DIOS DESCIFRA LOS SUEÑOS
Cuenta la Biblia que José interpretaba sueños. El Faraón, con su espíritu agitado por no
saber lo que significaban, lo mandó a llamar para que le descifrara ese código
enigmático. Él respondió: “Dios será quien interprete”. ¡Y así lo hizo! Luego le dijo:
“Haga esto, Faraón”. Y así fue: El Faraón gobernó a su país con lo que José dijo para
que el pueblo no muriera de hambre.
¡Y José y el Faraón vivieron felices por siempre!, podría ser el final de la historia.
El psicoanalista no es Dios, y por eso su labor no es descifrar el enigma del sueño;
tampoco es decir el S2 que falta para que el “espíritu agitado” del paciente se calme. La
interpretación lacaniana es a contrapelo del sentido, pues apunta a nominar lo real, que
dista de los ideales civilizados de la cultura.