Oración Preparatoria
Oración Preparatoria
Oración Preparatoria
Oh gloriosísimo Padre de Jesús, Esposo de María. Patriarca y Protector de la Santa Iglesia, a quien
el Padre Eterno confió el cuidado de gobernar, regir y defender en la tierra la Sagrada Familia;
protégenos también a nosotros, que pertenecemos, como fieles católicos. a la santa familia de tu
Hijo que es la Iglesia, y alcánzanos los bienes necesarios de esta vida, y sobre todo los auxilios
espirituales para la vida eterna. Alcánzanos especialmente estas tres gracias, la de no cometer
jamás ningún pecado mortal, principalmente contra la castidad; la de un sincero amor y devoción
a Jesús y María, y la de una buena muerte, recibiendo bien los últimos Sacramentos. Concédenos
además la gracia especial que te pedimos cada uno en esta novena.
DÍAS
1|2|3|4|5|6|7|8|9
[Gráfico de decoración]
DÍA 1º
Oh benignísimo Jesús así como consolaste a tu padre amado en las perplejidades e incertidumbres
que tuvo, dudando si abandonar a tu Santísima Madre su esposa, así te suplicamos humildemente
por intercesión de San José nos concedas mucha prudencia y acierto en todos los casos dudosos y
angustias de nuestra vida, para que siempre acertemos con tu santísima voluntad.
DÍA 2º
Oh benignísimo Jesús, así como consolaste a tu padre amado en la pobreza y desamparo de Belén,
con tu nacimiento, y con los cánticos de los Ángeles y visitas de los pastores, así también te
suplicamos humildemente por intercesión de San José, que nos concedas llevar con paciencia
nuestra pobreza y desamparo en esta vida, y que alegres nuestro espíritu con tu presencia y tu
gracia, y la esperanza de la gloria.
Terminar con la oración final para todos los días.
DÍA 3º
DÍA 4º
Oh benignísimo Jesús, así como consolaste a tu padre amado de la pena que le causó la profecía
de Simeón, mostrándole el innumerable coro de los Santos, así te suplicamos humildemente, por
intercesión de San José que nos concedas la gracia de ser de aquellos para quienes tu sirves, no de
ruina, sino de resurrección, y que correspondamos fielmente a tu gracia para que vayamos a tu
gloria.
DÍA 5º
Oh benignísimo Jesús, así como tu amado padre te condujo de Belén a Egipto para librarte del
tirano Herodes, así te suplicamos humildemente, por intercesión de San José, que nos libres de los
que quieren dañar nuestras almas o nuestros cuerpos, nos des fortaleza y salvación en nuestras
persecuciones, y en medio del destierro de esta vida nos protejas hasta que volemos a la patria
celestial.
DÍA 7º
Oh benignísimo Jesús, así como por seguir la voluntad de tu padre celestial permitiste que tu
amado padre en la tierra padeciese el vehementísimo dolor de perderte por tres días, así te
suplicamos humildemente, por intercesión de San José, que antes queramos perder todas las
cosas y disgustar a cualquier amigo, que dejar de hacer tu voluntad; que jamás te perdamos a ti
por el pecado mortal, o que si por desgracia te perdiésemos te hallemos mediante una buena
confesión.
DÍA 8º
DÍA 9º
Oh benignísimo Jesús, así como has elegido por medio de tu Vicario en la tierra a tu amado padre
para protector de tu Santa Iglesia Católica, así te suplicamos humildemente por intercesión de San
José, nos concedas el que seamos verdaderos y sinceros católicos, que profesemos sin error la fe
católica, que vivamos sin miedo una vida digna de la fe que profesamos, y que jamás puedan los
enemigos ni aterrarnos con persecuciones, ni con engaños seducirnos y apartamos de la única y
verdadera religión que es la Católica.
Oh custodio y padre de Vírgenes San José a cuya fiel custodia fueron encomendadas la misma
inocencia de Cristo Jesús y la Virgen de las vírgenes María; por estas dos queridísimas prendas
Jesús y María, te ruego y suplico me alcances, que preservado yo de toda impureza, sirva siempre
castísimamente con alma limpia, corazón puro y cuerpo casto a Jesús y a María. Amén.
Antífona. Tenía el mismo Jesús, al empezar su vida pública, cerca de treinta años, hijo, según se
pensaba de José.
Oración. Oh Dios que con inefable providencia te dignaste escoger al bienaventurado José por
Esposo de tu Madre Santísima; concédenos que, pues le veneramos como protector en la tierra,
merezcamos tenerle como protector en los cielos. Oh Dios que vives y reinas en los siglos de los
siglos. Amén.