Todorov Tzvetan - Los Generos Del Discurso - El Discurso Psicótico
Todorov Tzvetan - Los Generos Del Discurso - El Discurso Psicótico
Todorov Tzvetan - Los Generos Del Discurso - El Discurso Psicótico
trataré de darle un sentido más preciso. Desde Bleuler hasta Henry Ey,
pasando por Freud, se dice que la psicosis es una degradación de la
imagen que el individuo se hace del mundo exterior1. Si en general la
psicosis es una perturbación de la relación entre el «yo» y la realidad
exterior, entonces el discurso psicótico fracasará al evocar esta realidad,
es decir, en su trabajo de referencia.
Este fracaso de la referencia puede adoptar varias formas. Primero,
en el caso más simple y para nosotros marginal, el enfermo puede
refugiarse en el silencio, en el rechazo a hablar —y, en consecuencia,
a referirse a cualquier cosa.
Segundo, el proceso de referencia puede realizarse normalmente,
pero el mundo al cual se refiere no tendrá para nosotros, no-psicóticos,
existencia real, aun cuando en el discurso mismo no haya ningún
índice que permita deducir que ocurre lo mismo con aquel que lo está
enunciando. La referencia se hace, pero a un mundo imaginario, o más
bien, a un mundo donde la diferencia entre lo real y lo imaginario está
anulada.
Tercero, un caso en cierto modo intermediario es posible: el sujeto
habla pero uno no llega a construir, a partir de su discurso, cualquier
mundo referencial.
En el primer caso es la palabra misma quien es atacada; en el
segundo, las cosas de las cuales se habla; en el tercero, la capacidad
de las palabras de referirse a las cosas, la posibilidad de pasar de las
unas a las otras. Grosso modo, estos tres casos corresponden a las tres
especies de psicosis reconocidas por la nosografía actual: la catatonía,
la paranoia y la esquizofrenia.
Se comprende bien que en una exposición acerca del discurso
psicótico no tengo nada que decir de la catatonía, que es precisamente
rechazo al lenguaje. La paranoia tampoco ofrece problemas desde este
punto de vista. El discurso del paranoico es bastante semejante, en
tanto discurso, a uno presuntamente normal; la sola diferencia impor-
tante reside en el hecho de que los referentes evocados no tienen para
nosotros forzosamente existencia real. Habría sido suficiente con que
este discurso se hubiera presentado como una ficción, o como una
manera de decir otra cosa, indirectamente (alusivamente, en tropos, en
broma), para que desapareciera todo carácter patológico. Esto es
precisamente lo que el paranoico no puede hacer: él ignora esta dife-
rencia.
Lo que sigue es un ejemplo de un discurso paranoico, producido
(escrito) por Mme. N., quien afirma que ella conoce a Cristo en su
encamación presente, la cual se encuentra encerrada en el mismo
hospital:
Por disfuncionamiento
metalingüístico (1)
Por incoherencia
Problemas de Por otras razones (2)
referencia
Por otras razones (3)