Trabajo de Investigacion. Resiliencia.

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Facultad de Teología Período 2020-2021

Curso 1er Año Filosofía


Asignatura: Métodos de Investigación ITER Semestre I
Prof. Inocencia Orellana

LA RESILIENCIA, UNA NOVEDAD PARA LA HUMANIDAD QUE SUFRE

Autor: Indira Carolina Laya Rodríguez


Congregación de Hermanas Dominicas de Santa Rosa de Lima

Caracas, 05 de febrero de 2021


INTRODUCCION

En los últimos años, se ha difundido la resiliencia como un concepto


útil para la solución de problemas, que brinda una nueva posibilidad
esperanzadora, para la prevención de los traumas y la erradicación del
sufrimiento en la humanidad.

El concepto de resiliencia nació y comenzó a desarrollarse en el


hemisferio norte, Rutter, en Inglaterra, Werner, en Estados Unidos, luego se
extendió a toda Europa para más tarde llegar a América Latina, donde se
han creado importantes grupos de investigación y proyectos sobre el tema,
para atender la frustración, el deterioro familiar y resentimiento social, que
afectan a las poblaciones por causa del empobrecimiento y la exclusión.

Estas situaciones producen estrés incluso a quienes no la padecen,


pero las teorías plantean que la resiliencia, no solo ayuda a superarlo para
sobrevivir, sino también para prosperar, y enseña que ser feliz solo depende
de tener un buen auto-concepto de ti mismo, vivir la vida como un luchador,
como una luchadora y no como una víctima. Cambiarse a sí mismo para ser
feliz es y no dejar que el dolor te rompa, eso es ser resiliente.

Sin embargo, ante un mundo que presenta tantas contradicciones,


¿es la resiliencia una nueva forma de vida que brinda una respuesta
personal y social ante las experiencias de dolor y/o sufrimiento? ¿Se plantea
la utilización del concepto novedoso de resiliencia en las acciones sociales,
educativas y cristianas para que promuevan y refuercen las características
resilientes?

En esta investigación documental de tipo informativa, se dará una


mirada al concepto novedoso de la resiliencia, su concepción teórica y su
aplicación comunitaria, enfocada a lo social como lógica respuesta a los
problemas del contexto que enfrentan los individuos.
CAPITULO I

DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA

Las circunstancias adversas, que significan dolor, ruptura, sufrimiento


y necesidad de adaptación y de transformación han marcado siempre la
existencia humana, desde el mismo momento de nacer la persona se ve
expuesta a un mundo nuevo, desconocido que le exigen la capacidad de
evolucionar y superarse a sí mismo. Lo mismo ocurre en la sucesión de las
etapas del desarrollo humano y social: el dolor en el proceso de crecimiento
de los dientes, el dolor ante las caídas y tropiezos en el proceso de aprender
a caminar; la incertidumbre emocional del primer día de clases o el momento
de separación de la madre o la familia; el sufrimiento moral que muchos
sufren durante los procesos de maduración biológica en la adolescencia; la
pérdida del primer empleo; un desengaño amoroso, la enfermedad propia o
de algún familiar; entre otras muchas circunstancias que sitúan a la persona
frente al dolor.

La psicología, como ciencia especializada en el estudio y comprensión


de la conducta humana, se ha propuesto analizar la forma en que la persona
se comporta en situaciones determinadas por el sufrimiento y cada vez hay
mayor atención sobre este tema; se busca ofrecer herramientas concretas
que ayuden a las personas y a las sociedades a asumir de manera positiva
estas experiencias de conflicto que sin duda determinan la existencia. Es un
aporte importante si consideramos por ejemplo lo que ha significado
actualmente la crisis colectiva debido a la pandemia por el covid-19.

En este contexto ha surgido el término “resiliencia” como forma de


determinar la actitud personal ante la vida, una capacidad para hacer de los
momentos difíciles que se afronta una oportunidad de crecimiento personal, y
desarrollar nuevas capacidades que nos ayuden a hacernos más fuertes
interiormente. Es un término que se ha citado con mucha frecuencia en los
últimos años y que se ha encargado de hacernos despertar a la conciencia
de una capacidad que se posee intrínsecamente y que parecía desconocida,
al menos es lo que sugiere la popularidad de la que ha gozado desde que ha
aparecido en el dialecto social contemporáneo. ¿Es la resiliencia una
herramienta novedosa en la manera en que las sociedades asumen las
circunstancias de dolor? ¿Cuál ha sido la actitud del ser humano a lo largo
de la historia frente a las experiencias de sufrimiento? ¿Es la visión
propuesta por la psicología como actitud de vida, la única respuesta posible
ante el misterio del dolor?

FORMULACIÓN DEL PROBLEMA

¿Es la resiliencia, como forma de vida, una actitud realmente nueva como
respuesta personal y social ante las experiencias de dolor y/o sufrimiento?

OBJETIVO GENERAL

 Analizar el grado de novedad del concepto de resiliencia como


capacidad de las personas y de la sociedad para afrontar situaciones
de dolor y/o sufrimiento.

OBJETIVO ESPECIFICOS

 Profundizar en el concepto de resiliencia como actitud y aptitud de


transformación personal ante las circunstancias de dolor
 Valorar cuál ha sido, históricamente, la manera en que las sociedades
han respondido ante situaciones adversas.
 Plantear una visión con fundamentos cristianos sobre el sentido del
sufrimiento y la capacidad personal y comunitaria para transformar las
situaciones de dolor en fuente de gracia.

JUSTIFICACION
Tener la capacidad para superar las dificultades y hacer de las
situaciones dolorosas, sean en un ámbito social o personal, una fuente de
fortaleza y de crecimiento interior es una cualidad propia del ser humano,
una virtud muy necesaria y valiosa. El pasado año, ha significado para todos
un gran reto. La crisis sanitaria, el extenso periodo de confinamiento, las
repentinas e innumerables experiencias de enfermedad y de muerte; el
cambio de paradigmas y la exigencia de renovación y adaptación que esto
ha implicado en la cotidianidad, tendrá un alcance en la mente y espíritu de
las personas, que aún desconocemos. Además, por lo que se infiere, el
presente año no será muy distinto, así que es necesario seguir reflexionando
y buscando esta fuerza interior que nos permita salir airosos en medio de un
tiempo de tantos cambios. Seguir profundizando en nuestra manera de
reaccionar y de asumir las situaciones de crisis nos brindará certezas, luces
que se convertirán en herramientas capaces de hacer la diferencia en
nuestras vidas.

CAPITULO II

LAS DEFINICIONES SOBRE RESILIENCIA Y SU EVOLUCION

El interés por la resiliencia en el campo psicológico es antiguo, aunque


ha sido en los últimos años cuando ha cobrado una gran relevancia.

El concepto de resiliencia deriva del latín “resiliere”. Este concepto


procede del ámbito de la física para designar la cualidad de los materiales
con un alto grado de aguante y reposición ante un fuerte impacto. Así mismo
este término también es utilizado en otras ramas como la medicina o la
ecología. En medicina hace referencia a la habilidad que muestran ciertos
huesos en los seres vivos para crecer en el sentido adecuado tras una
fractura, en lugar de crecer de forma anómala dejando secuelas
permanentes. Por su parte, en ecología, el concepto de resiliencia es
utilizado para hacer referencia a la capacidad de las comunidades para
resistir cambios propios de la naturaleza y evolucionar hacia un nuevo
estado.
El enfoque de la Resiliencia surge a partir de los esfuerzos por
entender las causas de la Psicopatología; empezó a utilizarse en el mundo
anglosajón por científicos estadounidenses que comenzaron a estudiar
diversos casos de niños en riesgo social que conseguían resistir, adaptarse y
crecer con normalidad, a pesar de vivir en condiciones de pobreza,
abandono y violencia. Observaron que hay algunos niños que han tenido
trastornos psiquiátricos tras vivir eventos adversos o traumáticos, mientras
que hay otros niños que tienen las mismas adversidades, pero sin embargo
las han superado. Estos estudios demostraron que existía un grupo de
infantes que no desarrollaban problemas psicológicos a pesar de las
predicciones de los investigadores e investigadoras. 1

Las definiciones que se han construido sobre Resiliencia se clasifican en


cuatro:

1- Las que relacionan el fenómeno con el componente de adaptabilidad.


2- Las que incluyen el concepto de capacidad o habilidad.
3- Las que enfatizan en la conjunción de factores internos y externos.
4- Las que definen Resiliencia como adaptación y también como proceso.

Grotberg la define como la capacidad humana universal para hacer frente a


las adversidades de la vida, superarlas o incluso ser transformado por ellas. 2

1. Cfr. A. Masten, Resilience come of age: Reflections on the past and outlooks for the next
generation of researchers. (Nueva York, 2001) pp 281-296.
2. Cfr. E. Grotberg, Psychologists facing the challenge of a global Culture with Human Rights
and mental health (1999) pp 237-256
Para Infante3, la Resiliencia intenta entender cómo los niños y niñas,
los sujetos adolescentes y las personas adultas son capaces de sobrevivir y
superar adversidades a pesar de vivir en condiciones de pobreza, violencia
intrafamiliar, o a pesar de las consecuencias de una catástrofe natural. 4

Igualmente se define como una adaptación efectiva ante eventos de la


vida severamente estresantes y acumulativos5. Milgran y Palti (1993) definen
a los niños y niñas resilientes como aquellos y aquellas que se enfrentan
bien a los estresores ambientales a los que se ven sometidos en los años
formativos de su vida.

Para Vanistendael (1994), la Resiliencia distingue dos componentes:


la resistencia frente a la destrucción, esto es, la capacidad de proteger la
propia integridad bajo presión; por otra parte, más allá de la resistencia, la
capacidad para construir un conductismo vital positivo pese a circunstancias
difíciles. Según este autor, el concepto incluye la capacidad de una persona
o sistema social de enfrentar adecuadamente las dificultades de una forma
socialmente aceptable.

3. Cfr. F. Infante. La Resiliencia como proceso: una revisión de la literatura reciente. (Buenos
Aires 2005) p. 71
4. Cfr. S Luthar, D Cicchetti y B. Becker. The construct of resilience: A critical evaluation and
guidelines for future work. (2000) pp 543-562
5. Löesel y Skowronek. Children at Risk. Assessment, Longitudinal Research and Intervention.
(Nueva York, 1990) pp 186-190
Elementos que emergen en la resiliencia según las primeras
investigaciones sobre el tema.

Tabla 1

CUALIDADES RESILIENTES DE SUS


AUTORES
INVESTIGACIONES
 Responsabilidad social
 Tolerancia
Werner y Smith
 Capacidad de comunicación
(1982)
 Autoestima
 Ilusión en nuevas metas y objetivos
 Autocontrol
Rutter  Autoeficacia
(1979 y 1985)  Capacidad de relación
 Búsqueda de tutores resilientes
 Personas efectivas
 Buenas perspectivas
 Autoestima
Garmezy, Masten y Tellegen  Capacidad de resolución de
conflictos
(1984)
 Introspección y autoconocimiento
 Autocontrol
 Sentido del humor
 Capacidad crítica
 Introspección
 Independencia
 Capacidad de relacionarse
Wolin y Wolin
 Moralidad
(1993)
 Humor
 Creatividad
 Iniciativa
En los estudios sobre resiliencia han ido elaborándose algunos
estudios longitudinales que han analizado la experiencia de personas
durante un período de tiempo de su infancia hasta llegar a la edad adulta.
Dichos estudios constituyen una interesante fuente de información para
analizar las variables personales, familiares y contextuales que se entretejen
en la vida de las personas para que se produzcan procesos resilientes.

Entre ellos se encuentran los de Boris Cyrulnik. Neurólogo, psiquiatra


y psicoanalista y uno de los fundadores de la etología humana. Profesor de
la Universidad de Var en Francia y responsable de un grupo de investigación
en etología clínica en el Hospital de Toulon.

Nace en Burdeos, el 26 de julio de 1937, siendo de familia judía. Su


padre, Aaron Cyrulnik, fue un ebanista, deportado con su esposa, Nadia de
Cyrulnik, a los campos de concentración nazi. Siendo un niño, presencia
como sus progenitores son sentenciados a muerte.

Con tan solo seis años de edad consigue escapar del campo de
concentración, de donde el resto de miembros de su familia, rusos judíos
emigrantes, jamás regresaron. Empieza entonces para el joven huérfano una
etapa errante por centros y familias de acogida. A los ocho años la Asistencia
pública francesa le instala en una granja y a punto está de hacer de él un
niño granjero analfabeto; pero se convierte, sin embargo, en un médico
empeñado en entender sus propias ganas de vivir.

Hoy es uno de los principales expertos en resiliencia del mundo y se lo


llama “psiquiatra de la esperanza” entre los franceses. Es un resiliente, su
infancia destruida por la guerra no le impidió convertirse en un hombre de
provecho. Es un hombre que habla de sus heridas “en tercera persona”, ha
logrado transformar sus debilidades en ventajas.
¿SE PUEDE DESARROLLAR LA RESILIENCIA? ¿QUÉ
CARACTERÍSTICAS DEFINEN A UNA PERSONA RESILIENTE?

Son personas flexibles ante los cambios, pero a la vez persistentes en


sus objetivos, personas positivas que saben relativizar la importancia de los
problemas, sin focalizarse demasiado en ellos y que encuentran soluciones
creativas e innovadoras, normalmente tolerantes con la diversidad, que
aprenden de los errores y a la vez asumen riesgos, pero lo más importante
es que tienen una pasión, y esa pasión les lleva a tener una elevada
capacidad de esfuerzo y superación.

Es la habilidad emocional, cognitiva y sociocultural para reconocer,


enfrentar y transformar constructivamente situaciones que causan daño o
sufrimiento, o amenazan el desarrollo personal. Es por ello que brindar y
recibir afecto, crear redes de apoyo, fortalecer los vínculos con los otros e
identificar qué elementos nos ayudan a superar los problemas y situaciones
adversas nos convierte en personas resilientes, es decir, seres humanos con
capacidad para actuar de manera positiva ante las adversidades.

Tener capacidad creativa para buscar alternativas y una alta


autoestima es fundamental, para ser capaces de valorar y sentir que se
merece estar bien, y sentirse seguro de poder afrontar la adversidad,
reconociendo el derecho a estar bien.

La resiliencia sin duda se puede lograr desarrollar a cualquier edad y


esta puede variar de una persona a otra. No es absoluta y puede ser
diferente en cada etapa de la vida.

VENTAJAS Y DESAFÍOS DEL CONCEPTO DE RESILIENCIA

 Pone el énfasis en los factores de promoción y adaptación positiva. En


la promoción hay un compromiso de crecer no solo del individuo, sino
del medio.
 La adaptación está en función de diferentes contextos y culturas.
 Le presta atención a la ecología individual y social.
 Desafía a los profesionales a crear modelos de programas integrales y
transdisciplinarios.

De esta forma la resiliencia permite una nueva epistemología del


desarrollo humano, que enfatiza el potencial de la persona y la sociedad, es
específica de cada cultura, y hace un llamado a la responsabilidad colectiva,
jerarquiza enfoques comunitarios, sin desligar a la sociedad y al Estado de
sus responsabilidades por el bienestar colectivo. Trasmite un optimismo
realista y una mirada esperanzadora, necesaria en un mundo globalizado y e
injusto.

LA RESILIENCIA, UNA NOVEDAD PARA LA HUMANIDAD QUE SUFRE

¿Es la resiliencia, como forma de vida, una novedad para la


humanidad? ¿Podría decirse que hoy existen más razones para sufrir o
sentirse vulnerables ante el dolor o el sufrimiento? La resiliencia, como se ha
dicho, es definida como la capacidad de transformarse y superar las propias
limitaciones de cara a una situación de sufrimiento, y las condiciones, tanto
internas como externas, en las que es posible desarrollar esta actitud
personal, pero ¿cuál ha sido la visión que nuestros predecesores en relación
al dolor, al sufrimiento y las dificultades a las que como sociedad han tenido
que hacer frente?

Llama la atención que los especialistas en el tema señalan la


necesidad de crecer en un ambiente capaz de transmitir seguridad y
confianza para que el niño pueda desarrollar la capacidad de ser empático
con su entorno; así como la importancia de establecer vínculos afectivos que
le harán una persona con una autoestima saludable, posibilitando un proceso
de aprendizaje más eficiente. Esto, según el doctor, le convertirá en una
persona más sólida, más integrada, segura de sí misma y con mayor
tolerancia al dolor, le “preparará” por así decirlo, para sortear de una mejor
manera las adversidades o conflictos que sobrevienen, ineludiblemente de
las circunstancias propias de la vida.

El dolor como realidad ontológica ha acompañado la existencia


humana a lo largo de la historia. A través de las distintas épocas de la
sociedad se puede tomar nota de situaciones concretas que han llevado a la
humanidad al límite de sus capacidades, que han tocado hondamente su
condición efímera, dejando expuesta la realidad de su vulnerabilidad y, al
mismo tiempo, dando fe de la capacidad que tiene el ser humano para
superarse a sí mismo y evolucionar hacia el desarrollo de fortalezas
personales y comunitarias.

Es notable que en los últimos años haya surgido ciertas insistencias


en señalar la necesidad de que el desarrollo de la persona, sobre todo
durante los primeros años de vida, se dé en ambientes estables, sanos,
capaces de ofrecer condiciones favorables en torno a la seguridad,
confianza, libertad, valoración y afecto en relación a la persona en desarrollo.
Pareciera que, al ver las características del adulto contemporáneo, muchos
han reflexionado sobre la necesidad de evaluar esos procesos de
crecimiento a fin de que, en un futuro, sea posible conducir a la sociedad por
nuevos senderos, quizás mejores.

Aparentemente vivimos un momento en el que nos sentimos más


vulnerables antes las heridas emocionales y psicológicas que dejan el dolor
y/o sufrimiento. Cada vez hay más teorías e iniciativas que buscan hacernos
conscientes de las secuelas internas que dejan las situaciones de dolor que
experimentamos, y de sus inevitables consecuencias en relación a nuestra
manera de relacionarnos con los demás. Hay un especial cuidado para
evitar, en la medida de lo posible, el dolor, con la esperanza de contribuir al
desarrollo de personas más felices y comunidades más sanas. Sin embargo,
me cuestiona profundamente si la manera de revertir las tendencias
individualistas, hedonistas y de crisis del sentido de la vida, tan marcadas en
nuestra época actual sea la de seguir replegándonos sobre nosotros mismos.

Es cierto que es necesario seguir reflexionando sobre la condición


humana y los caminos que debemos transitar en miras de alcanzar siempre
el bien mayor y el bien común, pero pienso que, si nuestros predecesores se
hubiesen centrado tanto en el cuidado y cultivo de las condiciones “óptimas”
para el desarrollo personal, muchos de los signos del desarrollo social no se
hubiesen dado. La realidad es que el sufrimiento es un factor que, en
muchos casos, va más allá de nuestro control. Solo basta extender la mirada
hacia diversas latitudes para darnos cuentas que el mundo está lejos de ser
un lugar capaz de garantizar estos estadios de seguridad y estabilidad,
nunca lo ha sido.

Habrá que examinar más bien si, en lugar de desarrollar técnicas


paliativas o herramientas más o menos factibles, resultaría de mayor
provecho ir un paso más allá, o deberíamos decir, más adentro. No es la falta
de un ambiente seguro lo que nos hace resilientes, no son siempre los
vínculos afectivos, no es la ausencia de dificultades la que me hace menos
vulnerable al dolor. Es tener una razón por qué seguir viviendo lo que ayuda
a la persona a superar las dificultades, así sea el simple y sencillo deseo de
vivir. Es la fuerza vital que nos anima y nos invita constantemente a existir lo
que nos ayuda a ver el dolor en perspectiva, e incluso, nos hace mirar como
oportunidad aquello que otros ven como limitación.

La fe tiene mucho que decir al hombre en este sentido. El hombre


para quien no existe Dios o no lo tiene como fundamento de su vida, tendrá
que cargar durante el tiempo que viva con una existencia a la deriva, carente
de origen y, por consiguiente, carente de fin último. Está destinado a batallar
siempre con una existencia sin sustento ni substancia, de ahí que se sentirá
constantemente expuesto a una realidad que lo supera, tenderá a ver lo
pasajero como permanente y lo circunstancial como absoluto, lo hará
también con las experiencias de dolor. Se sentirá continuamente víctima de
las circunstancias en lugar de tener la fortaleza de sobreponerse y
transformarlas.

Visto desde la fe el dolor esconde un poder liberador, transformador,


salvador. Dios no quiere que el hombre sufra, el sufrimiento es consecuencia
del pecado del hombre, que por decisión personal hace lo que no le
conviene. Con todo, Dios ha tornado esta realidad inevitable, pues “todos
han pecado” (Romanos 3,23) en fuente de vida y fortaleza.

Cuando el hombre logra descubrir su existencia en relación a la


Verdad, que es Dios, y comprende que su destino definitivo es vivir la vida
para la que fue creado, en comunión con Dios, de quien recibe el origen y la
plenitud de su ser; cuando se hace consciente de su realidad espiritual y
trascendente, desarrolla una nueva escala de valores que le permiten hacer
frente a realidades que se tornan temporales, como el dolor, el sufrimiento, el
placer, la seguridad, la razón, la vida, la muerte, entre otros. La vida toma
otro sentido y lo que antes parecía infranqueable, ahora se asume como lo
que es, una circunstancia, un momento, un hecho limitado en el tiempo, que
no tiene la fuerza de determinar la manera propia de vivir. Desde la fe, el
sufrimiento tiene la fuerza de redimir la existencia, nos renueva y nos
fortalece.

Esto lo demuestran el sinnúmero de testimonio de creyentes, quienes


estando despiertos a la esperanza que les da la fe en Dios, han sido capaces
de soportar grandes sufrimientos físicos y morales a lo largo de la historia de
la humanidad. Algunos de ellos, incluso convirtiéndose en fuente de
inspiración y transformación para sociedades enteras.
CONCLUSION

A lo largo de la investigación se pudo observar que la resiliencia es un


concepto que viene siendo utilizado desde el ámbito de la práctica
profesional y avalado por numerosas investigaciones. Sin embargo, en los
últimos años está teniendo cada vez mayor presencia en los ámbitos
sociales y educativos. Es un concepto que ha evolucionado durante las
últimas décadas, que define conceptos que han sido abordados durante toda
la vida y que, al estar de moda, resurgen como ultima actualidad. Sin
embargo, a pesar de su evolución y de todas las investigaciones sobre
resiliencia, este es aún un concepto controvertido y en construcción.

Se pudo observar cómo los primeros estudios se centraron


fundamentalmente en conocer las capacidades de la persona resiliente,
luego no solo se han ocupado de estudiar a la persona, sino de comprender
los procesos resilientes, poniendo de ese modo el foco de atención en qué
aspectos y contextos influyen para la aparición de dichos procesos.

En la actualidad la resiliencia, es la capacidad que tienen las personas


o los equipos para recuperarse frente a la adversidad y alcanzar el desarrollo
de fortalezas ante estas situaciones. No es simplemente una palabra de
moda, es una necesidad del presente que, como una especie de teoría de
evolución, hace más fuerte al individuo y lo prepara para enfrentar
asertivamente la adversidad, adaptarse al nuevo medio, lleno de
incertidumbre, vertiginoso y de cambio de paradigmas.
BIBLIOGRAFIA

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outlooks for the next generation of researchers. En M. Glantz & J.
Johnson (eds.) Resilience and Development: positive life adaptations.
Nueva York: Plenum Publishers, 2001 (pp. 281-296).
 Grotberg, E.The International Resilience Research Project. En R.
Rosswith, (ed.), Psychologists facing the challenge of a global Culture
with Human Rights and mental health, Science Publisher, 1999
 Infante, F. La Resiliencia como proceso: una revisión de la literatura
reciente. En A. Melillo & E. Suárez. Resiliencia descubriendo las
propias fortalezas. Buenos Aires: Paidós, 2005
 Luthar, S., Cicchetti, D. & Becker, B. The construct of resilience: A
critical evaluation and guidelines for future work. Child Development,
2000
 Löesel & H. Skowronek. Children at Risk: Assessment, Longitudinal
Research and Intervention. Nueva York: Walter de Gruyter, 1990
 Vanistendael, S. Resilience: a few key issues. Malta: International
Catholic Child Bureau, 1994
1 Esta revista

http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0103-
84862009000200014

Revista Psicopedagogia
versão  impressa ISSN 0103-8486

Rev. psicopedag. vol.26 no.80 São Paulo  200

2. Este articulo

 http://biblioteca.clacso.edu.ar/Colombia/alianza-cinde-
umz/20140710045502/art.MariaCristinaGarciaV..pdf
Referencia para citar este artículo: García-Vesga, M. C. & Domínguez-de la Ossa, E. (2013).
Desarrollo teórico de la Resiliencia y su aplicación en situaciones adversas: Una revisión
analítica. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 11 (1), pp. 63-77.

Rutter, M. (1999). Resilience concepts and fi ndings: implications for family therapy. Journal of Family Therapy,
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Garmezy, N., Masten, A. S. y Tellegen, A. (1984). The study of stress and competence in children: A building block
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Wolin, S. J. y Wolin, S. (1993). The resilient self. New York: Willard.

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Evolución y nuevas perspectivas del concepto de resiliencia: de lo individual a los
contextos y a las relaciones socioeducativas
Cristóbal Ruiz-Román, Jesús Juárez Pérez-Cea y Lorena Molina Cuesta

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