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FORMACIÓN

en
ARTES
del
CIRCO

4
UNIDAD 4:
DIFUSIÓN

Festivales
y Territorio
Por Pau Llacuna i Ortínez

Relais Spécialisé pour le spectacle vivant Amérique Latine Hispanophone


15/11/16  

FESTIVALES Y TERRITORIO
Por Pau Llacuna i Ortínez

Sumario

1. ¿Qué entendemos por territorio? ¿Qué nos aporta el territorio?


2. ¿Qué entendemos por festival?
3. Nombre/Territorio ¿El nombre del festival tiene que hacer referencia
al territorio?
4. Públicos/Territorio ¿A quién llegamos?
5. Marco físico/ Festival ¿ Qué territorio escogemos?
6. ¿Cuál puede ser el retorno social de un festival al territorio?
7. Diálogos Festival/Territorio. Generación de simbiosis
8. Final
9. Bibliografía

1
¿Qué entendemos por territorio?
¿Qué nos aporta el territorio?

Iniciemos viendo cómo define el diccionario de la Real Academia de la Lengua


la palabra territorio.

Territorio: “Porción de la superficie terrestre perteneciente a una nación, región,


provincia”. En otra acepción. “Terreno o lugar concreto, como una cueva, un
árbol o un hormiguero, donde vive un determinado animal, o un grupo de
animales relacionados por vínculos de familia, y que es defendido frente a la
invasión de otros congéneres”.

Realmente para hablar de festivales y territorio estas dos acepciones no me


valen. Si indago un poco más en las definiciones que el mismo diccionario me
propone, busco por terreno, compruebo que tampoco en este caso hay ninguna
acepción que me lleve a términos culturales, educativos, sociales, etc.

Prefiero pues, utilizar la definición de territorio que me da Liliana López (2015)


de territorio: “espacio geográfico en permanente construcción donde se reúnen
culturas, saberes, técnicas, tradiciones y modernidades”, yo añado más
conceptos: infraestructuras, intereses socioeconómicos, cambios demográficos.
“Puede ser una nación, una región, una ciudad, un barrio o una comunidad”. Y
es en esta realidad donde ubico, tengo o quiero organizar un festival.

Continuando en esta misma línea de análisis, para estudiar las relaciones entre
un territorio y un festival, aprupo los ítems expresados en la definición anterior

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en dos tipologías de factores: unos físicos (Espacio geográfico,


Infraestructuras, cambios demográficos) y otros conceptuales (Cultura,
Saberes, Tradiciones, Modernidades, Intereses socioeconómicos). A partir de
aquí formulo dos preguntas una relativa a factores físicos y otra a
conceptuales:

1. ¿Cabe nuestro proyecto en el territorio donde queremos hacerlo?


(Correspondería a los factores físicos).
2. ¿Encaja en la realidad en la que nos movemos en este territorio?
(Correspondería a los factores conceptuales).

La primera nos lleva a valorar espacios, lugares, tiempos. La segunda,


conductas, vivencias, experiencias, relaciones y sentimientos. La respuesta a
ambas preguntas marcarán el “por qué”, su “para quién”, y el “cómo” de un
proyecto, en este caso de un festival.

Factores físicos
No es lo mismo hacer un festival en un conjunto patrimonial-histórico que en un
galpón en desuso. El marco físico marca. Imprime carácter “Un festival   que
surge dentro de un espacio histórico asume la señal de identidad del lugar, y
complementa esta señal de marca ofreciendo otra dimensión, una calidad”
(Enrique Gámez director del festival de Granada, citado por Bonet 2004)

El marco físico da identidad, puede llegar a ser un aspecto simbólico del


Festival. Un Festival de verano, turístico, con una programación estelar,
buscará un marco esplendido, y unos servicios colaterales de prestigio. Asistir
es un lujo, puede que casi sea más importante asistir al festival que la propia
programación. Es un acto social. Se puede pues llegar a establecer una
relación simbiótica entre el festival y el lugar donde se hace.

¿Hasta qué punto condiciona el espacio físico?

¿Dónde y de qué manera vamos hacer un festival? ¿Qué espacios tenemos?


Teatros, salas, centros culturales, bibliotecas, galpones, iglesias, claustros,
patios, polideportivos, pero también calles y plazas. ¿Podemos acceder
fácilmente a estas infraestructuras? ¿Tenemos las complicidades
necesarias?¿Tenemos las dotaciones técnicas y humanas suficientes para
hacer frente al festival que planeamos?

Territorio/Realidades

Ante el territorio, tendremos que estudiar tres realidades que nos pueden
condicionar:

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1. El marco físico
2. Titularidad/Gobernanza,
3. Capacidad humana y técnica

Para explicarlo mejor utilizaré un ejemplo para cada una:

1. El marco físico: Hacemos un festival, tenemos un teatro. ¿Qué dimensiones


tiene el escenario? ¿Tenemos patio de butacas o es gradería? ¿Queremos
hacer un espectáculo en una plaza? ¿Cuántas vías de evacuación tenemos? Si
el espectáculo necesita escenario y técnica, ¿Por dónde pasaran los cables?

2. Titularidad/Gobernanza: Queremos hacer un espectáculo en un claustro de


un convento religioso. ¿La orden religiosa nos pondrá limitaciones en los
contenidos ideológicos y/o morales? Si el claustro es un monumento histórico
artístico, ¿patrimonio nos dejará anclar la técnica donde nos vaya mejor o
tendremos que adaptarnos?

3. Capacidad humana: ¿En el territorio donde queremos hacer el festival hay


posibilidad de encontrar el equipo humano especializado o lo tendremos que
contratar fuera? ¿Tendremos el equipo humano suficiente?

Estos y otros son hándicaps que marcarán nuestro festival físicamente, en


lugares, tiempos, y puede que incluso contenidos. Puede que tengamos mucho
presupuesto y podamos salvar muchas de estas dificultades, pero esto no es lo
común lo más probable es que todos estos factores territoriales incidan en
nuestro presupuesto y que el presupuesto marque también hasta donde
podemos llegar ante estos factores.

Factores Conceptuales

La Declaración de los derechos humanos de la ONU dice en su apartado 27:


“Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la
comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los
beneficios que de él resulten”.

Cuando hablo de factores conceptuales estoy hablando de la sociedad civil, de


aquellos que organizan o disfrutan del festival: organizadores, públicos
(residentes y visitantes), asociaciones, interacciones con otros proyectos
(transversalidades), grupos con intereses económicos, lobbys de influencias,
presiones, comunidades de base, etc. Son los llamados stakeholders.

Donald. Gezt los agrupa de la siguiente manera:


1. Facilitadores, proveen de recursos y apoyo.
2. Proveedores y espacios de referencia.

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3. Coproductores, organizaciones independientes que voluntariamente


participan.
4. Beneficiarios. Espectadores u otros favorecidos por el desarrollo del
festival.
5. Aliados y colaboradores (proveen de ayuda intangible, partners en
comunicación y marketing, etc.),
6. Recursos humanos para el festival. Propietarios, directores, empleados,
voluntarios, etc.). (Donald Getz, citado por web profestival)

Al hablar de esta parte más vivencial del territorio es muy importante ver cuál
es la misión y la visión del festival. Dicho en otras palabras estudiar el por qué
se hace, el para quién se hace, ver sus objetivos: los más inmediatos y los más
remotos. No es lo mismo realizar un festival con una programación
internacional en una capital estatal, que un festival con una programación
participativa de comunidad de base. El primero tendrá unos ingredientes que el
antropólogo Manuel Delgado (2004) nos definía como “principescos”, de
lucimiento del poder, mientras que el segundo puede ser fruto de un trabajo de
base participativo.

La historia de la población, las tradiciones, los hábitos de sus ciudadanos, la


política reinante en el país, el nivel económico de los residentes, si es una zona
turística, industrial, rural, si tiene o no tiene universidad, posee centro cultural,
si hay biblioteca, si pose teatro con temporada estable, etc. son muchas de las
variables que tenemos que estudiar en el momento de pensar el festival.

Veamos cinco ejemplos:


1. Festival de teatro en zona turística.
2. Festival de fotografía en una ciudad que tiene museo o archivo
fotográfico.
3. Festival de street-art en una comunidad en conflicto.
4. Festival en una ciudad mediana con un teatro y temporada estable.
5. Festival de teatro en un barrio industrial con pocos servicios culturales y
baja capacidad adquisitiva.

1. Festival en zona turística. Los festivales artístico-teatrales turísticos están


basados en la premisa que los turistas no quieren pasar sus vacaciones en un
desierto cultural, sino seguir con sus intereses incluso durante las vacaciones.
También parte de la base que los residentes cercanos pueden verse
impulsados a realizar una pequeña excursión si tienen una motivación adicional
(Dragan Klaic 2016). Puede ser un festival de música multitudinario, grandes
nombres, grandes espacios. Puede que sea un festival exquisito: hacerlo en un
lugar espectacular o de gran tradición que simbólicamente el espacio ya
aporte, que tenga un servicio de catering exquisito, aforos medios, no masas.
La selección de público muchas veces se hace por el precio de la entrada. La

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programación artística de grandes nombres será clave para la atracción hacia


el festival, cultura selectiva exigente, lo que se llama “alta cultura”.

2. Festival de fotografía en una ciudad que tiene museo o archivo fotográfico.


Si organizamos un festival de fotografía en una ciudad que tiene un museo o
archivo fotográfico, ¿El museo o archivo tiene que ser el motor o sólo ha de
participar? ¿El festival se ha de organizar prescindiendo de estas
infraestructuras? ¿Incluir a estas infraestructuras va a dar al festival una
imagen de poco dinamismo y poca modernidad?

3. Festival de street-art en una comunidad en conflicto. Es un caso claro para


poner en práctica el método de IAP (Investigación-Acción-Participación) “La
IAP es una vía de transformación cultural democrática, fácilmente ubicable
dentro del amplio espectro actividad que hoy día denominamos de movilización
ciudadana” (Carlos Villavieja 2014). El proyecto/festival será diseñado desde la
propia comunidad. La comunidad es autor/productor/espectador. Tendremos
que buscar transversalidades y sinergias. Posiblemente un festival de estas
características busca una transformación del territorio en post del bienestar de
la comunidad y un sentido social identitario.

4. Festival en una ciudad mediana con un teatro y temporada estable. Muy


probablemente estamos ante un público formado, acostumbrado a ver teatro,
por consiguiente la programación que les tendremos que ofrecer será muy
seleccionada; quizás tendremos que optar por un festival especializado y con
toques internacionales. ¿Tenemos que diferenciarnos de lo que es la
programación normal?

5. Festival en un barrio industrial con pocos servicios culturales y baja


capacidad adquisitiva. Seguramente estamos ante un modelo de festival como
servicio público en una acción de democratización de la cultura. Hay territorios
en los que el festival es la única actividad cultural que tienen durante el año,
esto nos ayuda a entender un ensamblaje entre territorio/servicio
público/consumo cultural. El consumo cultural es un indicador del desarrollo
cultural de una sociedad (Eduardo Barbieri y otros 2011)

Seguramente la mayoría de proyectos de festivales se han iniciado sin hacer


un estudio previo del territorio ni física ni conceptualmente, pero es evidente
que todo lo que hemos dicho tiene una influencia en el desarrollo del mismo.

Hablando de territorio, espacios y festivales podemos decir que hay territorios


que con sus posibilidades (físicas y conceptuales) ayudan al festival: festival y
territorio se ensamblan. El director artístico buscará este ensamblaje. Mientras
hay otros territorios que se imponen al festival, son territorios con pocas

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posibilidades o es difícil el ensamblaje. Territorio y festival entran en colisión,


tanto por aspectos físicos como conceptuales.

Por último y sin querer entrar ahora en el tema hay que decir que, aunque la
relación territorio/festival es muy importante, todo estará sujeto al presupuesto.
Este lo influye y lo determina todo.

2
¿Qué entendemos por festival?

Una vez dicho esto, conceptualicemos el festival.

Definición
¿Cómo definimos un festival? ¿Qué entendemos por festival? Volvamos al
diccionario de la Real Academia de la Lengua, que nos lo define como
“Conjunto de representaciones dedicadas a un artista o a un arte”. Otra vez
queda corto e irreal.

La European Festivals Association nos dice que “en la vida cultural de las
sociedades diversas, los festivales son aquellas ocasiones especiales en las
que se produce una concentración sobresaliente de atención, talento y disfrute,
en las que las personas y los colectivos se sienten unidos por el mismo
propósito festivo y en las que el ajetreo de la vida cotidiana da paso a la
apreciación del arte. En este sentido, los festivales son eventos tanto artísticos
como sociales, momentos que reclaman la esfera pública para la creatividad y
reafirman la dimensión cultural de nuestra vida en común” (Citado por Doistua,
2016). En esta definición vemos como se habla de “concentración
sobresaliente, de atención, talento y disfrute”. El aspecto festivo se une “a la
apreciación del arte” y acaba uniendo la dimensión cultural con la comunitaria.
Resumiendo nos habla de cultura/ocio/comunidad.

Hay otras definiciones: “Paquetes condensados de actividad artística, con un


logística compleja, y un buen orquestado sistema de financiación basado en las
sinergias entre subvención pública, patrocinio empresarial y recursos propios”
(Dragan Klaic 2006). Una definición que no sólo nos remite a la actividad, sino
también a la gestión en este caso muy centrado a la financiación.

Todo lo que acabamos de decir, Félix Losada (2015) 1 nos lo concretó en un


una definición expresada en una “Jornadas de Cultura/Mecenazgo”: “Arte más
cultura, más ocio, más compras es igual a un festival.

De estas definiciones me quedo con dos conceptos:


                                                                                                               
1  En  el  marco  de  la  jornada  de  “Cultura  y  Mecenazgo”  Madrid,  Museo  del  Prado  9  de  julio  de  2015  

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1. Ocasiones especiales: temporalidad


2. Paquetes condensados: programación

Hablamos pues de programación temporal, una programación muy


condensada en un tiempo en un momento determinado. Un festival no dura
todo un año, un “festival es por naturaleza discontinuo” (Bonet 2012); aparece y
desaparece.

Discontinuidad de un festival
Este aparecer y desaparecer, esta discontinuidad marca el desarrollo del
festival y por consiguiente afecta al territorio. Por el hecho de ser discontinuo
un festival presenta una inestabilidad (Bonet 2011) con unos factores negativos
y otros de positivos. Como negativos señalaremos la visibilidad momentánea y
la instabilidad del personal, como positivo la singularidad del territorio en una
época concreta del año.

Visibilidad: cuando digo visibilidad me refiero a las relaciones del público con
festival, de los medios de comunicación con festival, de las empresas con
festival. Si un festival está consolidado y tiene credibilidad, puede tener un
público fiel, hay una lealtad por parte de la audiencia. Para poder demostrar
que tenemos credibilidad, hay que poder realizar varias ediciones del festival.
Esta es la clave, la continuidad en las ediciones será una atenuante ante la
visibilidad momentánea.

Inestabilidad del personal: pocos festivales tienen una estructura durante todo
el año. El personal para la organización (contratados o voluntarios) es
temporal. Esto puede acarrear que sea un empezar cada año. Por muchas
memorias valorativas, los errores pueden repetirse. La experiencia como las
decisiones en ciertos momentos del festival son personales. La no continuidad
del personal organizativo, sobretodo en cuadros medios, conlleva empezar
prácticamente de cero cada año, desde lo más elemental –como el
conocimiento de los espacios y las personas- a los mecanismos internos de la
organización.

Si no podemos garantizar unos mínimos, cada año tendremos que captar


personal y público, por no decir que tendremos que conquistar al público,
instituciones, patrocinadores, voluntarios, mecenas, etc.

Pero he señalado también que la discontinuidad, con un buen historial y una


buena imagen, tiene también sus puntos positivos. La singularidad es uno de
ellos. Aparecer una vez al año, con una oferta extraordinaria en un territorio
concreto, hará que tanto los medios de comunicación como el público se
interesen por nosotros. El festival supone un punto y aparte de la cotidianidad.

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Una ciudad puede tener programación estable de artes escénicas en su teatro,


programaciones en sus centros culturales y en bibliotecas, una ciudad puede
que no tenga nada de esto, tanto si lo tienen como si no lo tiene, el todo o nada
forma parte de la cotidianidad. El festival rompe esto; es un salir de la rutina de
la cotidianidad.

Modelos de Festivales
Los festivales los agruparemos en cuatro grupos:
1. A partir de la estructura de la programación,
2. Según el por qué y para quién,
3. Según el lugar dónde se realiza.
4. Según especialidad
Estos cuatro grupos se combinan entre si.

1. A partir de la estructura de la programación.


Los festivales acostumbran a tener una misma estructura:
1. Un inicio o inauguración, fuerte, mediática, potente para el público y para
los medios de comunicación. Se busca una presencia.
2. Un cuerpo donde incluiremos algunos “higlights” para mantener el efecto
mediático.
3. Pueden o no tener un cierre más o menos efectista/importante.

A esta estructura: Inicio, más cuerpo, más cierre es lo que llamamos


programación del festival. Según organicemos esta programación en el tiempo,
es decir, según cómo hagamos lo que llamamos “la parrilla de espectáculos”
tendremos un tipo u otro de festival.

Diacrónico/Sincrónico
1. Diacrónico: aquellos que la exhibición de la programación no tienen
solapamientos. Los espectáculos van sucediéndose uno tras otro, día
tras día. Te permite, si quieres y puedes, ver toda la programación.
2. Sincrónico: Aquellos festivales que los espectáculos se programan de
forma paralela. No te permite ver todos los espectáculos, el espectador
ha de elegir, sabiendo que si escoge A se pierde B y a lo mejor C y D.

¿Qué tipo de festival queremos? Si es un festival diacrónico, lo podremos


realizar en un solo espacio y con un solo equipo técnico, mientras que si es un
festival sincrónico precisa más espacios a la vez, más equipos técnicos.
¿Tenemos estos espacios?¿Tenemos los equipos para gestionarlos? Por
consiguiente, la capacidad del territorio y/o el presupuesto marcarán la
estructura de uno o de otro tipo de festival.

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¿Qué duración queremos que tenga el festival? Si queremos presentar muchos


espectáculos en pocos días, nos encaminaremos hacia un festival sincrónico.
Mientras que si lo que queremos es organizar un festival dilatado, con una
presencia puntual y constante, seguramente optaremos por un festival
Diacrónico.

2. Según el por qué y el para quién


¿Por qué hacemos nuestro festival? ¿Para quién hacemos nuestro festival?
Explicaré dos tipos: Festival de exhibición y Festival mercado/muestra.

Festival de exhibición
Está destinado a un consumidor que llamamos genéricamente público. Este
tipo de festivales, generalmente, concibe la cultura como difusión. Está
pensado y dirigido de arriba abajo (anteriormente lo hemos llamado
principesco). También tendremos festivales que estén ideados de abajo arriba,
más de base, partiendo más de las realidades del territorio. El primero es un
ejemplo de festival concebido “para” el público, el segundo es un festival
concebido “con” el público. Si a los festivales “para” el público los hemos
clasificado como “difusión” en los que se hacen “con” el público entendemos la
cultura como “participación”.

A partir de aquí podríamos decir también que el “festival para el público” está
más relacionado con la concepción de la cultura humanística: es más
jerarquizado, selectivo, exclusivo; da importancia a la individualidad del artista,
mientras el festival hecho “con el público” parte de una concepción inclusiva, el
producto final es consecuencia de la cultura del colectivo/comunidad. La
importancia, la tiene el grupo. Es una concepción antropológica de la cultura.

Dicho esto creo que es oportuno aquí recordar que muchas veces estos
festivales (principescos) son organizados por las administraciones o en ellos
las administraciones juegan un papel importante en la financiación. Hay que
recordar que muchas administraciones públicas -por ejemplo en España-
pasaron de concebir la cultura como un derecho democrático a considerarla un
recurso. El receptor pasa de ser considerado consumidor y se le niega la
posibilidad de ser productor. (Jaron Rowan 2016)

Festival mercado/muestra
Es un tipo de festival muy en uso en estos tiempos. Entiende el producto
cultural como resultado de una industria: Las Industrias culturales. En este
caso el porqué es la exhibición/venta de espectáculos. El para quién son los
profesionales (programadores de teatro, directores artísticos de festivales,
managers, distribuidores, curadores) que asisten a la convocatoria. La fórmula
que se usa en estos festivales es variada, puede ser semanas para
programadores, pueden llamarse ferias de teatro, muestras nacionales de

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teatro, etc. En este caso se priman los puntos de encuentros, las


presentaciones, ponencias, etc.

3. Según dónde se realiza


Festivales de sala, festivales de calle, festivales site specifics, festivales mixtos,
según donde se realicen o según que envoltorio utilicen. Los festivales más
tradicionales se hacen en sala o teatros ya sean concebidos a la italiana ya con
una estructura central, la cuarta pared impera, aunque actualmente las nuevas
tendencias rompen esta concepción clásica.

La calle es hoy también lugar común para el teatro. Hay producciones de sala y
hay producciones de calle. Hay un teatro pensado para la calle y otro teatro
que se hace en la calle, hay quien utiliza la calle como un lugar para encontrar
su público e interactuar y hay quien interactúa con el urbanismo de la ciudad.

Hay festivales o espectáculos de festivales que se hacen en los lugares más


insospechados (fábricas en desuso, museos, bares, etc.) estos espectáculos
en estos lugares alteran los mapas mentales que la mayoría de los ciudadanos
tienen de su propia ciudad (…) algunas zonas percibidas normalmente como
aburridas culturalmente irrelevantes o incluso peligrosas, revelan algunos
elementos atractivos (Klaic 2016).

Como ya hemos dicho en el anunciado podemos tener festivales mixtos que


tengan espectáculos que puedan ir en cualquiera de los espacios que hemos
reseñado.

4. Según especialidad
Evidentemente un festival viene marcado por su especialidad o disciplina. Hay
festivales que son heterogéneos y mezclan distintas especialidades, pero hay
otros que están especializados -danza, música, pintura, streetart, etc-. Muchas
veces en el nombre del festival se marca la especialidad o disciplina del mismo.

3
Nombre/Territorio
¿El nombre del festival tiene que hacer referencia al territorio?

No es fácil poner nombre a un festival. Si bien el territorio puede influenciar en


su elección, la misión, la visión, los objetivos y la financiación tienen un peso
importante en la toma de decisión del mismo.

Veamos unos factores que pueden influenciar o que están presentes en la


elección del nombre:

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1. Concepto: De manera conceptual (muestra, ciclo, concurso, certamen,


encuentro o feria –aunque cabe resaltar en este último el objetivo de unir, en
algunos casos, la relación artista-espectador y artista-programador)
2. Tiempo: Siguiendo una lógica temporal (semana, quincena, bienal,
temporada o jornadas verano, invierno, otoño, noches, etc). (Bonet 2009)
3. Disciplina: La disciplina artística (teatro, danza, música, teatro clásico, artes
gestuales, danza contemporánea, circo, clown, música electrónica, música
antigua);
4. Territorio: La localidad, el territorio o el espacio concreto en el que se lleva a
cabo. a. El alcance geográfico (nacional, estatal, internacional),
b. El origen territorial específico de las mismas (europeo, asiático,
indio, mediterráneo, etc.)
5. Aspectos singulares: que pueden perfilar y marcar aún más las diferencias
(social, de mujeres, gay o lésbico, etc.);
6. Personalidad: El nombre del artista si la programación se establece en torno
a él o ella (Shakespeare, Mozart, Pau Casals, Chopin, etc.);
7. Patrocinador: en ocasiones, puede incorporarse el nombre del mismo,
dependiendo del poder.

La marca / el Claim
El nombre nos identifica y nos puede diferenciar del resto de festivales que
pueden ser nuestra competencia. El nombre tiene que crear marca.

Si creamos una marca con el uso de acrónimos, para que el público reconozca
el evento fácilmente, muy probablemente tengamos que crear un “claim” que
nos lo concrete, y este acompañará el nombre. Esto no tiene porque
considerarse negativo al contrario puede dar mucho juego ya que el “claim”
puede ir variando en el devenir del festival según van variando los objetivos del
mismo.

Simógrafo/FiraTàrrega
Pongamos dos ejemplos: Uno de un festival dedicado a la danza en el el
nombre hay alusión indirecta al territorio y un segundo caso de una acrónimo
con la inclusión del territorio en el nombre.

El primer caso es de una festival de danza que se organiza en una ciudad de


zona volcánica de Cataluña llamada Olot. El festival se llama “Simógrafo”. Su
claim es: “el festival que detecta movimiento”. Danza y movimiento en un
posible territorio que físicamente corre el riesgo de moverse. Lo curioso del
caso es que, jugando con la misma ideal las actividades que se organizan en el
marco del festival se les llama “replicas” y las posibles intervenciones “off” se
agrupan bajo el nombre de “SismÒFFgraf”. Vemos pues como hay una
referencia al territorio aunque no sea explicitado textualmente.

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El segundo caso es el acrónimo “FiraTàrrega”, nombre comercial de “Fira del


Teatre Al Carrer de Tàrrega”. En este caso el nombre, hace referencia al “por
qué” y “para quién” más el nombre de la ciudad donde se realiza. El claim
varía. El oficial es “Teatro en la calle”, que define especialidad, pero también
según oportunidad o mensaje a lanzar se utiliza: “territorio creativo” o “Ayuda a
la creación”, cuando la referencia es el programa de laboratorios y
coproducciones. Por último se utiliza el genérico “Artes de Calle”, para dar a
entender la amplitud en el espectro creativo que se puede desarrollar desde
FiraTàrrega.

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