Notas de Curso Inmuno 2018FINAL
Notas de Curso Inmuno 2018FINAL
Notas de Curso Inmuno 2018FINAL
LICENCIATURA EN
QUÍMICO FARMACÉUTICO BIÓLOGO
INMUNOLOGÍA
NOTAS DE CURSO
La segunda sección contiene la segunda unidad “Características de la
respuesta inmune” la cual tiene una duración de 11 horas presenciales
divididas en 4 sesiones. Al final de la unidad el alumno describirá los
conceptos básicos de inmunidad, así como la clasificación y
componentes del sistema inmune involucrados en los mecanismos de
defensa. El primer tema abarca conceptos básicos en inmunología, en
donde el alumno explicará los conceptos y características generales de
la respuesta inmune, así como las propiedades estructurales de los
antígenos y anticuerpos de manera fundamentada. El segundo tema
comprende la organización y clasificación del sistema inmune, en
donde el alumno describirá la clasificación y organización del sistema
inmune, así como los órganos, células y moléculas que lo conforman.
identificará los patrones moleculares asociados a patógenos, los
patrones moleculares asociados a daño, y los receptores de
reconocimiento de patrones involucrados en la respuesta inmune
innata de manera crítica y fundamentada.
TEMA
1.1. Antecedentes históricos de la Inmunología y su relación con el
área de la salud
La palabra inmunología deriva del latín immunitas, que era un término
con el que se denominaba a quienes estaban "protegidos" de pagar
impuestos. Dicha palabra sigue vigente en términos sociales y es
aplicada, por ejemplo, a los embajadores, que están exentos de
someterse a las leyes que rigen sobre el resto de los ciudadanos
(inmunidad diplomática) o a los legisladores, que no pueden ser
juzgados tan fácilmente al detentar fueros, también llamados
"inmunidad".
En medicina se define como inmunología a la ciencia que estudia todos
los mecanismos fisiológicos de defensa de la integridad biológica de un
organismo. A su vez, estos sistemas de defensa se dividen en dos
grandes grupos: la inmunidad innata, que defiende al organismo
rápidamente y de forma inespecífica, y la inmunidad adaptativa, que es
específica contra los agentes agresores y actúa de forma mediata.
inmunización frente a algunas enfermedades infecciosas como la rabia
y el carbunco. Introduce el término vacunación en honor de Jenner. Al
estudiar in vitro lo que les ocurría a las bacterias expuestas a
leucocitos o al suero, Elie Metchnikoff en 1882 reconoce el significado
del fenómeno de la fagocitosis en tejidos animales, enunciando la
"Teoría de la Inmunidad Celular". El descubrimiento de la capacidad
antimicrobiana de algunas sustancias contenidas del suero llevó en
1890 a E. Behringy S. Kitasato al desarrollo de la "Teoría de la
Inmunidad Humoral".
Jenner hizo su descubrimiento a partir de un tipo de viruela que
sufrían las vacas y las granjeras que las ordeñaban (Figura 2).
La inmunología es una ciencia que ha crecido fuertemente en los
últimos años gracias al desarrollo tecnológico del siglo XXI y de fines
del siglo XX, lo que le ha permitido consolidarse como una rama
independiente de la microbiología. Debido a esto, se ha logrado no solo
entender por qué existen ciertas enfermedades, sino también encontrar
soluciones y tratamientos a estas para mejorar la salud de muchas
personas alrededor del mundo. Es, sin duda, una de las especialidades
médicas que más futuro tiene, y promete seguir avanzando a pasos
agigantados con sus insospechados hallazgos. Vale mencionar que el
descubrimiento de los anticuerpos monoclonales, que le valió el
premio Nobel de medicina en 1984 al químico argentino César Milstein,
ha sido uno de los grandes avances inmunológicos de los últimos
tiempos.
Referencias:
TEMAS
2.1. CONCEPTOS BÁSICOS EN INMUNOLOGÍA
parte, se encuentran presentes constitutivamente y listas para ser
movilizadas durante la infección. Segundo, el sistema inmune adaptativo es
específico para el antígeno y reacciona solo con el organismo que indujo la
respuesta. En contraste, el sistema innato no es específico del antígeno y
reacciona igualmente bien contra una variedad de organismos. Finalmente, el
sistema inmune adaptativo posee memoria inmunológica. Es decir, “recuerda”
que previamente se ha encontrado con un agente invasor y reacciona más
rápidamente a la exposición subsecuente con el mismo organismo. En
contraste, el sistema inmune innato no tiene memoria inmunológica.
Todas las células del sistema inmune tiene su origen en la medula ósea y
estas incluyen a las células mieloides (neutrófilos, basófilos, eosinófilos,
macrófagos y células dendríticas) y a las células linfoides (linfocitos B,
linfocitos T y células natural killer), las cuales se diferencian a lo largo de
distintas vías. La célula progenitora mieloide (célula madre) en la médula ósea
da lugar a los eritrocitos, plaquetas, neutrófilos, monocitos/macrófagos y
células dendríticas mientras que la célula progenitora linfoide da lugar a las
células asesinas naturales (NK), células T y células B. Para el desarrollo de las
células T se requiere que células precursoras de T emigren al timo en donde
se diferencian en dos distintos tipos de células T, las células T cooperadoras
CD4+ y las células pre-citotóxicas CD8+. Dos tipos de células T cooperadoras
se producen en el timo, las células TH1, que ayudan a diferenciarse a las
células pre-citotóxicas CD8+ en células T citotóxicas, y las células TH2, que
ayudan a las células B a diferenciarse en células plasmáticas, que secretan los
anticuerpos.
que la infección con un organismo no necesariamente significa enfermedad,
ya que en la mayoría de los casos el sistema inmune es capaz de eliminar la
infección antes de que ocurra la enfermedad. La enfermedad se presenta solo
cuando el tamaño de la infección es alto, cuando la virulencia del organismo
invasor es grande o cuando la inmunidad está comprometida. Aunque el
sistema inmune, en su mayor parte, tiene efectos benéficos, puede haber
efectos nocivos también. Durante la inflamación, producida en respuesta a un
organismo invasor, puede haber irritación local y daños colaterales a los
tejidos sanos como resultado de los productos tóxicos producidos por la
respuesta inmune. Además, en algunos casos la misma respuesta puede
dirigirse hacia los tejidos propios resultando en una enfermedad autoinmune.
Antigenos
Un antígeno ("anti", del griego αντι- que significa 'opuesto' o 'con propiedades
contrarias' y "geno", de la raíz griega γεν, generar, producir [que genera o crea
oposición]) es una sustancia que desencadena la formación de anticuerpos y
puede causar una respuesta inmunitaria. La definición moderna abarca todas
las sustancias que pueden ser reconocidas por el sistema inmune adaptativo,
bien sean propias o ajenas. Los antígenos son usualmente proteínas o
polisacáridos. Esto incluye partes de bacterias (cápsula, pared celular,
flagelos, fimbrias, y toxinas), de virus y otros microorganismos. Los lípidos y
ácidos nucleicos son antigénicos únicamente cuando se combinan con
proteínas y polisacáridos. Los antígenos no-microbianos exógenos (ajenos al
individuo) pueden incluir polen, clara de huevo, y proteínas de tejidos y
órganos trasplantados, o proteínas en la superficie de glóbulos rojos
transfundidos. La definición moderna abarca todas las sustancias que pueden
ser reconocidas por el sistema inmunitario adaptativo, bien sean propias o
ajenas (Figura 4).
Figura 4. Un antígeno ("anti", del griego αντι- que significa 'opuesto' o 'con
propiedades contrarias' y "geno", de la raíz griega γεν, generar, producir; que
genera o crea oposición) es una sustancia que desencadena la formación de
anticuerpos y puede causar una respuesta inmunitaria.
Cada antígeno está definido por su anticuerpo, los cuales interactúan por
complementariedad espacial. La zona donde el antígeno se une al anticuerpo
recibe el nombre de epítopo o determinante antigénico, mientras que el área
correspondiente de la molécula del anticuerpo es el paratopo.
una respuesta inmune específica. En esta respuesta, los linfocitos T
reconocen secuencias peptídicas (c) con restricción genética MHC clase I o II.
Los linfocitos B reconocen directamente una conformación en las moléculas
inmunogénicas (d).
inglés). Los linfocitos T citotóxicos que reconocen esos antígenos son
capaces de destruir la célula tumoral antes de que prolifere o haga
metástasis. Los antígenos tumorales también pueden estar en la
superficie de un tumor, formando por ejemplo, un receptor mutado, en
cuyo caso será reconocido por linfocitos B.
Inmunogenicidad y Antigenicidad
Inmunógeno: Antígeno. Sustancia u organismo capaz de producir una
respuesta inmune.
Inmunogenicidad: capacidad de inducir una respuesta inmune
humoral o mediada por células.
Antigenicidad: Capacidad de combinarse de manera específica con
anticuerpos, receptores de células T, o ambos.
Haptenos: Moléculas pequeñas, que son antigénicas pero son incapaces
de inducir por sí mismas una reacción inmunitaria. Carecen de
inmunogenicidad. Sustancias que pueden funcionar como haptenos:
Fármacos Hormonas peptídicas Hormonas esteroides (Figura 5)
expusieron a linfocitos inmaduros durante este periodo crítico pueden
ser reconocidos más tarde como ajenos o extraños por el sistema
inmunitario. Cuando se introduce un antígeno en un organismo, su
grado de inmunogenicidad depende de su grado de alteridad.
presentarse con moléculas de MHC son inmunógenos deficientes.
Anticuerpos
Son glucoproteínas formados por dos cadenas ligeras (L) idénticas y dos
cadenas pesadas (H). Cada cadena ligera está unida a una cadena pesada por
un enlace disulfuro y por interacciones no covalentes (puentes salinos,
enlaces de H e interacciones hidrófobas). Las dos combinaciones idénticas de
cadena pesada y ligera (H-L) están unidas entre sí por interacciones no
covalentes similares y por puentes disulfuro para formar la estructura de
anticuerpo básica de cuatro cadenas (H-L)2.
En las cadenas ligeras existen dos regiones: una Variable: región amino
terminal (100 a 110 a.a.), y una Constante: región carboxilo terminal (2
secuencias básicas de a.a.), lo que llevo a reconocer que habían dos tipos de
cadena ligera: kappa (κ) y lambda (λ). En el humano 60% es kappa y 40%
lambda. Una molécula de anticuerpo solo puede tener cadenas ligeras kappa
o lambda, nunca ambas. En las cadenas pesadas existen dos regiones: una
Variable: similar a la de cadena ligera (100 a 110 a.a.), y una Constante: región
carboxilo terminal (5 secuencias básicas de a.a.), lo que llevo a reconocer 5
diferentes regiones constantes de cadena pesada (µ,δ,γ,ε y α). Cada una de
estas cadenas se conoce como isotipo. Las cadenas pesadas de una molécula
de anticuerpo determinan la clase de ese anticuerpo: IgM (µ), IgG (gamma) IgA
(alfa) IgD (delta) IgE (épsilon). Cada una de estas cadenas puede aparearse con
una cadena ligera kappa o lambda. En el ser humano hay dos subisotipos de
cadenas pesadas α (α1 y α2) por tanto IgA1 e IgA2, y cuatro subisotipos de
cadenas pesadas γ (γ1, γ2, γ3 y γ4) por tanto IgG1, IgG2, IgG3 e IgG4 (Figura 6).
extendida entre los dominios CH1 Y CH2 (constante de cadena pesada (h =
heavy) y se llama región en bisagra, es rica en residuos de prolina y es
flexible, por lo que suministra a IgG, IgD e IgA flexibilidad segmentaria. Dos
a.a. prominentes en la región de bisagra son prolina y cisteína.
Cada región Fab y región Fc de los anticuerpos media sus propias funciones
particulares durante una respuesta de anticuerpos a un antígeno. Las
regiones Fab se unen al antígeno, y la región Fc del anticuerpo unido a
antígeno se une a los receptores Fc sobre células fagocíticas o citolíticas, o a
moléculas efectoras inmunitarias. De esta manera, los anticuerpos sirven
como puentes fisiológicos entre un antígeno presente en un agente patógeno,
y las células o moléculas que finalmente lo destruirán. Hay una familia de
receptores Fc; cada receptor Fc se expresa sobre una gama distinta de células,
y se une a una clase diferente de anticuerpos.
en cuatro subtipos —λ1, λ2, λ3 y λ4— con base en sustituciones de
aminoácido en algunas posiciones. En seres humanos, las cadenas ligeras
están divididas de manera bastante uniforme entre las dos clases de cadena
ligera; 60% de las cadenas ligeras de ser humano es κ, mientras que sólo 40%
es λ. En ratones, la situación es bastante distinta: sólo 5% de las cadenas
ligeras de ratón es del tipo de cadena ligera λ. Todas las cadenas ligeras
tienen un peso molecular de aproximadamente 22 kDa.
pesadas es de 330 residuos de aminoácidos (para las cadenas γ, δ y α) o de
440 aminoácidos (para las cadenas µ y ε). De modo correspondiente, los pesos
moleculares de las cadenas pesadas varían de acuerdo a su clase. Las cadenas
pesadas de IgA, IgD e IgG pesan alrededor de 55 kDa, mientras que los
anticuerpos IgM e IgE son aproximadamente 20% más pesados (Figura 7).
Funciones mediadas por los anticuerpos.
Además de fijar antígeno, los anticuerpos participan en diferentes
actividades biológicas. En la defensa contra una enfermedad, hay que
recordar que los anticuerpos casi nunca destruyen o eliminan
patógenos con sólo unirse a ellos. Los anticuerpos no sólo deben
reconocer antígeno, sino también activar reacciones (funciones
efectoras) que tienen como resultado la eliminación del antígeno y la
muerte del patógeno.
clase de Inmunoglobulina que se produce en una respuesta primaria al
antígeno. Es la primera Inmunoglobulina que sintetiza el recién nacido
expresa todos los isotipos en el suero. Las diferentes especies heredan
genes de región constante distintos y por consiguiente expresan
diferentes isotipos. Así, cuando se inyecta el anticuerpo de una especie
a otra, se reconocen los determinantes isotípicos como extraños e
inducen una reacción de anticuerpo a los determinantes isotípicos del
anticuerpo extraño.
a otro en cuanto a su constitución genética (salvo cuando se trata de gemelos
univitelinos). La variabilidad genética debida a la existencia de genes
polimórficos es una característica fundamental de las especies ya que les
permite un mayor poder de adaptación a cambios que surgen en el medio
ambiente.
Las moléculas codificadas por MHC son proteínas globulares que presentan
una zona hipervariable que conforma un bolsillo donde se inserta el péptido
antigénico. Estas moléculas están permanentemente presentando péptidos
propios o ajenos a linfocitos T los que reconocen la conformación del
complejo formado por MHC propio y el péptido antigénico, vale decir,
reconocen "lo propio alterado".
histocompatibilidad clase I y clase II.
Órganos primarios
Como órganos primarios tenemos al timo, donde maduran los
linfocitos T, y la médula ósea, sitio de linfopoyesis y maduración de los
linfocitos B. En etapas tempranas del desarrollo fetal, el hígado asume
estas funciones, aunque paulatinamente se ve sustituido por la médula
el cual es el otro órgano primario de importancia en la hematopoyesis.
corteza; sin embargo, una buena parte de los mismos (más del 95%)
mueren por apoptosis, y eliminadas por los macrófagos, pues durante
este procesos han ido interactuando con las células estromales
provistas de MHC en sus membranas (células nodrizas, corticales
epiteliales y células dendríticas) dando lugar a dos fases de selección.
Una fase de selección positiva, donde solo sobreviven aquellos
timocitos capaces de reconocer con su TCR las moléculas MHC propias
con una adecuada afinidad, mientras que los otros mueren por
apoptosis. Y una segunda fase de selección denominada negativa, en la
cual sólo sobreviven aquellos timocitos que no reconocen lo propio es
decir que no son autoreactivos de manera tal, los sobrevivientes van
emigrando hasta la médula, donde terminan de madurar, y salen del
timo como células T vírgenes maduras (inmunocompetentes), por
medio de las vénulas postcapilares del timo (Figura 13).
Barrera hemotímica.
Esta estructura cobra un gran importancia en este órgano debido a la
minuciosa selección que se lleva a cabo en el mismo, para la cual se
requiere un estricto control de que los componentes que viajan por el
torrente sanguíneo no pasen a los compartimentos internos del timo y
modifiquen la maduración de los linfocitos T vírgenes y que van a
realizar su función en lugares distantes cuando son estimulados por
un antígeno específico. Por estas razones la barrera esta formada por
estos elementos fundamentales:
1. Endotelio continuo, zonas ocluyentes del capilar
2. Lámina basal gruesa y pericitos
3. Espacio pericapilar con macrófagos
4. Células reticulares epiteliales tipo I y su lámina basal.
Órganos secundarios
Los órganos secundarios están representados por el bazo, el cual
procesa los antígenos que transitan en la sangre, los ganglios linfáticos
que lo hacen de los existentes en los tejidos y por último tenemos el
tejido linfoide asociado a mucosa, que se encarga de realizar esta
función en las mucosas de los órganos como el pulmón, las vías
digestivas y el tracto urinario. También se debe de tener en cuenta que
en la respuesta secundaria la médula ósea se comporta como un
órgano secundario.
cordones anastomosados de células denominados esplénicos o de
Billroth entre los cuales se encuentran senos venoso interconectados,
los sinusoides. Los cordones de Billroth pueden variar de espesor en
dependencia del estado de distensión de los sinusoides. Además de las
células reticulares estos cordones contienen macrófagos, monocitos,
plasmocitos, linfocitos, plaquetas, granulocitos y eritrocitos.
Las células que revisten los sinusoides son alargadas, con un eje mayor
paralelo a este. Las mismas están rodeadas por fibras reticulares
dispuestas principalmente de manera transversal, mientras que otras
lo hacen en diversas direcciones formando una trama en torno a las
células. Dentro de los sinusoides se encuentran los hematíes los
cuales al completar su ciclo de vida pueden ser eliminados de la
circulación sanguínea, mediante la degradación de los mismos por los
macrófagos existentes en los cordones esplénicos. La digestión de los
mismos por las enzimas lisosomales de los macrófagos dan lugar a la
bilirrubina y a hierro, por el desdoblamiento de la hemoglobina. En el
primer caso, la bilirrubina es transportada hacia el hígado donde es
excretada como uno de los componentes de las bilis, En el caso del
hierro puede ser almacenado como la ferritina, o pasar a la sangre
donde se combina con una proteína para formar la transferían, la cual
será captada por los eritoblasto y utilizada en la formación de nuevos
hematíes.
constituye un “manguito” o vaina de tejido linfoide periarterial el cual
habíamos visto la acompaña en su recorrido. Esta vaina linfoidea en
algunos lugares forma verdaderos folículos linfoides que reciben el
nombre de cuerpos o corpúsculos de Malpighi, los cuales son
atravesados por la arteria algo excéntricamente, aunque reciben el
nombre de arteriolas centrales.
La sangre que fluye por los senos esplénicos van luego a las venas
pulpares las cuales se unen unas a otras hasta entrar en las trabéculas
y finalmente a la cápsula periférica. Aun es motivo de discusión como
circula la sangre de los capilares a los sinusoides.
Existen dos teorías una que afirma que dicha circulación se realiza de
manera cerrada es decir que los capilares se conectan directamente con
los sinusoides, de manera tal que siempre la sangre se encuentra
dentro de vasos sanguíneos y la segunda o teoría de la circulación
abierta, la que postula que la sangre pasa el espacio extracelular y que
luego entra de nuevo a los sinusoides. Estas teorías se han visto
asociadas al estado funcional del órgano y hay quienes plantean que en
el caso de que le bazo se encuentra distendido por un volumen elevado
de sangre en su interior, ocurre la circulación abierta, mientras que
cuando hay poca sangre en los capilares, tiene lugar la circulación
cerrada. En realidad los estudios funcionales y morfológicos de este
órgano en el humano no han sido capaces de dar más información que
permita llegar a una conclusión definitiva.
Por lo cual podemos resumir que son tres las funciones en que se
encuentra involucrado el bazo, las cuales son:
1.- Producción de células de la sangre
2.- Defensa del organismo.
3.- Hemocatéresis.
Ganglios linfáticos.
Es la primera estructura linfoide organizada que se encuentra un
antígeno que proceda de los espacios tisulares y están especialmente
diseñados para retener antígenos, que vienen en la linfa la cual al
circular por su interior pone en contacto a los antígenos con los
linfocitos y las otras células inmunocompetentes, responsables de
iniciar la respuesta inmune específica (Figura 16).
conectivo denso compuesta por fibras colágenas, elásticas y algunos
miocitos lisos, la cual envía trabéculas a su interior dividiéndolo en
compartimiento incompletos.
Para poder tener una idea más clara de esto, a continuación se describe
brevemente que ocurre con la entrada de un agente extraño por
cualquiera de las vías posibles tales como la piel, sistema digestivo,
pulmón, riñones etc. Cuando un antígeno llega al ganglio a través de
los vasos linfáticos aferentes, sólo o transportado por células
presentadoras de antígenos como pueden ser las células de Langerhans
de la piel u otra, se produce una transformación de la misma en la
paracorteza, convirtiéndose en células dendríticas interdigitantes, las
que procesan el Ag y lo presentan en sus MHC-II a los linfocitos,
provocando la activación de las células T de esta zona y éstas a su vez
activan a algunas células B.
Al cabo de 3 o 4 días, un grupo de células B se diferencian a células
plasmáticas secretoras de IgM e IgG. Sin embargo la mayor parte de los
linfocitos B activados junto con algunos del tipo T migran hacia la
corteza, a los folículos primarios. Es en esta zona del ganglio donde se
producen interacciones entre células dendríticas foliculares,
macrófagos, linfocitos T y B dando lugar al folículo secundario en cuyo
centro germinal comienzan a proliferar los linfoblastos o también
llamados centroblastos, diferenciándose en dos subclones: células B de
memoria que por lo general quedan en la zona del manto del folículo, y
células plasmáticas secretoras de anticuerpos. Dichas células emigran a
la médula, y las grandes cantidades de Ac secretados salen a la
circulación linfática.
las fosas nasales y la cavidad oral.
2- Las placas de Peyer del íleon: son 30 a 40 nódulos no encapsulados
en esta parte del intestino delgado.
3- Apéndice, en el inicio del intestino grueso.
del citoplasma con relación al núcleo se hace mayor, donde se puede
observar la presencia de retículo endoplásmico rugoso (RER) y Aparato
de Golgi, así como abundantes mitocondrias.
morfofuncionales lo cual se pone de manifiesto en que:
1. Carecen de Inmunoglobulina de membrana.
2. Son mayores y con más proporción de citoplasma que las B de las
que proceden.
3. Su RER está muy desarrollado, así como su Aparato de Golgi. Esto
explica la gran cantidad de Ac secretados que producen; esos
anticuerpos poseen la misma especificidad antigénica que la de las mIg
de la célula B original.
4. No circulan por la sangre ni por los vasos linfáticos, sino que se
localizan en los órganos linfoides secundarios y los lugares de la
respuesta inmunológica.
5. Viven unos pocos días; al ser células en fase de diferenciación
terminal, carecen de capacidad mitótica, y mueren por apoptosis.
citoquinas, las cuales a su vez juegan un papel clave en la activación
de otras células (B, T, etc.). Al microscopio, la mayoría muestran el
llamado corpúsculo de Gall (un grupo de lisosomas primario junto con
gotitas de lípidos). La otra población son las TCR2 CD8 que
generalmente funcionan como células T citotóxicas. Un 65% de ellas
poseen cuerpo de Gall. Reconocen el Ag expuesto en moléculas del
Complejo de Histocompatibilidad Mayor del tipo I (MHC-I) de aquellas
células infectadas con virus o cancerosas, lo cual, junto con las señales
adecuadas de citoquinas, provoca la activación y proliferación clonal,
con diferenciación a linfocitos T citolíticos (CTL), que eliminan a las
células propias enfermas.
linfocitos sanguíneos, sus marcadores distintivos son CD16 y CD57,
pero carecen de marcadores de los linfocitos del sistema específico. Se
caracterizan por ser células grandes granulosas. Su citoplasma es
mayor que el de los linfocitos T y B activados. Poseen mitocondrias y
ribosomas libres, poco RER, un Complejo de Golgi desarrollado y la
presencia de unos gránulos electrón denso rodeados de membrana es
lo que más se destaca al microscopio electrónico. Posee dos tipos de
funciones: Acción citotóxica y Acción reguladora del sistema inmune a
través de las citocinas que produce.
infección. Segundo, el sistema inmune adaptativo es específico para el
antígeno y reacciona solo con el organismo que indujo la respuesta. En
contraste, el sistema innato no es específico del antígeno y reacciona
igualmente bien contra una variedad de organismos. Finalmente, el
sistema inmune adaptativo posee memoria inmunológica. Es decir,
“recuerda” que previamente se ha encontrado con un agente invasor y
reacciona más rápidamente a la exposición subsecuente con el mismo
organismo. En contraste, el sistema inmune innato no tiene memoria
inmunológica.
Todas las células del sistema inmune tiene su origen en la medula ósea
y estas incluyen a las células mieloides (neutrófilos, basófilos,
eosinófilos, macrófagos y células dendríticas) y a las células linfoides
(linfocitos B, linfocitos T y células natural killer), las cuales se
diferencian a lo largo de distintas vías. La célula progenitora mieloide
(célula madre) en la médula ósea da lugar a los eritrocitos, plaquetas,
neutrófilos, monocitos/macrófagos y células dendríticas mientras que
la célula progenitora linfoide da lugar a las células asesinas naturales
(NK), células T y células B. Para el desarrollo de las células T se
requiere que células precursoras de T emigren al timo en donde se
diferencian en dos distintos tipos de células T, las células T
cooperadoras CD4+ y las células pre-citotóxicas CD8+. Dos tipos de
células T cooperadoras se producen en el timo, las células TH1, que
ayudan a diferenciarse a las células pre-citotóxicas CD8+ en células T
citotóxicas, y las células TH2, que ayudan a las células B a diferenciarse
en células plasmáticas, que secretan los anticuerpos.
(virus y algunas bacterias y parásitos) o extracelularmente (la mayoría
de las bacterias, hongos y parásitos), los diferentes componentes del
sistema inmune han tenido que evolucionar para protegernos de estos
diferentes tipos de patógenos. Es importante recordar que la infección
con un organismo no necesariamente significa enfermedad, ya que en
la mayoría de los casos el sistema inmune es capaz de eliminar la
infección antes de que ocurra la enfermedad. La enfermedad se
presenta solo cuando el tamaño de la infección es alto, cuando la
virulencia del organismo invasor es grande o cuando la inmunidad está
comprometida. Aunque el sistema inmune, en su mayor parte, tiene
efectos benéficos, puede haber efectos nocivos también. Durante la
inflamación, producida en respuesta a un organismo invasor, puede
haber irritación local y daños colaterales a los tejidos sanos como
resultado de los productos tóxicos producidos por la respuesta
inmune. Además, en algunos casos la misma respuesta puede dirigirse
hacia los tejidos propios resultando en una enfermedad autoinmune.
Referencias:
TEMAS
agentes infecciosos que se han adherido a las superficies epiteliales. El
movimiento de los cilios o la peristalsis ayuda a conservar las vías
respiratorias y tracto gastrointestinal libre de microorganismos. El lavado
producido por el flujo de las lágrimas y la saliva ayuda a prevenir las
infecciones oculares y bucales respectivamente. El efecto pegajoso del moco
que cubre al tracto tanto respiratorio como gastrointestinal ayuda a proteger
a los pulmones y al sistema digestivo de las infecciones.
Las barreras anatómicas son muy efectivas para evitar la colonización de los
tejidos por microorganismos. Sin embargo, cuando se presenta una lesión en
los tejidos, las barreras anatómicas se abren y la infección puede ocurrir. Una
vez que los agentes infecciosos han penetrado a los tejidos, otro mecanismo
de defensa innata entra en juego, la inflamación aguda. Los factores
humorales juegan un papel muy importante en la inflamación, la cual se
caracteriza por edema y el reclutamiento de células fagocíticas. Estos factores
humorales se encuentran en el suero o se forman en el sitio de la infección.
Otros ejemlplos de farreras físicas-mecánicas son:
• Cilios (ej. tráquea): dificultan el avance del agente, ascensor mucociliar, con
agentes surfactantes.
barreras fisicoquímicas son:
• Espermina: en semen
- Vagina
Macrófagos
alteradas. Aún más, los macrófagos contribuyen a la reparación de los tejidos
y funcionan como células presentadoras de antígeno, las cuales se requieren
para la inducción de las respuestas inmunes específicas. Los macrófagos son
células que tienen un núcleo característico en forma arriñonada. Se pueden
identificar morfológicamente o por la presencia del marcador de superficie
CD14. A diferencia de los PMNs no contienen gránulos pero poseen
numerosos lisosomas con un contenido similar al de los gránulos de los PMN.
Los macrófagos son reconocidos como las células de limpieza del cuerpo
teniendo como función primaria fagocitar partículas, ya sean restos celulares,
partículas inertes o microorganismos. Las investigaciones realizadas en las
últimas décadas muestran que los macrófagos poseen otras funciones
además de la fagocitaria, como el desarrollo de la respuesta inmunitaria
produciendo y secretando un gran número de moléculas que, entre otras
funciones:
Localización -Denominación
Sangre Monocitos
Neutrófilos
enzimas proteolíticas como elastasa y catepsina G para degradar a las
proteínas, lisozima para romper las paredes celulares de las bacterias y,
característicamente, la mieloperoxidasa, la cual está involucrada en la
generación de compuestos bactericidas. El segundo tipo de gránulos
encontrados en los PMNs más maduros son los gránulos secundarios o
específicos. Estos contienen lisozima, componentes de la NADPH oxidasa
implicados en la generación de productos de oxígeno tóxicos, en forma
característica, lactoferrina, una proteína quelante del hierro y una proteína
que une B12 (Figura 20).
primeros en llegar a las infecciones cuando estas se producen.
De esta manera, los neutrófilos son muy importantes para la salud, y por eso
es importante mantenerlos dentro de unos niveles. Los valores de los
neutrófilos deben estar dentro de unos márgenes para indicar que nuestro
organismo está sano. Un recuento demasiado alto o demasiado bajo de
neutrófilos podrían ser indicativo de alguna infección, o el resultado de
alguna patología.
Las células polimorfonucleares son reclutados al sitio de la infección en
donde fagocitan a los organismos invasores y los destruyen
intracelularmente. Además, los PMNs contribuyen al daño colateral del tejido
durante la inflamación.
que la interleucina 1 (IL-1) y el factor de necrosis tumoral (TNF) inducen a las
células endoteliales para que expresen moléculas de adherencia intercelular
tipo 1 (ICAM-1) y VCAM-1 (vascular cell adhesion molecule-1), a las cuales se
unen con avidez las moléculas de integrina de alta afinidad de los neutrófilos,
provocando la adhesión firme de los PMN al endotelio.dotelio, antes de iniciar
la migración.
3.3.2. Células NK
Las células natural killer (NK) son una tercera población de linfocitos,
diferentes a los linfocitos B y linfocitos T y pertenecen al sistema inmune
innato (SII). Provienen de la médula ósea y se encuentran en la sangre y
tejidos linfáticos, especialmente el bazo; se caracterizan morfológicamente
por ser mayoritariamente linfocitos grandes con gránulos citoplasmáticos. Su
fenotipo característico en reposo es: TCR-, BCR-, CD3-, CD16+, CD56+; es
decir, no presentan los receptores de los linfocitos del sistema inmune
específico (SIE). Son una sub-población altamente heterogénea, cuyas
principales funciones son la citotoxicidad y la secreción de citoquinas. Las
células NK se activan a través del contacto con células sensibles o células
blanco o por la acción de mediadores solubles, principalmente citoquinas.
contacto con la célula blanco, y Fas (CD95) que la debe expresar la célula
blanco. La activación de Fas, inicia el mecanismo de apoptosis en la célula
blanco.
patrones de citoquinas, que en algunos casos se repiten, pero que destacan
en las NK1 la expresión de IFN-g y en las NK2 IL-5, lo que sugiere un posible
papel diferencial en la respuesta inflamatoria innata y en sus efectos sobre la
respuesta adaptativa.
La importancia del SII radica en que aun cuando este sistema puede ser
incapaz de eliminar a los patógenos, logra por un lado atenuar su
proliferación y además generar las señales de peligro adecuadas que
permitan la participación del SIE, y ambos en conjunto, erradicar al patógeno.
molecular. La IL-12 es producida por células fagocíticas, células dendríticas,
células de Langerhans y linfocitos. Su producción por parte de los
monocito/macrófagos y otras células presentadoras de antígeno, es
fuertemente estimulada por algunos tipos de bacterias, productos
bacterianos, parásitos intracelulares y virus y además por la interacción
específica entre la célula presentadora del antígeno (CPA) y los linfocitos T,
en que la interacción CD40–CD40L resulta esencial.
que producen muy bajas cantidades de IL-12, aumentan significativamente
esta producción por la estimulación bacteriana (S. aureus, preparaciones de
estreptococo, como OK432, Mycobacterioum tuberculosis, Salmonella typhi) y
por LPS.
3.2.3. Sistema del complemento
Tiempo después, Bordet descubrió que la propiedad lítica del suero dependía
de dos factores, uno termoestable y otro era inactivado si el suero se
calentaba a 56oC durante 30 minutos. Este último recibió el nombre de
“alexina” y se estableció que era un componente del suero normal; el factor
termoestable se identificó pronto como anticuerpo. Puesto que el efecto lítico
del suero no se observaba Las moléculas que integran el sistema del
complemento cuando faltaba uno de los dos factores (alexina o el an-
ticuerpo), Ehrlich describió a la primera como un “complemento” de la
actividad antibacteriana de los anticuerpos y de allí el nombre. Después se
descubrió que el complemento se observaba en el suero de todos los
animales y sus niveles eran independientes de su estado inmune.
Varias proteínas del complemento son divididas du- rante la activación del
sistema y los fragmentos están designados con sufijos en subíndices (por
ejemplo, C3 se divide en dos fragmentos, C3a y C3b). Normalmente, los
fragmentos más grandes se designan como “b” y los pequeños como “a”. La
nomenclatura cambia para C2, por razones históricas: el fragmento mayor se
de- nomina C2a y el menor C2b.
La primera vía del complemento que fue descubierta fue la vía clásica. La vía
alterna fue la segunda en descubrirse, sus proteínas son llamadas factores y
están seguidas por una letra, como el factor B, factor H, factor D, factor I,
factor P, etc. Las proteínas del complemento localizadas sobre las membranas
de las células pueden ser receptores para proteínas del complemento
activadas o para proteínas reguladoras del complemento.
Vía clásica
Ésta comienza cuando el anticuerpo se une a la superficie celular y termina
con la lisis de la célula. Las proteínas de esta vía son designadas de C1 a C9.
Posteriormente se evidenció que no existe un orden secuencial entre éstas en
la reacción, ya que C1 es seguido por C4, C2, C3 y C5, con recuperación de la
secuencia de C6 a C9. La vía clásica de activación del complemento incluye
los siguientes componentes:
activación de cientos de miles de moléculas de los últimos componentes del
complemento en un fenómeno biológico de activación en cascada.
Vía de la lectina-manosa
bradicinina), las cuales tienen efecto sobre los vasos sanguíneos,
incrementando su permeabilidad y permitiendo la salida de líquido.
El complemento que se activa en los sitios de daño tisular puede causar daño
a través del depósito de complejos de ataque a la membrana y ligandos
celulares, incluyendo a C4b y C3b. El complemento puede también amplificar
el daño por medio de las anafilatoxinas C5a y C3a, lo que causa atracción y
activación de células inflamatorias. Las 2 vías por las cuales el complemento
se activa en tejidos es a través de complejos inmunes, que activan la vía
clásica y de la isquemia y reperfusión, que exponen fosfolípidos y proteínas
mitocondriales. Estos activan al comple- mento directamente al unir C1q o
uniendo lectina a la manosa o indirectamente al unir anticuerpos naturales o
proteína C reactiva, la cual puede activar la vía clásica al unir C1q (Figura 22).
5- Reparación. Fase constituida por fenómenos que van a determinar la
reparación total o parcial de los tejidos dañados por el agente agresor o por
la propia respuesta inflamatoria.
Los mecanismos bioquímicos que subyacen a este proceso no son aún bien
conocidos. Parece que el proceso se inicia en la membrana con activación de
adenilato-ciclasa y de fosfolipasa A2. La adenilato-ciclasa determina un
incremento inicial de la concentración intracitoplasmática de cAMP, mientras
que la fosfolipasa ataca a los lípidos de membrana produciendo ácido
araquidónico. También aumenta la permeabilidad de membrana al Ca++, con
lo que se incrementa la concentración de este ión en el citoplasma. El
aumento de la concentración de Ca++ y el del cAMP determinan la formación
de microtúbulos en el mastocito, así como el movimiento de gránulos
citoplasmáticos hacia la membrana celular, produciéndose posteriormente la
fusión de los gránulos con ésta y la liberación de mediadores al espacio
extracelular. Estos mediadores, que se encontraban preformados en los
gránulos, son principalmente histamina, enzimas proteolíticas, el factor
quimiotáctico del eosinófilo (ECF-A, eosinophil chemotactic factor), factor
quimiotáctico del neutrófilo (NCF, neutrophil chemotactic factor) y heparina.
Mediadores preformados
(histamina 1) de los vasos produce vasodilatación e incremento de la
permeabilidad. Como veremos posteriormente, cuando la histamina actúa
sobre receptores H2 (histamina 2) produce efectos inhibidores o reguladores
de la inflamación.
procesos de coagulación. Produce además, vasodilatación y aumento de la
permeabilidad vascular. Es, por otra parte, un potente factor quimiotáctico y
activador de neutrófilos.
neumococo y de activar el complemento por la vía clásica.
5. Factores de la coagulación.
linfoquinas que prolongan la inflamación en una respuesta inmune más
elaborada.
Cuando las causas de la agresión han desaparecido o han sido eliminadas por
la propia respuesta inflamatoria, se inician los procesos de reparación. Estos
procesos integran la llegada a la zona de fibroblastos que van a proliferar y
sintetizar colágeno, proliferación de células epiteliales y proliferación de
vasos dentro de la herida.
Referencias
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human natural killer cell activity. Int J Immunopharmacol 2014; 22:
355-64.
Estudios in vitro e in vivo en modelos animales han demostrado que la
radioterapia o algunos fármacos quimioterapéuticos empleados en el
tratamiento del cáncer inducen la apoptosis inmunogénica que, a diferencia
de la apoptosis, expone de manera extracelular ciertas moléculas
intracitoplasmáticas y nucleares. En conjunto estas moléculas se han
denominado patrones moleculares asociados al daño (DAMPs) o señales de
peligro. Los DAMPs alertan al organismo y participan colaborando en el
reconocimiento del antígeno tumoral y en la inducción de una eficiente
respuesta inmunológica antitumoral.
Las señales de peligro se establecieron por primera vez en 1994 como parte
del modelo de peligro pro- puesto por Polly Matzinger. Este modelo sugiere
que el sistema inmunológico responde al daño causado por toxinas o daño
mecánico donde no hay agentes patógenos presentes (inflamación esté- ril).
Posteriormente, en 2004 se propuso que los PAMPs y las señales de peligro
derivadas de la célula o del tejido dañado se denominaran colectivamente
DAMPs. Los DAMPs pueden ser de origen endógeno, liberados por las células
del huésped, o exógenos, provenientes de patógenos o de fragmentos
derivados de la degradación de la matriz extracelular, como los generados
por la destrucción del tejido o por la inflamación.
Los DAMPs son reconocidos por un conjunto de receptores (TLRs, NLRs, RIRs
y CLRs). Estos receptores se encuentran expresados en las células del sistema
inmunológico, principalmente en las APCs: monocitos, macrófagos y células
dendríticas (DCs).4,6 Los receptores para los DAMPs señalizan para la
activación de varias vías, entre ellas la del NF-κB, las proteínas cinasas
activadas por mitógenos (MAPK) y la del interferón tipo I.
Los receptores para Fc. Las Bacterias que tienen anticuerpos IgG unidos a su
superficie tiene la región Fc expuesta y esta parte de la molécula de Ig es
reconocida por el receptor Fc de los fagocitos. La unión al receptor para Fc
requiere de la interacción previa del anticuerpo con el antígeno. La unión de
las bacterias cubiertas con IgG a los receptores Fc resulta en una fagocitosis
aumentada y en la activación de la actividad metabólica de los fagocitos
(estallido respiratorio).
Receptores tipo Toll. Los TLR están presentes en la superficie celular, pero
también en los endosomas, de manera que pueden detectar microbios
extracelulares y fagocitados. Estos receptores activan kinasas que estimulan
la producción de sustancias microbicidas. Los fagocitos tienen una variedad
de receptores tipo Toll (TLRs) o también llamados receptores de patrones de
reconocimiento (PRRs) los cuales reconocen amplios patrones moleculares
denominados PAMPS (pathogen associated molecular patterns) que presentan
los agentes infecciosos. La unión de agentes infecciosos vía los TLRs resulta
en fagocitosis y liberación de citocinas inflamatorias (IL-1, IL-6 y TNF-alpha)
por los fagocitos.
Referencias:
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12. Imler JL, Hoffmann JA. (2013) Toll receptors in innate
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TEMAS
4.1. COMPONENTES CELULARES Y MECANISMOS DE RECONOCIMIENTO
ANTIGÉNICO DEL SISTEMA INMUNE ADQUIRIDO
proteínas heterólogas que presentan múltiples antígenos y una gran cantidad
de determinantes antigénicos.
interacciones entre las células linfoides y no linfoides que en ella participan.
poder fagocítico especialmente cuando las partículas a fagocitar están
opsonizadas con inmunoglobulinas o complemento. Los basófilos secretan
mediadores químicos de la inflamación y los eosinófilos participan
especialmente en la respuesta inmune frente a parásitos y en reacciones
alérgicas. Una característica importante de las células que participan en la
respuesta inmune es su recirculación, la cual aumenta grandemente la
probabilidad de encuentro entre el antígeno y los linfocitos específicos.
neutralización directa de ciertas toxinas y virus por la simple unión
Ag-Ac. Obsérvese que los dos primeros efectos son formas que tiene el
sistema específico de "aprovechar" elementos del sistema de
inmunidad innata, mediante los cuales determinados elementos de
este sistema inespecífico son "encarrilados" mediante los anticuerpos
(que son específicos) hacia el foco de la infección de un determinado
microorganismo, para su eliminación.
secundaria la formación de Ac es más rápida y más intensa. Ello se
debe a que a partir del linfocito primario que tuvo el primer contacto,
aparte del clon de células plasmáticas (responsable de la respuesta
primaria), se generó en paralelo otro clon de células B de memoria:
cuando el Ag entre por segunda vez, hay en el cuerpo m<s células
preparadas que las que encontró en la primera ocasión. Además, estos
linfocitos cebados de memoria necesitan menos divisiones celulares
antes de poder diferenciarse a su vez en células plasmáticas
productoras de Ac.
La inmunidad humoral, por sí misma, sería de poca utilidad frente
a patógenos intracelulares, bien sea los estrictos (virus) o facultativos
(como los Mycobacterium o muchos protozoos, como
las Leishmania). Para ello ha evolucionado un sistema de inmunidad
celular, que está mediatizado por linfocitos T, parecidos
citológicamente a los B, pero que se diferencian en el timo.
Los linfocitos T reconocen al Ag extraño siempre que esté
situado sobre la superficie de células del propio organismo
hospedador. Pero no pueden reconocer al Ag por sí solo, sino que éste
ha de estar en combinación con una molécula marcadora de la
superficie celular, que le "dice" al linfocito que está en contacto con
una célula "enferma".
El receptor de los linfocitos T (TCR) es diferente a los Ac, aunque
ambos comparten algunos rasgos estructurales.
Las moléculas marcadoras de superficie pertenecen al llamado sistema
principal de histocompatibilidad (MHC, de "Major Histocompatibility
Complex").
Los linfocitos T, al igual que los B, se seleccionan y se activan
combinándose con el antígeno (aunque necesitan junto a él moléculas
MHC), lo que provoca su expansión clonal.
Cada clon de TC está programado para fabricar un solo tipo de
receptor, y reconoce la combinación de un determinado Ag junto con
una molécula MHC de clase I, situados sobre la superficie de la célula
diana enferma. De esta forma, el TC entra en estrecho contacto con la
célula diana, tras de lo cual le da el llamado "beso de la muerte",
consistente en la secreción de sustancias citotóxicas, que la matan.
También secreta interferón gamma (IFN-(), que tiende a reducir la
diseminación del virus en caso de que éste no induzca bien el IFN-" o el
IFN-8.
Los linfocitos TH juegan un papel importante en la activación y
expansión clonal de los linfocitos B para producir anticuerpos, y de los
linfocitos T citotóxicos.
Memoria inmunológica, de modo que el organismo guarda recuerdo de
cada agente o partícula extraña tras su primer contacto con él. En los
ulteriores encuentros del sistema inmune con cada antígeno se
producirá una respuesta secundaria más rápida, más intensa y en el
caso de los anticuerpos, cualitativamente superior a la respuesta
primaria. La memoria inmunológica se aprovecha para las técnicas
de vacunación activa, que tan importantes son en la profilaxis de
enfermedades infecciosas.
Autolimitación, de modo que la respuesta va decayendo con el tiempo,
conforme se va eliminando el agente extraño, debido a unos sistemas
de retrorregulación que devuelven el sistema inmune a su nivel basal,
preparándolo para nuevas respuestas. Existen varias patologías
por hipersensibilidad, en las que se produce una reacción excesiva del
sistema inmune, que puede ser lesiva para el hospedador.
Discriminación entre lo propio y lo ajeno: durante las primeras fases
ontogenéticas del individuo el sistema inmune específico "aprende" a
reconocer lo propio, de modo que se induce un estado de
autotolerancia (incapacidad de atacar a los componentes del propio
individuo). Esto supone que los trasplantes de tejidos procedentes de
donadores genéticamente distintos sean rechazados. Los fallos en este
sistema de discriminación entre lo propio y lo ajeno puede desembocar
en enfermedades por autoinmunidad (ataque a componentes
propios).
Dado que las células del sistema inmunitario están distribuidas en todo el
cuerpo —algunas residen en tejidos fijos y otras circulan por los diversos
tejidos linfoides, la sangre y los linfáticos—, la capacidad de estas células
para comunicarse con otra y para emitir señales hacia otra por medio de
mensajeros moleculares citocinas y quimiocinas solubles, es esencial para su
función. Los eventos de transmisión de señales que se producen cuando las
citocinas y quimiocinas se unen a sus receptores cognados (que coinciden con
ellas).
su receptor cognado normalmente se produce por medio de interacciones no
covalentes específicas entre el ligando y la porción extracelular del receptor
de mem- brana. Aunque un linfocito individual sólo expresa un tipo de
receptor de antígeno, también puede expresar muchas molécu- las receptoras
diferentes para señales como citocinas y quimio- cinas y, por ende, una célula
sana debe integrar las señales que provienen de todos los receptores que
están ocupados en un momento dado.
Receptores de células B
por cada lámina varía entre proteínas individuales. En moléculas de
anticuerpo, casi todos los dominios de inmunoglobulina contienen
aproximadamente 110 aminoácidos, y cada lámina β contiene de tres a cinco
cadenas. El par de láminas β dentro de cada dominio son estabilizadas una
respecto a la otra por medio de un enlace disulfuro intracadena. Los
dominios vecinos están conectados uno a otro por medio de un tramo de
cadena polipeptídica relativamente no estructurada. Dentro de las cadenas β,
aminoácidos hidrofóbicos e hidrofílicos alternan, y sus cadenas laterales
están orientadas en posición perpendicular al plano de la lámina. Los
aminoácidos hidrofóbicos sobre una lámina están orientados hacia la lámina
opuesta y, por ende, las dos láminas dentro de cada dominio son
estabilizadas por interacciones hidrofóbicas entre las dos láminas, así como
por el enlace disulfuro covalente.
constituido de unidades repetitivas del dominio de inmunoglobulina. Otras
proteínas en las que se utilizan dominios de inmunoglo- bulina comprenden
receptores Fc; las proteínas accesorias del receptor de célula T CD2, CD4, CD8
y CD28; las proteínas asociadas a receptor tanto del tcr como del bcr;
moléculas de adhesión, y otras. Cada na de estas proteínas es clasificada
como un miembro de la superfamilia de inmunoglobulina, un término que se
usa para denotar proteínas derivadas de un gen primordial común que
codifica para la estructura del dominio básica.
antígeno (antigen-binding) del anticuerpo original y la región restante de la
molécula, que consta de la porción no de unión a antígeno. Esta última
región, que es idéntica para todos los anticuerpos de una clase dada, se
cristaliza fácilmente y, así, se llama la región Fc (fragmento cristalizable).
Cada región Fab y región Fc de los anticuerpos media sus propias funciones
particulares durante una respuesta de anticuerpos a un antígeno. Las
regiones Fab se unen al antígeno, y la región Fc del anticuerpo unido a
antígeno se une a los receptores Fc sobre células fagocíticas o citolíticas, o a
moléculas efectoras inmunitarias. De esta manera, los anticuerpos sirven
como puentes fisiológicos entre un antígeno presente en un agente patógeno,
y las células o moléculas que finalmente lo destruirán. Hay una familia de
receptores Fc; cada receptor Fc se expresa sobre una gama distinta de células,
y se une a una clase diferente de anticuerpos.
Las vías de emisión de señales torrente abajo usadas por el bcr ahora serán
familiares. Las tirosina cinasas Syk y Btk juntas fosforilan y activan PLCγ2,
que hidroliza PIP2, como se describió. El aumento resultante de las
concentraciones intracitoplasmáticas de Ca2+ induce la activación de
calcineurina y el movimiento de nfat hacia el núcleo. El otro producto de la
hi- drólisis del PIP2, el dag, permanece en la membrana y se une a la isoforma
de célula B de proteína cinasa C, lo que da pie a la fosforilación y liberación
del inhibidor de NF-κB, como se describió para células T. Esto da lugar a la
localización nuclear y activación de NF-κB. Vías efectoras torrente abajo
adicionales desencadenan los muchos otros cambios que tienen lugar en el
momento de acti- vación de célula B; por ejemplo, la PI3 cinasa, ahora
localizada a la membrana, fosforila PIP2 hacia PIP3, lo que permite el
reclutamiento de las proteínas que contienen dominio ph, PDK1 y Akt. En el
momento de la fosforilación por la serina-treonina cinasa PDK1, Akt
promueve la supervivencia celular al fosforilar moléculas proapoptóticas,
como Bax y Bad, y desactivarlas. También fosforila y activa los factores de
transcripción NF-κB y creb, que apoyan las funciones de proliferación,
diferenciación y supervivencia de las células B activadas.
de manera no covalente con tres moléculas trans- membrana: CD19, CD21 y
CD81 (TAPA-1). Los antígenos a veces son presentados al bcr ya unidos de
manera covalente a proteínas del complemento, en particular al compo- nente
del complemento C3d. (La cascada de complemento se comenta en el capítulo
6.) El co-receptor de célula B CD21 se une de manera específica a C3d, sobre
antígenos cubiertos por C3d. Esta co-unión (co-engagement) del bcr y CD21
lleva el co-receptor y el bcr hacia estrecha aposición uno con otro. Cuando
esto sucede, residuos de tirosina sobre la cara citoplas- mática del co-receptor
quedan fosforilados por las mismas enzimas que fosforilan los itam sobre
Igα/Igβ, lo que propor- ciona sitios de fijación para PI3 cinasa. La localización
de la PI3 cinasa al co-receptor aumenta tanto la supervivencia celular como
las alteraciones del programa de transcripción que acompañan a la activación
celular (figura 3-28). CD19 también sirve como un sitio adicional de
reclutamiento de PLCγ.
Receptores de células T
superficie de una molécula del mhc tipo I o tipo II. Un segundo subgrupo de
células T expresa, en lugar de esto, un receptor de célula T heterodimérico
compuesto de un par diferente de cadenas de proteína, llamadas γ y δ. Las
células T que portan receptores γδ tienen patrones de localización
particulares (a menudo en tejidos mucosos) y algunas células T γδ reconocen
tipos de antígenos diferentes de los que son unidos por células T αβ. Aunque
algunas células T γδ reconocen antígenos peptídicos presentados por mhc
convencionales, otras células T γδ se unen a porciones de lípido y glicolípido
presentadas por moléculas del mhc no canónicas. Aún otras clonas de células
T γδ parecen reconocer proteínas de choque por calor auto- generadas o
fosfoantígenos derivados de microbios. No ha logrado establecerse todavía
una teoría unificada de la natu- raleza precisa de antígenos reconocidos por
células T γδ. Empero, esta capacidad de dichas células para romper las reglas
de restricción del mhc tal vez explique la evolución de una diferencia leve en
el ángulo entre la región de unión a antígeno y la región constante del
receptor de célula T, que queda de manifiesto en un análisis cristalográfico
de rayos X de los dos tipos de receptor. A pesar de estas diferencias
funcionales en los receptores αβ en contraposi- ción con γδ, sus características
bioquímicas esenciales son bastante similares.
Aunque el TCR no es una inmunoglobulina en sí, las proteí- nas del tcr son
miembros de la superfamilia de proteínas inmunoglobulina y, por ende, las
estructuras dominio de hete- rodímeros de tcr αβ y γδ son notoriamente
similares a las de las inmunoglobulinas. La cadena α tiene un peso molecular
de 40 a 50 kDa, y la cadena β es de 40 a 45 kDa. Al igual que las cadenas
ligeras de anticuerpo, las cadenas de tcr tienen dos dominios tipo
inmunoglobulina, cada uno de los cuales contiene un enlace disulfuro
intracadena que abarca 60 a 75 aminoácidos. El dominio Cα del tcr difiere de
casi todos los dominios de inmunoglobulina en que posee sólo una lámina β
única, en lugar de un par, y el resto de la secuencia muestra plegamiento más
variable. El dominio amino terminal (variable) en ambas cadenas muestra
notoria variación de secuencia, pero las secuencias del resto de cada cadena
están conservadas (son constantes). Cada uno de los dominios variables de
tcr tiene tres regiones hipervariables, que parecen ser equivalentes a las
regiones determinantes de la complementariedad (cdr) en las cadenas ligera y
pesada de inmunoglobulina. Una cuarta región hipervariable sobre la cadena
β de tcr no parece tener contacto con el antígeno, y, por ende, su importancia
funcional es incierta.
En el extremo C terminal del dominio constante, cada ca- dena de tcr contiene
una secuencia conectora corta, en la cual un residuo de cisteína forma un
enlace disulfuro con la otra cadena del heterodímero. En posición C– terminal
a este disulfuro hay una región transmembrana de 21 o 22 aminoácidos, que
ancla cada cadena en la membrana plasmática. Los dominios transmembrana
de las cadenas alfa y beta de tcr son poco comunes por cuanto cada uno de
ellos contiene residuos de aminoácido con carga positiva que promueven la
interacción con residuos con carga negativa correspondientes sobre las
cadenas del complejo CD3 transductor de señal. Por último, al igual que los
bcr, cada cadena de tcr sólo contiene una cola citoplasmática muy corta en el
extremo carboxilo terminal.
Recuérdese que las células T maduras pueden subdividirse en dos
poblaciones de acuerdo con su expresión de CD4 o CD8 sobre la membrana
plasmática. Las células T CD4+ reconocen péptidos que están combinados
con moléculas del mhc clase II, y funcionan principalmente como células T
auxiliares o reguladoras, mientras que las células T CD8+ reconocen antígeno
que es expresado sobre la superficie de moléculas del mhc clase I, y
funcionan principalmente como células T citotóxicas.
moléculas del mhc clase II y clase I, respectivamente. La co-unión de una
molécula del mhc única tanto por el tcr como por su co-receptor CD4 o CD8
aumenta la avidez de la unión de célula T a su blanco. Esta co-unión también
acerca mucho los dominios citoplasmáticos del TCR/CD3 y el co-receptor
respectivo, y ayuda a iniciar la cascada de eventos intracelulares que activan
una célula T.
en x y en e . También se fosforila la colaA las colas fosforiladas de CD3 y CD4
se une ahora la ZAP-70, de modo que ésta adquiere a su vez su actividad de
proteínquinasa, con lo que puede fosforilar a cadenas del CD3 y a otras
proteínas.
Ruta del diacilglicerol (DAG): El DAG estimula, junto con el Ca++, a la proteín-
quinasa C (PKC), que hasta ese momento residía en el citoplasma. Al
activarse, la PKC emigra a la cara interna de la membrana citoplásmica; allí,
en presencia de los fosfolípidos, ejerce su función como serín/treonín-
quinasa: fosforila una amplia variedad de proteínas, entre las cuales se
encuentra la codificada por el protooncogén ras. La proteína Ras a su vez
inicia otra cascada de fosforilaciones que llega hasta las quinasas MAP. Estas
quinasas parece que emigran al núcleo, donde activan por fosforilación a
factores de transcripción: c-fos y c-jun se unen para formar el ya citado AP1,
que se une solo o junto con NF-AT, reconociendo en cada caso secuencias
específicas de la zona promotora/intensificadora de ciertos genes.
B7 (CD80) consta de dos cadenas idénticas con dos dominios de tipo Ig. Se
expresa exclusivamente en células presentadoras de antígeno capaces de
estimular a linfocitos T. Se puede presentar en dos versiones
estructuralmente parecidas, denominadas B7.1 y B7.2. La CD28 es una
glucoproteína homodimérica, cuyo monómero pesa 44 kDa, presente en
linfocitos TH en reposo. Cada cadena presenta un dominio de tipo V-Ig, y está
muy glucosilada. Tiene afinidad baja hacia la B7.
quinasas que activan a la PLCg 1, de modo que se potencia la ruta
calmodulina/calcineurina. Por otro lado, las PTK activan un factor de
transcripción (CD28R) que mejora los niveles de transcripción de IL-2 y
prolonga la vida media de su ARNm.
maduración tiene lugar en sentido radial, desde el endostio hacia el seno
venoso central. Los progenitores linfoides adyacentes al endostio van
produciendo reordenaciones génicas y dividiéndose, de modo que cada
progenitor genera unos 64 descendientes. Estos descendientes, que ya son
del estadio de células pre-B, emigran hacia el centro de la cavidad; la mayoría
mueren por apoptosis (siendo fagocitados sus restos por macrófagos
especializados llamados macrófagos de cuerpos tingibles). Finalmente, las
células B maduras salen al seno venoso central.
parecen estar mediados por moléculas de adhesión.
En esta fase pre-B tiene lugar la síntesis del receptor de células pre-B: Se
ensambla VHDHJH con el gen C-mu, con lo que se producen cadenas pesadas
de tipo mu. Se unen por splicing dos segmentos nuevos: VpreB y delta-5, que
conduce a la síntesis de lo que se llama cadena L sustititutiva (“pseudo-L”). El
ensamblaje de dos cadenas mu y dos cadenas pseudo-L produce la pseudo-
IgM de membrana (que va acompañada de Ig-alfa/Ig-beta), que es el receptor
característico de células pre-B.
superficie auténtica mIgM, con una determinada especificidad. Estas B
inmaduras son de vida corta (3-4 días), y durante este período se produce el
proceso de selección negativa: una parte de los linfocitos poseen mIg con
especificidades autorreactivas, es decir, que reconocen moléculas del propio
organismo (auto-antígenos). En respuesta al auto- antígeno la célula B
inmadura hace un intento de “corregirse”, induciendo una reordenación
secundaria de genes de cadena L:
2. Si entra en contacto con su antígeno específico, se convierte en linfocito B
activado que se expande clonalmente y se diferencia en dos subclones:
por el Ag.
transferasa terminal (TdT).También son CD19+, CD24+.
diversidad adicional en un clon (mutación somática).
· IgG comienza a sintetizarse unas semanas antes del parto y alcanza los
niveles de adulto después de 1-2 años de vida, mientras que la IgA tarda más
tiempo en alcanzar los valores normales. La IgG es la Ig con niveles más altos
en el feto, pero procede de la madre por vía transplacentaria.
– Producen sobre todo IgM, pero también IgG e IgA, que se denominan
“anticuerpos naturales”. Dichos anticuerpos son de baja avidez, pero
curiosamente son polirreactivos, y responden bien a los antígenos timo-
independientes (no requieren colaboración de linfocitos T coadyuvantes, TH).
– < 12% en sangre periférica del adulto, pero en bazo, órganos linfoides
embrionarios y sangre de cordón umbilical, son más del 50% de los LB.
autoinmunes: artritis reumatoides, enfermedad de Graves-Basedow, diabetes
mellitus tipo I.
Las células plasmáticas son poco frecuentes en sangre periférica (<0.1% de los
linfocitos circulantes). Normalmente están en órganos linfoides secundarios
(pulpa roja del bazo y médula de los ganglios) y en médula ósea.
Desarrollo, Maduración y Diferenciación de células T
escoger dos vías alternativas: En una de las dos rutas, las células hacen
reordenaciones productivas de g y d y expresan CD3 en su membrana.
Suponen sólo <1% de los timocitos. Son las primeras en aparecer: se detectan
al día 14 de gestación, pero desaparecen al nacimiento.
(inmunocompetentes) vírgenes, y circulan por la periferia, pudiéndose
establecer en órganos linfoides secundarios (ganglios) y recirculando
continuamente entre sangre y linfa, a la espera de que en uno de sus
asentamientos en ganglios llegue a encontrar su antígeno; si no lo encuentra,
muere al cabo de unas 5 a 7 semanas.
afinidad hacia {autopéptidos-MHC} o hacia MHC solo. Los auto-péptidos que
inducen la selección negativa son aquellos derivados de proteínas expresadas
en el mismo timo, así como aquellos procedentes de proteínas ubicuas que
llegan al timo por la circulación. Así pues, la autotolerancia se consigue
eliminando células T (en realidad sus precursores inmaduros, timocitos)
autorreactivas, y permitiendo el desarrollo de las específicas que reconocen
péptidos extraños (no-propios) enclavados en el MHC propio (una
combinación que alguien ha denominado como "lo propio alterado").
La selección positiva también regula otros dos fenómenos en los que no nos
vamos a detener: Regulación de reordenaciones de cadenas a: la expresión en
membrana del TCR no es suficiente para desconectar los genes de RAG y de
TdT, de modo que continúa la reordenación de segmentos génicos de cadenas
a, pudiéndose dar el caso de que una misma célula pueda tener dos tipos de
TCR que tienen en común sus cadenas b, pero que difieren en las cadenas a,
si bien sólo uno de ellos será funcional.
el correceptor CD4. Esta interacción inicial "dispara" una compleja cascada de
acontecimientos bioquímicos, en la que son esenciales actividades quinasas y
fosfatasas, y que culminan con la activación y expresión de diversos genes,
entre los que se cuentan el de la IL-2 y el de su receptor.
La secreción autocrina de IL-2 por parte de los linfocitos TH hace que éstos
salgan de la fase G0 y entren y progresen en el ciclo celular: ello provoca la
proliferación y diferenciación de la célula T en dos subpoblaciones: una de
células efectoras (las T coadyuvantes o colaboradoras) y las TH de memoria.
Pero para que ocurra esto se requieren, además señales coestimulatorias. Si
tales señales químicas no se suministran al tiempo en que se está
produciendo la interacción específica TCR-péptido-MHC, se induce un estado
de incapacidad de respuesta inmune que se denomina anergia, que se
manifiesta en tolerancia inmunológica hacia el estímulo antigénico.
vez que un linfocito ha sido hecho anérgico, ese estado se mantiene a pesar
de que a posteriori se le suministre la señal coestimuladora.
4.1.4. PRESENTACIÓN DE ANTÍGENOS A LOS LINFOCITOS T Y B
Las CPA pueden ser tanto células nucleadas enfermas que presenten péptidos
de parásitos intracelulares (o de proteínas tumorales) a linfocitos Tc via MHC-
I como las células “profesionales” presentadoras de antígenos exógenos a los
linfocitos TH vía MHC-II. Sin embargo, a efectos de nomenclatura, a las
primeras se les suele designar como células diana, para no confundirlas con
las células presentadoras “profesionales” (CPA en sentido estricto):
moléculas de adhesión para aumentar el contacto celular y la baja afinidad de
la unión TcR-MHC/péptido; Expresión de moléculas co-estimuladoras en la
superficie celular (B7.1 y B7.2) o secretadas (IL1), que proporcionan segundas
señales.
Las células mejor conocidas son los macrófagos y las células dendríticas. Los
LB pueden presentar Ag y son importantes en las respuestas secundarias. Las
CPA facultativas suelen intervenir en estados patológicos como las células
foliculares tiroideas en la tiroiditis autoinmunes.
En los años 30, Gorer & Snell estaban estudiando los antígenos de superficie
de células sanguíneas, e identificaron varios grupos de genes responsables de
esos antígenos. Se percataron de que uno de esos grupos de genes, los cuales
estaban estrechamente ligados, determinaban el rechazo de trasplantes entre
distintos individuos no emparentados de la misma especie. Por esta razón,
denominaron a estas moléculas como antígenos de histocompatibilidad, y al
conjunto de genes ligados que los codificaban complejo principal de
histocompatibilidad, MHC. (Snell fue premiado con el Nobel en 1980 por este
descubrimiento).
Las moléculas de clase I constan de una cadena larga (a ): glucoproteína de
unos 45 kDa, polimórfica, transmembranal, codificada por los loci de tipo I
(en humanos HLA-A, HLA-B, HLA-C; en ratones K, D/L, Qa, Tla); una cadena
corta, denominada b 2-microglogulina (b 2-m), de 12 kDa, invariante,
codificada por un gen que no forma parte del complejo MHC.
Moléculas de clase II: Constan de dos cadenas (alfa y beta) que forman un
heterodímero. Las cadenas se sintetizan en el RER, donde se asocian a una
tercera cadena invariante (Ii), formando un trímero. La cadena invariante:
Estabiliza la molécula de MHC-II; Bloquea la cavidad de unión al péptido
dentro del RE y evita que los péptidos derivados de procesamiento citosólico
puedan unirse al MHC-II; Contiene una secuencia señal que dirige al trímero
hacia los endosomas, vía aparato de Golgi. La molécula MHC-II pueda viajar
desde el REr a un compartimento endosómico de pH bajo donde se
encontrará con péptidos derivados de endocitosis/fagocitosis.
antigénicos de 8 o 9 aminoácidos son los que logran mejor este efecto.;
Transporte del complejo a la superficie. Las moléculas de MHC-I que no unen
péptidos no se transportan a la superficie.
Características de los péptidos asociados a moléculas de mhc.
– Son específicos de alelos y los péptidos que se unen a cada alelo tienen
características estructurales homólogas.
asociado en HLA-II. Son las CPA más efectivas cuando la concentración de Ag
es baja y en la respuesta secundaria.
Expresión de MHC-I
Cada célula infectada por un determinado virus tiene varios tipos de MHC-I
en su membrana, y cada tipo (de cada versión alélica) despliega un juego
diferente de péptidos de ese virus. Ahora bien, otro individuo de la misma
especie (dotado de otro juego diferente de alelos de MHC-I, es decir, de otro
haplotipo) desplegará en el surco de sus moléculas de clase I un conjunto
diferente de péptidos de ese virus.
Expresión de MHC-II. Las moléculas de clase II sólo aparecen en ciertos tipos
de células, a saber, aquellas que funcionan habitualmente o pueden funcionar
eventualmente como células presentadoras de antígenos: monocitos y
macrófagos: en "reposo" expresan bajos niveles de MHC-II, pero al
interaccionar con el antígeno inducen altos niveles, células dendríticas,
células de Langerhans de la piel, células B maduras, células T activadas (en
humanos, pero no en ratón).
Debido a que cada molécula de clase II consta de una cadena a y otra b , cada
una codificada por un gen distinto de la región II del MHC, y debido a que los
dos alelos de un locus del heterozigoto son codominantes, la asociación
aleatoria de cadenas a y b de cada alelo puede dar origen a combinaciones de
moléculas MHC-II homólogas o heterólogas.
Existe una correlación entre el MHC y el olor de la orina. Ello hace que las
hembras seleccionen para aparearse preferentemente a machos de otro
haplotipo, con la consecuencia de que aumenta la heterozigosis de la
siguiente generación, con lo cual se evitan los cruces consanguíneos y
aumenta el "vigor híbrido" de la población. Sin embargo, a la hora de la cría
comunitaria, las hembras prefieren como compañeras de guardería (para
cuidar a los hijos comunales) a aquellas con genes MHC parecidos
(reconocidas por el olor); este comportamiento tiene un significado
sociobiológico,ya que de este modo las hembras se aseguran que las demás
hembras coloborarán sin "explotar" a las compañeras, evitándose igualmente
el infanticidio (más frecuente en el caso de cuidados maternos a crías no
emparentadas genéticamente).
Referencias:
4.2. MECANISMOS EFECTORES DE LA RESPUESTA INMUNE ADQUIRIDA
el sistema inmunitario, aunque existen raras excepciones. Por ejemplo, hay
subgrupos de células supresoras, linfocitos asesinos naturales (NK), y
linfocitos citotóxicos en los que es conocida su expresión de CD4 (en el caso
de los citotóxicos CD4, se han observado en números extremadamente bajos
durante estadios específicos de enfermedad, y se consideran como
inexistentes). Todos estos otros grupos celulares de linfocitos T CD4+ no se
consideran como colaboradores, y por ende no se tratarán en este artículo.
microorganismos extracelulares y parásitos.
del MHC siempre son péptidos cortos, de 8-10 aminoácidos de longitud,
mientras que las que se acoplan al MHC de clase II son mayores, de hasta 25
aminoácidos.
los linfocitos Th. Por ejemplo, el CD45 se reduce en longitud luego de la
activación de Th(CD45RA+ a CD45RO+), pero es desconocido el hecho de que
este cambio influencia o no la activación. Se ha propuesto que un CD45RA+
más largo pueda disminuir la accesibilidad del receptor de células T a la
molécula antígeno-MHC, por ende necesitando un aumento en la afinidad (y
especificidad) del linfocito T para activarse. Una vez ocurrida la activación, el
CD45 se acorta, permitiendo interacciones más fáciles y una posterior
activación como linfocito T efector.
(propio).
Una vez ambas vías de señalización han sido activadas, los cambios
bioquímicos inducidos por la Señal 1 son alterados, permitiéndole a la célula
activarse en lugar de quedar en estado de anergia. Entonces la segunda señal
se vuelve obsoleta; sólo se requerirá de la primera señal para una futura
activación. Esto también es cierto en linfocitos T de memoria, los cuales son
ejemplo de inmunidad adquirida. Las respuestas más rápidas ocurren
durante una reinfección, debido a que los linfocitos T de memoria ya han
pasado por el proceso de confirmación y pueden crear células efectoras
mucho más tempranamente.
Proliferación. Una vez ambas señales estimulatorias son activadas dentro del
linfocito T colaborador, la célula se permite iniciar el proceso de proliferar.
Logra esto al liberar un potente factor de crecimiento celular llamado
interleucina-2 (IL-2). Los linfocitos T activados también producen la sub-
unidad alfa del receptor IL-2 (CD25 o IL-2R), otorgándoles de un receptor
plenamente funcional que puede unirse a la IL-2, el cual a su vez activa las
vías de proliferación. En este caso, la IL-2 liberada se acopla a los receptores
IL-2 en la misma célula, lo cual potencia el proceso de proliferación. Este
fenómeno en el que células liberan citoquinas para alterar su propio
comportamiento es conocido como autoregulación (o estimulación autocrina).
Es de destacar que esta no es la única función de la IL-2 liberada (p. ej., los
linfocitos NK también proliferan cuando entran en contacto con esta IL-2), y
que la IL-2 también puede unirse a otras células T en el área (estimulación
paracrina).
durante una segunda respuesta inmunitario (p. ej., si hay una reinfección del
huésped más adelante).
Linfocitos T citotóxicos.
Las CTL son células en las que las adiestra provocando la apoptosis celular al
ser estimuladas por los antígenos intracelulares presentados por el MHC clase
I. Son tan específicas en sus funciones letales que son capaces de destruir a la
célula diana sin afectar a las células vecinas no infectadas[cita requerida]. El
proceso de destrucción celular mediado por CTL consta de:
destrucción de la célula diana mediante adhesión estrecha, con polarización
de la célula T y liberación de sustancias almacenadas en gránulos
preformados. Estos gránulos contienen proteínas, como la perforina, que
genera poros que permiten el paso de agua y electrolitos, induciendo lisis
osmótica. También en éstos se encuentran las enzimas granzimas, que
ingresan a la célula a través de los poros formados en la membrana; tiene la
capacidad de inducir la muerte celular mediante la fragmentación del ADN de
la célula blanco, probablemente induciendo el mecanismo de apoptosis.
- En los tejidos infectados, los CTL que reconocen el antígeno en cuestión son
activados y retenidos en la zona de la infección y realizan sus funciones
efectoras. Aquellos CTL que no reconocen el antígeno involucrado, regresan a
la circulación.
Diferenciación de los linfocitos T CD8+ en linfocitos T citotóxicos. La
activación de los linfocitos T CD8+ vírgenes requiere el reconocimiento del
antígeno y segundas señales, pero la naturaleza de estas segundas señales
puede ser diferente de las de los linfocitos CD4+. Hemos descrito antes la
función de las células dendríticas en la presentación de antígenos a los
linfocitos CDS+ vírgenes y en su coestimulación. La activación completa de
los linfocitos T CD8+ vírgenes y su diferenciación en CTL funcionales y
células memoria puede exigir la participación de los linfocitos CD4+
cooperadores. En otras palabras, los linfocitos T cooperadores pueden
proporcionar segundas señales a los linfocitos T CD8+. La necesidad de
linfocitos cooperadores puede variar en función del tipo de exposición al
antígeno.
que se hagan más eficientes en su estímulo de la diferenciación de los
linfocitos CD8+. La diferenciación de los linfocitos T CD8+ en CTL efectores
implica la adquisición de la maquinaria necesaria para matar a la célula diana.
La característica más específica de la diferenciación CTL es el desarrollo de
gránulos citoplásmicos unidos a la membrana que contienen proteínas, como
la perforína y la granzima, cuya función es matar a otras células. Además, los
CTL diferenciados son capaces de secretar citocinas, sobre todo IFN-y, que
activan los fagocitos. Los acontecimientos moleculares en la diferenciación
CTL conllevan la transcripción de genes que codifican estas moléculas
efectoras. Dos factores de transcripción que son necesarios para este
programa de expresión de genes nuevos son T-bet (que expusimos antes en
relación con la diferenciación ThI) y la mesodermina, que tiene una estructura
análoga a la de T-bet.
Linfocitos T reguladores
sino que también pueden modular la respuesta. Una subpoblación de células
T podía deprimir la respuesta inmune y que también mediaba una regulación
supresora diferente a la ejecutada por las células T ayudadoras. Esta
subpoblación fue llamada inicialmente célula T supresora, la cual se ha
venido estudiando extensamente de- mostrando la existencia de varias
subpoblaciones, algunas de ellas antígeno-específicas, otras sin especificidad
alguna, otras secretoras de factores supresores y poblaciones con diferentes
fenotipos y modos de supresión.
células T autoreactivas potencialmente patogénicas, sino también inducía
células T (CD4+) que suprimían la respuesta inmune.
células TCD25+ estimuladas suprimen la proli- feración tanto de las células T
CD4+ como de células T CD8+ por una reacción dependiente de secreción de
IL-10 y TGF-β. En éste sentido, son células que inhiben la respuesta inmune al
modular la actividad de otros tipos celulares, como: linfocitos T CD4+ y
CD8+, células presentadoras de antígenos (APCs), macrófagos y células NK.
El timo produce la mayoría de las células Treg CD4+CD25+, así como de otras
subpoblaciones de célula T, distintas del linaje de células Treg presentes en la
circulación. Los timocitos Treg CD4+CD25+ son fenotípicamente similares a
las células Treg presentes en los compartimentos periféricos con un
equivalente funcional de anergia y de acción supresora demostrado en
ensayos “in vitro”. Los timocitos CD4+CD25+, expresan marcadores de
superficie clásicos como: CTLA-4 (antígeno 4 asociado a células T citotóxicas,
GITR (proteína asociada al receptor de TNF inducida por glucocorticoides). La
depleción de timocitos CD4+CD25+ inducen enfermedad autoinmune en
modelos murinos, se sugiere que el timo normal continuamente está
produciendo tanto linfocitos T CD4+CD25- efectores como células Treg
CD4+CD25+.
2. Células Treg CD4+ tipo 1 (Tr1), productoras de altos niveles de IL-10 que
inhiben respuesta de células Th1.
representan del 1 al 10% del total de células T CD4+. En los compartimentos
linfoides, los linfocitos Treg presentan TCRs que no tienen afinidad por el
reconocimiento de péptidos propios y se autorregulan con el fin de prevenir
la autoinmunidad.
en la periferia, las células Treg inducibles, denominadas también células
reguladoras adaptativas, expresan el CD25 durante el curso de una respuesta
inmunológica normal, pero de manera variable. Esta subpoblación celular
incluye dos subconjuntos similares, estas son las células Th3 y Tr1, las cuales
difieren en la secreción del factor de crecimiento transformante beta (TGF-β) e
IL-10, respectivamente. A diferencia de los clones celulares Tr1, las células
TCD4+CD25+ inducibles expresan significativamente altos niveles de CD25,
no proliferan en respuesta a citocinas y, más importante aún, no producen
IL10. Las células Tregs inducibles han demostrado desarrollarse durante la
inducción de la tolerancia oral a un alérgeno y podrían jugar un papel
importante en la inducción de la tolerancia durante la inmunoterapia, sin
embargo, su fenotipo es mucho menos estable que el de las células Tregs.
naturales.
· Células Tr1. En cuanto a las células Tr1, éstas tienen una baja capacidad
proliferativa y producen altos niveles de IL-10, bajos niveles de IL-2 y no
producen IL-4. Estas células antígeno-específicas suprimen la proliferación de
las células TCD4+ en respuesta al antígeno, y previenen la inducción de colitis
experimental en ratones con SCID (inmunodeficiencia combinada severa).
Adicionalmente, disminuyen la expresión de moléculas coestimuladoras y la
producción de citocinas proinflamatorias por las células presentadoras de
antígenos (APC), pero para ello requieren ser activadas a través de su TCR
para ejercer dicha función supresora. Éstas células son abundantes
particularmente en el tracto gastrointestinal, en donde cumplen un papel
importante al disminuir la regulación de la respuesta inflamatoria
desencadenada por la flora comensal.
4.2.2. RESPUESTA INMUNE HUMORAL: SUBPOBLACIONES DE LINFOCITOS B,
TEORIA DE LA SELECCIÓN CLONAL.
Subpoblaciones de linfocitos B
anticuerpos) si detectan el antígeno que ha activado su célula B parental (las
células B de memoria y sus células B parentales comparten el mismo BCR, así
detectan el mismo antígeno). Las células B de memoria se pueden generar a
partir de la activación dependiente de células T a través de la respuesta
extrafolicular y la reacción del centro germinal, así como de la activación
independiente de células T de células B1.
Célula B folicular (FO) (también conocida como célula B-2): el tipo más común
de célula B y, cuando no circula a través de la sangre, se encuentra
principalmente en los folículos linfoides de los órganos linfoides secundarios
(SLO). Son responsables de generar la mayoría de los anticuerpos de alta
afinidad durante una infección.
que comparten funciones reguladoras tanto en ratones como en humanos.
Actualmente no se sabe si los subconjuntos de células Breg están
relacionados con el desarrollo y cómo se produce exactamente la
diferenciación en una célula Breg. Hay evidencia que muestra que casi todos
los tipos de células B pueden diferenciarse en células Breg a través de
mecanismos que involucran señales inflamatorias y reconocimiento de BCR.
Esta teoría, postulada por Jerne, Talmage y Burnet, establece que el antígeno,
al ingresar al organismo, selecciona a un clon linfocitario preexistente y
específico para él induciendo su expansión. Las células pertenecientes a este
clon comparten la especificidad, sin embargo presentan variedad funcional
participando en las diferentes modalidades de las respuestas efectoras
humorales y celulares.
4.3. REGULACIÓN DE LA RESPUESTA INMUNE ADQUIRIDA
Polarización Th1/Th2
Entre los factores de contacto los más importantes son: (i) la extensa unión
del Receptor de la Célula T (TCR); (ii) las señales producidas por la
interacciones de OX40L-OX40 y B7-CD28. La coestimulación a través de OX40
mejora la expresión de IL-4, por iniciación y promoción de la diferenciación
de células T CD4 inocentes a células efectoras productoras de IL-4 a alto
nivel. El papel de la interacción B7-CD28 es más complejo y aun controversial
En cambio la producción de IL-4 por células T inocentes también parece ser
altamente dependiente de moléculas B7. Las células T CID4 inocentes parecen
ser receptivas de la producción de IL-4 dependiente de CD28 solamente si
ellas reciben una débil señal a través del TCR. Así las células son capaces de
producir pequeñas cantidades de IL-4 desde su activación inicial, y la
concentración de IL-4 que se acumula en este momento, incrementa la
respuesta de la célula Th1 incrementando la activación linfocitaria. El efecto
inducido por IL-4 domina sobre otras citoquinas, si los niveles de IL-4
encuentran el umbral necesario, la diferenciación de células Th en el fenotipo
Th2 ocurre.
Bajo ciertas circunstancias otra fuente de IL-4 puede ser una pequeña
subpoblación de células CD4+NK1.1+; que son capaces de reconocer
antígenos presentados en asociación con La molécula asociada a B2-
microglobulina no polimórfica, la CD1. En contraste a IL-4, la producción
temprana de IL-2, IL-18, e interferones favorece el desarrollo de Th1. La IL-12,
la cuales el agente inductor más poderoso de Th1, es principalmente
producido por células dendríticas bajo la estimulación proveída por señales
exógenas y es aumentado tanto por la interacción de CD40L/CD40 y la
presencia de IFN-& (Armant y col., 1996). Es de interés, que el TNF, pero no el
IFN-a juegan un importante papel en ratones, considerando que ambos IFN-g
IFN-a promueven la diferenciación de Th1 en humanos, y la tardía expresión
incrementada de la cadena B del receptor de IL-12.
deficiente, debido a esto en estos animales las células T son incapaces de
desarrollarse a células Th2 y producir IgE y la IgG1 esta virtualmente
abolidas. Sin embargo no hay aun evidencia directa que STAT6 transactive al
promotor de IL-4 en células T o que el lugar de STAT6 del promotor de IL-4 es
requerido para promover actividad. La transcripción de STAT6 parece ser
reprimida por el protooncogen BCL-6. Otros factores de transcripción de la
familia del Factor Nuclear de Células T activadas (NF-AT) son capaces de
transactivar al promotor de IL-4, pero ellos son expresados tanto en
célulasTh1 comoTh2.
Por otro lado STAT4 parece selectivamente activado por IL-12 y el bloqueo del
gen STAT4 resulta en la inhibición de las respuestas Th1. Sin embargo la vía
de la señal JNK MAP quinasa se ha encontrado que juega un papel importante
en el desarrollo de las células efectoras Th1.
4.3.3. Células reguladoras
Células Th17
La IL-17A, al igual que la IL-17H, actúa sobre un amplio panel de células, y las
estimula a secretar potentes mediadores de la inflamación como IL-1, TNF-α
(tumor necrosis factor alpha ‘factor de necrosis tumoral alfa’), IL-6, IL-8,
prostaglandina E2, quimiocinas y metaloproteasas. Además de actuar sobre
las células del tejido, la IL-17 es esencial en el reclutamiento, activación y
migración de otras células del sistema inmune.
enfermedad.
Hasta hace unos años se consideraba que los principales causantes del daño
tisular en las enfermedades autoinmunes eran las células TH1, pero
actualmente se considera que las TH17 son las principales inductoras de
enfermedad autoinmune: migran más rápidamente que las TH1 a las zonas
de la lesión y, una vez allí, organizan la respuesta inflamatoria y son capaces
de reclutar a otras células complementarias, entre ellas, las propias TH1, que
necesariamente deben colaborar con las TH17 para que se produzca la
inflamación y destrucción tisular.
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