Alejandro Schmidt - Nace Tu Lámpara (Poesía)
Alejandro Schmidt - Nace Tu Lámpara (Poesía)
Alejandro Schmidt - Nace Tu Lámpara (Poesía)
Alejandro Schmidt
Imagen de tapa:
Leonardo Da Vinci, De Divina Proportione (fragmento)
NACE TU LÁMPARA
ALEJANDRO SCHMIDT
a Mónica Conci
EL LLAMAMIENTO
El llamamiento
el amor que no te di
suelta augurios sobre mi corazón
y así
entre atajos sentimentales
anhelantes abstracciones
recorrí los oscuros pasillos de mi vida
como el perdido mensajero
de un remoto hotel.
aguardo todavía
una interpretación de las muecas
que trepan a mi máscara intacta
doctrinas
sí
ahora y siempre
nada es fruto, existencias
salvo la memoria de tus ojos
redondos y mudos
como el paraíso de Dios.
inmortal.
Indagaciones
y quien construye
calla
su razón
¿Y piensas
en crecer?
Amar es raro
mensajes y sidra
a quién llora al borde del sendero
escribir es más fácil que respirar
no te precipites
amar es raro
el otro
una fe.
Así está bien
enlazados al yo
suben infortunios
sabés?
turbio es el peso de la vida
lámpara
tu amistad
buscaré
entre la noche y la noche
quizá
esa sonriente montaña de la China
o el pulpo luminoso
se llame amor
ojalá
tu cariño envuelve lo presente
a nadie pregunto
Dádiva o remedo
de aquella vez
cuando el ojo del mundo
(no sé si decirlo así)
dio estigmas amorosos
consultar
reclamar
a quién
toda la vida
en sueños
la gracia
de eso
que pudimos
soportar
ajenos.
No dormir
para no dormir
bastó
un rostro desde el río
tu sed
amor
al fin del sueño.
Un sol
unido sin mí
a rebaño de espejos
al agua de la virgen
insistirá lo oscuro
hasta romper su jarra
en las estrellas
estaré vivo
exánime
en tus brazos
en la broma del cometa
Presencia
fue tu palabra
un aceite
vapor del río entre los sauces
pude creer
entonces
en la ciudad
y cerca
que el tiempo
yacía en nuestras manos
con esto
vendido por ceniza
al perro de la luna
a la cantora
viví
lo fui quemando todo
¿Y qué música
que isla de leones
pude hallar?
Con este solo
solo
corazón que tengo.
No dejes que esas nubes…
no pase tu mano
sobre un corazón
en tu costado
el tiempo
es nieve
presagio
para quedarte.
Grandes aventuras
te encontré en diamantes
selvas de azar
¿cómo le fue
a esa vida escondida
que ahora destierra
la belleza?
La otra aventura
es ir
sabiendo
mientras pasan la grandes ovejas
Entonces
cuando me dolía tanto la cabeza
traías la paloma
y la ponías en mi frente
bebía la fiebre
como quien se sorprende
al cielo se iba
toda de fuego
mirando este mundo rojo
donde me levanto
y camino
altivo.
Llegar al continente o a la estrella
Amiga
hueso sostén del corazón
si no fuera
por esta vacilación de la palabras
¿alcanzaran claridad tus pies?
no importa si amor
o la confianza
vivir o vivir
nace tu lámpara.
Inexplicable
Los vientos
El sueño
Tu amor, constante.
Es hermosa tu frente
Ahí
visito
árboles
doblados
por la luz.
Días felices
No el corazón
los sueños
sino tu mano cierta
tu silencio feliz
en los abismos.
Yo mismo
querida
eres yo mismo
por eso
no te encuentro.
Desde sueños
Ramas íntimas
azotadas por la sensación
en un teatro de virtud
el oro
divierte sus bastones
la lejanía
se presenta
invicta
No es porque dijiste
sin propósito y como para tu preocupación
vendrá tormenta
se ve allá
en las bocas del sur
que te amo
que aprendo a respetarte
(lo cual es algo bastante distinto a ese amor de la canciones ¿no?)
ni la gratitud
tras años de vigilia
mientras clavaba mi carne contra el aguijón
no
no es una cuestión de lo que dijiste
hiciste
ni por el abrazo
el diálogo
una casita blanca
un hijo
un empujarse hacia la aurora
Amparo
o piedra frente al cielo
debiera ser amor
aprender que
en tanto reverbera la voz
hondo se vuelve
el rostro de esos puentes
en acaso
o certeza
tu confusión
su viaje
dan estigma
al canto
desde mi
hacia vos misma
decís
debe ser mi amor
estás segura?
quizá
es otra aventura
Hablamos
se cierran árboles
a fondo
de otra tarde
nada nos perteneces en esta tierra
algo
abre el cielo.
Hasta ahora
me avisaste
no sé si es amor
mesa de juego
o qué
pero
hasta ahora
sólo eso
lo que puedas
dame
te amaré siempre
que más podría hacer
no digas después
que todo el corazón
que todo el aire
falta.
Encender
Fue hielo
vidrio del corazón
durar
tenerse.
En el quizás
lloran ángeles secretos.
Seamos sinceros
podrá el amor arder
y derramarse el cielo
escribo
duermo
envuelto por lo turbio.
Abro puertas
y no sabré si el aire
estaba adentro
o dónde.
no encuentres tu casa
no te fíes del tiempo.
Reflejo
un reflejo en la ventana
para la noche del miedo
corazón de Jesús
ángel de la guarda
padre Pío
esa llama
a pie
en la tormenta.
Rumor
decís
hablemos
y así
ocurre la miseria
amiga
es necesaria otra oscuridad
soplo de lejos
piadosa y triste
como reina de un cuento
demora
la sabiduría.
…Y llegan, incesantes…
¡qué cosa!
hasta dónde, hasta dónde
y nosotros
aquí
sorprendidos
enojados
sin recordar cómo, ni por qué
pasó lo que pasó
culpando a Dios
o al tiempo
su acertijo
…y llegan, incesantes…
sus clarísimas señales
si supieras
si pudiera explicarte…
El viajero pronuncia su advertencia
ni perturbes lo callado
la dura transparencia
en patrias
que no conocen tierra
apenas es mi voz
no un viento de montañas
amor
hay que perder la vida
perderla
y sonreír.
No es mi corazón
se parece
es cierto
no es mi corazón.
Qué esperabas
qué esperabas?
que mi error alcanzara luz?
se descosiera
y bailara?
La imaginación
su voluntad
pueden ser vencidos
no se precisa tanto
basta aparecer
el pan
lo inexpresado…
vos
aún quienes no cuentan
y ganan la virtud de su fracaso…
la candidez
el llanto.
Tesoro del insomne
no con orgullo
o reclinado
en la brumosa columna de los solos.
sé vulnerable
Mira
perdura aceite en su candil
estas llanuras devoran
lo que enseñan
entre el mundo
bastaría
ahogados del propio corazón
mirarnos
como sea
y tras la nieve
abrazos
resplandor
esta mañana.
Animal traído por la luz
Si llegaras
como un animal traído por la luz
abriendo ramos de la noche
haciéndote lámpara o serenidad
encerraría
capaz
el silencio de esta mesa
decidiste
probar el pan
en música
de otros días
si vinieras
adentro de esa soledad
vestida por sueños
podría levantarme de mi mismo
como esa hierba que rompe
los breves palacios
del sentido.
Puro no ser
de pronto
duele el pie
duele
me has conocido
y sigue el camino
con su luna
vos
también olvidaste
aquella sombra
te acercás ligera
a este vacío
al traspié
puro de no ser
ya
lo que somos.
La dicha
pequeñas moscas
entre los sauces
y el vapor del alba.
En estos días
para seguir.
La situación
Este vivir
es tiempo y contratiempo
nací
todos nacemos
tarde
la situación es ésta
un trago amarillo
calma los demonios
seremos siendo
y no hay razón
hazaña
anida lluvia en las estatuas
ya pedirás sus manos
podemos entrar
sin conocer la puerta
y ser feroces
feroces
mientras recita
el puro
sus endechas
no hay más
da un tumbo a tu promesa
y que se rompa
abierta.
Podremos entrar al Paraíso
la pena
a saber
es rosa muy abierta
como el mar de Moisés
y lo que piensa el bosque
abrazos de ciego
vino derramado
laureles en la frente
culpables…
no está lejos
nunca iremos.
Dame tu culpa
la miraré de noche
será otra luz de expósitos
amante corazón de olvido
no dudes
es una la pena
y distante
bajo esa lluvia esperaremos
Alejandro Schmidt:
radamanto@arnet.com.ar
Entre 1990 y 2007 dirigió la editorial de poesía Radamanto. Fue traducido parcialmente al
inglés, alemán, italiano, catalán, rumano y portugués. Dos de sus libros se transcribieron al
Braille.
CONTRATAPA
A los poemas de Nace tu lámpara los aúna la recurrencia de un tópico que suele asimilarse
a la naturaleza de la poesía misma: el amor. La poética de Alejandro Schmidt transfigura
esa materia, sometida en más de una ocasión a la endeblez de lo melifluo y condenada a la
trivialidad del lugar común, en una experiencia desconcertante y, por eso mismo,
iluminadora.
Leo “amar es raro//el otro//una fe”, y esa suerte de afirmación epigramática -en la que la
elipsis juega un papel destacado- concentra en buena medida el clima de este libro. Si el
amor presupone y exige -me atrevo a interpretar- un reconocimiento del otro a través de un
acto de fe, de allí, entonces, su rareza, su acontecer inexplicable, su condición incierta y
(por qué no) misteriosa.
De esa condición inasible, que cuestiona los alcances de la representación lingüistica y
plaga a la escritura de sensaciones, imagenes, recuerdos e interrogantes continuos hablan
los poemas de este libro. La intensidad vertiginosa de los mismos revela que para Schmidt,
una vez más, la poesía se escribe con la entonación, descarnada y urgente, de una plegaria y
un desafío que no espera respuestas ni consuelo trascendentales.
Un resplandor vacilante, el destello de una lámpara que alumbra la presencia esquiva y a la
vez impostergable del amor.
José Di Marco
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