Rebelarse Contra El Status Quo
Rebelarse Contra El Status Quo
Rebelarse Contra El Status Quo
DIOS
FACULTAD DE TEOLOGÍA DR. DELONN LYNN RANCE
PRESENTADO POR:
MARLON IVÁN NIETO MUÑOZ
Jesús dijo que debemos orar siempre, y «no desmayar», no conformándonos así con lo que
es . La degradación de la intercesión en presencia de la resignación tiene un origen histórico
interesante. Aquellas religiones que hacen énfasis en la resignación callada siempre
desacreditan la oración de petición. Ese era el caso de los estoicos, quienes decían que
dicha clase de oración se rehusaba a aceptar el mundo existente como una expresión de la
voluntad de Dios.
Dios puede estar presente y activo en el mundo, pero no es una presencia y una actividad
que cambia nada. Segundo, que Dios mismo puede cambiar dicha situación. Por lo tanto, la
intercesión es la expresión de que la vida, tal como la enfrentamos, puede ser diferente, y
debe ser diferente. Por ello, es imposible pretender vivir en el mundo de Dios bajo sus
términos y realizar su obra en concordancia con lo que Él es, sin involucramos en la
práctica regular de la oración.
Mucho de su vida de oración fue dejado sin explicación por los autores de los evangelios
aunque se puede discernir un patrón sobre las circunstancias que requerían de la
oración. Primeramente, la intercesión precedió las grandes decisiones de su vida, tal como
la elección de los discípulos . En tercer lugar, oraba en medio de las grandes crisis y
momentos importantes de su vida, como en el bautismo, la transfiguración y la cruz . Cada
una de estas situaciones presentó la posibilidad de que nuestro Señor adoptara una
táctica, aceptara una perspectiva o persiguiera algún objetivo que fuera diferente al de Dios.
Sin la ira de Dios, no habría razón alguna para vivir moralmente en el mundo y, en
realidad, ninguna razón para vivir. Así que la ira de Dios, en dicho sentido, está
íntimamente ligada con la intercesión que busca el ascenso de la verdad en toda
circunstancia y la correspondiente desaparición de la maldad. La estructura que Jesús nos
dio para que consideremos lo anterior fue el Reino de Dios. La era de Dios, la era de su
Hijo crucificado está amaneciendo en todo el mundo.
Por ello, nuestra oración deberá concernir más allá de los intereses personales, para incluir
el vasto horizonte de toda vida humana en la que Dios está interesado. Si el evangelio es
universal, la oración no deberá limitarse a ser sólo una cuestión local. Nuestra debilidad en
la oración sucede porque hemos perdido de vista todo lo anterior, y mientras que no
recuperemos esa visión no podremos persistir en nuestro papel como litigantes. Pero
existen motivos suficientes para recuperarla y aprovechar nuestra oportunidad, ya que el
Juez ante el cual comparecemos no es ni ateo ni corrupto, sino el glorioso Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo.
La oración y la Palabra de Dios son las armas más poderosas de las cuales dispone el
cristiano para combatir las fuerzas espirituales de las tinieblas. Si la Palabra de Dios es una
espada, entonces las oraciones son flechas que pueden lanzarse contra el enemigo cercano o
lejano. Se ha dicho, con mucha razón, que «el ejército de Dios avanza de rodillas».
Según el autor ¿cuáles son las dos dinámicas en juego cuando se trata de la
intercesión?
Mientras mas tiempo o mas bien mas practica tengamos en la oración intercesora, mas
sujetos estaremos al reino de Dios y menos al reino terrenal.
Al no aceptar los estándares de este mundo y rebelarnos contra el, en el sentido de traer el
reino de Dios hacia nosotros.
¿Cómo usaba Jesús la oración en su propia vida y cuál es la lección para nosotros?
La biblia relata como Jesús se apartaba a orar, y que también intercedía por los suyos.
Primero buscaba y luego intercedía. Ese debe ser el modelo a seguir.
Porque muchas veces no creemos que la oración pueda cambiar las cosas.