100% encontró este documento útil (1 voto)
386 vistas78 páginas

El Canto Litúrgico. Compilación de Las Normas y Lineamientos para El Acompañamiento Musical de Eucaristías en La Iglesia Católica

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1/ 78

1

El Canto Litúrgico:

Compilación de las normas y lineamientos para el acompañamiento musical de eucaristías en

la Iglesia Católica.

Trabajo de grado para alcanzar el título de licenciado en música.

Por

Simón David Foronda Olaya

Asesor

Hugo Alexander Mazo

Universidad de Antioquia

Facultad de Artes

Medellín

2019
2

Resumen

Este trabajo pretende servir como guía para el acompañamiento musical de eucaristías en

todas las parroquias de la Iglesia Católica pertenecientes a la Arquidiócesis de Medellín. Del

mismo modo, considerando que las normas para la interpretación musical en la Iglesia son de

carácter mundial, puede afirmarse que, sin contemplar los rasgos culturales propios de cada

región, la información aquí descrita puede utilizarse para toda la Iglesia Católica en el mundo.

Para esto se han recopilado las normas que rigen dicho acompañamiento y las modificaciones

que, como producto del cambio cultural, se han ido circunscribiendo.

También se incluye una serie de cantos recomendados para los momentos principales de la

eucaristía y la transcripción de una entrevista al padre Juan David Muriel Mejía delegado

Arzobispal para las Reformas Litúrgicas de los Templos en la arquidiócesis de Medellín y

director general del coro arquidiocesano Cantate Domino Canticum Novum.

Palabras Claves

Liturgia, Ministros del Canto, Canto Litúrgico, Acompañamiento Musical de Eucaristías,

Música para la Misa.


3

Introducción
Antes de comenzar, informamos que, con el objetivo de mejorar la comprensión y

entendimiento de esta investigación, se ha incluido un breve Glosario con algunos de los

conceptos más relevantes.

Ahora bien, sea cual sea la actitud personal que se tenga hacia la Iglesia Cristiana Católica,

hay que reconocer que ha sido una de las estampas ideológicas más imponentes en la historia del

ser humano. Incluso, ha sido tal su permanencia en el tiempo (casi veinte siglos), que es

imposible no mirarla con cierta admiración. En Antioquia, es evidente esta relación milenaria. De

acuerdo con cifras del Episcopado “es el departamento con la mayor cantidad de parroquias,

sacerdotes, obispos, monjas, seminarios, seminaristas, novicias y grupos apostólicos católicos en

todo el país” (Mojica, 2017, s.p.). Además, sólo en el último cuarto del siglo XIX, 99 de cada 100

habitantes de la región eran católicos (Guevara, 2016, s.p.) y “era considerada prácticamente

como una república de curas ya que en esta región resultaron menos agudos los conflictos

desatados por los ataques de los liberales a los tradicionales privilegios de la Iglesia” (Londoño y

Reyes, 2001, p. 47). Esta relación también es tácita para los colombianos que, tan sólo hasta la

Constitución de 1991 (Art. 19), pasaron de profesar la religión Católica como nación, a reconocer

la igualdad y libertad de cultos en todo el país.

Todo este acervo religioso católico puede rastrearse desde los inicios de la colonización

americana que “para el año 1511 [diecinueve años después del descubrimiento], ya había

establecido en la América hispana las primeras sedes episcopales (Béhague, 1983, p. 10) y en la

cual, la conversión de fe, por medio de la música como instrumento de evangelización al servicio

de la Iglesia, se instituyó como la herramienta perfecta para la conquista y colonización del


4

“Nuevo Mundo”. Así lo retratan los productores de la película La misión (1986) en una de sus

escenas, al decir: “… Con tan sólo llevar una orquesta, se conquistaría todo el continente”.

Este vínculo entre música, ritos y cultos religiosos de cada cultura en particular, se puede

comprobar en la historia de las civilizaciones. Por ejemplo, “a la música [en la Antigua Grecia] se

le atribuyen poderes sobrenaturales capaces de llevar a estados trascendentales de purificación

mental y espiritual” (Gutiérrez, 2015, p.93), o en el antiguo Egipto “las ceremonias funerario-

religiosas en honor a Osiris eran una de las grandes fuentes de inspiración musical, en este caso

para acompañar las celebraciones rituales relacionadas con el mundo de la muerte y de la

resurrección” (Gonzáles Serrano, 1994, p.404). Así también,

La música en el judaísmo tiene el poder de acelerar la atracción por el hecho divino y de

ayudar a la persona a alcanzar aquello que de otra manera es muy difícil de conseguir,

(…) Se convierte en un vehículo para el viaje que emprende el alma camino de Dios.

(Ardévol, 2003, p. 310)

A partir de esto puede inferirse que, en el catolicismo, la música ha estado intrínsecamente

relacionada con las celebraciones, solemnidades y festividades. Según Letelier (1961, p. 19)

“desde las primeras reuniones de los cristianos, se oró cantando”.

La música ha tenido un lugar privilegiado dentro de las celebraciones de la Iglesia Católica,

principalmente en las eucaristías; es por esto que no puede considerarse como un mero adorno

sino como parte indispensable de la liturgia. Para complementar la idea anterior, el Concilio

Vaticano II, en el Capítulo VII, destacó que la tradición musical de la Iglesia constituye un tesoro

de valor inestimable que sobresale entre las demás expresiones artísticas, principalmente porque
5

el canto sagrado, unido a las palabras, constituye una parte necesaria o integral de la Liturgia

solemne (párr.112).

Muchos han sido los documentos que contienen los lineamientos y recomendaciones de la

Iglesia Católica con respecto a la interpretación y acompañamiento musical de eucaristías. Entre

los principales está el capítulo VI (Sobre la música litúrgica) del Sacrosanctum Concilum1 (SC),

la Ordenación General del Misal Romano (OGMR) y la encíclica Musicae Sacrae Disciplina2

(MS). Sin embargo, producto del desconocimiento y la mala interpretación de estos documentos,

muchos músicos y ministros encargados del acompañamiento musical de eucaristías desconectan

la música de su íntima relación con la liturgia y la convierten, erróneamente, en un adorno.

Los Ministros del Canto o los músicos encargados del acompañamiento musical eucarístico no

caen en errores músico-litúrgicos pretendiendo trasgredir la fe de la Iglesia o intentando imponer

imperativamente sus gustos por encima de las normas del Catolicismo sino que, además del

desconocimiento, también se encuentran inmersos en un proceso de cambio, una mezcla

constante entre lo tradicional y lo moderno, entre los valores originarios y las transformaciones

que día a día van aconteciendo en la sociedad. En su visita a Medellín en 2017, el Papa Francisco

manifestó que, “así como Jesús zarandeaba a los doctores de la ley para que salieran de su

rigidez, ahora también la Iglesia es zarandeada por el Espíritu para que deje comodidades y

apegos. La renovación no debe dar miedo” (ACI Prensa, 2017, s.p.).

Es por esa constante renovación y avance de la sociedad moderna por lo que este proyecto

pretende compilar las normas y recomendaciones más influyentes para el acompañamiento

1
Constitución sobre la sagrada liturgia: son una serie de normas y lineamientos para la realización y práctica de la
liturgia en toda la Iglesia Católica romana.
2
Musicae sacrae disciplina se publicó el 25 de diciembre de 1955 y se subtituló "Sobre la música de la Iglesia". El
Papa Pío XII intentó usar esta circular para expresar la importancia de la música sacra, especialmente en la liturgia.
Estaba dirigido principalmente contra la música del romanticismo y la misa folclórica.
6

musical y el canto en las celebraciones eucarísticas de la Iglesia Católica que, como

anteriormente se mencionó, están determinadas por el capítulo VI (sobre la música litúrgica) del

SC (1963), la Arquidiócesis de Medellín, la OGMR, la encíclica MS (1955) y su relación con las

experiencias musicales que se practican actualmente y que se han transformado culturalmente

con el paso del tiempo.

Para la recolección de datos, se transcribieron 70 cantos religiosos y litúrgicos con atención a

su pertinencia en las celebraciones eucarísticas; además, se analizó el repertorio utilizado en 2

misas Papales registradas en video y 5 eucaristías transmitidas por Televid3. También se

entrevistó al presbítero Juan David Muriel, Delegado Arzobispal para las Reformas Litúrgicas de

los Templos y director general del coro arquidiocesano de Medellín Cantate Domino Canticum

Novum. Finalmente se realizó una encuesta de tipo cuantitativo a 100 feligreses de 5 parroquias

del área metropolitana, donde se indagó sobre el gusto por el canto en la eucaristía, el

reconocimiento, la inclusión de cantos no católicos en la misa y aspectos generales sobre el

acompañamiento ministerial del canto en la Iglesia Católica.

3
Canal colombiano religioso operado por la Congregación Mariana. Anteriormente llamado Tele Vida.
7

Contenido

1. Capítulo I: Identificación del problema ........................................................................... 10

1.1 Planteamiento del problema ................................................................................................. 10

1.2 Justificación .......................................................................................................................... 13

1.3 Objetivos ............................................................................................................................... 14

1.3.1 Objetivo General. ........................................................................................................... 14

1.3.2 Objetivos Específicos..................................................................................................... 14

2. Capítulo II: Marco Teórico .............................................................................................. 15

2.1 Concilio Vaticano II ............................................................................................................. 15

2.1.1 Constitución Sacrosanctum Concilium (1963): Capítulo VI “La música sagrada”. ...... 15

2.2 Instrucción de la Sagrada Congregación de Ritos sobre Música Sagrada: Musicam sacram

(1967).......................................................................................................................................... 17

2.3 Ordenación General del Misal Romano (1969) .................................................................... 23

2.4 Anotaciones sobre el canto litúrgico. Monseñor Ricardo Tobón Restrepo .......................... 29

3. Capítulo III: Actualidad del Canto Litúrgico ................................................................... 34

3.1 Síntesis de Entrevista. ........................................................................................................... 41

3.2 Síntesis de Encuestas. ........................................................................................................... 45

4. Capítulo IV: Guía para el acompañamiento musical de eucaristías en la Arquidiócesis de

Medellín. .............................................................................................................................. 52

5. Capítulo V: Conclusiones finales ..................................................................................... 53


8

Referencias ........................................................................................................................... 56

Glosario ................................................................................................................................ 59

6. Anexos .............................................................................................................................. 61

6.1 Anexo A. Entrevista Cualitativa ........................................................................................... 61

6.2 Anexo B. Formato Encuesta Cuantitativa ............................................................................ 76

6.3 Anexo C. Consentimiento informado Juan David Muriel. ................................................... 77


9

Lista de tablas y figuras

Lista de tablas p.

Tabla 1…………………………………………………………………………... 41-45

Lista de figuras p.

Figura 1…………………………………………………………………………... 46

Figura 2…………………………………………………………………………... 46

Figura 3…………………………………………………………………………... 46

Figura 4…………………………………………………………………………... 47

Figura 5…………………………………………………………………………... 47

Figura 6…………………………………………………………………………... 48

Figura 7…………………………………………………………………………... 48

Figura 8…………………………………………………………………………... 49

Figura 9…………………………………………………………………………... 49

Figura 10…………………………………………………………………………... 50

Figura 11…………………………………………………………………………... 50

Figura 12…………………………………………………………………………... 50
10

1. Capítulo I: Identificación del problema

A continuación se exponen los elementos teóricos que permitirán identificar y dar claridad a la

realización de este trabajo investigativo. Se plantearán una serie de cuestionamientos que

conllevan a una pregunta principal, una justificación, objetivos generales, objetivos específicos y

la descripción de este proyecto.

1.1 Planteamiento del problema

La música y el canto en el acompañamiento de eucaristías para la Iglesia Católica están

reglamentados por una serie de lineamientos y sugerencias basadas en los principios

fundamentales de la fe Cristiana. El Concilio Vaticano II trató todo lo relacionado con la

renovación de la Iglesia en el siglo XX, y uno de sus temas fue la música. Todo lo discutido con

respecto a esto se consignó en el capítulo XI de la Constitución Sobre la Sagrada Liturgia con el

nombre de “La música sagrada”. Éste es el texto que reglamenta todo lo concerniente al canto en

la Iglesia Católica mundial hasta la actualidad, aunque textos postconciliares (más las

recomendaciones propias de cada arquidiócesis en cada país y región) han detallado con mayor

precisión lo que respecta al canto y a la música en la liturgia. Uno de ellos es la Ordenación

General del Misal Romano.

Los lineamientos, normas y recomendaciones de la Iglesia con respecto a la música en la

liturgia han sido ampliamente estudiados y documentados. Una muestra de esto son los tantos

canales de YouTube creados por sacerdotes y ministros del canto de hispanoamérica con

contenido referido al acompañamiento musical de eucaristías, así como los procesos de

formación iniciados por la Arquidiócesis de Medellín desde hace 4 años, en los cuales capacita a

los cantantes de sus parroquias en las normas propias que deben cumplir como ministros del
11

canto certificados. También están las publicaciones periódicas del periódico Misión4 de la misma

ciudad, con comentarios y recomendaciones sobre los cantos en la eucaristía y, los programas

radiales en la emisora de la Universidad Pontificia Bolivariana sobre música sacra.

Tal y como se expresa, el principal problema no se constituye por la ausencia de normatividad

con respecto al acompañamiento musical en la Iglesia, ni por la despreocupación de la misma por

los detalles musicales que le conciernen. La primera dificultad radica en el desconocimiento de

dichas normas, tanto por los músicos que llevan muchos años como ministros del canto sin un

acercamiento formal a estos conocimientos, como de aquéllos que apenas incursionan en el

acompañamiento de eucaristías. De la misma forma, por parte de personas vinculadas

activamente en la música que nunca han realizado un acompañamiento musical en una eucaristía,

pero aun así se ven en el compromiso de participar de dichas celebraciones.

Un segundo problema nace del interés de la Iglesia por conservarse en contraposición a los

cambios que propone la sociedad moderna, la cual asume constantes transformaciones en cortos

períodos de tiempo. No por esto se puede aseverar que la Iglesia no esté preocupada por asumir

estos cambios; más bien, adopta una visión de no dejar a un lado sus principios fundamentales,

incluso, si están en contra de las transformaciones ideológicas y culturales de la época. No

obstante, tampoco es propicio continuar en un punto rígido y hasta rozar los límites de la

terquedad negándose a asumir dichos cambios. De allí se deriva la necesidad de encontrar un

punto medio, ya que existen toda clase de textos con los lineamientos para los cantos exigidos

por la Iglesia en el mundo, pero no existen registros académicos con la relación y mezcla entre

las normas y las prácticas reales que en la cotidianidad se presentan.

4
Periódico perteneciente a la Arquidiócesis de Medellín
12

Para cantar las eucaristías que están en este rango no hay una guía disponible; por eso, muchas

veces en los cantos se utilizan textos de fácil comprensión por un afán de actualización que

desconecta la música de la “Gran Tradición de la Iglesia” (Baburés, 1997, p. 277-287). Este

espacio también ha producido que muchos músicos decidan confiar en una serie de libertades

particulares que no corresponden cabalmente al acompañamiento de los ritos católicos. Por

ejemplo, la introducción de canciones no litúrgicas en las eucaristías hace que la fe se celebre

como cada quien la entiende y no como la Iglesia (en cuanto institución) quiere que se viva y

celebre (Alcalde, 2000, p. 278).

Es la falta de información sobre cómo mediar entre la tradición y el cambio lo que produce

que muchos músicos terminen siendo señalados, expulsados, excluidos o, en el peor de los casos,

juzgados como actores individuales de un “show” y no del acompañamiento de una celebración

de la fe cristiana.

Un último problema, que excede los límites de los ministros del canto, recae en la asesoría y

dirección por parte de los sacerdotes como presidentes de la eucaristía, ya que muchos de ellos

parecen ignorar las normas propias de la liturgia con respecto al canto en las celebraciones

eucarísticas. Esto pone en jaque a cualquier músico que desee acompañar una eucaristía

siguiendo las normas que propone la Iglesia, puesto que el sacerdote representa la autoridad de la

misma y, si ellos contradicen estas normas, se complejiza el hecho de determinar cómo actuar

como ministro o servidor de la música en el momento de acompañar una eucaristía; pues, aunque

no sea una trasgresión directa a la fe o un irrespeto a la tradición Católica, deja una brecha abierta

entre lo que está escrito y lo que se practica.

De acuerdo con estas situaciones problemáticas, se plantea la siguiente pregunta: ¿Cómo

capacitar correctamente a cualquier músico interesado en acompañar eucaristías en la Iglesia


13

Católica para que pueda discriminar entre un acompañamiento basado completamente en las

normas litúrgicas establecidas por la Iglesia o, más bien, en las nuevas tendencias implementadas

en la actualidad; o si en una mezcla entre el respeto por la tradición y el cambio cultural?

1.2 Justificación

Este proyecto tiene como finalidad realizar una compilación de las normas, recomendaciones

y lineamientos principales de la Iglesia Católica sobre el acompañamiento musical de eucaristías

incluyendo, además, las consideraciones actuales que motivan, tanto a ministros del canto como a

sacerdotes, a realizar cambios y variaciones en dichas normas pero que no estén contempladas en

los reglamentos eclesiales. Con el producto de la presente investigación se beneficiarán músicos

profesionales, empíricos, creyentes o no creyentes, que tengan la necesidad de acompañar una

eucaristía pero que no poseen los conocimientos necesarios para hacerlo correctamente o que

deseen profundizar y reforzar su práctica ministerial.

De esta manera se logrará documentar ese espacio donde convergen las normas eclesiásticas y

los cambios propuestos por la modernidad, pero que aún no están reglamentados por la Iglesia

Católica ni propuestos formalmente por parte de los músicos que acompañan los servicios

religiosos.
14

1.3 Objetivos

1.3.1 Objetivo General.

Compilar los principios, lineamientos y recomendaciones de la Iglesia Católica para el

acompañamiento musical de una celebración eucarística, además de las consideraciones que se

toman por fuera de estas normas, producto de los cambios culturales y no reglamentados por la

Iglesia.

1.3.2 Objetivos Específicos.

- Examinar algunos cantos utilizados actualmente en el acompañamiento de eucaristías en

Medellín y establecer su pertinencia y uso en la liturgia de la Iglesia Católica.

- Indagar a sacerdotes, ministros y feligreses interesados por la música en la Iglesia, sobre las

practicas musicales que actualmente se usan para el acompañamiento de celebraciones

eucarísticas en la arquidiócesis de Medellín.

- Establecer las pautas principales para la selección de cantos litúrgicos y consignarlos en una

guía práctica, en formato media carta, tipo libro, para el acompañamiento musical de una

celebración eucarística en la Iglesia Católica.

- Realizar una selección y transcripción de cantos, a modo de cancionero, aptas para el

acompañamiento musical de una eucaristía en cualquier iglesia de la arquidiócesis de Medellín.


15

2. Capítulo II: Marco Teórico

A continuación, se presentan tres de los principales textos que establecen los criterios para la

interpretación del canto litúrgico en la Iglesia Católica. Sumado a esto, se encuentran las

recomendaciones realizadas por Monseñor Ricardo Tobón Restrepo, arzobispo de la

arquidiócesis de Medellín desde el año 2010, con respecto al canto litúrgico en la eucaristía.

2.1 Concilio Vaticano II

El Concilio Vaticano II fue una reunión de todos los obispos del mundo, convocada por el

Papa Juan XXIII en 1962 y clausurada por el Papa Pablo VI en 1965. Se pretendió que fuera una

actualización de la Iglesia, renovando elementos y revisando el fondo y la forma de todas sus

actividades. También intentó proporcionar una apertura de diálogo con el mundo moderno,

actualizando la vida de la Iglesia con un lenguaje conciliatorio frente a problemas actuales y

antiguos.

El Concilio Vaticano II dio lugar a un total de 4 constituciones, 9 decretos y 3 declaraciones

conciliares que, en conjunto, constituyen y representan una toma de conciencia de la situación

actual de la Iglesia y las orientaciones que se plantean para lograrlo.

2.1.1 Constitución Sacrosanctum Concilium (1963): Capítulo VI “La música sagrada”.

La Constitución Sacrosanctum Concilium (SC) (sobre la Sagrada Liturgia) fue una de las

cuatro constituciones aprobadas por los Padres conciliares y se considera uno de los documentos

principales del Concilio. El objetivo principal de esta constitución fue: aumentar la participación

de los laicos en la liturgia de la Iglesia Católica y, a su vez, llevar a cabo la actualización de la

misma.
16

El capítulo que de ella nos concierne es el VI: "La música sagrada". En él se destaca la

importancia de la música sacra en la celebración eucarística y su intrínseca relación con la

liturgia. Comenzando este capítulo se afirma que “la música sacra será tanto más santa cuanto

más íntimamente esté unida a la acción litúrgica” (SC, 1963, párr. 112) y añade que “la acción

litúrgica se reviste de una forma más noble cuando los oficios divinos se celebran solemnemente

con canto y en ellos intervienen ministros sagrados” (SC, 1963, párr. 113). Además recomienda

fomentar la creación de Escuelas de Coro (Scholae catorum) sobre todo en la Iglesias catedrales5

y pide a los obispos y sacerdotes procurar que, en cualquier acción sagrada con canto, la

comunidad de los fieles pueda participar de forma activa según le corresponda.

Ahora bien, el SC da gran importancia a la enseñanza y a la práctica musical en los

seminarios, en los noviciados de religiosos de ambos sexos y en las casas de estudios, así como

también en los demás institutos y escuelas Católicas,

Para que se pueda impartir esta enseñanza, fórmense con esmero profesores encargados

de la música sacra, además de una genuina educación litúrgica a los compositores y

cantores, en particular a los niños. Se recomienda también que, según las circunstancias,

se erijan institutos superiores de música sacra6. (SC, 1963, párr. 115)

Algo que se resalta con claridad, en la Constitución sobre la Sagrada Liturgia, es la

preocupación por la participación activa y en comunidad de los fieles; por eso tuvo mucha fuerza

el fomento del canto religioso popular y el respeto por la tradición musical propia de cada región.

A toda esta música se le dio su debida estima y el lugar correspondiente, no sólo al formar su

5
La Escuela de Coro de la arquidiócesis de Medellín se llama “Cantate Domino Canticum Novum y Lavs Deo”.
6
No existe en Medellín ninguna escuela de música que ofrezca un énfasis en música sacra o que esté completamente
dirigida a este tema como fin de su enseñanza.
17

sentido religioso, sino también al acomodar el culto a su idiosincrasia. (SC, 1963, párr. 118 y

119).

Por otra parte, se exaltó el uso del órgano de tubos como instrumento insignia para el

acompañamiento de eucaristías, agregando que “se pueden admitir otros instrumentos, (…)

siempre que sean aptos o puedan adaptarse al uso sagrado, convengan a la dignidad del templo y

contribuyan realmente a la edificación de los fieles” (SC, 1963, párr. 120). En cuanto a los

compositores, se los invitó a cultivar la música sacra y acrecentar su tesoro, componiendo obras

que presenten las verdaderas características de música para la eucaristía, que fomenten la

participación de la asamblea y que puedan ser cantadas por los coros más calificados pero

también por los más modestos. (SC, 1963, párr. 121)

Finalmente, el texto cierra este capítulo con una de las principales características del canto

litúrgico, que siempre deberá ser tomada en cuenta por cualquier persona interesada en

acompañar musicalmente una eucaristía: “Los textos destinados al canto sagrado deben estar de

acuerdo con la doctrina Católica; más aún: deben tomarse principalmente de la Sagrada Escritura

y de las fuentes litúrgicas” (SC, 1963, párr. 121). Ésta podría ser la recomendación insignia de la

guía.

2.2 Instrucción de la Sagrada Congregación de Ritos sobre Música Sagrada: Musicam

sacram (1967).

La Instrucción de la Sagrada Congregación de Ritos sobre Música Sagrada (Musicam sacram)

(MS) tuvo como intención responder a las cuestiones surgidas en el Concilio Vaticano II sobre

los cambios iniciales y temporales de la celebración de la liturgia romana. Todavía hoy, cincuenta
18

años más tarde de su publicación, sigue siendo un documento de suma importancia en lo que

concierne a música litúrgica y sagrada.

MS proporciona normas generales sobre música sagrada a aquéllos que ejercen diferentes

papeles con relación a lo musical en la celebración litúrgica (ministros y miembros de la

asamblea), incluyendo su necesidad de formación adecuada, una sección especial sobre el canto

en la celebración de la misa, sobre el canto en el Oficio Divino, sobre la música en otras

celebraciones (sacramentos o no), el tema del lenguaje (latín y lenguas maternas), nuevas

composiciones, música instrumental y finalmente la supervisión y asesoría eclesial en música

sagrada. (Ryan, 2018 p. 14)

Dentro de los primeros detalles que consigna este documento se encuentra la definición de

música sagrada:

Se entiende por Música Sagrada aquella que, creada para la celebración del culto divino,

posee las cualidades de santidad y perfección de formas. Esta definición incluye el canto

gregoriano, la polifonía sagrada antigua y moderna en sus distintos géneros, la música

sagrada para órgano y para otros instrumentos admitidos, y el canto sagrado popular,

litúrgico y religioso. (MS, 1967, párr. 4)

Seguidamente el texto expone una serie de recomendaciones iniciales que comienzan

afirmando que una buena organización de la celebración litúrgica, además de la debida

distribución y desempeño de las funciones, requiere que se observen con detalle el sentido y la

naturaleza propia de cada parte y de cada canto. Además, agrega que para conseguir esto, es

preciso que los textos, que por sí mismos requieren canto, se canten efectivamente, empleando el

género y la forma que demande su propio carácter. (MS, 1967, párr. 6)


19

Del mismo modo reafirma que la Iglesia no rechaza género alguno de música sagrada, con tal

de que responda al espíritu de la misma acción litúrgica y a la naturaleza de cada una de sus

partes y no impida la debida participación activa del pueblo. Para esto se recomienda que en la

selección del género y repertorio de música sagrada por utilizar, se contemplen las posibilidades

de aquéllos que deben cantar, tanto del grupo de cantores como del pueblo (MS, 1967, párr. 9).

También se recuerda que la verdadera solemnidad de la acción litúrgica no depende tanto de una

forma rebuscada de canto o de un desarrollo magnífico de ceremonias, sino de una celebración

digna y religiosa que tenga en cuenta la integridad de la acción litúrgica misma, es decir, la

ejecución de todas sus partes según su naturaleza propia.

Esta última instrucción general es, sin duda, el mejor soporte para justificar la pregunta del por

qué no se pueden cambiar o incluir aleatoriamente los cantos en una eucaristía y a la vez genera

muchas más inquietudes sobre el por qué los sacerdotes realizan este tipo de cambios en la

liturgia.

Un segundo apartado de la Instrucción MS se refiere a los actores de la celebración litúrgica.

Destaca que el coro (o Schola Cantorum o el ministro del canto) merecen una atención especial

por causa del ministerio litúrgico que desempeñan. A ellos pertenece asegurar la justa

interpretación de las partes que les corresponden en la eucaristía y promover la participación de

los fieles en el canto, himnos y aclamaciones; las respuestas al saludo del celebrante y ministros,

las oraciones litánicas, las antífonas, los salmos y los versículos intercalares o estribillo que se

repite. También es posible, por medio de la catequesis y pedagogía adaptadas, llevar

gradualmente al pueblo a participar cada vez más en los cantos que le corresponden hasta lograr

una plena participación. Sin embargo, cuando los fieles no estén aún suficientemente instruidos o

se empleen composiciones musicales en varias voces, podrá confiarse la participación sólo al


20

coro, con tal de que no se excluya al pueblo de las otras partes que le corresponden. No es

aprobable, por otra parte, la práctica de confiar sólo al grupo de cantores el canto de todos los

momentos de la eucaristía, excluyendo totalmente al pueblo de la participación cantada (MS,

1969, p. 16). Ni tampoco hay que intentar llenar los silencios propios de la eucaristía con música

o sonidos innecesarios. Este silencio permite que los fieles, gracias a aquella disposición interior

que nace de la palabra de Dios escuchada, de los cantos, de las oraciones que se pronuncian y de

la unión espiritual con el celebrante, se sientan asociados más íntimamente al misterio que se

celebra (MS, 1967, párr. 17).

Ahora bien, la ejecución musical por parte de un único cantante solo es recomendable cuando

no existe la posibilidad de formar ni siquiera un coro pequeño. Por lo demás, el grupo de cantores

puede estar constituido por personas de cualquier sexo y edad.

Estos cantantes, teniendo en cuenta la disposición de la Iglesia, sitúense de tal manera

que la realización de su ministerio resulte más fácil, se evidencie claramente su función

y, a la vez que forman parte de la asamblea de los fieles, se permita a cada uno de sus

miembros la participación plena en la misa, es decir, la participación sacramental.

Además, se dará a los miembros del coro una formación litúrgica y espiritual adaptada,

de manera que, al desempeñar perfectamente su función litúrgica, no aporten solamente

más belleza a la Acción Sagrada y un excelente ejemplo a los fieles, sino que adquieran

ellos mismos un verdadero fruto espiritual. (MS, 1967, párr. 23 y 24)


21

Antes de continuar detallando los lineamientos propuestos por la Instrucción MS es importante

referirnos a dos conceptos significativos dentro de la misa del rito romano, que se aplican en el

desarrollo y ejecución de la liturgia eucarística: el Propio y el Ordinario7.

El Ordinario de la misa es el conjunto de oraciones y partes invariables de la liturgia. De las

partes que lo conforman, cinco pertenecen a la congregación y tradicionalmente son cantadas por

el coro. Estas son: el Kyrie Eleison (Señor Ten Piedad), el Gloria, el Credo, el Santo y el Agnus

Dei (Cordero de Dios). De manera inversa, el Propio de la misa se refiere a las partes de la

liturgia que cambian según el tiempo litúrgico, fiesta u ocasión por celebrar (en contraste con el

Ordinario de la misa que es constante en todas las celebraciones). Las partes del Propio de una

misa tradicional que corresponden a la interpretación del coro son: la Entrada, el Aleluya, el

Ofertorio (o Presentación de Ofrendas) y la Comunión. Ambas partes se entrelazan

constantemente en el transcurso de toda la celebración eucarística.

Ahora bien, la Instrucción MS en relación directa con los cantos que se interpretan en la

eucaristía, nos recomienda que, en la medida de lo posible, la asamblea de los fieles participe en

los cantos del Propio, sobre todo con respuestas fáciles u otras formas musicales adaptadas. Sobre

este mismo momento, el documento destaca la importancia del canto situado después de las

lecturas en forma de gradual o de salmo responsorial ya que, por su naturaleza, hace parte de la

liturgia de la palabra. (párr. 33)

Los cantos del Ordinario de la misa, si se cantan en varias voces, pueden ser ejecutados por el

coro a Capella, o con acompañamiento de instrumentos, siempre y cuando la asamblea no quede

excluida de la participación en el canto. En los demás casos, las piezas del Ordinario pueden

7
Para profundizar en cada uno de los detalles que constituyen estos momentos con respecto al canto, remitirse al
apartado 2.3
22

distribuirse entre el coro y el pueblo o también entre dos partes del mismo pueblo. Se debe tener

presente que conviene que el Sanctus sea cantado por la asamblea juntamente con el sacerdote; el

Agnus Dei puede repetirse cuantas veces sea necesario, sobre todo en la concelebración, cuando

acompaña el símbolo de la fracción realizada por el sacerdote. Conviene que el pueblo participe

en él al menos con la invocación final (MS, 1967, párr. 34).

Es adecuado que el Padrenuestro sea dicho por el pueblo en compañía del sacerdote. Si se

canta en latín, el documento sugiere que se empleen las melodías oficiales ya existentes, pero si

se canta en lengua vulgar, las melodías deben ser aprobadas por la autoridad territorial

competente (párr. 35).

En el mismo sentido debe cuidarse que, a título de solemnidad, no se introduzca en las

celebraciones lo que sea puramente profano o poco compatible con el culto divino, especialmente

y sobre todo en el acompañamiento musical de matrimonios (MS, 1967, párr. 43).

La importancia de los textos utilizados en la composición e interpretación musical en las

celebraciones eucarísticas es de suma importancia. Es por ello que, como se dijo anteriormente,

es responsabilidad de la autoridad eclesial territorial correspondiente decidir si pueden utilizarse

todavía determinados textos procedentes de épocas anteriores y aprobar aquéllos que estén

ligados a melodías tradicionales, incluso cuando presenten algunas variantes con relación a las

traducciones litúrgicas oficiales en vigor (MS, 1967, párr. 55).

A su vez, es responsabilidad de los músicos litúrgicos examinar las obras del pasado, sus

géneros y sus características, considerando también con atención las nuevas leyes y las nuevas

necesidades de la liturgia. Así, las nuevas formas se desarrollarán, por decirlo de alguna manera,
23

orgánicamente a partir de las ya existentes, para que obtengan su lugar en el tesoro musical de la

Iglesia (MS, 1967, párr. 59).

En cuanto a las zonas regionales que posean una tradición musical propia, MS recomienda a

los expertos una preparación especial en cuanto al conocimiento, tanto de la liturgia y la tradición

musical de la Iglesia, como del lenguaje, el canto popular y el carácter simbólico del pueblo para

el cual trabajan (párr. 61).

Para admitir instrumentos y para servirse de ellos, se tendrán en cuenta el carácter y las

costumbres de cada pueblo. Los instrumentos que, según el común sentir y el uso normal, sólo

son adecuados para la música profana, serán excluidos de toda acción litúrgica (MS, 1967, párr.

63). De la misma forma, el empleo de instrumentos musicales jamás debe cubrir las voces o

dificultar la comprensión del texto y sobre todo, debe callar cuando el sacerdote o un ministro

pronuncian en voz alta un texto que les corresponda por su función propia (párr. 64).

Finalmente, y para lo que nos concierne en esta guía, MS finaliza sus instrucciones sobre

música al confirmar que de los músicos no se espera que sean solamente expertos en el

instrumento que se les ha confiado sino que conozcan y se relacionen íntimamente con el espíritu

de la liturgia para que, al ejercer su oficio, incluso en la improvisación, enriquezcan la

celebración según la verdadera naturaleza de cada uno de sus elementos y favorezcan la

participación de los fieles (párr. 67).

2.3 Ordenación General del Misal Romano (1969)

La Ordenación General del Misal Romano (OGMR 1969) es una descripción teológica y

rubricista de la celebración de la misa. Aunque la actual OGMR corresponde al año 2002, con
24

algunas enmiendas hechas en el año 2008, desde su publicación inicial no se han realizado

cambios significativos en lo que respecta al canto y acompañamiento musical en la liturgia.

El texto se inicia con una afirmación que establece el tono de todo el documento y de hecho,

de toda la renovación litúrgica: “la celebración de la Misa como acción de Cristo y del pueblo de

Dios organizado jerárquicamente, es el centro de toda la vida cristiana para la Iglesia, universal y

local, y para cada uno de los miembros de la feligresía” (Ryan, 2018, p. 20).

Es por ello por lo que esta Ordenación expone algunas acomodaciones y adaptaciones para

que la celebración eucarística responda más plenamente a las prescripciones y al espíritu de la

sagrada Liturgia y aumente su eficacia pastoral. Tales adaptaciones consisten, por lo general, en

la elección de los ritos y textos que mejor respondan a las necesidades, preparación e

idiosincrasia de los participantes y cuya aplicación corresponde al sacerdote celebrante.

Recuerde, sin embargo, que de acuerdo con el texto, éste se halla al servicio de la sagrada

Liturgia y no le es lícito añadir, quitar ni cambiar algo según su propio gusto en la celebración de

la Misa. (OGMR, 1969, párr. 23 y 24)

Según la OGMR (1969), al hacer la selección de los cantos, se dará preferencia a las partes

que debe cantar el sacerdote, el diácono o el lector, con respuesta del pueblo o el sacerdote y el

pueblo al mismo tiempo. En igualdad de circunstancias, hay que dar el primer lugar al canto

gregoriano (al que se le reserva un puesto de honor entre todas las demás formas de canto) sin

excluir de modo alguno otros géneros de música sagrada, sobre todo la polifonía, con tal de que

respondan al espíritu de la acción litúrgica y favorezcan la participación de toda la asamblea

(párr. 40 y 41).
25

En este punto la OGMR habla claramente sobre cada una de las partes cantadas en la

eucaristía.

El primero es el Canto de Entrada. Éste tiene como fin abrir la celebración, fomentar la unión

de quienes se han reunido, introducirlos en el misterio del tiempo litúrgico o de la fiesta y

acompañar la procesión del sacerdote y los ministros. El canto de Entrada es entonado por la

schola8 y el pueblo, o un cantor y el pueblo, o todo el pueblo, o solamente la schola. Pueden

emplearse para este canto, o la antífona con su salmo, como se encuentran en el Gradual romano9

o en el Gradual simple10; u otro canto acomodado a la acción sagrada o a la índole del día o del

tiempo litúrgico, con un texto aprobado por la Conferencia de los Obispos. Si no hay canto de

entrada, los fieles o algunos de ellos o un lector recitarán la antífona que aparece en el Misal. Si

esto no es posible, la recitará al menos el mismo sacerdote, quien también puede adaptarla a

modo de monición inicial. (OGMR, 1969, párr. 47 Y 48)

En el Acto Penitencial el sacerdote invita justamente a la penitencia que, tras una breve pausa

de silencio, realiza toda la comunidad con la fórmula de la confesión general y se termina con la

absolución del sacerdote. Los domingos, sobre todo en el tiempo pascual, en lugar del acto

penitencial acostumbrado puede hacerse la bendición y aspersión del agua en memoria del

bautismo (OGMR, 1969, párr. 51). Después de este momento, se canta el “Señor ten piedad”, a

no ser que éste haya formado ya parte del mismo acto penitencial. Siendo un canto con el que los

fieles aclaman al Señor y piden su misericordia, regularmente habrán de hacerlo todos, es decir,

tomarán parte en él el pueblo y la schola o un cantor. Cuando se canta el “Señor ten piedad”

8
Escuela de canto especialmente para los coristas de la Iglesia. Específicamente: el coro o la escuela de coros de un
monasterio o de una catedral
9
El Gradual Romano (en latín Graduale Romanum) es un libro litúrgico oficial del rito Romano que contiene los
cantos para usar en misa.
10
Edición simplificada del Gradual Romano. Contiene modos más sencillos para uso de las Iglesias menores.
26

como parte del acto penitencial, a cada una de las aclamaciones se le antepone un tropo11

(OGMR, 1969, párr. 52).

Seguidamente está el “Gloria”, un antiquísimo y venerable himno con que la Iglesia,

congregada en el Espíritu Santo, glorifica a Dios Padre y al Cordero y le presenta sus súplicas. Se

canta o se recita los domingos, fuera de los tiempos de Adviento y de Cuaresma, en las

solemnidades y en las fiestas. El texto de este himno no puede cambiarse por otro12. Lo entona el

sacerdote o según los casos, el cantor o el coro. Lo cantan todos juntos o el pueblo, alternando

con los cantores o sólo la schola. Si no se canta, al menos lo han de recitar todos (OGMR, 1969,

párr. 53).

Después de la primera lectura sigue el Salmo Responsorial. Éste es parte integrante de la

liturgia de la palabra y goza de una gran importancia litúrgica y pastoral; ha de responder a cada

lectura y ha de tomarse, por lo general, del Leccionario13. Se procura cantar íntegramente o, al

menos, la respuesta que corresponde al pueblo. El salmista o cantor del salmo proclama sus

estrofas desde el ambón o desde otro sitio oportuno, mientras toda la asamblea escucha sentada y

participa además con su respuesta, a no ser que el salmo se pronuncie de modo directo, es decir,

sin el versículo de respuesta.

Con el fin de que el pueblo pueda pronunciar más fácilmente la respuesta sálmica, pueden

emplearse algunos textos de respuestas y de salmos que se han seleccionado según los diversos

tiempos del año o según los distintos grupos de Santos, el responsorio gradual del Gradual

11
Tropo. Texto breve que se incluye en un texto litúrgico.
12
“otro” sería aquel himno que no incluyera la glorificación del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, por ejemplo, el
tan conocido “Gloria, gloria, aleluya.”
13
Libro litúrgico usado actualmente para proclamar las lecturas bíblicas en la Misa. En realidad son varios
volúmenes, clasificados según los Ciclos de lecturas de la liturgia Católica, y según sean lecturas dominicales, de
entre semana o fiestas especiales.
27

Romano, el Salmo Responsorial o el aleluyático del Gradual Simple, en lugar de los textos

correspondientes a la lectura (OGMR, 1969, párr. 61).

Precediendo inmediatamente el Evangelio se canta el “Aleluya” u otro canto establecido por la

rúbrica14 según las exigencias del tiempo litúrgico. Este se canta en todos los tiempos litúrgicos

fuera de la Cuaresma y constituye de por sí un rito o un acto con el que la asamblea de los fieles

acoge, saluda y profesa su fe con el canto al Señor. Lo cantan todos de pie precedidos de la

schola o del cantor, y de ser necesario puede repetirse (OGMR, 1969, parr. 63).

Continúa la OGMR (1969) presentando el “Símbolo” o Profesión de Fe, el cual se realiza

finalizada la homilía15 y en donde, según la misma Ordenación, todo el pueblo congregado

responde a la palabra de Dios que ha sido anunciada en las lecturas de la sagrada Escritura y

expuesta por medio de la homilía. Lo ha de cantar o recitar el sacerdote con el pueblo los

domingos y en las solemnidades. Si se canta, lo inicia el sacerdote o según la oportunidad, un

cantor o el coro, pero lo cantan todos juntos. Algunas veces también lo hace el pueblo alternando

con la schola.

Seguidamente el canto del “Ofertorio” cumple con las mismas recomendaciones sobre el

modo de ejecución para el canto de Entrada. Según la OGMR (1969) éste acompaña la procesión

en la cual se llevan al altar los dones que se convertirán en el Cuerpo y Sangre de Cristo, y puede

prolongarse por lo menos hasta que los dones han sido depositados sobre el altar (párr. 67, 68 y

74).

14
En la Iglesia Católica se llaman rúbricas a las reglas según las cuales se deben celebrar la liturgia y el oficio divino
15
Para más información sobre las partes de la eucaristía ver el capítulo IV.
28

Entre este último momento (Ofertorio) y el canto siguiente (Cordero de Dios) se realiza el

canto del “Santo”. La OGMR (1969) recuerda que esta aclamación constituye una parte de la

Plegaria eucarística y debe ser proclamada por todo el pueblo con el sacerdote (párr. 79).

La súplica “Cordero de Dios” antecede a la Comunión y normalmente es cantada por el coro o

un cantor con la respuesta del pueblo. Esta invocación acompaña a la fracción del pan y, por eso,

puede repetirse cuantas veces sea necesario hasta que concluya el rito. Al final de su

interpretación, se concluye con las palabras “Danos la paz” (OGMR, 1969, párr. 83).

Comenzando la Comunión, el sacerdote se prepara con una oración en secreto para recibir el

Cuerpo y Sangre de Cristo. Mientras el sacerdote comulga, comienza el canto de Comunión. Este

es cantado sólo por el coro o también un cantor con el pueblo. Debe expresar, por la unión de

voces, la unión espiritual de quienes comulgan, demostrar la alegría del corazón y manifestar

claramente la índole comunitaria de la procesión para recibir la Eucaristía. El canto se prolonga

mientras se administra el sacramento a los fieles y, en el caso de que se cante un himno después

de la Comunión, el canto de Comunión debe concluir a su tiempo. Cuando se ha terminado de

distribuir la Comunión, el sacerdote y los fieles, si se juzga oportuno, pueden orar un espacio de

tiempo en secreto o si se prefiere, toda la asamblea puede también cantar un salmo o algún otro

canto de alabanza o un himno (OGMR, 1969, párr. 84, 86-88).

A partir de este momento la OGMR realiza algunas anotaciones sobre los ministerios

peculiares que hacen parte del oficio eucarístico, entre ellos el Ministerio del Canto. Sobre esto

manifiesta que, entre los fieles, la schola o coro “ejerce un oficio litúrgico propio”, es decir, su

participación está intrínsecamente unida a la liturgia; por lo cual, les corresponde ocuparse de la

debida ejecución de las partes reservadas a ellos y favorecer la activa participación de los fieles
29

en la eucaristía. Todo aquello dicho para los cantores vale también, salvadas las diferencias, para

los otros músicos (OGMR, 1969, párr. 103).

Finalmente, con respecto al lugar físico y musical que deben ocupar la schola y los

instrumentos musicales, la OGMR (1969) indica que, según la disposición de cada Iglesia, se

ubican donde más claramente se vea que son parte de la comunidad de los fieles y donde, al

mismo tiempo, sea más fácil el desempeño de su función litúrgica. El órgano y los demás

instrumentos musicales legítimamente aprobados, “deben estar donde puedan ayudar a cantores y

pueblo y donde, cuando intervengan solos, puedan ser bien oídos por todos” (OGMR, 1969, párr.

312).

Durante el tiempo de Adviento el órgano y los demás instrumentos musicales deben emplearse

con moderación. Durante el tiempo de Cuaresma el uso del órgano y de los demás instrumentos

musicales (exceptuando el domingo Laetare (IV de Cuaresma), las solemnidades y las fiestas) se

permite sólo para sostener el canto, (OGMR, 1969, párr. 313).

2.4 Anotaciones sobre el canto litúrgico. Monseñor Ricardo Tobón Restrepo

Monseñor Ricardo Antonio Tobón Restrepo ha sido, desde el 16 de Febrero de 2010,

Arzobispo de la Arquidiócesis de Medellín. Bajo este cargo, ha mostrado una gran preocupación

por la formación permanente de las personas que sirven como Ministros del Canto. Él mismo ha

expresado que

La orientación musical de la liturgia no puede dejarse ni a la improvisación ni a la

ignorancia de algunos que no conocen el espíritu y las normas litúrgicas. Urge que se

acreciente la formación en este campo entre los sacerdotes, los seminaristas, los

religiosos, los servidores del canto y todos los fieles (2014, s.p.)
30

La iniciativa de esta formación estuvo a cargo de la Delegación para los Ministerios Litúrgicos

Confiados a los Laicos en Medellín, y se realizó por medio de una serie de cursos que tenían

como fin promover la formación litúrgica y espiritual de quienes prestan el servicio de ministros

del canto en las diferentes parroquias de la ciudad. En la conclusión de la primera etapa de

formación en el 2014, Monseñor Ricardo expresó:

El canto litúrgico es un servicio que requiere una especial cualificación y, sin

embargo, se ha confiado o lo han asumido personas sin la debida motivación espiritual y

sin la necesaria preparación técnica y litúrgica. La orientación musical de la liturgia no

puede dejarse ni a la improvisación ni a la ignorancia de algunos que no conocen el

espíritu y las normas litúrgicas, por lo cual es apremiante capacitar a personas y coros

que sepan seleccionar los cantos, entonarlos adecuadamente y ayudar a todo el pueblo a

experimentar, mediante ellos, un diálogo salvífico con Dios. (Tobón citado en Gaudium

Press, s.p.)

Es por ello por lo que, a continuación, se presentan algunas de las recomendaciones que ha

realizado Monseñor Ricardo Tobón sobre el acompañamiento musical en la eucaristía y que han

sido publicadas como parte del último Cantoral Litúrgico de la Arquidiócesis de Medellín (2018)

• La música y el canto no son un adorno, un elemento recreativo o un relleno en la

liturgia, sino parte importantísima de la misma. Por tanto, hay que cuidarlos con

exquisito esmero e integrarlos dinámica y adecuadamente en cada celebración; de lo

contrario, interrumpen y obstaculizan la adecuada celebración de la liturgia (p. 7).

• Se deben seleccionar cantos que tengan calidad en su letra y en su música. Hoy

abundan composiciones hechas por aficionados sin formación literaria, musical,

litúrgica y espiritual, que artística y litúrgicamente son un verdadero desastre (p.7).


31

• En el canto litúrgico, la música está al servicio del texto, que debe inspirarse en la

Escritura o en la misma liturgia (p. 7).

• No se deben entonar nunca ni por ningún motivo, cantos profanos dentro de las

celebraciones litúrgicas. Debe distinguirse también el canto que se emplea, por

ejemplo, en una convivencia o encuentro pastoral al que se destina propiamente para la

liturgia (p. 7).

• Los cantos deben corresponder a los tiempos litúrgicos (adviento, navidad, cuaresma,

pascua), a las solemnidades (San José, Asunción, Todos los Santos, fiestas patronales)

y a las diversas celebraciones rituales (bautismos, confirmaciones, matrimonios,

exequias). También deben adecuarse también a la naturaleza de las diversas partes de

la Misa. Para la entrada, un canto que una y motive la asamblea; en la presentación de

ofrendas, un canto de alabanza; en la comunión, un canto eucarístico o que invite a la

fraternidad; a la salida, un canto de acción de gracias o en honor de la Santísima

Virgen María (p. 7).

• Una regla fundamental es que nunca se deben improvisar la selección y ejecución de

los cantos litúrgicos. Debe prestarse el servicio del canto en coordinación con el

presidente de la asamblea y debe procederse en todo con profundo espíritu de fe y de

piedad (p. 7).

• En las acciones litúrgicas, cabe cualquier género de música sagrada, incluyendo la

música autóctona, si responde al espíritu, a la naturaleza y a los elementos celebrativos

del misterio de Cristo y si no impide la debida participación del pueblo de Dios (p. 7).
32

• Es preciso valorar y promover los coros y ministerios de canto litúrgico, vinculados a

las parroquias, bien formados, que no busquen exhibicionismos y que sepan integrarse

adecuadamente en las celebraciones (p. 7).

• Una buena organización litúrgica evitaría siempre los solistas o coros contratados para

diversas ocasiones que suplantan la asamblea, que buscan casi siempre protagonizar un

“show” y que están más en función de una retribución economica que de un servicio

litúrgico (p. 7).

• El mejor canto es aquél en el que se logra integrar equilibradamente la participación de

la asamblea con las intervenciones del coro y de los solistas haciendo, por ejemplo, un

diálogo entre antífonas y estrofas. En ninguna celebración litúrgica, por ningún motivo,

la asamblea puede quedar muda y marginada del canto (p. 8).

• Es preciso esforzarse por cantar bien, con claridad, con sencillez, con unción. Se deben

ejecutar cantos en los que, por la música, el tono y el movimiento, los fieles puedan

participar. Ayuda mucho que un director ensaye antes con la asamblea y que se tenga

al menos la letra de los cantos (p. 8).

• La instrumentación está ordenada a acompañar y sostener el canto; por tanto, no debe

cubrir las voces ni impedir que se comprenda el texto. La amplificación de los equipos

debe ser moderada y no conviene abusar de las cajas rítmicas (p. 8).

• El instrumento litúrgico por excelencia es el órgano. Es el único que puede

proporcionar una estructura armónica completa, que posee una gran versatilidad para

graduar el volumen y que es prácticamente una orquesta en manos de un solo

ejecutante. Es preciso valorarlo y ejecutarlo con propiedad para dar esplendor al canto

(p. 8).
33

• Todo instrumento y aún el coro deben callar cuando el sacerdote o un ministro

pronuncian o cantan en voz alta un texto que les corresponde por función propia. Esto

es preciso observarlo sobre todo durante la plegaria eucarística (p. 8).

• El canto de entrada debe ayudar a crear el sentido de comunidad y a disponer todo el

pueblo para la celebración. No debe prolongarse después de que han llegado los

ministros. Tampoco los demás cantos deben durar más que la acción o el rito que

acompañan. El canto no debe hacer pesada ni alargar la celebración (p. 8).

• El “Señor ten piedad”, el “Gloria”, el “Santo” y el “Cordero de Dios” se deben cantar

siguiendo su texto litúrgico y ojalá con la participación de toda la asamblea. El aleluya

sólo se suprime durante el tiempo de cuaresma; en el resto del año debe ser la

aclamación con la que, de pie, la asamblea se prepara para escuchar la lectura del

Evangelio (p. 8).

• Es muy conveniente, al menos en las solemnidades, cantar la antífona del salmo

responsorial. El salmo se puede cantar sólo si hay un excelente cantor; de lo contrario,

es mejor recitarlo. Las aclamaciones dentro de la plegaria eucarística, por su

importancia, pueden cantarse. Se destaca el gran “amén” con el que el pueblo hace

suya toda la plegaria eucarística (p. 8).


34

3. Capítulo III: Actualidad del Canto Litúrgico

La alta valoración que hacen los documentos eclesiásticos sobre las normas y

recomendaciones para la interpretación del canto litúrgico no es algo que pueda verse reflejado

en la actualidad, principalmente, y como ya se ha mencionado, por el desconocimiento de estas

normas. Por otra parte, el canto litúrgico también se ha visto modificado y transformado estética

y culturalmente en relación con los valores de cada tiempo y región geográfica donde la Iglesia

realizó su trabajo misional y de evangelización. A partir de este momento nos referiremos a ese

proceso de cambio y transformación por el cual se mezclan y armonizan corrientes de

pensamientos o ideas opuestas como sincretismo.

Dentro de estas transformaciones, quizá una de las más importantes e influyentes tiene que ver

con el sincretismo religioso entre la liturgia y las tradiciones particulares de la cultura

colombiana. Esto permitió que las celebraciones religiosas estuvieran más cerca de las creencias

particulares y culturales de cada pueblo, de sus géneros musicales, de su lenguaje, modismos,

vestimenta, comida, entre otros, pero en consecuencia, que también estuvieran más alejadas de su

motivo espiritual y religioso.

La cultura hoy en día […] es también comportamiento. Hoy en día, cultura es

igualmente formas de vivir, de comer, de amar, formas de sexualidad. Los términos del

concepto son muy amplios y se ha despojado del refinamiento que tenía 40 o 50 años

atrás. Desde estos ámbitos de la cultura, muchos fenomenos religiosos se han

transformado en fenomenos culturales (Cavieres, 2017, p. 256).

Uno de estos fenomenos es el aprovechamiento de los días feriados en Colombia, fruto de las

solemnidades de la Iglesia, como días de descanso y entretenimiento, pero apartados totalmente

de su sentido espiritual. Esto no es algo gratuito o que se haya generado involuntariamente. En


35

nuestro país, con la ley 51 del 22 de diciembre de 1983, se consiguió trasladar la mayoría de los

días festivos nacionales producto de solemnidades Cristianas Católicas al lunes más próximo a la

fecha. A partir de esto, estas fiestas y conmemoraciones poco a poco dejaron de estar reservadas

para el recogimiento y celebración religiosa y pasaron a convertirse en puentes festivos, es decir,

en una serie de días apropiados para la recreación y el esparcimiento sin un motivo cristiano o

religioso.

Esta situación ha generado multiplicidad de debates sobre la pertinencia de estos días en el

calendario del país; por ejemplo, en el 2015, el senador del Partido de la U, Jimmy Chamorro

radicó un proyecto de ley que buscaba eliminar tres días festivos16 de motivo religioso con el fin

de “generar un mayor crecimiento economico dentro de la dinámica de la globalización y el

aprovechamiento de los tratados de libre comercio, fortaleciendo además las vacaciones de los

trabajadores y la productividad del país” (COLPRENSA, 2015, s.p.).

Lo que acontece también se evidencia en la celebración de la Navidad, la que viene perdiendo

con más frecuencia su sentido de festividad religiosa y convirtiéndose en una época de consumo

desenfrenado y vacacional.

Es triste ver que el verdadero significado de una fecha relevante para tantas religiones se

haya convertido en algo banal y comercial. Algo que sustituye la lógica de la noche

buena, la noche en donde el ser supremo se hizo hombre. Una noche en donde el

objetivo debe ser el compartir en familia y no ver quién más se emborracha, quién luce

la mejor ropa o mostrar cuantos juguetes o mercados se regalaron. ¿Deberíamos seguir

llamando a esta fecha Navidad? (J Tirado, 2016, s.p.).

16
El 19 de marzo (día de San José), el 4 de junio (día de Corpus Christi) y el 1 de noviembre (día de Todos los
Santos)
36

Este Sincretismo, en lo que se refiere a lo musical, se evidencia en la inclusión de cantos no

católicos o religiosos en los ritos eucarísticos. Es así como muchas canciones cristianas

protestantes17 y algunas populares se han ido incluyendo en la liturgia con motivo de gustos

personales y en contraposición con las disposiciones eclesiásticas. Esto también se ve en la forma

cómo los Ministros del Canto pueden decidir por gusto propio o por deseo de los Feligreses o

concejo de liturgia parroquial e incluso, del mismo sacerdote, incluir música que no corresponde

plenamente con la acción litúrgica.

Algunos de estos sincretismos suelen ser tan contrastantes que, entre una parroquia y otra, se

puede percibir una forma completamente diferente de liturgia en cuanto a los cantos. Estas

situaciones no deben considerarse negativas, corruptas o como una transgresión consciente a las

tradiciones fundamentales de la Iglesia, sino que deberían ser percibidas como una revaloración

de las fiestas y celebraciones litúrgicas con respecto a las creencias y representaciones culturales

de cada pueblo. Por ejemplo, en Guatemala

La Iglesia de Santo Tomás de Chichicastenango es uno de los pocos templos católicos

del mundo en cuyo interior y exterior se permiten los ritos de otra religión. La creencia

popular dice que, a mediados de 1800, el padre Ximénez encontró en el interior del

templo el manuscrito del Popol Vuh, la biblia maya, y lo leyó dentro de la iglesia. Desde

ese momento, los indígenas pueden practicar el sincretismo entre el culto católico y el

culto maya (Delgado, s.f., s.p.)

Otra situación que demuestra cómo el sincretismo en la música ha permeado las celebraciones

eucarísticas de la Iglesia Católica puede encontrarse en el análisis de las formas y tipos de

17
El protestantismo es un movimiento cristiano surgido en el siglo XVI, a partir de la Reforma protestante de Martín
Lutero. El término es utilizado principalmente para referirse a los grupos que se separaron de la Iglesia católica
romana con motivo de la reforma.
37

acompañamiento musical que se utilizaron en dos de las cuatro eucaristías presididas por el Papa

Francisco en su visita a Colombia en el año 2017, específicamente en la ciudad de Bogotá y de

Cartagena. En estas dos eucaristías se evidencia explícitamente cómo pueden ejecutarse, en el

mismo tipo de celebración, dos formas de acompañamiento musical completamente diferentes

pero ambas cumpliendo los preceptos de la Iglesia (aunque no sean propiamente los establecidos

en los textos Conciliares, Instrucciones u Órdenes eclesiásticas).

Es posible que algunas de las pautas con las cuales se seleccionaron uno u otro tipo de

acompañamiento musical para estas eucaristías se apartasen un poco (o completamente) de las

instrucciones escritas por la Iglesia en años anteriores, pero en ningún momento se puede afirmar

que, en la actualidad, no puedan hacer parte de unos lineamientos que no están escritos pero que

se están gestando. Una de las razones fue que las eucaristías estuvieron presididas por la máxima

autoridad de la Iglesia Católica y otra, que la preparación de las misas papales no son asunto de

un par de días o de la elección de un solo músico sino, por el contrario, un evento de suprema

importancia al cual se dedican importantes horas de esfuerzos en su preparación y donde,

además, todas sus partes se ven sometidas a una revisión y aprobación por parte de comités

específicos conformados por doctores de la Iglesia, conocedores y veedores de la liturgia,

encargados entre muchas tareas, del canto y del acompañamiento musical. Un mal detalle para

estas personas siempre será algo obvio, así que es impensable que, de ser interpretado algo que al

parecer no cumple con las recomendaciones de la Iglesia, no será producto del incumplimiento de

las normas sino la muestra de un sincretismo entre los valores culturales propios de cada cultura y

la actualización continua de la Iglesia con respecto al paso del tiempo.

En la eucaristía de Bogotá, se interpretaron cantos con una gran calidad musical al punto de

parecerse a la banda sonora de una película. Esto tiene que ver en gran parte con que la totalidad
38

de su repertorio fue compuesto exclusivamente para la ocasión y producido por el seis veces

ganador de premios como el Grammy y Grammy Latino, Julio Reyes Copello. Todo el repertorio

fue interpretado por la Orquesta Filarmónica Bogotá, el Coro Filarmónico de Bogotá, la Sociedad

Coral Santa Cecilia y los niños de la Schola Cantorum de la Catedral de la misma ciudad.

Ahora bien, si comenzamos a comparar, más que la calidad musical, la unión pastoral y

litúrgica de los cantos e intervenciones musicales, podemos afirmar que los preceptos ordenados

por la Iglesia sobre el acompañamiento musical se vieron sometidos a un proceso de

sincretización. En éste la asamblea se dispuso como un ente pasivo que escuchaba pero que no

cantaba, demostrando que la comunidad Católica de la capital del país es mucho más receptiva y

contemplativa que participativa. Además, aunque los cantos fueron compuestos basados en la

Biblia, la gran mayoría se distancian de las recomendaciones eclesiásticas (particularmente los

cantos del Ordinario) al cambiar los textos propios de cada uno como parte de la liturgia en

consideración al acompañamiento musical. Un último detalle, no menos importante, es que la

duración de las intervenciones fue de aproximadamente 40 minutos, un tiempo significativamente

extenso para el acompañamiento musical de una Misa. Tan extensa fue su duración que se logró

publicar todo un disco sonoro con las grabaciones de los cantos utilizados para esta eucaristía.

Esta producción discográfica se grabó con el título de “Un Canto Nuevo”.

Ahora bien, el acompañamiento musical de la eucaristía papal en la ciudad de Cartagena el 10

de septiembre del mismo año estuvo a cargo del ministerio musical Shabach (como grupo base),

el pianista Ronny Andrés Rodríguez (como director general y arreglista) y el coro de la

Arquidiócesis de Cartagena dirigido por Héctor Luque. Este grupo de personas fueron

seleccionados por la Arquidiócesis de Cartagena entre los diferentes ministerios musicales de la

ciudad para ejecutar musicalmente una misa papal distinta con ritmos regionales, pero con todo el
39

respeto y solemnidad del caso. Y así fue. Efectivamente, a excepción del Gloria, todos los demás

cantos de la eucaristía cumplieron a cabalidad cada una de las partes que les correspondían, no

sólo en letra, duración o motivación pastoral, sino también en la inclusión de los géneros propios

de la región, arreglos musicales e instrumentación utilizada. Aquí no se compusieron cantos

nuevos pero sí se evidenció un vasto conocimiento sobre el repertorio católico apto para el

acompañamiento litúrgico con la particularidad de los ritmos populares y tradicionales de la

región.

Es importante recordar concebir el sincretismo con relación a la música en el acompañamiento

de eucaristías, no como una trasgresión de las normas establecidas por las autoridades

eclesiásticas, sino como un proceso natural de transformación, unión y re-significación de los

cambios propios de cada época y cultura, y los cánones fundamentales de la Iglesia; de hecho,

existe un punto medio entre la mezcla de la cultura propia de cada sociedad y las

recomendaciones de la iglesia con respecto al canto litúrgico para el acompañamiento de

eucaristías. Este estado intermedio es el que permite un sincretismo no destructivo para la fe

Cristiana y las tradiciones de la Iglesia, ya que respeta sus lineamientos fundamentales a la vez

que funde la tradición con las tendencias propias del cambio de los tiempos, el pensamiento y la

cultura.

Este balance se ha conseguido en las celebraciones eucarísticas programadas por el canal de

televisión católico TeleVid, dirigido por la Congregación Mariana de Medellín. Luego de

seleccionar una eucaristía por año transmitida por el canal desde el 2015 hasta el 2019, se

comprobó que todas las eucaristías seleccionadas mantienen un equilibrio en el manejo y

selección de los cantos como también en el uso e inclusión de arreglos modernos y géneros

autóctonos del país.


40

En un sentido adverso, el desequilibrio entre la tradición y los cambios culturales, cualquiera

sea su extremo, provocarán un sincretismo destructivo en la conservación de los principios

fundamentales de la Iglesia. Esto se debe a que, como lo dice la historiadora Diana Uribe en su

serie radial La historia del Mundo, en el capítulo 4 sobre el origen del cristianismo: “la fuerza de

la preservación de la Iglesia Católica a lo largo de dos mil años está en la Liturgia”. Modificarla

entonces afectaría intrínsecamente la cohesión entre la fe Cristiana y los paradigmas de la

sociedad.

Ejemplos de este tipo de situaciones desequilibradas entre la tradición de la Iglesia y el cambio

cultural no son ciertamente extraños en cualquier tipo de celebraciones eucarísticas,

especialmente en aquéllas que convocan en la iglesia a personas no creyentes o sólo cercanas a

los ritos Católicos, pero que asisten al templo por cumplir con una tradición cultural, familiar o

social o simplemente son acompañantes de algún feligrés.

En mis 14 años de experiencia como músico acompañante de eucaristías y 4 años como

Ministro del Canto, certificado por la Arquidiócesis de Medellín, he presenciado y participado en

gran variedad de eucaristías donde ningún canto es propio para la misma ni cumple con la

liturgia, ni hace parte de la profesión de fe ni está en relación con la convicción religiosa de la fe

Cristiana Católica, sino que corresponde a un sincretismo musical confrontado entre la tradición

de la Iglesia y la modernidad en donde se incluyen cantos de otras religiones (especialmente del

Protestantismo) o de contenido popular con inexistente sentido religioso o se altera

profundamente la Liturgia consiguiendo convertir el sentido comunitario del canto en la

eucaristía en una expresión personal.


41

3.1 Síntesis de Entrevista.

Como las situaciones más actuales que se presentan en el acompañamiento musical de

eucaristías no están ampliamente documentadas, para ampliar un poco esta visión se ha

entrevistado al presbítero Juan David Muriel Mejía, delegado Arzobispal para las Reformas

Litúrgicas de los Templos en la arquidiócesis de Medellín y director general del coro

arquidiocesano Cantate Domino Canticum Novum. Además, se realizó una encuesta a 100

feligreses de 5 parroquias de la ciudad con respecto a la interpretación del canto en la Iglesia

Católica.

A continuación se presenta el análisis de la entrevista realizada al presbítero Juan David

Muriel.

Criterio Observación y análisis


Relación con el El padre Juan David es el formador del coro arquidiocesano de Medellín
canto litúrgico Cantate Domino Canticum Novum y hace parte del equipo de la Delegación
en la Arzobispal para la Liturgia. Desde la delegación de ministerios confiados a
Arquidiócesis de los laicos, ha participado en la formación de los músicos con respecto a su
Medellín participación eucarística, formación espiritual, teológica y sacramental
como Ministros del Canto. Además ha estado presente en el refuerzo de la
Schola Cantorum del seminario mayor Laus Deo, el nacimiento del
ministerio arquidiocesano Jubal; y la edición del cantoral litúrgico para la
arquidiócesis de Medellín, publicado en el 2019.
Viabilidad Sería interesante si la vida pública mira el perfil de enseñanza de música
academia de sacra como algo que pueda servir socialmente. Parece lógico que, en un
formación para principio, se diera dentro del seno de la comunidad eclesial porque al fin el
ministros del músico litúrgico serviría en las comunidades parroquiales. Las personas que
canto avalados ya han terminado la formación para los ministros del canto pueden ser el
por la germen inicial de una de estas iniciativas. Hay que recordar siempre que el
afán de Monseñor Ricardo no es el afán académico. El afán siempre es muy
42

Arquidiócesis de pastoral. Es la conformación de discípulos misioneros. El ministro del canto


Medellín litúrgico es aquel discípulo que con sus conocimientos y maestría musical
puede orientar la liturgia de las comunidades y puede ser una especie de
perito musical que orienta la oración, la alabanza y también la práctica
litúrgica. Desde este horizonte se podría pensar en la conformación de la
escuela.
Inclusión de la La base de ello es por una especie de desconocimiento. Los músicos
música Cristiana protestantes, la gran mayoría, no están haciendo música para ser cantada en
Protestante en la la liturgia. Se puede utilizar este tipo de música protestante, sin satanizarla,
Eucaristía en otros espacios: encuentros juveniles, cultos eucarísticos, espacios de
reflexión, encuentros en donde los grupos hacen Lexos. El problema no es
incluir este tipo de cantos, es satanizarlos. Cuando usted, por ejemplo,
piensa en un Ave María de Schubert (que no fue compuesta para una misa),
pero la oye en una celebración (que el texto tiene todo el Ave María) ya no
está pensando en la “La dama del lago”18, sino en la Virgen María. El
proceso de la sincretización ha terminado. Hay que poner más de acuerdo,
hoy en día, la belleza del contenido de las letras, no tanto si son protestantes
o no, sino el espacio en dónde se ejecuta el canto.
El Kyrie Eleison Se puede interpretar un canto penitencial en el Acto penitencial mientras se
(Señor, ten diferencie claramente con el momento del “Señor, ten piedad”, ya que el
piedad) y el acto primero es el reconocimiento de la asamblea de sus pecados, mientras que
penitencial el Kyrie Eleison tiene un componente penitencial pero el componente
máximo es el reconocimiento de la presencia y el señorío del resucitado en
la asamblea.
El canto después No se debe realizar ningún tipo de canto después de este momento. Lo que
de la la iglesia está haciendo ahí es una aclamación Anamnética19. No es a la
consagración presencia, es decir, no estamos cantando “Jesús tú eres…” o “…Dios está

18
Originalmente el “Ave María” fue compuesta como un Lied (“canción”) que Schubert escribió basado en el poema
épico de Walter Scott “La dama del lago”.
19
Proviene del griego anámnesis, que significa “memoria”, “recuerdo”. Este término se encuentra en Lc 22,19:
“Haced esto en memoria mía”. La Iglesia celebra en la eucaristía la memoria de Cristo, recordando pasión,
resurrección y su ascensión a los cielos.
43

aquí…”, porque no le están cantando a un Dios que acaba de llegar (porque


Dios no acaba de aparecer), acaba de reafirmar su presencia sacramental
bajo las especies de pan y vino, pero él ya estaba presente: en la asamblea,
en el presidente, en las imágenes, en la palabra. Entonces no tienen unión
ninguna con cantos como “Jesucristo…” “Dios está aquí…”, “Jesús tu
eres...”, que están hablando de la persona de Cristo (esos son cantos de
culto eucarístico). No estamos hablando de la presencia de un Dios que
acaba de aparecer. No estamos hablando de una especie de epifanía rara y,
además, estamos en la mitad de la plegaría eucarística, en donde toda ella es
consagratoria. Es como romper un todo de una plegaría.
Comentario En sus propias palabras: -Cuando tuve la reunión con Monseñor Guido
sobre el Marini (que es uno de los primeros actos que tiene que hacer el encargado
repertorio de las celebraciones del país cuando el Papa va), nos dijeron mucho: no
musical de repitan a Roma. El Papa va a un país de Latinoamérica y se corre el riesgo
eucaristías de, como es el Papa, -¡que miedo!, romanicemos un poco las celebraciones;
Papales Monseñor Guido nos dijo: no repitan a Roma. Queremos que en los colores,
en las texturas, en los sabores de las celebraciones se respire Colombia. En
Bogotá se trató de hacer una más clásica del evento pero sin perder toda la
dimensión autóctona y simbólica. En Villavicencio trabajó cosas muy
bellas: muchísima presencia de arpas, también algunos de estos salmos del
cantoral del seminario de Bogotá, también la presencia del coro de personas
discapacitadas. Fue muy autóctono del lugar; se vio esa ratificación con un
repertorio muy de los llanos orientales. En Medellín tuvo detalles muy
bonitos, por ejemplo se hizo el mismo canto de entrado de la misa de Juan
Pablo II, de dos compositores paisas: Juan José Briceño y la Hermana
María de la Encarnación con “Cerca de tu Altar”. La música fue
latinoamericana en el sentido de que la misa, el Ordinario fue de A. Mejía
(con arreglos del maestro Wilson Castañeda director musical en esa época
del coro arquidiocesano). En Cartagena, el arzobispo sí quiso una cosa
totalmente típica. Fue una misa totalmente con instrumentos de allá, muy
44

folclórica, con cobres y percusión. La gente la vivió y la sintió mucho,


incluso la ensayaron previamente con las comunidades parroquiales.
Sobre el costo Es un tema complicado. Lo normal de una comunidad parroquial es que
del tengan sus ministerios, porque entonces se tendría que pagar a un lector, a
acompañamiento un catequista, a un niño porque acolite, al de María… pagarle a todo el
musical de las mundo porque todos están en un trabajo. Lo normal es que la comunidad
eucaristías suscite carismas y ministerios y dentro de ellos el que anima el canto
tendría que ser uno de los ministerios que viva la parroquia. Cuando una
persona se dedica al canto litúrgico lo normal es que pueda vivir del altar.
Lo que no está bien son los excesos porque hacen parecer la eucaristía
como una especie de “show” mediático o como un asunto comercial.
Qué hacer con Hay que evangelizarlos. Hay que parar y educarlos con respeto. Monseñor
los músicos que Ricardo tiene presente que el sacerdote no debe pelear con el ministro sino
no conocen los educarlo.
tipos de canto
que se deben
utilizar en las
eucaristías
Sobre la El cantor litúrgico es tan portador del evangelio como cualquier bautizado,
profesión de fe es un profeta. Ellos son tan portadores del evangelio en el ambón, como el
de los músicos cura en el altar. Pueden llevar tanta esperanza como tanta tristeza, como
acompañantes cualquiera de los agentes de la liturgia. Es por eso que sí es importante que
en la eucaristía el músico o cantante sea bautizado en la Iglesia católica y que además, para
ser validado como ministro del canto en la arquidiócesis de Medellín, deba
ser avalado por un sacerdote que compruebe su compromiso parroquial.
Formación del Hay que partir de que, para mucha parte del clero, la música no es
clero en lo importante, ya sea porque no cantan o no les interesa. Se han hecho
musical esfuerzos. La formación del clero llega de muchos modos: la presencia del
coro, lo que ellos viven en catedral, las grandes celebraciones, las vicarias y
la misma formación de sus ministros, entre otras cosas, ya los va tocando.
Hay mucho clero muy preocupado por formarse, hay mucho sacerdote muy
45

culto. También hay muchos jóvenes que en el seminario ya escuchan todo


el día reggaetón y eso también va generando un proceso en la cultura
diversa. Por tanto, si el párroco exige al ministro que cante música no
litúrgica él lo va a cantar porque su padre le dice, pero siendo plenamente
consciente que no se debe. Eso lo garantiza una buena formación.
Modernización El proceso de la música religiosa en Colombia ha sido un proceso único de
de los cantos inculturación ya que, en el país, lo que ha habido con los ritos es un asunto
tradicionales de más bien de minimización. Uno puede utilizar los instrumentos que quiera,
la Iglesia los ritmos que quiera, los arreglos que quiera, siempre y cuando se tenga
muy presente la dignidad de la celebración litúrgica.
Modificaciones Más que realizar modificaciones a las normas para el acompañamiento
profundas sobre litúrgico en la Iglesia Católica lo que debe hacer Roma es acompañar los
las normas y procesos de inculturación de cada nación (al estilo del misal africano), para
lineamientos que, orientando los procesos de nacimiento y de composición musical (con
para la el estilo de Roma), la iglesia pueda acunar nuevas expresiones de forma
interpretación musical.
del canto en las
eucaristías
Tabla 1. Tabla de análisis de las entrevistas cualitativas sacerdotes y laicos comprometidos
con el canto.

3.2 Síntesis de Encuestas20.

Para indagar en profundidad sobre la actualidad del acompañamiento musical de eucaristías,

se diseñó una encuesta de tipo cuantitativa que pudiera recoger las impresiones de 100 feligreses

en 5 parroquias de la ciudad sobre el canto y la interpretación musical en las eucaristías. Para

cada pregunta los datos recolectados arrojaron los siguientes resultados:

20
Para ver la encuesta completa remitirse a la sección de anexos.
46

• ¿Cómo prefiere que se realice la eucaristía?


Sin
cantos
6%

Con
cantos
94%
Figura1.

• ¿Conoce las canciones que interpretan en la parroquia?


Ninguna Totalmente
4% 10%

La mayoría
32%
Algunas
54%

Figura 2

• Prefiere usted que los cantos en la eucaristía sean:


Reproducidos
por una
grabación de
audio
3%

Interpretados
en vivo por un
ministro
97%
Figura 3.
47

• ¿Dónde prefiere que este ubicado el cantante?

Me es indiferente
dónde se ubique
24%

En el ambón En frente de la
0% asamblea
49%

En la parte de
atrás del templo
12%
Como parte de la
asamblea pero en
la parte de
adelante
15%

Figura 4.

• ¿Considera usted que la persona que acompaña los cantos en la eucaristía debe ser Católico?

No
13%

Si
87%

Figura 5.
48

• ¿Considera usted que la persona que ejecuta los cantos o interpreta algún instrumento

musical en la eucaristía debe poseer estudios profesionales de música?

Si
9%

No
91%

Figura 6.

• ¿Qué instrumento musical o conjunto prefiere que acompañe los cantos en la

eucaristía?

Orquesta Otro
Filarmónica 12%
Orquesta tropical 0%
1%
Piano
31%
Ensamble vocal
9%

Órgano
2%

Coro
45%

Figura 7.
49

• ¿Ha contratado alguna vez a un ministro del canto, coro o agrupación para que

acompañe una eucaristía?

Si
4%

No
96%

Figura 8.

• ¿Cuánto considera usted que sería un pago justo por el acompañamiento musical de

una eucaristía con una sola persona cantando y tocando la guitarra?

Más de $300.000
Entre $10.000 y
8%
$50.000
Entre $150.000 y 18%
$300.000
15%

Entre $51.000 y
Entre $101.00 y $100.000
$150.000 37%
22%

Figura 9.
50

• ¿Conoce usted alguna de las consideraciones necesarias para la selección e


interpretación de los cantos en la Iglesia?
No
3%

Si
97%
Figura 10.

• ¿Reconoce la diferencia entre un canto protestante (cristiano) y uno católico?

No
39%

Si
61%

Figura 11.

• ¿Le gusta que se incluyan cantos protestantes en la eucaristía?

No
26%

Si
74%

Figura 12.
51

Ahora bien, según los datos recolectados se puede apreciar que las personas que asisten a la

eucaristía valoran en gran proporción la interpretación de cantos en la eucaristía por medio de un

Ministro del Canto. De la misma manera se demuestra una gran valoración porque este músico

sea bautizado católico aunque no posea estudios profesionales en música.

También se pudo comprobar que la gran mayoría de los encuestados desconoce las normas

para la elección de los cantos dentro de la eucaristía aunque reconocen las diferencias entre un

canto Protestante y uno Católico; además prefieren que los cantos que se interpreten en la misa

sean Católicos.
52

4. Capítulo IV: Guía para el acompañamiento musical de eucaristías en la Arquidiócesis de

Medellín.

Toda la información correspondiente a este ítem puede ser vista en el archivo anexo llamado

“Guía para el acompañamiento musical de eucaristías en la Arquidiócesis de Medellín”


53

5. Capítulo V: Conclusiones finales

Finalizada la realización de este proyecto, hemos llegado a las siguientes conclusiones:

• El canto en las eucaristías hace parte indispensable de la vida de fe de los católicos en

Medellín. Muchas de las personas encuestadas demostraron gran interés en participar

de las misas casi exclusivamente por el acompañamiento musical; sin embargo, no

discriminan ni se ven afectados por la inclusión de cantos no católicos o contrarios a la

liturgia mientras les permitan participar con alegría y devoción en los ritos religiosos.

• Mientras en las misas papales se puedan introducir cantos que no están reglamentados

por las normas eclesiásticas, se puede afirmar que en cualquier eucaristía con cualquier

sacerdote se podría hacer lo mismo. En principio porque el papa es la máxima

autoridad de la Iglesia Católica y, en segundo lugar, porque todas las eucaristías

papales son organizadas y evaluadas por altos conocedores de las normas litúrgicas por

lo que todos los detalles son estimados con detenimiento.

• Es imposible cohibir el sincretismo musical en el acompañamiento musical de las

eucaristías. Aunque existan iniciativas para concientizar a los cantantes y feligreses

sobre los cantos propios y tradicionales para la misa, el cambio socio cultural y la

estética musical de la época actual implican que exista una inevitable inserción musical

aparentemente contraria a los cánones propuestos por la Iglesia.

• Se ha demostrado que es muy diferente aquellas normas escritas en comparación con

lo que realmente se practica. Sin atentar contra el sentido litúrgico de la eucaristía, y

considerando los resultados de este proyecto, se puede afirmar que, no es conveniente

ser extremadamente rígidos con el cumplimiento de las normas con respecto a los

cantos y, en cambio, utilizar como criterio principal que, mientras el canto (aunque no
54

sea litúrgico) promueva la participación consiente, activa y fructuosa de la asamblea,

puede considerarse un canto propio para la liturgia.

• El sincretismo musical ha permeado con mucha más fuerza los cantos del Propio de la

eucaristía que los del Ordinario. Es por eso que, por ejemplo, el canto de Entrada, de

Ofertorio o de Comunión, tiende a ser un poco más flexible en el cumplimento de los

parámetros para la selección de la música recomendados por la iglesia que, en cambio,

en todos los demás momentos.

• No existe o no se aplica un orden con los sacerdotes que presiden las eucaristías. Así

como hay algunos que cumplen a cabalidad las normas litúrgicas, otros las ignoran

completamente y otros tantos hacen una mezcla entre lo que ellos consideran

apropiado y las normas de la Iglesia. Esto siempre será un factor aleatorio en el

acompañamiento musical ya que los músicos no siempre cuentan con la manera de

ponerse previamente en contacto con los sacerdotes y produce que siempre deban estar

dispuestos a realizar cambios de último momento sólo por petición u orden del

sacerdote. En el curso de la formación de los ministros del canto de la arquidiócesis de

Medellín, se ha solucionado este tema con la frase “el que obedece nunca se equivoca”.

Sin embargo, esto no es siempre así. Quien obedece a alguien que ignora las normas

también se equivoca, incluso si su participación es tangencial a la jerarquía que le

corresponde tomar dichas decisiones. Es prudente que los órdenes eclesiásticos regulen

la libertad que poseen los sacerdotes para cambiar a su gusto la liturgia o les den plena

libertad para realizar dichas transformaciones a su antojo.

• La creación de escuelas de música con énfasis en música sagrada es un privilegio que

hasta el momento solo es posible alcanzar bajo la iniciativa privada. El paradigma laico
55

de las universidades o academias públicas no permite esta inserción sin

contradicciones en una enseñanza libre de ideologías religiosas.


56

Referencias

ACI Prensa. (2017). Texto y video: Homilia del Papa Francisco de la Misa en Medellín

Colombia. Obtenido de https://www.aciprensa.com/noticias/video-santa-misa-en-el-

aeropuerto-enrique-olaya-herrera-48598

Alcalde, A. (2000). El canto en la eucaristía: prioridades y tareas. Phase, 237,238;277-357.

Ardévol Piera, E. (2003). Antropología de la religión: una aproximación interdisciplinar a las

religiones antiguas y contemporáneas. Obtenido de https://books.google.com.co

Arocena, F. M. (2000). Contemplar la eucaristía, antología de textos para celebrar los dos mil

años de presencia. Madrid, España: Ediciones RIALP S.A.

Arquidiócesis de Medellín. (2018). Cantoral Litúrgico. Medellín, Colombia: Universidad

Pontificia Bolivariana.

Béhague, G. (1983). La música en América Latina (Una introducción). Caracas, Venezuela:

Monte Ávila Editores C.A.

Catecismo de la Iglesia Católica. (1997). La Celebración del Misterio Cristiano. Obtenido de

http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p2_sp.html

Cavieres Figueroa, E. (2017). Descristianización y Laicización: dos conceptos en una misma

historia. Stadium Veritatis, 21, 241-269. Obtenido de https://studium.ucss.edu.pe

COLPRENSA. (2015). Eliminar tres festivos en Colombia ¿una propuesta sin beneficios?

Obtenido de https://www.elcolombiano.com/colombia/politica/eliminar-tres-festivos-en-

colombia-una-propuesta-sin-beneficios-BA1714021
57

Delgado, D. (s.f). ¿Qué es el sincretismo religioso? Muy Interesante. Obtenido de

https://www.muyinteresante.es/cultura/arte-cultura/articulo/ique-es-el-sincretismo-

religioso

Documento de Puebla III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. (1997).

Obtenido de https://www.celam.org/documentos/Documento_Conclusivo_Puebla.pdf

Gaudium Press. (04 de 03 de 2014). Arquidiócesis de Mdellín, Colombia, completa primera etapa

de formación en canto litúrgico. Gaudium Press. Obtenido de

https://es.gaudiumpress.org/view/show/2669

Guevara, C. (26 de 03 de 2016). Los católicos crecen más rápido que la población mundial. El

tiempo. Obtenido de https://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-16546753

Gutiérrez, A. M. (2015). La música en el desarrollo de la espiritualidad y la religiosidad. Una

aproximación al Cristianismo y al Budismo. Obtenido de

https://revistas.ucm.es/index.php/ILUR/article/viewFile/50406/46828

Joffé, R. (Productor), Ghía, F., & Puttnam, D. (Dirección). (1986). La misión [Película]. Reino

Unido.

Letelier Llona, A. (1961). La música y el cristianismo. Revista Musical Chilena, 15-23. Obtenido

de https://revistamusicalchilena.uchile.cl/index.php/RMCH/article/view/16078/16593

Londoño, A. C., & Reyes, M. P. (2001). Breve historia de Antioquia. Medellín, Colombia:

Universidad de Antioquia.

Mejía Muriel, J. (2010). ¿Por qué cantan en la liturgia? ¿Qué cantar en la liturgia? Medellín,

[DIapositivas de PowerPoint].
58

Mojica Patiño, J. A. (10 de 09 de 2017). Antioquia, santa y camandulera. El tiempo. Obtenido de

https://www.eltiempo.com/vida/religion/analisis-de-la-visita-del-papa-a-la-antioquia-

catolica-129038

Pio XII. (1955). Encíclica Musicae Disciplina.

República de Colombia. (1991). Constitución Política de Colombia. Artículo 19. Obtenido de

http://www.constitucioncolombia.com/titulo-2/capitulo-1/articulo-19

Rodríguez, L. (3 de 04 de 2015). El catoliscismo cultural: "una tradición, no una experiencia

religiosa". Chicago Tribune. Obtenido de https://www.chicagotribune.com/hoy/ct-hoy-

8439319-el-catolicismo-cultural-una-tradicion-no-una-experiencia-religiosa-story.html

Ryan, F. (2018). "MS": Documento - Recepción - Evolución. Obtenido de www.academia.edu

Sacrosanctum Concilium. (1963). Capítulo XI La Música Sagrada.

Tirado, Á. (23 de 12 de 2016). La Falsa Navidad. Obtenido de http://blogs.eltiempo.com/un-blog-

para-colorear-en-3d/2016/12/23/la-falsa-navidad/

Tobón Restrepo, R. (2014). El Canto Litúrgico. Mensaje de Monseñor Ricardo Tobón. El

Seminario Arquidiocesano. Obtenido de

https://www.facebook.com/arqmedellin/photos/a.224134387675670/597195517036220/?t

ype=1&theater
59

Glosario

Arquidiócesis:

Provincia eclesiástica integrada por varias diócesis presidida por el arzobispo de la sede

metropolitana.

Arzobispo:

Obispo que tiene jurisdicción sobre otros obispos que forma una provincia eclesiástica, a

la vez que ejerce las funciones episcopales en su propia diócesis.

Canto Litúrgico:

Se refiere a la categoría musical que tiene como fin casi exclusivo acompañar los ritos y la

liturgia durante la eucaristía.

Concilio o Concilio Ecuménico:

Reunión de los obispos y otras autoridades de la iglesia católica para decidir sobre algún

asunto de dogma y de disciplina.

Diócesis:

Territorio que está bajo la jurisdicción espiritual de un obispo.

Episcopal:

Del obispo o relacionado con él.

Feligrés:

Persona que pertenece a una parroquia o demarcación religiosa determinada.

Iglesia Cristiano Católica:

Doctrina religiosa cristiana que tiene como jefe espiritual al Papa de Roma (considerado

el sucesor del apóstol Pedro); se caracteriza por seguir una disciplina, un ritual y un canon

tradicional que se desarrolló desde los primeros años del cristianismo; su unidad de

organización fundamental es la diócesis.


60

Iglesia Cristiano Protestante:

Corriente religiosa cristiana que tuvo su origen en las ideas del alemán Martín Lutero en

el siglo XVI; se caracteriza por creer que la salvación no depende de las obras sino de la

fe y por considerar la Biblia como la única fuente de todas sus enseñanzas; defiende la

igualdad esencial de todos los miembros de la Iglesia y solo tiene dos sacramentos, el

bautismo y la eucaristía.

Liturgia:

Conjunto de prácticas establecidas que regulan, en cada religión, el culto y las ceremonias

religiosas.

Música Protestante:

Se refiere a toda aquella música escrita por compositores de la Iglesia Cristiano

Protestante.

Música Sacra:

Es toda aquella música que se ha concebido para cantarse, tocarse o interpretarse en

contextos religiosos.

Obispo:

Sacerdote cristiano que ha recibido la orden del episcopado (grado más elevado del

sacerdocio cristiano). Tiene entre sus funciones gobernar una diócesis, ordenar sacerdotes,

confirmar a los fieles, consagrar iglesias, etc.


61

6. Anexos

6.1 Anexo A. Entrevista Cualitativa

Fecha de realización: 28 de noviembre de 2018.

Entrevistador: Simón David Foronda Olaya.

Entrevistado: Juan David Muriel. Teólogo, Licentiae in Sacra Liturgia de la institución

Licentiae in Sacra Liturgia, Doctoratus in Sacra Liturgia de la institución Pontificium Athenaum

S. Anselmi De Urbe, y Delegado Arzobispal para las Reformas Litúrgicas de los Templos.

1. ¿Cuál es su relación actual en la arquidiócesis de Medellín con la música dentro de la iglesia?

A mi llegada de estudiar un doctorado en liturgia en la ciudad de Roma, el arzobispo Alberto

Giraldo estaba muy preocupado por la situación de la música litúrgica en la ciudad; empezando

con que no había, por ejemplo, un coro oficial de la arquidiócesis y muchas otras cosas más. A

mi llegada, sucedió el hecho de su término del episcopado en Medellín. Entonces, el coro, que

fué una de las propuestas que él me hizo para el trabajo con la música, comenzó a formarse para

montar la misa de su despedida; entonces el trabajo mío ha sido más bajo el cayado de Monseñor

Ricardo Tobón.

Con él se empezó a conformar un poco lo que hoy es la gran Delegación Arzobispal para la

Liturgia, que tiene varios frentes: el frente de las celebraciones litúrgicas, el frente de la pastoral

y el frente de los ministerios laicales; allí, en los ministerios laicales, hemos querido que haya una

especie de órgano de la delegación que está trabajando en varios frentes en cuanto a la música.

Están orientando la formación de los músicos para convertirlos en ministros del canto litúrgico

con miras a su participación, formación espiritual, teológica y sacramental; la conformación cada

vez más fuerte del coro arquidiocesano Cantate Domino Canticum Novum; el refuerzo de la

Schola Cantorum del seminario mayor Laus Deo; el nacimiento del ministerio arquidiocesano, El
62

ministerio Jubal. Y ahora un cantoral litúrgico para la arquidiócesis. Un cantoral que orientará,

pienso que mucho, la vida musical de las parroquias.

Todo esto es un poco de lo que estamos haciendo de la vida musical, siempre desde la

delegación de ministerios confiados a los laicos.

2. ¿Considera usted viable que una academia pública o privada ofrezca un programa de

formación para ministros del canto, avalado por la arquidiócesis de Medellín? Sí-no ¿por

qué?

Nosotros hemos hecho la formación inicial de unos 800 ministros, una formación inicial que

consiste en nueve módulos. Para la segunda etapa el arzobispo no ha querido dar todavía la

aprobación, ya que espera que acabemos primero con esta primera fase porque, son 800, pero hay

muchos más ministros en Medellín.

Con respecto a la conformación de una escuela de arte sacro permanente que tenga dentro de

sí también la música, imagino que la sede tendría que ser, por ahora, el centro de pastoral Pablo

XI; y sería como el paso sucesivo y normal del proyecto que estamos haciendo. Ahora, en

Medellín hay escuelas de música muy buenas (Eafit, la Débora Arango, la de Antioquia), pero no

existe la facultad de música que tenga ese perfil de orientación hacia lo que existía antes, como la

formación de un Magister Capelle, aun así, creo que la UCO21 está con el maestro Humberto

Correa en esa tarea.

Sería interesante si la vida pública mira también ese perfil como algo que pueda servir. Me

parece más lógico que se dé dentro del seno de la comunidad eclesial porque, al fin, el músico

litúrgico serviría en las comunidades parroquiales. Las personas que ya han terminado la

21
Universidad Católica de Oriente.
63

formación para los ministros del canto pueden ser el germen inicial de una de estas iniciativas;

además, existe mucha gente que ya ha pasado por el coro diocesano.

Hay que recordar siempre que el afán de Monseñor Ricardo no es el académico. El afán

siempre es muy pastoral. Es la conformación de discípulos misioneros. Entonces no estamos

buscando el perfil del músico por el músico, que es la diferencia grande con el ministro.

El ministro del canto litúrgico es aquel discípulo que, con sus conocimientos y maestría

musical, puede orientar la liturgia de las comunidades y, puede ser una especie de perito musical

que orienta la oración, la alabanza y también la práctica litúrgica. Desde allí, desde ese horizonte

(fíjate que es muy diferente el enfoque), se podría pensar en la conformación de la escuela.

3. Se ve y se escucha con frecuencia que muchas personas prefieren escuchar música protestante

que católica ¿cuál cree usted que sea el motivo de esto?

Yo pienso que la base de eso es una especie de desconocimiento.

Nosotros tenemos dentro de la música la necesidad de hacer una diferenciación: hay música

religiosa, música sacra y hay música para la liturgia. Los músicos protestantes, la gran mayoría,

no están haciendo música para ser cantada en la liturgia. –“Es que la eucaristía tiene partes

cantadas”, sí, pero son parte del Ordo Misae; yo no puedo transformar un “Señor, ten piedad”

por un canto penitencial primero, porque sólo es un porcentaje de su comprensión teológica, y

segundo, porque es un texto que pertenece al Ordinario (que puede ser cantado). Inclusive, las

partes cantadas de la misa, que son partes del Propio, podrían ser rezadas. Entonces, hay que

diferenciar entre música religiosa, música sacra y música para liturgia.

Uno podría utilizar este tipo de música protestante, sin satanizarla, en otros espacios. La vida

en la iglesia católica tiene encuentros: encuentros juveniles, cultos eucarísticos, espacios de


64

reflexión, encuentros en donde los grupos hacen Lexos; es decir, hay muchísimos espacios en

donde la música se podría utilizar; además, en el repertorio de la música católica oficial (que

usted puede encontrar en un cantoral, un cantoral oficial), hay mucha música que hoy es aceptada

y que no es originariamente católica: “… día y noche….”, es un negro espiritual; “…saber que

vendrás, saber que estarás”, es una melodía popular; o música que incluso pertenece a películas

paganas, que en el procesos de cristianización del texto y luego de catolización de la letra y del

relato, han hecho que incluso penetren en el culto.

Yo no le veo problema. El problema es satanizar, como hacen muchas páginas de Facebook

con las que no estoy de acuerdo: ir hasta el origen del canto, -“nooo, pero mirá de dónde era, pero

mirá…”. Pero ya han venido en un proceso. Cuando usted, por ejemplo, piensa en un Ave María

de Schubert, no fue compuesta para una misa, pero cuando usted la oye en una celebración (que

el texto tiene todo el Ave María), ya no está pensando “La dama del lago”22, sino en la Virgen

María; el proceso de la semantización ha terminado. Le pongo un ejemplo claro, es lo mismo que

pasa con nuestra Casulla: la Casulla es la prenda Romana consular (de un cónsul Romano), pero

cuando yo me la pongo en la misa mi mamá no piensa en el vestido del cónsul romano, no está

diciendo: “ve mirá, el padre salió vestido de Nerón”. No, sale uno de sacerdote católico. La

semantización23 de la prenda (como pudo ocurrir con la canción), ha cumplido otra fase.

Entonces no es satanizar. Yo pienso que hay que poner más de acuerdo, hoy en día, la belleza

del contenido de las letras. No tanto si son protestantes o no y, vuelvo a decirlo, hay que

22
Poema épico de Walter Scott “The Lady of the Lake” en el cual se basó Schubert para su composición.
23
La semantización se refiere a explicar o demostrar a través de gráficos figuras, mímica u objetos reales el
significado de frases o palabras.
65

diferenciar el espacio en dónde se ejecuta el canto. Porque el canto hay que mirarlo en su

contexto.

Yo he cantado en la catedral un himno protestante de canto de entrada de una misa de

adviento: “Ven, ven señor no tardes…”, porque el canto ya aparece en la liturgia de las horas del

rito católico.

4. El Kyrie Eleison está separado del acto penitencial. El misal romano permite hacer ciertas

variaciones en el acto penitencial ¿se podría hacer un canto penitencial en el acto penitencial?

Sí, porque el acto penitencial es eso, el reconocimiento, por la asamblea, de sus pecados,

mientras que el Kyrie Eleison, aunque tiene un componente penitencial, el componente máximo

es el reconocimiento de la presencia y el señorío del resucitado en la asamblea. Es un canto

laudativo24. Entonces uno, por ejemplo, podría, en una misa juvenil, tener un momento un poco

más amplio de rito penitencial sin ser exhaustivo, sin ser cansón (para mí la eucaristía en una

fiesta).

Hay un acto penitencial que es el rito penitencial comunitario (que es de carácter sacramental)

pero, cuando hay tiempos diferentes (como adviento y cuaresma), podría, por ejemplo, entonar un

canto. Entonces entono un canto, hago ciertos tropos penitenciales que inviten como a la mirada

introspectiva, cierro el acto con su fórmula (que no es absolutoria) y hago el Kyrie (son

posibilidades que incluso yo le cuento a los cantores), pero no cercenar, ni trastocar

teológicamente la verdad que quiere la iglesia con las cosas.

24
Adj. Que alaba o contiene alguna alabanza o elogio/ f. Poema o composición escrita para la alabanza:
66

5. ¿Qué pasa con el canto después de la consagración?

“Pilas” con ese porque vea, lo que la iglesia está haciendo ahí es una aclamación anamnética,

no es una aclamación de presencia, sino una aclamación al memorial de lo que estamos

actualizando. Lo que acaba de ocurrir es esa actualización de la muerte y la resurrección del

Señor mediante el velo del sacramento eucarístico que la plegaría está ratificando con las

aclamaciones anamnéticas memoriales. Entonces mire: “salvador del mundo sálvanos”, “cada vez

que comemos de este pan…”, “anunciamos tu muerte…”; todas son aclamaciones que están

haciendo referencia al memorial que estamos viviendo. Entonces no tienen unión ninguna con

“Jesucristo…” “Dios está aquí…”, “Jesús tu eres….”, que están hablando de la persona de Cristo.

No están hablando de la presencia (esos son cantos de culto eucarístico). No estamos hablando de

la presencia de un Dios que acaba de aparecer. No estamos hablando de una especie de epifanía

rara y, además, estamos en la mitad de la plegaría eucarística, en donde toda ella es consagratoria.

Toda ella. Es como romper un todo de una plegaría; inclusive, hay gente que mete villancicos ahí

en navidad… Un alumno mío llegó a hacer, después de la consagración, una procesión de Corpus

Christi, de casi 40 minutos; luego llegó, bendijo, y continuó la plegaría. ¡Son aberraciones al

Todo de la plegaría!

6. ¿Cómo le pareció y qué opinión tiene sobre el repertorio musical utilizado en las eucaristías

presididas por el Papa durante su visita del 2017 a varias ciudades del país?

Nosotros hicimos una reunión con los cinco encargados de la vida litúrgica de las ciudades

que iba a visitar el Papa y trazamos como una especie de camino. Bogotá trato de hacer una cosa

más clásica, una especie de representación más clásica del evento de lo que queríamos mostrar,

pero sin perder toda la dimensión autóctona y simbólica. Fíjate que la misma escenografía de

Bogotá fue esplendorosa; lo que era la escenografía, las flores, como el aparato estético y visual,
67

era un poco la síntesis de lo que queríamos hacer, inclusive con la vinculación de la estética

indígena. Entonces la música en Bogotá fue más fastuosa, fue más larga. Fue la presencia de

varias orquestas, que tuvo momentos por ejemplo muy, podríamos llamarlos “típicos”, como el

salmo de Mahía; y se hizo la orquestación de salmos muy colombianos, además del cantoral del

seminario de Bogotá, que lo tiene el clero de Bogotá muy en el corazón porque son salmos que

ellos han cantado desde siempre y son temas muy colombianos. Villavicencio trabajó cosas muy

bellas: muchísima presencia de arpas, también algunos de estos salmos del cantoral del seminario

de Bogotá, también la presencia, en el coro, de personas discapacitadas. Fue muy autóctono del

lugar; se vio esa ratificación con un repertorio muy de los llanos orientales. Medellín tuvo

detalles muy bonitos: por ejemplo, se hizo el mismo canto de entrada de la misa de Juan Pablo II,

de dos compositores paisas: Juan José Briceño y la Hermana María de la Encarnación, con

“Cerca de tu Altar”. La música fue latinoamericana en el sentido de que la misa, el Ordinario, fue

de Mejía (una especie de adaptación de Mejía y del maestro Wilson Castañeda), pero los arreglos

fueron muy nuestros con el detalle de la presencia de la Red de bandas. Entonces no había el

virtuosismo de las orquestas sinfónicas bogotanas, pero había el empuje y el deseo y también la

calidad musical y artística de la Red. Además, Monseñor Ricardo no quiso el empleo de coros

como raros sino del proceso de carnetizados. Quiso que mucho de estos solistas y el gran coro de

carnetizados fuera el que acompañara la eucaristía. En Cartagena, el arzobispo si quiso una cosa

totalmente típica. Fue una misa totalmente con instrumentos de allá, muy folclórica, con cobres y

percusión. Yo creo que es lo que teníamos que haber hecho en la costa. La gente la vivió mucho,

la sintió mucho, la ensayaron con la gente, las comunidades parroquiales la ensayaron.

Creo que fueron cuatro manifestaciones de cuatro estilos muy particulares y bonitos de

celebración en Colombia.
68

7. Así como muchos oficios de la iglesia tienen un costo establecido por la misma y se aplica de

manera uniforme a todas las parroquias de la diócesis ¿usted cree que es posible regular de la

misma forma el valor para la participación de los ministros del canto durante las

celebraciones de la iglesia?

Pienso que es un tema muy álgido, porque de todas maneras ahí vemos temas que competen a

la maestría de una persona. La intervención de músicos es un tema muy álgido. Estamos haciendo

esfuerzos. Lo normal de una comunidad parroquial es que tengan sus ministerios porque entonces

tendríamos que pagar a un lector, pagar a un catequista, pagar a un niño porque acolite, pagar al

del grupo de María, pagar a todo el mundo; porque todos están en un trabajo. Lo normal es que la

comunidad suscite carismas y ministerios y, dentro de ellos, pienso que el que anima el canto

tendría que ser uno de los ministerios que viva la parroquia.

Cuando una persona se dedica al canto, también pienso que lo normal, así como inclusive lo

hacemos los sacerdotes, es que pueda vivir del altar. Es que su trabajo sea bien remunerado y el

virtuosismo musical, lo que hace, cómo celebra la música y nos ayuda a celebrar también, sea

bien remunerado. Pienso que lo que no está bien es el exceso, porque hace parecer la eucaristía

como una especie, primero, de “show” mediático. El papa se los acaba de recordar a los coros

reunidos en Roma en su reunión mundial y les dijo que hay que dejar de ser divas y humillar a las

comunidades. Entonces, al cantante no lo contratan para que venga a amenizar una misa, sino que

los ministros orientan a una comunidad para que adoren mejor. Y segundo, hacen ver la eucaristía

como un asunto comercial. Es terrible, porque uno tiene personas que están comprando y

vendiendo la misa y otras que, como la compran y la venden, no la sienten ni la viven. Entonces,

en la misa te hablan, te charlan, te comen, salen y entran, chatean, están haciendo un trabajo. Es

muy complicado, el tema es álgido.


69

Con los ministros se ha hecho mucho trabajo. Lo normal es que haya una sustentación, como

(repito) pasa con nosotros, pero que eso no quite respeto, altura al hecho de la fé. De que la

eucaristía es un don inestimable, y que los ministros, así no crean y vivan de eso, se acerquen al

misterio de la fe en puntillas y respeten la fe de la gente. Porque no hay nada más chocante que

un ministro que siempre está al lado del altar, burlándose con sus gestos y actitudes frente a la fe

de una comunidad creyente.

8. ¿Qué se debe hacer con los músicos que no conocen los tipos de canto que se deben utilizar

en las celebraciones eucarísticas?

Hay que evangelizarlos. Hay que parar, educarlos con respeto. No estoy de acuerdo tampoco

con el clero que los trata mal, que pelea con ellos. Yo pienso que Monseñor Ricardo tiene en la

mente que el sacerdote no debe pelear con el ministro sino educarlo. Si él no sabe (porque no

tiene por qué saber qué es un Kyrie Eleison), ¿por qué voy a pelear con él para que sepa que debe

cantar eso y no un “Renuévame”?

9. ¿Actualmente se exige la partida de bautismo a los ministros carnetizados por la arquidiócesis

como cantores de la iglesia? Sí No

Si. Sabes que hemos tenido ese proceso.

Como el culmen del proceso es el envío litúrgico25 por medio de una eucaristía (que se hace en

la catedral), y la reactualización es de la misma forma (que se hace en los encuentros

programados anualmente), nos vimos abocados a pensar: “bueno ¿y la persona atea o no

católica?”. Monseñor Ricardo dice que en este caso no sea admitido, o sea que uno de las

25
Rito por el cual se envían aquéllas personas que, en nombre de la Iglesia, llevarán a cabo, junto al sacerdote,
diversas tareas en la comunidad.
70

categorías de admisión del ministro es que sea bautizado y presentado por un sacerdote que avale

su compromiso parroquial. Además, es un poquito como mirar la calidad humana y no sólo

artística de la persona. Por ejemplo, digamos un caso: al final de los procesos, los ministros son

evaluados en lo artístico y académico y los párrocos me llaman: -“ve, que no le vas a dar el carnet

a esa señora que es la que más problemas genera en la parroquia”. No se le da. Pienso es que no

es sólo que canten bien. El cántico nuevo que se pide a alguien es: deje de ser beligerante y

violento, sea un instrumento de comunión. Es buscar el perfil existencial de una persona

portadora del evangelio.

Al final, el cantor litúrgico es tan portador del evangelio como cualquier bautizado, es un

profeta. Ellos son tan portadores del evangelio en el ambón, como el cura en el altar. Pueden

llevar tanto esperanza como tristeza, como cualquiera de los agentes de la liturgia.

10. Grupos Latinoamericanos como “Montecarlo Producciones” o el “Coro Cantaré” han creado

todo un mercado que gira en torno al acompañamiento musical de eucaristías. ¿Usted qué

opinión tiene sobre la creación de empresas culturales y artísticas que tengan como uno de sus

servicios el acompañamiento de celebraciones católicas?

De Montecarlo debo decir que ya han estado, la gran mayoría de ellos, en el curso de

ministros. Su actitud ha sido muy receptiva y respetuosa y debo decir, porque lo he visto ya, que

ellos mismos han valorado el proceso del curso y han comenzado a incluir como las conclusiones

grandes de lo que el curso les propone en lo litúrgico.

Yo pienso que es necesario. A ver, los novios llegan muchas veces, hay que decirlo, a preparar

sus matrimonios sin una formación avanzada en lo cristiano, en lo canonico, en lo pastoral;

entonces prefiero que haya un grupo que, como Montecarlo, habiendo hecho un curso y
71

presentando un repertorio de una manera digna, le muestre a unos novios un camino digno

litúrgico por seguir. No que me contraten al de allí al frente que me va a cantar el “Camino de la

vida…” o cualquier ranchera. Entonces, por lo menos tengo en éstos la garantía de una

celebración, puede ser a veces cara, pero digna del sacramento.

A veces los novios sin pensar en nada (o se quedaron sin plata), traen la marcha nupcial en el

CD y cualquier “guanchoso” que me va a cantar cualquier otra cosa. Entonces, prefiero estas

asociaciones que pueden verse como que giran alrededor de la eucaristía como un negocio, pero

que son personas que, en parte, van a dar dignidad a las celebraciones (las preparan) y que,

precisamente, cobran de acuerdo con lo que ellos ofrecen profesionalmente. Lo normal sería que

las parroquias tengan un cantor litúrgico preparado que ofrezca el servicio a las parejas que

quieran casarse, algo que ya sucede, por ejemplo, en varias comunidades donde el cantor de la

parroquia es quien canta los matrimonios.

11. Uno nota que, en ciertas ocasiones, la poca preparación del clero en lo musical también hace

que el canto sea como un accidente ¿qué se puede hacer con esto?

Es otra gran conclusión de todos los cursos: “¿cuándo van a empezar la formación del clero?”.

Yo les digo siempre: no es que el clero tampoco sepa nada. Hay que partir de que, para mucho

clero, la parte musical no es importante. Se han hecho esfuerzos. La formación del clero llega de

muchos modos: la presencia del coro, lo que ellos viven en la catedral, las grandes celebraciones,

las vicarías y la misma formación de sus ministros, entre otras cosas, ya los va tocando. El

ambiente cultural los toca. También hay muchachos que en el seminario oyen todo el día

reggaetón y eso también va generando un proceso cultural diverso.


72

Ahora, el nuevo Cantoral Litúrgico va a ser una buena herramienta. Además, vamos a tener

dos propuestas magisteriales que Monseñor mismo ha hecho y que han aparecido en El

Semanario26, con anotaciones del canto litúrgico (creo que son 20 puntos muy claros) y su

presentación y, el padre Gabriel Jairo Molina ha escrito, en el periódico Misión, para cada parte

de la misa un artículo sobre el canto.

Entonces mire que las propuestas de formación del clero si existen y, aunque me eche la cuña,

yo he escrito por ejemplo “Adviento y cuaresma”, en El Informador27, con textos y música de

ambos tiempos. Hay un programa a las 6:00 am en Radio Bolivariana UPB, que es sobre el canto

gregoriano (la historia, la modalidad) y es un programa que analiza el canto gregoriano según los

núcleos del año litúrgico.

12. ¿Usted cree que es posible “modernizar” los cantos tradicionales de la iglesia católica o,

considera necesario crear nueva música con un carácter diferente para los tiempos modernos?

El proceso de la música, yo creo que en Colombia, ha sido uno de los procesos únicos de

inculturación. Porque en Colombia, lamentablemente, lo que ha habido es un rito más bien como

de minimización. En cambio, aquí hemos cogido los ritmos más bellos nuestros, y hemos hecho

música litúrgica. Es como el único esfuerzo de culturación que percibo. Porque yo no veo que

aquí ninguna región haya sacado ningún rito (al contrario de Chocó que sacó uno, pero creo que

se ha visto sofocado últimamente, no sé).

Yo diría, a ver, -“hay libertad total”. Uno puede utilizar los instrumentos que quiera, los

ritmos que quiera (teniendo en cuenta la dignidad de la celebración litúrgica); pero si uno

“reguetoniza” una música litúrgica, piense que el “pelao” lo va a cantar con alegría, pensando en

26
“El Semanario Arquidiocesano”. Publicación en formato periódico de la Arquidiócesis de Medellín.
27
“El Informador Arquidiocesano”. Publicación en formato revista de la Arquidiócesis de Medellín.
73

“rayar” a la vecina (seamos totalmente sinceros), porque es lo que el reggaetón pretende hacer.

Entonces, cuando los padres de la iglesia se enfrentaron a crear unas composiciones métricas

latinas litúrgicas, rechazaron los instrumentos paganos, porque el instrumento pagano, como el

tubular, era utilizado en las orgias satíricas del mundo pagano; entonces, esa musiquita tubular

traía a la mente la orgía bacanal romana. Sí, es bella, pero trae a la mente… Hay que tener mucho

cuidado, porque el signo que podemos vender puede ser el mundo. Así, hay ritmos que no tienen

cabida en la liturgia porque están demasiado contaminados de otros significados que el fiel podría

leer mal.

Hoy en día, hay instrumentos que pueden incluirse. El ministerio de música de la universidad

Minuto de Dios “Jubal”, nos da la pauta de cómo, sin ser tan permisivos podemos incluir todo

tipo de géneros y combinación de instrumentos en el acompañamiento eucarístico. Entonces sí,

podemos traer ritmos nuevos, la posibilidad es ilimitada.

En segundo lugar, lo importante no es el ritmo; siempre, en la música litúrgica, es el

contenido. La música de Dios siempre ha sido la palabra. La palabra. El camino Catecumenal28

sólo canta palabras de la Biblia con tan sólo una guitarra; ¿y a quién ve usted aburrido en una

misa de ésas?, a nadie. Uno sale gritando, feliz; no les ve ni siquiera una batería, son guitarras, no

hay ningún otro instrumento. Porque es la Palabra la que tiene la fuerza de comprometer y de

golpear moralmente el corazón del que está celebrando, ahí está el secreto. Al fin, la fuerza ética

la lleva la palabra (y cierta belleza musical), pero que no se vuelva la reina la melodía. En la

música litúrgica la melodía es esclava, la reina es la palabra.

28
El Camino Neocatecumenal es un movimiento eclesial y organización católica. Los estatutos aprobados por el
Vaticano lo definen como un itinerario de formación católica permanente, catecumenal, y “Neocatecumenal” o
catecumenal postbautismal, al servicio de la catequesis.
74

13. ¿Usted cree que la congregación para el culto debería hacer alguna modificación al respecto

para el canto litúrgico, o está bien orientada?

Yo pienso que Roma es un mundo que tenemos que empezar a conocer. Cuando uno está allá,

y uno ve una comunidad Romana cantando una misa de Angelis (a pulmón herido), uno entiende

el rito Romano. Un rito que ha nacido allá. Con las connotaciones históricas, con las

particularidades de allá. Yo pienso que lo que tendría que hacer Roma no es escribir más. Uno

toma un ministro: -“¿usted leyó MS?, ¿leyó el documento que se sacó a la luz de los 50 años de

MS?”; ¿entonces vamos a seguir escribiendo más para que nos sigan sin leer?

Yo pienso que lo que tendría que hacer Roma (y ése es un esfuerzo del Papa Francisco que le

ha dado fuerza en las conferencias episcopales), es acompañar los procesos de inculturación de

cada nación (al estilo del misal africano), para que, orientando los procesos de nacimiento y de

composición musical (con el estilo de Roma), la iglesia pueda acunar nuevas expresiones de

forma musical. Cuando en la iglesia el Sacrosanctum Concilium dijo: “el canto gregoriano es el

canto de la iglesia Romana”; ¡la iglesia romana no lo podía abandonar!, ¿entonces que van a

cantar en Roma, samba? No lo puede abandonar.

Entonces aquí en Colombia, que no sabemos latín, para quienes el gregoriano es muy extraño,

¿qué debo cantar? Debo tomar aquellas características del gregoriano como la belleza, la

dignidad, la intrínseca unión con el culto (un canto de Ofertorio es de Ofertorio, de Comunión es

de Comunión, de entrada es de Entrada; si es del Ordinario es del Ordinario; si del Propio, es del

Propio; si es Mariano, es Mariano), es decir, una intrínseca unión con el culto y, como decía

antes, la capacidad que tiene esa música de ser portadora y vehículo de la verdad revelada, tanto

de la palabra, como de la verdad dogmática. Esos elementos, que son elementos propios del

gregoriano (junto con la gran belleza espiritual del canto), propóngalos en la cultura.
75

Yo les digo mucho a los ministros: no vean el gregoriano como una camisa de fuerza, véanlo

como una propuesta. Porque él también tuvo un tiempo en que nació, ¿o entonces los creadores

de eso qué? ¿Qué tienen de diferencia con nosotros? Tomen la cultura y generen, In geneis con

esas características, un bello canto. Y se puede. Usted en el cantoral va a encontrar cantos que

son modernos y son bellos; son bellos en el texto y en su música, son fáciles de cantar.

El canto litúrgico anima la oración, fomenta la unanimidad de la asamblea, es santo, tiene algo

dentro de sí que te hace tocar y sentir la belleza misma de Dios. Por ejemplo: las Comunidades

monásticas, las Comunidades de Nueva Jerusalén; son ejemplos de frases, de la palabra, de la

tradición repetida, en bella melodía tántrica que la comunidad va absorbiendo, va haciendo suya,

¡y son profundamente espirituales!, y hay un solista que nos va guiando, hace un solo, luego

todos nos unimos en una coral, y sentís una profunda paz. Podemos caminar hacia allá. Pero

cuando le damos más preeminencia al movimiento del cuerpo, estamos un poquito perdidos.

Porque se puede tener una alegría muy momentánea, pero la alegría espiritual que produce el

verdadero canto es más interior. Es la certeza profunda de una paz que proviene del espíritu y de

la verdad que estoy cantando. Un poquito es lo que encontró San Agustín al escuchar el canto

Ambrosiano; que había mucha belleza en la exposición de la iglesia, en la armonía de las voces,

pero sobre todo, en la belleza de la verdad que estaban cantando y por fin él encontró.

Que Dios guarde a la Iglesia.


76

6.2 Anexo B. Formato Encuesta Cuantitativa


77

6.3 Anexo C. Consentimiento informado Juan David Muriel.


78

También podría gustarte