Yacimientos Minerales Asociados A Procesos Metasomáticos e Hidrotermales
Yacimientos Minerales Asociados A Procesos Metasomáticos e Hidrotermales
Yacimientos Minerales Asociados A Procesos Metasomáticos e Hidrotermales
Ahora ya sabemos más sobre los yacimientos minerales que se forman en la corteza
terrestre y qué aportan a los seres humanos a la hora de extraerlos e incorporarlos a la
vida del Hombre en la Tierra. En otro post abundaremos sobre los yacimientos
minerales en España, pero mientras, si quieres dejar algún comentario al respecto de
este post, estaremos encantados de leerlo y responderte. ¡Anímate!
----------------------Otro autor----------------
Cambe mencionar que ambos conceptos son diferentes, pero van de la mano.
Del mismo modo, dado que los minerales son rocas, a menudo pueden
asociarse con cada tipo de roca.
Un yacimiento mineral debe ser rentable para ser explotado y que genere
beneficios económicos a los inversionistas y al estado, además de a las
personas que viven cerca del posible yacimiento.
Composición
Ubicación
Forma
Tamaño de las reservas
Calidad
Aspectos políticos y sociales
En cuanto a la composición los yacimientos minerales deben ser masas
homogéneas, en donde sea relativamente fácil discriminar entre los minerales
de mena y la ganga.
También dependiendo del tipo de metal de interés, la explotación será más fácil
entre más cerca de la superficie se encuentre la concentración del mineral de
interés.
Es así que, por ejemplo, los pórfidos cupríferos, y yacimientos epitermales (de
alta y baja sulfruación), estarán asociados con zonas de subducción y bordes
convergentes de placas, debido a que su formación necesita fluidos
hidrotermales dinámicos y control estructural que solo es posible en márgenes
activos.
Así mismo depósitos como VMS, sedex, carbonatitas y depósitos de Ni,Cr, son
mas susceptibles a formarse en bordes divergentes de placas o donde la
corteza continental u oceánica empieza a adelgazarse por procesos
magmáticos más profundos.
Por lo tanto, la corteza oceánica más antigua conocida tiene solo unos 200
millones de años, mientras que las rocas más antiguas de los continentes
tienen aproximadamente 4 mil millones de años.
2. Yacimientos neumatolíticos
Los yacimientos neumatolíticos se originan por reemplazamiento metasomático a alta
temperatura, disolución parcial, reemplazamiento químico y depósito a partir de los
fluidos mineralizantes a temperaturas entre 600 y 400 ºC. Los depósitos
neumatolíticos están condicionados por la composición del protolito y roca encajante,
el mecanismo de circulación de fluidos y la temperatura de formación, diferenciándose
yacimientos de skarn y de greissen.
Figura 1. Ambientes de formación de skarns en contextos compresivos (arcos isla oceánicos y márgenes
continentales) y distensivos (rifting continental), en relación con la intrusión de magmas en rocas
carbonáticas (calizas y dolomitas) y procesos de metasomatismo por liberación de fluidos (modificado
de Meinert, 1992). A) Subducción de corteza oceánica y formación de cuenca de tras-arco. B)
Subducción de corteza oceánica con bajo ángulo. C) Subducción de corteza oceánica con mayor ángulo.
D) Zona de rifting continental.
2.2. Yacimientos de tipo greissen
Los yacimientos de tipo greissen, al igual que los de tipo skarn, están relacionados con
la intrusión de rocas ígneas y percolación de fluidos a altas temperaturas. Sin embargo,
los yacimientos de tipo greissen se restringen a la intrusión de fundidos de
composición granítica, en los cuales se produce la alteración y mine- ralización de las
zonas periféricas o apicales de la propia roca ígnea debido al descenso de la presión y
rápida liberación de agua y volátiles acumulados a techo de la cámara magmática (Fig.
3). El metasomatismo aso- ciado a los fluidos ricos en sílice, expulsados por el fundido
granítico en etapas tardi-magmáticas, induce la silicificación de la roca y formación de
calcedonia, junto con la alteración de feldespato potásico en forma de agregados
micáceos microcristalinos (illita). En ocasiones se produce también la albitización de
feldespatos por fluidos ricos en Na. Estos fluidos suelen estar enriquecidos en Sn y W,
incluso Ta y Li, debido a la acción de la diferenciación, por lo que se suelen formar
minerales ricos en estos elementos (casiterita, wolframita, tan- talitia y lepidolita). Es
muy común que los yacimientos de tipo greissen estén asociados con otros
yacimientos filonianos de origen hidrotermal, y con mineralización de interés
económico (Fig. 3).
Figura 3. Modelo de yacimiento de tipo greissen y alteración y mineralización asociada en una cúpula
granítica (cúpula de El Trasquilón, Cáceres, España; http://copromi.es/permiso-de-investigacion-la-
cupula/).
3. Yacimientos hidrotermales
Los yacimientos hidrotermales están ligados a la acción de fluidos a elevada
temperatura en las últimas fases de consolidación de los magmas. Los fluidos suelen
presentar un carácter ácido debido a la presencia de sílice en disolución, lo que
favorece la movilización de distintos compuestos en forma de disoluciones ióni- cas.
Estos elementos suelen ser aquellos que no han participado en la formación de fases
minerales y que han quedado en el residuo tras diferentes procesos de diferenciación
y cristalización fraccionada, tales como Cu, Ag, Pb, Zn, Cd, Ba, Hg, As, Sb, Bi, Mo, Sn, W,
Mn, S, Se y Te. La expulsión de los fluidos se ve favorecida por estructuras tectónicas
(p.e., fallas) y planos de debilidad estructural, formando normalmente estructuras
lineares denominadas filones. Los filones pueden ser estratificados, depositándose los
minerales en capas su- cesivas desde los bordes hacia el centro de la cavidad, hasta
que se rellena completamente, pudiendo formar cavidades internas en forma de
geodas rellenas por los últimos minerales en cristalizar; o brechoideos, englo- bando
fragmentos de la roca encajante por acción de fallas previas, formándose una
mineralización en capas
concéntricas alrededor de esos fragmentos (denominadas escarapelas cuando son
completamente regulares). Otras morfologías típicas son en stockwork (vetas
entrecruzadas), cuerpos irregulares y diseminaciones minerales. Los yacimientos
filonianos suelen presentar numerosos compuestos metálicos, principalmente en
forma de sulfuros, de gran interés económico.
A medida que desciende la temperatura del líquido, se produce la precipitación de
fases minerales de alto interés económico. La precipitación de los minerales, a su vez,
está condicionada por variaciones en la tem- peratura y la presión, y cambios químicos
del medio, por reacción con la roca que atraviesan. Los minerales precipitan siguiendo
un orden y constituyendo la paragénesis mineral, característica de cada tipo de
yacimiento y de las condiciones del medio. Generalmente, la secuencia empieza por
cuarzo, continuando por la precipita- ción de sulfuros o arseniuros de Fe, blenda,
enargita, calcopirita, bornita, cobres grises (tetrahedrita y tennantita), cinabrio,
argentita y galena, junto a plata y oro nativos. Suele formarse también fluorita, barita,
apatito y carbonatos Ca, Mg y Fe (ganga). Las paragénesis minerales se distinguen en
función de la temperatura y profundidad del proceso hidrotermal:
• Paragénesis de altas temperaturas (filones hipotermales): formados entre 374 y 300
ºC, a gran pro- fundidad. Se encuentra magnetita, hematites, pirrotina, casiterita,
bismuto, wolframita, molibdenita, topacio, granate, anatasa, pirita, axinita, berilo,
rutilo, scheelita, y turmalina.
• Paragénesis de medias temperaturas (filones mesotermales): formados entre 300 y
200 ºC, a profun- didad media. Se encuentra galena, blenda, pirita, calcopirita,
tetrahedrita, baritina, calcita, dolomita, hematites y rodocrosita. Asociados a procesos
volcánicos (Depósitos estratoligados a volcanismo de tipo manto o estratiformes y de
sulfuros masivos VMS).
• Paragénesis de bajas temperaturas (filones epitermales): formados entre 200 y 50
ºC, a poca pro- fundidad. Se encuentra estibina, cinabrio, oropimente rejalgar,
argentita, plata, rodocrosita, celestina, baritina, marcasita, pirita, blenda, seleniuros y
telururos de oro y plata.
Los yacimientos hidrotermales tardimagmáticos a postmagmáticos suelen conllevar a
su vez procesos me- tasomáticos en las rocas encajantes que pueden llegar a
diversificar aún más la paragénesis mineral, tal como se ha explicado en los anteriores
apartados, junto con procesos de alteración hidrotermal. Los procesos de altera- ción
hidrotermal afectan a la composición mineralógica de las rocas, pudiendo incluso
llegar a cambiar su quimismo. Son procesos metasomáticos de menor temperatura
que los neumatolíticos a los que frecuentemente están asociados. Tal como se ha
descrito en los yacimientos de tipo greissen, se puede producir la silicificación de las
rocas a partir de la introducción de fluidos calientes ricos en sílice, promoviendo la
formación minerales silíceos (p.e., calcedonia). Otro tipo de alteraciones hidrotermales
son la albitización, argilitización, cloritiza- ción, alunitización o la adularización,
dependiendo de la composición de las rocas y de los fluidos con los que interactúan,
originando distintas asociaciones minerales características. Los tipos principales de
alteraciones hidrotermales son los siguientes:
Alteración potásica: formación de feldespato potásico y/o biotita secundarios (y/o
anhidrita), en presencia de soluciones casi neutras y a altas temperaturas (400º-
600ºC). Los procesos de formación de feldespato potá- sico y biotita secundarios son
como siguen:
plagioclasa + K+ -> feldespato potásico + (Na+, Ca2+) hornblenda + (H+, Mg2+, K+) ->
biotita + (Na+, Ca2+)
Alteración propilítica: formación de clorita, epidota, calcita y plagioclasa albitizada, por
la acción de soluciones casi neutras a temperaturas variables. El proceso de
cloritización de la biotita y de epidotización y albitización de la plagioclasa se describe a
continuación:
biotita + H+ -> clorita + cuarzo + K+
plagioclasa + cuarzo + H O + Na+ -> epidota + albita + H+
Alteración fílica o sericítica: formación de sericita y cuarzo secundario debido a la
hidrólisis de feldespa- tos a temperaturas entre 400 y 300ºC. La sericitización de los
feldespatos es:
3 KAlSi O + 2H+ -> KAl Si O (OH) + 6 SiO + 2 K+
Alteración argílica: formación de caolinita y/o montmorillonita. La sericita se forma por
un proceso de caolinitización, siguiendo la siguiente reacción:
4 KAl Si O (OH) + 6 H O + 4 H+ -> 3 Al Si O (OH) + 4 K+
Alteración argílica avanzada: destrucción total de feldespatos por hidrólisis extrema y
formación de cao- linita y/o alunita. La caolinita se genera a partir de la reacción
anterior, mientras que la alunita se forma a partir de la siguiente:
3 Al Si O (OH) + 2K+ + 6H+ + (SO )2- -> 2 KAl (SO ) (OH) + 6 SiO + 3 H O
Silicificación: destrucción total de la mineralogía original y formación de una roca
compuesta mayorita- riamente por silíce, debido a la hidrólisis completa de los
minerales.
Dentro de los yacimientos hidrotermales, existen distintos tipos de yacimientos con
características pecu- liares, tal como son los yacimientos de Fe y de Pb-Zn, los
yacimientos de Cu y los pórfidos cupríferos, los yacimientos de uranio y las
mineralizaciones epitermales de oro. Estos yacimientos son de gran importancia
económica, pues suelen presentar una alta concentración de elementos nativos y de
metales. En la Figura 4 se muestra un resumen de los depósitos minerales encontrados
en filones hidrotermales, incluyendo los minerales mena y ganga, y los tipos de
alteración asociada a su temperatura y emplazamiento.
Figura 4. Ocurrencia mineral en yacimientos hidrotermales (resumen de varios autores elaborado por A.
Chica S.).
3.1. Yacimientos hidrotermales de hierro
Los yacimientos hidrotermales de hierro, en parte, se han descrito previamente
asociados a procesos íg- neos, fundamentalmente volcánicos. Sin embargo, las
soluciones hidrotermales residuales de procesos ígneos plutónicos, a elevadas
temperaturas, también pueden dar lugar a yacimientos filonianos y metasomáticos de
hierro. El hierro se puede movilizar en forma de sulfatos solubles, los cuales precipitan
en forma de siderita al reaccionar con rocas carbonatadas (FeSO4 + FeCO3 -> FeCO3 +
6 SiO2 + CaSO4). Posteriormente, la siderita suele reemplazarse y transformarse en
hematites o en limonita. Tales yacimientos se encuentran diversas loca- lidades, tal
como el yacimiento de Somorrostro, en Bilbao (España; Fig. 5), el yacimiento de El
Marquesado en Guadix (Granada, España), o en Argelia.
Figura 5. Yacimiento hidrotermal de hierro en forma de carbonato de hierro en calizas del Somorrostro,
Bilbao (Espa- ña). Tomado de http://www.mtiblog.com/2011/03/mina-primitiva-castrejana-bilbao.html.
3.2. Yacimientos hidrotermales de plomo y zinc
Los yacimientos de Pb-Zn suelen tener un origen hidrotermal, en forma de filones,
rellenando cavidades y fracturas, o sustituyendo masas rocosas carbonáticas por
metasomatismo. Normalmente se encuentran aso- ciados a intrusiones plutónicas. Es
frecuente encontrar el plomo asociado a la plata en forma de galena argen- tífera. Los
minerales mena primarios suelen ser sulfuros de Pb (galena) y de Zn (blenda), aunque
también se encuentran numerosos minerales secundarios, originados por procesos
supergénicos, en forma de carbonatos, sulfatos, óxidos y silicatos (p.e., cerusita,
anglesita, calamina, cincita, smithsonita, marcasita).
Yacimientos hidrotermales de Pb-Zn se pueden encontrar en la región del Valle del
Missisipi, en Missouri, Oklahoma y Kansas, en las Montañas Rocosas, en Colorado,
hasta Nuevo México y Utah, o en Idaho, hasta Canadá, asociados a reemplazamiento
hidrotermal y metasomatismo a baja temperatura de calizas y dolomías. En España,
numerosos filones de galena argentífera se encuentran en el distrito de Linares-La
Carolina (Jaén), y de blenda, galena y pirita en Reocín (Santander) y en Cartagena,
asociados a intrusiones plutónicas y a rocas volcánicas y reemplazamiento hidrotermal
de rocas carbonáticas.
3.3. Yacimientos hidrotermales de cobre y pórfidos cupríferos
Los yacimientos de Cu suelen asociarse a procesos hidrotermales filonianos de baja
temperatura, aunque en ocasiones pueden encontrarse asociados a procesos
metasomáticos de mayor temperatura (yacimientos piro-metasomáticos). Los
minerales primarios mena formados son sulfuros de Cu, tal como calcopirita, que
usualmente se encuentra asociada a pirita. Los yacimientos suelen presentar
variaciones secundarias de en- riquecimiento, formando óxidos de Cu (p.e., cuprita),
carbonatos de Cu (p.e., azurita y malaquita) y sulfuros
secundarios de Cu (p.e., covellina y calcosina), junto a cobre nativo. Entre los
yacimientos hidrotermales de Cu, cabe destacar los pórfidos cupríferos, que forman
depósitos hipotermales a mesotermales.
Los pórfidos cupríferos son yacimientos hidrotermales asociados a rocas intrusivas
félsicas, de composi- ción granodiorítica, intermedias (dioríticas), a rocas filonianas, en
forma de pórfidos monzoníticos. Además de Cu, suelen contener cantidades variables
de Mo y/o de metales preciosos (Au y Ag). Suelen presentarse fractu- rados, agrietados
y alterados en superficie, formando mineralizaciones de sulfuros, principalmente
calcopirita, junto con blenda y galena. Los pórfidos cupríferos presentan una zonación
debido a la alteración hidrotermal, consistente en distintos tipos de alteraciones desde
el núcleo de la intrusión hacia los bordes (Fig. 6A). De esta forma, el núcleo presenta
una alteración potásica, con formación de feldespato potásico y biotita, que pasa a
formar cuarzo y sericita a partir de una alteración fílica o sericítica hacia fuera. En la
zona externa, se produce fenómenos de cloritización, albitización, caolinitización y
destrucción de feldespatos a partir de alteraciones argílicas y propilíticas (Fig. 6A).
Normalmente, las alteraciones potásicas y propilíticas se desarrollan pri- mero,
seguidas por la alteración sericítica y alteración argílica a techo del complejo, por
mayor participación de aguas hidrotermales. Es frecuente encontrar distintos tipos de
venas y estructuras de tipo stockworks en las zonas de alteración, incluso la formación
de brechas hidrotermales mineralizadas (Fig. 7).
La mineralogía también presenta una zonación, en función de las distintas zonas de
alteración: en la parte interna se encuentra un núcleo de baja ley, algo de calcopirita,
pirita y molibdenita; una zona de mena, en la parte externa de la zona de alteración
potásica e interna de la zona de alteración sericítica, con calcopirita, pirita y
molibdenita; una zona de pirita, en la zona de alteración sericítica, con pirita,
calcopirita, y trazas de molib- denita; una zona de baja pirita, con algo de pirita en la
zona de alteración propilítica; y una zona periférica, con calcopirita, galena, esfalerita,
y oro y plata nativos (Fig. B).
Grandes provincias metalogénicas de pórfidos cupríferos se pueden encontrar en la
cadena andina de Chile y Perú o al SO y al N de Estados Unidos, en Asia y Oceanía a
través del Cinturón de Fuego Pacífico, en Europa central y Turquía, al este Australia o
en Rusia.
Figura 6. Modelo de zonación de alteración (A) y mineralización (B) en pórfidos cupríferos. Modificado
de Lowell y Guilbert (1970) (www.unalmed.edu.co).
Figura 7. Diagrama mostrando un modelo de generación de depósitos de Cu, en relación con la zonación
de alteración en pórfidos cupríferos, el enriquecimiento supergénico y la formación de minerales de
interés económico, junto con los depósitos de venas, de reemplazamiento y tipo skarn.
Las alteraciones hidrotermales típicas encontradas en este tipo de yacimientos son de
tipo argílica avanza- da, propilitización y silicificación, en depósitos relacionados con
sulfatos ácidos, o de tipo potásico y sericítico, en relación con gradientes geotérmicos
(denominados de adularia-sericita; Fig. 8). Un tipo de yacimiento epi- termal,
denominado de tipo “Carlin” (encontrados en la faja de Carlin del Estado de Nevada,
USA), se asocia a facies carbonatadas en sistemas extensionales.
Los depósitos epitermales de metales preciosos pueden encontrarse en el anillo de
fuego del Pacífico (Japón, Indonesia, Chile) y el oeste de EEUU. En España, se
encuentran mineralizaciones de oro asociadas al volcanismo de Cabo de Gata
(Almería). La distribución de los depósitos epitermales suele coincidir con arcos
volcánicos en márgenes convergentes, aunque también se encuentran asociados a
sistemas de rifts tras-arco, tal como en la zona del Basin-and-Range en Estados Unidos
o en la Isla Norte de Nueva Zelanda, o a estructuras de tipo caldera y complejos
andesíticos volcánicos (p.e., San Juan Mountains de Colorado).
3.6. Variaciones secundarias de los yacimientos y enriquecimiento supergénico
Una vez formados los distintos yacimientos minerales por los procesos anteriormente
descritos, el con- tacto con el aire y las aguas meteóricas puede inducir la disolución de
minerales primarios que se encuentran a poca profundidad, generando una zona
estéril y árida. Normalmente, las especies en disolución se depositan en niveles
inferiores por la acción de aguas meteóricas y freáticas, produciendo distintas zonas de
enriqueci- miento secundario o supergénico. Este proceso puede ser muy importante
para concentrar minerales metálicos mena en distintas zonas por lixiviación, tal como
malaquita, cuprita, calcocita, covellina o cobre, según las condiciones de oxidación o
reducción del medio. De esta forma, se suelen diferenciar tres zonas, las cuales in-
dican las zonas de aireación y oxidación, de saturación, y de estancamiento del agua en
profundidad (Fig. 9):
• Zona de montera y de oxidación: parte superficial del yacimiento que coincide con la
zona de ai- reación, en la que predominan los procesos de oxidación, hidroxidación y
carbonatación. Se suelen formar minerales secundarios de colores vivos, pardo-
amarillentos a coloreados, compuestos por li- monita, goethita, hematites, azurita o
malaquita, por oxidación de sulfuros metálicos y formación de compuestos insolubles.
En la parte más superficial se suele encontrar una masa nodular de depósitos
ferruginosos (goethita) denominada montera o gossan.
• Zona de cementación o de enriquecimiento: parte intermedia del yacimiento,
coincidente con la zona de saturación de agua, en la que se acumulan compuestos
solubles transportados por infiltración de aguas freáticas. Se suelen originar nuevos
minerales en forma de sulfuros y metales nativos (Cu, Ag) debido a las reacciones
secundarias entre los compuestos en solución y los minerales primarios del
yacimiento.
• Zona primaria: parte más profunda del yacimiento, coincidente con la zona de
estancamiento de aguas, en las que el yacimiento suele conservar sus características
primarias y sus minerales singené- ticos previamente formados, sin modificación
sustancial.
Introducción
Tabla 1: reacciones químicas
Procesos de formación
Investigación y evaluación de los gossan
Bibliografía recomendada
Introducción
Con este nombre de gossan, también llamados monteras de hierro, se denominan los
afloramientos de rocas, que originalmente contenían sulfuros y que han sido sometidas a un
proceso de alteración supergénica. La característica más llamativa de los gossan es su aspecto
de colores rojizos, como consecuencia de la transformación de los sulfuros originales,
principalmente los ricos en hierro, en compuestos oxidados. Los gossan son el resultado de la
alteración física y química de las rocas como consecuencia de la acción de los agentes como la
lluvia, el viento, la acción solar o las aguas subterráneas. Estos procesos producen la alteración
de los sulfuros, disolución y precipitación de otros minerales y una lixiviación importante en las
rocas.
Históricamente, los gossan (figura 1) debido al contraste de sus colores, han servido como guía
de exploración de diferentes mineralizaciones. En épocas romanas, el objetivo eran las
concentraciones de metales preciosos como oro y plata, en los niveles más profundos de las
zonas oxidadas. En la minería moderna, la presencia de los gossans ha sido la guía más
importante para el descubrimiento de concentraciones de sulfuros metálicos. En la actualidad,
una parte importante de los estudios sobre los gossans están encaminados a prever las
consecuencias para el medio ambiente de estos procesos físico-químicos, debido al medio
ácido que se origina por la alteración de las rocas. Estos procesos naturales son los mismos que
los que se producen como consecuencia de la acción humana de las explotaciones mineras.
Figura 1: Zona de oxidación de Riotinto. Se pueden observar las antiguas galerías romanas.
Zona de cementación, que es la situada por debajo del nivel freático, en la que se
producen enriquecimientos en sulfuros de cobre de tipo calcosina – covellina. La
neoformación de sulfuros secundarios puede originar un fuerte enriquecimiento de los
contenidos medios de este metal y favorecer la viabilidad económica de un yacimiento
Zona primaria, que corresponde a los sulfuros inalterados. Los procesos de alteración
disminuyen con la profundidad de la mineralización.
TABLA 1___________________________________________________________
(7) 2ZnS + 4Fe3+ + 6SO4-2 +3O2 + 2H2O -> 2Zn2+ + 4Fe2+ + 4H+ + 8SO4-2
______________________________________________________________________
Procesos de formación
En las regiones afectadas por la glaciación del pleistoceno o aquellas en las que hay bosques
húmedos las zonas de oxidación, no tienen gran desarrollo, por ejemplo en Canadá, Rusia o el
norte de Europa. En otras extensas áreas de la corteza, si se han generado las zonas de
oxidación de los yacimientos de sulfuros. La identificación de estos gossan ha sido una técnica
en exploración mineral a lo largo del tiempo.
Blanchard llegó a la conclusión de que cada mineral, en su alteración, dejaba unas texturas
(boxworks) diferentes, con lo que del estudio de estas texturas se podía deducir la
mineralización primaria. A mediados de los años 70, los programas de exploración en
mineralizaciones de cobre-níquel australianos desarrollaron los estudios de gossan como
herramienta para la evaluación de los yacimientos, incluyendo los criterios texturales a escala
microscópica junto con la geoquímica. El estudio a escala microscópica puede ser importante
para diferenciar los gossan procedentes de sulfuros de otros “ironstones” que no proceden de
sulfuros. El estudio textural permite reconocer en muchos casos los procesos de alteración de
diferentes sulfuros primarios, así como los minerales secundarios que se han formado en las
zonas oxidadas (Figura 3). Sin embargo estas texturas réplica pueden estar ausentes, bien por
las características de la mineralización primaria (por ejemplo si los minerales son de grano fino)
bien por que los procesos de lixiviación estén muy avanzados.
La geoquímica es el arma importante en los estudios de los gossan; ya hemos visto que las
características de cada elemento implican un comportamiento distinto en los procesos de
alteración. El gran desarrollo de las técnicas de análisis permite en la actualidad hacer
muestreos sistemáticos y estadísticos de los contenidos y correlaciones de los elementos
químicos. Estos estudios geoquímicos permiten discriminar los diferentes tipos de “irosntones”
y diferenciar los gossan de los falsos gossan.
Una primera aproximación ha de ser mediante un muestreo, que debe ser amplio debido a la
gran variedad mineralógica y química que se puede dar en los gossan, y una cartografía
detallada de la zona, con especial atención a las características de relieve, erosión, estructuras,
tamaño y continuidad de las zonas oxidadas, así como la presencia de minerales secundarios,
carbonatos, sulfatos, además de goethita y hematites.
Las características mineralógicas, texturales y geoquímicas de los gossan dependen del pH del
medio, cuanta mayor es la acidez del medio, la preservación de texturas réplicas es más difícil
y la lixiviación es mayor.
Bibliografía recomendada
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Pórfido cuprífero
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Pórfido cuprífero
Chuquicamata en Chile es una mina a tajo abierto emplazada sobre un depósito de
pórfido cuprífero.
Fuente de Cobre, molibdeno, oro
Tipo Magmático—hidrotermal
Ley Baja
Índice
1Formación
2Yacimientos
3Véase también
4Referencias
5Bibliografía
Formación[editar]
Perfil típico de un pórfido cuprífero.
Yacimientos[editar]
Estos depósitos se distribuyen principalmente a lo largo del Cinturón de Fuego
del Pacífico,2 aunque también existen en Australia, China, Irán, Kazajistán,
la península balcánica, Rusia,6 Namibia7 y Zambia.6
En Perú se encuentran grandes depósitos en los departamentos de Cajamarca,
al norte, y Apurímac, Cusco, Arequipa, Moquegua y Tacna, al sur.
En el norte de Chile, los principales yacimientos de cobre son pórfidos
cupríferos formados en cinco episodios en el intervalo entre el Cretácico y
el Plioceno.8 Los principales depósitos de pórfidos cupríferos del norte de Chile
—Chuquicamata, Collahuasi, El Abra, El Salvador, La Escondida y Potrerillos—
están todos emplazados sobre la falla Domeyko.8
PROBLEMAS GEOTÉCNICOS EN SUELOS:
licuefacción y sifonamiento
Home Sin categorizar Problemas geotécnicos en suelos:
licuefacción y sifonamiento
Desde el punto de vista geotécnico ingenieril, podemos encontrarnos ante dos tipos de
problemáticas fundamentales en relación con los suelos. Por un lado los problemas
denominados “habituales” en los que los suelos forman parte del medio natural y se
ven sometidos a la acción antrópica, respondiendo a los problemas generales que esta
acción o acciones plantean, como son las excavaciones a cielo abierto, la construcción
de cimentaciones, las obras subterráneas, etc.
Dentro de estos problemas habituales se encuentran, por tanto, los siguientes:
Problemas de licuefacción
Este fenómeno se suele dar por disminución de la resistencia a los esfuerzos cortantes
del suelo producido por una solicitación brusca sobre el suelo, tal como un sismo, un
impacto, etc., siendo importante desde el punto de vista ingenieril por la rapidez con
que puede tener lugar como veremos más adelante.
Los materiales en los que se puede dar este fenómeno son las arcillas saturadas muy
sensibles, las arenas secas sueltas y las arenas limosas saturadas, sobre todo las de
baja compacidad.
Arcillas saturadas:
Todas las arcillas que han presentado fenómenos de licuefacción poseen una historia
geológica común, ya que se formaron por sedimentación marina y emergieron por la
recuperación isostática de los continentes al desaparecer las grandes cargas de hielo.
El resultado de este proceso en las arcillas fue la lenta sustitución del agua salada por
agua dulce, que produjo el lavado de la sal, provocando con ello la perdida de iones
sódicos y en consecuencia de actividad eléctrica de superficie, con lo que la resistencia
al esfuerzo cortante se vio fuertemente disminuida y la sensibilidad aumentada. La
menor resistencia conduce a menores factores de seguridad en los taludes naturales
hasta que fallan sin causa aparente; en el proceso, la arcilla se remoldea
comportándose como un líquido, estado que conserva, ya que la falta de iones en el
agua impide la reestructuración.
Donde,
(Nl)60 es el valor del SPT, normalizado para una presión aproximada de 10 t/m 2 y una
energía eficaz de golpeo del 60%. Para obtener este valor, se aplica la expresión:
(N1)60 = NCNCECBCRCS
Donde,
CN = (Pa/ σ’v)0,5, donde CN no debe exceder 1,7. Pa = presión atmosférica (10 t/m 2 ≌ 100
KPa)
CE varía en función de la energía de golpeo del ensayo; para el tipo “donut” 0,5 < C E <
1,2. Para el tipo “automático” 0,8 < CE < 1,3 Y para el tipo “safety” 0,7 < CE < 1,7.
CB indica la influencia del diámetro del sondeo, siendo igual a 1,0 para: 6S mm < Ø <
115 mm.
CR varía en función de la longitud del varillaje (L); para L menor de 3 m, C R = 0,75; para
L entre 4 y 6 m CR = 0.85 y para L entre 10 m y 30 m, CR= 1,0.
CS = 1,0 para tomamuestras estándar.
Este fenómeno de suelos areno-limosos flojos y con baja permeabilidad ha dado lugar,
durante terremotos, a grandes desastres por la anulación de las presiones efectivas
debido a la repetición cíclica y rápida de los esfuerzos tangenciales provocados por el
sismo. Esta situación se produjo en Japón durante el terremoto de 1964, en el que se
produjeron asientos métricos con el consiguiente vuelco y giro de edificios por estar
cimentados en depósitos flojos licuables. En ese mismo año se documentaron grandes
deslizamientos en Alaska con la afección de varios edificios que se desplazaron hasta
200m.
Habrá que comparar dicho gradiente hidráulico con un gradiente hidráulico crítico, que
será el que produzca el “fallo”. Este gradiente hidráulico crítico (icr) será el que anule
las tensiones efectivas, por tanto el sifonamiento ocurre cuando se alcanza un
gradiente hidráulico crítico cuyo valor es el cociente entre el peso específico
sumergido del suelo y el peso específico del agua:
Tomando unos valores “normales” para un suelo arenoso de densidad saturada igual a
20 kN/m³ y densidad del agua próxima a 10 kN/m³, resulta que el gradiente crítico
suele encontrarse en el entorno de la unidad.
Cualquier objeto que se sitúe sobre un terreno con estas características, es decir, que
tenga un peso específico superior al de la mezcla fluida de terreno y agua, se hundirá.
Esta situación es especialmente importante cuando encontramos maquinaria
operando dentro de una excavación, o existen cimentaciones apoyándose en esa zona.
Se trata del conocido fenómeno de las arenas movedizas.
Este problema es importante cuando se tiene que excavar bajo el nivel freático a una
determinada profundidad, por lo que suele ocurrir en excavaciones profundas al
abrigo de pantallas, tablestacas o pilotes secantes donde el nivel freático se encuentra
muy elevado y se detectan suelos sin cohesión como limos y arenas.
A modo de ejemplo, suponiendo el caso en que se tiene como datos el peso específico
de las partículas sólidas de un suelo “γs” y su porosidad “n“. El peso específico del agua
es “γw “. Se considera un coeficiente de seguridad “η“. Como el gradiente es h/(h+2H),
se puede comparar con el gradiente crítico dividido por su coeficiente de seguridad.
De este modo, la longitud de empotramiento resulta:
En la figura 3 se representa la evolución del empotramiento en función de la
profundidad de la excavación bajo nivel freático y de la porosidad del suelo,
suponiendo un γs = 2,65 t/m3 y un coeficiente de seguridad η = 3. Se puede observar
la relación lineal entre el empotramiento y la altura del nivel freático sobre la
excavación. Por otro lado cabe comentar que cuantos más poros presenta el terreno,
más empotramiento es necesario.
Se debe tener en cuenta que una cosa es la profundidad mínima de empotramiento
para evitar el sifonamiento y otra muy distinta es calcular el empotramiento necesario
de una tablestaca para soportar los esfuerzos de empuje a los que está sometido. Por
tanto, el empotramiento real será el mayor de los dos valores.
Extracto de uno de los módulos del “Curso de mecánica de suelo“, que se imparte en el
centro de formación Ingeoexpert, de la mano de Juan José Pérez Santos, colaborador
de Geoquantics.