Novena A Cristo Rey
Novena A Cristo Rey
Novena A Cristo Rey
ACTO DE CONTRICIÓN. Dios mío y Padre mío, que sois infinitamente bueno, os amo con todo mi
corazón, y por lo mucho que os amo, me pesa de haberos ofendido.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS. Omnipotente y sempiterno Dios, que quisisteis restaurar en
vuestro querido Hijo, Rey del Universo, todas las cosas, concédenos que todas las familias de las
Gentes disgregadas por la herida del pecado se sometan a su suavísimo imperio. Que con Vos y el
Espíritu Santo vive y reina Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.
DÍA PRIMERO
"¿A quién buscas?-¿A Jesús Nazareno? Yo soy". Señor y Rey nuestro: siempre dejas que te descubra
tu amor, aun cuando tus criaturas tan amadas por Ti, te busquen para martirizarte. Sabiendo que Tú
eres Jesús Nazareno, te buscamos hoy de nuevo para prenderte otra vez, mas no con cadenas y
cuerdas, sino con nuestras miserias y nuestros amores, pues sabemos es lo que más ata y sujeta tu
misericordioso y amante Corazón, y así preso por amor, conducirte en triunfo al trono que te han
formado los corazones amantes, para que empieces tu reinado de misericordia y amor en la tierra.
Amén.
Obsequio. Cumplir con fidelidad mis obligaciones por ser lazos de amor que me unen con Jesús.
Uniendo mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis intenciones a las suyas, rezaré: Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
Eterno Padre, derrama tus misericordias sobre toda la tierra, reino de tu Hijo Jesús. Amén.
¡Oh Cristo Rey!, establece tu paz en tu reino. Amén.
Espíritu Santo, abrasa al mundo en tu purísima y ardiente amor. Amén.
Madre querida, une cada vez más y más a tu Hijo Divino, todo misericordia, con tus hijos, todo miseria.
Amén.
San José, enséñanos a amar a Jesús y a María. Amén.
DÍA SEGUNDO
"Cristo, adivina quién te ha herido". ¡Oh Jesús amante y bueno!, aquella noche triste de tu Pasión tus
ojos divinos veían a través de los siglos todos nuestros pecados y olvidos que tan dolorosamente
herían tu divino Corazón, tanto, que para que tu pureza no te hiciese huir de nosotros, no tus verdugos,
sino el amor vendó tus ojos, a fin de que no vieses más que almas que se perdían si Tú las dejabas.
Haz que esas almas a las que tu sangre y tus lágrimas han lavado y purificado lleguen a amarte con
tanto entusiasmo, que se cierren sus ojos a todo lo que no seas Tú, Rey de sus amores.
Haz, Señor, que los hombres te conozcan y te amen. Amén.
Obsequio. Cerrar los ojos a todo lo que no sea Jesús.
Uniendo mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis intenciones a las suyas, rezaré: Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
DÍA TERCERO
"Luego Tú eres Rey? - Bien dices: Yo soy Rey.-Yo he venido al mundo para dar testimonio de la
verdad.-¿Y qué es la verdad?". Dios Nuestro Señor es la verdad por esencia, y es verdad encantadora,
es verdad que entusiasma el corazón; que este Dios Omnipotente se hizo hombre por mí, y me amó
entre desprecios, entre burlas, entre toda clase de sufrimientos, y no por ser necesario para salvarme,
pues unas gotas de su sangre bastaban para eso, sino por ser necesario al amor grande e infinito que
ardía en su Corazón por las almas.
Señor, y Rey nuestro: enséñanos a amar como Tú, sin retroceder ante el sacrificio y el dolor, pues
queremos sufrir y amar, para que ni un solo corazón deje de amarte; hazlos todos tuyos.-Amén.
Obsequio. Abrasarme con lo que me haga sufrir.
Uniendo mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis intenciones a las suyas, rezaré: Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
DÍA CUARTO
"Desprecióle Herodes con todo su ejército y vistiéndole una ropa blanca, se burló y le remitió a Pilatos.".
¡Oh Jesús divino Rey nuestro!, cuán grande ha de ser nuestro amor hacia Ti, que por el nuestro quisiste
ser burlado y tenido por loco, y en verdad, Jesús mío, locura de amor parece, el que la grandeza de
Dios se encierre en el cuerpecillo de un Niño, que el poder de Dios esté sujeto con clavos, que este
mismo Dios y Hombre se esconda en una pequeña Hostia, y enamorado venga buscando la intimidad
de nuestros corazones, para tener en ellos sus delicias; Jesús amante y bueno, que el fuego de tu
amor nos convierta también en pequeñas hostias, que escondidas en tu Corazón se pierdan a todas
las miradas, para que Tú seas conocido y amado.
Obsequio. Huir de todo lo que me pueda hacer apreciar.
Uniendo mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis intenciones a las suyas, rezaré: Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
DÍA QUINTO
"Vamos a coronarle de Rey.-Salve, Rey de los judíos, y escupiéndole le tomaban su cofia y le herían
su cabeza y le daban bofetadas." ¿Qué pensabas Jesús mío en aquella triste prisión? ¿Qué deseabas
cuando eras coronado de espinas, cuando eras maltratado? Sólo dos cosas, ¡oh sabiduría y amor
infinitos!: que tu Eterno Padre fuese glorificado, que las almas se salvasen; ¿y podremos pensar las
almas en otra cosa que en Ti? ¿Podrán nuestros corazones desear otra cosa que el que se repitan
por amor aquellas palabras «Salve Rey», pero no sólo de los judíos, sino de todas las naciones de la
tierra conquistadas con tus sufrimientos y tu muerte? Que el grito «¡Vamos a coronarle por Rey! »
resuene por amor en toda la tierra, ¡oh Dios mío!. Amén.
Obsequio. Apartar mi pensamiento lo que no sea Dios.
Uniendo mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis intenciones a las suyas, rezaré: Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
DÍA SEXTO
"Ecce Homo .-He aquí a vuestro Rey." ¡Oh divino Jesús!, cómo te presentan por Rey, coronada de
espinas tu cabeza, tu cuerpo cubierto de heridas, llenos de lágrimas tus ojos; pero era preciso que ésa
fuese tu presentación, pues no sólo eres nuestro Rey, sino nuestro modelo, y nunca mejor que
entonces podías decir: "Aprended de Mi que soy manso y humilde de corazón.". Caigan, Señor, en
presencia de tanta grandeza, de tanta humildad, de tanto amor, todos los idolillos que queden en
nuestros corazones. Déjanos recoger tu sangre y tus lágrimas, para que derramándolas sobre los
corazones de todas las criaturas seamos de nuevo purificados y envueltos en el amor. Amén.
Obsequio. Procurar con empeño la humildad.
Uniendo mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis intenciones a las suyas, rezaré: Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
DÍA SÉPTIMO
"Señor, acuérdate de mí cuando vengas a tu reino.-En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el
paraíso." Quisiéramos, Señor, presentarte en el día de tu fiesta los corazones de todos los hombres
rendidos a tu amor; pero mira, Rey nuestro, cuántos millones de ellos están envueltos en las tinieblas
de la muerte y del pecado y no te conocen; por ellos te pedimos nosotros que tenemos la dicha de
conocer tu Corazón, todo misericordia. "Señor, acuérdate de estos desgraciados cuando estés en tu
Reino", haznos, Señor, oir: "pronto, muy pronto estarán conmigo en el paraíso". Amén.
Obsequio. Actos de fe, esperanza y caridad.
Uniendo mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis intenciones a las suyas, rezaré: Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
DÍA OCTAVO
"Mujer, he ahí tu hijo." "He ahí tu Madre." Mas uno de los soldados le abrió el costado con una lanza y
salió de él sangre y agua. ¡La Madre de nuestro Dios es nuestra Madre querida! ¡Qué felicidad y qué
confianza! El Corazón de nuestro Dios es nuestro Cielo, nuestro tesoro. Madre bendita, queremos
amarte como te amaba Jesús, y a El, como Tú le amabas; enséñanos las delicadezas del amor, la
felicidad de la vida de unión, de unión íntima, confiada, amorosa; haznos chiquitos, muy chiquitos, para
poder entrar y perdernos en el Corazón de Jesús, sin tener más móvil ni deseo que amaros y haceros
amar. Amén.
Obsequio.-Consagrarme de todo corazón a la Santísima Virgen.
Uniendo mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis intenciones a las suyas, rezaré: Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
DÍA NOVENO
"Jesús Nazareno, Rey de los judíos." "Regnavit a ligno Deus" "Y al nombre de Jesús doblarán la rodilla
en el Cielo, en la tierra y en los infiernos." ¡Oh Rey divino!, al presentarte en este día bendito nuestras
adoraciones, te ofrecemos cuanto somos, tenemos y deseamos; no nos detiene nuestra miseria, pues
eres todo misericordia; confiamos conseguir todas nuestras peticiones, pues eres todo amor y el amor
atiende siempre, y te lo pedimos en unión de nuestra Reina y Madre Inmaculada y de los ángeles
custodios de todas las almas.
¡Señor!, arroja de tu reino a los demonios y a todos tus enemigos y concede a la Iglesia una era de
paz. Lleva a Ti en este día a las almas del Purgatorio, un perdón general a todos los pecadores y
poniendo luz en sus inteligencias y amor en sus corazones, prueba una vez más que es más grande
tu misericordia que nuestra malicia y miseria.
Llena de amor y pureza a los sacerdotes, a los niños y a las almas a Ti consagradas, formando de
ellas esas legiones de almas puras, humildes y amantes que Tú deseas: almas pequeñitas que como
granos de trigo, formen todas en una perfecta unión de intenciones y corazones con la Víctima divina
del Calvario y del altar una Hostia que aplaque al Cielo por los pecados de la tierra y haga descender
sobre ella perdón y misericordia para los desgraciados pobres pecadores, de esas almas que quieres
sean las delicias de tu Corazón en la tierra y tu corte de amor en el Cielo.
Obsequio. Abandonarme en el Corazón de Dios.
Uniendo mi corazón al Corazón de Cristo Rey y mis intenciones a las suyas, rezaré: Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
Novena a San Judas Tadeo
Señal de la Cruz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío. Por ser Tú quien
eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte
ofendido. También me pesa porque puedes castigarme con las penas del infierno. Te ofrezco mis
sufrimientos como expiación de mis pecados, propongo confesarme y cumplir la penitencia que me
sea impuesta. Ayudado de tu gracia propongo firmemente no pecar más y evitar las ocasiones
próximas de pecado. Amén.
Oración a San Judas Tadeo
¡Oh gloriosísimo Apóstol San Judas! Siervo fiel y amigo de Jesús. El nombre del traidor que entregó a
tu querido Maestro en manos de sus enemigos ha sido la causa de que muchos te hayan olvidado,
pero la Iglesia te honra e invoca universalmente como patrón de los casos difíciles y desesperados.
Ruega por mí que soy tan miserable y haz uso, te ruego, de ese privilegio especial a tí concedido de
socorrer visible y prontamente cuando casi se ha perdido toda esperanza. Ven en mi ayuda en esta
gran necesidad, para que reciba los consuelos y socorro del cielo en todas mis necesidades,
tribulaciones y sufrimientos, particularmente (haga aquí cada una de sus súplicas especiales), y para
que bendiga a Dios contigo y con todos los escogidos por toda la eternidad.
Te prometo, glorioso San Judas, acordarme siempre de este gran favor y nunca dejaré de honrarte
como a mi especial y poderoso protector y hacer todo lo que pueda para fomentar tu devoción. Amén.
Oración a Dios
Oh Dios, que nos concediste la gracia de que lleguemos a conocer tu santo nombre, mediante la
predicación de tu Apóstol San Judas Tadeo, concédenos también que adelantemos en la virtud. Por
Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Novena Día 1
Vocación de San Judas Tadeo
El que me sigue, no anda en tinieblas, dice el Señor. Estas palabras son de Cristo, con las cuales nos
exhorta a que imitemos su vida y costumbres, si queremos ser librados de la ceguera del corazón y
alumbrados verdaderamente. (Imitación de Cristo, Capítulo I).
Qué tan pronta y generosamente siguió San Judas e imitó a Jesucristo, puede deducirse de su vida
enteramente consagrada al servicio de Jesús, especialmente desde que fue llamado a ser uno de sus
doce Apóstoles. Fue siempre fiel a Cristo, del cual era pariente y uno de sus más celosos apóstoles,
predicando el reino de Dios y enseñando con toda libertad, sin que nadie se lo prohibiese, lo tocante
a Nuestro Señor Jesucristo. (Hechos, Capítulos XXVII, 31).
También tú, oh cristiano, tienes una vocación aquí en la tierra, aunque no sea de predicador del
Evangelio y de extender el reino de Dios como el sacerdote, el misionero y la religiosa en lejanas
misiones; pero sí que eres llamado a ser buen cristiano, a dar buen ejemplo al prójimo con tu paciencia,
humildad, obediencia y todas las demás virtudes cristianas.
Novena Día 2
Amor de San Judas Tadeo
. Bienaventurado el que conoce lo que es amar a Jesús y despreciarse a sí mismo por Jesús. Conviene
dejar un amor por otro amor, porque Jesús quiere ser amado, El sólo sobre todas las cosas. El amor
de la criatura es falaz y mudable; el amor de Jesús es fiel y constante. "Ama y ten por amigo a Aquel
que, aunque todos te desamparen, no te desamparará, ni te dejará perecer en el fin" (Kempis, Lib. II,
Cap. VII). Grande fue el amor de San Judas a Jesús, y quería que todo el mundo le amase como le
dio a entender después de la última cena al decirles Nuestro Señor (Evangelio de San Juan, Cap. XIV,
21) "El que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré, y yo mismo me manifestaré en él". Dice
Judas, no el Iscariote, sino nuestro Santo: "Señor, ¿qué causa hay para que te hayas manifestado
claramente a nosotros, y no al mundo?". Jesús le respondió así: "Cualquiera que me ama observará
mi doctrina, y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos mansión dentro de él". Este amor grande
de San Judas a Jesús lo manifiesta en su carta al decirnos: "Manténganse constantes en el amor de
Dios, esperando la misericordia de Nuestro Señor Jesucristo para alcanzar la vida eterna". Pidámosle
que nuestro corazón esté siempre inflamado del amor a Jesús
Novena Día 3
Celo de San Judas Tadeo
El verdadero celo es la más clara muestra y como resultado natural del amor a Jesucristo. Pues nada
desea Jesús como la gloria de su Padre y la salvación de las almas. San Judas manifestó su amor a
Jesús y su gran celo por la salvación de las almas, no sólo con la predicación del Evangelio hasta las
más distantes naciones en donde por amor a Jesucristo dio su sangre y su vida, padeciendo glorioso
martirio en Persia; sino que quiso dejarnos un recuerdo eterno al decirnos en su carta (17): "Ustedes,
sin embargo, queridos míos, acuérdense de las palabras que les fueron antes dichas por los apóstoles
de Nuestro Señor Jesucristo, las cuales les decían que en los últimos tiempos han de venir unos
impíos, que seguirán sus pasiones llenas de impiedad. Estos son los que separan a sí mismos de la
grey de Jesucristo, hombres sensuales, que no tienen el espíritu de Dios".
¿Imitamos a San Judas en el celo por la gloria de Dios y la salvación de nuestro prójimo con las
palabras y el ejemplo de su vida consagrada al servicio de Jesús?
Novena Día 4
Fe en San Judas Tadeo
"Fe se te pide, y vida recta, dice la Imitación de Cristo (Lib. IV, Cap. XVIII), no elevado entendimiento,
ni el profundizar los misterios de Dios. Si no entiendes ni alcanzas las cosas que están debajo de ti,
¿cómo comprenderás las que están sobre ti? Sujétate a Dios y humilla tu razón a la fe". San Judas
siguió con fidelidad y fe ardiente el llamamiento a la vida penosa del apostolado que le hizo su Santo
Primo Nuestro Señor Jesucristo y aunque era pariente tan cercano de Jesucristo, le reconocía como
su Maestro, Señor e Hijo de Dios, aunque hecho Hombre. El predicar la fe y la doctrina de Jesucristo
fue su ocupación constante desde que fue llamado al apostolado, y por esa misma fe dio su vida.
"Ustedes, queridos", dice en su carta, "elévense como un edificio espiritual de santísima fe, oren en el
Espíritu Santo y manténganse constantes en el amor de Dios".
Y exhorta a los fieles a que no olviden los avisos y enseñanzas que les habían dado los apóstoles y
que se guarden de los falsos profetas e impostores que habían de venir al mundo.
Devoto de San Judas, si quieres merecer la protección de este Santo, guarda firmemente tu fe, aún a
costa de tu sangre si fuese necesario.
Novena Día 5
Fortaleza de San Judas Tadeo
"Si como varones fuertes", dice la Imitación de Cristo (Lib. I, Cap. XI), "procurásemos permanecer
firmes en el combate, veríamos, sin duda, bajar sobre nosotros desde el cielo el auxilio del Señor".
Pues el que nos da ocasiones de pelear para que salgamos victoriosos está pronto a ayudar a los que
pelean, confiados en su gracia. Nuestro Santo, Judas, como se llama a sí mismo y es llamado en los
Hechos de los Apóstoles, significa confesión, alabanza, esto es, hombre que confiesa y anuncia las
alabanzas del Señor, lo cual requiere valor y mucha fortaleza.
La cual virtud manifiesta de un modo especial en su carta, la que, aunque una de las más cortas del
Nuevo Testamento, es admirable por su lenguaje fuerte contra los herejes; y exhorta a los fieles a
permanecer firmes en la fe y en la doctrina que habían recibido de los Apóstoles del Señor. Y con
extraordinaria fortaleza reprende a los cristianos degenerados, y los llama nubes sin agua, llevados de
aquí para allá por los vientos; árboles otoñales, infructuosos, dos veces muertos, sin raíces,
prescindiendo de las amenazas de esos impíos, condenando valerosamente el error y defendiendo
con gran fortaleza la doctrina de Cristo, sufriendo por defender la misma un glorioso martirio. Pidamos
a este valeroso Santo que nos dé esa fortaleza tan necesaria en estos tiempos de cobardía para
confesar, claramente, la doctrina santa del Evangelio.
Novena Día 6
Humildad de San Judas Tadeo
"Dios derribó del solio a los poderosos", exclama María en su cántico del Magníficat, "y ensalzó a los
humildes; y porque ha puesto Dios los ojos en la humildad de su esclava, he aquí que desde ahora
me llamarán bienaventurada todas las generaciones". Dios protege y libra al humilde, al humilde ama
y después de su abatimiento, lo eleva a la gloria. "Al humilde descubre sus secretos: le atrae
suavemente a Sí", dice Kempis (Lib. II, Cap. 2). La profunda humildad de San Judas brilla de un modo
muy especial en su Carta, pues en vez de empezarla llamándose pariente cercano del Redentor del
mundo Cristo Jesús y de María Reina de los cielos y de la tierra, se titula Judas, siervo de Jesucristo
y hermano de Santiago; por esto cumpliéndose la sentencia del Salvador, de que quien se humillare
será exaltado, no es de maravillar que San Judas brille en el cielo como estrella de primera magnitud
junto con los demás apóstoles, y que en la tierra, por su profunda humildad, Dios le haya dado gran
poder de socorrer pronto y eficazmente a los devotos que con confianza y humildad le invocan.
¿Nos consideramos como San Judas, humildes siervos de Jesús? Entonces podemos acudir a la
valiosa protección de San Judas, quien mirará nuestra pequeñez con ojos de misericordia y nos
socorrerá en nuestras necesidades.
Novena Día 7
Mansedumbre de San Judas Tadeo
Hija de la humildad es la mansedumbre de Tadeo. San Judas como apóstol tan humilde, no podía
menos de imitar muy de cerca de su Primo y Maestro Jesús, quien nos dice: "Aprendan de mí a ser
mansos y humildes de corazón. Miren que yo los envío como coderos entre lobos. Si alguno te hiere
en la mejilla derecha, vuélvele la otra; y al que quiere armarte pleito para quitarte la túnica, alárgale
también la capa. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra". Toda esa doctrina del
Salvador sobre la necesidad que tenemos de mostrarnos mansos y amables con nuestros semejantes,
la practicó San Judas Tadeo de un modo especial, no sólo en la bondad de su rostro, en lo amable de
su vista y palabras, en lo alegre aún en los mayores desprecios y contradicciones que por Jesucristo
padeció, sino resplandeciendo como el sol en presencia de Agábaro, admitiendo gustoso los cárceles,
y halagando las fieras que los magos le arrojaron, por venganza de la victoria que de ellas, con solo la
señal de la cruz, obtuvo. Pidamos a San Judas Tadeo que seamos lo que su nombre significa: dulces,
misericordiosos, benignos, amables y mansos para que después de haber poseído la tierra de los
corazones, prometida por Nuestro Señor a los mansos, lleguemos felizmente a la tierra prometida de
la Gloria.
Novena Día 8
Sabiduría de San Judas Tadeo
"Bienaventurado aquel a quien la verdad por sí misma enseña, no por medio de figuras y palabras
pasajeras" dice la Imitación de Cristo. ¿Qué diremos, pues, de la sabiduría de San Judas Tadeo, pues
quien es el Camino, la Verdad y la Vida, le iluminó con los rayos de su divina sabiduría? Y a su mismo
nombre de Lebeo que se le da en el texto griego de San Mateo, significa, según San Jerónimo, hombre
de sabiduría e inteligencia, la cual demostró a los herejes con fuertes epítetos y símiles, llamándoles
meteoros errantes que parecen deslumbrar al mundo por unos instantes y después van a parar en la
eterna obscuridad.
Nos enseña la grande obligación que tenemos de ir siempre creciendo en el amor de Dios y en conducir
a nuestros hermanos por el verdadero sendero de la sabiduría celestial, iluminando a todos,
especialmente a aquellos que todavía están sentados en las sombras de la muerte, de la ignorancia
de las verdades salvadoras, de la verdadera religión de Jesucristo, la Iglesia Católica Apostólica,
guiada por el sucesor del príncipe de los Apóstoles, el Vicario de Cristo en la tierra, el Pontífice de
Roma, y que del sol del Evangelio que San Judas Tadeo llevó por tan lejanas regiones, vuelva a
mostrarlo en estos tiempos de tanta incredulidad e ignorancia religiosa.
Novena Día 9
Poder de San Judas Tadeo
Dice San Marcos que los apóstoles de Jesús fueron, y predicaron en todas partes, cooperando con el
Señor, y confirmando su doctrina con los milagros que la acompañaban. Al predicar San Judas Tadeo
el Evangelio por las apartadas regiones de Persia que le habían tocado en suerte, convirtió
innumerables gentes a la Fe, entre ellos a Agábaro, Rey de Edesa, curado por San Judas en el cuerpo
y en el alma, confundiendo a sus enemigos, magos e impostores, quitando el veneno mortal a las
serpientes que ningún daño pudieron hacer a nuestro Santo, este milagroso poder de San Judas
parece que Nuestro Señor ha querido en estos tiempos hacerlo revivir, sin duda por el olvido en que
los fieles le han tenido a causa de su nombre, común con el del Traidor de Jesucristo.
San Judas Tadeo manifiesta su ayuda y protección especial en socorrer a sus devotos de aquellos
casos en que toda esperanza humana parece faltar, y por eso el pueblo fiel le aclama con el título de
Abogado especial de los casos difíciles y desesperados. Basta para convencerse de que nuestro
Santo Apóstol alcance también a los que imploran su protección todo género de gracias, aún de
aquellas que parecen cosas insignificantes, preguntarlo a quien le profese particular devoción, y basta
para experimentarlo, acudir al mismo Santo Apóstol. Innumerables son los devotos que reconocidos
de sus favores, envían cartas de agradecimiento al Santuario Nacional de San Judas Tadeo, en donde
se venera con singular devoción una estatua y reliquia del Santo Apóstol. Si, pues, queremos su
protección, acudamos con fé y confianza a San Judas Tadeo, quien después de habernos ayudado en
este mundo, nos ayudará a alcanzar la gloria eterna.
Oraciones Finales
Padre nuestro que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase tu
voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y
líbranos del mal. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita eres entre todas las mujeres y
bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Novena a San Benito
Oración preparatoria para todos los días
Te saludamos con filial afecto, oh glorioso Padre San Benito, obrador de maravillas, cooperador de
Cristo en la obra de salvación de las almas. ¡Oh Patriarca de los monjes! Mira desde el cielo la viña
que plantó tu mano. Multiplica el número de tu hijos, y santifícalos. Protege de un modo especial a
cuantos nos ponemos con filial cariño bajo tu amparo y filial protección. Ruega por los enfermos, por
los tentados, por los afligidos, por los pobres, y por nosotros que te somos devotos. Alcánzanos a
todos una muerte tranquila y santa como la tuya. Aparta de nosotros en aquella hora suprema las
asechanzas del enemigo, y aliéntanos con tu dulce presencia. Ahora consíguenos la gracia especial
que te pedimos en esta novena...
DÍA PRIMERO
¡Oh glorioso San Benito, que desde tu infancia reconociste la vanidad del mundo y únicamente
deseaste los bienes eternos! Alcánzanos un vivo deseo del cielo y que recordemos frecuentemente a
Dios, nuestro último fin, y hacia Él ordenemos toda nuestra vida para que en todo Él sea glorificado.
San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.
DÍA SEGUNDO
¡Oh glorioso San Benito, humilde de corazón, que supiste desdeñar las alabanzas de los hombres!
Alcánzanos la humildad, tú que amaste a Dios sobre todas las cosas y le entregaste sin reservas tu
corazón, consíguenos también el amor de Dios. San Benito, ruega por nosotros. Tres
Avemarías. Concluir con la oración final.
DÍA TERCERO
¡Oh glorioso San Benito, que consagraste tus labios a la oración y cantaste noche y día las alabanzas
divinas! Alcánzanos el espíritu de oración. Tú, que cual lirio entre espinas, guardaste una castidad
angelical por medio de la humildad, de la vigilancia continua, de la oración y de la mortificación de los
sentidos, consíguenos el don de la pureza. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir
con la oración final.
DÍA CUARTO
¡Oh glorioso San Benito que venciste al demonio y triunfaste de sus engaños! Alcánzanos la gracia de
resistir sus sugestiones y de huir de toda ocasión de pecado. Tú que enseñando una vida austera, de
renuncia y trabajo, aborreciste la ociosidad, inspíranos amor al trabajo y a la abnegación de nosotros
mismo para seguir a Cristo. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración
final.
DÍA QUINTO
¡Oh glorioso San Benito, que amaste el silencio, y no abriste la boca jamás a palabras ligeras e
impuras, a quejas, murmuraciones, y a juicios contra el amor al prójimo! Alcánzanos la gracia de no
decir jamás palabras impuras y contra la caridad, a perdonar y guardar nuestra lengua de todo pecado.
San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.
DÍA SEXTO
¡Oh glorioso San Benito, que fuiste blanco de persecuciones y guardaste la paz de tu alma por medio
de la dulzura de la paciencia! Alcánzanos el don de la paciencia y la gracia de perdonar las ofensas,
tú que perdonaste a los que atentaron contra tu vida y te expulsaron de tu país, y que
misericordiosamente pediste al Señor les perdonara, llorando su ceguera y terrible fin. San Benito,
ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.
DÍA SÉPTIMO
¡Oh glorioso San Benito, que animado por un ardiente celo para asistir al prójimo en sus necesidades,
instruiste a los ignorantes, socorriste a los pobres, curaste a los enfermos, resucitaste a los muertos,
libraste a los cautivos del demonio y de sus pasiones, consolaste a los afligidos y convertiste a los
pecadores! Consíguenos la gracia de amar al prójimo y de hacer con él las obras de misericordia. San
Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.
DÍA OCTAVO
¡Oh glorioso San Benito, que inundaste de consuelo el corazón de tu hermana Santa Escolástica,
llenándolo del amor de Dios y de las bienaventuranzas del cielo! Concédenos la gracia de santificar
nuestros afectos más queridos. San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la
oración final.
DÍA NOVENO
¡Oh glorioso San Benito, cuya alma en tu dichosa muerte, fue elevada al cielo en medio de ángeles y
santos, siendo consolados tus discípulos por la revelación de tu gloria! Concédenos del Señor, la gracia
de la perseverancia final, de una buena muerte y de tu asistencia e intercesión en nuestro último día.
San Benito, ruega por nosotros. Tres Avemarías. Concluir con la oración final.