Gestión Emocional

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GESTIÓN EMOCIONAL

1. Date el permiso para sentir tus emociones con toda su intensidad (Aprende a
identificar tus emociones)

Lo más probable es que no estés acostumbrada a vivir tus sentimientos de forma plena
porque, probablemente, no has sido educada para ello.
Por eso, quizá tienes alguno de estos dos problemas:

1) No eres capaz de saber qué sientes o


2) Tus emociones estallan en cualquier momento.

Vivir tus emociones es aceptar que eres vulnerable, reconocer que no eres la mujer (u
hombre) fuerte que creías ser. Si quieres progresar en la percepción de tus
emociones, profundiza en tu vulnerabilidad.

2. Reconoce cuál es la emoción básica que hay detrás (Reconocer esa emoción)

Las emociones son como los colores: hay unas pocas básicas y el resto son mezclas y
remezclas de las primarias.
Si has visto Inside Out de Pixar, son fáciles de recordar.
Cuando identificas la emoción principal que estás viviendo, es más fácil saber cuál es su
función en la vida. De esta forma, puedes entender el mensaje que ha venido a traerte.
Investiga el significado de las emociones básicas desde aquí.

3. Valorar la emoción (Si es una emoción difícil, dale un lugar dentro de ti)

Por norma general, catalogamos algunas emociones como negativas, ya que no nos gustan
las sensaciones o reacciones que nos provocan. La rabia, la tristeza y el miedo son los
sentimientos más reprimidos.
Aún así, no creo que haya emociones negativas, sino difíciles.
Todas son necesarias y, por eso, es bueno darles un lugar dentro de ti: aceptar que estás
viviendo esa emoción, aunque no te guste experimentar sus efectos.

4. Observar y analizar la situación

5. Exprésala

Como te he contado otras veces, una emoción callada provoca dolores corporales, ya que tus
músculos tienen que tensarse para reprimir la energía que la emoción conlleva. Es decir,
tienen que evitar que llores, que te rías, que grites, etc.
Sin embargo, no siempre es posible expresar las emociones. Porque a veces no estamos en
el lugar adecuado o no tenemos la confianza necesaria con las personas que nos rodean en
ese momento, por darte un par de ejemplos.
Ante esto, es bueno tener una herramienta cerca para poder dar rienda suelta a la
expresión emocional.

6. Responsabilízate de tu emoción

Algunos artículos sobre gestión emocional, se quedan en la aceptación. Pero a mí me gusta


incluir la responsabilidad que tienes en los sentimientos que vives. Porque responsabilizarte
de tus emociones, en especial las difíciles, es ir un paso más allá. No sólo las aceptas, sino
que tomas las medidas necesarias para integrar su mensaje dentro de tu vida.
Por ejemplo, es necesario reconocer que estás enfadada. ¿Pero qué haces con ese enfado?
No sólo se trata de liberar la energía para gritar o golpear, sino que esa rabia te está mostrando
algo que necesitas cambiar en tu vida. Cuando te haces responsable, transformas aquello
que te molesta.
Las 4 preguntas de Byron Katie son la herramienta que más me ha ayudado a establecer este
paso.

¿Es eso verdad?


¿Tengo la certeza absoluta de que eso es verdad?
¿Cómo reacciono cuando tengo ese pensamiento?
¿Quién sería sin ese pensamiento?

lo que sientes ante una situación, en realidad, forma parte de ti. Y si forma parte de ti,
es tu responsabilidad.

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