Narrativa y Teatro

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DRAMATURGIA YNARRATIVA:

UNA DUAliDAD HCUNDA


EN LA OBRA DE EMIliO CARBALlIDO
MARINA MARTíNEZ ANDRAOE'*

milio Carballido, orgullosamente veracruzano,


nació en Córdoba en 1925, recientemente tuvo
un grave problema de salud que afortunadamen-
te logró superar, lo que le permite ser nuestro mayor dramatur-
go vivo, además de cuentista y novelista admirable. El presente
trabajo gira sobre una de sus múltiples facetas, la de cuentista,
poco conocida, entre otras causas, porque lo prolífico de su obra
teatral ha restado atención a su narrativa, baste recordar que por
mucho tiempo fue considerado dentro de los escritores de re-
nombre en otros géneros con un solo libro de cuentos.' Hoy dia
es indudable que el cuento en la literatura mexicana se ha si-
tuado -y cada vez más se acentúa su importancia- como
una form a expresiva de gran valor estético, rica en tradición,

• Profesora-investigadora. UAM-Iztapa lapa.


1 Escri be Russell M. C luff en 1997: " Por .Jhimo, no sería justo olv idar a
varios cuentistas muy prometedores. que inician en estos años su obra
cuentística (o que después de a lgún tiempo han vuelto a publicar cuentos) [ ... ]
Además. hay ciertos escritores de gran renombre que cultivan otros géneros y
só lo cuentan con una colección de cuentos [ ... ] Otros escritores que recién se
escapan de esta categoría con la edi ción de una segunda colecció n de c uentos
son Emilio Carba ll ido, Ignacio Solares, Eugenio Agui rre. David Martín del
Can;¡po, Paco Ignacio Taibo 11 y Luis Zapata", en Panorama critico-biblio-
gráfico del cuento mexicQllo (/950-1995) , México, Universidad Autónoma
de Tlaxcala, 1997 (Destino Arbitrario, 15). p. 49.

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caracteres propios y gran flexibilidad para adaptarse al tiempo
de que es imagen ; dentro de los antecedentes genéricos de esta
forma de la escritura no deben menoscabarse las aportaciones
de Carballido tanto en el enriquecimiento de la tradición como
en la consecución del cambio.
Carballido estudió en la UNA M la carrera de Letras y obtuvo
maestrías en arte dramático y letras inglesas. Fue alumno de
excepcionales maestros como Carlos Pellicer, Julio Torri , Al-
fon so Reyes, Sal vador Novo y Bernardo Ortiz. Se desempeñó
como director de la Escuela de Teatro de la Universidad Vera-
cruzana y ha sido maestro de arte dramático en elI NBA , la UNA M
y algunas uni versidades extranjeras. Ha obtenido diversos pre-
mios a lo largo de su carrera, entre ellos, Premio Juan Ruiz de
Alarcón, 1957 y 1968. Premio Casa de las Américas, 1962. Pre-
mio El Heraldo de México 1967. Premio Nacional de Ciencias
y Artes en Lingüística y Literatura, 1996. Ingresó al SNCA, como
creador emérito, en 1994. Es miembro numerario de la Acade-
mia Mexicana de la Lengua desde 1976 y de la Academia de las
Artes a partir de 2002 .
Cuando estudiante en la Facultad de Filosofia y Letras fue
compañero de grupo de Rosario Castellanos, Luisa Josefina
Hernández, Sergio Magaña - los que continuaron siendo sus
mejores amigos- ; además de Jaime Sabines, Sergio Galindo,
Miguel Guardia, Tito Monterroso, Ernesto Cardenal , Ernesto
Mejía Sánchez, Otto Raúl González y otros. Junto con muchos
de los mencionados forma parte de la llamada Generación del
Medio Siglo de la literatura mexicana, que durante los años cin-
cuenta y sesenta del siglo xx vivió el sueño de la modernidad,
el llamado milagro mexicano que llegó a determinar inclusive
el modo de ser de las ideas y de la cultura.
Al respecto, Carlos Fuentes, uno de los grandes ideólogos de
ese momento,2 en " Radiografia de una década", por un lado se

2 Los otros ideó logos - según Sara Sefchovich- fueron José Lui s Cue·
vas, Carl os Monsiváis y Fernando Bénitez, qu e formaron parte de "La mafi a",

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ríe de la burguesía generada por la modernización y el milagro ;
por otro, toma en serio a la cultura generada por el mismo pro-
ceso, la cultura de su generación, de lo que llama "mi tiempo":

. Churnacero, Sab ines, García Terrés. Bonifaz Nuño, Montes de Oca y


Pacheco en la poes ía; Juan Soriano. José Luis Cuevas. Rafael y Pedro
Coronel. Ricardo Martinez, Vicente Rojo, Alberto Gironella. Felguérez y
Lilia Carrillo en la pintura; Benítez, Vi lloro, García Cantú, Ceceña. Pablo
Gonzá lez Casanova y Edmundo Flores en el ensayo: Flores Olea, Gonzálcz
Pedrero. Rico Ga lán y Enrique González Casanova en el period ismo po lí -
tico; Rosario Castellanos. Carball ido. Galindo. García Ponce, Aridjis. Mela
y De la Co lina en la narrati va; Gurrola, Juan Ibáñez, José Luis Ibáñez,
Mendoza y Azar en la renovac ión teatral; Gutiérrez Heras, Casio, Leonardo
Velásquez, Mata. Manuel Enriquez y Eli zondo en la música; Barbachano.
Velo. Michel y el grupo del Nuevo Cine en la cinematografía.3

He transcrito la nómina cuan larga es, primero porque es bas-


tante completa y en ella se menciona a Carballido; segundo por-
que llama la atención la diferencia de edades al igual que de
tendencias estéticas y políticas entre algunos de los menciona-
dos , así como que a Carballido se le sitúe dentro de los narrado-
res que da unidad a esta generación.
La obra de Carballido es tan amplia que incluye casi todos
los géneros, todos los estilos, no es un escritor al que pueda
etiquetarse, pues su obra se encuentra por encima de cualquier
membrete. Así, dentro de la dramaturgia cultiva comedia, tragi-
comedia, farsa, drama históri co, teatro popular, ópera rock y
hasta ofrenda indígena y pastorela, con gran diversidad de te-
mas, estilos y estructuras; sin embarg~ , no es nada sorprendente
que muchos de estos géneros se traslapen o desborden a otras
categorías : por ejemplo. en muchas de sus obras basadas en la

Véase, México país de ideas. país de novelas. Ulla sociología de la Iileral/lra


mexicana, Mexico, Grijalbo, 1987. (Enlace), p. 150 .
.) Carlos Fuentes. "Radiografía de una década", en Tiempo mexicano. Méxi·
co, Morti z. 1979. (Cuadernos). p. R4.

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historia mexicana - protagonizadas por Chucho el Roto, la Güe-
ra Rodríguez, Benito Juárez o Maximiliano-- transgrede repe-
tidamente los parámetros del drama hi stórico, ocupándose más
del teatro, el mito y el arte que de los datos históricos; no obs-
tante, logra comunicar en cada pieza un sentido de continuidad
hi stórica, un nujo constante entre pasado y presente para ilumi-
nar los problemas actuales y a la vez preservar la historia, la
mitología y la tradición teatral mexicana.
Muy joven, a los 25 años, se consagra como dramaturgo con
el estreno en Bellas Artes de Rosalba y los llaveros (1950) . A la
fecha cuenta con más de 150 obras publicadas, la mayor parte
de teatro y en menor medida novelas , cuentos y guiones cinema-
tográ fi cos' Algunas de sus obras teatrales y de sus novelas han
sido llevadas al cine; otras han sido traducidas a diferentes idio-
mas y escenificadas en diversos países de Europa y América; la
televisión también se ha ocupado de su obra, aunque no siempre
con acierto. 5
En diferentes ocasiones ha opinado sobre su ofic io de escri-
tor, yo me atrevo a hacer un collage de diversas declaraciones:

4 Además de su ópera prima en tre sus obras de teatro cabe destacar: Las

p%bms cruzadas, y La hebra de oro, 1955 ; Felicidad, 1962: El dia que se


solloron los leo nes. 1963: ¡Si/ellcio pollos peIOfl'?s. y a les val/ a echar Sil
maiz!, 1964; )0 también hablo de la rosa , 1966: El relojero de Córdoba,
1968 ; Te j "ro JI/al/a que' ¡el/ga gOl/as, 1984; Rosa de dos aromas, 1989. En
novela: La velela oxidada , 1956: El l/orle , 1958; Las vIsitaciolles del diablo,
1965; El 501, 1970 . En cuento: La caja vocia, 1962; y El pOCla que se vo lvió
gusano y olros CI/ el/tos, 1978.
5 Relaciones comentadas de su bibl iografía han sido hechas por Margaret
S. Peden "Emilio Carba llid o, curricul um operum", Texto Critico (Xalapa.
Verac ruz, México), 3: 1976, pp .94 -11 2; Ypor Socorro Merli n, Catálogo de
la o bra d e Emilio Carbal/ido, vo l. I ( 1946-1967), México, Cen tro de Est u-
dios Teatrales, F F YU Universidad Au tónoma de Pueb la! Tablado IberoAme-
ri cano. 2000; Vol. 11 ( 1968- 1989), México. Conac ull a, Centro Nac ional de
Investigac ión. Documentación e In formac ión Teatn:ll Rodolfo Us igli ¡ In stitu-
to Nacional de Bellas Artes, 2003 (Creadores de la Escena Mexicana: Los
dramatu rgos) .

234 Tema y variaciones 22


¿Por qué escribo? "En general, es un poco absurdo preguntarle
a un autor los motivos por los que escribe; aun sin mucha pers-
picacia se encontrarán mejor en el curso de su producción, mu-
cho·más claramente que en su respuesta a una pregunta directa.
Aplico esto a mí mismo"; sin embargo, "Contestaría en tres pa-
labras: porque me apasiona. Es mi vocación". ¿Por qué teatro
antes que otros géneros? " Porque tengo la facilidad natural".
¿Para qué escribo? ¿Para quiénes? "Escribo por placer, lo de-
más son adornos y resultados, y si lo que uno produce halla
respuesta, es una fortuna extraordinaria. La he tenido"6
Socorrs> Merlín, una gran conocedora de la obra de Carballido,
destaca que "La textualidad carballidiana se refiere a intereses
existenciales, filosóficos, a la necesidad de decir que son im-
portantes los grandes acontecimientos, pero también los peque-
ños sucesos de la vida cotidiana, a mostrar que no todo lo bueno
es bueno, ni todo lo malo es malo, y que a veces es malo ser
muy bueno".1
En las fichas biobibliográficas referentes a Carballido bási-
camente se le define como dramaturgo y narrador. Esta gran
dicotomía lo conduce a una productiva dualidad : nació en
Veracruz pero creció chilango, vive en dos ciudades, tiene dos
casas, y la envidiable capacidad de escribir tanto prosa como
teatro, tanto para adultos como para niños, sobre la realidad y
sobre la fantasía, en los estilos realista y fantástico . Pero tam-
bién escribe acerca de niños y de ancianos, de hombres y de
mujeres, es un conocedor del alma femenina, de las que ha sabido
pintar tanto su pasividad y dependencia, como su rebeldía, su
imaginario, su sentido del humor, esos resortes yesos mecanis-

ñ Véase. Emmanuel Carballo, Cuentistas mexicano~' modernos, 1. l . Méxi-

co, Editores Mexicanos Unidos, s. f. (Biblioteca Mínima Mexicana. 26) p. 158;


y Carlos Paul. "Tengo la fortuna de hallar respuesta a lo que escribo, dice
Carballido". en periódico La Jornada. Mcxico. 30 de mayo de 2002. p. 2-A .
7 Socorro Merlín. en "Presentaron catálogo de la obra de Carballido", en
periódico Excélsior. México, 30 de enero de 2003. p. 2-C.

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mos que las hacen tener una presencia imponante en las vidas
de los hombres y en la vida de las propias mujeres.
Escritor y director "tiene la capacidad de ser a la vez superfi-
cial y superprofundo, medio metafórico y medio pelado"8 Son
dos maneras de ver la vida pero no de manera paralela, sino
cruzadas a tra vés de su dramaturgia y de su narrativa. El autor
consciente de esta dualidad la explica de una forma amena y
casi metafisica: "Lo que pasa es que soy Géminis, ahí reside
todo. En cuanto a la temática no veo grandes cambios ,,9
Su producción dramatúrgica contrasta con su breve obra na-
rrativa; si n embargo, en líneas generales se interrelaciona con
ella, es decir se establece entre sus diversas obras una relación
de transtextualidad, lo que permite una lectura mucho más enri-
quecedora que la pura lectura inmanente, porque tanto sus no-
velas como sus cuentos forman pane de un universo de preocu-
paciones companidas y complementarias a la dramaturgia. Esta
relación puede apreciarse en diversas obras, pero aquí se va a
analizar panicularmente la existente entre el cuento titulado "La
caja vacia", primero del libro con igual título, y ¡Silencio pollos
pelones. ya les van a echar su máiz!, una farsa tan aguda como
mal intencionada, en que de alguna manera también entran
algunos aspectos del cuento titulado "Cubilete". 10

8Así se expresó de él Jacqueline Bixler. de la Universidad de Brown, otra de


sus grandes conocedoras. Véase, Carlos Paul. "Carballido recibe hoy un home-
naje mas en Jalapa", en periódico La Jornada , México, 25 de noviembre de
2002. p. 3-A .
9 César Güemes, "Ser Géminis explica el misterio de mi doble vida con el
teatro y con la prosa", en periódico La Jornada. México. 5 dejulio de 2000.
p. 2-A.
ltJ En general, la intenextualidad es una característica propia de la obra de

Carballido. personajes de algunas de sus obras visitan otras de su propia crea-


ción. o las historias sc entrecruzan. Otro caso concreto en La caja vacía es el
de "Los huéspedes" cuya visión dramática se da en Vals sinfin sobre el plane-
fa. La casa sonámbula y el tren son dos imágenes que en el texto teatral alcan-
zan su plenitud. La vis ión expresionista de la obra teatral dice mucho más que
el cuento. En La dallza que slIe,ia la tortuga. que también es afin a este cuento

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Propiamente, de acuerdo con Genette, la relación entre ambas
obras responde a la hipertextualidad, una modalidad especial de
la transte xtualidad, referida a las relaciones de imitación! trans-
formación entre dos textos ---el hipertexto y el hipotexto-- o
entre un texto y su estilo . 11 Denomina hipotexto a todo texto
que va a dar origen a otro: al que llama hipertexto, pero también
aplica el nombre de palimpsesto a todo tipo de hipertextualidad.
Carballido está muy consciente de la intratextualidad esta-
blecida entre sus obras dramáticas y narrativas, en la que la prác-
tica de las primeras beneficia a las segundas. En una conversa-
ción sostenida con Miguel Ángel Quemain dice el autor:

Sucede que la práctica dramatúrgica le da fluidez a tu escritura, la agi liza y


la hace más directa. Pero no sucede lo mismo cuando vas de la narrativa al
teatro. Escribir para la escena, exige tener un sentido de tiempo y de espa-
cio, sobre todo de espacio. Capacidad para crear imágenes, es como escri-
bir una partitura sinfónica. Es absolutamente necesario tener el sentido de
lo que es un muti s, de Jo que es una entrada brillante, de 10 que es una
entrada imperceptible, de lo que pesa un gesto , una palabra, de un montón
de cosas. El lenguaje de teatro es un lenguaje gestual escondido debajo de
un texto literario. 12

y comenta el autor más adelante: "Quizás no vale la pena con-


vertir una cosa de drama en novela, en narración, para qué. Lo
contrario tal vez sí porque es darle inmediatez. En el caso de los
cuentos, por ejemplo, es una cosa muy atractiva y se convierten
en otra cosa, en otra creatura". 13 A la vez su manejo teatral
explica el ritmo de sus cuentos, su annonía y gran movimiento.

y a esta obra, la fantasía y el sueño, sumados a su carácter expresionista,


alcanzan momentos alucinantes y extremos.
11 Gérard Genette, Palimpsestos. La lileralllra en segundo grado, Taurus,

Madrid, 1989, pp. 14-16.


12. "Teatro y novela: la doble vida de Emilio Carballido. Conversación con
Miguel Ángel Quemain", en Revista Mexicana de Cultura , núm . 25 , julio de
1996.
IJ ¡bid.

Marino Martínez Androde 237


La caja vacía es un conjunto de diez cuentos publicados en
1962, pero que fueron escritos a lo largo de diez años antes,
dato que será importante cuando hablemos de la corriente esté-
tica en que pueden situarse. Del libro se hicieron diferentes edi-
ciones y reimpresiones, en la de 1974 se agrega el cuento titula-
do "Por celebrar al infante", al respecto dice el autor: 14
"Después le aumenté ' Por celebrar del infante' que no me salía no sé por
qué, tenia una prosa perra. Al cabo de los años un día 10 agarré y dije por que
no me va a salir estecucnto. Lo revisé y lo metí en el libro porque es de ese
tomo y de ningún olro", 15

Los cuentos que se narran en este libro suceden casi todos en


Veracruz, pero bien podrian ocurrir en cualquier otro estado del
país, porque se refieren a circunstancias y confl ictos vividos
por la clase media provinciana y por los más pobres, los "frega-
dos" pues. Muchas de estas historias describen las relaciones
familiares, los diferentes modos y significados de la existencia,
o se centran en pasajes de la infancia y la juventud en situacio-
nes de iniciación o epifanía, otros, los mejor logrados, giran en
torno a la pobreza con todo lo que trae aparejado: marginación,
hambre, ignorancia, explotación. En general establecen el tono
de una forma de vida y nos cuentan que vivir la vida es dificil.
Al principio el autor quiso llamarlos "Cuentos veracruzanos"
pero su editor no lo permitió. Con relación a esto, cuando le
preguntan si hay una especie de "veracruzanía" en un conjunto
de autores como Pitol, López Páez, Galindo, Melo, Argüelles,
todos veracruzanos, él contesta

A!go debe haber cierto en eso [aunque] Pito) es más europeo. es el más
cosmopolita de nosotros, pero todos tenemos una buena dosis de Veracruz
en nuestra Iilcralura . En mi libro de cuentos, La caja vacia , tenía como

14 Para la elaboración de este trabajo he manejado la siguiente edición de

donde tomaré las citas: Emilio Carball ido, La caja vacía, FCE, México, 1962
(Popular, 138); pero también puede encontrarse en la Colección Letras
Mexicanas de la misma editorial.
15 Quemain , art o ci t.

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modelo a los costumbri stas veracruzanos. Hasta había pensado ponerle
Cue nt os veracruzanos ... Pero era un título muy malo. 16

Su fascinación por el realismo, el énfasis en lo verosímil han


logrado despistar a más de un crítico que consídera sus ficcio-
nes más reales que 10 real y lo instalan en el cajón estrecho del
desacreditado costumbrismo, mas pienso que rebasan ese ámbi-
to y pueden situarse dentro del neorrealismo. '7 Los ambientes,
pasajes, paisajes y personajes tanto provincianos como urbanos
de México representados en el libro son captados desde una
óptica neorrealista, aunque algunos rasgos del costumbrismo y
de otras corrientes estéticas anteriores subsisten. Carballido co-
noce las obras de sus antecesores, las ha absorbido y tiene un
concepto profesional de su oficio que da muestras de continuar
la superación progresiva del género.
Al mediar el siglo xx en todos los campos del arte se propo-
nen diversos caminos para aprehender el misterio del hombre y
del mundo. Dentro del ámbito literario se ensayan nuevas for-
mas de expresión, una de ellas la experimentación neorrealista
que trata de incorporar lo cotidiano al mundo del drama y del
relato, alejados de preocupaciones morales y didácticas; sin em-
bargo, no hay en sus textos protesta declarada ni contra la natu-
raleza ni contra los explotadores humanos.
Los neorrealistas se interesan por representar la realidad so-
cial contemporánea apartándose de las corrientes fantásticas,
mágicas, alegóricas, simbólicas, abstractas y míticas, con las
cuales siguen alternando e inclusive, en el caso de Carballido,
cultivando. Mas no se trata de un realismo social como el que
estuvo vigente a principios de siglo xx, ni mucho menos de una
vuelta al realismo tradicional y aun del naturalismo; tienen en
común con los realismos de etapas anteriores la elocuencia tes-
16 /b id.
17 Ma. del Carmen Millán considera a Carballidodentro del neorreali smo,
véase Anl% gia de cuentos mexicanos 2, Nueva Imagen, México, 1977, pp.
41-43.

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timonial y cómo éstos hacen uso del paisaje, de la historia, de
situaciones reconocibles y populares.
Carballido tiene esa rara capacidad de captar el momento,
que puede ser el de una fotografia en la playa, el descarrila-
miento de un tren, la muerte del jefe de familia ... , y así dejar que
veamos hasta el fondo . La realidad no tiene principio ni fin y el
autor va a escoger el momento en que los acontecimientos están
maduros para presentarlos. ¿Dónde empieza y dónde termina
esa realidad? Donde el yo narrador lo desee. Sus mejores obras
ofrecen estos momentos suspendidos, en lo s que lo más impor-
tante no es el movimiento horizontal , sino la profundidad verti-
cal , la transfiguración de lo real.
Los personajes más comunes en La caja vacía son mujeres y
niños, los hombres van y vienen en estas historias, mas no están
plenamente integrados en las mismas, sólo aparecen en situa-
ción de proveer o desproveer, convirtiéndose en sustento o ame-
naza de sus familias. Hay dos excepciones, los cuentos titula-
dos "Las conferencias" y "Cubilete" donde los personajes son
masculinos; en el primero, el hombre, extranjero por cierto, queda
exhausto con tal de llevar sustento a los suyos; en el segundo,
un hombre, ahora mexicano, sustrae los centavos guardados en
casa para la comida a fin de apostarlos en una tirada de cubilete.
Otras dos historias tratan acerca de la gente más pobre entre
los pobres, ellas son "Media docena de sábanas" y "La caja va-
cía", ejemplos ambas del magnífico manejo del género y trata-
miento del lenguaje literario alcanzado por Carballido como
cuentista. El primer relato se acerca al expresionismo: Susana,
la personaja, vive al filo de la navaja, llena de desesperanza y de
dolor por la pobreza, por la falta de ilusiones, por los hijos ra-
quíticos, por la tejita de jabón encontrada para lavar la ropa, de
todo lo cual son símbolo las sábanas rotas. Margaret S. Peden
opina que el cuento no es de ninguna manera propagandístico,
sino una sacudida, una exhortación a fin de lograr una toma de
conciencia social. Así, Carballido - dice Peden- con su in-
cansable preocupación por la injusticia social , ha ilustrado

240 Tema y variaciones 22


específicamente un problema mexicano y creado, al mismo tiem-
po, una figura uni versal. 18
En el segundo relato se continúa la lucha por la sobrevivencia,
ahora de una familia del campo que vive a la orilla de una ran-
chería situada cerca de un peligroso río y las montañas del otro
lado; los factores geográficos serán básicos para la trama:

La casa de Porfirio era de palma y bejucos, igual a todas las de la ranche-


rí a, pero estaba un poco más lejos que las otras, cerca de la vía del tren ,
que pasaba trepidando , con su peste de aceite quemado, sin parar nunca .
(p. 44), 19

Comparado con "Las conferencias", "Cubilete" y "Media do-


cena de sábanas", "La caja vacía" es un relato mucho más com-
plejo, porque en aquéllos se cuentan hechos sucedidos durante
un periodo corto de tiempo en la vida de un personaje central, y
en éste, aunque asombrosamente compacto pues abarca sólo diez
páginas, se narran dos historias (que llamaré partes para evitar
confusiones), una tras de otra, no en metadiégesis, al punto en
el cual las vidas de los personajes de cada una llegan a cruzarse.
En la primera parte se cuenta la muerte de Porfirio y la situa-
ción de desamparo en que queda su familia. Porfirio, el jefe de
la casa, va a unirse con otros hombres quienes colectan hierbas
medicinales para venderlas a dos gringos. Llegado al lugar,
muestra su impaciencia para esperar el malacate, que los gringos
han construido con el objeto de que tos trabajadores crucen el
río, e intenta atravesarlo a nado. Pero lo arrastra la corriente y
su cuerpo desaparece sin que pueda ser encontrado. Sus sobre-
vivientes - la madre, la esposa, los hijos- resultan doble-

18 Margaret Sayers Peden , Emilio Carba/lido, Dramatic Allrhor. His Work


/ro';l /948-/966, Thesis Dr. orphilosophy, USA , University orMissouri, 1966,
p. 106. La traducción es mía.
19 Las citas las he tomado del cuento incluido en la antología de María del
Carmen Millán , op. cit ., pp. 43-49.

Marino Martínez Androde 241


mente afectados por el accidente: no sólo han perdido el sostén
de sus vidas, sino que han sido despojados de la oportunidad de
llorar su duelo. Mientras los gringos y los vecinos del lugar con-
tinúan buscando el cuerpo de Porfirio, las mujeres del pueblo se
dan cuenta que deben hacer algo para ayudar a los deudos. No
hay comida, ni dinero para el entierro, ni una gota de café que
ofrecer en el velorio; los gringos no dieron ninguna indemniza-
ción porque sólo era un trabajo fortu ito, sin ningún tipo de se-
guridad, contrato ni prestaciones, entonces una vecina, la Dorni-
tila, dice que la única solución es ir a ver a doña Leonela.
Aquí entra la segunda parte, centrada en la figura de doña
Leonela. Esta mujer por muchos años había destinado su tiem-
po y su dinero a su "Refugio Guadalupano", donde hacia traba-
jo social a favor de los pobres, ayudándolos con comida, dinero
y medicinas etc. Lo hacía de corazón, sin ningún otro tipo de
interés. Cuando su sobrino llega a ser Gobernador, eleva a doña
Leonela al puesto de Jefe de Asistencia Social del estado, mas
la mujer fracasa en su oficio, se burocratiza , se vuelve dura y
desconfiada, y hasta ve con disgusto y desprecio a los pobres:

De los pobres aprendió al fin la verdad : eran mendaces y ad ulones. Eran


muchos, demasiados. Al final del segundo año ya los odiaba a todos.
Rompía las cartas de recomendación si n leerlas; eran suc ios; hacían cre-
cer las montañas de papel en su escritorio; trataban de quitarle hasta el
último centavo del presupuesto . H abría querido' vo lver a los tiempos del
"Refugio Guadalupano" para darse el gusto de echarlos a empujones y
cerrarlo ... (p. 47).

Las historias se intersecan cuando Domitila y la madre de


Porfirio, acuden en busca de auxilio para el entierro. Ante la
petición, Leonela llena de ira y desdén contesta:

Aquí no damos dinero para festejos. Ya sé lo que son sus ve lorios. Aguar-
diente , balazos, org ía. Eso no es respelO a la muerte ni es nada (p. 47).

Interviene una de las trabajadoras sociales, quien va al lugar


de los hechos y constata la tragedia. La situación llega a lo

242 Temo y variaciones 22


absurdo y lo grotesco cuando lo único que obtiene la familia de
Porfirio es una caja de muerto, eso sí, la más luj osa que pudo
encontrarse en el lugar; ahora hay caja pero no hay muerto ni
ninguna clase de ayuda. Todos se preguntan ¿de qué va a vivir
esta familia?

Estaban preparando café para el fin al del novenario. Domitila les pre-
guntó:
- ¿ y de qué van a vivir?
- Puesde milagro , tú , ¿de que otra cosa?-, dijo la viuda, y así el punto
quedó aclarado. Después, se arrodill aron todos (p. 49).

La salida es irónica cuando en el último párrafo se describe


el "milagro" que permitirá la sobrevivencia de la familia aun-
que sólo sea por unos días: estando en el rosario oyen toser a
doña Dalia, la rezandera, y pasa por la mente de la viuda y la
madre la próxima ocupación del ataúd; sin embargo esto no se
dice sólo se sugiere, otro de los aspectos de la maestría en el
narrar de Carballido.
El narrador de este cuento y casi todos los de la colección
está en tercera persona y trata de ser muy objetivo, esta actitud
se sostiene aun en los casos en que se habla de experiencias
muy personales como en "Los huéspedes" y "La desterrada", en
los que algunos críticos se han percatado de reminiscenci as
autobiográficas. No hay irrupción del narrador en el texto, no se
comenta, no se predica, sólo se sugiere, se visualiza por la des-
cripción de lo que sucede en las di§tintas escenas, y por lo que
dicen y hacen los personajes.
Los lectores, aparte de gozar estéticamente la lectura del cuen-
to, toman dos partidos (hablo de lectores reales, mis alumnos),
asombrosamente son muchos los que conceden la razón a doña
Leonela: los pobres son sinvergüenzas y mentirosos, no se pue-
de creer ni confiar en ellos, y pocos son los que llegan a lo
profundo del texto, la exposición del círculo vicioso del subde-
sarrollo (vocablo entonces en boga ahora sustituido ahora por
globalización) para explicar las profundas asimetrías sociales,

Marino Martínez Andrade 243


económicas, culturales de la población mexicana : son pobres
porque no tienen trabajo, no lo tienen porque son ignorantes,
son ignorantes porque no van a la escuela, y no concurren a ella
porque son pobres 2o Sin embargo, los ante esta situación dicen
o parecen decir los representantes de "la minoría dominante y
privilegiada": si bien hay carencias y problemas no resueltos
todavía, nuestro sistema procura los medios para su resolución
ordenada, uno de ellos la caridad pública. Carballido muestra y
se burla de la ineficacia de esta acción.
Por otra parte, acotando sólo el problema de la asistencia so-
cial, la eficacia de esta clase de "ayuda" es constantemente cues-
tionada. Tanto en el ámbito personal como en el nacional e in-
ternacional, el dificil y delicado problema de ayuda y asistencia
a los más necesitados es uno de los temas más controvertidos de
aquellos y de estos tiempos. Sin embargo, en la actualidad los
gobiernos de los paises dependientes (y aun en el imperio) cada
vez más recurren a esta clase de ayuda con el objetivo de hacer-
se propaganda, generar votos a favor de un candidato o calmar
las exigencias y protestas de un sujeto en particular, de una co-
munidad o del pueblo, el verbo "maicear" usado en el lenguaje
político y popular de México describe perfectamente este tipo
de si tuaciones .
A partir de " La caja vacía" Carballido escribe ¡Silellcio po-
llos pelolles, ya les van a echar su máiz!, y la subtitula Farsa
con música de Rafael Elizondo, pero se trata de una farsa que va
a desbordar los preceptos canónicos, porque se asocia - según
Merlín- a la expresión de serios problemas sociales. 2l Las obras
me llegan con su composición completa y no hay dificultad para

20 En el caso concrelo de la mujer de Porfirio, ésta no puede ocuparse ni


siquiera de lavandera, porque vive en los márgenes de la ciudad , y los vec inos
de la rancherí a no requieren de sus servicios porque son casi tan pobres como
clla . Además, si empre fue dependiente del marido , él hacía todo, el soluciona-
ba todo o trataba de so lucionarlo a su man era.
21 Merlín, op. cit., 1. 1, pp. XX III- XX IV.

244 Tema y variaciones 22


descubrir su género, dice en una de sus múltiples declaraciones.
He apre ndido a escuchar a las obras y aceptar la dimensión
genénca que me proponen.
Cuando México supuestamente está viviendo el milagro eco-
nómico Carballido recurre repetidamente a la farsa para poner-
lo en duda, en la cual combina lo cómico y lo patético a la vez
que expone de madera mordaz la realidad social. Hay cuatro
obras que llevan el subtítulo de "farsa": El día que sallaron los
leones; Acapulco. los lunes; Silencio pollos pe/ones; y Te JI/ro
Juana que lengo ganas. Según Socorro Merlín, sólo la última se
ajusta propiamente al canon.
Yo pienso que en la transgresión del género radica gran parte
de la originalidad de Carballido, pues la farsa le sirve como
vehículo eficaz para burlarse de las instituciones del país: de la
educación en Te juro Juana, del ejército en El día que se salla-
ron los leones, del supuesto "milagro económico" en Acapulco.
los lun es, y de la burocracia estatal, las obras de beneficencia y
el milagro económico en Pollos pelones. Lo hace desde una
plataforma crítica no conformista con los estereotipos de lo es-
tablecido y lo consagrado a lo que agrega aguda perspicacia
para capturar lo rasgos deformados de los caracteres humanos,
vasta información sociopolítica, y suficiente equilibrio para con-
tener el desbordamiento hacia la sátira, su vecina ofensora y
maldiciente.
En Pollos pelones Carballido borda sobre los momentos im-
portantes de La caja vacía; pero en la obra de teatro tanto los
diálogos como los personajes toman mucho más fuerza. Lo que
en el cuento está a cargo del narrador, como el describir acciones
pasadas (analepsis narrativas), en la farsa se vuelven analepsis
de acción, y el papel del narrador lo toma el coro. El proce-
dimiento esencial empleado por el autor es la expansión o alar-
gamiento de la historia, mas ninguna de sus amplificaciones re-
sulta superflua ., además agrega el uso recurrente del humor, la
ironía, las repeticiones, las situaciones equívocas y ridículas,
la historia, el juego, la danza las música y las canciones.

M arino M ortinez Andrade 245


Carballido maneja la técnica brechtiana en la construcción de
esta compleja farsa, lírica y experimental, que reúne música,
danza y actuación en su montaje. La presencia del coro, que no
solamente canta sino que forma parte de la acción, el uso de
uniformes y letreros, la representación de varios personajes por
un mismo actor, el uso de recursos audiovisuales para ejempli-
ficar datos estadísticos y situaciones pertenecientes al contexto
de la obra; en fin, el uso de insospechados recursos con la fina-
lidad de lograr que el público participe y esté listo a recibir un
teatro de contenido esencialmente social.
Las situaciones se exponen con gracia y sensibilidad, gran
ritmicidad y sentido del humor: "Yo no me río de la gente, me
río con la gente"; aunque también está presente la compasión y
la ternura ante los seres humanos, como lo indica en las notas
finales dirigidas a los actores y al director:

La obra es una farsa. Lo cual no impide que los momentos patéticos deban
serlo sin vaci lación alguna. (Especialmente, la muerte de Porfirio.) Esto no
es impropio del género. Las salidas de ton o romperán el pateti smo. pero
también lo acentuarán (p. 8 1).22

El empleo de las acotaciones es también original, su lectura


resulta sumamente divertida. En ellas el autor hace indicacio-
nes sobre el ambiente, las actitudes y las reacciones de los per-
sonajes, de manera que el lector pueda imaginar los diversos
escenarios que se proponen a lo largo del texto, por ejemplo:

Nota que deberá imprimirse en el programa de mano:

Las cifras y referencias en la obra son tan exactas como las estadísticas
oficiales de donde fueron tomadas. En ocasiones se han redondeado nú-
meros demasiado complejos o se han variado ligeramente algunos datos

22 Emi lio Carballido, ¡Silencio pollos pelones, ya les van a echar su máiz!
Farsa COII mlÍsica de Rafael Elizolldo, en Teatro de Emilio Carbal/ido , t. 1,
México, Gobierno del Estado de Veracruz, 1992 (Veracruz en la Cultura . En-
cuentros y ritmos). En lo sucesivo só lo indicaré la página al final de la cita.

246 Tema y variaciones 22


para que se apliquen a varios estados de la Republica y no só lo a Veracruz,
el principalmente aludido (p. 20).

Esto lo indica porque casi al inicio de la obra se dan cifras y


r'eferencias concretas de la situación socioeconómica mediante
letreros que proporcionan número de habitantes, viviendas ,
coeficiente de natalidad, hospitales, aeródromos, estaciones radio-
difusoras comerciales y culturales, enfermedades, etc. Al com-
parar estas cifras inmediatamente saltan las disparidades y la
ineficacia de las acciones destinadas a lograr la igualdad y el
bienestar social:

CA RTEL: El coeficiente de natalidad supera generalmente al de mortali·


dad. Superficie: 71 ,826 km 2 ; 21 hospitales, 55 aeródromos, 23 estaciones
radiodifusoras comerciales y una cultural, actualmente en reparaciones.
Solemos padecer fiebre amarilla, difteria, tétanos, tos ferina, tifo, tifoidea
y paratifoidea, rabia, tisis, parásitos intestinales, gastroenteritis, paludis-
mo, virue la, mal de pinto y algunos casos aislados de lepra. ¡Pero la labor
asistel/cial es cada día más efectiva .! [el subrayado es mío] (p. 24).

La precaria situación de la familia de Porfirio se muestra en


escena: la madre enferma, él sin trabajo, la mujer ---que aquí se
llama Domitila- embarazada, la niña juega y come tierra. La
muerte de Porfirio la relata el coro en su canto:

Se lo está llevando el agua


entre torrentes de espuma,
cuando ya se va a perder
alza una mano y saluda.

Tal vez señalaba a Dios,


tal vez decía: no me olviden ,
tal vez pedía por sus hijos
así 10 vieron hundirse (pp. 33·34).

Con las escenas patéticas se intercalan detalles chistosos como


para aliviar la tensión, por ejemplo: cuando los gringos revisan
muy bien los costales para evitar que los campesinos les metan

M arino M artínez Andrade 247


piedras y pesen más, uno le dice al otro: "This latin-americans
are all the same, they ' re always trying to cheat" (p. 29); o cuan-
do Erasto, uno de los compañeros de trabajo, ensaya de varias
maneras cómo llevar la noticia de la muerte a la familia para
acabar diciendo: "Pues ... fijese que ... Porfirio, que en paz des-
canse, no va a venir a comer" (p. 35).
Además se añaden al problema central otros de carácter
socioeconómico, así, una vecina comenta que ella estaba igual
de pobre pero el marido se fue de bracero, o la explotación de
las mujeres por sus hombres, hablando de que la mujer de Porfirio
no sabe hacer nada, dice un vecino:
"Por eso no hay que ser lan buen marido. Mi mujer sabe sembrar, vender,
buscar verdolagas en el monte, criar po llos, tejer bejuco ... Yo nomás la veo
desde mi hamaca y la dejo hacer todo, por si algún día le falto" (p. 37).

Respecto de doña Leonela, el coro la presenta al público.


Antes: realizando sus acciones en su "Refugio" rodeada de pobres
que bendicen y pregonan los beneficios obtenidos y sus bonda-
des; y de Clementina, su secretaria, que le asegura la santidad.
El coro refiere que doña Leonela tenia un sobrino, hombre
probo y honesto, un verdadero ideólogo de la Revolución que
llega a gobernador. Se hace en el escenario la representación de
la campaña, entran en acción los partidos, el PEN el UNZ y el
PRO, el acarreo de votantes, el discurso cantinflesco del candi-
dato. Por el tono y el ambiente político, Pollos pelones estable-
ce relación intratextual con el cuento titulado "Cubilete".
El gobernador Eustaquio Téllez Girón, Tiquin, nombra a doña
Leonela, orgullo de su nepotismo, Directora de Asistencia Públi-
ca. Después de varios intentos fallidos de cumplir su trabajo con
toda corrección, en el que destaca haber donado regaderas a
una ranchería donde no tenían agua, que después resultaron com-
pradas por la Hotelera del Golfo, Leonela endurece cada vez
más su actitud.
Entre risas, sospechas, murmuraciones, chacoteos, situacio-
nes absurdas e hilarantes llegamos a la escena central que ridicu-

248 Tema y variaciones 22


liza el momento en que Leonela - como muestra de su actitud
burocrática, insensibilidad e ignorancia- obsequia con un ataúd
a la familia de Porfirio para ayudarlos. En las acotaciones se
describe burlescamente el artefacto:

[ ... ] aquello no es 10 bastante simple para evocar la muerte y es, en cambio,


voluminoso e impráctico . Dos hombres entran cargándo lo: un ataúd que
será delirante, el sueño de un nue vo rico católico; es lustroso, gris osc uro,
lleno de cruces, calaveras, ánge les, pajarracos, inscripciones latinas, ini·
ciales enigmáticas de liturgia, y dos asas a los extremos, mu y elaboradas,
que impedirán ponerlo de pie . [Pu ede hacerse con pape l maché] (p. 7 1).

Una vecina comenta: "Qué chula está. Lástima que Porfirio


no viene a di sfrutarla" (p. 73)). La caja es equivalente al maíz
que reparten a los pollos cuando tienen hambre para que se
calmen.
Para refrendar este signi ficado el coro canta en la escena
final:

CORO O: Un lujo es la caridad.


dura poco y sale cara;
ACTRIZ B: Aunque luce mucho más,
la justicia es más barata.
CO RO E. Porque so n muchos los diablos
y poca el agua bendita ..
TODOS . No queremos caridad , sólo queremos justicia. (p. 79)

El coro se suma a las peticiones abogando por mejores con-


diciones para representar la obra al alcance de todos, y también
algún trabajito para subsistir, pues con el Arte no ganan mucho.
El coro canta en di stintos tonos (despacio, severo, "celerando y
finalmente con brío):

y a todo esto nos dijeron:


¿y ora ustedes que se ¡rain?
¡Silencio po llos pelones,
ya les van a ec har su máiz! (p. 80)

\,1, ¡de 249


Alrededor del tema de la muerte de Porfirio, Carballido pre-
senta varios temas de crítica: las elecciones, el "dedazo", el "aca-
rreo", la votación falseada , el nepotismo, la lisonja desmesura-
da entre los que buscan colocarse con el régimen político en
tumo, los mecanismos de la burocracia, la buena fe de las per-
sonas ignorantes, la religiosidad sin crítica, la explotación de
los trabajadores por extranjeros, el robo de los recursos natura-
les, la marginación de los pobres, el desempleo, las condiciones
de extrema pobreza en que viven muchos pueblos en el país.
Desgraciadamente estos problemas no sólo subsisten sino que
se han profundizado, lo que hace a la obra plenamente vigente.
La sociedad mexicana a partir de su primer presidente civil ,
Miguel Alemán (1946-1952) pensó entrar en un proceso de ver-
tiginosos cambios sociales, económicos, y también culturales
que se prolongó hasta principios de los setenta, aunque tuvo
un momento de gran crisis en 1968, porque muchos mexica-
nos empezaron a tomar conciencia de que las cosas no estaban
bien. Entonces el milagro mexicano, acto de magia que había
sido equiparado con el milagro alemán, comienza a derrum-
barse . Emilio Carballido participa en la desmitificación del
milagro junto a otros hombres y mujeres que criticaron la si-
tuación desde diversas trincheras: intelectuales, artistas, obre-
ros, estudiantes.
Con sus obras neorrealistas y expresionistas Carballido se
suma a la crítica social sin perder su calidad estética para dejar
al descubierto el esqueleto de la miseria, el hambre y la des-
igualdad predominantes en el país contra los tópicos de progre-
so, despegue, estabilidad e impetuoso desarrollo de la retórica
oficial. De los harapos asistenciales que trataban de cubrir aquel
esqueleto se ocupa en las obras analizadas en este trabajo. Hoy
las cosas se agravan porque se pretende seguir realizando tales
obras benéficas, vestidos los supuestos benefactores con las úl-
timas modas de las más elegantes casas de costura del mundo,
todo con el fin de disfrazar la mediocridad y seguir sosteniendo
el poder.

250 Tema y variaciones 22


En una entrevista realizada en 1996 expresó que no sabe ha-
cia dónde va el país, al tiempo que simulaba una caída en picada
en el tobogán, en que, dijo, vamos cayendo todos 23 Hablando
de arte y cultura al alcance del pueblo, dice que antes que todo
eso es necesario darle de comer al pueblo.

"Tener suficientes escuelas para no tener a los muchachos gritando en las


calles por ya no tener acceso a la educación . Usted necesita tener un país
educado y alfabetizado, pero necesita comer para poder estudiar. Para la
cultura no se necesita una educación especiali zada".

y más adelante, del México de fin de milenio, dijo

"Está desbaratándose por corrupc ión , malos manejos en cadena, una infil·
tración del narcotráfico en las presidencias mismas [... ]. La capital es uno de
los lugares más violentos que hay ahorita en el país y está muerta de
hambre" ,24

Cuando la imaginación es fértil , lo deseado adquiere una rea-


lidad semejante a la de todos los días. Toda ficción es una trans-
figuración ·de la realidad para encontrarle un significado más
profundo. Las cosas sólo adquieren sentido por el modo en que
son contadas. Sólo así pueden iluminar un sector de la realidad e
interpretarla. En la escritura del nuevo cuento mexicano carac-
terizada por la experimentación con el lenguaje, el ejercicio de la
parodia, la ·ironía, el humor, el tratamiento casi periodístico de
la cotidianidad colectiva, un nuevo realismo y la experimenta-
ción intergenérica e intragénerica mucho tiene que ver Emilio
Carballido.

2] Elda Maceda, "Carballido: quisiera saber hacia dónde va el país", El


Universal, México, 4 de diciembre de 1996, pp. 1, 4-C.
24 Katia D'Artigues, "Estados Unidos vende las annas y le pagan con dro-
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estamos mejor", El Fillanciero , México, 14 de septiembre de 1996, Sección
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M arina M artínez Androde 251


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