Hechos 1-2
Hechos 1-2
Hechos 1-2
En los primeros dos capítulos del libros de los Hechos, Lucas relata la ascensión de Cristo y el advenimiento del
Espíritu Santo.
1. Lea el capítulo 1 con miras a encontrar las instrucciones y promesas de Jesús a los apóstoles.
1. Marque de manera distintiva en el texto todos los casos en que aparezcan las palabras clave de
Hechos, junto con sus sinónimos y formas pronominales. Anote esas palabras en una tarjeta, la
cual puede usar como marcador de libro mientras estudia Hechos.
2. Anote en el margen todo lo que aprenda de las citas relacionadas en el Espíritu Santo.
3. Escriba en el margen las instrucciones y promesas de Jesús a los apóstoles.
4. Tome nota de los acontecimientos principales de este capítulo, ya sea marcándolos en el texto o
anotándolos en el margen.
2. El versículo clave del libro constituye un bosquejo de su contenido y se halla en este primer capítulo.
Procure identificarlo. Una vez localizado, enciérrelo en un cuadro y anote en el margen: “Versículo clave
de Hechos.”
3. Al leer el capítulo 2, haga lo siguiente:
a. Observe la presencia del Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento, es decir, las citas del
Antiguo y las alusiones a él que aparecen en el Nuevo.
b. Anote en el margen los sucesos principales. Al hacerlo, hágase las seis preguntas típicas en cuanto
al texto: ¿quién?, ¿qué?, ¿cuándo?, ¿cómo?, ¿dónde? y ¿por qué? Pregúntese, por ejemplo:
¿Quién estaba presente el día de Pentecostés? ¿Qué sucedió? ¿A quién, o a quiénes afectó? ¿Cuál
fue su reacción? ¿Por qué reaccionaron así? ¿Cómo oyeron?
c. Marque las palabras clave, lo mismo que todos los casos en que se mencione el Espíritu Santo y a
Jesús, incluyendo sinónimos y formas pronominales. Anote luego en el margen todo lo que
aprenda en este capítulo acerca de ambos. Preste atención a la palabra promesa y note su relación
con el Espíritu Santo. Compare esto con Hechos 1:4-5.
d. Señale con algún símbolo toda referencia al tiempo. Hágalo a lo largo del libro de los Hechos, ya
sea que se trate de un suceso (p. ej., alguna fiesta, la muerte de Herodes, etc.) o de determinado
período de tiempo (días, meses, años).
e. Anote en el margen los puntos principales del sermón de Pedro el día de Pentecostés, el énfasis
del sermón y sus resultados.
4. Identifique los temas de los capítulos. (Titúlelos)
Luego de haber elegido a Matías como el sucesor de Judas, vemos que los creyentes permanecían a la expectativa de la
venida del Espíritu Santo. Supongo que en ese entonces ellos no tenían muy en claro qué era lo que iba a pasar y cómo iban
a enterarse de que este había llegado, pero aun así permanecían confiando en la palabra de aquel que resucitó de entre los
muertos. Así, llegamos al día de Pentecostés, fiesta en la cual judíos de todo el imperio romano y otras regiones se
trasladaban a Jerusalén. Siendo así, las calles de esta ciudad debían estar especialmente abarrotadas de gente. Mientras los
judíos llevaban a cabo esta fiesta, encontramos al pequeño grupo de creyentes reunidos en una casa, buscando del Señor.
Se supone que estaban en algún tipo de patio o terraza, donde la gente que pasaba podía verlos y escucharlos. Entonces un
fuerte viento corrió en el lugar, y cada uno de nuestros hermanos comenzó a hablar en lenguas que no conocían. Los
viajeros que pasaban por allí se sorprendían por escuchar a estos hombres hablando en los idiomas de sus regiones, y esto
les causó curiosidad. Algunos estaban admirados; otros los veían como locos. Las reacciones eran múltiples. Es ahí cuando
Pedro se puso en pie y estableció la primera predicación conocida de la iglesia desde la ascensión de Jesús. Él habló de
múltiples profecías del Antiguo Testamento que se cumplían en Cristo; les hizo ver su pecado y su necesidad reconocer a
Jesús como su salvador. A partir de allí, tres mil se convirtieron, y como debían regresar a sus hogares, el Evangelio se
extendió a múltiples regiones en un abrir y cerrar de ojos.
Parte 2: El día a día de la iglesia primitiva
Luego de este inicio, y por medio de la llenura del Espíritu Santo, los creyentes perseveraban en comunión, apoyándose
unos a otros tanto espiritual como materialmente, de manera que ninguno tuviera necesidades. La gente del pueblo se
admiraba al ver las señales y la hermandad que había en este grupo. Ellos daban testimonio por medio del amor que había
entre sus miembros, de que eran verdaderamente discípulos de Cristo. Así, al haber un ámbito de amor y obediencia al
Señor, el Evangelio era predicado y nuevas personas iban siendo transformadas por la gracia de Dios.
Personajes Principales: Pedro: Es quien se muestra con un rol de liderazgo en la iglesia, y quien realiza la primera
predicación del Evangelio desde la venida del Espíritu Santo, siendo secundado por los otros once apóstoles. Los creyentes:
Eran el grupo de personas que estaban reunidos en la casa. Se desconoce cuántos eran, aunque se puede tomar como
parámetro los 120 del capítulo anterior, aunque se están narrando días diferentes. Los judíos y prosélitos: Eran quienes se
habían reunido en Jerusalén para celebrar el Pentecostés, y notaron que los miembros de la iglesia les hablaban de parte de
Dios en muchos idiomas diferentes. Los judíos eran las personas de raza judía, mientras que los prosélitos eran los gentiles
que se habían convertido al judaísmo.
¿Por qué había judíos de un montón de regiones en Jerusalén? ¿A qué profetas cita Pedro en su predicación?
Referencias
Deuteronomio 16:9-11 – Instrucciones sobre la celebración de Pentecostés.
Salmos 16:8-11 – Salmo de David en el cual no hablaba de sí mismo, sino que estaba profetizando la resurrección del
Mesías. Es citado por Pedro en Hch 2:25-28.
Salmos 110:1 – Salmo de David en el cual profetiza la ascensión del Mesías, citado por Pedro en Hch 2:34-35.
Joel 2:28-32 – Profecía sobre el derramamiento del Espíritu Santo sobre la iglesia, citada por Pedro en Hch 2:17-21.
Ver a Cristo
En este pasaje podemos ver a Cristo como el centro del Evangelio. Vemos que con la predicación de Pedro son tres mil las
personas que se convierte y pasan a formar parte de la iglesia. A partir de ahí, todas las personas que fueron siendo
añadidas a la iglesia por Dios fueron transformadas por este mensaje de salvación. Si vemos el relato de Pedro,
inmediatamente notamos que se distingue a Jesús por sobre todo. Nosotros pecamos y rechazamos a Dios, y ahí termina
nuestra parte; el resto corresponde al Señor, que se hizo hombre y murió por todos nosotros, siendo resucitado al tercer
día. ¡Él era el Mesías del que hablaban los profetas!
Enseñanza
En este pasaje, una de las enseñanzas que se resalta con mayor claridad es el llamado de Pedro al arrepentimiento y a la
obediencia. Lo que vemos es que, como resultado de la predicación del apóstol, muchas personas habían tenido convicción
de pecado; habían entendido que habían sido ellos mismos los que habían crucificado a Cristo, y la gran pregunta que les
surgía es «¿qué vamos a hacer ahora?» A eso, sin dudarlo, Pedro responde diciéndoles que se arrepientan y que sean
bautizados. A raíz de esta predicación, tres mil nuevos creyentes se sumaron a la iglesia. De la misma manera, en nuestros
tiempos, no debemos olvidar mencionar el arrepentimiento en nuestros sermones. Muchas veces decimos que tenemos
que creer en Jesús y hablamos de lo que él hizo, pero en definitiva les presentamos a las personas un salvador que no saben
de qué los vino a salvar. Por eso es importante que hagamos una exposición de la condición pecaminosa de la humanidad,
llamándolos al arrepentimiento de manera que si pone su confianza en Jesús como su salvador, puedan alcanzar la vida
eterna.