Félix Gómez Barbero - Trabajo Final - Supuesto 2, Clasificación Cerámica
Félix Gómez Barbero - Trabajo Final - Supuesto 2, Clasificación Cerámica
Félix Gómez Barbero - Trabajo Final - Supuesto 2, Clasificación Cerámica
Gómez Barbero
TRABAJO FINAL
Supuesto Nº 2 Arqueología básica
Introducción:
El presente trabajo consiste en la elaboración de un análisis tipológico de material cerámico a
partir de doce fotografías de otras tantas piezas.
Se pretende clasificar y catalogar, estas doce piezas, en base a la comparación entre los distintos
atributos de cada una de ellas.
También aspira a ordenar estos objetos arqueológicos en una secuencia cronológica atendiendo
a sus características formales y decorativas.
Dado que el análisis y conocimiento del material cerámico se ha realizado a través de
fotografías, sin referencias de escala, no puede realizarse el estudio de sus datos métricos.
Por el mismo motivo los aspectos técnicos como el tipo de cocción, la textura de la pasta, las
inclusiones y otros no pueden ser analizados. No obstante todas las figuras parecen realizadas
en torno, salvo la número 11 que pudiera estar hecha a mano.
Se han establecido 3 tipos o modelos tomando como base las semejanzas que comparten en
cuanto a forma y funcionalidad.
Las piezas analizadas están expuestas en diversos museos nacionales y sus nexos de unión son
la pertenencia al periodo prerromano y su lugar de procedencia, la Península Ibérica.
Se incluye una ficha individual de cada pieza y todas ellas se han incluido en alguno de los tipos
propuestos.
Objetivos:
Los objetivos que plantea este trabajo son tres y han sido expuestos en el enunciado del
ejercicio;
1. Realización de un trabajo habitual y básico en Arqueología, aplicando los
conocimientos adquiridos con el desarrollo de la asignatura.
2. Demostración de las destrezas alcanzadas a lo largo del curso, así como la capacidad
de aplicarlas a casos concretos de análisis arqueológicos.
3. Explicación del análisis arqueológico con unos formatos y estándares científicos.
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Metodología:
Para la elaboración de este trabajo se han seguido todas las clasificaciones y divisiones
recogidas en el Dosier “Análisis de Cerámica Arqueológica” del área de Arqueología de la
Universidad de Burgos, facilitado en el Tema número cuatro de la asignatura.
La primera acción desarrollada ha sido la elaboración de una ficha individual para cada
pieza atendiendo a las indicaciones del dossier citado (UBU). La aplicación utilizada ha
sido Excel.
Como segunda tarea se ha intentado localizar cada una de las piezas utilizando
búsquedas en internet y la APP de acceso libre “Google Lens”
En tercer lugar se ha contactado, vía correo electrónico, con los distintos museos donde
se encuentran expuestas las obras localizadas, para ampliar la información. Se ha
obtenido respuesta del Museo Numantino, se añaden como anexo I las fichas y las
fotografías facilitadas, y del Museo Arqueológico de Moixent.
El siguiente paso ha consistido en la recopilación de bibliografía que permitiera ampliar
conocimientos e identificar características diferenciadoras entre ellas.
Posteriormente se ha procedido a la clasificación de las obras, eligiendo los tipos y los
subtipos. Además se han confeccionado los esquemas de cada uno de estos utilizando
las figuras que aparecen en la tesis doctoral que se incluye en el apartado de referencias.
El último paso realizado ha sido la redacción y montaje del trabajo ahora presentado.
Desarrollo expositivo:
Contextualización.
Los primeros testimonios de cerámica en España se remontan al neolítico y se han encontrado
en la franja costera del este peninsular, desde Barcelona hasta Alicante. Alcanzando incluso el
interior de Andalucía (Córdoba).
En el Calcolítico continua la evolución de esa cerámica primitiva y aparece un tipo de cerámica
denominado Campaniforme que dura hasta el II milenio a.C. en esa época también se elaboran
otro tipo de cerámicas, la denominada No Campaniforme o la de los Vasos con asas de apéndice
de botón.
Durante la Edad del Bronce se desarrolla la cultura argárica y aunque en ella todavía la cerámica
se fabrica manualmente la calidad es buena y el tipo de recipientes comienza a estandarizarse.
En este periodo destacan las copas, los vasos, los cuencos y las ollas. Llama la atención el
aumento de la capacidad de algunos recipientes.
Al final de la edad de los metales, ya dentro del primer milenio a.C., con las culturas ibérica y
celtibérica comienza la época en la que se encuadran las obras analizadas en este trabajo.
Características y épocas de las Cerámicas Ibéricas y Celtibéricas.
“La cerámica española carece de vidriado, o lo que es lo mismo, no es porcelana ni loza, ni
nada más que barro depurado, cocido y pintado” (Antonio Blanco Freixeiro,1975:7)
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Partiendo de esa premisa y de la opinión de autores como el citado y otros como Manuel
González Martí, están identificadas 6 zonas en las que su ubican los lugares más activos en la
producción de cerámica en la Protohistoria de la Península Ibérica, en el periodo
inmediatamente anterior a la romanización. Comenzaría en el siglo VII a.C., tendría su periodo
de máximo apogeo en los siglos III y II a.C., conviviría con la cerámica de producción romana
(Terra Sigillata) y se extinguiría a comienzos de la era cristiana.
Las seis zonas aludidas son;
1. Andalucía (Turdetana)
2. Alicante y Murcia (Elche y Archena)
3. Valencia (Liria)
4. Cataluña
5. Teruel (Azaila)
6. Soria (Numancia), identificada con la cultura Celtíbera.
Las obras analizadas representan y fueron creadas en algunas de estas zonas. En este trabajo se
ha creído identificar las de Elche y Archena, Liria, Azaila y Numancia. Esta identificación ha
sido realizada en base a la forma de las obras, su decoración o la ausencia de esta.
Las características de las zonas identificadas son;
Elche-Archena: Con claras influencias de los griegos focenses. Su periodo de máximo apogeo
dura desde finales del siglo III a.C. hasta comienzos del siglo I a.C. Las dimensiones de las
piezas llegan a los 60 cm y permiten amplias zonas de decoración que ocupan con unas figuras
que se hacen clásicas un pájaro (águila o halcón) y un carnívoro (lobo o león) realizados con
trazos rebuscados que pretenden la exquisitez. Se rellenan todos los espacios como motivos
vegetales, animales o geométricos. También está representada la figura humana.
Liria: Muy relacionada con la de Elche-Archena pero muestra un mayor interés por las escenas
narrativas. El fondo de las mismas se recubre con adornos florares (roseta y palmeta) y
geométricos (espirales, incluso dobles y botones).
Azaila: Alejada de la costa mediterránea su esplendor se produce en el siglo I a.C., coincidiendo
con el periodo de romanización. Sus piezas son de gran tamaño lo que permite formar
composiciones. Están decoradas con motivos tradicionales, animales, pájaros y volutas
mezclados con otros de influencia romana y helenística como roleos y hojas de hiedra. Es rara
la utilización de la figura humana y, en todo caso, se emplea como símbolo y representando a
varones desnudos. Su pieza más característica es el thymiaterion.
Numancia: Una variante de la cerámica ibérica nace en Numancia al mezclarse las culturas
ibérica y celta. Se la conoce como cerámica numantina. Los ajedrezados, triángulos, rombos,
esvásticas, cruces aspadas, círculos concéntricos y líneas paralelas, junto con los caballos
estilizados, los peces y las aves son sus principales características. Finaliza en los siglos II-I
a.C. tras la destrucción de la ciudad.
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Definición de los distintos tipos y subtipos en los que se han dividido las doce piezas y
asignación de las mismas a cada grupo en función de esa definición y de las
características individuales de cada obra.
Modelo 1
El tipo 1 se asigna a los recipientes que se ajustan a la definición de Jarra expuesta en el dossier
“Análisis de Cerámica Arqueológica” del área de Arqueología de la UBU. Es decir, vasija con
cuello y una o dos asas.
En este tipo hemos encuadrado cuatro imágenes.
Se ha subdividido este tipo en dos subtipos, Tipo 1a y Tipo 1b
1. El subtipo 1a tiene como característica principal y diferenciadora es que el cuello tiene
un diámetro significativamente inferior al del diámetro máximo.
En este subtipo se han encuadrado tres imágenes.
Dentro de este subtipo 1a se ha realizado una nueva subdivisión atendiendo a las
particularidades formales y de decoración de cada pieza, obteniéndose los subtipos 1aa, 1ab y
1ac.
Subtipo 1aa. Boca trilobulada, forma cónica (dos conos unidos por la base
forman el cuerpo de la jarra) y labio redondeado. En su decoración destaca una
gran esvástica, espirales y líneas paralelas realizadas en tono negro.
Subtipo 1ab. Su única asa se sitúa por debajo del cuello. Su forma es
hiperboloide y la tendencia de sus bordes es claramente exvasada. Posee escasa
decoración de semicírculos concéntricos y líneas serpenteantes.
Subtipo 1ac. El asa une la boca con la zona donde se encuentra el diámetro
máximo.
2. El subtipo 1b. En contraposición al subtipo 1a, tiene un cuello cuyo diámetro es muy
similar al diámetro máximo de la pieza. La boca está muy abierta y sus bordes son
claramente exvasados. El asa une el borde con la parte central y de diámetro máximo de
la pieza. En la decoración se aprecia una gran esvástica y un hundimiento en la zona
central que parece dividir a la pieza en dos partes. Se intuye una única tonalidad en la
decoración, de tonos oscuros (negro). En este subtipo se ha encuadrado una única
imagen.
Corresponde a la figura número dos.
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Modelo 2
El tipo 2 se asigna a los recipientes que se ajustan a la definición de Vasija. Al no encontrar
ningún tipo definido como tal, en el dossier “Análisis de Cerámica Arqueológica” del área de
Arqueología de la UBU, que encajase con lo pretendido en esta división definimos Vasija como
una mezcla de vaso, orza y urna. Es decir, recipiente alto y esbelto destinado a contener líquidos,
alimentos o restos humanos, con asas o sin ellas. Tendría una doble función de despensa
(líquidos o sólidos) y funeraria.
En este tipo hemos encuadrado cuatro imágenes.
Se ha subdividido este tipo en tres subtipos, subtipos 2a, 2b y 2c
1. El subtipo 2a. Corresponde a una orza, vasija alta y sin asas destinada a contener
alimentos. Tiene una forma oval, sus bordes están exvasados y el diámetro máximo
coincide, visualmente, con la parte media de la pieza. Carece de decoración, salvo una
gran mancha oscura en la zona central. En este subtipo se ha encuadrado una única
imagen.
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Subtipo 2bb. De similar forma que el subtipo 2ab se diferencia de este por tener
una base más grande y diferenciada del cuerpo de la pieza. En cuanto a la
decoración, además de los motivos geométricos, incluye una figura animal. Un
ave de gran tamaño con las alas extendidas. El color de la tinta utilizada,
posiblemente óxido de hierro, es negro. Destacando sobre el color claro del
barro.
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En el siguiente esquema se aprecia la división del Tipo 2 que corresponde, como ha quedado
expuesto, a los recipientes que se han denominado vasijas.
Modelo 3
El tipo 3 se asigna a los recipientes que se han definido como copas. No ajustándose esta
definición a la de Copa expuesta en el dossier “Análisis de Cerámica Arqueológica” del área
de Arqueología de la UBU, ya que se ha excluido la condición del uso “para beber”. Por tanto,
en este trabajo, la definición de copa es vaso con pie.
En este tipo están encuadradas cuatro imágenes.
Se ha subdividido este tipo en dos subtipos, el 3a y el 3b
1. El subtipo 3a tiene como característica principal y diferenciadora el uso de la pieza.
Ajustándose la particularidad de este subtipo a la condición de que su utilización sea
alimentaria, “para beber” al menos que su diseño, en principio, lo permita.
En este subtipo se han encuadrado dos imágenes.
Dentro de este subtipo 3a se ha realizado una nueva subdivisión atendiendo a las
particularidades formales y de decoración de cada pieza obteniéndose los subtipos 3aa y 3ab
Subtipo 3aa. Copa con forma de elipse y tendencia de bordes exvasada. El pie
carece de decoración. El cuerpo tiene franjas en relieve que dividen su superficie
en zonas (filetes) y que utiliza la decoración, consistente en semicírculos
concéntricos para crear el efecto de líneas ondulantes. La tonalidad del dibujo es
oscura destacando sobre el color rojizo de la pieza.
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2. El subtipo 3b se ha creado para incluir a las obras que, siendo vasos con pie, carecen en
su uso de la posibilidad de ser destinados a la bebida. La utilización que podría dárseles
es la de fuente para la presentación de alimentos u ofrendas o de timiaterio para la quema
de incienso.
En este subtipo se han encuadrado dos imágenes.
Dentro de este subtipo 3b se ha realizado una nueva subdivisión atendiendo a las
particularidades formales y de decoración de cada pieza, resultando los subtipos 3ba y 3bb
Subtipo 3ba. Pie esbelto y torneado, con una base ancha y un plato en la parte
superior poco profundo. La decoración es policromada y ocupa toda la parte
central del plato. Consiste en una gran ave, posiblemente una abubilla, con las
alas en forma de trisquel. Se aprecia también alguna línea ondulada.
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Subtipo 3bb. Pie estrecho y cuerpo profundo con tendencia exvasada en sus
bordes y labios redondeados. Carece de decoración, aunque en la unión del pie
y el cuerpo existe una franja engrosada de una tonalidad oscura que destaca sobre
el color rojizo de la pieza.
En el siguiente esquema se aprecia la división del Tipo 3 que corresponde, según los argumentos
expuestos, a la forma de copa, ajustada a la definición anteriormente descrita.
Conclusiones:
La cerámica de la península ibérica en la época analizada, segunda mitad del primer milenio
a.C., está realizada en barro fino. Sus formas son variadas y se repiten tanto en su composición
simple como en la compuesta, formada principalmente por dos conos ensamblados por el
círculo mayor.
Sus decoraciones son también variadas, trazadas con pinturas rojas y negras que destacan sobre
el fondo natural del barro cocido.
En resumen coincido con lo expuesto por el profesor Blas Taracena en el capítulo IV de su libro
“La cerámica ibérica de Numancia” cuando dice que del estudio de la producción cerámica de
los distintos pueblos de la península ibérica en la época prerromana se deduce que siguieron los
mismos procedimientos industriales ya que son los mismos vasos de pasta carbonosa ahumados
y mayoritariamente rojos, aunque también amarillos. Pintados más fuerte en Andalucía, más
claro en Aragón y Cataluña y negro más o menos intenso en Castilla y el occidente ibérico.
Siempre con decoración esmerada a pincel, sin trazo incisivo previo, y con productos obtenidos
del óxido de hierro.
La diferencia entre unas y otras se encuentra en las formas y en los dibujos que las adornan.
Bicromadas y con figuras y símbolos muy característicos en Numancia, con decoraciones
vegetales y más artísticas en el SE, con círculos concéntricos en Andalucía y más simples pero
muy vivas en Aragón.
Félix Gómez Barbero
Mi opinión, formada tras la elaboración de este estudio, es que la cerámica española de esa
época es variada, rica en las formas y bella en su decoración, pese a carecer de la magnificencia
de la cerámica griega clásica de las figuras negras o rojas.
Referencias:
BLANCO FREIXEIRO, A. (1975) “Cerámica ibérica de Andalucía y Levante”. La Coruña.
Ediciones del Castro.
GONZALEZ MARTÍ, M. (1933) “Cerámica española”. Barcelona. Editorial Labor S.A.
TARACENA AGUIRRE, B. (1924) “La Cerámica ibérica de Numancia”. Madrid. Biblioteca
de Coleccionismo.
SÁNCHEZ CLIMENT, A. (2016) “Tesis Doctoral “La cerámica celtibérica meseteña:
tipología, metodología e interpretación cultural” presentada en la Universidad Complutense de
Madrid en 2016 y que tuvo como directora a María Luisa Cerdeño Serrano.
Anexo I:
Félix Gómez Barbero
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(*) El anexo I compuesto por 3 fotografías y 3 fichas ha sido aportado por el Museo Numantino de Soria.