Los Conventos de Monjas
Los Conventos de Monjas
Los Conventos de Monjas
30 e n e r o - a b r i L d e 2 0 1 4
Boletín de
monumentos
históricos
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COORDINACIÓN EDITORIAL
BENIGNO CASAS
María del Carmen Olvera Calvo
Subdirector de Publicaciones Periódicas, cnd
Ana Eugenia Reyes y Cabañas
Portada: Acuarela propiedad de la señora Carmen Garrochategui.
Benigno Casas | Producción editorial
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ISSN: 0188-4638
D.R. © INAH, Córdoba 45, Col. Roma, Primera época: 1978-1982 (núms. 1 al 8)
C.P. 06700, México, D.F. Nueva época: 1989-1991 (núms. 9 al 15)
Tercera época: 2004-
Boletín de Monumentos Históricos, tercera época, núm. 30, enero-abril de 2014, es una publicación editada por el Instituto Nacional de
Antropología e Historia. Editor responsable: Benigno Casas de la Torre. Reservas de Derechos al uso exclusivo: 04-2008-012114371500-102,
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ción: Insurgentes Sur 421, séptimo piso, col. Hipódromo, C.P. 06100, México, D.F. Imprenta: Taller de impresión del inah, Av. Tláhuac
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col. Hipódromo, C.P. 06100, México, D.F. Este número se terminó de imprimir el 30 de noviembre de 2014 con un tiraje de 1 500 ejem-
plares. Revista indexada en clase y Latindex.
Índice
3 Editorial
artículos
reseñas
semblanzas
A
nte todo queremos recordar a una compañera fallecida recientemente,
la arquitecta Gabriela Dena Bravo, cuya memoria honramos. Asimismo
recordamos la pérdida del doctor en arquitectura Leonardo Icaza
Lomelí, cuyo libro póstumo Tecnología hidráulica de las haciendas de
Tlaxcala es reseñado por María del Carmen León García.
Este número reúne textos de un conjunto de investigadores de diversas nacionalidades
y profesiones, que tienen en común su interés en los conventos de monjas. Todos ellos
participaron en el Congreso Internacional Los conventos de monjas, arquitectura y vida co-
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tidiana del virreinato a la postmodernidad, celebrado en la ciudad de México del 13 al 15 de
noviembre de 2013.
Con el fin de coadyuvar a un mejor conocimiento del patrimonio tangible e intangible
de los conventos de monjas, en un periodo de larga duración, la Coordinación Nacional de
Monumentos Históricos (cnmh) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (inah)
apoya. desde 2011, un seminario de investigación que dio nombre al Congreso, cuyas coor-
dinadoras y miembros se han propuesto presentar algunos de sus trabajos bianualmente
en congresos internacionales como el efectuado en 2013.
Para dicho congreso fueron convocados diversos especialistas interesados en el cono-
cimiento de esos lugares privilegiados que son los conventos de monjas, donde miles de
mujeres han cumplido sus anhelos espirituales y personales a lo largo de los siglos. A pesar
de la importancia urbana, arquitectónica y artística de sus inmuebles y templos, aún no ha
sido ponderada su trascendencia. Innumerables libros de historia, al igual que otros rela-
cionados con la arquitectura o el arte, los han pasado por alto. Y no sólo eso; aún están por
analizarse desapasionadamente los motivos que llevaron a la exclaustración del siglo xix,
que afectó a los conventos españoles y a otros muchos en diversos países de Hispanoamé-
rica. Sus consecuencias culturales en México siguen sin ser evaluadas.
No todas las comunicaciones de los participantes en el Congreso han podido publicarse
en este Boletín, cuyo carácter no es el de una recopilación de ponencias, sino el de una pu-
editorial
blicación temática, que pretende ampliar la visión cería y repostería como por la identidad de algunos
integral de los conventos de monjas, cuya historia guisos y bebidas. Nuria Salazar Simarro aborda el
material sólo puede comprenderse si se conocen tema desde otro punto de vista: la adquisición de
las motivaciones y acciones de quienes optaron por ingredientes alimenticios en dos conventos, uno
vivir en el mundo aislándose de él. Al hacerlo crea- de México y otro de Atlixco.
ron una forma de vida cuya espiritualidad influyó Sor María de Cristo Santos Morales y María
en las costumbres, enriqueció la iconografía y creó Concepción Amerlinck de Corsi aluden a la rare-
cultura. za y contenido de las actas priorales del convento
Hoy por hoy los estudios de género también ci- de Santa Catalina de Siena y Señora Santa Ana de
fran su atención en la vida femenina al interior de Puebla. La primera contrasta las celebraciones li-
las clausuras. De ahí que varios textos aquí inclui- túrgicas de un trienio con las fiestas actuales de su
dos se ocupen en aspectos espirituales y corporales, convento, mientras que la segunda presenta una
que sólo aparentemente son ajenos a los ámbitos visión global del convento y de esas actas, cuyas
monásticos en que tuvieron lugar. Ejemplo de ello ilustraciones relaciona con el momento histórico
es el artículo que abre este número, resultado de en que fueron creadas.
la rica trayectoria académica de Asunción Lavrin José Martín Torres Vega centra su texto en la
quien, después de haberse ocupado en múltiples erección del monasterio de dominicas en Pátzcua-
aspectos de los conventos de monjas, ha optado por ro, en el antiguo hospital de indios o guatapera. Da
adentrarse en el meollo de su mundo espiritual, a a conocer las obras conventuales que, a poco de me-
través de lo escrito por ellas mismas en los siglos diar el siglo xviii, estaba por concluir el maestro José
xvii y xviii, cuando, desde su espacio personal, se re- de Nava.
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firieron a los medios para alcanzar el amor divino. Alicia Bazarte Martínez y María del Carmen Valle
Un enfoque distinto, relacionado con la historia Bustamante publican algunas cuentas del convento
de las mentalidades, es el de Sarah Owens, quien, de la Encarnación de México, que están ilustradas
a partir de un manuscrito escrito por una monja, a finales del siglo xviii con elementos decorativos,
se refiere a la creencia en los milagros y narra los zoomorfos y religiosos. Su escrito es una invitación
prodigios que las clarisas consideraron sobrenatura- para estudiar los manuscritos iluminados.
les durante su viaje fundacional a Filipinas. La crónica En Guadalajara, capital del reino de la Nueva
de otra monja, que manejaba el latín y escribió con Galicia, en la segunda década del siglo xviii fue fun-
fluidez en español, da cuenta de una importante dado el convento de Santa Mónica. Cecilia Palomar
fiesta barroca en Santa Fe de Bogotá, en cuya des- Verea narra sus antecedentes y refiere su historia,
cripción se ocupa Marta Fajardo de Rueda. basándose en fuentes bibliográficas y documentos
Al haberse referido Thomas Gage, con mala in- originales.
tención, a una bella y rica monja que vivía en el Una nueva visión del uso de las celdas particula-
convento de la Concepción de Guatemala, dio pie res monjiles es presentada por Cristina Elena Ratto
a novelas y leyendas que alimentaron falacias. Co- Cerrichio, quien trata de las mujeres casadas que
ralia Anchisi de Rodríguez, mediante documentos también vivieron en ellas. Mediante fuentes de pri-
fehacientes, distingue lo real de lo ficticio. mera mano alude a su condición social, a las razo-
En los últimos años la cocina conventual feme- nes de su admisión en las clausuras y a la forma en
nina ha suscitado un gran interés, tanto por su dul- que lograron sustentarse.
editorial
Asunción LAvrin*
H
acer historia significa salirnos de nuestro presente y recrear en nuestra
imaginación y contar con nuestras palabras un pasado que sólo existe
de modo virtual en nuestro intelecto. Esa tarea parecería una aventura
destinada a fracasar, pues, ¿cómo hablar con los muertos? Lo hacemos
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escuchando sus palabras a través de sus escritos, pues como decía el
franciscano fray Martín del Castillo en 1673, las palabras de los libros no sólo apelan a nues-
tros ojos sino que hablan con voz viva a nuestros oídos y activan esa facultad imponderable
del intelecto humano que es imaginar.1 Siguiendo las palabras guías del padre Martín, he
tomado el camino de la escritura de varias monjas de los siglos xvii y xviii como un sendero
imaginario que me llevaría no ya al recinto físico del convento, sino a su interioridad es-
piritual.
Esos senderos interiores son compartidos por las religiosas del mundo hispánico en la
edad moderna, pues en cuestiones de religión, el canon era hegemónico y no-negociable,
y se transmitía sin opciones de cambio. Propongo la necesidad de estudios comparativos
que nos dejen apreciar el tronco común histórico e intelectual de la espiritualidad feme-
nina. Así ampliamos las fronteras de nuestra curiosidad, incluyendo la experiencia no ya
de una monja o un convento, sino de la comunidad religiosa que todas compartieron y
en las cuales no existían fronteras políticas. Los múltiples significados del convento feme-
nino se los otorgaron quienes se acogieron a vivir dentro de sus paredes y le infundieron
rable madre Sor Serafina Andrea Bonastre, fundadora del conven- 13 María Marcela Soria, Vida de la Madre María Marcela, religio-
to de La Encarnación… de la observancia de N. Señora del Carmen sa capuchina del convento de Querétaro [1844], México, Biblioteca
de… Zaragoza, Zaragoza, Juan de Ybar, 1675, p. 120. Aunque el Nacional, f. 124. En fs. 134-135 el Señor entra en el alma, donde
detalle de cómo se guardaban estos papeles es raro en las fuen- se le ha preparado una excelente comida que acepta sentándose
tes, es de esperarse que todas las escritoras tenían lugares priva- a la mesa. En esa pieza se ponían adornos simbólicos, como cin-
dos para sus escritos. co candiles que significaban la mortificación de los cinco sen-
10 María de Jesús Felipa, Diarios, septiembre de 1759, f. 162v; tidos. Las capuchinas mexicanas utilizan metáforas de la vida
diciembre de 1752, fs. 142-142v. cotidiana para explicar sus prácticas devocionales. Para mayor
11 A modo de ejemplo, la madre María Escobar y Villalba, car- información acerca de esta religiosa y sus escritos, véase Asun-
melita zaragozana, frecuentemente se ve en el corazón de Cris- ción Lavrin, “María Marcela Soria: una Capuchina queretana”,
to y, de hecho, en todo su cuerpo. Igualmente, Cristo invade en Asunción Lavrin y Rosalva Loreto (eds.), diálogos espirituales.
el suyo y utiliza su corazón como almohada. Véase fray Roque Manuscritos femeninos hispanoamericanos. Siglos xvi-xix, Puebla,
Alberto Faci, op. cit., pp. 250, 260-261, 288. buap/udla, 2006, pp. 74-92.
12 Fernando Rodríguez de la Flor, Mundo simbólico. Poética, políti- 14 Marshall McLuhan, The Medium is the Message, Nueva York,
ca y teúrgia en el Barroco hispano, Madrid, Akal, 2012, pp. 225-251. Random House, 1967.
admirable beneficio a la madre Juana de la Encarnación, 3a. ed., beth Perry, Gender disorder in Early Modern Seville, Princeton,
Valencia, Joseph Thomas Lucas, 1757. 1a. ed., 1720. Princeton University Press, 1990, pp. 85-90.
ventos femeninos se difundió durante el siglo xvii México en 1594, el pecado se dejaba detrás tomando la vía pur-
gativa, que limpiaba los mismos. Esa limpieza necesitaba “dolor”
y seguía vigente durante el xviii en todo el mundo y arrepentimiento. Era una vía aconsejable a aquellos consagra-
hispanoparlante a pesar de que en ningún tratado dos a Dios. “Pues sepas que esta vía purgativa […] no es otra cosa
sino un dolor no común, más crecido, tomado voluntariamente
de teología moral se recomendaba la violencia cor-
por los pecados con profunda humildad […]”, Mística Teología,
poral como forma de expiar los pecados o cumplir compuesta por el Seraphico Doctor S. Juan Buenaventura, Méxi-
con el sacramento de la penitencia. Los tratados de co, Pedro Balli, 1575, cap. Primero, s.p. Véase también otros tra-
tadistas como fray Joseph Faustino Cliquet, La flor del Moral... de
teología moral definían el sacramento de la peni-
la Teología Moral, Madrid, Antonio Sanz, 1733, p. 42; fray Pedro
tencia como virtud que inclinaba a detestar el pe- de Ledesma, Primera parte de la Summa en la cual se cifra y suma
todo lo que toca y pertenece a los sacramentos, Zaragoza, Casa de
32 María Marcela Soria, op. cit., f. 138. Sor María Marcela somati- Lucas Sánchez, 1611; fray Henrique de Villalobos, Summa de la
za su espiritualidad y escribe que en Semana Santa “empezaba a Theologia Moral y Canónica, Barcelona, Sebastián de Cormellas,
tener en todo el cuerpo agudísimos dolores, de manera que pa- 1637; fray Francisco Echarri, directorio Moral, 6a. impr., Vich,
recía tener todos los huesos disueltos y como fuera de su lugar; Pedro Morera y Geroa, Narciso Oliva, 1755, pp. 97 y 182; Juan
la cabeza con tales dolores como si la tuviera penetrada toda de Martínez de la Parra, Luz de Verdades católicas, Barcelona, Ra-
espinas, la garganta oprimida con un dogal y […] hasta las uñas y fael Figuero, 1795, pp. 304-384. Echarri explica que los actos del
manos […] no quedaban sin tormento y con esto una debilidad y penitente son dolor, confesión y satisfacción, o sea, penitencia,
flaqueza tan extrema que la vida parecía acabarse por instantes, añadiendo que el dolor, como emoción, es parte de la confesión.
especialmente el viernes santo con el cual me falta muy poco Véase pp. 100 y 110-111. Véase también Francisco Apolinar, op.
para dar el último aliento […]”. cit., pp. 202-203; Francisco Echarri, op. cit., pp. 123-127.
E
n 1620 un grupo pequeño de monjas españolas emprendió una odisea que
les llevaría al otro lado del mundo. Sor Jerónima de la Asunción (1556-1630),
la futura abadesa del primer convento de Filipinas (y del Extremo Oriente),
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ordenó a sus religiosas que fueran ligeras de equipaje, ya que se proponía
fundar un convento bajo la Primera Regla de Santa Clara, lo cual implicaría
guardar una estricta austeridad y pobreza, muy diferente de su convento original de cla-
risas en Toledo, que exigía dote y permitía criadas.1 Esto significó que, durante el periplo,
el grupo rechazó muchos regalos ostentosos, como imágenes religiosas, retablos, crucifijos,
relicarios y otras cosas curiosas. Sin embargo, su pequeño séquito de fundadoras sí llevaba
consigo algo muy importante para el viaje: los rosarios benditos de Juana de la Cruz (1481-
1534), la mística franciscana de Cubas (parroquia de Madrid). Las cuentas milagrosas con-
tenían poderes especiales que, en el momento oportuno, evitaron tormentas peligrosas, so-
plaron viento en las velas, calmaron a una esclava suicida, e incluso —cuando las molieron
como medicina— salvaron a sor Jerónima de una enfermedad mortal. El legado de las
cuentas benditas y cómo se relacionan con el viaje de estas monjas, así como la escritura
milagrosa, forman la base de este estudio.
el legado del rosario milagroso en los escritos de viaje de sor ana de cristo hacia filipinas
biografía de Quesada para descifrar el significado y un papel importante en la fundación del convento;
suplementar datos. La combinación del volumen excepto una de ellas, que murió poco después de zar-
más pulido de Quesada, junto con la narración en par del puerto de Acapulco.
primera persona de sor Ana, pintan un cuadro mu- Parte del enfoque de este artículo se relaciona
cho más completo del periplo y las circunstancias con las dos monjas procedentes del convento de
relacionadas con el legado de Juana de la Cruz y la Santa María de Cubas, en particular sor María Mag-
construcción de una posible santa. dalena de la Cruz (1575-1653). Sor María Magdalena
A la edad de 65 años y antes de emprender el via- fue nombrada vicaria de la fundación de Manila, un
je, sor Jerónima ya tenía muchos seguidores en Es- puesto prestigioso, pues la colocaba en segundo lu-
paña —sus hermanas en el convento de Santa Isabel gar justo después de sor Jerónima. A primera vista,
de los Reyes en Toledo—, junto a frailes franciscanos tal vez parezca extraño que se incluyan monjas fue-
y otros nobles —los cuales pensaban que podría ser ra del convento de Toledo, pero después de leer la
una santa—. Por esa época ya había pasado la mayoría relación de sor Ana podemos deducir que no fueron
de su vida privándose de todas las comodidades ma- seleccionadas al azar. Probablemente formaron par-
teriales, alimentándose de pan y agua, envolviendo te del grupo fundador de las Islas Filipinas por su
su cuerpo esquelético con cilicios, y ocupándose de conexión con el convento de Cubas y con el culto de
los pobres, enfermos y desamparados. A lo largo su antecesora, Juana de la Cruz (1481-1534), cono-
de los años Jerónima había tenido varios puestos im- cida como “santa” Juana. Aunque nunca fue cano-
portantes en el convento de Toledo como maestra de nizada, sor Juana se labró un espacio como mística
novicias, donde enseñó a muchas jóvenes a leer, in- y predicadora. No fue hasta 80 años después de su
cluso a sor Ana. Pero porque nunca gobernó el con- muerte que unos frailes franciscanos dieron los pri-
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vento como abadesa, probablemente sor Jerónima meros pasos en los procesos apostólicos de canoni-
vio esto como su única oportunidad de encabezar un zación, los cuales siguen hasta hoy en día.8 Durante
nuevo convento bajo la Primera Regla de Santa Clara, la primera etapa, entre 1614 y 1616, se entrevistaron
a pesar de que iba a tener que trepar dos hemisfe- a 87 testigos usando un cuestionario de 28 pregun-
rios para hacerlo. No obstante, por su edad avanza- tas. Entre otros entrevistados estaba sor María Mag-
da, sus seguidores seleccionaron un pequeño grupo dalena de la Cruz, del convento de Cubas.9
de religiosas con una doble intención, a saber, que Existe una serie de sermones recogidos en el li-
sor Jerónima tuviera acompañantes en el largo via- bro El conhorte que reflejan comunicación directa
je de 16 meses (con seis de parada en México) y, del Espíritu Santo y la Virgen María con Juana; esta
además, que dicho grupo constituyera el modelo de San Antonio y Luisa de Jesús (antes de profesar se llama-
fundador del futuro convento de clarisas en Manila. ba Luisa de San Francisco). Del convento de Santa María de la
Cruz, Cubas: María Magdalena de la Cruz y María Magdalena
Sus compañeras de viaje fueron sor Ana y tres otras
de Cristo. Del convento de Santa Clara de la Columna, Belalcá-
monjas (dos novicias) de su comunidad original de zar: María de la Trinidad. Del convento de la Visitación (Santa
Toledo, dos monjas de un convento de Cubas, una Isabel), ciudad de México, Leonor de San Buenaventura y María
de los Ángeles.
monja de velo blanco de Belalcázar (situada cerca de 8 El proceso se cerró (en la tercera etapa) en 1731, pero hace
Sevilla), y otras dos monjas que se juntaron al grupo relativamente poco se reabrió en 1985. Inocente García de An-
durante su estancia en México.7 Todas ellas tuvieron drés, El Conhorte: Sermones de una mujer. La Santa Juana (1481-
1534), vol. 1, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1999,
7 Del convento de Santa Isabel de los Reyes, Toledo: Jerónima p. 68.
de la Asunción, Leonor de San Francisco, Ana de Cristo, Juana 9 Ibidem, pp. 131-139.
el legado del rosario milagroso en los escritos de viaje de sor ana de cristo hacia filipinas
de su manuscrito revela una base intelectual muy en sor Ana, sino en las otras monjas. Sor María Mag-
sólida para su tiempo: cita a muchas personas rela- dalena también fue una escritora prolífica. Entre
cionadas a los franciscanos (religiosos y seculares), otros textos, escribió un manuscrito inédito de tres
líderes eclesiásticos importantes como el Papa, el volúmenes que se llama Floresta franciscana…,16 y
arzobispo de Toledo y muchos otros dentro de la sirvió como amanuense para otra de las fundadoras
orden franciscana, y también menciona a oficiales del convento en Manila, sor Juana de San Antonio
significativos, como el gobernador de Manila. Tal (1588-1660).17 En 1634 sor María Magdalena y va-
vez es verdad que no hubiera tenido mucha prác- rias otras religiosas de España y Manila fundaron el
tica con el papel y la tinta; en cualquier caso sí es primer convento de clarisas en Macao. Después de
verdad que no tardó mucho tiempo en aprender. pasar una década en China, primero como vicaria y
Las anécdotas de sor Ana que cuentan su cami- después como abadesa, sor María Magdalena y dos
no hacia la escritura evidencian la esfera de gente otras monjas españolas regresaron por la fuerza a
que la inspiraba a componer la biografía de sor Jeró- Filipinas. Todo esto ocurrió cuando los portugue-
nima. Es decir, en vez de sólo mencionar que sintió ses expulsaron a los españoles de Macao. Durante
el deseo de escribir la relación, añadió la aprobación su viaje de regreso, en una historia que suena casi
de fray José para realizarla; de esta manera se con- como trama de película de aventuras de Hollywo-
formaba con los estándares patriarcales de su épo- od, la nao que llevaba a las monjas fue capturada
ca al seguir los mandatos de un prelado masculino. cerca de la costa de Cochinchina. Aunque fueron
Además, la posibilidad real del acto de escritura por condenadas a muerte por el rey chino, se supone
milagro divino la inspiraba a escribir su biografía,15 que sor Magdalena negoció su libertad y pudieron
y es a través de su compañera, la madre vicaria, que regresar a Manila.18
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se acordaba de que, como sus antecesoras de Cubas, Sabemos que sor María Magdalena leyó la biogra-
tenía la posibilidad de ser una narradora divina: “La fía inédita escrita por sor María Evangelista porque
gracia y favor del Espíritu Santo sea en mi ayuda lo dice claramente en su testimonio en los procesos
para que una obra de tanta importancia se haya fija- apostólicos sobre la vida milagrosa de sor Juana de
do de tan pobre sujeto” (f. 1v). la Cruz: “[…] el cual [Vida y fin] ha leído muchas ve-
Aunque sor María Magdalena de la Cruz no es ces esta testigo y sabe que todo lo contenido en él,
el enfoque central de este estudio, sería remiso lo afirman las dichas antiguas como cosa pública y
no detallar, aunque sea brevemente, sobre su in- notoria”.19 Lo que no sabemos a ciencia cierta es si
fluencia dentro del convento en Manila, no sólo
16 Sor María Magdalena de la Cruz, Floresta franciscana de ilus-
traciones celestiales cogida al hilo de la oración en la aurora de Ma-
descalzos…, Madrid, Viuda de Manuel Fernández, 1756, p. 241, ría…, 3 vols., manuscritos, Madrid, Archivo Franciscano Ibero-
“Cuando tomó el hábito, no sabía leer, ni conocía las letras. Y oriental (afio), 387/1, 387/2, 387/3.
deseando la prelada, por su virtud, aplicarla para el ejercicio del 17 Este manuscrito, “Noticias de la verdad y luz de los divinos
coro, la impuso en el ejercicio de las letras; y antes de profesar, atributos”, de 770 folios y divido en cuatro volúmenes, se en-
ya sabía leer en latín con admiración […]”. Asunción Lavrin, Bri- cuentra en el archivo del monasterio de clarisas de Santa Isabel
des of Christ, Stanford, Standford University Press, 2008, pp. 310- de los Reyes, Toledo.
311, señala la importancia de la educación básica de las líderes 18 Véase Domingo Martínez, op. cit., libro segundo, pp. 38-40;
de los conventos. María Victoria Triviño, op. cit., pp. 104-105; María Isabel Barbeito
15 Para el tema de la escritura milagrosa véase Darcy Donahue, Carneiro, Mujeres y literatura del siglo de oro. Espacios profanes y
“Wondrous Words: Miraculous Literacy and Real Literacy in the espacios conventuales, Madrid, Safekat, 2007, pp. 353-359.
Convents of Early Modern Spain”, en Women’s Literacy…, op. 19 El Proceso Toledano, f. 44, apud Inocente García de Andrés,
cit., pp. 108-116. op. cit., p. 25.
venida de Toledo para Manila nuestra muy venerable madre y 26 Para ejemplos véase fray Ginés de Quesada, op. cit., lib. V,
fundadora Jerónima de la Asunción y sus compañeros”. Sor Ana cap. 35, pp. 549-552.
empieza ese capítulo haciendo una lista de todos los personajes 27 Para un análisis de Juana de la Cruz en la escritura de sor
importantes (incluyendo a Daza) relacionados con sor Jerónima Juana de San Antonio, véase Inocente García de Andrés, op. cit.,
y la fundación del convento en Manila. pp. 120-125. Véase también María Victoria Triviño, op. cit., p.
el legado del rosario milagroso en los escritos de viaje de sor ana de cristo hacia filipinas
El foco de devoción hacia la cuentas de Juana se tante como parte del grupo fundador de Filipinas y
convierte en el motivo central por donde gira la bio- su conexión con las cuentas benditas.30 La obra de
grafía de sor Ana sobre sor Jerónima. Consideran- Quesada también da pistas sobre la procedencia
do que sor Ana leyó la biografía revisada de Daza, de los rosarios de Cubas. Primero explica que sor Je-
ya sabía de estos poderes especiales atribuidos a las rónima, sabiendo que quería fundar la comunidad
cuentas, muchos de los cuales incorpora en su pro- en Manila, había adquirido algunas de las cuentas
pia crónica. Según Daza: originales, pero a la vez enfatiza el papel de las dos
monjas de Cubas (hijas espirituales de la santa Jua-
Las virtudes de estas cuentas son muchas, y por ex- na), quienes llevaron consigo una gran cantidad de
periencia se conoce que la tienen contra demonios, las cuentas “tocadas”.31 Tomando en cuenta nuestra
porque los lanzan de los cuerpos humanos, confesan- investigación sobre los rosarios, seguramente sor
do que salen de los por la virtud de estas cuentas, y Ana entendía que su narración acerca de las cuen-
huyen de los que las traen consigo. Tienen la también tas ayudaba a continuar el culto hacia santa Juana
contra el fuego; contra los truenos, rayos, tempesta- por sus poderes curativos y sobrenaturales, mien-
des y tormentas del mar: y contra muchas enferme- tras a la vez echaba los cimientos respecto a la san-
dades del cuerpo, y del alma. Sanan las calenturas, la tidad de sor Jerónima.
peste, y otras enfermedades. Valen contra escrúpulos Uno de los modos más rápidos para fomentar de-
y tentaciones, y espantos de los demonios.28 votos de una futura santa en la edad temprana mo-
derna era a través de la distribución de cuentas de
Supongamos además que sor Ana habría apren- rosario. De hecho, varias mujeres del siglo xvii, como
dido de Daza que solamente dos de las cuentas ori- la famosa sor María de Agreda, aseguraban que las
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ginales se quedaron en el convento de Cubas. Daza cuentas tenían poderes protectores y curativos.32
explica que cualquier rosario que tocara las cuentas Además de distribuir sus propios rosarios, sor Agreda
originales también tenían los mismos poderes mi- supuestamente poseía una cuenta de sor Juana de la
lagrosos, pero sólo las originales podían transferir Cruz, su retrato y una copia de la biografía de Daza
estos poderes. Daza se refiere a estas últimas como (1613). Precisamente en el texto aparecen subraya-
“las tocadas,” lo que hoy en día se ha denominado das varias secciones por sor Agreda, como las que
como reliquias de contacto terciarias, es decir, han se referían al poder de los rosarios.33 Además de los
absorbido parte del poder de la reliquia original (en testimonios orales, otra razón por la cual sor María
este caso los rosarios bendecidos por el Señor) por de Jesús de Agreda y otros codiciaban las cuentas
estar en contacto con ella.29 Daza enumera muchos de Juana, es que se circulaba una indulgencia falsa,
ejemplos de los milagros causados por las cuentas supuestamente promulgada por el papa Gregorio
y cita a sor María Magdalena como testigo de uno XIII (1572-1585), que verificaba todos los poderes
de dichos milagros, anunciando su papel impor- milagrosos atribuidos a los rosarios.34 La primera
edición de Daza aceptaba la autenticidad de las in-
125, quien escribe: “Es evidente el influjo de la Santa Juana en
dulgencias; sin embargo, en la segunda edición mo-
el estilo literario de nuestra escritora […]”.
28 Antonio Daza, op. cit., p. 44. 30 Antonio Daza, op. cit., pp. 52v-54.
29 Scott Montgomery, “Contact Relics”, en Encyclopedia of Me- 31 Fray Ginés de Quesada, op. cit., lib. V, cap. 35, p. 551.
dieval Pilgrimage. Brill Online, http://brillonline.nl/entries/ 32 Stephen Haliczer, op. cit., p. 225.
encyclopedia-of-medieval-pilgrimage/contact-relics-SIM_00235; 33 Inocente García de Andrés, op. cit., pp. 125-126.
consultado el 24 de noviembre de 2013. 34 Stephen Haliczer, op. cit., p. 269.
clarisas de la Visitación (Santa Isabel), mientras es- can como tendencia: el predominio de un cuadro
peraban el permiso para embarcar en el siguiente de advocaciones de fuerte inclinación evangélica,
galeón a Manila. Antes de marcharse de la capital se litúrgica e incluso dogmática”.37 Muñoz Fernández
alojaron tres noches en el convento de Santa Clara y explica también que era costumbre referirse a la
tres en el de San Juan de la Penitencia. Durante su Virgen María con títulos generales como la Concep-
estancia en la ciudad, muchas monjas de comuni-
36 Sor Ana y Quesada mencionan que estas dos monjas eran de
dades diversas querían juntarse al grupo fundador,
la Visitación, y Josefina Muriel, Conventos de monjas en la Nue-
pero sólo dos fueron admitidas de la Visitación: Leo- va España, México, Jus, 1946 [1995], p. 217, también las señala
como parte del grupo fundador de Filipinas.
35 Antonio Daza, op. cit., pp. 40v-41v. Un edicto inquisitorial de 37 Ángela Muñoz Fernández, Acciones e intenciones de mujeres:
1605 renunció a las indulgencias por falsas. Inocencio García de Vida religiosa de las madrileñas (ss. xv-xvi), Madrid, Horas y Horas,
Andrés, op. cit., pp. 38-37. 1995, p. 61.
el legado del rosario milagroso en los escritos de viaje de sor ana de cristo hacia filipinas
ción, la Esperanza, la Misericordia, la Asunción y la las cuentas, pero, según Daza, podrían haber sido
Natividad.38 Asimismo, la aceptación de sor Jeróni- formadas de cualquier cosa como azabache, made-
ma de esa imagen refleja su apoyo en la campaña ra, coral o vidrio.40 Se hace referencia por primera
franciscana de la Concepción Inmaculada, un mo- vez a los poderes curativos de las cuentas cuando
vimiento devocional inmaculista que se basó en la el pequeño grupo partió en mula de la ciudad de
creencia de que la Virgen María fue preservada de México hacia el puerto de Acapulco. Incluso para
todo pecado desde su concepción.39 el viajero más experimentado, el terreno difícil de
Mientras que estaban en el convento de la Visi- la marcha hacia la costa resultaba un obstáculo for-
tación las españolas vivían codo con codo en una midable. “El camino de China”, como se conocía
comunidad muy diversa que incluía gente indíge- en esa época, no era nada más que un sendero que
na y africana —criadas y esclavas— algo que era cruzaba montañas altas, pasaba por bosques den-
muy común dentro de los conventos grandes de la sos y atravesaba arroyos y ríos bravos.41 Los mule-
Nueva España. Allí conocieron a una criada indí- ros tenían que cubrir aproximadamente 110 leguas
gena que trabajaba en la enfermería y cuidó de su (300 kilómetros) pasando por los estados de lo que
compañera, sor María de la Trinidad, después de hoy se conoce como Morelos y Guerrero. La pe-
que se cayera de una escalera. Según sor Ana era queña expedición paraba en sitios muy remotos,
“una india llamada Inés de buena vida” (f. 90v), que sobre todo en la zona cerca del río Papagayo y la
profesó una devoción muy especial hacia la monja sierra del mismo nombre, cuyos habitantes eran
de Cubas, hasta tal punto que rezaba a una imagen en su gran mayoría indígenas, junto con unos po-
suya que tenía el convento. Esta sección del ma- cos frailes franciscanos y dominicos. A pesar de su
nuscrito no sólo señala el legado de sor Juana de brevedad, la descripción de sor Ana ejemplifica los
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la Cruz fuera de España, sino también ilumina su peligros de esta región salvaje:
influencia dentro de los diferentes grupos étnicos
en los conventos novohispanos. Íbamos caminando con mucho contento por unos
Aunque sor Ana jamás se refiere a las cuentas caminos muy ásperos de peñascos altísimos y en su-
benditas en la curación de sor María de la Trinidad, biendo uno de esta suerte luego bajaba tanto que los
explica cómo en otras ocasiones las monjas molie- que estaban arriba apenas determinaba las que esta-
ron las cuentas como una medicina potente contra ban abajo y algunos senderos tan angostos como un
enfermedades. Nunca se especifica la sustancia de ladrillo que a tropezar la mula cayeran despeñadas
como de una alta torre y este extremo más de sesenta
38 Idem.
39 Hay muchas posibles conexiones y personajes relacionados
leguas (f. 92).
con la campaña inmaculista, entre ellos sor Juana de la Cruz
y el cardenal Cisneros; y Daza y su hija espiritual, la madre Las monjas, que habían pasado casi todas sus
Luisa de la Ascensión (la famosa abadesa del convento de San-
ta Clara de Carrión de los Condes, en España), que en 1619 vidas detrás de los muros enclaustrados de su con-
fundó la “Hermandad de defensores de la Purísima Concep- vento, ahora les dolían las posaderas de tanto mon-
ción” —una cofradía española que en 1623 tenía más de 140 tar. Una de las toledanas, la madre Leonor de San
mil miembros—. Véase Fermín Labarga, “El posicionamiento
inmaculista de las cofradías españolas”, en AHIg, vol. 13, 2004,
pp. 23-44; y Elizabeth Lehfeldt, Religious Women in Golden Age 40Antonio Daza, Libro de la purísima…, op. cit., p. 42v.
Spain, Burlington, Ashgate, 2005, pp. 170-172. Véase también 41Para una descripción de ese viaje entre Acapulco y la ciu-
Antonio Daza, Libro de la purísima Concepción de la Madre de dad de México, véase William Lytle Schurz, The Manila Galleon,
Dios, Madrid, 1620. Nueva York, E. P. Dutton & Co., 1959 [1919], pp. 384-387.
el legado del rosario milagroso en los escritos de viaje de sor ana de cristo hacia filipinas
marineros la agarraron por los harapos de la saya, tiempo se tornaron a juntar tornándoselas a poner al
y después el capitán ordenó que la ataran al mástil mismo Cristo (fs. 94v-95).
para castigarla. Cuando sor Jerónima escuchó sus
gritos, mandó a un fraile con una cuenta para san- En otra ocasión, cuando aflojaban las velas y
tiguarla: “y ella quedó con lágrimas encomendán- los marineros creían que arribaban a Japón, sus
dose a la santa […]” (f. 95). Además, parece que la rezos a la santa Juana hicieron soplar un viento
cuenta salvó a María de un demonio negro: “[…] que terminó llevándoles a aguas seguras. Por és-
cuando la pusieron la cuenta se quitó de ella un tas y otras anécdotas, como cuando los marineros
negro que la quería llevar al infierno […]” (f. 95). ataron, como último recurso, los rosarios al mástil
En vez de criticar las injusticias de la esclavitud y la para salvarse, nos damos cuenta de que la tradición
crueldad contra María, las monjas estaban mucho de las cuentas milagrosas de Juana de la Cruz esta-
más preocupadas por su bien espiritual; por eso in- ba firmemente arraigada dentro de la comunidad
tentaron calmarla dándole “muchas cuentas.” Este marítima.46 Según Quesada, el culto de Juana de la
episodio nos recuerda que las religiosas, aunque te- Cruz ya se había difundido por el Nuevo Mundo. En
nían mucho interés en seguir la Primera Regla de su capítulo dedicado específicamente a la monja de
Santa Clara (que prohibía esclavas y criadas en el Cubas escribe: “Pues apenas hay (en lo que yo he
convento), trajeron consigo a Filipinas un sistema visto en la Nueva España y en estas Islas) hombres
jerárquico social muy arraigado del Viejo Mundo. de moderado caudal, que no tenga y venere su santa
A pesar de que no denunciaron el trato de María, imagen: procurando todos tener alguna cuenta suya
sí sentían lástima por ella; la prueba es que le die- original o tocada, como una preciosa reliquia”.47 En
ron una de sus posesiones más importantes: las ese capítulo Quesada añade a la lista de los milagros
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cuentas benditas. En fin, mientras sor Ana ofrece los rosarios, subrayando la importancia de las cuen-
al lector un panorama de sus viajes transoceánicos, tas tanto en la Nueva España como en Asia, a la vez
también da luz a las continuidades y disyunciones que se percibe en el texto sus intentos de contribuir
culturales de la mentalidad monjil. con los franciscanos a promover la beatificación de
Asimismo, además de su poder de curación físi- Juana de la Cruz: “[…] cuya canonización o beatifi-
ca y espiritual, de curar las enfermedades físicas y cación está tan adelantada que con mucha breve-
de sosegar el alma de una esclava negra, las cuen- dad la espera nuestra Seráfica Orden”.48 De hecho,
tas también ayudaron a los tripulantes a guiar la cerca de 1684 se reeditó la biografía escrita por Daza
nave a su destino final. Durante varias tormentas, en Puebla, precisamente en el intento de promover
las monjas tiraron cuentas al agua para calmar las la causa de Juana de la Cruz.49 Por lo visto también
bravas olas:
46 Para esta tradición de los misioneros franciscanos en Japón (tan
temprano como 1607), véase Lorenzo Pérez, “Mártires de Japón en
[…] nuestra madre mandó echar una cuenta de la el año de 1622”, en Archivo Iberoamericano, vol. 18, p. 171, n. 2.
santa Juana en el mar y comenzó la bonanza que 47 Fray Ginés de Quesada, op. cit., lib. V, cap. 35, “De la gran de-
estando la tempestad en su punto la madre vicaria voción que la Venerable Madre tenía a la gloriosa Santa Juana de
Cruz y de los favores que recibió de ella, y maravillas que obró el
tomó un rosario tocado y se le echó al cuello a un Señor con sus cuentas”, p. 550.
santo crucifijo pidiéndole mostrare la virtud de su 48 Ibidem, p. 549.
49 Según Doris Bieñko de Peralta, esta reedición fue “a instan-
palabra y nos librase por aquellas santas cuentas, al
cias del contador Domingo Fernández Valcárcel, sindico de li-
punto se partieron todas en forma de cruces y a poco mosnas para su causa de beatificación”. Véase “Los impresos
el legado del rosario milagroso en los escritos de viaje de sor ana de cristo hacia filipinas
ba de santidad ocurrió en su camino hacia la costa relación. Su biografía sobre sor Jerónima muestra
cuando pararon aproximadamente un mes en Sevi- su vasto conocimiento del mundo religioso y cultu-
lla, tiempo suficiente para que mucha gente devota ral en que vivía. Otros también la inspiraban (Daza)
visitara a sor Jerónima: “[…] acudía mucha gente y la empujaban (sor María Magdalena y fray José)
de todos estados a visitar a nuestra madre atraídos a documentar sus experiencias con la posible santa.
de la fama de su santidad […] así se juntaba la gente Utilizando el modelo de sus antecesores, sor Ana
cuando llegaba a la reja de la iglesia como si fuera entendía la importancia de incorporar las cuentas
venida del cielo” (f. 82v). De hecho, fue durante su milagrosas en su relación; primero las de sor Juana
estancia en Sevilla cuando Diego Velázquez pintó de la Cruz, y después las tocadas por sor Jerónima.
el retrato de sor Jerónima, e incluso hizo varias co- Más que nada tomó un paso muy importante en
pias, un testimonio de la creciente fama de la mon- promover el culto hacia sor Jerónima: su biografía
ja toledana.54 No cabe duda de que estos retratos fue la primera que se escribió acerca de la funda-
en vida de la monja ayudarían a difundir la imagen dora del primer convento en el Extremo Oriente
de sor Jerónima en su proceso futuro de beatifica- (constituyéndose como parte esencial en el proce-
ción. Por añadidura, más adelante en el texto, sor so futuro de canonización, que continúa hasta hoy
Ana narraría cómo las monjas en México llegaron día). Como Daza y Navarro, quienes recurrían a la
a quitar trozos del hábito de sor Jerónima como escritura de sor María Evangelista para escribir sus
reliquias, una señal de que ya la veían como una propias biografías, Quesada y Letona también uti-
santa en vida. Y hacia el final de la travesía larga lizaban secciones del manuscrito de sor Ana para
del Pacífico, cuando la recuperación de la enferme- crear sus obras sobre sor Jerónima.
dad mortal de sor Jerónima sólo se podría haber A sor Ana no le hubiera pasado por la mente
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atribuido a intercesión divina, algunos marineros que se publicaría su manuscrito; lo que ella pre-
pidieron a la monja de Toledo que bendijera sus tendía era circularlo entre las profesas y que sirvie-
cuentas de rosario: “fueron a tomar la bendición ra como base de relaciones futuras. Por otra parte,
de la santa abadesa, pidiéndole los encomendase incluyó en su texto muchos detalles para proveer
a Dios y les tocasen los rosarios” (f. 95v). Sor Jeró- suficientes pruebas sobre la vida bendita de sor
nima accedió, y así ataron las cuentas a su peque- Jerónima. Poco después de la muerte de ésta, en
ño barco de vela para rodear la costa. Esta escena 1630, la Iglesia católica dio los primeros pasos hacia
representa un cambio de guarda espiritual, trans- su beatificación. Sor Ana fue abadesa en Manila en
firiendo el foco de devoción de Juana a Jerónima. ese tiempo. Durante su vida, y ahora, después de
Más que nada, la fe de los marineros en las cuentas su muerte, sor Ana fue testigo del creciente fervor
de sor Jerónima añadía una prueba más en su cre- de los devotos de sor Jerónima. Muchas personas
ciente currículo de santidad. de diferentes culturas y etnias llegaron al conven-
Para concluir, es posible que si sor Ana no hubie- to para ver el cuerpo bendito de la monja toledana;
ra tenido los sólidos modelos de sor María Evange- este fenómeno subraya la atracción de la posible
lista y sor Juana de la Cruz, tal vez nunca habría en- santa en muchos sectores de la sociedad filipina:
contrado la confianza en sí misma para escribir esta “[…] acudieron en general todas las personas de esta
república de todos estados eclesiásticos y secular
54 Véase Tanya J. Tiffany, Diego Velázquez’s Early Paintings and
the Culture of Seventeenth-Century Seville, University Park, The hombres y mujeres a su convento a pedirles deja-
Pennsylvania State University Press, 2012, pp. 49-76. sen ver el cuerpo de la santa abadesa a clamarla por
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el legado del rosario milagroso en los escritos de viaje de sor ana de cristo hacia filipinas
marta fajardo de rueda*
L
a revisión de los archivos históricos del convento de carmelitas descalzas
de Santa Fe, que desde hace muchos años forman parte del acervo del
Archivo General de la Nación de Colombia, nos ha permitido acercarnos a
ciertos aspectos de la vida de los conventos hasta ahora muy reservados y
casi totalmente desconocidos por nuestra historiografía.1 También hemos
consultado la biblioteca conventual y la parte de ésta que se conserva en el referido
archivo.
Además de sus obras artísticas, encontramos una buena cantidad de documentos que
dan cuenta de las actividades sociales, económicas, espirituales e intelectuales de las reli-
giosas. Tres de ellas sobresalen por su relación con la literatura: la madre Francisca María
del Niño Jesús (Santafé, 1665-1708), cuyos textos sirvieron para que el cronista fray Pedro
Pablo de Villamor (Santafé, mediados del siglo xvi-1729) escribiera la obra Informaciones
“breve relacion de las sumptuosas fiestas, que hizo el sagrado convento de carmelitas descalzas…”
DEDICATORIA
Al Rmo. P. Mro. Fr. Juan de Mora, del Orden Sa-
grado de Predicadores, en su Convento de Cadiz, Pro-
vincia de Andalucia
COMO TAN AFICIONADA que soy à la Religion
Dominicana, me puse à discurrir, a que sugeto be-
nemerito y realzado en prendas, y sabiduria, podria
dedicar la Relacion de Fiestas, y Sermones de nuestro
Glorioso Padre S. JUAN DE LA CRUZ, que en obse-
quio de su Canonizacion quanto las fuerzas pudie-
ron, executo por aca la devocion, en el Convento de
Descalzas Carmelitas de San Joseph, ciudad de Santa
Fè, del nuevo Reyno de Granada. Pero poco tuve que
discurrir: porque la fama de V. Rma. ha bolado tanto
hasta las Indias, que se nos ha entrado por nuestros
Conventos. Y assi le dedico esta Obra. El volumen de
el Libro es poco, y tiene grande necessidad de engran-
figura 2. San Juan de la Cruz, anónimo quiteño, escultura en madera policromada, siglo
decerse. V. Rma. le podra dar estimacion y engrande- xviii, 64 x 35 x 6 cm.
“breve relacion de las sumptuosas fiestas, que hizo el sagrado convento de carmelitas descalzas…”
las carmelitas descalzas el domingo 20 de octubre neció en aquella ciudad hasta su muerte. No tene-
de 1692, y que sus padres fueron el contador Mar- mos hasta el momento ninguna noticia sobre otra
cos Rivera y Guzmán y doña Manuela de Tapia actividad literaria diferente a esta relación, cuyo
y Briseño, hija a su vez de don Matías de Tapia y contenido por sí sólo da cuenta de su refinada edu-
Briseño, alcalde de Antioquia entre 1650 y 1654 y cación. Encontrándose ya en Popayán, como lo he-
luego procurador en 1658, quien participó directa- mos anotado, recibe el mandato de que “reduzca a la
mente en la profesión de su nieta, como consta en pluma la fiel historia de las Fiestas” con las que su
el acta que se levantó ese día: convento de Santafé celebró la canonización de San
Juan de la Cruz en 1729 y en las cuales ella tuvo una
[…] domingo a veinte de octubre del año de mil sei- especial participación, poco antes de su traslado.
siento y nobenta y dos Profeso y tomo el belo la her- Brígida Gertrudis no se limita a obedecer con un
mana brígida gertrudis de jesús maría hija legitima recuento de lo ocurrido. Consigue de manera ame-
del Contador Marcos Rivera y de doña Manuela de Ta- na y exquisitamente erudita ilustrar al lector sobre
pia Briseño Con lisensia del Ilustrísimo Señor Obispo los variados aspectos del comportamiento social de
don Fr. Ignacio de Urbina le dio el belo el licenciado su época en las fiestas. Con admirable fluidez, de-
don Matías de Tapia su abuelo siendo Priora la Madre bida a su conocimiento, evoca en su relato tanto a
María de San Gregorio. […] se entregó el dote [sic] a los Padres de la Iglesia, como a la mitología griega
satisfasion de las monjas y del sindico que son dos y a los autores clásicos. Hace uso de metáforas muy
mil pesos y los dosientos quedo en si dicho su padre poéticas, como cuando describe las joyas que portan
el [ilegible] de la hermana brigida gertrudis lo tomo a las imágenes, o las decoraciones del templo y de los
don Fernando de morales su fiador y el captian don altares callejeros. Como se trata de una fiesta barro-
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agustin de londono los mil patacones de la hermana ca, intervienen en ella prácticamente todas las artes,
luisa de la trinidad que estaban en la estancia de don cuyas características la religiosa maneja con gran
miguel de arebalo los tomo el capitan eredia.7 maría propiedad. Así, distingue y destaca las contribucio-
de san Gregorio priora anamaría de san joseph supe- nes que hacen para enlucirla la pintura, la escultura,
riora isabel de lasencion y brígida gertrudis de jesus la decoración, la platería, la orfebrería, la perfumería,
maria […]. los fuegos artificiales, las danzas, la música y la orato-
ria, para señalar tan sólo los más sobresalientes.
En octubre de 1729 Brígida Gertrudis fue desig- Inicia la relación con un laudo a los historiado-
nada, como ella misma lo relata, con otras cuatro res, cuyo conocimiento se hace manifiesto desde el
religiosas para fundar el convento de San Joseph y primer párrafo, reconociendo y agradeciendo ade-
San Joachin de carmelitas descalzas de Popayán, al más el mandato recibido. Por tales motivos, consi-
suroccidente de la Nueva Granada. Esta fundación deramos muy adecuado el elogio que fray Salvador
contó con el patrocinio de doña Dionisia Pérez Man- García le dirige en estos términos:
rique y Camberros, marquesa de San Miguel de la
Vega. Muy posiblemente Brígida Gertrudis perma- No siempre han de venir de las Indias los materiales
thesoros de oro, y plata: Mayor estimación merecen
7 Archivo General de la Nación, Bogotá, Colombia (agn), Con- los que de sabiduría en este papel se nos ofrecen. Este
ventos, t. 56, f. 255r. Agradezco a la genealogista Marina Gonzá-
es mineral mas preciosso, para el que sabe graduar
lez de Cala la información acerca de las familias Rivera y Guz-
mán y Tapia y Briseño. las alhajas […].
“breve relacion de las sumptuosas fiestas, que hizo el sagrado convento de carmelitas descalzas…”
gentio que llenaba su Plaza. Los balcones que se se- Todos a porfia querian en ricos tafetanes, que cubrian
guian, à sus ricas colgaduras añadieron primorosas el edificio, descubrir lo magnífico de sus animos.
laminas y riquisimos espejos. Entro ya, donde si entrara la eloquencia de Tulio,
solo con reticencia se explicara:13 ò siguiendo à aquel
El lucimiento de los balcones era muy importan- gran pincèl que mandado pintasse la hermosura de
te porque contribuía a la presentación del escenario las Diosas, y la de Elena, pintadas todas, dexo el blan-
para la fiesta. En ocasiones se hace referencia en co de Elena, con este Epigraphe: Hic locus Elena.
estos relatos a los palomares (o palomarcicos, como Assi lo hiciera en el todo, pero lo harè en parte:
Santa Teresa llamó a sus conventos y palomas a sus porque su multitud sumptuosissima, pedia largo, y
monjas), en los altos de los conventos para permitir abultado volumen. La ilustre casa de los Señores Ol-
que desde allí se pudieran ver los festejos. mos, Zapiaynes y Loyolas, emparentados ya con la
Señala Pablo Rodríguez que en una oportunidad nobilissima familia de Faxardos, hacían punta en la
las autoridades reprendieron a las monjas carmelitas esquina, donde se empezaba ya à ver el Religiosissi-
de Pamplona por el griterío con que celebraban las mo Convento de Carmelitas. Y queriendo concordar
corridas de toros desde su convento aledaño a la con lo levantado de su nobleza, levantaron un Altar
plaza mayor,11 lo cual confirma, además, que en las de tan rica espejeria, que en el se miraban juntas las
fiestas coloniales participaban todos los estamentos calles todas con sus adornos. Y lo que mejor reflectian
de la sociedad. sus Lunas, era en tanto adorno el lleno de su noble
Brígida Gertrudis detalla así el recorrido por la calidad.
ciudad:
En la calle se erigieron:
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Bolteaba la quadra, que es la de la Compañia de Je-
sus, la qual reconociendose siempre deudora à este […] en varios continuados Arcos triunphales; con ex-
Sagrado Convento, quiso en tan buena ocasion mos- celentes estatuas de Angeles tan galanamente vesti-
trarse agradecida. Para esto busco las mas ricas col- dos, que los brocados eran lo menos, con primorosa
gaduras que pudo su afan: añadiendo en grimpolas espejeria, que dispuso el arte en todo el ventanage;
y gallardetes cuanto era el gusto que recibia, viendo con tal artificio, que solo servía para verse, mas no
navegar à toda la bella Nave del Carmelo. para ver […].
Este símil de la nave se aplicaba también a la Juego de palabras y significados muy del gusto
Iglesia, en el sentido de que el mundo es como un barroco.
mar tempestuoso a través del cual hemos de con- Se refiere luego a los niños napolitanos: “Lo pri-
ducir nuestra nave al puerto, a la salvación.12 Conti- moroso, y en multitud, de los Niños Napolitanos pu-
guo al convento de los jesuitas se encontraba el Real diera haverse visto con assombro en todo Napoles”.
Colegio de San Bartolomé, en donde: Pueden ser niños bailarines como los “seises” de Se-
villa, pues el baile era un elemento importante en
11 Pablo Rodríguez, “Los toros en la colonia. Fiesta de integración
de todas las clases sociales”, en Credencial Historia, núm. 62, Bogotá, 13 Aquí se refiere al valor de la brevedad, altamente apreciado
1995. por Cicerón. “Reticencia” significa no decir sino en parte; dejar
12 Hans Biedermann, Diccionario de Símbolos, Barcelona, Paidós, incompleta una frase haciendo entender más por lo que se calla
1989, p. 317. que por lo que se dice.
“breve relacion de las sumptuosas fiestas, que hizo el sagrado convento de carmelitas descalzas…”
el Barroco, y de los que también se construyeron al-
gunos de material duradero tanto en Europa como
en las colonias españolas de América.16
Ya muy cerca del templo observa Brígida Ger-
trudis:
“breve relacion de las sumptuosas fiestas, que hizo el sagrado convento de carmelitas descalzas…”
prendido ninguna investigación en nuestro país. particular interés trascribir el texto completo que
En el caso de Brígida Gertrudis, es muy probable dice así:
que su maestro haya sido fray Pedro Masustegui
(ca.1681-después de 1760), latinista, autor del Arte Acabadas estas, tocaban las tinieblas à recoger el rego-
de construcción, en el que sigue muy de cerca a cijo entre sus sombras. Pero avia prevenido el desvelo
Nebrija. Según Lázaro Carreter, el mismo Nebrija, de las Religiosas este inconveniente, con la multitud
por solicitud de la Reina Católica, había publicado de luminarias que ardian en las ventanas, balcones y
una edición bilingüe, española y latina, de su Arte torres de toda la Ciudad añadiendo tan artificiales fue-
(1486) para que sirviera de instrucción a las monjas gos, que pareciendo corto el ambito de su Quadra dis-
de clausura.20 pusieron se hiciessen en la Plaza mayor, Cuyo centro
Seguían los dos cabildos y la Real Audiencia, to- ocupaba un Castillo de tanto fuego, que duro en con-
dos con hachas encendidas. tinuos estallidos mucha parte de la noche. En los qua-
tro angulos de la misma Plaza, quatro ruedas grandes,
Por todas partes resonaban instrumentos Musicos, que vulgarmente llaman ruedas de China. De la vis-
que si bien no llevaban tras si las piedras, qual fin- tosa balconeria corrian encontradas unas maromas:
gio la antiguedad de la cytara de Orpheo, suspendian por las quales dispuso el arte, corriese veloz el fuego,
con su melodia los sentidos. Assi llegaron en festivos que encontrandose en el medio, se hacian la salva en
aplausos al Carmelitano Convento, donde esperaba armonioso estruendo, bolviendose à restituir las fogo-
diestra la Mussica. Y empezando à entonar las Víspe- sas exhalaciones, cada qual à su lugar.
ras, el Dignisimo Señor Dean Don Nicolas Alexo de Coronáronse para esto los quatro frentes de la bal-
Tapia y Briceño,21 prosiguio à seis choros en dulces coneria de toda la gente noble y lucida: ocupando el
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melodias repartido el Choro. vulgo el plan de la Plaza, y gran parte de sus ocho
esquinas. Hizo seña la Salutacion Angelica para que
La pólvora y los fuegos artificiales empezasse la salva de San Juan de la Cruz: que fue
con tanto alegre estruendo, que si miraba a lo alto, se
La descripción que hace Brígida Gertrudis de los veia subir soberbio el fuego, para, desahogar su colera
fuegos artificiales es una de las más detalladas y en- rompiendo con el ayre, mas durabale poco, porque
tusiastas que hemos encontrado en la revisión de convertido en muchos apacibles globos de luz, baxa-
numerosas fiestas coloniales neogranadinas sobre ba desterrando tinieblas. Si se miraba al suelo, ya en
toda clase de acontecimientos dignos de celebrar. montantes, ya en ruedas, ya en preñados globos se
Dentro de los elementos que conforman el arte efí- atendia con admiracion ya el estruendo, ya el trave-
mero de las fiestas, éste es uno de los más destaca- sear con la multitud, que no recibiendo daño de tan
dos, por la alegría que suscita al conmover tanto el contrario enemigo, creía aver celebrado paces en esta
sentido de la vista como el del oído. Su importancia ocasión, para celebrar festivo al nuevo Canonizado. Si
ha llegado a ser tan grande que ha sobrevivido has- se atendia à las maromas, se admiraba, que en idas y
ta la actualidad. Por tales motivos, consideramos de venidas correteaba alegre la polvora, pues haciendose
20 Fernando Lázaro Carreter, Las ideas lingüísticas en España du- a un tiempo todos la salva, se volvian ligeros a sus
rante el siglo xviii, Madrid, Crítica, 1985, p. 148. puestos.
21 Este “Señor Dean” probablemente era su tío materno. Trans-
Y para que mas claro se conociesse que era galana
cribo la grafía del apellido Briceño o Briseño tal como la encuen-
tro en los documentos. la guerra resonaban por todas partes los clarines, di-
“breve relacion de las sumptuosas fiestas, que hizo el sagrado convento de carmelitas descalzas…”
SALUTACIÓN. OY ME VENGO HACIENDO CRUCES. las dificultades y los desencuentros que en su día
¡Ay tal assombro! Ayudeme la Reina de Predicadores, vivía la sociedad. Particularmente propicios para la
Maria, para saberlo decir y ponderar ¡Tal empeño y teatralidad, muchos sacerdotes se destacaron por
ostentacion! !Tal jubilo y alegria! Ayer, y oy y dicen los términos y la emoción que imprimían a sus ser-
tambien que mañana! ¡Que es esto? Y sin reparar en mones.
gastos entre gente Descalza? Continúa la narradora:
Que ha de ser Que celebran à San Juan de la Cruz
con incendios de amor sus amantes Carmelitas, Que Prosiguiendo en esta forma su magnifica oratoria ter-
aunque Descalzas, se saben desempeñar con su Glo- mino el Orador el Sermon con aplausos universales
rioso Juan. Pues que? Este es el tiempo quando le de tan grave cuanto numeroso concurso. Continuo-
celebra la Iglesia? No por cierto; que tambien saben se la Misa, oficiada con dulce mussica y diversion de
desempeñarse en todo tiempo, y a tiempo. Es el mo- letras, de que fue participante la tarde tambien, por
tivo de dar a entender à todos y que lo sepa el mun- larga estacion.
do, que S. Juan de la Cruz, lustre y primitivo honor Acabada la Solemne Misa, corrieron el velo, al
de la Reforma del Carmelo, es Santo Canonizado, y que patente había estado franqueando con liberali-
que goza de eterna gloria. Que assi lo determino el dad toda su gracia y honrando con su presencia a San
Summo Pontifice Nro. Smo. P. Benedicto XIII. Esto Juan de la Cruz. Llego también el globo del Sol a ocul-
quieren que sepan todos; esto celebran, y esto publi- tar este dia, como lo hace siempre, todas sus luces.
can: que su San Juan de la Cruz es un Santo lleno Entrose la noche extendiendo sus sombras; pero acu-
de gloria y que Bien esta. Y para esto es menester, dio la ciudad con luminarias para vencerlas y alegrar
o es precisso, que salga à la luz aquel Divinissimo los animos. Los fuegos anduvieron a las escaramuzas,
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Sacramento? Y todos tres dias, que se manifieste pa- como antes, gastandose porcion de polvora que vola-
tente? O se dexarà encerrado? Que mysterio tiene el ba por los aires. Toco a recoger la Iglesia y poniendo
descubrirlo,y que salga à publico tambien?22 todos silencio se fueron a sus propias moradas, pero
caminaron todos a su recogimiento, con la esperanza
Los sermones resultan ser una fuente muy in- abierta de gozar al dia siguiente, tercero de la fiesta,
teresante para el estudio de la cultura barroca. Ade- las radiantes y alegres luces de la aurora.
más de su carácter emotivo y didáctico, están llenos
de significados simbólicos. A través de las palabras TERCER DÍA DE LAS FIESTAS Y SU ORACION PA-
y de la gestualidad, con ellos se expresaba en grado NEGYRICA DE EL GLORIOSO SAN JUAN DE LA
sumo la intensidad de los afectos. Contienen algu- CRUZ. MARTES VEINTE Y DOS DE FEBRERO, ter-
nas veces importantes y útiles indicaciones acerca cer dia y ultimo de la Fiesta, con la misma asistencia
de la hagiografía y de la iconografía. Con frecuen- de Audiencia Real, Cabildos, Nobleza y concurso vul-
cia, a más de los naturales elogios al acontecimiento gar, a que tambien, como los demas dias, acudieron
o al homenajeado, con ellos se comunicaba a los las Religiones. Le toco este día a la Sagrada Religion
fieles la opinión de la autoridad eclesiástica sobre de los Heremitas Descalzos de N. P. S. Agustín, Dixo
la Missa el M. R. P. Lector Jubilado Fr. Estevan de la
22 Prosigue el sermón, que como los otros que se pronunciaron Trinidad, siendo Provincial de su Sagrada Religion.
en esos días no describo ni analizo en esta oportunidad, si bien
reconozco su importancia en el estudio sobre el fenómeno de
Fue el complemento del Pulpito el M.R. P. Lector
las fiestas. Provincial de su Sagrada Religión Lector Jubilado Fr.
| 49
“breve relacion de las sumptuosas fiestas, que hizo el sagrado convento de carmelitas descalzas…”
coralia anchisi de rodríguez*
L
a existencia de la religiosa concepcionista sor Juana de Maldonado y Paz fue
cuestionada y puesta en duda por más de 200 años en Guatemala. El deseo
de conocer nuevos detalles sobre su vida, sumado a los escasos documentos
50 |
que existían, ha servido para alimentar la imaginación de escritores, perio-
distas e investigadores que, anhelando encontrar nuevas evidencias y ba-
sados en antiguos mitos urbanos, la han convertido en una monja de conducta mundana
y relajada, transformándola en un personaje excéntrico, con características extravagantes.
Estos escritos serán examinados a lo largo de este trabajo y se compararán con varios ex-
pedientes que encontré recientemente en el Archivo Histórico Arquidiocesano de Guate-
mala (ahag), que servirán para demostrar que muchos de los aspectos que hasta ahora se
consideraban auténticos, son infundados o han sido exagerados.
La primera noticia que tenemos de su existencia se encuentra en el libro de Tomás
Gage,1 un personaje oscuro del siglo xvii, que nació de una familia católica en Inglaterra.
Sus padres deseaban que fuera sacerdote y lo enviaron a estudiar a España para que se con-
virtiera en jesuita. Gage decidió desobedecer a sus progenitores y se unió a los dominicos,
quienes lo reclutaron para que los acompañara en una misión evangelizadora.
Dado que la legislación de la Corona española gio de Santo Tomás de Aquino. Durante su estadía
prohibía que los extranjeros participaran en las mi- en Guatemala fue párroco en San Miguel Petapa,
siones de los territorios de ultramar, este fraile no Mixco y San José Pinula. En ese periodo empezó a
debió haber sido reclutado. Los religiosos lo subie- cuestionar su fe y a dudar del catolicismo. Desea-
ron ilegalmente al barco, escondiéndolo dentro de ba regresar a Inglaterra y pidió permiso a sus supe-
un barril, en el que supuestamente se guardaban riores para que le permitieran volver. Mientras la
provisiones. La nave donde viajaban llegó a la Nue- autorización llegaba, logró reunir cierta cantidad de
va España en 1625. Los viajeros llegaron a la capital dinero, que cambió por piedras preciosas y perlas
del virreinato ese mismo año y permanecieron allí en 1637, cuando dejó el país.
durante dos años, mientras reunían todo lo necesa- El barco en que viajaba fue atacado por los corsa-
rio para salir hacia Manila. Cuando ya casi estaban rios que lo despojaron de casi todos sus bienes; para
listos para zarpar, Gage se enteró de que la empresa su fortuna, logró conservar algunos libros y pinturas
era difícil y muy peligrosa, por lo que escapó a Gua- que vendió al llegar a España. El producto de la ven-
temala. ta le sirvió para costear el pasaje de regreso a Ingla-
Al llegar a la ciudad de Santiago, en la capitanía terra, donde se convirtió en protestante. Para evitar
del reino, se dirigió al convento de Santo Domin- las sospechas y para convencer a sus compatriotas
go, donde el prior le permitió quedarse a cambio de su reciente cambio de religión, atestiguó contra
de que se hiciera cargo de una cátedra en el cole- varios católicos que aún permanecían en Inglate-
Carmelo Sáenz de Santa María considera que: complete control of England by the time his book first appeared
in 1648, that he had completely foresworn his former Papist
practices and beliefs… Secondly, he was anxious to promote the
[…] su primer motivo vital: [fue] un odio activo a los theory that the Spanish possessions in much of America could
jesuitas. El segundo motivo —tal vez conexionado con easily be seized on the almost complete absence of defenses
and military forces […]”.
el primero— fue el propósito de mirar por su porve- 5 Nueva relación que contiene los viajes de Tomás Gage en la Nueva
nir, ya que había sido privado de la posible participa- España, pról. de Sinforoso Aguilar, vol. XVIII, Guatemala, Biblio-
teca Goathemala de la Sociedad de Geografía e Historia, Tipo-
ción de la herencia paterna: tenía que hacerse con
grafía Nacional, 1946, p. X: “Pero Tomás Gage estaba desconten-
dinero por los medios que estuvieran a su alcance.2 to con sus circunstancias de relativa dependencia y la falta de
cumplimiento de las promesas que había recibido del secretario
católico de Estado, Sir Francis Windebank, y otras personas de
Eric Thompson opina que se convirtió en pro- influencia”.
testante para su propio provecho, cuando le fue 6 Thomas Gage the English American: A new survey of the West
Indies, ed. e introd. de A. P. Newton, Londres, The Broadway
2 Carmelo Sáenz de Santa María, Los viajes de Gage en el siglo xvii Travelers, ed. esp. para El Patio, Guatemala, 1946, p. XI: “Our
hispanoamericano, aih, Actas IV, 1971, p. 557; disponible en http:// author has suffered at the hands of subsequent writers the fate
cvc.cervantes.es/literatura/aih/pdf/04/aih_04_2_052.pdf. of most of those who have changed their party or their creed.
[…] doña Juana, que dicen que es hija del d[i]cho 23 Ibidem, p. 49. “[La] […] Audiencia desea tener muy buena co-
rrespondencia con el comisario de ese Santo Tribunal, por saber
oydor, aunque no legítima, por no aver sido casado
lo que ymporta al bien de todos […] y estamos sentidos de que
en otra p[art]e q este to. lo Sepa, y como atal hija la don Felipe […] use tan mal nuestro buen término […] perdiéndo-
tiene en su casa; y q. le paresió mal que debaxo de le el respeto que debe al puesto que ocupamos, como lo hico el
Viernes Santo, echando sin ser juez eclesiástico, ni tener man-
figuras de santos se retratasen semejantes personas
dato de él, dela iglesia a un alguacil, que acompañaba a la mujer
y particularmente la hija, no siendo legitima y lo de vn oydor, de cuyo exemplo se an tenido otros desacatos muy
mesmo lea paresido todas las veces q. avisto el d[i] grabes; su condición es inquieta, sus pareceres singulares, y es
amigo de darlos en todo, fuera de su oficio y profesión. con que
cho lienzo, porq. se a puesto muy de hordinario en causa rebueltas en la República […] Esta Audiencia me mandó
yglesias y altares […].22 que lo presente a V[uestra] Il[ustrísi]ma en su nombre, para que
V[uestra] Il[ustrísi]ma se sirva mandar nombrar otro comisario
21 Idem. que lo sea con la quietud que conviene […]”.
22 Ibidem, pp. 15-16. 24 Mariano López Mayorical, op. cit., p. 69.
sor Juana vivía rodeada de lujo y comodidades, lle- Está sepultado en su Iglesia Catedral. Escribió un tra-
vando una vida mundana. Varios autores aseveran tado de “Justicia distributiva”.34
que su padre era un hombre pudiente, que le había
62 |
construido un lujoso apartamento, y que para sa- Es posible que sor Juana haya podido vivir cómo-
tisfacer sus caprichos le obsequiaba toda clase de damente en algún momento de su vida; aunque no
objetos. Por el contrario, Gage asegura que fue ella siempre fue así, como lo demuestra un expediente
la que había costeado la construcción de su celda que se encuentra en el Archivo General de Centro
con la fortuna que había acumulado. América (agca), que indica que sor Juana tenía va-
Se dice que su vivienda contaba con muebles rias deudas y necesidades. Se trata de un mandato
y obras de arte muy costosas que le habían rega- del rey Felipe IV, de España, donde se menciona que
lado su padre y el obispo, que había muerto en la monja había quedado desamparada cuando su pa-
la ruina por habérselo dado todo a la religiosa. Es dre partió hacia México para servir al rey, que aún
posible que Gage se refiera a fray Juan de Zapata no había pagado su dote y que tampoco tenía dinero
y Sandoval, quien dejó enormes deudas al mo- para cubrir sus gastos; específicamente se refiere a
rir, aunque éstas no se debían a los caprichos de la compra de las velas y a la sacristía. En el docu-
la religiosa sino a sus obras piadosas. El cronista mento se enaltecen los servicios que su padre había
e historiador fray Domingo Juarros (1753-1821) prestado a la Corona, indicando que éstos no habían
asegura: sido remunerados en su totalidad, lo que también
significa que su padre no tenía el caudal que asegu-
Fue tan limosnero, que cuando murió quedó debien- raban Gage y la mayoría de los investigadores. Este
do 35 mil tostones. Ultimamente después de una vida 34Fray Domingo Juarros, Compendio de la historia de la ciudad de
exemplar, murió santamente el 9 de Enero de 630. Guatemala, t. 1, Guatemala, Ignacio Beteta imp., 1808, pp. 281-282.
E
l tema de la comida ha sido históricamente atractivo por su incidencia con
productores y consumidores. Las informaciones antiguas, al igual que las
investigaciones recientes, se centran primordialmente en los platillos; sin
72 |
embargo, en algunos casos se mencionan los ingredientes secos o frescos
guardados en alacenas y despensas, resultantes de una producción para el
autoconsumo o de la adquisición por compra, trueque o donativo.
La arquitectura y el mobiliario de la despensa, la cocina y el refectorio, han sido tam-
bién temas de reflexión cuando se trata de abordar historias de la vida cotidiana, o de
describir, restaurar o ambientar un espacio histórico para recrear la forma de cocinar y el
menaje doméstico. El calor del hogar y la mezcla de ingredientes han dado como resultado
una riqueza de posibilidades de manufactura alimenticia que van de lo dulce a lo salado, y
de las semillas, los vegetales y las leguminosas a los animales, resultado de la producción
agrícola, la crianza, el intercambio de géneros y la compraventa.
Para abordar el tema de lo cotidiano y la cultura material es necesaria la revisión de
fuentes de distinta procedencia: reglas y constituciones, tablas de oficios, libros de cuentas,
inventarios, planos, representaciones pictóricas y hagiografías. Al analizarlas y comparar-
las pueden entretejerse sus coincidencias.
En este texto la revisión de esas fuentes no ha sido exhaustiva, además de que sigue en
curso; no obstante, los hallazgos en los archivos consultados ya permiten presentar algunos
resultados.
Figura 2. portada de la iglesia del convento de santa clara de Jesús, villa de carrión de
La procedencia de ingredientes culinarios se re- atlixco, puebla.
de la vida cotidiana en los conventos de calzadas de la ciudad de primera regla de Santa Clara, y para las Recoletas, asi de la segunda
Puebla 1765-1773”, en I Congreso internacional del Monacato Fe- regla de Santa Clara, Urbanistas como de la purísima Concepción y
menino en España, Portugal y América 1492-1992, t. I, España, Tercera orden sujetas a la obediencia de la Religión de San Francisco.
Universidad de León, 1993, p. 213. Hechas en el Capítulo general celebrado en Roma a 11 de junio de
21 Massimo Montanari, El hambre y la abundancia. Historia y cul- 1639 en que fue electo en Ministro General N. Reverendísimo P. Fr.
tura de la alimentación en Europa, Barcelona, Crítica, 1993, p. 82. Juan Merinero, México, Mariano Ontiveros, 1822, pp. 38-39.
En los dos últimos pasajes notamos que la car- Parece que la Venerable Sor Mariana, capuchina de
ne se consideraba por un lado como un artículo de Toledo, no había pecado en Adán, pues gozaba de los
lujo, y por otro como un medio seguro para recupe- privilegios del estado de inocencia. Cuando le man-
rar las fuerzas y la salud. daban matar las aves para las enfermas le decía, ver-
Durante la primera mitad del siglo xvii en Jesús bi gratia a la gallina: hermana, la obediencia me ha
María se invirtió en carne casi lo mismo que en mandado que te mate, obedezcamos, el animalito se
harina, costos que se reducían significativamente estaba quieto y no hacía resistencia.42
durante la Cuaresma y el Adviento; ternera y corde-
ro se comían sólo en eventos extraordinarios.40 En Sobre el dispendio y el apego a la regla y a la
37 Carlos de Sigüenza y Góngora, Paraíso occidental…, op. cit., concentración en las cosas de Dios tenemos otra
f. 76. historia breve:
38 José Valadó y Serra, op. cit., pp. 124-125.
39 Ibidem, pp. 123-124. 41 Ibidem, vol. 27, fs. 26-27.
40 ahssa, fcjm, serie libros, vol. 15, f. 83. 42 José Valadó y Serra, op. cit., p. 86.
Siendo abadesa la Venerable Sor Josefa María Gracia, es- Otros productos que compraban las monjas de
tuvo en una enfermedad tan inapetente, que temían las ciudad, es decir las jesusas, y que consumían regular-
monjas se les muriese de necesidad. Preguntándole para mente, además de frutas, verduras y carne, eran: ha-
escitarle el apetito sobre cuanto se halla comestible, les bas, garbanzos, lentejas, maíz y frijoles, sal y mante-
| 81
dijo: “Si se encontrase una gualeta (codorniz pequeña), ca,46 aceite, chile47 ancho, tortillas, tomate, jitomate,
me parece la comería.” Enmudecieron las caritativas queso añejo, huevos, pepitas, almendras, cacao, azú-
asistentes con la respuesta, porque no era tiempo de co- car,48 canela, biscochillos, rosquillas, marquesotes,
dornices; pero pronto salieron de su congoja. Llegó poco
45 Ibidem, pp. 7-8.
después una monja con una codorniz aliquebrada en la 46 A continuación agrego algunas definiciones para enfatizar
mano, y dijo que la acababa de coger en el huerto. Se la el origen y/o procedencia de los productos. Por ejemplo, “Es
guisaron y la enferma la probó, por no desairar a su divi- necesario tomar en cuenta que sin la importación del ganado
que viajó desde Europa hasta al continente americano no po-
no esposo, a quien costó digámoslo así su apetito, aquel dríamos sumar a la dieta el inigualable sabor que da la manteca:
como milagro. Con solo este favor recobró la salud.44 “gordúra de cualquier animal, especialmente la del lechón. Y en
diciéndose Mantéca, absolutamente se entiende la de puerco,
Llamase también unto”; Diccionario de Autoridades, t. IV, op. cit.,
También en el convento de capuchinas de la p. 487. “Producto obtenido por el batido, amasado y posterior
Villa de Guadalupe se comían perdices durante el maduración de la crema extraída de la leche de vaca o de otros
animales”; Diccionario de la Lengua Española, www.rae.es.
siglo xviii: 47 La palabra “chile” no está registrada en el Diccionario de Auto-
43 Ibidem, p. 116. Respecto a la alimentación de las enfermas del ridades. En el Diccionario de la Real Academia Española dice: del
convento de clarisas de Querétaro véase María Concepción De náhuatl: Chilli planta herbácea y fruto herbáceo. Originario de
la Vega Macías, Fragmentos de la vida cotidiana. Cinco inventarios México y Centro América.
del Real Convento de Santa Clara de Jesús, Santiago de Queréta- 48 Otra definición de un producto obligado en elaboración de
ro (siglos xvii-xix), México, Estado de Querétaro/Consejo del IV las conservas y los postres, y cuyo uso inició con un fin medici-
Centenario de la Fundación del Conventro Santa Clara de Jesús, nal, puesto que se comprobó que favorecía una buena digestión.
2007, pp. 211-212. Azúcar: “El xugo que dán de sí las cañas dulces, ò se saca de
44 José Valadó y Serra, op. cit., p. 88. ellas exprimiéndolas en el ingenio, y cociéndolas hasta que en
mayor cantidad de dulces. Al analizar sus gastos carta fechada el 2 de agosto de 1770.
73 También hemos encontrado consumo de maíz, ya que uno
generales se observa que más de 40% correspon-
de los empleados fijos de las monjas era el arriero Joachin Gor-
día a su alimentación.69 Esto sin considerar que el dillo, quien desde el 15 de septiembre de 1741 recibía “un peso
convento de Santa Clara era dueño de un ingenio y cada ocho días, media fanega de maíz, y siete pesos de salario,
había trabajado siete meses y ocho días hasta el 22 de abril de
una hacienda, lo que facilitaba el acceso a sus fru- 1742, tenía recibidos 16 pesos y se le debían 34 pesos 6 reales.
tos. El ingenio de azúcar70 nombrado del Espíritu Lusiano, uno de los ayudantes de la hacienda de Zapotitlán,
ganaba cada mes seis pesos, un peso de ración cada semana,
nos interesa sólo su aportación en el tema de la alimentación. i media fanega de maíz. Del trabajo de un año, dos meses, y
Por su importancia, esta misma cita textual se ha venido anali- diez y nueve días, importó su trabajo 87 pesos 6 reales, le paga-
zando y aparece en varias publicaciones; podemos citar, entre ron 36 pesos, 2 reales y se le debían, 51 pesos 4 reales. Lusiano
ellas, Sonia Corcuera de Mancera, “La embriaguez, la cocina…”, comenzó a trabajar para el convento el primero de febrero de
op. cit., p. 538; Nuria Salazar Simarro, “Enfermedades y reme- 1741”. ahbedh, ff, vol. 105, fs. 8v-10v, 11v y 143. El informe del
dios…”, op. cit. 4 de junio de 1742 estuvo a cargo de la abadesa del convento,
68 José Valadó y Serra, op. cit., p. 112. sor Margarita María del Sacramento, de las contadoras mayor y
69 ahbedh, ff, vol. 105, fs.1-4. Para obtener este porcentaje com- segunda, sor Clara Antonia de San Francisco y sor María Josefa
pletamos los tres meses que nos faltaban por prorrateo. de la Encarnación, así como del vicario y contador fray Antonio
70 Seguramente las religiosas hacían muchas conservas, ya que Grajales. En la documentación del archivo que corresponde a
este tomo para referirse al poblado, indistintamente se utilizan: vida conventual clariana femenina, dos ejemplos de la orden:
Atrisco y Atlixco; sirvan estas observaciones para la búsqueda de Santa María de la Bretonera (Belorado) y la Santísima Trinidad
la información en el futuro. de Bidaurreta (Oñate)”, en María Isabel Viforcos Marinas y Ma-
74 ahbedh, ff, vol. 141, fs. 191-193. ría Dolores Campos Sánchez-Bordona (coords.), Fundadores,
75 El vínculo de estos productos con las clarisas, que toca más a fundaciones y espacios de vida conventual. Nuevas aportaciones al
Puebla que a Atlixco, sigue predominando en el imaginario cul- monacato femenino, León, Universidad de León, 2005, pp. 455,
tural hasta el siglo xxi. Por su parte las dominicas de Puebla afir- 459-460.
| 93
112
Un estudio que parte de informes y cartas de monjas capuchi-
nas que viajan de la península ibérica hacia México y Lima con
fines fundacionales, se concentra también en la comida para
señalar las semejanzas y diferencias que perciben las mismas
monjas en contacto con otras órdenes religiosas, con diversas si-
tuaciones durante el trayecto recorrido y con distintos espacios
geográficos, gustos y costumbres en ambos lados del Atlántico.
Véase Sarah E. Owens, “Food, Fasting, and Itinerant Nuns”, en
Food and Foodways, 19:4, 2011, pp. 274-293; disponible en http://
dx.doi.org/10.1080/07409710.2011.630619.
El informe prioral
de María Francisca de Señor San José,
ayer y hoy en el convento poblano
de Santa Catalina de Siena
y Señora Santa Ana
En el archivo del convento de Santa Catalina de Siena, de la ciudad de Puebla, se con-
serva el único ejemplar conocido de informes priorales. Aquí se estudia solamente
el primero de ellos, que corrió de 1791 a 1794, y se comparan la vida de oración, las
fiestas y algunas costumbres conventuales de ese periodo con la actualidad.
Palabras clave: monjas, convento, dominicas, prioras, Puebla.
E
n ningún archivo de los nueve monasterios de monjas dominicas de la Re-
94 | pública Mexicana que se fundaron durante el virreinato,1 existen informes
priorales redactados al término de cada trienio. En el archivo del convento de
Santa Catalina de Siena y Señora Santa Ana, de la Puebla de los Ángeles,2 se
conserva el segundo libro de actas priorales, que empieza con el gobierno de
la madre María Francisca de Señor San José, iniciado el 8 de octubre de 1791 y concluido
el 28 de noviembre de 1794.3 Los informes anteriores desafortunadamente están perdidos.
Por medio de este hermoso conjunto documental podemos reconstruir la vida de este
monasterio a partir de esa época y hasta nuestros días, ya que las reverendas madres prio-
* Monja y cronista del convento de Santa Catarina de Siena y Señora Santa Ana, Puebla, México.
1 Josefina Muriel, Conventos de monjas en la Nueva España, México, Santiago, 1946; sor María de Cristo Santos
Morales, op, y fray Esteban Arroyo González, op, Las monjas dominicas en la cultura novohispana, México, Insti-
tuto Dominicano de Investigaciones Históricas de la Provincia de Santiago de México, s.f.; María Concepción
Amerlinck de Corsi y Manuel Ramos Medina, Conventos de monjas. Fundaciones en el México virreinal, México,
Grupo Condumex, 1995; sor María de Cristo Santos Morales, op, “Las monjas dominicas de Santa Catalina y de
Santa Inés durante el siglo xvii”, en Anuario Dominicano, t. III, vol. 1, Puebla (1531-1774), México, Instituto Domi-
nicano de Investigaciones Históricas de la Provincia de Santiago de México, 2007, pp. 489-508.
2 El monasterio de Santa Catalina de Siena y Señora Santa Ana, de la ciudad de la Puebla de los Ángeles, recibió
la bula de fundación en noviembre de 1567, dada por el papa dominico san Pío V. La fiesta de erección se llevó
a cabo el 10 de enero de 1568.
3 Inventario del Archivo Conventual Monasterio de Santa Catalina de Siena y Señora Santa Ana (acmscsssa),
Puebla, Puebla, Sección Gobierno, Serie Actas, caja 3, exp. 1, año 1791-2004, Libro de Actas Priorales, pp. 4-15v.
Libro En que dan sus Descargos las Rs. Ms. Prioras de este Convento de Mi Madre Sta. CATARINA y Se comienza
el día 8 de octubre De este año 1791 segundo Priorato de N.M.R.M. María Francisca de Sr. Sn. José.
Un caso curioso
U
na práctica muy singular distingue al convento de Santa Catalina de
Siena de Puebla: cada priora —al concluir su periodo trianual de go-
bierno— acostumbra presentar un informe escrito de su gestión. Así,
trienio a trienio se han ido sumando testimonios sobre la actuación de
quienes han encabezado el monasterio; ese corpus de textos se con-
serva unido en un libro que empieza el 8 octubre de 1791 y se prosigue hasta hoy.1 Por
algunas alusiones hechas por las prioras en esos informes sabemos que existieron actas
priorales anteriores a éstas, pero están perdidas.
Dado el interés y riqueza de ese cúmulo de noticias, sor María de Cristo, religiosa y
cronista en ese convento de la orden de predicadores, consideró que valdría la pena dar
a conocer algunos de los aspectos allí abordados; ella lo hizo desde su experiencia en ese
monasterio, del que ha sido priora. Sabiendo de mi interés en los conventos de monjas y en
la historia del arte, me permitió tratar sobre esos informes, salvo en lo que atañe a personas
que aún viven. Mucho le agradezco su generosidad y confianza, así como la buena acogida
| 125
L
os conventos de monjas en la Nueva España fueron fundados principalmente
en propiedades urbanas pertenecientes a la Iglesia o a sitios que donaron los
benefactores para este fin. En cuanto a la edificación, muchos conventos
se materializaron en terrenos adquiridos ex profeso para ello; sin embargo,
126 | varios fueron primeramente beaterios y después conventos; otros fueron en
sus inicios colegios y más tarde evolucionaron a monasterios, pero el caso del convento
de Pátzcuaro fue singular.
En este trabajo se refiere y analiza el proceso de edificación del convento de Santa Ma-
ría Inmaculada de la Salud; la investigación está fundamentada en fuentes bibliográficas,
manuscritos históricos del archivo del antiguo Obispado de Michoacán, así como trabajo de
campo en el conjunto urbano-arquitectónico.
¿Que significa edificación? El Léxico de Alarifes de los siglos de oro, de García Salinero, esta-
blece que “Edificar. Vale hazer casas, templos, alcázares, lugares […].”1 Para este trabajo, “edificar”
consistió en materializar el objeto urbano-arquitectónico, es decir, referir el proceso de cons-
trucción de los diferentes espacios del convento de Nuestra Señora de la Salud de Pátzcuaro.
En la edificación de cada convento de monjas incidieron diversos factores, que hicieron de cada
monasterio un caso especial; mientras que algunos fueron planeados para desplantar sus edifi-
cios con obra material nueva que implicaba sacar los muros desde sus cimientos, hubo otros que
* Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
1 Fernando García Salinero, Léxico de alarifes de los siglos de oro, Madrid, Real Academia Española, 1968, p. 103.
Y por cuanto los monasterios de monjas fundados El convento de Nuestra Señora de la Salud de Pátz-
fuera de poblado, están espuestos muchas veces por cuaro perteneció a la orden de Santo Domingo, y
| 127
carecer de toda custodia, á robos y otros insultos de fue la única rama del convento de Santa Catarina de
hombres facinerosos; cuiden los Obispos y otros su- Sena de Valladolid; por su parte, el convento feme-
periores, si les pareciere conveniente, de que se tras- nino vallisoletano fue una de las ramas del conven-
laden las monjas desde ellos á otros monasterios nue- to de Santa Catarina de Sena de Puebla. Identificada
vos ó antiguos, que estén dentro de las ciudades, ó esta relación entre los conventos de Puebla y Pátz-
lugares bien poblados; invocando tambien para esto, cuaro, aunado al problema de acceder a la Regla y
si fuese necesario el ausilio del brazo secular […].3 las constituciones del convento de Nuestra Señora de la
Salud, se han consultado la Regla y constituciones de
Instrucciones de Carlos Borromeo (1577)4 los conventos de Santa Catarina de Sena y Santa Inés
de Monte Policiano de Puebla.7
Las Instrucciones de la fábrica y del ajuar eclesiásticos
de Carlos Borromeo, a decir de Paola Barocchi tu-
5 Ibidem, p. X.
6 Ibidem, p. 91.
2 El Sacrosanto y Ecuménico Concilio de Trento, trad. al castellano 7 Regla y Constituciones que han de guardar las religiosas de los
por don Ignacio López de Ayala, con el texto latino corregido se- conventos de Santa Catarina de Sena, y Santa Inés de Monte Policia-
gún la ed. auténtica de Roma publicada en 1564, Barcelona, Im- no de la ciudad de los Ángeles, reimpr. en el Seminario Palafoxia-
prenta de Don Ramón Martín Indár, Calle de la Platería, núm. no de dicha ciudad, 1773. Regla del glorioso doctor de la Iglesia N.
58, 1847. G. P. S. Agustín, que han de guardar las religiosas de los conventos de
3 Ibidem, p. 338. Santa Catarina de Sena, Santa Inés de Monte Policiano, de la orden
4 Carlos Borromeo, Instrucciones de la fábrica y del ajuar eclesiás- de N. P. Santo Domingo, establecidos en esta ciudad de Puebla de
ticos, 2a. ed., México, unam, 2010. los Ángeles…, 1789.
Santa María
Jesús María
de Gracia 4
(Guadalajara, 1772)
4
(Guadalajara, 1588)
Santa Inés
4
(Puebla, 1620)
Santa Rosa
(Puebla, 1676-1740) ORDEN DE MONJAS DOMINICAS EN NUEVA ESPAÑA
josefina muriel, conventos de monjas en la nueva españa,1946/1995.
En estos documentos se encuentra una serie de indi- jas; en particular le interesaba que se volviera a la
caciones de cómo debieron ser los conventos de monjas “vida común”.
dominicas de Puebla, y por ende suponemos que se de- Se inconformaba por la manera en que los votos de
bieron aplicar a la edificación del convento de Pátzcuaro. pobreza, castidad y obediencia se habían mitigado. En
Uno de los datos puntuales que se establecieron en lo arquitectónico la regla se había relajado a tal punto
la Regla, fue la medida que debían tener las celdas de que hasta se permitía edificar, comprar y vender cel-
las novicias, cuyas dimensiones eran de 3 ½ x 4 varas das, aspecto que iba en contra de la vida común.10
(3 x 3.5 m); se suponía que era un espacio suficiente Como se mencionó en un principio, estos son algu-
128 | para tener su cama y lo necesario para su uso.8 nos de los factores que incidieron en la edificación de
En relación con los trabajos de edificación, en el los monasterios novohispanos, y por ende en la del con-
Capítulo Quinto, “De la Clausura”, en el apartado 6 se vento de Pátzcuaro. Otro aspecto que condicionó la edi-
indicaba que los obreros y oficiales podrían entrar a ficación del convento femenino de Nuestra Señora de
la clausura con materiales para hacer las obras nece- la Salud, fue el haberse establecido sobre el sitio en que
sarias. Le correspondía a la priora y a las madres del se encontraba el hospital de indios de Santa Marta; por
consejo nombrar a dos religiosas ancianas para que lo tanto, no se comenzó desde los cimientos el conjunto
cuidaran el ingreso y la salida de los obreros.9 arquitectónico, sino que en algunas partes se adaptaron
los espacios existentes a las nuevas necesidades.
IV Concilio Provincial Mexicano
(13 de enero-26 de octubre de 1771) Hospital de Nuestra Señora de la Concepción
y Santa Marta de Pátzcuaro
Este concilio tuvo repercusiones en algunos con-
juntos urbano-arquitectónicos de monjas, producto El hospital de Nuestra Señora de la Concepción y
del enorme interés del arzobispo Francisco Anto- Santa Marta de Pátzcuaro fue fundado por don Vas-
nio Lorenzana por reformar los conventos de mon- co de Quiroga y, a decir de Josefina Muriel, fue una
8 Regla y Constituciones que han de guardar las religiosas de los 10Luisa Zahino Peñafort (comp.), El cardenal Lorenzana y el IV
conventos de Santa Catarina de Sena…, op. cit., p. 162. Concilio Provincial Mexicano, México, iij-unam (Serie C: Estudios
9 Ibidem, pp. 47-48. Históricos, 31), 1999.
tránsito, que corre para la dispensa, la que tiene como que está dentro de una pilastra por donde ha de que-
catorce varas de largo, pues tiene tanto largo, como an- dar la escalera, para el choro alto vuelto, al tránsito,
cho el de profundis, y Refectorio juntos. Vuelto otra al que se halla entre el de profundis y choro alto, vido,
tránsito, que está entre el choro bajo y de profundis, una escalera ó chaflán, que está a espaldas, del dicho
subió para el sur, y vido a su lado, y otro cinco piezas de profundis, refectorio, y cocina, y tiene dicha esca-
separadas serviles, para celdas, con un corral detrás, lera diez y nueve varas, y por ella se baja a un patio de
que se puede dividir, para dar soteguela, ó corral a cincuenta varas de largo, y cuarenta de ancho, y un
cada una de las dichas celdas, y detrás de la iglesia y chiflon que tiene una puerta para sacar basura, y cua-
camarín, ai un sitio que corre de oriente a poniente tro piezas baxas capaces de habitar, y de comunicarse,
que tendrá como treinta varas en que se pueden fabri- con la casa de dicho don Geronimo y en dicho patio
car celdas: ynmeditamente, entró a la sacristía, sigue hay un cercado de cal y canto con siete varas de alto:
una oficina, ópasadiso, que corresponde a la sacristía, el dicho patio linda por el sur, con unas casas conoci-
digo antesacristía exterior, y tiene un caxon por don- das por de la Moya y hoy pertenecen al convento, a el
de, se ha de administrar el vino y las ostias, y demás que se pueden agregar, tienen treinta varas de frente,
necesario y también tiene un confesionario; sigue la y veinte y ocho de centro y sino se quieren incluir al
sacristía, y un cuarto de predicadores, y contiguo al convento pueden servir para capellanes, mandaderos
dicho cuarto hay preparado sitio para una rexa, que se y otros sirvientes: y todas las expresadas oficinas, ex-
ha de fabricar = en la iglesia hay otro confesionario, cepto la sacristía exterior su antesacristía, y cuarto de
Las portadas ilustradas de las cuentas del convento de Nuestra Señora de la Encarna-
ción de la ciudad de México durante el siglo xviii son uno de tantos ejemplos del arte
de la acuarela y la caligrafía que engalanó múltiples documentos de los monacatos fe-
meninos. Arte menor que no deja de ser grandioso y que está en espera de su rescate
en numerosos repositorios novohispanos. En esta investigación, dicho arte enmarca
las finanzas del convento.
Palabras clave: portadas, libros, cuentas, caligrafía, ilustraciones, contadoras, mayordomos.
C
136 |
orre la antepenúltima década del siglo xviii; en la mitad del mundo conocido
reina su majestad Carlos III y en el virreinato novohispano lo representa su
excelencia don Antonio María de Bucareli y Ursúa, Henestrosa y Lasso de
la Vega. Bajo su mandato se ejecutarán grandes obras hidráulicas en el valle
de México, se inaugurarán y mejorarán hospitales y se expandirán, aún más,
los confines septentrionales de la Nueva España al fundarse San Francisco en la Alta Cali-
fornia, la última joya de la agotada potencia descubridora y conquistadora española.
En Europa, el barroco ha sido abandonado progresivamente, vencido por el movimiento
neoclásico, pero en las tierras americanas continúa en boga ese estilo artístico caprichoso,
recargado y a veces grandilocuente; por lo tanto, los artistas pintores decoran con paciencia
la letra capitular y pueblan la hoja con animales, flores y plantas de los más variados tipos;
sus trazos son limpios y fluidos, producto de una práctica de varios años.
El oficio de iluminador no es algo reciente en la ciudad de México; la tradición de gran-
des acuarelistas y creadores de capitulares se remonta a los Lagarto; don Luis, el patriarca
de la familia y natural de Sevilla, llegó a la Nueva España cuando contaba con 30 años hacia
1586, y su hijo Andrés, ya nacido en el Nuevo Mundo, continuó su oficio dando muestras
de una sorprendente maestría en el dibujo y el co- nes conocidos de la civilización, le daría el toque de
lorido. Después, a lo largo del resto del Virreinato, color necesario; terminó su obra y no la firmó; aún
habrá muchos iluminadores con diferentes grados sigue siendo considerado un oficio, un arte menor,
de talento que decorarán innumerables documen- y al no haber registro de dicho encargo, permanece-
tos oficiales de los monacatos femeninos: libros de rá anónimo para los siglos venideros.
coro, libros de profesiones,2 portadas de las consti- El grupo de documentos que se muestra en este
tuciones y hojas de contabilidad conventual, entre estudio fue hecho durante un periodo de 25 años
otros. (1772-1797); es muy probable que dos o tres ilumi-
En el caso que nos ocupa, el hábil iluminador nadores hayan sido los autores de la decoración de | 137
deslizó con maestría el fino pincel; su labor de deco- los mismos, no es difícil aventurar dicha conclusión
rar las portadas de las cuentas, con la descripción de tomando en cuenta lo largo del periodo y las dife-
las finanzas, le fue encargada por las religiosas del rencias estilísticas que se establecen entre las cuen-
convento de la Encarnación, de la muy noble y leal tas y portadas aquí recopiladas.3
ciudad de México. Su trabajo fue prácticamente mo- Los trabajos en sí presentan diferentes grados
nocromático; los pigmentos de vivos colores eran de complejidad; vamos desde los documentos pre-
onerosos y las religiosas no quisieron excederse en sentados en las figuras 2, 6, 10 y 11 que son de
los costos, pero, con algunos acentos de grana cochi- una calidad y riqueza notable, hasta la sencillez
nilla, ese producto maravilloso que desde el siglo xvi 3 Debemos mencionar que no sólo se ha localizado este tipo de
volvió famosa a la Nueva España, en todos los confi- portadas para el convento estudiado; basta hacer una revisión de
los catálogos de ilustraciones del Archivo General de la Nación
2 Concepción Amerlinck, nos ofrece un ejemplo de libros de (agn) para apreciar las portadas de cuentas de haciendas, cofra-
profesiones ilustrados profusamente con acuarelas: “La pintura días, conventos, etc. En 2004, como resultado del proyecto de
en los libros de profesiones de las concepcionistas novohispa- investigación SIP-IPN 20040297: Economía, cuentas e iconografía,
nas”, en La orden concepcionistas, actas del I congreso Internacio- en la Escuela Superior de Economía del ipn se llevó a cabo una
nal V centenario, 1489-1989, vol. II, León, Universidad de León, exposición en donde pudimos recrear la historia de la economía
1990, pp. 161-172; asimismo en el Archivo Histórico “José María de la época prehispánica a la actual a partir de la iconografía de
Basagoiti Noriega”, del Colegio de San Ignacio de Loyola, Vizcaí- portadas de contabilidades. Por otro lado la técnica de la acuare-
nas, podemos admirar los libros de cuentas de los colegios de la también fue usada para retratos y frescos, pero es el libro de
San Ignacio de Loyola y de Nuestra Señora de la Caridad engar- Guillermo Tovar de Teresa, op. cit., el que nos explica la impor-
zados bellamente por los pintores novohispanos; mencionamos tancia de este tipo de iluminación en documentos e impresos
sólo dos casos pero la lista de este tipo de arte sería interminable. durante los siglos xvi y xvii.
4 Fue el artista pintor Jorge Vallejo Murillo quien nos hizo notar 5“Remera, pluma de las alas de las aves”, disponible en http://
las diferencias entre un pincel y otro. Le damos las gracias por www.wordreference.com/definicion/remiges; consultado en
su apoyo. mayo de 2014.
| 141
El sostenimiento de un convento requería de fuertes Figura 4. carátula de la cuenta décima séptima, 1773. 31 x 21 cm. agn, bienes
nacionales, leg. 1278, caja 1676, exp. único.
sumas de dinero, ya que se tenía que pagar la alimen-
tación, el vestido y el calzado de las monjas; cubrir
los salarios de las sirvientas, del padre capellán, […] Ahora bien, desde la llegada de los españoles se
del médico, del boticario, del cirujano, del barbero y del usó el sistema de la partida doble, es decir, de cargo
administrador [o mayordomo], entre otros; mantener y data, ajustando el balance bajo el nombre de resul-
los edificios, solventar los gastos de celebración de tado, resolución, cuadrante o alcance. Actualmente
misas y del culto, así como costear los pleitos y los lo llamamos: cargo, abono y balance.14
litigios en los que constantemente estaban involucra- En lo que corresponde a cargo, en las cuentas se
dos los conventos (sobre todo por la administración anotó todo lo que el convento recibía y data; eran
de sus propiedades).13 todos los gastos del mismo. Tomando como ejemplo
la “Cuenta Décima Nona de gruesa, Arca de difun-
El corpus que tenemos consta de 12 cuentas que tas, y obras pías del Convento de Nuestra Señora de
abarcan del 1 de marzo de 1772 al 31 de diciembre la Encarnación, presentada por la Abadesa, y Con-
de 1797, tiempo en que fue contadora Micaela de la tadora de él. Que comprende el tiempo corrido des-
Santísima Trinidad, quien seguramente pagó las de tres de septiembre de 1776 hasta treinta y uno
ilustraciones de las cuentas.
14 Fue en el siglo xv cuando el fraile franciscano Luca Paccioli
13 Gisela von Wobeser, El crédito eclesiástico en la Nueva España, escribió en Italia el primer tratado de contabilidad llamado de
siglo xviii, México, unam, 1993, p. 51. partida doble.
a Nota que les envía el contador de la curia por el exceso de gasto en los entierros de las religiosas, a lo que se defienden continuando con
la costumbre de hacer exequias dignas a sus hermanas: “Que a cada religiosa que fallece se le hace su entierro con decencia, y moderación
religiosa, como es constante y a los nueve días se le hacen sus honras, todo lo que tiene de costos los ochenta y ocho pesos que ponemos.
Después se le hace un sufragio de cabo de año, que tiene de costo veinte pesos de que se deduce, que no es lo mismo. Honras, que cabo
de año. En lo antecedente el costo de música, honras, y cabo de año se hacían de los expolios de las señoras religiosas, que fallecían para lo
cual se vendían éstos; pero habiéndose servido el Exmo. Sr. Arzobispo Dr. Don Francisco Antonio de Lorenzana por su Superior Decreto de
veinte y dos de marzo de mil setecientos sesenta, y ocho, mandar que la comunidad haga los sufragios de sus hermanas de los intereses del
convento, con la moderación religiosa y arreglo a nuestras constituciones, en cumplimiento de este mandato, hemos cargado al convento el
costo de entierro, honras, y cabo de año, con lo que damos satisfacción a dicha nota, y para su constancia presentamos el expresado decreto
a fojas del libro de instrumentos de comprobación”.
Figura 6. carátula de la cuenta décima nona de gruesa de 1776. 31 x 21 cm. agn, bienes
nacionales, leg. 1278, caja 1676, exp. único.
Figura 8. ilustraciones de la cuenta décima nona del arca de difuntas de 1773, s.p.
146 |
Figura 10. portada de la cuenta vigésima primera, 1779. 31 x 21 cm. agn, bienes Figura 11. portada de la cuenta vigésima segunda, 1781. 31 x 21 cm. agn, 979/1941,
nacionales, leg. 1278, caja 1676, exp. único. bienes nacionales, leg. 1278, caja 1676, exp. único.
148 |
| 149
Figura 16. cuenta vigésima quinta, 1786. 31 x 21 cm. agn, bienes nacionales, leg. 1278, caja
1676, exp. único.
Figura 15. portada de la cuenta vigésima cuarta, 1785. 31 x 21 cm. agn, bienes
nacionales, leg. 1278, caja 1676, exp. único.
150 |
Figura 19. portada de la cuenta vigésima octava, 1798. 31 x 21 Figura 20. portada de la cuenta treinta, 1791. 31 x 21 cm. agn, Figura 21.
cm. agn, bienes nacionales, leg. 1278, caja 1676, exp. único. bienes nacionales, leg. 1278, caja 1676, exp. único.
L
as órdenes femeninas fueron instalándose en la Nueva España en la se-
gunda mitad del siglo xvi: las concepcionistas (1540), las clarisas (1570), las
jerónimas (1585), las agustinas de San Lorenzo (1582),1 las dominicas de
Santa Catalina de Siena (de la Orden de Predicadores, 1583),2 las carme- | 151
litas (1604, en Puebla), la orden del Salvador (de Santa Brígida, 1735) y la
Compañía de María, con la función clara de enseñanza (1754).3
Así pues, se fueron consolidando las diferentes congregaciones religiosas femeninas en el
Nuevo Mundo, principalmente en la ciudad de México, pero también en las otras ciudades im-
portantes del reino: Puebla, Oaxaca, Guadalajara, Querétaro, San Miguel el Grande, Valladolid.4
Al paso del tiempo, el crecimiento y el auge de distintas poblaciones fue dando pie a
nuevas fundaciones conventuales que respondieran a la creciente demanda en las diversas
regiones de la Nueva España.
Las fronteras del reino de la Nueva Galicia fueron avanzando hacia las regiones del
norte, donde se irían estableciendo misiones y presidios, y luego reales de minas y po-
* Universidad de Guadalajara.
1 De donde se expandirían hacia los conventos de Santa Mónica de Puebla (1688), Nuestra Señora de la Soledad
en Oaxaca (1697) y Santa Mónica de Guadalajara (1720).
2 De ahí se desprenden Santa María de Gracia (1588) y Jesús María (1722) en Guadalajara.
3 Josefina Muriel, Conventos de monjas en la Nueva España, México, Santiago, 1946, pp. 21-450.
4 Además de la pionera Josefina Muriel, los conventos de monjas han sido estudiados en sus diferentes aspec-
tos por Asunción Lavrin, Concepción Amerlinck, Rosalva Loreto, Manuel Ramos Medina, Margaret Chowning
y Antonio Rubial, entre otros. Acerca de beaterios y conventos, véase Carmen Castañeda, “Relaciones entre
beaterios, colegios y conventos femeninos en Guadalajara”, en Manuel Ramos (coord.), El monacato femenino en
el imperio español, Memoria del II Congreso Internacional, Homenaje a Josefina Muriel, México, Condumex, 1995,
pp. 455-475.
una rama femenina.12 Por ello, cuando se tenía la do de la Compañía de Jesús. Tras sus estudios y
iniciativa para la promoción de alguna congregación gracias a su talento fue enviado a Guadalajara para
de mujeres, ésta se encaminaba para ser dirigida por ocuparse de la recién fundada cátedra de filosofía
alguna orden que sí tuviera religiosas, y los jesuitas en el colegio de la Compañía, del cual fue rector
quedaban como consejeros, confesores o capellanes, durante muchos años. Pimentel tenía, según la
pero los conventos estaban adscritos a alguna otra or- carta de edificación y los testimonios de quienes le
den religiosa y dependían de los obispos. conocieron, un especial don para el confesionario,
Uno de los jesuitas de la época que más empeño para hablar con los fieles y para hacer que éstos le
puso en las fundaciones religiosas femeninas fue adoptaran como director espiritual.
Feliciano Pimentel.13 Nacido en la ciudad de San
perteneció a las monjas de Santa Mónica, se encuentra en el Ar-
Luis Potosí, a la edad de 14 años entró al novicia- chivo Histórico de la Arquidiócesis de Guadalajara (ahag) y fue
12 En la Compañía de Jesús no estuvieron contempladas las transcrita por Felipe Badillo para el Boletín Eclesiástico, publicado
fundaciones femeninas desde la época de san Ignacio de Loyo- en línea. “Carta de edificación del R. P. Feliciano Pimentel, S.I.
la; sólo se conoce el caso de doña Juana de Austria, hermana del Fundador del convento de Santa Mónica de Guadalajara”, en Bo-
rey Felipe II, muy cercana a Loyola, quien fue recibida como letín Eclesiástico, Arquidiócesis de Guadalajara, diciembre de 2008;
jesuita bajo un nombre masculino por su gran deseo de perte- disponible en http://65.99.205.90/~arqui/eclesiastico/2008/12/
necer a la Compañía de Jesús. Véase Antonio Villacorta Baños, carta-de-edificacion-del-r-p-feliciano-pimentel-si-fundador-del-con-
La jesuita Juana de Austria, Barcelona, Ariel, 2005. vento-de-santa-monica-de-guadalajara/; consultado el 30 de abril
13 La copia de la carta de edificación del padre Pimentel, que de 2009.
| 159
pasar á otra formalidad alguna, hasta tanto que por
S.S. Illma. otra cosa se mande”.35
Después de esto y según las órdenes del prelado,
pasó el secretario Manuel González y Rojas, acom-
pañado de los dos sacerdotes y del brigadier José de
Mascareñas, a reconocer toda la casa.36 Se lee así
en el acta del secretario de cámara del arzobispado:
160 |
Figura 9. detalle del claustro de Los ángeles.
pezando desde la primera puerta que cae á la calle, En el lienzo del claustro dicho del lado Norte al Sur
hay, lo primero, una pieza que sirve de portería exte- está una escalera toda de piedra que sube al claustro
rior, y a un lado de ella está el torno en la forma que alto, correspondiente de todo, al de abajo […].
se acostumbra en los conventos religiosos; y al otro […] en la medianía de los dos claustros que van
lado de la misma pieza se haya otra pieza moderada, de Norte a Sur […] corre un tráncito muy espacioso
y en ella una reja de madera, y de la parte de adentro […] cuyas ventanas caen al segundo patio, que es el
otra reja también de madera […].37 primero y principal que está junto a la Iglesia […].
[El claustro principal] tiene ocho arcos á la banda
Hace el secretario una descripción muy deta- de Oriente y poniente, y de Norte á Sur, siete: a la
| 161
llada de cada uno de los espacios del convento, ya banda del Norte cae la capilla.38
que menciona una a una todas las habitaciones, los
pasillos, patios, escaleras, ventanas, hornos, árboles, Asimismo, se pasó revista de la capilla del novi-
pilas, arcadas, salas, comedores, claustros, cocina, ciado, sus claustros, la pila de agua y finalmente se
torno, locutorio, enfermería, etcétera: menciona “el sitio de la iglesia principal, que se ha de
hacer y se halla principiada, y también el sitio de la
Inmediatamente se halla el patio del Noviciado, sacristía, que todo es muy capaz, y enfrente de esto
con un jardincito en el medio, claustro alrededor, cae la casa, que es muy decente, para el capellán”.39
de dos lienzos en perfección […] un patio inme- Tras esta visita se consideró que el edificio cons-
diato con algunos árboles y pila corriente […] a un truido por el padre Pimentel era adecuado para los
lado del propio patio están tres hornos cubiertos fines de un convento y que tenía las capacidades
de techado […] se sigue la cocina de las enfermas necesarias para albergar una comunidad de religio-
[…] luego se pasa a un claustro que de la parte de sas según lo aconsejado en la época y en las consti-
Oriente y de Poniente, consta de nueve arcos por tuciones de las órdenes (figura 13).40
banda, y de la de Norte y de Sur, tiene siete ar-
38 Ibidem, pp. 7-8.
cos por banda: en medio de este claustro está un 39 Ibidem, p. 9.
jardín, y en él una pila muy vistosa con agua co- 40 Este plano fue localizado en el ahg; no tiene fecha, pero
rriente […]. parece haber sido elaborado hacia finales del siglo xix, quizá para
dejar constancia de la construcción antes de demoler el edificio
37 Idem. para levantar ahí el nuevo seminario.
43 ahag, Auto de nombramiento, firmado por el obispo de Pue- 44 Matías de la Mota Padilla, op. cit., p. 439.
bla don Pedro Nogales y Dávila, Sección Gobierno, Religiosas 45 Idem.
agustinas, caja 1. 46 ahag, Informe de las monjas al provisor…, doc. cit.
| 167
S
obre la base del análisis de fuentes arqueológicas y documentales es posible re-
construir la distribución arquitectónica de los conventos de monjas de la ciudad
de México y comprobar que, más allá de sus diferencias específicas, algunos
de ellos respondieron a una estructura en la que se identifican dos áreas for-
malmente diferenciadas: un núcleo, que reunió los espacios destinados a la
vida común, y una extensa zona integrada por la adición sucesiva de “celdas” organizadas
como verdaderos espacios habitacionales. Por ejemplo, el convento de San Jerónimo, fun-
dado en 1585 a partir de la adaptación de una finca suburbana ubicada en el extremo sur
de la traza, tomó forma en la medida que su comunidad crecía. De manera general, es
posible reconocer en su estructura rectangular el “núcleo del convento”, ubicado sobre el
perímetro norte-oriente de la manzana, compuesto por el templo y los espacios de uso
“[…] por la mala vida que su marido le daba […]”. las celdas y las tribulaciones de la vida femenina a principios del siglo xviii
figura 2. plano esquemático del convento de Jesús maría antes de la exclaustración. archivo
fotográfico de la coordinación nacional de monumentos históricos. publicado por nuria
salazar simarro, “arquitectura elitista en un conjunto conventual femenino”, en Historias,
núm. 38, méxico, inah, 1997, pp. 55-67.
“[…] por la mala vida que su marido le daba […]”. las celdas y las tribulaciones de la vida femenina a principios del siglo xviii
figura 6. planta de la celda [xv], patio poniente (ca. siglo xviii). plano publicado por ramón
carrasco vargas, Arqueología y arquitectura en el ex convento de San Jerónimo, méxico,
inah, 1990.
figura 5. planta del patio poniente (entre finales del siglo xvii y finales del xviii), con la
172 | identificación de celdas. a partir del plano publicado por daniel Juárez cossío, El convento hermanas profesas.10 En consecuencia, puede con-
de San Jerónimo. Un ejemplo de arqueología histórica, méxico, inah, 1989.
jeturarse que contó con habitaciones y dependen-
cias de suficiente amplitud. Además, los registros co-
tas, con cinco amplias habitaciones y un jardín con rrespondientes a finales del siglo xvii y principios del
su fuente8 (figuras 5 y 6). xviii demuestran que en San Lorenzo los valores de
La construcción de celdas, con tamaños y carac- las celdas oscilaron entre los 80 y los 1,500 pesos.11
terísticas variables, fue también una constante en el De manera análoga a San Jerónimo, las variaciones
convento de San Lorenzo. En primera instancia, ha- en los montos dependieron del tamaño, distribución
cia 1598 la fundadora de la comunidad, sor Marina y estado de conservación de las viviendas.12
de Jesús —Marina de Mendoza en el siglo— había
10 La fundadora, hija de María de Mendoza y Juan de Zaldívar,
hecho construir una no muy modesta celda, cuyo
convivió con al menos dos hermanas y una tía. Entre finales del
costo total fue de 1,000 pesos.9 Es probable que esta siglo xvi y principios del xvii, durante cuatro generaciones, 11
vivienda fuera compartida, al menos, con dos de sus mujeres pertenecientes a este linaje profesaron en San Loren-
zo; Alicia Bazarte Martínez, Enrique Tovar Esquivel y Martha A.
8 Daniel Juárez Cossío, El convento de San Jerónimo. Un ejem- Tronco Rosas, op. cit., pp. 5-10 y 35.
plo de arqueología histórica, México, inah, 1989, pp. 125-126. Cfr. 11 Ibidem, pp. 125-127.
Cristina Elena Ratto Cerrichio, op. cit., pp. 137-138. 12 En el convento de San Jerónimo, la documentación que co-
9 Archivo Histórico de las Jerónimas de la Adoración (Madrid), rresponde al mismo periodo revela sumas parecidas. Sin embar-
Libro de los principales, f. 13v, apud Enrique Tovar Esquivel, Es- go, es importante considerar que, a mediados del siglo xvii, dos
pacios trastocados…, op. cit., pp. 57-58; Alicia Bazarte Martínez, En- celdas en ese convento alcanzaron las extraordinarias cifras de
rique Tovar Esquivel y Martha A. Tronco Rosas, op. cit., pp. 10-25. 4,000 y 10,000 pesos. agn, Templos y conventos, vol. 148, exp. 77,
Cristina Elena Ratto Cerrichio, op. cit., pp. 216-219. fs. 859 y 863; Cristina Elena Ratto Cerrichio, op. cit., pp. 425-429.
“[…] por la mala vida que su marido le daba […]”. las celdas y las tribulaciones de la vida femenina a principios del siglo xviii
Asimismo, por ejemplo, las constituciones dadas en más, durante el siglo xvii las celdas, y en cierta me-
1580 por el arzobispo Pedro Moya de Contreras a la dida la presencia de mujeres seglares, fueron acep-
comunidad de monjas de Jesús María, recién fun- tadas, más o menos tácitamente, por las autoridades
dada, buscaron regular de manera precisa la admi- eclesiásticas y admitidas en la prédica pastoral. Por
sión de seglares.15 Las reglas y constituciones de las ejemplo, Antonio Núñez de Miranda, el riguroso
comunidades de San Jerónimo y San Lorenzo tam- jesuita confesor de monjas y autor de numerosos
bién pusieron igual cuidado en este punto.16 Aún escritos destinados a la cura monialum, no censu-
ha de incurrir por solo el hecho; a no tener licencia por escrito ró la existencia de estos espacios en la Distribución
del Obispo o superior. Mas este o el Obispo sólo la deben dar en de las obras ordinarias, y extraordinarias del día.17 El
casos necesarios; ni otra persona la pueda dar de modo alguno,
aun en vigor de cualquier facultad, o indulto concedido hasta propósito de este texto preceptivo fue ordenar las
ahora, o que en adelante se conceda”; El Sacrosanto y Ecuménico actividades cotidianas de las monjas como una for-
Concilio de Trento, trad. de Ignacio López de Ayala, con el texto
ma de ejercicio virtuoso, de manera que cada tarea
latino según la edición de Roma de 1564, Madrid, Ramón Ruiz,
1798, Sesión XXV, Los religiosos y las monjas, cap. V. En 1585, de la rutina diaria estuvo vinculada con cada una de
el Tercer Concilio Provincial Mexicano reafirmó la exclusión de las virtudes que debía cultivar una monja. De un
personas ajenas a la comunidad y fue mucho más explícito en
el tema del ingreso y permanencia de niñas: “En cuanto a la
modo preciso, en su doctrina pastoral los ideales
clausura, reflexionen los obispos o cualesquiera otros superio- de la vida religiosa fueron insertados en un edificio
res, que no deben conceder licencia para que salga una monja real. La disciplina propiciada por Núñez de Miranda
de clausura si no es en caso de lepra, de epidemia, o de algún
incendio grande, de conformidad con lo que dispone la constitu- no sólo se dirigió a las técnicas de la introspección
ción del señor Pío V, de feliz memoria. No se permita a persona religiosas; también buscó controlar el tiempo libre
alguna el ingreso o el acceso a los monasterios, sin licencia por
que quedaba tras cumplir con la oración y la asis-
escrito del obispo, fundada en una causa racional y cierta, con
arreglo a la constitución del señor Bonifacio VIII, que comienza: tencia al coro. En particular, instó a erradicar todas
174 |
Periculoso, y que renovó el sacrosanto Concilio de Trento. Tam- las formas del ocio a través de la práctica de distin-
bién se previene a las superioras, vicarias y abadesas o preladas
de los monasterios, que, bajo ningún pretexto, consientan que
tas labores manuales. Señaló que para dedicarse a
entre niños o niñas pequeñas. Y en caso de contravención, se ellas, después de prima y de la misa comunitaria,
ordena a los prelados que en conciencia corrijan cualquier exce- las religiosas, de acuerdo con las características de
so o descuido que en este punto adviertan en las abadesas o en
las monjas, imponiéndoles aun la pena de suspensión de oficio cada comunidad, podrían reunirse en la sala de la-
(si fuere necesario)”. Tercer Concilio Provincial Mexicano, Libro bor o cada religiosa en su “celda, con las personas
3, Tít. XIII, § II; María del Pilar Martínez López-Cano (coord.),
de su cargo”. Se deduce entonces que no consideró
Concilios provinciales mexicanos. Época colonial, México, iih-unam,
2004, p. 180.
15 “[…] prohibimos que no se admitan cuarentonas ni viudas, si 17 Antonio Núñez de Miranda, Distribución de las obras ordina-
no fuere con gran consideración y evidente beneficio e utilidad rias, y extraordinarias del día, para hazerlas perfectamente, confor-
de la casa a juicio del prelado, y mestizas de ninguna suerte”; me al estado de las Señoras Religiosas. Instruidas con doze maximas
Francisco del Paso y Troncoso, Epistolario de Nueva España, t. substanciales, para la vida Regular, y Espiritual que deben seguir.
XII (1576-1596), México, Antigua Librería Robredo, 1940, p. 71. Dispuesta por el R. P. M. Antonio Núñez de Miranda, de la Sagrada
16 De manera específica, las constituciones XXXIX y XXXX re- Compañia de Jesus, Prefecto que fue de la Illustre Congregacion de la
gularon el ingreso de personas ajenas a la clausura, y explícita- Purissima, Sale a la luz a solicitud, y expensas de las Señoras Religio-
mente pusieron como condición necesaria para la admisión de sas del Convento Real de Jesus Maria. Quienes la dedican a Christo
las “donadas” la licencia de la autoridad superior; Regla y Cons- Señor N[uestr]o Sacramentado, México, Viuda de Miguel Ribera
tituciones que por autoridad apostolica deven observar las religiosas Calderón, 1712. Esta obra fue publicada póstumamente en 1712,
del Orden de S. Jerónimo, en esta ciudad de Mexico, México, Here- aunque se supone que tuvo una primera edición alrededor de
deros de la viuda de Bernardo Calderón, 1702; Regla y constitucio- 1680. Cfr. Antonio Alatorre, “La carta de Sor Juana al P. Núñez
nes que por autoridad apostolica deben observar las religiosas jero- (1682)”, en Nueva Revista de Filología Hispánica, t. XXXV, núm.
nimas del convento de San Lorenzo de la ciudad de Mexico, México, 2, 1987, pp. 605-607, y n. 35; María Dolores Bravo Arriaga, El dis-
Herederos de la viuda de Francisco Lupercio, 1707. curso de la espiritualidad dirigida, México, unam, 2001, pp. 89-123.
ciliares buscaron restringir al máximo la perma- monjil”, en María del Consuelo Maquívar Maquívar (coord.), La
América abundante de Sor Juana Museo Nacional del Virreinato,
nencia de mujeres seglares dentro de las clausuras
México, inah, 1995, pp. 161-188.
—fueran niñas, casadas o viudas— y las reglas lo 21 José de Lanciego y Eguilaz se desempeñó al frente del ar-
controlaron expresamente, en la práctica la convi- zobispado de México entre 1712 y 1728. Su gestión estuvo di-
rectamente marcada por los cambios que, en cuanto a la po-
vencia entre unas y otras fue frecuente en la medi- lítica eclesiástica, decidió implementar Felipe V. En particular,
da que existió una demanda más o menos implícita. sus acciones se dirigieron al fortalecimiento de la autoridad del
Es decir, este tipo de celdas propició ciertos usos, clero secular sobre las órdenes religiosas. En este contexto, sus
intereses reformadores se enfocaron tanto hacia cuestiones ad-
tanto como algunas funciones y circunstancias de- ministrativas como disciplinares. Recientemente se ha llamado
mandaron su existencia. Las celdas funcionaron la atención sobre las medidas relacionadas con los jueces ecle-
siásticos, la distribución de los curatos y los intentos encami-
como ámbitos domésticos y privados, conservaron
nados hacia la secularización de las doctrinas; Rodolfo Aguirre
en muchos casos los vínculos de consanguinidad de Salvador, “José Lanciego, arzobispo de México, y el clero regular
las monjas y permitieron el surgimiento de círculos durante la transición eclesiástica del reinado de Felipe V, 1712-
1728”, en Fronteras de la historia, vol. 17-2, 2012, pp. 75-101. Sin
embargo, los aspectos de su gobierno involucrados con los con-
18 Antonio Núñez de Miranda, op. cit., fs. 39-42. ventos de monjas no han sido contemplados todavía.
“[…] por la mala vida que su marido le daba […]”. las celdas y las tribulaciones de la vida femenina a principios del siglo xviii
resultado de la visita episcopal —la que sería nece- con quiénes vivían en la clausura y cómo se mante-
sario examinar más detenidamente—, insistió en la nían. Por último, entre el 26 y el 31 de agosto el no-
mayor observancia de las reglas y constituciones, tario recorrió los conventos, interrogó a las prioras y
llamó la atención sobre la presencia de seglares en dejó constancia de sus declaraciones. Poco después
las clausuras y redactó una carta pastoral que se el arzobispo inició una campaña de expulsión de las
centró en el ejercicio de la oración como eje de la mujeres casadas y viudas. Con el fin de no dejarlas
vida de una monja.22 En ella, con una fuerte inten- en el desamparo tenía proyectado crear un recogi-
ción didáctica y preceptiva, citó la Cartilla de la doc- miento para ellas; de manera expresa, buscó que las
trina religiosa del padre Antonio Núñez de Miranda religiosas y las seglares tuvieran “mayor encierro” y
como un compendio de las obligaciones del estado “muchas menos distracciones”.25
religioso.23 De las cartas enviadas por las preladas y de sus
Dentro de estas circunstancias, durante 1715 testimonios ante el notario surgen las historias de
dispuso que cada una de las preladas bajo su juris- 12 mujeres de distinta calidad y condición social,
dicción informara con detalle sobre la presencia de que sólo tuvieron en común tres circunstancias: un
mujeres casadas dentro de las clausuras.24 Resul- matrimonio desafortunado, la posibilidad de contar
ta fácil conjeturar que la disposición fuera una de con una monja que las recibiera y los vínculos ne-
las primeras acciones tendientes a poner en orden cesarios para obtener la licencia que les permitiera
algunos aspectos administrativos y disciplinares ingresar a la clausura. Nueve de las 12 mujeres re-
en su arquidiócesis. Así, en primera instancia, es cluidas fueron españolas, dos mulatas y sólo hubo
probable que entre finales de junio y principios de una indígena. Puede deducirse que cuatro de las
julio de aquel año el arzobispo, a través de su secre- españolas pertenecieron a los estamentos más al-
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tario José de Ansoain y los Arcos, inquiriera a las tos de la sociedad virreinal y estuvieron vinculadas
monjas mediante correspondencia. Cada una de las a las familias de los grandes mercaderes —incluso
preladas respondió al requerimiento durante julio, pudieron tener nexos con la nobleza—. Entretan-
de tal forma que hacia final de mes las autoridades to, las otras cinco parecen ser de recursos medios
tuvieron una imagen más o menos precisa de la si- o bajos, casadas con artesanos o con hombres sin
tuación. Pocos días más tarde, el 9 de agosto, el ar- posición. Finalmente, las dos mulatas y la indígena
zobispo giró un auto a las religiosas mediante el que habían entrado en la clausura como criadas al ser-
las obligó a declarar con toda precisión, ante notario vicio de una monja o como mozas de comunidad.
y bajo pena de obediencia, los nombres y la calidad Sin embargo, pese a la diferencia de condición, para
de las mujeres casadas que había en los conventos. todas ellas el convento fue un refugio; tal y como
En igual medida debieron informar quiénes eran los testimonios revelan: unas habían ingresado a la
sus maridos, su paradero, las causas de la reclusión, clausura “por la mala vida que sus maridos les da-
22 Joseph de Lanciego y Eguilaz, Carta pastoral, que el Ilustrissi- ban”, otras habían encontrado en el convento la pro-
mo, y Rmo. Señor Maestro D. Fray Joseph de Lanciego, y Eguilaz, tección frente al abandono deliberado. Prueba de
Arzobispo de Mexico… escribe a sus amadas hijas las religiosas de ello es que la mayoría había permanecido durante
toda su filiación, México, Herederos de la viuda de Miguel de
Ribera, 1716.
23 Antonio Núñez de Miranda, Cartilla de la doctrina religiosa…, 25 Pilar Gonzalbo Aizpuru, Mujeres en la Nueva España. Educa-
México, Viuda de Bernardo Calderón, 1680. ción y vida cotidiana, México, El Colegio de México, 1987, pp.
24 agn, Bienes Nacionales, vol. 439, exp. 3, s.f. Véase el “Apéndi- 241-242; Carta del Consejo de Indias al arzobispo de México, 13
ce documental”. de abril de 1722, Colección Cuevas, obispos, vol. 46.
“[…] por la mala vida que su marido le daba […]”. las celdas y las tribulaciones de la vida femenina a principios del siglo xviii
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Tabla 1. Mujeres casadas en los conventos de monjas de la ciudad de México
Convento Monja Nombre Marido Paradero Causa Tirmpo Recursos
La Concepción. Juana Dominga Juana Ventura de Pedro Domínguez, Desconocido; se No existe causa formal; se 5 años y Hace trabajos de costura;
de San Miguel. Páez, española. español. supone que está en supone un disgusto matri- medio. el marido sólo la mantuvo
Zimapán. monial. durante el primer año.
Juana de Santa Francisca de Orduña, Juan Fis de Leiva, Desconocida. 16 años. Trabaja como criada de
Catarina. mulata. mestizo, sastre, veci- Desconocido. la monja que la recibe;
no de la ciudad. al principio su marido la
mantenía.
Catarina de San Rosalía de San José, Un indio escultor. Se crió en el convento de 12 años. Trabaja como criada de la
José. india. Desconocido. donde salió para casarse; monja que la recibe.
regresó un años después del
matrimonio.
Nuestra Señora No se menciona. Juana de Salazar, Manuel Frontoria. Vive en Perú. Desconocida; había estado 2 meses. Vive de la venta de sus
de Balbanera. española. en el convento antes del pertenencias.
matrimonio.
Clara del Santísi- Gertrudis Núñez de Antonio de Espi- Desconocido; posible- Ingresó a la clausura porque 6 años. Hace trabajos de costura y
mo Sacramento. Arteaga, española. nosa. mente vive fuera de la su marido había dejado la la mantiene su hermana, la
ciudad. ciudad en busca de fortuna. madre Clara del Santísimo
Sacramento.
Jesús María. Leonor de San María Teresa de Manuel de la Cruz. Vive en su hacienda de Recién casada su marido la 16 años. Se mantiene del arrenda-
Jerónimo. Alcocer, española. Michoacán. dejó en el convento. miento de una hacienda de
su propiedad; vive con su
hermana, Leonor de San
Jerónimo.
No se menciona. Juana de la Rosa, José Gelacio, mulato Desconocido. Ingresa a la clausura por la 8o9 Trabaja como moza con-
mulata. de Puebla. mala vida que su marido le años. ventual.
daba.
San Bernardo. No se menciona. Josefa Gallo, Pedro de Meneses. Desconocido. Fue abandonada por su 4 años. Se mantiene con la venta de
española. marido. sus alhajas.
San Jerónimo. No se menciona. María Pasalle, Capitán Esteban Vive en la ciudad de Según un testimonio, su 18 años. Su marido le pasa 50 pesos
española. Colunga. México en la calle de la marido asesinó a alguien en al mes.
Compañía de Jesús. su casa; por este motivo se
refugió en el convento.
Regina Coeli. No se menciona. Ángela Ramiro de José de Alvarran, ca- Vecino de la ciudad. Ingresa a la clausura por la 5o6 Vive de la venta de sus per-
Vargas, española. ballero de la Orden mala vida que su marido años. tenencias; está en calidad
“[…] por la mala vida que su marido le daba […]”. las celdas y las tribulaciones de la vida femenina a principios del siglo xviii
restitución completa de su dote —que ascendía a la de haber presenciado cómo su esposo cometía un
cuantiosa suma de 40,000 pesos—; además reclamó asesinato en la residencia conyugal.
1,000 pesos para su manutención y para cubrir los Sin embargo, estas historias registradas en 1715
gastos de la litis.34 Sin embargo, y a pesar de la en- no resultan completamente excepcionales. Por una
tereza con que parece haber enfrentado su destino, parte, en 1684 la comunidad de San Bernardo, tras
uno de los testigos afirmó que “[…] sabe que desde el trámite correspondiente, había acogido a Josefa
que se casso a vivido con grandes mortificaciones de la Cruz, quien temiendo por su vida huía de los
por el rigido del natural de dicho don Joseph que maltratos reiterados de su esposo. Respaldada por
aun estando como esta en el convento aun no le la priora dirigió una carta al arzobispo en la que so-
parese estar segura porque nombrandoselo se so- licitó permiso para vivir con su hermana monja.36
bresalta […]”.35 Por otra parte, en el convento de San Jerónimo tam-
Situaciones parecidas a las de doña Teresa y doña bién se registraron otros casos singulares: durante
Ángela se replicaron en estamentos medios y bajos. el siglo xvii en él profesaron votos completos una
Gertrudis Nuñez de Arteaga vivía junto con su her- mujer casada y dos viudas. A diferencia de las an-
mana, la madre Clara del Santísimo Sacramento, teriores, ellas no entraron al convento como segla-
profesa en el convento de Nuestra Señora de Balba- res, sino que se incorporaron a la comunidad como
nera. Tal vez ambas compartieran una celda modes- monjas de velo y coro. De acuerdo con el libro de
ta y, según el testimonio notarial, la señora ganaba profesiones, en 1603 Mariana de Santa Cecilia, poco
su sustento mediante trabajos de costura. Su marido después de su matrimonio, había “abandonado el
había dejado la ciudad, seis años atrás, en busca tálamo” para convertirse en monja.37 Décadas más
de fortuna, sin que desde entonces nadie supiera de tarde, en 1624, Luisa de Santa Ana —viuda, hija de
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él. Por otra parte, Nicolasa de Saravia permanecía Damián de Za y Ana Gómez Tameris— profesó in
en Regina Coeli desde 1710. Casada con Francisco articulo mortis.38 Finalmente, Ana de la Gasca, viu-
de Elorriaga, acusado de maltratos y desterrado en da del doctor Miguel Caballero, médico, profesó en
San Juan de Ulúa, vivía quizá con alguna religiosa 1696 a la edad de 29 años.39 Hija de Juan de la Gasca
vinculada a su familia, gracias a los buenos oficios
y la asistencia material de su hermano, fray José 36 agn, Templos y conventos, caja 6226, exp. 91.
37 Biblioteca de la Universidad de Texas, Colección Nettie Lee
de Saravia. Otro tanto sucedía con Josefa Gallo; su
Benson, Libro de professiones y elecciones de prioras y vicarias
marido —Pedro Meneses— la había abandonado en del Convento de San Gerónimo, f. 92v. Mariana de Santa Cecilia,
San Bernardo y se mantenía gracias a la venta de hija de Juan López Tamaris y Luisa Desa, profesó en San Jeró-
nimo en 1603 y murió en 1652. De acuerdo con la anotación
sus alhajas. De manera semejante, al escapar de dis- anexa, “esta religiosa habiendose desposado se huyó del tálamo
tintas formas de violencia doméstica, María Pasalle y vino a ser monja”.
38 Ibidem, f. 117v. De acuerdo con la anotación anexa “murio
fue recibida en San Jerónimo. Casada con el capi-
la susodicha el mismo dia que profeso esta era viuda y alla en
tán Esteban Colunga, un mercader de la ciudad de su cama quiso ser monxa pidio la profesion y dieronsela en la
México, encontró amparo en la clausura, después cama; y muerta vino a enterrarse al coro vaxo con las demas
monjas y traxo los tres mill pesos de su dote y ciem pesos para su
34 Del total de la dote y arras, se habían entregado 8,000 pesos entierro, esta es madre de la madre Mariana de Santa Cecilia la
en reales; el resto fue cubierto con joyas, perlas, platería, vesti- que se huyo del talamo abiendose desposado y dexo a su esposo
dos, esclavos, menaje de casa y el capital de una tienda de sedas; y se entro monja en este convento”.
de todo ello la parte acusadora pedía restitución. agn, Civil, vol. 39 Ibidem, f. 197f. agn, Bienes Nacionales, vol. 130, exp. 45, Sobre
249, exp. 1, f. 3. el hábito de bendición que pretende recibir Ana de la Gasca Hi-
35 agn, Civil, vol. 249, exp. 1, f. 20f. dalgo, viuda del doctor Miguel Caballero, médico (1695).
“[…] por la mala vida que su marido le daba […]”. las celdas y las tribulaciones de la vida femenina a principios del siglo xviii
de la cultura y la vida cotidiana. Los edificios se con- encarnacion [al margen]
vierten —al igual que otras expresiones de la cultu- en la ciudad de mexico en veinte y seis dias del mes de
ra— en objetos de estudio que es necesario interpre- agosto de mil setecientos y quince años yo el notario es-
tar a la luz de las fuentes tradicionales de la historia. tando en uno de los loqutorios del sagrado convento de
religiosas de nuestra señora de la encarnacion //f.
Apéndice documental42 v// de esta dicha ciudad notifique el auto de esta foxa
como en el se contiene y para el efecto que expressa
1. auto del arzobispo y respuesta a la reverenda madre Josepha de la encarnacion aba-
de las abadesas y prioras desa de el en su persona que entendida de su efecto
—dijo que en la clausura de este dicho convento no se
//f. f// autto [al margen] halla ninguna muger cassada por cuya causa no tiene
en la ciudad de mexico en nueve dias del mes de que declarar y esto respondio y firmo de que doi fee.
agosto de mill setezientos y quinze años el ylusttrisimo Josepha de la encarnacion abbadesa [rúbrica]
y reverendisimo señor maestro don fray Joseph de bernardo nuñez de Zúñiga nottario [rúbrica]
lanciego y eguilaz monge del gran patriarcha señor
san benito arzobispo de la santa yglesia metropoli- san lorenzo [al margen]
tana desta ciudad y su arzobispado del consejo de en la ciudad de mexico en veinte y seis dias del mes
su magestad etcetera mi señor —dixo que por quanto de agosto de mil setecientos y quinze años estando en
convenia saber el numero de mugeres casadas que po- uno de los loqutorios del sagrado convento de san
dia haver en los conventos suxetos a la jurisdiccion de lorenzo de esta ciudad yo el notario notifique el auto
su señoria ylusttrisima para que cerciorado de ello pro- de esta foxa para lo que contiene a la reverenda ma-
182 |
videnciar lo conveniente y en esta atencion mandava y dre Joana maria de san Crisptoval priora de el en su
mando que cada una de las preladas de ellos distinta y persona que entendida de su efecto —dixo que dentro
separadamente declaren en virtud de santa obediencia de la clausura de este dicho convento no se halla al
por ante el notario que les notificare este auto, con toda presente ninguna muger del estado que expressa dicho
expresion y claridad el numero de mugeres casadas auto y esto respondio y firmo de que doi fee.
que ay dentro de la clausura de cada convento y sus Juana maria de san Crisptobal priora [rúbrica]
calidades, la causa de su recoximiento en ellos, quie- bernardo nuñez de Zúñiga nottario [rúbrica]
nes sean sus maridos y donde se hallan, como assimis-
mo de que se mantienen dichas mugeres y el tiempo de //f. f// concepcion [al margen]
su reclusion, y no se escusen dichas preladas de hazer en la ciudad de mexico en veinte y seis dias del mes
dicha declaracion como ba mandado y estandolo se de agosto de mill setecientos y quince años estando
traiga ante su señoria ylusttrisima para lo que conven- en el loqutorio que llaman la contaduria del sagrado
ga y assi lo proveyo acordo e mando y firmo. convento de nuestra señora de la concepcion de esta
fray Joseph arzobispo de mexico [rúbrica] dicha ciudad yo el notario notifique el auto de la foxa
antte mi don Joseph ansoayn y los arcos secretario antecedente segun y como en el se contiene a la re-
[rúbrica] verenda madre maria ysabel de la trinidad abadeza
actual de el referido convento en su persona y entendi-
42 agn, Bienes Nacionales, vol. 439, exp. 3, s.f. En la transcrip-
ción de los documentos he conservado la ortografía y la puntua-
da de su efecto dijo que en su obedecimiento y el de
ción originales. la pena de santa obediencia que se le notifica declara
“[…] por la mala vida que su marido le daba […]”. las celdas y las tribulaciones de la vida femenina a principios del siglo xviii
costuras; y que la caussa es por haver llegado su mari- y que habra tiempo como de ocho o nueve años
do a summa pobreza y haverse ido a buscar la vida, que esta en este convento que vino a el depositada
y que dicha madre clara porque se recogiera y no por orden del señor provisor y vicario general que
con la ocassion de estar ausente su marido, y haver entonces era el señor don antonio de aunzibay por
quedado tan sumamente pobre, y de buena cara la mala vida que dicho su marido le dava, y que se
la tuviera para alguna ofensa a dios nuestro señor la mantiene de ser mosa coventual por que en la oficina
entro como ha dicho en esta clausura, y que lo que es mezessaria travaja y de esso se mantiene y que
ha dicho y declarado es la verdad so cargo de la pena esto es lo que puede y deve declarar so el precepto
impuesta en el referido auto y cumpliendo con su tenor de obediencia que se le ha notificado y lo firmo de
declara y lo firma de que doi fee. que doi fe.
petra de san ylifonso abbadesa [rúbrica] enmendado —quince —vale
antte mi bernardo nuñez de Zúñiga nottario [rúbrica] leonor de san yldefonzo abbadesa [rúbrica]
antte mi bernardo nuñez de Zúñiga nottario [rúbrica]
Jhesus maria [al margen]
en la ciudad de mexico en veinte y siete dias del //f. v// san bernardo [al margen]
mes de agosto de mill setecientos y quince años yo el en la ciudad de mexico en veinte y nueve dias del mes
notario estando en uno de los loqutorios del sagrado de agosto de mil setecientos y quinze estando en un
convento real de Jhesus maria de esta dicha ciudad loqutorio de los del convento de reeligiosas del dulcis-
notifique dicho auto como en el se contiene a la muy simo nombre de maria y san bernardo abad de esta
reverenda madre leonor de san yldephonso actual ciudad yo el notario notifique el auto de las foxas antes
abadeza de el en su persona y entendida de su efec- de esta segun y como en el se contiene a la muy reve-
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to —dijo que cumpliendo con el precepto en el im- renda madre Josepha francisca de san raphael actual
puesto declara haver dentro de la clausura de este priora de el en su persona y entendida de su efecto
dicho convento dos mugeres cassadas la una española —dixo que cumpliendo con su tenor declara hallarse
llamada doña maria theresa de alcozer española cas- dentro de la clausura de este convento doña Josepha
sada con //f. f// don manuel de la cruz que se gallo española casada con don pedro de menesses
halla en la provincia de michoacan en donde tiene que no save si se halla en esta ciudad o fuera de ella; que
haziendas, y que habra tiempo de diez y seis años ha tiempo de quatro años que esta en esta clausura
que esta en esta clausura manteniendose del arren- manteniendose del producto de algunas alaxas que ha
damiento de una hacienda que tiene y este tan corto ido, y va vendiendo, por que dicho su marido no le
que si no le ayudara con lo poco que tiene y le da la ha dado ni da cosa alguna, y que la caussa de haverse
communidad la madre leonor de san geronimo su entrado fue por haverla dexado dicho su marido y no
hermana con quien esta pereciera; y que en quanto hazer vida con ella y que esto es lo que unicamente en
a la caussa porque se entro en el no save otra cossa obedecimiento y para cumplir con el precepto de su
que haverla dexado su marido recien cassada, y que señoria ylustrisima tiene que declara por no haver otra
entro con lizencia del ylusttrisimo señor arzobispo muger ninguna cassada dentro de esta clausura y lo
don francisco de aguiar y seijas difunto —assi mes- firmo de que doi fee.
mo esta otra llamada Juana de la rosa mulata libre Josepha francisca de san raphael priora [rúbrica]
cassada con Joseph gelacio mulato libre natural de antte mi bernardo nuñez de Zúñiga nottario [rúbrica]
la puebla que no save si esta o no en esta ciudad;
“[…] por la mala vida que su marido le daba […]”. las celdas y las tribulaciones de la vida femenina a principios del siglo xviii
su marido haviendo buelto a esta ciudad de un viaje tienpo como si fuera religiosa sin aver dado nota en
que hizo y haverla amenazado de muerte y que se ha nada —la otra es parda se llama francisca de or-
mantenido y sustentado de su travajo por que dicho su duña esta a diesiseis años que esta aca, entro en la
marido //f. v// tan solamente le ha imbiado algunos sede vacante que era vicario el señor don manuel
años quatro reales cada quince dias y esto declaro ser de scalante —su marido se llama Juan fis de leiva,
verdad y no haver otra ninguna muger cassada en la en todo este tienpo no le acudido en nada, ni se a
clausura deste dicho convento y lo firmo que doi fee. cordado de ella, esta a prosedido muy vien; los mo-
anna de santa gertrudis abbadesa [rúbrica] tivos de las doz no lo se esta es toda la verda en mi
antte mi bernardo nuñez de Zúñiga nottario [rúbrica] tienpo no a entrado ninguna vea vuestra merced que
otra cosa me manda en que le sirva no se me ofrese
santa ynes [al margen] mas sino que nuestro //f. v// señor me guarde la
en la ciudad de mexico en treinta y un dias del mes de de vuestra merced muchos años deste convento de
agosto de mill setecientos y quince años estado en uno nuestra señora de la consepcion y julio 4 de 1715.
de los loqutorios del convento de religiosas de santa besa la mano de vuestra merced su servidora que
ynes de esta ciudad notifique el auto susso expressado le stima
a la reverenda madre maria de san francisco actual maria ysabel de la trinidad abbadesa [rúbrica]
abadeza de el en su persona y entendida de su efecto
—dixo que cumpliendo con el precepto impuesto en el //f. f// muy señor mio estimare este vuestra merced
declara no haver dentro de la clausura de el ninguna mejor que Juan me dixo estava vuestra merced con
muger cassada y esto respondio y firmo de que doi fee poca salud me alegrare que la purga aya echo mu-
—enmendando maria vale cho probecho para conseguir la mejoria que deseo
186 |
maria de san francisco abbadesa [rúbrica] —aviendole avisado vuestra merced en la carta de
bernardo nuñez de Zúñiga nottario [rúbrica] dos que se allavan cassadas hasiendo delijencia me
acorde de una y digecela que se crio aca desde muy
2. cartas de las abadesas y prioras pequeña que la crio la madre maria de la o que fue
abbadesa esta la casso luego al istante avorresio al
//f. f// 12 casadas marido y no quiso juntarse con el a los ocho o dies dias
3. se uyo el ama yso deligencia por que no se perdiera
la entro //f. v// consigo a doze años que esta aca
señor secretario selebrare el que gose vuestra merced despues de casada, murio su ama y esta con la madre
de perfecta salud, la mia aunque corta queda para catharina de san Joseph, esto es lo se ofrese por otra
servir a vuestra merced —señor mio rresevi la carta el yndio con quien se casso no se save del si vive o
de vuestra merced no rrespondi luego, por haser, la mure, no se me ofrese mas sino pedir a nuestro se-
deligencia de las que ay cassadas que son doña ñor me guarde la de vuestra merced felises años deste
Juana bentura de paes a sinco años y sinco meses convento de nuestra señora de la consepcion y julio
que esta aca entro en la sede vacante con licencia 6 de 1715.
de el señor maestre escuela —se llama su marido besa la mano de vuestra merced su servidora que
don pedro domingues, esta en simapan un año la le stima
solissito quatro años ha que no viene ni se acuerda maria ysabel de la trinidad abbadesa [rúbrica]
de ella, ni la acude en nada, ha prosedido en este
señor secretario don Joseph ansoayn i los arcos mi que- //f. f// ninguna [al margen]
rido i señor señor secretario don Joseph ansoain y los arcos mui mi
señor vi la de vuestra merced y el orden que tiene de su
//f. f// ninguna [al margen] señoria ylusttrisima y obedeciendo a su mandato digo se-
señor secretario mui señor mio ñor que en este combento no ai muxer cassada ninguna,
ni xamas se a permitido la aiga por asegurar la quietu de
resevi el de vuestra merced con la estimasion que devo las religiosas y de mas que nos acisten o en la clausura y
y selebro su salud que prospere el señor como deseo y res- aci es costumbre antigua no admitirlas por lo cual no ai
pondiendo a la pregunta de su ylusttrisima digo señor al presente ninguna como dejo dicho gracias al señor a
“[…] por la mala vida que su marido le daba […]”. las celdas y las tribulaciones de la vida femenina a principios del siglo xviii
quien pido la salud y vida de vuestra merced por mui feli- de la crus quien a los dose o quinse dias de averse
ces años de este combento de nuestro padre san Joseph casado la dejo sin saverse el motivo y aviendose em-
de gracia y 4 de julio de 1715 años peñado el ylusttrisimo señor don manuel de escalante
besa la mano de vuestra merced su mas afecta y el excelentisimo señor don Juan de ortega y otros mu-
segura servidora chos sujetos jamas se a conseguido que la atienda ni
agueda san bernabe abbadesa [rúbrica] aga vida maridable con la dicha señora siendo ella de
un natural angelical ba para 17 años que se alla en
//f. f// señor secretario don Joseph ansoayn y los este convento en compañia de su hermana la madre
arcos [al margen] leonor de san geronimo quien se alla mui enferma y
ninguna le sirve de su compañia de grande alivio siendo la di-
resebi la de vuestra merced con mucha benerasion cha doña maria theresa sumamente virtuosa y tan re-
a el mandato que biene espresado de su sseñoria coxida que no se sale de su selda sino es a lo mui pre-
ylusttrisima a lo qual quedo obedesiendo con toda ciso de comulgar i oir misa siendo ejemplo de umildad
prontitud en notisiar como debo el que no ay en este y silençio llevando con grandiçima conformidad sus
convento ninguna mujer casada de ninguna calidad travajos y neçeçidades que son grandes pues aviendo
por que las que ay son las mas yndisuelas muchachas sido mui acaudalados sus padres estan oy pereçiendo
y siempre se a tenido cuydado en obedeser lo que los hijos y en esta supoçiçion no solo no es perjuiçio a
biene decretado en las lisensias y asi se observara la comunidad el que este en este convento pero aun
con mas eficasia en lo benidero siendo presecto de sera mui sençible a todas el que salga del por que se
su ylusttrisima a quien obedesco con mucha y muy venera con creditos de santa y desta //f. v// verdad
rendida boluntad y con la misma pido a nuestro se- podra su ylusttrisima ynformarse de el llicenciado don
188 |
ñor nos lo guarde felisisimos años para nuestro anpa- Joseph de vivero capellan de las religiosas de san
ro y a vuestra merced le conserbe en su grasia y de geronimo que es su confesor y del señor canonigo
muy cabal salud en toda felisidad deste convento de don Juan de castorena quien tiene conoçimiento de la
mi madre santa ynes de julio 4 deste año de 1715 dicha doña maria theresa y que es como llevo ynfor-
años. mado; la otra es una pobre mulata llamada Juana que
besa la mano de vuestra merced su segura y afecta por el mal tratamiento que le assia el marido la entro
serbidora que le estima en deposito el señor don anttonio de aunçivai siendo
maria de san francisco abbadesa [rúbrica] provisor onse años a, y en ellos no a dado ningun
perjuiçio ni escandalo ni el marido la a vuscado, ni a
//f. f.// 2 echo demostraçion ninguna, ella es mui socegada y
mui señor mio respondiendo a lo que vuestra merced virtuosa es mosa conventual y sirve en todo lo que se
me manda aserca de las mugeres casadas que ay ofrese no es de ningun coçijo a la comunidad antes
en este convento digo que ponga vuestra merced en si de alivio. estas dos son las que tenemos en este
noticia de su ylusttrisima que son solas dos con tales convento que ni una ni otra merecen ser repulsas, por
sircunstancias que ni una ni otra an cido nunca de nin- no ser de ningun perjuiçio; que en esto de mujeres
gun perjuicio ni escandalo a esta comunidad la una es casadas se a tenido siempre gran repugnancia en este
doña maria theresa de alcoçer hija lexitima de don convento, y no se an admitido por la grande ynquietud
Joseph de alcoçer y de doña ana surita difuntos casa- que esto trae consigo pues aun estas dos costo mucha
da con un caballero de salaia llamado don manuel dificultad el que entraran siendo, con las sircunstancias
“[…] por la mala vida que su marido le daba […]”. las celdas y las tribulaciones de la vida femenina a principios del siglo xviii
Raphaële CaRReau*
H
ace algún tiempo redescubrimos en la bodega del Museo de Chau-
mont, durante la preparación de una exposición, una tela que repre-
190 |
senta a una monja abrazada a la cruz de Cristo, obra de la que voy
a tratar aquí.1 En 2006 tuvimos la oportunidad de que los alumnos-
restauradores del Instituto Nacional del Patrimonio en París y de la
Escuela de Bellas Artes de Tours nos restauraran gratuitamente algunas esculturas,
trabajos que realizaron bajo la supervisión de sus profesores. He aquí algunos ejem-
plos antes y después de la restauración: 1) busto-relicario de santa Cecilia, español,
finales del siglo xvi o principios del xvii (figuras 1 y 2); 2) Niño Jesús de la Pasión, na-
politano, siglo xviii (figuras 3 y 4), y 3) busto-relicario de santa Cecilia, finales del siglo
xvi (figuras 5 y 6).
Además de ser todas esas obras esculturas en madera, tenían otros dos puntos en
común: su iconografía era de la Contrarreforma y provenían de la colección Jacquinot,
adquirida por la ciudad de Chaumont en los años setenta del siglo xx.
La señorita Jacquinot (1891-1976) tenía una colección muy variada, que incluía tanto
muñecas antiguas como arte asiático, pero la mayoría de sus piezas eran objetos de carácter
religioso; bajo este rubro he reagrupado pinturas con iconografía bíblica, pinturas y esculturas
* Agregada de conservación del patrimonio. Directora de los museos de Chaumont. Traducción del francés
realizada por Concepción Amerlinck Assereto.
1 Raphaële Carreau, Dévotion baroque, Trésors du musée de Chaumont, Amérique latine, Espagne et Italie, xviie-xviiie
siècle, París, Somogy, 2009.
Figura 1.
Figura 2.
Figura 3.
Figura 4.
devocionales, relicarios, elementos de retablos, texti- la tela están escritos en español; sin embargo, esa
192 |
les litúrgicos y figuras de nacimientos. De este amplio abundancia de textos y la yuxtaposición no rea-
conjunto, sólo los nacimientos habían sido restaura- lista de planos nos pusieron sobre la pista de su
dos, estudiados y mostrados al público. origen hispanoamericano.
Al constatar la calidad del trabajo hecho por En un primer momento intenté identificar el
los alumnos-restauradores y el interés resultante origen de los textos, que me parecía ser la clave
de las obras restauradas, decidí organizar una ex- de su iconografía. Pensé en el Cantar de los Can-
posición con todas esas obras. En consecuencia, tares, pero no provenían de allí.
arropé al conjunto añadiéndole otras pinturas y Mientras proseguíamos nuestra investigación,
esculturas pertenecientes a la colección Jacqui- pusimos la obra en manos de un restaurador. Su
not. Ya había observado que varias pinturas perte- estado general era regular: estaba muy sucia, muy
necían a la misma corriente de la Contrarreforma engrasada, con tonalidades rojizas, a lo que se aña-
y presentaban un paralelismo interesante con las dían huellas de escurrimientos de agua; estaba
esculturas. maltratada en algunas partes y con lagunas, es de-
Entre las pinturas la más notable era una tela cir, con faltantes de capa pictórica. Por lo menos no
de 1.42 cm x 1.04 cm (figura 7), que por sus di- había ningún repinte, lo que indicaba que la tela
mensiones me parecía como una pintura de re- no había sido restaurada, lo que no dejo de subra-
tablo. La señorita Jacquinot, de acuerdo con su yar, pues es bastante raro.
inventario, la había considerado española, segu- La figura 8 muestra la tela después de su lim-
ramente porque los numerosos textos pintados en pieza y llenado de zonas de lagunas (el blanco en
Figura 7. Figura 8.
estas zonas y la resina que se usa para llenarlas). renzo de México. Ella me indicó el nombre de un
Las figuras 9 y 10 presentan los detalles de los sai- personaje importante en el convento, María Inés
netes durante el mismo estado de restauración. de los Dolores, muerta en 1728, que podría ser la
La etapa siguiente es la del retoque (con colores) religiosa que está a los pies de Cristo. Pero mis
sobre la resina. investigaciones acerca de esa mujer y la lectura
Durante el proceso de restauración proseguí de su biografía me llevaron a eliminar esa pista:
mi investigación. Fui a Madrid para ver a la seño- nada correspondía con la biografía, ni el persona-
ra García-Sáiz, directora del Museo de América. je ni los textos de nuestra pintura.
Ella me dijo de inmediato que el personaje vesti- El misterio de estos textos por fin se disipó cuan-
do de rosa representaba al alma. Después, gracias do hojeé un tomo de la enciclopedia Summa Artis
a un libro de su biblioteca, pudimos identificar dedicado al arte colonial. En una cita reconocí la
el hábito portado por las religiosas: velo negro, frase presente bajo un personaje sentado. La foto-
escapulario marrón, medallón sobre el pecho y grafía de una parte de esta frase (figura 11) permite
un rosario abrochado sobre los hombros: corres- además ver ampliado el estado original —preocu-
pondía con el hábito de las jerónimas de San Lo- pante— de la capa pictórica.
194 |
Figura 10.
| 195
Esta frase estaba citada en Summa Artis en el segura de que, efectivamente, los grabados y textos
capítulo consagrado a la iconografía procedente de del libro eran la fuente de los sainetes y textos de
196 |
emblemas. Provenía precisamente de un texto inti- nuestro cuadro. Para tener acceso a dos ediciones
tulado Affectos divinos con emblemas sagradas,2 del españolas Affectos divinos, publicado en el siglo xvii,
jesuita Pedro de Salas, publicado en Valladolid en y Camino del Cielo, en el xviii, acudí a la Biblioteca
1638. Affectos divinos es la primera publicación es- Nacional de España. La tipografía de nuestro cuadro
pañola de un libro de emblemas Pia Desideria, com- correspondía con la de Affectos divinos, por lo que
puesto en 1624 por un jesuita bruselés, Hermann fue esa edición del siglo xvii la que el pintor tuvo en
Hugo. Esta obra, al igual que sus reediciones, propo- sus manos al pintar nuestro cuadro. De las nueve
ne al lector meditar sobre el camino del alma hacia zonas con texto que hay en la tela, seis provienen
Dios, siguiendo el peregrinar de una jovencita que directamente del libro de emblemas. En cuanto al
representa al alma y de un ángel que simboliza el paralelo entre los sainetes y los grabados, los pre-
amor divino. El emblema así utilizado en un con- sento aquí juntos para su comparación: 1) El alma
texto religioso y de manera casi novelesca, era en la atravesada por flechas (figuras 12 y 13); 2) El alma ex-
época algo totalmente innovador, lo que aseguró un tasiada bajo las flores arrojadas por el amor divino
gran éxito a este libro, de ahí sus numerosas edicio- (figuras 14 y 15), y 3) El alma deseando alcanzar el
nes en las principales lenguas europeas. amor divino (figuras 16 y 17).
En un primer momento pude consultar en lí- La comparación indica que la pintura está
nea una edición inglesa, lo que me permitió estar muy cerca de su fuente: el grabado. Pero en la
2 Pedro de Salas, Affectos divinos con emblemas sagradas, Vallado-
escena principal hubo modificaciones mayores
lid, G. de Bedoya, 1638. respecto a lo aportado (figuras 18 y 19). No es el
Figura 19.
Cantar de los Cantares (antes de la restauración, forma lo que no está en el plano frontal”, definición extraída
ese motivo estaba ilegible; se veía la azucena, de Peinture & dessin, vocabulaire typologique et technique, t. I, Pa-
rís, Editions du patrimoine, Centre des Monuments Nationaux,
pero no las espinas). 2009, p. 66.
Figura 21. nicolás enríquez (act. 1722-1777). niño Jesús dormido sobre la cruz velado
ES EL SENOR”, “Aquesta que combida aque agustarte bengan
por san Juan bautista niño. mientras mas de ti gusta mas sedienta sequeda” y “como tortola
sola […] sobre elte jado lloro triste […]iencía de mi amado”.
Figura 23. santa bárbara. siglo xvii. el autor de la tela? Es posible que hayan sido dos,
¿uno para la escena principal y otro —menos dota-
Hay pues en esta obra —encargada por una per- do— para el segundo y el tercer planos? Encontrar
sonalidad importante del convento, la madre supe- un contrato aportaría la respuesta. Otra cuestión re-
riora o el protector— la evocación del monasterio levante: ¿cómo llegó el cuadro a Chaumont ? Apa-
y de una devoción particular a Cristo redentor, que rentemente la señorita Jacquinot lo compró cuando
se expresa en la meditación. Las imágenes y textos vivía en París entre 1915 y 1967; se sabe que com-
del libro Affectos divinos son el vehículo de esta de- praba en el mercado de Pulgas o con cambalache-
voción. El pintor tuvo la obligación de retomar imá- ros. Pero, ¿cómo salió el cuadro de México? ¿Habrá
genes y textos seleccionados por el comitente, que sido vendido a raíz de la aplicación de las Leyes de
desde luego poseía el famoso libro de emblemas. Reforma de Benito Juárez? ¿Las religiosas lo lleva-
En consecuencia, hemos avanzado en nuestro ron consigo a España? Desafotunadamente no lo
conocimiento de la iconografía y el origen de esta sabemos. Pero el hecho de que la tela no tuviera
tela, pero aún nos quedan zonas oscuras. ¿Quién es ninguna huella de haber sido restaurada indica que
Figura 25. virgen de las nieves. taller de Gregorio vásquez de arce y cevallos. bogotá
(1638-1711). Figura 26. virgen del sagrario de toledo.
Paraíso ameno.
La representación de la profesión
carmelita y su significado
en la pintura virreinal
En este Paraíso estás, da muchas gracias a Dios. Dile a tu Dulcísimo Esposo
con todo tu corazón, lo que al suyo (que es el mismo) decía tiernamente la Esposa de los Cantares:
[…] os tengo Señor, y nunca os dejaré, siempre seréis único objeto de mi amor. Dile como David:
[…] vos sois, y seréis único descanso mío. No quiero a otro en este mundo,
hasta que en vuestra adorable compañía se eternicen mi descanso en la Gloria.1
L
a imagen es una estrategia formal y conceptual que se configura de acuerdo
con el sentido del tema o motivo al que atiende, es el resultado de la inten-
ción de representación de una idea específica que tiene como objetivo incidir
en la percepción de un espectador, a fin de ser observada y considerada de di-
versas maneras. La imagen encierra la pretensión de comunicar un mensaje,
mismo que, dependiendo del caso, buscará conmover, convencer, aleccionar, agradar,
desconcertar o repeler. Dentro de la vastedad de variantes que encierra su mundo, existe
* Museo Franz Mayer.
1 Avisos espirituales que dio a sus hijas la seráfica doctora Santa Teresa de Jesús, y explica en Pláticas. Su devoto El
Illmo. Señor Don Joseph Xavier Rodríguez de Arellano, Arzobispo de Burgos, del consejo de su Magestad. Y dedica a
las venerables preladas, y religiosas de los Monasterios de su Filiación, t. II, Burgos, Joseph de Navas, 1780, p. 238.
monia de profesión hizo eco de su relevancia más en Monjas coronadas. Vida conventual femenina en Hispanoamé-
rica, México, Conaculta/inah/Museo Nacional del Virreinato/
allá del acontecimiento en sí. Textos, imágenes, re-
Ministerio de Cultura/República de Colombia/Museo Nacional
latos y vidas destacaron su trascendencia, así como de Colombia, 2003, pp. 133-151.
3 Véase Regla Primitiva y Constituciones de las Monjas Descalzas
su significación en el marco de una sociedad en la
de la Orden de Nuestra Señora la Virgen María del Monte Carmelo,
que la religión se contó entre los protagonistas de Madrid, Benito Cano, 1797. Sobre la trascendencia de este aspec-
todos los ámbitos de la vida. to en particular, también véase “Las Constituciones Teresianas”,
Aunque la celebración de dicha ceremonia su- en Proyecto de reflexión teológico espiritual de las Monjas Carmelitas
Descalzas, Italia, Curia General del Carmelo Teresiano; disponi-
puso similitudes en el contexto de las diversas órde- ble en http://www.carmelitaniscalzi.com/721/activos/texto/
nes, el estudio del caso de las carmelitas descalzas wcarme_informacion_adicional_0919-GXA9PuQDJcnmxmna.
pdf, consultado el 1 de junio de 2014. Véase también Manuel Ra-
permite ahondar en ciertos aspectos específicos,
mos Medina, Imagen de santidad en un mundo profano, México,
principalmente de carácter simbólico, que cobran uia, Departamento de Historia, 1990, p. 129.
Aviso sexagésimo
Andar siempre con grandes deseos de padecer por
Christo en cada obra y ocasión
[…] para con su Magestad basta que el hombre de-
see, y tenga voluntad de tener gran deseo de amarle,
204 | cuando le siente en sí pequeño; porque tan grande le
figura 2. manuel montes, Retrato de Anna Francisca de la Encarnación (detalle), óleo sobre
tela, nueva españa, 1751. colección museo franz mayer. tiene delante de Dios, quanta es su voluntad de tener-
le; y en el corazón […] que tiene este deseo, viene, y
mora el Señor como en un jardín ameno de flores sin
ron parte de una ceremonia de iniciación al matri- riesgo de vanidad […].8
monio espiritual y a la vida en clausura, es decir, a
la entrada en el huerto cerrado del Señor.7 Existen otras imágenes que abundan en el dis-
curso cifrado en los retratos de monjas coronadas.
En el adorno de la vela que porta Anna Francisca Ejemplo de ello es la pieza titulada Símbolo del despo-
se observan las figuras de una monja que entrega su sorio de Jesucristo con la alma religiosa, conocida con
corazón a un Niño Dios pasionario. El simbolismo el nombre de Desposorios místicos, parte de la colec-
de tales elementos se ilumina a la luz de los comen- ción del Museo Nacional del Virreinato. Tal pintura
tarios que el jesuita toledano Alonso de Andrade
hizo al sexagésimo aviso espiritual de santa Teresa 8 Avisos espirituales de Santa Theresa de Jesús. Comentados por
el padre Alonso de Andrade de la Compañía de Jesús, natural de
de Jesús:
Toledo, y Calificador del Consejo Supremo de la Santa, y General In-
quisición, natural de la Imperial Ciudad de Toledo. Segunda parte en
7 Acerca de esta tradición, véase Antonio Rubial García, “El pa- que se ponen los que tratan de las virtudes religiosas, y tocan la per-
raíso encontrado. La representación retórico-religiosa de la Na- fección de la vida Christian, y a la unión, y trato familiar con Dios,
turaleza en Nueva España”, en Boletín de Monumentos Históricos, Barcelona, Impreso en casa de Cormellas, por Tomás Loriente.
tercera época, núm. 18, México, cnmh-inah, enero-abril de 2010, A costa de Jacinto Ascona, Juan Terrefanches y Juan Pablo Ma-
p. 15. rio, Libreros, 1700, p. 297.
208 |
E
s de extraordinario interés el examen del óleo, de anónimo pincel, pertene-
ciente a la colección del Patrimonio del Palacio Real de Madrid, que plasma
la Alameda de México, con el templo y convento de Corpus Christi, al fondo,
cuadro que ha aparecido en muy diversas obras,1 y que reproducimos en
estas páginas (figura 1).
Son interesantes unas pequeñas edificaciones claramente visibles en la pintura que re-
presentan tres de las 14 ermitas del Calvario otrora existentes. Éstas y las demás capillas,
construidas en el siglo xvii, se repartían a lo largo de lo que es hoy la avenida Juárez de la
ciudad de México, hasta llegar a la iglesia del Calvario, llamada un tiempo “humilladero de
* Universidad Intercontinental.
1 vv.aa., Corpus Christi, Sede del Acervo Histórico del Archivo General de Notarías, presentación de Alejandro En-
cinas, introd. de Guillermo Tovar de Teresa, Carlos González Manterola (ed.), México, Gobierno del Distrito
Federal/Fideicomiso Centro Histórico de la Ciudad de México/Espejo de Obsidiana, 2006.
datos: sería Marco Antonio de Sobrarías, maestro y Conjunta a la Tercera Orden, dice también Ve-
“veedor del arte de alarife”, el encargado de la edi- tancurt, había “otra Capilla de bobedas, que es para
ficación de aquel templo, lo que concertaría con el la tercera estacion del Via Crucis, con dos Altares
secretario De la Plaza el 30 de octubre de 1685. La devotos, y dos puertas al patio, q aumenta su grãde-
capilla quedaría concluida el mes de febrero del año za, es de 14. varas de largo, y 6. de ancho […] [sic]”.10
siguiente.9 Ésta era, también, obra del maestro Sobrarías, quien
9
ya había convenido con la Tercera Orden edificarla
“[…] una capilla de las de la Vía Sacra, que es la segunda
estación, dentro del patio del convento de Nuestro Padre San por 1,300 pesos, mediante escritura otorgada el 10
Francisco […] entre los dos estribos de la iglesia, de doce varas de diciembre de 1684.11
de largo y siete de ancho, con dos puertas al oriente y al norte,
llevando en la principal el paso que le pertenece, de piedra talla- Estación del Vía Crucis y la Capilla de Valvanera del Convento
da, y en la otra la imagen de Nuestra Señora de la Soledad, y en de San Francisco de la Ciudad de México”, en Boletín de Monu-
ambos frisos tallados, en el uno los atributos de la Pasión y en el mentos Históricos, primera época, núm. 4, 1980, México, inah,
otro los de la Virgen, e haciéndole dos óvalos de fierro que con- pp. 31-46, cita en la p. 34.
fronten con la capilla de la Tercera Orden, cerrándola con tres 10 Agustín de Vetancurt, op. cit., n. 56, p. 38; cfr. Luis González
bóvedas, con sus florones de madera dorados, enluciéndolas, Obregón, op. cit., p. 228.
aplanándolas y blanqueándolas, y fingiendo de cantería, blanco 11 La capilla debía construirse “a la linde de la dicha Tercera
y negro, los arcos y repisas, envigando el suelo con cuartones y orden, cerrándola con tres bóvedas y sus florones de madera
las puertas, con sus marcos de cedro y los tableros de nogal […]”, dorada, y las portadas con sus láminas de piedra de cantería ta-
Archivo General de Notarías, México (agnot), núm 563, Martín llada y en ellas esculpida la imagen del paso que le toca a dicha
del Río [1685], f. 478v, apud Efraín Castro Morales, “La Segunda capilla, y en los frisos asimismo tallado en la una los atributos
Así que es el mercader Domingo Ferral quien Esta intención de Domingo Ferral de “fabricar un
está detrás, en buena medida, de la construcción, convento” en la última ermita del Calvario, se vincu-
consecución y/o adorno de buen número de las er- la muy naturalmente con otro inédito documento,
mitas del Calvario, incluso de la última y más gran- perteneciente también al archivo de Corpus Chris-
de, a las que nos hemos referido. Pero, ¿qué tiene ti. Se trata de un memorial, sin fecha ni destinata-
que ver todo esto —preguntará el amable lector— rio (pero sin duda de 1707, y de seguro dirigido al
con el monasterio de Corpus Christi de México? O propio virrey, a la sazón Francisco Fernández de la
mejor dicho, ¿por qué se halla el traslado de esta es- Cueva, X Duque de Alburquerque), que redactarían
critura en su archivo? La respuesta es muy simple: dos monjas profesas del convento de San Juan de la
porque contiguo a la última ermita del Calvario se Penitencia: a saber, las madres sor Petra de San Fran-
pretendería edificar un convento, el cual, según ve- cisco21 y sor Seraphina Rosa de Jesús22 (figura 3):
19 “Escritura de obligación de Domingo Ferral (Cd. de Méxi-
co, 26 oct. 1704)”, en Cartas dirigidas ã la pretension, q se hacia, 20 Ibidem, fs. 13r-13v. Los 20,000 pesos restantes se utilizarían
para fundar el Conv.to en una hermita del Calvario [sic], Archivo en el sustento de las religiosas.
del Convento de Corpus Christi-México (accc), leg. 1, doc. 8, fs. 21 Véase infra n. 24.
12r-12v. 22 Véase infra n. 26.
[…] por medio deste Memorial parezemos ante obra del santo calvario, de cuia obra es superinten-
V.E. y decimos: Que hemos deseado para mayor dente […] [sic].23
seruicio de Dios, azer vna fundacion de Recoletas,
sin propios, ni rentas algunas, con estrecha pobre- Hasta aquí el documento; la existencia de cuya
za, segun la primitiua Regla de Nuestra Madre s. ta
copia en el archivo de Corpus, ni Robin, por ejem-
Clara, Y que sea en la hermita del santo Calvario plo, ni nadie más podría siquiera sospechar. De él se
con el numero de Veinte y vna Religiosas, de las desprende que el proyectado convento del Calvario
quales sean las tres legas, con las demas circuns- (y esto es lo absolutamente novedoso) estaba vincu-
tancias y constituciones que combengan a la mas lado, desde su origen, con sor Petra de san Francis-
estrecha observancia. / Para dho efecto el piadoso co,24 personaje quien, como sabemos, sería, 17 años
zelo del capitán d.n Domingo ferral, otorgo scritura
23 “Memorial de sor Seraphina Rosa de Jesús y sor Petra de san
de obligacion de treinta mil p.s a los veinte y seis de
Francisco desde san Juan de la Penitencia (Cd. de México, s.
octubre de Mill setecientos y quatro. Y aunque el
d.)”, en Cartas dirigidas ã…, op. cit., f. 10r.
termino de ella es pasado y la asignacion de R.ta se 24 La obra fundamental para conocer la vida de esta ejemplar
obpone al nuestro yntento; pero su feruoroso zelo, mujer es el sermón fúnebre que le dedicara el padre minorita
Francisco López: F. Joseph López, Piedra Fvndamental de la Mys-
esta llano a ratificar la obligacion, Y que sea en la tica Sion, El Nuevo Conuento de Señoras Naturales, Caziques, Reli-
forma que mas combiniere para que el fin se logre, giosas, Descalzas de Corpus Christi, La R. y V. M. Sor Petra de San
Francisco Su primera Fundadora, y Abadesa. Sermon Predicado en
en continuacion de lo mucho que ha fomentado la
220 |
Intento de fundación
de un convento para indígenas
en Tlatelolco, siglo xviii
El convento de Corpus Christi, creado en 1724, fue el primero destinado para indígenas
caciques en Nueva España. Durante el siglo xviii sus religiosas iniciaron procesos para
fundar otros en diversos lugares del territorio, uno de ellos en Tlatelolco. Así, en 1779
sor María Dominga de Santa Coleta explicó la razón con estas palabras: “[…] para que
logren su vocación tantas niñas pretendientas indias caciques […]” y pidió al rey que le
proporcionara la capilla de Nuestra Señora de los Ángeles, inmediata a Santiago Tla-
telolco. En 1785 Carlos III negó el permiso porque, aunque el Cabildo de la ciudad de
México apoyó la fundación, el arzobispo, Alonso Núñez de Haro y Peralta, no la creyó
conveniente. Aunque el intento no se cristalizó, el caso de Tlatelolco es una muestra
del deseo de las monjas indígenas por extender su orden, prueba su gran actividad
gestora ante las autoridades virreinales y revela la necesidad de la élite indígena de
crear nuevos espacios religiosos y educativos para sus mujeres. Además nos da luz
sobre los actores que estaban a favor y en contra de la profesión de indígenas, así como
de factores clave (políticos, económicos y de jurisdicción eclesiástica) que influyeron
para la negación. | 221
Palabras clave: indígenas, convento, Tlatelolco.
E
l convento de Corpus Christi, fundado en 1724, fue el primero destinado para
indígenas caciques en Nueva España. Sus fundadoras fueron monjas criollas
quienes —casi desde su apertura— comenzaron procesos para crear otros
monasterios —también para indígenas— en diversos lugares del territorio.
Así, abrieron sus puertas el monasterio de Nuestra Señora de Cosamaloapan,
de Valladolid, en 1737, y el de Santa María de los Ángeles en Antequera, Oaxaca, en 1782.1
Estas fundaciones podrían hacer pensar que la idea de tener más espacios para reli-
giosas indígenas tuvo éxito. Sin embargo, al parecer no fue totalmente así porque hay in-
formación que revela que durante el siglo xviii se intentaron crear por lo menos otros tres
conventos: uno en Guadalajara, otro en Tlatelolco y uno más en Puebla (este último en dos
ocasiones), por lo que las fundaciones que se concretaron fueron la minoría si se considera
que sólo se fundaron dos de las cinco propuestas. Entonces cabría preguntarse, ¿por qué la
insistencia de crear más monasterios para indígenas? ¿Cuáles fueron los factores que influ-
* Investigadora independiente.
1 Josefina Muriel, Las indias caciques de Corpus Christi, México, unam, 2001, p. 48.
yeron para que se negaran las demás fundaciones? mayo la ex abadesa del Corpus Christi, sor María
222 |
Contestar estas cuestiones es el objetivo de esta po- Dominga de Santa Coleta, justificó su petición de la
nencia, centrándonos en el caso de Tlatelolco. siguiente manera:
Cierto es que hubieron muchos intentos de
fundación rechazados en la historia del monacato Hago presente la santa necesidad que tenemos de
femenino dentro del periodo virreinal, pero consi- otros dos conventos nuestros de la primera regla
dero que el proceso que aquí se analiza merece la de nuestra madre Santa Clara, la misma que estamos
atención porque fue un monasterio pensado para observando, para que logren su vocación tantas niñas
indígenas y gestionado por religiosas indígenas, pretendientas indias caciques como hay en esta dicha
ya que a partir de 1744 las indias comenzaron a ciudad de México y fuera de ella; movida por la com-
sostener los cargos de liderazgo dentro del Corpus pasión y lastima de ver sus grandes ansias y deseos y
Christi, y fueron ellas quienes buscaron crear nue- su continua perseverancia en esperarse a que haya
vos conventos para las de su nación a partir de la un solo lugar para ellas.2
segunda mitad del siglo xviii.
Para el caso de Tlatelolco pidió que le propor-
El proceso cionara la capilla de Nuestra Señora de los Ángeles,
para que sirviera como templo del convento, que el
En 1779 las monjas indias solicitaron al rey de Es-
2 Archivo General de la Nación (agn), Templos y conventos, vol.
paña, Carlos III, la fundación de dos conventos, uno 311, exp. 3, f. 1. En todas las citas textuales se ha modernizado
en Tlatelolco y otro en Puebla. En carta del 21 de la ortografía.
ñanza de la lengua española pues algunos pensaron Colegio de México, 1989, p. 729.
6 Margarita Menegus y Rodolfo Aguirre Salvador, Los indios, el
sacerdocio y la Universidad en Nueva España. Siglos xvi-xviii, Méxi-
3 Ibidem, f. 13v. co, unam/Plaza y Valdés, 2006, p. 103.
230 |
Incorporarse a Cristo:
salud, enfermedad y pasión
en el convento carmelita de Córdoba,
Argentina (finales del siglo xviii
y principios del xix)
En este trabajo pretendemos adentrarnos en el claustro del convento de San José de
religiosas descalzas en la ciudad de Córdoba, Argentina y, a partir de la documenta-
ción que provee el Archivo del Arzobispado y el archivo privado del convento, conocer
hasta qué punto eran practicadas las normas relativas a la salud del cuerpo tomando
en cuenta, por ejemplo, la alimentación y los ayunos. Del mismo modo se abordará
la manera en que era percibida la enfermedad, cuáles eran las más frecuentes y los
medios provistos para acompañar al doliente, y al presentar las mortificaciones más
comúnmente inflingidas nos acercaremos a la vivencia de la Pasión.
Palabras clave: monjas carmelitas, alimentación, enfermedades, remedios, disciplinas.
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E
l monasterio carmelita de San José fue el segundo cenobio femenino que, en
las primeras décadas del siglo xvii, abriera sus puertas en la gobernación de
Tucumán, actual Argentina, para albergar allí a las niñas más nobles de la re-
gión, hijas y nietas de conquistadores. Asimismo fue el primero en fundarse
en el virreinato del Perú, ya que, como ha señalado Martina Vinatea Recoba,1
en Lima se instituyó recién a mediados de siglo.
Tampoco es un hecho menor que ambos monasterios fueran fundados por miembros
de la misma familia, los Tejeda y Miraval. A raíz de la conquista y los servicios prestados a
su majestad, los Tejeda recibieron tierras, indios en encomienda y accedieron a los cargos
de gobierno de la ciudad. La familia Tejeda trabó una densa urdimbre en la que el nepotis-
mo constituyó una de las primeras manifestaciones políticas de esa sociedad en formación.
A pesar de su importancia social y política, el apellido quedará indisolublemente asociado
a las fundaciones piadosas.
su suegra. La fundación se realizó el 7 de mayo ma la atención que los permisos por parte de las auto-
de 1628.4 ridades y la remodelación del edificio hayan deman-
Podría resultar extraño que en una ciudad peque- dado sólo seis años. Esto se explica, en buena parte,
ña y nada próspera comparada con otras, apartada de porque en la fundación del Carmelo descalzo en Cór-
la capital del virreinato —Lima— se fundaran en tan doba coincidieron los intereses de la élite local, de los
corto lapso dos conventos de monjas. Igualmente lla- jesuitas y de la misma Corona. La Compañía, siempre
cercana a la familia Tejeda, influyó en la fundación
4 Las crónicas del monasterio cuentan: “Hoy domingo, como
de un convento bajo la regla carmelita en Córdoba,
en las nueve del día […] el dicho señor Ilustrísimo en perso-
na llegó a la puerta reglar del convento de Santa Catalina de como había sido su propósito desde el inicio.5
Siena, y mandó saliesen la madre Catalina de Siena, fundado-
ra del convento, y la madre Catalina de Santo Domingo y la rre, cura de esta dicha ciudad”; Archivo Arzobispado de Córdoba
madre Mariana de la Cruz, las cuales obedeciendo el mandato (aac), Narración de la Fundación de los dos Monasterios de Nuestra
[…] salieron con acompañamiento de Su Señoría y de la Justicia Madres Santa Catalina de Sena y de Santa Teresa de Jesús de esta
mayor, Cabildo y Regimiento y entraron en la iglesia de dicho ciudad de Córdoba, leg. 8, t. 1, Monjas teresas.
convento, de donde, uniéndose las que habían de ser recibidas, 5 Véase Ana Mónica Gonzalez Fasani, “Jesuitas y conventos de
[agrega fray Luis] con gran solemnidad, con velas encendidas monjas en los confines del virreinato del Perú: Córdoba del Tu-
en las manos, fueron llevadas en procesión, con todo el con- cumán en el siglo xvii”, en José Martínez Millán, Henar Pizarro
curso de gente y comunidades de religiosos, a la iglesia matriz Llorente y Esther Jiménez Pablo (coords.), Los jesuitas. Religión,
de esta dicha ciudad, de donde salió el Santísimo Sacramento, política y educación (siglos xvi-xviii), 3 tt., Madrid, Universidad
debajo de palio, en manos del maestro Juan de Puelles y Agui- Pontificia Comillas, 2012, pp. 1599-1616.
Quiso el Señor que viese aquí algunas veces esta vi- Sin embargo, la enfermedad no sólo era vis-
sión: Veía un Ángel cabe mí hacia al lado izquierdo, ta como un castigo a las faltas humanas, sino también
en forma corporal, lo que no suelo ver sino por mara- como una prueba divina que permitía al hombre
villa […] En esta visión quiso el Señor le viese así: no ejercitar la paciencia y, a partir de ella, crecer en
era grande, sino pequeño, hermoso mucho, el rostro 16 Santa Teresa de Jesús, Libro de la vida, 29, 13. Teresa vuelve
tan encendido que parecía de los ángeles muy subi- a referir este fenómeno místico en las Moradas 6, 2, 4, y en la
dos que parecen todos se abrasan. Deben ser lo que Relación 5, nn. 15-17. Se trata de la famosa gracia de la transver-
beración del corazón o merced del dardo.
17 Juan Crasset, La dulce y santa muerte, s/l, Imprenta de José
15 Jacques Gélis, op. cit., p. 61. Rius, 1867.
al mes, más o menos lo mismo que se gastaba en trol de las aguas servidas, el barrido de las calles y
carne y en yerba.63 la provisión de agua obraran en beneficio del cuida-
Todo ello contribuía a que las monjas fueran per- do de las personas y mejoraran la salubridad de la
sonas longevas, ya que muchas de ellas pasaban los ciudad.65
70 años, convirtiendo el estado religioso femenino Las prácticas higiénicas dentro del convento tam-
en una posible liberación de las condiciones de vida poco se diferenciaban de las del mundo exterior. El
materiales de aquella época. aseo de los hábitos no era continuo, por lo que chin-
Las condiciones higiénicas para mediados del si- ches y piojos se escondían entre las gruesas y bastas
glo xviii no eran las mejores, lo que no difería del telas oscuras. El baño tampoco era una práctica cons-
resto del virreinato y del mundo.64 En las calles de tante, y desnudarse se tenía como pecaminoso porque
la ciudad iban y venían los cerdos (recordemos que el cuerpo no podía tocarse ni ser visto. Los pies se lava-
estos animales tienen muchos piojos que contagian ban dos veces al año, por lo que los olores que despe-
al ser humano) que rondaban los basureros y luga- dían los cuerpos serían muy fuertes. Pero en aquella
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res donde había residuos de comida; tampoco falta- época despedir algún olor no era una preocupación,
ban los perros. Para asegurar cierto grado de limpieza sino algo visto como normal. Será al final de la centu-
ria cuando se comience a tomar conciencia de lo sucio
63 aac, leg. 8, Monjas carmelitas, Libro de gastos del trienio 1821-
que estaba el ambiente de la ciudad y ese hecho se vea
1824 correspondiente a la priora María del Rosario de San Fran-
cisco. En la península ibérica las descalzas disponían también como una amenaza.
de huevos, carneros, pescado; no abundaba el dulce elaborado El aseo consistía en que cada mañana se limpia-
con manteca, lo que era especialmente beneficioso para el co-
ban la cara con un trapo limpio y se lavaban las ma-
lesterol, pero sí el azúcar. El problema era que carecían de leche
con la consiguiente falta de calcio que provocaba muchas enfer- nos con agua. Se aseaban los dientes con tela y se
medades de los huesos —osteoporosis—. A partir del siglo xviii enjuagaban la boca con agua y un poco de vino para
las mujeres tomaban bastante carnero —carne barata y fácil de
conseguir—, pero en cantidades adecuadas, posiblemente unos
acidificarla.66 Las Constituciones prohibían los espe-
100 gramos diarios, junto con garbanzos guisados con pescado jos en los conventos: “Jamás ha de haber espejo ni
seco que resultan más sanos que guisados con cerdo. El déficit cosa curiosa, sino todo descuido de sí”.67
alimenticio no sobreviene porque sea una dieta pobre sino por
la escasez de alimentos causada por las penurias económicas; Sólo los achaques y la lentitud de movimientos
María Leticia Sánchez Hernández, “Veinticuatro horas…”, op. demostraban a la religiosa el paso del tiempo en un
cit., p. 220.
64 “Para el Siglo de las Luces, Madrid era la ciudad más sucia de
toda España. Sin embargo, fue en los primeros años de esta cen- 65 Héctor Lobos, Historia de Córdoba. Ocaso y despertar, t. III,
turia cuando se dio un inicio de estructuración de una política Primera parte, Córdoba, Ediciones del Copista, 2009, pp. 406 y
sanitaria”; Luis S. Granjel, Historia política de la medicina españo- 426-428.
la, Salamanca, Universidad de Salamanca y Real Academia de la 66 Manuel Ramos Medina, op. cit., p. 148.
Medicina de Salamanca, 1985, p. 212. 67 Santa Teresa de Jesús, Constituciones, op. cit., caps. 4 y 6.
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Vida de catacumbas:
la comunidad de monjas dominicas
de Santa María de Gracia
de Guadalajara,
entre 1861 y 1951
La abolición de las órdenes monásticas en México
fue una medida tomada claramente en defensa de la libertad humana,
amenazada por aquéllas.
Luis Cabrera (1915)
U
na de las ramas de vida femenina contemplativa tutelada por la Iglesia
católica es la de las dominicas, descritas como “religiosas o monjas
que viven sujetas a la regla de Santo Domingo, guardando los con-
sejos evangélicos, o sea la observancia de los tres votos solemnes de
obediencia, pobreza y castidad. Se hallan sujetas a perpetua clausura,
generalmente dependen en lo espiritual de los prelados regulares de la Orden, cuando
las circunstancias especiales de las Naciones y pueblos no lo hacen imposible por la
supresión de aquellos. Se llama orden de penitencia, porque la regla que observan es
verdaderamente penitente, imponiendo privaciones, ayunos y mortificaciones corpo-
rales, propias de los ascetas y penitentes”.1
Vida de catacumbas: la comunidad de monjas dominicas de santa maría de Gracia de Guadalajara, entre 1861 y 1951
fuente de préstamo más socorrida en el occidente cambio de títulos y la promesa —del todo incumpli-
de la Nueva España.10 da— de recibir el 3% anual de los réditos. En la pe-
Alarmados por este volumen de capitales, los nínsula, quedaron en bancarrota los fondos diocesa-
gobiernos ilustrados del siglo xviii maquinaron su nos y los de regulares, sin por eso dejar de padecer
incautación a nombre del bien público, máxime acciones confiscatorias en los años venideros, tanto
que en el Nuevo Mundo, a decir del jurista Juan del ejército francés como de la Junta Central.14 El
de Solórzano y Pereyra en 1776, las comunidades embargo de capitales del convento de Santa María
religiosas administraban muchas propiedades.11 El de Gracia de Guadalajara en 1805 fue de 17,100 pe-
desmantelamiento lo comenzó la Real Cédula del sos, y de 6,300 en 1807.15 Tres años la priora de las
25 de septiembre de 1798, mediante la cual Carlos dominicas, sor María Francisca de la Concepción, le
IV dispuso se confiscara el patrimonio de los responde al obispo, Juan Cruz Ruiz de Cabañas, que
sólo puede ofrecer 200 pesos como donativo para el
Hospitales, Hospicios, Casas de Misericordia, de Re- Supremo Consejo de Regencia, y eso quedándose
clusión y de Expósitos, Cofradías, Memorias, Obras sin moneda alguna.16 Pero aunque los conventos
pías y Patronatos de legos, poniéndose los productos ya no tuvieran circulante, conservaron sus bienes
de estas ventas, así como los capitales de censos que raíces, apetecible botín para los intereses estatales.
se redimiesen, pertenecientes a estos establecimien- Los monasterios femeninos en la Nueva España
tos y fundaciones, en mi Real Caxa de Amortización sufrieron, además, una crisis vocacional imparable
baxo el interés anual del tres por ciento.12 desde los últimos años del siglo xviii. Todo comenzó
a consecuencia de la tentativa episcopal de impo-
El rey justificó medida tan extrema apelando al ner la vida común en los conventos de monjas.17 En
252 |
“doble objeto de subrogar en lugar de los vales rea- 1826, ya consumada la independencia de México,
les otra deuda con menor interés e inconvenientes las profesas en todo el país eran menos de 2,000, y
y de poder aliviar la industria y comercio con la ex- un cuarto de siglo después, en 1851, no alcanzaban
tinción de ellos”.13 a ser 1,500.18 En 1863, las profesas de Santa María
Poco después, en 1804, durante la guerra contra
14 Cfr. Bernard Bodiner, Rosa Congost y Pablo F. Luna (eds.), De
Francia e Inglaterra, el trono español embargó los
la Iglesia al Estado: las desamortizaciones de bienes eclesiásticos en
capitales de las corporaciones religiosas mediante Francia, España y América Latina, Zaragoza, Prensas Universita-
la Ley de Consolidación de Vales Reales. Las institu- rias de Zaragoza, 2008, pp. 350-351.
15 Gisela von Wobeser, Dominación colonial: la consolidación de
ciones novohispanas de este tipo fueron precisadas
Vales Reales en Nueva España, 1804-1812, México, iih-unam, 2003,
a entregar al gobierno todo su dinero en efectivo a p. 287.
16 Jaime Olveda, Documentos sobre la insurgencia. Diócesis de
10 Águeda Jiménez Pelayo, Haciendas y comunidades indígenas Guadalajara, Guadalajara, Secretaría de Cultura/Arquidiócesis
en el sur de Zacatecas, México, inah, 1989, p. 82. de Guadalajara, 2009, p. 65.
11 Cfr. Juan de Solórzano y Pereyra, Política Indiana, Madrid, 17 El tema lo desarrolla en extenso Isabel Arenas Frutos, Dos
Imprenta Real de la Gazeta, 1776, pp. 196 y ss. (le dedica al tema Arzobispos de México —Lorenzana y Núñez de Haro— ante la refor-
el cap. XXIII, del Libro IV). ma conventual femenina (1766-1775), León, Universidad de León.
12 Cfr. Josef Febrero, Febrero adicionado o librería de escribanos, 2004.
parte I, t. III, Madrid, Imprenta de Collado, 1817, pp. 134-135. 18 Cfr. José Gutiérrez Casillas, Historia de la Iglesia en México,
13 Cfr. Marta Friera Álvarez, La desamortización de la propiedad México, Porrúa, 1984, p. 256. En 1860, en los 21 conventos es-
de la tierra en el tránsito del antiguo régimen al liberalismo (la des- tablecidos en la ciudad de México el total de monjas era de 542;
amortización de Carlos IV), Gijón, Caja Rural de Asturias, 2007, cfr. Blas José Gutiérrez Flores Alatorre, Nuevo Código de la Refor-
p. 335. ma, t. II, parte II, México, Miguel Zornoza, impresor, 1870, p. 55.
Vida de catacumbas: la comunidad de monjas dominicas de santa maría de Gracia de Guadalajara, entre 1861 y 1951
piedades urbanas y rústicas de los conventos, prohi- […] las leyes de desamortización aplicadas a los ejidos
biendo a las comunidades tener capitales impuestos fueron un error muy serio y muy grande: de ellas data
sobre bienes raíces.24 El artículo 8 de la también Ley el empobrecimiento absoluto de los pueblos y la conver-
Lerdo excluyó de la nacionalización los edificios des- sión de sus habitantes en esclavos de las fincas.28
tinados inmediata y directamente al servicio u objeto
de tales corporaciones, y reconoció a los arrendata- Volviendo a nuestro tema, el artículo 5o. de la
rios del patrimonio activo fijo de las mismas “el de- Constitución de 1857 encuadró los votos monásti-
recho de adjudicarse todas las fincas rústicas y urba- cos en la categoría del trabajo forzoso, elevando a
nas que poseían o administraban”,25 cuyo monto ya rango constitucional la no coacción del Estado para
para entonces había sido mermado en tres cuartas el cumplimiento de los votos monásticos: “La ley
partes, calcula Niceto de Zamacois, según el cual, al no puede autorizar ningún contrato que tenga por
momento de ponerse en práctica esa ley, quedaban objeto la pérdida, o el irrevocable sacrificio de la li-
a las corporaciones religiosas 45 millones de pesos, bertad del hombre, ya sea por causa de trabajo, de
habiéndoseles expoliado entre 1768 y 1855 la friolera educación o de voto religioso”.29
de 150 millones.26 Tal precepto será el corolario de la Ley de nacio-
Como bienes de corporaciones se remataron tam- nalización de bienes eclesiásticos y de separación
bién las tierras comunales de los pueblos de indios, úl- de la Iglesia y el Estado, del 12 de julio de 1859,
timo baluarte de éstos para resistir “el mercantilismo que suprimió las órdenes religiosas masculinas y
despiadado de los blancos, más exterminador dentro las archicofradías, cofradías, congregaciones y her-
de formas hipócritas que la codicia de los encomen- mandades dependientes de ellos. A los religiosos
deros”, a decir de Carlos Pereira.27 Cuando muchos con órdenes mayores se les forzó a aceptar la ju-
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años después, en 1912, el diputado liberal poblano risdicción de los obispos del lugar de su residencia,
Luis Cabrera, principal ariete para eliminar de la liza pero a las monjas se les permitió seguir viviendo en
pública al Partido Católico Nacional, analice los conte- comunidad bajo la tutela del obispo diocesano (art.
nidos del Plan de Ayala, propondrá “La reconstitución 14); también les reconoció el derecho a secularizar-
de los ejidos de los pueblos como medio de suprimir la se y recobrar su dote (arts. 15-17), otorgándoles, si
esclavitud del jornalero mexicano”, admitiendo que este fuera el caso, una cantidad de dinero suficiente
para solventar sus necesidades, según lo determina-
24 “Quedan cerrados perpetuamente todos los noviciados en ran sus superioras, capellanes y autoridades civiles
los conventos de señoras religiosas. Las actuales novicias no (art. 18); se renovó también la prohibición perpetua
podrán profesar, y al separarse del noviciado se les devolverá
lo que hayan ingresado al convento”. La cita se tomó de Mina
de abrir noviciados, obligando a las candidatas que
Ramírez Montes, Niñas, doncellas, vírgenes eternas. Santa Clara tenían tal estado —al momento de promulgarse la
de Querétaro, 1608-1864, México, iie-unam, 2005, p. 272. ley— a abandonar el convento.30
25 María Concepción Amerlinck de Corsi, “Los conventos de
monjas: entre el uso, el abuso y la supervivencia”, en La Iglesia
y los centenarios de la Independencia y la Revolución, México, Cem/ 28 Apud Francisco Regis Planchet, El robo de los bienes de la Igle-
Imdosoc, 2012, pp. 386-387. sia, ruina de los pueblos, El Paso, Revista Press, 1936, p. 25.
26 Al tiempo de ejecutarse la Ley Lerdo había en México 1,500 29 Cfr. Los derechos del pueblo mexicano: México a través de sus
templos, 1,069 curatos, 144 conventos masculinos, 58 feme- Constituciones, vol. III, México, M. Porrúa, 1978, p. 490.
ninos y 178 colegialas en estos últimos; cfr. Agustín Rivera y 30 Cfr. Blas José Gutiérrez Flores Alatorre, t. II, parte II, pp. 58-
Sanromán, Anales mexicanos de la Reforma y el segundo Imperio, 61. La recepción de esta ley ha sido estudiada por Marta Eugenia
México, unam, 1994, p. 52. García Ugarte, “Reacción social a las Leyes de Reforma. 1855-
27 Cfr. Humboldt en América, Madrid, América, s.f., p. 208. 1860”, en Margarita Moreno-Bonett y Rosa María Álvarez de
de los que administraron las ultimas, México, Tip. de la Oficina dés, 1988, p. 78.
Impresora de Estampillas, 1898, pp. 152-153. 36 Cfr. Ramiro Villaseñor y Villaseñor, Las calles históricas de
33 Así las califica el artículo 2o. del decreto de extinción de co- Guadalajara, vol. III, México, Gobierno de Guadalajara-Unidad
munidades de monjas, del 26 de febrero de 1863; cfr. Blas José Editorial, 1988, p. 122.
Gutiérrez Flores Alatorre, op. cit., p. 648. 37 Eduardo López Moreno, La cuadrícula en el desarrollo de la
Vida de catacumbas: la comunidad de monjas dominicas de santa maría de Gracia de Guadalajara, entre 1861 y 1951
Figura 3. Vista aérea de la forma como se dividió el convento de santa maría de Gracia
en 1873. Cfr. Plano ortogonal de Guadalajara, 1904, Grant higley, mapoteca de la
universidad de Guadalajara.
Figura 2. estado actual del antiguo claustro de santa maría de Gracia. Fotografía de claustro principal sabemos que antes de su destruc-
manuel enríquez lara, 2010, cedida a tomás de híjar ornelas.
ción era de dos plantas, con cuatro corredores de can-
puente que unía ésta con la calle de Las Huertas38 tera, una hermosa fuente y barandal de hierro. En la
y el de la primitiva Plaza Mayor, principal zona de planta baja, hacia el sur, se hallaban la portería, el
abasto y expendio de mercadería de la ciudad. locutorio y el dormitorio de la enfermería. Desde el
El monasterio creció a raíz del desplazamiento corredor se accedía al torno, al segundo locutorio,
al poniente de la catedral definitiva, suceso que de- a la secretaría y a una pieza de la enfermería. Ade-
valuó el sitio fundacional de Guadalajara, dándole más del torno grande, había un torno pequeño en
al convento ocasión de cumplir lo dispuesto por el el locutorio.42
Concilio de Trento, que prohibía erigir tales obras Antes de trazarse las seis manzanas sobre lo que
“en un lugar arcano, oculto y demasiado remoto fue el convento de las Gracias, en 1873 (figura 3),
256 | de la concurrencia de los hombres” o “fuera de los la obra material sufrió daños graves en el contexto
muros de la ciudad”,39 y sin desfigurar el centro de de las luchas intestinas que afligieron al país en el
Guadalajara, extendiéndose por “un área inmensa, tiempo previo a esta fecha.
que más bien parece rural que urbana”.40 El 13 de julio de 1846 el miliciano liberal José
De esas seis manzanas una fue para el claustro María González Arévalo repelió a sus rivales desde
del monasterio (figura 2), otra para la sección de una trinchera que instaló en la azotea del convento;
la servidumbre, almacenes y panadería de la casa, las monjas evacuadas se refugiaron en el beaterio
y una tercera para el templo, el colegio de niñas y de Santa Clara, y cuando recobraron su casa esta-
hasta un mesón; en las restantes se construyeron ba hecha una lástima. El 26 de julio de 1852, en el
celdas y en los confines se plantó una huerta lin- marco de la insurrección de José María Blancarte,
dante con el riachuelo de San Juan de Dios.41 Del el convento se convirtió en fortín y escenario fre-
ciudad hispanoamericana, Guadalajara, Universidad de Guadala-
cuente de choques entre los bandos contrarios. A
jara/iteso, 2001, p. 198 mediados de 1856, cuando la comunidad se quedó
38 Javier Hernández Larrañaga, Guadalajara: identidad perdida,
sin propiedades, las monjas siguieron en su casa,
Guadalajara, Ágata, 2001, p. 101.
39 Así lo precisa Carlos Borromeo, Instrucciones de la fábrica y el pero sufriendo hostilidades por parte de las autori-
ajuar eclesiásticos, México, unam, 2010, p. 92. dades públicas, como la del 18 de junio de 1857, día
40 En los recuerdos de Victoriano Salado Álvarez; cfr. Episodios
Nacionales. Santa Anna, la Reforma, la Intervención, el Imperio, to de Santa María de Gracia de Guadalajara, Guadalajara, Rota
vol. IV, México, Colección Málaga, 1945, p. 55. Impresos Nueva Galicia, 1998, p. 56 y ss.
41 Insuperable y obligado es el relato que acerca de este punto 42 María Concepción Amelinck de Corsi y Manuel Ramos Me-
hace sor María Dolores de las Llagas de Cristo Rivera, El conven- dina, op. cit., p. 238.
en que “En Guadalajara impide el gobierno la profe- dejando con ello a la Iglesia sin interlocutores ante
sión de una monja, por favorecer su libertad”.43 su régimen.
El convento de Santa María de Gracia fue ca- El 5 de febrero siguiente publicó el decreto de
ñoneada el 26 de diciembre de 1858 por las tropas Bienes de Corporaciones Civiles y Eclesiásticas, a
de Santos Degollado, y dos años más tarde, du- través del cual todas las monjas del país quedaron
rante el ataque de Guadalajara, entre septiembre a disposición de las autoridades administrativas, ha-
y octubre de 1860 (figura 4), volvió a ser blanco bilitadas para reducir el número de conventos fe- | 257
de los obuses de los liberales, en especial de un meninos a los “que se estimen necesarios, por el
militar apellidado Mejía, quien dinamitó los co- gobierno en el Distrito, y por los gobernadores en
ros alto y bajo del templo. Sin embargo, fue hasta los Estados, observándose para esto el principio de
1873 cuando acaece la demolición del conjunto. que queden juntas las monjas pertenecientes a la
misma regla” (art. 75).45
Las dominicas de Santa María de Gracia Pedro Ogazón, gobernador de Jalisco, a quien
dan asilo a las de Jesús María. 1861-1862 un coetáneo recuerda como de “mano vigorosa”
para proceder a la clausura de los monasterios y sus
El 12 de enero de 1861, al día siguiente de su arribo templos, exclaustración de beatas, monjas y frailes,
a la capital de la República, Benito Juárez, en su ca- “reformas que se verificaban simultáneamente to-
lidad de Presidente de México por ministerio de ley,
impuso destierro al delegado apostólico en México, Antequera-Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Guadalajara, Yucatán,
Durango, Sonora, Linares y San Luis Potosí, además de la Admi-
monseñor Luigi Clementi, al arzobispo Lázaro de la nistración Apostólica de la Baja California y la de Tamaulipas. Ni
Garza y a casi todos los obispos del país, incluyendo el prelado de la Baja California ni el de Yucatán sufrieron esta
pena, pero la ubicación de sus sedes les hacía imposible cual-
al de Guadalajara, don Pedro Espinosa y Dávalos,44
quier injerencia en la vida eclesial del país.
45 Blas José Gutiérrez Flores Alatorre, op. cit., t. II, parte II, p.
43 Cfr. Ignacio Aguilar y Marocho, La familia enferma, México, 349. En la ciudad de México, de 22 conventos de monjas que
Jus, 1969, p. 52. había, sólo quedaron nueve, y a ocho de éstos fueron trasladadas
44 La única arquidiócesis tenía 10 sufragáneas: Puebla-Tlaxcala, las comunidades de los 13 restantes.
Vida de catacumbas: la comunidad de monjas dominicas de santa maría de Gracia de Guadalajara, entre 1861 y 1951
das, en medio de la conmoción general, hiriendo De monjas a “señoras exclaustradas”
costumbres e intereses inveterados, sentimientos y “reclusas”,1863
religiosos y piadosos, y a pesar de la resistencia de
muchos”,46 dispuso la supresión de dos de los cin- La aniquilación total de la vida monástica femeni-
co conventos femeninos de la Guadalajara: el de las na en México, y en consecuencia de las monjas de
carmelitas descalzas de Santa Teresa, que pasaron Santa María de Gracia, sobrevino, dijimos antes, el
al de Santa Mónica, y el de Jesús María, cuyas in- 26 de febrero de 1863, merced al decreto que nacio-
quilinas —unas 40— fueron transferidas al de Santa nalizó los conventos para mujeres no clausurados.
María de Gracia (figura 5). En los considerandos de esta nueva ley, el legis-
Este traslado tuvo lugar entre el 19 y el 20 de lador expuso que la profesión de votos de castidad,
marzo, y allí permanecerán las asiladas un año en pobreza y obediencia era parte de una disciplina
la “más grande armonía y fraternidad”,47 separán- “evidentemente opuesta a la misma libertad [e] in-
dose cuando las expulsas recuperaron su casa, el 6 compatible con la ley de cultos e intolerable en una
de junio de 1862. República popular”; por tanto, se procedía a clau-
Podemos ilustrar la reducción de los conventos surarlos y prohibirlos, resultando de ello obsoletas
femeninos en Guadalajara con la siguiente crónica sus instalaciones. El reglamento de la ley, diremos
de lo acaecido en la capital de la República: luego, enfatizó la voluntad inflexible del gobierno
de extirpar la vida consagrada: se impondrá pena de
El 13 de febrero de 1861 como a las diez de la no- muerte y destierro a quienes sostengan o recomien-
che, comisiones del gobierno se introdujeron en los den el monacato, en represalia —dice el presidente
conventos de monjas con el fin de hacer efectivo lo Juárez— a “la serie de medios coactivos con que se
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dispuesto en este artículo, a cuyo efecto se ocuparon estrecha al cumplimiento de esos votos”, y “el poder
con fuerza armada las alturas de los mismos edificios, a que sin reserva se someten las señoras religiosas”,
por si los clérigos o los fanáticos intentaban evitar o el cual
resistir la ejecución de la providencia, que no encon-
tró por esto embarazo por parte de ellos. En los ca- […] no tiene por base y correctivo, ni las leyes, como
rros de la ambulancia y en el ómnibus destinado para la autoridad de los magistrados, ni los sentimientos
conducir a los detenidos de la Diputación a la cárcel naturales, como la patria potestad, ni el derecho para
de Ciudad, sin previo aviso a las comunidades que cambiar de disposición las partes interesadas, como
debían refundirse, ni a las en que se hizo la refundi- sucede en los campos de servicios, sino un principio
ción, fueron trasladadas la monjas […] Las iglesias de indefinido cuyas aplicaciones todas se imponen se-
los conventos suprimidos quedaron por el pronto ce- gún la voluntad de ciertos individuos, a otros que de-
rradas al culto y todos los objetos que estaban destina- ben aceptarlas durante su vida entera.49
dos a este […] en poder y a cargo de los comisionados
nombrados, la mayor parte de los cuales disponía de Por otro lado, continúa la ley de nacionalización,
ellos como de cosa propia.48 “en toda la República está decretada la opinión con-
46 Manuel Cambre, Gobiernos y gobernantes de Jalisco, Guadala- tra la subsistencia de estas comunidades”, hacién-
jara, Presidencia Municipal, 1969, p. 77. dose necesario proceder a “la supresión de ellas por
47 María Dolores de las Llagas de Cristo Rivera, op. cit., p. 83.
48 Blas José Gutiérrez Flores Alatorre, op. cit., t. II, parte II, pp.
350-351. 49 Ibidem, p. 648.
Vida de catacumbas: la comunidad de monjas dominicas de santa maría de Gracia de Guadalajara, entre 1861 y 1951
tal la aversión a este género de vida que al amparo rales mexicanos buscaran la descristianización del
de esta legislación, y para evitar la subsistencia del país, antes bien, sus caudillos actuaban, a decir de
monacato femenino, surgieron cazadores profesio- Jean Meyer, con “religiosidad apasionada”,61 impeli-
nales de exclaustradas, destacando en Guadalajara dos no sólo por el viraje jurídico inferido al monaca-
—por su rapacidad y fiereza— Refugio Ignacio Gon- to femenino, sino también con el deseo de reformar
zález y González,59 precursor del espiritismo en la fe cristiana en sentido luterano, como alguna vez
Jalisco. Un día, luego de localizar a tres dominicas se lo confesó el propio Juárez a Justo Sierra: “De-
exclaustradas en la casa de la familia Vizcaíno, alla- searía que el protestantismo se mexicanizara, con-
nó la morada sin orden judicial ni facultades para quistando a los indios; éstos necesitan una religión
hacerlo, y que los obligue a leer y no les obligue a gastar sus
ahorros en cirios para los santos”.62
[…] encerró a las religiosas en una pieza y las hizo que Él y casi todos los de su grupo deseaban “sin-
se desvistieran amenazándolas con una pistola si no ceramente una separación que dejara a la Iglesia
lo hacían, hasta dejarlas en paños menores, y todavía libertad para ejercer su función espiritual”, pero
quería que se desnudaran completamente. Entonces tal y como ellos lo entendían: desde una postura
las religiosas prefirieron dejarse morir y le dijeron donde el Presidente encabezaba al “Estado como
que mejor les diera un tiro y les quitara la vida.60 el soberano de una nación contractualista, cuya
autoridad debería absorberla todo lo material y lo
Aunque episodios como éste hayan sido parte social”.63
de una estrategia implementada para descatolizar El proceso cuya cumbre fue la supresión de las
al pueblo de México, no se crea por ello que los libe- monjas, finalmente, “la dificultad de los liberales
260 |
decimonónicos para pensar a las mujeres como
bién que en ninguna ciudad existen tantos expósitos como en
sujetos”, toda vez que en contraste con la vida reli-
Roma, ni hay país en donde se repitan tanto los infanticidios.
Esto sucederá siempre allí donde haya sacerdotes ricos que no giosa masculina —cuyos integrantes fueron trata-
pueden casarse y una población pobre e ignorante”; cfr. Blas dos como “sujetos perdidos para la vida pública”—,
José Gutiérrez Flores Alatorre, op. cit., t. II, parte III, p. 577.
59 Fue hijo de combatientes insurgentes del fuerte del Som- a la disciplina monástica femenina se le consideró
brero, en Lagos (Manuel González Rubio) y Carmen González;
sufrió cárcel por ello siendo un chamaco. Luis Pérez Verdía lo 61 Al respecto, Jean Meyer razona: “En estos tiempos de desas-
recuerda decapitando las esculturas del templo del Carmen tres, la vieja idea filosófica según la cual el protestantismo es
de Guadalajara (cfr. Historia particular del Estado de Jalisco, vol. superior al catolicismo por ser representante del progreso y de
III, Guadalajara, Tipografía de la Escuela de Artes y Oficios del la tolerancia se cristaliza hasta hacerse obsesiva, precisamente
Estado, 1911, p. 129). El 26 de septiembre de 1858 hizo cuanto porque el vencedor norteamericano es protestante y el venci-
pudo por pegarle fuego al convento de Santa María de Gracia. El do mexicano católico […] Los liberales […] quieren imitar a los
5 de octubre de 1863 despojó al mayordomo Emilio Castillo Ne- Estados Unidos. Han conservado de sus orígenes católicos una
grete de la orfebrería del monasterio y destruyó buena parte de especie de religiosidad apasionada, que al secularizarse hace de
su acervo artístico (María Dolores de las Llagas de Cristo Rivera, la doctrina política una verdadera fe; la Asamblea Constituyente
op. cit., p. 85). Dávila Garibi, en la p. 80 de esta última obra cita- de 1857 se parece a un concilio de padres; el presidente es un
da, dice que además de muy malo, González era “sobre todo im- pontífice que hace declaraciones dogmáticas, la Constitución es
pío. Se le acusa de haber cometido varios sacrilegios, profanado sagrada y no podría de ningún modo reformarse, la fraseología
varios templos, quemado públicamente varias imágenes. Fue toda está impregnada de religión”; cfr. Historia de los cristianos en
uno de los encarnizados enemigos de la Iglesia que figuraron América Latina. Siglos xix y xx, México, Vuelta, 1991, p. 76.
mucho en las guerras de Reforma y de Intervención”. Murió en 62 Cfr. Justo Sierra, Juárez, su obra y su tiempo, México, unam,
la ciudad de México el 17 de agosto de 1892, desempeñándose 2006, p. 546.
como diputado federal por Jalisco. 63 Emilio Martínez Albeza, La Constitución de 1857. Catolicismo y
60 María Dolores de las Llagas de Cristo Rivera, op. cit., p. 84. liberalismo en México, t. III, México, Porrúa, 2007, p. 1869.
Vida de catacumbas: la comunidad de monjas dominicas de santa maría de Gracia de Guadalajara, entre 1861 y 1951
lugar entre el 18 y el 19 de noviembre del mismo
año, y allí vivieron seis meses, hasta el 30 de mayo
de 1865, día en que habiendo desocupado las tro-
pas francesas la casa original de las monjas, éstas
retornaron a ella, pero sólo por tres semanas. De
nuevo en el otrora Estanco, esperaron hasta el 23
de febrero de 1866 a instalarse definitivamente en
su convento (figura 7).
Sin embargo, al cabo de 10 meses, el 31 de di-
ciembre, estando la plaza de Guadalajara bajo el
control de los republicanos, el comandante militar
Donato Guerra comunicó al vicario capitular, en
Figura 7. antiguo estanco del tabaco de Guadalajara, habilitado como convento de santa
sede vacante de la Arquidiócesis, que le daba un maría de Gracia en 1864. Fotografía de tomás de híjar ornelas. 2014.
plazo perentorio de quince días
recién consagrado primer obispo de Zacatecas, don
[…] para que las señoras religiosas desocupen los con- Ignacio Mateo Guerra y Alva.67
ventos, y el de 8 días para que los señores eclesiásti- No mucho se mantuvo don Pedro al frente de su
cos cambien de traje […]. Luego que la desocupación encomienda, pues falleció el 12 de noviembre de
de los conventos se haya verificado, se servirá usted 1866, seis meses antes del malogrado emperador,
ordenar que sean entregadas las llaves al ciudadano cuyo proyecto de gobierno, contra los cálculos de
jefe político.66 sus promotores, lejos de abrogar las Leyes de Re-
262 |
forma y sus efectos, las recrudeció, especialmente
El monacato femenino en Guadalajara cuando el 27 diciembre de 1864 sostuvo un sona-
durante el II Imperio do revés diplomático con el nuncio apostólico Pier
Francesco Meglia, a quien intentó imponer la firma
No conviene dejar en el tintero la suerte de los con- de un concordato redactado en términos del más
ventos de monjas en Guadalajara durante el fallido puro regalismo.68
gobierno de Maximiliano. Once días antes de este desliz, el arzobispo Es-
Luego de tres años de exilio, don Pedro Espinosa pinosa y Dávalos fechó una detallada Relatio ad li-
y Dávalos retornó a su sede el 22 de marzo de 1864. mina,69 dando cuenta al Papa de la situación de su
Se fue obispo y volvió arzobispo. Cinco días antes de
arribar a su sede episcopal, ejecutó la bula Romana 67 José Ignacio Dávila Garibi, op. cit., t. IV, vol. II, 1966, p. 936.
68 Desde la óptica de Patricia Galeana de Valadés, Maximiliano
Ecclesia en la parroquia de Lagos, dando existencia
fue un “romántico de la política” que no supo aprovechar el apo-
jurídica a la Provincia Eclesiástica de Guadalajara, yo de sus promotores por conquistar el respaldo de sus adversa-
que comprendió las diócesis sufragáneas de Duran- rios; cfr. Las relaciones Iglesia-Estado durante el Segundo Imperio,
México, unam, 1991, pp. 175-186. No tomó en cuenta, añadimos
go, Sonora, Linares, Zacatecas y el Vicariato Apos-
nosotros, que su causa sin el respaldo de Francia estaba perdida,
tólico de la Baja California. Allí mismo recibió el en tanto que la de sus rivales con todo el apoyo de Estados Uni-
atributo de su investidura, el palio, de manos del dos era demoledora. Al malquistarse con el bando conservador
y con la Iglesia aseguró su ruina.
69 Se trata de un informe escrito que los obispos debían remitir
66 María Dolores de las Llagas de Cristo Rivera, op. cit., p. 89. a la Santa Sede cada tres años. Su nombre completo es Relatio
Santa Teresa, se recluyeron en domicilios particulares 99. Adviértase que el hecho de no vivir juntas no las exoneraba,
moralmente hablando, de seguir sujetas a la disciplina eclesiás-
puesto que sus monasterios permanecen hasta ahora
tica y a las leyes canónicas.
ocupados por militares franceses.70 72 Artículo 1o., fracc. IX; cfr. Blas José Gutiérrez Flores Alatorre,
op. cit., t. II, parte II, p. 648. Este compilador critica con dureza
ad limina Apostolorum, cuya traducción literal a nuestro idioma la excepción hecha por Juárez “a la plaga de las Hermanas de la
sería “Informe ante el umbral de los Apóstoles”. Caridad” (p. 649), a quienes reprocha “su extranjerismo y hostili-
70 Cfr. José J. Hernández Palomo, “Pedro Espinosa y Dávalos: dad a la república, su inutilidad y egoísmo, etc.” (p. 42).
Vida de catacumbas: la comunidad de monjas dominicas de santa maría de Gracia de Guadalajara, entre 1861 y 1951
Figura 8. plano del convento de santa maría de Gracia de Guadalajara en 1871.
levantamiento: d. bravo y s. e. Gleni. actualización de ramón mata torres (1999). propiedad
del monasterio de santa maría de Gracia de Guadalajara.
Vida de catacumbas: la comunidad de monjas dominicas de santa maría de Gracia de Guadalajara, entre 1861 y 1951
en tareas de voluntariado social, determinación que plió embarcándolas en Mazatlán con dirección a Es-
por otra parte tuvo un costo político decisivo para tados Unidos, siendo casi todas acogidas en la dióce-
el derrumbe del lerdismo y el ascenso de Porfirio sis de San Francisco.82
Díaz; sin embargo, considérese que en una fecha Ante tales intimidaciones, menos bríos tuvieron
tan tardía como 1915, un ideólogo liberal sigue pen- las dominicas tapatías y demás monjas exclaustra-
sando que das de restaurar sus comunidades, y pocas o nulas
señales a favor de ello de parte de los gobiernos ci-
La mujer mexicana no tiene, como la mujer ameri- vil y eclesiástico. En la total incertidumbre pasarán
cana, una educación que la capacite personalmente casi 20 años, manteniéndose, empero, en comuni-
para cuidarse de su propia libertad, y antes de pro- cación, observando la regla de su orden y su plan de
mulgarse las Leyes de Reforma, la experiencia hizo vida como consagradas.83
ver que la existencia de conventos representaba una
constante amenaza para la libertad femenina.80 Restauración del monasterio de Santa María
de Gracia, 1884-1903
Analizando los descalabros jurídicos inferidos
por el liberalismo mexicano en contra de las mon- Las monjas sobrevivientes de Santa María de
jas, a las que obligó a vivir en la total inseguridad Gracia se reagruparon a la sombra de su vetusto
jurídica durante 120 años, Elisa Cárdenas Ayala templo en 1884. La astucia política del recién re-
descubre como factor principal la suposición que la electo presidente de la República Porfirio Díaz fue
ideología dominante hizo de la inmadurez política e tanta como para procurar estar bien con Dios y con
intelectual de las monjas, concluyendo: el diablo:
266 |
Al igual que otras comunidades —étnicas o religiosas En tiempos del general Díaz […] se inició una polí-
masculinas, por ejemplo—, las de religiosas resulta- tica de tolerancia en favor de las órdenes religiosas,
ban intolerables a los liberales como sujetos colecti- primero respecto a las instituciones caritativas; luego
vos (siendo contemplativas, además, por el conflicto respecto a las órdenes dedicadas a la educación; final-
que plantea la clausura a las libertades individuales), mente hubo arreglos para adoptar la misma actitud
de ahí su empeño en individualizarlas mediante la tolerante hacia las órdenes contemplativas, las cuales,
consideración de cada una de las integrantes como aunque ilegales en su propia existencia, no fueron de
un sujeto económico […] La dificultad de pensar po- hecho perseguidas por las autoridades judiciales.84
líticamente a las monjas subraya importantes pro-
blemas de una modernidad en búsqueda de sujetos Gobernaba Jalisco el miliciano Francisco Tolen-
individuales […].81 tino, y mostrándose su gobierno ya “muy toleran-
te”,85 él mismo vendió a las exclaustradas una por-
La condena de destierro de las 40 hermanas de
82 José Ignacio Dávila Garibi, op. cit., 1966, pp. 1168-1171.
la Caridad que trabajaban en Guadalajara se cum- 83 Sor María de Cristo Santos Morales, op, “Las dominicas y la
exclaustración”, en Los dominicos y el nuevo mundo, siglos xix-xx:
80 Cfr. Eugenia Meyer, op. cit., p. 174. En este mismo texto y cita, Actas del V Congreso Internacional. Querétaro, 4-8 septiembre 1995,
Cabrera, muy al modo de los viejos liberales mexicanos, ve con Salamanca, San Esteban, 1997, p. 394.
admiración a los Estados Unidos y con desdén a los mexicanos. 84 Cfr. Eugenia Meyer, op. cit., p. 174.
81 Cfr. Elisa Cárdenas Ayala, op. cit., p. 829. 85 Ibidem, p. 99.
Vida de catacumbas: la comunidad de monjas dominicas de santa maría de Gracia de Guadalajara, entre 1861 y 1951
El arzobispo Pedro Loza, después de una ad- sas y cordiales, reanudadas este último año, cuando
ministración de casi 30 años, falleció en 1898 sin Ahumada arribó a Jalisco como su primer magis-
otorgar la licencia de reapertura del noviciado. Su trado.
sucesor, don Jacinto López y Romo, tomó posesión El mismo año de su toma de posesión, monse-
de su cargo muy quebrantado de salud, muriendo ñor Ortiz inauguró las magníficas instalaciones del
a la vuelta de pocos meses, el 31 de diciembre de Seminario Conciliar (18 de octubre), y se hizo car-
1900. Tres años después, los terciarios dominicos es- go de la postración de las comunidades de monjas,
tablecieron, con licencia de las monjas, un colegio otorgándoles las anheladas licencias para abrir los
en una de las secciones vacías del convento, pero lo noviciados, facilitando también los medios para el
cerraron al año siguiente al prosperar la iniciativa establecimiento de nuevos institutos religiosos de
de sor María Dolores de las Llagas de Cristo de res- vida activa.89
taurar el noviciado. Por lo que a las dominicas de Santa María de
Gracia respecta, vital para su pervivencia fue la visi-
Insólita primavera vocacional en Santa María ta de fray Secundino Martínez, vicario provincial de
de Gracia, 1904-191488 la orden de predicadores en México, llevada a cabo
en respuesta a la última llamada de las monjas de
Al arribo del cuarto arzobispo de Guadalajara, don Guadalajara y apenas a tiempo para evitar la total
José de Jesús Ortiz y Rodríguez, el 4 de enero de extinción de esta comunidad.
1902 (figura 11), nuestro monasterio agonizaba; sus Con el visto bueno del arzobispo Ortiz, fray Se-
ocupantes eran siete ancianas decrépitas, la menor cundino gestionó que dos dominicas del convento
de ellas septuagenaria. de Santa Catalina de Siena de la ciudad de México se
268 |
Hombre práctico y con una experiencia arrai- incorporaran al de Santa María de Gracia haciendo
gada en el compromiso pastoral, monseñor Ortiz, las veces de procuradora y maestra de novicias:
abogado de profesión, traía consigo el grato recuer- sor María Catalina J. de la Pasión y sor Rosa de San-
do de su buena relación con los religiosos josefinos ta María Josefa, las cuales arribaron a la capital de
y jesuitas durante su experiencia episcopal de 10 Jalisco el 11 de febrero de 1903, con especial encar-
años como primer obispo de Chihuahua. A ellos go de instaurar la vida común. Tal empeño, sin em-
encomendó misionar entre los tarahumaras. Por bargo, las enfrentará con las sirvientas de las mon-
otro lado, esa década coincidió exactamente con la jas ancianas, las cuales subsistían gracias al estilo de
gestión del coronel Miguel Ahumada, gobernador vida particular de sus amas.
de aquel estado norteño en tres periodos, de 1892 a
1903, trabándose entre ambos relaciones respetuo- 89 Veinte años después del arribo de monseñor Ortiz, se tiene la
siguiente relación de Institutos de Vida Consagrada en la Arqui-
88 A partir de aquí, la mayor parte de los datos relativos al mo- diócesis de Guadalajara, la mitad de ellos restaurados, instaura-
nasterio se han extraído del libro manuscrito “Crónicas del dos o creados por él: Maristas, Pasionistas, Padres de la Misión,
monasterio de Santa María de Gracia de Guadalajara”, compues- Salesianos, Adoratrices, Capuchinas, Carmelitas, Damas del Sa-
to en dos partes; la primera redactada por sor María Concepción grado Corazón, Dominicas, Hermanas de la Misericordia Cristia-
del Sagrado Corazón de Jesús Santana, op, y la segunda, por sor na, Hermanitas de los Pobres, Reparadoras, Salesianas, Siervas
Josefina del Santísimo Sacramento Barrera, op. Algunos de estos de Jesús Sacramentado, Siervas de los Pobres, Siervas del Cora-
datos ya han sido divulgados en un texto de edición privada: zón de Jesús, Siervas de María, Teresianas, Verbo Encarnado,
Crónica del convento actual de Santa María de Gracia de Monjas Víctimas del Corazón Eucarístico y Visitación; cfr. Librado Tovar,
Dominicas, coord. por Ramón Mata Torres, Guadalajara, Tips División eclesiástica del territorio del estado de Jalisco, Guadalajara,
Gráficos, 2001. Tipografía de Fortino Jaime, 1933, p. 256.
Vida de catacumbas: la comunidad de monjas dominicas de santa maría de Gracia de Guadalajara, entre 1861 y 1951
Figura 12. Vano practicado al muro norte del templo de santa maría de Gracia en 1914.
sidenta a sor María del Refugio del Divino Salvador Para tener el rango de clausura papal bajo el ré-
Navarro, primera de las monjas de la nueva gene- gimen de vida en común, la priora tuvo que lanzar
ración en hacer cabeza de la comunidad, y valiente del convento a las últimas sirvientas de las monjas
270 | timonel de la misma durante la persecución reli- antiguas y adaptar el inmueble a las nuevas nece-
giosa. Dos días después falleció la enferma, quien sidades: se practicó un vano en el muro norte del
contaba con 79 años de edad y 64 de vida religiosa. presbiterio para asistir a la misa sin salir a la calle
Un rescripto de la sede apostólica, de fecha 19 de (figura 12) para colocar en él la reja del coro —una
abril de 1913, confirmó como priora a son María del reja doble— y una cratícula para la comunión de
Refugio, la cual pudo disponer de la administración las monjas; se adecuó la ropería y el refectorio; se
de los bienes de la comunidad, eligiendo como ma- habilitaron la sala de profundis, la cocina, la enfer-
yordomo al abogado José Ortiz Gordoa, quien reci- mería y el oratorio con reserva de la Eucaristía;
bió el cargo de don Luis Verea, varón probo, pero también una sala capitular, rescatándose para ello
liado a una situación financiera personal en la que una pieza de la antigua enfermería con salida a la
arrastró a sus representadas, cuya falta de previsión tribuna del presbiterio. Para el noviciado se dividie-
fue tal —no obstante las reiteradas advertencias de ron las celdas con canceles de madera, y en cada
Verea— que no pudieron evitar la bancarrota del una muebles de la máxima austeridad: un catre de
monasterio, cuyo haber tuvo que redimir la arqui- tablas y un jergón, una mesita y un banco, un co-
diócesis a cambió de la crecida cantidad de 20,000 frecillo de madera para los libros de uso y costura
pesos. Este lance dejó en la total pobreza a la rena- y, suspendidos al cancel, una bolsita con objetos
ciente comunidad, orillando a las monjas a subsistir mínimos de tocador y cilicios para las disciplinas
del trabajo de sus manos.92 de los días viernes.
92 Considérese que la prohibición legal impuesta a las corpo- bienes valiéndose de prestanombres, derivando de ello una
raciones eclesiásticas hasta 1992, las forzaba a administrar sus constante fuente de conflictos.
Vida de catacumbas: la comunidad de monjas dominicas de santa maría de Gracia de Guadalajara, entre 1861 y 1951
cuar de inmediato el monasterio. Las “Gracias”, que
eran 13 (la priora, siete monjas de votos solemnes,
dos de votos simples, dos legas y una postulante),
entregaron el templo al sacristán y el convento a
las porteras, amparándose donde les fue posible, y
nada mejor pudieron hacer, pues durante esa jorna-
da los carrancistas transformaron en cuartel y ca-
ballerizas todos los templos y edificios relacionados
con la Iglesia, sin escaparse el de Santa María de
Gracia (figura 13).
La misma catedral sirvió de albergue a las soldade-
ras de la tropa, de modo que “[l]os ornamentos sagra-
dos se convertían en mantillas para los caballos y los
pergaminos de los libros corales en tambores de tropa.
De los templos desaparecieron los objetos de valor”.95
Los carrancistas acuartelados en Santa María de
Gracia sólo permanecieron allí tres días. Después
de dos semanas las religiosas monjas intentaron re-
cuperar su casa, pero en ese momento el nuevo go-
bierno —encabezado por Manuel M. Diéguez— dis-
Figura 14. estado actual del centro cultural el refugio, antiguo hospital y casa de ejercicios
puso el arresto de todos los eclesiásticos residentes
272 | espirituales de san pedro tlaquepaque. Fotografía de tomás de híjar ornelas, 2014.
en la ciudad, que en número de 82 fueron recluidos en
la penitenciaría, sin escaparse siquiera el deán, don cistas. Ocho días se retuvo a los eclesiásticos en la
Antonio Gordillo, decrépito y casi agónico, el cual cárcel, la cual fueron dejando no sin antes obligár-
fue trasladado a la cárcel en una camilla y murió seles a otorgar una cuantiosa fianza de 1,000 pesos.
poco después; tampoco el obispo de Tehuantepec, Como los males no vienen solos, un descala-
don Manuel Plascencia y Moreira, que se encontra- bro mayúsculo afligió a las dominicas en ese mo-
ba de paso en Guadalajara.96 mento: dos españolas, que fueron despedidas del
Aunque el capellán de Santa María de Gracia, un convento por mendaces y faltas de recta intención,
virtuoso presbítero de nombre Emeterio González, denunciaron algunos inmuebles que el monasterio
no fue arrestado; él mismo se entregó a los carran- poseía mediante testaferros, los cuales fueron de
95 Ramiro Camacho, Historia de don Silviano Carrillo, fundador inmediato confiscados por los carrancistas. No sa-
de las Siervas de Jesús Sacramentado, Guadalajara, El Estudiante, tisfechas con eso, dichas mujeres se dedicaron, en
1946, p. 188.
96 Lo desorbitado de la acusación lo pondera Robert Curley los años subsecuentes, a delatar y hacer imposible
señalando que “un complot armado clerical hubiera sido ani- la vida a las dominicas.
quilado con lujo de violencia, mas todo sugiere que se trataba
No pudiendo regresar a su convento, la priora
de extorsión, elemento básico del modus operandi de todos los
ejércitos de esa época”. “Pensar la revolución mexicana: el im- y siete de sus profesas se asilaron, en noviembre
pulso revisionista y los temas de Jalisco, 1910-1920”, en Revista de 1914, en el hospital del Refugio de San Pedro
del Seminario de Historia Mexicana, época 1, vol. 1, núm. 5, Gua-
Tlaquepaque, inaugurado en 1893, a instancias del
dalajara, Universidad de Guadalajara, Centro Universitario de
Lagos, 2000, p. 133. religioso exclaustrado fray Luis Argüello, ofm, y
Vida de catacumbas: la comunidad de monjas dominicas de santa maría de Gracia de Guadalajara, entre 1861 y 1951
En tanto esto sucedía en Querétaro, las monjas
dominicas de Guadalajara, perseguidas y dispersas,
se pasaban mudándose de casa en casa, a salto de
mata y en la total miseria. La priora y tres coristas
intentaron congregarse, pero de inmediato se disua-
dieron de hacerlo hasta marzo de 1917, cuando se
les ofreció una vivienda contigua al templo de La
Inmaculada, en la calle de Santa Mónica de Guada-
lajara, propiedad de un presbítero de apellido Ramí-
rez (figura 15).
En 1918 algo serenó las aguas, animándose las
dominicas a abrirle el noviciado a Rita del Real, céli-
be cuadragenaria, hermana del párroco Ramón del
Real, la cual profesó con el nombre de sor María de
la Paz Josefa de la Sagrada Familia de Nazaret.
En febrero del año siguiente, 1919, sabiendo de la
Figura 15. casa contigua al templo de la inmaculada de Guadalajara. Fotografía de tomás
de híjar ornelas, 2014.
insuficiencia de esa casa para las necesidades de
una comunidad tan grande, el vicario general Alva-
Los diputados del constituyente de Querétaro rado ofreció a la priora la morada que fue del extin-
quisieron ir más allá, y considerando que “[l]a ex- to canónigo don Ruperto Ibarra. Aprovechando la
presión ‘La ley no reconoce órdenes monásticas’, oferta, al mes siguiente la comunidad eligió nueva
274 |
parece ociosa, supuesta la independencia entre la priora y hasta recuperaron algunos de los objetos
Iglesia y el Estado; cree adecuado la Comisión susti- incautados en la casa de San Pedro Tlaquepaque.
tuir esa frase por esta: ‘La ley no tolera la existencia Ese año ingresaron cuatro jóvenes a la comunidad
de órdenes monásticas’ ”.100 que llegaron a ser modelo de religiosa observancia.
El artículo fue aprobado por 168 votos a favor El 9 de junio de 1920 se reabrió al culto el templo
y le adjudicó al Estado atribuciones ajenas al es- de Santa María de Gracia, no así el convento, con-
píritu original de la norma, limitada a abolir la vertido en vecindad. Para sorpresa de las monjas, el
coacción estatal para forzar el cumplimiento de ajuar de la iglesia y sus vasos sagrados permanecían
los votos monásticos. Prohibiendo su estableci- intactos. Pareciéndoles eso extraordinario, reanuda-
miento, en cambio, el legislador no sólo fue con- ron la costumbre de cuidarlo en turnos de dos en
tra de la libertad de culto y de asociación, sino dos, habilitando en un anexo un cubículo para per-
también contra “el principio de separación entre noctar.
el Estado y las Iglesias que consagra el artículo En marzo de 1921 nueve monjas y cinco novicias
130”.101 tomaron posesión de una vivienda en el número 71
100
de la calle de Herrera y Cairo que donó el presbítero
Cfr. Fernando Romero García y Joaquín Z. Valadez, Dia-
rio de los debates, vol. 1, México, Congreso Constituyente Juan José Anguiano Galván a las monjas carmeli-
(1916-1917)-Cámara de Diputados, 1922, p. 556. tas descalzas del monasterio de la Hoguera de Santa
101 Guillermo Gatt Corona y Mavio Ramírez Trejo, Ley y religión
en México. Un enfoque histórico jurídico, Guadalajara, iteso, 1995,
Teresa, pero que éstas desalojaron;102 allí tuvieron
p. 134. 102 Cfr. Beatriz de San Juan de la Cruz, oCd, “El Carmelo de la
Figura 16 aspecto actual del sitio donde estuvo, en 1921, el convento clandestino de las
dominicas, por la calle de herrera y cairo de Guadalajara. La mayoría de las monjas ocupaba desde fe-
brero de ese año una casa por la calle de Corona,
el consuelo de ser auxiliadas por dos eclesiásticos
cedida en comodato por los hermanos Aurelio y
ejemplares, los canónigos don Pedro Romero y don
María de Jesús López Rosales. En ese lugar fue
Miguel Cano, hasta la muerte de estos, tres años
reelecta priora sor María del Refugio del Divino
después (figura 16).
Salvador Navarro, y allí vivieron en cierta calma
Dos días antes de la Navidad de ese año, la
más de un año, pues a mediados de 1926 los pro-
priora recibió la orden de abandonar esa casa y
pietarios fueron advertidos de que si las monjas
entregar las llaves, porque estaban denunciadas
seguían ahí, el gobierno les incautaría su casa.104
ante el gobierno civil. Entonces la comunidad se | 275
El 25 de julio de ese año las religiosas se tras-
dividió; dos se fueron a Santa María de Gracia
ladaron a una vivienda en la calle de J. Luis Ver-
y las demás a la mansión de la señora Refugio
día, al oriente de la ciudad, infecta y ruinosa,
Castañeda de Uribe, donde hasta un oratorio tu-
pero no habiendo más, la acondicionaron para
vieron.
habitarla. Eran 17 profesas. En tanto, las novi-
Pese a las dificultades, las monjas seguían cus-
cias, que eran cuatro y su maestra, se quedaron
todiando las migas de su primer nido, turnándose
en la casa de una bienhechora, doña Natalia
como lo venían haciendo, para cuidar su antiguo
Cuéllar (figura 17).
templo. Empero, como el propósito del gobierno
era extirpar la vida monástica, el 5 de agosto de
104 En fecha tan tardía como 1940, la Ley de Nacionalización de
1925 el secretario de gobierno de Jalisco, Silvano
Bienes, reglamentaria de la fracción III del artículo 27 constitu-
Barba González, denunció ante el alcalde de Gua- cional, sigue declarando propiedad de la Nación “los conventos
dalajara, José María Cuéllar, que “en [el templo de] y cualquier otro edificio que hubiere sido construido o des-
tinado a la administración, propaganda o enseñanza de cul-
Santa María de Gracia había varias monjas y que de to religioso” (art. 1o., fracc. II); “Se presumirá, sin que haya
comprobarlo debía clausurar ese ‘conventículo’,”.103 lugar a prueba en contrario, que el dueño de un inmueble
tuvo conocimiento del destino a que se refieren los artículos
Hoguera de Santa Teresa de Guadalajara”, en Boletín Eclesiástico anteriores, por el sólo hecho de que durante más de un año,
de la Arquidiócesis de Guadalajara, año VII, núm. 3, Guadalajara, el inmueble esté siendo utilizado en alguna de las formas a
p. 202 y ss. que los mismos artículos aluden” (art. 5o.); cfr. José Antonio
103 Moisés González Navarro, Cristeros y agraristas en Jalisco, González Fernández et al., Derecho eclesiástico mexicano, México,
vol. II, México, El Colegio de México, 2003, p. 244. Porrúa/unam, 1992, pp. 96-97.
Vida de catacumbas: la comunidad de monjas dominicas de santa maría de Gracia de Guadalajara, entre 1861 y 1951
Se penaliza la vida monástica, 1926-1932 A principios de 1927, en el marco de la Guerra
Cristera, estando la comunidad sin capellán, y te-
El 2 de julio de 1926 la Cámara de Diputados aprobó miendo la priora un atentado en contra de las mon-
la iniciativa de ley presentada por el titular del Po- jas, dispuso que una parte de ellas se trasladara a la
der Ejecutivo, Plutarco Elías Calles, la cual reformó parroquia de Ajijic, donde ya residían otras cuatro.
el Código Penal para el Distrito y Territorios Federa- Este intento no prosperó, diluyéndose las religiosas
les sobre delitos del fuero común y delitos contra la a partir de ese año entre sus parientes o viviendo en
federación en materia de culto religioso y disciplina diminutos grupos.
externa. Las que se quedaron custodiando el templo de
Acerca del tema que nos ocupa, el artículo 6o., Santa María de Gracia contaron con la asistencia de dos
explicitando el 5o. constitucional, señala: sacerdotes, uno disminuido en su salud mental, don
Jesús Domingo Quezada, y otro anciano y desvalido,
Son órdenes monásticas, para los efectos de este ar- don Salvador Palomino. En 1928 este pequeño gru-
tículo, las sociedades religiosas cuyos individuos vi- po fue denunciado, y después de sufrir un vejatorio
van bajo ciertas reglas peculiares a ellas, mediante allanamiento de morada, las dos religiosas fueron
promesas o votos temporales o perpetuos, y con su- confinadas en los calabozos de la presidencia mu-
jeción a uno o más superiores, aun cuando todos los nicipal. El gobierno confiscó a las monjas el último
individuos de la orden tengan habitación distinta. reducto de su casa original, dejando para el servicio
Las órdenes o conventos establecidos serán di- del templo sólo la sacristía y la pieza de la reja del
sueltos por la autoridad, previa identificación y filia- coro. El recinto siguió abierto bajo la responsabili-
ción de las personas exclaustradas. dad de un laico, Roque Estrada, designado por el
276 |
Cuando se compruebe que las personas exclaus- gobierno como custodio. Todos los domingos una
tradas vuelven a reunirse en comunidad después de concurrencia nutrida se reunía en él para ofrecer
la disolución, serán castigadas con la pena de uno o actos piadosos y de desagravio.
dos años de prisión. En tal caso, los superiores, prio- A las religiosas no les quedó más remedio que
res, prelados, directores o personas que tengan ca- reagruparse en la insalubre casa de J. Luis Verdía.
lidad jerárquica en la organización o dirección del Empujadas por la suma incomodidad de ella, la
claustro serán castigados con la pena de seis años de convirtieron en noviciado (dos novicias y su maes-
prisión. tra) y despacho de la priora, ocupando las restantes
Las mujeres sufrirán las dos terceras partes de la una vivienda próxima a ese domicilio.
pena en cada caso.105 Por estos días, los más crudos de la Cristiada, la
Santa Sede dio licencia a los fieles de comulgar en
Sin embargo, luego de 12 años de subsistir en las forma extraordinaria a cualquier hora del día, con
peores condiciones, un prieto más en el arroz no dos horas de ayuno. A mediados de ese año otra vez
arredró a las dominicas en sus aspiraciones, pero sí fue reelecta sor María del Refugio del Divino Salvador
les indujo a redoblar las cautelas ante el cariz puni- Navarro. La comunidad practicó ejercicios espiritua-
tivo con que ahora se quería exterminar su modo les, impartidos por el joven jesuita Ramiro Camacho.
de vivir. Al comenzar 1929 el monasterio seguía contan-
do como capellanes a los presbíteros Quezada y Pa-
105 Ibidem, pp. 85-86. lomino, hasta que el primero de ellos, víctima de un
Vida de catacumbas: la comunidad de monjas dominicas de santa maría de Gracia de Guadalajara, entre 1861 y 1951
Se actualiza la persecución: En 1935 el tinte socialista que se impuso desde la
de nuevo exclaustradas, 1932-1938 Constitución en todo México pretendió ser la pena
de muerte para los colegios de inspiración cristiana
A finales de ese año, la policía secreta tendió un en la República, confinando otra vez a la clandesti-
cerco al monasterio clandestino, que fue evacuado; nidad a los institutos de vida consagrada. Treinta y
las religiosas se trasladaron a una destartalada vi- tres eclesiásticos del clero de Guadalajara que prac-
vienda en la calle de la Parroquia, donde debieron ticaban ejercicios espirituales en la ciudad fueron
hacinarse en las peores condiciones. La comunidad encarcelados en octubre, obteniendo la libertad a
se componía entonces de 25 monjas. El goberna- cambio del pago de una multa de 1,000 pesos.
dor Sebastián Allende redujo a ocho el número de Al año siguiente (1936), el 6 de noviembre, el
presbíteros autorizados a administrar los sacramen- nuevo arzobispo de Guadalajara, don José Garibi Ri-
tos en el estado de Jalisco, y volvió a clausurar el vera, decretó la dispersión de todas las comunidades
templo de Santa María de Gracia. El 24 de abril de religiosas, exceptuando la de Santa María de Gracia.
1932 Domingo Aguirre pidió al presidente Lázaro El 20 de enero de 1937 el gobernador Everardo
Cárdenas que el templo se convirtiera en museo de Topete adjudicó el templo de Santa María de Gracia
arte religioso.106 al gobierno del estado.
Todo ese año estuvo salpicado de privaciones Las dominicas, agobiadas por la penuria, se acer-
debido al nuevo brote persecutorio. Para colmo de caron al abad de Guadalupe, don Feliciano Cortés,
males, las religiosas perdieron un considerable fon- salido del clero de Guadalajara, quien a cambio de
do material puesto en manos de la señora Virginia 20,000 pesos adquirió para aquella basílica un lote
Sotomayor, la cual, para quedarse con él, denunció importante de vasos sagrados y ornamentos precio-
278 |
el monasterio y obligó a la comunidad a dispersarse sos que portentosamente se habían salvado.
una vez más. El 1 de noviembre se reavivó en Guadalajara el
En 1933 el templo de Santa María de Gracia fue cateo de viviendas en busca de comunidades de re-
clausurado, y en tales condiciones permaneció du- ligiosas y hubo arrestos de sacerdotes. El arzobispo
rante una década.107 José Garibi Rivera dispuso la evacuación de los con-
Las dominicas se arriesgaron a vivir en pequeños ventos, aunque la notificación no llegó al de Santa
grupos, alejadas entre sí, conservando, no obstante, María de Gracia.
abierto el noviciado y las profesiones de votos. Algo A mediados de 1938 la tempestad comenzó a
parecido hizo el seminario conciliar, sin una casa fija, amainar y la arquidiócesis tapatía pudo celebrar el
sosteniendo grupos dispersos aquí y allá en las ba- primer Congreso Eucarístico de su historia, y tam-
rriadas populosas distantes del centro de la ciudad. bién su primer Congreso Eucarístico Diocesano.
Paradójicamente, las vocaciones en nuestro monas-
106 Moisés González Navarro, op. cit., vol. IV, p. 56.
107 El Directorio General del Estado de Jalisco, publicado por Ri- terio iban en aumento.
cardo Delgado en 1940, en edición patrocinada por la Cámara
Nacional de Comercio e Industria de Guadalajara, da la lista de
Cesa la persecución, 1940-1951
los templos clausurados en ese tiempo: Belén, Cristo Rey, El
Calvario, El Refugio, La Milagrosa, La Preciosa Sangre, La Sole-
dad, Los Dolores, Sagrado Corazón, San Diego y Santa María de La tensión entre la Iglesia y el Estado menguó a par-
Gracia (p. 430). Ya no se incluyen los templos incautados por
los carrancistas en 1914, como el de Santo Tomás, y la capilla de
tir de 1940. Las monjas debían seguir viviendo en la
Loreto, incautado por los constitucionalistas. clandestinidad y de forma precaria, pero ahora con
Figura 20. casa donde estuvo el convento clandestino de santa maría entre 1940 y 1951. Fotografías de tomás
de híjar ornelas, 2014.
menos zozobras, aunque privadas de una vivienda 1942, organizada a instancias del vicepresidente del
apta para sus fines; ocupaban una en la calle de Re- Comité Central de Festejos por el IV Centenario de
forma número 764, en el territorio de la parroquia la fundación de Guadalajara, Víctor González Luna,
del Dulce Nombre de Jesús (figura 20). el cual, con el apoyo del arzobispo, solicitó y obtuvo
Al año siguiente, el canónigo Antonio Correa vi- que en el recinto se presentara una exposición de
sitó el monasterio, que mereció elogios de su parte. arte sacro, la cual avaló el presidente Manuel Ávila
La priora pidió licencia para adecuar la casa a las Camacho a través de la Dirección de Bienes Nacio-
necesidades de la comunidad, pero la noticia de la nales y de las principales arquidiócesis de México.
restitución del templo de Santa María de Gracia y La exposición tuvo cuatro grandes secciones: borda-
del anexo movió al arzobispo Garibi a recomendar dos, orfebrería, pintura y escultura.108 Se esperaba
la interrupción de las obras; el marco para ello lo 108Cfr. Alberto María Carreño, La exposición de arte religioso en
dio la exposición de arte religioso del 3 de febrero de Guadalajara, Guadalajara, s.e., 1942.
Vida de catacumbas: la comunidad de monjas dominicas de santa maría de Gracia de Guadalajara, entre 1861 y 1951
280 | Figura 21. templo de nuestra señora del sagrado corazón, anexo al monasterio de santa maría de Gracia de Guadalajara, bajo el diseño y ejecución del ingeniero y presbítero pedro
castellanos lambley. Fotografías de tomás de híjar ornelas, 2014.
que al concluir, el 5 de marzo siguiente, el templo don José Aguilar Figueroa, por su parte, ofreció do-
quedara abierto al culto divino, lo cual no sucedió nar al monasterio un terreno amplio en la colonia
en ese momento, pero sí más tarde. Sin embargo, Chapalita, proyecto que no avaló monseñor Garibi
las monjas ya no se hicieron cargo de su atención, arguyendo que estaba muy lejos y distante de la
pues el arzobispo ratificó como rector de la capella- ciudad. El canónigo Rafael Ramos Chávez propuso
nía al presbítero Abraham Andrade, el mismo con a las monjas, a principios de 1949, un terreno en
quien habían tenido diferencias. la delegación de Zoquipan, del municipio de Zapo-
Largos meses transcurrieron sin que se solucio- pan. También se les hicieron ofertas de un predio
nara el problema del nuevo convento. A principios por El Rosario, en Tonalá, y otro en Ciudad Granja,
de 1947 un bienhechor, don Ignacio Navarro, donó en Zapopan. Finalmente les fue ofrecido un terreno
a la comunidad dos casitas para que, uniéndolas, lo próximo al Club Guadalajara, en el fraccionamiento
construyeran. El arzobispo no fue de ese parecer, y Ladrón de Guevara de Guadalajara.
propuso a las religiosas la adquisición de un terre- Ante tantas propuestas y las vacilaciones de la
no de 2,000 m2 frente al Hospital Guadalupano, en priora, y aprovechando la ausencia de ésta, la re-
la colonia Alcalde Barranquitas.109 El fraccionador fitolera del convento, sor María del Espíritu Santo,
109Este nosocomio fue fundado por el presbítero Luis Sánchez nos referimos lo compró la Colonia Tamazulense, a instancias
Araiza en 1935, y se llamó después Hospital Alcalde. Subsiste del presbítero Librado Arreola, para edificar en él un templo a
con el nombre de Salud de los Enfermos. El terreno al que aquí su patrona, Nuestra Señora del Sagrario, hoy sede parroquial.
Vida de catacumbas: la comunidad de monjas dominicas de santa maría de Gracia de Guadalajara, entre 1861 y 1951
Figura 23. la comunidad actual de monjas dominicas de santa maría de Gracia en el huerto de su convento. Fotografía de román ramírez carrillo, 2013.
ventajoso para despojar a las monjas de esas cons- Cabe señalar que la rama femenina de la orden
282 | trucciones. de predicadores tiene en México su vergel más flori-
De cara al futuro, las herederas de un legado de do de Hispanoamérica, pues mientras los del Cono
muchos siglos han llegado al siglo xxi. Durante un Sur, Centroamérica y las Antillas suman 31, en este
cuarto de siglo, de 1914 a 1939, el acoso del gobier- suelo se cuentan 18, y el más numeroso es el nues-
no, las agresiones, la violencia legal y los vejámenes tro, integrado a la fecha por 33 monjas, casi todas de
en su contra, lejos de apagar su voluntad, la forta- menos de 45 años de edad.
lecieron. Dos generaciones de monjas intrépidas y En medio de su pobreza y ocupándose en labo-
valientes, abandonadas casi por todos, subsistiendo riosas tareas para asegurar su diario vivir, la comuni-
a duras penas, confiadas sólo a la Providencia, pu- dad de Santa María de Gracia de Guadalajara ocupa
dieron mantenerse unidas y salir a flote, de modo hoy un lugar sobrio, digno y cómodo, en creciente y
que a la postre el fallido intento de suprimir la vida habitual roce con los ideales dominicos. Carecen de
monacal más bien redundó en beneficio de los mo- rentas y no reciben nada de los fondos piadosos de la
nasterios de vida contemplativa y de la instauración capellanía. Se sostienen atendiendo un taller de alta
de la vida común. Tal criba fortaleció la tenacidad costura, donde confeccionan paramentos litúrgicos,
de las monjas y cerró un doloroso capítulo de casi y una cocina donde preparan diversas viandas, es-
un siglo (figura 23). pecialmente de repostería.111
111 Para redactar este artículo, el autor recurrió a la investiga-
ción usada por él mismo para la monografía Silencio y oración
litúrgica. La comunidad de monjas dominicas de Santa María de
Gracia a 425 años de su fundación, Guadalajara, Morfotec, 2013.
E
l monasterio de Santa Mónica es un referente esencial en la memoria his-
tórica de Puebla, primero como un espacio que materializó un proyecto es-
pecífico encaminado a proporcionar una alternativa de vida, realización y
| 283
trascendencia a las mujeres; en este sentido aún mantiene vigente esa voca-
ción de forma sorprendente a pesar de los avatares que aquí narraremos. En
segundo lugar, porque el inmueble que lo albergó durante casi dos siglos y medio expresa,
a través de su perfil museístico y pese a lo desafortunado del reciente guión, un rostro del
paradigma de una sociedad multisecular que oscila entre la fe y la laicidad. El inmueble, en
su perfil arquitectónico, se mantiene a pesar de ciertos desatinos recientes de intervención
y la acechanza del gobierno local sobre su acervo y el espacio vecino, un todo que alguna
vez fue parte de esta gran casa religiosa.
En razón de ello quiero centrar la atención en un periodo poco conocido de la histo-
ria del monacato poblano, el decimonónico, y particularmente la etapa de inestabilidad
en la vida conventual provocada por la persecución de los regímenes políticos sobre las
instituciones eclesiásticas.1 El año de inicio corresponde a un momento toral en la vida
espiritual del monasterio, y el de conclusión cuando por fin una nueva generación de
religiosas encuentra la paz en una nueva casa. Expondremos inicialmente el contexto
político y jurídico de la ciudad y del estado de Puebla que incidieron en la vida de los mo-
* Centro inah Puebla.
1 Agradezco al doctor fray Roberto Jaramillo Escutia, osa, la invitación que me hizo hace algún tiempo para
integrarme a las pesquisas acerca del monasterio de Santa Mónica y, desde luego, a la generosidad de la comu-
nidad de agustinas recoletas en Puebla, con quienes hemos compartido muchas experiencias. Este texto forma
parte de un estudio mucho más amplio que algún día verá el término.
Crisis, agonía y restauraCión del Monasterio de santa MóniCa de la Ciudad de Puebla, 1827-1943
nasterios; a continuación abordamos aspectos que a la Presidencia y la implantación de un gobierno
tocan a todas las comunidades de religiosas en Pue- centralista.3
bla, y finalmente el caso específico del monasterio Durante el siglo xix se expidieron leyes, en un
de Santa Mónica. tono cada vez más alto, que fueron desde la exac-
El monasterio de Santa Mónica fue erigido canó- ción de recursos económicos y afectación de los bie-
nicamente el 20 de mayo de 1688, por iniciativa del nes hasta la supresión de los monasterios. Los ban-
obispo Manuel Fernández de Santa Cruz, quedando dos en disputa, liberales y conservadores, exigieron
dotado para que en él profesaran doncellas pobres, préstamos forzosos a las instituciones eclesiásticas,
de manera que la falta de dote no fuese impedi- de manera que tanto los anticlericales como los que
mento para acceder a este monasterio. Quedaron arengaban al grito de “religión y fueros” dispusieron
bajo filiación diocesana y observando la Regla de de los bienes eclesiásticos, lo cual impactó defini-
San Agustín, a manera de las agustinas recoletas.2 tivamente en los monasterios femeninos.4 Las Le-
Del convento de Puebla, en el siglo xvii como en el yes de Reforma dieron la puntilla contra los bienes
xx, provino la fundación de otras casas en territorio de las corporaciones eclesiásticas y dinamitaron la
mexicano. existencia de la vida religiosa en México; después
de su aplicación decenas de conventos y monas-
Época de vientos contrarios terios fueron destruidos físicamente o reducidos a
una mínima expresión. La ciudad de Puebla, donde
A partir de 1833 se enunciaron las primeras dispo- la Iglesia era omnipresente, acusó el embate del li-
siciones del México independiente que fueron tipi- beralismo, además de los efectos por la guerra con-
ficadas como anticlericales. Valentín Gómez Farías, tra la invasión francesa; durante la segunda mitad
284 |
como vicepresidente de México, buscó aplicar un del siglo xix la fisonomía simbólica de la ciudad ini-
proyecto de reforma. Aquel año las dos cámaras ha- ció una transformación desacralizadora, y el discur-
bían promulgado el Patronato Nacional, y en razón so social de los poblanos adquirió nuevos matices,
del mismo Gómez se negó a aceptar las bulas de un proceso que se extendió hasta la época posrevo-
nombramiento del obispo de Yucatán, secularizó lucionaria del siglo xx, como ya lo he analizado en
las misiones de California, prohibió que los párro- otro trabajo.5
cos recibieran directamente las obvenciones, fijan- Al mismo tiempo, el gobierno eclesiástico de la
do un salario para los curas, y el 6 de noviembre añeja diócesis Tlaxcala-Puebla entró en un periodo
derogó la coacción civil para el cumplimiento de
3 Marta Eugenia García Ugarte, Liberalismo e Iglesia católica en
los votos monásticos. La suerte de estas leyes duró
México, 1824-1855, México, Imdosoc, 1999, pp. 49-55.
poco, llegando a su fin con el retorno de Santa Anna 4 Ejemplos en otras partes del país, véase Elisa Speckman Gue-
rra, “Las órdenes femeninas en el siglo xix: el caso de las domi-
2 Sobre la etapa fundación y la etapa novohispana del monaste- nicas”, en Estudios de Historia Moderna y Contemporánea, vol. 18,
rio, véase Teófilo Aparicio López, El Convento de Santa Mónica. México, 1998, pp. 15-40; disponible en http://www.historicas.
Trescientos años de vida fecunda y generosa, Puebla, ed. particu- unam.mx/moderna/ehmc/ehmc18/232.html, consultado el 9 de
lar, 1988, pp. 19-46; Alonso de Villerino, Esclarecido solar de las junio 2014; Lissete Griselda Rivera Reynaldos, “La exclaustración
religiosas recoletas de Nuestro Padre San Agustín y vidas de las in- de las órdenes monásticas femeninas en la ciudad de Querétaro,
signes hijas de sus conventos, Madrid, Imprenta de Bernardo de 1863-1870”, en Tzintzun, núm. 25, enero-junio de 1997, pp. 19-32.
Villadiego, 1694, t. tercero, Libro XXXIV; Mariano Fernández de 5 Jesús Joel Peña Espinosa, “Desacralización de espacios y dis-
Echeverría y Veytia, Historia de la fundación de Puebla de los Án- curso anticatólico en Puebla: 1856-1934”, en F. Savarino y A. Mu-
geles, México, Altiplano, 1962; José Medel, El convento de Santa tolo (coords.), El anticlericalismo en México, itesm/Miguel Ángel
Mónica. Museo colonial, Puebla, Editorial Puebla, 1940. Porrúa/Cámara de Diputados, 2008, pp. 165-188.
Crisis, agonía y restauraCión del Monasterio de santa MóniCa de la Ciudad de Puebla, 1827-1943
en ese documento Comonfort acusó directamente de Puebla, oficina que dependió directamente del
al clero, sentenció la fuerte sospecha de que la su- Ministerio de Justicia federal. Al proclamar esta de-
blevación se había financiado con los bienes ecle- cisión, Comonfort señaló que derivó de la negativa
siásticos y decretó la necesidad de dar una solución del clero a cumplir la ley del 31 de marzo, e insistió
de “alta política” que salvaguardara la paz y el orden que persistían las necesidades que en dicha norma
público, subrayando la obediencia y sumisión que se esgrimieron para dictar la intervención. La dis-
deben al gobierno.13 posición para crear la depositaría fue hecha pública
El proceso de intervención comenzó de inme- en Puebla el 4 de julio de 1856,16 donde debían in-
diato; el gobernador Francisco Ibarra trató de ejecu- gresar los productos de los bienes pertenecientes al
tarlo de manera prudente, sabedor de la situación clero de la diócesis.
local, pero pronto cambió de actitud.14 La oposición En medio de ese ambiente, el 25 de junio de
del clero a la intervención y las presiones de los po- 1856 tuvo lugar la promulgación de la Ley de Des-
líticos y militares que simpatizaban con el espíritu amortización de fincas rústicas y urbanas de las
de los liberales puros, instalados en el gobierno fe- corporaciones civiles y eclesiásticas, conocida como
deral, hicieron que cualquier cordialidad fuese des- Ley Lerdo; fue publicada en Puebla el 2 de julio del
echada. Comonfort sustituyó a Ibarra por el general mismo año. A partir de julio, la ley de intervención
Juan B. Traconis, decidido liberal, a quien encomen- y la de desamortización pesaban sobre los bienes
dó lo tocante a los bienes eclesiásticos. El 19 de abril de la Iglesia en Puebla. Comonfort otorgó facultades
Traconis publicó el reglamento sobre la mecánica extraordinarias al gobernador del estado de Puebla
del proceso interventor. El 11 de mayo se decretó para expedir cuanta disposición fuese necesaria con
la expulsión del obispo don Antonio Pelagio de La- tal de que se cumpliera de forma precisa y rápida la
286 |
bastida y Dávalos, decisión que al parecer sorprendió ley de intervención, facultades de las cuales tam-
al mismo Comonfort y a Portilla, quien había he- bién gozaron los gobernadores de Veracruz, Oaxa-
cho indagaciones sobre las acusaciones contra el obispo ca, Estado de México, Guerrero, y el jefe político
y las había dado por infundadas. La noticia causó de Tlaxcala en virtud de la extensión de la dióce-
conmoción en la ciudad, pero la represión no sólo sis Tlaxcala-Puebla, y así ejecutar las disposiciones
estaba sobre la persona de monseñor Labastida; el emanadas del gobernador poblano en la materia
gobernador había hecho encarcelar a tres priores y referida.17
a cuatro sacerdotes diocesanos. Finalmente el Pre- El 21 de agosto se publicó en Puebla un decreto
sidente de la República aprobó la determinación del para que el clero de dicha diócesis pagara la suma
gobernador poblano.15 de un millón de pesos, repartidos entre todas las
En julio se dispuso la creación de una instancia corporaciones, exceptuando los colegios, hospitales,
burocrática que controlaría de manera absoluta los hospicios y parroquias notoriamente pobres. La dis-
ingresos de la Iglesia, la depositaría general de los bie- tribución se hizo de la forma que se muestra en la
nes intervenidos al venerable clero de la diócesis tabla 1.18
13 Archivo del Ayuntamiento de Puebla (aap), Leyes y decretos 16 aap, Leyes y decretos 17a, f. 238. Bando del gobernador Traconis
17a, f. 167. Bando de Francisco Ibarra del 1 de abril de 1856. que comunica el decreto de Comonfort del 20 de junio de 1856.
14 Antonio Carrión, Historia de la ciudad de Puebla de los Ángeles, 17 aap, Leyes y decretos 17a, f. 241. Bando del 4 de julio de 1856.
t. II, Puebla, Tipografía Salesiana de la Escuela de Artes y Ofi- 18 aap, Leyes y decretos 17a, f. 276. Bando de Juan B. Traconis
cios, 1897, p. 341. del 2 de septiembre de 1856. Puede verse también José de Men-
15 Ibidem, p. 440. dizábal, op. cit.
Crisis, agonía y restauraCión del Monasterio de santa MóniCa de la Ciudad de Puebla, 1827-1943
sia.21 Ese mismo 1 de enero se dio a conocer en la El giro de tuerca por parte del gobierno estatal
ciudad la Ley de nacionalización de los bienes de no demoró, y en septiembre comenzaron a bajar las
la Iglesia que Juárez había promulgado en Veracruz campanas de varios templos; en 1863, con el argu-
en 1859. Dicha ley dispuso la supresión de las órde- mento de defender la ciudad del invasor francés, las
nes religiosas y la exclaustración de los religiosos. iglesias se convirtieron en edificios militares desig-
Una a una se fueron notificando a los angelopolita- nados emblemáticamente con membretes que adu-
nos las leyes dictadas por el nuevo régimen, como cían el carácter laico del estado.24 En 1867, instaura-
la secularización de hospitales, la libertad de los da la república liberal, se ejecutaron las leyes sobre
ministros de culto para ejercer cualquier profesión, los bienes eclesiásticos. Aunque gran parte de los
la ley de secularización de los cementerios, entre conventos no desaparecieron de manera absoluta,
cuyas normas estaba el que las bóvedas de los con- sí fueron reducidos físicamente a un área mínima
ventos de monjas quedaban bajo la inspección de y en algunos casos sólo quedaron los templos. Las
funcionarios gubernamentales.22 áreas cercenadas fueron lotificadas y rematadas al
En mayo el poder local ordenó que don Fran- mejor postor. Esta venta de lo que alguna vez fueron
cisco Irigoyen, gobernador de la mitra, y su se- conventos sucedió paulatinamente, mientras los in-
cretario salieran del estado, en razón de haber muebles no pudieron recuperarse de los estragos de
permitido la lectura de una carta pastoral en los las guerras, del abandono y de la rapiña, resultando
templos, la cual fue suscrita por el propio Irigoyen que al pasar a sus nuevos propietarios iban práctica-
y dirigida a toda la diócesis con fecha del 22 de mente como lotes llenos de escombro.25
abril de 1861. Hizo recuento de las tribulaciones
padecidas por la Iglesia mexicana en los últimos Embate a los monasterios angelopolitanos
288 |
años, por las guerras y por las leyes anticlerica-
les, menciona las protestas de los obispos y los En mayo de 1855 se publicaron en el estado de Pue-
cabildos, la coartación hacia el culto divino y la bla las disposiciones del gobierno central, a través
cuestión de los bienes eclesiásticos. La autoridad del Ministerio de Justicia y Negocios Eclesiásticos,
eclesiástica poblana hacía un llamado a la feligre- para colaborar con el delegado apostólico, Clemen-
sía exhortándola a la caridad y la permanencia en te de Jesús Munguía, sobre diversos aspectos tocan-
la fe hasta el martirio, sin dejarse alucinar por la tes a la administración y gobierno de los conventos,
impiedad y las herejías propaladas por la prensa colegios y hospicios. Una de estas normas, promul-
y algunos libros. Invitaba a una resistencia pasiva gada por el delegado apostólico en México el 27 de
contra las leyes anticlericales.23 abril de 1855, reglamentaba la admisión a los novi-
ciados conforme al decreto de Pío IX de fecha del
21 Para datos generales del país, véase José Gutiérrez Casillas, 25 de enero de 1848, según el cual se requería de
Historia de la Iglesia en México, México, Porrúa, 1993, pp. 308-313.
22 Luis G. Labastida, Colección de leyes, decretos, reglamentos, 24 Jesús Joel Peña Espinosa, op. cit., pp. 176-180.
circulares, órdenes y acuerdos relativos a la desamortización de los 25 A guisa de ejemplo pueden verse los estudios para el caso de
bienes de corporaciones civiles y religiosas y a la nacionalización de los edificios que fueron propiedad del convento y monasterios
los que administraron las últimas, México, 1893. dominicanos: Sandra Rosario Jiménez, “La desamortización de
23 Archivo del Venerable Cabildo Metropolitano de Puebla los bienes de la Orden de Predicadores en Puebla, 1856-1867”,
(avcm-p), Cartas y edictos pastorales del Arzobispado de Puebla, y Jorge Luis Morales Arciniega, “De conventos a ruinas: los
1825-1929, Carta pastoral que el Gobernador de la Mitra de Pue- espacios dominicanos en Puebla tras la desamortización (1856-
bla dirige a sus diocesanos, 22 de abril de 1862, Tip. de Tomás 1906)”, ambos en Anuario Dominicano, t. IV, vol. II, 2008, pp.
F. Neve, 15 p. 177-221 y 223-252.
Crisis, agonía y restauraCión del Monasterio de santa MóniCa de la Ciudad de Puebla, 1827-1943
Pese a que la ley de nacionalización ordenaba ventos.33 Fueron distribuidas en casas de familiares
respetar los conventos existentes, el 5 de febrero de y de bienhechores.34 Al día siguiente apareció un
1861 el gobierno federal ordenó reducirlos reunien- bando en el cual se decretaba que la jefatura de ha-
do a las religiosas, por lo cual innumerables monjas cienda valuaría los conventos y se procedería a su
salieran de sus monasterios. La primera exclaustra- lotificación para rematarlos con base en una pos-
ción ocurrió el 23 de febrero de 1861. En la noche tura de 5%. Ordenaba la inmediata disolución de
sacaron a las monjas de algunos monasterios y fue- las comunidades que estaban en casas particulares,
ron colocadas en otros. Las de Santa Catalina fueron prometiendo la entrega a las religiosas de las escri-
reunidas con las de Santa Clara, sumándoseles el turas correspondientes a sus dotes. Ortega justificó
día 28 las clarisas de Atlixco; las de Santa Teresa con la medida por las exigencias de la guerra, la lucha
las de la Soledad; las de Santa Inés llevadas al con- en favor de la república y en pro de establecer la
vento de Santa Rosa, y las de la Santísima al de la reforma.35
Concepción. Las capuchinas y las del Corazón de Los edificios conventuales se destinarían para
Jesús se quedaron en sus respectivos monasterios. hospitales militares del Ejército de Oriente, pero la
Las de los Gozos, llamadas sacramentarias, parece orden precisaba que, una vez pasada la contingen-
que se disolvieron.30 Las religiosas de San Jerónimo cia militar, los conventos se dividirían en lotes para
permanecieron en su convento.31 rematarse y esos recursos aplicarlos a los inválidos
El 28 de octubre de 1862, el jefe del Ejército de y familias del mismo ejército.36 En 1863, a los po-
Oriente, Jesús G. Ortega, decretó que los capitales cos días de instalado el ejército francés, volvieron
destinados para el culto en los conventos de reli- a entrar a sus monasterios las monjas capuchinas,
giosas se convertían en redimibles, y la jefatura de la Soledad, Santa Rosa, San Gerónimo y el Cora-
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de hacienda los pondría inmediatamente en ven- zón de Jesús. Los otros siete, unos por vendidos y
ta, exceptuando los destinados para las dotes.32 otros por deteriorados, no estaban en disposición de
Asimismo, el gobierno de Puebla dispuso que los ser habitados, y por lo mismo las monjas de Santa
muebles y otros utensilios de los conventos desocu- Clara se fueron a San Roque, las de Santa Mónica
pados fueran trasladados al templo de Santa Teresa; permanecieron en la capilla de Jesús María, las de
simultáneamente se reunieron en la Academia de la Santísima a la casa de Recogidas, en la calle de la
Bellas Artes muchos cuadros de los mismos. Ape- Sacristía de Capuchinas, las de Santa Teresa a la es-
nas regresaban a sus inmuebles las monjas, cuando quina de Belén y Venado, y las de Santa Catalina a
el 10 de diciembre de 1862 se ordenó de nuevo la la calle de Molina número 7. Las de la Concepción
exclaustración, de manera que la noche de la Na- volvieron a su convento al año siguiente.37 Con la
vidad las sacaron a todas de sus respectivos con- política aplicada por Maximiliano varió muy poco
30 José de Mendizábal, op. cit. Cfr. Antonio Carrión, op. cit., 34 Archivo Histórico de Santa Mónica (ahsm), Secc. Gobierno,
p. 507. serie Correspondencia, Carta del 1 de enero de 1863. La cataloga-
31 Alicia Bazarte Martínez y Enrique Tovar Esquivel (comps.), ción de este fondo documental ha corrido a cargo de la maestra
El convento de San Jerónimo en Puebla de los Ángeles, cuarto cente- Cecilia Vázquez Ahumada. Agradezco a Patricia Ochoa, biblio-
nario de su fundación. Crónicas y testimonio, México, ed. privada. tecaria del Centro inah-Puebla, las facilidades para su consulta.
Según la crónica de sor María de los Ángeles Dimarías la prime- 35 aap, Leyes y decretos 24, f. 132. Bando de Jesús G. Ortega del
ra exclaustración de las jerónimas ocurrió en 1863. 26 de diciembre de 1862.
32 aap, Leyes y decretos 24, f. 111. Bando del Gral. Jesús G. Orte- 36 aap, Leyes y decretos 24, f. 133. Bando de Jesús G. Ortega del
ga del 28 de octubre de 1862. 2 de enero de 1863.
33 José de Mendizábal, op. cit. 37 José de Mendizábal, op. cit.
Crisis, agonía y restauraCión del Monasterio de santa MóniCa de la Ciudad de Puebla, 1827-1943
orden económico manifiestan la débil estabilidad a la feligresía mediante una novena que comenzó
que existía para la vida material de la comunidad, el 29 de agosto, fiesta de San Agustín. Diariamente
lo cual seguramente impactaba en su vida religiosa. rezaban la Letanía de los Santos después de la misa
Las transformaciones del ambiente decimonóni- conventual.
co en México hicieron más difíciles las decisiones En el testero del coro alto se colocó debajo de
hacia un régimen de vida en clausura; sin embargo, un dosel carmesí un cuadro del Sagrado Corazón
las hubo y seguramente animadas por un auténtico de Jesús, cuya composición iconográfica colocaba
sentido de vocación, como el expresado por María a San Agustín ofreciendo a Jesús un cestillo con 24
de la Luz Luna y Pacheco, quien escribió: “El dia corazones, uno de ellos punzado de espinas y cer-
verdaderamente felis y dichoso 25, de Marzo de ca de la figura del Salvador, además una filacteria
1852. Hise mis solemnes botos con el mas grande que decía: “la que con paciencia sufriere mayores
placer y contento para mayor honrra y gloria de mi trabajos, estará más cerca del Santísimo Corazón
Divino Espocito y sea para bien de mi alma”.42 mas la que huyere de padecer y buscare descanso
Un momento coyuntural en la vida espiritual de se alejará también de este Corazón Divino”.43 Para
las agustinas recoletas poblanas sucedió el viernes los dos últimos días del referido novenario se dis-
7 de septiembre de 1827, cuando la comunidad eli- puso un retiro espiritual distribuyendo cada día a
gió como patrono y protector al Sagrado Corazón de la mitad de la comunidad, con velos en los rostros
Jesús, realizando el juramento solemne. Conforme y mortificaciones. Enmarcado en el jubileo circular
al acta suscrita para este patrocinio, en la introduc- de las 40 horas y delimitado por las fiestas de San
ción de esta devoción los oratorianos y jesuitas tu- Agustín y de la Natividad de María, en medio de
vieron un papel descollante. Entre su práctica reli- repiques, para celebrar el juramento hubo Te Deum,
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giosa habían adoptado la devoción de la comunión procesión, misa y sermón ante un espectacular mo-
en el primer viernes de cada mes desde la época numento construido en el interior del templo, todo
del obispo Álvarez Abreu, es decir, mediados del con pompa y solemnidad, dando una gran fiesta en
siglo xviii. Fue un milagro acontecido en julio de el exterior. El monumento estuvo conformado por
1826, en favor de la madre Teresa María del Cora- tres cuerpos; en el primero se colocó a San Agustín
zón de Jesús, monja del monasterio carmelita de y Santa Mónica, en el segundo a Nuestra Señora de
Nuestra Señora de la Soledad, que la devoción al la Consolación y San José, en el tercero un par de
Corazón de Jesús creció dentro de los monaste- ángeles que flanqueaban el remate donde se puso
rios angelopolitanos. Animadas por este suceso, la custodia. La misa y el Te Deum fueron acompa-
las “mónicas” sortearon las complicaciones que ñados por una orquesta que dio majestuosidad a las
imponían sus constituciones, como el hecho de celebraciones44 (figura 1).
no pedir limosnas, y una vez conseguida la licen- Este patronato jurado se conserva vigente hasta
cia del obispo Pérez Martínez, convinieron rea- la fecha como parte de la vida espiritual y el ciclo
lizar el juramento con un gran aparato celebra- devocional del monasterio, por lo cual es un hecho
tivo. En 1827 se prepararon espiritualmente con histórico primigenio en la praxis religiosa de las
su director de conciencia y después de convidó agustinas recoletas poblanas. Manteniendo la tradi-
ción de la comunión espiritual con el mundo ex-
41 ahsm, carp. A/18, doc. 11, fs. 24 r-25v.
42 ahsm, secc. Gobierno, caja 5, exp. 441. Respetamos la ortogra- 43 Lamentablemente el cuadro no ha podido ser localizado.
fía del documento. 44 ahsm, Libro del Sagrado Corazón de Jesús, fs. 11-17.
Crisis, agonía y restauraCión del Monasterio de santa MóniCa de la Ciudad de Puebla, 1827-1943
y con ello contribuir al triunfo de la causa que con-
sideraba favorable a la vida religiosa.51 Dentro de su
destierro y clausura improvisada, aquellas mujeres
buscaban influir con sus rezos en favor de lo que
tenían por correcto; el mundo no les era ajeno.
El espíritu de las monjas, violentadas en su mo-
delo aspiracional de vida, desprovistas de lo que les
daba seguridad y expuestas a los ojos de la sociedad,
requirió de muchas atenciones. Se promovió entre
ellas componer o copiar versos que les infundieran
ánimo y, sobre todo, esperanza. Un ejemplo:
La mayoría de la comunidad de Santa Mónica Estas líneas expresan esa sensación de abando-
estaba en una casa donde había al menos la como- no, de ausencia del poder divino, del amado esposo,
didad de contar con un improvisado refectorio, su del patrono del monasterio. También los había de
294 |
oratorio y aposentos, y ahí recibían la Eucaristía dia- un talante apologético y belicoso:
riamente a las cinco de la tarde.49 En su vida espiri-
tual estaba presente la necesidad de la oración para Viva la sangre de Jesús
desagraviar al Corazón de Jesús, a quien se tenía Venza la sangre de Jesús
por ofendido mediante las Leyes de Reforma y las Triunfe la sangre de Jesús
exclaustraciones.50 Sumado a esta situación, los ho- En virtud de la sangre Preciosa de
rrores de la guerra de intervención francesa y des- Jesús Nuestro Dios y Salvador, triunfen las
pués la toma por los liberales ponían la zozobra que Armas Católicas de los enemigos de la Religión.53
vivía toda la ciudad. En una carta, María Dolores
Sales expresó su esperanza porque el general Osollo Las hijas de Santa Mónica expresaban así su lectu-
tomara la ciudad y batiera a los liberales, por ello ra de las contradicciones que habían alterado su vida.
exhortaba a su destinataria para reforzar la oración En apoyo de su frágil vida material y su sólida vida
48 Este poema, que es mucho más extenso, ya había sido pu- espiritual recibieron en 1870 de Pío IX, mediante
blicado en unas estrofas por María Cecilia Vázquez Ahumada y el Breve Expositumnobis, la concesión especial de
Rosa María Garza Marcué, Exconvento de Santa Mónica, Puebla, disfrutar de los privilegios que tenían los altares
buap, 2000, p. 18.
49 ahsm, secc. Gobierno, serie Correspondencia, caja 1, exp. 27, 51 ahsm, secc. Gobierno, serie Correspondencia, caja 1, exp. 39,
Carta de Sor María del Refugio a la R. M. Sor María Dolores de Carta de María Dolores Sales a Teresita.
Santa Catalina. 52 Actualicé la ortografía y coloqué los signos de puntuación.
50 ahsm, secc. Gobierno, serie Correspondencia, caja 1, exp. 34, 53 ahsm, secc. Vida espiritual, serie Oraciones y poesías, caja 3,
Carta de María Francisca del Niño Jesús a Conchita. exp. 171.
Crisis, agonía y restauraCión del Monasterio de santa MóniCa de la Ciudad de Puebla, 1827-1943
década del siglo xx fue difícil para el monasterio
agonizante; apenas un exiguo hilo de savia le nutrió
de nuevo. La situación de la menguada vida monás-
tica en Puebla es evidente cuando en los acuerdos
del I Sínodo Diocesano, realizado en 1906, se habla
de la inexistencia de ellos.
Crisis, agonía y restauraCión del Monasterio de santa MóniCa de la Ciudad de Puebla, 1827-1943
Las lecturas particulares que hacían estas religiosas departamento contiguo a donde trasladó lo mejor
tenían el objetivo de acrisolar más su espíritu frente de sus muebles, en especial lo necesario para el cul-
a los sobresaltos cotidianos y el peregrinar por di- to divino, junto con vasos sagrados y ornamentos,
versas casas efímeramente. En 1930 Imelda y María así como el archivo; ahí dejó a sor Imelda para que
de la Luz leían las Cartas a Sor Margarita, supongo se encargara de custodiar el lugar con las religiosas
la escrita por Ambrosio de Valencina; María de los que había instalado.70
Dolores leía sobre las apariciones de la Virgen de La mañana del 18 de mayo, el juez de distrito
Guadalupe; Josefina los Trabajos de Jesús; Rosa Ma- y el agente del Ministerio Público federal iniciaron
ría las cartas escritas por un autor de apellido Rosas; las diligencias en la casa número 103 de la calle 18
Gracia apuraba el Manual Sagrado para Religiosas, Poniente. Según la nota periodística, llegó la policía
de Leonardo de Puerto Mauricio; Asunción revisa- secreta para efectuar la detención de unos señores
ba el Libro de las Profesas y Rosario se deleitaba que resultaron ser trabajadores de plomería; asimis-
con la Vida de San Agustín.69 Conocer sus lecturas mo llegó la policía federal y miembros del ejército
llama a la reflexión sobre la manera en que en esta para resguardar el edificio.71 El cateo de la casa se
pequeña y asustada comunidad vivía aquellos pa- extendió al número 101 de la misma calle y tomó
radigmas espirituales de principios del siglo xx para cerca de ocho horas. Concluida la intervención el
la vida consagrada, época de grandes debates en la juez 1o. de Distrito, Abemar Eboli Paniagua, dejó
Iglesia católica sobre cuestiones como la liturgia y un piquete de soldados custodiando el inmueble y
la exégesis. Imaginarlas leyendo estos libros coloca se fue a la ciudad de México. Por su parte, la priora
a las “mónicas” en una dimensión más profunda, refiere que al ingresar el inspector y los agentes las
siendo mujeres de claustro, en fuga y en clandesti- encerraron en una sola habitación y le pidieron la
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nidad, pero sin alejarse de la realidad universal del llave del sagrario, fueron a la capilla y con un acto
catolicismo y esforzadas por mantener ese vínculo rápido abrió y ocultó el relicario en su pecho; el li-
que les daba fortaleza por el sentido de pertenencia que cenciado Siliceo le preguntó por el copón y ella le
adquirían. mostró que no había nada, entonces el interventor
subió al coro alto, lo cual aprovechó sor María Gua-
1934, la exclaustración definitiva dalupe para recoger las libretas con la contabilidad
de la casa histórica que había ocultado detrás del altar y las escondió
entre el hábito. Todavía uno de los agentes incau-
Fue el gobernador Mijares Palencia quien tornó más tó un documento con los arreglos del alumbrado
violenta la política antirreligiosa, y por sus órdenes, eléctrico hechos en la casa recién habilitada, don-
en 1934, se efectuaron las exclaustraciones en los de habían escondido sus muebles y vasos sagrados;
monasterios de Puebla. El viernes 18 de mayo tocó tras un forcejeo la religiosa arrancó la primera hoja
el turno al convento de Santa Mónica. Alertadas en donde estaba su nombre, dirección y datos impor-
secreto de lo que sucedería, desde el 1 de mayo em- tantes, la cual se tragó para evitar que le fuera arre-
pezó la priora a repartir a las monjas y habilitó un batada. Mientras, sor Consolación lograba tapar la
comunicación que había con dicho departamento,
cios enviada por Sor María de la Asunción al arzobispo, desde el
Convento de Santa Mónica el 21 de marzo de 1932. 70 amsm, Escritos de Sor María Guadalupe, 1a. libreta, f.s.n. [hoja
69 ahsm, secc. Gobierno, serie Piedad, caja 5, exp. 389, Biblio- 81r.], mayo de 1934.
teca. 71 Periódico La Opinión, 1a. plana, sábado 19 de mayo de 1934.
Crisis, agonía y restauraCión del Monasterio de santa MóniCa de la Ciudad de Puebla, 1827-1943
La difamación como estrategia rios y la prensa afirmaron que el asunto era extraor-
gubernamental dinario, pues entre las paredes de la casa 101 y la
103 (ambas formaban parte del convento) se habían
El argumento enarbolado por el gobierno federal y encontrado 2,500 onzas de oro cuyo valor ascendía
estatal sobrepasaron los límites de las argucias le- a 22 millones de pesos. Además, dijo el periódico,
gales y construyeron relatos fantasiosos buscando se habían asegurado las escrituras de los bienes le-
crear un ambiente adverso a la vida que existía en gados al convento. Se aseguró que la distribución es-
las comunidades de religiosas. La prensa local de pacial del convento era un verdadero laberinto con
entonces, proclive a los regímenes en turno, hizo miles de secretos; vale la pena citar textualmente:
gala de un amarillismo combinado con las maneras
propias de los periodistas para informar en la dé- Abajo de la superficie de la tierra hay un templo edifi-
cada de los años treinta del siglo xx. Publicaron en cado especialmente para servir de capilla secretamen-
los titulares de primera plana: “Las joyas de Santa te, sin que pudieran advertirlo las personas ajenas al
Rosa”, “Valioso cargamento de incunables extraído secreto. En la hoja de una puerta doble se oprime un
del templo de Santa Rosa”, “Cuantioso tesoro ha sido botón eléctrico y en el acto se abre una entrada en el
encontrado”, “Tras un velo de misterio se ocultaban piso que conduce al templo subterráneo. La entrada a
las mil combinaciones del viejo convento de San- este santuario se hace así: en un cuadro en el que hay
ta Mónica”, “Toda una red de caminos secretos en un tapete se paran hasta cuatro personas y al opri-
Santa Mónica”. Sólo los encabezados expresan la in- mirse el timbre, el tapete baja al fondo del santuario
tención de producir interés morboso en la opinión subterráneo y dando el tiempo para que las personas
pública y colocar a las monjas como las millonarias se separen del cuadro, sube nuevamente colocándo-
300 |
que se debían despojar lícitamente. se de tal modo que es imposible creer que es la parte
Hubo una estrategia gubernamental para ge- principal de la combinación. Esta combinación sólo
nerar ánimo adverso hacia las religiosas y favo- se ve en las películas de los barrios chinos, y como
rable a la política anticlerical del Estado. Acusar es lógico suponer es matemático el manejo, porque
una supuesta inmensa riqueza por parte del clero nunca falla.76
permitía al gobierno hacer un contraste con su
discurso demagógico aparentemente en favor de Todavía añadió que era tal el secreto de la exis-
las libertades y el progreso de los pueblos, sobre tencia del convento que ni siquiera los inquilinos
todo de los pobres. Estas versiones favorecieron de la vecindad se habían percatado de la presen-
la rapiña de los funcionarios que intervenían en cia de las monjas. Al día siguiente la fantasía creció
estas confiscaciones y clausuras, al tiempo que azuzada por la retórica febril que hablaba sobre los
aparecía como un “gran golpe” del gobierno revo- supuestos subterráneos del convento que “amerita-
lucionario. La prensa ayudó con la sumisión ab- ban la intervención de los arqueólogos”. Ni aun la
soluta a la política anticlerical reproduciendo las cripta donde se enterraba a las monjas permite sus-
versiones oficiales y con la falta de inteligencia tentar semejante elucubración, pero sí contribuyó
para dar a conocer la información incrementando a que en las décadas posteriores apuntalara estas
el fantaseo. fantasías. Casualmente la Procuraduría de Justicia
En el caso del monasterio de Santa Mónica, la
perversión rompió cualquier límite. Los funciona- 76 La Opinión, 1a. plana, lunes 21 de mayo de 1934.
Crisis, agonía y restauraCión del Monasterio de santa MóniCa de la Ciudad de Puebla, 1827-1943
El actual edificio monacal Santísimo pudo planear y decidir con mayor tran-
quilidad el futuro de la comunidad. Convencida de
El convento de Santa Mónica forma parte esencial que el edificio conventual que durante siglos había
de la historia angelopolitana y, desde luego, de la albergado al monasterio no podría volver a recibir-
historia de la Iglesia en Puebla. Desde la primera las, y ante lo estrecho de la casa en que vivían, deci-
religiosa que profesó en este convento hasta la ac- dió conseguir otro inmueble adecuado y así realizó
tualidad, son parte en el devenir de esta ciudad y las gestiones para adquirir el molino de San Fran-
han trascendido sus fronteras. Parte del inmueble cisco. La adquisición de este sitio tuvo lugar el 11 de
que durante mucho tiempo fue la morada de las octubre de 1941, y el 5 de agosto de 1943 se muda-
agustinas ahora está convertido en museo. El edi- ron a él.81 La posibilidad de adquirir este nuevo ho-
ficio donde actualmente habita la comunidad de gar contó con el apoyo de don Francisco Santillana,
agustinas recoletas también se integra en la añeja quien como apoderado de Esther M. Cuéllar realizó
historia de la ciudad y ha visto pasar cerca de cua- la transacción de compraventa con los anteriores
tro siglos y medio de acontecimientos y procesos; propietarios del inmueble.
forma parte también de su patrimonio edificado. El 11 de octubre de 1941, a las 9:30 de la mañana,
Se trata del molino de San Francisco. En la prime- se protocolizó la escritura del inmueble ubicado en
ra mitad del siglo xx pertenecía a la familia Lorenz, la avenida 12 Oriente, número 610. El señor Fran-
cuyo origen se ubica con el arribo de Maximilia- cisco Santillana asistió para comprar el edificio; los
no de Habsburgo.79 Álvaro Lorenz participó en vendedores fueron los señores Lorenz. La propie-
el gobierno de la ciudad de Puebla, formó parte dad era más grande, de modo que sólo se vendió
del cuerpo de regidores en las tres administracio- una fracción en forma de cuadrilátero; hacia la par-
302 |
nes municipales de 1915, en la de 1916, y en el te sur estaban las casas que anteriormente fueron el
ayuntamiento que fungió de julio de 1920 a abril patio y dependencias principales del molino; estos
de 1921.80 La división del molino de San Francis- restos consistían en una crujía de tres pisos con su
co entre los herederos de Álvaro Lorenz ocurrió azotea enladrillada y algunas ventanas con rejas de
en 1936; se fraccionó en tres partes; una de ellas hierro; por el lado poniente estaba el portal en la
quedó marcada con el número 610 de la 12 Orien- planta baja y un piso sobre él con entrepisos de bó-
te, con una superficie de 5,500 m2 y un valor de vedas de rieles; por el lado sur (que hoy conforma
10,000 pesos. Ésta pasó a propiedad de Joaquín, la fachada principal del convento) estaba una cons-
Matilde, Ana y Alfredo en pago de parte de sus bie- trucción de dos pisos con pequeños departamentos
nes hereditarios. El siguiente paso en la propiedad con su zaguán al centro. Los vendedores se com-
de esta casa fue la venta a la señorita Esther M. prometieron —a costa suya— a construir los muros
Cuéllar. correspondientes a los linderos de esta propiedad
Transcurridos los difíciles años de la violenta (figura 8).
persecución, y ante nuevos aires políticos en la en- Así, el monasterio de Santa Mónica volvió a te-
tidad y en el país, la madre María Guadalupe del ner un hogar, y con ahínco se expandió hasta en-
79 Hugo Leicht, Las calles de Puebla, Puebla, jmmcmmp, 1987, gendrar otras casas monacales en diversos puntos
p. 230a.
80 aap, Libros de cabildo, núms. 181, 182a, 187, 188 y 189, donde 81Lope Cilleruelo, “Semblanza de la Madre María Guadalupe
se ubica la composición de las administraciones municipales de Vadillo”, en Archivo Agustiniano, vol. LXVIII, núm. 186, 1984. p.
los años referidos. 466; Teófilo Aparicio López, op. cit., p. 70.
Crisis, agonía y restauraCión del Monasterio de santa MóniCa de la Ciudad de Puebla, 1827-1943
RobeRto JaRamillo escutia*
P
ara tratar la figura de Nuestra Madre Lupita, reverencial nombre que daban sus
monjas a la que mantuvo con vida al monasterio de Santa Mónica de Puebla,
es necesario aclarar algunas cuestiones previas, de carácter metodológico. En
primer lugar se debe tener en cuenta que no se trata de una biografía, sino de
304 | un primer acercamiento a la personalidad de esta mujer que, contra viento y marea,
supo sortear la inmensa mayoría de las dificultades que se le presentaron, tanto externas
como internas, sólo que por las mismas peripecias vividas no se cuenta con todo el material
archivístico que un trabajo de esta índole requiere. Gran parte destruido adrede para que
el gobierno no se enterara de asuntos comprometedores, como cuestiones económicas, y
otras por la incuria de los tiempos, pero también porque el monasterio no ha contado con
la praxis de ir trasmitiendo lo que dentro de él ocurría, desde los pacíficos tiempos novo
hispanos; así, por ejemplo, no existe un libro de crónica,1 y en su libro de capítulos sólo
anotan la sesión donde se elige o reelige a las prioras, y subprioras, sin otro dato más, por
lo cual los acuerdos capitulares y los concejos donde las distintas administraciones toman
sus decisiones no constan en ningún lado; así que las vicisitudes que ocurran a lo largo de
un periodo carecen de fuentes documentales; en consecuencia, para los tiempos más cer
canos a nosotros sólo los testimonios vivenciales de quienes participaron en ellos pueden
iluminar algo, pues en muchos casos ya la memoria no es tan sólida como sería deseable.
de la época, no necesitó de religiosas para hacer se iniciaron a raíz del triunfo de la revolución de
lo, pues para ello transformó el colegio de recogidas Ayutla, en 1854; así llegó el 10 de diciembre de 1862,
—como se llamaba de manera vulgar— en colegio cuando el general Jesús González Ortega ordenó el
| 305
de recogimiento de señoras españolas honestas y desalojo de los monasterios de monjas en Puebla; la
pobres, cuyos esposos ocupados en la mercadería tropa abrió un boquete en la pared, por donde pudo
se la pasaban viajando. Este establecimiento ya se penetrar a la clausura; la madre priora Mariana Mó
había transformado en colegio de vírgenes cristia nica de Jesús, juntó a sus hermanas para consumir
nas, cuando fue transformado en monasterio; sus el santísimo sacramento y evitar así algún sacri
habitantes iniciales fueron 18 monjas de coro y legio de los militares, siendo confinadas en el cole
velo, y dos conversas, quienes profesaron en la ci gio de niñas que tenían las jerónimas, diluyéndose
tada fecha; además ingresaron cuatro novicias, las después en diversas casas particulares. En 1892 la
cuales fueron dotadas por su ilustrísima, con lo que madre María del Rosario de San Miguel compró de
el mismo día se realizó la fundación canónica del nuevo el monasterio, el cual ya había sido ocupado
monasterio.2 Cuenta la leyenda que el nombre de la como cuartel y como colegio administrado por los
institución fue escogido a suertes, y mucho puede josefinos; para entonces sólo quedaban siete mon
tener de verdad, pues nunca tuvo conexión alguna jas —cinco de coro y dos conversas—, todas lucien
con la orden de San Agustín, cuyo convento poblano do su avanzada edad; hasta entonces comenzaron a
llevaba más de un siglo de existencia; ante tal caren recibir jóvenes, quienes no perseveraban, pues en
3 Modo de dar el hábito, profesión y velo a las Religiosas Augustinas
2 Cfr. Miguel de Torres, Dechado de príncipes eclesiásticos que di- Recoletas, ed. Manuel Fernández de Santa Cruz, Puebla, Impren
bujó con su ejemplar, virtuosa y ajustada vida el Illo. Excmo. Sr. Dr. ta del Capitán Juan de Villareal, 1696; amsmp, A/15: cartas de las
Don Manuel Fernández de Sta. Cruz y Sahagún, Puebla, Imprenta madres agustinas recoletas del monasterio de Corpus Christi de
de la Viuda de Miguel de Ortega, 1714. Granada, 16941748.
316 |
El impacto de la modernidad
en la vida religiosa femenina.
Conversación a varias voces
Dintel
E
s muy conocida una anécdota fechada en 1959 en referencia al papa Juan
| 317
XXIII y su idea motriz de llevar adelante un concilio ecuménico para poner
a la Iglesia católica de cara al mundo contemporáneo y “limpiar su rostro un
tanto ajado por las huellas del tiempo”. Un prominente miembro de la curia
romana le dijo: “Santidad: no conviene abrir las ventanas de la Iglesia, pues
muchos de los que estamos dentro nos podremos resfriar”. El Papa le contestó: “Sí, efecti
vamente; muchos se van a resfriar, pero si no abrimos las ventanas, todos vamos a acabar
por asfixiarnos”.
Si la anécdota es o no auténtica, no importa; dirían los italianos: “se non è vero e ben
trovato”. El mensaje de fondo es perfectamente real: el Concilio Vaticano II —que sesionó
de 1962 a 1965— cimbró los cimientos de una institución más que milenaria, y muchos no
sólo se resfriaron —y algunos aún siguen resfriados—, sino que contrajeron pulmonías. Y
uno de los grupos católicos más afectados por este impacto fue el de las religiosas, desde las
monjas de clausura hasta las misioneras en puestos fronterizos del mundo.
Unos años antes, contemporáneamente al anuncio del Concilio —en 1959— se presen
tó en las pantallas la película Historia de una monja, del director Fred Zinneman, protago
nizada por Audrey Hepburn y Peter Finch. Era la versión fílmica de la novela del mismo
nombre, de Kathryn Hulme. La crítica seria la catalogó como rodada “de manera conteni
[…] La mujer contemporánea, deseosa de participar Lo anterior está presente en el caso mexicano, si
con poder de decisión en las elecciones de la comu bien la trayectoria histórica hasta la etapa del con
nidad, contemplará con íntima alegría a María que, cilio tiene características peculiares que atienden a
puesta a diálogo con Dios, da su consentimiento ac las circunstancias tanto de las condiciones sociales
tivo y responsable no a la solución de un problema como de la misma historia, que no sigue el mismo
contingente, sino a la “obra de los siglos” como se ha derrotero de los demás países de tradición católica.
llamado justamente a la Encarnación del Verbo.1 Conviene referirnos en primer lugar a los efec
tos de la reforma liberal del siglo xix. Es suficiente
Una teóloga laica católica uruguaya, por desgra mente conocido el ataque a los bienes patrimonia
cia poco conocida, María Teresa Porcile, en un ex les de las religiosas durante la aplicación —brutal,
celente estudio —La mujer, espacio de salvación—2 implacable e irrespetuosa de la libertad en todas
dio aportaciones fundamentales para ir más allá de partes— de los decretos de Veracruz de 1859, más
L
os usos del agua entre blema del agua en la historia de ción. Algunos tratadistas creían
los siglo xviii y xix, es el México. que colocando dentro de los de-
tema que encontramos Algunos datos curiosos, pero pósitos un vaso de vidrio lleno
desarrollado en el libro Tecno- no menos importantes, llenan de sal, de vinagre o de azogue
logía hidráulica de las haciendas de contenido humano a una tapado podría conservarla. | 323
de Tlaxcala, de Leonardo Icaza investigación especializada en Unos más aseguraban que in-
Lomelí, recientemente publi- tecnología hidráulica que troduciendo piedras de cal viva;
cado por el Instituto Nacional en primera instancia pudiera otros recomendaban que los
de Antropología e Historia parecer al lector áridamente depósitos estuvieran a cubierto,
(inah). técnica. En cambio, el autor que no les diera la luz del sol,
En la primera parte, el texto introdujo especificaciones que y con buena ventilación y, por
explica el medio geográfico, dan sentido a la tecnología y último otros aseveraban que
legal y económico de la región arquitectura empleadas para poniendo en el agua peces o
de estudio. En la segunda parte, solucionar el abasto y consumo cultivando una pequeña yerba
enfoca las soluciones arquitec- del agua; nos dice, por ejemplo: flotante (lentejuela), se evitaba
tónicas al problema de los usos la putrefacción del líquido. (pp.
del agua en ese medio durante El agua almacenada en 50-51).
los siglos xviii y xix. Un objeto recipientes, ya sean aljibes o
de estudio amplio y complejo cisternas, dura de uno a dos O comprender el cálculo
que el autor logró sintetizar en meses, dependiendo de las que debía realizarse en la cons-
160 páginas de obligada lectura condiciones, sin echarse a trucción de un jagüey, cuya
para los investigadores del pro- perder, por lo que se tenía que función estaba encaminada a
recurrir a métodos que evitaran solucionar las necesidades de
* Coordinación Nacional de Monumen-
tos Históricos, inah. o previnieran su descomposi- agua en la producción agrícola,
reseñas
RESEÑASRESEÑASRESEÑASRESEÑAS RESEÑAS RESEÑASRESEÑASRESEÑASRESEÑAS
la crianza de peces o la gana- rrolló una metodología de in- Debo subrayar la importan-
dería, Icaza lo facilita acompa- vestigación en donde confluían cia que Leonardo Icaza dio al
ñando su explicación con la tres pilares fundamentales en la trabajo de campo, en el cual la
siguiente nota: disciplina antropológica aplica- observación y registros minu-
da al estudio de la que él llama- ciosos eran fundamentales: la
Para poder tener una idea de ba arquitectura para el agua: el fotografía, el levantamiento de
la cantidad de agua que se ne- trabajo de campo, la consulta croquis y de medidas. Estas
cesita para una hacienda cuya de documentos de archivo de la últimas, que rara vez corres-
producción esté dedicada en época estudiada y la revisión de pondían al sistema métrico
parte a la ganadería, tenemos tratadistas clásicos, sin olvidar, decimal, lo llevaron a poner
que las cantidades mínimas claro está, la consulta bibliográ- especial atención al problema
de agua requeridas para un fica. de los pesos y las medidas an-
caballo son 50 litros diarios, Él mismo refirió su método tiguos y, por ende, desarrollar
una vaca o buey 30 litros, un en este libro al exponer algunas una técnica específica para su
carnero dos litros y un cerdo conclusiones sobre la construc- inventario, en donde la antro-
324 | tres […] (p. 74). ción de los aljibes: pometría y el cordel fueron sus
herramientas principales.
En otro capítulo del libro Después de algunas medicio- Encuentro en este breve
proporciona al lector los por- nes se pudo verificar el sistema pero minucioso estudio la
menores del acabado imper- de proporción y de medidas. interesante clasificación de los
meabilizante de los aljibes, el Al comparar documentos de la edificios construidos con base
cual se hacía “con un aplanado época virreinal y del siglo xix en cinco funciones o propósitos
o enjarrado, donde se utilizaba con lo que opinaba un trata- del agua: la captación, la eleva-
una mezcla de cal con polvo dista, se llegó a la conclusión ción, la conducción, el alma-
de ladrillo y agua en la que de que existían reglas sencillas cenamiento y el control. Estos
previamente se ponen materia- para las proporciones de los propósitos, a su vez, se relacio-
les vegetales y se deja reposar depósitos; si éste era cuadrado, nan con cuatro tipos de abas-
en un recipiente durante días, o su altura no debía exceder un tecimiento, ya sea la lluvia, un
bien con un mortero a base de cuarto de su lado y el grueso río, un manantial o un manto
cal y polvo de tezontle” (p. 113). un séptimo de esa misma subterráneo. De estas observa-
Precisiones como estas que proporción, no sobrepasando la ciones, el autor propone siete
resalto, demuestran la maestría dimensión de 50 pies. Si el de- tipos de construcciones y los
que Leonardo Icaza alcanzó en pósito era rectangular, entonces expone de acuerdo con su im-
la investigación del patrimonio la parte más larga debería tener portancia numérica, es decir, la
construido. Ciertamente desa- el mayor espesor (p. 110). cantidad en que se encontraron
reseñas
RESEÑASRESEÑASRESEÑASRESEÑAS RESEÑAS RESEÑASRESEÑASRESEÑASRESEÑAS
de claro lo dijo al final de sus historia de Tlaxcala sino de Icaza. Al inicio de los años de
conclusiones: todo México (p. 155). 1980, el Seminario llevó a cabo
la elaboración de un Catálo-
Nos preguntamos, ¿qué de- La sólida trayectoria acadé- go de Haciendas del Estado de
recho tenemos para destruir mica del doctor Leonardo Icaza Tlaxcala, y durante esa investi-
una obra del pasado que Lomelí, recordado maestro gación el autor se percató de la
aparentemente ya no tiene y amigo, dio como resultado necesidad de hacer el análisis
ninguna utilidad o, lo que una obra importante sobre el de la solución arquitectónica a
es peor, porque no sabemos pasado de la arquitectura y tec- los problemas del suministro
o no comprendemos lo que nología hidráulicas en México, y los usos de agua en las ha-
es? El futuro juzgará esta un patrimonio muchas veces ciendas que catalogaban.
época al descubrir que por olvidado, pocas veces estudia- Es decir, cubrir el hueco que
negligencia y falta de identi- do y frecuentemente destruido. existía en la bibliografía his-
ficación con nuestro medio El libro Tecnología hidráulica de tórica sobre las respuestas
ambiente, se ha negado a las haciendas de Tlaxcala es uno constructivas a los problemas
326 | las generaciones futuras la de tantos ejemplos de esa labor originados por el agua en esa
participación en las solucio- que abarcó más de 30 años. región durante los siglos xviii
nes edificatorias. Seremos Efectivamente, esta investi- y xix. Gracias a las gestiones
culpables e incluso cómplices gación la realizó dentro del de la deh tenemos ahora
si permitimos su alteración Seminario de Estudios del Arte, publicado el resultado de ese
o destrucción. En cambio, si de la Dirección de Estudios trabajo que permaneció me-
optamos por su conservación Históricos (deh) del inah, el canoescrito durante muchos
y comprensión, salvaremos cual estuvo conformado por So- años, y es un referente funda-
no sólo el agua, sino aquella nia Lombardo, Mariano Mon- mental para la investigación y
arquitectura que sirve para terrosa, José Antonio Terán, conservación del patrimonio
conservarla; con elementos Leticia Talavera, Guadalupe de tecnológico y arquitectónico
esenciales, no sólo para la la Torre y el propio Leonardo de México.
P
ersonal y autoridades de la Coordina-
ción Nacional de Monumentos Histó-
ricos (cnmh) del Instituto Nacional de
Antropología e Historia (inah), externan su
pesar por la irreparable pérdida de la compa-
ñera y amiga a la que todos llamaban cariño-
samente Gaby Dena. Ella obtuvo los títulos | 327
de arquitecta por la Universidad Nacional Au-
tónoma de México (unam) y el de maestra en
Arquitectura con especialidad en Restaura-
ción de Monumentos por la Escuela Nacional
de Conservación, Restauración y Museo-
grafía “Manuel del Castillo Negrete” del inah
(encym). Cursaba la maestría en Análisis, Teoría e Historia de la Arquitectura en la unam.
Su vida laboral de 37 años en esta institución estuvo dedicada a la conservación y difu-
sión del patrimonio nacional edificado. Se destacó en las actividades desarrolladas en torno
a la catalogación de monumentos históricos de la delegación Álvaro Obregón de la ciudad
de México, en la actualización de los catálogos de monumentos históricos del Centro His-
tórico de la ciudad de México y la delegación Talpan, así como en la publicación del Boletín
de Monumentos Históricos, primera y segunda época, durante la administración del doctor
Efraín Castro Morales y la de la arquitecta Virginia Isaak Basso, en esta última también
colaboró, a solicitud de la Coordinación Nacional de Difusión (cnd), en la revisión y, en
su caso, aprobación de las miniguías de monumentos históricos dentro del denominado
Proyecto México.
La experiencia obtenida a lo largo de sus años laborales y su constante preparación
profesional a través de cursos, diplomados y seminarios, le permitió participar en even-
semblanza
s e m b l a n z a
328 |
1. La Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del inah, 9. En caso de artículos publicados en libros, deberán citarse de
a través de la Subdirección de Investigación, invita a todos los la siguiente manera:
investigadores en antropología, historia, arquitectura y ciencias
afines a colaborar en el Boletín de Monumentos Históricos, ter- a) nombre y apellidos del autor; b) título del artículo entre-
cera época, con el resultado de investigaciones recientes que comillado; c) título del libro en letras cursivas, anteponiendo
contribuyan al conocimiento, preservación, conservación, res- la preposición en; d) tomo y volumen; e) lugar de edición; f)
tauración y difusión de los monumentos históricos, muebles e editorial; g) año de la edición; h) página(s) citada(s).
inmuebles de interés para el país, así como con noticias, rese-
ñas bibliográficas, documentos inéditos, avances de proyectos, 10. En el caso de archivos, deberán citarse de la siguiente manera:
decretos, declaratorias de zonas y monumentos históricos.
a) nombre completo del archivo y entre paréntesis las siglas
2. El autor deberá entregar su colaboración en original impre- que se utilizarán en adelante; b) ramo, nombre del notario
so, con su respectivo respaldo en disco compacto (cd) con su u otro que indique la clasificación del documento; c) legajo,
nombre, título de la colaboración y programa de captura uti- caja o volumen; d) expediente; e) fojas.
lizado. Deberá incluir un resumen no mayor de 10 renglones,
un abstract, así como cinco palabras clave, que no sean más 11. Las locuciones latinas se utilizarán en cursivas y de la si-
de tres de las que contiene el título del artículo. guiente manera:
3. El paquete de entrega deberá incluir una hoja en la que se op. cit. = obra citada; ibidem = misma obra, diferente página;
indique: nombre del autor, dirección, número telefónico, ce- idem = misma obra, misma página; cfr. = compárese; et al.
lular, fax y correo electrónico, institución en la que labora, = y otros.
horarios en que se le pueda localizar e información adicional
que considere pertinente. Las abreviaturas se utilizarán de la siguiente manera: p. o
pp. = página o páginas; t. o tt. = tomo o tomos; vol. o vols.
4. Las colaboraciones no deberán exceder de 40 cuartillas, inclu- = volumen o volúmenes; trad. = traductor; f. o fs. = foja o
yendo ilustraciones, fotos, figuras, cuadros, notas y anexos (1 fojas; núm. = número.
cuartilla = 1800 caracteres; 40 cuartillas = 72000 caracteres).
El texto deberá presentarse en forma pulcra, en hojas bond car- 12. Los cuadros, gráficos e ilustraciones deberán ir perfectamen-
ta y en archivo Word (plataforma pc o Macintosh), en altas y te ubicados en el corpus del trabajo, con los textos precisos
bajas (mayúsculas y minúsculas), a espacio y medio. Las citas en los encabezados o pies y deberán quedar incluidos en el
que rebasen las cinco líneas de texto, irán a bando (sangradas) disquete o disco compacto (cd).
y en tipo menor, sin comillas iniciales y terminales.
13. Las colaboraciones serán sometidas a un dictaminador espe-
5. Los documentos presentados como apéndice deberán ser in- cialista en la materia.
éditos, y queda a criterio del autor modernizar la ortografía
de los mismos, lo que deberá aclarar con nota al pie. 14. Las sugerencias hechas por el dictaminador y/o por el co-
rrector de estilo serán sometidas a la consideración y aproba-
6. Las ilustraciones digitalizadas deberán entregarse al tamaño ción del autor.
de 30 cm de ancho, en formato jpg o tiff con una resolución de
300 dpi (pixeles por pulgada cuadrada) y deberán incluir pie 15. Sobre las colaboraciones aceptadas para su publicación, la
de foto con autor o fuente. Coordinación Editorial conservará los originales; en caso
contrario, de ser negativo el dictamen, el autor podrá apelar
7. La bibliografía deberá incluirse como notas a pie de página; y solicitar un segundo dictamen, cuyo resultado será inape-
la primera vez que se cite la fuente consultada se incluirá la lable. En estos casos, el texto será devuelto al autor.
referencia completa. Los datos a consignar deberán ir sepa-
rados por comas: 16. Cada autor recibirá cinco ejemplares del número del Boletín
de Monumentos Históricos en el que haya aparecido su colabo-
a) nombre y apellidos del autor; b) título de la obra en letras ración.
cursivas; c) tomo y volumen; d) lugar de edición; e) nombre
de la editorial; f) año de la edición; g) página(s) citada(s). * * *
8. Las citas de artículos de publicaciones periódicas deberán con- Las colaboraciones podrán enviarse o entregarse en la Subdirec-
tener: ción de Investigación de la Coordinación Nacional de Monumen-
tos Históricos del inah, en la calle de Correo Mayor núm. 11, Cen-
a) nombre y apellidos del autor; b) título del artículo entrecomi- tro Histórico, México, D.F., C.P. 06060, tel. 55 42 56 46.
llado; c) nombre de la publicación en letras cursivas; d) número
y/o volumen; e) lugar de edición; f) fecha y página(s) citada(s). correo electrónico: [email protected]
Índice
Ø Los senderos interiores de los conventos Ø “[…] por la mala vida que su marido
de monjas | asunción lavrin le daba […]”. Las celdas y las tribulaciones
de la vida femenina a principios del siglo xviii
Ø El legado del rosario milagroso | cristina ratto
en los escritos de viaje de sor Ana
de Cristo hacia Filipinas | sarah e. owens Ø Del convento de San Lorenzo de México
al Museo de Chaumont, el redescubrimiento
Ø “Breve relacion de las sumptuosas fiestas, de una espectacular pintura mexicana
que hizo el sagrado convento de carmelitas de la época colonial | raphaële carreau
descalzas de la ciudad de Santa Fe, de
el Nuevo Reyno de Granada, en la Ø Paraíso ameno. La representación
canonizacion de San Juan de la Cruz” de la profesión carmelita y su significado
| marta fajardo de rueda en la pintura virreinal
| mayela flores enríquez
Ø Sor Juana de Maldonado y Paz: vida
y leyenda | coralia anchisi de rodríguez Ø El convento de Corpus Christi de México.
¿Joya de un anhelo frustrado?
Ø Ingredientes para la cocina conventual: | arturo a. rocha cortés
producción y compras en dos estudios
de caso | nuria salazar simarro Ø Intento de fundación de un convento
para indígenas en Tlatelolco, siglo xviii
Ø El informe prioral de María Francisca | xixián hernández de olarte
de Señor San José, ayer y hoy en el
convento poblano de Santa Catalina Ø Incorporarse a Cristo: salud, enfermedad y
de Siena y Señora Santa Ana pasión en el convento carmelita de Córdoba,
| sor maría de cristo santos morales Argentina (finales del siglo xviii y principios
del xix) | ana mónica gonzalez fasani
Ø Las prioras y el arte, transformación
y permanencia del convento de Santa Ø Vida de catacumbas: la comunidad
Catalina de Siena y Señora Santa Ana, de monjas dominicas de Santa María
Puebla de los Ángeles de Gracia de Guadalajara,
| maría concepción amerlinck de corsi entre 1861 y 1951
| tomás de híjar ornelas
Ø La edificación del convento de monjas
dominicas en Pátzcuaro Ø Crisis, agonía y restauración del monasterio
| josé martín torres vega de Santa Mónica de la ciudad de Puebla,
1827-1943 | jesús joel peña espinosa
Ø El pincel, la pluma y las cuentas en el
convento concepcionista de la Encarnación Ø La madre Guadalupe Vadillo, restauradora
de México | alicia bazarte martínez del monasterio de Santa Mónica de Puebla
/maría del carmen valle bustamante | roberto jaramillo escutia
C o o r d i n aC i ó n n aC i o n a l de M o n u M e n to s H i s t ó r i C o s