UNA-Trabajo Orientación Familiar-Final
UNA-Trabajo Orientación Familiar-Final
UNA-Trabajo Orientación Familiar-Final
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Definición conceptual: Familia funcional es la capacidad de utilizar los
recursos intra y extrafamiliares, en la resolución de problemas, así como la
participación en compartir la toma de decisiones y responsabilidades como miembros
de la familia logrando la maduración emocional y física en la autorrealización de los
miembros a través del soporte y guía mutua, mostrando amor y atención entre los
integrantes del grupo familiar con un compromiso de dedicación, espacio y tiempo a
los mismos (Smilkstein 1. 978).
La investigación implicó la revisión de los diferentes conceptos y
planteamientos de diversos autores en el campo antes descrito, el cual amerita una
estructuración metodológica y realizada en nueve capítulos. En el capítulo I, se
exponen aspectos correspondientes para explicar las bases conceptuales de la familia
como sistema social, la noción de familia desde distintas disciplinas teóricas. En el
capítulo II, se explican las funciones de la familia desde el punto de vista de varios
investigadores. En el capítulo III, se proporcionan aspectos importantes del enfoque
ecosistémico y el modelo ecológico. En el capítulo IV, se suministran las
características relacionadas con la familia nuclear y extendida. En el capítulo V, se
mencionan los criterios de diagnóstico de familias funcionales y disfuncionales. En el
capítulo VI, se postulados referentes a los factores intervinientes en la dinámica
familiar como: la autoestima, la comunicación las normas, el sistema relacional intra
y extrafamiliar y las condiciones socioeconómicas. En el capitulo VII, se explican las
etapas del ciclo vital de la familia. En el capítulo VIII, consta de las reflexiones
sobre conceptualización, funciones, clasificación, dinámica familiar y características
de la familia venezolana. En el capítulo IX, se desarrollan las conclusiones, las
referencias bibliográficas y los anexos.
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CAPÍTULO I
BASES CONCEPTUALES
DE LA FAMILIA COMO SISTEMA SOCIAL
Convención Sobre los Derechos del Niño (artículos 5 y 18) “... Los
padres son responsables de la protección de los derechos de sus hijos, con el
apoyo del estado correspondiente para la realización de esta función.”
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En la etimología proveniente de la cultura romana, se evidencian cambios
históricos en relación con este término. Es así como, la palabra familia, en una
primera etapa, alude al caudal de bienes pertenecientes a la comunidad, considerando
al patrimonio en su totalidad. Tiempo después, se incluyó a lo anterior, a las personas
integrantes del grupo familiar; aunque siempre en función del vínculo de autoridad y
subordinación: las potestas. Donde, lo más importante, es el poder que tiene el jefe de
familia sobre el resto de los integrantes (manus sobre la mujer, patria potestas sobre
los hijos, potestas sobre los esclavos).
Entonces, se puede decir que, etimológicamente existen “tres corrientes para
explicar la palabra familia: una referida a las personas y las obligaciones entre ellos;
otra a los bienes y su función dentro de este grupo y; otra mixta que reúne ambos
elementos; agregándose, en algunos casos, la autoridad familiar” (Burmeister, 2004:
13).
De acuerdo con Feixas y Neimeyer (1991), los enfoques epistemológicos
cognitivo-conductual y constructivistas, son utilizados con frecuencia para estudiar
el funcionamiento familiar y para promover las interacciones entre los miembros de
la familia, para darles alternativas de solución a las dificultades de funcionamiento
generadas por mapas mentales restrictivos o disfuncionales.
Es por ello que cuando se estudian los patrones de interacción y el
funcionamiento familiar, el investigador asume una perspectiva holística para
integrar las diversas dimensiones relacionadas con los procesos interactivos y el
contexto relacional y social de los sistemas familiares (Lodo-Platone, 2002).
Desde otra perspectiva, el enfoque sistemático introduce una serie de
consideraciones teórico-prácticas para analizar los procesos interactivos y facilitar
cambios en los sistemas humanos. A partir de las formulaciones de Bateson (1972);
Von Foerster (1981); Von Glaserfeld (1984); Maturana y Varela (1987), los
investigadores que asumen esta perspectiva prestan particular atención a los
procesos interactivos que se generan entre los miembros de la familia durante su
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funcionamiento, así como las interacciones que se realizan para resolver los
problemas y negociar las diferencias individuales que amenazan la estabilidad del
sistema.
A tal efecto, si bien parten de premisas teóricas comunes, los asesores de la
familia introducen un vasto repertorio de estrategias diseñadas para lograr cambios en
las creencias disfuncionales y manejar las resistencias y paradojas de los procesos de
cambio que impiden encontrar una alternativa funcional a los problemas comunes
(Watzlawick, Weakland, Fisch, 1974).
Los modelos teóricos derivados del enfoque sistémico enfatizan el estudio de
la estructura y de los patrones de interacción de los sistemas familiares dentro de su
contexto natural, denominado el ecosistema natural, el cual incluye la comunidad, el
sitio de trabajo y/o la escuela (Lodo-Platone, 2002).
Por otra parte, en la investigación de la familia existe la dificultad de
combinar las nociones psicológicas y sociológicas (Platone, 1983a, 1983b). La
atención a las variables socio-demográficas, basadas en los roles y funciones de los
miembros de la familia, reducen de manera considerable la comprensión de los
factores que influyen en la evolución del sistema familiar y en su capacidad de
respuesta a los cambios históricos del país.
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CAPÍTULO II
FUNCIONES DE LA FAMILIA
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en el hogar. En este sentido, son los hijos mayores los que desempeñan en su
ausencia ese rol, o cualquier adulto que se encuentre en el. Los castigos físicos
son más frecuentes que otros métodos de disciplina y de igual manera, la
comunicación de normas y expectativas relacionadas con el comportamiento
adecuado tienden a ser vagas e implícitas. Se observa igualmente las
justificaciones de rigor.
e. Las relaciones afectivas y la expresión del afecto: El valor lealtad es muy
importante a la hora de defender a los miembros de la familia. La cohesión
existe en los barrios cuando algún miembro está en dificultad. A manera de
conclusión con este punto, se puede afirmar que las familias tienen enorme
vitalidad y capacidad para adaptarse a las circunstancias adversas. Lazos
afectivos, de lealtad y de colaboración se establecen entre la familia, sus
parientes y sus vecinos (se generan redes naturales con el propósito de proveer
apoyo recíproco).
Son varios los investigadores que al referirse al tema de la familia se refieren
primero al concepto debido a lo complejo y antiguo de ella como concepto y luego
explican sus funciones.
Es por ello necesario primero expresar el concepto de familia expuesto por
Murdock (1965), el cual puntualiza:
Es un grupo social caracterizado por una residencia común, cooperación
económica y reproducción. Incluye adultos de ambos sexos de los cuales
al menos dos mantienen una relación sexual socialmente aprobada y uno
o más niños, propios o adoptados, de los adultos que cohabitan
sexualmente (p.105).
Es por ello, las muchas variables que acompañan a este término y una de ellas y
quizás la más importante es que es considerada como célula básica de la sociedad por
su papel en los procesos de reproducción social y como grupo cumple importantes
funciones para el desarrollo de la población y de los individuos que la integran; la
forma de la familia se amolda a las condiciones de vida de un lugar y tiempo; es una
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unidad flexible que se adapta sutilmente a las influencias que actúan sobre ella, tanto
desde dentro como desde fuera; es la unidad básica de desarrollo y experiencia, de
realización y fracaso; es también la unidad básica de la enfermedad y la salud.
En 1958, Ackerman, indica que el propósito esencial de la familia reside en
garantizar la vida del hombre, lo que involucra la perpetuación de la especie y la
consolidación de las cualidades propias del ser humano. Como organización familiar
proporciona las condiciones apropiadas para la reproducción biológica y la inserción
correcta en la vida social. De igual forma agrega, que cumple funciones sociales
establecidas de acuerdo a las orientaciones de cada cultura; asegura la supervivencia
física y construye lo esencialmente humano del hombre.
También desde otra perspectiva, las funciones que cumple la familia tienen un
carácter evolutivo y dinámico en relación con la época y las circunstancias en que se
cumplen. Las investigaciones hablan del triángulo formado por las figuras parentales
y el hijo, de las obligaciones que se establecen, responsabilidades y dependencias.
También mencionan el conjunto de normas que están presentes en la interrelación
familia-sociedad, las convenciones y prejuicios que determinan la manera como el
individuo ha de actuar frente a la vida. Y como de esta manera, la familia y la
sociedad ejercen una marcada influencia permanente en el ser humano.
Desde este enfoque se habla de la familia y sus funciones de acuerdo con
Ackerman, 1958; Jaime, H. 1982; Conn, H. De la Revilla, 1994; Ruizz de Mateo
Alonso, 1986, ya que estas responden o se relacionan con alguna de las cinco
necesidades del individuo:
1. Cuidado y protección: El sistema familiar se caracteriza como proceso y como
sistema de recursos. Los descendientes dependen totalmente durante la
infancia y en la niñez temprana de sus progenitores y familiares
consanguíneos, de alimento, vestido y protección. La dependencia continua en
la edad adulta cuando estos experimentan episodios de enfermedad e
incapacidad, durante este tiempo la familia es responsable de satisfacer las
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necesidades esenciales del ser humano para su subsistencia, alimentación,
salud, vivienda, vestuario y, en general, todo lo que contribuye a su bienestar.
En definitiva, enseñar respuestas adaptativas a sus miembros para la
interacción social y no solo contribuir a la supervivencia física.
2. Afecto: El afecto es una necesidad primaria del ser humano; la familia debe
llenar las necesidades afectivas de sus miembros, porque las respuestas
afectivas de un individuo a otro proporcionan las recompensas básicas de la
vida familiar. En primer lugar, se debe aclarar qué se entiende por necesidad
primaria, a diferencia de una necesidad secundaria. Todo ser vivo necesita
obtener recursos de su entorno para poder sobrevivir. Por recursos
entendemos cualquier forma de materia y/o energía que pueda serle útil para
sobrevivir. Para esto es necesario explicar que el afecto es un hecho físico y
material que se manifiesta en los cuidados, la protección y la enseñanza. En
definitiva, es importante indicar que el afecto y el cuidado son una misma
cosa y no dos hechos separados (uno espiritual y otro material). Esto quiere
decir que la seguridad afectiva es la base para el desarrollo armónico de la
personalidad y procede de la alianza afectiva de una pareja consciente y
funcional, capaz de fijarle al hijo una imagen de familia sobre la cual él ha de
estructurar la suya posteriormente. Desde el punto de vista psicológico, los
miembros del grupo familiar establecen una red de comunicaciones que los
une como familia y que transmite los sentimientos y emociones esenciales
para la satisfacción de las necesidades afectivas, con el propósito de propiciar
el normal crecimiento y madurez del niño. Así, la relación iniciada en el
binomio madre-hijo y continuada con el trinomio, al incorporarse el padre a la
relación madre-hijo, pasa más adelante a reflejarse en los lazos de identidad
del individuo con su organización familiar y finalmente con la sociedad. En
esta interrelación se proyecta, es decir, se transmite el afecto, el amor que es
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tan necesario para el niño como la alimentación y cuya importancia se
manifiesta desde el período de la gestación.
En este sentido, Fromm (1978), asevera que el acto de amar comprende la
expresión de dar y llevar consigo cuatro elementos básicos comunes a todas
las clases de amor: cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento, que son
interdependientes y conforman un síndrome de actitudes propio de la persona
madura. Las necesidades de afecto de los padres son tan importantes para la
salud familiar como las necesidades de afecto de los niños. En cuanto al rol de
los padres, en este sentido, el autor afirma que el padre desempeña un papel
más de instrumento en la familia, en cuanto al establecimiento de esperanzas y
estándares de esfuerzo, y que la madre responde más a las necesidades
emocionales de la familia. De igual manera, se aclara al respecto lo difícil de
distinguir en la vida (desde el punto de vista conceptual) cuando es atención y
cuando afecto, debido a que son parte del proceso de adaptación social, del
mismo modo que recompensa y castigo. Y es de este modo donde se observa
en la adaptación social insuficiente, lo denominado privación, que haría que el
individuo sea menos capaz de responder desde el punto de vista afectivo a los
demás.
3. La reproducción: el concepto de reproducción social puede abordarse desde
diferentes perspectivas. En cuanto a esta necesidad, Solorzano (1995), expone:
la reproducción de la especie humana es vital e imprescindible para la
revitalización de la sociedad y para que la familia asegure, por medio del
proceso de socialización de los nuevos miembros, la permanencia de las
instituciones sociales de común beneficio. Así mismo, corresponde a la
familia proporcionar a los hijos los modelos adecuados para el desarrollo de
su identidad sexual. El investigador señalado hace énfasis, que es en el seno
de la institución familiar donde se aprenden las características propias de cada
uno de los sexos, a través de la identificación con las figuras parentales y
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desde allí transmitir a sus descendientes elementos estructurales básicos para
el desarrollo de su identidad sexual, con clara precisión de las diferencias de
género y de sus papeles correspondientes. Además es importante señalar, la
influencia sociocultural como determinante en la conducta sexual, es decir, los
valores, costumbres, tradiciones, religión, entre otros. En definitiva, la
reproducción del sistema social comprende, de forma indisociable la
organización de la esfera productiva y reproductiva en un sentido estricto de la
humanidad.
4. La socialización: el proceso de socialización del hombre adquiere una
importancia especial en cualquier tipo de sociedad “…pues resulta evidente
que de la forma en que se conciban sus resultados facilitarán o no el desarrollo
de individuos preparados para una de las más importantes facetas de la vida:
la convivencia consigo mismo, con los demás y con la sociedad. (Núñez, E.,
1995). El valor de la socialización radica no solo en hacer del individuo un
ser social, sino como mediante la interacción social se forma el individuo lo
que hace posible la apropiación de los contenidos socialmente significativos
para desarrollarse como personalidad.
La misma comprende tres procesos íntimamente relacionados:
a) Afectivos (orientados hacia la formación y el mantenimientos de los vínculos
afectivos y sociales con las personas).
b) Cognitivos ( dan lugar a la interiorización y conocimiento del propio ”yo” del
sujeto implicado, así como la relación “yo y otros”) necesaria para las
relaciones. En fin con el conocimiento de si mismo, del rol de las personas.
c) Comportamientos (favorecen la adquisición de determinados hábitos de las
interacciones interpersonales, permite disponer de estrategias
comportamentales, conversaciones, resolución de problemas, conflictos,
nuevos amigos), lo que se aprende en la convivencia, son fácilmente
modificables.
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Se impone la realización de ajustes en la acción de la escuela para lograr la
coordinación de esfuerzos al asumir un papel determinante dirigido a:
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servicios sociales y también un estilo de vida que le sea común con las otras
familias de su estrato.
De La Revilla (1994), aporta en cuanto al tema antes descrito, que para
responder a esas necesidades fundamentales del individuo, el funcionamiento de la
familia se da en dos áreas:
1. Psicobiológica: se cumplen las funciones de reproducción, crecimiento y
desarrollo de niños, adolescentes y jóvenes, así como la madurez
psicofísica, que incluye la adquisición de un sentido de identidad y el
equilibrio emocional de sus miembros.
2. Sociocultural y educativa: preside la transferencia de conocimientos,
habilidades, valores, creencias, que definen el estilo de vida del grupo
familias; y económicas que incluyen la capacidad de producción y de
consumo.
Shor, 1995, adiciona dos tipos de funciones:
1. Funciones instrumentales:
a. Alimento
b. Ropa
c. Vivienda
d. Seguridad
e. Supervisión
f. Higiene
g. Atención médica y asistencia
h. Enseñanza
2. Funciones intelectuales / afectivas:
a. Apoyo social:
Cuidado y amor
Valor / estima
Comunicación
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Valores compartidos
Compañía
b. Socialización:
Transmisión de valores
Relación con el mundo
c. Enseñanza.
d. Habilidades de afrontamiento:
Capacidades para la vida
Para evaluar el funcionamiento familiar, De La Revilla (1994), analiza seis (6)
funciones básicas:
1. Comunicación: una de las funciones más importantes, debido a que
gracias a ella todas las demás pueden cumplirse. Definir el concepto, y lo
que implica la comunicación es de fundamental importancia en el
encuentro con los otros, ya sea cara a cara, o en una situación grupal, que
incluye desde la familia hasta los múltiples grupos que a diario integra
todo sujeto. Es de suma importancia destacar el uso de la comunicación en
la familia, debido a que en esta se utilizan variados mensajes verbales y
paraverbales para transmitir afecto, ayuda, autoridad, comprensión.
2. Afectividad: es la forma o manera en que los integrantes de una familia
intercambian mensajes de cariño o amor. Función básica a partir de la cual
se transmite parte del apoyo necesario en momentos de crisis.
3. Apoyo: tiene muchas formas de manifestarse, entre ellas, la ayuda
económica, afectiva, financiera, entre otras.
4. Adaptabilidad: al mantener relaciones tanto internas como externas, la
familia está en constante cambio para resolver cada nueva situación que se
le presenta, tanto en lo concerniente a lo laboral, social y educacional.
5. Autonomía: cada individuo requiere cierto grado de independencia para su
crecimiento y maduración.
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6. Reglas y normas: Para facilitar las relaciones, identificar roles y papeles
dentro del grupo, la familia establece reglas y normas de comportamientos
que les permiten mantener orden y armonía en el hogar.
CAPÍTULO III
ENFOQUE ECOSISTÉMICO Y SUS IMPLICACIONES
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consecución de objetivos comunes. Estos procesos de ajuste se evidencian mediante
las interacciones de los miembros, la comunicación, los límites, normas y roles que
asume cada individuo como parte del sistema.
En resumen, la teoría de sistema es un encuadre teórico y metodológico que
permite el estudio de las interacciones a partir de la complejidad y la diversidad,
analizando las dimensiones de coherencia, adaptabilidad (flexibilidad) y las
secuencias interactivas (comunicación) entre los miembros. Así mismo, puesto que la
familia no está aislada de las complejas redes de interacciones con el entorno, es
necesario también el análisis de los contextos ecológicos que forman parte de sus
conexiones con el entorno.
El Modelo Ecológico:
Bronfenbrenner (1979), propone que el estudio de la realidad familiar, la
realidad social y la cultura pueden entenderse organizadas como un todo
interdependiente y sinérgico, es decir, como sistemas que se articulan entre sí de
manera dinámica. De igual manera, afirma que el análisis del ecosistema a través de
las dimensiones de “macrosistema”, ecosistema y microsistema”, permite al
investigador una mejor comprensión del fenómeno a estudiar.
Consideraciones (que se realizan de acuerdo con este encuadre teórico) de las
dimensiones del funcionamiento familiar y los procesos interactivos entre los
miembros del sistema:
a. Macrosistema: Conjunto de valores culturales, ideologías, creencias y
políticas, que da forma a la organización de las instituciones sociales. El
sistema de creencias patriarcal sostiene un modelo vertical con el vértice
constituido por el jefe del hogar, el padre, y los estratos inferiores donde son
ubicados la mujer y los hijos, además de un grado de diferenciación basada en
el género, donde los varones son más valorados que las hembras (Huggins,
1997). Moreno (1997), en este sentido expone que el varón está asociado con
estereotipos de masculinidad que comparan a éste con la fuerza, y ésta
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socialmente aceptable para la resolución de conflictos. Contrariamente la
mujer, es culturalmente percibida como más débil y se asocia con conceptos
tales como dulzura, sumisión y obediencia. En suma, lo anteriormente
expuesto tiene relación directa con el nivel macrosistemático de análisis del
funcionamiento familiar, ya que proporcionan el marco general en el cual se
establecen los procesos de interacción social y comunicación entre personas o
grupos que comparten un contexto socio-cultural determinado.
b. Exosistema: Se refiere a los propios entornos (uno o más) en los que la
persona en desarrollo no está incluida directamente, pero en los que se
producen hechos que afectan a estos espacios en los que la persona si está
incluida (para el niño, podría ser el lugar de trabajo de los padres, la clase del
hermano mayor, el círculo de amigos de los padres, las instituciones
educativas, religiosas, asistenciales, recreativas, entre otros). Araujo (1998),
explica sobre como la estructura y el funcionamiento de tales entornos juegan
un papel decisivo para favorecer la realimentación permanente de las
dificultades de funcionamiento de la familia, ya que reproducen en las
relaciones interpersonales un funcionamiento de poder vertical y autoritario en
la relación de ayuda. De igual manera, adiciona, el papel de los medios
masivos de comunicación como un componente poderoso dado su potencial
multiplicador de modelos, valores y actitudes, con influencia importante en la
masa y sobre todo en jóvenes y niños. Al respecto, Hernández, Urreiztieta,
Soto, 1995 y Pakman, 1994, opinan que aunado a lo anterior se encuentran las
dificultades económicas y laborales como factores de riesgo asociadas de
manera relevante con el problema del funcionamiento y la cohesión entre los
miembros de la familia como un sistema integrado.
Dentro del marco del exosistema, los recursos comunitarios para aliviar y
orientar las situaciones del maltrato y violencia doméstica son casi
inexistentes en nuestro país, donde no existe apoyo institucional para las
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victimas de abuso intrafamiliar, además se carece de una legislación adecuada
que defina el maltrato y la violencia doméstica como conducta legalmente
punibles (Villaroel, 1984).
Al respecto, Walker en 1984, expone que los profesionales y las instituciones
impregnadas de los mismos estereotipos culturales, buscan la culpabilidad en
la victima o restan importancia al problema.
c. Microsistema: Corresponde al patrón de actividades, historias personales,
roles y relaciones interpersonales que la persona en desarrollo experimenta en
un entorno determinado en el que participa. Es el nivel más cercano al sujeto,
es el lugar donde la persona puede interactuar cara a cara con los integrantes
de la familia manejando los asuntos cotidianos y resolviendo las diferencias
individuales y las situaciones de conflicto (Williams, Volcán, Platone (1998).
d. Mesosistema: Está conformado por las interrelaciones de dos o más entornos
(microsistemas) en los que la persona en desarrollo participa (por ejemplo,
para un niño, las relaciones entre el hogar, la escuela y el grupo de pares del
barrio; para un adulto, entre la familia, el trabajo y la vida social) que
influencian las relaciones humanas del contexto familiar, tales como la familia
de origen, las relaciones vecinales y los servicios, entre otros (Platone, 1998).
Bronfenbrenner (1979), expresa que la concepción sistemática tiene que
converger con la ecología cultural de los sistemas humanos a través del análisis del
microsistema, representado por la interdependencia de los miembros de un sistema
determinado y sus relaciones interpersonales; el mesosistema, representado por las
interrelaciones entre microsistemas, tales como la familia-escuela-comunidad; el
exosistema o las estructuras sociales que influencian las relaciones humanas del
contexto familiar, y el macrosistema, representado por las creencias, los valores y los
acontecimientos históricos y sociales.
En síntesis, el sistema familiar está involucrado en una compleja red de
interacciones entre sus miembros (visión intrasistémica) y con otros ambientes
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sociales (visión extrasistémica o ecológica) y alrededor de esta dinámica, se
estructuran las normas sociales y los valores culturales.
CAPÍTULO IV
FAMILIA NUCLEAR Y EXTENDIDA
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hijos socialmente reconocidos (no independizados), viviendo bajo el mismo techo,
generalmente ubicada en los centros urbanos y en la sociedad industrial. De acuerdo
con Millán (2002), la familia nuclear es el grupo social más extendido
universalmente, cuyos subsistemas son: marido-esposa; el subsistema madre-hijo; el
subsistema madre-hija; el subsistema padre-hijo; el subsistema padre-hija; el
subsistema hermano-hermana y el subsistema hermana-hermana; en suma se entiende
por familia nuclear la institución en la que predominan un parentesco primario
constituido por el marido, la esposa y uno o más hijos.
Familia extendida: En este sentido Albornoz (1995), indica que es
denominada también rural, agrícola, tradicional. En el caso de la sociedad
venezolana, hay que considerar este modelo como la que incluye de hecho varias
posibles unidades de familias nucleares, la familia extendida incluye también a esa
serie de parientes a menudos abundantes que suelen caracterizar a la familia
venezolana, sobre todo en los centro rurales. Son los numerosos tíos, hermanos,
primos, abuelos y todo el resto de la familia “política”; ésta puede alcanzar
dimensiones varias veces superiores en cuantía. Es necesario complementar la
información de la familia extendida con lo que expone al respecto Millán (2002),
donde suma otra subdivisión:
a. “Familia multigeneracional”. También denominada “patriarcal”, la cual está
formada al menos por tres generaciones que conviven bajo la autoridad del hombre de
mayor edad, el abuelo. Los hijos del varón mayor, el patriarca, viven junto a sus
esposas e hijos en la misma casa. A este tipo de familia también se le denomina
“familia conjunta”, cuando dos o más parientes por línea directa y del mismo sexo
junto con sus cónyuges y descendientes comparten una misma vivienda y están
sujetos a una misma autoridad o cabeza de familia. Este último tipo de familia se
establece porque se comparten actividades de trabajo.
b. “Familia multinuclear”. Caracterizada por comprender dos generaciones que
viven bajo un mismo techo; es la generación de los hermanos, que tras el
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fallecimiento del padre heredan un patrimonio unitario del que viven todos juntos con
sus respectivas esposas e hijos. A esta tipología de familia se le conoce como “familia
comunal” o “fraternal”.
c. “Familia tronco”. Es conocida o catalogada como la familia trigeneracional,
que está compuesta por los padres, que son los propietarios de la vivienda y tierras
anexas, el primogénito que es el que hereda las tierras, junto a su esposa e hijos, así
como los hermanos de éste que no estén casados, aunque la autoridad está delegada
en el patriarca. En algunos países como España, a este tipo estructural de familia se le
conoce como “mayorazgo”.
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f. Por la autoridad:
Patriarcal: Es la familia cuya autoridad está delegada en el patriarca, es la
denominada “familia multigeneracional” (explicada como un tipo de familia
dentro de la tipología estructural de la familia extensa).
Matriarcal: Formada al menos por tres generaciones que conviven bajo la
autoridad de la mujer de mayor edad, la abuela, siendo la máxima autoridad, y
junto a ellas viven las hijas con sus respectivos cónyuges y sus descendientes.
CAPÍTULO V
FAMILIAS FUNCIONALES Y DISFUNCIONALES
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Primero: La familia sana valora el crecimiento y el desarrollo integral de
todos sus miembros como personas y los modela con un manejo responsable de sus
necesidades.
Segundo: La familia sana desarrolla en sus miembros la conciencia de “la
experiencia de ser familia”, conciencia de pertenencia a un sistema único y exclusivo,
formado por círculos, triángulos y contextos.
Tercero: La familia sana proporciona a todos por igual apoyo para definir y
estructurar los demás contextos, hacer transiciones elegantes y ubicarse en el contexto
apropiado, respetando los diferentes tiempos, espacios, informaciones (mapas),
relaciones con el otro, recursos, alternativas, valores y normas.
Cuarto: La familia sana enseña a cada uno de sus miembros a definir una
filosofía de vida propia, con una visión, misión y objetivos propios da cada uno.
Quinto: La familia sana desarrolla destreza especial que permiten a cada uno
relacionarse con el mundo interno y externo: valoración o sentido de importancia
personal, manejo de riesgo, diferencias y comunicación en diferentes contextos.
Sexto: La familia sana enseña a todos sus miembros a definir sus propios
valores y reglas básicas en el desempeño total: desarrollar una ética familiar
congruente, propia de la familia, base del comportamiento ético en general.
Séptimo: La familia sana propicia el trabajo en equipo, donde todos son
solidarios e importantes en la búsqueda de soluciones a los problemas que se
presentan y en la toma de decisiones, se respetan la autonomía y la interdependencia.
El liderazgo es un proceso de crecimiento compartido.
Octavo: La familia sana permite la formación de mapas de efectividad,
productividad, salud y bienestar y determina una organización mental para el
desempeño profesional exitoso de cada uno de sus miembros.
Noveno: La familia sana planifica y toma decisiones en momentos de crisis y
en situaciones de conflicto, enseñándoles a todos sus miembros a enfrentarse a cada
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evento con elegancia, para poder mantener su equilibrio, seguridad y bienestar, sin
hacerse daño.
Décimo: La familia sana educa a sus integrantes a desarrollar una conciencia
ecológica de integración responsable, ante un universo de posibilidades y crecimiento
para todos, con compartimientos éticos de respeto al otro y a toda la sociedad.
Barroso (1995) concluye, exponiendo los siguientes argumentos: a. Que una
familia que tenga estos principios y opera desde esta perspectiva será sana; b. La
formación en la efectividad, es la esencia de lo que una familia está llamada a ser y
exige compromiso, dedicación, disciplina y lo mejor de cada uno; c. Sobre esta
experiencia se construye todo un mundo interno de aprendizajes necesarios para
hacerle frente a lo que encontramos en el camino y d. “La experiencia de ser familia”,
es la vida interior de cada ser humano, el motor de su sentido de vida.
La familia disfuncional:
Las familias nucleares como grupo, funcionan de manera más eficaz, al tener
menor cantidad de miembros, hay más oportunidad de expresión social y psicológica.
Por lo general, los adultos a cargo de las familias disfuncionales, cuentan con una
deficiente educación, asumen modelos comunicacionales autoritarios, rígidos y
tradicionales, que apelan a la represión, el miedo, la prohibición, los sermones, los
silencios. Otro rasgo que caracteriza la disfuncionalidad, es la falta de cohesión,
donde los miembros de la familia, no se brindan ayuda frente a los problemas.
Como indica Vásquez (2008):
…se debe explicar que la palabra disfuncional nos dice que la familia ‘no
funciona’, es decir, no cumple las labores que le atribuye la sociedad, pero esto no es
tan literal. Se diría que estos grupos, aunque mal, están funcionando, y que sus
individuos, aún con errores, se desenvuelven. Por otra parte, los miembros de la
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familia disfuncional suelen decir que ‘tienen problemas y discuten, como todo el
mundo’, y con esto recuerdan que no son los únicos con dificultades.
Barroso (1995), añade que no se habla de familias enfermas o
disfuncionales, sino de familias en las cuales el crecimiento está momentáneamente
paralizado. Un sistema familiar efectivo, está organizado para vivir y sentir bienestar.
Uno inefectivo, se las ingenia para buscar su equilibrio mediante problemas y
conflictos, de esa forma interaccionan y sobreviven y a la vez obtienen ganancias. Es
decir, el problema los mantiene unidos, las soluciones los separan.
Características que conforman el cuadro de una familia disfuncional:
1. Ausencia de definiciones personales. Los miembros de la familia están
desinformados; no saben mucho de sí mismos, quiénes son y que quieren. No
saben de sus orígenes, de su historia, de sus triángulos.
2. Los miembros de la familia mantienen relaciones basadas en la autoridad y
jerarquía, el estatus, el poder, el control y la culpa. Son relaciones simétricas,
donde nadie en realidad se siente tomado en cuenta, se siente que vale la pena.
3. No se toman en cuenta las necesidades del otro y se crean expectativas
exageradas. Se niegan las libertades básicas.
4. Mal manejo de la información. Falta de confianza y apertura, esto impide el
acceso de nueva información y retroalimentación.
5. Presencia de coaliciones, dobles vínculos y paradojas, que hacen la relación
excesivamente confluente, dependiente y muy destructiva.
6. Descontextualización familiar. Excesivo solapamiento del entorno familiar con
otros contextos.
7. Pésima distribución de espacios y límites, lo que conlleva a fallas en la
estructuración de la intimidad familiar.
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CAPÍTULO VI
FACTORES INTERVINIENTES EN LA DINÁMICA FAMILIAR:
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En ese sentido Satir (1998), refiere que son útiles para determinar el grado de
funcionalidad familiar; lo anterior se engloba en el conocimiento de la dinámica
familiar y que obliga a conocer la jerarquía entendiéndola como el nivel de autoridad
que gobierna en la organización familiar y que puede ser, autoritaria, indiferente
negligente, indulgente permisiva o reciproca con autoridad, los limites que
representan las reglas que delimitan a las jerarquías y que pueden ser, claros, difusos
o rígidos y la comunicación que no es mas que la forma en que la familia se expresa
entre sí y puede ser, directa, enmascarada o desplazada; considera además la
autoestima, como el propio valor como una aspiración muy importante y considera la
pérdida de la autoestima afecta la capacidad para gozar de las relaciones
interpersonales.
A continuación se esbozan a groso modo los factores intervinientes en la
dinámica familia:
- La autoestima: la describe Mejía de Lancara (1985), como el juicio personal
que se expresa en las actitudes del individuo respecto a sí mismo. De igual
manera es importante destacar que un buen concepto de sí mismo o auto-estima es
esencial para un equilibrio personal y un comportamiento eficaz, tanto para el
niño (a) como para el individuo. En este sentido, la familia y el entorno escolar
juegan un papel preponderante al vigilar las recompensas y la estimulación de la
conducta antes que el castigo o la descalificación. La autoestima según Satir
(1998), es el sentimiento, las percepciones de valía que tenemos sobre nosotros
mismos.
- La comunicación: como se indicó en una de las funciones descritas por De
La Revilla (1994), el diálogo es uno de los factores más importantes en las
relaciones interpersonales, pero lo es todavía más en la relación de la familia.
Cuando los miembros de una familia aprenden a comunicarse identificando el:
cómo, cuándo, dónde y en que tono hablarse; de tal forma que logran construir
una relación positiva y sólida, han dado un paso vital, contribuyendo a que la
30
familia cumpla con su misión al crear condiciones para que todos los
involucrados se sientan: queridos, apoyados, tomados en cuenta y con
posibilidades reales de ser mejores personas.
- Las normas: Don Jackson (1965), definió las normas como “acuerdos de
relación que prescriben y limitan las conductas de los individuos en una amplia
variedad de esferas de contenido, organizando su interacción en un sistema
razonablemente estable”. Así mismo, enfatizó que la familia es un sistema
gobernado por normas, donde la configuración de conductas reiteradas y
organizadas que los miembros exhiben entre sí puede interpretarse como el
principio regidor de la vida familiar.
En ese mismo orden de ideas, Minuchin (1974), definió la estructura familiar
como “el conjunto invisibel de demandas funcionales que organiza los modos en que
interactúan los miembros de una familia”.
Según Cohen (1994), la familia como grupo social enfrenta ideas acerca de las
conductas consideradas aceptables en el contexto de las normas sociales, y éstas
pueden ser: valores (sentimientos profundamente arraigados, compartidos por los
miembros de una sociedad), tradiciones (maneras habituales de actuar), costumbres
(tradiciones más importantes, que conllevan implicaciones de lo que es correcto o no)
y leyes (costumbres de especial significación que han sido formalizadas con la
amenaza de castigo legal).
De acuerdo con Satir (1972), las normas son la “fuerza vital que dinamiza la
vida familiar”, en la medida que se integran a la experiencia cotidiana dela familia,
imprimen variabilidad a diversos parámetros, tales como el ejercicio del poder, los
niveles de caos u orden, la rigidez o flexibilidad, las cercanías o distancias
emocionales.
- El sitema relacional intra y extrafamiliar y las condiciones
socioeconómicas: Al respecto postula Wayne (1988), que los sistemas relacionales
de la familia se rigen por un principio epigenético, según el cual “los intercambios o
31
transacciones de cada fase evolutiva se apoyan en el resultado de transacciones
anteriores. Aclara, que las influencias constitucionales y experenciales se recombinan
en cada fase evolutiva, para crear nuevas potencialidades biológicas y de conducta
que, a su vez, ayudan a determinar la fase siguiente. Esto quiere decir, si en cualquier
fase evolutiva dada, las transacciones se distorsionan u omiten, se alterarán todas las
fases evolutivas subsiguientes”. En esta perspectiva, describe cuatro procesos que
parecen desenvolverse de modo epigenético en los sistemas relacionales:
1. El apego / cuidado, vínculo afectivo complementario, cuyo prototipo es la
aproximación progenitor-hijo.
2. La comunicación, que comienza por compartir focos de atención y continúa con
el intercambio de significados y mensajes.
3. La resolución conjunta de problemas y la participación cotidiana en los intereses,
las tareas y las actividades familiares.
4. La mutualidad, es decir, la integración flexible y selectiva en los procesos
precedentes en una pauta de acercamiento duradero, con un compromiso mutuo
de ir modelando, y aunque no es esencial para una relación duradera, es positiva
siempre que sea confiablemente asequible.
CAPÍTULO VII
CICLO VITAL DE LA FAMILIA
32
1. Comienzo de la familia: el matrimonio, el cual conlleva a una dinámica de
grandes intercambios y tensiones internas. Las transacciones de la pareja giran
en torno a las normas que regirán las relaciones con la familia de origen, la
unión conyugal, las amistades personales y comunes, el trabajo de ambos y
los aspectos prácticos de la vida, como rutinas, rituales.
2. Fases intermedias de la familia: fase más prolongada del ciclo vital y la de
cambios más lentos. Interviene en esta, la crianza de los hijos, la ejecución de
roles, la distribución de funciones y tareas, las responsabilidades laborales y
sociales.
3. Fases tardías y finales: se enfatizan las normas preexistentes heredadas, con
tendencia a neutralizar las presiones de cambio.
De acuerdo con Cartel y McGoldrick (1983), cada etapa es precipitada por un
evento de la vida en particular, un hecho nuevo que exige cambios y ajustes de parte
de todos los miembros de la familia. En este sentido, cada etapa presenta a la familia
con una crisis que trae consigo un incremento en la tensión y en la desorganización.
Esto se debe según los autores, a que muchos patrones regulares que se han venido
desarrollando hasta este punto son entonces interrumpidos por este nuevo hecho de la
vida familiar, estos patrones deben ser reorganizados si la familia pretende ser capaz
de movilizarse hacia delante en su desarrollo.
En este sentido, los investigadores arriba citados, expresan que las etapas del
ciclo de la vida familiar identificadas por este esquema son:
1. Formación de la pareja.
2. Nacimiento de los hijos.
3. Crecimiento de los niños.
4. Crecimiento de los adolescentes.
5. Separación de los hijos.
6. La familia en la vejez de los padres.
La dimensión individual en el núcleo familiar:
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a. Las necesidades individuales.
b. Las necesidades de pertenecer a un grupo.
c. Las necesidades relacionadas con la auto-estima.
Al término de utilidad clínica, al esquema del ciclo vital de la vida familiar, le
permite al entrevistador comprender el motivo de consulta y la familia como un todo
en su contexto histórico y de desarrollo. Así como el terapeuta se pregunta como el
motivo de consulta está relacionado con la etapa en la cual la familia está luchando en
el momento.
CAPÍTULO VIII
LA FAMILIA VENEZOLANA. CARACTERÍSTICAS
Para absorber las dificultades internas y los problemas del contexto social en
su adaptación a los cambios, el concepto de familia ha sufrido, paralelamente a las
34
transformaciones de la sociedad, múltiples conceptualizaciones de acuerdo a las
características más relevantes que ha presentado.
No se puede negar la importancia que tiene la familia como unidad básica de
la sociedad. Sin embargo, la Organización de Naciones Unidas (ONU) se ha dado a la
tarea de redefinir la familia, con el objetivo de hacerla dependiente del Estado y de
los programas de "planificación familiar" (así mismo la anticoncepción y aborto).
En lugar de atacar a la familia como institución, creían que era mejor
redefinirla como una institución cambiante y evolutiva, para que así ésta estuviera en
"armonía" con la realidad urbana e industrial del siglo XX. Según ellos, esta
redefinición pondría fin a la identidad de la familia como unidad social autónoma
enraizada en la religión y en la tradición, dándole un nuevo rol como parte de la "gran
familia nacional" industrializada.
La UNESCO, en 1994, expresa que si bien la familia se reconoce como objeto
y clave del desarrollo social, a la luz de los encuadres teóricos actuales de la
Psicología social, la familia, por ser el hilo conductor que teje la trama de las
comunidades, pasa de objeto a ser sujeto y protagonista de la realidad social. Por eso,
familia y sociedad forman un todo interrelacionado que da significado a la vida de
relación, y a la cultura.
Otros esfuerzos para promover una mejor comprensión de las características y
del funcionamiento de las familias, se observa en la proclamación que realizó la ONU
el año 1994, como el Año Internacional de la Familia. Sin embargo, los resultados
han sido muy fragmentarios y con limitado alcance para los programas sociales. De
igual forma, Platone (2002), informa que en la actualidad se carece, además, de
suficiente información acerca del impacto sobre la familia en los procesos
económicos, sociales y demográficos en los últimos diez años.
Estudios realizados por investigadores como Rodrigo (1993, 1995, 1998),
Palacios (1987, 1996, 1998), Triana (1991), Papalia (1999), Albornoz (1995),
Tenorio (1999), Platone ( 1998), Otálora (1998) y Alruiz (2000), reafirman la
35
importancia del papel socializante que cumple la familia, sean cuales sean sus
principios internos de organización jerárquica, modos de estructuración, interacciones
y ejercicios de roles, direccionalidad familiar, relaciones de poder y dinámica socio-
afectiva entre sus miembros/as.
Albornoz (1995) define a la familia como la unidad fundamental de la vida
humana, el espacio de lo emocional genérico, grupo de referencia íntima que
funciona como un sistema de autoregulaciones en torno al conjunto de vivencias
comunes e individuales que se experimentan dentro de ella, matizándola como fuente
de armonía y bienestar o de conflictos, inestabilidad y/o violencia. Desde este punto
de vista, la familia socializa a sus miembros, tal y como lo plantean Montero (1985) y
Vielma ( 1999), entre otros autores, cuando afirman que la familia o los diversos tipos
de familia que existen actúan como modelos condicionantes de gran parte de los
aprendizajes y patrones de conducta que no sólo caracterizan la vida, el estilo o la
dinámica familiar sino también los rasgos de personalidad, elecciones y decisiones de
quienes están conectados directamente o no con el sistema familiar propiamente
dicho.
Según Rodrigo (1998), Palacios (1996) y Silva (1991), los modelos de
aprendizaje intra e interfamiliares son dinámicos, susceptibles de sufrir
transformaciones. En este sentido, Vielma (1999), propone revisar los modelos de
aprendizaje subyacentes al sistema familiar y su relación con los estilos de crianza y
patrones de comportamiento pertenecientes a cada uno de ellos; estudiar las
representaciones sociales que se han construido psico-socio-histórico y culturalmente
e identificar las teorías implícitas que tienen las personas en general, sean padres y
madres biológicos o no.
En relación con el estudio sobre los estilos de crianza, Silva (1991), Papalia
(1999) y Alruiz (2000) coinciden en que deben ser contextualizados. Vielma (2000)
sugiere aproximarse a ellos, más que con una conciencia cognitiva, con una
conciencia relacional, más emocional, de modo que la experiencia del investigador, el
36
docente, o el padre/madre interesado/a en la comprensión de estos estilos, pueda
retroalimentarse y generar cambios de cogniciones, afectos y actitudes o conductas en
sí mismo, en los sujetos que estudia, en sus hijos/as y/o alumnos/as.
Venezuela, no escapa de los cambios que ha sufrido el concepto a nivel
mundial, muchas han sido las dificultades y contradicciones que acechan a la familia
venezolana. Aunque se utilice una única palabra, la familia venezolana es una
realidad compleja. Se encuentra actualmente venezolanos que han tenido la
experiencia de una familia nuclear con papá y mamá, hijos e incluso tíos, primos y
abuelos. Una experiencia reducida a minorías, aunque este modelo se afirma como el
ideal cultural de familia y des él se juzga las otras experiencias familiares.
La familia popular venezolana, si se atiende solamente a la estructura formal,
los modelos de familia en los ambientes populares son muy variados: matrimonio
civil, civil y eclesiástico, concubinato, madre e hijos, padre e hijos. El modelo
estructural, real y funcionante preponderante: madre e hijos. Según las
investigaciones realizadas por Moreno (1997), existen excepciones como en los
estados andinos. La presencia del padre en la familia, que viene a ser el rasgo
distintivo andino, además de darle otra “forma” acentúa en ella la acción masculina
como dominio. Fuera de lo formal, el centro familiar está focalizado en la madre y los
hijos.
Las principales características de la familia venezolana de acuerdo a las
investigaciones realizadas por Moreno O. (1997), son las siguientes:
- El modelo familiar cultural popular venezolano es el de una familia
matricentrada. Si bien el poder de la madre es una realidad en la familia
matricentrada, no la define. En todo caso no es un poder de gobierno
femenino sobre la comunidad. Bajo un patriarcado formalmente fuerte, y
realmente débil, funciona un matriarcado totalizador de puertas adentro. La
familia pues, en este modelo, está constituida por una mujer-madre con sus
hijos.
37
- La madre: Según el investigador, la historia ha hecho de la madre popular
una mujer-sin hombre- o una mujer sin pareja. La pareja como institución
real, no ha sido producida en la cultura venezolana. La pareja implica la
convivencia continuada para que tanto el hombre como la mujer intervenga,
compartiendo funciones y responsabilidades en la crianza de los hijos
comunes a ambos.
- El hijo varón: el vínculo con el hijo es el único capaz de sustituir a ese otro
imposible, con un hombre, extraño e igual, que depende de una situación
mutua que en los hechos no se da. El varón venezolano nunca se vivencia
como hombre, siempre como hijo. Esta es su identidad. El hijo no significa
para el varón nada parecido a lo que significa para la mujer. Puede ser una
prueba de su masculinidad, y poco más.
- El machismo como mecanismo social y cultural de control. El machismo
venezolano, popular, presenta características, que lo diferencian de otros
machismos.
- Los hermanos: Ante todo, cada hermano está vinculado en relación personal
y diática con la madre y ésta maneja un vínculo personal con cada hijo en
particular.
- La hija: el vínculo madre-hija tiene otro sentido. Funciona como duplicador
de la mujer-madre.
- La pareja: el compañero para la mujer, no va mucho más allá de ser un
medio-instrumento necesario para hacerla madre. No es propiamente el
hombre el que abandona la mujer, sino ésta la que expulsa al hombre.
- El padre: La figura paterna y el vínculo correspondiente están marcados por
numerosos y significativos signos de negatividad.
Si la familia venezolana ha carecido de padre desde sus inicios en los tiempos
coloniales, esta estructura familiar dista de poder ser abandonada. Pues, se sigue
promoviendo al adulterio, del cual la población venezolanazo ha logrado salir. Más
38
aún, puesto que la familia matricentrada es causa y consecuencia de la pobreza, se
conforma un círculo vicioso del cual es difícil salir, por lo que la estructura
matricentrada mantendrá vigencia en los años venideros.
Por los momentos, la alternativa de los venezolanos es aceptar a la familia
matricentrada, pues escasamente tienen otra opción. En el plano emocional, se ha
observado que, acorde a lo que sostiene Moreno (2003), la familia matricentrada es
una estructura relativamente estable, pero no está libre de los resentimientos que la
ilegitimidad lógicamente genera. Si el padre ha de seguir estando ausente, y la madre
ha de continuar siendo el centro del hogar, entonces es menester tomar las
precauciones necesarias para evitar que esta situación se torne desfavorable.
El principal problema de la familia matricentrada es, como se ha mencionado,
el desequilibrio que hay entre la estructura familiar matricentrada y la estructura
social patriarcal. La madre puede ser el centro de la familia, pero dista de poseer el
control en la sociedad, lo cual genera pobreza. De forma tal, que el meollo del asunto
es un problema de género. En la medida en que a la mujer se le amplíen
oportunidades en la sociedad venezolana, este desequilibrio podrá ser aliviado. Y, una
vez logrado esto, la madre estará en mejores condiciones de proveer a sus hijos.
De igual manera, su ocupación laboral será una medida contraceptiva natural,
pues se verá más presionada a controlar la natalidad que pueda afectar a su
rendimiento laboral. Al mismo tiempo, si la mujer cuenta con mejores oportunidades
laborales y beneficios económicos, el padre no apreciará una carga en la mujer y los
hijos, y estará menos dispuesto a abandonarlos. Las relaciones de pareja más
fortalecidas son aquellas donde la simetría marca la pauta. Si los venezolanos desean
ver una pareja fortalecida, entonces deben empezar por generar un espacio de simetría
social entre hombres y mujeres.
Es posible detectar entre las perspectivas sociales que las funciones de los
diferentes actores de la familia venezolana son contradictorias, debido a que el
39
ejercicio del rol paterno-materno es cada día más confuso, debido a la ausencia de
políticas familiares coherentes a largo plazo.
En líneas generales, la investigación de los núcleos familiares ha establecido
que la mayoría de las familias, especialmente las de escasos recursos que representa
un alto porcentaje de la población del país, tiene una estructura “matricentrada” y
“matrilineal” (Vethencourt, 1974; Hurtado, 1993; Moreno, 1994) en cuanto el núcleo
familiar se centra en la figura materna.
Sin embargo, la categoría “matrilineal” simplifica una gran diversidad de
variedades de familia en las que la fuente de autoridad es uno de muchos
componentes, siendo en muchos casos la sobrevivencia un sobredeterminante que
fractura muchos valores anteriores o deseados. Este tipo de estructura familiar
presenta características que no se ajustan a la industrialización del país y sería la
causa principal de las dificultades de integración de vastos sectores de la población a
su desarrollo tecnológico.
No obstante, en estas consideraciones no se toman en cuenta las diferencias
regionales de los núcleos familiares y la complejidad y diversidad del funcionamiento
y la dinámica de la realidad familiar (Platone, 1998).
Por otra parte, en la investigación de la familia existe la dificultad de
combinar las nociones psicológicas y sociológicas (Platone, 1983a, 1983b). La
atención a las variables socio-demográficas, basadas en los roles y funciones de los
miembros de la familia, reducen de manera considerable la comprensión de los
factores que influyen en la evolución del sistema familiar y en su capacidad de
respuesta a los cambios históricos del país.
En un sentido metodológico, la tendencia a considerar a los extraños con
difidencia y reserva, así como la pobre fluidez verbal de amplios sectores de la
población, no permite el uso confiable de las encuestas, los cuestionarios y las
entrevistas. Por otra parte, los instrumentos son recaudos hipotéticos que no captan lo
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diverso, puesto que tienen el fin de nivelar y/o homogeneizar los datos, produciendo
así un sesgo en las conclusiones de las investigaciones.
Por estas limitaciones, algunos investigadores han recurrido a los modelos que
se consideran más apropiados para estudiar a las familias en su ambiente natural, tales
como la investigación-acción comunitaria (Montero, 1984a); la investigación
etnográfica de las comunidades y las escuelas (Esté, 1986, 1994, 1996) y los modelos
de base sistémica (Platone, 1983a).
Conclusión
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Cuando se explica la noción de familia, esta se considera como el grupo
social básico que brinda a sus miembros la socialización elemental para ese tiempo y
ese lugar, ofrece protección, la compañía, elementos que deberían repercutir en la
seguridad de la persona.
De igual manera el concepto de familia se visualiza desde distintas disciplinas
teóricas, entre ellas es relevante resaltar la posición de Vigotsky (1931), donde
enumera los componentes como: intencionalidad/reciprocidad, elogiar/alentar,
contacto afectivo que deben estar presentes en la interacción madre-hijo. Bajo el
enfoque cognitivo, las experiencias en las cuales son sometidos niños (as) por parte
de su madre y que les permitirán desarrollar sus destrezas, habilidades y
potencialidades.
Con respecto a las funciones de la familia, los aportes señalados en la
investigación se refieren al conjunto de normas, convenciones y prejuicios que se
cumplen en la interrelación familia-sociedad.
Desde el enfoque eco-sistémico, cualquier conjunto de individuos que
comparte un mismo contexto e interactúa con cierta frecuencia y permanencia en el
espacio y en el tiempo (Platone, 1999).
En Venezuela podemos señalar la presencia tanto de la familia nuclear
(compuesta por padre, madre, hijos) y la familia extendida la incluye unidades de
familias nucleares, es decir parientes a menudos abundantes.
Al hablar de familia se refiere a los dos tipos de familia que se hayan inmersas
en el devenir de la sociedad: la familia sana o funcional, en la cual se haya salud total
que abarca la efectividad en toda su extensión y la familia disfuncional donde existen
presencias de factores negativos que impiden el crecimiento y la interrelación sana de
sus integrantes.
En la investigación realizada también se expuso lo concerniente a los factores
intervinientes en la dinámica familiar, como la comunicación, autoestima y las
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normas, variables básicas en el núcleo familiar para el sano desarrollo de la
personalidad de sus miembros.
Como las familias cambian a través del tiempo, se hizo necesario abordar en
la investigación lo concerniente al Ciclo Vital de la familia, para aclarar las diferentes
etapas predecible de la vida familiar ya que una de las tareas fundamentales de toda
vida familiar es el integrar estabilidad y cambio para que sus miembros individuales
puedan crecer sin estancarse, ni encontrarse inundados, sobrecargados por cambios
repentinos y drásticos.
En lo concerniente a la familia venezolana, se encontraron investigaciones
realizadas por Moreno Olmedo (1997), donde el investigador cita que las
indagaciones las realiza por una descripción fenomenológica, es decir, como se
presenta en su constitución formal y en su apariencia, y al mismo tiempo una
interpretación, de la familia en el ámbito popular donde se explican el
matricentrismo, el papel de: la madre en la sociedad, del hijo varón, de la hija, la
pareja, los hermanos, el padre; donde se concluye que la cuestión sobre el proyecto de
una sociedad venezolana realizable puede, esquemáticamente, reducirse a la
disyuntiva: patrisocialidad o matrisocialidad..
Referencias Bibliográficas
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1.4.1. La familia disfuncional:
47