Foucault M Las Mallas Del Poder

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234 ESTÉTICA, ÉTICA Y HERMENÉUTICA

poco las relaciones homosexuales, a pesar de que la mayoría de los


ascetas víven, de manera permanente, en comunidades de una im-
portancia numérica bastante grande. Las técnicas se interesan
principalmente por la oleada de pensamientos que penetran la con-
ciencia, descomponiendo, por su multiplicidad, la unidad necesa-
ria de la contemplacíón, y comunicando aI sujeto imágenes o exci-
taciones de Satán. La tarea deI monje no es, como la deI filósofo,
adquirir el dominio de sí mediante el triunfo definitivo de la volun-
tad. Es la de controlar sin cesar sus pensamientos, sondearlos a fin 14. LAS MALLAS DEL PODER
de ver si son puros, verificar que no se disimula o que no ocultan
algo peligroso; y es también la de verificar que no se revelan distin-
tos de lo que en principio parecieron, que no son una forma de ilu- «As malhas do poder» {e Les mailles du pouvoir», primera parte,
sión o de seducción. Siempre hay que considerar con desconfianza Conferencia pronunciada en la Facultad de Filosofía de la Universidad
estos datos: piden ser examinados y puestos a prueba. Según Casia- de Bahía, 1976). Barbârie, n° 4, verano de 1981, págs. 23-27.
no, por ejemplo, hay que adoptar para con uno mismo la actitud Esta conferencia ha sido publicada en dos partes. La primera, en el
deI cambista que verifica las monedas que recibe.' No hay verdade- n° 4 de Barbárie y la segunda en el n° 5 de Barbârie, en eJ verano de
ra pureza en la actitud de quien puede acostarse junto a un joven y 1982, págs. 34-42. La conferencia se reproduce aquí en su totalidad.
bello muchacho, aunque no lo toque, como fue eI caso de Sócrates
junto a Alcibíades. Un monje sólo es verdaderamente casto cuando
ningún pensamiento impuro penetra su espíritu, incluso durante la Vamos a intentar realizar un análisis de la noción de poder. No
noche, incluso en suerios. La capacidad de permanecer duefio de sí, soy el primero, ni muchos menos, que pretende evitar el esquema
hasta en presencia de los seres más deseables, no es lo que consti- freudiano que opone el instinto a la represión, instinto y cultura.
tuye la pureza. La pureza consiste en descubrir la verdad en sí, en Toda una escuela de psicoanalistas ha tratado, desde hace unas de-
descartar las ilusiones que se alumbran en uno mismo, en impri- cenas de anos, de elaborar, de modificar este esquema freudiano
mir las ideas y los pensamientos que el espíritu produce inin- de instinto versus cultura, e instinto versus represión -me refiero
terrumpidamente. La lucha espiritual contra la impureza se define tanto a psicoanalistas de lengua inglesa, como de lengua francesa,
según este eje. La ética sexual pasó de la cuestión de la relación con tales como Melanie Klein, Winnicott y Lacan, que han intentado
los otros y deI modelo de la penetración aI de la relación consigo mostrar que la represión, más que ser un mecanismo secundario,
mismo y aI problema de la erección: entiendo por tal el conjunto de ulterior y tardío que pretendería controlar un juego instintivo dado
movimientos internos que se operan desde eso casi imperceptible por la naturaleza, forma parte deI mecanismo dei instinto, o aI me-
que es el primer pensarniento, hasta eI fenómeno final, pero todavía nos dei proceso a través dei cual el instinto sexual se desarrolla, se
solitario, de la polución. A pesar de ser tan diferentes, e incluso despliega y se constituye como pulsión.
contradictorios, estos fenómenos no dejaron por ello de tener un Según los psicoanalistas, la noción freudiana de Theb no debe
efecto común: el de ligar una a otra, por los lazos más sólidos, sub- ser interpretada como un simple dato natural, un mecanismo bio-
jetividad y verdad. Tal es, pienso, el fondo religioso sobre el que el lógico natural sobre el cualla represión impusiera su ley de prohi-
problema de la masturbación -que los griegos olvidaron, o deI que bición, sino como algo que está profundamente penetrado de re-
se cuidaron poco, puesto que, a su parecer, fue una práctica de es- presión. La necesídad, la castración, la carencia, la prohibición y la
clavo o de sátiro, pero no de ciudadano libre- vino a constituir uno ley son ya elementos a través de los cuales el deseo se constituye
de los problemas principales de la vida sexual. como deseo sexual, lo que implica, por tanto, una transformación
de la noción primitiva de instinto sexual, tal como Freud lo había
i Casiano (J.), «Primera conferencia dei Abad Moisés» I, 20. en Colaciones, 2
concebido, a finales deI siglo XIX. Así pues, hay que pensar el instin-
vols., Madrid, Rialp, 2" ed., 1998. t. I, págs. 70-76. véase espec.la pág. 70. to no como algo dado naturalmente, sino ya como una elaboración,
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como un juego complejo entre el cuerpo y la ley, entre el cuerpo y to. Y se ha intentado comprender el funcionamiento general dei
los mecanismos culturales que aseguran eI control dei pueblo. sistema a partir de esta matriz, de este núcleo que sería la prohibi-
Creo, por tanto, que los psicoanalistas han desplazado consi- ción dei incesto. Ha sido necesario esperar a anos más recientes
derablemente eI problema, haciendo surgir una nueva noción de ins- para ver brotar nuevos puntos de vista sobre eI poder, ya sea un
tinto, en cualquier caso una nueva noción dei instinto, de la pulsión punto de vista estrictamente marxista o un punto, de vista más ale-
y dei deseo. Sin embargo, lo que me inquieta, o ai menos, lo que me jado dei marxismo clásico. De todas formas, a partir de aquí vemos
parece insuficiente es que en esta elaboración propuesta por los psi- aparecer, con los trabajos de Clastres," por ejernplo, una nueva con-
coanalistas, éstos modifican, quízá, la concepción dei deseo pero en cepción dei poder como tecnología que intenta emanciparse dei
absoluto la concepción dei poder. primado, dei privilegio de la regia y de la prohibición que, en el fon-
Continúan considerando todavía en sus trabajos que el signifi- do, imperó sobre la etnología desde Durkheim hasta Lévi-Strauss.
cado dei poder, el núcleo central, aquello en que consiste el poder, En cualquier caso, la cuestión que me gustaría plantear es la si-
sigue siendo la prohibición, la ley, el hecho de decir no, y una vez guiente: (qué ha sucedido para que nuestra sociedad, la sociedad
más la fórmula «no debes». EI poder es esencialmente eI que dice occidental en general, haya concebido el poder de una manera tan
«no debes», Me parece que es una concepción dei poder -hablaré restrictiva, tan pobre o tan negativa? (Por qué concebimos siempre
pronto de ello- totalmente insuficiente, una concepción jurídica, el poder como ley y como prohíbícíón, por qué este privilegio? Evi-
una concepción formal dei poder y que es necesario elaborar otra dentemente, podemos decir que esto se debe a la influencia de Kant,
que permita comprender mejor las relaciones que se han estableci- a la idea de que, en última instancia, la ley moral, el «no debes», la
do en las sociedades occidentales entre poder y sexualidad. oposición «debes/no debes», es en eI fondo la matriz de toda regu-
Voy a intentar desarrollar o, mejor dícho, mostrar en qué direc- lación de la conducta humana. Pero, a decir verdad, esta explica-
ción se puede llevar a cabo un análisis dei poder que no sea simple- ción por medio de la influencia de Kant es totalmente insuficiente.
mente una concepción jurídica, negativa dei poder, sino la concep- EI problema es saber si Kant tuvo esa influencia y por qué la tuvo
ción de unaltecnologfa dei poder.' tan fuerte. (Por qué Durkheirn, filósofo dei comienzo de la 3" Repú-
Frecuentemente encontramos entre los psicoanalistas, los psicó- blica francesa con vagos tintes socialistas, pudo apoyarse de esta
logos y los sociólogos la concepción según la cual el poder es esen- forma en Kant cuando se trataba de hacer un análísís dei mecanis-
cialmente la regia, la ley, la prohibicíón, lo que marca ellímite en- mo dei poder en una sociedad?
tre lo permitido y lo prohibido. Me parece que esta concepción fue Pienso que, a grandes rasgos, podemos analizar la razón de esto
formulada incisivamente y desarrollada ampliamente por la etno- en los términos siguientes: en el fondo, en Occídcnte, los grandes
logía, a finales dei siglo XIX. La etnología siempre ha intentado de- sistemas establecidos desde la Edad Media se han desarrollado por
tectar los sistemas de poder en sociedades distintas a la nuestra medio dei crecimiento dei poder monárquico, a expensas dei poder,
como si fueran sistemas de regias. Y nosotros mismos, cuando in- o más exactamente, de los poderes feudales. Ahora bien, en esta lu-
tentamos reflexionar sobre nuestra sociedad, sobre la manera en cha entre los poderes feudales y el poder monárquico, e! derecho
que se ejerce el poder, lo hacemos esencialmente a partir de una ha sido siempre eI instrumento de! poder monárquico contra las
concepción jurídica: dónde está el poder, quién lo detenta, qué re- ínstituciones, las costumbres, los reglamentos, las formas de vincu-
gias lo administran, cuál es el sistema de leyes que el poder estable- lación y pertenencia característicos de la sociedad feudal. Me limi-
ce sobre el cuerpo social. taré a poner dos ejemplos. Por un lado, el poder monárquico se
Siempre realizamos una sociología jurídica dei poder en nuestra desarrolló en Occidente apoyándose, en gran parte, en las institu-
sociedad, y cuando estudiamos sociedades diferentes de las nues- ciones jurídicas y desarrollando estas instituciones. Por medio de
tras, hacemos una etnología que es esencialmente una etnología la guerra civil, llegó a reemplazar la antigua sociedad de los litigios
de la regia, una etnología de la prohibición. Vean, por ejemplo, en
los estudios etnológicos de Durkheim a Lévi-Strauss, cuál ha sido a Referencia a los trabajos de Pierre Clastres recogidos en la obra La Société
el problema que siempre reaparecía, perpetuamente reelaborado: un contre l'État. Recherches danthropologíe politique, París, Minuit, col. «Critique»,
problema de prohibición, esencialmente de prohibición dei inces- 1974.
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privados, por un sistema de tribunales, con leyes que de hecho da- poder, etc. Creo que ahora debemos desembarazarnos de esa con-
ban al poder monárquico la posibilidad de resolver él mismo las cepción jurídica dei poder, de esta concepción dei poder a partir de
disputas entre individuos. De igual modo, eI derecho romano, que la ley y eI soberano, a partir de la regia y la prohibición, si quere-
reapareció en Occidente en los siglos XIII y XIV, fue un instrumento mos proceder a un análisis no ya de la representacíón dei poder
formidable en manos de la monarquía para Ilegar a definir las for- sino dei funcionamiento real dei poder.
mas y los mecanismos de su propio poder, en detrimento de los lCómo podríamos intentar analizar el poder en sus mecanis-
poderes feudales. En otras palabras, el crecimíento dei Estado en mos positivos? Me parece que podemos encontrar en algunos textos
Europa se aseguró parcialmente o, en cualquier caso, utilizó como los elementos fundamentales para un análisis de este tipo. Pode-
instrumento el desarroIlo de un pensamiento jurídico. EI poder mo- mos encontrarIos, quizás, en Bentham, un filósofo inglés de finales
nárquico, el poder dei Estado, está representado esencialmente en dei siglo XVIII y comienzos dei siglo XIX, que en eI fondo ha sido el
el derecho. gran teórico dei poder burgués y, evidentemente, podemos también
La burguesía, que ai mismo tiempo aprovechaba en gran medi- encontrarIos en Marx, fundamentalmente en eI libro 11 de El capital.
da eI desarroIlo dei poder real y la disminución y regresión de los Pienso que es aquí donde cabe haIlar algunos elementos de los que
sistemas feudales, tenía gran interés en desplegar este sistema de me serviré para eI análisis dei poder en sus mecanismos positivos.
derecho, que le permitía, por otra parte, dar forma a los intercam- En resumen, lo que podemos encontrar en el libro 11 de El capi-
bios económicos, que aseguraban su propio desarroIlo social. De, tal cs, en primer lugar, que no existe un poder, sino varios poderes."
modo que el vocabulario, la forma dei derecho, resultó ser el siste- Poderes quiere decir formas de dominación, de sujeción, que fun-
ma de representación dei poder común a la burguesía y la monar- cionan localmente, por ejemplo en eI tallcr, en el ejército, en una
quía. La burguesía y la monarquía consiguieron establecer desde el propiedad de tipo esclavista o en una propiedad donde hay relacio-
final de la Edad Media hasta el siglo XVIII una forma de poder que nes serviles. Todas éstas son formas locales, regionales de poder,
se representaba, que se daba como discurso, como lenguaje, eI vo- que tienen su propio modo de funcionamiento, su procedimiento y
cabulario dei derecho. Y cuando por finla burguesía se desernbara- su técnica. Todas estas formas de poder son heterogéneas. Así pues,
zó dei poder monárquico, lo hizo utilizando precisamente ese dis- no debemos hablar dei poder si queremos hacer una análisis dei
curso jurídico -que sin embargo había sido el de la monarquía- y poder, sino que debemos hablar de los poderes e intentar localizar-
volviéndolo contra la propia monarquía. los en su especificidad histórica y geográfica.
Pongamos simplemente un ejemplo. Rousseau, ai elaborar su teo- Una sociedad no es un cuerpo unitario en eI que se ejerza un po-
ría dei Estado, trató de mostrar cómo nace un soberano, pero un so- der y solamente uno, sino que en realidad es una yuxtaposición, un
berano colectivo, un soberano como cuerpo social, o mejor, un.cuerpo enlace, una coordinación y también una jerarquía de diferentes po-
socialcorno soberano, a partir de la cesión de los derechos indivi- deres, que sin embargo persisten en su especificidad. Marx insiste
duales, de su alienación y de la formuIación de leyes de prohibición mucho, por ejemplo, en el carácter a la vez especifico y relativa-
que cualquier individuo está obligado a reconocer, pues él mismo se mente autónomo, de alguna manera impermeable, dei poder de he-
ha impuesto la ley, en la medida en que es miembro dei soberano, cho que el patrón ejerce en un taIler, con relación ai poder de tipo
en la medida en que él mísmo es el soberano. En consecuencia, el jurídico que existía en el resto de la sociedad. Así pues, existencia
mecanismo teórico a través dei cual se efectuó la crítica de la insti- de regiones de poder. La sociedad es un archipiélago de poderes
tución monárquica, ese instrumento teórico fue el instrumento dei diferentes.
derecho, que había sido establecido por la propia monarquía. En En segundo lugar, me parece que estos poderes no pueden y no
otros términos, Occidente no tuvo nunca otro sistema de represen- deben ser comprendidos simplemente como derivación, como la
tación, de formulación y de análísis dei poder que el dei derecho, el consecuencia de una especie de poder central que sería primordial.
sistema de la ley. Y creo que por eso, a fin de cuentas, no hemos
tenido hasta hace bien poco otras posibilidades de analizar el po- 'b Marx (K.), Das Kapital. Kritik: der Politischen Õkonomie, libra II: «Der Zirkula-
der que el de utilizar estas nociones eIementales, fundamentales, tionsprozess des Kapítals», Hamburgo, O. Meissner, 1867 (trad. cast.: El capital,
etc., que son las de la ley, la regia, el soberano, la delegación dei México, EC.E, 3 vols.. 5'" reimp., 1972).
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EI esquema de los juristas, ya sea el de Grotius, Pufendorf o el de Hubo un rendimiento militar muy superior gracias a un nuevo
Rousseau, consiste en decir: «AI comienzo no había sociedad, poco procedimiento de poder, cuya función no era en absoluto la de prohi-
después apareció ésta, a partir deI momento en que surgió un pun- bir. Evidentemente, estaba abocado a prohibir esto o aquello, sin
to central de soberania que organizó e! cuerpo social y que permi- embargo su fin no era decir «no debes», sino esencialmente obte-
tió a continuación toda una especie de poderes locales y regiona- ner un mejorrendimiento, una mejor producción, una mejor pro-
les», Marx no reconoce implicitamente este esquema. Muestra, por ductividad deI ejército. Lo que fue perfeccionado, o mejor, lo que
el contrario, cómo a partir de la existencia inicial y primitiva de fue asegurado por esa nueva técnica de poder, fue e! ejército como
esas pequenas regiones de poder -como la propiedad, la esclavi- producción de muertos. De ningún modo la prohibición. Podemos
tud, e! taller y también el ejército- se pudieron formar poco a decir lo mismo de la disciplina en los talleres, que comenzó a for-
poco grandes aparatos de Estado. La unidad estatal es, en el fondo, marse en los síglos XVII y XVIII, cuando los pequenos talleres de tipo
secundaria con relación a estos poderes regionales y específícos corporativo fueron reemplazados por grandes talleres con muchos
que aparecen en primer lugar. obreros -centenares de obreros-, era necesario vigilar y a la vez
En tercer lugar, tales poderes especificos, regionales, de ninguna coordinar los gestos de unos y otros, con la división deI trabajo. La
manera tienen como función primordial prohibir, impedir, decir: división de! trabajo fue, aI mismo tiempo, la razón que obligó a in-
«no debes», La función primaria, esencial y permanente de esos ventar esa nueva disciplina de taller; pero, inversamente, podemos
poderes locales y regionales es, en realidad, ser productores de una decir que la disciplina de taller fue la condición para conseguir la
eficacia, de una aptitud, productores de un producto. Marx realiza, división dei trabajo. Sin dicha disciplina, es decir, sin la jerarquia,
por ejemplo, unos espléndidos análisis deI problema de la discipli- sin la vigilancia, sin la aparición de los contramaestres, sin el con-
na en e! ejército y en los talleres. EI análisis que voy a hacer de la trol cronométrico de los gestos, no hubiera sido posible obtener la
disciplina en el ejército no se encuentra en Marx, pero eso poco im- división deI trabajo.
. porta. iQué ocurrió en e! ejército desde finales deI siglo XVI y co- Finalmente, una cuarta idea importante: hay que considerar es-
mienzos deI XVII hasta prácticamente finales deI XVIII? Una enorme tos mecanismos de poder, estos procedimientos de poder, como
transformación que hizo que en e! ejército, que hasta entonces ha- técnicas, es decir, como procedimientos que han sido inventados,
bía estado constituido esencialmente por pequenas unidades en perfeccionados y que se desarrollan sin cesar. Existe una verdadera
cierto modo intercambiables, organizadas en torno a un jefe, éstas tecnologia de! poder o, mejor, de los poderes, que tiene su propia
fueran reemplazadas por una gran unidad piramidal, con toda una historia. Aqui, una vez más, podemos encontrar fácilmente entre
serie de jefes intermedios, suboficiales y también técnicos. Esto se las Iineas dellibro II de El capital un análisis, o aI menos el esbozo
debió sobre todo a que se había hecho un descubrimiento técnico: de un análisis, que seria la historia de la tecnologia deI poder, tal
el fusil de tiro relativamente rápido y preciso. como se ejercia en los talleres y en las fábricas. Seguiré, entonces,
A partir de ese momento no se podia tratar aI ejército -era peli- estas indicaciones esenciales e intentaré considerar el poder con
groso hacerlo funcionar- bajo la forma de pequenas unidades ais- respecto a la sexualidad no desde un punto de vista jurídíco, sino
ladas, compuestas por elementos intercambiables. Era necesario, tecnológico.
para que el ejército fuera eficaz, a fin de que se pudieran emplear En efecto, me parece que, si analizamos el poder dando priori-
los fusiles de la mejor forma posible, que cada individuo estuviera dad aI aparato de Estado, si analizamos el poder considerándolo
bien entrenado para ocupar una posición determinada en un frente como un mecanismo de conservación, si lo consideramos como
extenso, para colocarse simultáneamente de acuerdo con una Iinea una superestructura jurídica, en el fondo no hacemos sino retomar
que no debía ser rota, etc. Un problema de disciplina implicaba el tema c1ásico deI pensamiento burgués cuando trata el poder
una nueva técnica de poder con suboficiales, una jerarquia de sub- como un hecho jurídico. Dar preeminencia ai aparato de Estado, a
oficiales, oficiales inferiores y ofíciales superiores. Y así, el ejércijo la función de conservación, a la superestructura jurídica, es en de-
pudo ser tratado como una unidad jerárquica muy compleja, ase- finitiva «rousseaunizar» a Marx. Es inscribirle en la teoría burgue-
gurando su rendimiento máximo con la unidad de conjunto según sa y jurídica deI poder. No es sorprendente que esta concepción su-
la especificidad de la posición y deI papel de cada uno. puestamente marxista deI poder como aparato de Estado, como
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instancia de conservación, como superestructura jurídica, se en- -aquello en lo que consistía el poder- era esencialmente el poder
cuentre fundamentalmente en la socialdemocracia europea de fi- de tomar una parte, de tener el derecho y la fuerza de percibir algo
nales dei siglo XIX, cuando el problema era justamente saber cómo -un impuesto, un diezmo, cuando se trataba de un clérigo- de las
hacer funcionar a Marx dentro de un sistema jurídico que era el de cosechas que se habían obtenido: la percepción obligatoria de tal o
la burguesía. Entonces, recogiendo lo que dice ellibro II de El capi- cual porcentaje por el sefior, por el poder real, por el clérigo. EI po-
tal y alejándome de todo lo que ha sido aftadido y reescrito sobre der era, de este modo, esencialmente preceptor y predador. En esta
los privilegios del aparato de Estado, la función de reproducción medida, operaba siempre una sustracción económica y en conse-
dei poder y el carácter de la superestructura jurídica, me gustaría cuencia, lejos de favorecer y de estimular el flujo económico, era
intentar ver cómo es posible hacer una historia de los poderes en perpetuamente su obstáculo y su freno. De ahí esta segunda preocu-
Occidente y esencialmente de los poderes tal como han sido inves- pación, esta segunda necesidad: encontrar un mecanismo de poder
tidos en la sexualidad." tal que, ai mismo tiempo que controla las cosas y las personas hasta
Así, a partir de este principio metodológico, icómo podríamos el menor detalle, no sea oneroso ni esencialmente predador para la
hacer la historia de los mecanismos de poder en la sexualidad? Creo sociedad, que se ejerza en el sentido dei mismo proceso económico.
que, de una manera muy esquemática, podríamos decir lo siguien- Con estos dos objetivos, creo que podemos comprender, a gran-
te: el sistema de poder que la monarquía había conseguido organi- des rasgos, la gran mutación tecnológica dei poder en Occidente.
zar a finales de la Edad Media presentaba dos inconvenientes impor- Tenemos la costumbre de decir -una vez más de acuerdo con el es-
tantes para el desarrollo dei capitalismo. En primer lugar, el píritu de un marxismo un poco primario- que el gran invento,
poder político, tal como se ejercía en el cuerpo social, era un poder todo el mundo lo sabe, fue la máquina de vapor, o bien inventos de
muy discontinuo. Las mallas de la red eran demasiado grandes y un este tipo. Es verdad que esto tuvo mucha importancia, pero hubo
número casi infinito de cosas, de elementos, de conductas y de pro- toda una serie de diferentes invenciones tecnológicas, tan impor-
'cesos escapaban ai control dei poder. Si tomamos como ejemplo un tantes como dicho invento, y que generaron, en última instancia, la
aspecto concreto, el de la importancia dei contrabando en toda Eu- condición de funcionamiento de otras. Así ocurrió con la tecnolo-
ropa hasta fines dei siglo XVIII, advertimos un flujo económico muy gía política; tuvo lugar una completa invención en el terreno de las
importante, casi tan importante como el otro, un flujo que escapa- formas de poder a lo largo de los siglos XVII y XVIII. Por consiguíen-
ba por completo ai poder, pero que era, por otra parte, una de las te, hay que hacer no solamente la historia de las técnicas industria-
condiciones de la existencia de la gente: si no hubiera habido pira- les, sino también la de las técnicas políticas, y creo que podemos
tería marítima, el comercio no habría podido funcionar y la gente agrupar en dos grandes capítulos las invenciones de la tecnología
no habría podido vivir. En otras palabras, la ilegalidad era una de política, para lo que debemos tener en cuenta sobre todo los siglos
las condiciones de vida, pero eso significaba ai mismo tiempo que XVII y XVIII. Yo las agruparía en dos capítulos, porque me parece
había ciertas cosas que escapaban ai poder y sobre las que el poder que se han desarrollado en dos direcciones diferentes. Por un lado,
no tenía control. En consecuencia, procesos económicos, mecanis- existe esa tecnología que llamaría "disciplina». La disciplina es, en
mos diversos que en cierta manera permanecían fuera de control el fondo, el mecanismo de poder por el cualllegamos a controlar
exigían el establecimiento de un poder continuo, preciso, de algún en el cuerpo social hasta los elementos más tenues, y por éstos
modo atómico. Se trataba de pasar de un poder con lagunas, global, alcanzamos los átomos sociales mismos, es decir, los individuos. Téc-
a un poder continuo, atómico e individualizante, es decir, que cada nicas de individualización del poder. Cómo vigilar a alguien, cómo
uno, que cada individuo en sí mismo, en su cuerpo, en sus gestos, controlar su conducta, su comportamiento, sus aptitudes, cómo in-
pudiera ser controlado, en lugar de controles globales y en masa. tensificar su rendimiento, cómo multiplicar sus capacidades, cómo
EI segundo gran inconveniente de los mecanismos de poder, tal situaria en el lugar en que sea más útil: esto es, desde mi punto de
como funcionaban en la monarquía, es que eran excesivamente one- vista, la disciplina.
rosos. Y eran onerosos precisamente porque la función del poder He citado hace poco el ejemplo de la disciplina en el ejército. Es
un ejemplo importante porque éste fue verdaderamente el punto
c Fin de la parte publicada en 1981. donde se produjo el gran descubrimiento de la disciplina y se desa-
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rrolló casi en primer lugar, ligado a esa otra invención de orden de la civilización y que todavía, ai comenzar el siglo XIX, se encuen-
técnico-industrial que fue el invento del fusil de tiro relativamente tran escuelas en las que los alumnos se presentan en grupo de pie,
rápido. A partir de ese momento podemos decir en definitiva lo si- alrededor de un profesor que les da clase. Y esto implica, evidente-
guiente: el soldado dejaba de ser intercambiable, dejaba de ser pura mente, que el profesor no puede vigilarles real e individualmente:
y simplemente carne de caiión y un mero individuo capaz de golpear. existe el grupo de alumnos y además el profesor. En la actualidad,
Para ser un buen soldado era necesario saber disparar, así pues ha- ustedes están colocados así en fila, la mirada dei profesor puede in-
bía que pasar un proceso de aprendizaje. Era igualmente necesario dividualizar a cada uno, puede nombrarlos para saber si están pre-
que el soldado supiera desplazarse, que supiera coordinar sus ges- sentes, qué hacen, si están soiiando, si bostezan... Son futilidades,
tos con los de los otros soldados. En suma: el soldado se convirtió pero futilidades muy importantes, pues, finalmente, en el dominio
en algo hábil, y por tanto, preciado. Y cuanto más preciado era, de toda una serie de ejercicios de poder, en estas pequeiias técni-
más había que conservarlo; cuanto más había que conservarlo, más cas, es donde han podido investirse y funcionar estos nuevos meca-
necesario era enseiiarle técnicas capaces de salvarle la vida en el nismos. Lo que ha sucedido en el ejército y en los colegios se puede
combate, y cuantas más técnicas se le enseiiaban, más largo y valio- constatar igualmente en los talleres a lo largo dei siglo XIX. Es lo
so era el aprendizaje. Y de modo brusco, nos encontramos con una que yo llamaría tecnología individualizante dei poder, una tecnolo-
especie de expansión de esas técnicas militares de adiestramiento, gía que mira a fondo a los individuos, hasta en su cuerpo, en su
que culminaron en el famoso ejército prusiano de Federico lI, que comportamiento; es, a grandes rasgos, una especie de anatomía po-
pasaba gran parte de su tiempo haciendo ejercicios. EI ejército pru- lítica, de anatomopolítica, una anatomía que se dirige a los indivi-
siano, el modelo de disciplina prusiana, es precisamente la perfec- duos hasta anatomizarlos.
ción, la intensidad máxima de esta disciplina corporal dei soldado, Se trata de una familia de tecnologías de poder que apareció en
que ha sido en cierto modo el modelo de otras disciplinas. los siglos XVII y XVIII. Disponemos de otra familia de tecnologías de
. Otro lugar en el que vemos aparecer esta nueva tecnología disci- poder que apareció un poco más tarde, en la segunda mitad dei
plinaria es la educación. Primero en los colegios y después en las XVIII, y que se desarrolló (hay que decir, para vergüenza de Francia,
escuelas primarias observamos la irrupción de esos métodos disci- que la primera fue desarrollada sobre todo en Francia y Alemania)
plinarios en los que los individuos son individualizados en la mul- en especial en Inglaterra: tecnologías que no apuntan a los indivi-
tiplicidad. EI colegio reunía decenas, centenares y, a veces, miles de duos en tanto que individuos sino, por el contrario, a la población.
colegiales, de escolares, y la cuestión era entonces ejercer un poder En otras palabras, el siglo XVIII descubrió algo capital: que el poder
que fuera mucho menos oneroso que el poder dei preceptor, que no no se ejerce simplemente sobre los súbditos; ésta era la tesis funda-
puede existir más que entre el alumno y el maestro. Nos encontra- mentai de la monarquía, según la cual existe el soberano y los súb-
mos con un maestro para decenas de discípulos. Sin embargo, es ditos. Se descubre que sobre lo que se ejerce el poder es sobre la
necesario que, pese a esta multiplicidad de alumnos, se consiga población. i.Y qué quiere decir población? No quiere decir simple-
una individualización del poder, un control permanente, una vigi- mente un grupo humano numeroso, sino seres vivos atravesados,
lancia en todos los momentos. De ahí la aparición de ese personaje mandados y regidos por procesos y leyes biológicas. Una población
que todos los que han estudiado en colegios conocen bien, el vigi- tiene una tasa de natalidad, de mortalidad, tiene una curva y una
lante, que en la pirámide corresponde ai suboficial dei ejército; pirámide de edad, una morbilidad, un estado de salud, una pobla-
igualmente, la aparición de la notación cuantitativa, la aparición ción puede perecer o puede, por el contrario, desarrollarse.
de los exámenes, la aparición de las oposiciones, la posibilidad, en Ahora bien, todo esto comienza a descubrirse en el siglo XVIII. Se
consecuencia, de clasificar a los individuos de manera que cada cae en la cuenta, en consecuencia, de que la relación dei poder con
uno ocupe exactamente su sitio, bajo los ojos de su maestro, o en la el súbdito (sujet) o, mejor, con el individuo, no debe ser simplemen-
calificación y el juicio que tenemos sobre cada uno de ellos. te esa forma de sujeción (sujétion) que permite ai poder quitarle ai
Fíjense, por ejemplo, cómo están ustedes sentados en fila ante súbdito los bienes, las riquezas y eventualmente su cuerpo y su
mí. Es una posición que quizás, les parezca natural, pero es bueno sangre, sino que el poder se debe ejercer sobre los individuos en
recordar que, sin embargo, es relativamente reciente en la historia tanto que constituyen una especie de entidad biológica que se debe
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'tomar en consideración, si queremos utilizar a esta población como será un instrumento de "Ia acción de disciplinar», uno de los ele-
máquina para producír, producir riquezas, bienes, para producir mentos esenciales de la anatomopolítica de la que he hablado; pero,
otros índívíduosi EI descubrimiento de la población es, a la par que por otro lado, el sexo asegura la reproducción de las poblaciones, y
el descubrimiento dei individuo y dei cuerpo adiestrables, el otro mediante el sexo, mediante una política dei sexo, podemos cambiar
gran núcleo tecnológico en torno ai cual se han transformado los la relación entre la natalidad y la mortalidad. En cualquier caso,
procedimientos políticos de Occidente. En este momento se inven- la política dei sexo va a integrarse dentro de toda esa política de la
tó lo que llamaré, por oposición a la anatomopolítica que he men- vida que negará a ser tan importante en el siglo XIX. EI sexo está en
cionado antes, la bíopolítíca. En este preciso momento es cuando la bisagra entre la anatomopolítica y la biopolítica, en la encrucija-
vemos aparecer problemas como los dei hábitat, las condiciones de da de las disciplinas y las regulacíones, y en esta función es como
vida en una ciudad, la higiene pública, la modificación de la rela- ha negado ser, ai final dei siglo XIX, una pieza política de primera
ción entre natalidad y mortalidad. Surge entonces la cuestión de magnitud para hacer de la sociedad una máquina de producción.
saber cómo podemos hacer que la gente tenga más hijos, en todo
caso cómo podemos regular el flujo de la población, cómo pode- *
mos regular igualmente la tasa de crecimiento de una población,
las migraciones. Y a partir de aqui toda una serie de técnicas de ob- M. Foucault: (Desean ustedes hacer alguna pregunta?
servación entre las cuales está evidentemente la estadística, pero
también todos los grandes organismos administrativos, económi- Un oyente: (Qué productividad pretende eI poder en las prisiones?
cos y políticos se encargan de esta regulación de la población. En la
tecnologia dei poder han tenido lugar dos grandes revoluciones: eI M. Foucault: Ésa es una larga historia. EI sistema de la prisión,
descubrimiento de la disciplina y el descubrimiento de la regula- quiero decir de la prisión represiva, la prisión como castigo, fue es- .
ción y eI perfeccionamiento de una anatomopolítica y eI de una tablecido muy tarde, prácticarnente a finales dei siglo XVIII. Con an-
biopolítica. terioridad a esa época, la prisión no era un castigo legal; se hacía
La vida nega a ser entonces, a partir dei siglo XVIII, un objeto de prisionera a la gente simplemente para retenerla antes de instruir-
poder. La vida y el cuerpo. Antes no había más que súbditos isu- les un proceso y no, salvo casos excepcionales, para castigarles. Pues
jets), sujetos (sujets) jurídicos a los que, por otra parte, se podia qui- bien, se crearon las prisiones como sistema de represión, afirmando
tar los bienes y también la vida. Ahora hay cuerpos y poblaciones. lo siguiente: la prisión será un sistema de reeducación de los crimi-
EI poder se hace materialista. Deja de ser esencialmente jurídico. nales, Después de una estancia en prisión, gracias a una domestica-
Debe tratar con cosas reales como son el cuerpo y la vida. La vida ción de tipo militar y escolar, vamos a poder transformar ai delin-
entra en eI dominio dei poder: mutación capital, una de las más im- cuente en un individuo que obedezca las leyes, Con su paso por la
portantes sin duda en la historia de las sociedades humanas; y es prisión, se buscaba la producción de individuos obedientes,
evidente que se puede ver cómo el sexo ha negado a ser, a partir de Ahora bíen, muy pronto, desde los primeros tiempos dei sistema
entonces, es decír; justamente a partir dei siglo XVIII, un elemen- de prisiones, se cayó en la cuenta de que no conducía de ninguna
to absolutamente capital, pues, en eI fondo, el sexo está colocado manera a ese resultado, sino que producía realmente un resultado
exactamente en el punto de articulación entre las disciplinas indivi- exactamente opuesto: cuanto más tiempo pasaba el individuo en
duales dei cuerpo y las regulaciones de la población. Cabe asegurar prisión, menos se reeducaba y era más delincuente. No solamente
la vigilancia de los individuos a partir dei sexo, y se puede compren- nula productividad, sino productividad negativa. En consecuencia,
der por qué en el siglo XVIII, y precisamente en los colegíos, la se- normalmente el sistema de prisiones hubiera debido desaparecer.
xualidad de los adolescentes se convirtió en un problema médico, Sin embargo ha permanecido, continúa y cuando preguntamos a la
un problema moral, casi un problema político de prímera impor- gente qué se podría instaurar en lugar de las prisíones, nadie res-
tancía, ya que a través -y bajo el pretexto de- ese control de la se- ponde.
xualidad, se puede vigilar a los colegiales, a los adolescentes a lo (Por qué siguen existiendo las prisiones a pesar de resultar con-
largo de su vida, en cada instante, incluso durante el sueüo. EI sexo traproducentes? Yo responderia: precisamente porque producen de-
LAS MAL LAS DEL PODER 249
248 ESTÉTICA, ÉTICA Y HERMENÊUTICA
cas que funcionan sobre la base de la delincuencia y, en esta medi-
lincuentes y la delincuencia tiene cierta utilidad económico-política da, la prisión que llega a fabricar un delincuente profesional tiene
en las sociedades que conocemos. Podemos desvelar fácilmente la su utilidad y su productividad.
utilidad económico-política de la delincuencia: primero, cuantos más
delincuentes haya, más crímenes habrá, cuanto más crímenes, Un oyente: En primer lugar, me gustaría expresar el placer que
más miedo habrá en la poblacíón, y cuanto más miedo haya, más me produce escucharle, verle, releer sus libros. Todas mis pregun-
aceptable, e incluso deseable, será el sístema de control policial. La tas se centran en la crítica que Dominique" le ha hecho: si da usted
existencia de ese pequeno peligro interno permanente es una de las un paso adelante más, dejará de ser un arqueólogo, e! arqueólogo
condiciones de aceptabilidad de este sistema de control, lo que ex- dei saber, si da ese paso, caerá en el materialismo histórico. Éste es
plica por qué en los periódicos, en la radío, en la televisión, en todos el fondo de la cuestión. A continuación, me gustaría saber por qué
los países dei mundo sin excepción alguna, se dedica tanto espacio afirma usted que los que sostienen el materialismo histórico y el
a la crimínalidad, como si cada día se tratase de una novedad. Des- psicoanálisis no están seguros de sí mismos, no están seguros de la
de 1830, en todos los países de! mundo se han desarrollado campa- cientificidad de sus posiciones. Lo primero que me sorprende,
nas sobre e! tema dei crecimiento de la delincuencía, hecho que no después de haber leído acerca de la diferencia entre refoulement y
ha sido demostrado nunca; pero esta supuesta presencia, esta ame- répression." diferencia que no tenemos en nuestro idioma, es que
naza, este crecimiento de la delíncuencia, es un factor de acepta- usted comience a hablar de represión general sin distinguirla de re-
ción de los controles. [oulement . Realmente me sorprende. La segunda sorpresa es que
Sin embargo, esto no es todo. La delincuencia es útil económi- en el intento de trazar una anatomía de lo social apoyándose en la
camente. Vean la cantidad de tráficos perfectamente lucrativos e disciplina en el ejército, utilice usted la misma terminología que hoy
inscritos en la ganancia capitalista que pasan por la delincuencia: utilizan los abogados en Brasil. En el congreso de la OAB' que se ha
la prostitución, por ejemplo -todo el mundo sabe que el control desarrollado últimamente en Salvador, los abogados empleaban
de la prostitución en todos los países de Europa (no sé si esto ocu- con frecuencia las palabras «compensar» y «disciplinar» para defi-
rrirá también en Brasil) es ejercido por gente cuya profesión se lIa- nir su función jurídica. Curiosamente, usted usa los mismos térmi-
ma proxenetismo y todos ellos son ex delincuentes cuya función es nos para hablar dei poder, utiliza el mismo lenguaje jurídico. Lo
canalizar los beneficios recibidos a partir dei placer sexual hacia que le pregunto es si, por tanto, no cae en e! mismo discurso apa-
circuitos económicos tales como la hostelería, y hacia cuentas ban- rente de la sociedad capitalista, en la ilusión dei poder, discurso
carias-. La prostitución ha permitido que e! placer sexual de la que ahora comienzan a utilizar estos juristas. Así, la nueva ley de
gente lIegue a ser oneroso, y el marco en el que se desenvuelve ha las sociedades anónimas se presenta como un instrumento para
permitido derivar el beneficio dei placer sexual hacia determinados disciplinar los monopolíos, pero lo que representa realmente es un
circuitos. EI tráfico de armas, el tráfico de drogas, en síntesis toda preciado instrumento tecnológico muy avanzado que obedece a de-
una serie de tráficos que, por una razón u otra, no pueden ser efec- terminaciones independientes de la voluntad de los juristas, a sa-
tuados directa y legalmente en la socíedad, pasan por la delincuen- ber, las necesidades de reproducción dei capital. Adernás, en este
cia, que de esta forma los asegura. sentido me sorprende que, a la par que usted establece una dialécti-
A esto hemos de aüadir e! hecho de que la delincuencia sirve ca entre tecnología y disciplina, use la misma terminología. Y mi
masivamente en el siglo XIX, y continúa haciéndolo en el siglo xx, última sorpresa es que tome la población como elemento de análi-
para toda una serie de operaciones políticas, tales como abortar las
huelgas, infiltrarse en los sindicatos obreros, servir de mano de d El participante se refiere al artículo de Dominique Lecourt «Sur l'archéologie

obra y de guardia personal para los jefes de los partidos políticos, et le savoir», La Pensee, n° 152, agosto de 1970, págs. 69-87, reproducido en Lecourt
(D.), Pour une critique de í'epistemoícgie, Paris, Maspero, cal. «Théories», 1972,
incluidos los más y los menos dignos. Aquí estoy hablando más
pégs. 98-183 (trad. cast.: Para una crítica de la epistemologia, México, Sigla XXI,
concretamente de Francia, donde los partidos políticos tienen una 1973. pãgs. 97-130).
mano de obra que va desde los que pegan carteles hasta los mato- e Aparecen también en francés en el original en portugués.
nes, mano de obra que está formada por delincuentes. De este f Orden dos Advogados do Brasil: Orden de los Abogados de Brasil.

modo tenemos toda una serie de instituciones económicas y políti-


250 ESTÉTICA, ÉTICA Y HERMENÉUTICA LAS MALLAS DEL PODER 251
sis social, volviendo así a un período anterior a aquel en que Marx sión, no piensa en la represión general, piensa más bien en cierto
critica a Ricardo. mecanismo constitutivo deI deseo; pues, para Freud, dice Lacan, no
hay deseo no reprimido (refoulé): el deseo no existe como deseo más
M. Foucault: Hay un problema de tiempo. De todas formas, nos que porque es reprimido y porque lo que constituye el deseo es la
vamos a reunir maüana por la tarde a partir de las 15,30 horas, y en- ley, y así extrae de la noción de ley la noción de represión.
tonces, mejor que ahora, podremos discutir extensamente estas im- Hay, en consecuencia, dos interpretaciones: la interpretación
portantes cuestiones. Voy a intentar responder brevemente a las por la represión y la interpretación por la ley, que de hecho des-
dos preguntas y maüana, si le parece bíen, las plantea usted de nue- criben dos fenómenos o dos procesos absolutamente diferentes. Es
vo. (De acuerdo? Vayamos aI tema general de la pregunta. Del pro- verdad que en Freud, y según deI texto de que se trate, puede ser
blema de Lecourt y deI materialismo histórico hablaremos máfia- utilizada la noción de represión en un sentido o en otro. No he ha-
na, pero sobre los otros dos puntos, tiene usted razón, pues se blado más que de represión general para evitar este difícil proble-
refieren a lo que he afirmado esta mafiana. En primer lugar, no he ma de interpretación freudiana, ya que los historiadores de la se-
hablado de represión (refoulement), he hablado de represión ge- xualidad no han utilizado nunca otra noción que la de represión
neral (répression),' de prohibición y de ley. EUo se debe aI carácter general, y esto por una razón muy sencilla: esta noción hace apare-
necesariamente breve y alusivo de lo que puedo decir en tan poco cer los contornos sociales que determinan la represión. Así pues,
tiempo. EI pensamiento de Freud es, en efecto, mucho más sutil podemos hacer la historia de la represión a partir de la noción de
que la imagen que he dado aqui. En torno a esta noción de repre- represión general, mientras que a partir de la noción de prohibi-
sión se sitúa el debate entre, digamos, grosso modo, Reich y los rei- ción -que, en cierto modo, es más o menos isomórfica en todas las
chianos, Marcuse y, por otro lado, los psicoanalistas más propia- sociedades- no podemos hacer la historia de la sexualidad. Por
mente tales, como Melanie Klein y sobre todo Lacan, Pues la noción esta razón he evitado la noción de represión y he hablado única-
de represión puede ser utilizada por un análisis de los mecanismos mente de represión general.
sociales de la represión general, sosteniendo que la instancia que En segundo lugar, me sorprende mucho que los abogados utili-
determina la represión es una determinada realidad social que se cen la palabra «disciplina» -en cuanto a la palabra «compensar»,
impone como principio de realidad y provoca inmediatamente la re- no la he empleado ni una sola vez-o Desde esta perspectiva me
presión. gustaría decir lo siguiente: creo que, a partir de la aparición de lo
A grandes rasgos, es un análisis reichiano modificado por Marcu- que he denominado biopoder o anatomopolítíca, vivimos en una
se con la noción de hiperrepresión isur-repression)." Y deI otro lado, sociedad que está dejando de ser una sociedad jurídica. La socie-
tiene usted a los lacanianos que retoman la noción de represión y dad jurídica ha sido la sociedad monárquica. Las sociedades euro-
afirman: no se trata de nada de eso, cuando Freud habla de repre- peas que van dei siglo XII aI XVIII han sido esencialmente sociedades
jurídicas en las que el problema deI derecho era el problema funda-
g El término refoulement alude a la represión generada por las instancias psíqui- mentaI: se combatía por él, se hacían revoluciones por él. A partir
cas deI sujeto, mientras que répression se refiere a la represión ejercida por un poder deI siglo XIX, en las sociedades que se presentaban como socieda-
de tipo institucional o social. No vale, en todo caso, la caricatura de identificarlos, des de derecho, con Parlamentos, legislaciones, códigos y tribuna-
respectivamente, con una represión interior y una represi6n exterior. Tampoco les, de hecho había un mecanismo de poder completamente distin-
parece adecuado aludir a répression sólo en términos de censura. Se trata en ambos
casos de represión. EI asunto es el mutuo juego y relación entre «refoulement», que to que se infiltraba, que no obedecía a formas juridicas y que no
traducimos por «represián», y «repression», que vertemos por «represión general». La tenía como principio fundamental la ley, sino más bien eI principio
represi6n puede ser tal que la represión general se vuelva deseada, dejando de ser de la norma, y ya no tenía como instrumento los tribunales, la ley y
consciente. Así. la represíón llega a ser un medío aI servicio de la represiôn general.
(Véase Deleuze (G.), Anti-Oedipe, París, Mínuit. 1972, pág. 139; trad. cast.: El anti-
Edipo, Barcelona, Paidós, 1985, pág. 125). Foucault recuerda que tambtén algunos h Un excedente de represión. Mais-repressao, díce el texto portugués. Véasc.
han seãalado que la represión puede resultar de una determinada realidad social Marcuse (H.), Eros and Civilization. A Philosophical lnquiry into Freud, Londres,
que se impone como principio de realidad. Cabe hacer, en todo caso, una historia de Routledge and Paul Keagan, 1956 (trad. cast.: Eros y civilizacíón, Barcelona, Ariel,
la represión a partir de la noción de represión general. (N. del ed.) 1984).
252 ESTÉTICA. ÉTICA Y HERMENÊUTICA LAS MAL LAS DEL PODER 253
el aparato judicial, sino la medicina, los controles sociales, la psi- pocas palabras, se trata de una implicación permanente de dos mo-
quiatria y la psicología. Estamos, por tanto, en un mundo disciplí- vimientos que están de alguna manera engranados el uno en el otro.
nario, en un mundo de la regulación. Creemos que estamos aún en Y ahora la otra pregunta, la que se refería aI hecho de que las re-
un mundo de la ley, pero de hecho se trata de un tipo diferente de laciones de poder tienen (.. .)i cuando el placer y el poder están de
poder que está en vías de constitución, por medio de enlaces que ya acuerdo. Éste es un problema muy importante. Lo que quiero seüa-
no son jurídicos. De este modo, es perfectamente normal que en- lar en resumidas cuentas es que esto es precisamente lo que parece
cuentre la palabra «disciplina» en boca de abogados, incluso es in- caracterizar los mecanismos empleados en nuestras sociedades, lo
teresante ver, respecto a un punto concreto, cómo la sociedad de la que hace que asimismo no podamos decir, sin más, que el poder tie-
normalización (... )i a habitar y aI mismo tiempo provocar la disfun- ne como función impedir y prohibir. Si admitimos que el poder sólo
ción de la sociedad de derecho. tiene como función prohibir, estamos obligados a inventar otros ti-
Vean lo que ocurre en el sistema penal. No sé qué sucede en Bra- pos de mecanismos -Lacan tuvo que hacerlo y los dernás tam-
sil, pero en los países de Europa como Alemania, Francia y Gran bién- para poder decir: «Vean, nos identificamos con el poder»:
Bretana prácticamente no existe un solo criminal de cierta impor- así indicamos que hay una relación masoquista de poder que se es-
tancia, y pronto no habrá una sola persona, que aI pasar por los trí- tablece y que hace que amemos aI que prohíbe. Pero, por el contra-
bunales penales, no pase también por las manos de un especialista rio, si se admite que la función deI poder no es esencialmente la de
en medicina, en psiquiatría o en psicología. Esto sucede porque vi- prohibir, sino la de producir, producir placer, en este momento se
vimos en una sociedad donde eI crimen no es simple ni esencial- puede comprender a la vez cómo podemos obedecer aI poder y en-
mente la transgresión de la ley, sino más bien la desviación con res- contrar en esta obediencia un placer que no es necesariamente ma-
pecto a la norma. En lo relativo a la penalidad, ahora no se habla soquista. Los nifios nos pueden servir de ejemplo. Creo que la
más que en términos de neurosis, de desviación, de agresividad, de manera en que se ha hecho de la sexualidad de los nínos un pro-
pulsión, como usted bien sabe. Así pues, cuando hablo de discipli- blema fundamental para la familia burguesa deI siglo XIX ha dado
na, de normalización, vuelvo a caer en un plano jurídico; por el lugar y ha posibilitado un gran número de controles sobre la fami-
contrario, los hombres dei derecho, de la ley, los juristas, son los lia, sobre los padres, sobre los hijos, y ha creado aI mísmo tiempo
que se ven obligados a emplear este vocabulario de la disciplina y toda una serie de placeres nuevos: el placer de los padres de vigilar
de la normalización. El que se hable de disciplina en el congreso de a los hijos, el placer de los hijos de jugar con su propia sexualidad,
la OAB no hace sino confirmar lo que he dicho, y no que yo caiga contra sus padres y con sus padres, toda una nueva economía deI
en una concepción jurídica. Son ellos los que se han desplazado. placer en torno aI cuerpo deI nino. No es necesario decir que los pa-
dres, por masoquismo, se identifican con la ley...
Un oyente: <,Cómo ve usted la relación entre saber y poder? <,La
tecnología deI poder provoca la perversión sexual o lo hace la anar- Una oyente: No ha respondido usted a la pregunta que se le ha-
quía biológica natural que existe en eI hombre? bía formulado sobre la relación entre saber y poder, y dei poder que
usted, Michel, ejerce a través de su saber.
M. Foucault: Sobre este último punto, es decir, sobre lo que moti-
va, lo que explica el desarrollo de esta tecnología, no creo que poda- M. Foucault: Gracias por recordarme la pregunta. En efecto, de-
mos decir que sea el desarrollo biológico. He intentado mostrar lo bemos plantear esta cuestión. Creo que -en cualquier caso, éste es
contrario, es decir, cómo esta mutación de la tecnología deI poder el sentido de los análisis que realizo, cuya fuente de inspiración se
forma parte deI desarrollo del capitalismo. Forma parte de ese desa- puede ver- las relaciones de poder no deben ser consideradas de
rrollo en la medida en que, por un lado, el desarrollo deI capitalismo una forma esquemática, deI tipo: por un lado existen los que tienen
es lo que ha hecho necesaria esta mutación tecnológica, pero, a su eI poder y, por otro, los que no lo tienen. Una vez más en esta cues-
vez, esta mutación ha posibilitado el desarrollo deI capitalismo; en tión, cierto marxismo académico utiliza con frecuencia la oposi-

i Laguna en la transcripción de la cinta, indicada en el texto brasfleno. j Nueva laguna en la transcripción de la cinta.
254 ESTÉTICA, ÉTICA Y HERMENÉUTICA

ción clase dominante versus clase dominada, discurso dominante


versus discurso dominado. Ahora bien, no encontraremos nunca
este dualismo en la obra de Marx sino que, por el contrario, se pue-
de hallar en pensadores reaccionarios y racistas como Gobineau,
que admiten que en una sociedad hay siempre dos clases, una do-
minada y otra que domina. Puede usted encontrar esto en muchos
lugares, pero nunca en Marx porque, en efecto, Marx es demasiado
astuto para admitir una cosa semejante; sabe perfectamente que lo
que hace sólidas las relaciones de poder es que no acaban nunca, 15. SUBJETIVIDAD Y VERDAD
no existen por un lado algunos y por otro muchos; dichas relacio-
nes pasan por todas partes: la clase obrera vuelve a transmitir rela-
ciones de poder, ejerce relaciones de poder. Por el hecho de ser es- «Subjectivité et vérité», Annuaire du College de France, 8]<' année,
tudiante, ya está usted inserto en una cierta situación de poder; yo, Histoire des systêmes de pensée, année 1980-1981,1981, págs. 385-389.
en tanto que profesor, estoy en una situación de poder. Estoy en
una situación de poder porque soy un hombre y no una mujer,
y, por el hecho de que usted sí lo es, se encuentra tambíén en una EI curso de este afio será objeto de una publicación próxima.
situación de poder, no la misrna, pero todos nosotros lo estamos Por tanto, será suficiente, por ahora, con ofrecer un breve resumen
igualmente. Podemos decir de cualquiera que sabe algo: «Usted delmismo.
ejerce el poder». Es una crítica estúpida en la medida en que se li- Con el título general de «Subjetivídad y verdad», se trata de ini-
mita a esto. Lo interesante es, en efecto, saber cómo en un grupo, ciar una indagación sobre los modos instituidos deI conocimiento
en una clase o en una sociedad funcionan las mallas deI poder, es de sí y sobre su historia: <,cómo ha sido establecido el sujeto, en di-
decir, cuál es la localización de cada uno en el hilo deI poder, cómo ferentes momentos y en diferentes contextos institucíonales, como
lo ejerce de nuevo, corno lo conserva, cómo le repercute. lo ha sido un objeto de conocimiento posíble, deseable o incluso in-
dispensable? <' Cómo la experiencia que se puede hacer de sí mismo
y el saber que de ello se forma han sido organizados a través de
ciertos esquemas? <,Cómo se han definido, valorado, aconsejado o
impuesto estos esquemas? Es evidente que ni el recurso a una ex-
periencia originaria ni el estudio de las teorías filosóficas del-alma,
de las pasiones o deI cuerpo pueden servir de eje principal en seme-
jante investigación. EI hilo conductor que parece más útil para lle-
var a cabo esta indagación está constituido por lo que podríamos
llamar «técnicas de sí», es decir, por los procedímíentos, existentes
sin duda en cualquier civilización, que son propuestos o prescritos
a los individuos para fijar su identidad, mantenerla o transformar-
Ia en función de cierto número de fines, y todo ello gracias a las rela-
ciones de dominio de sí sobre uno mismo o de conocimiento de
uno por sí mismo. En suma, se trata de volver a situar el imperati-
vo deI «conocerse a sí mísmo», que nos parece tan característico de
nuestra civilización, en la interrogación más amplia que le sirve
de contexto más o menos explícito: <,qué hacer de sí mismo?, <,qué
trabajo llevar a cabo sobre sí?, <,cómo «gobernarse» aI ejercer ac-
ciones en las que uno mismo es el objetivo de dichas acciones, el

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