Ensayo Etología
Ensayo Etología
Ensayo Etología
(ENSAYO)
DOCENTE:
JESÚS HEMBERG DUARTE VARGAS
El bienestar animal ha sido uno de los temas más discutidos en todo el mundo, debido a
que en él se ven implicados muchos aspectos de tipo gubernamental que involucran al
hombre y a los principios bioéticos en su relación con los animales. Partimos definiendo
el bienestar animal según Hughes (1976): “Como un estado de equilibrio biológico y
armonioso entre la parte fisiológica, psicológica y ambiental que involucra al animal”. El
que alcancen ese equilibrio perfecto depende en gran medida de nosotros (el querer
hacer efectivo y ameno su cuidado y vida, a quienes les debemos todo nuestro respeto),
porque cualquier perturbación que ocasionamos por menor que parezca puede
afectarlos. Lamentablemente en muchas ocasiones la parte emocional del animal ni
siquiera es tenida en cuenta y ha sido incontables veces ultrajada, porque, aunque se ha
reconocido que los animales son seres sintientes dotados de consciencia, varias
legalizaciones y tratados, los considera como objetos de propiedad, recursos y cosas que
tienen derechos dependientes de lo otorgado por su propietario.
Como lo menciona Grandin (1997), tanto las personas autistas como los animales
piensan análogamente a través de asociaciones visuales, que están ligadas a la
experiencia y a sucesos específicos, que pueden determinar las emociones que expresan
e incluso los comportamientos que puede adoptar un animal frente a ciertas situaciones.
Relacionado a ello investigadores neurológicos como M. Davis y LeDoux afirman que
cuando un animal fija un recuerdo del miedo, éste se almacena en la amígdala cerebral,
que es el principal núcleo de control de las emociones básicas, donde estos recuerdos
no logran ser borrados nunca del cerebro y sólo alcanzan a ser bloqueados si los centros
superiores de la corteza cerebral envían a la amígdala una señal supresora del miedo.
Conocido este proceso como sobreimposición cortical.
Por otro lado, y en un sentido amplio, la Etología es el estudio científico del
comportamiento de los animales en su ambiente común o habitual, (siendo en los
animales domésticos, la domesticación) teniendo como fin analizar sus causas y
funciones. (Córdoba, 2014)
Aunque los seres humanos se han interesado siempre por las costumbres de los
animales a menudo por razones de tipo práctico, la etología es una ciencia relativamente
reciente y sus objetivos y métodos no se establecieron formalmente hasta la segunda
mitad del siglo XX específicamente, en el año 1963 por Nikolaas Tinbergen y Konrad
Lorenz, científicos reconocidos que llevaron al auge esta ciencia. Y quienes junto a Von
Frisch permitieron que la etología se convirtiera en una ciencia con entidad propia.
De una forma muy concreta, la etología tiene dos objetivos: describir y explicar el
comportamiento de los animales. Por esta razón algunos autores dicen que la etología
pretende estudiar qué hacen los animales y por qué lo hacen. La descripción de la
conducta de los animales se realiza mediante la observación, y de ahí que la imagen
característica de un/a etólogo/a sea la de una persona que pasa muchas horas
observando y registrando la conducta de los animales. Resaltando en este caso, a
Temple Grandin, quien fue de las primeras científicas que constató que los animales de
granja (vacuno y porcino principalmente) eran sensibles a distracciones visuales tales
como sombras, cadenas colgantes, luces, etc. y que los detalles ambientales hacían que
los animales se comportarán diferente, se asustarán o estresarán. Además, la explicación
de la conducta requiere trabajos experimentales o de comparación entre especies. De
acuerdo con el artículo de Tinbergen al que nos hemos referido antes, explicar la
conducta supone estudiar su control, es decir, los mecanismos fisiológicos que son
responsables de la misma, ontogenia cómo cambia a lo largo de la vida del animal,
función cómo contribuye a la supervivencia y éxito reproductivo del individuo que
manifiesta la conducta y evolución, de qué manera la conducta se ha modificado a lo
largo de la historia evolutiva de la especie. Estos cuatro aspectos del comportamiento de
los animales: control, ontogenia, función y evolución se conocen a menudo como las
cuatro preguntas de Tinbergen. (MundoAnimalia, 2008-2014).
Comprendiendo mejor los términos, a estas alturas sale a relucir la pregunta de ¿por qué
llega a ser tan importante la etología y el bienestar animal para el hombre? ¿Qué
beneficio obtiene con aquella relación? Cómo se llegó a mencionar en un principio estos
términos son abordados en función del beneficio del hombre, para quien es fundamental
conocer el comportamiento natural de los animales a fin de facilitar la adaptación de los
mismos a los distintos sistemas de producción, manejo, transporte y sacrificio,
alcanzando así el bienestar de ellos y logrando un incremento en el rendimiento y la
calidad de la producción, reduciendo niveles de estrés (que intervienen en la calidad de
la carne al liberar altos niveles de cortisol y en la aparición de enfermedades), mejorando
los ciclos reproductivos, entre otros. Siendo necesario contar con instalaciones
adecuadas para alcanzar un manejo óptimo y tranquilo de los animales y para propiciar
las pautas comportamentales propias de la especie (Aluja,A.S, 2011).
Y no solo eso, a partir de los cambios en las conductas del animal se pueden desarrollar
análisis, métodos, tratamientos y tecnologías más efectivas para el control y prevención
de las enfermedades que tienen repercusiones en la salud humana, y que trabajan muy
de la mano con la experimentación animal (por la poca divergencia existente entre el
animal y el hombre).
Como reflexión de la visualización de la película, notamos que fue muy inspirador ver
como Temple transformó sus condiciones y temores en ventajas e impulsos para avanzar
y para brindar sus conocimientos al que los necesitara, abriendo un camino nuevo hacia
un sistema innovador, en el cual, se respetara el bienestar y el compromiso con la vida y
la muerte digna que se merecen todos los animales. Fue y continúa siendo una mujer
muy decidida y con mucha voluntad en lo que cree, lo que es de admirar en cualquier
persona. Ella nos empuja a luchar incansablemente y a no desfallecer por nuestros
sueños y a contribuir a hacer del mundo un mejor lugar para vivir, estando en armonía
con los animales y velando por su bienestar y calidad de vida.
Referencias bibliográfícas
Grandin, T. (1997). Hay que pensar como los animales. Wester Horseman, 140–145.
https://www.grandin.com/spanish/pensar.animales.html