Madres e Hijas Sanando
Madres e Hijas Sanando
Madres e Hijas Sanando
Pintura de Claudia
Tempray
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Elaborado por: Lic. Ruth Marina Matamoros.
Psicóloga especialista en manejo de
trauma complejo y abuso sexual.
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Indice
I Introducción ...............................................................................................................................5
II Antecedentes .............................................................................................................................6
XI Recomendaciones .................................................................................................................. 30
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I. Introducción
Se pretende compartir la experiencia del grupo de apoyo mutuo como madres también en su
identidad de mujeres, quienes a causa del abuso sexual que vivieron sus hijas, se convirtieron en
víctimas secundarias de la violencia.
El eje de la sistematización persigue responder a la pregunta: ¿En qué medida el proceso llevado
por las madres contribuye a la mejora de su estado emocional y a su capacidad de apoyar a sus
hijas sobrevivientes de abuso sexual?
Queda clara la importancia de que madres e hijas trabajen a la par. Ellas juegan un papel central en
el proceso de recuperación emocional de las hijas, a la vez que se fortalece el vínculo madre-hija
ambas avanzan en su empoderamiento como mujeres
El abuso sexual es un delito que tiene efectos difíciles de enfrentar en solitario. Se necesita el
acompañamiento de profesionales capacitadas, así como acciones contundentes para su
disminución y erradicación.
Trasladamos esta experiencia a psicólogas y terapeutas que trabajan con esta problemática, así
como a todas las personas que creen en las sobrevivientes para que desde ese lugar contribuyan a
su real acceso a una vida sin violencia.
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II. Antecedentes
G rupo Venancia nació en 1991 como un equipo de formación y comunicación popular entre
mujeres. Es un colectivo feminista que promueve la acción conjunta y el ejercicio pleno de la
ciudadanía de las mujeres en la construcción de una sociedad justa e igualitaria.
En nuestro trabajo creemos que las situaciones que atraviesan las mujeres producto de vivir en
una sociedad sexista traen consecuencias para su vida en todas las dimensiones, incluida su salud
mental y las relaciones con las demás personas.
Aspiramos a que las mujeres avancemos a nuestro empoderamiento para que podamos relacionarnos
en igualdad, que cada mujer se sienta apropiada de sus derechos, “con capacidad para defenderlos,
con recursos para ejercerlos, con autoestima y transgrediendo los límites impuestos”. (Grupo
Venancia, 2013, p.9)
Cuando buscamos apoyo, las mujeres necesitamos espacios de confi anza para compartir las
situaciones difíciles y superar situaciones que compartimos como género. En Grupo Venancia
desarrollamos procesos de atención tanto individual como grupal con mujeres, niñas, niños y
adolescentes en el servicio de atención psicológica, realizamos sesiones de apoyo y acompañamiento
emocional con mujeres que se encuentran en situaciones de violencia y/o quieren acceder a la
justicia, facilitamos grupos terapéuticos para la recuperación emocional de las sobrevivientes de
abuso sexual; así mismo acompañamos grupos de autoayuda con defensoras de derechos humanos
para procesar las situaciones emocionales resultantes de su trabajo en el acompañamiento de las
víctimas.
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III. Justificación Pintura de Claudia Tremblay,
Canada
S istematizar el proceso de acompañamiento con un grupo de apoyo mutuo entre las madres de las
niñas y adolescentes sobrevivientes de abuso sexual adquiere importancia porque nos permite
recoger la riqueza de experiencias de las protagonistas con sus refl exiones, sus risas y sus lágrimas
como parte de la recuperación emocional.
La experiencia nos dice que realizar estos procesos ayuda a las mujeres a superar circunstancias
adversas y a retomar la vida a pesar de las difi cultades, pues recobran la esperanza y se fortalecen
los lazos de amor entre ellas y sus hijas.
Las madres enfrentan con dolor, vergüenza y culpa todos los cuestionamientos sociales de “haber
fallado” en su papel protector, el cual no se cuestiona de igual forma a los padres. Muchas veces
no saben cómo manejar la victimización de su hija, y no saben qué necesitan sus hijas/hijos de
ellas. Este impacto es muy poco reconocido en los procesos de apoyo, que generalmente están
enfocados en las niñas/niños víctimas.
Las lecciones aprendidas en esta experiencia nos permiten compartir los conocimientos con otras/os
profesionales y organizaciones que trabajan con sobrevivientes de abuso sexual infantil, y entender
mejor las necesidades de sus familias—en particular las madres—en cuanto a los procesos de
recuperación.
Los resultados de la presente experiencia invitan a realizar réplicas ahí donde se identifi can
situaciones de abuso sexual, aprendiendo junto a las madres nuevas formas de enfrentarlas y de
lidiar con algo que ninguna persona está preparada de antemano, atreviéndose a conocer más,
comprometiéndose con el cambio, haciendo uso de los recursos internos y externos que descubren
en sí mismas.
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IV. Contexto de la experiencia
L a violencia sexual en Nicaragua es un problema muy grave. Las niñas son sometidas mediante
abuso sexual y en muchas ocasiones obligadas a cargar con embarazos producto de violaciones,
pues nuestra legislación penaliza el aborto en cualquier circunstancia.
Según el Instituto de Medicina Legal, en su Anuario 2013, se registraron un total de 6,069 peritajes
de violencia sexual, de los cuales 5,370 (88.5%) fueron del sexo femenino y 699 (11.5) del sexo
masculino, lo que manifi esta el patrón de comportamiento de la violencia sexual hacia las mujeres,
principalmente. (p.40)
Las niñas y niños son las principales víctimas de la violencia sexual. Las niñas menores de 13
años representan el 83% de este grupo de edad y del grupo de 14 -17 años son el 95% del sexo
femenino. Signifi ca que de estos dos grupos el 88% del total son niñas y adolescentes. (p.41)
La creencia de que una niña pre-adolescente es ya “casadera” o sea, que está lista para iniciar
relaciones sexuales o de pareja es un prejuicio machista que está detrás de la práctica de “robarse”
a las niñas cuando apenas empiezan a mostrar cambios en su desarrollo psicosexual.
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En 6,125 peritajes realizados por el Instituto de Medicina Legal a nivel nacional en casos de violencia
sexual se identifi ca que el 46% de los agresores son personas dentro del entorno familiar. De éstos,
el 27% de los casos fue otro miembro de la familia (primo, abuelo, tío, etc.) Hay 14% que fueron
victimizadas por padrastros y padres y el resto por lo general son personas conocidas (p.44).
La violencia sexual es una violación de los derechos humanos y tiene un impacto signifi cativo en la
salud sexual y reproductiva de las mujeres. Las niñas y las jóvenes experimentan índices más altos
de violencia sexual que las mujeres adultas. Una de las consecuencias más nefastas de la violencia
sexual es el embarazo impuesto a las niñas y adolescentes.
En septiembre 2014, Martínez, Luis. E., periodista del Diario La Prensa publicó un reportaje titulado:
“Municipio de niñas madres” donde se señala la gravedad de la situación de las niñas que de 11,
12 y 13 años resultan embarazadas en el municipio de La Dalia, Matagalpa. Cita un diagnóstico de
2009 en ese municipio el cual revela que el 15% del total de delitos de ese año fueron de violencia
sexual y que, en el Registro civil, del total de nacimientos un tercio son de madres adolescentes. (La
Prensa 10/09/14. En versión impresa página: 4 A).
En sociedades patriarcales como la nuestra las desigualdades de poder entre hombres y mujeres
crean grandes brechas que se transforman en discriminación, se normaliza la violencia y las
situaciones de violencia no siempre se denuncian.
El miedo a las represalias de los agresores, la falta de confi anza en que las autoridades lo resolverán,
el estigma o marca que tienen que cargar las víctimas y la retardación de justicia hacen que las
personas a veces desistan de denunciar o de continuar sus procesos. Esto se ve agravado porque
no existen desde el Estado programas de prevención de estos delitos ni de atención para el abordaje
psicosocial con la víctimas directas ni para sus madres y familias.
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¿Cómo afecta a las madres el abuso sexual a sus hijos e hijas?
Como parte de esta cultura las mujeres somos estimuladas para que seamos las responsables del
bienestar físico y emocional de la familia1. (Batres, 1997). Esta es una de las razones por las cuales
la sociedad hace responsables a las madres cuando sus hijas e hijos pasan por una situación de
abuso imponiéndoles una sanción que no se merecen; de esta forma el perpetrador queda fuera del
foco de atención y son las madres y sus hijos e hijas quienes llevan la peor parte.
En Nicaragua no hay programas gubernamentales de apoyo psicosocial a las madres que enfrentan
casos de abusos a sus hijos e hijas. Las organizaciones de mujeres desde hace muchos años
desarrollan procesos terapéuticos para la recuperación de adolescentes y niñas/os que han
vivido abuso sexual, hay mucha experiencia en este sentido con psicólogas especialistas en
terapias diversas. También hay experiencias de grupos de autoayuda y grupos de apoyo mutuo
con sobrevivientes adultas de abuso sexual e incesto, todas son muy interesantes e intentan dar
respuesta a la problemática.
Grupo Venancia ha realizado grupos terapéuticos con niñas y adolescentes desde hace más
de 10 años utilizando el enfoque género sensitivo, pero es hasta 2014 que nos embarcamos a
trabajar conjuntamente con madres e hijas en el mismo periodo para contribuir a la recuperación de
ambas partes afectadas por la violencia sexual, unas como víctimas directas y otras como víctimas
secundarias o indirectas que necesitan llevar un proceso que les permita fortalecer a sus hijas y a la
vez trabajar en su propia recuperación. (Matamoros, R. (2014)
1
Del ultraje a la esperanza. Tratamiento de las secuelas del incesto. Batres, Gioconda. San José (Costa Rica): ILANUD.
Programa Regional de Capacitación contra la Violencia Doméstica, 1997.
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Pintura de Vickie Wade, EU.
V. Referente teórico conceptual
A licia H. Ganduglia, citando a Deblinger en un artículo titulado Niñas y niños. Padres y madres de
víctimas primarias y secundarias, sostiene que “… la capacidad de los padres no ofensores
para proveer ayuda después de una revelación de abuso sexual puede ser el factor más crítico en
relación a la adaptación psicológica del niño después del abuso”. (Adam-Tucker, 1981; Conte y
Schuermanan, 1987; Everson et al., 1989, citado por Ganduglia, 2007, p. 14)
Señala que los padres no ofensores sin embargo, no reciben la intensidad de apoyo que necesitan
y más bien desde la comunidad profesional han sido poco empáticos hacia las madres de los niños
abusados, máxime cuando ha sido víctimas de incesto tratándolas como cómplices, negadoras e
indirectamente responsables del abuso de sus hijos. Aunque las evidencias empíricas indican que
la mayoría de las madres no responden a este estereotipo. (Conte & Berliner, 1988; Deblinger et al.
1993; Sirles & Franke, 1989, citado por Ganduglia, 2007, p. 14)
Autores citados en el mismo texto como Emilce Dio Bleichmar dice “En los casos de incestos
padres, padrastros, hermanos- existen dos víctimas: la hija y la madre”. (Ganduglia, 2007, p.15),
Parece ser que el apoyo de la madre para niños y niñas desde el mismo momento de la revelación
y su posterior respaldo y protección es muy signifi cativo incluso cuando se enfrentan a situaciones
tan complejas como brindar su testimonio en un juicio.
Las madres se enfrentan a una serie de problemas producidos por una situación que ellas no
provocaron; algunos relacionados a los efectos del abuso en sus hijos e hijas en su comportamiento,
problemas escolares, en sus emociones o aquellos causados por el estigma del hijo/a abusado/a.
Otros problemas tendrán que ver con afrontar la situación en su contexto familiar, por ejemplo la
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división de la familia nuclear o ampliada, el distanciamiento de las amistades, las innumerables
gestiones en la ruta de justicia, la probable pérdida de su trabajo o tener dejar a sus demás hijos en
casa mientras acompaña al hijo o hija que ha sido victimizado/a.
Si las madres creen desde el primer momento el relato de sus hijos e hijas es ya un paso importante
para la recuperación, sin embargo, las madres “podrían no ser capaces de proveer una adecuada
contención debido a su propia angustia, así como a sus conocimientos y habilidades limitadas
frente a las difi cultades que presentan después de la revelación del abuso” (Deblinger y Helfi ng,
1996, citado por Ganduglia, 2007, p. 14)
Desde el campo de experiencias clínicas sobre todo, más que experimental, según Ganduglia, “...la
fi gura de la madre ha pasado desde la ciega complicidad negligente [de la que se le acusaba en los
primeros años de investigación, y que aún prevalecen] hasta el reconocimiento de la importancia de
su sostén y comprensión para el trabajo terapéutico,..” Ganduglia (2007, p.9). (Los corchetes son de
la autora de esta sistematización).
El término madre se asocia con entrega, sacrifi cio y abnegación. Esta idealización de la fi gura
materna trae consigo una situación muy injusta que demanda de ellas la incondicionalidad ilimitada
y la perfección, difíciles de cumplir para cualquier persona.
Según Lorena Saleti (2008), las representaciones que confi guran el imaginario social de la maternidad
tiene un enorme poder reductor, donde todos los posibles deseos de las mujeres son sustituidos
por uno: tener un hijo, y uniformados, en tanto que la maternidad crearía una identidad homogénea
de todas las mujeres. (p. 177)
Esto signifi ca que las expectativas que se tiene de las madres es que actúen solamente en su papel
de cuidadoras, como si al tener un hijo su identidad total es la de ser madre y no se le considera
como un ser individual; ya no puede ser o desear como mujer. Ese ideal sobre la maternidad se ha
creado culturalmente.
Las madres están en el foco de atención siempre que suceden situaciones de abuso sexual y serán
juzgadas por la sociedad por no haber cumplido los roles que vienen en el “paquete” de la maternidad.
Son muy pocos los que se preguntan ¿dónde estaba el padre cuando los abusos sexuales estaban
ocurriendo? Los roles asignados por la sociedad patriarcal a las madres: de protección, seguridad,
afecto, son asumidos generalmente sin apoyo de las contrapartes masculinas y exigen un servicio
permanente sin horarios ni límites.
Pero, ¿cómo puede ejercer esos roles una mujer cuando ella misma se siente insegura y con miedo
para enfrentar que su hijo o hija ha sido víctima de abuso sexual?, ¿cómo podrá acompañarle?,
¿cómo enfrentar al abusador, cuando es una fi gura importante de la familia?, ¿de dónde tomará la
fuerza para no dar pasos atrás cuando se le presenten difi cultades en el proceso legal, la situación
económica y demás factores en su contra? El sufrimiento y el menoscabo a sus emociones como
resultado de enfrentar una situación tan injusta como es el abuso sexual a una de sus criaturas la
convierte en víctima secundaria.
Ganduglia citando a Lilliana Pluis defi ne a la víctima indirecta como “…Aquella persona que, sin
participar expresamente en los hechos que se enjuician, es victimizada debido al sufrimiento, el
menoscabo o incluso la muerte de la primera [la víctima directa] y en su propio caso por la propia
contemplación de la víctima primaria”. (Ganduglia, 2007, p.3)
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¿Por qué no se dan cuenta de la situación de abuso?
Factores externos e internos entran en juego para que las madres no se den cuenta del abuso:
Por temor a que el abusador cumpla con sus amenazas, el niño o niña intentará esconder su
sufrimiento delante de todos, incluso de su madre.
“Cuando el agresor vive en la casa o es cercano, éste asumirá actitudes que desorienten a la madre
para que no sospeche. Se mostrará cariñoso y protector, bondadoso con el niño o niña… esto le
permite recurrir al chantaje emocional…” (Sequeira Picado, C. y Velásquez Sandoval, R.I. 1999 (p.18)
También puede que se muestre hostil e indiferente y buscará la forma de crear la imagen del niño
como mentiroso, para que no sea creído si rompe el secreto. Las señales que la madre pudo haber
percibido antes de la revelación, solo tienen sentido luego de que el abuso sexual fue descubierto.
• Entre los factores internos estará la negación, culpa, frustración, enojo, miedo de las
repercusiones, sentimientos de inadecuación, problemas emocionales.
Una cosa es reconocer el abuso y otra cosa es estar preparada como madre para responder tal y
como la sociedad espera. A veces estas expectativas sociales de lo que las madres “deberían de
hacer” son contradictorias entre sí, por ejemplo, exigen que apoye a la víctima y que a la vez no
perjudique la imagen del agresor. Imagino el sentimiento de una mujer cuyo hijo de 18 años abusa
de su hermanita de 5. Para ella es un trauma muy grande, le supone un gran confl icto emocional y
está obligada a tomar decisiones.
• Entre los factores externos pueden estar la imagen del abusador ante las demás personas,
no se concibe que esta persona sea capaz de tener “esas conductas”. Y entonces, una
vez descubierto el abuso, la presión que pueden ejercer otros miembros de la familia o los
amigos para protegerlo, las amenazas propias de los agresores, presiones económicas
y la falta de apoyo de las instituciones, entre otras pueden complicar mucho la situación
para las madres y sus hijos e hijas.
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La madre en tanto persona en el proceso terapéutico: individuo que ha sufrido un menoscabo a su
integridad emocional.
Trabajar la identidad como madres es importante porque fue lo que las llevó a la terapia, a la vez,
hay que tener en cuenta que son sujetas de derecho y que su integridad como personas ha sido
afectada por la experiencia del abuso sexual. La terapia debe revisar desde un enfoque de género
los conceptos y actitudes de las mujeres en sus relaciones afectivas. Apoyarlas para que adquirieran
la confi anza sufi ciente de tomar decisiones importantes, pensando en sus hijos e hijas pero también
en sí mismas.
En la terapia grupal, compartir con otras mujeres en igual situación les permitirá elaborar la experiencia
y desmitifi car el rol que como madres se les ha atribuido. Esto aporta mucho a superar el hecho de
sentirse culpabilizadas. Es necesario que encuentren en la terapia información, apoyo, confi anza y
solidaridad.
El niño o niña victimizado/a se recuperará mejor y más rápido siempre que haya una persona que
le crea, acompañe y apoye. Cuando la madre da seguridad y confi anza, amor y cariño y además se
coloca de su lado rechazando al victimario, se fortalecen los vínculos y ambas personas recuperan
el deseo de vivir.
El enfoque sistémico nos permite reconocer que tanto las madres como los hijos e hijas se encuentran
en un contexto muchas veces desfavorable; que deberán identifi car recursos de apoyo para superar
las difíciles situaciones que enfrentarán.
Un objetivo importante en este proceso es que las mujeres sepan proyectarse en el futuro; tendrán
que aprender a no vivir en la inmediatez e imaginar una meta y cómo llegar a ella.
En síntesis, muchas mujeres pueden haber olvidado que como personas merecen también pensar
en sí mismas y no solo en función de los demás. El hecho de ser madres es parte importante de
su identidad pero no es todo lo que son. Han de recuperar la capacidad de cuidarse, de construir la
vida que quieren tener, a la vez
de acompañar a sus hijos e
hijas en el proceso de
recuperación del
abuso sexual.
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VI. Objetivo de la sistematización
R econstruir y ordenar la experiencia vivida por las mujeres en el grupo de apoyo con madres de
niñas sobrevivientes de abuso sexual realizado en el municipio de La Dalia, departamento de
Matagalpa de agosto a octubre de 2014.
N os planteamos como objetivo acompañar el proceso de las madres de las niñas y adolescentes
que han vivido recientemente abuso sexual tanto en su situación de madres como de víctimas
secundarias que las ayudase a sentirse más vinculadas con sus hijas y más empoderadas como
mujeres. Se propone que la madre se convierta en un agente activo en el proceso de reparación de
su hijo como lo proponen Martínez, J. y C. Sinclair, (2006).
A partir de la propuesta metodológica del Manual “Me reconozco y te acompaño”, una publicación
de Dos Generaciones, de las autoras Reina I. Velásquez y Cándida Sequeira, e integrando elementos
del Manual para facilitadoras de Grupos de Apoyo a Madres de víctimas de incesto y abuso sexual,
de la Fundación Ser y Crecer, de Costa Rica fue construido un proceso que constó de 14 sesiones
de trabajo.
Fue todo un reto integrar temas y metodologías para desarrollar un grupo de apoyo que sirviese a
las mujeres a sentirse mejor y más vinculadas positivamente con sus hijas.
A la par de este grupo, las hijas también estaban llevando su propio proceso de recuperación emocional
mediante un grupo terapéutico facilitado por dos psicólogas especialistas en la problemática del
abuso sexual utilizando la terapia génerosensitiva. Este es un aspecto muy importante porque se
reforzaron mutuamente los resultados obtenidos en uno y otro proceso.
“El grupo ayuda a romper el silencio y el secreto, a compartir con otras madres con historias similares
lo que le ayuda a salir del aislamiento en el que pueden encontrarse...” Claramunt, M. 1993. (p.21)
Este es el planteamiento principal, a través de un grupo de apoyo se rompe con el aislamiento ante
el sufrimiento provocado por la situación de abuso así como el enjuiciamiento que la sociedad les
impone mediante creencias o representaciones sociales como: “ella no la cuidó, ella es culpable
porque encubrió al abusador”… entre otras.
Este tipo de grupo es cerrado, lo que significa que las mismas mujeres que lo empiezan lo deberían
terminar y es un grupo heterogéneo, pues no necesitan ser todas las madres de la misma edad,
extracción social, nivel de educación; se intenta que cada una se sienta incluida e integrada en el
proceso.
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Centrarse en lo positivo
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El proceso se organizó en 3 etapas: 1. Confi anza y seguridad. Se promueve la
integración de las participantes, crear una
ambiente de seguridad y confi anza en el
grupo para sentirse comprendidas mientras
elaboran sus experiencias.
L a convocatoria fue facilitada por la coordinación con una psicóloga que realiza la intervención en
crisis para las denunciantes de violencia en la Comisaría de la Mujer y la Niñez en el municipio de
La Dalia. Las niñas y adolescentes fueron remitidas al grupo terapéutico de Grupo Venancia a la vez
que se invitó a sus madres a conformar este grupo de apoyo. No se logró que todas las madres
invitadas participaran, muchas de ellas están limitadas por las condiciones económicas (si viajan a
la cabecera municipal, ese día no ganan para el sustento), dejar sus otros hijos e hijas en el hogar al
cuidado de otras personas, entre otras situaciones.
En total participaron 8 madres, de las cuales 5 fueron las más constantes. La metodología fue
adaptada con el objetivo de que todas se sintiesen integradas: la de la ciudad, las de comunidades,
las neo-lectoras, lectoras y analfabetas. El énfasis estuvo en sus competencias.
En el grupo de madres había dos cuyas hijas resultaron embarazadas a consecuencia del abuso,
uno por parte de un vecino y otro por parte del padrastro de la madre. Tres participantes reportaron
que un ingeniero que trabajaba en la hacienda donde vivían ellas con sus familias sometió a las
hijas a pornografía infantil. Otra denunció a un vecino que secuestró, con ayuda de los familiares de
él, a su hija durante una semana y se presentó el caso de una chavala de 13 años acosada por el
secretario político de la comunidad quien llegaba a su casa abusando de la confi anza por ser primo
del padre de la niña.
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Se realizaron las tres etapas que se programaron para el grupo de apoyo con madres las cuales se
detallan a continuación.
Etapa 1
En ésta etapa se planteó el grupo como un espacio de confi anza para compartir entre madres
que atravesaban una situación parecida, para sentirse mejor y apoyar el proceso
de recuperación emocional que sus hijas comenzaron. Los primeros pasos
fueron conocernos y caracterizar al grupo, desde este momento ya algunas
madres hablaron de su situación. El grupo defi nió sus reglas para sentirse
seguras y les permitió desarrollar relaciones de solidaridad entre
todas. Cada una se expuso frente a las otras al dar conocer
partes de su historia y de su identidad.
Etapa 2
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La información y refl exión sobre la identidad de género y la discriminación hacia la mujer permitió
que las participantes comprendieran cómo es que la sociedad basándose en mitos y creencias
asigna a mujeres y hombres roles aprendidos, que generan desigualdad y emociones como la culpa
y la impotencia.
Aprendieron también que es en el actuar diario en la casas donde hay que ir haciendo los cambios.
Las participantes pusieron varios ejemplos de cómo ellas intentan que sus hijos e hijas hagan cosas
en la casa, sobre todo los varones. Una de las madres dijo: “Hay que dar la oportunidad a las niñas
de que tengan alguna experiencia para que no las engañen”; otras compartían: “Aprendí que tiene
que haber igualdad”. “Me comprometo a que mi marido lave su ropa y darle un poco de libertad a
mi hija”. “A pesar de que no sé leer, le he enseñado a mi varón a hacer sus propias cosas y mi hija
estudia”.
Se reforzó la importancia de expresar las emociones, sabiendo que cuentan con fuentes de apoyo
para compartir lo que les pasa. La facilitadora complementó con información sobre otros recursos
en los que se pueden apoyar como son las amistades, las mujeres organizadas, las instituciones de
la ruta de acceso a la justicia y aquí hablaron sobre lo difícil que ha sido para ellas que las atiendan
en la Fiscalía porque el fi scal nunca está o que la Comisaría les dé respuesta sobre los denunciados
que se encuentran prófugos de la justicia.
Refl exionar sobre la violencia y los derechos, como paso necesario para hacer el cambio.
Siempre dentro de la etapa 2, refl exionamos acerca de la violencia contra la mujer, enfatizando
en la violencia sexual. Identifi camos juntas diferentes manifestaciones de la violencia, cómo las
costumbres y creencias sostienen las cosas en el mismo estado; lo que se dice de la mujer en los
medios de comunicación, la falta de apoyo o sensibilidad de la población, la falta de funcionamiento
de las instituciones y vimos la desigualdad entre hombres y mujeres como causa de la violencia.
También se ofrecieron alternativas ante los comportamientos violentos y luego cada participante
asumió un compromiso para incorporarlo en las relaciones de la casa. Por ejemplo: “Tomar
acuerdos entre los dos, compartir los gastos, que (el marido) reconozca que yo también puedo”,
“Con mis hijas, apoyarlas en sus metas en la vida, respetar sus sentimientos, opiniones, amigas
y actividades”. No quitarles que salgan (ni los varones ni las mujeres)”. Se enfatizó en lograr la
identifi cación de las madres con sus hijas a través de varios ejercicios, entre ellos la línea de
vida, en la que recordaron su niñez, unas experiencias alegres y otras difíciles.
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Compartieron acerca de las relaciones con su madre y padre, los contactos, el afecto y lo que ahora
ellas emplean con sus hijos e hijas. Revelaron las situaciones de riesgo de abusos por parte de
familiares, de novios que quisieron obligarlas a hacer cosas que ellas no querían; también ya como
adultas, algunas vivieron situaciones de maltrato. Lo más reciente es el abuso hacia sus hijas y
cómo ellas lo han vivido.
Valoraron también cómo lograron superar estas dificultades y la manera en que el proceso les está
ayudando. “Ahora nos sentimos mejor, con el apoyo de ustedes, nos sentimos con confianza”.
Al abordar la violencia sexual trabajamos sobre los mitos del abuso. Las madres identificaron las
dificultades que han tenido que enfrentar, las críticas que han recibido y los sentimientos que esto
les ha generado, por ejemplo: ”Sos descuidada, no les tenés amor a tus hijas”, “Toda mi familia me
atacó”…
Para desculpabilizar a las madres en este proceso se hace necesario comprender las características
del abusador sexual e identificar las estrategias que usaron para que las chavalas se quedaran
en silencio y el abuso se prolongara. Los sentimientos de las madres por el abusador eran de
impotencia, furia, “quisiera que se muriera decía una”. Se les advierte que sus sentimientos como
madres no necesariamente son los mismos de sus hijas, sobre todo cuando el abusador las sedujo
haciéndoles creer que sus conductas eran expresiones de amor.
Es importante explicarles a las madres que para prevenir este tipo de situaciones hay que reforzar
la autoestima de las niñas y adolescentes.
Fue muy emotivo cuando, para cerrar una sesión, cada madre le dijo a la otra por qué no fue su
culpa: “Usted es una madre y no quiere que le pase nada malo a su hija”, “no fue su culpa porque el
hechor la acechaba y usted no sabía lo que pasaba”, “no es su culpa porque las madres nos damos
cuenta hasta después”.
Luego, al evaluar esa sesión expresaron que habían aprendido que: “El responsable es el que hizo
el daño”, “El abusador puede llegar a la casa cuando no estoy y se aprovecha de que estén solas”,
“No me puedo seguir culpando porque me dijeron que yo descuidé a mi hija. Vi que él es el único
responsable”. También dijeron que aprendieron a tener confianza entre ellas porque aunque es difícil
contar lo que pasó, a pesar de todo están con sus hijas.
Para prevenir la violencia sexual es necesario hablar de sexualidad en cada etapa de la vida.
Un tema muy importante que fue introducido en el proceso y que no se contemplaba en los manuales
que sirvieron de referencia para el grupo de apoyo mutuo, fue sexualidad. El objetivo era desmitificar
la sexualidad actualizando los conocimientos de las madres y tener más seguridad en sí mismas.
Nos centramos en lo que ellas manejan sobre éste tema y cómo responden a las preguntas de
sus hijos e hijas sobre el tema. Para las madres es difícil sobre todo porque nunca les hablaron de
nada de sexualidad y cuando les vino la regla buscaron cómo solucionar y ya. Cuentan dos de ellas
que han hablado con sus hijos varones advirtiéndoles que no embaracen a una chavala. Las otras
esperan que en la escuela les digan. Una de las participantes tiene más información porque está
organizada y ha participado en talleres.
Un dato importante es que todas estas mujeres se convirtieron madres a los 14, 16 y solo una a los
22 años por lo que comenzaron su vida en pareja con total inexperiencia y muy pocos conocimientos
y expectativas sobre sexualidad.
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Un ejercicio en el grupo de apoyo consistió en que de forma secreta hicieran preguntas sobre
estos temas. Se compartieron conocimientos sobre cómo hablar de sexualidad con hijas e hijos en
dependencia de la edad. La facilitadora explicó que la información sobre sexualidad hace que niños,
niñas y adolescentes sean capaces de identifi car a tiempo una situación de abuso sexual y que es
importante respetar su derecho a no ser maltratados, para que sientan que su cuerpo es su territorio
y que nadie debe tocarlos, que tienen derecho a decir NO y si algo les pasa pueden acudir a sus
madres ya que la comunicación estará abierta siempre.
En el grupo de apoyo la mujer se coloca al centro de la refl exión como individuo y como madre,
promovemos la estima y cuido del cuerpo.
Las participantes elaboraron una fi gura de plastilina de su cuerpo y luego dijeron cuál es la parte que
más le gusta y por qué. Identifi caron los cambios de su cuerpo de adolescente a la madurez, cómo
se cuidan… Es muy interesante que estas mujeres sienten la confi anza de preguntar a su pareja si
ellos no han tenido nada con otra mujer a la vez que con ellas. Para 4 de las 5 madres, éste solo
hecho es una forma de cuidarse. La única que discrepa dice que no confía y que se cuida mucho,
se hace el PAP y el examen del VIH.
Hablamos de la responsabilidad con el cuido de su propio cuerpo y se complementó con otras ideas
sobre cómo hacerlo. Como una forma de reconocimiento a su compromiso consigo mismas se les
entregó de un regalo para el cuido corporal, las participantes los apreciaron mucho; una de ellas
estuvo muy agradecida, se emocionó dijo que no se lo esperaba.
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Acercar a las madres a sus progenitoras y a sus propias hijas, es el
camino para sanar.
Nuevamente la terapia lleva a identifi car a las madres con las hijas
reconociendo aquellos aspectos físicos y emocionales en los que se
parecen. Este paso fue importante porque luego tratamos con los
sentimientos y actitudes de las madres frente a la revelación del abuso
sexual.
Se exploraron los sentimientos de las madres hacia sus hijas hoy. Se sienten más seguras, han
tomado acciones, ha mejorado la comunicación. Lo conversado en el grupo les da seguridad,
aunque hay temor porque a pesar de la denuncia los agresores andan sueltos.
Con la terapia se perciben más acompañadas y alegres al ver que sus hijas están mejor. Una de las
madres decía que ha visto cambios en su hija, de verla humilde ahora la ve más segura: “Ya no está
oprimida, siento amor de acompañarla”.
Cuando hablamos de los efectos del abuso sexual en sus hijas, algunas identifi caron enojo en las
chavalas, poca autoestima, tristeza antes de comenzar el grupo terapéutico. Una de las madres
compartió cómo vivió el darse cuenta de que su hija estaba embarazada. Se lamentaba de que su
niña no tuvo confi anza en ella y lloró al recordar cómo la regañó y le pegó. Su actitud y sentimiento
cambió cuando encontró una persona que la apoyó y se sintió comprendida. En estos momentos
23
se validan los sentimientos, sobre todo la impotencia y se releva la importancia de contar con otras
personas.
Tomaron como referencia las experiencias de la infancia en las que ellas tuvieron a alguien que les
escuchó, creyó y respaldó y lo importante que es para sus hijas que ellas de vivan este proceso a
su lado. Se valora conjuntamente el acompañamiento que les brindan a sus hijas, creyéndoles lo
que ellas les dicen, aceptando y comprendiéndolas para que superen la humillación y la vergüenza.
Para desarrollar la asertividad las mujeres tenemos que aprender a identificar nuestros deseos
y aprender cuándo queremos decir que no ante otras personas. En el grupo de apoyo mutuo
practicamos ejercicios que contribuyen a fortalecer la confianza en sí mismas y a responder cuando
sus límites están siendo violados. Las participantes dijeron que lo aplicarán diciéndoles a las hijas
que cuando alguien les “prometa algo” pueden decir que no, a la vez, les enseña a evitar el uso del
maltrato con las hijas e hijos.
Para desarrollar autoconfianza en las participantes se introdujo una sesión de auto-defensa para
mujeres (Wendo) centrándose en escenarios que a menudo podrían enfrentar por su género, como
la violación y los ataques de hombres violentos. En esta sesión juntamos los grupos: las madres
pudieron observar la fuerza de sus hijas, éstas a su vez, vieron a sus madres capaces de dominar su
territorio cuerpo. Una de las adolescentes afirmó: “Me sentí valiente y fuerte”.
La conducción estuvo a cargo de dos compañeras entrenadas en este sistema, las facilitadoras
de ambos grupos de terapia estuvimos presentes para atender cualquier situación de crisis que
pudiera presentarse. Las participantes experimentaron lo que significa defenderse de un ataque
físico o verbal.
Fue muy divertido al principio, algunas no se atrevían a gritar ni siquiera su nombre, al final lo
lograron. De cierre, cada participante rompió su tabla quedando en ellas una sensación de poderío
y eficacia.
Las palabras de las madres al final de esta sesión fueron: “Yo animo a las chavalas para que
sientan que una tiene su gusto y decisión, su fuerza. Si una mujer no quiere, el hombre no tiene que
imponerse”. “Me siento bien, me gustó y fue alegre que hayamos estado juntas”.
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Se valida la fortaleza demostrada en los ejercicios de Wendo y porque constituyen un ejemplo para
sus hijas de que las mujeres tenemos poder. Una de las madres, aunque realizó algunos ejercicios,
no quiso practicar los de contacto porque dijo que el ser cristiana no se lo permite. Es respetable
permitir y reconocer estos límites, a la vez, vivir la experiencia de defenderse es muy valioso.
Otra participante afi rmó: “!Qué bueno hubiera sido si yo hubiese sabido cómo defenderme de una
agresión! Mi hija me alentó a practicarlo y me sentí bien”.
Más tarde, por grupos separados, volvimos la mirada acerca de cómo la vida de las mujeres
está marcada por mandatos de género que, si no los hacemos conscientes nos lleva a repetir
comportamientos una y otra vez en nuestra historia y la de nuestras hijas, así como pudieron estar
en la vida de las propias progenitoras.
Compartir espacios como este con otras mujeres nos hace identifi carnos entre nosotras y con
nuestras madres. Escuchando las historias nos damos cuenta que somos más parecidas que lo que
pensamos.
Con la refl exión sobre ¿qué cosas positivas podemos identifi car como madres en la relación con
las hijas e hijos? se visibiliza cómo ha incrementado la confi anza de las niñas con sus madres.
Aquellas les hacen preguntas, les cuentan cosas y les piden consejo. Valoran que ahora hay una
mejor relación. Desde la facilitación se les insta a apoyar a sus hijas a seguir estudiando y mejorar
las relaciones en la casa.
Etapa 3
Al entrar a ésta etapa las participantes se plantean metas reconociendo los recursos tanto internos
como externos con los cuales cada una cuenta y que les permitirán conseguirlas. Es aquí también
donde se preparan para concluir el proceso y despedirse de sus compañeras del grupo. Reconocen
cualidades y fortalezas de las demás, la valentía que han tenido de enfrentar las situaciones de
abuso.
Defi nimos con las madres un proyecto de vida que fuera lo más realista posible. Los cambios
planteados de aquí a 3 años se plasmaron en dibujos e incluían: Tener su casa, criar en ella animales
y cultivar plantas; mejorar la casa que tienen donde sus hijos puedan vivir. Para llegar a ese lugar
deseado tienen que ir preparando condiciones, también les ayudarán su fe y el apoyo de su hija, la
confi anza en sí misma y el apoyo de la familia.
Pintura de
Claudia Tremblay,
Canada.
25
Pintura de Sally Rosenbaum, EU.
En la penúltima sesión fue cuando las madres elaboraron una carta para sus hijas basándose en
una guía de preguntas donde expresaban los sentimientos hacia ellas, las preocupaciones actuales
y lo que les gustaría para su futuro, así como la manera en que ellas les apoyarían. Las cartas para
entregarlas al fi nal del proceso quedaron muy bonitas y emotivas, refl ejan el amor y la importancia
de las hijas en la vida de las madres.
Se comprometen a apoyar y motivar a las hijas. Una de ellas dice que la va a apoyar para que
estudie y le va a cuidar a la niña que tiene. Las preocupaciones que manifestaron tienen que ver
con el temor de que regresen los agresores ya que están prófugos. La Policía es un recurso para
la justicia, pero a la mayoría no les han dado repuesta todavía. Otra participante que todavía no ha
denunciado teme la reacción del resto de la familia, es algo para lo que se tiene que preparar.
Se evaluó con las madres el proceso llevado en el grupo de apoyo. Dijeron que se sintieron tranquilas,
desahogadas, no como antes. Fue impactante para ellas escuchar todas las historias y agradecían
el apoyo recibido de parte de todas.
La sensación de “sentirse acabada por dentro”, de sentirse con una carga, “como un saco fruncido”
cambió, se sienten optimistas y con las ganas de mejorar, se sintieron escuchadas, fortalecidas por
el grupo, sintiéndose bien de haber compartido en confi anza.
Una de las participantes contó que, después de una de las sesiones se atrevió a exigirle al marido
que la apoyara frente al acosador de su hija (primo de éste) y luego, ella personalmente le exigió a
este hombre que borrara de su celular la foto que le tomó a su hija. En el grupo la felicitamos por
su valentía.
Del grupo recibieron, pero ellas también dieron. El grupo les aportó fuerzas, escucha, motivación,
acompañamiento, comprensión, alegría, confi anza y estaban contentas de que las que comenzaron,
terminaron. Ellas también aportaron para que el grupo tuviera estos resultados: “Nos dimos cuenta
que no sólo a una le pasó”, “Conté mi historia y quizá aprendieron de mí”, “Nos dimos amor y
cariño”, “Nos recibimos como familia”, “Esto fue especial para nosotras”.
La facilitadora preguntó qué temas les hubiera gustado abordar, mencionaron dos: leyes y ¿por
qué las mujeres vuelven con el hombre que las maltrató? En este momento la facilitadora explicó
26
que en situaciones de abuso sexual los ofensores, con mentiras, logran que las chavalas se sientan
involucradas con ellos en el secreto del abuso. Por esa razón es importante que las muchachas
desarrollen autoestima y confi anza en sí mismas para que no las engañen. Para prevenir situaciones
de abuso es importante hablar sobre sexualidad y sobre la existencia del abuso sexual.
En el acto de cierre estuvimos juntas madres, hijas y facilitadoras de ambos grupos. Intercalamos
las entregas de reconocimientos. Los fuimos leyendo uno a uno, así que las madres escucharon lo
que decía en el diploma de sus hijas y, estas escucharon lo que les fue reconocido a sus madres
ya que eran diplomas individualizados.
Cada participante del grupo de apoyo como muestra de cariño elaboró para otra un portaretratos
con una foto, ésta fue entregada al fi nal del acto como cierre del proceso. Las participantes
intercambiaron además números telefónicos para seguir en contacto.
Como no todas las niñas tenían a su madre en este grupo, las cartas que las madres elaboraron
fueron entregadas después del cierre para no crear sentimientos de abandono en las que no tuvieron
esa experiencia. El acto culminó con muchas fotos, risas, brindis y mucho afecto compartido.
27
Imagen:Tomado de internet
IX Conclusiones del proceso de
acompañamiento en el grupo de apoyo
con madres
• Desarrollar un grupo de apoyo que sirva a las mujeres a sentirse mejor, más empoderadas
y vinculadas positivamente con sus hijas es una experiencia muy gratifi cante cuando va
acompañando el proceso de recuperación emocional de ellas.
• Seguir el plan de las 3 etapas del proceso ha sido muy acertado porque se abordan de forma
integral todas las temáticas y se logra el acercamiento entre madres e hijas fortaleciendo su
vínculo y aportando a la recuperación de ambas.
• Estas mujeres necesitan ser apreciadas no solo en su rol materno sino como individuos quienes,
con la información y refl exión, lograron identifi car el valor que tienen como personas.
• Conocer lo que pasó y por qué pasó les ayudó a procesarlo; también pudieron reconocer todos
los recursos con los que cuentan y avanzar en su proceso de empoderamiento.
• La sexualidad es un tema central a trabajar en procesos grupales con las mujeres, máxime en
situaciones en las que les ha sido arrebatado su derecho a decidir sobre su cuerpo. Romper
con los tabúes y creencias erróneas acerca de la sexualidad trae un gran alivio a las madres
28
por las inquietudes que se les presentan en relación a la educación sexual de sus hijos e hijas.
Contribuye a prevenir posibles abusos sexuales o enfrentar la situación que se les ha impuesto.
• Desarrollar un proceso grupal con madres como víctimas secundarias del abuso sexual nos da
evidencia de todos los obstáculos que enfrentan estas mujeres y sus familias en la búsqueda
de acceso a la justicia debido no solo a las presiones sociales que afrontan por la victimización
de sus hijas, sino también por la falta de procesos legales rápidos y apegados a la ley.
De todos los 5 casos atendidos en este grupo 3 habían sido denunciados y todos los acusados
se encontraban prófugos sin que hayan logrado hasta el momento obtener respuestas de las
instituciones encargadas sobre su captura y procesamiento. En los otros dos casos hubo acciones
y decisiones tomadas por las participantes: en una de ellas la niña decidió denunciar y le ha pedido
a la madre que la acompañe, la madre está anuente a hacerlo, el proceso legal comenzará después
de terminado el proceso terapéutico, pero como resultado directo de éste. El otro caso es el de una
madre que confrontó con buen suceso al acosador de su hija advirtiéndole que de continuar su
acoso le denunciaría.
• Las participantes reportaron en varias sesiones los logros en el acercamiento con sus hijas y
la mejoría que vieron en ellas con la superación de la timidez, el enojo que lograron sacar, la
oportunidad que se dieron para platicar con ellas.
Ha sido un trabajo muy satisfactorio y por eso invertir esfuerzos en procesos como éste hará
la diferencia en la manera en cómo sobrellevan estas mujeres (madres e hijas) las experiencias
futuras en sus vidas.
29
Imagen:Tomado de internet
X Lecciones aprendidas de la experiencia
1. Organizar un grupo de apoyo mutuo con madres de niñas y adolescentes sobrevivientes
de abuso sexual requiere de contar con alianzas y coordinaciones con instituciones u
organizaciones que capten los casos tanto de las víctimas primarias como de sus madres
y los remitan para el proceso grupal. Es decir, que la identifi cación de las participantes no
siempre viene de las situaciones que se presentan en la consulta psicológica o legal propia
de la organización, sino que puede venir desde otras fuentes.
2. Es ideal desarrollar el proceso de las madres a la par del de las hijas para el refuerzo mutuo
y que la recuperación sea más viable para ambas.
3. Los planes de trabajo, el tiempo y la metodología deben ser adaptados a las condiciones
de las participantes. En este proceso solo una de las madres leía con fl uidez, había dos
neo lectoras y dos eran analfabetas. Esto signifi ca que no se debe abusar de las técnicas
que requieren lectura o escritura e implementar más aquellas que son de compartir de
forma verbal con guías como en la co-escucha o escucha activa, dibujar o hacer trabajo
corporal.
4. También se hace necesario ser fl exibles en cuanto al horario y duración de las sesiones
porque no siempre las participantes cuentan con tiempo sufi ciente. Algunas de ellas tenían
que viajar temprano a sus comunidades o se les presentaban situaciones familiares que
debían atender. En esta experiencia por ejemplo, una de ellas se le presentó su parto,
otra la muerte de su suegra, otra porque tenía compromisos previos con su iglesia. En el
caso de una de las participantes que solo estuvo en dos sesiones separadas entre sí, fue
incorporada a los ejercicios y aceptada por las madres.
Esto signifi ca que la fl exibilidad es un elemento importante para dar continuidad al proceso
incorporando los cambios que sean necesarios siempre y cuando no se pierda de vista el
objetivo.
30
Imagen:Tomado de internet
XI Recomendaciones
1. Desarrollar coordinaciones y alianzas para la remisión de casos que permitan conformar
un grupo de al menos 8 a 12 participantes sabiendo que, no todas las que comienzan
terminan el proceso.
3. Reconocer que la recuperación de las madres y de las niñas es posible siempre que el
proceso de acompañamiento cumpla con la ética y la especialización requeridas para
conocer la problemática específi ca que atraviesan las madres de las niñas que han vivido
abuso sexual.
4. De ser posible, realizar el proceso con distintas facilitadoras para los dos grupos para
fortalecer la recuperación y las relaciones.
5. Mantener el enfoque de responsabilidad en la terapia con las madres, el cual reconoce las
fortalezas más que las carencias. Esto es congruente con la búsqueda del empoderamiento
personal y colectivo de las mujeres.
31
XII Lista de referencias
1. Claramunt, M.C. (1993). Manual para facilitadoras de Grupos de Apoyo a Madres de
víctimas de incesto y abuso sexual. Costa Rica. Ediciones Ser y Crecer.
2. Código Penal de Nicaragua (2012). Ley No. 779 / Ley integral contra la violencia hacia las
mujeres y de reformas a la Ley no. 641. La Gaceta, diario oficial de Nicaragua # 35.
6. Martínez, L.E. (2014). Municipio de niñas madres. Nicaragua. Diario La Prensa. Recuperado
de: http://www.laprensa.com.ni/2014/09/19/reportajes-especiales/212783-municipio-de-
ninas-madres recuperado 15/11/14.
12. Liendenfield, G. (2011). Ten confianza en ti misma. Una guía para perfeccionar la propia
autoestima. Editorial: GEDISA. Año 2011
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XIII Anexos
1. Se presentan los planes de facilitación de las sesiones para su réplica. Se
recomienda siempre pedir permiso a las participantes para tomar y/o plasmar sus
nombres en cualquier publicación posterior.
Generalmente se realizaron 2 sesiones en cada encuentro con un receso al medio día, por tal
razón, en la sesión de la tarde se introduce el tema nuevo y no se revisa el cumplimiento de
tareas o compromisos.
33
34
Anexo 1 Planes de trabajo de las sesiones
Primera Etapa:
SESIÓN 1:
Conociéndose, estableciendo el marco de confianza y apropiándose de sus derechos.
Objetivos específicos:
• Generar un ambiente de seguridad y confianza a lo interno del grupo y con la facilitadora que active las
relaciones de solidaridad entre las madres.
• Aprender a escuchar
Al llegar, las participantes se anotarán en una lista de asistencia y se dará un gafete para que lleven el nombre como
una forma de empezar a llamarse por sus nombres propios.
15 Conocernos y caracterizar al grupo En círculo, nos presentamos con nuestros nombres y una Espacio
característica que nos distingue. suficiente
Juntarnos las que tenemos hijos e hijas/las que solo tenemos hijas.
Las que venimos de la misma comunidad.
Las que han tenido oportunidad de estudiar.
Anexo 1 Planes de trabajo de las sesiones
Primera Etapa:
SESIÓN 1:
Conociéndose, estableciendo el marco de confianza y apropiándose de sus derechos.
Objetivos específicos:
• Generar un ambiente de seguridad y confianza a lo interno del grupo y con la facilitadora que active las
relaciones de solidaridad entre las madres.
• Aprender a escuchar
Al llegar, las participantes se anotarán en una lista de asistencia y se dará un gafete para que lleven el nombre como
una forma de empezar a llamarse por sus nombres propios.
15 Conocernos y caracterizar al grupo En círculo, nos presentamos con nuestros nombres y una Espacio
característica que nos distingue. suficiente
Juntarnos las que tenemos hijos e hijas/las que solo tenemos hijas.
Las que venimos de la misma comunidad.
35
Las que han tenido oportunidad de estudiar.
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Tiempo Objetivo y Contenido Metodología Recursos
2
Los Derechos humanos: Son facultades inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen
nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna. Estos
derechos son interrelacionados, interdependientes e indivisibles. Están a menudo contemplados en la ley y garantizados por ella.
3
La co-escucha se realiza dando igual tiempo a cada integrante de la pareja para que comparta sus experiencias. La otra persona solo escucha
atentamente sin preguntar nada ni interrumpir. Se respeta el tiempo dado a cada cual, aunque ya haya terminado de hablar no se debe tomar para otra
cosa que no sea compartir ese momento.
SESIÓN 2:
Compartir información sobre los derechos humanos de la niñez
En plenario contestan:
4
NNA: En este documento por el hecho de repetir las palabras niños, niñas y adolescentes, las abreviaremos poniendo las siglas NNA.
5
Los derechos son de responsabilidad social compartida, todo derecho tiene una responsabilidad a la par. Ejemplo: Ante el derecho al estudio, la persona (niña, niño) tiene
la responsabilidad de estudiar y cursar el año. La familia tiene la responsabilidad de garantizar matrícula, útiles escolares, uniformes, alimentación, acompañamiento
y seguimiento. La comunidad tiene que proteger, acompañar, monitorear. El estado tiene la obligación de garantizar escuelas dignas, docentes capacitados, salarios
37
dignos, etc.
38
Tiempo Objetivo y Contenido Metodología Recursos
20 Reglas de oro creadas en la sesión 1: Recordar las reglas de oro que elaboramos en la sesión uno. Papelógrafo
Participar, Ser escuchadas, Opinar todas, con las normas
Respetar, Confidencialidad. La facilitadora enfatiza en la importancia de respetarlas aún elaboradas en la
fuera de la sesión y en la relación con las hijas. sesión 1.
Primera ronda: ¿Cómo me siento hoy?
39
Tiempo Objetivo y Contenido Metodología Recursos
40
Compartimos en plenario la experiencia.
¿Qué tiene que ver esto con sentirte escuchada o
respetada?Reflexionar sobre las ventajas de sentirse
escuchada.
10 RECESO
20 (10 Min. Escucha y confianza: En la vida elegimos Tomando en cuenta que todas fuimos niñas y que NNA tienen Papelógrafo
cada perso- personas en quienes creer, apoyarnos y confiar. derechos, hacemos el siguiente ejercicio: Marcadores
na) Quizá hemos experimentado rechazo, traición, Masking tape
engaño, y otras desafortunadas situaciones. Vamos a escoger a una persona con quien nos sentimos
Es bueno aprender de la experiencia, confiar cómodas para compartir en base a las siguientes preguntas:
en nosotras mismas, en lo que observamos en • ¿En quién confiaba cuando era pequeña?
los demás. • ¿En quién confío ahora y por qué?
• ¿Cuándo sé que puedo confiar en alguien?
20 La confianza se construye. Nadie puede
• ¿Qué hace que yo no confíe en las personas?
garantizarte que las personas en quienes
ahora confías no fallarán alguna vez; nosotras En plenaria comparten voluntariamente y hablamos un poco
mismas quizá alguna vez lo hemos hecho. sobre lo que es la confianza y cómo a veces hemos vivido
situaciones donde hemos visto traicionada nuestra confianza.
No deberíamos huir de toda persona que quiere
acercarse pensando que tienen intención de Resaltamos las cosas positivas que nos permiten confiar y las
hacernos daño. Hay que brindar confianza y señales de que no deberíamos confiar en alguien.
confiar en base a lo que observamos.
10 Una fuente de apoyo es una persona u otro Fuentes de apoyo: Hacemos una relajación. Cada una recordará Música de
recurso (instituciones, familiares, amistades, una situación en la que hubo alguien que le escuchó, le alentó o le relajación.
pareja, hijos/as...) que nos han servido en dio un buen consejo.
algún momento difícil.
• ¿Cómo era esa persona? ¿Puede identificar en su vida actual
15 una persona a quien recurrir o contar en situaciones difíciles?
• ¿Sos vos esa persona para alguien más?
• Compartir de forma voluntaria.
Tiempo Objetivo y Contenido Metodología Recursos
15 Evaluación y cierre de la sesión En círculo cada una dirá: ¿Cómo me sentí? y ¿Qué descubrí
de mi misma?
La facilitadora agradece la participación e invita la siguiente
sesión.
SESIÓN 4
Reflexionar sobre la desigualdad y la discriminación por género basado en mitos y creencias.
30 Des-construir el sentimiento de culpa y de ser La facilitadora explica que reflexionaremos sobre cómo llegamos Papelógrafo
la responsable de las situaciones que las hijas a ser mujeres y cómo los hombres llegan a ser hombres.
han pasado.
Basadas en el cuadro que presentamos aquí abajo, las madres Marcadores
Los mitos y creencias limitan las oportunidades irán mencionando las características y acciones que se suelen
de desarrollo de hombres y sobre todo de las identificar como realizadas por uno u otro género, incluido los
mujeres. Muchas veces son aceptados como roles de madres y padres. Masking tape
naturales, o como verdades absolutas y a
partir de esta condición se definen los roles Las mujeres y las niñas Los hombres y los niños son
son
Mitos y
femeninos y masculinos, reforzados en la estereotipos de
familia, la escuela, la religión, el trabajo y los Delicadas Fuertes género (Pág. 50
medios de comunicación. Bonitas Trabajan y traen reales a la casa “Me reconozco y
Mimadas No lloran
Promueven la desigualdad entre hombres te acompaño)
Provocadoras Valientes
y mujeres, al uso de la violencia y a que Coquetas Sirven para trabajar fuera de la
tengamos una percepción débil o incompleta Ofrecidas casa, en el campo
de lo que es ser mujer. Buenas para cuidar la casa Mujeriego
Fieles No pueden hacer nada que sea de
30 Mitos y estereotipos de género: Lloronas mujer
1. Los niños son más fuertes que las niñas
La facilitadora pregunta:
2. Las mujeres y las niñas deben permanecer 1) ¿Nacemos así o aprendemos a ser así?
en la casa Se pueden desaprender porque han aprendidos y están en la
41
42
Tiempo Objetivo y Contenido Metodología Recursos
3. Los varones no deben realizar los oficios cultura. Se pueden construir relaciones más igualitarias y de
domésticos respeto entre hombres y mujeres.
4. Los niños son menos sensibles que las 2) Mitos y estereotipos de género:
niñas
Contestar falso o verdadero según se vayan mencionando las
5. A las niñas se les debe cuidar más que a los
afirmaciones que aparecen en la columna de la izquierda de
niños
éste plan.
6. Los varones nacen más bruscos (groseros)
3) ¿Qué consecuencias nos trae a las mujeres y a los
7. Las madres son las responsables de la hombres creer en estos estereotipos de género?
educación de las hijas e hijos
8. Los hombres no pueden tener una sola
mujer
9. Los niños son más inquietos que las niñas
SESIÓN 5:
• Violencia contra la mujer
15 Tomar el pulso del grupo. Seguimiento de Ronda: ¿Cómo me siento hoy? Tener a mano los
compromisos. compromisos
Revisar si han puesto en práctica los compromisos de la sesión adquiridos en la
pasada. sesión anterior.
20 Como parte de fortalecer su empoderamiento, Facilitar la expresión de cualidades. Caja
se debe propiciar en las participantes el
Se les entrega una caja que contiene un espejo adentro, para que Espejo
desarrollo de habilidades y mecanismos
pase por las manos de cada una de ellas, se les dice que lo que hay
internos que les fortalezca y permita ser
dentro es lo más valioso e importante y que cuando llegue a sus
asertivas.
manos no comenten con nadie que es lo que contiene.
Autoestima: A lo largo de nuestra vida
Cuando todas hayan finalizado se pregunta cómo se sintieron cuando
recibimos mensajes de las demás personas
descubrieron el contenido de la caja y se promueva la reflexión acerca
que influyen en la valoración que creamos de
de la importancia de reconocerse a sí mismas como personas valiosas.
nosotras/os mismas/os. Cuando nos dicen
que somos tontas, feas, inútiles, débiles nos Esta reflexión se relacionará con el concepto de autoestima.
lleva a tener una autovaloración distorsionada,
La valoración positiva genera autorrespeto, reconocer sus
sentimientos de inseguridad, ineficacia,
capacidades, ponerse en primer lugar, ponerse en contacto con sus
incapacidad, pues llegamos a aceptar estos
sentimientos, identificarlos, nombrarlos, decir cuando algo no les
mensajes como normales.
parezca son pasos importantes para rescatar la valía personal.
43
44
Tiempo Objetivo y Contenido Metodología Recursos
Esto profundiza la dificultad para reaccionar Esta reflexión se relacionará con el concepto de autoestima.
ante la situación por la que pasaron sus hijas.
La madre se siente diferente a las demás, se La valoración positiva genera autorespeto, reconocer
reprocha a sí misma y los demás también. suscapacidades, ponerse en primer lugar, ponerse en contacto con
El sentimiento de no servir para nada se sus sentimientos, identificarlos, nombrarlos, decir cuando algo no
profundiza. les parezca son pasos importantes para rescatar la valía personal.
20 Resaltar cómo la socialización de género • Violencia contra la mujer ¿Qué es? Pizarra o
promueve las relaciones desiguales de poder Cuando las participantes han contestado, dibuja un árbol, donde papelógrafo para
entre el hombre y la mujer, entre personas se colocarán las respuestas a las siguientes preguntas: dibujar el árbol con
adultas y NNA (obediencia, respeto absoluto). • ¿Cómo se manifiesta o expresa la violencia? (se coloca en las su tronco y raíces
Todo lo que contradiga este patrón justifica las hojas)
actuaciones violentas.
• ¿Qué mantiene las cosas en el mismo punto? Cuando las
En el abuso de poder la principal motivación participantes contestan las situaciones que perpetúan la violencia
es sometimiento y obediencia. se colocarán en el tronco)
La violencia de género son las agresiones, • ¿Cuál es la causa? (se coloca en las raíces)
amenazas, maltrato físico, psicológico,
violación sexual por parte de la pareja o AMENAZAS
extraños y el abuso sexual a la niñez. VIO GOLPES
LACIÓ
N
Es un sistema que se mantiene porque
está en las costumbres, en la cultura y en HUMILLACIÓN
SE
las instituciones (familia, leyes, medios de TE OB
A T LLEVA
US
LIGA HIJ
comunicación, iglesia) que lo reproducen. A DAR OS
LE DIN
ERM
OUERTE
(Poner ejemplos de la vida cotidiana).
15 Conectarse con la niña interior. Ejercicio de visualización para ponerse en contacto con la niña Música de
interior. Cuidar a la niña, abrazarla, hacerle sentir bien. relajación
Compartir la experiencia de forma voluntaria. Pequeña guía
elaborada.
45
46
SESIÓN 6
• Violencia sexual / Perfil del abusador sexual
• Mitos sobre la responsabilidad de las madres en el abuso sexual
50 Negar, querer olvidar lo ocurrido son formas de Violencia sexual: Exposición Exposición sobre
protegerse. Esto a veces es aprovechado por Concepto violencia sexual,
otras personas para culpabilizar a la madre por tipos, efectos.
el abuso que sufrieron sus hijas. Tipos de violencia sexual
Consecuencias Lista de mitos
Hay enojo, dolor, parálisis, confusión, y estereotipos
vergüenza y culpa. Lluvia de ideas:
acerca de las
¿Qué se dice de las madres de las niñas/os que han vivido abuso
Contener, solidarizarse y acompañar a las sexual? (anotar) madres
participantes Leer los mitos y estereotipos (los que profundizan las secuelas tanto
para las madres como para las hijas) y las verdades.
Ronda: ¿Qué sentimientos les generó la revelación, a ellas, a sus
compañeros, a la familia, a la gente en general?
10 Contrarrestar los mensajes que el abuso ha Retroalimentación: Una madre le dice a la otra: “No fue tu culpa (o
dejado a las madres, culpándolas. responsabilidad) porque …”
20 Evaluación y cierre En círculo cada una dirá: ¿Cómo me sentí hoy?, ¿Qué descubrí de
mi misma?, ¿Cómo me ayudará lo aprendido a relacionarme mejor
con mi hija?
La facilitadora agradece la participación e invita la siguiente sesión.
47
48
SESIÓN 7 Y 8
Objetivos:
• Lograr la comprensión de la Sexualidad desde el placer. Vincular la sexualidad a la autoestima y asertividad.
• Ofrecer herramientas para una mejor comunicación de las madres con sus hijas validando sus sentimientos e inquietudes
en relación a sus hijas.
SESIÓN 7
• Sexualidad.
• Reacciones de las madres ante la revelación.
50 Desmitificar la sexualidad actualizando los En una ronda, hablamos sobre qué significa para nosotras la palabra
conocimientos de las madres para tener más sexualidad y si alguna vez alguien les habló sobre este tema.
seguridad en sí mismas.
¿Qué sabemos de sexualidad? y ¿cómo respondemos a las
Sexualidad es más que relaciones sexuales preguntas de los hijos y las hijas?
y procreación. ¿Qué inquietudes les genera
habla sobre relaciones sexuales? La facilitadora expone información sobre cómo hablar de sexualidad
en dependencia de la etapa del niño/a, respondiendo a sus preguntas
La sexualidad es parte del ser mujer y ser de forma clara y sencilla.
hombre; está relacionado no solo con nuestro
cuerpo, sino con lo que pensamos y sentimos
de nosotras mismas y los demás; con el placer,
el goce, las miradas, el afecto, las caricias, la
atención, la comprensión, el disfrutar …
La sexualidad esta muy relacionada a la
autoestima (cómo se valoran, se aceptan,
estiman y se aprecian).
Tiempo Objetivo y Contenido Metodología Recursos
10 RECESO
50 Aprendiendo sobre cómo hablar de sexualidad Cada participante, de forma anónima, hará una pregunta que no Papelitos para las
con nuestras hijas e hijos. se atreve a hacer, algo sobre lo que siente que necesita hablar con preguntas.
Se ha hablado de la sexualidad siempre desde sus hijas e hijos. Luego iremos una por una intentando contestarlas Lápices
el problema, no desde el placer. entre todas.
Una caja o
El fin de la educación sexual es: conocerse, Exposición sobre sexualidad según la etapa. recipiente para
aceptarse y expresarse. A cualquier edad hay depositar las
La facilitadora explica que la poca o nula información sobre preguntas.
cambios y son naturales.
sexualidad hace que NNA sean vulnerables a los abusos sexual es
y que es importante reconocer en niños y niñas sus derechos a no
ser maltratados, para que sepan que su cuerpo es su territorio y que
nadie debe tocarlos, que tienen derecho a decir NO y si algo les pasa
pueden acudir a ellas ya que la comunicación estará abierta siempre.
1h. Promover la estima y cuido del propio cuerpo; Paso 1: Elaborar una figura de plastilina de su propio cuerpo. Plastilina de
introducir el tema de la sexualidad. Paso 2: Cada una dirá cuál es la parte que más le gusta y por qué. colores
Para cuidar el cuerpo no solamente se necesita ¿Te sentís atractiva? ¿Cómo ha cambiado tu cuerpo de adolescente
descanso, comida, aseo, ejercicio, relajación, a la madurez? ¿En qué se parecen vos y tu hija?
respiración.
¿De qué manera cuidas tu cuerpo? y si no lo hacen ¿qué les gustaría
También necesitamos el placer. La confianza hacer?
en la pareja es importante, pero eso no es
suficiente, cada mujer debe velar por su salud La facilitadora complementa con ideas de cómo cuidar su cuerpo.
y hacerse los exámenes médicos necesarios. Para finalizar se colocan las figuritas juntas como en exposición y
Se puede identificar así a tiempo si hay algún se fotografían (opcional) tanto para la memoria como para que cada
problema y esto es parte del cuido. Aunque una se lleve la propia.
tengamos pareja estable tenemos derecho
a usar protección si tenemos dudas que
nos podemos infectar de una infección de
transmisión sexual.
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SESIÓN 8
Las madres frente al abuso sexual de sus hijas
20 Evaluación y cierre En círculo cada una dirá: ¿Cómo me sentí hoy? ¿Cómo
me ayudará lo aprendido a relacionarme mejor con mis
hijos e hijas?
MITOS VERDADES
- Descuida a su hija
- Ella no lo puede saber porque se comete en secreto. Los
agresores manipulan, lastiman y amenazan a sus víctimas
- Conoce y acepta el abuso que se está cometiendo para impedir la revelación.
contra su hija
- El abuso sexual ha sido precedido por una conducta
manipulativa hacia la madre y otras figuras cercanas a las
- Prefiere al ofensor que a su hija
niñas para lograr que sea “impensable el abuso”.
- Tiene complicidad inconsciente con el agresor - Las niñas y niños por lo general interpretan la revelación
como una deslealtad hacia su familiar. Entonces, tienen
- No le cumple con su responsabilidad sexual de pareja sentimientos ambivalentes hacia su agresores y muchas
y deja que la niña ocupe su lugar veces no desean destruir el hogar, despojar del proveedor
económico hacia sus madres, hermanos o bien, no desean
- Es disfuncional que por ella se castigue al agresor.
- Tiene un comportamiento inapropiado - Las niñas y niños no revelan el abuso por temor a no ser
creídos o culpados
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SESIÓN 9
• Efectos del abuso sexual en las hijas
• Asertividad
Objetivo:
• Contribuir a mejorar la asertividad de las madres y su acercamiento a sus hijas mediante la comprensión de los efectos
del abuso.
15 Bienvenida Papelógrafo
Recordar reglas de oro. elaborado en la
Revisar si han puesto en práctica los compromisos de la sesión sesión 1
anterior.
1h. Comprender las reacciones de las hijas Paso 1: Breve exposición: Efectos del abuso sexual y mecanismos Exposición
posterior al abuso sexual y lograr un mejor de defensa elaborada con
acercamiento entre ambas. tarjetas para ir
Para resistir, las sobrevivientes utilizaron Las sobrevivientes de abuso sexual presentan un gran número armando sobre
muchos mecanismos, algunos de ellos de conductas autodestructivas (Bass y Davis, 1988), que tienen el papelógrafo a
positivos y otros destructivos. a veces una intención de autocastigo, que fueron conductas medida que se va
adaptativas cuando la sobreviviente era pequeña o como explicando
A continuación, aparece una lista de algunos respuestas a su ambiente y circunstancia (Mc Cann, 1988).
mecanismos:
Estas conductas son frecuentemente uso de alcohol o drogas,
1. Minimizar tener accidentes a menudo, manejar o caminar por lugares
2. Racionalizar peligrosos, involucrarse sexualmente con personas peligrosas o
3. Negar autodañarse físicamente (Gil, 1988, Bass y Davis, 1988, Finkelhor
4. Olvidar (reprimir) y Browne 1988).
5. Disociación (“división”, en las palabras
de ellas) . Ronda para que las madres reaccionen frente a la
exposición.
40 Reflexionar sobre las relaciones Se invita a las madres a recordar una experiencia en su
tradicionales entre personas adultas niñez donde necesitaron el apoyo de una persona adulta.
y NNA, promoviendo las relaciones
asertivas Madres-Hijas. • ¿Cómo era esa persona?
• ¿Qué hizo para que te sintieras apoyada?
• ¿Cuáles de esas cualidades y actitudes pueden emplear en
las relaciones con sus hijas?
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Tiempo Objetivo y Contenido Metodología Recursos
hay que valorar si queremos o no • Ser asertivas significa sentir respeto por si misma y responder
hacerlo) y decidir sin temores ante las situaciones a las que se enfrenta cotidianamente. Es
respetando nuestro deseo. poder defender sus ideas y opiniones aunque otras personas
no estén de acuerdo.
SESIONES 10 Y 11
Objetivos:
• Fortalecer el poder personal
• Acercamiento a nuestras madres
10 Dinámica de concentración
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Tercera Etapa
SESIONES 12 Y 13
• Reforzar la relación de las madres e hijas.
• Evaluar el proceso, valorar seguimiento y preparar la despedida del grupo.
30 Identificar los sentimientos más Preparar una carta a la hija Hojas de papel de
importantes de las madres hacia las colores
hijas. ¿Qué siente hacia su hija hoy?
¿Qué le preocupa actualmente acerca de su hija? Pegatinas para
Promocionar la importancia de ¿Qué futuro le gustaría que tuviese tu hija? ¿De qué manera adornar
sobrellevar los conflictos cotidianos vas a apoyarla para ese futuro?
Lapiceros
mediante el diálogo, enfatizando en
escuchar, respetar, creer y respaldar. Vamos a hacer la plática primero y vamos a ir ayudando
a las madres que no saben escribir a construir su carta
en base a lo que han contestado a cada pregunta,
leyéndoselas para que confirmen que es eso lo que
quieren que sus hijas reciban de ellas.
1h. Identificar los propios recursos de las madres 1. Exposición sobre lo que son los recursos internos y externos Exposición
para que le sirvan en el presente y futuro (pueden ser
2. Ejercicio individual tarjetas)
Recibir ayuda no es lo mismo que depender. A
veces es necesario tener valor para pedir ayuda • Identifiquen al menos 3 recursos externos con los cuales
cuenta y para qué Guía para
sin depender y hay que aprender a recibir el ejercicio
ayuda sin creer que una está dependiendo. • Que identifiquen 3 recursos internos que tienen y cómo le han
servido en su vida individual.
• ¿Cuáles les serán más importantes en un momento difícil?
3. Ronda para compartir.
(Reforzar cualquier cualidad o destreza que las participantes
reconozcan en sí mismas que les ayudarán en su vida).
Tiempo Objetivo y Contenido Metodología Recursos
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Tiempo Objetivo y Contenido Metodología Recursos
10 RECESO
1h. Definir con las madres un proyecto de vida. • ¿Qué cambios quisieran proponerse en relación a su vida de aquí ½ pliego de
a 3 años? (incluyendo las relaciones con sus hijas) papelógrafo para
Propiciar que sea lo más real posible y cada participante
que puedan identificar qué necesitan, • Dibujar la situación deseada de aquí a 3 años. Crayolas
que condiciones hay que ir creando
• ¿Qué necesitan para llegar a ese lugar deseado? Lápices
progresivamente para lograr este plan.
Compartir que de esta manera se planifica se Masking tape
Ronda. (Cada participante presenta su dibujo y lo pega en la
programan las metas que queremos alcanzar pared, la cual quedará como una galería). La facilitadora debe
en las diferentes áreas de nuestra vida. observar que los proyectos sean concretos y que se puedan
realizar reconociendo los recursos que las participantes
Que los proyectos son ajustables que pueden
identificaron en ele ejercicio anterior).
cambiar.
20 Cierre en positivo con un compromiso Tarea: Planifiquen un momento agradable a vivir con su hija,
de aquí al siguiente encuentro.
SESIÓN 13
• Preparar el encuentro de cierre
45 Reconocer que el siguiente encuentro es el Comentar acerca del encuentro final que será la próxima Hoja de la Pág.
último podría ser un momento de duelo para semana (que se hará una actividad conjunta con las hijas, 76 del manual:
las participantes. entrega de certificado de participación, despedida con pastel “Me reconozco y
y bebidas… puesto que es una celebración). te acompaño”.
Es importante propiciar que se intercambien
los números telefónicos o que identifiquen 1. ¿Qué quisieran compartir ese día y qué no?
alguna manera de mantenerse en contacto.
2. ¿Qué les preocuparía de ese encuentro?
También reconocer todo lo que el grupo les
Si algunas niñas no han tenido a sus madres en este grupo
ha contribuido y que llegamos a construir
de apoyo, es importante que la entrega de las cartas se
relaciones de apoyo entre todas.
haga posterior a la sesión para que no se sientan en desventaja.
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Despedida y cierre del proceso del grupo de apoyo mutuo con madres y niñas
20 Motivar a llevar adelante su plan de vida • Escriban un mensaje positivo que las anime a hacer cada día algo Tarjetas y lápices
positivo para llegar a cumplir con su plan de vida. Compartirlo.
40 Preparación para la actividad conjunta • Se rifan los nombres de las participantes y secretamente se va a Papel de colores
elaborar un regalo para otra madre del grupo el cual se entregará pegatinas
en el encuentro conjunto. Si no lo han hecho aún, este es un buen cartulina
momento para que las madres intercambien teléfonos y contactos
para continuar la relación en el futuro.
90 Cierre del proceso. Las madres escuchan cómo Actividad conjunta (madres e hijas). Salón,
se valora el proceso para sus hijas, las hijas Entrega de certificados y regalos. chimbombas,
observan cómo se reconoce el proceso llevado flores u otros
por sus madres. Hay un mutuo reconocimiento elementos.
y percepción positiva. Certificados
personalizados.
Brindis, Cámara
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Anexo 2
Rueda del poder y control
Formas en las que la mujer experimenta el abuso doméstico
Esta versión de la Rueda de Poder y Control, adaptada con autorización del “Domestic Abuse Intervention Project”
(Proyecto de Intervención Contra la Violencia Doméstica) de Duluth, Minnesota, se concentra en algunas de las
muchas maneras en que las mujeres maltratadas inmigrantes pueden ser abusadas.
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Rueda de la igualdad
CONDUCTA NO
NEGOCIACIÓN JUSTA AMENAZANTE
Tiene en cuenta el punto de Actúa y habla de forma
vista de la mujer. que ella se siente segura y
Ante un problema busca cómoda para hacer sus cosas
soluciones convenientes personales.
para ambos. Puede expresarse RESPETO
Está dispuesto a hacer libremente La escucha
ECONOMÍA cambios y llegar a sin temor a sin juzgarla.
COMPARTIDA un acuerdo. represalias. La apoya y la
Toman juntos las comprende.
decisiones sobre el dinero Reconoce y valora sus
que tienen. opiniones, sus decisiones, su
espacio, su tiempo, habilidades, etc.
Adaptado por: Domestic Abuse Intervention Project 205 West 4th Street Producido y distribuido por: Duluth,
MN 558064612 Shoal Creek BlVd. Austin Texas 7875.722.4134512.
s.slideshare.net/carlosFmartinez/rueda-de-la-igualdad
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Anexo 3
Materiales elaborados por las participantes y desde
la facilitación.
Cartas de las madres dirigidas a sus hijas (dos de
ellas son transcripciones de las palabras de las
participantes).
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Diplomas entregados a participantes en el cierre del proceso
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CANCIÓN:
MIS DERECHOS DE MUJER
Cantada por Norma Helena Gadea
Composición de: Auxiliadora Cárdenas.
Música de: Luis Enrique Mejía Godoy.
Quiero decir lo que pienso, lo que siento Hemos parido los hijos que los demás han
en lo profundo de mi ser como mujer, querido con temor al porvenir,
quiero decir lo que muchas de mis hemos visto pasar siglos mancilladas
abuelas callaron o las que fueron calladas desde niñas, abusadas, calumniadas,
por querer la libertad, señaladas ante Dios.
¿Cuántos años han pasado de quieren que sigamos siempre en el papel
desigualdad perversa en la casa, en el de sumisas como la mujer perfecta,
trabajo y en la cama sin placer? sonriente, esclava y feliz,
De nada sirven las leyes, los decretos de la escoba a la cocina, de la cocina
la justicia, si no rompemos prejuicios en a la plancha, sin horario ni salario
contra de la mujer. maltratada es la mujer.
(Estribillo) (Estribillo)
La respuesta es el respeto, la respuesta es La respuesta es el respeto, la respuesta es
la igualdad, que respeten nuestro cuerpo, la igualdad, que respeten nuestro cuerpo,
que respeten nuestra voz, que respeten mi que respeten nuestra voz, que respeten mi
deseo cuando yo diga que no que no me deseo cuando yo diga que
levanten la mano ni me levanten la voz. !No!, que no me levanten la mano ni me
levanten la voz. (se repite)
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Grupo Venancia
Ermita de Guadalupe 1 1/2 cuadras al sur.
Barrio Guanuca. Matagalpa, Nicaragua.
Teléfonos: 2772 3562 - 2772 4971
Email: venancia9@turbonett.com.ni
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