Yacimientos Minerales Asociados A Procesos Metasomáticos e Hidrotermales

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YACIMIENTOS MINERALES ¿CÓMO SE FORMAN LOS

DEPÓSITOS MINERALES Y QUÉ TIPOS EXISTEN?


 Autor de la entrada:Ingeoexpert
 Publicación de la entrada:19 febrero, 2018
 Categoría de la entrada:Geología / Minería / News
 Comentarios de la entrada:2 comentarios
Habrás oído varias veces hablar de los yacimientos minerales, pero ¿Qué son?
¿Cómo se forman? ¿Conoces cuáles son las clases de depósitos minerales que
existen?
La Tierra guarda en toda su extensión elementos minerales que el hombre ha usado
desde siempre para innumerables fines. A  estos tesoros naturales se les conoce como
yacimientos minerales. ¿Sabes lo qué son, qué concentración tienen y dónde podemos
encontrarlos? Te lo contamos a continuación…

¿Qué es un yacimiento mineral?

Un yacimiento mineral es una concentración natural de minerales en la corteza


terrestre. La concentración de un determinado mineral se llama “grado” (ley) de un
yacimiento mineral. Dentro de la minería, un yacimiento mineral está clasificado por
grados de concentración de mineral lo suficientemente altos como para que sea
económico para la explotación minera extraerlos. Esencialmente, esto significa que por
tonelada de roca que contiene los minerales deseados, los costos de eliminar los
minerales de la roca y separar el elemento de los minerales son menores que el valor
del material por tonelada de roca. La roca que vale la pena extraer se llama mineral.

Relacionado: Curso de recursos minerales


Si bien los procesos naturales conducen a la concentración local de minerales
metálicos, los metales se distribuyen por toda la tierra, incluso en el agua de mar y los
organismos, incluidos nuestros propios cuerpos.

¿Cuáles son los yacimientos minerales más importantes?

Hay muchos procesos naturales que resultan en la concentración de minerales que


contienen minerales, creando yacimientos minerales. Estos son los más habituales:
1. Deposición de sales y minerales de la evaporación de lagos y agua de mar (por
ejemplo, depósitos de sal, nitrato y potasa)
2. Deposición química antigua del océano de minerales en el lecho marino. Por
ejemplo, el hierro se depositó en capas en el fondo del mar hace miles de millones
de años como el óxido mineral hematita. Hoy en día, estas capas de roca de hierro
rica se llaman formaciones de hierro con bandas y son una fuente importante de
mineral de hierro en Australia, Canadá y Brasil.
3. El asentamiento de minerales pesados como sulfuros u óxidos de cromo en el
fondo de una cámara de enfriamiento de magma fundido. Este proceso
gravitacional produce concentraciones de minerales pesados en la base de la
cámara. Muchos depósitos de níquel, sulfuro de platino y cromo se forman de esta
manera.
4. La erosión simple de las rocas puede dejar un residuo de suelo oxidado de
minerales metálicos concentrados. En ambientes tropicales, las rocas que no
tienen suficiente metal para ser extraídas se desgastan en un suelo llamado regolito
o laterita. Los óxidos de aluminio y níquel se pueden concentrar porque otros
elementos se han eliminado como parte del proceso a la intemperie. Los países
tropicales cosechan las recompensas de su clima al proporcionar al mundo su roca
rica en aluminio erosionada llamada bauxita, la fuente mundial de aluminio. Los
depósitos de laterita de níquel también se forman por la intemperie y proporcionan
gran parte del níquel del mundo.  
5. Los yacimientos minerales aluviales están formados por los estragos de la
intemperie en la tierra. Por ejemplo, los del  Himalaya están siendo arrastrados y
nivelados a un ritmo de 1 kilómetro de elevación cada millón  de años. Las rocas
que contienen minerales metálicos se degradan por este desgaste, se erosionan y
se transportan como partículas de granito, grava y arena en arroyos y ríos. Los
minerales más pesados como el oro, platino, estaño y uranio se depositan en el
fondo de las corrientes y ríos donde se concentran. Esta es la razón por la que los
lechos de arroyos, antiguos y actuales, son donde los buscadores buscan pepitas de
oro y otros minerales de metales pesados.
6. Los yacimientos minerales hidrotermales se forman cuando los minerales se
depositan y se concentran a partir de aguas calientes (hidrotérmicas) que se
sobrecalientan mediante el magma fundido y ascienden a     la primavera en la
superficie de la tierra. Los minerales de sulfuro metálico que depositan las aguas
termales generalmente se concentran  en las grietas y fallas a lo largo de las cuales
los fluidos ascienden a la superficie.     La mayoría de los depósitos de metal de oro,
plata, cobre, plomo, zinc y molibdeno se forman de esta manera. Los géiseres como
Old Faithful en Yellowstone son la manifestación superficial de estos sistemas   
hidrotermales que pueden proporcionar energía geotérmica y recursos  minerales.
Pero los respiraderos hidrotermales no solo ocurren en tierra; pueden ventilar en el
océano donde se les llama “fumadores negros”. Los   fumadores negros activos hoy
depositan montones de minerales de hierro, cobre, zinc, plomo, plata y sulfuro de
oro en vastas áreas del fondo del mar. Al igual que las aguas termales geotérmicas
en la tierra, son   análogos modernos de depósitos minerales antiguos que se
formaron de la misma manera. Vea el excelente vídeo a continuación para tener
una mejor comprensión de estas notables características que salpican el lecho
marino.
 

Ahora ya sabemos más sobre los yacimientos minerales que se forman en la corteza
terrestre y qué aportan a los seres humanos a la hora de extraerlos e incorporarlos a la
vida del Hombre en la Tierra. En otro post abundaremos sobre los yacimientos
minerales en España, pero mientras, si quieres dejar algún comentario al respecto de
este post, estaremos encantados de leerlo y responderte. ¡Anímate!

----------------------Otro autor----------------

Yacimientos o depósitos minerales


En términos generales los yacimientos minerales se pueden definir como
acumulaciones naturales de minerales que son de interés para las diferentes
industrias.
Es decir que estos minerales serán utilizados para generar beneficios
económicos, sociales y tecnológicos.

Sin embargo, se tiene una tendencia a confundir conceptos entre lo que


significa un yacimiento mineral y un depósito mineral.

Cambe mencionar que ambos conceptos son diferentes, pero van de la mano.

¿Qué vas a encontrar aquí?  ocultar 


1 Tipos de yacimientos minerales
2 ¿Cuál es la diferencia entre un yacimiento mineral y un depósito mineral?
3 Los yacimientos minerales y la tectónica de placas
4 Origen de los yacimientos minerales

Tipos de yacimientos minerales


Primeramente, presentamos algunos depósitos o yacimientos que se han
escrito en este blog, puedes dar clic sobre el nombre de cada uno y te llevará a
un artículo sobre aquel depósito.

Pórfidos cupríferos Epitermales de baja sulfuración


Epitermales de alta sulfuración Epitermales
Los criterios utilizados para clasificar los depósitos minerales varían
ampliamente.
Como una clasificación perfecta es utópica, se puede aplicar una gran cantidad
de elementos.
Una clasificación aceptada implica que se ha derivado de la aplicación
sistemática de ciertos principios.
Debe ser comprensible para el usuario y debe estar abierto para que se
puedan agregar nuevos tipos de depósitos minerales en el futuro.
Los geólogos generalmente clasifican los depósitos de mineral de acuerdo con
1. Commodities o metales de interés
2. Configuración tectónica
3. Configuración geológica
4. Modelo genético en la génesis del depósito mineral
5. Otros aspectos (por ejemplo, la forma del depósito, temperatura de
formación de minerales, etc.).
La clasificación de los depósitos minerales basada en los principales sistemas
de proceso de la Tierra es muy fácil.
Las rocas se clasifican universalmente como ígneas, sedimentarias y
metamórficas, y estas expresan los procesos fundamentales activos en la
corteza terrestre.

Del mismo modo, dado que los minerales son rocas, a menudo pueden
asociarse con cada tipo de roca.

Por lo tanto, este carácter (ígneo, sedimentario o metamórfico) puede


representar una buena base para la clasificación, ya que refleja el proceso
genético involucrado en la formación del depósito mineral.

En este sentido, la figura de abajo muestra una clasificación genética para


depósitos minerales que muestra los principales grupos de procesos de
formación y modificación de minerales.

La clasificación destaca las categorías de procesos de formación de mineral y


la sobreimpresión posterior que pueden sufrir los depósitos.

En resumen, vincular los tipos de depósitos directamente a los procesos de


formación de minerales y génesis es sin duda la forma preferida de clasificar a
los yacimientos minerales.
Proporciona mejores criterios para comprender los depósitos con respecto a las
características asociadas, como su asociación con suites de rocas ígneas,
patrones de alteración, etc.

Esto conducirá a modelos de exploración más eficientes para su


descubrimiento y evaluación.

Sin embargo, se necesitan modelos descriptivos en términos prácticos para


ayudar a los ingenieros en la evaluación de depósitos particulares: elección de
la herramienta de exploración, elementos para analizar en la exploración
geoquímica, etc.

¿Cuál es la diferencia entre un yacimiento mineral y un depósito mineral?


Los depósitos minerales son las acumulaciones de minerales que son de
interés para obtener su beneficio, es decir son de interés para realizar algún
tipo de explotación minera.

Sin embargo, para que un depósito mineral sea llamado yacimiento, es


necesario que cumpla con ciertas exigencias.

Un yacimiento mineral debe ser rentable para ser explotado y que genere
beneficios económicos a los inversionistas y al estado, además de a las
personas que viven cerca del posible yacimiento.

Por lo tanto, para que un depósito mineral se convierta en yacimiento deberá


cumplir con los siguientes parámetros:

 Composición
 Ubicación
 Forma
 Tamaño de las reservas
 Calidad
 Aspectos políticos y sociales
En cuanto a la composición los yacimientos minerales deben ser masas
homogéneas, en donde sea relativamente fácil discriminar entre los minerales
de mena y la ganga.

En donde la mena corresponde al grupo de minerales de interés económico.

Mientras que los minerales de ganga no tienen un interés económico.

Por lo tanto, en la composición del yacimiento los minerales de mena deberían


tener una concentración apta o mayor en relación a los minerales de ganga.
Con respecto a la ubicación, el depósito mineral debe encontrarse en zonas
relativamente accesibles en donde la inversión en la construcción de accesos
no sea muy representativa.

También dependiendo del tipo de metal de interés, la explotación será más fácil
entre más cerca de la superficie se encuentre la concentración del mineral de
interés.

Además, se recomienda que el posible yacimiento se encuentre lejano a zonas


urbanas o comunidades y de zonas naturales protegidas.

En cuanto a la forma, a manera general los depósitos minerales suelen ser


irregulares hacia profundidad y extensión.

Sin embargo, dependiendo del tipo de depósito, se pueden distinguir formas a


manera de vetas (Epitermales), una combinación de vetiformes y diseminados
(pórfidos cupríferos), diseminados (pórfidos), a manera de mantos o estrato
ligados y bolsonadas.
Además, para que un depósito sea considerado yacimiento, debe ocurrir en
volúmenes suficientes para que merezca su extracción y sea rentable, es decir
debe haber suficiente cantidad de reservas.

Las reservas es la cantidad de mineral, metal o material que se puede extraer


del total de volumen, del cual se obtendrá un beneficio económico.

Un yacimiento mineral siempre debe tener un mínimo de reservas que justifique


la inversión de capital.

Finalmente, los aspectos políticos y sociales deben estar a favor de la


extracción del mineral, metal o material de interés mediante algún método de
explotación minera.

Si una de estas partes no está de acuerdo, la explotación no será factible y el


depósito mineral, no se consideraría como yacimiento mineral.

Los yacimientos minerales y la tectónica de placas


El estudio de las relaciones entre los depósitos minerales y la tectónica de
placas ha sido particularmente exitoso para muchos tipos de depósitos (p. Ej.,
Depósitos de pórfido de cobre, depósitos de sulfuro masivos alojados en
volcanes y mucho más) pero otros (p. Ej., depósitos de sulfuro masivo y sulfuro
de Ni del precámbrico) aún no pueden asignarse fácilmente a procesos
tectónicos de placas específicos.
Tipos de yacimientos minerales en diferentes ambientes geológicos

Es importante tener en cuenta la influencia general de la tectónica de placas en


cada grupo de depósitos minerales.

Es así que, por ejemplo, los pórfidos cupríferos, y yacimientos epitermales (de
alta y baja sulfruación), estarán asociados con zonas de subducción y bordes
convergentes de placas, debido a que su formación necesita fluidos
hidrotermales dinámicos y control estructural que solo es posible en márgenes
activos.

Mientras que los depósitos de placeres, kimberlitas (diamantes) e incluso el


uranio, necesitan de márgenes pasivos, donde el tectonismo sea mínimo para
que se pueda dar su formación.

Así mismo depósitos como VMS, sedex, carbonatitas y depósitos de Ni,Cr, son
mas susceptibles a formarse en bordes divergentes de placas o donde la
corteza continental u oceánica empieza a adelgazarse por procesos
magmáticos más profundos.

Dado que los depósitos minerales pueden separarse comúnmente en aquellos


originados por procesos endógenos y aquellos formados por procesos
superficiales, se propone que:

 Los depósitos formados por procesos endógenos están invariablemente


asociados con procesos térmicos y, en general, pueden relacionarse
más fácilmente a eventos magmáticos y tectónicos instigados por la
actividad de las placas tectónicas
 Mientras que los depósitos formados por procesos superficiales como la
meteorización o la sedimentación marina superficial mostrarán
relaciones con su entorno tectónico menos fuertes.
Además, dado que la mayoría de los depósitos minerales se concentran por
procesos químicos subsuperficiales relacionados con magmas y aguas
calientes, así como por procesos químicos y físicos cercanos a la superficie,
como la erosión y la evaporación, estos procesos son mucho más comunes en
la corteza continental y sus productos están mejor conservados allí porque los
continentes están “flotando” en el manto.

En contraste, la corteza oceánica se hunde nuevamente en el manto en las


zonas de subducción.

Por lo tanto, la corteza oceánica más antigua conocida tiene solo unos 200
millones de años, mientras que las rocas más antiguas de los continentes
tienen aproximadamente 4 mil millones de años.

En consecuencia, la corteza continental es la que sirve para estudiar la historia


de la Tierra.

Origen de los yacimientos minerales


Básicamente los yacimientos minerales se originan por procesos geológicos
que ocurren al interior de la corteza terrestre y en el exterior de la corteza
terrestre.

A los procesos geológicos que forman yacimientos minerales en el interior de la


corteza terrestre (endógenos) están relacionados a los procesos magmáticos
(vulcanismo, procesos hidrotermales), intrusiones ígneas, fluidos
mineralizantes asociados al asenso del magma y procesos metamórficos.
Con respecto a los procesos geológicos que forman yacimientos minerales en
el exterior de la corteza terrestre (exógenos), están relacionados a los procesos
sedimentarios (detrítica, química, orgánica) y procesos de meteorización,
erosión, transporte, ademas de lixiviación.
Yacimientos minerales asociados a procesos
metasomáticos e hidrotermales
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hidrotermales

Yacimientos minerales asociados a procesos metasomáticos e hidrotermales


By Redacción Geoquantics | Sin categorizar | 0 comment | 14 octubre, 2019 | 4
Extracto de uno de los módulos del «Curso de Análisis y caracterización de rocas ígneas
y metamórficas y sus recursos naturales asociados«, que se imparte en el centro de
formación Ingeoexpert, de la mano de Enrique Merino Martínez.
Los procesos metasomáticos y/o hidrotermales suelen generar numerosos depósitos
minerales debido a la acción de fluidos a alta temperatura, procedentes
principalmente de la intrusión de rocas ígneas, o asociado a la deshidratación durante
procesos de metaforismo. Estos fluidos pueden movilizar elementos en disoluciones
iónicas o como compuestos coloidales, o reemplazar y transformar los minerales en
otras formas cristalinas, tal como magnetita, hematites, calcopirita, galena, grafito,
corindon, granates cinabrio, siderita o blenda. El descenso de la temperatura tras el
lixiviado de las rocas induce la deposición de minerales de interés econó- mico. Existen
diversos tipos de yacimientos minerales asociados a la acción de fluidos y a la
movilización de elementos, algunos de ellos ligados a procesos volcánicos, descritos
previamente. A continuación se describen los principales depósitos relacionados con
eventos hidrotermales y/o metasomáticos.
1. Yacimientos piro-metasomáticos (de tipo Banat)
Los yacimientos piro-metasomáticos se originan debido a procesos de metasomatismo
a elevada temperatura, asociado a la intrusión de rocas ígneas a alta temperatura. La
mineralización se genera alrededor de la in- trusión, dependiendo de la porosidad y la
naturaleza de la roca encajante. Los últimos líquidos residuales de los magmas,
enriquecidos en volátiles, pueden transportar el hierro y originar yacimientos en las
rocas encajantes. Los vapores ricos en Cl transportan el Fe en forma de cloruro férrico
que, en contacto de rocas carbonatadas, de carácter reductor, originan este tipo de
yacimientos. Los minerales comúnmente originados en estos yacimientos son óxidos
de elementos metálicos, principalmente de hierro (magnetita, oligisto, ilmenita), y
sulfuros (pirita, calcopirita, pirrotina, blenda, mispíquel, molibdenita, galena),
pudiendo originar grandes depósitos minerales. Estos yacimientos se pueden
encontrar asociado a rocas plutónicas máficas (gabros y dioritas) in- truidas en rocas
calizas en Banat de Temesvar (Rumanía), en el arco occidental de los Alpes de
Transilvania, en los que se encuentran importantes yacimientos de hierro, cobre, cinc y
plomo, o en los Urales, en los que se encuentran también importantes yacimientos de
Fe (magnetita en forma de lentejones) asociado a la aureola de contacto de granitos y
sienitas de edad Varisca en calizas y tobas volcánicas corneanizadas. Otros yacimientos
de este tipo se encuentran en la Isla de Elba (Italia), en Cornwall en los Apalaches, en
Uixan (Marruecos) y al sur de Badajoz (España).

2. Yacimientos neumatolíticos
Los yacimientos neumatolíticos se originan por reemplazamiento metasomático a alta
temperatura, disolución parcial, reemplazamiento químico y depósito a partir de los
fluidos mineralizantes a temperaturas entre 600 y 400 ºC. Los depósitos
neumatolíticos están condicionados por la composición del protolito y roca encajante,
el mecanismo de circulación de fluidos y la temperatura de formación, diferenciándose
yacimientos de skarn y de greissen.

2.1. Yacimientos de tipo skarn


En rocas carbonáticas, las acciones de soluciones hidrotermales hipercríticas originan
depósitos metasomá- ticos de tipo skarn, de morfología irregular, condicionada por la
zona de contacto entre ambas rocas, cuya mi- neralogía está influenciada por la
geoquímica de la roca ígnea, de la roca encajante y el ambiente de formación (Fig. 1).
Los skarns suelen estar zonados, compuestos por una zona de reemplazamiento
dentro de la roca intrusiva, en la que se generan minerales calcosilicatados
(endoskarn), y otra en las propias rocas carbonáti- cas (exoskarn) (Fig. 2). De esta
forma se originan rocas ricas en silicatos cálcicos en el contacto con la roca intrusiva,
tales como epidota, anfíboles, piroxenos y granates cálcicos, pudiendo presentar
concentraciones de minerales metálicos de interés económico, tales como scheelita,
casiterita, fluorita, calcopirita, blenda, galena, magnetita o hematites. La extensión del
skarn y de las zonas mineralizadas depende de la profundidad y de la permeabilidad
y/o fracturación de las formaciones encajantes, ocurriendo mayores mineralizaciones
en áreas epizonales.
La intrusión de magmas y su emplazamiento en rocas carbonáticas induce un
metamorfismo de contacto inicial sin participación de soluciones magmáticas,
formando minerales de interés industrial, aunque de poca importancia económica, y
convirtiendo las rocas carbonáticas en mármoles y calizas cristalinas. Posteriormen- te,
se genera el skarn de alta temperatura (750-600 ºC), formando silicatos cálcicos y
magnésicos, que a medida que se produce el enfriamiento de los líquidos residuales,
inducen la formación de skarns de baja temperatura (450-300ºC), donde los minerales
formados son reemplazados por silicatos hidratados, feldespatos y carbona- tos, y se
produce la precipitación de sulfuros y óxidos metálicos (Fig. 18). Dependiendo de la
roca intrusiva y del ambiente tectónico, se generan distintos tipos de depósito (Fig.
17):
Skarns de Fe: relacionados con magmas básicos a intermedios, típicos de arcos de islas
oceánicas, asocia- dos a plutones ricos en hierro emplazados en calizas y rocas
volcánicas ricas en calcio. Se forman silicatos cál- cicos (granate y piroxeno,
principalmente, con epidota, elvaita y actinolita menores), óxidos de Fe (magnetita y
hematites) y sulfuros de Fe y Cu, en ocasiones con Au. Pueden presentar pequeñas
cantidades de Co y Ni. Los skarns magnésicos ricos en Mg se asocian a la intrusión de
rocas plutónicas en diversos ambientes tectónicos, emplazadas en rocas dolomíticas.
Los principales minerales formados son ricos en Mg y algo de Fe, tal como forsterita,
diópsido, periclasa, talco y serpentina. Como estos minerales no contienen mucho
hierro, la solución rica en Fe tiende a formar magnetita
Skarns de W: relacionados con magmas dioríticos, asociados a procesos de subducción
y de rifting conti- nental. Suele formarse scheelita predominantemente, junto con
otras muchas fases oxidadas y sulfuradas ricas en elementos metálicos (p.e.,
magnetita, pirrotina, pirita, molibdenita, calcopirita, blenda, bismutina).
Skarns de Cu: asociados a rocas plutónicas de composición variada, generalmente en
contextos tectó- nicos de subducción. Comúnmente se relacionan con granitos calco-
alcalinos de tipo I, asociados a un arco magmático formado por subducción entre
corteza continental y oceánica, con rocas volcánicas cogenéticas. Estos skarns se
presentan generalmente zonados, con granate (grosularia), vesubianita y wollastonita
hacia el
contacto con el cuerpo intrusivo, y piroxenos en la zona más alejada de la intrusión. Se
genera calcopirita y bornita principalmente, junto con pirita, pirrotina, esfalerita,
molibdenita y óxidos de Fe.
Skarns de Pb-Zn: asociados a intrusiones menores y a materiales extrusivos, en
contextos de subducción continental. Se suelen encontrar minerales ricos en Fe, Mn,
Zn, Na y K. Los skarns de cinc se relacionan con zonas de subducción o rifting
continental. La mineralogía formada es muy variada, encontrándose granate, oli- vino,
piroxenos, elvaíta, piroxenoides, anfíboles, clorita y serpentina. En estos yacimientos
no solo se explota el cinc y el W, sino también plomo y plata a partir de sulfuros.
Skarns de Sn-W: relacionados con la intrusión de magmas diferenciados, en las últimas
etapas del proceso orogénico, tanto en contextos de subducción como de rifting
continental. Los skarns de W se suelen encontrar dentro del continente asociados a
plutones calco-alcalinos en cinturones orogénicos, encontrándose una mineralogía
consistente hedenbergita, granate (andradita), biotita, pirrotita, sheelita, esfalerita,
arsenopirita y en ocasiones molibdenita.
Skarns de Mo: asociados con la intrusión de fundidos graníticos diferenciados
(leucogranitos, pegmatitas y aplitas) en arcillas carbonatadas o rocas calcáreas
clásticas. El Mo también aparece relacionado con skarns de Cu y de Sn-W. Los skarns
de Mo suelen contener diversos elementos metálicos asociados, tal como W, Cu, Zn,
Pb, Bi, Sn y U. La mineralogía formada consiste en piroxeno de tipo hedenbergita,
anfíbol, granate, wollastonita y fluorita.
Skarns de Au: la mayoría de los depósitos de skarn contienen pequeñas cantidades de
Au asociado. La ma- yoría se encuentran relacionados con depósitos de Cu, Pb-Zn y de
Fe. Los depósitos de Au reducidos, asocia- dos a procesos reductores, son los más
rentables económicamente, presentando altos contenidos en arsénico, bismuto y
teluro, y ocurrencias minerales de ilmenita, pirrotita, esfalerita, y galena-bismutinita-
argentita. Estos depósitos se suelen asociar a alteraciones retrógradas tardías,
incluyendo abundante feldespato K y cuarzo, considerándose como transición a otros
tipos de mineralización de oro epitermal.

Figura 1. Ambientes de formación de skarns en contextos compresivos (arcos isla oceánicos y márgenes
continentales) y distensivos (rifting continental), en relación con la intrusión de magmas en rocas
carbonáticas (calizas y dolomitas) y procesos de metasomatismo por liberación de fluidos (modificado
de Meinert, 1992). A) Subducción de corteza oceánica y formación de cuenca de tras-arco. B)
Subducción de corteza oceánica con bajo ángulo. C) Subducción de corteza oceánica con mayor ángulo.
D) Zona de rifting continental.

Figura 2. A) Etapas de formación de un yacimiento de tipo skarn (Evans, 1993). B) Zonado en un


yacimiento de skarn, mostrando la zona de endoskarn y exoskarn. La zona distal presenta piroxeno,
mientras que en la zona proximal (roca marmórea) se encuentra idocrasa (o piroxenoides: wollastonita,
bustamita, o rodonita). Modificado de Guilbert y Lowell (1974).

 
2.2. Yacimientos de tipo greissen
Los yacimientos de tipo greissen, al igual que los de tipo skarn, están relacionados con
la intrusión de rocas ígneas y percolación de fluidos a altas temperaturas. Sin embargo,
los yacimientos de tipo greissen se restringen a la intrusión de fundidos de
composición granítica, en los cuales se produce la alteración y mine- ralización de las
zonas periféricas o apicales de la propia roca ígnea debido al descenso de la presión y
rápida liberación de agua y volátiles acumulados a techo de la cámara magmática (Fig.
3). El metasomatismo aso- ciado a los fluidos ricos en sílice, expulsados por el fundido
granítico en etapas tardi-magmáticas, induce la silicificación de la roca y formación de
calcedonia, junto con la alteración de feldespato potásico en forma de agregados
micáceos microcristalinos (illita). En ocasiones se produce también la albitización de
feldespatos por fluidos ricos en Na. Estos fluidos suelen estar enriquecidos en Sn y W,
incluso Ta y Li, debido a la acción de la diferenciación, por lo que se suelen formar
minerales ricos en estos elementos (casiterita, wolframita, tan- talitia y lepidolita). Es
muy común que los yacimientos de tipo greissen estén asociados con otros
yacimientos filonianos de origen hidrotermal, y con mineralización de interés
económico (Fig. 3).

Figura 3. Modelo de yacimiento de tipo greissen y alteración y mineralización asociada en una cúpula
granítica (cúpula de El Trasquilón, Cáceres, España; http://copromi.es/permiso-de-investigacion-la-
cupula/).

3. Yacimientos hidrotermales
Los yacimientos hidrotermales están ligados a la acción de fluidos a elevada
temperatura en las últimas fases de consolidación de los magmas. Los fluidos suelen
presentar un carácter ácido debido a la presencia de sílice en disolución, lo que
favorece la movilización de distintos compuestos en forma de disoluciones ióni- cas.
Estos elementos suelen ser aquellos que no han participado en la formación de fases
minerales y que han quedado en el residuo tras diferentes procesos de diferenciación
y cristalización fraccionada, tales como Cu, Ag, Pb, Zn, Cd, Ba, Hg, As, Sb, Bi, Mo, Sn, W,
Mn, S, Se y Te. La expulsión de los fluidos se ve favorecida por estructuras tectónicas
(p.e., fallas) y planos de debilidad estructural, formando normalmente estructuras
lineares denominadas filones. Los filones pueden ser estratificados, depositándose los
minerales en capas su- cesivas desde los bordes hacia el centro de la cavidad, hasta
que se rellena completamente, pudiendo formar cavidades internas en forma de
geodas rellenas por los últimos minerales en cristalizar; o brechoideos, englo- bando
fragmentos de la roca encajante por acción de fallas previas, formándose una
mineralización en capas
concéntricas alrededor de esos fragmentos (denominadas escarapelas cuando son
completamente regulares). Otras morfologías típicas son en stockwork (vetas
entrecruzadas), cuerpos irregulares y diseminaciones minerales. Los yacimientos
filonianos suelen presentar numerosos compuestos metálicos, principalmente en
forma de sulfuros, de gran interés económico.
A medida que desciende la temperatura del líquido, se produce la precipitación de
fases minerales de alto interés económico. La precipitación de los minerales, a su vez,
está condicionada por variaciones en la tem- peratura y la presión, y cambios químicos
del medio, por reacción con la roca que atraviesan. Los minerales precipitan siguiendo
un orden y constituyendo la paragénesis mineral, característica de cada tipo de
yacimiento y de las condiciones del medio. Generalmente, la secuencia empieza por
cuarzo, continuando por la precipita- ción de sulfuros o arseniuros de Fe, blenda,
enargita, calcopirita, bornita, cobres grises (tetrahedrita y tennantita), cinabrio,
argentita y galena, junto a plata y oro nativos. Suele formarse también fluorita, barita,
apatito y carbonatos Ca, Mg y Fe (ganga). Las paragénesis minerales se distinguen en
función de la temperatura y profundidad del proceso hidrotermal:
• Paragénesis de altas temperaturas (filones hipotermales): formados entre 374 y 300
ºC, a gran pro- fundidad. Se encuentra magnetita, hematites, pirrotina, casiterita,
bismuto, wolframita, molibdenita, topacio, granate, anatasa, pirita, axinita, berilo,
rutilo, scheelita, y turmalina.
• Paragénesis de medias temperaturas (filones mesotermales): formados entre 300 y
200 ºC, a profun- didad media. Se encuentra galena, blenda, pirita, calcopirita,
tetrahedrita, baritina, calcita, dolomita, hematites y rodocrosita. Asociados a procesos
volcánicos (Depósitos estratoligados a volcanismo de tipo manto o estratiformes y de
sulfuros masivos VMS).
• Paragénesis de bajas temperaturas (filones epitermales): formados entre 200 y 50
ºC, a poca pro- fundidad. Se encuentra estibina, cinabrio, oropimente rejalgar,
argentita, plata, rodocrosita, celestina, baritina, marcasita, pirita, blenda, seleniuros y
telururos de oro y plata.
Los yacimientos hidrotermales tardimagmáticos a postmagmáticos suelen conllevar a
su vez procesos me- tasomáticos en las rocas encajantes que pueden llegar a
diversificar aún más la paragénesis mineral, tal como se ha explicado en los anteriores
apartados, junto con procesos de alteración hidrotermal. Los procesos de altera- ción
hidrotermal afectan a la composición mineralógica de las rocas, pudiendo incluso
llegar a cambiar su quimismo. Son procesos metasomáticos de menor temperatura
que los neumatolíticos a los que frecuentemente están asociados. Tal como se ha
descrito en los yacimientos de tipo greissen, se puede producir la silicificación de las
rocas a partir de la introducción de fluidos calientes ricos en sílice, promoviendo la
formación minerales silíceos (p.e., calcedonia). Otro tipo de alteraciones hidrotermales
son la albitización, argilitización, cloritiza- ción, alunitización o la adularización,
dependiendo de la composición de las rocas y de los fluidos con los que interactúan,
originando distintas asociaciones minerales características. Los tipos principales de
alteraciones hidrotermales son los siguientes:
Alteración potásica: formación de feldespato potásico y/o biotita secundarios (y/o
anhidrita), en presencia de soluciones casi neutras y a altas temperaturas (400º-
600ºC). Los procesos de formación de feldespato potá- sico y biotita secundarios son
como siguen:
plagioclasa + K+ -> feldespato potásico + (Na+, Ca2+) hornblenda + (H+, Mg2+, K+) ->
biotita + (Na+, Ca2+)
Alteración propilítica: formación de clorita, epidota, calcita y plagioclasa albitizada, por
la acción de soluciones casi neutras a temperaturas variables. El proceso de
cloritización de la biotita y de epidotización y albitización de la plagioclasa se describe a
continuación:
biotita + H+ -> clorita + cuarzo + K+
plagioclasa + cuarzo + H O + Na+ -> epidota + albita + H+
Alteración fílica o sericítica: formación de sericita y cuarzo secundario debido a la
hidrólisis de feldespa- tos a temperaturas entre 400 y 300ºC. La sericitización de los
feldespatos es:
3 KAlSi O + 2H+ -> KAl Si O (OH) + 6 SiO + 2 K+
Alteración argílica: formación de caolinita y/o montmorillonita. La sericita se forma por
un proceso de caolinitización, siguiendo la siguiente reacción:
4 KAl Si O (OH) + 6 H O + 4 H+ -> 3 Al Si O (OH) + 4 K+
Alteración argílica avanzada: destrucción total de feldespatos por hidrólisis extrema y
formación de cao- linita y/o alunita. La caolinita se genera a partir de la reacción
anterior, mientras que la alunita se forma a partir de la siguiente:
3 Al Si O (OH) + 2K+ + 6H+ + (SO )2- -> 2 KAl (SO ) (OH) + 6 SiO + 3 H O
Silicificación: destrucción total de la mineralogía original y formación de una roca
compuesta mayorita- riamente por silíce, debido a la hidrólisis completa de los
minerales.
Dentro de los yacimientos hidrotermales, existen distintos tipos de yacimientos con
características pecu- liares, tal como son los yacimientos de Fe y de Pb-Zn, los
yacimientos de Cu y los pórfidos cupríferos, los yacimientos de uranio y las
mineralizaciones epitermales de oro. Estos yacimientos son de gran importancia
económica, pues suelen presentar una alta concentración de elementos nativos y de
metales. En la Figura 4 se muestra un resumen de los depósitos minerales encontrados
en filones hidrotermales, incluyendo los minerales mena y ganga, y los tipos de
alteración asociada a su temperatura y emplazamiento.

Figura 4. Ocurrencia mineral en yacimientos hidrotermales (resumen de varios autores elaborado por A.
Chica S.).

 
3.1. Yacimientos hidrotermales de hierro
Los yacimientos hidrotermales de hierro, en parte, se han descrito previamente
asociados a procesos íg- neos, fundamentalmente volcánicos. Sin embargo, las
soluciones hidrotermales residuales de procesos ígneos plutónicos, a elevadas
temperaturas, también pueden dar lugar a yacimientos filonianos y metasomáticos de
hierro. El hierro se puede movilizar en forma de sulfatos solubles, los cuales precipitan
en forma de siderita al reaccionar con rocas carbonatadas (FeSO4 + FeCO3 -> FeCO3 +
6 SiO2 + CaSO4). Posteriormente, la siderita suele reemplazarse y transformarse en
hematites o en limonita. Tales yacimientos se encuentran diversas loca- lidades, tal
como el yacimiento de Somorrostro, en Bilbao (España; Fig. 5), el yacimiento de El
Marquesado en Guadix (Granada, España), o en Argelia.
Figura 5. Yacimiento hidrotermal de hierro en forma de carbonato de hierro en calizas del Somorrostro,
Bilbao (Espa- ña). Tomado de http://www.mtiblog.com/2011/03/mina-primitiva-castrejana-bilbao.html.

 
3.2. Yacimientos hidrotermales de plomo y zinc
Los yacimientos de Pb-Zn suelen tener un origen hidrotermal, en forma de filones,
rellenando cavidades y fracturas, o sustituyendo masas rocosas carbonáticas por
metasomatismo. Normalmente se encuentran aso- ciados a intrusiones plutónicas. Es
frecuente encontrar el plomo asociado a la plata en forma de galena argen- tífera. Los
minerales mena primarios suelen ser sulfuros de Pb (galena) y de Zn (blenda), aunque
también se encuentran numerosos minerales secundarios, originados por procesos
supergénicos, en forma de carbonatos, sulfatos, óxidos y silicatos (p.e., cerusita,
anglesita, calamina, cincita, smithsonita, marcasita).
Yacimientos hidrotermales de Pb-Zn se pueden encontrar en la región del Valle del
Missisipi, en Missouri, Oklahoma y Kansas, en las Montañas Rocosas, en Colorado,
hasta Nuevo México y Utah, o en Idaho, hasta Canadá, asociados a reemplazamiento
hidrotermal y metasomatismo a baja temperatura de calizas y dolomías. En España,
numerosos filones de galena argentífera se encuentran en el distrito de Linares-La
Carolina (Jaén), y de blenda, galena y pirita en Reocín (Santander) y en Cartagena,
asociados a intrusiones plutónicas y a rocas volcánicas y reemplazamiento hidrotermal
de rocas carbonáticas.
3.3. Yacimientos hidrotermales de cobre y pórfidos cupríferos
Los yacimientos de Cu suelen asociarse a procesos hidrotermales filonianos de baja
temperatura, aunque en ocasiones pueden encontrarse asociados a procesos
metasomáticos de mayor temperatura (yacimientos piro-metasomáticos). Los
minerales primarios mena formados son sulfuros de Cu, tal como calcopirita, que
usualmente se encuentra asociada a pirita. Los yacimientos suelen presentar
variaciones secundarias de en- riquecimiento, formando óxidos de Cu (p.e., cuprita),
carbonatos de Cu (p.e., azurita y malaquita) y sulfuros
secundarios de Cu (p.e., covellina y calcosina), junto a cobre nativo. Entre los
yacimientos hidrotermales de Cu, cabe destacar los pórfidos cupríferos, que forman
depósitos hipotermales a mesotermales.
Los pórfidos cupríferos son yacimientos hidrotermales asociados a rocas intrusivas
félsicas, de composi- ción granodiorítica, intermedias (dioríticas), a rocas filonianas, en
forma de pórfidos monzoníticos. Además de Cu, suelen contener cantidades variables
de Mo y/o de metales preciosos (Au y Ag). Suelen presentarse fractu- rados, agrietados
y alterados en superficie, formando mineralizaciones de sulfuros, principalmente
calcopirita, junto con blenda y galena. Los pórfidos cupríferos presentan una zonación
debido a la alteración hidrotermal, consistente en distintos tipos de alteraciones desde
el núcleo de la intrusión hacia los bordes (Fig. 6A). De esta forma, el núcleo presenta
una alteración potásica, con formación de feldespato potásico y biotita, que pasa a
formar cuarzo y sericita a partir de una alteración fílica o sericítica hacia fuera. En la
zona externa, se produce fenómenos de cloritización, albitización, caolinitización y
destrucción de feldespatos a partir de alteraciones argílicas y propilíticas (Fig. 6A).
Normalmente, las alteraciones potásicas y propilíticas se desarrollan pri- mero,
seguidas por la alteración sericítica y alteración argílica a techo del complejo, por
mayor participación de aguas hidrotermales. Es frecuente encontrar distintos tipos de
venas y estructuras de tipo stockworks en las zonas de alteración, incluso la formación
de brechas hidrotermales mineralizadas (Fig. 7).
La mineralogía también presenta una zonación, en función de las distintas zonas de
alteración: en la parte interna se encuentra un núcleo de baja ley, algo de calcopirita,
pirita y molibdenita; una zona de mena, en la parte externa de la zona de alteración
potásica e interna de la zona de alteración sericítica, con calcopirita, pirita y
molibdenita; una zona de pirita, en la zona de alteración sericítica, con pirita,
calcopirita, y trazas de molib- denita; una zona de baja pirita, con algo de pirita en la
zona de alteración propilítica; y una zona periférica, con calcopirita, galena, esfalerita,
y oro y plata nativos (Fig. B).
Grandes provincias metalogénicas de pórfidos cupríferos se pueden encontrar en la
cadena andina de Chile y Perú o al SO y al N de Estados Unidos, en Asia y Oceanía a
través del Cinturón de Fuego Pacífico, en Europa central y Turquía, al este Australia o
en Rusia.
Figura 6. Modelo de zonación de alteración (A) y mineralización (B) en pórfidos cupríferos. Modificado
de Lowell y Guilbert (1970) (www.unalmed.edu.co).

Figura 7. Diagrama mostrando un modelo de generación de depósitos de Cu, en relación con la zonación
de alteración en pórfidos cupríferos, el enriquecimiento supergénico y la formación de minerales de
interés económico, junto con los depósitos de venas, de reemplazamiento y tipo skarn.

3.4. Yacimientos hidrotermales de uranio


Aunque el U es un elemento abundante en la naturaleza, los yacimientos de U no son
tan frecuentes. Los yacimientos de uranio suelen estar asociados a rocas ígneas
plutónicas ácidas (granitos y sienitas) y a fundi- dos derivados de éstas, tal como
pegmatitas graníticas. Sin embargo, los fluidos hidrotermales derivados de estos
fundidos diferenciados suelen generar filones con concentraciones de uranio de gran
interés económico. En ciertas ocasiones, la erosión de estas rocas, junto a procesos
supergénicos (p.e., oxidación, carbonatación, hidratación), suelen originar
concentraciones de uranio detrítico en yacimientos de tipo placer. Por ello, los
principales depósitos de uranio se clasifican en función de sus condiciones de
formación, su asociación mineral y la naturaleza de la roca:
• Yacimientos pegmatíticos, formados en rocas pegmatíticas entre 700 y 500 °C.
• Yacimientos filonianos mesotermales, formados por procesos hidrotermales a
profundidades medias y temperaturas entre 300 y 200 ºC, junto a pechblenda.
• Yacimientos filonianos epitermales, formados por procesos hidrotermales a poca
profundidad y tem- peraturas entre 200 y 50 ºC, de gran interés minero.
• Yacimientos estratiformes epigenéticos, formados por procesos sedimentarios y de
alteración hidro- termal, junto con hierro, cobre y pechbenda.
• Yacimientos sedimentarios, asociados a restos vegetales o animales fósiles, en los
que el carbono ac- túa como concentrador de componentes de uranio.
3.5. Yacimientos epitermales de metales preciosos
Los yacimientos epitermales son de gran importancia económica, pues suelen
concentrar gran cantidad de metales, y en particular, acumulaciones de metales
preciosos (Au, Ag, Cu). Como se ha explicado anterior- mente, los yacimientos
epitermales son aquellos formados a bajas profundidades (< 2 km) a partir de fluidos
hidrotermales a temperaturas comprendidas entre 320 ºC y menores a 100 ºC. Suelen
forma filones rellenando fracturas y stockworks. Durante la formación del depósito
estos fluidos hidrotermales pueden alcanzar la su- perficie como fuentes termales o
géisers. Los depósitos epitermales suelen estar asociados a áreas volcánicas
relacionadas con márgenes de subducción activos de continentes o arcos islas. Los
yacimientos epitermales más importantes son los de metales preciosos (Au, Ag),
aunque pueden contener cantidades variables de otros
metales (p.e., Cu, Pb, Zn, Bi). La mineralización epitermal de metales preciosos puede
formarse a partir de dos tipos de fluidos: “baja sulfuración”, reducidos y con pH casi
neutro, con azufre en forma S2- formando com- puestos de tipo H S; y de “alta
sulfuración”, oxidados y ácidos, con azufre en forma S4+ formando compuestos de tipo
SO2. Los fluidos de baja sulfuración son una mezcla de aguas meteóricas superficiales y
aguas mag- máticas profundas, que transportan los metales en solución en forma de
iones complejos, los cuales precipitan al producirse la ebullición de los fluidos en
superficie. Los fluidos de alta sulfuración se derivan de fuentes magmáticas profundas,
depositando los metales cerca de la superficie cuando el fluido se enfría (Fig. 8).
En ambos depósitos, la mineralización suele estar condicionada estructuralmente por
las fracturas de las rocas por las que pasan los fluidos. Los fluidos de baja sulfuración
suelen formar vetas de relleno con metales preciosos o estructuras de tipo stockwork
o sheeted-veins, mientras que los de alta sulfuración suelen formar vetas y/o
diseminaciones mineralizadas en las rocas que penetran (Fig. 8). Los yacimientos
epitermales de baja sulfuración suelen contener Au y algo de Ag, y cantidades menores
de Pb, Zn y Cu, junto a cuarzo, carbo- natos, pirita, esfalerita y galena, mientras que los
de alta sulfuración pueden producir, además de Au, cantida- des económicas de Cu y
Ag, junto con cuarzo, alunita, pirita y enargita.
Figura 8. Estructura, procesos, tipos de fluidos y alteración, temperatura, pH, y reacciones involucradas
en la formación de depósitos epitermales de baja y alta sulfuración (modificado de Camprubí et al.
2003).

 
Las alteraciones hidrotermales típicas encontradas en este tipo de yacimientos son de
tipo argílica avanza- da, propilitización y silicificación, en depósitos relacionados con
sulfatos ácidos, o de tipo potásico y sericítico, en relación con gradientes geotérmicos
(denominados de adularia-sericita; Fig. 8). Un tipo de yacimiento epi- termal,
denominado de tipo “Carlin” (encontrados en la faja de Carlin del Estado de Nevada,
USA), se asocia a facies carbonatadas en sistemas extensionales.
Los depósitos epitermales de metales preciosos pueden encontrarse en el anillo de
fuego del Pacífico (Japón, Indonesia, Chile) y el oeste de EEUU. En España, se
encuentran mineralizaciones de oro asociadas al volcanismo de Cabo de Gata
(Almería). La distribución de los depósitos epitermales suele coincidir con arcos
volcánicos en márgenes convergentes, aunque también se encuentran asociados a
sistemas de rifts tras-arco, tal como en la zona del Basin-and-Range en Estados Unidos
o en la Isla Norte de Nueva Zelanda, o a estructuras de tipo caldera y complejos
andesíticos volcánicos (p.e., San Juan Mountains de Colorado).
3.6. Variaciones secundarias de los yacimientos y enriquecimiento supergénico
Una vez formados los distintos yacimientos minerales por los procesos anteriormente
descritos, el con- tacto con el aire y las aguas meteóricas puede inducir la disolución de
minerales primarios que se encuentran a poca profundidad, generando una zona
estéril y árida. Normalmente, las especies en disolución se depositan en niveles
inferiores por la acción de aguas meteóricas y freáticas, produciendo distintas zonas de
enriqueci- miento secundario o supergénico. Este proceso puede ser muy importante
para concentrar minerales metálicos mena en distintas zonas por lixiviación, tal como
malaquita, cuprita, calcocita, covellina o cobre, según las condiciones de oxidación o
reducción del medio. De esta forma, se suelen diferenciar tres zonas, las cuales in-
dican las zonas de aireación y oxidación, de saturación, y de estancamiento del agua en
profundidad (Fig. 9):
• Zona de montera y de oxidación: parte superficial del yacimiento que coincide con la
zona de ai- reación, en la que predominan los procesos de oxidación, hidroxidación y
carbonatación. Se suelen formar minerales secundarios de colores vivos, pardo-
amarillentos a coloreados, compuestos por li- monita, goethita, hematites, azurita o
malaquita, por oxidación de sulfuros metálicos y formación de compuestos insolubles.
En la parte más superficial se suele encontrar una masa nodular de depósitos
ferruginosos (goethita) denominada montera o gossan.
• Zona de cementación o de enriquecimiento: parte intermedia del yacimiento,
coincidente con la zona de saturación de agua, en la que se acumulan compuestos
solubles transportados por infiltración de aguas freáticas. Se suelen originar nuevos
minerales en forma de sulfuros y metales nativos (Cu, Ag) debido a las reacciones
secundarias entre los compuestos en solución y los minerales primarios del
yacimiento.
• Zona primaria: parte más profunda del yacimiento, coincidente con la zona de
estancamiento de aguas, en las que el yacimiento suele conservar sus características
primarias y sus minerales singené- ticos previamente formados, sin modificación
sustancial.

Figura 9. A) Zonas de enriquecimiento supergénico de un filón hidrotermal


mineralizado (www.blinklearning.com). B) Zona de gossan y de oxidación en
yacimiento de sulfuros (Lavender Pit overlook, Bisbee Arizona; uwaterloo.ca).
 
GOSSANS

Por: José Angel López García, Dr. en


Ciencias Geológicas. Departamento de
Cristalografía y Mineralogía.
Universidad Complutense de Madrid.

Introducción
Tabla 1: reacciones químicas
Procesos de formación
Investigación y evaluación de los gossan
Bibliografía recomendada
 

Introducción

Con este nombre de gossan, también llamados monteras de hierro, se denominan los
afloramientos de rocas, que originalmente contenían sulfuros y que han sido sometidas a un
proceso de alteración supergénica. La característica más llamativa de los gossan es su aspecto
de colores rojizos, como consecuencia de la transformación de los sulfuros originales,
principalmente los ricos en hierro, en compuestos oxidados. Los gossan son el resultado de la
alteración física y química de las rocas como consecuencia de la acción de los agentes como la
lluvia, el viento, la acción solar o las aguas subterráneas. Estos procesos producen la alteración
de los sulfuros, disolución y precipitación de otros minerales y una lixiviación importante en las
rocas.

Históricamente, los gossan (figura 1) debido al contraste de sus colores, han servido como guía
de exploración de diferentes mineralizaciones. En épocas romanas, el objetivo eran las
concentraciones de metales preciosos como oro y plata, en los niveles más profundos de las
zonas oxidadas. En la minería moderna, la presencia de los gossans ha sido la guía más
importante para el descubrimiento de concentraciones de sulfuros metálicos. En la actualidad,
una parte importante de los estudios sobre los gossans están encaminados a prever las
consecuencias para el medio ambiente de estos procesos físico-químicos, debido al medio
ácido que se origina por la alteración de las rocas. Estos procesos naturales son los mismos que
los que se producen como consecuencia de la acción humana de las explotaciones mineras.
Figura 1: Zona de oxidación de Riotinto. Se pueden observar las antiguas galerías romanas.

Los mecanismos de oxidación de sulfuros y formación de gossan han sido profusamente


descritos en la literatura (Locke, Blanchard, Blain, Alpers entre otros muchos) con todos los
enfoques científicos posibles, desde su uso como guía para la exploración, hasta los aspectos
geoquímicos y medioambientales.

La formación de un gossan depende de distintos factores, como la paragénesis original de


sulfuros, clima, relieve, tipo de roca encajante, nivel freático, etc. Todos estos factores son
determinantes en la formación y características de cada gossan. No obstante, se puede
establecer un perfil mas o menos común desde la superficie hasta las zonas profundas en las
que no hay alteración (figura 2).

Figura 2: Esquema de la zonación en la alteración supergénica de un yacimiento de sulfuros

 Zona de oxidación, comprendida entre la superficie y el nivel freático, caracterizada


por un importante enriquecimiento en minerales oxidados. Se puede considerar
subdividida en dos subzonas: La zona superficial o de gossan propiamente dicho, en la
que hay una lixiviación de la mayoría de los minerales, quedando formada por una
acumulación masiva de hidróxidos de hierro, junto a sílice y minerales de la arcilla. La
situada por debajo de la superficie, en la que además de óxidos e hidróxidos de hierro
podemos tener otros compuestos metálicos oxidados, como sulfatos, cloruros, o
carbonatos. En conjunto, se caracteriza por un importante enriquecimiento en
hidróxidos de hierro tipo goethita, lavado de Zn y Cu, y concentración en las zonas
profundas de oro y la plata, como elementos nativos,

 Zona de cementación, que es la situada por debajo del nivel freático, en la que se
producen enriquecimientos en sulfuros de cobre de tipo calcosina – covellina. La
neoformación de sulfuros secundarios puede originar un fuerte enriquecimiento de los
contenidos medios de este metal y favorecer la viabilidad económica de un yacimiento

 Zona primaria, que corresponde a los sulfuros inalterados. Los procesos de alteración
disminuyen con la profundidad de la mineralización.

La formación de un gossan se puede explicar como una serie de reacciones de oxidación-


reducción (tabla 1) en las cuales se produce la destrucción de los sulfuros primarios, así como
la mayoría del resto de minerales presentes, para formar otra serie de compuestos, que van
desde óxidos, carbonatos o sulfatos de las zonas de oxidación, hasta elementos nativos o los
nuevos sulfuros que se forman en la zona de cementación.

TABLA 1___________________________________________________________

REACCIONES QUIMICAS QUE SE PRODUCEN EN LAS ZONAS DE ALTERACION

(1) 4FeS2 + 10H2O + 15O2 -> 4FeOOH + 16H+ + 8SO4-2

(2) 4FeS2 + 8H2O + 15O2 -> 2Fe2O3 + 16H+ + 8SO4-2

(3) 4CuFeS2 + 6H2O + 17O2 -> 4FeOOH + 4Cu2+ + 8H+ +8SO4-2

(4) PbS + CO2 + H2O + 2O2 -> PbCO3 + SO4-2 + 2H+

(5) 2PbS + 4Fe3+ +3O2 + 2H2O -> 2PbSO4 + 4Fe2+ + 4H+

(6) Ag2S + 2Fe3+ + 3SO4-2 +H2O + 1,5O2 -> 2Ag+ + 2Fe2+ + 2H+ + 4SO4-2

(7) 2ZnS + 4Fe3+ + 6SO4-2 +3O2 + 2H2O -> 2Zn2+ + 4Fe2+ + 4H+ + 8SO4-2

(8) Zn2+ + SO4-2 + CaCO3 + 2H2O - CaSO4 -> 2H2O + ZnCO3

(9) 5Zn2+ + 5CO3-2 + 3H2O -> 2ZnCO3·3Zn(OH)2 + 3CO2

(10) 2Cu2+ + 3OH- + HCO3- -> CuCO3·Cu(OH)2 + H2O

(11) 2Ag+ + 2Fe2+ -> 2Ag + 2Fe3+

(12) Ag+ + Cl- -> AgCl

(13) Cu2+ CuFeS -> Cu2S + Fe2+

(14) 2Cu2+ 2FeS2 + 2H2O + 3O2 -> 2CuS + 2Fe2+ + 2SO4-2 + 4H+

(15) Cu2+ + 2OH- -> CuO + H2O

______________________________________________________________________
 

La formación de los diferentes minerales, depende de la mineralización primaria, ya que cada


elemento tiene un comportamiento geoquímico distinto. Las reacciones 1 a 6 muestran la
destrucción de sulfuros con la consiguiente formación de iones sulfatos y H +, que implican una
acidificación del medio, estos procesos son los que originan las aguas ácidas, características de
las áreas mineras, estas aguas pueden contener además cationes pesados con gran poder
contaminante, por lo que el estudio de estos procesos es de gran interés para el medio
ambiente. El comportamiento de los cationes liberados en la destrucción de sulfuros es
distinto según sean sus características geoquímicas; el plomo elemento muy poco soluble,
reacciona en los mismos lugares de la alteración y forma inmediatamente minerales
secundarios como anglesita o cerusita (reacciones 4 y 5). El Fe 2+ se oxida a Fe3+ y forma goethita
y/o hematites, que se depositan en la zona de oxidación (reacciones 1 y 2). El zinc y cobre son
elementos más solubles, que pasan a estar en disolución con la alteración de sulfuros, pero su
comportamiento no obstante es distinto, el Zn es muy soluble, no forma sulfuros secundarios y
es fuertemente lixiviado, no forma minerales oxidados secundarios, excepto si se dan unas
condiciones especiales como pueden ser la presencia de carbonatos en el medio, entonces se
pueden encontrar minerales como smithsonita o hidrocincita. El cobre es también un
elemento soluble, pero durante los procesos de alteración se infiltra hacia la zona de
cementación; en condiciones reductoras se producen las reacciones que dan lugar a la
formación de sulfuros secundarios de cobre, calcosina y covellina por sustitución de hierro de
calcopirita o pirita (reacciones 13 y 14), también se pueden formar óxidos de cobre si el medio
es muy alcalino (reacción 15) o cobre nativo. Otros elementos como Ag y Au liberados en la
destrucción de sulfuros se concentran como elementos nativos en las áreas más profundas de
las zonas oxidadas, también se pueden formar otros minerales como jarosita o cerargirita,
dependiendo de las condiciones físico-químicas. Otros elementos como el arsénico, presente
en minerales como la arsenopirita, tienen gran importancia en la contaminación de acuíferos,
ya que es un elemento especialmente nocivo. Los minerales de la ganga que acompañan a los
sulfuros también son importantes en el control de las condiciones físico químicas del medio,
así mientras la presencia de carbonatos implica un descenso de la acidificación de los medios,
las rocas silicatadas tienen menor influencia.

Procesos de formación

En las regiones afectadas por la glaciación del pleistoceno o aquellas en las que hay bosques
húmedos las zonas de oxidación, no tienen gran desarrollo, por ejemplo en Canadá, Rusia o el
norte de Europa. En otras extensas áreas de la corteza, si se han generado las zonas de
oxidación de los yacimientos de sulfuros. La identificación de estos gossan ha sido una técnica
en exploración mineral a lo largo del tiempo.

En la época romana, los gossan eran el principal criterio para el reconocimiento de


mineralizaciones de interés económico, además de ser explotados para la obtención de
metales preciosos. Desde principios de siglo, el estudio macroscópico de las áreas oxidadas ha
sido un criterio para interpretar las mineralizaciones presentes en profundidad. Blanchard, a lo
largo de una serie de trabajos recopilados en su libro “Interpretation of Leached Outcrops”
(figura 3) estableció los criterios para reconocer las características de los yacimientos primarios
en función de las texturas observadas en las zonas oxidadas.
Figura 3.- Ejemplos de “boxwork” procedentes de diferentes sulfuros en los procesos de
alteración. a), b) y c): estructuras dejadas por galena. d) y e): estructuras dejadas por la
alteración de esfalerita. f) Relictos de alteración de calcopirita. g) y h) boxwork procedentes de
bornita. i) y j) estructuras dejadas por tatraedrita.

Blanchard llegó a la conclusión de que cada mineral, en su alteración, dejaba unas texturas
(boxworks) diferentes, con lo que del estudio de estas texturas se podía deducir la
mineralización primaria. A mediados de los años 70, los programas de exploración en
mineralizaciones de cobre-níquel australianos desarrollaron los estudios de gossan como
herramienta para la evaluación de los yacimientos, incluyendo los criterios texturales a escala
microscópica junto con la geoquímica. El estudio a escala microscópica puede ser importante
para diferenciar los gossan procedentes de sulfuros de otros “ironstones” que no proceden de
sulfuros. El estudio textural permite reconocer en muchos casos los procesos de alteración de
diferentes sulfuros primarios, así como los minerales secundarios que se han formado en las
zonas oxidadas (Figura 3). Sin embargo estas texturas réplica pueden estar ausentes, bien por
las características de la mineralización primaria (por ejemplo si los minerales son de grano fino)
bien por que los procesos de lixiviación estén muy avanzados.

La geoquímica es el arma importante en los estudios de los gossan; ya hemos visto que las
características de cada elemento implican un comportamiento distinto en los procesos de
alteración. El gran desarrollo de las técnicas de análisis permite en la actualidad hacer
muestreos sistemáticos y estadísticos de los contenidos y correlaciones de los elementos
químicos. Estos estudios geoquímicos permiten discriminar los diferentes tipos de “irosntones”
y diferenciar los gossan de los falsos gossan.
 
 

Investigación y evaluación de los gossan

La investigación de los gossan para descubrir mineralizaciones de sulfuros en zonas


superficiales es una técnica que, por su relación coste- resultados, se emplea en prospección.

Una primera aproximación ha de ser mediante un muestreo, que debe ser amplio debido a la
gran variedad mineralógica y química que se puede dar en los gossan, y una cartografía
detallada de la zona, con especial atención a las características de relieve, erosión, estructuras,
tamaño y continuidad de las zonas oxidadas, así como la presencia de minerales secundarios,
carbonatos, sulfatos, además de goethita y hematites.

Las características mineralógicas, texturales y geoquímicas de los gossan dependen del pH del
medio, cuanta mayor es la acidez del medio, la preservación de texturas réplicas es más difícil
y la lixiviación es mayor.

La geoquímica multielemental, que permita la correlación entre los distintos elementos


presentes y la manipulación estadística, es bastante fiable, no solo para discriminar entre
gossan y otros ironstone, sino también en bastantes ocasiones para conocer el tipo de
mineralización primaria de la que provienen.

Bibliografía recomendada

Andrew, R.L. (1984). The geochemistry of selected base-metal gossans, Sourthern


Africa.  In: Journal of Geochémical exploration, 22. Elsevier. 161-92.

Blanchard, R. (1968). Interpretation of leached outcrops. Mackay School of Mines, University of


Nevada. 196 pg.

López García, J.A. (1991). Yacimientos de oxidación y enriquecimiento secundario. In: Lunar, R.;


Oyarzun, R. (Eds.). Yacimientos minerales: técnicas de estudio, tipos, evolución metalogénica,
exploración. Ed. Centro de Estudios Ramón Areces. 475-492.

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Pórfido cuprífero
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Pórfido cuprífero
Chuquicamata en Chile es una mina a tajo abierto emplazada sobre un depósito de

pórfido cuprífero.

Fuente de Cobre, molibdeno, oro

Tipo Magmático—hidrotermal

Minerales Sulfuros de cobre

Ambiente tectónico Margen convergente1

Roca asociada Granodiorita, riodacita

Mineral asociado Feldespato porfidíco

Ley Baja

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Se denomina pórfido cuprífero o pórfido de cobre y molibdeno a un tipo


de mineralización de origen magmático e hidrotermal.2 Los pórfidos cupríferos
constituyen la principal fuente de extracción tanto de cobre como
de molibdeno.2 Se pueden subdividir en dos grupos: los yacimientos donde
prima el molibdeno y aquellos donde prima el cobre, también conocidos como
Mo-(Cu) y Cu-(Mo), respectivamente.2 El nombre pórfido refiere a su típica pero
no necesaria asociación a rocas de textura porfirítica, específicamente de
grandes feldespatos en una matriz fina.1
En la clasificación de Seedorff y Pirajno los pórfidos cupríferos son uno de
cinco tipos de pórfidos siendo los otros pórfido de molibdeno, pórfido de oro,
pórfido de tungsteno y pórfido de estaño.3

Índice

 1Formación
 2Yacimientos
 3Véase también
 4Referencias
 5Bibliografía

Formación[editar]
Perfil típico de un pórfido cuprífero.

Los depósitos Cu-(Mo) se originan cuando magma pobre en agua se acerca a


la superficie de la corteza terrestre sin grados mayores de cristalización. Este
cuerpo de magma puede formar diques de textura de pórfido y composición
de granodiorita o riodacita. Estos diques pueden alcázar la superficie
formando volcanes. Al hallarse cerca de la superficie, el cuerpo de magma se
satura en agua magmática en las fases iniciales de la cristalización.2 El agua
magmática exsuelta tiene aniones de cloro (Cl-), lo que provoca la extracción
de cobre del magma al agua magmática. 2 Es esta agua la que luego deposita el
cobre.
Se piensa que los depósitos tipo Mo-(Cu), más ricos en molibdeno, originarían
a partir de magma similar a la de Cu-(Mo) pero más rico en agua. Este magma
se estancaría a niveles más profundos que el que da origen a depósitos Cu-
(Mo) y requeriría una mayor grado de cristalización fraccionada para saturarse
en agua.4 Una vez que se satura en agua el molibdeno se concentra en ella. 5 El
cobre en cambio no se concentra tanto en el agua ya parte del cobre ya ha sido
aislado del sistema en cristales por la cristalización fraccionada. 5

Yacimientos[editar]
Estos depósitos se distribuyen principalmente a lo largo del Cinturón de Fuego
del Pacífico,2 aunque también existen en Australia, China, Irán, Kazajistán,
la península balcánica, Rusia,6 Namibia7 y Zambia.6
En Perú se encuentran grandes depósitos en los departamentos de Cajamarca,
al norte, y Apurímac, Cusco, Arequipa, Moquegua y Tacna, al sur.
En el norte de Chile, los principales yacimientos de cobre son pórfidos
cupríferos formados en cinco episodios en el intervalo entre el Cretácico y
el Plioceno.8 Los principales depósitos de pórfidos cupríferos del norte de Chile
—Chuquicamata, Collahuasi, El Abra, El Salvador, La Escondida y Potrerillos—
están todos emplazados sobre la falla Domeyko.8
PROBLEMAS GEOTÉCNICOS EN SUELOS:
licuefacción y sifonamiento
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licuefacción y sifonamiento

Problemas geotécnicos en suelos:


licuefacción y sifonamiento
By Redacción Geoquantics | Sin categorizar | 0 comment | 27 mayo, 2020 | 0

Desde el punto de vista geotécnico ingenieril, podemos encontrarnos ante dos tipos de
problemáticas fundamentales en relación con los suelos. Por un lado los problemas
denominados “habituales” en los que los suelos forman parte del medio natural y se
ven sometidos a la acción antrópica, respondiendo a los problemas generales que esta
acción o acciones plantean, como son las excavaciones a cielo abierto, la construcción
de cimentaciones, las obras subterráneas, etc.
Dentro de estos problemas habituales se encuentran, por tanto, los siguientes:

1. Problemas de capacidad portante o resistencia: El terreno debe ser capaz de


resistir los incrementos de tensiones, ya sean positivos o negativos, inducidos por
las obras de ingeniería, no llegando a alcanzar los límites de seguridad previamente
establecidos.
2. Problemas de deformabilidad: las estructuras en contacto con el terreno han
de ser capaces de experimentar los movimientos de las mismas sin repercusiones
especiales. Tales movimientos son la consecuencia de las deformaciones inducidas
en el terreno por las cargas que las estructuras transmiten al mismo. De esta
manera, por ejemplo, se suelen definir para las cimentaciones, unos asientos
máximos y una distorsión angular máxima admisibles, según del tipo de estructura,
que no deben ser rebasados.
3. Problemas de durabilidad temporal: las condiciones de resistencia y
deformabilidad anteriormente descritas, deben permanecer sin variación a lo largo
del tiempo, o por lo menos no disminuir en el tiempo por debajo de los valeres
admisibles previamente establecidos. Esto puede suceder con relativa frecuencia en
los casos de nuevas actuaciones ingenieriles que afectan las condiciones de
contorno de actuaciones previamente ejecutadas.
Por otro lado los problemas denominados “especiales” que se pueden dar en los
suelos, por su propia condición y la acción de la naturaleza sin intervención antrópica.
Estas problemáticas de determinados suelos pueden afectar sobremanera la actividad
ingenieril, bien por la propia existencia de dicha condición o debido a que la
intervención humana acentúa dichos problemas naturales existente.
Esta problemática puede interferir y alterar el equilibrio natural del terreno, incluso de
forma cíclica, o bien puede provocar que las obras y el terreno circundante sufran de
forma distinta la acción climática, que muchas veces se sucede de forma periódica,
aunque no cambie la intensidad o al menos no sea menos intensa.

De esta forma podemos distinguir las siguientes problemáticas fundamentales de este


tipo en el ámbito de los suelos:

1. Los suelos expansivos


2. Los suelos colapsables
3. Los suelos licuefactables
En este artículo nos vamos a centrar en este último módulo en el estudio de los
denominados problemas especiales, en particular en los relativos a los suelos
licuefactables. Así mismo, se dará un repaso al fenómeno de sifonamiento, de
particular interés.

Problemas de licuefacción

Se entiende por licuefacción de un suelo la pérdida anómala de su resistencia al


esfuerzo cortante de forma temporal o definitiva, lo que permite un aumento rápido
de las presiones intersticiales (por falta de drenaje) hasta valores del orden de la
presión total existente. En estos casos la presión efectiva prácticamente se anula, con
lo que los granos dejan de estar en contacto y la resistencia al corte desaparece por lo
que el material se comporta como un líquido, dando lugar a movimientos verticales y
horizontales de su masa, que se traducen en deslizamientos (en caso de taludes) o
grandes asentamientos.
El fenómeno de la licuefacción afecta a determinados suelos sedimentarios naturales o
a los depósitos artificiales, en los que los contactos entre los granos son
comparativamente escasos, lo que propicia que se pierdan casi totalmente durante el
flujo propiamente dicho. El tamaño de los granos, su uniformidad y la baja velocidad
de sedimentación en aguas tranquilas, son factores que se conjugan para formar
estructuras muy sueltas.

Este fenómeno se suele dar por disminución de la resistencia a los esfuerzos cortantes
del suelo producido por una solicitación brusca sobre el suelo, tal como un sismo, un
impacto, etc., siendo importante desde el punto de vista ingenieril por la rapidez con
que puede tener lugar como veremos más adelante.
Los materiales en los que se puede dar este fenómeno son las arcillas saturadas muy
sensibles, las arenas secas sueltas y las arenas limosas saturadas, sobre todo las de
baja compacidad.

Veamos este fenómeno en función del tipo de suelo al que se asocian:

 Arcillas saturadas:
Todas las arcillas que han presentado fenómenos de licuefacción poseen una historia
geológica común, ya que se formaron por sedimentación marina y emergieron por la
recuperación isostática de los continentes al desaparecer las grandes cargas de hielo.

El resultado de este proceso en las arcillas fue la lenta sustitución del agua salada por
agua dulce, que produjo el lavado de la sal, provocando con ello la perdida de iones
sódicos y en consecuencia de actividad eléctrica de superficie, con lo que la resistencia
al esfuerzo cortante se vio fuertemente disminuida y la sensibilidad aumentada. La
menor resistencia conduce a menores factores de seguridad en los taludes naturales
hasta que fallan sin causa aparente; en el proceso, la arcilla se remoldea
comportándose como un líquido, estado que conserva, ya que la falta de iones en el
agua impide la reestructuración.

Estas arcillas denominadas “Arcillas Rápidas o Quick Clays” se encuentran


fundamentalmente en el Norte de Europa (Noruega y Suecia), así como en el Este de
Canadá y en el Noreste de EE.UU.
 Arenas sueltas secas:
En las arenas sueltas y secas pueden ocurrir fenómenos de licuefacción por un
mecanismo semejante al que ocurre en arenas saturadas con la diferencia de que en
arenas secas la presión de poro se genera en el aire de los vacíos y no en el agua.
En este caso debe tenerse en cuenta que el aire no es incompresible, por lo que su
volumen debe disminuir antes de que la presión generada sea importante, además, el
aire tiene más facilidad que el agua para drenarse, por lo que lo hará con mayor
rapidez. Por todo esto, la licuefacción en un material seco, solo será posible si una
masa grande de suelo de estructura suelta tiende a disminuir de volumen bruscamente
en todos sus puntos. Además, el lapso en estado líquido será necesariamente más
corto.

Este fenómeno en arenas sueltas secas se ha documentado en ciertos “loess”


detectados en China.

 Arenas limosas saturadas:


Este fenómeno suele denominarse licuefacción espontanea cuando ocurre en arenas
limosas saturadas, por la rapidez con que tiene lugar siendo el caso de licuefacción más
importante desde el punto de vista ingenieril.

La licuefacción se produce cuando determinados tipos de suelos afectados por


terremotos desarrollan elevadas presiones intersticiales de forma rápida (sin
drenaje), dando lugar a una pérdida de la resistencia al corte y a la rotura del suelo, 
que se comporta como si fuera un líquido.
De acuerdo con la observación de zonas afectadas por licuefacción, ésta tiene lugar en
las siguientes circunstancias:
 

 Terremotos de magnitud igual o superior a 5.5, con aceleraciones superiores o


iguales a 0.2
 Por debajo de 15 m de profundidad no se han dado
 En la mayoría de los casos donde se han observado licuefacciones, el nivel
freático estaba a poca profundidad, inferior a 3 m; por debajo de 5 m, la
susceptibilidad a la licuefacción suele ser muy baja.
Según se extrae de “Ingeniería Geológica” (González de Vallejo et all.; 2004),
las propiedades que caracterizan a los suelos licuefactables son las siguientes:
 Grado de saturación del 100 %.
 Diámetro medio D50 entre 0,05 y 1,0
 Coeficiente de uniformidad Cu = D60/D10 <
 Contenido en finos inferior al 10 %.
 Bajo grado de compactación, es decir N < 10 para profundidades < 10m y N <
20 para profundidades > 10m.
La susceptibilidad a la licuefacción puede estimarse a partir de diversos métodos,
Blázquez (2001). Uno de los más utilizados es el método de Seed e Idriss (1971). Según
este método el suelo licuará si la razón de tensión tangencial cíclica CSR (cyclic shear
stress ratio) producida por un sismo es mayor que la resistencia tangencial del suelo:
 

Donde,

cm = esfuerzo cortante cíclico medio


σv = tensión total
σ’v = tensión efectiva
amax = aceleración máxima horizontal
g = aceleración de la gravedad
rd = factor de reducción con la profundidad (rd =1 – 0,005z, siendo z la profundidad)
 

A partir de datos empíricos se puede estimar si el suelo es susceptible de licuefacción.


Calculando el valor de CSR según la expresión anterior y pura un valor de (N l)60 en la
figura 1 se indica si es posible la licuefacción para varias magnitudes de terremotos o
sismos.

Figura 1. Susceptibilidad de licuefacción de un suelo en función de (NI)60, y la razón


del esfuerzo cortante cíclico CSR (Ho et al., 1986).

(Nl)60 es el valor del SPT, normalizado para una presión aproximada de 10 t/m 2 y una
energía eficaz de golpeo del 60%. Para obtener este valor, se aplica la expresión:
(N1)60 = NCNCECBCRCS
 

Donde,

N = Nº de golpes del SPT

CN = (Pa/ σ’v)0,5, donde CN no debe exceder 1,7. Pa = presión atmosférica (10 t/m 2 ≌ 100
KPa)
CE varía en función de la energía de golpeo del ensayo; para el tipo “donut” 0,5 < C E <
1,2. Para el tipo “automático” 0,8 < CE < 1,3 Y para el tipo “safety” 0,7 < CE < 1,7.
CB indica la influencia del diámetro del sondeo, siendo igual a 1,0 para: 6S mm < Ø <
115 mm.
CR varía en función de la longitud del varillaje (L); para L menor de 3 m, C R = 0,75; para
L entre 4 y 6 m CR = 0.85 y para L entre 10 m y 30 m, CR= 1,0.
CS = 1,0 para tomamuestras estándar.
 

Este fenómeno de suelos areno-limosos flojos y con baja permeabilidad ha dado lugar,
durante terremotos, a grandes desastres por la anulación de las presiones efectivas
debido a la repetición cíclica y rápida de los esfuerzos tangenciales provocados por el
sismo. Esta situación se produjo en Japón durante el terremoto de 1964, en el que se
produjeron asientos métricos con el consiguiente vuelco y giro de edificios por estar
cimentados en depósitos flojos licuables. En ese mismo año se documentaron grandes
deslizamientos en Alaska con la afección de varios edificios que se desplazaron hasta
200m.

Otros problemas geotécnicos: el sifonamiento 


El proceso de sifonamiento puede definirse como una inestabilidad del suelo
producida cuando un flujo de agua ascendente, es decir, en sentido contrario al peso
del terreno, genera una presión igual a la presión de tierras, anulando, por tanto, la
presión efectiva.
Es decir, el sifonamiento provoca una presión efectiva nula lo que hace que en estas
condiciones un suelo sin cohesión pierde su resistencia al corte y se comporte como un
fluido, con lo cual tenemos la impresión que el terreno se ha “licuado” y se comporta
como un líquido en ebullición. Para que se anulen las tensiones efectivas tenemos que
aumentar la presión intersticial, ya que la presión total se mantendrá constante si no
variamos la geometría ni las densidades de los materiales. Sin embargo, aunque
similares, el sifonamiento no es lo mismo que la licuefacción de suelos. El fenómeno
que hace aumentar a esta presión intersticial será lo que diferencia el sifonamiento de
la licuefacción.
 Sifonamiento: en este caso, la causa del aumento de la tensión intersticial es un
flujo ascendente de agua. Comúnmente esto ocurre en excavaciones al abrigo de
pantallas, donde el nivel freático se encuentra relativamente alto y se realiza un
bombeo de la excavación. El esquema hidráulico será el de la figura que se
encuentra más abajo en el apartado de sifonamiento.
 Licuefacción: en este fenómeno, el aumento de la presión de poro viene
producido por un esfuerzo súbito (y repetido) sobre la masa de suelo. De manera
simplificada, podemos decir que en los suelos sometidos a una carga “rápida”, esta
carga es absorbida en primer lugar por el agua, produciéndose sobrepresiones
intersticiales (al igual que en el caso de la consolidación) que pueden llegar a
producir la anulación de tensiones efectivas.
 

El parámetro fundamental para el cálculo frente a sifonamiento es el gradiente


hidráulico. El valor de este gradiente hidráulico puede estimarse de varias maneras:
mediante programas de cálculo numérico, mediante redes de flujo o, si es posible,
mediante ábacos y gráficas para situaciones comunes (entre los que cabe destacar el
gráfico del “Canadian Foundation Manual” para recintos cuadrados, rectangulares y
circulares entre pantallas)

Habrá que comparar dicho gradiente hidráulico con un gradiente hidráulico crítico, que
será el que produzca el “fallo”. Este gradiente hidráulico crítico (icr) será el que anule
las tensiones efectivas, por tanto el sifonamiento ocurre cuando se alcanza un
gradiente hidráulico crítico cuyo valor es el cociente entre el peso específico
sumergido del suelo y el peso específico del agua:

Tomando unos valores “normales” para un suelo arenoso de densidad saturada igual a
20 kN/m³ y densidad del agua próxima a 10 kN/m³, resulta que el gradiente crítico
suele encontrarse en el entorno de la unidad.

Cualquier objeto que se sitúe sobre un terreno con estas características, es decir, que
tenga un peso específico superior al de la mezcla fluida de terreno y agua, se hundirá. 
Esta situación es especialmente importante cuando encontramos maquinaria
operando dentro de una excavación, o existen cimentaciones apoyándose en esa zona.
Se trata del conocido fenómeno de las arenas movedizas.
Este problema es importante cuando se tiene que excavar bajo el nivel freático a una
determinada profundidad, por lo que suele ocurrir en excavaciones profundas al
abrigo de pantallas, tablestacas o pilotes secantes donde el nivel freático se encuentra
muy elevado y  se detectan suelos sin cohesión como limos y arenas.

En estos casos, se producirá un flujo de agua desde el intradós de la pantalla hasta el


fondo de la excavación cuyas filtraciones irán a parar a los elementos de agotamiento y
drenaje.

Si el gradiente es importante, el fondo de la excavación perdería su estabilidad,


disipándose toda la resistencia al corte del material granular. El terreno pasaría a
comportarse como un fluido y entraría en un proceso de similar a la licuefacción de
suelos.
El sifonamiento se produce, como hemos dicho, cuando en un trabajo de excavación y
en un terreno saturado por debajo del nivel freático, el agua debe llenar la excavación
hasta la cota superior del nivel. Al interponer una cimentación, esta debe soportar la
subpresión por el empuje del agua por la diferencia entre la cara inferior de la
cimentación y el nivel freático.
Esta filtración en el terreno se puede producir a mayor o menor velocidad, siempre en
función de diferentes medidas. En este caso, se puede dar el caso que la velocidad o
circulación del agua sea elevada, produciéndose arrastre de partículas o rotura súbita
del fondo en la excavación.

En excavaciones de más de 6 m de profundidad al abrigo de pantallas impermeables


debe estudiarse con detalle puesto que si se produce el sifonamiento del suelo las
consecuencias podrían ser muy graves, llevando incluso a la ruina toda la obra.
Una forma de evitar que pase esto es realizando un bombeo en el fondo de la
excavación, de forma que se produzca un rebajamiento del nivel freático, pero siempre
con las debidas precauciones para con las estructuras cercanas. En estos trabajos se
debe tener un especial cuidado con la existencia de estratos con menor permeabilidad
cercano a los pies de las pantallas, puesto que las presiones pueden resultas mayores a
la obtenida.
Otra forma de solucionar este problema consiste en utilizar tablestacas o ataguías que
tengan una longitud de empotramiento “x” suficiente. En este caso, la línea de
filtración más corta del agua tiene una longitud igual a h+2x, según se esquematiza en
la siguiente figura 2.

 Figura 2. Longitud de empotramiento para evitar efecto de sifonamiento.

A modo de ejemplo, suponiendo el caso en que se tiene como datos el peso específico
de las partículas sólidas de un suelo “γs” y su porosidad “n“. El peso específico del agua
es “γw “. Se considera un coeficiente de seguridad “η“. Como el gradiente es h/(h+2H),
se  puede comparar con el gradiente crítico dividido por su coeficiente de seguridad.
De este modo, la longitud de empotramiento resulta:
En la figura 3 se representa la evolución del empotramiento en función de la
profundidad de la excavación bajo nivel freático y de la porosidad del suelo,
suponiendo un γs = 2,65 t/m3  y  un coeficiente de seguridad η = 3. Se puede observar
la relación lineal entre el empotramiento y la altura del nivel freático sobre la
excavación. Por otro lado cabe comentar que cuantos más poros presenta el terreno,
más empotramiento es necesario.
 

Figura 3. Profundidad de empotramiento de una tablestaca para evitar el


sifonamiento. Autor: Víctor Yepes.

 
Se debe tener en cuenta que una cosa es la profundidad mínima de empotramiento
para evitar el sifonamiento y otra muy distinta es calcular el empotramiento necesario
de una tablestaca para soportar los esfuerzos de empuje a los que está sometido. Por
tanto, el empotramiento real será el mayor de los dos valores.

Extracto de uno de los módulos del “Curso de mecánica de suelo“, que se imparte en el
centro de formación Ingeoexpert, de la mano de Juan José Pérez Santos, colaborador
de Geoquantics.

Si desea solicitar presupuesto para realizar estudios geotécnicos o geológicos, no dude


en contactar con nosotros en [email protected] o en llamar al (+34) 914448239.

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