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Apuntes de Historia Del Arte Hasta El Barroco

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HISTORIA DEL ARTE

Apuntes elaborados por José Manuel Jiménez Migueles

Departamento de Geografía e Historia

IES Manuel Reina

Puente Genil
TEMA 1: EL ARTE DE LA PREHISTORIA
1. El arte mobiliario
2. El arte parietal
3. El arte funerario

La aparición del Homo Sapiens en el planeta Tierra, hace ahora más de 30.000 años, provocó una serie
de revolucionarios cambios que poco a poco transformaron la naturaleza con la que se encontraron. Así,
desde finales del Paleolítico (periodo de la Prehistoria que abarca desde la aparición del ser humano hasta
la llegada del Neolítico) el ser humano habitó en unas condiciones naturales poco propicias a las que fue
adaptándose. Para ello, no dudaron en desplazarse allá donde la supervivencia estaba garantizada,
habitando en cuevas y abrigos naturales cerca de usos de agua.

Paralelamente, el ser humano de la Prehistoria desarrolló toda una simbología basada en sus temores
(generalmente vinculados a los fenómenos y fuerzas de la naturaleza) y en sus deseos (engendrar
descendencia y procurarse alimentación mediante la cacería). Para ello se valió tanto de los instrumentos
líticos como de pigmentos que maneja con habilidad sobre las superficies donde plasmaba sus creaciones
mágico - religiosas. Esta voluntad se manifestó en los objetos fácilmente transportables (arte mobiliario) y
en la decoración de las paredes en las que moraban habitualmente (arte parietal).

1. El arte mobiliario

Se desarrolló en casi toda Europa y tuvo como base los materiales que empleaban en su vida cotidiana,
como huesos, colmillos y astas de animales o piedras, que eran usados como soportes para sus
creaciones artísticas.

Muchas representaciones tenían que ver con la fauna que rodeaba a estos humanos, pero también
adquirieron gran protagonismo las estatuillas femeninas de bulto redondo, popularmente llamadas Venus.
Estaban estrechamente ligadas al culto a la fecundidad, por lo que aparecen con sus atributos sexuales
muy desarrollados y plasmados con gran realismo. No obstante, sus rostros suelen aparecer
completamente difuminados o cubiertos por sus propias cabelleras, tal vez por ser una imagen ideal de la
Gran Madre, por lo que puede ser un primer germen de religiosidad popular, a la que las mujeres de la
tribu acudían para rogar por el cumplimiento de algunos de sus deseos, generalmente relacionados con la
fecundidad. La más conocida de toda es la Venus de Willendorf, estatuilla de sólo 11 centímetros, hecha
en piedra caliza y pintada de color rojo. Se trata, como en el caso de las pinturas que vamos a ver a
continuación, en algo normal en la Prehistoria: la identificación entre el objeto y el ser, o, lo que es lo
mismo, lo que puede realizarse materialmente vive o, al menos, puede auspiciar la vida que representa.

2. El arte parietal

Se desarrolla de una manera mucho más reducida que el arte parietal. Comienzan a recogerse
reproducciones desde el 28.000 a.C. y muchos de sus principales hitos se encuentran en la Península
Ibérica. Pintadas en las cuevas y abrigos naturales que habitaban, presentan un grado de realismo y
vitalidad que todavía hoy sorprende a quien las contempla. Generalmente suelen aparecer los mamíferos
que constituían la base alimenticia de nuestros antepasados, bien de forma aislada o en manada y, ya
más tarde, formando escenas de caza.

Los instrumentos empleados para extender los colores eran sus propios dedos o los pinceles elaborados
con cerdas mientras que para crear los colores utilizaban como aglutinante la grasa animal, a la que
añadían pigmentos para su coloración cómo los óxidos de manganeso y de hierro, el carbón y hasta la
sangre. Para conseguir la mayor veracidad posible en la realización de estas pinturas van a aprovechar los
huecos y los salientes de las cuevas para sugerir perspectiva y bulto.

La interpretación de estas pinturas ha ocupado a los historiadores durante todo el siglo XX. La
interpretación mágica, de Henri Breuil, es la más aceptada y parte de la necesidad vital de cazar que tenía
el hombre de la Prehistoria, lo que hace que ideen rituales de magia simpática o de atracción. Se creía
que, por el hecho de representar pictóricamente un animal, su caza se iba a reproducir, de ahí que se
intentara realizar las figuras con el mayor verismo posible ya que se pensaba que, cuanto más se
pareciera al natural, más posibilidades habría de apresarlo. Idéntica interpretación, pues, que la que
hemos dado a las estatuillas femeninas.

Vamos a encontrar dos escuelas bien diferenciadas:

- La escuela franco cantábrica: así conocida por los yacimientos encontrados al sur de Francia (La
Madeleine, Lacaux) y el norte de España (Altamira, El Castillo). En un primer momento se
desarrollaron en cuevas y abrigos. La técnica que utilizaron suele combinar la pintura a base de
colores primarios (rojo y negro) con el grabado a base de incisiones. Se representan animales
como mamuts, cabras, bisontes, ciervos junto a figuras geométricas y muy excepcionalmente, la
figura humana. Obviamente, la obra más conocida son las pinturas de Altamira, un impresionante
conjunto de más de 300 animales que fueron representados hacia el 14.000 a.C. Conocida como la
“capilla Sixtina del Arte Prehistórico”, fue descubierta hace ahora unos 140 años.

- La escuela levantina: así conocida por los numerosos ejemplos encontrados en el Levante español
(Valltorta, Alpera, Albarracín). Realizadas ya en el Mesolítico (hacía los años 7000-3000 a.C.), las
pinturas se vuelven más complejas y esquemáticas, reduciéndose la gama cromática (casi siempre
al negro) y reproduciéndose casi en el exterior de las cuevas. A la vez, la figura humana se hace
cada vez más patente, apareciendo de forma activa en cacerías, danzas o escenas de recolección
mientras que la fauna es más propia del clima en el que viven. Manifiestan ser producto de una
sociedad más compleja y de transición entre la vida nómada y el sedentarismo. Las pinturas de la
cueva de la Valltorta, en Castellón, son las más conocidas.

3. El arte funerario

Con la aparición del Neolítico el hombre pasa de ser nómada a ser sedentario. La “revolución neolítica” va
a suponer una auténtica transformación en los modos y costumbres de la humanidad ya que el hombre va
a pasar de buscar su propia comida a sembrarla y a domesticarla, lo que dará lugar a las primeras
construcciones en piedra, amén de la jerarquización social, la especialización del trabajo y la evolución de
la religiosidad. La consecuencia directa es que el arte parietal se sustituirá por la construcción de
megalitos, monumentos de carácter funerario o religioso formado por grandes rocas. Hay diferentes tipos:

- Menhir: bloque de piedra vertical fijado en el suelo


- Alineamiento: agrupación de mehires dispuestos en filas (Carnac)
- Dolmen: estructura formada por grandes piedras verticales rematadas por una o varias losas
horizontales, a modo de cámara, donde depositar a los difuntos. (dolmen de Dombate) Se fue
complicando con el tiempo y en el sur de España aparecieron los sepulcros de corredor, formados
por una cámara funeraria precedida por una gran galería (dolmen de Menga)
- Cromlech: combinación de menhires y dólmenes formando círculos. Normalmente se relacionan
con el culto solar y astronómico. Destaca el existente en Stonehenge, en Gran Bretaña. Datado a
finales del IV milenio a.C.

Podemos encontrar este tipo de manifestaciones en toda Europa aunque encontramos un caso especial
en los Baleares, donde se desarrollaron una serie de megalitos propios de la edad del Bronce y son:

- Taulas: monumentos en forma de T


- Navetas: megalitos con forma de nave invertida, como la naveta des tudons, en Menorca.
- Talayots: construcciones con forma de torre
TEMA 2: EL ARTE EGIPCIO
1. INTRODUCCIÓN (Egipto, un don del Nilo)

El desarrollo de la agricultura, en el Neolítico, hizo posible que la población se concentrara en lugares


fértiles como los valles de los ríos Tigris, Éufrates, Nilo e Indo. Para organizar estas concentraciones de
población surgió un poder político centralizado y ello dio lugar al nacimiento de las primeras civilizaciones.

En el N.E. de África y torno al rio Nilo nació una rica civilización de la que son testimonio las múltiples
muestras de arquitectura y artes plásticas que ha llegado hasta nuestros días.

La civilización egipcia duró 3000 años (desde que, aproximadamente en el año 3000 a. C. el faraón
Menes unificó el Bajo y El Alto Egipto) y se divide en cuatro Imperios: Antiguo (2700 –2200), el Imperio
Medio (2000 – 1700), Imperio Nuevo (1500 – 1000) y el Imperio tardío hasta el 332 a- C.

En Egipto el poder estaba concentrado en manos del faraón (considerado como un dios sobre la tierra) y
en la casta sacerdotal, defensores de las tradiciones. Por ello su arteestaba al servicio del poder y de
la religióny se utilizaba para realzar y distinguir a sus principales representantes.

Tres son los factores que condicionan el arte egipcio:

- La creencia en la vida de ultratumba y en el proceso de momificación.


- La existencia de la esclavitud y servidumbre campesina que proporcionó abundante mano de obra.
- En entorno físico. La abundancia de piedra y su cómodo traslado por el Nilo facilitó la construcción
y la estatuaria.

2. LA ARQUITECTURA EGIPCIA

Los egipcios crearon dos tipologías monumentales: la tumba y el templo. Sus características son:

- Por razones geológicas los egipcios, para construir sus edificios, emplearon la piedra (caliza de
Tura y granito de Asuán).
- Colosalismo, el edificio resulta desproporcionado respecto a su función (grandes tumbas para una
sola persona).
- Es una arquitectura adintelada (basada en líneas verticales y horizontales y en la que no se utiliza
el arco ni la bóveda).
- Se emplea la columna de fuste liso y los capiteles podían tener diversas formas: lotiformes,
palmiformes o papiriformes, generalmente elementos extraídos de la naturaleza

2.1. Arquitectura funeraria monumental

El mundo egipcio va a desarrollar una variada y espectacular arquitectura orientada al rito funerario. Su
evolución fue la siguiente:

- Mastaba: primera forma de enterramiento. Recordaba, desde el exterior, a las viviendas egipcias.
Tenía forma de pirámide truncada, con paredes inclinadas y la terraza plana. En su interior,
disponía de una capilla para acoger los diferentes rituales funerarios así como una cámara
sepulcral donde se depositaba al difunto.

- Pirámide escalonada: surgió por la superposición de mastabas. Una de las más conocidas es la
pirámide escalonada de Zoser, en Sakkara. Realizada en torno al 2650 a.C. su autor fue el
arquitecto Imhotep, el primer arquitecto conocido de la historia. Situada dentro de un amplio
complejo funerario, tenía seis niveles de piedra caliza.

- Pirámides: eran las tumbas de los faraones. Las tres más conocidas son las pirámides de Gizeh,
realizadas en la IV dinastía (2613-2494) por los faraones Keops, Kefrén y Mikerinos. Alrededor de
ellas se disponía todo un complejo funerario en el que destacaba un templo donde se desarrollaban
los ritos funerarios y una avenida ceremonial que conectaba la pirámide con el Nilo. Manifestaban
el inmenso poder del faraón.

- Hipogeos: los continuos saqueos a que fueron sometidas las pirámides hizo a los faraones
replantearse sus nuevos lugares de enterramiento, no tan visibles al ojo humano lo que les llevó a
realizar otro tipo de monumentos funerarios que salvaguardaran tanto sus cuerpos momificados
como sus bienes personales, ya que estaba en juego su pervivencia en la otra vida. Así, al
trasladarse la capital a Tebas localizan un lugar mucho más agreste y esconcido en las
profundidades de los valles cercanos a esta ciudad. Es allí, bajo tierra, donde se localiza el Valle de
los Reyes y el Valle de las Reinas, en Deir el Bahari.Los hipogeos son cámaras funerarias donde
fueron enterrados los faraones de los Imperios Medio y Nuevo. Estaban excavados en la montaña
para que desde fuera no se apreciara la riqueza del interior. Uno de los ejemplos más conocidos es
la tumba de Tuthankamon, hallada por Howard Carter a principios del siglo XX.

- Los templos funerarios del Medio y Alto Egipcio: se construían lejos de las tumbas como medida
de seguridad. Los más conocidos se encuentran en Tebas, en Luxor y Karnak. Eran templos muy
complejos y con distintos recintos:

o Avenida de esfinges: conducía a la puerta monumental del templo y estaba decorada con
estatuas de esfinges, figuras con cuerpo de león y cabeza humana que tenían la finalidad
de proteger al templo.
o Obeliscos y pilonos: los obeliscos ran pilares altos coronados por una pequeña pirámide y
generalmente repletos de relieves. Los pilonos eran muros gruesos que hacían de entrada
al templo.
o Patio o sala hípetra: era un patio abierto rodeado de enormes columnas. Era el único lugar
al que podía entrar el público
o Sala hipóstila: sala cerrada llena de columnas
o Santuario: en él se encontraba la estatua del Dios. Era una sala pequeña y oscura que sólo
podían visitar el faraón y los sacerdotes.

- Otros templos funerarios de gran importancia son los speos, templos excavados en la roca.
Destacan los dos speos de Abu Simbel, destinados al culto del faraón Ramses II y su esposa
Nefertari así como el semispeo de la reina Hatshepsut (en Deir el Bahari)

3. LA ESCULTURA EGIPCIA

Los egipcios creían que era posible asegurar la vida del difunto en el más allá conservando su presencia
física (cuerpo embalsamado) y una imagen suya para que su espíritu reviviera a través de ella.

El material preferido para la estatuaria fue la piedra caliza aunque también se utilizó la madera
policromada, el bronce o el oro, este último para los relieves de la XVIII dinastía.

Las características de la escultura egipcia, tal y como sucede en la arquitectura, ya quedaron fijadas en el
Imperio Antiguo.

1. Toda la estatuaria humana debía respetar las reglas de la etiqueta formar y solo en los animales se
le permitía al artista iniciativas personales. Es un arte oficial y formalista y por ello lleno de
convencionalismos.
2. Las representaciones seguían un lenguaje convencional que implicaba:
a. Hieratismo y falta de movimiento (ya que en la mayor parte de los casos se representaba al
faraón y la intención es que este parezca diferente a los mortales y la falta de movimiento
sugiere atemporalidad.
b. Rigidez, la nuca sujeta a la cabeza y los brazos pegados al cuerpo con los puños cerrados.
c. Frontalidad. Las imágenes están hechas para ser vistas de frente.
d. Ley de simetría y armonía en las proporciones. La plástica egipcia se caracteriza por buscar
deliberadamente el canon ideal del cuerpo humano, un canon de belleza basado en 18
puños y que se mantuvo inmutable a lo largo de los 3000 años de su historia. En este
sentido el pueblo egipcio se convirtió en precursor inmediato de los griegos, sin embargo
estos últimos prefirieron la cabeza como modulo de proporción armónica para el ser
humano.
e. Perspectiva jerárquica. Al desconocer las leyes de la perspectiva aumentan el tamaño de
los personajes más importante.
f. En los relieves se emplea la visión rectilínea (ojo y extremidades de perfil y cuerpo de
frente).
g. Aunque tenían un profundo conocimiento de la anatomía del cuerpo humano, no les
preocupaba el naturalismo, por lo que no profundizaban en los detalles anatómicos,
produciendo una visión idealizada y superficial del representado y la ejecución geométrica
de su musculatura.
h. Los paños suelen se escasos y rígidos en las figuras masculinas (faldellín corto), mientras
que en las femeninas se adaptan y pegan al cuerpo.
i. En cuanto Al tratamiento psicológico, los rostros son inexpresivos, con la vista perdida en el
infinito y ojos almendrados que dan lugar a imágenes frías y alejadas del espectador.
j. En las representaciones de personajes vulgares se aprecia una mayor carga de realismo y
el rasgo definitorio es su humanización lo cual está relacionado con la función funeraria de
la escultura en cuanto que el humano desea que su Ka pueda reconocerse es sus estatuas.

La rigurosa y severa estilización del Imperio Antiguo y el áspero realismo del Imperio Medio fueron
reemplazados por un estilo cortesano en el que se combinaban perfectamente la elegancia y la cuidadosa
atención hacia los detalles más delicados. En el reinado de Amenofis IV y en los talleres reales se da un
tratamiento final a las obras que acentúa la sensualidad de las formas, como fruto de la búsqueda de una
nueva definición del cuerpo humano. Las razones estuvieron en el cambio de culto a Atón, dios solar, e
imaginando y proyectando una línea artística encaminada hacia esta nueva dirección, es decir, a eliminar
el hieratismo tradicional del arte egipcio. Al comienzo de su reinado se utilizó un realismo casi
caricaturesco, pero poco a poco fue derivando hacia un estilo de sutil belleza y profunda ternura,
cualidades perfectamente ejemplificadas en la cabeza de piedra caliza pintada de su esposa, la reina
Nefertiti

Entre las representaciones más destacadas se encuentran:

- estatura entronizada de Kefrén (2530)


- Tríada de Mikerinos (IV)
- Rahotep y su mujer Nofret;
- Cheikh el –Beled
- Escribas sentados
- “Colosos de Mennon” (Imperio Antiguo)
- Retratos del faraón Akhenatón (XVIII)
- Busto de  Nefertiti (1350)
- Sarcófago de Tutankhamón

4. LA PINTURA EGIPCIA

La pintura mural egipcia está sometida a las mismas reglas y convencionalismos del relieve. Las figuras
carecen de profundidad y volumen, las formas son planas y la única perspectiva que existe es la
jerárquica, que aumenta o disminuye el tamaño de los personajes según su importancia social. Todos los
objetos están colocados en un único plano, paralelo al espectador, para poder apreciar bien los detalles.
Predominan los colores alegres y cálidos (rojo y amarillo). El color es plano y sin matices. Las figuras están
dibujadas de modo muy preciso, a veces contorneadas en negro
La pintura mural al fresco tenía la misma función que el relieve y servía para decorar las paredes de las
tumbas con escenas de la vida cotidiana egipcia: trabajos agrícolas, caza y pesca, banquetes, bailes etc.
Son muy interesantes las pinturas de las mastabas del Imperio Antiguo , como la de Ti en Saqqara,
destacando por su naturalidad las famosas Ocas de Méidun. La pintura reemplazó a los relieves en el
Imperio Nuevo en la decoración de los hipogeos de la necrópolis del valle de los Reyes en Tebas.La
pintura se usó también en la decoración de sarcófagos y la ilustración de papiros como el Libro de los
muertos.
TEMA 3: EL ARTE GRIEGO

1. Introducción histórica

Surgida a las orillas del Mediterráneo hacia el III milenio a.C., alcanzó su apogeo en torno al siglo V a.C.
Desde mediados del III milenio a.C. aparecen en el Egeo signos de civilizaciones urbanas. Los restos
más antiguos pertenecen a Creta, isla que se convirtió por su privilegiada situación en la ruta marítima que
unía Oriente y Occidente, y escala básica para el comercio con Egipto y Mesopotomia. La hegemonía de
Creta en el Mediterráneo Oriental duró hasta mediados del II milenio a.C., época en la que pueblos
invasores procedentes del norte dominaron la isla y se adaptaron a la vida comercial del Egeo. A partir de
este momento surgirán nuevos centros, como Micenas y Tirinto, ciudades que exportaban materias primas
y minerales a Egipto y Mesopotamia, como estaño o ámbar, que a su vez importaban de los territorios
europeos.

El mundo de la civilización cretense y micénica fue destruido hacia 1150 a.C. por una nueva invasión,
también procedente del norte: los dorios. A partir de este momento entró Grecia en una etapa de
decadencia y atraso, de la que no saldrá hasta el siglo VIII a.C.

La Grecia antigua se extendía desde el sur de la península de los Balcanes por las islas de los mares
Egeo y Jónico, las costas de Asia Menor (la actual Turquía) y el Mediterráneo occidental. Los habitantes
de estos territorios, los griegos o Helenos, como ellos se llamaban así mismos, es decir, habitantes de
“Helas” o la Hélade, hablaban la misma lengua y tenían la misma religión. A comienzos del siglo VIII a.C.
aparecen organizados en polis, independientes entre sí, constituidas por un conjunto de tribus que se
habían unido para defenderse en caso de agresión. Entre ellas destacó Atenas.

La polis

La concepción ateniense de ciudad era una comunidad en la que sus miembros habían de llevar una vida
común armónica, en la que había que permitir tomar parte activa a tantos ciudadanos como fuera posible,
sin discriminación basadas en el rango o la riqueza, y en la que encontrasen canalización espontánea y
feliz las capacidades de todos y cada uno de sus miembros. Las actividades de la polis se realizan con la
cooperación voluntaria de los ciudadanos y el instrumento principal de esa cooperación es la libre y plena
discusión de la política en todos sus aspectos.

Etapas

La historia de la antigua Grecia se divide en tres grandes periodos:

■ Época arcaica entre los siglos IX y VI a. C

■ Época clásica durante los siglos V y mitad del IV a.C; y

■ Época helenística desde mediados del siglo IV hasta el siglo I a.C

2. EL ARTE CLÁSICO

El término clásico se utiliza comúnmente en dos sentidos, con frecuencia indica simplemente la
excelencia. Se dice que un clásico es un ejemplo destacado de un tipo. También se usa en sentido
histórico, por ello las civilizaciones griega y romana se conocen colectivamente como la “antigüedad
clásica” para distinguirlas de las civilizaciones de Egipto y del Próximo Oriente.

Para los griegos, los períodos arcaico y clásico significaron un emocionante cúmulo de experiencias que
valía la pena vivir; pensadores y hombres prácticos constantemente descubrían e inventaban cosas
nuevas. Era también un momento crítico para el desarrollo del arte.
2.1. LA ARQUITECTURA

a) Características generales

Dentro del arte plenamente griego encontramos una completísima evolución, desde lo arcaico a lo
barroco, desde lo estilizado a lo más realista. La cultura griega lejos de ser autóctona, es el resultado de
la integración de diversos factores. Así, los dorios aportan el estilo geométrico de la cultura de Hallstatt,
de los sometidos aqueos reciben todo el legado prehelénico y los territorios minorasiáticos deparan a
Grecia la posibilidad de recibir la cultura del Próximo Oriente. Pero el milagro griego no se hubiera
producido simplemente por la fusión de estos elementos. Fue preciso que Grecia cambiara por
completo el panorama político y mental y creara las bases de la democracia y el estado moderno.

►En Grecia desaparece el colosalismo oriental, el hombre en Grecia es la medida de todas las cosas.
De ahí que la arquitectura se valga de una proporción en armonía con el hombre. Se distingue por la
perfección técnica, predominando el trabajo en equipo, aceptándose la suprema dirección del maestro.

►Conocemos el arte griego a través de pocos restos, generalmente columnarios. Pero


ordinariamente desconocemos el valor del macizo, pocas son las cellas de los templos
conservadas. Desde el siglo VII a.C comenzó a tallarse la piedra, y se fueron dejando de lado los
materiales perecederos como el adobe, la madera y la arcilla. El predominio de la piedra se hizo más
intenso a raíz del contacto con los talleres de escultura.

►La perfección técnica y el gusto de la construcción aparecen ya patentes en la utilización del


aparejo, el simple muro para los griegos era ya un elemento estético. Entre escultura y arquitectura existe
una compenetración de las formas que evita aglomeraciones.

►La arquitectura griega es arquitrabada, utiliza elementos de cierre horizontales, lo que no significa que
no conocieran el arco y la bóveda

►Esta arquitectura es resultado de concienzudas reflexiones, la arquitectura se subraya con


determinados elementos ornamentales como el meandro, dispuesto en sentido de cinta continua, la
espiral, tema neolítico reincorporado a Grecia por medio del arte cretense; la roseta, las ondas, el
entrelazado de formas curvas, de origen mesopotámico; las ovas, las perlas y las palmeras.

b) El templo griego: el Partenon

El templo griego ignora el espacio interno. No hay concepción espacial en la arquitectura helénica. El
templo esta concebido como la morada impenetrable del dios; los ritos tienen lugar fuera, el templo, es
pues, la residencia del dios, que tiene en su interior su propia imagen; las ofrendas que recibe se
guardan en la cámara del tesoro (opistódomos). Los proyectistas son arquitectos-escultores. Como esta
arquitectura esta humanizada, es decir, hecha a escala humana, los templos son más bien pequeños, a
lo que contribuye el hecho de no constituir lugar de reunión. Para los griegos la arquitectura es número,
proporción, masa equilibrada. Consiguieron llegar a la armonía entre las partes y elementos
arquitectónicos, que quedaron como arquetipos para el porvenir. Así surgieron los órdenes que pueden
definirse como soluciones armónicas de elementos tectónicos y decorativos. En principio, hubo solo dos
órdenes, el dórico y el jónico que parecen la aplicación plástica de dos elementos culturales que
actuaron en Grecia desde un principio. Lo dórico encarna lo fuerte viril y señero; lo jónico lo elegante,
fastuoso, delicado y femenino. El orden corintio es una variante de orden jónico, se utiliza en la
arquitectura helenística y romana; y se diferencia del anterior por su capitel decorado de hojas de acanto y
pequeñas volutas en los ángulos. (Templo de Zeus Olimpo Atenas 174-131 a. c.)

A juzgar por los restos que aún se conservan solo se pintaban determinadas partes del templo. Era el caso
del fondo de las metopas, los triglifos, el friso… que recibían una policromía en tonos azules, rojos o
dorados. De este modo, se resaltaban las diversas partes del templo dándole mayor armonía y efecto.

El edificio de orden dórico, se asienta sobre un basamento o estilóbato, divido en gradas en todos sus
lados, que sirven para subir. En el estilo dórico, las columnas arrancan directamente del suelo. El fuste
que simboliza el árbol, se hunde en el terreno, sugiriéndonos estéticamente la noción del peso que
soporta. El fuste de la columna va disminuyendo de diámetro hacia arriba, y en toda su altura lleva
acanaladuras de cortante arista, las cuales sirven de decoración y al paso provocan en nosotros por su
inflexibilidad, una gran impresión de firmeza, como remate se coloca el capitel. Entre el capitel y el fuste
hay una corona de ranuras que integran el collarino. El capitel consta de dos partes: el equino, una
moldura convexa, y el ábaco, especie de dado de poca altura que recibe la carga del edificio. Se ve una
alternancia sabia de curvas y rectas.

La carga en este estilo y en cualquier edificio griego se dispone horizontalmente y actúa en sentido de la
vertical. Los griegos emplearon en todos sus edificios el arquitrabado. Esta gran masa horizontal es el
entablamento, que en el estilo dórico recibe los siguientes nombres, la parte inferior es un ancho listón de
piedra llamado arquitrabe. Sobre él monta el friso, dividido en espacios cuadrados, donde alternadamente
se disponían los triglifos, y las metopas que generalmente se decoran con relieves, si bien a veces quedan
vacíos. Los triglifos asoman en el arquitrabe por unas terminaciones llamadas gotas.

Todo queda cubierto por la cornisa, que con su vuelo protege al templo de la lluvia, la cornisa es la base
del frontón triangular, decorado con esculturas en su interior (tímpano). El tejado era a doble vertiente
para proteger el edificio de las lluvias y se decoraba en los laterales con gárgolas.

El orden jónico se distingue por una mayor esbeltez. Las columnas son más altas y delgadas que las del
dórico. El fuste apoya en una pieza intermedia llamada basa, formada por dos molduras convexas que
contienen una cóncava. A veces, la basa apoya en un pedestal cuadrado llamado plinto. El fuste tiene
forma cilíndrica, aunque en ocasiones aparece ligeramente hinchado en el centro (éntasis). Lleva
numerosas estrías que se separan lo suficiente para evitar la formación de aristas. El capitel tiene una
corona de ovas y un cordón de perlas y a los lados las volutas, que constituyen lo más característico del
estilo. El arquitrabe difiere del dórico, está dividido en tres listones horizontales. El friso lleva una banda
corrida que permanece lisa o se decora. La cornisa posee menos vuelo que en el estilo dórico, decorada
con ovas o dentellones.

El orden corintio es muy semejante al jónico, la diferencia principal estriba en el capitel, decorado con
hojas de acanto y unas reducidísimas volutas en los ángulos, con otras intermedias.

Los templos se orientaban de este a oeste, como la cubierta era a dos aguas, en cada fachada se
originaba un cuerpo triangular, el frontón venía a ser la solución armónica de las líneas horizontales
y verticales. La parte interior del frontón, el tímpano solía ocuparse con escenas escultóricas. El
templo responde a una organización totalmente simétrica, el ápice del frontón indica el eje de simetría de
las fachadas este y oeste, pero de costado existe igualmente simetría.

2.2. LA ESCULTURA GRIEGA

a) Características generales:

■ Las raíces de la escultura griega son orientalizantes y presentan una clara influencia egipcia. Los
contactos económicos favorecieron el influjo de las formas plásticas del país del Nilo sobre el arte griego,
pero la constante evolución de éste, hizo que pronto se distanciara de los modelos iniciales, creando un
mundo de formas nuevo y original. Los artistas griegos partieron de lo ya realizado por asirios,
babilonios y egipcios para desarrollar su propio lenguaje, definido por una permanente búsqueda
de nuevas soluciones para plasmar la figura humana. La escultura es el lenguaje que mejor plasma la
búsqueda de los artistas griegos por alcanzar y plasmar sus ideales de belleza expresión, movimiento y
volumen.

La periodización establecida es la misma que ya hemos planteado para la arquitectura.

■ Estos ideales se plasman en la representación de la figura humana como encarnación de la belleza


física y el equilibrio espiritual. La belleza se concibe como medida, proporción entre las partes. De esta
concepción surge la necesidad de elaborar un “Canon anatómico”. La anatomía humana se representa
de forma armoniosa e idealizada. Estamos, por tanto, ante la plasmación del IDEAL DE BELLEZA
ANTROPOMÓRFICA. La representación del cuerpo humano desnudo se convierte en el eje temático
de gran parte de la estatuaria griega.

■ El artista griego busca la expresión, entendida como la exteriorización de los sentimientos; en la


expresión se funde la dimensión espiritual del hombre con su cuerpo. Pero se trata, también, de una
EXPRESIVIDAD IDEALIZADA, donde sólo cabe la quietud y la serenidad de ánimo, el equilibrio
perfecto entre la belleza física y la belleza espiritual. Será en la época helenística cuando el artista
rompa este corsé expresivo para plasmar los sentimientos humanos de forma realista y menos
idealizada.

■ El artista griego, partiendo de la rigidez y el estatismo oriental que evidencian las primeras esculturas del
período arcaico (Kouroi y Korés), tratará de REPRESENTAR EL MOVIMIENTO. Ensayará todas las
posibilidades plásticas del dinamismo: figuras que se doblan para adaptarse al marco arquitectónico
(muros, frontones, etc.), grupos donde las figuras se relacionan de forma dinámica; representación de la
tensión muscular, la flexibilidad de los miembros, la agilidad, etc. La representación del movimiento
reforzará los valores expresivos de la escultura.

■ El artista griego se mostrará profundamente preocupado por la REPRESENTACIÓN DEL VOLUMEN.


Pronto romperán con la frontalidad egipcia. Concebirán la escultura como una forma que debe ser
contemplada desde todos los ángulos y puntos de vista posibles. La conquista del volumen
desplazará a la representación plana de épocas anteriores. De ahí que la mayor parte de la escultura
griega sea exenta (salvo los frisos con relieves de los muros o los conjuntos de los frontones).

Estos valores no son estáticos, ni están predefinidos en la escultura griega, son el resultado de su
incesante búsqueda de la belleza, de su formal representación.

■ Los MATERIALES empleados por los artistas griegos son: la piedra caliza (talla) en la época arcaica,
el bronce (modelado a partir de la técnica de la cera perdida) y mármol blanco en la plenitud del
clasicismo. Muchas de las obras griegas que conocemos nos han llegado a través de copias romanas en
mármol de originales en bronce.

b) Etapas

- EL PERÍODO ARCAICO (s. VII-VI a de C.).

Las creaciones más representativas de este período son los llamados KOUROI O KURÓS (jóvenes atletas
desnudos) así como de las muy peculiares KORÉ (mujeres vestidas, sacerdotisas).
La escultura de esta época presenta cierta unidad de estilo, a pesar de la diversidad de centros artísticos.
El desnudo masculino se convertirá en uno de los convencionalismos básicos del arte griego, al
representar el ideal de belleza antropomórfica que anima toda la escultura.

Descripción de un KÓUROI O KURÓS

· Punto de partida: la concepción egipcia: rigidez y frontalidad. Monumentalidad

· Las figuras se presentan con los brazos pegados al cuerpo y la pierna izquierda ligeramente adelantada.
Son como bloques cerrados, de donde la figura humana apenas puede desprenderse.

· Simetría en la composición, evitando torsiones y giros de la figura.

.Disposición geométrica de los cabellos.

· Ojos almendrados y globulares.

· Rigidez de las articulaciones.

· Sonrisa arcaica.

· Representación naturalista de la figura humana: modelado de los músculos, tratamiento de las rodillas.

· Hay una clara tendencia geometrizante en todas las soluciones aplicadas. .Evolución: los artistas,
preocupados e interesados por la vida, buscan nuevas maneras de representar lo que ven con los ojos, no
se trata de representar un concepto (Egipto), sino aquello que nuestros ojos ven; de ahí la inevitable
evolución naturalista que se aprecia. Cada artista quiere representar el cuerpo humano como lo ve.
Descripción de una KORÉ

· Se trata de una estatuaria votiva (figurillas de terracota o piedra que se depositaban en la tumba a modo
de ofrenda), de pequeñas dimensiones.

· El cuerpo humano casi se reduce a un tablero de mármol, con un leve estrechamiento a la altura de las
caderas y un ligero abultamiento en el pecho. El carácter de bloque cerrado es aún más evidente.

· Son figuras poco expresivas, con una tendencia a la idealización estática.

· Su cabellera está formada por rígidas guedejas. Sigue la moda egipcia de representar la cabellera en
diferentes pisos.

· Las doncellas que presentan el peplo dórico (paño de lana decorado que cubre las figuras a modo de
toca), se conciben de forma simétrica y escasez de pliegues. Tienen un aspecto más rígido. Las que
portan el peplo jónico (asimétrico), muestran mayor dinamismo, por el uso de las diagonales y los pliegues
abundantes.

· El geometrismo es, como en el caso de las figuras masculinas, el rasgo más característico de estas
imágenes.

- LA TRANSICIÓN AL CLASICISMO: EL CAMINO HACIA LA PERFECCIÓN.

Esta transición está impulsada por los relieves que se realizan en torno al año 500 a. de C. en los
frontones de los templos de Egina y Olimpia. Son muestras de escultura compositiva, donde las
figuras comienzan a acoplarse al espacio arquitectónico, preludiando ya la integración de la escultura en la
arquitectura. Estos relieves son un ejemplo del avance hacia formas naturalistas, la representación
moderada de los sentimientos, con integración de ritmos compositivos. En ellos las figuras adoptan
actitudes naturales, pero aún rígidas, contrarrestadas por los primeros apuntes de movimiento. Esta mayor
flexibilidad se completa con una mayor variedad temática.

· En el llamado TRONO LUDOVISI apreciamos ya la pérdida de la rigidez arcaica: los cuerpos se doblan y
adquieren una ondulación flexible. Los paños ofrecen suaves transparencias que dejan ver el cuerpo
femenino.

· La obra maestra (conservada) de este período es el AURIGA DE DELFOS, obra realizada en bronce y
que data de 474 a de C. El artista logra crear una tensión entre los elementos arcaizantes, estáticos, y
elementos nuevos. La postura inmóvil y la rigidez de los pliegues verticales de la parte inferior recuerdan al
fuste dórico. Pero muestra aspectos de una viveza inédita: la simetría queda rota por el brazo que se
proyecta hacia adelante sosteniendo las riendas del carro. La cabeza, esférica, gira levemente a la
derecha. El rostro expresa toda la fuerza interior a través de los ojos (incrustados de esmalte y ónix),
llenos de vida, acentuada por la policromía de los labios, aunque dentro del idealismo característico de la
estatuaria griega.

- LA PLENITUD CLÁSICA (S. V-IV a.C.)

Es la “Edad de Oro” del arte griego, la época de plenitud, en la que se elaboran los tipos más
representativos del ideal de belleza clásico. Es el siglo de Pericles, el arconte que gobernó Atenas en su
esplendor político y económico, y que trasladó al arte la grandeza de la Polis capital del Ática. Como en
arquitectura, será la acrópolis ateniense la que mejor canalice el talento de los grandes escultores griegos
de esta época, que acuden a la ciudad atraídos por las oportunidades que brinda el programa edilicio del
estado ateniense. El ideal de belleza no presenta sólo una dimensión física sino, sobre todo, una profunda
dimensión espiritual. La proporción y el equilibrio son el fundamento de la virtud ciudadana que
alcanza su mejor expresión en el triunfo del sistema democrático ateniense.
PRINCIPALES AUTORES Y OBRAS MÁS REPRESENTATIVAS

MIRÓN

“EL DISCÓBOLO” Copia romana en mármol del original en bronce. 450 a de C. Es la expresión del interés
por la representación del cuerpo humano en movimiento.

· La figura humana se representa ya por sí misma, no como un exvoto o representación de la divinidad.

· El discóbolo o lanzador de disco, desarrolla su movimiento en un instante fugaz. La composición es muy


atrevida, curvilínea en espiral, contrapesada por las líneas quebradas de brazos y piernas. Esta
composición multiplica los puntos de vista, logrando transmitir la sensación de instantaneidad.

. El estudio anatómico: músculos perfectamente definidos, aunque algo planos. Estamos casi a un paso de
la perfección, pero aún no se ha logrado la plenitud anatómica de esculturas posteriores.

· A pesar del dinamismo compositivo, la obra es bastante inexpresiva, no hay relación alguna entre la
tensión muscular y el esfuerzo físico que se le supone al atleta en el momento de máxima concentración y
la expresión del rostro, que parece ajeno a lo que el cuerpo ejecuta.

POLÍCLETO (El teórico de la anatomía humana)

Su máxima preocupación son las proporciones del cuerpo humano y la ponderación de sus masas en las
actitudes. Teoriza sobre ello en su obra: “El Kanon” (La Norma). Para este gran escultor la belleza reside
en la armonía (Symetria) del cuerpo humano.

“EL DORÍFORO” (copia en mármol del original en bronce) 450-440 a de C.

· Joven portador de lanza (lancero) ¿Aquiles?· La representación del cuerpo humano alcanza su plenitud.
El joven es un perfecto estudio de la anatomía humana (idealizada), en estado de perfección y plenitud.

· La belleza es un juego sutil de proporciones. El “Canon”: las dimensiones de la cabeza representan 1/7
parte del cuerpo. La geometría determina ciertos criterios en la representación y composición de la figura
humana: el pliegue inguinal (un semicírculo) y el tórax, son sendos segmentos de circunferencia cuyo
centro sería el ombligo.

· La cara se divide en tres partes: frente, nariz y boca. Todo está medido, todo es proporcionado. La
belleza es, por tanto, proporción y armonía entre las partes.

· La cabeza es una esfera perfecta a la que se adapta el cabello. La esfera representa la perfección y la
racionalidad

· La composición es asimétrica: el contraposto (ligera curvatura de la cadera y pierna izquierda


adelantada). Perfecta plasmación del equilibrio físico y espiritual. Un equilibrio dinámico que logra llenar el
vacío a su alrededor y multiplicar los puntos de vista“

EL DIADÚMENO”· .Obra de similares características a la anterior. Estudio de la anatomía humana.

FIDIAS

(El creador de los prototipos que representan el ideal de belleza clásico. El escultor de los dioses) La obra
y vida de Fidias está ligada a Pericles y al esplendor de Atenas. Dirige las obras del Partenón y es el
responsable de los conjuntos escultóricos que decoran los frisos de los muros, los conjuntos escultóricos
de los frontones y las metopas. Su fama se basa en la grandeza de su escultura de la diosa Palas Atenea,
de tipo crisoelefantino, las obras del Partenón y una representación de Zeus olímpico.

· En su obra destaca: la belleza serena de los rostros, la flexibilidad y transparencia de los paños, la
combinación de equilibrio y vida. La serena grandiosidad de las figuras, exquisitas en sus proporciones.

· Los relieves del Partenón son su mejor legado.


· Los frontones destacan por su sabia composición y la belleza y grandiosidad de las actitudes

. La técnica de los paños mojados, apreciable en el tratamiento de las túnicas que cubren los cuerpos de
las jóvenes atenienses de la “Procesión de las Panateneas” o de “Victoria atándose la sandalia”. Esta
técnica acentúa el juego de la luz resbalando por la superficie delicada del mármol, hace más sutiles a las
figuras, que emanan una poderosa sensualidad.

- EL CLASICISMO TARDÍO (mediados del s.IV a de C.)

Tres nuevas tendencias distinguen la escultura del siglo IV a.C. de la de la segunda mitad del siglo V. En
primer lugar, un fuerte y nuevo empuje hacia el naturalismo, y con él renació el interés por la
diferenciación. Ahora los seres humanos se caracterizaban no solo por su edad y personalidad, sino
también por su estado emocional. En segundo lugar, la especialización se vio incrementada, algunos
artistas se dedicaron a la manifestación de las pasiones y otros a prefigurar estados anímicos de mayor
lirismo y apacibles emociones. En tercer lugar, nuevos conceptos se convirtieron en temas artísticos, los
cuales eran plasmados mediante la personificación, es decir, a través de la representación de conceptos
en forma humana o bien estados de ánimo como la locura.

Superado el momento de plenitud del clasicismo, se produce una tendencia a la barroquización de las
formas escultóricas, a la estilización de los cánones, y la pérdida de la férrea ortodoxia del absoluto
equilibrio, armonía y proporción. Este fenómeno es paralelo al momento histórico que vive Grecia y,
singularmente, Atenas. La crisis de la Democracia ateniense y el preludio de las Guerras del
Peloponeso, se anuncian ya en el dramatismo expresivo que la escultura muestra en esta época de
mediados del s. IV a de C. El creciente realismo se manifiesta en el mayor cultivo del retrato como género.
Existe un mayor afán por expresar los sentimientos humanos. Los temas religiosos se tratan de forma más
cotidiana, con mayor escepticismo. Aunque perdura el idealismo clásico, los escultores buscarán nuevas
formas o prototipos de belleza ideal. De esta época destacan los escultores: Praxíteles, Scopas y Lisipo.

LISIPO

Con su obra “EL APOXIOMENOS”, crea un nuevo canon de belleza masculina, más alargado, más esbelto
que el de Polícleto. La cabeza es ahora 1/8 parte del cuerpo. Alargamiento de las piernas y menor
volumen de la cabeza. En cuanto al asunto o tema representado: ya no es el atleta triunfador, ni recoge el
instante de máxima acción, como el Discóbolo, es un momento posterior a la competición, nada heroico,
cuando el atleta se limpia con un strigilo el polvo de la palestra que ha quedado pegado a su piel,
recubierta previamente de aceite. Se crea una nueva dimensión espacial, al avanzar los dos brazos. La
frontalidad ha desaparecido totalmente y la escultura parece invitar al espectador a girar en torno suyo,
para verla desde diferentes puntos de vista. Otras obras del autor: ARES LUDOVISI, HÉRCULES
FARNESIO.

ESCOPAS
Su obra supone la crisis de la serenidad de Fidias. Sus figuras se contorsionan con violencia. Destacan:
MÉNADE FURIOSA, ESTATUTA DE MAUSOLO.

PRAXÍTELES

En sus obras los dioses aparecen como seres humanos de formas graciosas y blandas, desprovistos
de la majestad y la seriedad de épocas anteriores. Sus figuras tienen una expresión vaga y soñadora.
El autor se sirve de la llamada “curva praxiteliana” que proporcionan languidez al cuerpo al apoyar
indolentemente el brazo mientras la cadera se curva. En el rostro utiliza el “esfumato”, puliendo la
superficie del mármol, sobre todo las cejas y los ojos. Estos dioses nos transmiten nos estados
melancólicos del alma, la intensa nostalgia, o el mundo de ensueño en que éstos habitan. Sus obras más
destacables: HERMES DE OLIMPIA, VENUS DE ARLÉS.
- ESCULTURA HELENÍSTICA

Al salirse de su órbita tradicional y extenderse el dominio helénico, a causa de las conquistas de Alejandro
Magno por territorios orientales, la cultura y el arte griegos sufrieron notables transformaciones.
Puede decirse que, hacerse más universal, lo griego admite la aportación de los pueblos
conquistados. Pero prevalece lo esencialmente helénico.

En escultura las principales características son una consecuencia de las premisas establecidas en
el siglo IV. Desaparecen ahora las individualidades artísticas de los tiempos anteriores, abundan las
esculturas pero desconocemos por lo general la fecha y el autor. Esta escultura es la que conocen e
imitan los romanos.

El naturalismo se extiende sin freno. Scopas y Lisipo son imitados y rebasados. En los temas no se
exalta lo heroico, sino lo cruel y espantoso. En las escenas de la vida se representan desde la infancia
a la ancianidad valetudinaria, no se tiene inconveniente ante lo feo y monstruoso ni ante lo gracioso. La
vejez aparece al desnudo, abundan personajes enanos, obesos y enfermos, todo es una invitación a
meditar en la miseria de la existencia.

Se desarrolla el retrato, sorprendiendo al modelo en plena vida, y trasluciendo claramente los estados
pasionales del alma, defectos físicos y enfermedades.

Técnicamente se nota un tratamiento muy sensible de la superficie, se obtienen las más ricas
calidades, Hay un conocimiento perfecto de la anatomía, se siente la piel, pero bajo ella palpitan los
músculos y vasos. El vestido es igualmente expresivo sacudido con violencia a veces. En esta época
aparece el relieve pictórico, buscándose un efecto de perspectiva, donde tiene asiento el paisaje

La escuela de Rodas

Tuvo una vida próspera e independiente durante este tiempo. Los escultores Apolunios y Tauriscos
son los autores del grupo llamado Toro Farnesio, es una gigantesca composición piramidal que
representa el castigo de Dirce, cuyo cuerpo es atado a un toro salvaje para que lo arrastre, tema extraído
de las tragedias de Eurípides, la escena esta concebida en un tono nada dramático. El movimiento y la
composición están bien estudiados. Apoyan la figura en un trozo de tierra para indicar el acceso del
paisaje a estos grupos. El elemento pintoresco es el perro, no cabe mayor intuición pictórica, predomina el
afán descriptivo.

A esta escuela pertenece la Victoria de Samotracia. Es la representación alada de la Niké antigua,


concebida con un soberbio naturalismo. Se apoya en la proa de un navío, que levanta la estatua y hace
más airosa. Se ciñen los pliegues transparentes al bellísimo cuerpo ondeando por los lados como pabellón
marinero.

El grupo de Laocoonte nos conduce al pathos scopásico, que predominaba en la escuela de Pérgamo.
Este grupo rodio expresa uno de los dramas más espeluznantes de la mitología griega. Lo realizaron en
el siglo I a.C. Agesandros, Polidoros y Atenodoros, y es una síntesis de las tendencias helenísticas.
Representa la escena el momento en que dos serpientes se enroscan en el cuerpo de Laoconte y de sus
hijos. Es el castigo que enviaba Poseidón a este sacerdote troyano por permitir recelar del caballo de
Troya, que los griegos querían introducir en la ciudad. En rigor no es una obra fielmente realista sino que
lo supera. Se ha querido hacer una representación del dolor al que se le ha dado una acentuación
sobrehumana. Laoconte es el símbolo del dolor, pero no solo físico sino del dolor moral que le invade al
ver sufrir a sus hijos inocentes. Es una maravillosa unidad de líneas, psicológica y plástica la que tiene
esta composición.

La escuela de Pérgamo en Asia Menor.

Tras las contiendas de los monarcas pergamenses con los galos o gálatas (grupos de bárbaros) los
monarcas hicieron gravar tales triunfos en reconocimiento a los dioses. El Galo moribundo y el Galo
suicida son algunas de estas obras.

Otra creación de Pérgamo es el Altar de Zeus y Atenea, la representación de lo cruel alcanza en el arte
pergamense su punto culminante en el Marsias atado a un poste esperando ser desollado vivo.
TEMA 4: ARTE ROMANO
1. La arquitectura romana: la ciudad.
2. La escultura romana: el retrato y el relieve conmemorativo.

Durante el siglo II a.C, Roma entra en Grecia, conquista los reinos orientales helenísticos y se adueña del
mundo antiguo. La extensión territorial y la explotación comercial del pueblo latino, enérgico y
emprendedor, austero y prágmatico, no tiene límites y avanza simultáneamente por el norte de África y el
finisterre mediterráneo gracias, sobre todo, a tres vínculos poderosos que unifican esta gran empresa
cultural: una lengua común, el latín; una normativa jurídica para todos sus ciudadanos, el derecho romano;
y una arquitectura universal al servicio del Estado.

Allí donde iban las legiones romanas fundaban colonias y planificaban ciudades, controlando su
colonización mediante una gigantesca red de calzadas empedradas y es que “Todos los caminos
conducen a Roma”, decían los contemporáneos. Con todo esto, el arte romano se va a desarrollar a partir
del siglo III a.C y evolucionará con homogeneidad hasta el siglo V después de Cristo.

1. La arquitectura romana: la ciudad.

El urbanismo.

En general, la ciudad romana adopta en su disposición el esquema de organización del campamento


militar, desarrollándose en torno a dos grandes ejes, el cardo máximo (brazo norte-sur) y el decumano
(brazo este-oeste), siguiendo las calles el modelo de cuadrícula de Hipodamo. En el cruce de estas dos
calles principales se situaría el foro, zona privilegiada y centro de la vida urbana. En él se encontraban
todos los edificios necesarios para el desarrollo de las actividades religiosas (templos), comerciales,
políticas y administrativas (la basílica)

Arquitectura privada: la vivienda.

El interés que merece la casa romana deriva de de la importancia que los romanos dieron a la comodidad
de la vida cotidiana. Las romanas son viviendas que derivan de las etruscas, con un patio central alrededor
del cual se organizan las habitaciones. Destacan dos tipos de viviendas romanas: las domus, viviendas
urbanas para familias acomodadas, y las insulae, populares casas de vecinos. Además, existen las
residencias campestres o villae, segundas residencias de las familias más pudientes.

La domus en general solía constar de tres partes: el vestíbulo o acceso, un patio al que daban las
habitaciones (atrio), con receptáculo o impluvium para la recogida de agua y una parte privada formada
por un patio con columnas (peristilo). Las fachadas y el aspecto exterior aparecen más descuidadas ya
que los constructores daban más importancia al espacio interior.

Las insulae o casa de alquiler eran bloques de casa alrededor de un patio rectangular y descubierto. Con
varios pisos, la planta baja solía reservarse para tiendas y talleres.

Por último, las villae se localizaban en las afueras y tenían una estructura similar a la de la domus, aunque
de mayor tamaño y dando más importancia al espacio ajardinado.

Arquitectura pública religiosa.

En sus orígenes, el templo romano va a estar muy vinculado al etrusco y constaba de un pórtico profundo
elevado sobre un podio. Más tarde se verá influido por el arte griego, aunque con considerables
modificaciones. Ya en época imperial, dada la devoción del pueblo romano a los emperadores y la escasa
atención prestada los dioses, el templo romano va a dejar de tener la importancia que otrora tuvo en el
mundo griego, dejando de ser la principal edificación. De influencia griega será el prototipo de planta,
rectangular como el Templo de la Fortuna Viril de Roma, o circular como el de Vesta en Tibur (Lacio). A
pesar de ello, las diferencias entre el templo romano y el griego las vamos a encontrar claramente en la
Maison Carrée de Nimes, donde el acceso al templo no es por los cuatros frentes, sino por el acceso
delantero situado en la fachada anterior. El templo, además, se asienta sobre un podio, acentuando su
majestuosidad y es pseudoperíptero, pues fuera de la fachada principal las columnas se adosan como
semicolumnas al muro de la cella.
Aún así, el templo más importante por su perfección técnica y por incorporar una enorme cúpula de 43
metros de diámetro soportada por una compleja estructura de anillos y nervios es el Panteón de Agripa en
Roma, del siglo II.

Arquitectura pública civil.

Constituye la mayor parte de las edificaciones romanas. La enorme variedad de tipos y formas, siempre
majestuosas, y su alto grado de utilidad práctica para la vida cotidiana de los habitantes romanos fueron
motivo de orgullo para los ciudadanos, y también para los emperadores, que veían en ellos un símbolo de
su poder. Vana destacar las basílicas, las termas, los edificios destinados al ocio y los monumentos
conmemorativos.

Las basílicas eran espacios públicos destinados a intercambios comerciales y actos jurídicos. Constaban
de tres naves, normalmente la central más alta que las laterales ya que este desnivel se utilizaba para dar
iluminación al interior. La basílica Nova de Majencio y la de Pompeya son buenos ejemplos.

Las termas eran los baños públicos romanos y en su interior también había salas de reunión y bibliotecas.
Se dividían en varias salas, una de ellas destinada a vestuario (apodyterium), otra al baño de agua fría
(frigidarium) otra al de agua templada y por último la de agua caliente, vapor y masaje. Las termas de
Caracalla son las mejor conservadas, concluidas en el 216 caracterizándose en su época porque eran
éstas donde iban a bañarse la gente común, pues las aristocráticas en Roma eran las de Nerón y Trajano,
mientras, en Itálica se conservan las termas de Los Palacios y los Baños de la Reina Mora, ambas del
siglo II.

Pero, sobre todo, los romanos van a ser muy aficionados a los espectáculos públicos, que constituían una
importante diversión, siendo tres los edificios destinados al ocio, el teatro, el anfiteatro y el circo. En el
primero se hacían representaciones teatrales; en el segundo tenían lugar las luchas de gladiadores o de
fieras salvajes y en el último se disputaban carreras de caballos o de carros.

El teatro en Roma adoptará la misma planta semicircular que el griego pero con una novedad: la orquesta
disminuye de tamaño y se hace semicircular. Entre los conservados, el teatro de Mérida (18 a.C.) es el
más importante, con una capacidad de más de 5000 espectadores. Su principal cualidad es su carácter
unitario, derivado de la perfecta integración de sus diferentes niveles y estructuras. El único aspecto que lo
diferencia de la mayoría de los teatros romanos es que la parte inferior de su gradería está, siguiendo a los
griegos, excavada y sustentada en la propia pendiente del terreno, sin ningún soporte artificial. En
Andalucía destacan los teatros de Itálica y de Acinipo (Ronda), ambos del siglo I. a.C.

El anfiteatro será el edificio destinado a las luchas entre gladiadores y a espectáculos con animales.
Generalmente es de planta elíptica y la arena está rodeada de gradas para los espectadores. En un nivel
subterráneo se halla el foso, desde donde salían los gladiadores o las fieras. En alguna ocasión la arena
se cubría de agua para recrear batallas navales: eran las llamadas naumaquias. El más antiguo que se
conoce es el de Pompeya, del siglo III a.C. Son embargo, el más importante por sus dimensiones es el
conocido Coliseo de Roma, en cuyo exterior se representa una superposición de arcos que van desde las
columnas dóricas y jónicas, en sus plantas más bajas, a las corintias en el piso más alto. Dicho Coliseo,
con aforo para más de 50.000 espectadores, fue iniciado por Vespasiano pero concluido por su hijo Tito en
el año 80. En España destaca el anfiteatro de Mérida, del siglo I a.C. que posee la estructura sencilla de
los primeros anfiteatros, y el de Itálica en Sevilla, del siglo II, ya más evolucionado y con amplitud para
más de 25.000 espectadores

Por otro lado, el circo va a estar destinado a las carreras de caballos, carros y ejercicios atléticos. Su
planta suele ser rectangular y está rodeada de gradas para los espectadores. Uno de sus lados más
estrechos termina en forma circular mientras que el otro es recto. En Roma, el mejor ejemplo es el circo
Máximo, mientras que en España destaca el circote Mérida, del siglo IV.

Los monumentos conmemorativos se erigían para celebrar victorias militares o en honor de algún
emperador. Por lo general, se disponían en las vías de acceso a las ciudades y en el foro. El más
característico será el arco de triunfo, usado como puerta de entrada a la ciudad y aislado del resto de la
muralla. Puede ser de un solo vano, aunque los más sofisticados pueden llegar a tener tres. Sus
paramentos aparecen lisos en los más sencillos y profusamente decorados con relieves históricos y
conmemorativos en los más importantes. En el aticus, o parte alta del arco, se halla inscrito el nombre del
emperador al que se dedicaba. El arco de Tito, del siglo I, es uno de los más significativos por la elegancia
y sencillez de las proporciones. Es una arco de un solo vano, al igual que el de Trajano, Como ejemplo de
arco de tres venos figuran el arco de Constantino (315), el más rico en decoración y el de Septimio Severo,
los dos en Roma.

Las columnas también se utilizaban para conmemorar un hecho histórico importante y como monumento
propagandístico. La más famosa es la Columna Trajana, de más de 30 metros y que muestra en un relieve
continuo y helicoidal la campaña del emperador contra los dacios y está rematada por una estatua del
emperador Trajano.

Las obras de ingeniería.

Además de grandes arquitectos, los romanos fueron grandes ingenieros. Así, para facilitar el
desplazamiento de una parte a otra del Imperio idearon excelentes vías de comunicación que permitían
comunicar las distintas provincias de éste con Roma así como el rápido desplazamiento militar de un lado
a otro del Imperio gracias a su lógico trazado y a la elevada calidad constructiva de sus calzadas.

Una de las construcciones más prácticas, que permitía salvar los caudales de los ríos y los desniveles,
para hacer llegar agua a las ciudades fueron los acueductos, formados por arquerías sobre las que iban
los canales al descubierto. Estas construcciones urgieron por la necesidad de dotar a la ciudad de agua
abundante no sólo para el consumo doméstico, sino para abastecer a las termas y a las grandes fuentes
decorativas, muy habituales en las ciudades romanas. Quizás el más grandioso y elegante de los que se
conservan sea el acueducto de Segovia, realizado en el siglo II. Es de granito y mide unos 700 metros de
largo por 30 de altura máxima. También sobresalen el acueducto de los Milagros de Mérida y el Pont du
Gard de Vers (Francia).

Además, también construyeron ingenioso y artísticos puentes como el de Mérida, que mide casi un
kilómetro y alterna arcos mayores con otros menores abiertos en sus pilas. Otras obras ideadas por los
romanos serán las presas, como la de Proserpina en Mérida; los puertos, como el de Ampurias y los faros,
como la Torre de Hércules en La Coruña.

2. La escultura romana: el retrato y el relieve conmemorativo

La producción plástica romana es muy rica y variada, con influencias etruscas y griegas, aunque siempre
adaptada a sus necesidades. Así, para satisfacer la demanda de personas con alto poder adquisitivo de la
capital del Imperio, los romanos encargaron la producción artística a artistas griegos, por lo que se
convirtió en práctica común la copia de esculturas griegas en talleres romanos. Frente a esta corriente de
arte culto y oficial, denominado también corriente helenizante o aristocrática, dirigida a una elite, se
desarrolló otro corriente popular en la que, más que la preocupación formal, predominaba la inquietud
narrativa y simbólica.

Los materiales empleados van a ser principalmente el mármol y el bronce, aunque también usaron
materias artificiales como la cerámica o el vidrio u orgánicas como el hueso, la madera o el marfil.

El tema predilecto de la escultura romana será el ser humano, con la intención no de representar a un ser
idealizado, sino al ciudadano romano. Por esta razón, la escultura romana tiene en general un marcado
carácter realista, que en algunas ocasiones roza casi la anécdota, y además un gran interés por la
narrativa y la historia. Los dos géneros más representados serán el retrato y el relieve histórico.

El retrato.

El retrato romano evoluciona desde la época republicana hasta el final del Imperio. En la primera etapa,
durante la República, se tiende a la idealización con clara influencia helenística y se generaliza un tipo de
busto corto y triangular, con clara voluntad realista de representar a un individuo preciso, su cargo político
y su rango social. Algunos ejemplos de este tipo son los retratos de Pompeyo el Grande, de Sila, el patricio
Barberini o el retrato de Augusto procedente de Itálica.

A comienzos del Imperio se distingue una etapa de realismo de influencia latina, donde aumenta el tamaño
del busto, que comprende ahora hasta los hombros y los pectorales. Además, en algunos casos, se llega a
descuidar el aspecto físico del retratado, como en el de Caracalla.

Paralelamente se van a dar algunas corrientes idealizantes, donde se representa a los emperadores
jóvenes y maduros, mostrando cierta serenidad y seguridad en sí mismos como son el Augusto de Prima
Porta o los retratos de Vespasino y de Tito.

Bajo el mandato de Adriano aparecen algunas novedades en el retrato, que denota un mayor interés por el
detallismo. El cabello varonil se empieza a encrespar y se dilatan las pupilas y el iris de los ojos. El busto
se prolonga hasta el antebrazo, perteneciendo a este periodo la escultura de Antinoo y la estatua ecuestre
de Marco Aurelio, ambas del siglo II.

Ya en el siglo III se inicia la última etapa, llamada de simplificación, donde se acusan los rasgos y se
simplifica el modelado. Se acentúa el hieratismo del personaje y se abandona todo elemento naturalista. El
retrato de Constantino es un buen ejemplo.

El relieve conmemorativo e histórico.

Los romanos expresaron en el relieve narrativo su más alto grado de realismo y el carácter
propagandístico propio de sus obras de arte. Arcos triunfales, frisos arquitectónicos y columnas
conmemorativas son las principales tipologías decoradas con bajorrelieves, cuyas escenas plasman las
hazañas militares y políticas del pueblo romano.

Algunos rasgos comunes en los relieves históricos son el realismo acusado, que responde a la voluntad de
expresar la realidad lo más fielmente posible y abandonar la idealización y deformación de aquella; la
plasmación de profundidad en las obras y la narrativa continua, donde se suceden las imágenes como si
de una secuencia fílmica se tratase.

Uno de los más bellos ejemplos en los que se representan las características antes citadas es la Columna
Trajana, los relieves del sarcófago Ludovisi, que representan un episodio bélico entre romanos y dacios y
el Ara Pacis Augustae, altar erigido para conmemorar la paz que Augusto había impuesto en los dominios
occidentales del Imperio.

Otros relieves destacados son los del arco de Tito, que reflejan la pomposidad de la época de esplendor
del relieve histórico, con una composición rica y dinámica. Por su parte, el arco de Constantino refleja la
decadencia de éste, ya que la composición se hace más monótona, los personajes simplemente se
yuxtaponen y el modelado es mucho más pobre.
TEMA 5: ARTE PALEOCRISTIANO Y BIZANTINO

1: La nueva iconografía: la pintura de las catacumbas. La cristianización de la basílica.

2: Los edificios bizantinos y la cúpula: Santa Sofía de Constantinopla.

3: La decoración musivaria.

1: La nueva iconografía: la pintura de las catacumbas. La cristianización de la basílica.

Catacumba, cuya traducción literal es “agujero”, era el nombre de un distrito periférico de Roma
que estaba situado en una hondonada de la Via Appia y en cuyas proximidades se encontraba un
cementerio subterráneo, donde se trasladaron, provisionalmente, en el siglo III, los cuerpos de San Pedro
y San Pablo Después, los peregrinos medievales designaron por extensión con esta palabra todos los
hipogeos funerarios, excavados extramuros de la Ciudad Eterna: Priscila, Lucila, Domitila, Pretextato,
Calixto y cuarenta y siete necrópolis más.

¿Cuál es el origen de estas catacumbas? Mucho se ha hablado sobre ello. Así, algunos historiadores
consideraron que los cristianos eligieron este tipo de enterramiento para ocultar el cuerpo de sus mártires
y evitar de esta forma que fueran profanadas, lo cual resulta complicado de aceptar si atendemos a que en
el derecho romano se prohibía de forma muy clara estas violaciones, fueran de la religión que fueran.
Además, resulta impensable que durante tantos siglos (casi tres) se pudiera guardar un secreto del que
participaban miles de personas. Con todo esto, parece ser que el origen real de las catacumbas se
encuentra en los arenarios que habían perforado los zapadores romanos en el subsuelo de la ciudad para
extraer materiales de construcción y que cuando estaban agotados se abandonaban, siendo
aprovechados por los cristianos.

De esta forma, las catacumbas cristianas van a consistir en una complicada red de interminables galerías
en cuyas paredes se encuentran los nichos de las sepulturas cubiertos por una lápida con la dedicatoria al
difunto salpicada de símbolos como el pez o la paloma con el ramo de olivo. Las partes arquitectónicas
más destacadas de estos cementerios serán los cubículos, lugares donde solían cruzarse varias de estas
galerías formando cámaras cuadradas o poligonales, que se solían reservar para aquellos cristianos
martirizados por los romanos, y en el que los enterramientos presentan un nicho semicircular (arcosolio)
o rectangular (loculi) bajo el que acostumbra a depositarse el cuerpo de algún mártir sirviendo de mesa de
altar para celebrar los oficios.

Todo lo oscuro, tétrico e incluso terrorífico que podría reflejarse de estas características arquitectónicas
viene contrastado con la decoración pictórica que cubría estas tumbas y que presentaba un mundo
diferente, luminoso y optimista a pesar de que el artista cristiano de estos primeros tiempos se vaya a
limitar a reflejar en la pared algunos elementos arquitectónicos, guirnaldas y temas del mundo vegetal y
animal a los que se otorga un significado místico: la paloma (símbolo del alma), el pavo real (de la
eternidad) la vid y la espiga (símbolos eucarísticos).

Ya en el siglo III comienzan a surgir los episodios del Antiguo y Nuevo Testamento, y con estos últimos, la
imagen del Señor y de la Virgen, aunque nadie recordara ya, obviamente, la imagen de Cristo, pues ni se
conservaban retratos ni los evangelistas hicieron descripciones físicas sobre él. Ante tales carencias, los
pintores de las catacumbas van a realizar su propia iconografía, acudiendo al Buen Pastor, que
representaba a Jesús salvando alegóricamente el alma del fiel. Otra caracterización que recibe es la de
Maestro, guía que imparte la divina sabiduría y que se representa como si fuera un filósofo romano que
enseña a sus apóstoles y discípulos. Simultáneamente, se va a pintar a la Virgen como Madre, con el niño
sentado en su regazo y a la Iglesia como Orante, con los brazos extendidos, aludiendo a la plegaria
universal de toda la cristiandad.

En el año 313 de las catacumbas para practicar la religión confesional del Estado. Por vez Constantino
promulga el Edicto de Milán, por el que los cristianos abandonan la clandestinidad primera, el Cristianismo
adquiere este rango. Así, no sólo autoriza la construcción de templos a la luz del día, sino que regala al
Pontífice el Palacio del cónsul Sextus Lateranus, donde se levanta la basílica de Letrán. De esta forma, el
monumento pagano que sirve de modelo al templo cristiano será la basílica romana, edificio que sirvió
para la administración de justicia y tratos comerciales. Se trata de un edificio alargado, separado por
columnas en 3 o 5 naves, la central más ancha y elevada que las laterales (esta diferencia de altura
permitía colocar bajo la techumbre una hilera de ventanas que iluminaba el interior). El diseño cruciforme
de la planta, al igual que el sistema de iluminación, no tenía antecedentes en la arquitectura tradicional
romana y respondían a un planteamiento paleocristiano, práctico e ideológico. Así, en medio del transepto,
simbolizando la cabeza de Cristo, se dispuso un ábside semicircular, orientado hacia los Santos Lugares
de Jerusalén, es el presbiterio, presidido por la mesa del altar y la cátedra del obispo, a quien flanqueaban
los sacerdotes sentados en bancos corridos alrededor del muro. En sus proximidades se construirían dos
dependencias: el diaconicum (sacristía) y la prótesis (donde se preparaban las especies eucarísticas)
Fuera, se habilitó un atrio porticado (nartex) con una fuente para los catecúmenos, ya que sólo los
bautizados podían penetrar en la basílica. Todo este planteamiento arquitectónico se completaba con
torres campanario en la fachada.

Entre las basílicas que se construyen en Roma durante el siglo IV hay que destacar las de San Juan de
Letrán, Santa María la Mayor y San Pablo extramuros y ya en el siglo V la basílica de Santa Sabina, único
recinto que permite comprobar la armonía original de estos recintos.

2: Los edificios bizantinos y la cúpula: Santa Sofía de Constantinopla.

Bizancio era una colonia oriental griega que once siglos después restauraría Constantino con el nombre de
Constantinopla. Corría el año 330 y su esplendoroso futuro aún estaba por llegar. No en vano, tras la
invasión de Roma por los bárbaros, heredará la legitimidad del Imperio, cimentando durante toda la Edad
media su indiscutible autoridad en tres pilares: la cultura griega, la estructura romana del Estado y la fe
cristiana.

El arte bizantino es una síntesis del arte romano, helenístico y oriental, aunque también está fuertemente
influido por el arte paleocristiano. Vamos a distinguir tres etapas:

1. Primera Edad de Oro (siglo VI hasta el siglo VIII)


2. Segunda Edad de Oro (mediados siglo IX hasta el siglo XII)
3. Tercera Edad de Oro (hasta 1453)

Ya en el año 527 Justiniano fue elegido como basileus, emperador de los romanos, permaneciendo 38
años en el poder. Este emperador agrupó las leyes en un código jurídico, reconquistó a los bárbaros los
territorios mediterráneos usurpados, combatió a paganos y herejes para reducirlos a la autoridad del
Papado y aspiró, además, a unificar sus posesiones mediante costosas empresas arquitectónicas. Para
diferenciarlas del resto, usará la cúpula y la planta central, desterrando de forma clara las basílicas. Los
orígenes remotos de este diseño se encontraban en los martirya de Tierra Santa y escondían una
simbología interpretable como la imagen del Cosmos: la cúpula es el cielo y la sala de oración era la tierra.

Por supuesto, el emblema arquitectónico de este gobierno será la iglesia de Santa Sofía, la “Santa
Sabiduría”, iniciada en el año 532, consagrada en el 537 y realizada por los arquitectos Antemio de Tralles
e Isidoro de Mileto, geómetras, matemáticos e inventores de ingenios matemáticos. La planta de dicha
iglesia mezcla la de cruz griega con la basilical, adoptando elementos del modelo de basílica
paleocristiana precedida por un atrio y un nártex y con un ábside semicircular en la cabecera. La gran
aportación técnica en Santa Sofía, y que constituyó una constante en las construcciones bizantinas
posteriores, es la cúpula sobre pechinas, que permite pasar fácilmente del espacio cuadrado al circular.
Así, en el centro de un rectángulo plantaron cuatro pilares para sujetar, a 55 metros de altura, una cúpula
nervada sobre pechinas. Y aquí reside su originalidad y grandeza: apoyar la cubierta sobre cuatro puntos
en vez de sostenerla sobre un tambor circular, como sucedía en el Panteón romano. Los empujes los van
a contrarrestar con semicúpulas y ábisdes escalonados en dos de los flancos, dejando libres los costados
restantes para habilitar tribunas desde donde poder presenciar el ceremonial litúrgico.

La pobreza exterior del edificio, construido con materiales pobres como el ladrillo, contrasta con la riqueza
interior, decorado con materiales lujosos como el mármol o el mosaico sobre fondo dorado. Cuando los
turcos otomanos invadieron Constantinopla en el 1453 convirtieron Santa Sofía en una mezquita
musulmana, tal como se parecía en los medallones del interior con inscripciones musulmanas y los cuatro
minaretes del exterior.

Otras iglesias cerradas por cúpulas que también mandó construir Justiniano en Constantinopla fueron las
iglesias de los Santos Sergio y Baco (527-536), Santa Irene (532) y los Santos Apóstoles (536-550)

3: La decoración musivaria.

Musivario, viene del latín musivum, que significa mosaico. Ya en el arte romano un elemento
decorativo muy valioso era la decoración de pavimentos: aunque se inventa el Opus Sectile, formado por
trozos de gran tamaño de mármoles de diversos colores, el más frecuente es el Opus Tesselatum, de
origen griego, compuesto de pequeñas piezas de vidrio o piedra, llamadas teselas.

Las catacumbas son de arte pobre como ya hemos dicho pero poco después de la liberación del
cristianismo el deseo de ornamentación les lleva a cubrir muros y bóvedas de mosaicos, a diferencia de su
utilización romana que era en el suelo.

Las primeras historias propiamente cristianas aparecen en Santa María la Mayor. El mosaico bizantino
es heredero del paleocristiano y se orienta por tanto a la decoración de los muros. En su realización se
emplean teselas de mármol de diferentes colores o de barro cocido policromadas con pasta vítrea, pero
siempre buscando el impacto cromático. Las técnicas mas habituales suelen se el opus tesselatum, a
base de teselas cúbicas, todas iguales y de distintos tonos y el opus vermiculatum, en que cada tesela
adopta el contorno preciso o una mezcla de ambas técnicas.

Su papel es fundamental como elemento de transmisión del simbolismo de la luz como reflejo, como
“centella” de Dios. Pero también su simbolismo es propagandístico como signo del poder cesaropapista
bizantino.

Ya sea en pintura o mosaico el lenguaje plástico está cargado de simbología. Cada escena tiene su
emplazamiento específico dentro de la iglesia. Así, la zona más alta del templo, que simboliza el cielo, la
ocupan representaciones más sagradas: Cristo, la Ascensión o la Venida del Espíritu Santo, situados
normalmente en la cúpula y la Virgen en el ábside. Las bóvedas, trompas y partes superiores de las
paredes, simbolizan la Tierra Santa y en ella se representan escenas de la vida de Cristo o la muerte de
María. La tercera zona formada por arcadas, pilares y nichos, representa el poder de la fe de la Iglesia y es
el lugar reservado a los santos. Los personajes sagrados aparecen sobre fondos planos (dorados
frecuentemente), sin perspectiva ni paisaje para subrayar su atemporalidad. Son imágenes sacras
(hieráticas), que miran al frente sin comunicarse entre sí, sin rasgos individuales porque se trata de
símbolos no de personajes de un relato, que se disponen como figuras aisladas pero alineadas en un
plano corrido, como una procesión.

El canon de las figuras suele ser largo ( de ocho o nueve cabezas) con tendencia a la idealización lo
que acentúa su carácter espiritual, ligado al sentido religioso del arte de la época, que es precisamente lo
que se trata de representar, justamente lo que no es posible “materializar” de forma realista.

En lo que se refiere a las obras en sí, la serie más valiosa de los mosaicos justinianeos es la de las
iglesias de Rávena:

4. La de San Vital, posee una serie de mosaicos deslumbrantes, donde el oro del fondo, el verde, azul
y rojo de las vestiduras brillan con intensidad. Pero sus mosaicos más famosos son los que
representan a Justiniano y Teodora con sus séquitos, que decoran la capilla mayor y reflejan el lujo
de la Corte.

5. En S. Apolinar Nuevo, los mosaicos primitivos del ábside han desaparecido, pero se conservan los
de la nave mayor que constituyen una decoración impresionante, representando dos procesiones,
la de santos y santas, cada una por su lado, avanzando hacia el testero del templo, para ofrecer las
coronas de su martirio al Salvador y a la Virgen respectivamente.

6. En San Apolinar in Classe ( o del Puerto) se conserva la decoración del ábside, en cuya bóveda se
representa a la grey cristiana, guiada por el santo titular, avanza hacia la cruz y entre las ventanas
hay santos obispos de la diócesis.

El s. VIII nos ofrece, en tierras islámicas, un interesante capítulo del mosaico del periodo iconoclasta,
coincidiendo este tipo de mosaico sin imágenes con las prescripciones islámicas, revisten a mediados de
siglo la mezquita de Damasco con mosaico bizantino: se trata de paisajes, bellas arquitecturas, palacios,
casas y árboles mientras que los mosaicos de S. Marcos de Venecia pertenecen a diversas épocas. Y es
que en el 726 León III inició la crisis iconoclasta gracias a los consejos de los sabios musulmanes y judíos,
que abominaban la realizaciónd e imágenes en el arte. esta prohibición se mantuvo hasta el 843, fecha en
la que la emperatriz Teodora abolió el decreto. Así, a lo largod e un siglo la única iconografía que se
representó en los templos fue la cruz desnuda, el trono vacío sobre el que descansaba el Libro de las
escrituras o los atributos de la Pasión así como los campos de flores y pájaros.

Buen ejemplo de la difusión del mosaico bizantino es la serie que decora la iglesia de Santa Sofía de
Kiev (s.XI), donde la cúpula se dedica al Todopoderoso ( Pantocrátor) y la bóveda del ábside a la Virgen,
de pie, con las manos en alto, intercediendo por los mortales.
TEMA 6: ARTE DE AL-ANDALUS

1. Arte e Islam.
2. Arte califal
a. La mezquita de Córdoba
b. La ciudad palatina de Medina Azahara
3. Arte almohade
4. Arte nazarí: la Alambra y el Generalife.

1. Arte e Islam.

Año 711. El pueblo musulmán, aprovechando las tensiones internas por las que atravesaba la España
visigoda, cruza el Estrecho y, tras la batalla de Guadalete, comienza el rápido proceso de conquista de la
antigua Hispania. Desde entonces, y hasta 1492, momento en que los Reyes Católicos decretan su
expulsión, se dan 781 años de permanencia en nuestra península. 781 años que fueron para los
musulmanes poco menos que una estancia a largo plazo en este paraíso que ellos denominaron Al-
Andalus, como bien reflejaba en sus poemas el poeta valenciano Ibn Jafayya:

“¡Oh gentes de Al-Ándalus!

De Dios benditos sois con vuestra agua, sombras, ríos y árboles.

No existe el Jardín del Paraíso sino en vuestras moradas”

Para entender el arte musulmán debemos de tener muy presente que esta expresión está íntimamente
ligada al fenómeno religioso iniciado por Mahoma a principios del siglo VII (de hecho, la palabra Islam
significa “someterse a Dios” y musulmán, “creyente”) De esta forma, el Corán, libro sagrado de los
musulmanes, va a constituir toda una norma de vida que también se refleja en el arte en caracteres como:

- iconoclasta, el Dios único en el que cree el musulmán es inaprensible, su sustancia sólo la


conocemos en la palabra con la que se revelado en el Corán.
- estilización, evidentemente se niega el naturalismo que caracteriza el arte occidental ya que se
trata de acercarse al misticismo que conlleva toda experiencia religiosa.

De esta forma se creará un arte en el que, evidentemente, será el sustrato decorativo el que más
importancia tenga en todas sus manifestaciones.

Las ciudades hispanomusulmanas eran laberínticas y en su centro se situaba la mezquita, lugar de


oración, centro de enseñanza islámica e incluso tribunal de justicia. Su estructura era muy sencilla y se
inspira en el oratorio provisional que el profeta Mahoma construyó en el patio de su casa de Medina, con
ramajes y troncos de palmera para resguardarse del sol. Consta de tres partes ordenadas en eje
longitudinal:

- una sala cubierta (haram), orientada al santuario de la Cava, cuya dirección aparece indicada en un
nicho vacío (mihrab), perforado en el centro del muro frontal (qibla) y donde se solía situar el
mimbar, único mueble litúrgico aprobado por el Corán y desde el que imán dirigía el sermón a la
asamblea.
- un espacio al aire libre (sahn), rodeado de pórticos y con fuente para las abluciones
- alminar, desde donde el muecín convocaba a orar a los creyentes 5 veces al día.

En lo que a la decoración se refiere, en todo edificio religioso y por las condiciones antes citadas, el ornato
es geométrico, a base de polígonos, estrellas y lazos combinados, epigráfico, con inscripciones coránicas
y vegetal estilizado (o ataurique). Pero en el palacio, en los baños y en el resto de edificios civiles la
prohibición de representar seres humanos y animales quedó abolida como demuestra la presencia de los
diez primeros sultanes nazaríes y las escenas de caza pintadas en el techo del Salón de los Reyes de la
Alambra granadina. Junto a la decoración, la mezquita presenta algunos elementos arquitectónicos típicos
del arte islámico como son el arcod e herradura, de influencia visigoda, y el capitel, del cual se realizarán
versiones tan originales como lo de “avispero”, los “encintados” o los de “ataurique”.

Otros edificios propios de las ciudades hispanomusulmanas serán la madrasa, la escuela teológica
coránica; el maristán, el hospital; y el hamman, los baños para el aseo personal.

2. Arte califal.

756. Abd-alRahman I logra huir de la siniestra matanza que los Abasíes habían planeado contra todos los
príncipes Omeyas de Damasco y llega hasta el norte de África, donde ayudado por familias que le eran
favorables logra penetrar en Al-Andalus y formar el Emirato Independiente. Dos siglos más tarde, ya en el
929, Abd-al-Rahman III se autoproclama califa (sucesor del enviado de Alá y príncipe de los creyentes). Se
inicia entonces el momento estelar de Al-Andalus, cuya capital, Córdoba, se convierte en una de las
ciudades más cultas, poderosas y habitadas del momento, con 250.000 habitantes. Desde este momento,
la producción artística alcanza sus mayores cotas de genialidad.

La mezquita de Córdoba

La mezquita actual es producto de cuatro ampliaciones que entre los siglos VIII y X realizaron los
emires y califas omeyas. Y es que el crecimiento demográfico y la necesidad de proveer de un oratorio
cómodo, sin estrecheces, a los fieles que se congregaban los viernes y los días de fiesta explican las
sucesivas ampliaciones del edificio.

La primera mezquita es la que levanta Abd-al-Rahman I entre el 786 y el 788 sobre el solar de la antigua
iglesia de San Vicente. Constaba de un haram prácticamente cuadrado, de once naves de doce tramos,
situados perpendiculares al muro de la kibla. En esta primera construcción tal vez el elemento más
significativo por su novedad sea el nuevo sistema de soportes ya que se trata en este caso de una
superposición de soportes donde se colocan columnas en la parte inferior y pilares encima, apeados sobre
una pieza cruciforme con modillones de rollo, sujetados por medio de arcos de herradura sobre los que se
superpone en la parte superior un arco de medio punto (esta solución proviene del acueducto de los
Milagros de Mérida). Las dovelas de los arcos presentan una bicromía característica roja y blanca mientras
que los soportes son en su mayoría reaprovechados de las épocas romana y visigoda. Esta primera fase
fue completada por Hisam I, que dotó al patiode tres elementos: una galería para las mujeres, un pabellón
de abluciones y el alminar junto a la puerta de ingreso.

La segunda mezquita corresponde a la ampliación de Abd-al-Rahman II a partir del año 848, que derriba el
viejo muro de la kibla y prolonga asi el haram hacia el sur en ocho tramos, labrándose a propósito algunos
capiteles de los que sólo se conservan los que actualmente flanquean al mihrab. Esta mezquita además se
completa en tiempos de Abd-al-Rahman III, que en la primera mitad del siglo X amplía el patio o sahn, lo
dota de pórticos, refuerza la fachada de acceso al haram y construye un magnífico alminar de planta
cuadrada y doble caja de escaleras, que hoy se conserva en el interior de la torre de la catedral.

La tercera mezquita es la más espectacular. Propiciada por la ampliación de Al-Hakam II, que a partir del
año 962 comienza una obra ambiciosa que empieza por derribar de nuevo el anterior muro de la kibla y
volver a ampliar hacia el sur el haram en otros doce tramos. Para resalta este espacio se construyen
cuatro cúpulas gallonadas, tres en línea sobre el mihrab y la cuarta sobre la nave central a la entrada del
haram. El muro de la kibla se construye doble, con cinco habitaciones para el Rabat o paso desde el
alcázar para el califa y otras cinco para el tesoro. Por último, se abre un mihrab octogonal de singular
riqueza, decorado con mármol y revestimientos musivarios bizantinos enviados por el mismo Nicéforo
Focas, basileus bizantino. Además, cabe resaltar que todas las novedades plásticas que se estaban
fraguando en el taller del Palacio de Madinat al-Zahara se aplican en esta ampliación.
La cuarta y última ampliación de esta mezquita se produce durante el gobierno de Almanzor. Dicha fase no
tiene mayor importancia artística porque no aporta ninguna novedad a los sistemas y materiales
consabidos, y porque además al no poderse ampliar más el haram hacia el sur, lo hace en ocho naves
hacia el este, lo que descentró totalmente el eje axial del mihrab.

Cinco siglos después, el obispo de Córdoba, don Alonso Manrique, ordenó empotrar un crucero
catedralicio en las ampliaciones de Al-Hakam II y de Almanzor, que mutiló el edificio, transformando y
rompiendo su alzado. Carlos V, que aprobó inicialmente su construcción, se arrepiente más tarde y
reprocha con aspereza a los canónigos cordobeses el atentado artístico:

“Yo no sabía que era esto; pues no hubiera permitido que se llegara a lo antiguo, porque hacéis lo que hay
en muchas otras partes y habéis desecho lo que era singular en el mundo”

La falta de respeto al símbolo arquitectónico de la dinastía Omeya en Al-Andalus se consuma años más
tarde con el revestimiento cristiano del aminar.

La ciudad palatina de Madinat al_Zahra.

La ciudad - palacio de Medina Azahara, a 7 Kms. de Córdoba, fue levantada por orden del califa cordobés
Abd-al_Rahman III en el siglo X (entre los años 936 y 976) para ser la capital del Califato, residencia real y
sede del gobierno con el fin de reflejar el esplendor del califato y todo el lujo, magnificencia y poder del
último de los grandes califas cordobeses. Dichas obras duraron algo más de 25 años. 75 años después
estalló la Guerra Civil en Al-Andalus y los saqueos, los enfrentamientos y los incendios destrozaron la
ciudad.
Medina Azahara estaba rodeada de una imponente muralla. Está dispuesta en tres terrazas: la superior (la
que ha sido totalmente descubierta), la intermedia y la tercera, parte destinada al pueblo, que aún
permanece sin excavar. De todo este hermosísimo complejo de arte islámico palaciego destaca el Palacio
de Zahra, y de éste sus dos grandes salones. El primero de ellos, de forma rectangular, está dividido en
cinco naves y un gran patio porticado. El segundo conocido como el Salón Rico, se encuentra también
dividido en cinco naves precedidas de un pórtico. Las naves de los laterales se convierten en estancias
independientes del Salón gracias a las puertas cuyas jambas llevan pilastras de mármol blanco
espléndidamente adornadas.
El complejo urbano y residencial fue realizado con arquerías, capiteles, columnatas, muros, pavimentos
cubiertos en su inmensa mayor parte por mármol blanco.
Destaca asimismo la extraordinaria decoración geométrica y floral. Se conserva en buenas condiciones el
Edificio de Alcobas de la época de Al-Hakan II, así como una extraordinaria red de alcantarillado y aguas,
fuentes jardines, paseos en mármol y estancias del ejercito y guardia del califa.
“He reinado más de 50 años en victoria o en paz. Amado por mis súbditos, temido por mis enemigos y
respetado por mis aliados. Riqueza y honores, poder y placeres…no existe terrena bendición que me haya
sido esquiva. En esta situación he anotado diligentemente los días de grata y auténtica felicidad que he
disfrutado: suman catorce”. (Abd-al-Rahman III, poco antes de morir)

3. Arte almohade.

Los almohades eran tribus sedentarias que procedían de las montañas norteafricanas del Alto Atlas. Su
nombre significa “los que reconocen la unidad de Dios” y consideraban blasfemos a quienes endosaban
atributos humanos a Alá. En 1149 atraviesan el Estrecho ocupando las ciudades de Córdoba, Sevilla y
Badajoz para culminar su poder en 1195, cuando asestaron una derrota aplastante a los castellanos en la
batalla de Alarcos.
En el terreno artístico los almohades han sido comparados con sus contemporáneos europeos, los monjes
cistercienses, por despreciar el lujo y predicar el retorno a la sencillez más extrema. Este rigor ascético se
plasma en una arquitectura austera, de ladrillo, con espacios vacíos para descansar la vista, siendo en su
capital, Sevilla, donde realicen sus dos edificios más emblemáticos: la mezquita mayor y la torre albarrana
del oro.
La mezquita se edificó entre 1172 y 1176 y fue derribada en 1401 para construir la actual catedral gótica.
Sólo se conserva el patio y el espléndido alminar, que en el siglo XVI recibiría su actual nombre por la
veleta cristiana que lo remata. Su situación es incorrecta, pues se halla descentrado en el muro oriental,
cuando debiera elevarse en la pared norte, en eje con el acceso principal. Tal inexactitud respondió a
problemas de cimentación. Este alminar es un bellísimo prisma en el que, a pesar de la sobriedad y
austeridad de los almohades, triunfa el concepto ornamental andaluz, destacando sobre todo los paños de
sebka que recorren la fachada.
Por otro lado, la Torre del oro forma parte de la reedificación almohade de la muralla de Sevilla y su misión
era impedir el paso por la ribera izquierda del Guadalquivir y controlar la entrada de navíos en el puerto.
Para ello contaba con el auxilio, en la otra orilla, de un fortín desde el que se tendía una cadena que, al ser
tensada, bloqueaba el tráfico fluvial. Se inició en 1220 y es de planta dodecagonal, con dos cuerpos
superpuestos, pues la linterna del ático es un añadido del siglo XVIII. Ha sido relacionada con la custodia
de los caudales americanos, también se ha dicho que estuvo totalmente alicata con cerámica de reflejo
metálico, proyectando brillos dorados. Lo cierto es que un historiador local del siglo XVI, Luis de Peraza, la
describe enlucida de almagra en su base y revestida de azulejos en su parte posterior.

4. El arte nazarí: la Alhambra y el Generalife

En 1237, el caudillo jiennés Muhammad ibn Nasr se erige en el lider de los musulmanes hispanos y funda
en Grnada la dinastía nazarí. Tras la conquista del Guadalquivir por el rey Fernando III, inició una política
de vasallaje y alianza con los monarcas castellanos, Así, su sumisión tributaria y las disputas dinásticas
entre los reyes cristianos permitieron a los nazaríes conservar durante dos siglos y medio el rincón oriental
andaluz.

Nada más establecerse en Granada, los nazaríes inician la construcción de una acrópolis sobre el cerro de
la Sabika, que recibiría el nombre de Alambra o “castillo rojo”, por el color ferruginoso de la arcilla usada
en la edificación del mismo, exótico recinto que se distribuye en tres núcleos independientes:

- la alcazaba militar
- los palacios reales
- una ciudad autónoma en la que residen los altos dignatarios de la corte, funcionarios, artesanos y
personal de servicio, además de mezquitas, cementerios, aljibes y baños públicos

Muhammad, el fundador de la dinastía, sólo levantó el circuito defensivo, situando la alcazaba con un patio
de armas para la guarnición en el ángulo más alto y saliente de la colina. Su heredero, Muhamad II (1273-
1302) aprovechará estas construcciones y dulcificará la sobria arquitectura castrense con la roturación del
Generalife: una finca agropecuaria en la ladera del cerro contiguo, con un primoroso pabellón de recreo.
Acto seguido, Muhammad III (1302-1309) incorpora la cultura del agua y la jardinería a la meseta de la
Alambra, ordenando construir el Partal.

Pero el esplendor de la Alhambra llegaría durante la segunda mitad del siglo XIV bajo el mandato de os
sultanes Yusuf I y su hijo Muhammad V. El primero reconstruye las puertas y torres de la muralla,
destacando sobremanera la Torre de Comares, concebida como sede oficial del trono y salón de
embajadores. Sus entrañas aparecen revestidas de materiales frágiles y pobres como el barro, el yeso y la
madera, pero mágicamente convertidos en obras de arte por artesanos brillantes.

Ya Muhammad V otorgará al área de los palacios su configuración actual, ay que ordena edificar el Patio
de los Leones, un patio de crucero con una fuente de 12 leones en el centro, que expulsan chorros de
agua por sus fauces. Destaca la representación animalística de los leones, representaciones figurativas
excepcionales en el mundo islámico. Su origen ha sido muy debatido, durante mucho tiempo se mantuvo
la hipótesis de que eran figuras procedentes del arte bizantino, como regalo al sultán, no eran de origen
islámico, en la actualidad los estudios realizados han demostrado que estos leones son anteriores al s XIV,
pertenecen al XI y estaban ubicados en un palacio perteneciente a un visir judío. Fueron regalados al
sultán por representantes de la comunidad judía.La taza es octogonal y en la ultima limpieza y
restauración se descubrió en los bordes decoración geométrica que explicaba todo el sistema técnico de
realización de la fuente y su simbología .En los 4 frentes del patio se abren otras tantas dependencias: la
Sala de Mocárabes, la Sala de los Reyes, la Sala de los Abencerrajes y la Sala de las Dos Hermanas, con
el mirador de Daraxa al fondo.
En suma, una construcción que responde a una necesidad defensiva pero también a una forma de vida.
Los nazaritas expresaban toda su riqueza cultural, religiosa e ideológica entre todas las paredes de esta
maravilla arquitectónica, hoy día considerada una de las grandes maravillas del mundo.
TEMA 7: ARTE ROMÁNICO

1: Introducción
2: La arquitectura románica

- Elementos formales soluciones constructivas


- La iglesia de peregrinación: la catedral de Santiago de Compostela
- El monasterio
3: Escultura y pintura

1: Introducción

El término “románico” fue inventado en 1818 por el arqueólogo francés Charles de Gerville, al descubrir que
los edificios europeos de la Alta Edad Media se parecían a las construcciones de Roma y, a continuación,
propuso que la arquitectura románica procedía de la arquitectura romana, exactamente igual que las
lenguas romances procedían del latín. Esta teoría evolutiva se ha visto devaluada en la actualidad ya que
está más que claro que el románico surgió a partir del siglo XI como referente del arte de la cristiandad
europea, unido en torno al papado de Roma y a la orden monacal de Cluny, desarrollándose, en las
iglesias y monasterios, las principales manifestaciones artísticas que nos han llegado.

De esta forma, el románico se va gestando en Europa con unos caracteres comunes, pero también con una
gran variedad, porque según las regiones incorporó elementos de las tradiciones locales. Anclado, pues, en
la tradición, pero también innovador, es la primera manifestación a gran escala del arte cristiano de
Occidente.

Para entender parte importante de este periodo artístico habría que situarse de forma más o menos
aproximada en el contexto socio histórico del momento, y es que los hombres y mujeres del siglo X vivían
atormentados por la creencia firme de que el mundo se iba a acabar en el año 1000 ya que el Apocalipsis
recordaba que “Satanás sería liberado de sus cadenas cuando se alcanzaran los 1000 años” o incluso en
el 1033, fecha que coincidía con la crucifixión de Jesucristo. No ocurrió así y fue entonces cuando se
restituyó la paz física y espiritual en todo el occidente cristiano, gracias, en parte, a la labor de los monjes
benedictinos que, progresivamente, se van a hacer con el control de la economía y del arte en las zonas en
las que se asentaban. Así, dos abadías de Borgoña, Cluny y Citeaux, serán las encargadas de forjar el arte
románico y la mentalidad que lo sustenta. De esta forma, los monjes de Cluny, los cluniacenses, favorecen
el culto a las reliquias y crean la iglesia de peregrinación. Pero el orgullo y la riqueza decorativa que
atesoran en sus edificios motivan que en el siglo XII se produzca una reforma dentro de la propia orden,
encabezada por San Bernardo y los monjes de Citeaux, los cistercienses, postulantes de la primitiva
humildad benedictina y de la austeridad ornamental.

Para finalizar esta introducción, no estaría de más comentar dos aspectos vitales en la forja del espíritu
románico: las reliquias y las cruzadas. Las primeras causaron un gran fenómeno social: la peregrinación
penitencial para adorar a las mismas, que constituye la mayor manifestación de masas de toda la Edad
Media, siendo tres centros los que capitalizaban todo el interés: los Santos Lugares de Jerusalén, las
catacumbas de Roma y el sepulcro del Apóstol Santiago en Galicia, quien, por unos u otros motivos, acabó
acaparando el mayor interés por parte de los peregrinos. El Camino de Santiago se convirtió así en la gran
arteria medieval por donde, a la ida y a la vuelta, transitaron personas e ideas, también artistas. Arquitectos
franceses que vinieron a España para trasplantar los modelos cluniacenses de cabecera con deambulatorio
llevaron a Francia los arcos polilobulados, los modillones de rollos y las cúpulas de la mezquita cordobesa
a las iglesias francesas.

Junto a las reliquias, la religiosidad medieval abrió un nuevo capítulo en el siglo XII con las Cruzadas, un
episodio histórico pleno de locura que culminó con la sangrienta toma de Jerusalén al grito de “Dios lo
quiere” y a ellas atribuye el historiador Henri Focillon la imagen de la Maiestas Dominí así como las
influencias orientales de ciertas cúpulas y cimborrios de catedrales europeas.
2: La arquitectura románica

2.1.Elementos formales y soluciones constructivas:

- Bóveda de cañón: resultado del desarrollo longitudinal de un arco de medio punto. Se comenzó a
construir en piedra, resistente al fuego y más adaptada a la acústica.
- Arcos fajones: arco transversal que se apea en pilares, canalizando las fuerzas de descarga
- Bóvedas de cuarto de círculo: formada por un cuarto de cañón
- Bóvedas de arista: formada por el cruce transversal de dos bóvedas de cañón
- Tribuna: corredor que discurre sobre las naves laterales de la iglesia y que permite la iluminación solar al
perforar  ventanas en la pared.

Todos estos elementos surgieron en función del edificio predilecto de la arquitectura románica: la iglesia.
Un templo que siempre va a evocar en su planta el cuerpo crucificado de Cristo: el ábside alberga la
cabeza; el transepto los brazos, el crucero el corazón y las naves los pies del Salvador.

Poco a poco, el esplendor de la liturgia y el culto a las reliquias motivaron la aparición de soluciones
constructivas hasta entonces inéditas:

-Cabecera con absidiolos: capilla secundaria dispuesta alrededor del ábside


- Deambulatorio o girola: pasillo semicircular que rodea al altar mayor y se prolonga en las naves. Aparece
en la iglesia de peregrinación románica para facilitar el tránsito de los fieles por el recinto sagrado y se
mantiene en las catedrales góticas.

Estas fórmulas, promovidas siempre por la abadía benedictina de Cluny, se extendió a los santuarios de
peregrinación para así rendir culto a las reliquias, y donde la masiva afluencia de visitantes les obligó
también a construir absidiolos y tribunas en los brazos del transepto y un pórtico inferior en la fachada
principal, que resguardaba a los peregrinos de las inclemencias del tiempo y desde donde se iniciaba el
circuito profesional.

2.2. La iglesia de peregrinación: la catedral de Santiago de Compostela

Una antigua tradición proclamaba que Santiago el mayor vino a predicar el Evangelio a España y que
luego regresó a tierra palestina, en la que murió y desde allí fue trasladado su cuerpo hasta Galicia para
así enterrarlo en el finisterre, pero la tumba sería abandonada tiempo después hasta que ya en el siglo IX
unas extrañas luces hicieron presagiar al ermitaño Pelayo la presencia del sepulcro del apóstol, hecho
reconocido por el rey y por el pontífice y extendido a toda la cristiandad. Así, desde este momento, se
inaugura una peregrinación internacional hacia el mismo fundándose el tan famoso Camino de Santiago,
vía desde la cual penetraron a España peregrinos de toda Europa, importando de ese modo todas las
costumbres, experiencias y, sobre todo, manifestaciones artísticas de los países vecinos. Elementos
conocidos gracias a la obra del clérigo francés Aimeric Picaud que, en su libro Liber Peregrinationes
describe, además de toda la infraestructura y los servicios de la red viaria, las principales obras
arquitectónicas que se encuentran en todo el camino, creándose así un precoz catálogo del arte románico.

Las principales características de toda iglesia de peregrinación serán: la grandeza de sus dimensiones,
con el propósito de acoger al mayor número de fieles posible la perfecta circulación de entrada y salida en
el templo, que se hacía por las naves laterales, tras recorrer el ancho transepto y el deambulatorio que
contorneaba la espaciosa capilla mayor.

El ejemplo más perfecto de una iglesia de peregrinación lo encontramos en la catedral de Santiago de


Compostela, que se inicia en 1075 bajo los auspicios del obispo Diego Peláez y la dirección arquitectónica
de los maestros franceses Bernardo el Viejo y Roberto. En 1088, las obras se interrumpen por el
encarcelamiento del prelado, retomándose ya en el año 1100, con el obispo Diego Gelmírez y el maestro
Esteban como máximos responsables. Así, en 1105 se consagra el presbiterio, en 1112 se abre la Puerta
de las Platerías y en 1128 ya estaba concluida en su mayor parte. faltaba por realizar una de las
principales obras de este estilo, en este caso, escultórico: el famoso Pórtico de la Gloria que el maestro
Mateo realizara entre los años 1166 y 1188.

2.3.El monasterio

Roberto, monje cluniacense descontento con la dirección tomada por este monasterio en los últimos años,
se retira en 1098 a Citaux, fundando una abadía que dará nombre a los benedictinos reformados: los
cistercienses. La pobreza en el vestido, la austeridad en la comida y la severidad en la vivienda aparecen
recogidas en la Carta de la Caridad en la que se fijan las reglas de la Orden, que destacará por su
desnudez arquitectónica, creando un prototipo de abadía uniforme que se propagó vertiginosamente por
toda Europa.

Así, el núcleo central era la iglesia, cuya planta muestra ya las diferencias entre Cluny y Citeaux, ya que
mientras los primeros proyectaban cabeceras semicirculares con grandes absidiolos y deambulatorios a
los que tenía acceso el pueblo, los segundos prohibieron la entrada a los seglares y optaron por el testero
plano.. Contiguo al templo se disponía el claustro, que simbolizaba el paraíso terrenal, donde el aire, el
sol, los árboles, los pájaros y los cuatro canalillos que lo cruzan en ángulo recto simulaban los ríos del
fabuloso Jardín del Edén. El claustro es también el órgano distribuidor de las dependencias monásticas,
entre las que destacan la sala capitular, el refectorio y la cilla.

En la sala capitular se congregaba la comunidad, presidida por el abad, para discutir los asuntos del
monasterio mientras que es en el refectorio el lugar en el que situaba el comedor, la cocina y el
calefactorio. Por último, la cilla contenía las oficinas de la administración monástica. Otros
establecimientos propios de los monasterios serán la enfermería, el cementerio, las bodegas y lagares,
establos, cuadras, molino, fragua y talleres artesanales, además de una hospedería para transeúntes y
una capilla para el pueblo, que los cistercienses siempre consagrarán a la Virgen.

3. Escultura y pintura

El principal papel de la escultura y pintura románicas va a ser instructivo, pedagógico y aleccionador. El


clero usa las artes visuales para que la población iletrada aprendiese las verdades de la salvación mirando
los “catecismos pétreos” esculpìdos en las portadas de los templos y las “biblias pintadas” de los muros de
las iglesias.

Aparte de su valor didáctico, las artes plásticas se conciben en el Románico como revestimiento
arquitectónico y asociadas a la decoración monumental. La escultura se desarrolla preferentemente en los
tímpanos abocinadas mientras que la pintura se desarrollará en el cascarón del ábside. Además, la
composición de estos dos espacios es similar, pues generalmente aparece, en el centro y aureolado por
una mandarla, símbolo del poder divino, se destaca, a mayor tamaño, la imagen de Jesús. El resto se
fragmenta en frisos horizontales y superpuestos donde aparecen los personajes que secundan a Cristo.

Otros caracteres evidentes son el alargamiento desmesurado, las anatomías defectuosas y las
perspectivas extrañas, que son fruto del expresivismo que los artistas imponen a los temas apocalípticos,
cuya epopeya del fin del mundo y del caos prima en el periodo. De este modo, el asunto predilecto es la
representación de la Maiestas Domini: el Hijo de Dios sentado en un trono, con el Evangelio en la mano
izquierda y bendiciendo con la derecha. Lo constelan siempre los cuatro animales del Tetramorfos:

- ángel: San Mateo


- león: San Marcos
- toro: San Lucas
- águila: San Juan

A su alrededor, una legión de serafines y la presencia de los 24 ancianos del Apocalipsis, que tocan
instrumentos musicales y cantan las alabanzas del Todopoderoso. Así aparece esculpido en los tímpanos
de la iglesia de San Pedro de Moissac y de la catedral compostelana de Santiago y pintado al fresco en el
ábside de San Clemente de Tahull (1123), en el leridano valle de Bohí. Se trata de un Cristo violento,
despótico, vengador, irritado, a punto de estallar de cólera, que paraliza de temor al espectador.

La Virgen va a ocupar un lugar secundario, y, cuando se la representa, adopta la forma de Maiestas


Mariae o trono de Dios, con el Niño sentado sobre sus rodillas, tal como se observa en la pintura mural de
San Clemente de Tahull (1123) en donde aparece representada junto a los tres Reyes Magos. Un modelo
iconográfico que, sin duda, deriva de la Theotokos bizantina.

Además de al fresco, el románico catalán simultaneó esta técnica (que consiste en extender los colores
sobre una capa fresca de cal aplicada a la pared), con la pintura al temple sobre tabla, que se suele
emplear en los frontones de altar, siempre con los temas iconográficos que ya hemos mencionado amén
de episodios particulares de la vida del santo a quien esté consagrada dicha iglesia. ( estaría perfecto que
de caer esta pregunta os extendieráis en el comentario de obras que conocéis)
TEMA 8: ARTE GÓTICO

1. Características generales de la arquitectura gótica

2. La ciudad: la catedral y los edificios civiles

3. La escultura: portadas y retablos.

4. La pintura italiana del Trecento: Siena y Florencia.

5. Los primitivos flamencos: los hermanos Van Eyck, Roger van der Weiden y El Bosco.

1. Caracteres generales de la arquitectura gótica.

“Dios libre a los países de aquella forma de pensar y de construir, la cual no concuerda en absoluto con la
belleza de nuestros edificios. Y es que el Gótico es un arte bárbaro, que inventaron y cultivaron los godos,
una tribu guerrera escandinava que asesinó durante las invasiones a los artistas clásicos y arruinó la
arquitectura antigua”.

Así se expresaba el renacentista Giorgio Vasari, quien, como no podía ser de otra forma, ya que,
desprestigiando a los godos, los humanistas pretendían ennoblecer su acción recuperadora del mundo
romano, descalificaba de este modo a las manifestaciones artísticas anteriores al Renacimiento. Sin
embargo, la realidad fue bien distinta. El Gótico nació sobre la segunda mitad del siglo XII, cuando los
arquitectos medievales deciden sustituir el arco de medio punto por el arco ojival, mientras que la bóveda
de cañón pasa a ser de crucería (cruce diagonal de dos arcos apuntados). El desarrollo progresivo de esta
cubierta permitió una mayor altura y longitud del edificio, con lo que se consigue abrir en las paredes
grandes ventanales de iluminación. Todas estas transformaciones se van a dar, en primer lugar, en la
región de París, para, después, extenderse al resto del continente.

Representación de las dos bóvedas


que comentamos:

- de cañón (propia del


Románico)
- de crucería (propia del
Gótico)

La cronología del Gótico es muy densa ya que abarca cuatro siglos, desde 1150 a 1550 y, a través de este
estilo internacional, Europa demostró por vez primera su genio artístico. En su gestación van a intervenir
dos factores fundamentales: la cualificación de los maestros de obra y el poder del dinero.

Y es que el Gótico es un arte de cálculo, de combinación de fuerzas activas, que permite construir un
esqueleto flexible de piedra y revestirlo de cristal, de tal forma que parece desafiar las más estrictas leyes
de la gravedad, como sucede con la Sainte Chapelle de París, situada en el Palacio Real de París y
mandado construir por San Luis, Rey de Francia, para custodiar la corona de espinas de Cristo que había
adquirido en Tierra Santa. Muy pronto, los maestros que proyectaban estas fantásticas obras van a ser
conscientes de su exquisita preparación técnica van a viajar por toda Europa, se van a organizar en logias
de masonería, alardean de su independencia ante los clientes, reclaman sueldos elevados e incluso dejan
de trabajar cuando no se cumplen sus pretensiones. Como era de esperar, la tecnología de vanguardia
que exigen estas construcciones disparó el presupuesto de las mismas ya que, de un modo u otro, habría
que costear operaciones tan costosas como la expropiación de solares en el casco urbano, la extracción y
acarreo de materiales desde la cantera, la confección de grúas, la realización de las vidrieras o el pago
semanal de la nómina a los talleres especializados que realizaban estas obras.

Así pues, podemos citar como características más reveladoras de este estilo:

- la elevación y la luminosidad de los edificios, para lo que se emplean grandes vidrieras y


rosetones
- uso del arco apuntado y de la bóveda de crucería como elementos fundamentales
- uso de triforios, que sirven de puente entre las ventanas y los arcos de separación
- los empujes que ejercen los nervios de las nuevas bóvedas son recogidos por los pilares, a los
que se van adosando finas columnas llamadas baquetones, para proyectarlos hacia el exterior,
donde se encuentran los contrafuertes, que se separan del muro a través de los arbotantes,
arcos que transmiten los empujes laterales hacia ellos y que a su vez permiten la canalización de
aguas del tejado. A su vez, el contrafuerte suele rematarse con pináculos, remate decorativo que
se coloca en la cúspide de los mismos y que además contrarresta el empuje oblicuo de los
arbotantes.

2. La ciudad: la catedral y los edificios civiles.

De una sociedad rural y feudal como era la románica vamos a pasar a otra urbana y burguesa como es la
gótica. A partir de 1150, el mayor rendimiento del trabajo agrícola posibilita el crecimiento demográfico, lo
que permite que mucha gente abandone el campo a favor de la ya floreciente ciudad. Esta urbanización
prosperó en toda Europa y alumbró una nueva clase social: la burguesía, que se enriquece con el
comercio, la artesanía y la banca y que, por vez primera, va a convertir a la población no religiosa o real en
consumidora de arte.

Es verdad que la religión cristiana continua siendo el elemento que domina la mentalidad de la época y, en
consecuencia, un gran número de manifestaciones artísticas tendrá una clara finalidad religiosa; pero el
gótico supera (en este sentido) al románico y alcanza también a las manifestaciones civiles. En todo ello la
burguesía va a dejar su impronta, tanto si hablamos de catedrales como si nos referimos a los edificios
municipales, a las lonjas de mercaderes, a los palacios o a los retratos, que comienzan a simbolizar el
éxito social de quienes los encargan.

En definitiva, es esta nueva mentalidad urbana, impulsada por la burguesía, la que dio al gótico su
acusada personalidad, permitiéndole mantenerse como estilo artístico más allá del siglo XV, cuando ya las
formas renacentistas habían comenzado a difundirse ampliamente. Una frase muy repetida en la época
fue la de que "el aire de la ciudad hace libre a quien lo respira". No siempre fue así en la realidad, pero
esos aires urbanos de libertad consiguieron traer al arte nuevos caminos llenos de interés, de emoción y
de belleza.

2.1. La catedral

La catedral es la iglesia mayor diocesana, donde se asienta la catedral del obispo, que preside el culto e
imparte su enseñanza a los fieles. Además, en la Baja Edad Media simbolizaba la gloria del prelado que la
mandó construir, exalta la alianza entre el clero y la monarquía y revela el orgullo de la burguesía. Es, en
suma, el símbolo total de esta sociedad, que refleja el poder de la ciudad en la que se asienta.

La planta de las mismas será siempre de cruz latina, con un amplio desarrollo de la cabecera, que
conserva la girola y las capillas radiales. En el interior, y por lo general, se van a alzar cuatro pisos:
arcadas separando las naves, tribunas, pasaje del triforio en el espesor del muro y ventanas superiores
que llegan hasta el arranque de las bóvedas. Cuando, a la catedral gótica se le incorpore el sistema de
arbotantes ya comentado, se posibilitará construir edificios luminosos de 5 y hasta de 7 naves con sólo 3
pisos de altura: la arcada de separación, un reducido triforio y un elevadísimo ventanal.

En lo que respecta a Europa, vamos a destacar la catedral de Notre Dame, en Reims. Representa el ideal
arquitectónico de la armonía gótica y el símbolo de la realeza francesa, al tenerse que coronar,
obligatoriamente, los monarcas en este recinto. Fue comenzada en 1211 y su construcción puede
rastrearse con facilidad gracias a que los diferentes maestros que se sucedieron en la dirección de las
obras grabaron su nombre en el laberinto que adorna el pavimento de la nave central. De este modo, los
planos se deben a Jeand e Orbais, quien proyectó una descomunal cabecera que ocupa la mitad del
templo. Le sustituyó Jean le Loup, que edificó el transepto y levantó las naves, inaugurándose el
monumento en 1241. Finalmente, en 1255 Bernard de Soisson timbró la fachada con un rosetón calado de
trazo nervioso. El ascendente espacio interior de Reims, bañado de claridad, resultó un alarde técnico y un
prodigio místico en la época.

2.2. Las grandes catedrales españolas

Fernando III el Santo, además de llevar a cabo gran parte de la reconquista cristiana del sur, fue también
el gran promotor de las canterías catedralicias castellano leonesas, entre las que vamos a destacar las de
Toledo, Burgos y León.

La catedral de Toledo fue edificada sobre una antigua mezquita árabe a partir de 1227, fecha en la que el
maestro Martín comenzara las obras. La iglesia sigue la planta de salón de Notre-Dame, al no abrirse al
exterior los brazos del transepto, y va a ser la más grande entre las españolas del siglo XIII. Consta de 5
naves y 3 pisos en altura escalonada, con la particularidad de que el triforio está decorado con arcos
polilobulados propios del mudéjar, y el presbiterio está rodeado por una doble girola y su gran novedad
residía en la forma de cubrir los dos deambulatorios y las 15 capillas absidiolas que formaban la cabecera,
ya que se descompuso el espacio en tramos triangulares y rectangulares, contrarrestando sus empujes
mediante la bifurcación de arbotantes.

La catedral de Burgos se comenzó en 1220 y en ella destacaron dos grandes directores de obras: el
maestro Enrique, fallecido en 1227, y Juan Pérez, que muere en 1296. Se trata de una iglesia de tres
naves, transepto de brazos muy marcados y una amplia cabecera con girola y capillas absidiales. El
alzado de los muros es tripartito, al igual que en Toledo, pero el triforio se decora con elementos góticos.

La catedral de León (1255-1302) pasa por ser una de las más importantes de toda la cristiandad. Sus
artífices fueron el Maestre Simón y los dos arquitectos de la catedral de Burgos, que simultanearon la
dirección de ambos conjuntos. Morfológicamente, es una réplica de la de Reims, aunque reduciendo sus
proporciones en un tercio. Vemos 3 naves, amplio transepto y monumental cabecera con 5 capillas
absidiales. Distribución del muro, como en las anteriores, tripartita (en este caso el triforio presenta
vidrieras)

Ya en el siglo XIV se va a dar una nueva variedad arquitectónica en diferentes catedrales españolas,
gracias al influjo de los arquitectos del sur de Francia. Lo podemos apreciar en las catedrales de
Barcelona, Manresa, Palma de Mallorca y Gerona. Son iglesias de 1 o 3 naves con capillas laterales
entre contrafuertes y cubiertas a la misma altura, lo que afecta al espacio interior y a la masa
arquitectónica externa. El resultado son salones desahogados de perfil rectangular, opuestos a la silueta
triangular típica que ya hemos visto, producida por el escalonamiento de las naves.

2.3. Los edificios civiles.

Ya hemos comentado anteriormente la importancia que tiene la burguesía en esta nueva sociedad y que,
además, se va a convertir en una importante consumidora de arte. Vamos a destacar fundamentalmente 4
manifestaciones arquitectónicas

:
- la universidad, inspirada en la tradición arquitectónica monástica: patios para pasear y leer, y a su
alrededor, aulas, bibliotecas y capillas. Destacan París, Oxford, Bolonia y Salamanca.
- la lonja, destinadas a contrataciones mercantiles. En la Corona de Aragón tenemos 3 ejemplos
fundamentales: la lonja de Barcelona (siglo XIV), la de Palma de Mallorca (1426) y la de Valencia
(1482)
- el ayuntamiento, aquí se reunía la burguesía medieval para participar en la política comunal, por lo
que sus edificios se vana convertir en una réplica laica de la catedral. Destaca el Palazzo del
Comune de Siena (1297-1334) en Italia o el Ayuntamiento de Bruselas, construido ya en el siglo
XV.
- el palacio, derivado de la riqueza, del lujo y del boato de las clases acaudaladas del siglo XV. Son
viviendas con almacenes, oficinas, salas de recepción, dependencias para la servidumbre y
habitaciones confortables donde residen los miembros de la familia.

3. La escultura: portadas y retablos.

Los rasgos fundamentales de la escultura gótica van a ser:

- El carácter simbólico de lo románico se sustituye por la naturalidad y el realismo. Las figuras se


llenan de vida, adoptan rasgos personales, gana en humanidad.
- La temática continúa siendo básicamente religiosa, con episodios como:
o Crucifixión (pero inspirando compasión, nunca terror)
o Virgen con el Niño (ya no es un simple trono, ahora la Virgen habla, juega con su Hijo)
o Vida de los santos
o Piedad (Virgen con Cristo muerto en los brazos)
- La escultura conquista nuevos espacios (torres, pináculos, cimborrios)
- Destacan sobre manera los grandes retablos y las sillerías de coro.

De esta forma vemos cómo en las portadas de los templos se produce una definitiva invasión de
imágenes. Las esculturas disfrazan todos los elementos arquitectónicos, como es el caso de las estatuas
columnas con reyes y reinas del Antiguo Testamento de la portada central del Pórtico Real de la Catedral
de Chartres. Así, la piedad popular rinde culto en las portadas a los santos protectores de enfermedades y
pestes, a los mártires milagreros y a los patronos de las ciudades, aunque la principal fuente de inspiración
iconográfica será el Nuevo Testamento. Ahora, el Pantócrator apocalíptico románico se sustituye por el
Beau Dieu; un Cristo humanizado que apareció por vez primera en 1230 en Amiens y que el historiador
Pijoán alabó como “la representación más excelsa de un gentilhombre del norte de Francia, culto y
civilizado”.

Lógicamente, la humanización de Jesús magnifica a la Virgen que le había encarnado, hecho que explica
el que la mayoría de las catedrales francesas, alemanas y españolas estén consagradas a Santa María.
Sus frecuentes milagros y apariciones en el siglo XIII la habían aproximado tanto a los hombres, que en la
Virgen Dorada de Amiens y en la Virgen Blanca de Toledo, aparece ya como una doncella coqueta, que
sostiene al Niño en brazos, gira la cabeza y sonríe. La composición de estas imágenes marianas,
levemente arqueadas y animadas de viveza, inauguraba el naturalismo gótico, quebrando para siempre el
hieratismo de la ley de frontalidad románica.

Dentro del templo, los fieles continúan adoctrinándose al contemplar los maravillosos retablos que decoran
la capilla principal. Es una portada interior, confeccionada en madera policromada, cuya espléndida
vitalidad en el arte español lo convierte en un producto autóctono, aunque sus orígenes están en los
trípticos y polípticos italianos y flamencos. Se puede optar por el retablo pictórico, como es el caso de
Cataluña, donde destacó el taller de los hermanos Serra, o escultórico, preferido por Castilla.

El ejemplo más notable lo encontramos en la catedral de Sevilla, trazado en 1481 por el alemán Pyeter
Dancart y concluido en 1564.

4. La pintura italiana del Trecento: Siena y Florencia.


Los italianos llamaron Trecento al siglo XIV, Cuatrocento al XV y Cinquecento al XVI. En lo que a nosotros
nos ocupa, el Trecento, van a destacar dos escuelas fundamentales: Siena y Florencia.

- Escuela sienesa: Simona Martini: va a imitar a los mosaicos bizantinos representando iconos
recortados sobre fondos dorados aunque vana regenerar a los mismos gracias a las novedades
caligráficas del Gótico, procedentes, todas, de Francia. Destaca Simone Martini (1284-1344),
quien sintetiza a la perfección ambas corrientes. Sus primeras obras fueron encargos municipales
para decorar al fresco el salón de plenos del Ayuntamiento de Siena. En 1315 realizaba la Maestá,
un icono de la Virgen bajo palio, rodeada de los santos locales, y en 1328 situaba enfrente el
primer retrato ecuestre del arte italiano: la imagen del condotiero Guidoriccio da Fogliano, que
había salvado la independencia del la república sienesa. Sin embargo, la obra cumbre de Martini es
el retablo de La Anunciación (1333), donde funde el convencional fondo de oro bizantino con la
línea ondulante del gótico francés, visible en las refinadas y elegantes siluetas del ángel y de
María. Martini y Petrarca forman la pareja artística de esta ciudad.
- Escuela florentina: Giotto y Dante van a formar la pareja de la República de Florencia. Giotto
rompe definitivamente con la tradición bizantina y abre las puertas de un lenguaje pictórico
moderno, en el que triunfa el volumen plástico, la realidad del paisaje y la gravedad humana. En
1298 pinta una serie de 28 frescos de Historias franciscanas en la Basílica de Asís, son figuras con
colores y formas macizas en cuyo fondo a veces podemos observar la aparición de algunas
arquitecturas. El prestigio que alcanzó con las mismas motivó que la burguesía toscaza reclamara
sus servicios para decorar varias capillas funerarias, como la de Enrico Scrovegni (1304-1306)
donde los personajes evangélicos muestran una individualización de sus caracteres y expresiones
bastante logrado. A partir de él, la pintura mural se convierte en una conquista italiana, en la misma
medida que la vidriera será un logro francés y el retablo, una producción española.

5. Los primitivos flamencos: los hermanos van Eyck, Roger van der Weiden y El Bosco.

Los Hermanos Van Eyck van a reflejar el realismo que reclamaba la burguesía afincada en las florecientes
ciudades comerciales de Gante, Bruselas y Lovaina. Preferencias que se resumían en la observación
concreta del hombre y de la naturaleza y la invitación a palpar los objetos cotidianos. Todo ello captado
con la técnica revolucionaria del óleo secante y plasmado en tablas ensambladas de roble. Además, el uso
de la perspectiva y el sombreado terminó por dar a los cuadros un efecto tridimensional.

Fueron dos, Huberto y Juan, y sus obras han pasado a la historia del Arte por su perfección que, aunque
anticipa elementos renacentistas, supone la culminación de la estética gótica ya comentada. Un a de sus
principales obras es el Políptico del Cordero Místico (1426-1432), costeado por el regidor Jodocus Vijd y
su esposa Isabel Borluut, que figuran arrodillados en las puertas exteriores del mismo. Cuando estas alas
se abren, vibra en la parte superior una visión de Dios entronizado, flanqueado por la Virgen y el Bautista,
Adán y Eva, yd os coros de ángeles cantores y músicos, mientras en el cuerpo bajo se despliega un
desfile de reyes, caballeros, profetas, obispos y santos que convergen hacia el Cordero, símbolo
eucarístico del sacrificio de Cristo, que derrama su sangre en un cáliz.. Este gran conjunto ofrece dos
características que serán comunes en la producción de los hermanos: la composición simbólica y la
exactitud meticulosa de las telas, las joyas, el vidrio, los metales y flores del paisaje.

Su gran obra es el Matrimonio Alnorfini (1434), cuadro de interior que representa el rito nupcial del
banquero italiano Giovanni Alnorfini. Los dos hombres que se reflejan en el espejo cóncavo son los
testigos de la boda, siendo uno de ellos el propio Van Eyck, que firma el cuadro con la leyenda “Van Eyck
estuvo aquí”. La ceremonia del enlace se manifiesta también en la vela encendida que porta la lámpara de
6 brazos que cuelga del techo, pues simboliza el cirio con el que el padrino alumbra al sacerdote durante
el oficio sacramental. En el siglo XVI este cuadro vino a España, donde permaneció en las Colecciones
Reales hasta la invasión francesa por lo que es posible que Velázquez se inspirara en la solución
ilusionista del espejo cuando pintó Las Meninas.

En obras sucesivas, Van Eyck crea un tipo de retrato religioso en el que el cliente y los seres divinos
entablan una sacra conversación dentro de un espacio irreal. Es el caso de La Virgen del canciller Rolin
(1435) o La Virgen del canónigo van der Paele (1436).

El testigo de todo lo creado por los Van Eyck sería recogido en el segundo y tercer tercio del siglo XV por
dos artistas singulares: el dramático van der Weyden y el satírico Jerónimo Bosco.
Roger van der Weyden fue el más prestigioso maestro de Flandes. Se estableció en Bruselas en 1435
para nunca más volver a salir de allí. Se especializó en la representación de dos temas dolorosos de la
Virgen al pie del calvario: la Quinta Angustia (donde se expresa el desmayo de María en el descendimiento
de la cruz) y la Piedad (donde plasma la desolación de la madre mientras abraza compasivamente el
cadáver de su hijo). Sus composiciones se van a ordenar siguiendo un eje de simetría vertical y construye
a los personajes en relieve, otorgándoles la apariencia de esculturas policromadas, vistiéndolos con
ropajes ondulosos y retratándolos con rostros compungidos bañados en lágrimas. La brillantez de su
colorido, el minucioso detallismo y la intensa devoción que suscitaban sus obras le granjeó fama
internacional e hizo que fuese muy apreciado por la monarquía española, coleccionando cuadros suyos la
Reina Católica y Felipe II.

El Bosco va a ser un pintor muy distinto a los anteriores, ya que se mueve entre la sátira popular del
Medievo y la moral propugnada por los humanistas renacentistas. De esta forma, usa una técnica
miniaturista y un lenguaje simbólico, inspirado en los refranes y canciones populares, que a los ojos
actuales parece enigmático pero que en su época tendría una fácil interpretación. A partir de estas
alegorías, forma una visión pesimista de la existencia humana, donde la salvación sólo es posible
mediante el control de las pasiones. Sus dos obras fundamentales serán El Carro de heno y El jardín de
las delicias (1500-1510), dos trípticos que resumen la filosofía moralizante del Bosco. Ambos conjuntos
presentan, en el panel izquierdo, el Paraíso Terrenal en el último día de la Creación, donde el hombre
gozará de una existencia feliz hasta la pérdida de la gracia por el engaño del demonio. En la puerta
derecha se representa el infierno y la condenación eterna, destierro reservado a quienes se dejan seducir
por la avaricia y los excesos carnales. Además, El Bosco también producirá capítulos de la Pasión de
Cristo, episodios de demencia y sus efectos sobre el cerebro y sus fantasías oníricas y su imaginación
desbordante fueron reivindicadas por los artistas y científicos del siglo XX. Los surrealistas le consideraron
un precursor y los psicoanalistas, el descubridor del inconsciente.
Tema 10: ARTE RENACENTISTA Y MANIERISTA

1.- Introducción al Renacimiento.

2.- El Quattrocento italiano.

2.1.- Arquitectura: Brunelleschi y Alberti.

2.2.- Escultura: Donatello y Ghiberti.

2.3.- Pintura: Fra Angélico, Massacio, Piero della Francesca y Botticelli.

3.- El Cinquecento y la crisis del Manierismo en Italia.

3.1.- Arquitectura: Bramante, Miguel Ángel y Palladio.

3.2.- Escultura: Miguel Ángel.

3.3.- Pintura: Leonardo, Rafael y Miguel Ángel.

3.4.- La escuela veneciana.

4.- España.

4.1.- Arquitectura: del Plateresco al Escorial.

4.2.- Escultura: los primeros imagineros: Berruguete y Juni.

4.3.- Pintura: el Greco.

1.- Introducción al Renacimiento.

El Renacimiento (del italiano “rinascita”) se puede definir como un periodo cultural que comienza a
desarrollarse en Italia a comienzos del siglo XV y que más tarde logra una amplia difusión por toda
Europa. Nace debido al rechazo que se estaba produciendo en muchos círculos culturales al decadente
mundo de la Edad Media, iniciándose así una revalorización de los valores espirituales y formales del
mundo clásico. A todo esto le acompaña un notable desarrollo urbano y comercial a la vez que un
afianzamiento en la mentalidad humanista, que ensalza la figura del hombre por encima de las doctrinas
religiosas de siglos anteriores. Y es que los humanistas se van a convertir en unas de las figuras claves
del periodo ya que, grandes conocedores del latín y del griego, estudiarán, analizarán y comentarán las
obras clásicas, dando a conocer gran parte de sus planteamientos teóricos. La Academia Platónica
Florentina va a propagar una nueva concepción del mundo donde el hombre es el centro del Universo y
será este optimismo el que dé a la figura del hombre el papel protagonista en la obra de arte.

El artista, que antes era considera mecánico y artesanal, comienza a ser reconocido por la sociedad por su
valor intelectual algo a lo que contribuye de forma definitiva las “Vidas” de Giorgio Vasari, donde realiza
una biografía de los artistas italianos del momento. Fruto de la influencia clásica se comienza a debatir por
parte de los humanistas “la idea de belleza” aplicada a la obra de arte, por lo que los artistas van a recibir
numerosos encargos por parte de las elites culturales que ven en ellas una forma de aumentar su prestigio
social. Es así como comienza el mecenazgo, tan importante para la expansión del arte italiano.

Generalmente se hace una división entre el siglo XIV y el XV para una mejor comprensión del arte
renacentista italiano. Así, se llama Quattrocento al arte realizado en la Italia del siglo XIV, que se
caracteriza por la experimentación y el debate teórico y cuyo centro principal es Florencia, donde se
formulan las primeras ideas sobre antropocentrismo (el hombre es el centro del Universo, y como tal, el
centro de la actividad creadora) la teoría de las proporciones del cuerpo humano y las leyes de la
perspectiva, mientras que Cinquecento es el siglo XV italiano, periodo donde el Renacimiento alcanza su
plenitud y donde Roma es el centro fundamental de la creación artística.

2.- El Quattrocento italiano.

Durante el siglo XV Italia aparece fragmentada en pequeñas ciudades estado gobernadas por
príncipes y tiranos, entre las que destaca Nápoles, Urbino, Ferrara, Mantua, Milán y sobre todo la
Florencia gobernada por la familia de los Médicis, que convierten a esta ciudad en el centro cultural más
importante del momento.

2.1.- Arquitectura: Brunelleschi y Alberti.

Durante los primeros años del periodo se van a conservar ciertas formas góticas aunque el nuevo
estilo representa un cambio radical en los elementos arquitectónicos y en los temas decorativos por lo que
pronto se perderá cualquier vestigio medieval. Los dibujos de arquitectura (ya fuera sobre ruinas o edificios
conservados del mundo clásico) y la reconstrucción de edificios perdidos o muy deteriorados a través de
las referencias literarias (sobre todo el “Tratado de Arquitectura” de Vitruvio, editado varias veces en el
siglo XV y XVI) van a ser fundamentales para la elaboración del sistema arquitectónico renacentista que se
va a caracterizar sobre todo por:

- Elementos sustentantes: muros y columna. El elemento sustentante por excelencia es el muro. La


columna siempre soporta arcos de medio punto. El estilo de capitel más empleado es el corintio y junto al
el aparecen el dórico, jónico y compuesto.
- Elementos sustentados: Se utilizan las bóvedas de arista o de cañón, aunque es la cúpula la solución
más representativa ya sea para cubrir partes del edificio o el edificio entero. También se utilizan
adinteladas tanto unas como otras suelen aparecer decoradas con casetones.
- Materiales: Se utilizan el ladrillo el mármol, y aparejos menudos. Los sillares en algunos casos son
almohadillados.
- Elementos decorativos: Destacan áureas ( en forma de corona u orla de hojas de laurel), guirnaldas,
amorcillos, grutesco (motivo decorativo compuesto por seres fantásticos con formas humanas vegetales y
animales complejamente enlazados), candelieri (inspirado en la forma de los candelabros) y balaustradas.
También son importantes los elementos arquitectónicos del arte clásico como frontones, entablamentos,
etc.
- Plantas: Desaparece la concepción medieval que se basa en una visión longitudinal hacia el altar mayor.
Partiendo de una planta basilical se llega a las plantas centrales que son las más características a partir
del cinquecentto.
- Arquitectura religiosa: Se utiliza la planta longitudinal o central. El interior es ancho buscando la unidad
espacial. Se propugna la pared la pared limpia y luminosa, sin vidrieras, con pequeñas ventanas que dejan
pasar la luz natural. El exterior es muy cuidado buscando la belleza y el interés por el urbanismo.
- Arquitectura civil: Adquiere gran importancia con respecto a la religiosa. El palacio se organiza en torno a
un patio y la fachada se articula en tres plantas separadas por cornisas y rematadas con una por una gran
cornisa. Se utiliza sobre todo el aparejo de sillar almohadillado y se abren un gran número de ventanas.

El arquitecto más destacado del momento será el florentino Filippo Brunelleschi, investigador de la
perspectiva y de las ruinas romanas y que inicia la arquitectura renacentista con la cúpula de la catedral de
Florencia,(1420-1436) edificio gótico de gran anchura que estaba sin concluir debido a que le faltaba el
cimborrio para cuya construcción se convoca un concurso en el que consigue la victoria con su proyecto
por delante de Ghiberti. Y lo consigue no sólo porque se aparta de la tradicionales formas góticas sino
también porque curiosamente su proyecto era el único de todos que permitía la construcción de la cúpula
sin necesidad de instalar un aparatoso andamiaje que atrasara mucho la obra. Así, para cubrir un espacio
de casi 43 metros de diámetro, utiliza un aparejo en forma de espina de pez, ya empleado por los romanos
y de cimbras de madera en forma de anillos que le permiten autosustentar la cúpula durante su
construcción. Mediante los nervios verticales reforzados con ligaduras horizontales consigue una doble
cúpula con espacio hueco que alivia el peso sostenido por el tambor octogonal. Se corona con una
linterna.
Pero donde demuestra Brunelleschi estar en la posesión de un nuevo estilo es en las iglesias de
San Lorenzo y Santo Espíritu, ambas en Florencia y de planta basilical de tres naves separadas por
columnas, la central con cubierta adintelada con grandes casetones mientras que las laterales se llenan de
grandes bóvedas baídas. En estas iglesias es novedoso el usod e un fragmento de entablamento sobre el
capitel con el fin de aumentar la altura respetando las proporciones a la vez que resalta las partes
estructurales mediante la bicromía de los materiales. Otras obras de este artista son el Hospital de los
Inocentes (1419-1424), la Capilla Pazzi (1429) y el Palacio Pitti, donde destaca el almohadillado de la
fachada.

Otro de los grandes arquitectos será Leon Battista Alberti (1404-1472). Teórico que representa el
saber universal del genio renacentista gozando de un amplio dominio en todas las artes (desde el
atletismo a la música) lo que le llevó a escribir tratados de arquitectura, escultura y pintura. En De re
aedificatoria defiende el trabajo intelectual del arquitecto como constructor de edificios y maquetas. Sus
obras más destacadas son la fachada para la iglesia gótica de Santa María la Novella (1456-1470) en la
que, respetando el rosetón y los nichos murales consigue una perfecta armonía a través del cuadrado y los
dos aletones que coloca en la parte superior de la fachada para equilibrar el conjunto, algo que también
consigue mediante la sabia combinación de mármoles de colores. Otras obras suyas son el palacio
Rucellai, donde recurre a la superposición de órdenes y a la combinación de pilastras y entablamentos en
los que inserta ventanales, y la iglesia de San Andrés de Mantua, reflejo de sus principios teóricos y de su
capacidad inventiva. Se compone de una sola nave con bóveda de cañón rodeada por capillas laterales,
tiene un crucero con gran cúpula en el que el cuadrado vuelve a ser la base del conjunto.

2.2.- Escultura: Donatello y Ghiberti.

El siglo XV florentino se convierte en una de las etapas más importantes para la evolución de la
escultura a lo largo de su historia, así sus características fundamentales serán:

• La transición del Gótico al Renacimiento resulta menos brusca que en el caso de la arquitectura y de la
pintura. Se pierde la integración escultura-arquitectura que venia existiendo y desaparece en buena parte
la función que antes tenía la escultura de decorar y completar los edificios.
• Materiales; se utilizan piedra, madera, terracota, bronce,... logrando con ellos gran perfección técnica.
• Hay un gran interés por las texturas de las superficies, con acabados muy pulidos y tersos y en
ocasiones muy expresivo. La luz iluminar de forma homogénea y el color no suele aparecer.
• Se domina el volumen aunque existe un marco ilusorio de referencia y un punto de vista preferencial
hasta el manierismo. El relieve tiene carácter pictórico y se ajusta a las leyes de la perspectiva lineal
consiguiendo efectos de profundidad.
• Los esquemas compositivos son simples y geométricos, basados en la clara articulación y equilibrio. El
movimiento se aprecia en el contrapuesto y en la tensión del movimiento en potencia, hasta la llegada del
manierismo que utilizará las posiciones inestables.
• La expresión es figurativa, naturalista e idealizada, con interés por la belleza formal basada en las
proporciones y en la armonía. Se domina la representación del cuerpo humano y proliferan los tratados
sobre las proporciones. El plegado de los paños mantiene la elegancia formal del gótico pero en el XVI
evoluciona hacia una simplicidad monumental.. Se acentúa el naturalismo, la búsqueda de la
representación de la realidad, el interés por el hombre, por su anatomía, así como un perfeccionamiento
de los conocimientos y medios técnicos.
• Los temas son el hombre y la naturaleza con un contenido religioso o profano (histórico, alegórico-
mitológico) y se multiplican los retratos de todo tipo.

El primer gran capítulo de la escultura comienza en 1401 con el concurso público para la
realización de las puertas del baptisterio de la Catedral de Florencia, en el que esta vez fue Ghiberti el
que le ganó la partida a Brunelleschi. El tema del concurso era el sacrificio de Isaac, fundido en bronce e
inscrito en un marco cuadrilobulado. Su encargo más laureado es, no obstante, las segundas puertas que
le encargaron en 1425 también para el baptisterio y que son conocidas como las “Puertas del Paraíso”,
esta vez con menos compartimentos, rectangulares y de mayor tamaño y donde se representan escenas
del Antiguo Testamento. En estas puertas el relieve renacentista alcanza una gran altura. Las figuras son
movidas, elegantes y de gran belleza siendo el escenario y el paisaje de un relieve de gran calidad. Es la
gran obra de su vida ya que tardó más de 20 años en hacerlas.
Afamado escultor fue también Donatello (1382-1466), el escultor más afamado e influyente de todo
el siglo XIV. Se caracteriza por tener un mayor interés hacia la figura humana aislada que por las grandes
composiciones de carácter pictórico y narrativo. Representó todos los estados de ánimo, desde la tristeza
a la alegría y el curso completo de la vida, desde la infancia a la vejez. No buscaba sólo la belleza, sino
también la expresión, característica muy novedosa dentro de este periodo. Entre sus obras más conocidas
está San Jorge (1415-1417), el David, el tabernáculo de la Anunciación de la Iglesia de Santa Croce de
Florencia (1440), El Gattamelata de bronce (1453), primer retrato ecuestre del Renacimiento, y en los
últimos años realiza una Magdalena penitente en madera policromada (1455) fruto de la crisis religiosa
antihumanista promovida por su arzobispo quien en su deseo de recordar al pueblo los primeros valores
del Cristianismo caminaba por la ciudad vestido de harapos. Se ve pues una gran evolución de la
expresión y las formas en toda la carrera escultórica de Donatello, desde un principio más clásico hasta un
final más patético, innovador y personal.
Otros escultores destacados fueron Luca della Robbia y Verrochio.

2.3. Pintura: Fra Angelico, Masaccio, Piero della Francesca y Botticelli.

Había un gran desconocimiento de la pintura antigua debido a que no se han conservado obras por
lo que los artistas van a fijar su atención en la naturaleza. De este modo. en el siglo XV la preocupación
por el naturalismo va a estar muy presente en los pintores, que intentarán representar de la forma más fiel
posible los rostros y el cuerpo humano. Se consiguen grandes retratos y se avanza en la interpretación del
paisaje, haciéndolo mucho más natural. Los escenarios arquitectónicos van a ser de gran perfección
debido al interés por la perspectiva y la luz será uno de los elementos fundamentales de las obras
pictóricas. También habrá novedades en los temas ya que se encargan numerosas representaciones
alegóricas no religiosas y en el uso de técnicas ya que se usarán indistintamente el fresco, el óleo o el
temple.

Fra Angelico: Pintor religioso de cierta influencia gótica (importancia del oro, simbolismo de la luz y
alargamiento de las figuras) aunque evoluciona hacia las novedades de la perspectiva, con referentes
arquitectónicos y proporciones clásicas. Piensa que en todo brilla el signo del Creador por lo que propone
temas de meditación. Entre sus obras destaca La Anunciación del Museo del Prado(1430-1432), El
Descendimiento y La Coronación.

Massacio: Muere joven y su obra más importante es los frescos que realiza en la Capilla Brancacci de
Florencia en 1424. Investiga sobre la perspectiva y trata de expresar en los cuadros historias que parecen
reales a nuestros ojos debido al magistral uso de la perspectiva y de la luz, que ayuda a potenciar los
efectos dramáticos. Son figuras de gran expresividad y volumen.

Piero della Francesca: Quizás sea el pintor más importante de este periodo y al igual que los demás, se
preocupó por el conocimiento científico técnico de la representación pictórica. Trabajó en Urbino al servicio
de Federico de Montefeltro. Sus obras se caracterizan por una perfecta inserción de las figuras en marcos
naturales o arquitectónicos dispuestas con gran solemnidad. Sus expresiones traducen sentimientos
personales y con la luz consigue dar a sus creaciones un aspecto más ligero y transparente. Destaca el
Sueño de Constantino y el cuadro Virgen y Santos con Federico de Montefeltro (1472)

Botticelli: Pintor culto y de gran sensibilidad obsesionado por la belleza sutil y delicada, plagada de
mensajes filosóficos. Fue protegido toda su vida por Lorenzo el Magnífico quien reúne en Florencia a un
importante grupo cultural, ambiente en el que ha de entenderse obras de Sandro Botticelli, como El
nacimiento de Venus (1478), donde se representa la Venus celeste nacida de los genitales de Urano,
diosa del amor a Dios, empujada a la playa por el soplo de los céfiros y recibida por Flora, La Primavera
(1478), representación de la Venus Natural, hija de Zeus o La Calumnia, también de carácter alegórico. A
pesar de todo, la mayoría de sus composiciones son religiosas como lo demuestran la Virgen del
Magnificat o La Anunciación.

Otros maestros de este periodo serán Perugino y Mantenga.

3.- El Cinquecento y la crisis del Manierismo en Italia.


Al comenzar el siglo XVI Florencia deja de ser la capital artística de Italia y Roma pasa al primer
plano siendo allí donde se hagan las obras más importantes de la época. Los protectores más importantes
de artistas y humanistas serán los Papas. Es ahora cuando culminan los logros del Quatroccento florentino
y adquieren el carácter de reglas de valor y aceptación universal. Es la época de los grandes genios,
Miguel Ángel, Rafael y Leonardo pero también de la aparición del capitalismo económico, del
fortalecimiento político del estado moderno, de las reformas religiosas y de los descubrimientos
geográficos. Es, en suma, el paso definitivo a la Edad Moderna. Se vive un espíritu triunfante que no logra
sin embargo frenar la grave crisis que se produce a partir de 1527, con el saqueo de Roma, el creciente
dominio español en Italia y los avances de la Reforma Protestante. Todo esto, como ya veremos,
desembocará en el Manierismo ya que, además, los autores caerán en la exagerada imitación de los
grandes maestros anteriores y hacen una copia de maniera muy personal de éstos, aunque resultarán
vacías de contenido y deformadas. Son imágenes sinuosas, alargadas e incluso cuadradas, con mucho
ímpetu y frenesí, usando la luz nocturna y los colores tornasolados. La impresión general de estas obras
es de tensión y ruptura de las reglas del arte clásico que antes tanto se tenían en cuenta a la hora de
realizar las composiciones.

3.1.- Arquitectura: Bramante, Miguel Ángel y Palladio.

La construcción de la actual basílica de San Pedro es la principal obra de este siglo debido a la
repercusión mundial que tenía y será Julio II el que se lo encomiende a Bramante, que hace un proyecto
con planta de cruz griega, cada uno de los brazos terminados en ábsides semicirculares y con gran cúpula
central. Las obras avanzaron muy lentamente y se van encomendando a otros arquitectos como Rafael,
que opta por una cruz latina aunque finalmente se hace cargo de la obra Miguel Ángel que retoma la idea
de Bramante pero añade fuertes innovaciones que consisten en la elevación de la cúpula, de proporciones
mucho más elegantes, y en la decoración, con columnas pareadas y frontones triangulares y curvilíneos
en el tambor. Esto proporciona una gran monumentalidad al exterior y una amplia luminosidad en el
interior. Otras obras importantes de Bramante serían el templete de San Pietro in Montorio (1502) erigido
en el lugar del martirio de San Pedro, es la expresión más depurada del lenguaje clásico y el patio del
Belvedere, también encargado por Julio II en 1505 y que contribuye a la remodelación del Vaticano.

La obra de Miguel Ángel es muy variada ya que fue arquitecto, escultor y pintor, aunque él mismo
se consideraba sobre todo un escultor. Su principal obra es la ya comentada basílica de San Pedro del
Vaticano donde hace una interpretación muy libre del lenguaje clásico, algo que va a estar siempre
presente en su obra como se puede ver en la escalera de la Biblioteca Laurenziana de Florencia (1558),
dividida en tres tramos y donde juega con el espacio de forma maestra. Con Miguel Ángel se rompe el
equilibrio a favor de un mayor movimiento. Su obra podemos enmarcarla en el fin de una época y en el
comienzo de otra, se trata del Manierismo, donde la arquitectura pierde el sentido de la simplicidad y se
comienzan a multiplicar innecesariamente los elementos arquitectónicos y decorativos.

La República de Venecia va a compartir el interés por las artes junto a Florencia y Roma y se va a
convertir en un centro artístico singular en la Italia del siglo XVI gracias sobre todo al pujante comercio que
mantenía con otros paises, sobre todo con España. Destacará el arquitecto Andrea Palladio, cuya obra
llegaría a ser una de las más influyentes de la Edad Moderna gracias sobre todo a su fecunda labor teórica
desarrollada en sus “4 Libros de Arquitectura” (1570). Destacará sobre todo en la arquitectura civil
formulando un tipo de edificio singular, la villa, espacios de recreos construidos como verdaderos templos,
monumentales, con grandes columnatas, frontones y gradas de acceso, destacando la Villa Rotonda.
Otros edificios de su realización son la fachada de la basílica de Vicenza (donde emplea motivos
decorativos propios que consisten en insertar una serliana en una estructura adintelada de columnas y
entablamento y el orden gigante, que se trata de una columna que ocupa dos pisos), las iglesias de San
Jorge y El Redentor y el Teatro Olímpico.

3.2.- Escultura: Miguel Ángel.

“No existe idea que no pueda expresarse en un bloque de mármol”. Esta frase corresponde a
Miguel Ángel y nos hace ver cómo era la escultura el medio que más dominaba y que prefería sobre
ningún otro, a pesar de que también era arquitecto, pintor, urbanista, poeta e ingeniero. Es el único artista
del siglo XVI a quien se le dedican en vida tres biografías. Comenzó a formarse en la escuela florentina de
Lorenzo el Magnífico en donde realiza la Virgen de la Escalera (1489-1492), inspirado en las
representaciones de Donatello. A la muerte de su mecenas se dirige a Roma donde en 1499 concluye La
Piedad, convirtiéndose desde ese momento en prototipo de imagen devota para el arte cristiano. Se
caracteriza por una delicada belleza juvenil de María y por la desproporción de ésta con respecto al
pequeño cuerpo del Cristo, defecto al que se ve obligado a recurrir para armonizar la calculada
composición piramidal del grupo. Dos años después sus paisanos florentinos le reclaman que realice una
estatua de David, por el que cobró 400 ducados y para lo que emplea un bloque gigantesco de mármol de
Carrara que permanecía arrumbado y al que ningún artista se atrevía a dar forma debido al desmesurado
tamaño del mismo. Representa el joven pastor hebreo con la honda en el hombro y quería significar según
Vasari que “así como David había defendido a su pueblo y lo había gobernado con justicia, el que
gobernase la ciudad de Florencia debería defenderla y justamente gobernarla”. Inspirado en la estatuaria
clásica, revela profundos conocimientos anatómicos y para aumentar las necesidades expresivas agranda
la cabeza y la mano derecha. Marca la transición entre el estilo “dulce” y “terrible” que tendrá su
producción a partir del sepulcro de Julio II, cuyo encargo recibe en 1505 y que será interrumpido y
reanudado en diferentes ocasiones. A él pertenecen las figuras de los Esclavo rebelde y Esclavo
moribundo, que a pesar de estar inacabados parecen cobrar vida desde el bloque del mármol y el Moisés,
estatua sedente realizada en 1515 que representa un héroe de potentosa armonía, con una fuerza
sobrehumana que se manifiesta en el gesto enojado y la profunda mirada (la terribilitá de Miguel Ángel)
Años más tarde el Papa León X le encarga las tumbas de la familia Médicis (1524-1534) para la
sacristía de la iglesia de San Lorenzo de Florencia, donde adosa la tumba a la pared colocando la figura
sedente del difunto en un marco arquitectónico situado en el centro, acompañados de alegorías del
devenir del tiempo.

Ya en los últimos años de su vida sólo realizará variaciones de un tema iconográfico ya explorado
en su juventud: la Piedad de María. La primera que realiza es la Piedad de la Catedral de Florencia, donde
se autorretrata en el rostro de Nicodemo, la segunda es la Piedad Palestrina (1555)y la tercera la Piedad
Rondanini (1564). Estas últimas obras reflejan el carácter pesimista y apesadumbrado de los últimos años
de vida del artista.

3.3.- Pintura: Leonardo, Rafael y Miguel Ángel.

Durante los papados de Julio II y león X, en las primeras décadas del siglo XVI, coincidieron en
Roma tres cumbres de la pintura que marcan el apogeo del Renacimiento: Leonardo, Rafael y Miguel
Ángel. Ahora, el estilo pictórico se va a distinguir por su deseo de simplificación, de claridad y de
grandiosidad.. Se busca destacar el tema principal perdiendo importancia los elementos secundarios, esto
proporciona una gran claridad en las composiciones.

Leonardo (1452-1519): Representa la culminación del hombre universal. Intenta ser un maestro en todos
los campos del saber e incluso en algunas cartas promete construir aparatos de guerra y de vuelo. Como
pintor expone su teoría en su “Tratado de la Pintura” donde se preocupa por la anatomía y la
caracterización fisionómica, en relación con los estados de ánimo. Desde el punto de vista técnico explora
muchas posibilidades y recurre al “sfumato” (contornos vagos y difuminados) que da a la obra una
sensación atmosférica, que produce una visión misteriosa y mutable. Sus obras más conocidas son La
Virgen de las Rocas (1483), el fresco de La Última Cena para el refectorio del convento de Santa Maria
delle Grazie en Milán y que supone un verdadero ejemplo del uso magistral de la perspectiva y del estudio
del comportamiento de los personajes, la más famosa de todas sus obras: La Gioconda (1503), típico
retrato renacentista y Santa Ana, la Virgen y el Niño (1508-1510).

Rafael (1483-1520): Antes de su traslado a Roma en 1508 ya había trabajado en Florencia, donde fija sus
ojos en Leonardo y sus personajes, hasta entonces muy reposados, comienzan a moverse y la expresiónd
e sus rostros gana en variedad. Va a ser conocido como un importante pintor de vírgenes con el niño (las
madonne) y en ellas se mezcla la belleza pagana y la devoción cristiana. En este periodo hace obras como
la Virgen del Jilguero o La Sagrada Familia del Cordero. Una vez afincado en Roma se le consigna la
decoración de la estancia de la Signatura del Vaticano (la biblioteca) para lo que pinta en los dos frentes
La disputa del Sacramento, que simboliza la verdad revelada y La escuela de Atenas, que representa la
verdad racional y donde se representan los sabios de la Antigüedad encabezados por Platón y Aristóteles,
con las esculturas de Apolo Y Palas Atenea en los extremos., protectores del Pensamiento y de las Artes.
Los rostros pertenecen al de personajes contemporáneos (Leonardo es Platón, por ejemplo) lo que tiene
una especial significación: los artistas modernos son comparables a los sabios antiguos. Continuará la
decoración del Vaticano con obras como El incendio del Borgo o La expulsión de Heliodoro. También fue
un magnífico retratista.
Miguel Ángel: Su principal actividad pictórica se centra en la Capilla Sixtina que Julio II le encargó realizar
en dos partes: una primera fase corresponde a la pintura de bóvedas y lunetos que hace entre 1508 y
1512 mientras que una segunda fase la realiza a partir de 1535, donde representa el Juicio Final en el
muro central de la capilla. Se trata de una apoteosis de 300 figuras portentosas de gran anatomía y
volumen, con rebuscados escorzos y en todas las posturas imaginables.

3.4.- La escuela veneciana.

Es una de las escuelas más importantes de la Italia del siglo XVI. Los dos aspectos que la definen
son la luz y el color, que van a suponer la primacía de lo visual sobre lo intelectual. El mejor pintor de esta
escuela será Tiziano, que recibe las mayores distinciones de los príncipes extranjeros y que gracias a su
larga vida su estilo evolucionará profundamente ya que en sus últimas obras emplea una técnica que
podríamos definir casi de impresionista, fruto de un sentido plenamente pictórico de la composición, en
contraste con las completas terminaciones de sus primeros cuadros. Entre sus obras más conocidas está
El amor divino y el amor profano (1515), la Venus de Urbino (1538) o Dánae recibiendo la lluvia de oro
(1553). Realiza por tanto gran multitud de temas que van desde los religiosos hasta los mitológicos
pasando por el retrato, del que fue también un gran maestro, como lo demuestran los Retratos de Carlos V
y Felipe II. Otros pintores venecianos de importancia fueron Giogione, el Veronés y Tintoretto.

4.- España.

4.1.- Arquitectura: del Plateresco al Escorial.

La introducción del Renacimiento en España es consecuencia natural de nuestras relaciones con


Italia. Los artistas italianos han triado la buena nueva renacentista y no faltan españoles que han estado
en la península vecina. Así, pronto el Renacimiento se instala en España y se escribe el primer tratado del
nuevo estilo arquitectónico, lo publica Diego de Sagredo en Toledo y se conoce como Medidas del
Romano.

Vamos a dividir el siglo XVI español en tres etapas fundamentales:

- Plateresco.
- Romanismo.
- Purismo.

El estilo que corresponde al Quatroccento italiano va a ser conocido aquí como plateresco, que debe
su nombre al sevillano Ortiz de Zúñiga, quien al elogiar la decoración de este estilo la define como
plateresca por su riqueza decorativa. Es un estilo que trata de esconder la pobreza del material en el que
se construye debido a la carencia de mármol colocando grandes aparatos decorativos formados por
medallones con bustos, gran número de hojas y sobre todo por las columnas abalaustradas, cuyo fuste
consta de una parte superior terminada en su base en forma bulbosa y revestida de hojas que por su
semejanza con el fruto del granado se le llama balaustre (del latín “balaustium”: granado) Sus caracteres
generales son:

• Utilización de muros con paramentos almohadillados.


• Arcos de medio punto, carpanel o escarzanos.
• Columnas abalaustradas con capiteles corintios o compuestos decorados de modo fantástico. Pilastras
cubiertas de rica decoración de grutescos.
• La cubiertas pueden ser: techumbre de madera con artesonado, bóveda de cañón con casetones, de
arista y de crucería. Las claves se decoran con rosetones, florones o medallones.
• En general hay un predominio de la decoración con grutescos, escudos, medallones, conchas, angelotes,
animales, figuras humanas, picos, diamantes, remates con cresterías y candelabros.

Al principio se incorpora a las formas góticas y hasta bien entrado el siglo no se realizarán construcciones
arquitectónicas renacentistas en sí mismas. Salamanca es la ciudad plateresca por excelencia, donde
sobresale la fachada de la Universidad, una de las obras maestras de la arquitectura plateresca y cuyo
autor se desconoce. En Sevilla destaca el Ayuntamiento realizado por Diego de Riaño.
Con el romanismo se realiza ya una correcta asimilación de las proporciones clásicas y la
cristianización del grutesco. Los arquitectos ya no usan bestias ni figuras monstruosas en sus
decoraciones sino que usan motivos romanos y figuras de ángeles y niños. El introductor de esta corriente
será Diego de Siloé, cuya obra más destacada será la Catedral de Granada, basílica de cinco naves con
su deambulatorio. La gran novedad de esta catedral es que los pilares llevan sobre el capitel un trozo de
entablamento y encima otros pilares de menores proporciones para elevar su altura. Esta construcción
influyó en las catedrales de Málaga, Guadix y Jaén.

Conforme avanza el siglo algunos autores comienzan a cansarse de tanta decoración y se recurre
a emplear un estilo más austero. Aparece lo que denominamos purismo, que consiste en aplicar las
reglas clásicas desprovistas de decoración alguna. Un caso ejemplar es la construcción del Palacio de
Carlos V en la Alhambra de Granada, de Pedro Machuca. Pero el monumento que va a hacer triunfar
esta reacción será el Monasterio de San Lorenzo del Escorial, concebido por Felipe II como panteón real,
palacio y monasterio encomendando su traza a Juan de Toledo que lo dispone en una planta cuadrada
con una torre en cada ángulo. Dividido en tres zonas verticales, en la central traza el gran “Patio de los
Reyes”. Bajo el testero del templo se encuentra la cripta y tras él un cuerpo saliente. La zona lateral
derecha se dedica al convento. El edificio, debido al sistema de cuadrículas y al cuerpo que sobresale en
la parte central tiene forma de parrilla (atributo del martirio de San Lorenzo). La obra comienza en 1563
pero el arquitecto muere en 1567 y Felipe II adjudica la obra a Juan de Herrera (de ahí el nombre de
“estilo herreriano”). El templo es de planta de cruz griega con una gran cúpula central. Herrera va a
renunciar a toda decoración por lo que los temas vegetales van a desaparecer y los figurados se
convierten en estatuas. El rico equilibrio de proporciones y la sabia combinación de masas hacen de éste
uno de los monumentos más grandiosos y conocidos de la historia de la arquitectura española de todos
los tiempos.

4.2.- Escultura: los primeros imagineros: Berruguete y Juni.

Durante el primer tercio del siglo XVI los escultores españoles abandonan el estilo gótico y se
enfrentan a las formas renacentistas, aunque con mayor influencia de la temática religiosa que en Roma.
Algunos marchan a Italia pero a la difusión del nuevo estilo contribuyen artistas italianos que se afincan en
España como Torrigiano. La escultura será de una gran expresividad y los materiales empleados serán el
mármol y el bronce para los monumentos funerarios y la madera policromada en los demás. Destacarán
dos escultores por encima de los demás y cuya actividad se centra en Valladolid, son Berruguete y Juni.

Alonso Berruguete (hijo del pintor Pedro Berruguete) se forma en Italia y su principal fuente de
inspiración es Miguel Ángel. Busca el movimiento y la expresión dramática de las figuras, por lo que en sus
personajes se aprecia más una búsqueda de este dinamismo que de la perfección de la forma, ya que sus
relieves y estatuas se hacían para retablos de ciertas proporciones y sus esculturas se verían desde abajo
no pudiéndose apreciar ciertos detalles. Al parecer, los retablos decorados por sus esculturas son obras
suyas y en ellos busca crear grandes escenarios de columnas finas que apenas se ven debido al ímpetu
de sus figuras. Entre sus obras más destacadas está el Retablo de San Benito, el Retablo de la Adoración
de los Reyes de Valladolid, los relieves de la sillería del coro de la Catedral de Toledo y el Sepulcro del
Cardenal Tavera.

El trabajo de Juan de Juni será más lento y meticuloso pero sus resultados son grandiosos por su
dimensión trágica y por su brillante policromía. Le gusta lo grandioso y los cuerpos son anchos,
corpulentos y de gran movimiento. Destaca su Santo Entierro, el Cristo Muerto de la Catedral de Segovia y
la famosa Virgen de los Cuchillos de la iglesia de las Angustias de Valladolid. Podemos decir de él que es
uno de los grandes manieristas del Renacimiento por su forma de expresar la inquietud y la angustia de
sus personajes.

4.3.- Pintura: el Greco.

La pintura española de este periodo se caracteriza sobre todo por la escasez de temas profanos.
Entre los españoles destacan Luis de Morales, que pinta cuadros de devoción y Alonso Sánchez Coello,
retratista de la Corte de Felipe II.
Mayor envergadura va a tener Doménico Theotocopuli que nace en Creta en 1541 y muy joven se
traslada a Venecia, donde adopta el sobrenombre de El Greco y se deja influir por el vivo colorido de
Tiziano y por la impronta manierista de Tintoretto. Se formó en la tradición bizantina de la pintura de
iconos, lo que explica el carácter rígido de sus figuras y las limitaciones de profundidad espacial, pero
sufrió una influencia decisiva de la escuela veneciana lo que justifica su amplio colorido. Ya en 1577 se
encuentra en Toledo adonde fue llamado para la realización de El martirio de San Mauricio y la legión
tebana, obra que no gustó al monarca por lo que no se le abrieron las puertas del Escorial. Y no gustó
debido a que El Greco se alejó de las corrientes del momento, que insistían en que el mensaje de la obra
debía ser fundamentalmente religioso y en este cuadro el martirio queda relegado a un segundo plano
mientras que la importancia del mismo se centra en una discusión entre los legionarios. Ya en España
consolida su estilo, lleno de intensidad expresiva y profundo misticismo (relacionado con la idiosincrasia
española) De todo esto se reconocen sus caracteres formales, con figuras alargadas, composiciones
inestables y colores irreales. Entre sus obras más conocidas están La Trinidad, El Expolio y El entierro del
Conde de Orgaz en Toledo (1588), piadoso caballero del siglo XIV que por haber ayudado a los agustinos
de San Esteban merece que San Agustín y San Esteban acudan a enterrarlo. En los rostros se manifiesta
la percepción directa de la realidad mientras que en la parte superior se manifiesta la espectacularidad
celestial. Esta pieza maestra consolidó el prestigio del Greco en Toledo e inauguró una nueva etapa en su
estilo. El color se va apagando y se reduce a una fría gama de tonos verdosos, grises, amarillentos y
carmines. Las figuras acentúan su expresividad al dislocar el pintor las proporciones y deformar las
anatomías. También realiza La expulsión de los mercaderes, La Resurrección, Apostolados, retratos como
El caballero de la mano en el pecho , lo que le revela como un gran retratista ya que por sus cuadros
pasaron las personas más nobles de Toledo y de toda España y paisajes como la Vista de Toledo.
TEMA 11: ARTE DEL BARROCO

1.- Introducción.

2.- La arquitectura en Italia y Francia.

2.1- Las plantas alabedas de Bernini y Borromini.

2.2- El palacio clasicista francés: Versalles.

3.- Escultura en Italia: Bernini.

4.- Pintura en Italia.

4.1.- El naturalismo y los problemas de la luz: Caravaggio.

4.2.- El clasicismo en los frescos de Carracci.

5.- La pintura en Flandes y en Holanda: Rubens y Rembrandt.

6.- La arquitectura barroca española.

6.1.- Siglo XVII

6.2.- Siglo XVIII

7.- La gran imaginería española.

7.1.- Castilla

7.2.- Andalucía.

7.3.- Murcia.

8.- La pintura barroca.

8.1.- El naturalismo tenebrista: Ribera y Zurbarán.

8.2.- Realismo barroco: Velázquez y Murillo.

1.- Introducción.

El Barroco es un periodo artístico que comienza en los últimos años del siglo XVI y dura hasta el
segundo tercio del siglo XVIII, y en algunos países hasta finales del mismo. El término Barroco surge ya a
finales del siglo XVI cuando los joyeros portugueses emplean este vocablo para designar a una perla
irregular que ellos mismos fabricaban. En el siglo XVII también se usaba en Francia como sinónimo de lo
que resultaba una operación financiera fraudulenta y durante la segunda mitad del siglo XVIII va a tomar
un matiz aún más despectivo ya que servía para definir algo que resultaba recargado, excesivamente
complicado y ampuloso. Se usaba por oposición a las normas clásicas del Renacimiento y que los
“degenerados” artistas posteriores se habían dedicado a corromper. Incluso los académicos españoles de
la Ilustración divulgaron esta idea despreciativa achacando a Borromini y Churriguera la decadencia y el
mal gusto de las artes, acuñando las voces “borrominesco” y “churrigueresco” para referirse a ciertas
obras muy recargadas. Será H. Wölfflin quien reivindique el Barroco como un estilo propio, independiente y
opuesto al Renacimiento y no por ello de menor categoría que él. El principal objetivo del Barroco será el
arte “total” y la arquitectura será la disciplina fundamental a la que se condicionan todas las demás
(escultura, pintura, jardinería, artes decorativas)para conseguir un espacio de síntesis dentro de un
contexto urbano.

Influyó en su creación el movimiento religioso de la Reforma Católica que se expresa en el Concilio


de Trento como protesta contra el Luteranismo. Se procura fomentar la devoción intensificando el lujo de
los templos, creando conjuntos efectistas y haciendo un arte realista que acerque los temas religiosos al
hombre sencillo. Este movimiento dividió a Europa en dos partes: la Europa protestante del norte y la
Europa católica del sur.

2.- La arquitectura en Italia y Francia.

Con la llegada plena del Barroco se comienzan a perfilar las principales naciones artísticas europeas
y elementos comunes a todas estas escuelas serán el empleo del orden colosal y la riqueza de la
ornamentación, pero en el diseño de los espacios interiores y en la composición de la fachada surgieron
algunas variantes. Italia seguirá estando a la cabeza de la arquitectura europea y da los pasos decisivos
en la concepción general del estilo y en la transformación de los elementos arquitectónicos. Italia es la
creadora del palacio barroco, aunque será Francia la que produzca las obras más representativas.

2.1- Italia: Las plantas alabedas de Bernini y Borromini.

Roma es el centro más importante y los papas son los grandes mecenas del momento. La
arquitectura se pone al servicio de la Iglesia Católica que tiene como misión conducir al fiel y persuadirle
moviendo su sensibilidad. Al ser la capital del catolicismo tiene que ofrecer una imagen impactante a los
miles de peregrinos que cada año acuden a visitar las basílicas y la tumba de San Pedro por lo que las
nuevas construcciones van a ser muy numerosas, así como las obras de urbanismo.

Gian Lorenzo Bernini (1598-1680) es uno de los grandes genios de la historia del arte universal.
Con gran éxito logró trabajar para ocho Papas diferentes, Luis XIV de Francia le invitó a París para que
diseñara el palacio del Louvre y sus clientes fueron cardenales y duques. Su carrera como arquitecto
comenzó en el Vaticano, realizando el Baldaquino de San Pedro, movido palio de bronce, apeado en
cuatro columnas salomónicas y que se sitúa bajo la cúpula de la basílica como recordatorio de que justo
en ese lugar fue enterrado san pedro, primer Papa de la iglesia. Triunfó con esta empresa y fue nombrado
Arquitecto Pontificio, realizando en los años posteriores otras grandes obras como la columnata de la gran
plaza, que cierra óptimamente la plaza del Vaticano, que sirve de deambulatorio a las procesiones y que
abraza ecuménicamente a la cristiandad que la visita. También realiza la Cátedra de San Pdro. Pero la
obra arquitectónica de la que mayor satisfacción tenía era la iglesia de San Andrés del Quirinal, iglesia de
planta central donde juega con la línea cóncava y convexa.

Borromini (1599-1667) era todo lo contrario a él, no sólo en el carácter (era inquieto, violento,
irascible) sino también en su forma de entender el arte. Además realiza su obra para las órdenes religiosas
más humildes, desprovistas del dinero que poseía el Papado. Entre sus grandes obras está San Carlo alle
Quattro fontane, que realiza en varios periodos constructivos. También realiza el oratorio de San Felipe
Neri, concebido como una sala de audiciones ya que los filipenses otorgaban a la música un alto poder de
persuasión en la labor pastoral y la iglesia de Sant´Ivo alla Sapienza, muy curiosa, ya que su planta está
formada por dos triángulos equilateros que al cruzarse crean un hexágono. Su ideal arquitectónico puede
resumirse en la frase que él mismo cita en una de sus cartas “variar para huir del aburrimiento”.

DIFERENCIAS ENTRE BERNINI Y BORROMINI

Bernini:
1. Respeta las proporciones de los órdenes y las reglas de la composición.
2. Usa el mármol.

3. Espacios naturales abiertos, con curvas y contracurvas diáfanas.


4. Fachadas e interiores pulidos para que la luz y la sombra resbalen.

Borromini:

1.Rompe las normas e inventa nuevos elementos.

2. Usa materiales baratos como el ladrillo, el estuco y el revoque.

3. Espacios artificiales y reducidos que complica mediante alabeos secundarios.


4. Añade quiebros, rupturas y aristas para que la luz se quiebre con un efecto claroscurista.

2.2.- El palacio clasicista francés: Versalles

Francia vivirá en una dictadura arquitectónica ya uqe va a ser controlada por la Academia y
sometida al “buen gusto francés”. Rasgo fundamental del arte francés de la época barroca es su carácter
cortesano. Los artistas principales trabajan para los reyes por esto el edificio típico es el palacio formado
por un cuerpo alargado y dos alas hacia el jardín, formando escuadra. Al revés que en Italia, las fachadas
no miran a la calle, sino hacia el jardín. Las techumbres son típicamente francesas, formando cuerpos
prismáticos de gran altura. En ellas se abren buhardillas. También se edificaron en Francia infinidad de
iglesias, disponiéndose en tres pisos o con dos pisos y cúpula.

En tiempos de Luis XIII los artistas más importantes son Lemercier y Mansart. De Lemercier es la
Sorbona y Mansart realiza una importante serie de "hoteles", es decir, viviendas urbanas para la alta
burguesía o la nobleza, cómodas y elegantes.

Con Luis XIV la arquitectura francesa acentúa su carácter monárquico. El Rey fiscaliza toda actividad
artística y se crean manufacturas que nutren de tapices y de toda clase de mobiliario a los edificios reales.
Luis XIV deseaba terminar el Louvre, que ya había sido agrandado por Lemercier y aceptó el plan de
Perrault y de Le Vau colocando en la fachada una gran columnata clásica.

La creación de Versalles, será la obsesión del reinado y el símbolo del poder del Rey Sol, que establece
allí su Corte. El primer proyecto de LeVau, pronto pareció pequeño y Luis Mansart, sobrino del anterior,
realiza las ampliaciones y le da su carácter definitivo, con la riquísima decoración interior, dirigida por Le
Brun primer pintor del rey. El gran Salón de los Espejos, las Sala de la Paz y de laGuerra son las más
significativas del conjunto, del que los jardines son el complemento ideal. Este último hizo además la
maravillosa iglesia de Los Inválidos, con soberbia cúpula.

3.- Escultura en Italia: Bernini.

La escultura tendrá un gran desarrollo tanto en la decoración arquitectónica como en el relieve. Los
materiales más utilizados serán el mármol y el bronce ya que gozan de un mayor prestigio al ser
materiales más nobles y permiten una mayor expresividad. La luz, el color y el fuerte movimiento serán las
principales características de la escultura barroca que busca sorprender al espectador, y para que éste
efecto surja deben realizarse de la forma más veraz posible. Los temas, aunque predominarán los
religiosos, van a ser también muy variados ya que se dan muchas escenas de corte, bodegones, retratos...
La figura central de la escultura italiana será Gian Lorenzo Bernini. Comenzó su actividad muy
joven realizando esculturas de carácter mitológico para el Cardenal Borghese. En una primera época
Bernini trataba de captar la tensión del momento, como ocurre con su David (1623) donde congela el
momento de máxima concentración del héroe, algo que también realiza con Apolo y Dafne, donde, según
el relato de Ovidio de La Metamorfosis, Dafne empieza a ser transformada en laurel al ser alcanzada por
Apolo. Gracias a la fama que le dan estas obras llegó a recibir encargos por parte del Vaticano, para el
que realiza además de varias figuras escultóricas los sepulcros de Urbano VIII y Alejandro VII donde juega
con lo escultórico, lo arquitectónico y lo puramente escenográfico dando lugar a una verdadera integración
de las artes.
Como decorador urbano también trabajó en abundancia para Roma realizando un interesante
conjunto de fuentes entre las que destacan La Barca de la Plaza de España y la monumental Fuente de
los Cuatro Ríos de la Plaza Navona, donde hace una complicada alegoría donde exalta a la iglesia, al
Papado y a la familia del Papa Inocencio X.
En todas estas obras las ropas, los cortinajes y demás le van a servir como juego de luces y de
sombras, para acentuar texturas y aumentar el virtuosismo de las mismas, efecto que alcanzará su mayor
esplendor con El éxtasis de Santa Teresa. En ella Bernini consigue plasmar la expresión de lo espiritual.
Un efecto luminoso hace que las imágenes parezcan suspendidas en el aire, y la expresión de la Santa en
pleno arrebato místico, constituye una de las más grandes realizaciones de todo el arte barroco. Los rayos
que aparecen están hechos de bronce y quieren representar la luz divina que se funde con la propia luz
real que entra por la ventana.
Otros escultores importantes de la Italia del momento serán Alessandro Algardi y Francesco
Duquesnoy.

4.- Pintura en Italia.

En Italia tendrá una gran importancia la pintura religiosa, destinada a familiarizar al creyente
con la visión de lo sobrenatural, así como los temas que ponen de relieve la gloria del poder.
Paralelamente también se reflexiona sobre la vanidad de los triunfos mundanos sobre todo a partir
de la realización de escenas de género y bodegones. También tienen importancia la pintura
mitológica, la histórica y el retrato. Muy importante va a ser el estudio de la expresión. El barroco
se complace en la expresión del dolor y son muy numerosas las escenas de martirio como medio
más eficaz para fomentar la imagen religiosa.
A comienzos del siglo XVII dos grandes corrientes estilísticas van a dominar la pintura
italiana:
- el naturalismo, representado por Caravaggio que radicaliza las tendencias clarificadoras y
populistas de la Contrarreforma
- el clasicismo, representado por Annibale Carracci, que recupera la tradición clásica, con un
sentido armónico de la belleza.

4.1- El naturalismo y los problemas de la luz: Caravaggio.


Caravaggio es uno de los grandes nombres de la historia de la pintura. Violento y rebelde, su vida
está rodeada de escándalos, lo que contribuyó a fomentar su imagen de pintor maldito y anticlásico.
Cuando en el siglo XIX cobre fuerza el valor de lo real en la pintura Caravaggio será considerado como un
gran maestro debido a su dramático uso de la luz y de los gestos, usados para provocar reacciones
inmediatas en el espectador. Su pintura va a basarse en una observación de la realidad, a la que muestra
con toda su crudeza y sin ningún tipo de idealización. Usa perfectamente el claroscuro (alternancia en la
misma obra de colores claros y oscuros, es un juego de luces que el popularizó, de ahí que se le considere
un pintor “tenebrista” ya que hace emerger a las figuras de las sombras) Para todas sus composiciones va
a tomar modelos callejeros, es decir, encontrados en la misma calle, lo que va a acentuar este carácter de
lo real que antes aludíamos.

Pintó bodegones y composiciones con tipos populares pero sus obras maestras son grandes
cuadros religiosos en los que la voluntaria vulgaridad de los modelos no quita grandeza y emoción a lo
representado. Sus obras más importantes son: Vocación de San Mateo, El Martirio de San Mateo, La
Conversión de San Pablo, el Martirio de San Pedro, y El Entierro de la Virgen.

4.2- El clasicismo en los frescos de Carracci.

En Bolonia se desarrolla una corriente que rechaza las formas idealizadas en exceso, pero
también la realidad inmediata, con sus imperfecciones. Pintan las cosas no como son, sino como deberían
ser, buscando la belleza ideal. Se interesan mucho por la naturaleza y crea un tipo de paisaje de enorme
belleza y equilibrio. Aunque el esquema de cuadratura fue usado por Miguel Angel, fueron los maestros de
Bolonia quienes la consagraron y consiste en enmarcar los frescos en la pared como si fueran cuadros.
Annibale Carracci (1560-1609) fue el centro fundamental de la corriente. Concibe la pintura como un
problema ideal de representación y narración, que ha de resolverse mediante el estudio del dibujo de los
maestros clásicos del renacimiento, con objeto de poder expresar adecuadamente contenidos simbólicos
de carácter moral que transfiguren la realidad para poder alcanzar la belleza artística. Su obra maestra es
la decoración de la Galería Farnese donde desarrolla una temática mitológica que alude al concepto
neoplatónico del amor. Junto a su familia creó una Academia que proporcionaba a los artistas una extensa
preparación no sólo técnica, sino también humanista y literaria.

Otros pintores destacados de la Italia del momento serían Artemisia Gentileschi, una de las
primeras mujeres pintoras de las que se tiene constancia, José de Ribera (ambos seguidores del
tenebrismo caravagesco) y Guido Reni (seguidor de la tendendcia clasicista de los Carraci) Además la
pintura decorativa va a cobrar una importancia fundamental ya que muchos artistas se especializan en
amplias decoraciones de bóvedas y muros, con un sentido triunfal y grandioso tales como Pietro de la
Cortona, primer maestro de este género y que realiza las bóvedas de los palacios Barberini en Roma.
Luca Jordán también crea una pintura decorativa de enorme efecto dejando obras importantes en España
como en El Escorial y la catedral de Toledo.

5.- La pintura en Flandes y en Holanda: Rubens y Rembrandt.

En el desarrollo de la pintura de los Países Bajos influyen factores sociales, económicos, políticos y
religiosos. La reforma religiosa entre una zona católica, aristocrática y monárquica bajo dominio español
(Flandes), y otra protestante, democrática y burguesa (Holanda) determinó una separación total en los
ideales artísticos que se reflejan en la pintura de la forma más clara ya que mientras en Flandes va a
predominar la pintura religiosa en Holanda serán los temas de la burguesía, los retratos y las escenas de
genero los que más difusión tengan.

Así, en la pintura flamenca se van a multiplicar los asuntos religiosos en grandes lienzos de altar,
insistiéndose mucho en la vida de santos y en las representaciones de los Sacramentos, que los
protestantes rechazan. Los temas mitológicos son representados también en grandes dimensiones, para
decoración de los palacios reales y de la alta nobleza y el retrato va a tener un carácter aparatoso y
solemne, dando idea ante todo de la elevada posición social del retratado.
De entre todos los autores tendrá una especial importancia Pedro Pablo Rubens: Es la figura
culminante de la pintura en Flandes. Se caracteriza por su dinamismo, vitalidad y exuberancia. Su colorido
es cálido, aprendido de los venecianos, sus composiciones se ordenan sobre un esquema diagonal que
les da una sensación de movimiento prolongado más allá del marco. Los cuerpos varoniles, musculosos o
los afeminados, de modelos gruesos, carnosos y sensuales, se agrupan en composiciones de ritmo
turbulento, enroscándose las formas.
Rubens trabaja con igual maestría todos los géneros. Como pintor religioso, crea una serie de
grandes composiciones, de espectacularidad extraordinaria, al servicio del sentido triunfal de la iglesia.
Entre las más impactantes se encuentran Descendimiento de la Cruz y el levantamiento de la Cruz.
Dentro de la pintura histórica destaca la serie de María de Médicis, compuesta de veintiún lienzos y como
pintor mitológico interpretar con maestría y sensualidad los temas de Dioses como en Las Tres Gracias, El
Jardín del Amor, El Juicio de París o La Venus en el tocado. También trabajó el retrato, creando,
inspirándose en los venecianos, un tipo de retrato de aspecto cortesano como el del Duque de Lerma.
Otros dos grandes pintores de Flandes van a ser Van Dyck, pintor, ante todo, de la aristocracia a la
que sabe halagar componiendo los retratos con un sello distinguido. Da mucha importancia a la
indumentaria, adelgaza las formas y afemina las figuras y entre sus retratos destaca el de Carlos I de
Inglaterra y Jordanes, que sigue la influencia de Rubens, pero prefiere los temas populares, de tono
humorístico, como El Rey bebe..
Ya dentro de la pintura holandesa va a desaparecer por completo la pintura religiosa de altar al
desaparecer el culto a las imágenes. Los cuadros religiosos son de pequeño formato para ser
contemplados y meditados en las habitaciones de la burguesía. Los temas mitológicos apenas se tratan y,
cuando existen tienen una intención alegórica o moralizante mientras que el retrato toma un tono de
intimidad, sobriedad y realismo. Aparece el retrato corporativo. Lo más característico de la pintura
holandesa serán los géneros realistas, tan de gusto burgués, en cuadros de dimensiones reducidas para la
decoración de las casas, en donde más que el lujo de los palacios de la nobleza, se busca la comodidad y
el confort. Aparecen así los cuadros de interior, con escenas domésticas, los cuadros de animales, los
puros paisajes y el bodegón.
Dentro de la escuela van a destacar tres autores fundamentales: Hals, Rembrandt y Vermeer.
Frans Hals es seguramente el más íntimo retratista de su generación, intérprete extraordinario de
la vivacidad y de la alegría del holandés. Con él cristaliza el retrato de grupo que reúne a los miembros de
una corporación ( las Regentes del Hospital de Harlem). También son importantes sus retratos individuales
como La Gitana.
Rembrandt van Ryn: Es la personalidad más compleja del arte holandés. Auténtico genio de la
pintura, abarcó todos los campos: el retrato, el paisaje, el interior, el cuadro religioso, el mitológico, siendo,
al propio tiempo, uno de los más grandes grabadores de todos los tiempos. Su estilo parte del tenebrismo,
pero aunque gusta de los contrastes de luz y de sombra, el límite entre ambos no es nunca tajante como
en Caravaggio, sino que prefiere unas penumbras misteriosas y doradas que dan un enorme atractivo a
sus obras. Es un gran predicador de ideas generales; no es lo concreto lo que resalta de su obra, sino el
sentido de lo universal, por ejemplo, se fija en los pobres, pero luego no pinta mendigos, sino la pobreza.
El Buey desollado, por ejemplo, esuna de las más geniales naturalezas muertas que se hayan pintado. La
serie principal de los cuadros de Rembrandt está integrado por retratos. Los hizo individuales y colectivos.
Ningún pintor ha pintado tantos autorretratos como él y gracias a ellos podemos conocer su evolución
física de una forma verdaderamente real además, le servían para ensayar juegos de lineas y de luces por
lo que podemos apreciar el estudio de todos los problemas de la luz y las diversas expresiones del rostro.
Dejó también muchos retratos de grupo como Lección de Anatomía de tono dramático y misterioso ; La
Ronda de Noche, encargado por los arcabuceros de Ámsterdam, donde el asunto es una toma de armas,
en él la luz ciega, deslumbra, y en la misma sombra impera el color. Los Síndicos de los pañeros de
Amsterdam, su obra maestra , es una composición unitaria y llena de potente vida interior, hacia un mayor
idealismo.
Por último, debemos hacer mención a Vermeer: Es el gran maestro del género típicamente
holandés del cuadro de interior. Sus lienzos son de una extraordinaria sencillez en la composición y lo
fundamental en sus obras es la luz y la belleza de sus colores claros, con una técnica casi puntillista, que
hacen de él un artista muy audaz y moderno.

6.- La arquitectura barroca española.


El Siglo XVII en España se conoce como el Siglo de Oro. En esta centuria la gradual decadencia
política de los llamados “Austrias Menores” (Felipe III, Felipe IV y Carlos II), que gobiernan un territorio
inmenso, que comprende también América, coincide también con un espectacular y originalísimo
desarrollo de las letras y las artes. Durante ese periodo vivieron los grandes mitos que han conformado la
imagen artística de lo español en el mundo, arquitectos como Churriguera, escultores como Gregorio
Fernández o Martínez Montañes y pintores como Velázquez, Murillo o Zurbarán. En realidad todos ellos
llevaron a cabo interpretaciones particulares de un lenguaje barroco común, al servicio de la Monarquía
Absoluta y conforme a los ideales del catolicismo.

La riqueza decorativa será una de las características más acusadas de la arquitectura barroca y en
España no se limita al interior sino que toda esta decoración también se coloca en la fachada. Pero en el
templo no se modifican sustancialmente las plantas como hacen los italianos. Las movidas plantas de
Borromini no tiene fortuna en la arquitectura española. Así, las grandes iglesias del barroco español van a
tener una gran simpleza estructural en su planta, muchas de una sola nave pero estarán brillante y
teatralmente revestidas en sus interiores con yesos, maderas, espejos e incluso cúpulas fingidas mientras
que las portadas se concebirán como complejos retablos escultóricos.

6.1. El siglo XVII

La arquitectura de la primera mitad del siglo XVII está dominada por la fuerte influencia dejada por
San Lorenzo de el Escorial y la tradición clasicista. La Corte es el principal centro de actividad, que primero
estuvo asentada en Valladolid y a partir de 1606 en Madrid. A pesar de sus pretensiones, crea una
arquitectura pobre, que utiliza ladrillo, yeso y mampostería e incluso las bóvedas van a ser encamonadas,
es decir, formadas con un armazón de madera de cañas o listones. En esta primera mitad del siglo XVII va
a destacar Juan Gómez de Mora que va a proyectar la Plaza Mayor de Madrid, de estructura cerrada,
rodeada de pórticos para las tiendas de los tenderos y con balcones para las fiestas. Este tipo de plazas
es una aportación típica española al urbanismo barroco y se va a dar en otras ciudades como vemos en
Córdoba con la Corredera.

Ya en la segunda mitad del siglo XVII la asimilación de formas plenamente barrocas se hizo más
acusada ya que aparecen formas más ricas que vana eliminar casi por completo el estilo herreriano. La
decoración se enriquece con elementos naturalistas (guirnaldas de frutas, esculturas en relieve...) y
abstractos (placas, molduras). Una de las obras más importantes de este periodo va a ser la fachada de la
Catedral de Granada diseñada por el pintor Alonso Cano y donde trabajó el arquitecto egabrense
Granados de la Barrera. Aquí se busca crear un gran efecto de profundidad, al rehundir tres arcos, y de
riqueza, al decorar con placas y motivos vegetales la grandiosa estructura.

En este siglo es muy importante también la arquitectura que muchos españoles realizan en
Hispanoamérica donde comienzan a crecer el número de ciudades por lo que las órdenes religiosas
construyen grandes edificios para sus conventos convirtiéndose el barroco español en un auténtico
referente para el Nuevo Continente.

6.2. El siglo XVIII

El estilo decorativista de la segunda mitad del siglo XVII, que había roto la planitud de las
superficies con objeto de crear un juego de luces y sombras que proporciona gran expresividad a los
edificios, se hace más complejo al finalizar el siglo y durante las primeras décadas del siguiente. La
ornamentación se hace más profusa y recargada, con columnas salomónicas, frontones curvos y partidos,
estípites, variados motivos vegetales o molduras que se rompen o aumentan de tamaño en relación al
muro. La arquitectura tiene un gran sentido escenográfico sobre todo en determinados arquitectos.

En Castilla va a destacar sobremanera la familia de los Churriguera, que incluso han generado un
apelativo, el de churrigueresco, para definir una variante estilística del Barroco, caracterizada por la
excesiva acumulación ornamental (aunque en un principio este término tenía sentido peyorativo). José
Benito Churriguera es el más importante de ellos. Realizó numerosos retablos con gigantescas columnas
salomónicas, recubiertos de pámpanos y coronados con entablamento partido. Su pieza más
representativa es el Retablo de San Esteban de Salamanca, obra que resume el barroco hispano con el
gusto por el profuso adorno y los dorados, el ritmo dinámico de las formas curvas y la gran expresión de la
escultura. Otro de sus hermanos, Alberto, realizó el diseño de la Plaza Mayor de Salamanca, una de las
obras más preciadas del barroco salmantino inspirada en la cerrada de Madrid. Ambas plazas sirven para
comparar los estilos ya que la de Madrid, al ser emblema de los Austrias, es muy sobria y clásica, mientras
ésta, más acorde al espíritu borbónico, está plagada de elementos decorativos. Otros arquitectos
importantes de este momento serán Narciso Tomé, que hace el transparente de la Catedral de Toledo,
Pedro de Ribera y Casas Novoa que hace la increíble fachada del Obradoiro de Santiago de
Compostela, que se antepone al templo románico y está dotada de un movimiento ascendente casi gótico.
En Andalucía va a haber figuras muy representativas como Vicente Acero que hace la Catedral de
Cádiz y Francisco Hurtado Izquierdo que deja sus principales obras en la ciudad de Granada como es la
Sacristía de la Cartuja, donde la decoración barroca es una obra maestra, es de yeso blanco y está
concebida con una gran maestría.
La llegada de los Borbones propició este interés por el barroco aunque también lo aplican a las
estructuras y no sólo a la decoración. A todo esto se unió la evolución estilística general del siglo hacia una
mayor finura. Se emprendieron construcciones como el Palacio de la Granja de San Ildefonso (1736) y el
Palacio Real de Madrid (1735) proyectado por Filippo Juvarra y continuado por Giovanni Battista Sacchetti,
concebido tras el incendio del antiguo alcázar de los Austrias. El resultado final conserva algo de
imponente fortaleza, dado el número de pisos, pero en el cuerpo noble, donde se utiliza el orden gigante,
alternándose pilastras y columnas que unen dos pisos de ventanas, se consigue un efecto dinámico de
inusitada elegancia.
Vemos por tanto una gran evolución en la arquitectura del barroco español desde los fríos edificios
de principios del siglo XVII a la complejidad arquitectónica de estos palacios pasando por la riqueza
decorativa de mediados del siglo.

7.- La gran imaginería española.

La gran novedad de la escultura barroca española es el soporte empleado para la misma ya que el
mármol y el bronce se sustituirá por la madera policromada por dos motivos fundamentales: el material era
mucho más barato y contribuía mucho mejor a acercar la imagen al fiel, ya que posibilitaba mayores dosis
de realismo. El tema fundamental será la imagen religiosa, ya sea para procesión o para colocar en un
retablo. El paso de Semana Santa constituye una de las grandes aportaciones del barroco español a la
historia del arte y está relacionado con la vertiente “vivencial” de la experiencia artística que tanto se
promulgaba durante estos años. La obra de arte sale a la calle para llegar aún mejor al espectador y hacer
a éste partícipe de la fe en Cristo. Es una de las mejores explicaciones a las doctrinas impuestas tras el
Concilio de Trento. Por lo tanto, las esculturas eran pensadas para ser vistas desde la calle.
El tema del retablo ya había sido tratado con anterioridad. Se crean grandes retablos de gran
complejidad y riqueza en los que no es sólo el escultor el que realiza el trabajo, sino que también
intervienen otros artesanos como el dorador, el carpintero, el tallista y el pintor. En ellos las escenas son
complejas, los rostros muy expresivos y los gestos dinámicos e intensos. Todo ello es fruto de un
sentimiento por lo dramático que nace muchas veces de una búsqueda personal que se forma en la idea
del sufrimiento místico además de la cercanía a lo popular que tenía este arte en España, ya que
monarquía ni clases dirigentes se interesaron por ella, siendo las cofradías las que mayor número de
encargos realizaron.
Vamos a tener tres escuelas destacadas en Castilla, Andalucía y Murcia.

7.1.- Castilla.

A comienzos del siglo XVII Valladolid es un centro importantísimo de producción de esculturas, en


el que va a destacar Gregorio Fernández cuya influencia fue decisiva en el norte peninsular durante todo
el siglo. Su estilo es muy realista y en sus formas se pueden apreciar ciertas influencias de la escuela
flamenca como se ve en los pliegues angulosos de los vestidos y en la rotundidad del volumen de sus
figuras. Hace obras importantes como la Piedad, el Ecce Homo, Cristo muerto o el Cristo de la Columna.

7.2.- Andalucía.

En Andalucía será el foco sevillano el que mayor importancia tenga durante todo este siglo. La
figura de Juan Martinez Montañes es una de las principales. Se forma en un ambiente culto, favorable a
la recepción de motivos clasicistas cosmopolitas. Su estilo se basa en una adaptación perfecta del
realismo a un modelo clásico, imbuido de serenidad celestial, con objeto de generar una relación personal,
que nace de lo inmediato, para hacer creer al fiel que se halla ante una realidad viva pero trascendente.
Sus obras más conocidas son el Cristo de la Clemencia, la Inmaculada Concepción de la Catedral de
Sevilla y el Cristo de Pasión de Sevilla y el retablo de Santiponce. Su discípulo aventajado fue el cordobés
Juan de Mesa quien es mucho menos clásico en sus composiciones, a las que añade una nota personal
de violencia que se refleja en el hondo patetismo y realismo que se aprecia en sus figuras. Su obra más
destacada es Jesús del Gran Poder de Sevilla.

Otros maestros andaluces que trabajaron en el también importante foco de Granada, fueron el
malagueño Pedro de Mena, que añade a sus figuras una sensualidad afectiva, acompañada de un gran
verismo, como se puede ver en la Magdalena Penitente (16644) y Alonso Cano, que busca el equilibrio, la
perfección e idealización de cada una de sus obras, como en la Inmaculada de la Catedral de Granada
(1655).

7.3.- Murcia.

A finales de siglo trabaja en Murcia un escultor singular que recoge toda la tradición imaginera
hispana. Se trata de Francisco Salzillo, cuyo padre, napolitano, también era escultor. En sus obras
combina la tradición realista y expresiva con una aristocrática elegancia idealizada. Sus obras más
destacadas son pasos procesionales como La Oración en el Huerto o La Flagelación de Cristo.

8. La pintura barroca.
El siglo XVII supone la consolidación de la escuela española de pintura. Desde un punto de vista
sociológico, el pintor español del siglo XVII forma parte de un taller gremial, en el que se educa después
de pasar por todas las fases del oficio. Es, por lo tanto, un trabajador manual, que vive de su trabajo
mecánico y servil. Desde un punto de vista temático y funcional, el peso de lo religioso fue decisivo. La
iglesia fue quien demandó mayor número de pinturas, concebidas con el fin de llamar a la devoción. Se
trata de una religiosidad que encierra una emotividad intensa, dominada por lo sobre natural. También se
practicaron otros géneros como retratos, bodegones y algunos temas históricos y mitológicos,
demandados por la Corte y algunos coleccionistas. La pintura española se va a caracterizar por el
realismo, derivado sobre todo de las directrices de la Contrarreforma, que ponían énfasis en el mensaje
claro transmitido con recursos efectistas.

8.1.- El naturalismo tenebrista: Ribera y Zurbarán.


El naturalismo es una de las corrientes que más éxito tuvo en nuestro país debido al gusto por lo
real que existía en nuestra sociedad. Ribera fue uno de los grandes naturalistas de España. Nació en
Xátiva pero está claramente influenciado por Caravaggio aunque es mucho más crudo y conciso que éste.
La intensidad de la luz y la riqueza de sus colores le van a dar unas características muy personales. En
sus obras iniciales va a predominar un intenso tenebrismo pero poco a poco irá incorporando una mayor
luz a su pintura enriqueciendo los matices cromáticos. Entre sus obras más conocidas está El Martirio de
San Felipe y El sueño de Jacob.

Zurbarán es uno de los grandes pintores de la escuela sevillana, aunque está muy limitado
temática, compositiva y técnicamente. En los temas porque la mayor parte de sus obras son religiosas, en
su composición porque se muestra muy dependiente de las estampas que utiliza con el fin de reproducir
fielmente la historia y en la técnica porque es bastante rudo y no es tan desenvuelto como los grandes
Velázquez o Murillo. Sus figuras son solemnes, las acciones siguen un ritmo muy lento y los objetos son
realizados con gran perfección. Hace varias series para conventos entre las que destaca San Hugo en el
refectorio de los cartujos.

8.2.- Realismo barroco: Velázquez y Murillo.

Ya dentro del realismo puramente barroco vamos a tener a dos maestros principales:

Velázquez (1599-1660): Es una de las figuras más importantes de la pintura española. Está entre
el realismo de la pintura de la primera mitad del siglo y el barroquismo de la segunda. Y entre Sevilla,
donde nació, y Madrid, donde hace su carrera. La gran cantidad de obras conservadas nos permite
conocer con mucho detalle la evolución de su pintura. Felipe IV fue un verdadero mecenas para
Velázquez. Trabajó en la Corte, esto le evitó problemas económicos y no precisó vender sus pinturas para
poder vivir. Sus cuadros están hechos sin prisa, con abundantes retoques por no estar, apremiado ni por el
tiempo ni por el dinero, algó que pasó factura a muchos pintores de la época. Podemos dividir su obra en
varias etapas:
•En sus primeros años sevillanos, sigue la dirección naturalista con composiciones tenebristas, utilizando
tonos ocres y cobrizos y una técnica apretada. Concede importancia a los elementos de la naturaleza
muerta y a la individualización de los personajes: La Vieja friendo huevos, El Aguador de Sevilla, etc.
• Primera etapa madrileña. En 1623 se establece en Madrid como retratista y comienza a trabajar para la
Corte. A partir de este momento su arte evoluciona ya que es cuando conoció a grandes pintores italianos,
admirando en ellos el colorido y la luminosidad. Esto le impulso a abandonar el tenebrismo y comienza a
pintar obras mitológicas como Los Borrachos.
• La madurez de su estilo sereno y equilibrado, preocupado por la luz y el color se inicia en la década de
los años 30, tras su primer viaje a Italia. Su estancia en Italia enriqueció su concepción artística
acentuando su interés por lo veneciano e incorporando a su pintura la elegancia y armonía compositivas
propias del arte italiano (la Fragua de Vulcano).Su técnica en este período y después de la vuelta de Italia
se vuelve cada vez más suelta y ligera, busca tonalidades más claras y ambientales. Con estas
características pinta obras como La Rendición de Breda, también llamado Las Lanzas, en el que
representa un hecho histórico y donde el ambiente alcanza gran profundidad y transparencia,
equilibrándose las figuras y el medio. Son importantes en esta etapa los retratos, en los que brillan los
tonos plateados como el llamado Felipe IV de Plata, y los ecuestres de Felipe III, Margarita de Austria,
Isabel de Borbón y el Conde-Duque. Su preocupación por la condición humana se pone de manifiesto en
las representaciones de bufones y enanos como en el Niño de Vallecas.
• En su segundo viaje a Italia en 1649, pinta al Papa Inocencio X, magnífico en su conjunción de blancos y
carmines y en la captación de la personalidad del modelo. Su obra La Venus del Espejo pudo ser pintada
en Italia durante estos años. El tema es un desnudo femenino, excepcional dentro de la pintura española
reacia al desnudo.
• Período final (1651-1660). En estos años la paleta de Velázquez se hace completamente líquida,
esfumándose la forma y logrando calidades insuperables. La pasta se acumula a veces en pinceladas
rápidas, de mucho efecto, diluye los contornos y da a las formas un carácter mutable casi de estilo
impresionista.
Logra el dominio absoluto de la perspectiva aérea, es decir, de la representación de la profundidad en
función de la relación espacio-luz, captando la atmósfera existente entre los cuerpos.
Sus obras capitales de este momento son Las Meninas y Las Hilanderas que responden a este estilo y a
estas cualidades. En Las Meninas se observa una extraordinaria maestría en la representación del espacio
y de las variaciones luminosas. Su perfecta composición convierte a este cuadro en una de las obras
cumbre de toda la historia de la pintura. Las Hilanderas es otro de los grandes cuadros de Velázquez y
muestra su profundo conocimiento de la mitología y de la representación de la luz y de la atmósfera.

Murillo (1617-1682) es el otro gran pintor de la escuela sevillana y es el pintor por excelencia de
los temas religiosos, a los que pinta con fervor, dulzura y con el estilo colorista y dinámico propio del
barroco. Es conocido ante todo por la serenidad de sus pinturas religiosas, de humano intimismo y
celestial recogimiento,tratadas con espontaneidad y sencillez, que se han vinculado a la devoción popular.
También hizo incursiones por la pintura de género, con imágenes de golfillos y pícaros, a los que idealiza y
acerca al espectador. Renunció a la Corte para poder vivir en su Sevilla natal. Los románticos extranjeros
dividieron su producción en tres periodos: un primer periodo frío que se corresponde con su etapa juvenil,
fruto de la influencia de Zurbarán y que se caracteriza por los fuertes contrastes de luz y la perfección del
dibujo. Es cuando hace la Sagrada Familia del Pajarito. Un segundo periodo se define como cálido donde
incorpora los efectos de contraluz venecianos y el colorido se hace más brillante, desapareciendo el
tenebrismo, es ahora cuando pinta el San Antonio de la Catedral de Sevilla. Su último periodo es conocido
como vaporoso, ya que el color se hace más transparente y difuminado y le corresponden obras como San
Antonio de Padua y el Niño Jesús y su serie de Inmaculadas y representaciones infantiles del Divino
Pastor.

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