». Esta
expresión soberana, Como señala Francisco Carrión Mena es la referida «a la conducta y
manera de obrar» de un Estado en sus relaciones con otros Estados y organismos
internacionales guiadas siempre por la consecución de los objetivos de política interna y la
defensa de sus propios intereses.

Las relaciones internacionales son dinámicas y requieren de políticas que igualmente se


adapten a las nuevas necesidades. Es así, por ejemplo, que los países latinoamericanos han
ido, como indica Gustavo Ruales3, desde su nacimiento como sujetos del Derecho
Internacional, «estructurando» las «bases» y «un marco» de «aportes» propios «del nuevo
mundo», por lo que han creado y recreado «instituciones, principios y postulados, hasta
configurar preceptos, mecanismos y maneras de actuar que conforman el sistema
interamericano, con normas de un Derecho que ofrece características definidas».

El Ecuador se encuentra en «una época de cambio y vive un cambio de época», como en


constates ocasiones ha manifestado el presidente Rafael Correa. La existencia de una nueva
institucionalidad nacional, ocurrida a partir de la aprobación de la Constitución de 2008,
constituye la culminación de un deseo de conjunción de la búsqueda propia de identidad y de

proyección a la modernidad al mismo tiempo. Refleja una realidad única de cómo debe
vincularse temporalmente el país con el resto del Mundo.

La revolución ciudadana, como califica el Gobierno ecuatoriano a su accionar político, está


centrada en el respeto a la dignidad humana, a la soberanía alimentaria y a la defensa de la
naturaleza. El bienestar de las ecuatorianas y los ecuatorianos depende definitivamente de las
transformaciones que se logren en la política interna, pero éstas deben ser respaldadas por
una política exterior efectiva que promueva el desarrollo del país.

De esas expresiones se desprende la necesidad de un cambio internacional que es impulsada


por algunos países, como el Ecuador. Democratizar las relaciones externas con nuevos
realidades y retos externos constituye un imperativo, no sólo para impulsar una profunda
reforma al sistema económico y financiero internacional, sino también para establecer un
orden más justo entre los principales sujetos del Derecho Internacional.

La globalización generalizada, el incremento de la delincuencia transnacional, la falta de


solución real a la eliminación de la pobreza, el constante deterioro del medio ambiente, la
inexistencia de una transferencia efectiva de tecnología, entre otros puntos, son situaciones
que se presentan actualmente, como una crisis sistémica en la cual el Sur no es responsable
pero sí afectado.

Por ello se debe establece un objetivo para avanzar en la creación de nuevos órganos
internacionales que se constituyan con criterios claros de representación y rendición de
cuentas, aspectos que son recogidos en el texto constitucional ecuatoriano de 2008 y que
debería proyectarse también al ámbito externo, cuando sea aplicable.

Bibliografía
Mendieta, P. (12 de Agosto de 2012). La politica exterior. Scielo, 10. Obtenido de
https://es.thefreedictionary.com/ed%C3%A1ficos#:~:text=Los%20recursos%20ed%
C3%A1ficos%20son%20los,de%20los%20frutos%20y%20semillas.

Rios, G. (19 de Marzo de 2020). Real Instituto. Obtenido de


http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano_es/contenido?WCM_GLOB
AL_CONTEXT=/elcano/elcano_es/zonas_es/ari73-2020-rios-impacto-economico-
de-crisis-coronavirus-en-america-latina

Santos, F. (12 de Junio de 2009). Economipedia. Obtenido de


https://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2237-
101X2017000200303

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