UNIDAD 3 - Repostería
UNIDAD 3 - Repostería
UNIDAD 3 - Repostería
SEMESTRE 1
Las técnicas para la elaboración de pasteles, galletas y confitería, así como el manejo de diferentes ingredientes que se
involucran para su obtención.
Antiguamente la
palabra repostería
significaba despensa, era un
lugar donde se guardaban
las provisiones y en el que se
elaboraban los dulces, las
pastas, los fiambres y los
embutidos. El repostero
mayor de un palacio era la
persona que tenía el mando
y estaba a cargo de gobernar
todo lo referente a las
necesidades domésticas de la casa real, como mesas, manteles y víveres. Este tipo de cargo,
después de cierto tiempo, terminó siendo honorífico.
A principios del siglo XVIII, la palabra repostería significó el arte de confeccionar
pasteles, postres, dulces, turrones, dulces secos, helados y bebidas licorosas. En 1747 se
publicó en Madrid un tratado llamado el Arte de Repostería, escrito por Juan de la Mata,
repostero de la corte. En éste se define las funciones y se describe un gran número de postres
y pastelería.
En la cocción, el azúcar alcanza varios grados de densidad que dan como resultado
diferentes puntos de cocción. La transformación del azúcar y agua en caramelo o almíbar es
el punto de partida para la confitería.
Para conseguir buenos resultados en la cocción del azúcar, debemos tener en cuenta
que el tiempo de exposición del azúcar al calor va cambiando de densidad, donde se van
presentando los diferentes puntos de cocción, a saber: jarabe o almíbar, hebra fina, hebra
fuerte, perla, gran perla, bola blanda, bola dura, lámina o escarchado.
Al poner un poco entre los dedos índice y pulgar y al abrirlos se forma un hilo poco
resistente que se rompe fácilmente. Se utiliza para la confección de pasta de almendra y
frutas en almíbar. La temperatura es de 29ºBé.
1
La escala Baumé es usada en la medida de concentraciones de ciertas soluciones como jarabes y ácidos. Fue
creada por el químico y farmacéutico francés Antoine Baumé en 1768 cuando construyó el areómetro. Cada
elemento de la división de la escalera Baumé se denomina grado Baumé y se simboliza por ºB o ºBé.
Ésta se forma al tomar entre los dedos y al abrirlos se
crea un hilo que se estira y no se rompe. Se utiliza para cremas
mantequilla, glaseados y fondant. La temperatura es de 30ºBé.
Se prueba como la anterior. Se forma una bola más dura, como si fuera de goma. Se
utiliza para pastas y diversos postres. La temperatura adecuada es de 38 ºBé.
La bola que se forma es resistente, y al morderla se pega en los dientes. Se utiliza para
caramelos suaves, chiclosos y otros dulces. La temperatura es de 39ºBé.
Se forma una bola, la cual al morderla se casca sin pegarse a los dientes. En este punto,
el agua se ha evaporado por completo, es ya un caramelo; si sigue en el fuego, el azúcar se
empieza a dorar y puede llegar a quemarse, por ello hay que tener mucho cuidado. Si se
desea que la lámina quebradiza este transparente, es necesario agregarle, antes de su
preparación, un poco de vinagre o glucosa para que se conserve incolora. Se utiliza para
cubrir bombones, para elaborar azúcar hilado, para cremas y turrones. El caramelo obscuro
se ocupa para caramelizar moldes o elaborar praliné. La temperatura adecuada es de 40ºBé.
La azúcar se cuece a punto de hebra fuerte. Se vierte en un mármol húmedo con agua
y se deja enfriar un poco. Luego, con una espátula, se trabaja hasta que quede
completamente blanca. Se pone en un recipiente cubierto con un trapo húmedo. Para usarlo
se debe colocar a baño maría.
La glasa real también es conocida como
glasa de azúcar o, simplemente, glasa. Es una
preparación de color blanco que se utiliza tanto
para pastas secas como en pasteles. Se trata de
una preparación a base de azúcar, agua y clara de
huevo. También se le pueden agregar unas gotas
de zumo de limón. Esta mezcla se suele utilizar
para decorar, aportar textura o dar un toque de
sabor a todo tipo de dulces y pasteles. En la
pastelería de origen anglosajón se le llama royal
icing.
La glasa real, si está bien hecha, tiene una consistencia cremosa y ligera que puede
variar en función del uso que le queramos dar.
Una vez bien seca, la glasa queda completamente dura y con un acabado muy
resistente.
Su sabor es muy dulce, dada la gran cantidad de azúcar que contiene. Puede
aromatizarse con zumos de frutas o licores, por ejemplo.
La glasa presenta un color blanco ligeramente brillante. No obstante, suele ser muy
frecuente teñirla de colores para lo que es recomendable el uso de colorantes en gel
o en pasta. Los colorantes líquidos aportan un exceso de agua y pueden alterar de
forma notablemente la consistencia de la glasa.
A pesar de ser una preparación muy sencilla, puede haber varias formas de elaborar
una buena glasa real. Aunque no es un procedimiento complicado, actualmente se pueden
encontrar diversos preparados para facilitarnos esta tarea. Son fáciles de usar y dan muy
buenos resultados.
Se elabora mezclando el azúcar glass con la clara de huevo y el limón, se trabaja hasta
que quede blanda y lisa. Se cubren las piezas y estas mismas se dejan secar.
Sí, no todas las glasas reales tienen la misma función ni, por tanto, la misma
consistencia. Básicamente podemos diferenciar dos tipos de glasas.
Glasa de delineado
La glasa de delineado o perfilado es la más
consistente de todas. En inglés se la conoce como
piping icing. Se utiliza para delinear los perfiles de
aquellos dulces que queramos decorar, galletas
principalmente, y dibujar pequeños detalles. Esta
glasa se trabaja con manga pastelera y, dada su
consistencia, no pierde la forma una vez que la
hemos aplicado. Se seca con relativa rapidez.
Glasa de relleno
La glasa de relleno (flood icing en inglés),
presenta una textura más fluida. Se utiliza para
rellenar el interior de las zonas que hemos
delineado con la anterior glasa. Para trabajar con
ella, lo más cómodo es verterla en un biberón.
Dado su mayor contenido en agua, tarda bastante
más en secar, por lo que habrá que tener cuidado
al manipular las galletas una vez glaseadas.