Apuntes Constitucional 1 Upv

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CONSTITUCIONAL 1 UPV

EL DERECHO CONSTITUCIONAL

TEMA INTRODUCTORIO

El derecho constitucional es la rama que se encarga del poder político. El derecho constitucional forma parte del
derecho público.

Derecho público (aquel sector del ordenamiento que regula el ejercicio del poder del Estado orientado a la
obtención de intereses comunes).
Características:

• Las normas son de ius cogens, es decir, que son normas obligatorias.
• Cuando en su ámbito se regulan las relaciones entre poderes públicos e individuos, estos últimos, se
encuentran en desventaja. Esto es así porque los poderes públicos ya que defienden el interés general y por ello
gozan de esa ventaja.

El derecho privado( aquellas normas que regulan la relaciones entre individuos privados y por lo tanto que
actuan en defensa de sus intereses particulares).
Características:

• En el derecho el privado impera la voluntad de las partes, aunque hay limitaciones.

EXPLICACIÓN HISTÓRICA DE LOS DISTINTOS TIPOS DE PODERES

Distinción también en la diferenciación del interés, en el público es general y en el privado son individuales.

Históricamente antes no existía tal distinción y todo era derecho.


En la edad media(la monarquía no era absolutista y existía una privatización del poder jurídico, es decir que el
poder político se considera patrimonio de una persona, familia o grupo y por tanto las relaciones políticas o de
poder se van a configurar como algo negociable. El poder en la Edad Media estaba repartido. Con el
surgimiento de las monarquías absolutistas a finales del siglo 15, en España con el caso de Los Reyes
Católicos, el poder se concentra. Con su fallecimeinto prosiguen las monarquías absolutistas.

Con la consolidación de estas monarquías absolutas el derecho se va a publificar, es decir, que va a existir un
cambio de orientación, en el que las normas de derecho público se van a configurar como un conjunto normativo
con principios muy distintos a los que inspiraban al derecho privado.
La estructura del poder político va a dejar de ser el resultado de pactos o acuerdos entre iguales, si no que va a
ser el producto de una instancia superior(el rey) y además ese monarca va a concentrar atribuciones
exorbitantes, es decir, todo el poder está en sus manos sin compartirlo. Las monarquías absolutistas fueron
evolucionando hasta que un momento quebraron, conocido como la caída del Antiguo Régimen, con la llegada
del Estado Constitucional, en el siglo 19 en España.

A partir del siglo XX la situacon es totalmente distinta, ya que el ciudadano está en contínuo contacto con el
poder público y su relación con tal poder no es de dependencia. Antes el ciudadano era un vasallo, en el mundo
contemporáneo los individuos se consideran con derechos que imponen al poder público obligaciones y deberes
para con ellos. Por tanto, las normas del derecho constitucional se definen por su objeto. (Son las que regulan
las materias directamente vinculadas a la garantía básica de libertad de los individuos, es decir, aquellas normas
que sirven para reconociminto de derechos y aquellas que sirven para organizar a los poderes.) El hecho de
que se ordene jurídicamente el poder implican que el poder está sometido al derecho.
El derecho constitucional es el heredero de las leyes fundamentales de las monarquías absolutas. La diferencia
fundamental es que las normas que constituyen el derecho constitucional se inspiran en el principio de la
limitación del poder político, lo cual no se daba en las Monarquías Absolutistas.

Declaración de Derechos (1789) : “ Toda sociedad en la cual la garantía de los derechos no esté asegurada ni la
separación de poderes, no tiene Constitución”.

El derecho constitucional se constituye en el pilar del derecho público, ya que establece este las garantias y cómo
se reparte el poder público, el poder constitucional tiene una función de núcleo.

Se define el derecho constitucional como una parte del derecho público que regula las instituciones políticas
del estado y que recoge también los derechos y libertades de los ciudadanos. Su objeto de estudio es el de las
normas jurídicas concernientes a las instituciones políticas. En particular haciendo hincapié en un texto de
carácter solemne como es la Constitución, El derecho constitucional se presenta como un derecho
eminentemente institucional. Si observamos la constitución del 78 vemos que sus 11 títulos que la componen, 8
están dedicados a la organización del Estado.

El derecho constitucional nace independientemente para cada Estado. Primeras Constituciones:

• Estados Unidos (1787)


• Francia (1791)
• España (1812)

FINALIDAD DEL CONSTITUCIONALISMO, BASES Y DIFERENCIAS CON OTRAS CORRIENTES


IDEOLÓGICAS

Finalidad de las constituciones fue limitar el poder del monarca. Que la voluntad del estado no sea única y
exclusivamente lo que quiera el soberano. La voluntad del Estado se manifieste a través de las normas jurídicas
que aparezcan recogidas en un documento, el cual va a regular los poderes públicos y los derechos de los
ciudadanos. Antes de esto, lo que denominaremos constitucionalismo moderno, existieron algunos ciertos
precedentes constitucionales, conocidos como constitucionalismo antiguo. Sin embargo, ese constitucionalismo
antiguo no tiene las características fundamentales del derecho constitucional. No ampara derecho individuales y
tampoco derechos irrenunciables por parte de los individuos. Por ello el constitucionalismo difiere de forma
radical de corrientes ideológicas como el marxismo o el anarquismo(estos buscan la desparición del estado no
como en el derecho constitucional que promueve la libertad de los individuos, siempre en el marco de una
comunidad políticamente organizada). El objetivo del derecho constitucional es por un lado defender los
derechos de los individuos y por otro lado organizar esa comunidad política.

Desde un punto de vista material (referido al contenido) el derecho constitucional sería el conjunto de normas
que reconocen y garantizan los derechos individuales y las que organizan los poderes básicos del Estado.

Desde un punto de vista formal nos referimos a aquellas normas dotadas de un especial rango y fuerza
dentro del ordenamiento, protegiéndolas diferenciándolas del resto de normas ordinarias que componen ek
ordenamiento jurídico. Son normas supralegales. Estas características derivan de la posición fundamental de las
normas constitucionales. Son normas que expresan la consideración de ser piezas clave definidoras de todo el
sistema jurídico. Estas normas persiguen fundamentar sus principios fundamentales. Además su carácter
fundamental exige una especial estabilidad y la disposición de una suficiente protección de tales normas.
Esto se refleja en dos peculiaridades; en primer lugar a través de su elaboración y a su modificación (las
normas constitucionales son de extrema rigidez por lo que su modificación requiere de procedimientos
agravados).

LA EVOLUCIÓN DEL ESTADO


El Estado contiene de tres fases:
• Moderno
• Liberal
• Social

El concepto principal de Estado define que no es eterno y es una criatura mortal(metáfora que dice que tiene un
inicio y un final) y esa posibilidad de que pueda desaparecer resulta trascendente. A menudo se utiliza el término
Estado para referirse a cualquier forma de organización de una comunidad cuando esta alcanza un nivel superior
al meramente familiar o de parentesco, es decir, que sería como una organización política fundada y regulada por
el derecho, lo cual nos permite deducir de que allí donde hay derecho hay Estado. Todas estas afirmaciones no
son ciertas, pueden serlo desde el punto de vista de la sociología o antropología pero no desde el punto de vista
jurídico. El Estado nace con la Edad Moderna. En el renacimiento van a darse cambios muy importantes
donde el individuo se va a convertir en medida y criterio de la realidad.
El concepto de Estado juridico es el de máxima forma organizada del poder político, es decir que el Estado
aparece como un ente independiente con fines generales que comprende una población asentada sobre un
territorio, que está dotado de una estructura de gobierno y que se basa en un conjunto homogéneo y
autosuficiente de normas que regulan y articulan la sociedad y la estructura organizativa de la misma.
El Estado aparece a finales del siglo XV. Como ejemplo de concepción de Estado Moderno tenemos la
obra "El Principe" de Maquiavelo.

LECCIÓN 1 EL ESTADO MODERNO


ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DEL ESTADO

Definición de Estado:
"Se define el Estado como una organización que se atribuye un poder soberano, que está formado por un
conjunto de personas asentadas sobre un territorio en el que se ejerce dicho poder soberano, que actúa mediante
normas jurídicas y que asegura el cumplimiento de éstas atribuyéndose el monopolio de la llamada violencia
legítima."

El Estado lo constituyen tres elementos principales:


El poder soberano:
• Poder político (poder y autoridad). El monopolio de la coacción física legitima. Poder civil- Poder
Militar; Poder religioso-poder temporal(laico)
• Quien detente el poder: Soberanía Real- Soberanía Popular - Soberanía Nacional
• Poder soberano es: -Poder supremo( se impone a cualquier otro poder)
-Poder originario
-Poder incondicional
-Competencia de competencias
- Autogarantía

Definición según Naiara Arriola: El poder político en el marco de un Estado es un poder unificado y ejercido
de manera excluyente en una comunidad política en el marco de un territorio, es decir, que la afectación que
causa es intrínsecamente paa sí misma. Se crean una pluralidad de instituciones para ejercer cada una
individualmente parte de ese poder.
Esta soberanía se da en dos dimensiones:
- Exterior: La soberanía es el resultado de su
independecia frente a los demás Estados

-Interior: Ha de precisarse claramente quién


la ejerce.
El territorio:
• Territorio donde se ejerce la soberanía
• Territorio como espacio donde un determinado ordenamiento jurídico es válido
• El territorio como límite (frontera)
• El territorio como elemento imprescindible del Estado para ser sujeto de Derecho Internacional

Definición de territorio según Naiara Arriola: Se entiende el territorio como el ámbito espacial en el que el
Estado puede ejercer su soberanía ( sus potestades y poderes) El Estado dispone en su territorio con carácter
excluyente y exclusivo. Excluyente para otros Estados y exclusivo ya que es el único que actúa en ese territorio.
No puede existir un Estado sin territorio, ya que se necesita de un espacio material donde ejercer la soberanía.

El pueblo
• Comunidad de personas que viven en un Estado (del sistema estamental a la sociedad de clases)
• Pueblo es distinto de raza y nación: Lazos materiales y espirituales entre un grupo humano y su Estado
(naciones divididas en Estados y Estados divididos en naciones)
• Estado- Nación: Surgimiento Estados-Nación (Principio de las Nacionalidades); procesos de
descolonización
• Concepto de ciudadanía: Súbdito( o destinatario del imperio del Estado) - Ciudadano( sometimiento al
poder del Estado y reconocimiento de derechos)

Definición de pueblo según Naiara Arriola: Elemento indispensable para la existencia de la sociedad , sin
personas no hay Estado. Este está formado por el conjunto de personas que conviven establemente en una
comunidad política o nación unidas con ella por un vínculo llamado nacionalidad.
Se define al pueblo como ciudadanos de una comunidad política construida, es decir, que el Estado se suele
considerar una realidad preexistente al pueblo.

Antecedentes. En la Edad Media existían los Regium (monarquías medievales) entendidas como las
monarquías mediviales, con su final y una transformación se da el Estado Moderno gracias a una serie de
cambios en los elementos definitorios que trastocan tales Regium trascendentalmente.
• En las monarquías medievales existía una gran diversificación del poder, también entendido como
poliarquías. En el Estado moderno se centra ese poder.

• En las monarquías medievales existe una personalización del poder, es decir, no hay una diferenciación
entre el cargo y quien lo ejerce.

• Otra característica es el de la territorialidad del poder, es decir, en el caso de las monarquías medievales
no existe ese principio de territorialidad si no que existe el principio de poder. Existen inculaciones de
poder, ejemplo, vasallaje. En el Estado Moderno sí existe el principio de territorialidad de poder.

• Otra característica es que existe un cantonalismo(cantones de suiza) de las estructuras económicas y


sociales, es decir, que en cada parte controlada de cada centro de poder existen diferentes estructuras,
por ejmplo de moneda economicamente. En el Estado Moderno eso cambia y se centraliza el poder.

Transformaciones que sufren las monaquías medievales:


• Tendencias de tipo marxistas clásicas que atribuyen a una única causa toda ese cambio. El tránsito del
regium al estado moderno se debió únicamente a causas económicas y materiales. El Estado ha de
entenderse como una realidad al servicio de la economía. Si cambia la economía cambia el Estado.
• Teoría de Anderson. Teoría monocausal que defiende que las transformación se dio a causa de una
necesidad de readaptar el gobierno feudal a los intereses de la nobleza.
• Posturas relacionistas. El elemnto de la economía fue lo que más empujó pero no se puede obviar
otros elementos que también cambiaron como es el demográfico, la guerra, el ideológico, aparición de
nuevos metales.

Características:
• Rasgos políticos; existe un monopolio y concentración del poder político. Se sufre una
despersonalización del poder, pasando de una concepción privatista a una publicista. Existe el principio
de territorialidad del poder.
• Rasgos Económicos; se desarrolla una economía de mercado de tipo precapitalista. Se planifica la
economía como eje, en la que surgen nuevas teorías mercantilistas. Se consolida una economía dineraria
en la que los banqueros ganan peso.
• Rasgos Sociales; No desaparece el esquema estamental. Se da un creciente proceso de división de las
tareas.
• Rasgos Jurídicos; Estatalización de la ley ( único sistema normativo). Se va a empezar a formalizar el
derecho, es decir dejar de lado las costumbres. Se institucionalizará el estatuto publico.

El Estado Moderno recoge desde finales del siglo XV hasta finales del XVIII
Posteriormente llega el Estado Liberal.

EL ESTADO LIBERAL
En el Estado liberal hay que hacer refencia al Estado constitucional donde aparece un reconocimiento a
los derechos de los individuos y es la fase en la que se construye el estado nacional

EL ESTADO SOCIAL
Aquel entendido a partir de la Segunda Guerra Mundial hasta ahora.

DISTINCIONES ENTRE FORMAS DE ESTADO Y DE GOBIERNO


Para entender la forma política de un Estado hay que distinguir entre:

• Forma de Estado: Quién detenta la titularidad del mando y qué tipo de articulación estructura sus
elementos constitutivos (Pueblo, Territorio y Poder soberano).

-Por el modo de organización territorial del poder del Estado: Estado Unitario / Eº
Compuesto (federal).
-Por el modo de producción del Derecho: Eº Monista o Estado con división de
poderes.
-Por el criterio Histórico: Estado absolutista; liberal; fascista; social.
-Por el criterio democrático: Estado democrático y no democrático (dictatorial).

• Forma de Gobierno: Alude a la organización específica del Poder Constituido. Manera concreta en la
que se organiza el poder político del Estado.
-Las distintas formas de gobierno derivan de las diversas maneras de organizar el
poder político del Estado.
-Las formas de gobierno están en función de la distribución del poder político entre
los distintos órganos constitucionales 1)Poder legislativo (Parlamento);
2)Poder ejecutivo (principal órgano del Gobierno); 3)Jefatura del Estado
(históricamente integrado en el poder ejecutivo).
-Las clasificaciones de las formas de Gobierno tienen que ver con la combinación de
los procedimientos de legitimación democrática de los poderes ejecutivo y
legislativo.

Formas de Gobierno :

• Parlamentarista: Se eligen a los congresistas y senadores y son ellos quienes el eligen al presidente. En
este caso el presidente requiere de la confianza parlamentaria. Para retirar esa confianza parlamentaria se
acude a la moción de censura. En españa se conoce es una moción de censura constructiva, llamada así
ya que requiere de presentar un candidato. El gobierno también puede hacer leyes como son el decreto
ley y el decreto legislativo( ambos tienes control parlamentario), a parte de los proyectos de ley que
podría proponer al parlamento.

• Presidencialista: El presidente se elije a través de elecciones presidenciales o de forma directa como


ocurre en la mayoría. En este sistema el presidente es tanto jefe de gobierno como de Estado. En este
caso el jefe del estado no requiere la confianza del parlamento ya que no lo ha elegido el parlamento.

• Semipresidencialista: Como ocurre en Francia, donde existen un presidente de la república como jefe
del estado y un primer ministro como jefe del gobierno. Es decir, el poder ejecutivo está dividido. El
poder ejecutivo se ejerce entre los dos. El presidnete con el consentimiento de la Asamblea Nacional
designa el presidente del gobierno. Combina elementos de sistemas presidencialistas y parlamentaristas.
Sí hay una relación de confianza parlamentaria a diferencia del sistema presidencialista.

TEMA 2 ESTADO MODERNO COMO ESTADO CONSTITUCIONAL

ORIGENES DEL CONSTITUCIONALISMO

Los principios que rigen el constitucionalismo del estado liberal son el principio de igualdad, principio de
libertad y de los derechos individuales (los individuos han de ser libres, es decir, que el estado tiene que
mantener sus dere chos individuales civiles y políticos) y el estado de derecho (entendido como ciudadanía y
poderes públicos están sometidos a la ley)

El constituconalismo procede de unas revoluciones desde un carácter liberal, que implican que en esos siglos de
la ilustración, surge una concepción del individuo de enternder su libertad diferente a la de los siglos anteriores.

Constitucionalismo en Gran Bretaña(1688-1776)


Detrás de las constituciones hay relaciones de poder en cuanto a diferentes niveles de ver ciertos principios. Por
ejemplo unas constituciones definen los derechos defendiendo más o menos la libertad.

Evolución
• Carta magna
• Revolución gloriosa

Características
• No hay constitución escrita ( constitución evolutiva) hay leyes que regulan que tienen una naturaleza
constitucional que van evolucionando materialmente pero esas leyes no están escritas. Esto es diferente
al resto del mundo puesto que lo normal es que sí sea escrita.

• Tradición dle Common Law prioridad al derecho jurisprudencial y separación de poderes Check &
Blanches. En vez de tener ocmo guia al derecho civil tiene como prioridad el derecho jurisprudencial.
Las cámaras hacen menos cambios ya que los suelen hacer la jurisprudencia

2 principios basicos:(aportaciones principales)

Rule of law: soberanía y poderes públicos están sometidos a la ley, traducción del término (Bases del estado de
derecho. La corona va perdiendo sus funciones jurisdiccionales. Independencia de los jueces. Jueces defienden
los derecho de la ciudadanía. Separación de poderes.

Soberanía parlamentaria: (Rey y cámaras comparten el poder soberano. Primer Ministro va haciendo la función
de la dirección política, ya no hace todo el Rey. Se va asentando la monarquía parlamentaria. Sirve como freno
al sistema despótico anterior del Rey.

Idea

Lo que surge en el siglo 17 es un regimen cosntitucional que tambien favorece a sectores como comerciantes,
pero no tanto a los excluidos. Es decir, no son revoluciones tan democráticas como se piensa, ya que quedan
excluidos muchos sectores de la población.

Teoría

En la historia constitucional comparada es posible distinguir cuatro grandes


etapas. La primera de ellas se desarrolla en Inglaterra -sólo a partir de 1707 cabe hablar
de la Gran Bretaña- desde comienzos del siglo XVII hasta la época de la emancipación
de las colonias americanas, con una fecha clave en medio: la “Gloriosa” revolución de
1688. En los documentos más importantes de esta primera etapa, sobremanera en el Bill
of Rights de 1689, se formulan dos principios básicos del derecho público británico,
todavía en vigor: el rule of law o Estado de derecho y la soberanía del Parlamento, esto
es, del rey junto a las cámaras de los Lores y la de los Comunes. Dos principios
procedentes de la baja Edad Media (Bracton y Fortescue los habían formulado con
claridad), que los intentos absolutistas de Tudores y Estuardos no consiguieron nunca
desterrar, a diferencia de lo que ocurrió al otro lado del Canal de la Mancha.

De acuerdo con estos dos principios, los revolucionarios de 1688, tras forzar la
abdicación de Jacobo II, vertebran la primera monarquía constitucional del mundo, cuyo
fundamento se hallaba en el consentimiento de la nación representada por el
Parlamento, aunque éste siguiese reconociendo a Guillermo de Orange amplios poderes
en la esfera ejecutiva e incluso en la legislativa, al poder vetar las leyes aprobadas por
los Lores y los Comunes. En realidad, el rey que emerge de la revolución de 1688 -que
fue una mera revolución política, a diferencia de la francesa de 1789- no sólo reinaba,
sino que también gobernaba. Téngase presente que los hombres que hicieron esta
revolución estaban tan lejos del absolutismo monárquico como de la república, cuyo
recuerdo se asociaba al puritanismo de Cromwell. Querían un rey robusto, con política
propia, aunque para llevarla a cabo tuviese necesariamente que recabar el concurso del
Parlamento, al que correspondía aprobar las leyes -que en adelante el monarca ya no
podría dispensar-, y, por tanto, los impuestos, así como exigir la responsabilidad penal
de los miembros del ejecutivo a través de un complicado procedimiento: el
impeachment. Un procedimiento que en ningún caso podía dirigirse contra el rey, dada
su irresponsabilidad jurídica y política, que exigía que todos sus actos fuesen
refrendados por sus ministros, según las máximas king can not do wrong y king can not
act alone. El rey, por otra parte, ya no podría intervenir en el ejercicio de la función
jurisdiccional, que se encomendaba a unos jueces independientes e inamovibles, a
quienes se confiaba la importantísima misión de proteger los derechos individuales,
como el de habeas corpus, el de petición, el de portar armas y la libertad de imprenta.
Derechos incluidos en el Bill de 1689.

Se trataba, pues, de una monarquía de nueva planta, aunque los revolucionarios


de 1688 pretendiesen engarzarla con la de la baja Edad Media, basada en el binomio
rey/ reino, y los derechos individuales con los privilegios estamentales consagrados por
la Carta Magna, como expresamente había hecho ya la Petición de Derechos de 1628,
aprobada por el Parlamento durante la época de Jacobo I.
Tal engarce era muy acorde con el liberalismo inglés del siglo XVII y en
particular con el que alumbró la revolución de 1688. Un liberalismo cuyo substrato
iusracionalista -muy evidente en Locke, el gran teórico de esta revolución- no le impidió
mantener una concepción historicista, pragmática y conciliadora de la política, que le
impulsó a tender puentes entre el presente y el pasado, entre la aristocracia y la
burguesía, entre las dos Cámaras del Parlamento y una Corona ocupada por una Casa, la
de Orange, símbolo del protestantismo; Una religión cuya continuidad trató de asegurar
en 1701 la Ley de Establecimiento.

Ahora bien, es preciso tener en cuenta que desde la entronización de los


Hannover, en 1714, diversas reglas no escritas, conocidas más adelante como
"convenciones constitucionales", fueron alterando las bases constitucionales de la
revolución de 1688. Estas convenciones irían parlamentarizando la monarquía
constitucional al transferir de facto al Gabinete, y dentro de él sobre todo al Primer
ministro, la dirección política del Estado, que de iure residía primordialmente en el rey,
como se ha dicho. A un Gabinete, desde luego, responsable políticamente, y no sólo
penalmente, ante el Parlamento, sobremanera ante los Comunes, sin perjuicio de que la
confianza regia siguiese siendo necesaria para gobernar hasta el siglo XIX. En realidad,
el sistema parlamentario de gobierno, en cuya consolidación desempeñó un papel clave
el sistema bipartidista, sería la tercera gran aportación del constitucionalismo británico,
junto al rule of law y a la soberanía del Parlamento.

En esta primera etapa de la historia constitucional comparada es necesario, pues,


distinguir dos modelos: el que diseñaba la Constitución formal y el que articulaba la
Constitución material. El primero, sustentado doctrinalmente en la lockeana teoría de la
balanced constitution, retocada más tarde por Bolingroke, Blackstone y Paley, era una
modelo monárquico-constitucional; el segundo, defendido por Burke y Fox, era un
modelo monárquico-parlamentario. Dos modelos, sin embargo, no siempre fáciles de
distinguir en el siglo XVIII, ni siquiera para los propios británicos, y llamados a gozar
de una enorme influencia en la historia constitucional comparada. En rigor, el debate
que tuvo lugar, dentro y fuera de la Gran Bretaña, acerca de ambos modelos (para
rechazarlos o para aceptarlos) representa una parte importantísima de esta historia,
como se verá de inmediato.

Constitucionalismo en EEUU
Evolución
• Declaración de indepencia de las colonias 1776. Cada estado crea sus propia constitución(13
constituciones) son más progresistas que la constitución posterior.
• Constitución 1787 + Bill of Rights: En esta constitución no todos osn representados, como es el caso de
los negros, que no eran considerados ciudadanos, lo mismo pasa con los indígenas. En esta época ocurría
lo mismo con las mujeres, cuestioando por todo ello si verdaderamente eran tan democrática.
• Marbury vs Madison epaia 1803

Características

Sociedad homogénea + Ausencia de Corona


El titular de la soberanía es el pueblo
División de poderes más rígida: República presidencialista
Sistema Federal: La federación asume muchas competencias
Supremacía Cosntitucional; " judicial review of legislation" ( control constitucioanl de las Leyes)

Teoría

Si la primera etapa es la más extensa de todas, la segunda, la revolucionaria, es


la más intensa. Se inicia en 1776 con la independencia americana, prosigue con la
Revolución francesa de 1789 y culmina con las Cortes de Cádiz, abarcando, así, las tres
fases de la revolución euroatlántica, de la que surgirá una pluralidad de naciones
independientes y republicanas, tanto en la América anglosajona como en la hispánica.
Durante esta etapa, los textos constitucionales americanos y franceses se inspiran
sobre todo en el iusnaturalismo racionalista, fuente primordial de la Declaración de
Independencia de los Estados Unidos, de la Declaración de Derechos de Virginia y de la
Declaración francesa de 1789, con sus referencias al estado de naturaleza, al pacto
social, a los derechos naturales e inalienables del hombre y a la soberanía del pueblo o
de la nación.

No obstante, en los Estados Unidos el iusnaturalismo no estuvo reñido con el


respeto a la tradición británica del common law, como tampoco había ocurrido con
Locke, máxima autoridad doctrinal para los padres fundadores de los Estados Unidos.
Un common law que, a juicio de éstos, la metrópoli había hollado reiteradas veces,
como recuerda la Declaración de Independencia, pergeñada por Jefferson.

Los dos modelos constitucionales más influyentes que se vertebraron durante


esta etapa fueron obra de la Convención de Filadelfia y de la Asamblea de 1789. El
primero de ellos cristalizó en la todavía vigente Constitución de los Estados Unidos de
América, aprobada en 1787, a la que se agregó en 1791 un Bill de Derechos, propuesto
por Madison, en donde se reconocieron la libertad religiosa, de expresión y de imprenta,
el derecho de reunión y de portar armas, la inviolabilidad de domicilio y
correspondencia y una larga lista de garantías procesales, a partir de la cláusula due
process of law, que en el futuro permitiría al Tribunal Supremo articular una
construcción jurisprudencial del Estado de derecho.

Desde un punto de vista organizativo, el modelo americano ponía en pie una


República inspirada en la soberanía popular y vertebrada de acuerdo con una rígida
separación de los poderes, de donde nacería el sistema presidencialista de gobierno. La
Jefatura del Estado y del gobierno se atribuía a un Presidente de la República, elegido
por el cuerpo electoral, aunque de forma indirecta; el poder legislativo a un Congreso
bicameral, compuesto de la Cámara de Representantes y del Senado, y el poder judicial
a unos jueces y Tribunales presididos por el Tribunal Supremo. Tales poderes se
sometían entre sí a un conjunto de checks and balances, como el veto presidencial de las
leyes y la responsabilidad penal del Presidente ante el Congreso. Pero, además, la
Constitución de 1787 establecía una distribución federal del poder que iba más allá del
entramado previsto en los "Artículos de la Confederación" (el documento trazado en
buena medida por John Dickinson) y que consagraba un difícil compromiso entre los
partidarios de reforzar los poderes de la Federación, como Hamilton y Madison, y los
que abogaban por mantener unos Estados robustos, como Jefferson. Last but not least,
el modelo americano sancionaba el valor normativo de la Constitución y, por tanto, de
los derechos que a partir de 1791 tal Constitución reconoce. En realidad, en los Estados
Unidos de América la Constitución se concibió como la norma suprema del país, a la
que se subordinan todas las demás. La supremacía de la Constitución se afianzaría de
forma definitiva en la importantísima sentencia dictada por el Juez Marshall en el
célebre caso Marbury versus Madison, de 1803, en la que se encuentra el fundamento de
la revisión judicial de las leyes (la judicial review).

Constitucionalismo en Francia
El impulsor del constitucionalismo durante esta segunda etapa es un liberalismo
radical, aunque no democrático, que exaltaba la libertad individual, sin cerrarse del todo
a la igualdad. Un liberalismo antiaristocrático y antimonárquico, aunque en Europa se
viese obligado a aceptar la Monarquía. Una Monarquía, eso sí, en la que el monarca
pasaba a ser siervo del Parlamento, de un Parlamento monocameral, como aconteció en
la Francia de 1791 y en la España de 1812.

El segundo gran modelo constitucional de esta etapa revolucionaria se plasmó en


la Declaración de Derechos de 1789 y en la Constitución de 1791. El primer texto parte
de una concepción filosófica, no jurídica, de los derechos, que se conciben como
derechos del "hombre" y no sólo de los "ciudadanos". Una concepción que defendieron
con especial brillantez Sieyès y Barnave, frente al criterio de Mounier y Mirabeau, que
deseaban "positivizar" tales derechos, incluyéndolos en la Constitución. La Declaración
de 1789 comenzaba afirmando la igualdad natural de los hombres, esto es, no que los
hombres "debieran ser" iguales, sino que, en efecto, lo eran. Una afirmación que
criticaría ácidamente Bentham poco después. Conforme a estas premisas, la Declaración
proclamaba la igualdad ante la ley, la libertad religiosa, de expresión y de imprenta, el
derecho de habeas corpus, los principios de legalidad penal y fiscal, la presunción de
inocencia y el derecho, "inviolable y sagrado", de propiedad. Unos "derechos naturales
e imprescriptibles del hombre" cuya conservación era "el objetivo de toda asociación
política". Para lo cual era preciso que el Estado en ciernes se articulase conforme a dos
principios claves: el de soberanía nacional y el de división de poderes, a los que alude
esta Declaración en los artículos tercero y décimo sexto.

Estos dos principios, interpretados ambos de acuerdo con las doctrinas de


Rousseau más que con las de Montesquieu, como hizo Sieyès, el gran ingeniero
constitucional de la Revolución francesa, se convirtieron en los dos grandes pilares de la
Constitución de 1791, aprobada por la Asamblea Constituyente el 3 de septiembre y
"aceptada" por el monarca, a la sazón Luis XVI, diez días más tarde. A partir de estos
dos principios, más bien dogmas o apotegmas, la Constitución de 1791 puso en planta
una monarquía republicana, que otorgaba a la Asamblea Nacional, además de la función
legislativa, el ejercicio primordial de la dirección política del Estado, a la que debía
someterse el rey (que no podía disolver el Parlamento) y unos ministros a los que se
prohibía ser diputados. Prohibición que se aprobó, una vez más, contra el criterio de
Mirabeau, el miembro más clarividente de aquella magna Asamblea, precursor del
constitucionalismo que triunfaría en el siglo XIX.

Constitucionalismo español
En la Constitución española de 1812, origen del constitucionalismo hispánico, el
iusnaturalismo está todavía más matizado que en los Estados Unidos, al fundamentarse
en una supuesta tradición medieval liberal, laboriosamente exhumada por Martínez
Marina y a la que se remite una y otra vez el extenso y enjundioso "Discurso
Preliminar"-en cuya redacción destacó la pluma de Agustín Argüelles- del código
gaditano, así como el preámbulo de éste, que contiene también una significativa
invocación divina, fruto del fuerte influjo que el catolicismo ejerció sobre los diputados
de las Cortes de Cádiz, incluidos algunos destacados liberales, como Diego Muñoz
Torrero, presidente de la Comisión constitucional.

Pese a que el modelo de 1789-1791 fracasó estrepitosamente, los principios en


los que se inspiraba ejercerían una gran influencia no sólo en Francia, en donde la
Declaración de 1789 sigue todavía en vigor, sino también en España. En realidad, pese a
los deseos de anglófilos como Jovellanos y Blanco-White, el modelo constitucional por
el que se decantó la Asamblea de 1789- la más brillante e influyente de toda la historia
del parlamentarismo- fue el que tuvieron más en cuenta los hombres que redactaron la
Constitución española de 1812. Una Constitución del siglo XVIII, aunque
cronológicamente se hubiese aprobado en el XIX.

Frente a una monarquía tan o más absoluta que la francesa y con una sociedad
mucho más parecida a la de Francia que a la de la Gran Bretaña -con una nobleza
igualmente parasitaria, aunque con una burguesía muchísimo menos potente social y
políticamente en España que en Francia- los liberales doceañistas prefirieron seguir el
modelo francés de 1789-1791 en vez del británico de 1688. Ciertamente, algunas piezas
de este modelo suscitaban su admiración, como la independencia de los jueces y el
florecimiento de las libertades públicas, pero, no bien conocedores del proceso
parlamentarizador llevado a cabo por las convenciones constitucionales, entendían que
en la monarquía británica el peso del monarca y de la Cámara de los Lores era excesivo
e incompatible, desde luego, con el que debían tener en una nación decidida a llevar a
cabo no sólo una revolución política, como la de 1688, sino también una revolución
social, como la de 1789. Debe tenerse en cuenta, asimismo, que la adopción del modelo
monárquico-constitucional británico chocaba con un contexto histórico en el que el
pueblo era el protagonista indiscutible, en contraste con la ausencia del rey y la
deserción de buena parte de la aristocracia, que había decidido colaborar con las
autoridades francesas y aceptar el Estatuto de Bayona.

Es preciso recordar, no obstante, que los dos grandes principios en los que se
fundamentaba el modelo constitucional creado por la Asamblea de 1789, la soberanía
nacional y la división de poderes, no se defendieron en las Cortes de Cádiz apelando a
la razón, como había ocurrido en esta Asamblea con los "patriotas", artífices de la
Constitución de 1791, sino a la historia medieval española. Por otro lado, es preciso
señalar que la Constitución de Cádiz carecía de una declaración de derechos. No fue un
olvido involuntario. Se rechazó expresamente una declaración de esta índole para no dar
lugar a las acusaciones- por otra parte muy frecuentes- de "francesismo". No obstante,
de una forma dispersa y desordenada, el código gaditano, sobre todo en el título V,
reconocía algunos derechos individuales, como el del juez predeterminado por la ley, el
de Habeas Corpus, el de petición o la libertad de imprenta, pero no desde luego la
libertad religiosa. Antes al contrario, el artículo 12 de este texto- dolorosa y a la postre
inane concesión de los diputados liberales a los sentimientos mayoritarios de los
españoles- consagraba de manera rotunda la confesionalidad católica del Estado.

Precisamente, la mezcla de catolicismo, historicismo nacionalista -vinculado


éste de forma inextricable a la resistencia contra Napoleón-, y radicalismo liberal,
explican en buena medida el enorme influjo de la Constitución de Cádiz en Europa,
sobre todo en la del Sur, y en Hispanoamérica, durante las tres primeras décadas del
siglo XIX, esto es, justamente en el decisivo momento de la transición del Antiguo
Régimen al Estado liberal, aunque el mito de Cádiz perduraría a lo largo de toda la
pasada centuria.

Constitucionalismo del siglo XIX


Teoría

La tercera etapa, la decimonónica, comienza en 1814 y termina en 1917, en


plena Primera Guerra Mundial. Durante ella se consolida y expande el Estado
Constitucional en Europa y América, aunque dentro del viejo continente esta expansión
quedase detenida en su parte oriental, bajo el yugo de los imperios ruso y otomano. Si la
Constitución de los Estados Unidos se convirtió a lo largo de este período en el más
importante punto de referencia para los países Iberoamericanos (aunque más teórico que
práctico), el nuevo constitucionalismo post-revolucionario europeo, fruto en buena
medida del acuerdo entre la aristocracia reformista y la alta burguesía, dio la espalda al
constitucionalismo salido de la Revolución de 1789 y adoptó el que había triunfado en
la Inglaterra de 1688. Un constitucionalismo este último que ya habían elogiado
Voltaire y Montesquieu durante la primera mitad del siglo XVIII y Mounier y Mirabeau
en la Asamblea de 1789.

De este modo, la soberanía del Parlamento (de un Parlamento bicameral, con


una Cámara Baja elegida por una minoría de la población y con una Cámara Alta
inspirada en la de los Lores), la concepción de los derechos individuales como derechos
positivos creados por el legislador nacional, así como el sistema parlamentario de
gobierno, pasaron a formar parte esencial del bagaje doctrinal del nuevo
constitucionalismo europeo, traumatizado por el recuerdo del terror jacobino y en cuya
definición jugaron un papel muy relevante Benjamín Constant y los doctrinarios
franceses Royer-Collard y Guizot.

A partir de 1814 se rompe, así, el nexo que en el siglo XVIII había existido entre
el Constitucionalismo de los Estados Unidos y el de la Europa continental. Un nexo
fácilmente perceptible si se coteja la Constitución de 1787 con la francesa de 1791 y
con la española de 1812. De este modo, mientras en los Estados Unidos se consolida
una República presidencialista y federal basada en la supremacía de la Constitución
sobre la ley, en Europa se consolida una monarquía abierta al sistema parlamentario,
unitaria, con la excepción de los Imperios confederales de Austria-Hungría y Alemania,
y cimentada en la supremacía de la ley sobre la Constitución, cuyo valor jurídico se
devalúa respecto del que había alcanzado bajo la Constitución francesa de 1791 y la
española de 1812, hasta convertirse en un mero documento político.
El abandono de los principios de 1789 y la adopción de los británicos de 1688 se
hace patente en las Carta francesa de 1814, otorgada por Luis XVIII, hermano del
monarca guillotinado en 1793, y cuyas líneas maestras fueron trazadas por los
doctrinarios Beugnot, redactor del preámbulo, en el que se formulaba el principio
monárquico, y Montesquieu, autor principal de su breve articulado. La Carta de 1814
reconocía que Luis XVIII, "Rey de Francia y de Navarra", sin dejar de ser soberano,
autolimitaba voluntariamente el ejercicio de su soberanía en beneficio de un Parlamento
y de unos jueces independientes. Esto es, venía a admitir, no una división de poderes
(pouvoirs), pero sí una división de potestades (puissances). La Carta, además, aceptaba
una de las más relevantes conquistas de la Revolución de 1789 cuando, bajo la rúbrica
de "Derecho Público de los franceses", recogía algunos derechos y libertades que en la
Declaración de 1789 se habían presentado como "derechos naturales del hombre y del
ciudadano": la igualdad ante la ley, la libertad de conciencias y cultos -pese a la
confesionalidad católica del Estado- la libertad de Imprenta y el respeto a la propiedad
privada sin excepción, incluidos los "bienes nacionales" confiscados a la aristocracia y
el clero durante la revolución.

La intransigencia del "ultra" Carlos X, hermano de Luis XVIII, provocó en 1830


la revolución de Julio, que obligó a revisar la Carta de 1814, sobre todo su preámbulo.
La nueva Carta ya no se concebía como un texto otorgado por el rey, sino como
resultado de un pacto entre Luis-Felipe de Orleans, "Rey de los franceses", y el
Parlamento. Por lo demás, el contenido de la Carta de 1814 se mantuvo casi en su
integridad, aunque la de 1830 limitaba la potestad reglamentaria del monarca,
ampliaban un tanto las competencias del Parlamento, por ejemplo en materia de
iniciativa legislativa, y suprimía el artículo que proclamaba la confesionalidad católica
del Estado.

La revolución francesa de 1830 alentó a los liberales belgas a separarse de


Holanda y a proclamar un nuevo Estado constitucional. La Constitución de 1831 tuvo,
no obstante, un contenido político bastante más avanzado que la Carta francesa de 1830.
No era, como ésta, una "Carta constitucional", sino una auténtica Constitución, esto es,
la consecuencia del acuerdo unilateral de una Asamblea constituyente, que, en nombre
de la nación, imponía el nuevo texto constitucional a los órganos constituidos que ella
creaba, incluido el rey, Leopoldo I, cuya dinastía, la de Sajonia-Coburgo, los
constituyentes belgas eligieron libremente, rechazando la continuidad dinástica de la
Casa de Orange, al negarse a aceptar las pretensiones del Rey Guillermo de Holanda.
Como consecuencia de este punto de partida, los poderes del rey estaban más
limitados en la Constitución belga de 1831 que en la francesa de 1830. Asimismo,
mientras que en la Carta de 1830 se había conservado una pairía hereditaria designada
por el rey, en Bélgica el Senado se articuló ya inicialmente como una cámara electiva.
El sufragio electoral, además, si bien en ambos países estaba basado en el censo de los
contribuyentes, era bastante más amplio en Bélgica que en Francia. La libertad religiosa
se regulaba, en fin, con más generosidad en la Constitución de 1831, a la que no fue
ajena la influencia de Lamennais, que en la Carta de 1830.

Desde un punto de vista histórico-constitucional, la principal característica de la


Constitución belga reside en haber acogido las dos tradiciones constitucionales más
relevantes del continente europeo: la francesa y la inglesa. Si merced a la primera el
artículo 25 proclamó la soberanía nacional, a tenor de la segunda las relaciones entre el
rey y el Parlamento se regularon desde unas premisas proclives al desarrollo del sistema
parlamentario de gobierno.
Los tres textos constitucionales que se acaban de comentar tuvieron una
influencia muy grande. El principio monárquico recogido en la Carta de 1814 inspiró el
constitucionalismo alemán desde del siglo XIX y fue también la fuente más relevante de
la Carta portuguesa de 1826 (trasunto, a su vez, de la brasileña de 1824), así como del
Estatuto Albertino de 1848. La Carta de 1830 fue tenida muy en cuenta, en cambio, por
los redactores de las Constituciones españolas de 1845 y 1876. Por su parte, la
Constitución belga tuvo un enorme influjo en el constitucionalismo más progresista,
como el que cristalizó en la Constitución española de 1869.

Ahora bien, en rigor, las Cartas francesas de 1814 y 1830 y la Constitución belga
de 1831 articulaban tres versiones distintas de un mismo modelo monárquicoconstitucional,
inspirado sobre todo en la Gran Bretaña, aunque esta última Constitución
intentase -y en parte consiguiese- llevar a cabo una síntesis entre el constitucionalismo
francés revolucionario y el británico, según se acaba de decir.

La monarquía constitucional, en realidad, se convirtió en el modelo mayoritario


en la Europa del XIX, aunque, en función de la práctica y de las convenciones, este
modelo amparase diversos sistemas de gobierno: desde el parlamentario, que se
consolidó en la Gran Bretaña -sobre todo a partir de la Reform Act de 1832- en Bélgica,
en Holanda y en los países escandinavos, hasta el antiparlamentario que estuvo en vigor
en Alemania, pasando por el orleanista de la Europa del sur, basado en la doctrina de la
doble confianza del Gobierno: ante la Corona, la más importante en la práctica, y ante el
Parlamento. Una doctrina sustentada por Royer-Collard y Guizot en Francia, así como
por todos los conservadores españoles, desde Martínez de la Rosa a Cánovas del
Castillo, defensores de la "soberanía compartida" entre el rey y las Cortes, pilar del
constitucionalismo moderado y conservador español del siglo XIX, que en realidad no
era sino la versión patria de la británica soberanía del Parlamento.

Desde luego, durante esta tercera etapa se aprobaron también algunos textos
constitucionales inspirados en los principios de la Revolución francesa (no sólo la del
89 sino también en parte la del 93), como ocurre con la Constitución que se aprobó en
Francia en 1848. Una Constitución elaborada por una Comisión parlamentaria entre
cuyos miembros figuraban hombres tan ilustres como Tocqueville, Considérant y
Lamennais, y en cuyo preámbulo se esbozaba lo que se llamaría en el siglo XX el
Estado democrático y Social de Derecho. En realidad, el texto de 1848, pese a enlazar
con el constitucionalismo de la etapa revolucionaria, o precisamente por eso, puede
considerarse una Constitución precursora del constitucionalismo del siglo XX, a la vez
que la contra-Constitución del siglo XIX. En cualquier caso, esta Constitución fue muy
efímera (como todas las Constituciones progresistas del siglo XIX): en 1851 el sobrino
de Napoleón acabó con ella desde la Presidencia misma de la República.

Constitucionalismo entreguerras(1917 a 1939)


Se da un cansancio respecto al constitucionalismo liberal. Se da una evolución del estado liberal al estado social,
al ser constituciones de carácter social, aunque duran brvemente en la historia. Las constituciones son producto
de una situación histórico-social. En este periodo se dan varias ocnstituciones como la del 31 pero son de escasa
vigencia por la aparición de la guerra civil por ejemplo en España.

Tipos de estados durante la época de entreguerras


• Estado socialista (unión soviética)
• Estado fascista
• Estado social

Constitucionslidmo durante guerra fría(experiencia de expansión del cosntitucioanlismo en asia y otros


continentes).

Constitucionalismo y globalización neoliberal (relacionado con la época dorada de la economía hasta que se da
la crisis del petróleo de los años 70)

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