Sentencia T-926 02 Corte Constitucional

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Sentencia T-926/02 de la Corte Constitucional

Acción de tutela instaurada por Margarita Inés Tobón Ochoa contra


SURATEP A.R.P.
Dentro del proceso de revisión de los fallos proferidos por el Juzgado Sexto
Laboral del Circuito de Medellín y por la Sala Laboral del Tribunal Superior
de la misma ciudad, en el trámite de la acción de tutela iniciada por
Margarita Inés Tobón Ochoa contra SURATEP A.R.P.

ANTECEDENTES.

La señora Margarita Inés Tobón Ochoa interpuso acción de tutela contra


SURATEP A.R.P., por considerar vulnerados sus derechos fundamentales a
la salud, a la vida, a la seguridad social, y la dignidad humana en razón a
que la demandada se niega a calificar como laboral, una patología que
padece como consecuencia de un accidente de trabajo.

Para fundamentar su solicitud de amparo, puso de presente los siguientes


hechos:

Desde hace algunos años labora para la Universidad Pontificia Bolivariana,


desempeñando oficios varios, y como tal fue afiliada a la A.R.P. SURATEP.
El 21 de mayo de 1999, mientras realizaba sus labores, sufrió un accidente
de trabajo, y como consecuencia inhaló ácido clorhídrico. Indica que este
accidente le ha causado graves problemas físicos, especialmente de
carácter respiratorio por lo que presenta actualmente una merma en su
capacidad laboral. Afirma que como consecuencia de su accidente ha sido
sometida a tratamiento médico, e incluso, debido a sus secuelas ha
solicitado su reubicación laboral.

El 21 de noviembre de 2001, la E.P.S del Instituto de Seguros Sociales,


remitió comunicación escrita a la A.R.P. SURATEP, en la que solicitó que la
señora Tobón Ochoa fuera evaluada por riesgos profesionales, derivados
del accidente de trabajo sufrido por inhalación de ácido. Posteriormente, el
18 de febrero de 2002, SURATEP en oficio dirigido al jefe de salud
ocupacional de la Universidad donde labora la demandante, informó que la
patología que padece la demandante no cumple los criterios de enfermedad
profesional, por lo que debe seguir siendo atendida a través de su E.P.S.

Manifiesta la accionante que actualmente se encuentra desprotegida, pues


no recibe ningún tipo de tratamiento, ni puede tramitar una eventual
pensión.

Agregó que con la negativa de SURATEP A.R.P. de calificar como


profesional su patología, esa entidad le está vulnerando los derechos
fundamentales arriba anotados, y aunado a esto, le impide solicitar el
reconocimiento y el pago de una eventual pensión de invalidez a la que
podría tener derecho. Solicita en consecuencia se ordene a la
Administradora de Riesgos Profesionales SURATEP que proceda a dar
trámite a su patología como de carácter profesional, y adicionalmente
solicita ser evaluada por las autoridades médicas para determinar la pérdida
de su capacidad laboral, para saber si tiene derecho a una pensión de
invalidez.
La accionante presenta una pretensión que por esta vía excepcional no
puede cursarse por lo siguiente:

1. Porque la accionante contaba con la oportunidad de demandar el


dictamen de SURATEP dentro de los 5 días hábiles siguientes a la fecha en
que este se produjo, y por ende tenía el derecho de que una Junta Regional
de Invalidez evaluara su caso. No habiéndolo hecho no es la tutela el
camino idóneo para revivir términos ya vencidos y no agotados por el
interesado. Es ese el sentido de la jurisprudencia reiterada de esta
Corporación cuando señala que la tutela es improcedente cuando con ella
se pretenden sustituir mecanismos de defensa que por negligencia,
descuido o incuria de quien solicita el amparo constitucional, no fueron
utilizados a su debido tiempo. (Véanse entre otras, T-123 DE 1995, SU 111
de 1997)

2. La demandante fue evaluada por SURATEP, obteniendo como resultado


la respuesta señalada por esta entidad en su momento: la contingencia que
afecta a la señora TOBÓN OCHOA no reúne los requisitos para ser
considerada como profesional, en tanto que antes del accidente de trabajo
por ella sufrido en el año de 1999, ya presentaba, según la revisión
efectuada en su historia clínica, un cuadro de dos años de evolución de
problemas respiratorios y por tanto, las dolencias sufridas por ella no tienen
su causa en el accidente de trabajo que menciona en su demanda.

3. No es cierto como lo afirma la accionante que no se haya producido el


dictamen de SURATEP. Se repite, este ya se produjo y fue adverso a los
intereses de la tutelante. Ahora, la petición de la accionante es que
SURATEP proceda a toda costa a dar trámite a su patología como de
carácter profesional (Folio 3 de la demanda) y es ahí donde la solicitud de
amparo pierde su sentido, pues no puede el juez de tutela rebasar su
ámbito de competencia, para variar el contenido de una decisión tomada por
una entidad administradora de riesgos profesionales, o sugerir que se
produzca otra respuesta que se acompase a los intereses de la accionante,
pues fuera de carecer de competencia para ello, no cuenta con los
fundamentos de juicio indispensables a la finalidad de resolver sobre los
derechos por cuyo reconocimiento y efectividad se propende. Lo que se
debate es así un derecho litigioso, susceptible de discutirse en la
jurisdicción laboral ordinaria.

4. Tampoco se aviene a la verdad la afirmación de la accionante cuando


sostiene que quedó desamparada de sus servicios de salud, pues según las
normas pertinentes al respecto, hasta tanto una enfermedad o un accidente
sean catalogados como profesionales, será el sistema de seguridad social
en salud quien se encargue de brindar todas las atenciones requeridas por
el paciente.(artículo 12 del Decreto 1295 de 1994). La accionante esta
afiliada a la E.P.S. del I.S.S. y es allí donde deben atenderle sus
requerimientos de salud. La tutela en este caso no tiene siquiera la
virtualidad de proceder como mecanismo transitorio pues no esta probado
ningún perjuicio irremediable que acelere esta opción de protección
constitucional.

5. Así pues, la inconformidad de la demandante de que su patología no sea


considerada como enfermedad profesional, en razón a la valoración que
hiciera SURATEP, es asunto que no corresponde resolver en esta acción de
tutela, pues, tal como lo dijeron los jueces de instancia, la controversia
puede ser resuelta por otras autoridades, como por ejemplo, acudir a la
Junta Calificadora de Invalidez, o a la justicia ordinaria. Es decir, por este
aspecto, la tutela es improcedente y por consiguiente se confirmará el fallo
de segunda instancia.

DECISIÓN.

En mérito de lo expuesto, la Sala Octava de Revisión de la Corte


Constitucional, administrando justicia en nombre del pueblo y por mandato
de la Constitución,

RESUELVE

Primero. CONFIRMAR la sentencia de 22 de mayo de 2002, proferida por el


Tribunal Superior de Medellín.

APORTE CRÍTICO.

Teniendo en cuenta el Decreto1072 de 2015, Titulo 5 , Capitulo 1, En el


proceso de calificación las Juntas Regionales califican en primera instancia
la pérdida de capacidad laboral, el estado de invalidez y determinan su
origen y la Junta de Calificación Nacional le compete la resolución de las
controversias que presentan las entidades de seguridad social, trabajadores
y empleadores sobre el origen y la pérdida de la capacidad laboral en caso
de accidentes y enfermedades de origen común o profesional y determinan
si un trabajador es pensionado por invalidez o no es pensionado, en este
caso la señora Margarita Inés Tobón Ochoa, no contaba con dicha junta que
determinara su enfermedad, por lo tanto estoy de acuerdo con la decisión
tomada por la corte constitucional.

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