Interpretación Finalista Vs Sistemática
Interpretación Finalista Vs Sistemática
Interpretación Finalista Vs Sistemática
UNICATÓLICA
Programa de Derecho
legislación
9 de Octubre de 2018
Bogotá D.C.
Introducción
Escuela Teleológica:
(Rudolf von Ihering 1872) fue su fundador; esta escuela considera estos
postulados: 1) La norma debe estar creada con un fin que ayude a la sociedad
2) Toda ley es escrita por un motivo. El método teleológico manifiesta que una
ley debe tomar en consideración el valor social y los valores sociales
contenidos en ella.
Interpretación sistemática. Consiste en analizar una norma, relacionándola
con las demás, que configuran en su totalidad una institución jurídica.
este método, en esencia, busca viabilizar, precisar o determinar las dudas que
pudiesen surgir de la utilización de un lenguaje impropio usado al momento de
la celebración y consumación del acto jurídico, que se preste a confusión,
donde el interpretación precisamente de encontrar el verdadero sentido o
alcance. Ahora bien, cuando el artículo 170º C.C. (que recoge el método
comentado) señala que las expresiones deben entenderse al sentido más
adecuado a la "naturaleza" del acto. Este método interpretación propenderá
establecer la clase, especie o variedad de acto jurídico que se ha celebrado, lo
que un sector de la doctrina señala como "especie negociada".
El art. 3,1 CC, que enuncia los diferentes elementos a tener en cuenta en la
exégesis de las normas, afirma in fine: Las normas se interpretarán...
atendiendo fundamentalmente al espíritu y finalidad de aquéllas.
Por último, la interpretación finalista de las leyes debe tener en cuenta los
valores y principios que han inspirado su aprobación. La consideración
axiológica del contenido de la norma legal objeto de interpretación es,
asimismo, especialmente importante en el proceso de interrelación de los
diferentes criterios que el art. 3,1 CC, establece como elementos copulativos en
la tarea exegética.
Establece que para interpretar los actos jurídicos, se debe apreciar a éstos de
manera integral, tratando de preservar su unidad como acto jurídico existente,
donde si bien es cierto pueden existir algunas partes conformantes dudosas,
ambiguas o poco claras, el intérprete deberá realizar su labor de hermenéutica
mediante un juego o método combinatorio relacionando una cláusula con otra,
donde a aquellas que resultan dudosas o confusas se les debe atribuir el
significado, comprensión o sentido que resulte de las demás cláusulas o partes
integrantes.
En este punto debemos precisar que un sector de la doctrina señala que existe
defecto de redacción del artículo antes citado, por cuanto consideran que al
utilizar la palabra "cláusula" se convierte en una norma de carácter restrictivo
ya que en esencia, sólo comprendería a los contratos y, no a la generalidad de
actos jurídicos a los cuales sería aplicable
Expediente: D-11882
Sentencia C-063/18
I. ANTECEDENTES
En ejercicio de la acción pública consagrada en el artículo 241 de la
Constitución Política, el ciudadano D.M.U.M. presentó ante esta Corporación
demanda de inconstitucionalidad contra los artículos 4º, 8º, 10 y 21 (parciales)
del Decreto Ley 1793 de 2000, por considerar que violan los artículos 13, 16,
25, 29, 47, 53, 54 y 93 de la Constitución.
Mediante auto del 20 de enero de 2017[1], se admitieron los cargos contra: (a)
el artículo 4º del Decreto Ley 1793 de 2000, por violación de los artículos 13 y
16 de la Constitución; y (b) los artículos 8º y 10º (parciales) del Decreto Ley
1793 de 2000, por violación del artículo 13 de la Constitución.
Así mismo, se ordenó: (i) fijar en lista las normas acusadas para garantizar la
intervención ciudadana; (ii) correr traslado al Procurador General de la Nación,
para lo de su competencia; (iii) comunicar el inicio de este proceso al
Presidente de la República, al Presidente del Congreso, a los Ministerios de
Justicia y del Derecho, del Interior, de Defensa y del Trabajo, al Ejército
Nacional y a la Armada Nacional de Colombia; e (iv) invitar a la Academia
Colombiana de Jurisprudencia, a las facultades de Derecho de las
Universidades del Rosario, Externado de Colombia, Nacional de Colombia, de
Nariño, S.A., La Sabana, del Atlántico, Libre de Colombia, ICESI, al Grupo de
Acciones Públicas de la Pontificia Universidad Javeriana, a la Fundación
Saldarriaga Concha y a PAIIS para que, si lo consideraban adecuado, se
pronunciaran sobre la constitucionalidad de las normas demandadas.
La Sala Plena de esta Corporación mediante Auto 305 de 2017 decidió
suspender los términos “de los procesos de constitucionalidad enumerados en
el fundamento jurídico sexto de esta decisión[4], que hayan sido admitidos para
trámite ante la Corte y en la etapa procesal en que actualmente se encuentren”,
a partir del 21 de junio de 2017. En consecuencia, el presente proceso fue
suspendido hasta que la Sala Plena decidió continuar con el mismo.
Ser colombiano.
Retiro absoluto
Por inasistencia al servicio por más de diez (10) días consecutivos sin causa
justificada.
III. LA DEMANDA
Para comenzar, el demandante indica que el literal c) del artículo 4º del Decreto
Ley 1793 de 2000, que establece como requisito para ser incorporado como
soldado profesional “ser soltero, sin hijos y no tener unión marital de hecho”,
viola el derecho a la igualdad (artículo 13 de la Constitución), por tratarse de un
requisito irracional y desproporcionado.
Así, señala que una norma similar que exigía la soltería a los candidatos a
oficiales y suboficiales de las Fuerzas Militares fue declarada inexequible
mediante Sentencia C-1293 de 2001[5], por sacrificar los intereses personales
de los candidatos de manera desproporcionada. En ese contexto, transcribe
acápites de la decisión en los cuales la Corte establece que la medida no
supera el juicio de razonabilidad y proporcionalidad, al cercenar los derechos a
la igualdad, de acceso a la educación y a cargos públicos, a la libertad de
escoger profesión y oficio, y al libre desarrollo de la personalidad.
Por ello, sostiene que “no sólo debería prohibirse la exigencia de la soltería y/o
de no tener hijos al momento de ingresar a la ESPRO como candidato a
soldado profesional, sino que, aplicando el principio de igualdad en su sentido
material, debería preferirse, entre un candidato soltero y sin hijos, y uno que
tenga formalizado su hogar, al último, ya que del salario que devengue el futuro
soldado profesional no solo dependerá él mismo, sino su núcleo familiar, y a
que –en términos generales– será un militar más respetuoso de las normas”[9].
En tercer lugar, afirma que en este caso existe un trato disímil e injustificado
entre los soldados profesionales y los suboficiales y oficiales de las Fuerzas
Militares, lo cual es discriminatorio pues para el segundo grupo el requisito fue
retirado, mediante Sentencia C-1293 de 2001[10], mientras que para el primero
se mantiene.
Así, señala que si bien los suboficiales y oficiales tienen diferencias respecto de
los soldados profesionales, como el grado de escolaridad, los dos: (i) destinan
su trabajo a las operaciones militares donde arriesgan su vida; (ii) sus carreras
militares tienen una duración mínima de 20 años de servicio antes de adquirir el
derecho a una asignación de retiro; (iii) los unos y los otros son “partes
inescindibles entre sí dentro de la estructura organizacional y jerárquica de las
Fuerzas Militares”[11]; y, finalmente, (iv) todos tienen la condición de personas,
por lo cual no deben sufrir tratos discriminatorios. De conformidad con lo
anterior, argumenta que los soldados profesionales se encuentran en una
situación de desigualdad respecto de los oficiales y suboficiales, por su menor
capacidad económica.
CONCLUSIONES: