El idioma español tiene su origen en el latín vulgar hablado en la Península Ibérica tras la caída del Imperio Romano. Con el tiempo, este latín evolucionó en diferentes dialectos romances como el castellano, que se originó en la región de Castilla. El castellano se expandió por la península debido a la Reconquista y las sucesivas uniones de reinos, y luego por América gracias a la colonización española. El español moderno deriva de estas raíces latinas e ibéricas pero también
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El idioma español tiene su origen en el latín vulgar hablado en la Península Ibérica tras la caída del Imperio Romano. Con el tiempo, este latín evolucionó en diferentes dialectos romances como el castellano, que se originó en la región de Castilla. El castellano se expandió por la península debido a la Reconquista y las sucesivas uniones de reinos, y luego por América gracias a la colonización española. El español moderno deriva de estas raíces latinas e ibéricas pero también
El idioma español tiene su origen en el latín vulgar hablado en la Península Ibérica tras la caída del Imperio Romano. Con el tiempo, este latín evolucionó en diferentes dialectos romances como el castellano, que se originó en la región de Castilla. El castellano se expandió por la península debido a la Reconquista y las sucesivas uniones de reinos, y luego por América gracias a la colonización española. El español moderno deriva de estas raíces latinas e ibéricas pero también
El idioma español tiene su origen en el latín vulgar hablado en la Península Ibérica tras la caída del Imperio Romano. Con el tiempo, este latín evolucionó en diferentes dialectos romances como el castellano, que se originó en la región de Castilla. El castellano se expandió por la península debido a la Reconquista y las sucesivas uniones de reinos, y luego por América gracias a la colonización española. El español moderno deriva de estas raíces latinas e ibéricas pero también
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Origen del español
¿De dónde viene el español?
El español es una lengua romance, es decir, tiene sus orígenes en el latín que, con el Imperio Romano, abarcó gran parte de Europa, África y Asia; y, como toda lengua, fue evolucionando a través de los siglos. Es así que en España se formaron diferentes dialectos en cada región hasta que lentamente el castellano, que tuvo su cuna en Castilla, fue ganando la supremacía sobre los demás dialectos. Al conformarse España como nación, se reconoció a este idioma como español, denominación que predomina en nuestros días. A continuación, le enviamos algunas fuentes bibliográficas para la historia y evolución de la lengua española: Antonio Alatorre, Los 1001 años de la lengua española (México: Fondo de Cultura Económica, 2008). José G. Moreno de Alba, Historia de la lengua española (México: Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior, Programa Nacional de Profesores, 1972). Rafael Lapesa, Historia de la lengua española (España: Escelicer, 1981). Origen y evolución del idioma español (México: Comisión para la Defensa del Idioma Español, 1982).
Esta respuesta fue elaborada por la Comisión de Consultas de la Academia Mexicana de la
Lengua.
El idioma español o castellano es una lengua romance procedente del latín hablado.
Pertenece al grupo ibérico, y es originaria de Castilla, una región histórica de la península ibérica, en la actual España. Se conoce también por el americanismo coloquial castilla (por ejemplo: «hablar castilla», «entender castilla»), común en áreas rurales e indígenas entre México y la Patagonia. Es la segunda lengua del mundo por el número de personas que la hablan como lengua materna, tras el chino mandarín, con 427 millones de hablantes nativos, y lo hablan como primera y segunda lengua con dominio nativo 472 millones, alcanzando los 567 millones de personas si contamos a hablantes con competencia limitada, Según un informe del 2016 del Instituto Cervantes, hay 567 millones de hablantes de español. 472 millones lo hablan con dominio nativo como primera o segunda lengua, el resto lo habla con competencia limitada entre los que hay 21 millones de estudiantes: El español, una lengua viva. Informe 2016 (página 8). de modo que puede ser considerada la tercera lengua del mundo por el total de hablantes tras el mandarín y el inglés, con más de 21 millones de estudiantes, y la tercera en comunicación internacional tras el inglés y francés y también la tercera lengua con más usuarios de Internet, después del chino y el inglés, con 256 millones de usuarios aproximadamente, lo que representa el 7,6 % del total. Es hablada en España, Hispanoamérica, el Sahara Occidental, Guinea Ecuatorial y en algunas partes de Filipinas, siendo esta la oficial en gran parte de estos territorios. Es uno de los seis idiomas oficiales de la Organización de las Naciones Unidas. Es también idioma oficial en varias de las principales organizaciones político-económicas internacionales — la Unión Europea, la Unión Africana, la Organización de Estados Americanos, la Organización de Estados Iberoamericanos, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones Suramericanas Artículo Transitorio: «...Suscrito en la ciudad de Brasilia, República Federativa del Brasil, a los veintitrés días del mes de mayo del año dos mil ocho, en originales en los idiomas portugués, castellano, inglés y neerlandés, siendo los cuatro textos igualmente auténticos.» Los Estados de África, del Caribe y del Pacífico y el Tratado Antártico, entre otras— y del ámbito deportivo, la FIBA, la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo, y entre otros. El español, como las otras lenguas romances, es una continuación moderna del latín hablado (denominado latín vulgar), desde el siglo III, que tras el desmembramiento del Imperio romano fue divergiendo de las otras variantes del latín que se hablaban en las distintas provincias del antiguo Imperio, dando lugar mediante una lenta evolución a las distintas lenguas romances. Debido a su propagación por América, el español es, con diferencia, la lengua romance que ha logrado mayor difusión. La historia del idioma español comienza con el latín vulgar del Imperio Romano. Específicamente tiene su origen en el latín vulgar presente en la zona central del norte de Hispania. Tras la caída del Imperio Romano en el siglo V la influencia del latín culto en la gente común fue disminuyendo paulatinamente. El latín hablado de entonces fue el fermento de las variedades romances hispánicas, entre ellas el castellano antiguo, origen a su vez (al menos en la proporción mayor), de las variedades que constituyen la lengua española. En el siglo VIII, la invasión musulmana de la Península Ibérica hace que se formen dos zonas bien diferenciadas. En Al-Ándalus, se hablarán los dialectos romances englobados con el término mozárabe, además de las lenguas de la minoría alóctona (árabe y bereber). Mientras, en la zona en que se forman los reinos cristianos, desde pocos años después del inicio de la dominación musulmana, comenzará una evolución divergente, en la que surgen varias modalidades romances: la catalana, la aragonesa, la asturiano-leonesa y la gallega, además de la castellana. El dialecto castellano primigenio se originó en el condado medieval de Castilla (sur de Cantabria y norte de Burgos), con influencias vascas y germano visigóticas. Los textos más antiguos que se conocen en español son las Glosas emilianenses, que se conservan en el Monasterio de Yuso, en San Millán de la Cogolla (La Rioja), localidad considerada centro medieval de cultura. Se extendió al sur de la península gracias a la Reconquista y a los demás reinos españoles mediante las sucesivas unificaciones dinásticas (unión con León y Galicia con Fernando III de Castilla, introducción de dinastía castellana en la Corona de Aragón con Fernando I de Aragón que llevaría a la unión final con los Reyes Católicos). En el siglo XV, durante el proceso de unificación española de sus reinos, Antonio de Nebrija publica en Salamanca su Grammatica. Es el primer tratado de gramática de la lengua española, y también primero de una lengua vulgar europea. La colonización y conquista de América llevada a cabo simultaneamente expandió el idioma por la mayor parte del continente americano. El original idioma español derivó luego en numerosas variantes dialectales que, si bien respetan el tronco principal, tienen diferencias de pronunciación y vocabulario, como sucede con cualquier otra lengua. A esto hay que agregar la influencia de los idiomas de las poblaciones nativas de América, como el aimara, náhuatl, guaraní, chibcha, mapudungun, taíno, maya, y quechua, que hicieron también contribuciones al léxico del idioma, no solo en sus zonas de influencia, sino en algunos casos en el léxico global. La historia del idioma español comienza con el latín vulgar del Imperio Romano. Específicamente tiene su origen en el latín vulgar presente en la zona central del norte de Hispania. Tras la caída del Imperio Romano en el siglo V la influencia del latín culto en la gente común fue disminuyendo paulatinamente. El latín hablado de entonces fue el fermento de las variedades romances hispánicas, entre ellas el castellano antiguo, origen a su vez (al menos en la proporción mayor), de las variedades que constituyen la lengua española. En el siglo VIII, la invasión musulmana de la Península Ibérica hace que se formen dos zonas bien diferenciadas. En Al-Ándalus, se hablarán los dialectos romances englobados con el término mozárabe, además de las lenguas de la minoría alóctona (árabe y bereber). Mientras, en la zona en que se forman los reinos cristianos, desde pocos años después del inicio de la dominación musulmana, comenzará una evolución divergente, en la que surgen varias modalidades romances: la catalana, la aragonesa, la asturiano-leonesa y la gallega, además de la castellana. El dialecto castellano primigenio se originó en el condado medieval de Castilla (sur de Cantabria y norte de Burgos), con influencias vascas y germano visigóticas. Los textos más antiguos que se conocen en español son las Glosas emilianenses, que se conservan en el Monasterio de Yuso, en San Millán de la Cogolla (La Rioja), localidad considerada centro medieval de cultura. Se extendió al sur de la península gracias a la Reconquista y a los demás reinos españoles mediante las sucesivas unificaciones dinásticas (unión con León y Galicia con Fernando III de Castilla, introducción de dinastía castellana en la Corona de Aragón con Fernando I de Aragón que llevaría a la unión final con los Reyes Católicos). En el siglo XV, durante el proceso de unificación española de sus reinos, Antonio de Nebrija publica en Salamanca su Grammatica. Es el primer tratado de gramática de la lengua española, y también primero de una lengua vulgar europea. La colonización y conquista de América llevada a cabo simultaneamente expandió el idioma por la mayor parte del continente americano. El original idioma español derivó luego en numerosas variantes dialectales que, si bien respetan el tronco principal, tienen diferencias de pronunciación y vocabulario, como sucede con cualquier otra lengua. A esto hay que agregar la influencia de los idiomas de las poblaciones nativas de América, como el aimara, náhuatl, guaraní, chibcha, mapudungun, taíno, maya, y quechua, que hicieron también contribuciones al léxico del idioma, no solo en sus zonas de influencia, sino en algunos casos en el léxico global. Nombre de la lengua Etimología Según la Real Academia Española (RAE), la palabra español procede del provenzal espaignol, y este del latín medieval Hispaniolus, que significa «de Hispania» (España).66 La forma en latín HĬSPĀNĬOLUS procede de la denominación latina de la provincia de HĬSPĀNĬA que incluía a la península ibérica, más bien, de su forma ultracorrecta.67 Cabe recordar que en latín tardío no se pronunciaba la /H./ La abertura de la /Ĭ/ latina breve en /e/ habría dado por tanto en protorromance:ESPAŇOL(U). Otra hipótesis sostiene que español procede del occitano espaignon.68 Menéndez Pidal ofrece otra explicación etimológica: el clásico hispanus o hispánicus tomó en latín vulgar el sufijo -one (como en borgoñón, bretón, frisón, lapón, sajón, etc.) y de *hispanione se pasó en castellano antiguo a españón, «luego disimilando las dos nasales se llegó a español, con la terminación -ol, que no se usa para significar naciones».69 La otra denominación, el castellano, procede del latín castellanus, que significa de Castilla, reino medieval situado en la parte central de la península ibérica y origen de esta lengua.70 Polémica en torno a «español» o «castellano» Artículo principal: Controversia por el nombre del idioma español La polémica en torno a los términos «español» y «castellano» estriba en si resulta más apropiado denominar a la lengua hablada en Hispanoamérica, en España y en otras zonas hispanohablantes con uno u otro término, o bien si ambas son formas perfectamente sinónimas y aceptables. Como muchas de las controversias relacionadas con la denominación de una lengua identificable con un determinado territorio (español con España, y castellano con Castilla, el antiguo reino de donde surge el idioma y se empieza a enseñar en América), o que lleva aparejada una ideología o un pasado histórico que provoca rechazo, o que implica una lucha en favor de una denominación única para facilitar su identificación internacional y la localización de las producciones en dicha lengua (por ejemplo, en redes informáticas), la controversia es extralingüística. Desde el punto de vista estrictamente lingüístico, no es posible justificar preferencias por una denominación u otra. En el ámbito normativo o prescriptivo, según la normativa establecida por los principales organismos de política lingüística del área hispanohablante en lo relativo a la codificación del estándar idiomático (Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española), «castellano» y «español» son términos sinónimos, aunque el Diccionario panhispánico de dudas, obra de esta misma institución de carácter normativo, señala: «El término español resulta más recomendable por carecer de ambigüedad, ya que se refiere de modo unívoco a la lengua que hablan hoy cerca de cuatrocientos millones de personas. Asimismo, es la denominación que se utiliza internacionalmente (Spanish, espagnol, Spanisch, spagnolo, etc.)».71 Asimismo, el diccionario normativo editado por la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española se titula Diccionario de la lengua española.72 Determinados autores han mostrado su preferencia por uno u otro término, como el lingüista venezolano Andrés Bello, que titulaba su principal obra Gramática de la lengua castellana, o el valenciano Gregorio Mayans, que escribía, en 1737, en su libro Orígenes de la lengua española lo siguiente: Por «lengua española» entiendo aquella lengua que solemos hablar todos los españoles cuando queremos ser entendidos perfectamente unos de otros.73 Por otra parte, la Constitución española de 1978, en su artículo tercero, utiliza la denominación específica de «castellano» para la lengua, diferenciándola de las otras «lenguas españolas» también existentes, tales como el euskera, el aragonés, el catalán o valenciano, el asturleonés, el gallego o el aranés. En cuanto a los filólogos, algunos autores justifican el uso preferente de uno u otro término a partir de su origen y evolución histórica, interpretados de maneras distintas. La historia del idioma español en España comienza con la evolución lingüística del latín vulgar y da origen a los dialectos de España. El origen del idioma español se puede rastrear en la familia de las lenguas indoeuropeas. Alrededor de 2000 años antes del nacimiento de Cristo, los celtibéricos hablaban un idioma celta antiguo. Los habitantes de esta región, un área a la que luego los intelectuales se referirían como «Hispania», comenzaron a aprender latín de los romanos. La combinación del idioma celta y el latín evolucionó en lo que muchos denominan «latín vulgar». El latín vulgar era una forma del latín adaptada que usaba frases y palabras diferentes del latín tradicional. Cuando los visigodos tomaron el poder sobre la región llamada Hispania, el latín siguió siendo el idioma predominante y oficial de la región. Esto continuó hasta que los moros, un grupo hablante de árabe, conquistaron la región. El árabe se convirtió en la lengua predominante, excepto por ciertas regiones dominadas por los cristianos. En esas áreas, el latín vulgar seguía siendo el idioma oficial. A medida que los grupos cristianos comenzaron a recuperar la España mora, el latín vulgar volvió a ser la lengua predominante en todas las regiones. Dialecto Castellano Si bien predominaba el latín vulgar, adoptó una forma diferente, integrando el árabe y formas de un dialecto cercano llamado mozárabe. Se estima que aproximadamente unas 3000-4000 palabras del español actual derivan del árabe. Los dialectos castellanos del español comenzaron a tomar forma alrededor del siglo XIII con el rey Alfonso X de Castilla y León, al que se conocía como «el Sabio». Toledo se convirtió en el epicentro cultural para el Rey y sus intelectuales. En Toledo, estos intelectuales crearon obras en castellano y luego comenzaron a realizar una serie de traducciones al castellano de diversas obras pertenecientes a las ramas de las ciencias, las leyes, la literatura, la historia, etc. Estas traducciones se convirtieron en la base para la divulgación de información en una parte significativa de Europa occidental. El Rey pronto declaró al castellano lengua oficial para los documentos y decretos . El predominio del dialecto castellano siguió creciendo a medida que los reinos católicos se apoderaron de la mayor parte de las regiones de España. Isabel y Fernando declararon al castellano dialecto oficial. Poco tiempo después, apareció el Arte de la Lengua Castellana, una obra que ayudó a dar forma a la lengua española y normalizarla. El castellano entonces se convirtió en el idioma oficial para materiales educativos y documentos oficiales en toda España. Ciertas regiones mantuvieron diferentes dialectos: el más notable entre ellos es el andaluz, que se habla en Sevilla y sus alrededores.