Tipos de Narrador

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TIPOS DE NARRADOR

1. Bueno, pruébenlo ustedes; pidan más independencia. Tomen a cualquiera,


desátenle las manos, ensanchen su campo de actividades, aflojen la disciplina,
y…bueno, créanme, en seguida querrán que le vuelvan a imponer la misma
disciplina. Sé que lo que digo les molestará, que los hará patear el suelo.

2. Actué como médico en dos barcos sucesivamente y durante seis años hice
varios viajes a las Indias Orientales y Occidentales, lo que me permitió
aumentar mi fortuna. Pasaba mis horas de ocio leyendo a los mejores autores
antiguos y modernos, pues llevaba siempre conmigo muchos libros. Cuando
estaba en tierra, estudiaba las costumbres y la índole de la población, y trataba
de aprender su idioma, lo que me facilitaba mi buena memoria.

3. Su luna de miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida, el carácter


duro de su marido heló sus soñadas niñerías de novia. Lo quería mucho, sin
embargo, a veces con un ligero estremecimiento cuando volviendo de noche
juntos por la calle, echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán,
mudo desde hacía una hora.

4. Lo recuerdo, la cara taciturna y aindiada y singularmente remota, detrás del


cigarrillo. Recuerdo (creo) sus manos afiladas de trenzador. Recuerdo cerca de
esas manos un mate, con las armas de la Banda Oriental; recuerdo en la
ventana de la casa una estera amarilla, con un vago paisaje lacustre. Recuerdo
claramente su voz; la voz pausada, resentida y nasal del orillero antiguo, sin
los silbidos italianos de ahora.

5. En nuestro tiempo juntos, ocupaste un lugar especial en mi corazón, que yo


llevaré conmigo para siempre y que nadie puede reemplazar.ol

6. El viejo se fue reculando hasta encontrarse con el paredón y se recargó allí, sin
soltar la carga de sus hombros. Aunque se le doblaban las piernas, no quería
sentarse, porque después no hubiera podido levantar el cuerpo de su hijo, al
que allá atrás, horas antes, le habían ayudado a echárselo a la espalda. Y así
lo había traído desde entonces.

7. - Es lo normal. -Le acariciaba los cabellos, la línea suave de los hombros, la nuca-.
Es tan fácil quererte, tan sencillo. Lo más sencillo del mundo. Eres bonita,
inteligente...
8. - Pero, ¿qué dices?
a. Pues eso, que estás hecha para que te adoren (mal, muy mal,
desgraciado, ¿qué te pasa?). Eres un ángel.
b. Sus cuerpos se tocaron. Teresa seguía con los ojos bajos.

9. Luego se habían metido poco a poco las dos y se iban riendo, conforme el
agua les subía por las piernas y el vientre y la cintura. Se detenían, mirándose,
y las risas les crecían y se les contagiaban como un cosquilleo nervioso. Se
salpicaron y se agarraron dando gritos, hasta que ambas estuvieron del todo
mojadas, jadeantes de risa.

10. Aún ahora, luego de tantos años, ese recuerdo sigue siendo
extraordinariamente vívido y molesto. Tengo muchos recuerdos desagradables,
pero…¿por qué no interrumpir aquí estas memorias? Me parece que fue un
error comenzarlas. Sin embargo, por lo menos me he sentido avergonzado
durante todo el tiempo en que las escribí, de modo que no son literatura sino
un castigo y una expiación.

11. El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana
para esperar el buque en que llegaba el obispo. Había soñado que atravesaba un
bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna, y por un instante fue feliz en
el sueño, pero al despertar se sintió por completo salpicado de cagada de pájaros.

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